La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los hombres – poder y violencia

6
Guery Zabala Gumucio Diciembre 2014 1 La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los hombres Poder y Violencia 1. INTRODUCCIÓN. Desde el contexto social, cultural, sexual y político se ha generado la idea de que los hombres y mujeres son dos categorías mutuamente excluyentes” la cual surge como una oposición natural, llevando la idea que la famosa identidad de género exclusiva es la supresión de semejanzas naturales entre ambos. Reprimiendo en los hombres cualquier versión de rasgos "femeninos" y en las mujeres la represión de “rasgos masculinos”. Con lo cual llegamos a un binarismo recalcitrante (heterosexualidad instituida y obligatoria) donde las personas nos vemos forzados a vivir estas exigencias y en casos podemos resistirnos conscientemente o mostrar la inconformidad de manera inconsciente. Los derechos de las mujeres han traído a los hombres conflictos que hasta los podemos llamar existenciales, ya que surge la pregunta ahora ¿qué tipo de hombre debo ser? Puesto que el modelo hegemónico está en cuestionamiento. Actualmente hay una explosión de acciones a favor de lo que se ha llamado la flexibilización democrática de los roles, la cual sin embargo, no ha llegado a generar un cuestionamiento el poder de los hombres en sí mismo, en todo el sentido de la palabra. No se cuestiona privilegios, ni se promueve el cambio de las relaciones de poder. No basta con hablar, con dialogar, o decir yo trabajo derechos de estos o de las otras, sino cuanto soy capaz de desarrollar y practicar y no escudarme en privilegios y aprendizajes sociales culturales, que me privilegian como hombre, es decir que a pesar de propuestas de despatriarcalización de “democratización de roles” que se van planteando ahora en el país, solo se busca movilizar de manera snob los privilegios y poder del hombre sobre mujeres, hombres, niños y ancianos. Se busca flexibilizar los roles, pero aún los hombres amparados en lo social, cultural, político y religioso mantengan el poder y sus privilegios del haber nacido con pene y testículos En Bolivia hay un debate importante llevado a la revaloración cultural que hay, en la cual se enaltece y sobrevalora, la famosa despatriarcalización o flexibilización de roles pretendiendo liberar a las mujeres en el ejercicio de sus derechos o de los hombres el desarrollo integral como seres humanos, cuando en realidad sabemos y reconocemos que la cultura es la que a partir del sexo biológico va delimitando y diciendo lo que debe hacer un género y la que debe hacer la otra. 2. SOBRE LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES. En Bolivia ha existido y existe una valoración (exacerbada en muchos casos) como fuente para la resolución de la violencia hacia las

Transcript of La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los hombres – poder y violencia

Page 1: La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los  hombres – poder y violencia

Guery Zabala Gumucio Diciembre 2014

1

La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los hombres – Poder y Violencia

1. INTRODUCCIÓN. Desde el contexto social, cultural, sexual y político se ha generado la idea de

que los hombres y mujeres son dos categorías “mutuamente excluyentes” la cual surge como una

oposición natural, llevando la idea que la famosa identidad de género exclusiva es la supresión de

semejanzas naturales entre ambos. Reprimiendo en los hombres cualquier versión de rasgos

"femeninos" y en las mujeres la represión de “rasgos masculinos”. Con lo cual llegamos a un

binarismo recalcitrante (heterosexualidad instituida y obligatoria) donde las personas nos vemos

forzados a vivir estas exigencias y en casos podemos resistirnos conscientemente o mostrar la

inconformidad de manera inconsciente.

Los derechos de las mujeres han traído a los hombres conflictos que hasta los podemos llamar

existenciales, ya que surge la pregunta ahora ¿qué tipo de hombre debo ser? Puesto que el modelo

hegemónico está en cuestionamiento. Actualmente hay una explosión de acciones a favor de lo que

se ha llamado la flexibilización democrática de los roles, la cual sin embargo, no ha llegado a generar

un cuestionamiento el poder de los hombres en sí mismo, en todo el sentido de la palabra. No se

cuestiona privilegios, ni se promueve el cambio de las relaciones de poder. No basta con hablar, con

dialogar, o decir yo trabajo derechos de estos o de las otras, sino cuanto soy capaz de desarrollar y

practicar y no escudarme en privilegios y aprendizajes sociales – culturales, que me privilegian como

hombre, es decir que a pesar de propuestas de “despatriarcalización” de “democratización de roles”

que se van planteando ahora en el país, solo se busca movilizar de manera snob los privilegios y

