La Maldición del Tiburón

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INTRODUCCION

La idea de este libro me surgió a raíz de una charla entre amigos, donde platicamos a cercade la muerte y de cómo nos gustaría morir. No falto quien dijera que le gustaría morirmientras dormía y no sentir absolutamente nada, pero otra querida amiga comentó que legustaría morir en un accidente espacial y quedar a la deriva en el espacio.

Todos nos sorprendimos de su respuesta y le preguntamos ¿por qué se le antojaba unamuerte que sonaba un tanto horrenda?, ella respondió que todos dormimos y que te puedesmorir dormido cualquier día, pero para que ella fuera al espacio estaba cabrón. Por supuestonos dio mucha risa su burla y entendimos que pretendía burlar a la muerte pero si el destinoexiste aún si alguien pudiera escoger su propia muerte, eligiendo la más extraña posiblecomo por ejemplo morir en las fauces de un tiburón; entonces ¿no sería solo cuestión deevitar ir al mar? Si el destino así lo quisiera tendría que suceder, o ¿de qué otra manerapodría alguien terminar en las fauces de un gran escualo en medio de la ciudad?

La historia cuenta una serie de eventos que podrían llevar a enfrentar el destino sin escapealguno, sin importar cuán absurdo éste pueda ser.

Éste cuento como tal es solo ficción, esconde la idea de que hay que respetar tanto a la vidacomo a la muerte y que tal vez sea imposible (según la creencia popular) escapar al destino,pero destino o no, hay que gozar la vida mientras se tenga y dedicarse más a vivir que a solosobrevivir.

“Que sea la obligación de todo hombre realizarse en la vida, pues el logro de un solohombre, es la evolución del mundo entero” Arturo Cejudo Vergara

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PROLOGO

Un hombre se volcó a la mar en el más profundo frenesí por cazar a un tiburón, pues no eraa cualquier tiburón sino uno que había atacado a su esposa.

En su luna de miel habían tomado un viaje exótico donde conocieron a un hombre misteriosoquien les prometió la aventura de sus vidas pescando ni más ni menos que a un gran tiburónblanco, embelesados por sentirse como parte de una película Hollywoodense embarcaron lostres sin saber lo que les esperaba.

Resultó que la mujer en plena pesca fue víctima de un ataque de pánico, poseída por elmiedo y la desesperación cayó al agua y fue devorada por un gran blanco, y desde eseentonces el atormentado marido gastó toda su fortuna cazando tiburones al por mayor, sedice que llego a sacar más de 200 grandes escualos.

En un gran almacén acomodó a los 200 y se dispuso a destriparlos uno por uno esperandohallar en las entrañas de alguna de esas bestias algún vestigio del cuerpo de su amada y asísaber que cobró venganza.

El misterioso personaje que les había llevado a la cacería era un hombre rudo de bigotecorto mal formado de malos modales, pero siempre alegre a la vez que con mirada de pocosamigos, un patán pero de gran ingenio para su empresa y de mucho valor, un hombre raroque siempre vestía con una camisa de franela a cuadros rojos y una gorra de mezclilla,siempre tenía una goma de mascar en la boca y se la pasaba contando cuentos fantásticosmuy escabrosos a cerca de tiburones embrujados.

Aquel misterioso tiburonero que gustaba de llevar turistas de cacería dio por terminada sulabor con el marido despechado que buscaba encontrar algún consuelo en la venganza,observando a los 200 tiburones en el almacén se despidió con un pésame y un consejo, ledijo a aquel hombre que no abriera ya a las bestias porque solo encontraría una maldición.

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El marido triste, todavía sin poder asimilar su luto agradeció los servicios del tiburonero perohizo caso omiso de su consejo, pidió estar solo mientras desollaba a sus presas; varios otrospescadores esperaban afuera de aquella bodega solo por enterarse de si el pobre hombrehabía tenido éxito.

Pasaron varias horas y la expectativa curiosa de la gente afuera del almacén crecía y másgente se reunía esperando noticias. El pobre marido destripó escualo tras escualo, sacandocuanto se hallara en los estómagos de los tiburones muertos, el hedor era insoportable , lasangre encharcaba el piso, pero aquel hombre incansablemente seguía con su misión, hastaque en el fondo del estómago de uno de los tiburones más grandes sacó una manocarcomida pero todavía con piel y en uno de los dedos tenía puesto el dorado anillo debodas, un anillo de oro con una esmeralda incrustada, uno idéntico al que el marido usaba ensu propia mano, no pudo entonces contener un enorme grito de tristeza, los pescadores ypueblerinos supieron entonces que el marido había logrado su cometido.

El marido arremetió contra el cadáver del tiburón dándole de golpes en la cabeza pero eltiburón de pronto tuvo algo más que un reflejo y lanzó una tremenda mordida, afuera lospescadores escuchaban tremendos gritos espantosos que calaban hasta los huesos, depronto se detuvieron y todo se volvió un escalofriante silencio, el ambiente era tan pesadoque se podía cortar el aire con un cuchillo.

Uno de los pescadores no pudo contener la curiosidad e intento abrir la puerta que era elúnico acceso, al no poder abrir llamaron a la policía. Fue grande la sorpresa de todos lospresentes al abrirse el almacén, no se veía rastro alguno de aquel hombre, solo había unmontón de cadáveres de tiburón.

Le tomó horas al forense buscar indicios del marido o la forma en que pudiese haberse salidodel almacén, hasta que encontró la mano carcomida de la presunta esposa reconocible por elanillo, la examinó detenidamente y la puso en una bolsa, de pronto se percató de un brillodentro del estómago abierto del gran tiburón blanco, le costó un poco de trabajo meter sumano dentro del animal y con mucha fuerza tiró varias veces, hasta que finalmente pudosacar otra mano cercenada, dicha mano traía puesto otro anillo dorado con una esmeralda

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idéntico al de la presunta esposa; el forense comprobó que era la mano del marido pero nopudo explicar la causa de su muerte.

Desde entonces nunca jamás se volvió a saber de quién cazó 200 tiburones y se convirtióen leyenda.

LA MALDICIÓN DEL TIBURÓN

En Chicago Illinois un gran empresario se encontraba al borde de la desesperaciónatravesando por una crisis financiera, generalmente compraba ganado e instalaba diferentescentros para el proceso de la carne, había adquirido mala fama por sus prácticasmonopólicas, ahora debido a una crisis económica mundial la mayoría de los mercadosestaban rumbo a la quiebra, todos vendían y nadie compraba, el afamado empresario LotharGold tenía ya pérdidas multimillonarias y aparecía en las páginas centrales de los principalesdiarios, su cabellera oscura ya empezaba a denotar canas, hace tiempo que no acudía alclub deportivo y ya empezaba a perder su figura atlética, aunque su complexión nunca fuerobusta, siempre había siso más bien delgado, ya empezaba a engordar, nunca antes habíatenido ningún vicio, pero ya bebía con más frecuencia presa de su angustia, ademásenfrentaba demandas de los competidores argumentadas en la pésima calidad del productoencontrado por debajo de los regímenes sanitarios y a muy alto costo, su escuela deBrigham Young no le había enseñado como enfrentar una crisis a escala global o se habíaperdido de ésa clase pensaba, Lothar no era el tipo más inteligente, nació en una familiaadinerada y había sabido cuidar de su legado, hasta ahora.

