La Llanura núm. 72

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Qué lejos parece que nos queda ya lo pasado aunque hace solo unos años que lo vivimos. Exactamente 6 años, 6. Por lo mucho que hemos vivi- do, por la intensidad de lo acontecido, por las personas que se han ido o por cualquier otra razón, el sentimiento que nos queda es el de lejanía, además de otros muchos que se atropellan por salir. Este editorial de la Llanura es el número 72, seis años mes a mes, en los que asomamos nuestro pensa- miento e inquietudes a esta portada de la revista que tanto nos cuesta y tanto queremos. En ellos hacemos pú- blico y notorio todo lo que entre los redactores del periódico de Arévalo y comarca nos bulle, ilusiona, inquieta, preocupa, ilusiona, etc. Hoy es inevitable que volvamos la vista atrás y veamos lo que ya dijera el poeta: “…se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar.” Mas aunque todo pasa, todo queda. Y quedan mu- chas cosas. Atrás quedó, hace mucho tiempo, el miedo a no poder hacer lo que una noche imaginamos en la Bi- blioteca Municipal de Arévalo. Lo que hacemos cada mes parece a veces como que se viniera haciendo desde hace mucho más tiempo, casi desde siempre, pero no es así, pues desafor- tunadamente hemos pasado muchos años, tal vez demasiados, sin que en esta ciudad sucedieran cosas. Y como “…se hace camino al an- dar” estamos ya mirando hacia lo que tenemos por delante. Seguimos traba- jando por la Cultura y el Patrimonio de Arévalo y las Comarcas. Quere- mos que jóvenes periodistas, prepa- rados y mucho más cualificados, se unan a este proyecto pleno de ilusión. Nuestras páginas siguen francamente abiertas a todos los que tengan algo que quieran decir o a propuestas que quieran realizar. Complacidos de la cada vez más frecuente tarea de com- partir nuestro proyecto, que ya es de todos, y al tiempo recibir la participa- ción de ciudadanos anónimos que ilu- sionados están contribuyendo a crear un rico y variado archivo de nuestro pasado y memoria. Esta revista se hace cada mes con la realidad que habita las calles y cam- pos de Arévalo y las Comarcas, pero también de sus sueños, los de las gen- tes que los habitan y que quieren com- partir con todos sus convecinos. Em- peñados en construir un lugar mejor donde vivir, donde tengan cabida to- das esas iniciativas que de otra mane- ra morirían sin ver apenas la luz. Pero nos deben permitir que nos sintamos labradores de un espacio donde las ideas puedan germinar y crecer, pues esta es nuestra mayor ocupación y preocupación. Sentimos la obligación de defender este espacio de libertad, pese a quien pese, pero sobre todo so- mos dichosos por los numerosos sen- timientos que alberga la Redacción de “LA LLANURA de Arévalo”. Resul- taría imposible en este espacio, al que cada mes nos asomamos ante ustedes, referir lo que sentimos por los que nos han abandonado físicamente o la ilusión que tenemos por los proyec- tos que van apenas naciendo; lo que es sentir la presencia de los que en la distancia del tiempo o la geografía les separa de nosotros; lo que al recibir un agradecimiento o una crítica senti- mos; etc. Es puro Sentimiento. Y nos alegra enormemente que usted, lector, la sienta suya. GRACIAS. AÑO VII TERCERA ÉPOCA — NÚMERO 72 ARÉVALO — MAYO DE 2015 http://lallanura.es Hasta aquí hemos llegado

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La Llanura número 72-mayo de 2015

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  • Qu lejos parece que nos queda ya lo pasado aunque hace solo unos aos que lo vivimos. Exactamente 6 aos, 6. Por lo mucho que hemos vivi-do, por la intensidad de lo acontecido, por las personas que se han ido o por cualquier otra razn, el sentimiento que nos queda es el de lejana, adems de otros muchos que se atropellan por salir.

    Este editorial de la Llanura es el nmero 72, seis aos mes a mes, en los que asomamos nuestro pensa-miento e inquietudes a esta portada de la revista que tanto nos cuesta y tanto queremos. En ellos hacemos p-blico y notorio todo lo que entre los redactores del peridico de Arvalo y comarca nos bulle, ilusiona, inquieta, preocupa, ilusiona, etc.

    Hoy es inevitable que volvamos la vista atrs y veamos lo que ya dijera el poeta: se ve la senda que nunca se ha de volver a pisar. Mas aunque todo pasa, todo queda. Y quedan mu-chas cosas. Atrs qued, hace mucho tiempo, el miedo a no poder hacer lo que una noche imaginamos en la Bi-

    blioteca Municipal de Arvalo. Lo que hacemos cada mes parece a veces como que se viniera haciendo desde hace mucho ms tiempo, casi desde siempre, pero no es as, pues desafor-tunadamente hemos pasado muchos aos, tal vez demasiados, sin que en esta ciudad sucedieran cosas.

    Y como se hace camino al an-dar estamos ya mirando hacia lo que tenemos por delante. Seguimos traba-jando por la Cultura y el Patrimonio de Arvalo y las Comarcas. Quere-mos que jvenes periodistas, prepa-rados y mucho ms cualificados, se unan a este proyecto pleno de ilusin. Nuestras pginas siguen francamente abiertas a todos los que tengan algo que quieran decir o a propuestas que quieran realizar. Complacidos de la cada vez ms frecuente tarea de com-partir nuestro proyecto, que ya es de todos, y al tiempo recibir la participa-cin de ciudadanos annimos que ilu-sionados estn contribuyendo a crear un rico y variado archivo de nuestro pasado y memoria.

    Esta revista se hace cada mes con

    la realidad que habita las calles y cam-pos de Arvalo y las Comarcas, pero tambin de sus sueos, los de las gen-tes que los habitan y que quieren com-partir con todos sus convecinos. Em-peados en construir un lugar mejor donde vivir, donde tengan cabida to-das esas iniciativas que de otra mane-ra moriran sin ver apenas la luz. Pero nos deben permitir que nos sintamos labradores de un espacio donde las ideas puedan germinar y crecer, pues esta es nuestra mayor ocupacin y preocupacin. Sentimos la obligacin de defender este espacio de libertad, pese a quien pese, pero sobre todo so-mos dichosos por los numerosos sen-timientos que alberga la Redaccin de LA LLANURA de Arvalo. Resul-tara imposible en este espacio, al que cada mes nos asomamos ante ustedes, referir lo que sentimos por los que nos han abandonado fsicamente o la ilusin que tenemos por los proyec-tos que van apenas naciendo; lo que es sentir la presencia de los que en la distancia del tiempo o la geografa les separa de nosotros; lo que al recibir un agradecimiento o una crtica senti-mos; etc. Es puro Sentimiento. Y nos alegra enormemente que usted, lector, la sienta suya. GRACIAS.

    AO VII

    TERCERA POCA NMERO 72

    ARVALO MAYO DE 2015

    http://lallanura.es

    Hasta aqu hemos llegado

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    Actualidad

    LA LLANURA de Arvalo.

    Publicacin editada por: La Alhndiga de Arvalo,

    Asociacin de Cultura y Patrimonio.Avda. Emilio Romero, 14-B - 05200 Arvalo

    [email protected]

    Nmero 72 - mayo de 2015 Depsito legal: AV-85-09

    Consejo de redaccin:Fernando Gmez MurielJavier S. SnchezJos Fabio Lpez SanzJuan A. Herranz LpezJuan C. Lpez PascualJuan C. Vegas SnchezJulio Jimnez MartnLuis Jos Martn Garca-SanchoRicardo Bustillo MartnSegundo Bragado Jimnez

    En este nmero: David Lpez Martn, Jos Flix Sobrino, Agustn Garca Vegas (Chis-pa), Marisa Calvo Martn, ngel Luis Sn-chez Fernndez y Patrocinio Ros.

    Fotografas: Jos Luis Ramos, Colegio Amor de Dios, Luis Jos Martn, David Lpez, Juan C. Lpez, As, Revista Semanal Deportiva y archivo de La Alhndiga.