poder del hombre sobre mujeres, hombres, niños y ancianos. Se busca flexibilizar los roles, pero aún

los hombres amparados en lo social, cultural, político y religioso mantengan el poder y sus

privilegios del haber nacido con pene y testículos

En Bolivia hay un debate importante llevado a la revaloración cultural que hay, en la cual se enaltece

y sobrevalora, la famosa despatriarcalización o flexibilización de roles pretendiendo liberar a las

mujeres en el ejercicio de sus derechos o de los hombres el desarrollo integral como seres humanos,

cuando en realidad sabemos y reconocemos que la cultura es la que a partir del sexo biológico va

delimitando y diciendo lo que debe hacer un género y la que debe hacer la otra.

2. SOBRE LA VIOLENCIA HACIA LAS MUJERES. En Bolivia ha existido y existe una

valoración (exacerbada en muchos casos) como fuente para la resolución de la violencia hacia las

Page 2: La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los  hombres – poder y violencia

Guery Zabala Gumucio Diciembre 2014

2

mujeres. Es por demás claro que una Ley, su conocimiento y menos su reglamentación cambiará la

violencia machista, esto solo sirve para tender una cortina de humo, ya que no resuelve el problema

social de fondo de la dominación masculina, ya que la masculinidad no sanciona a los hombres

violentos. Lo que necesita es enviar un mensaje de poder a los otros hombres. Que los hombres vean

y sepan que quienes comentan la torpeza de hacer visible la parte más desagradable de la hegemonía

masculina serán castigados.

Con esto es por demás evidente que el mismo desgaste de promocionar, priorizar la Ley 348, es solo

volverse útil al sistema machista, porque se busca solo sancionar y a algunos, pero no se hace nada

para cambiar la esencia de esta violencia, porque solo se castiga a unos cuantos y no al sistema que

genera posibilidades para mantener la violencia.

La violencia machista debe encontrarse en las creencias de superioridad masculina sobre la mujer, es

ese seguir pensando que hay cosas que las mujeres deben y tienen que cumplir y que los hombres

deben hacer, ya que son estos incumplimientos los que “generan la violencia intrafamiliar” cuando en

realidad son los aprendizajes sociales y culturales, que generan creencias de superioridad masculina

sobre la mujer, que son los que se deben ir apuntando en todo proceso de prevención.

Un elemento de esto también es la división sexual del trabajo (elemento fundamental a trabajar de

deconstruir para la lucha y respuesta a la violencia hacia las mujeres) que ha colocado a las mujeres

en espacios de desventaja, de menosprecio, hasta de invisibilización, por lo que es de donde se agarra

el patriarcado, para mantener el sometimiento de las mujeres, incluso les puede decir, libérense,

trabajen, sean independientes, pero no dejen de ser madres, esposas y serviciales a los demás. Es

decir que sus roles de género estereotipados y establecidos no pueden moverse, lo cual está

respaldado por el tema cultural.

De ahí que cualquier proceso de prevención primaria de violencia intrafamiliar, debe abordar los

temas de las construcciones sociales y exigencias culturales del ser hombre, ya que develar esos

códigos y desestructurarlos abre las posibilidades de cambio. Otro elemento que se debe trabajar es el

que los hombres culpabilicen y responsabilicen a su pareja de la violencia que ellos ejercen, es como

que actúan por la otra persona y no por sí mismos, se desliga responsabilidad y se la pretende centrar

en la pareja. Y esto porque los hombres en cosas negativas siempre corresponsabilizamos a las otras

personas de lo que nos sucede, pero singularizamos nuestro discurso cuando se trata de éxitos.

Page 3: La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los  hombres – poder y violencia

Guery Zabala Gumucio Diciembre 2014

3

De ahí que la violencia es un problema de hombres – En Bolivia según investigación del Defensor

del Pueblo el 2012, refiere que 7 de cada diez mujeres en algún momento de su vida, han sido

maltratadas, violentadas o abusadas en algún momento de su vida – y es en los hombres que se deben

generar acciones, sin embargo, las políticas y acciones de ONGs, y activistas de derechos de las

mujeres, se centran en las mujeres, que son las que sufren la violencia al igual que niños, niñas,

adolescentes y adultos mayores y no las que lo ejercen. Es así que son los hombres el factor de riesgo

para el resto de la población, por la construcción social que le toco vivir, es entonces en esa

población que se deben generar más acciones y políticas para trabajar y deconstruir estos

aprendizajes de violencia, ya que el machismo no es un destino.