Aún en contra de su voluntad y temeroso de dar una pésima imagen, Lothar se vio obligadoa consultar un psicólogo quien por razones de salud mental recomendó a tomarse unasvacaciones, a cualquier otro le habría encantado la idea, pero Lothar contrajo nupcias conuna mujer igualmente adinerada adicta al trabajo, rubia hermosa de piel de porcelana,facciones finas y ojos azules, digna de portada de revista pero de grandes caprichos, a ella

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no le importaban las opiniones de los demás, pero si le importaban sus lujos, conociéndolasabía que a ella no le agradaría del todo la idea a menos que fueran al mejor y más lujosolugar paradisiaco en la tierra, él no deseaba un lugar turístico común donde pudiera ser vistopor la prensa y se pensara que no le importase la situación de su empresa en el peormomento.

Su esposa Bárbara y su hijo Paul de 10 años eran su preocupación, el más afectado seria suhijo quien tendría que dejar la escuela por un tiempo, siendo como cualquier muchacho de suedad seguramente le encantaría no tener que asistir a clases, pero el pequeño Paul con sucomplexión delgada y cabellera oscura denotaba que había salido más a su padre y eso nole haría muy brillante, ya de por sí no contaba con buenas calificaciones, aunque por otrolado Lothar no convivía mucho con su hijo así que esa sería la escusa perfecta.

Su decisión fue ir a una isla remota donde la única actividad era la pesca, había un solohotel de poca calidad no pensado en turistas sino en los pescadores de otras regiones, sinembargo le pareció el sitio ideal a pesar de que la manera en que se había enterado de laexistencia de esa isla había sido por la nota de una revista sensacionalista a cerca de unhombre buscando venganza contra el tiburón que mató a su esposa pero encontrando solouna misteriosa muerte.

La nota no le antojaba a nadie a irse de vacaciones a una isla infestada de tiburones, pero elhecho de que nadie que pudiera reconocerlo en esa isla le pareció de lo mas ideal pensandode que no haría más que descansar y embriagarse en la playa.

Llegaron entonces Lothar y su familia a la 1“Isla Possession” al norte de Cape YorkQueensland Australia, Lothar no había dicho toda la verdad y Bárbara esperaba al menos unhotel de siete estrellas con vista a una playa hermosa de aguas cristalinas y arenas suaves.

Las aguas calmas del golfo de Carpentaria junto al mar de Arafura se antojaban plácidasaunque muy hondas, en otros puntos el arrecife de coral con sus aguas azul turquesa

1 Possession Island es en realidad un parque nacional donde no habita nadie, es el lugar donde James Cook reclamó la costaoeste de Australia en nombre del rey George III de Inglaterra en 1770

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invitaban a la vista, pero debido a la presencia de cocodrilos no era seguro, la rojiza arena dela playa era caliente gruesa y rocosa, la vegetación arbolada comenzaba muy cerca de laplaya, entre el pasto era frecuente ver lagartos monitor, por la tarde bandadas demurciélagos salían de viejas cuevas y minas años abandonadas, algunas aves eran muyruidosas, el clima tropical cálido húmedo pero todavía con remanentes de lluvia obligando aratos a encerrarse en el hotel sin más que una mesa junto a la cama y unos naipes viejos,por supuesto el modesto hotel no cumplía los requerimientos mínimos de una señoraadinerada acostumbrada a los lujos.

Paul siendo un niño encontró atracción en los barcos y pedía insistentemente que lo llevarande paseo de pesca, aunque a su madre no le gustaba la idea y lo reprimía constantemente.

A Lothar le costó trabajo lidiar con el mal humor de su esposa, pero a base de una buenaactuación y de chantajes sentimentales la convenció de que no eran precisamente unasvacaciones “convencionales” sino “terapéuticas” y que aquel lugar humilde sin lujos no erasino lo que él más necesitaba.

Bárbara sabía perfectamente que el único motivo de su esposo era evitar el bochorno de servisto por la prensa, aunque no tuvo más remedio que aceptar y resignarse, regresándole loschantajes emocionales a su marido quien ahora le debía una.

Lothar logró conseguirse una botella de whisky y se aposentó en una hamaca dispuesto ano hacer nada más que embriagarse. Para él aquel fue uno de sus mejores días y logrórecuperar un buen estado anímico que no había tenido en años.

Se preguntó para qué diantres había juntado tanto dinero si no lo estaba disfrutando,inclusive en su borrachera llegó a considerar la idea de jubilarse prematuramente, perodespués dibujó una sínica sonrisa en su rostro y pensó que su esposa no se lo perdonaría.

Al día siguiente Lothar compró otra botella y pretendía repetir la operación, pero llego suesposa histérica junto con su hijo, cansada de tener que lidiar con un niño de diez años quemoría de aburrimiento, así que arrebato la botella de su marido diciendo: -ahora a ti te toca

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cuidar a Paul y yo me embriago en la playa-.

Lothar hizo una mueca y decepcionado volteo a ver a su hijo que suplicaba lo llevaran apescar, conmovido por su hijo miró con resignación a su esposa que se marchaba y le dijo aPaul, - bien veremos qué podemos hacer-.

Lothar trataba de explicarle a Paul que aquello no era un lugar turístico y que esos botes noeran para dar paseos a un niño de diez años, eran el trabajo de esas personas y noconsentirían fácilmente a llevarlos a bordo, era como si tuviera que llevarle de paseo por suoficina explico Lothar.

De cualquier manera por quitarle la tentación a su hijo hicieron el intento, al pisar el muellelos pescadores enmudecieron, sus miradas se hicieron de piedra, daba la impresión como sihubieran profanado un lugar sagrado, uno de los pescadores, alto fornido usando en su torsosolamente un deshilachado chaleco de mezclilla que permitía ver lo remarcado de susmúsculos, les corto el paso sin decir una sola palabra, su morena cara desencajada ycolérica lo decía todo, giraron sobre sus talones cuando un grito los sobresaltó, –¡Yo losllevo!- , un hombre con camisa de franela a cuadros rojos puesta una gorra de mezclilla, debigote corto mal formado y de malos modales se aproximó con una gran sonrisa mostrandosus dientes chuecos.

-¡Me parta un rayo de abajo pa´arriba!, ¿así que quieren ir a pescar unos bichos grandes yfeos como mi suegra, pero tan pinches feroces como mi santa madre eh? Lothar no sabía sireír o solo largarse pero a Paul se le iluminó el rostro de emoción.

-¿Desde luego no hablará en serio?- dijo Lothar con timidez, pero Paul entusiasmado dabade tirones a la camisa de su padre rogándole que fueran a pescar “monstruos”.