    Dibujo en pagina 7: Antonio Ojea.

    Diseo y maquetacin: La Alhndiga, Asociacin de Cultura y Patrimonio.

    Imprime: Imprenta Cid

    La exposicin fotogrfica de mayo. Se inaugur el pasado 1 de mayo de 2015 una nueva edicin de La Memoria Fo-togrfica de Arvalo. Se trata en este caso de la sptima muestra que organiza ao tras ao nuestra Asociacin Cultural y, en este ao, al igual que el anterior, se ha querido seguir colaborando con los comerciantes e industriales de la plaza del Arrabal y calles adyacentes para que gracias a la disposicin de muchos de ellos, las treinta y cinco fotografas que componen la muestra lucieran en los es-caparates de sus tiendas y negocios. De esta forma la plaza del Salvador, la plaza de Tello, la calle Zapateros y la plaza del Arrabal se convierten a travs de los es-caparates que en ellas hay, en una gran sala de exposiciones.

    El lbum de la exposicin. Casi al tiempo de haber inaugurado la Memo-ria Fotogrfica de Arvalo de este ao 2015, se ha publicado en formato digi-tal el lbum de la exposicin. En l se pueden contemplar todas y cada una de las treinta y cinco fotografas que estn expuestas en los escaparates del Arrabal. Se puede descargar en: http://lallanura.es/Memfo/Memo-XII.pdf.

    III Certamen de Habaneras Ciu-dad de Arvalo. El pasado sbado 9 de mayo la Coral La Moraa organiz el III certamen de Habaneras ciudad de Arvalo celebrado en la Iglesia de San Miguel y en el que particip junto con la Coral Asociacin Musical de Peafiel (Valladolid) y la Coral Cantos de Luz de Medina de las Torres (Badajoz) . El audi-torio tuvo lleno absoluto y los asistentes pudieron disfrutar de las sonoras haba-neras conocidas tambin como cantos de ida y vuelta. Como colofn final, las tres corales interpretaron en conjunto las dos ltimas habaneras. El resultado final del certamen fue muy bien acogido por

    el pblico asistente y por los participan-tes.

    El colegio Amor de Dios se viste de fiesta. Como todos los aos, al llegar la fecha del 27 de Abril el Colegio Amor de Dios de Arvalo se visti de gala para celebrar la fiesta de su fundador: Jerni-mo Usera. El lunes 20 dio comienzo la Semana Usera en Arvalo, ofreciendo a toda la comunidad educativa distintas actividades: cine solidario para todas las edades, intercambio de cuentos y talleres de lectura con participacin de familia-res, coincidiendo con la celebracin del Da del Libro, y como preludio a la fiesta del da 27.

    Cerrando la semana, la vspera de la celebracin comenz con un pregn de fiestas, en el que los alumnos de 4 de ESO nos invitaron a brindar por todo lo que se hace realidad en el centro educati-vo; por los 55 aos de existencia del mis-mo; por la educacin que ellos y otros muchos reciben y han recibido aqu; por la herencia cultural y los valores que ha-cen de ellos personas ntegras y felices.Seguidamente se jug el tradicional y di-vertido partido de futbol de los alumnos de 4 ESO vs 3 E. Infantil; y alumnos vs profesores y padres. La comunidad educativa particip en el bocadillo solidario cuya recaudacin tendr como fin colaborar en la amplia-cin de una escuela en Angola. El lunes, como colofn a todos los fes-tejos se celebr la eucarista en honor al Fundador, Jernimo Usera en la parro-quia de Santo Domingo. Para este da se reservaron otras actividades como Gymkhanas, cuenta cuentos, talleres de sombras y exhibicin de esgrima, ba-tuka, zumba y torneos de ping pong. Como actividades complementarias y que unen a la familia Amor de Dios, el AMPA del centro organiz una excur-sin a la Cueva del guila, donde gran-des y pequeos disfrutaron de las mara-villas de esta tierra abulense.

    Leoncio Ramos Pajares. Leoncio Ramos Pajares vive actualmente en An-daluca. Su abuelo materno era de Ar-valo. Fue a Huelva y all hizo Facultativo de Minas y dirigi varias de ellas en la aldea de las Herreras, cerca de la locali-dad de Puebla de Guzmn. El prximo da 21 de mayo, Leoncio

    Ramos presentar un libro sobre Alonso Surez de la Fuente del Sauce, que fue obispo de Mondoedo, Lugo y de Jan desde 1500 a 1520, ao en que muri. Haba nacido en la localidad de Fuente el Sauz y tom su nombre de dicho lu-gar y su escudo fue una fuente de la que emerge un sauce. Se le llam el obispo constructor por las numerosas obras que mand realizar y sufrag. Su actividad edificatoria era enorme y los fondos des-tinados a ella parecan inacabables, hasta el punto en que se deca popularmente de l en Jan que haba descubierto el secreto de la mesa de Salomn, bajo la cual siempre que se buscaba aparecan nuevas riquezas.

    El Patrimonio Natural de la Mo-raa segn David Pascual. Se cele-br el pasado 8 de mayo, en la sala de conferencias de Caja Espaa-Duero, una

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    conferencia titulada La Moraa, Pa-trimonio Histrico y Natural (I). La conferencia, a cargo del fotgrafo David Pascual Carpizo, tuvo en esta ocasin como eje central la fotografa de Natu-raleza que el ponente realiza de forma habitual en los entornos de La Tierra de Arvalo y Moraa. Despus de una breve introduccin a cargo de Luis Jos Martn Garca-Sancho, David explic los mtodos que utilizan l y su compa-ero habitual David Martn Fernndez para realizar la difcil labor de captar imgenes de animales en sus hbitats naturales. Equipos, material, tcnicas de ocultacin, horarios, etc. A lo largo de la conferencia los asistentes pudieron dis-frutar de un espectacular video, adems de un notable nmero de fotografas rea-lizadas por el conferenciante. A todo ello le sigui un muy interesante coloquio en el que los asistentes participaron de for-ma activa en la charla.

    El Circulo actu en Palacios de Goda. El 25 de abril, el Grupo de Afi-cionados El Crculo de Arvalo repre-sent la obra Una noche en su casa, se-ora del francs Jean de Letraz.La actuacin tuvo lugar en Palacios de Goda con motivo de la festividad de San Marcos. Al igual que en el estreno de esta obra en Arvalo y la representa-cin a favor de la Asociacin contra el Cncer Infantil PIFANO, este vodevil fue del agrado del pblico, que disfrut de una trama tan sencilla como jocosa. La dedicacin de los actores y la intere-sante puesta en escena a cargo del propio grupo hacen de esta comedia una obra

    prxima al espectador y que, al propio tiempo, est dotada de todos los ingre-dientes de que se nutre el teatro. En prximas fechas se representar en otras localidades de la comarca.

    La iluminacin monumental. Nos vemos en la necesidad de recordar, nue-vamente, a nuestros responsables mu-nicipales que la iluminacin especfica dedicada a los monumentos arevalenses no pasa por su mejor momento. Cree-mos necesario revisar dicha iluminacin poniendo especial atencin al puente de Medina, as como a las torres de las di-versas iglesias que acusan sobremanera le dejadez que parece darse con respecto a lo que tiene que ver con el Patrimonio Cultural de Arvalo.

    Cincuenta aos a ritmo de dulzai-na y tamboril. El prximo 23 de mayo se celebrar en Arvalo la tradicional fiesta de quintos y que este ao corres-ponde a los que nacieron en 1.965. La fiesta dar comienzo al medio da con una misa en la parroquia de santo Do-mingo de Silos. Tras el acto religioso, en pasacalles y acompaados por la tpica dulzaina, desfilarn hasta las instalacio-nes del Crculo Cultural donde disfruta-rn de un aperitivo con baile. Al medio da, recorrern de nuevo en pasacalles el camino hasta llegar a un afamado res-taurante de la localidad, donde podrn disfrutar de un almuerzo de Hermandad, seguido de un baile hasta bien entrada la noche, donde los que an sigan aguan-tando, podrn disfrutar de un fin de fiesta en una de las discotecas de Arvalo.

