La llorona

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LA LLORONA Paola abaunza,sirley tunjuelo

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LA LLORONA

Paola abaunza,sirley tunjuelo

La Llorona es un espectro del  que, según la 

tradición oral, se presenta como el alma en pena de

una mujer que asesinó o perdió a sus hijos, busca a

estos en vano y asusta con su sobrecogedor llanto a

quienes la ven u oyen. Si bien la leyenda cuenta con

muchas variantes, los hechos medulares son siempre

los mismos.

La presencia de seres fantasmales que lloran en los ríos por motivos

diversos es una característica recurrente de la mitología aborigen de

los pueblos prehispánicos. Es así como pueden encontrarse rasgos de

estos espectros en varias de las culturas precolombinas, que

eventualmente, con la llegada de los conquistadores españoles, fueron

asumiendo rasgos comunes gracias a la expansión del dominio

hispánico sobre el continente. La leyenda es una historia que posee

referentes míticos en el universo prehispánico, pero que instaura su

drama y su cortejo imaginario y angustiante en el orden colonial.1

La presencia de seres fantasmales que lloran en los ríos por motivos

diversos es una característica recurrente de la mitología aborigen de

los pueblos prehispánicos. Es así como pueden encontrarse rasgos de

estos espectros en varias de las culturas precolombinas, que

eventualmente, con la llegada de los conquistadores españoles, fueron

asumiendo rasgos comunes gracias a la expansión del dominio

hispánico sobre el continente. La leyenda es una historia que posee

referentes míticos en el universo prehispánico, pero que instaura su

drama y su cortejo imaginario y angustiante en el orden colonial.1

delinframundo y de la lujuria que aparece en algunas

representaciones con los brazos descarnados. Hermosa mujer, se

aparece a los hombres, los enamora y los seduce para después

transformarse en esqueleto y llevarse el espíritu de sus víctimas al

inframundo. Auicanime era considerada entre los purépechas como la

diosa del hambre (su nombre se puede traducir como la Sedienta o

la Necesitada). También era la diosa de las mujeres que morían al dar a

luz en su primer parto, las cuales, según la creencia, se volvían

guerreras (mocihuaquetzaque), lo que las convertía en divinidades y,

por ende, en objetos de adoración y ofrenda.4

Finalmente, Cihuacóatl, para los mexicas, era diosa de la tierra (

Coatlicue), de la fertilidad y de los partos (Quilaztli), además de

mujer guerrera (Yaocíhuatl) y madre (Tonantzin), tanto de los

aztecas como de sus mismos dioses. Mitad mujer y mitad

serpiente, la diosa que emerge, según la leyenda, de las aguas

del lago de Texcoco para llorar a sus hijos (los aztecas) es el sexto

presagio de la devastación de la cultura mexica a manos de los

conquistadores venidos del mar.5 Cihuacóatl, en particular,

muestra tres aspectos característicos: 

los gritos y lamentos por la noche; la presencia del agua,nota 1 pues tanto 

Aztlán como la gran Tenochtitlán estaban cercados por ella —con lo que ambos

sitios estaban conectados por coincidencias no solo físicas, sino también

míticas—; y ser la patrona de las cihuateteo, que de noche vocean y braman en

el aire. Estas son las mujeres muertas en parto que bajan a la tierra en ciertos

días dedicados a ellas en el calendario con el fin de espantar en las

encrucijadas de los caminos y que son fatales para los niños. Esta abundancia

de diosas conectadas con cultos fálicos y de la vida sexual fue génesis no solo

de la Llorona, sino también de otros fantasmas femeninos que castigan a los

hombres, como la Siguanaba, la Cegua o la Sucia.