- ¿Monstruos? - Replico aquel misterioso hombre,- ¡tiburones! estos cabrones son más quemonstruos, sus ojos negros no tienen vida y sin embargo sabes que el cabrón te está viendo,tiene más dientes que ventanas el Empire State y más filosos que el sable de un Samurái, noson creados por Dios estos bastardos, sus estómagos son las entrañas del mismo infierno,

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se comen lo que sea, se comen la llanta de un auto, se comen las latas de cerveza, o secomen un desdichado marinero que haya tenido la desgracia de verse junto a él, no comenpara alimentarse éstos cabrones, solo comen para seguir practicando como matar-.

Aquel hombre no le parecía muy gracioso a Lothar y le reclamó que esos no eran cuentospropios para un niño de diez años.

-Simón es el nombre y cazar tiburones el “hobbie”, de verdad que no son modales, pero alos niños se les resbala todo y me encanta ver la cara de pendejos que ponen los papás ¡Ja!-

Simón echó a reír y de alguna forma le causó mucha gracia a Lothar.

-Además soy la única maldita atracción turística que hay en la puta isla, aunque no haymuchos pinches turistas a decir verdad, pero pescar cabrones tiburones siempre llama laatención y es mucho más divertido que embriagarse en una hamaca-

Lothar estaba sorprendido que semejante patán le causara tanta gracia, pensó que debía serparte de algún desorden emocional causado por su estrés.

-¿No es muy peligroso para un niño éste viaje?- Pregunto Lothar,

-Es muy pinche peligroso para los putos tiburones ¡ja!- se carcajeo Simón dándolegolpecitos en el brazo a Lothar.

-¡Venga hombre!, tengo algo que contar-, Lothar puso mala cara preocupado porque le fueraa contar otra historia grotesca de tiburones frente a su hijo, pero Simón hizo una muecacomo diciendo no pasa nada, le guiñó un ojo al pequeño Paul -oye escuincle ve ainspeccionar la nave un rato mientras el viejo y yo parlamos de negocios-, así lo hizo Paul ySimón continuó -no se preocupe yo tengo las pinches llaves y no hay nada puntiagudo a lamano, “todavía”-.

Lothar estaba tan impresionado por la manera en que Simón no podía juntar dos frases sin

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poner una grosería en medio y que aún así le causara tanta gracia que se olvidó porcompleto de la mala cara de los otros pescadores, sin darse cuenta ya estaban a bordo,Simón no perdía tiempo, -si, te voy a meter otro pinche cuento pero te lo tienes que aguantar,es parte del show y si no escuchas con atención no los llevo-.

Lothar solo asintió con los hombros, Simón con una leve sonrisa se tomó su tiempo paramirarle a Lothar directo a los ojos, -lo que te voy a contar es real quieras o no y aunque tesuene cagada pasó en realidad-.

Paul se acomodó en la parte de arriba junto al timón, Lothar se sentó en una silla sin saberque era la silla de pescar, mientras Simón al tiempo que hablaba recogía cuerdas y levabaanclas alistándose a zarpar.

- Un buen día vino a mí, un biólogo marino ñango interesado en los malditos tiburones,resultó que su pinche abuelo fue un cabrón que cazaba putos tiburones como yo je, pero enlos viejos tiempos; en aquellos días no había todas las pinches tecnologías que tenemosahora, antes había que arponearlos y subirlos con cuerdas, no existían las pinches fibrassintéticas ni cuanta madre, había que usar guantes y putas cuerdas que te quemaban laspiches manos y las cojonas tripulaciones tenían que ser de 4 o 5 pelados para poder subir aun puto bicho tan grande, pero el cabrón abuelo de éste maldito ñango se fajaba con un solopinche asistente y entre los dos cabrones se montaban las malditas tremendas bestias yluego las vendían como jodido bacalao je, je.

En un putísimo mal día el desdichado cabrón abuelo cayó al agua, el maldito tiburón se levino encima, si hubiera tenido una cojona tripulación más grande quizás la habría librado,pero el méndigo cabrón… un solo hombre no podía tirarse a semejante animalón deporquería.

El cabrón abuelo peló cuchillo y se defendió como los machos, el traicionero mar se tiñó derojo pero el pinche cabrón no dejaba de atacar con su brazo el muy macho, nomas que losputos tiburones son bien pinches inteligentes, son las más perfectas máquinas de matar queni el culero ejército podría haber soñado y el hijo de puta tiburón cambió su táctica y agarró al

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cabrón abuelo con sus malditas fauces infernales y lo sumergió a lo profundo del negroabismo hasta que se ahogara.

Por eso me llega este pinche biólogo maricón, a dizque a estudiar a los putos tiburones,para quesque tratar de comprenderlos y saber porque son tan pinches letales, pero losmalditos tiburones son demonios hijos de puta de las profundidades, solo matan porquepueden, no obedecen lógica ni razón son simplemente cabrones malvados.

Al principio el ñango éste solo les lanzaba dardos con rastreadores y los seguía, pero un díavimos a un cabrón gran blanco enorme, era uno de los putos bichos más grandes que hevisto y he visto muchos, entonces se le metió en la pinche cabeza de chorlito al maricón quequería cazarlo, quería destriparlo y saber que comía el cabrón y por qué es que era tanpinche grande. Biólogo pendejo de porquería. Así que lo puticazamos y no fue fácil, ¿Vezestas pinches cicatrices en mis manos?, fueron de aquella méndiga cacería, pero finalmentelo logramos, le dimos cuello al jodido animalón je, je, pinche biólogo se sacó una puta fotocon su preza en el muelle como todos los mal… digo benditos turistas, decía quesque erapara demostrar la pinche escala del tamaño de ese maldito bicho, pero yo se bien que fuepura pinche vanidad je, y no lo culpo, aunque desde luego que fui yo el cabrón que hizo lamayor parte del pinche trabajo.

Después llevamos al maldito animal, a un pinche almacén junto al muelle. El cojudo cabrón lerajo la pinche panza y comenzó a sacarle toda porquería del pinche estomago.

Primero sacó un pinche pescadito, luego una sierra enterita y sin masticar, estamos hablandode un méndigo bicho tan grande que le cabe un pinche jugador de basquetball de los altosacostado enterito el cabrón con todo y tenis, después sacó pedazos de delfín y el pinchebiólogo puso cara de bicho raro pues según el cabrón quesque los putos tiburones no atacana los pinches delfines, Ja! pero un pinche monstruo de ese tamaño y encabronado ataca a loque sea, la gente dice que los malditos tiburones de estas aguas no son normales, quesqueestán maldecidos por el mismísimo diablo y que atacan hasta una puta ballena sin motivo.

El ñango biólogo hizo apuntes y continuó sacándole lo que tuviera en el pinche estomago

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aquel maldito animal, de pronto quiso sacar algo que estaba atorado, jaló con mucha fuerzapero el pinche ñango enclenque no podía sacarlo él solo, lo tomé a el por la cintura y ambosjalamos con mucha fuerza, tiramos y tiramos, hasta que nos dimos cuenta de que lo queestábamos sacando era un cabrón de las tripas de la maldita bestia.