    El Club de Senderismo en el Cami-no de Santiago. El pasado 23 de abril el club de senderismo Los Pinares de Arvalo ha realizado su ya tradicional Camino de Santiago por etapas. Reco-rriendo el Camino Francs, ms de una treintena de peregrinos-senderistas han partido de Santo Domingo de la Calzada, donde finaliz el pasado ao, hasta lle-gar a la localidad burgalesa de Hontanas,

    donde continuar el prximo ao. Cua-tro etapas pasando por las localidades de Belorado, Ags y Burgos capital. Fina-lizada la etapa en la capital burgalesa, pudieron visitar los que as lo desearon, la catedral y el Museo de la Evolucin. Durante las tres primeras jornadas el buen tiempo acompa a los caminantes pero el ltimo da la lluvia hizo ms dura la etapa. Quedan en el recuerdo las fotos con Migueln, los huevos con mor-cilla de Marcela y las muchas horas de peregrinacin y convivencia.

    El yeso: su elaboracin y empleo en la pintura y dorado de reta-blos. Es el ttulo del libro publicado por Crculo Rojo y del que es autora Sonia Santos Gmez. Colaboradora de La Llanura, Sonia Santos es Docto-ra en Bellas Artes en la especialidad de conservacin y restauracin de obras de arte. Es profesora en el departamento de Pintura y Restauracin y miembro del Grupo Investigador Tcnicas de Do-cumentacin, Conservacin y Restaura-cin del Patrimonio. En este estudio persigue una aproxima-cin a los mtodos de aplicacin y ca-ractersticas de las preparaciones de los soportes lgneos dorados y la pintura sobre tabla en general, tal y como se rea-lizaba desde hace cientos de aos hasta la actualidad.

    Registro Civil:

    Movimiento de poblacin abril/2015

    Nacimientos: nias 8 - nios 4Matrimonios: 1Defunciones: 2

    La revista mensual La Llanura puede recogerse de forma habitual en los siguientes establecimientos:

    Quiosco de prensa y revistas (calle de la Luz); Estanco de Te-jeda, Confecciones Domingo y Cafetera Desiree (Plaza del Arrabal); Estanco de Eva (calle Arco de vila); Vinilandia Bar (calle Barrionuevo); Ferretera Femalsa, Estanco de Tere, Bar Impacto, Asesora Fnix, Bar Avenida, Bar Sol y Seguros Ma-pfre (Avda. de Emilio Romero); Autoservicio Pilarn (plaza del Mila); La Cruz de Arvalo, Floristera Carmen y Kiosco Lala (Paseo de la Alameda); Golosinas Lolipop, Loteras Muriel, Perfumera Suma y Calzados Gonzlez (calle Zapateros); Ca-fetera Los Cinco Linajes (plaza de Tello); Centro de Mayores (plaza del Real); Biblioteca Pblica (calle de la Alhndiga).

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    La ingrata falta de espacios culturales en ArvaloCasi a diario, en cualquier calle o

    plaza de Arvalo, muchas personas nos consultan o nos proponen la reali-zacin de algn tipo de actividad cul-tural. Exposiciones, presentaciones de cualquier tipo, conferencias y charlas, tertulias y otras, son sugeridas de for-ma cada vez ms habitual por vecinos de nuestra Ciudad que, poco a poco, y cada vez ms, van interesndose por la actividad cultural arevalense.

    A menudo nos preguntan que, te-niendo en cuenta la gran aportacin de fotografas que se le hacen a la Aso-ciacin La Alhndiga, por qu no existe un espacio permanente en el que estas fotografas puedan, de forma alternada, ir siendo mostradas a los in-teresados.

    Respecto a la conferencias, no son solo los ciclos organizados por nues-tra propia Asociacin, sino que cada vez ms personas nos plantean ideas para realizar charlas y coloquios sobre temas concretos de Patrimonio, Arte, Naturaleza, Literatura...

    La tertulia literaria mensual es otro referente en cuanto a actos culturales que se realizan en Arvalo.

    Muchas de estas actividades y otras posibles se ven notoriamente merma-das por la falta de espacios culturales existentes en Arvalo.

    A da de hoy, y como espacios p-blicos, tenemos la sala de conferencias y la sala de exposiciones, ambas en la Casa del Concejo. Y nada ms.

    A veces estos espacios no estn disponibles dado que la sala de ex-posiciones, por ejemplo, est normal-mente ocupada por diversas muestras que canaliza el mismo Ayuntamiento

    y que forman parte, en general, de la programacin cultural de la Junta de Castilla y Len o de la Diputacin Provincial de vila.

    La sala de conferencias tiene, de forma habitual, ms disponibilidad, aunque est sometida a un cierto r-gimen burocrtico que a menudo en-torpece la tan necesaria fluidez que requiere la organizacin de una confe-rencia, charla o coloquio.

    Por otra parte, esta sala de confe-rencias, sufre ya de una cierta obso-lescencia. La carencia de un sistema de megafona moderno y funcional, el incomodo espacio de la tribuna con respecto a la pantalla de proyeccin o la falta de mamparas que permitieran adaptar el espacio a la previsin de asistencia a cada acto concreto, son algunas de las limitaciones con que cuenta esa sala.

    Aadir, por otra parte, que, pese a que nuestros responsables municipa-les han afirmado en multitud de oca-siones, que estos espacios estn reser-vados de forma prioritaria para actos

    culturales, en la prctica son los actos polticos o sindicales los que priman sobre cualquier otra consideracin. Como ejemplo claro, decir que los das de este mes de mayo, no se han podido realizar algunos actos culturales que estaban previstos desde hace tiempo debido a que la sala estaba reservada a la posible eventualidad de que algn partido quisiera usarla en estas fechas de campaa electoral.

    Ya hemos dicho en muchas oca-siones, y lo diremos tantas como haga falta, que las actividades culturales necesitan espacios fsicos para poder ser desarrolladas. Insistimos en que es preciso que la institucin municipal sea proactiva y que apoye, potencie y promocione las verdaderas manifesta-ciones culturales que se dan en Arva-lo. Para ello es totalmente necesario que existan espacios pblicos en los que se puedan realizar actividades que van a enriquecer, sin ninguna duda, la vida cotidiana de la Ciudad y de sus ciudadanos.

    Juan C. Lpez

    Propuesta de Jornadas de Medio Ambiente.El pasado 29 de abril se ha presen-

    tado en el Registro del Ayuntamien-to de Arvalo una solicitud de La Alhndiga, Asociacin de Cultura y Patrimonio por la que se solicita al alcalde que a travs de la Concejala de Medio Ambiente se organicen unas Jornadas Medioambientales en las que se podra dar participacin a las distin-tas personas y colectivos ciudadanos interesados, adems de a los colegios e institutos de Arvalo. Todos debe-

    ran ser invitados a participar aportan-do ideas y propuestas de actividades a estas jornadas.

    Sin entrar en demasiados detalles sobre las acciones a realizar, que de-beran ser acordadas entre todos, s creemos importante el que incorporen jornadas de educacin cvica, alguna jornada de limpieza de zonas pbli-cas, en especial en las indicadas en el prrafo introductorio, disponer de espacios pblicos que pudieran servir

    para que las personas interesadas par-ticiparan en la plantacin de especies arbreas, uso y promocin efectiva del Aula de la Naturaleza existente en la Casa del Concejo, y un largo etc. que, como indicamos, puede irse confor-mando en reuniones entre las personas y colectivos interesados en ello.

    Desde esta Asociacin se ha pedi-do a otros grupos asociativos que se unan a esta propuesta realizando la co-rrespondiente solicitud en el Registro del Ayuntamiento de Arvalo.

    Redaccin.

  • No hay luna como la de ene-ro, ni amor como el primero.