3. EL INVOLUCRAMIENTO DE LOS HOMBRES. Es de vital importancia trabajar el

involucramiento de los hombres en la prevención, respuesta y lucha contra la violencia hacia las

mujeres, ya que debemos dejar de lado la neutralidad de los hombres o el no decir nada, ya que desde

ese silencio de los hombres, lo podemos comprender desde la homofobia, es decir desde todos

aquellos aspectos que la masculinidad no considera como adecuados que un hombre deba

experimentar y realizar. Es el miedo a que otros hombres nos desenmascaren y castren que no

alcanzamos los estándares que se nos pide, que no somos hombres, por lo tanto ese miedo es la

fuente de los silencios y estos los que sostienen el sistema.

Los silencios son una forma de expresar las formas de control y poder que se erigen hacia los

miembros de la familia, y por otro lado el silencio es un recurso aprendido para evitar hablar de

historias personales de malestar.

Definitivamente el involucramiento de los hombres en la eliminación de la violencia y el logro de la

equidad e igualdad entre hombres y mujeres es necesario. Pero no ser enfocado tal como se hizo con

el enfoque de género, que se le fue despolitizando y poco a poco se la convirtió en una herramienta

útil y reducida a las mujeres, quitándole toda su propuesta política con la que se construyó esta

herramienta. Ahora no es que el involucramiento de los hombres sea a través de una

“democratización de roles” que lo único que hacen es flexibilizar comportamientos públicos de los

hombres, mostrándolos más equitativos e igualitarios, sin embargo, sus privilegios y la legitimización

de su poder, no se cuestiona en nada, sino más al contrario se lo privilegia más, por eso es que esta

incorporación debe ser muy reflexiva y no quitar el aspecto político de la misma.

Page 4: La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los  hombres – poder y violencia

Guery Zabala Gumucio Diciembre 2014

4

El involucramiento de los hombres, debe partir necesariamente, de una reflexión personal, respecto a

la vivencia de su masculinidad y la construcción de la misma, las ventajas y desventajas que ha

sentido, el dolor, incomodidad y/o incluso satisfacciones o privilegios que los ha percibido, el

repensarse cómo aprendió a ser hombre y si eso le gusta o le parece lo mejor para su relación con su

familia, amigos, compañeros, compañeras de trabajo o siente que puede mejorar esta si cambia

algunas conductas y formas de analizar e incorporar la información en su vida.

Si bien las estrategias se deben enfocar a los hombres como los “responsables”1 de la violencia

machista2, deben ser sistemáticas y cronológicas, teniendo en cuenta que estamos frente a una

masculinidad hegemónica (un deber ser en una determinada sociedad en un momento histórico) que

siente que se la está queriendo destruir, lo que hace que se generen mayores estrategias de

supervivencia y uno de estos puede ser, que si los hombres se siente agredidos de entrada, se

atrincheren y sostengan y mantengan sus posturas machistas. Por lo que mostrarles lo mucho que

pueden ganar con su involucramiento, compromiso en la lucha contra la violencia hacia las mujeres,

es primordial, incluso apoyarlos en reflexionar lo que les hizo esta masculinidad exigente.

En el uso de modelos hay que ser muy cuidadosos, porque estos pueden ser estereotipados como “no

hombres” y usarlos como ejemplo, en vez de apoyar a su deconstrucción hegemónica puede ser un

elemento usado de burla y de amenaza de sanción si se quiere copiar esos modelos. Es lo mismo que

involucrarlos en el cuidado de niños o niñas, estos hombres, si bien comparten esa responsabilidad,

puede ser vistos como “súper hombres” y sus privilegios y poder incrementarse, pues se los ve como

algo excepcional y hasta sacado de un cuento, por lo que se les da más poder y privilegios de los que

ya tienen y ahí ya vamos germinando y teniendo machos ilustrados, informados, capacitados pero

que manejan con “guante blanco” su machismo y hegemonía.

Este proceso de intervención para la prevención de la violencia machista, se debe diferenciar

claramente en los grupos con los que se va a intervenir, ya que no será lo mismo para adolescentes

varones y jóvenes o adultos, ya que cada uno tiene una perspectiva y más avance en la construcción

1 Lo coloco en comillas, porque más que responsables, la violencia es parte de esta masculinidad hegemónica que se le pide a los hombres para sostener sus privilegios y su poder, que cuando lo sienta cuestionado o no controlado, ejerza la violencia como medio e instrumento de recuperar el poder y control. Pero teniendo en cuenta que será sancionada si “excede” ese nivel de violencia de re – educación. 2 Si seguimos hablando de violencia de género, teniendo en cuenta que el documento propuesto plantea que gén ero es hablar de hombres y mujeres, se debiera util izar la violencia machista, porque es esta violencia del patriarcado y la masculinidad hegemónica que hacen activar estos niveles de violencia de hombres contra mujeres.