Estaba un poco carcomido, pero no se veía tan putrefacto el cabrón, parecía que se lohabían tirado apenas ayer, pero de pronto el pinche muerto alzó la cabeza, era el cabrónabuelo del pinche ñango, el puto se puso blanco y mi reacción fue echarme pa atrás, elpinche muerto agarró el brazo del ñango y lo jaló pa dentro de vuelta al pinche estómago delmaldito tiburón, como pude me arrastré hacía la salida y le gritaba al flacucho biólogo quecorriera, pero el puto cabrón estaba petrificado del susto y por más gritos espantosos ydespavoridos que pegaba el guey, yo no pude hacer nada y el pinche ñango desaparecióenterito en las entrañas de esa puta bestia maldita del infierno.

Desde entonces aunque sigo cazando a los culeros tiburones malditos porque es lo pincheúnico que sé hacer y no hay más cagada cosa que hacer en ésta puta isla de porquería, peroya no me acerco una vez que el maldito animal está fuera de mi barco, así que quede claro,o no hay trato, agarra su maldito bicho y lo que haga con él me vale madres ¿de acuerdo?-.

Lothar estaba anonadado con la historia y no sabía cómo reaccionar.

-AH, y una cosa más ¿a usted no le va a dar pánico cuando estemos pescando al tiburónverdad? porque el pinche miedo es otro enemigo que no necesito, pero si usted hace lo queyo diga cuando yo diga y como yo lo diga sin chistar le garantizo un viaje seguro para usted ysu mocoso chamaco je, je-.

Lothar pensó que además de tener una escusa para cobrar adelantado aquel misteriosohombre solo quería ver como reaccionaría ante el miedo, como una especie de pruebareflejo, después de todo no dejaba de tratarse de un tiburón; se dispuso a pagarle alcazatiburones y aclaró su nombre, Simón ¿correcto?, Simón hizo una mueca con un ademány contestó -¡ah! Tú eres tú y yo soy yo cazamos un bicho y no volvemos a vernos en la vida,¿qué más da?- dicho eso sacó una revista pornográfica, -pero no significaba que no

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podamos divertirnos Ja!-, Lothar se sonrojo y pidió prudencia delante de su hijo, pero eso nodetuvo a Simón -Ah, lo tiene que ver algún día si es que no lo a visto ya antes el cabroncito,con los chavos de hoy en día ya no se sabe, parece que tienen prisa por vivir, pero de todosmodos hoy será el día de suerte del chavillo- y desplegó el póster del centro de la revista.

Paul estaba tan fascinado como si hubiera visto de cerca un auto de fórmula uno o un coheteespacial, Lothar estaba sonrojado y no sabía como reaccionar delante de su hijo y tan soloquedo boqui abierto.

-Ah! si pudiera sacarles una foto a ustedes dos en este momento con sus caras de estúpidosje, ¡Que!, ¿pensabas que no teníamos acceso a cosas de la gran ciudad en esta parte delmundo?, ustedes los pinches citadinos acostumbrados a perder el tiempo sin ponerleatención a sus pinches vidas, la mayoría no vive,” sobrevive”, trabajando en pinches cosasque no les gustan, viviendo en méndigas casas que no les gustan rodeados de pinchesgentes que no les gustan, coño me pregunto ¿qué diablos les gusta tanto de esa pincheciudad que los mantiene a todos ahí pegados?, malgastan horas de sus vidas entransportarse y se les hace hasta normal, los abusados cargan con un libro, mientras que lospinchones solo van con sus caras de pendejos mal viéndose unos a otros apretujados en unapinche lata, hasta que llegan a sufrir una actividad que aborrecen y por eso les pagan ¡Queloco mundo!-

-En uno de esos pinches viajes de sardinas no se han puesto realmente a pensar, ¿qué hanhecho?- luego dibujándose una sonrisa en el rostro Simón susurra - tal vez si lo hubieraspensado la hubieras dejado esperando en el altar y hubieras escapado a una isla remota adedicarte a algo más tranquilo y apacible como cazar tiburones ¿eh? ¡Ja!-

Luego de una carcajada Lothar frunció las cejas -¿no habrás dejado a tu novia en el altar?-Simón se puso serio y mal sonriendo respondió, -no, ella me dejó a mí-.

Después de un silencio incómodo Lothar preguntó, -¿y en que puerto caza ella?-, ambosexplotaron en risas luego Simón con su misterio de costumbre se frotó el bigote con la manoy se puso serio.

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-Yo tenía 15 años cuando nos enamoramos, su padre era un cabrón hacendado de muchaplata, yo era pobre, hijo de un peluquero, un día su padre ofreció una gran fiesta paracelebrar la boda de su hija mayor, invitó a todo el pinche pueblo, eran otros tiempos, apuestoa que no puedes invitar a toda tu pinche ciudad a una gran fiesta ¿eh?

El caso es que bailamos y detrás de un pinche pilar pensando que su cabrón padre no nosveía…, pero estábamos equivocados, venia saliendo de la cocina y nos vio dándonos unbeso apasionado en la boca como si fuéramos unos pinches pastelillos y nos fuéramos adevorar el uno al otro. El cabrón estalló en furia, uso toda su puta influencia, que era mucha,para forzar a mi padre a cambiar de pueblo, en cuanto a su hija, je, ordenó que se la llevarana otro pinche continente, ¡bah! En un intento desesperado un amigo me llevó en una pinchelanchita hasta el galeón donde se llevaban a mi amada, pero fuimos sorprendidos, ¡malditasea!

El culero padre encolerizado exigió a su hija a que se retractara delante de mi o la mataba,¡el muy puto!, pero ella declaró su amor por mi firme como los machos, el hijo de putaentonces amenazó con matarme pero ella suplicó que la mataran a ella y a mí me dejaranlibre, y el muy hijo de puta indignado aceptó la propuesta, y todavía el puto desgraciado meculpó a mí.

Arrojaron carnada al mar hasta que se intestara de malditos tiburones y al mas puro estilo delos piratas pararon a mi amada en la orilla de una tabla y el putísimo padre titubeo por unmomento, le dijo a su hija que si desistía le compraría tierras y le permitiría escoger a unmarido siempre y cuando estuviera a su nivel, pero mi amada, tenía amor del bueno, je, ynada la hizo cambiar de opinión, más indignado el putísimo cabrón de su padre que arda enel infierno, empujó a su propia hija, mi amada, a que fuera devorada por los tiburones, todosguardaron silencio; estallé en llanto, no podía creerlo, no podía aceptarlo, pero la honda yamarga tristeza se combirtío en odio y deseo de venganza.

Tiempo después logré estar cerca, fui a su puta casa, cuando llegué ahí había mucha pinchegente, varios sujetos me aprendieron, pero una voz apagada al fondo de la alcoba reclamó

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me soltaran, así que entré y encontré al hijo de puta gravemente enfermo, se habíacontagiado de algún pinche virus, postrado en su lecho de muerte, tenía la mirada comovacía, ya sin poder moverse y apenas lograba dejar salir su voz, solo para exhalar su ultimainfamia el muy puto, diciendo: -(me voy tranquilo sabiendo que mi hija no se ridiculizo al nivelde un lacayo)- y se murió el jodido cabrón.