    Durante el paseo vi la luna sobre el horizonte, enorme, redonda y plena. Era enero y vino a mi memoria el re-frn y seguido la evocacin de ese pri-mer amor. Un amor que no todos han tenido, segn me cuentan e incluso algunos han olvidado me dicen otros. Veo tambin a algunos que no sienten amor por nadie, tal vez por el dinero y lo que comprar puede. All ellos.

    Para m son dulces recuerdos que tengo presentes, no he olvidado ni su olor siquiera. Un aroma dulce como de golosina. Tan joven era que no conoca las palabras suficientes para expresar lo que senta. Para poder decir lo que era sentir su mirada desde su pupitre. Una mirada limpia como de manantial, con la luz que entraba por el ventanal en aquella vieja escuela que aun existe, pero con otros moradores.

    Muchos aos despus supe que quien no entiende una mirada tampo-co comprende una larga explicacin. Por eso, quien ha tenido un primer amor sabe lo que su mirada me deca. Ese nerviosismo antes de intercambiar las primeras torpes palabras de cono-cimiento mutuo. Luego, ganada una cierta confianza y amparado en el gru-po, los primeros acercamientos a esa ensoacin que no se iba de mi cabe-za, que me haca pensar en ella cada momento del da.

    Cuando el ms leve roce de su piel en la ma me quemaba, si en un fortui-to encuentro al intercambiar el plumier o la goma de borrar se produca el con-tacto. Torpeza a la que no encontraba explicacin. Ms tarde, las primeras bromas de nuestros compaeros y ah sus primeras sonrisas, inocentes y lim-

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    Amor primero

    pias, al tiempo que me miraba. Imagi-no que yo a ella tambin.

    Poco a poco, igual que crece la luna, nos fuimos acercando el uno al otro al tiempo que nos separbamos del resto. Esos momentos a solas, casi sin decir palabra, pues ni me salan, ni saba qu decir ni haca falta llenar con palabras esos efmeros instantes. Solo con sentir su brazo junto al mo, mien-tras caminbamos con un candor ex-tremo por el patio, era suficiente para sentir una especie de violenta sacudida que me naca como del estmago, casi tirando al corazn. Imaginaba que eso era el amor, al tiempo que comenza-mos a emplear entre nosotros palabras sencillas y tiernas acompaadas de le-ves caricias y apretones de manos.

    Conforme el tiempo pasaba nos fuimos acostumbrando el uno al otro y llegamos a tener miedo de no volver-nos a ver cuando las vacaciones llega-ban al colegio. Una angustia difcil de soportar y un miedo que me atenazaba cuando al regreso de las vacaciones no saba cul sera su reaccin al verme de nuevo en la escuela. Entonces todo ello desapareca cuando su mirada y su sonrisa me acertaban de pleno y se-guido, de sus labios, idolatrados labios como de cera y rojos como cerezas maduras, sala un hola apenas percep-tible. Qu felicidad tan plena! Luego a lo largo de la vida he sentido momen-tos casi como este.

    Y as, curso a curso la vida iba pa-sando y nuestro amor, porque aquello

    era amor del bueno, creciendo. Y un da sus labios apenas rozaron los mos y cre desfallecer y supe que la quera ms que a ninguna otra. Me quemaron como si tuviera fuego en esa idolatra-da boca carmes totalmente perfecta. Claro que esto que cuento muchos no lo creern, puede que por mi fama de cuentista o porque ellos nunca han te-nido un primer amor.

    Con el tiempo, y mi socializacin, creyeron que haban matado en m esa ternura infantil, pero todava la siento a diario e incluso la veo en otros. Ges-tos que observo en personas de toda condicin y edad: abuelos con nietos, hermanos con hermanos, padres con hijos. Y me miran y en su mirada reco-nozco que conservan esa ternura casi como la del primer amor.

    Veo tambin personas incapaces de ofrecer a otros un gesto amable, una sonrisa, una caricia. Gentes grises y tristes, vctimas de ese afn por ma-durar que nos intentan inculcar desde pequeos. Pobres gentes de espritu desdichado que se mueven el resto de su vida entre la turbacin de su afn por medrar y el amor equivocado hacia lo material. Viven sin mirar siquiera la luna.

    Por eso, cuando miris la luna y re-cordis vuestro amor primero recordad que no hay nada ms bello. Ni nada ms triste que nunca haber amado, si-quiera cuando se fue nio.

    Fabio Lpez

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    Si piensas que ests vencido, lo es-ts. Si piensas que no te atreves, no lo hars. Si piensas que perders, ya has perdido. Y es que muchas carreras se han perdido antes de haberse corrido. Y muchos cobardes han fracasado antes de haber su trabajo empezado. Piensa en grande y tus hechos crecern. Piensa en pequeo y te quedars atrs. Piensa que puedes, y podrs. Es bueno correr, pero es mucho mejor poder correr.

    Bien, aqu me tienes, me digo a m mismo cuando ya me encuentro camu-flado entre la espesa muchedumbre mul-ticolor a punto y dispuesto para tomar la salida.

    Son las 9 de la maana en Madrid, y despus de ocho aos corriendo, ha-ciendo un montn de carreras populares, de 5 Km., de 10 Km., y varias medias maratones, me dispongo a cumplir con la mxima ilusin, el reto mayor de to-dos hasta la fecha. Los 42 kilmetros y 195 metros de la maratn de Madrid, la cual me propuse acabar hace ahora unos seis meses.

    Creo que ya es un acto de valor el estar aqu, no solo mo, tambin de las 30.000 personas que estn dispuestas a sacrificarse y superarse ante cada reto personal. En los que incluyo a mi her-mano Carlos y a mis amigos J. Rueda, A. Carrero, J. Pelayo, Jorge, Elena y Ana, que tanto en los 21 Km. como en los 10 Km. pondrn lo mejor de ellos mismos para intentar superarse. Y que seguramente sin su apoyo nunca habra podido llegar hasta aqu. Son momentos en los que los nervios recorren todo tu cuerpo y no te dejan muy bien pensar. Solo sientes la necesidad de ponerte a correr cuanto antes. Pero aun as inten-tas acordarte de todos los motivos que te han llevado a estar aqu, y me acuerdo de Hctor y Hugo, ya que han sido ellos los que me han aconsejado y me han ayu-dado durante estos seis meses a preparar de la mejor manera posible esta prueba tan dura. Y cmo no acordarme de mi familia, pero sobre todo de mi madre, es ella la que me ha cuidado y la que me es-peraba con la comida puesta despus de cada entreno para que tuviese una buena alimentacin. Porque aunque me dijese que estaba loco pegndome esas palizas a correr, s que ella era la primera que me apoyaba y confiaba en que pudiera lograrlo.

    El ambiente es espectacular, no pue-de haber ms gente. Salgo del cajn nu-mero 2. Con un tiempo estimado de fina-lizarla sobre mi preparacin de 3 horas y 30 minutos, lo que me llevara a correr a

    Crnica de mi primera maratn (Madrid 26-4-15)una media por debajo de los 5 minutos el Km. A mi lado est Jorge Pelayo que correr la media maratn y que decidi correr los primeros 13 Km. conmigo hasta donde las dos pruebas se separan. Suena el disparo y tres minutos despus conseguimos empezar a movernos y pa-sar por la lnea de salida. Son Km. en los que tienes que estar con mil ojos ya que con tanta gente es imposible poder coger ritmo y una cada aqu sera fatal.

    (...)

    Llegamos al Km. 13 y mi amigo Pe-layo se despide de m desendome suerte y dndome mucho nimo. La verdad que fue un momento un poco triste sabiendo que el resto me tocaba hacerlo solo.

    (...)Sigo corriendo a un buen ritmo, un

    poco alto pensaba yo, pero cmodo, y pensaba en si mis amigos habran lle-gado ya a la meta y que seguramente estaran celebrndolo. Saba que hasta el Km. 30, el llamado muro, todo iba a ir bien. Era bajando hasta la Casa de Campo y es en esa zona donde sabia que empezaba mi verdadero maratn. Lle-gamos al Km. 30, y es cuando nos cae el autentico diluvio universal. La calle ya esta anegada de agua y presiento que ms que una lucha contra el crono va a ser una lucha de supervivencia por poder acabarla dignamente. Que mala suerte de da, pienso.