Page 5: La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los  hombres – poder y violencia

Guery Zabala Gumucio Diciembre 2014

5

de su masculinidad hegemónica, sus intereses son diversos y cambiantes por lo que pensar en algo

similar para todos no es adecuado, NO PODEMOS SEGUIR HACIENDO LO MISMO Y ESPERAR

RESULTADOS DIFERENTES. De la misma manera tenemos que contar con gente que tenga

conocimiento teórico, académico, empírico, y de experiencia respecto al tema de violencia y a las

poblaciones que queremos desarrollar, porque de otra manera, seguiremos haciendo cosas como si

fueran las más innovadoras y las primeras cuando hay experiencias previas. El contar con gente que

conozca sobre las poblaciones e intereses y lo que queremos hacer siempre es beneficioso, por

ejemplo:

En los adolescentes muchas veces parece que es más fácil trabajar este tema, porque pareciera que

recién se están estructurando, e incluso se los puede flexibilizar en roles, pero lo que pasa es que con

la capacidad que tienen y la etapa de desarrollo, pueden generar nuevas formas de control y dominio

de las mujeres, que pueden partir de los micromachismos, o incluso ser más fuertes en su control a

partir de una supuesta propuesta de equidad e igualdad.

En los jóvenes muchas veces parece que se da está igualdad y equidad, pero a partir de que las

mujeres cada vez más tengan conductas y comportamientos más parecidos a los hombres, lo cual les

permite sentir que están en las mismas condiciones y oportunidades y definitivamente no

reconocemos las diferencias bio – psico que tenemos y las vemos a las mujeres como hombres y

queremos que actúen de la misma manera.

Y en los adultos va como que mucho más a que las personas cumplan sus responsabilidades para no

generar inestabilidades, si las mujeres quieren trabajar, desarrollarse como profesionales y otras cosas

más, lo hagan que no se les impedirá pero que no descuiden a su familia, sus responsabilidad que

tiene (lo que la sociedad y la cultura se le exige) porque como mujer, es su deber que las cosas

funcionen y si en una casa no funciona algo es por culpa de la mujer.

Entonces creo que son también importantes considerar estos aspectos iniciales de reflexión, que

seguro estoy merecen profundizar más, para optimizar la intervención, que creo va más allá de si

tengo o no recursos si tengo o no experiencias previas, que puedo aprender de lo que ya hicieron

otros, y por eso me atrevo a plantear estas consideraciones previas.

4. CONCLUSIONES. Es así que si la división sexual del trabajo distribuyera el cuidado de los niños

entre ambos adultos de ambos sexos por igual, la elección del objeto primario sería bisexual. Si la

Page 6: La masculinidad hegemónica y su impacto en la vida de los  hombres – poder y violencia

Guery Zabala Gumucio Diciembre 2014

6

heterosexualidad no fuera obligatoria, no sería necesario suprimir ese primer amor ni se

sobrevaloraría el pene. Si el sistema de propiedad sexual se reorganizara de manera que los hombres

no tuvieran derechos superiores sobre las mujeres (si no hubiera intercambio de mujeres) y si no

hubiera género, las posibilidades de igualdad y equidad para hombres y mujeres estarían allanadas y

listas para ser logrado. Es así que debemos apuntar a la eliminación del sistema social que crea

sexismo y el género, donde la anatomía sexual no tenga ninguna importancia.

No se deja de reconocer que toda sociedad tiene algún tipo de división de tareas por sexo, la

asignación de cualquier tarea particular a un sexo u otro varía enormemente. Ya que privilegia y

prioriza uno en detrimento de la otra, y de la misma manera en detrimento de su mismo sexo, ya que

los hombres y mujeres se verán imposibilitados SOCIALMENTE para el desarrollo integral de su

vida y no por impedimentos naturales. Y es que la subordinación de las mujeres puede ser vista como

producto de las relaciones que producen y organizan el sexo y el género. A la cual los hombres

también nos encontramos subordinados y con el mandato de mantenerlo y sostenerlo, y es la cual

debemos ir cuestionando, deconstruyendo y transformando para lograr la equidad y la igualdad.