Como no pude obtener mi pinche venganza ya que yo no maté al infeliz culero que seretuerza en el infierno, pues decidí vengarme de los pinches malditos tiburones y me convertíen experto para atraparlos-.

Lothar estaba pasmado, guardó silencio un rato, luego le dijo a Simón que debió haber sidoescritor y tal vez hubiera ganado mucho dinero contando sus historias.

Simón respondió, -¿y ser un pinche citadino aburrido como tú? Nah-.

Lothar le pidió que no juzgara a los demás y que la vida citadina no era tan odiosa comopensaba pero Simón miró a Lothar haciendo una mueca.

-Entonces ¿por qué estás aquí? “Sabi”, ¿por qué no te fuiste a las pinches Bahamas?--Porque no quise dejarla esperando en el altar, ¿y para cuando crees que ya hayas tenidosuficiente venganza Simón?--Je, te dije que esto es lo pinche único que sé hacer y aquí entre nos, se leer pero no séescribir-.- pues al menos espero que sepas como coger-Ambos se carcajearon un rato.-Lástima, me estás cayendo bien pinche Lothar--¿Y eso que tiene de malo? -

-Si tengo que extrañar a una linda mujer de piernas largas y bien torneadas esta bien, peroque me parta un pinche rayo si tengo que extrañar a un cabrón como tú--Lo tomare como un cumplido-Simón se puso de pie y acomodándose la gorra dispuso, -bueno ahora vamos hacerle unfavor a la humanidad y librémonos de otro puto tiburón come mierda ¿eh?-

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-Me pregunto Simón ¿qué pasaría si “Green Peace” se entera de ti?-

Y así al pleno rayo del sol se dispusieron entonces a cazar un tiburón, Paul se amarró alasiento en cabina desde donde alcanzaba a ver la acción, Simón ordenaba, Lothar acatabaentre bromas y reflexiones, entre recuerdos y anhelos, entre el misterio de aquel hombre derelatos extraordinarios, como fuera Lothar y su hijo cazaban un gran blanco.

La astucia de Simón consistía en que ya tenía de antemano una red subacuática, solo habíaque atraer al tiburón con carnada y ponerlo en posición, entonces activaba un sofisticadosistema de cuatro poleas mecánicas y las redes subían capturando al tiburón, que a pesar desus esfuerzos y forcejeos quedaba atrapado, suspendido a un metro fuera del agua luegosimplemente esperaban a que se ahogara, lo subían a bordo lo llevaban de vuelta, eran unaadaptación de los sistemas para salvar ballenas varadas en las playas.

Ya felices con la misión cumplida el capitán destapó una botella de whisky, sacó una coca-cola, para Paul y festejaron, -¿Quién quiere proponer un pinche brindis?-, -¡Por lostiburoneros!- Gritó Paul-, -Por el escape de la vida urbana- brindó Lothar, -Porque Dios seapiade de tu alma-, brindó Simón mirando fijamente a Lothar.

Atracaron en el muelle y bajaron al animal, lo colgaron de la cola, Lothar y Paul posaron parala típica foto del recuerdo, Simón nunca se bajo del barco, -ahora yo me voy a conseguir máspinches revistas a donde pesque solo pinches resfriados por usar poca ropa, si sabes a loque me refiero, je, adiós amigos-. Poco a poco se perdió su barco en el horizonte.

Lothar entregó de vuelta su hijo a Bárbara con un “misión cumplida”, acto seguido tomó subotella y se botó en una hamaca, Paul le contó sus aventuras a su madre, el tiburón sequedó colgado en el muelle.

Al cabo de un rato una conglomeración de pescadores rodearon a Lothar muy molestos,reclamaban que Lothar bajara al tiburón, pero Lothar no le dio mucha importancia y les dijoque se los regalaba, que podían hacer con él como quisieran, tal vez bacalao para todos.

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Pero los pescadores estaban decididos y furiosos, -¡Solo tú y nadie más puede mover a esabestia infernal!-. Pero Lothar medio ebrio tenía mucha flojera, -miren les pago porque se lolleven o lo tiren o lo quemen o lo que quieran pero yo solo hice el viaje por mi hijo no meimporta el tiburón, aprovéchenlo ustedes-.

Los ánimos se calentaron, los pescadores estaban agresivos, uno de ellos golpeo a Lotharen el estómago y todos furiosos se arremolinaron alrededor de él machete en mano en posde guerra.

Sin más remedio Lothar tuvo que aceptar, -está bien pinches locos lo voy a mover-, perodicho eso alzó la mirada y el tiburón ya no estaba, -bueno parece que algún sensato ya noshizo el favorcito-.

Los pescadores y aldeanos se miraban unos a otros, toda la población estaba en la trifulca,sabían que nadie podía haber movido al animal.

-Pues no pudo cobrar vida y saltar de vuelta al agua- se mofaba Lothar, pero la indignaciónentre los habitantes de la isla era honda y sagrada, pidieron a Lothar que recogiera suscosas al instante y se largara con su familia cuanto antes.

-Pero ¿qué les pasa? ¡No sean supersticiosos¡ esto es una broma ¿verdad? Esto es parte desu folclore para crear mitos de fantasmas y atraer turistas-.

Pero los habitantes de la isla dejaron en claro que no deseaban más turistas, que los últimosturistas que habían llegado, todos, habían desaparecido en circunstancias misteriosas y queLothar sería el último, le advirtieron por su vida que debía irse porque ahora tendría “lamaldición del tiburón” y no querían horrores en su isla, así que por la fuerza los desalojaron yni siquiera aceptaron ningún pago por el hotel.

Un hidroplano se puso a disposición para sacarlos del lugar, Lothar todavía quiso hacer unúltimo argumento a su defensa, pero un pescador con una escopeta lo golpeó con la cachadejándolo inconsciente.

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Lothar despertó en un hospital de la ciudad junto a su esposa, ella estaba muy molesta,

-¡Que cualidades tienes con la gente Lothar! ¿Por eso tus negocios se van a la quiebra?-

El doctor explicó que no había mayor daño que una leve contusión y que podía darlo de alta,pero mantenía la recomendación de tener mucha calma y mucho reposo. Bárbara muymolesta advirtió a su marido: -Regreso al trabajo y tu hijo a la escuela y tú podrásholgazanear todo lo que quieras en la casa, y si tanto te preocupa que no te vean, ¡nosalgas!-

A la mañana siguiente Lothar se despertó todavía aturdido con dolor de cabeza, en su lujosopent house en el piso 42, alcanzó a ver salir a su esposa llevándose a Paul sin dirigir palabraalguna, descalzo, todavía en pijama y sin afeitar, no terminaba de entender que es lo quehabía hecho mal, contempló las paredes de madera y los pocos cuadros abstractos, reparoen que tal vez nunca antes les había puesto atención, de pronto su enorme departamento decuatro recámaras, despacho y cuarto de jacuzzi se le antojaba extraño, y es que se percatóque salvo la recámara, del poco tiempo que realmente pasaba en su casa, siempre estabaen la oficina o en algún viaje de negocios, en su tiempo de ocio salían al cine, al restauranteo cualquier paseo, de pronto su propia casa le parecía poco familiar, debía ser unaconspiración del universo pensó y se dispuso a buscar desayuno.