    (...)Miro el reloj y veo cmo el ritmo

    empieza ligeramente a descender. El dolor se va apoderando de m y todava me faltan casi 10 Km. Agacho la mira-da y la fijo en el asfalto, veo muchsima gente que se para, otros se retiran, gente incluso llorando porque no pueden ms, me impacta tanto verlo que aunque yo probablemente est peor que ellos les suelto un nimo, correspondido por otro de esa misma persona a la cual t no conoces de nada. Llego al siguiente avituallamiento y la inclinacin de la ca-lle hasta la rotonda de Atocha nos da una ligera tregua. Empiezo a tener bastantes ca-lambres. Ahora ms que correr me dejo llevar por la fuerza que queda en mis piernas. En este momento, justo al pasar el Km. 37, cuando el agotamiento es tan extremo, violentamente

    irrumpe en mi pensamiento la molesta e inevitable pregunta que todo corredor popular se ha formulado en un momento u otro de sus escaramuzas atlticas: Por qu corro?

    (...)

    Ah estn, mojndose como yo y esperando a que de una vez por todas asomase la cabeza, son mis amigos y la gente que me quiere. Me emociono, la verdad. Ya no tengo dolor, o por lo me-nos eso quiero pensar, y los ltimos 195 metros intento disfrutarlos al mximo.

    (...)Empapado hasta las cejas por el fuer-

    te aguacero que continua cayendo aun con ms fuerza que en el Km. 30 y ha-biendo perdido 3 kilos de peso, paro el crono en 3 horas, 25 minutos y cuatro segundos, entro el n 1612 de casi 13.000 personas y casi ms de 500 retirados. Ex-tiendo los brazos alzando la vista al cielo a la vez que piso con fuerza la alfombra de chips. Bien, aqu me tienes, me digo a mi mismo. Lo he conseguido! El reto era difcil y complicado pero aplicando la combinacin de una picarona estrate-gia con una mnima dosis del factor suer-te el poder mental ha conseguido ganarle la batalla a la debilidad fsica.

    Alguien me ha puesto en la mano derecha una botella de bebida isotnica y colgado al cuello una pesada medalla que me califica como FINISHER del maratn de Madrid. La miro, la contem-plo como un preciado tesoro, un valio-so trofeo que para m es tan importante como lo puede ser la de oro conseguida por el ganador de la prueba que ha termi-nado en 2 horas 12 minutos.

    Ya estoy en el nivel superior, en lo ms alto del escalafn, me he convertido en un maratoniano.

    Filpides, ya soy como t, un hroe. Es bueno correr, pero es mucho mejor poder correr.

    David Lpez Martn 26 de abril de 2015

    (Fragmentos)

  • pg. 7 la llanura nmero 72 - mayo de 2015

    Los ondulados campos de Piteos son un verde ocano embravecido. La soledad solo es aparente, cada cual est en su sitio: Trina el londro en vuelo, contesta la cucuruchona desde el sue-lo, en el terrn la terrera, en la mata el triguero, en el lindero la collalba, en el barbecho el bisbita, desde la carrasca la tarabilla, la codorniz, machacona, desde la cebada, sisea el sisn en cada salto, beben ortegas del charco, el mo-chuelo asomado a su agujero.

    El macho perdiz cuchicha eufrico desde su lindero. Ante la presencia de un competidor que apeona por el ca-mino con un ir y venir constante para marcar su pequeo territorio, ajea cor-tamente para volver al enrgico pio-neo con el que intenta llamar la aten-cin de una hembra cercana que ha puesto en l sus ojos anillados de en-cendido rojo. Tal vez por eso lo llaman rojo pasin. Y de sangre pues el pati-rrojo est dispuesto a herir a su compe-tidor con su crneo espoln como ose acercarse ms.

    Acaricia el macho de aguilucho ce-nizo el mar de cereales con sus plumas remeras. Ha llegado unos das antes que su compaera a su territorio de cra para tomar posesin. El negro de la punta de las alas contrasta con el gris y blanco del resto del cuerpo. Otro ma-cho, un poco ms lejos, realiza el mis-mo vuelo rasante sobre los inmensos sembrados. No son competidores, cada cual espera a su hembra. Incluso llega-rn a criar cerca para sentirse algo ms protegidos. Acaban de regresar del Sahel, este invierno han tenido suerte capturando gran cantidad de langostas.

    Cinco hembras perezosas de avu-tarda se dirigen, en poderoso vuelo, al otro lado del Trabancos donde los grandes machos ya llevan bastantes das exhibindose. No, la soledad en Piteos solo es aparente. Como recuerdo del paso humano, inclinado sobre uno de los cerros, se alza un grueso pare-dn partido en dos por una gran grieta vertical producida por la espada de un titn llamado tiempo. Construido con canto rodado, cal, arena e hileras de ladrillos. Aunque los hombres abando-naron el lugar hace ya trescientos aos, el resto de los habitantes habituales si-guen en su sitio, fieles a su territorio.

    La vieja encina de la cruz de hierro es testigo mudo de aquellos aos. All

    Cenizo se mat un cura cuando se encabrit la mula que montaba y lo estrell contra su duro tronco. Hace ya tantos aos, que solo los ms viejos saben por qu al rbol solitario al pie del camino de la Cebolla lo llaman la encina del cura y por qu la cruz de hierro, que sus ante-pasados clavaron para recordarlo, se ha incrustado en su corteza como si hierro y rbol fueran ya una misma cosa.

    Han pasado dos semanas. Las hem-bras de cenizo ya han llegado. Uno de los machos realiza acrobacias para atraer a su compaera. Se remonta alto y, en vuelo picado, realiza varios bucles llegando, incluso, a simular un ataque a su hembra en el que casi se enganchan con las garras. Pero todo est calculado, no llegan a tocarse, demuestran su destreza para la caza. Parecen dos rapaces diferentes pues la hembra es de tonos marrones y ocres mucho menos contrastados, con los que intentar pasar desapercibida du-rante la incubacin.

    Han elegido una cebada de ciclo corto que ya est algo crecida. La hem-bra pone cuatro huevos en el suelo y tumba con su cuerpo las caas circun-dantes. La espera un mes sin moverse, incubando en solitario. El macho es el encargado de alimentarla. Da a da va llevando topillos, lagartijas, gazapos, pajarillos, ratones, culebras, saltamon-tes Todo vale para alimentar a su pareja durante el delicado trance de la incubacin.

    Este ao han eclosionado tres de los huevos. Durante los primeros das,

    el macho de cenizo sigue siendo el que aporta las presas, la hembra se encar-ga de despiezarlas, repartirlas entre su prole y proteger el nido. Quince das despus la hembra tambin caza, pues los pollos, aunque an no vuelan, ya pueden defenderse solos.

    ltima semana de junio. El verde mar se ha convertido en dorada mies. Un ruido monstruoso rompe la tranqui-lidad de la llanura cerealista. La hem-bra se levanta para localizar la proce-dencia. La cosechadora es un gigante que tiene por boca un rodillo enorme y varias filas de dientes metlicos que cortan como cuchillas y se acerca en lnea recta al nido. Sus hijos, que an no saben volar, ante tal amenaza solo pueden quedarse agazapados contra el suelo. Macho y hembra vuelan nervio-sos por los alrededores del nido pero nada pueden hacer. La cosechadora se acerca. Devorar a sus hijos, a los que tanto esfuerzo y cario han dedicado.

    De pronto, al llegar a un palo con un trapo blanco, el gigante ruidoso y metlico gira ligeramente dejando el nido intacto. Cosechada la cebada, la pareja de cenizos ve desde el aire cmo una lgrima de cereal no ha sido cortada y en el centro se encuentran sus tres hijos a salvo.

    Aunque no es lo habitual, el dueo de la parcela vio el nido y lo marc con un trapo blanco para que la cosechado-ra lo respetara.

    En Arvalo, da de los Comuneros de 2015

    Luis Jos Martn Garca-Sancho

  • pg. 8 la llanura nmero 72 - mayo de 2015

    Piensa mal y enfermars. La Dra. Candance Pert una reconocida Psico-farmacloga norteamericana, ha de-mostrado que unas molculas llamadas neuropptidos y sus receptores, son el fundamento biolgico de nuestra con-ciencia. Cada vez que pensamos y habla-mos, estos neuropptidos actan como mensajeros que viajan por nuestro cuer-po depositando pequeas cantidades de sustancias qumicas en nuestras clulas. La calidad de esas sustancias est deter-minada por la calidad de nuestros pen-samientos. Si nuestros pensamientos son negativos, los elementos qumicos que estos mensajeros depositarn en nuestras clulas debilitarn nuestro sis-tema inmunolgico. Si por el contrario, nuestros pensamientos son amorosos, optimistas o simplemente positivos, los elementos qumicos que sern deposi-tados en nuestras clulas fortalecern nuestro sistema inmunolgico.

    Si ltimamente no duermes bien, te levantas cansado y desanimado y todo se te hace cuesta arriba, quizs deberas vigilar tus pensamientos. Una estricta dieta a base de abstenerte de ver deter-minados programas de televisin, res-tringir los telediarios a uno por semana como mximo, dar largos y amenos pa-seos por la naturaleza, poner tierra de por medio con el maledicente, el envi-dioso y el desconfiado, abrir la puerta de tu casa al bondadoso, al desprendido y al optimista, no comer nada que tu abuela no reconocera por su aspecto, conquistar cada da al menos media hora de silencio y soledad y procurar prolongar esa media hora todo lo que puedas, de forma que las palabras que pronuncies despus no enturbien tu paz ni la de los que te rodean. Hasta ahora a todo esto se le llamaba altruismo, fi-

    lantropa, imperativo tico, bienaventu-ranzas o karma. Pero hoy, con argumen-tos cientficos por delante, ya podemos llamarlo simplemente salud. Egosmo bien entendido, vaya. Amor propio.

    Uno de los refranes ms mezquinos que nos ha deparado el acerbo popular ha sido el de piensa mal y acertars. Pues bien, en los ltimos aos, ante la avalancha insoportable de corrup-ciones, corruptelas y corruptos, esta sentencia ha ido tomando cuerpo en la conciencia social de los espaoles, como un enorme y voraz cangrejo ne-gro. Con tristeza escuchamos a la gente decir frases demoledoras, que no dejan ni un resquicio para que entre algo de aire: todos los polticos son iguales, el que puede robar uno, roba uno, el que mil, mil, es la condicin huma-na, todos tenemos un precio, y la que para m es la ms desoladora, utili-zada habitualmente para rematar cual-quier conversacin sobre este asunto : ... y lo que no sabemos, o su variante, an peor si cabe: ...y lo que no sabre-mos nunca. Incluso a mi mismo, lo admito, quizs alguna vez se me haya escapado sin querer alguna de ellas. De todas formas, en mi descargo y para de-mostrar que no tengo prejuicios, voy a escribir seguidamente el nombre de tres polticos a los que admiro: Luther King, Gandhi y Mandela.

    - Y espaoles?- Y que estn vivos?Bueno, bueno, no me compliquen

    ustedes el artculo que hasta ahora iba salindome de corrido. Yo solo quera decir que conviene vigilar lo que pen-samos. Los curas intentaron inculcar-nos que un solo segundo de consenti-miento en un pensamiento lascivo nos condenara sin remedio a una eternidad

    en el infierno. Naturalmente al minuto siguiente ya nos sentamos todos irre-misiblemente condenados a pasar se-senta eternidades junto a Pedro Botero, as que de perdidos al ro. Se trata de otra cosa. Ahora sabemos que un pen-samiento negativo es una molcula que se incorpora a nuestro organismo y pasa a formar parte irremediable de l, como nuestro bazo o nuestros pulmones o el color de los ojos. Nadie bebera irres-ponsablemente de un agua que sabe que est emponzoada, pero lo paradjico es que en este caso nosotros somos, si-multneamente, el agua, el sediento y el envenenador. El tiempo es un tigre que me devora, pero yo soy el tigre, escribi Benedetti.

    Dicen que cuando Valle-Incln, de resultas de un violento lance de basto-nes, result herido en el brazo que aca-bara perdiendo y le llevaron al hospital casi exange, llam Echegaray con el que Valle haba tenido algn enfrenta-miento por cuestiones literarias- para ofrecerle una transfusin de su sangre, a lo que Valle se neg exclamando: La sangre de Echegaray no, la san-gre de Echegaray no, que estar llena de gerundios!. Algn da llegaremos a ver a alguien rechazar una transfusin de sangre proveniente de una persona amargada, no vaya a ser que est llena de telebasura.

    Es cierto que estas ideas no son nuevas en absoluto desde Confuncio, Buddha o los filsofos presocrticos, pero s lo es su naturaleza estrictamente cientfica, mdica, emprica. Por algo siempre se ha dicho que a partir de los cuarenta aos todo el mundo es un poco responsable de su cara. Observen si no la que tienen casi todos los polticos. Bueno, pues son los neuropptidos. Y lo que no sabemos.

    Jos Flix Sobrino

    Y lo que no sabemos

    AGENDA DE ACTIVIDADES

    Tertulia literaria. Nuestra habitual tertulia literaria, co-rrespondiente al mes de mayo, tendr lugar el viernes, da 15 de ese mes en la sala Adaja de la posada real Los cinco lina-jes y el tema a tratar ser La Palabra.

    Conferencia sobre La muralla de Arvalo. Dentro del ciclo Arquitectura, Patrimonio cultural y Casco histrico disfrutaremos, el prximo viernes, da 29 de mayo, de una nueva conferencia coloquio en la que se hablar so-bre La muralla de Arvalo. Estar a cargo del arquitecto Francisco Jurado y comenzar a las 20:30 horas en la Casa del Concejo.

    Conferencia Cmo era Teresa de Jess. El sba-

    do 30 de mayo a las 21:00 horas, en la iglesia de San Martn, tenemos previsto realizar una conferencia que, bajo el ttulo Cmo era Teresa de Jess, correr a cargo de Francisco M. Tejedor (Paco Duque), Prior de los PP. Carmelitas de Alba de Tormes.

    Marcha por el arroyo Caras. El domingo 31 de mayo, realizaremos, junto con el Club de Senderismo Los Pinares de Arvalo, una marcha que nos llevar desde su unin con el Arroyo de la Mora y siguiendo el curso ascen-dente del arroyo Caras, hasta su nacimiento en el trmino municipal de Montuenga.

    Memoria Fotogrfica de Arvalo. Hasta el prximo 31 de mayo se podr seguir visitando la exposicin Memoria Fotogrfica de Arvalo en los escaparates del Arrabal.

  • pg. 9 la llanura nmero 72 - mayo de 2015

    C/ Palacios de Goda, 7 (Polgono Industrial) Arvalo

    Tfno. y Fax: 920 303 254 - Mvil: 667 718 104

    Ta-ta-ta chn o ta-ta-ta chn... Que creo yo que s, que esta vez va a ser la buena o por lo menos que nada quede por mi parte.

    Llevo tiempo dndole vueltas al asunto y lo mismo es el momento. Aprovechando las circunstancias, el ti-rn y por supuesto las fechas en las que estamos, ms o menos oportunas para un penltimo intento en lo relacionado con la Biblioteca Municipal de Arvalo. Ah, soy el encargado!

    Les voy a hacer un poco de historia, eso s, breve: se inaugur en 1987 con aproximadamente 4.500 volmenes, gracias a un convenio de colaboracin entre la Excma. Diputacin Provincial de vila y el Excmo. Ayuntamiento de Arvalo. En aquellos momentos el local era ms que suficiente, casi podra decir que grande. Sobraba sitio por todos los lados, o mejor dicho faltaban libros. Era fro y el horario de apertura era de 17.30 h. a 19.30 h.. Los libros ocupaban ms o menos una sptima parte del local, la calefaccin era escasa, mala y produca dolor de cabeza; la iluminacin insufi-ciente, casi penosa. Pero era el principio y era lo que haba.