Llamó por el intercomunicador en la pared varias veces a Gloria su sirvienta pero luegorecordó que le había dado la semana libre por las frustradas vacaciones, se adentró pues enla enorme cocina que cualquier modesto restaurante envidiaría, aunque era una zonaprácticamente desconocida para él, buscó comida en el enorme refrigerador de doble puertapero a primera vista no había nada agradable, había un galón de leche pero ya tenía grumosy además el refrigerador expedía un olor horrendo y es que se percató que estabadesconectado.

Entonces se dio a la tarea de vaciar el refrigerador y tratar de rescatar lo que no se hubieraya podrido si es que había algo, sacó un queso podrido, un jamón enlamado, sacó una

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cerveza que tenía buen aspecto así que la destapó y le dio un trago pero lo escupió porquesabía horrendo, sacó la verdura podrida y sacó un empaque con un pescado queincreíblemente se veía en buen estado, lo olfateo y tenía buen aroma, sorprendentemente seveía en condiciones óptimas para su consumo.

Calentó la sartén que tomó de un colgante, picó unos ajos, arrojó unos cuadros de tomatedeshidratados para caldos, el aceite, desempacó al pescado lo tomó por la cola y lo dejo caera la sartén.

En el instante que el pescado cayó a la sartén se empezó a retorcer como si estuviera vivo,Lothar no sabía mucho de cocina pero no le pareció normal, se inclinó hacia la sartén paraver a detalle que era lo que estaba pasando, el pescado se arqueó y resorteó saltando a lacara de Lothar mordiéndole la nariz.

La mordida tenía cierta fuerza, trató por reflejo de tomarlo con las manos pero el pescadoestaba hirviendo y le quemó las manos, se tambaleó pero como pudo casi a ciegas tomó unpar de sartenes y con ellos golpeó como platillos contra el pescado que cayó al suelo.

Lothar se echó hacia atrás sumido en su sorpresa el pescado retorciéndose en el suelo sesacudió las escamas como si cambiara de piel, dejó su antigua apariencia de mojarratomando aspecto de un recién nacido tiburón. Lothar horrorizado tomó al animalito por la colay lo lanzó dentro del triturador de comida.

Se tomó un momento para analizar la escena, aspiró y exhaló profundamente, pensó enllamar a un doctor, buscó en las páginas amarillas, encontró un anuncio llamativo que decía“Doctor especialista en animales marinos”, no reparó en si se trataba de un veterinario deinmediato marcó pensando sin querer en aquella historia macabra del biólogo y su abuelo.

Una señorita muy amable contestó y explicó que el anuncio se seguía publicando por unafalla en el sistema del libro amarillo, el doctor había desaparecido en un viaje de pesca haceya algunos años.

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Tratando de mantener serenidad Lothar no se explicaba el incidente de la cocina, suconclusión era que había entrado en un cuadro psicótico por un choque nervioso, de modoque se propuso buscar unas píldoras calmantes en el botiquín del baño.

A la puerta del baño notó que había agua en el suelo como si tuviera una fuga, giró la manijay entre abrió la puerta que se le azotó súbitamente en la cara, forcejeó por abrirla peroestaba atascada, empujó con más fuerza, la puerta cedía un poco pero se volvía a cerrar,como si hubiera alguien del otro lado empujándola.

Tomó más vuelo y arremetió contra la puerta que cedió al instante, el impulso lo llevó aimpactarse contra la bañera, el agua desbordaba de la tina, de súbito saltó un pequeñotiburón que le mordió el brazo, Lothar sangrando y doliente no tuvo tiempo para asombrarse,con la otra mano jaló la cortina del baño y con ella envolvió al tiburón por la cara paraasfixiarlo, tras un tremendo esfuerzo logró su cometido, el animal dejó de morder, despuésse precipitó a la puerta principal para intentar salir del pent house, pero las llaves no estabancolgadas en su lugar de costumbre y la chapa tenía puesto el cerrojo.

Tratando de recuperar su aliento y su cordura aunque aún en pánico, pensando en cómosalir avanzó hasta un estrecho corredor que por un lado comunicaba al cuarto del jacuzzi,donde no quería entrar intuyendo que de cualquier cosa con agua podría salir otro “tiburónfantasma” y al otro extremo terminaba en la ventana, junto a ella nada más que la mesita delteléfono, decidió por la ventana para ver si por fuera podía encontrar un tubo o algo de queasirse para bajar, 42 pisos de altura no le antojaban ningún esfuerzo, pensó después en laescalera de emergencia pero estaba en la terraza a la que solo se accedía cruzando elcuarto de jacuzzi.

Por un instante se cuestionó si lo estuviera imaginando todo, aún así prefería salir cuantoantes, aunque tuviera que cruzar el jacuzzi dado que no se le ocurría otra forma de salir.

Caminó con sigilo, conforme se acercaba comenzó a brotar agua por debajo de la puerta, yase temía lo peor y estaba dispuesto a repetir la hazaña del baño, esta vez la puerta no opusoresistencia, se abrió completamente, Lothar dio un par de pasos y vislumbró perplejo una

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escena de pesadilla.

Un escualo mucho más grande de lo que esperaba, gordo, fuerte, Gris oscuro, flexible,enrollado como serpiente abarcando todo lo que daba el yacuzzi, el animalón asomó lacabeza con el hocico abierto desafiante presumiendo sus múltiples hileras de dientes.

Con movimientos bruscos y torpes el tremendo animalón de articulaciones imposibles dandode tumbos se lanzó contra Lothar que volteó de reojo a la terraza con la esperanza de saltarsobre el escualo, pero pronto entendió que subestimaba a su adversario que podía saltarconsiderablemente arqueando su cuerpo, no tuvo más sino echarse atrás, por cada paso eltremendo tiburón daba un desafiante salto obligándole a retroceder de vuelta por el pasillohasta la ventana donde tropezó con la mesita del teléfono y cayó al suelo.

No pudo sino defenderse con la mesita, El tiburón lanzo su feroz ataque dando brincos apesar de su gran peso, Lothar logró interponer la mesita debajo del monstruo, las patas de lamesa quebraron al instante, aún con su flexibilidad imposible el tiburón no podía colocar susfauces por debajo de su estómago, pero con sus brincos el peso de la bestia comenzaba aaplastar a su víctima, en uno de los lances Lothar logró posicionar sus piernas en elestómago del tiburón, con toda su fuerza empujó y el tiburón salió volando por la ventanaprecipitándose al vacío.

Pocos instantes después llegó Bárbara con Paul y al ver la ventana destrozada miró conasombro a su marido, -está bien tu ganas nos vamos de vacaciones pero esta vez yoescogeré el lugar y ¡ni se te ocurra pronunciar ni media palabra Lothar Gold! o todo lo quedigas será usado en tu contra-.