    Despacio, muy despacio, ya sabe-mos lo que es la Cultura en Espaa, fue creciendo. Lentamente. Ao tras ao mejorando las condiciones, siempre des-pacio. Y as se pasaron muchas vicisitu-des y altibajos que sera largo de contar. En algn momento recuerdo campaas de donacin de libros para, poco a poco, ir rellenando las estanteras. Qu tiem-pos! ramos muy pobres!

    En un momento dado, el desarro-llo fue acelerando, quizs la bonanza econmica, y la Biblioteca comenz a crecer, y crecer y crecer; pero al cre-cimiento exponencial en el contenido (me refiero al nmero de libros), le co-

    rresponda uno, no lineal sino nulo, del continente (me refiero al espacio para colocar los libros). Esto sin duda lleva al colapso del sistema.

    De unos aos a esta parte, y tambin debido al desarrollo de las nuevas tec-nologas, lo que ha llevado tambin al incremento de donaciones, la Biblioteca se ha colapsado. Para meter un libro hay que sacar otro. Llevamos aos haciendo equilibrios para aumentar el nmero de metros de estanteras, pero se ha llega-do al lmite. Hecho este que sin duda beneficia a bibliotecas de otras locali-dades de la Moraa, que incrementan sus fondos con nuestros descartes, pero que, por lo menos a m, me produce mu-cha pena. Llevo pidiendo ms espacio a todo el mundo unos aos, pero nada, en su momento se les pidi tanto a Pap Noel, s, Santa Claus, como a los Reyes Magos, en cartas certificadas y con acu-se de recibo. Pero nada. Que si quieres arroz Catalina!

    En la actualidad, en la Biblioteca, as a ojo de buen cubero, puede ha-ber unos 28.000 libros; pero lo que mu-cha gente creo que todava no sabe, es que hay otros 4.300, ms o menos, en la Biblioteca de Emilio Romero, corres-pondientes a la donacin de parte de su biblioteca, debidamente registrados y catalogados, pero en modo almacn, en estanteras; as como otros casi 2.000, correspondientes a la donacin de parte de la biblioteca del Doctor Torres, que promete ms donaciones, debidamen-te registrados y catalogados, estos en modo almacn, pero en cajas.

    Llevo muchos aos pidiendo ms espacio para la Biblioteca, al menos cuatro alcaldes van ya, pero por unas cosas o por otras, nunca se puede. Y he de reconocer que prcticamente me haba rendido. Sin embargo, ltimos acontecimientos acaecidos en la Ciudad

    de Arvalo, me han abierto los ojos y la esperanza de nuevo, para hacer un pe-nltimo intento.

    Y digo yosi no es posible que apa-rezca alguno de estos estudiantes, j-venes, preparados, emprendedores, con msteres o asimilados que pudieran elaborar algn proyecto para solucionar lo mo, me refiero al tamao de la Bi-blioteca Municipal, que lo presente en el Excmo. Ayuntamiento, y quin sabe. Porque pudiera aprobarse y dotarse eco-nmicamente. El momento es inmejora-ble, el espectro puede ser amplio pues caben desde Decoradores, Interioristas, Diseadores de Interiores, Interiores de Diseo, etc., pero no haramos ascos a Aparejadores o Arquitectos Tcnicos e incluso Arquitectos, Ingenieros o ese t-tulo tan bonito que siempre quise tener desde pequeo: Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos, pues no en vano te-nemos dos ros y una playa o dos.

    Junto al patrimonio Histrico, Ar-quitectnico, Gastronmico, Medio-ambiental, etc., creo que La Biblioteca Municipal tambin es un Patrimonio Cultural, que ya tenemos, que debemos valorar, y sobre todo conocer y usar para disfrutar. No s, yo al menos lo pensara y quin sabe si las fechas son propicias. Conviene pensarlo.

    Alguien me dijo, que como ltimo recurso se lo comentara a estos de La Alhndiga, que por lo visto, aunque con mucho trabajo, consiguen algunas cosas, no s. Tambin me han dicho que, si quieres conseguir algo, es mejor que no se lo digas a ellos, que ni se lo co-mentes, porque basta que lo propongan ellos para que caiga en saco roto. No s, ya digo que no s qu hacer. Que conste que yo por lo menos lo he intentado.

    Por Dios, qu envidia de las ri-beras del Arevalillo!!! Pero de la sana, eh? No empecemos a liarla.

    Agustn Garca Vegas (Chispa)

    Que digo yo, que...

  • pg. 10 la llanura nmero 72 - mayo de 2015

    Nuestros escritores y poetas

    El paso y el eco

    A mi amigo Jos, que tanto bien hace al pueblo de Narros con este libro que hoy presentamos. Y a santa Teresa y a

    san Juan, protagonistas del mismo.

    I

    Con rigor y con constancianos has escrito una historiade la mayor importancia. Dedicaste a nuestra Santauna placa y fue semilladel libro que a nuestra villahoy presta importancia tanta. Honda entrega. Voz sencilla.Con tu callada noblezadas al libro la bellezaque hoy se va a ver en La Cilla.

    IIRosas. Lirios. Maravilla! La Santa, santa Teresa.Juan, el de la cruz sencilla,el Santo, que tanto pesa. Los dos Santos de Castilla,san Juan y santa Teresa,han pisado nuestra villa. Los muros de nuestra Cillase hacen eco hoy de su paso.Maana, toda Castilla. Con rigor y con constancianos has escrito esta historiade la mayor importancia.

    ngel Luis Snchez Fernndez,

    La Cilla (Narros del Casti-llo), 4 de abril de 2015

    Santa mujer

    Adelantada a tu tiempo,mujer intrpida,de familia acomodadaen esta Castilla indita.

    Luchas contra viento y mareapara lograr el objetivo :reformar el Carmelollena de fe y bro.

    Te recorres estas tierrascon olor a cerealentre carromatos de maderay tu larga enfermedad.

    Pocos te apoyanpero no importa, Dios est contigoen la oscuridady en la luz que brota

    del mismo coraznque pones en todo,empeo y fortalezaa la vez que alegracontagias en cada recodo.

    Marisa Calvo Martn

    Todo el tiempo del mundo

    El futuro es territorio desconocido,cada repecho que doblamosnos lleva de uno u otro lugar.Cmo saber cul es el caminoadecuadoque tomar?

    Somos como ciegosque avanzamos tanteando,con las manos extendidas,y el alma en un puo encogidaesperando qu tocar.

    Esclavos de una ley desconocidadel azar,peones de una estadstica de [probabilidadessin probar.

    Palpamos con la punta de los ojosel terreno,para ver si es slidoo fugaz.

    Avanzando a pasitoslo ms cortos posibles,apoyados en el hombro niode la experiencia.O la esperanza,sin ms.

    Nuestro corazn brinca en el pechoante el menor repecho,de la sangresin bridar.

    Se sigue a pesar de todo,porque no hay otra salidaque tomar.

    Extticos,transidos de dolor a veces,contemplando sin verla luz tenue que parpadea,al fondo de cualquier pinar.

    All: al final,tras el teln de todos los das.Y de tan ya pocos aospor gastar.

    Ricardo Bustillo

    El Parque

    Se te nota al andar la tristeza,princesa.Se te nota al andar.

    Que a nadie engaa esa mueca de pegani esa sonrisa de ojal.

    Qu te ha ocurrido, princesa.a lo mejor nos lo querras contar?

    Solo somos un banco y un setoPero ya aprendimos a escuchar.