Paul miró a su padre tendido en el suelo boquiabierto con araños y sangre, -Los adultostienen toda la diversión-. Bárbara y Paul se retiraron, dejando solo a Lothar sintiéndose comoloquito en el suelo sin poder argumentar defensa alguna.

Bárbara los llevó a unas cabañas en las montañas donde el clima era un poco frío peroagradable, el paisaje hermoso, no había nada sino bosque en kilómetros a la redonda, un

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lugar ideal de reposo, Paul tenía mucho lugar para jugar al aire libre, ella trabajaba en susdiseños en la computadora portátil con internet inalámbrico y no había ningún reportero quepaseara por ahí, Lothar se sabía incapacitado y confiaba en el buen juicio de su esposa quedespués de todo había reaccionado bastante bien.

Eran atendidos por un viejito montañés de pelo blanco y grandes patillas con un sombrerovaquero doblado por el frente, daba la impresión como si fuera un buscador de pepitas en los40'S en la fiebre del oro.

- Aquí van a encontrar todo el descanso y la tranquilidad que deseen, a estas cabañasvienen muchos escritores famosos a escribir sus obras, pero no puedo divulgar sus nombrespor proteger sus identidades o esto estaría atestado de fanáticos en busca de autógrafos-

Lothar y Bárbara se miraron tratando de contener la risa.

- Oiga usted no es un escritor ¿verdad?-

Lothar dudando un poco de la cordura de aquel viejito contesto que él era un simpleempresario venido a menos y con trastornos de estrés. El viejito miró con ojos escudriñantes

-¿no le irá a dar el mal del resplandor? ¿Señora quiere que retire las hachas? Uno nuncasabe-.- ¿el mal del resplandor?--Sí ya saben de Stephen King, el loco que se quiere matar a su familia en un hotel durante elinvierno-.-Ah ya, la película Hollywoodense--No se preocupe- dijo Bárbara -aquí la dominante de la familia soy yo-Lothar hizo un gesto de risa pero se contuvo.- Ah es usted como la de bajos instintos ¿eh? No se preocupe por aquí no hay nadie enkilómetros a la redonda, si quiere puede andar desnuda por los alrededores de la casa sinpreocupación-Bárbara se sonrojo y Lothar moría de risa -creo que usted ha visto demasiadas películas y

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nosotros solo somos personas normales sencillas y hasta aburridas, pero así nos gusta, nose preocupe por nosotros--Bueno entonces uno de estos días puedo llevar al chiquitín al lago, es un lugar muy bonito

de aguas dulces apacibles y cristalinas, estoy seguro que le gustará mucho-Al instante Lothar se puso blanco y su corazón entró en arritmia. Pero antes de que dijeranada Bárbara le contuvo, -No te preocupes el lago esta a muchos kilómetros de aquí, estarásseguro y ni siquiera veras el agua-

El viejito montañés alegre se puso a disposición y se marchó, notaron la decoración de unpez vela en la pared, acto seguido dicha decoración estaba enterrada en el bosque y apenasse asomaba la punta del disecado pez.

Los próximos días fueron de descanso, no se consumía pescado, no se veía la televisión,Paul y el viejo montañés se hicieron amigos y jugaban juntos, practicaban beisball, Bárbaratrabajaba sin interrupciones, Lothar leía revistas de automóviles, por fin parecían unasverdaderas vacaciones.

Una mañana Bárbara marchó al pueblo por provisiones no sin antes advertir a Lothar que elpequeño Paul saldría de paseo con el viejo montañés. Lothar relajado se preparó una tazade café, salió al pórtico a leer el periódico a criticar y hacer burla de las noticias. Leyó unanota sobre el cambio climático y cómo era indispensable reducir emisiones contaminantes, altiempo encendió un cigarrillo, -es verdad después de tanto tiempo entre urbes ahora queestoy en un lugar de aire limpio y puro ya empiezo a sentir ganas de respirar directo de unmofle de carro-, la siguiente nota que leyó era sobre la crisis económica mundial, -¿porquées mundial? Por el “efecto mariposa” pero en pedo, alguien se tira un pedo en filipinas yaquí…- la siguiente nota, las drogas, -coño si se legalizaran las drogas, como sucedió con elalcohol, dejaría de ser un problema de violencia y se convertiría en un problema de salud,claro que para salud tengo que hablar yo ¿eh?- se saltó unas cuantas páginas en elperiódico y buscó otra cosa que leer.

Un reportaje de unos pescadores que decían que su isla estaba maldita, un isleño explicabaque los tiburones de esa área eran demonios cuya función era matar a un ser querido

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provocando un acto de venganza al grado de perder la cordura y una vez locos noencontraban venganza sino la muerte.

Lothar empalideció por la nota, después pensó: claro que como yo no pretendo venganzaalguna no tengo nada de qué preocuparme, ¿o sí?

Por si las dudas tomó el celular y llamó a Bárbara, ella estaba en una tienda del pueblo,contestó pensando que Lothar había perdido la cordura, aprovechando Bárbara pregunto porsu hijo Paul que se había ido con el viejo montañés a pasear en el lago.

Lothar escuchó lago y se estremeció, soltó el teléfono y salió de la casa despavorido enbusca de su hijo.

Bárbara supo que lo había estropeado al mencionar el lago, se preocupó sobremanera conese sexto sentido que suelen tener las mujeres y dejó al instante todas sus compras inclusofue a por un policía, pensando que su esposo estaba enfermo y que podría haber perdido lacordura.

Lothar salió de la casa pero no había ningún coche y el lago estaba a kilómetros, salió a lacarretera tratando de detener algún auto que pasara, pero no era una carretera muytransitada y no pasaban autos muy seguido así que se puso a correr sobre la carretera.

Bárbara encontró a un patrullero y le informó de la situación, argumentando que su esposohabía sufrido un colapso nervioso y que podría estar en peligro, el patrullero dio aviso a labase por radio y llevó a Bárbara a bordo de la patrulla.

Un coche pasaba por la carretera y Lothar desesperado se paró enfrente de él, el coche notuvo más opción que detenerse, Lothar se aproximó a la ventanilla del conductor y pidió quele llevaran con urgencia al lago pues su hijo estaba en grave peligro. Pero quienes iban abordo del coche eran un par de viejos que se miraron uno al otro prefiriendo acelerar dejandoatrás a Lothar.

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Paul y el montañés, estaban abordando un pequeño bote de remos, el pequeño Paul estabamuy entusiasmado – ¿Vamos a pescar un tiburón?--¿Tiburón? ¡Ja! aquí no hay ningún tiburón, 2los tiburones son de agua salada, esto es aguadulce, ¿de dónde sacaste tal idea?--Mi papá y yo una vez fuimos a cazar a un gran tiburón blanco--Pues debimos haber traído una caña más grande ¡ja!-

Bárbara y el patrullero llegaron a la cabaña, pero no había señal de Lothar, y se dirigieronentonces camino al lago.