    Ricardo Bustillo

  • pg. 11 la llanura nmero 72 - mayo de 2015

    Narros del Castillo se ha unido en este 2015 a la celebracin del V Cen-tenario del nacimiento de santa Teresa con la publicacin de un libro titulado Santa Teresa de Jess y san Juan de la Cruz en Narros del Castillo. El eco de su paso, cuyo autor es Patrocinio Ros Snchez, hijo del pueblo que ha ejer-cido como profesor de Literatura en instituciones educativas de enseanza secundaria y universitaria.

    La presentacin de este trabajo tuvo lugar el da 4 de abril en La Cilla, la biblioteca del pueblo que se localiza en un espacio histrico, gustosamente rehabilitado para este fin cultural. El autor del libro rese el contenido del mismo y aprovech la ocasin para exponer algunos de los valores que ofrece la obra literaria de santa Tere-sa a los lectores de hoy. El acto con-t con una concurrida asistencia y se cerr con la degustacin de bebidas y aperitivos.

    Un yacimiento arqueolgico. El libro se estructura en cuatro apartados. En el primero el autor dedica unas l-neas al rico yacimiento arqueolgico que se descubri en 1974 en las inme-diaciones del ro Trabancos a su paso por la localidad. Las piezas arqueol-gicas encontradas se conservan en el Museo de la capital. En otro destaca el valor artstico que representa la iglesia mudjar de Narros, consagrada a san Juan Bautista y elogiada por los estu-diosos del arte.

    Narros y los msticos. Pero el n-cleo principal lo constituye la seccin que muestra la presencia o la relacin de los msticos abulenses Teresa de Je-ss y Juan de la Cruz con Narros. Un avance de esta relacin pudimos leerlo en el artculo que el autor public en el Diario de vila del 19 de agosto de 2012 titulado Caminos de la Reforma Teresiana. Santa Teresa en Narros del Castillo con motivo de la colocacin en la pared exterior del templo de una placa que desde ese da da testimonio visible de que santa Teresa asisti a la iglesia en octubre de 1570 y pernoct en el pueblo cuando a fines de ese mes iba camino de Salamanca o de Alba. En cuanto al mstico de Fontiveros, el libro reproduce una carta de 1589 dirigida a una joven natural de Narros del Casti-llo que aspiraba a ser monja carmelita y que, en efecto, termin profesando en la orden descalza. Adopt el nombre

    religioso de Ana de la Cruz. En relacin con estos testimonios

    que vinculan a los msticos abulenses con Narros, el libro contiene una serie de poemas que guardan estrecha rela-cin con el relato histrico que realiza el autor y que es producto de una in-vestigacin paciente y dedicada. Dos de los poemas salieron de la pluma de Unamuno y estn dedicados a la figura de Teresa de Jess y Juan de la Cruz. Estrecha relacin con los asuntos trata-dos guardan otras composiciones des-tacables, como Torre de altura, La Fundadora o En Alba hacia el amor de los amores.

    El convento de Duruelo: en las orillas del ro Almar. Existe tambin un captulo dedicado al convento de Duruelo, el primero de varones des-calzos, fundado por Santa Teresa y san Juan de la Cruz en una casa que le ha-ba donado un caballero de vila. En l, adems, se descalz san Juan de la Cruz en noviembre de 1568 y a partir de ese momento adopt en religin el nombre de fray Juan de la Cruz. En este lugarcillo, situado cerca de Narros del Castillo y an ms cerca de Blas-comilln, se mantuvo el convento por espacio de dos aos, en medio de un contorno apacible, surcado por la man-sa corriente del ro Almar, rodeado de silencio y protegido de los vientos del norte por encinas y alamedas.

    En 1570 se traslad a Mancera de Abajo y poco tiempo despus entr en decadencia hasta que en el siglo XVII se restableci en l la vida conven-tual. Pero llegado el siglo XIX sufri las consecuencias de la desamortiza-cin de Juan lvarez Mendizbal y los frailes tuvieron que abandonarlo forzosamente. No obstante, repartie-ron previamente sus imgenes entre los pueblos de alrededor, y luego una comisin encabezada por el prroco de Salvadis reparti diversos enseres del monasterio (muebles, ornamentos, va-sos litrgicos) entre pueblos circun-vecinos como Blascomilln, Salvadis, Viegra de Moraa, Gimialcn, El Ajo, Chaherrero o Miruea.

    Libro ilustrado. El libro, de 142 pginas, ostenta una portada artstica digna de destacar: lleva reproducido un cuadro de un pintor annimo del siglo XVII que se conserva en la Iglesia de Santa Teresa en vila titulado Santa Teresa visita en Duruelo a fray Anto-

    nio de Jess y a san Juan de la Cruz. Es acertada la eleccin puesto que en sus viajes a Duruelo los msticos fun-dadores de este primer convento de varones descalzos tuvieron que pasar por Narros en varias ocasiones, como acredita el autor. El interior va ilustra-do con adecuadas fotografas originales como, por ejemplo, la que reproduce la pila bautismal de san Juan de la Cruz en la iglesia de su Fontiveros natal. Otras son imgenes recientes de monu-mentos dedicados a los msticos en la amurallada ciudad abulense. Tambin se reproduce una estampa general de la valiosa iglesia mudjar de Narros o de paisajes y motivos alusivos al conteni-do que dan realce al texto, escrito con pretendida claridad con el fin de que los lectores, aun siendo un libro histrica-mente riguroso, lo lean con agrado. La impresin es de gran calidad.

    En los Caminos Teresianos: el eco de su paso. Su alcance, por lo rese-ado, no se limita a los habitantes del pueblo como pudiera sugerir el ttulo. Resultar de inters a todos aquellos que realicen la ruta de los msticos. Ve la luz en un momento muy oportuno y en un lugar muy propicio, pues Narros del Castillo forma ya parte importante de los Caminos Teresianos y dispone, al efecto, de un albergue. La ruta ofi-cial denominada De la Cuna al Sepul-cro tiene su origen en vila y, superado Fontiveros, cruza por Narros, punto inmediatamente anterior a Duruelo, contina hacia Mancera y termina en Alba de Tormes. Esta publicacin deja constancia de que tambin en Narros resuena el eco del paso de la Santa.

    Narros del Castillo en los caminos teresianos

  • pg. 12 la llanura nmero 72 - mayo de 2015

    La vuelta ciclista de 1935Creamos soar todava cuando

    en la maanita fresca y luminosa del lunes inicibamos la Vuelta a Es-paa detrs de un lote internacional de corredores. Pero era preciso ren-dirse ante la realidad. Aquello era la Vuelta a Espaa.

    As se empezaba en As, revista semanal deportiva, de fecha 6 de mayo de 1935 la crnica de la primera Vuelta Ciclista a Espaa que comenz en da 29 de abril de aquel ao y cuya prime-ra etapa, Madrid-Valladolid, pas, tal

    Clsicos Arevalenses

    y como muestra el testimonio grfico que acompa-amos, por la vecina localidad de Montuenga, entre otras.

    Excepcional estampa en la que podemos ver algunas de las edificaciones que aun se conservan, al menos en parte, y en la que, adems, podemos apreciar que el evento deportivo causaba cierta cu-riosidad.

    ...ooOoo...

    La ltima etapa fue emprendida con jbilo por todo el pequeo mundo trashumante que ha realizado la colosal caminata. Los corredores se enfundaron en jerseys nuevecitos y relucientes para lucir mejor en la apoteosis final y se revistie-ron tambin de una alegra indita. Pero el cielo, hosco y turbio, y el fro intenso les oblig a res-guardar sus jerseys con sus impermeables y entu-mecieron un tanto su alegra.

    El 15 de mayo de 1935 se celebra la ultima eta-pa de la primera Vuelta Ciclista a Espaa, Zamora-Madrid.

    Con retraso, naturalmente, sobre los horarios previstos debido en parte a los pinchazos y a las ro-turas de cadenas o de pedaliers, pasan por Arva-lo dejndonos esta estampa, tpica estampa en la que el fotgrafo recoge cmo algunos curiosos observan expectantes desde el Arco, el paso de los ciclistas por el puente de Medina.

    Hace de esto hoy 80 aos.Juan C. Lpez