Lothar seguía corriendo sobre la carretera, la adrenalina, el miedo, el pánico le permitíancorrer gran distancia y soportar el cansancio sin bajar la marcha, detrás de él se aproximabaun tráiler que transportaba grandes troncos de tala de árboles.

Lothar nuevamente se paró valiente a cortar el paso en medio de la carretera agitando losbrazos, el conductor hacia tocar la bocina de forma incesante, Lothar no cedía un centímetroinconsciente de que frenar tal armatoste no era tarea fácil.

En el lago el montañés preparaba la carnada a bordo del bote para disponerse a pescar, elpequeño Paul alzó el rostro, se cubrió el sol con la mano y entrecerró los ojos tratando deafinar la vista -¡Dijiste que no había tiburones en el lago!- el montañés sin distraerse preparólas cañas, -si pues ahora lo vamos a pescar, como en la peli del 73 ¿o era 74?- Paul alinspeccionar las cañas hizo una mueca -pues deberás que necesitamos una caña másgrande-

El desastre en la carretera era formidable, llantas enormes rodaron sueltas, el tráiler volcadoy separado de la cabina, los enormes troncos pesados bloqueaban el paso de la carretera, elconductor con la frente ensangrentada alzó la mirada observando a Lothar corriendo sinparar, preguntándose ¿qué pasaba con ese loco?

2 Algunas especies de tiburón como el tiburón toro pueden vivir tanto en agua salada como en agua dulce e incluso se lesencuentra en algunos ríos.

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Poco después del otro lado del traíler volcado llegaban Bárbara y el patrullero, al no poderseguir de frente, Bárbara también echó a correr por la carretera en dirección al lago, elpatrullero tuvo que quedarse atrás a pedir auxilio por radio, el conductor accidentado no seexplicaba ¿por qué tantos locos en su turno?

El montañés con gran algarabía lanzó su caña al agua, ahora había que guardar silenciopara no espantar a los peces, Paul un poco consternado respondió, -no creo que él se asustede nosotros-, en ese momento el montañés avistó impávido al tremendo tiburón que se lesvenía de frente, el escualo arremetió contra el bote y los tiró al agua.

Llegó Lothar hasta el lago y corrió dando de gritos hacia el muelle.-¡Déjalo, cómeme a mí, es a mí a quien quieres hijo de puta, ven por mí!- saltó al agua,chapoteó tanto como pudo tratando de llamar la atención del tiburón, le gritaba a su hijo quenadara hasta la orilla, -¡nada Paul!, ¡nada con todas tus fuerzas!- pero Paul estaba todavíamuy cerca del gran blanco que merodeaba mirando a Paul con la oscuridad del abismo ensus ojos de tiburón.

El montañés no tuvo tiempo de citar otra película, nadó interponiéndose entre el tiburón yPaul, el gran blanco no hesitó un solo instante y se revolvió mordiendo al viejo por el pecho,su mordida tenía tanta fuerza que casi partió al montañés por la mitad y se hundió con suvíctima.

Bárbara había conseguido llegar al lago, alcanzó a ver al tiburón y horrorizada le gritó a Paulque nadara, que no volteara, que solo nadara y corrió a la orilla a dónde Lothar pero antesse percató como el tiburón flanqueaba preparando su próximo ataque.

Lothar miró a Bárbara, no pudo decir nada, solo con una mirada angustiada parecía mostrarque no estaba loco después de todo, acto seguido se echó a nadar a donde Paul, nuncaquiso pensar si ya era demasiado tarde, tampoco reparo en qué oportunidad tendría contraaquella bestia, no dejó de mover los brazos, ya daba igual.

Paul también echó a nadar, con la misma determinación que su padre tal vez genética, no

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reparó en cuan cerca estaba del tiburón, por un instante se preguntó si sobreviviría o si loharía su padre, nunca se le ocurrió pensar que la bestia bien podía con los dos.

El tiburón se sumergió hasta lo más hondo para tomar impulso, abrió las enormesmandíbulas y se dejó ir con tanta fuerza que saltó un par de metros sobre el agua con supresa ensangrentada entre su boca, el lago se tiño de sangre, Bárbara no quería dar créditoa sus ojos llenos de lágrimas, pocos minutos después inexplicablemente el tiburón quedómuerto flotando sobre la superficie del lago ante la mirada en llanto de Bárbara.

Las autoridades determinaron que un canal subacuático comunicaba el mar con el lago pordónde había llegado el tiburón que se había muerto ahogado por el agua dulce y la falta deprofundidad no sin antes dar muerte a un montañés y a Lothar Gold.

EPÍLOGO

10 años después....

Museo del Campo Chicago Illinois, firma de autógrafos por la presentación del libro en laexposición temporal “La Maldición del Tiburón” por Paul Gold.

Tras una larga sesión de autógrafos, Steven organizador del evento agradece a Paul, ahoratodo un hombre alto, delgado, buen mozo, de camisa y corbata pero con su inseparablechamarra de piel y la rebeldía en su sonrisa de mentón fuerte, solo le hacía falta un sombreropara pensarlo como el protagónico de una película, Stephen calificó la sesión como un éxito,con un apretón de manos no pudo evitar preguntarle ¿en que se basó para semejantehistoria? con una mueca y su característica sonrisa Paul miró a su amigo y respondió quetodo era verdad, Steven se carcajeo escéptico y reclamó a tono de burla que cosas así solopasaban en la “dimensión desconocida”.

Una voz ronca les interrumpió. -¡Es cierto!, yo he visto cosas peores, he visto pendejos cazartiburones, por despecho, por odio, por venganza y luego cuando el puto bicho ya esta muerto

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regresa del infierno a seguir matando-.

Voltearon sus miradas hacia aquel hombre, era un patán de bigote corto mal formado concamisa de franela a cuadros rojos y gorra de mezclilla que a pesar de hablar con purasgroserías con sus dientes chuecos causaba una cierta gracia.

-Yo les puedo contar como el pinche adorno de una mandíbula de tiburón disecada en lapared le cayó encima a un cabrón degollándole con el filo de sus dientes bien conservados,cambiaron de pared el pinche adorno y tras un pequeño temblor la pinche mandíbula le cayóencima a una vieja, que caminaba por el pasillo en ese preciso momento, después de esoguardaron el puto adorno en el ático y un mal día un par de mocosos se metieron a jugar ahí,uno acabó desangrado, la mandíbula disecada del tiburón estaba cerrada como si hubieramordido al cagón escuincle, más tarde al papá le entró la depresión y se suicido cortándoseel cuello, pero las marcas en su cuello eran idénticas a los dientes de un tiburón, je, les podrásonar a cagada pero pasó en realidad, ¿por qué no vienen un día de estos de pescaconmigo? Y les cuento historias para que te escribas otro pinche librillo de éstos ¿eh?

Paul esta vez no dibujó su sonrisa, intercambió miradas incrédulas con su amigo Steven,luego observó con detenimiento al sujeto de la camisa de franela estudiando su propuesta…

FIN