La ley de: Éste es tu momento - Motivisión | Hoy es tu ... · 12 Hoy es tu mejor día de su...

14
11 La ley de: Éste es tu momento Para ser exitoso, hoy debo vivir al máximo cada momento. Hugh Long era un sucio alcohólico hombre de la calle divorciado dos veces. Vivía debajo de un puente y mendigaba en un semá- foro para mantener su vicio. En la guerra de Vietnam había sido prisionero de guerra y sus captores le habían arrancado todos los dientes, uno por uno, con unas pinzas, para torturarlo. Aún peor , una enfermedad atacó sus ojos y empezó a perder la vista lenta- mente. Estaba más lejos que nunca del éxitobueno, eso parecía para algunos. Un día, muy de mañana, se levantó y subió al techo de una granja. Empezaba a amanecer y mientras los rayos del sol comenzaban a cubrir el techo del viejo edificio en el que estaba sentado, empezó a orar y llorar. Estaba cansado de vivir de esta manera y quería cambiar. Clamó a Dios y le invitó a tomar control de su vida. I n- vitó a Jesús en su interior. Éste es el detonante para una vida po- sitiva. Desde ese momento cambió su vida. Dios lo tocó y sanó su vista en ese instante mientras lloraba. Él tomó la decisión de seguir los principios de Dios. Aprendió que Hoy era el mejor día de su vida porque decidió que cada día que él viviera sería el mejor y eso trajo a su vida una actitud positiva. Él empezó a dar gracias y a dar lo mejor de él, sin que importaran las circunstancias externas. Dejó de tomar, empezó a juntarse con otro grupo de personas, se casó nuevamente con una increíble mujer con quien tuvo una hija y consiguió un trabajo en una de las constructoras más grandes

Transcript of La ley de: Éste es tu momento - Motivisión | Hoy es tu ... · 12 Hoy es tu mejor día de su...

11

La ley de: Éste es tu momento

Para ser exitoso, hoy debo vivir al máximo cada momento.

Hugh Long era un sucio alcohólico hombre de la calle divorciado

dos veces. Vivía debajo de un puente y mendigaba en un semá-

foro para mantener su vicio. En la guerra de Vietnam había sido

prisionero de guerra y sus captores le habían arrancado todos los

dientes, uno por uno, con unas pinzas, para torturarlo. Aún peor,

una enfermedad atacó sus ojos y empezó a perder la vista lenta-

mente. Estaba más lejos que nunca del éxito… bueno, eso parecía

para algunos.

Un día, muy de mañana, se levantó y subió al techo de una granja.

Empezaba a amanecer y mientras los rayos del sol comenzaban a

cubrir el techo del viejo edificio en el que estaba sentado, empezó

a orar y llorar. Estaba cansado de vivir de esta manera y quería

cambiar. Clamó a Dios y le invitó a tomar control de su vida. In-

vitó a Jesús en su interior. Éste es el detonante para una vida po-

sitiva.

Desde ese momento cambió su vida. Dios lo tocó y sanó su vista

en ese instante mientras lloraba. Él tomó la decisión de seguir los

principios de Dios. Aprendió que Hoy era el mejor día de su vida

porque decidió que cada día que él viviera sería el mejor y eso

trajo a su vida una actitud positiva. Él empezó a dar gracias y a

dar lo mejor de él, sin que importaran las circunstancias externas.

Dejó de tomar, empezó a juntarse con otro grupo de personas, se

casó nuevamente con una increíble mujer con quien tuvo una hija

y consiguió un trabajo en una de las constructoras más grandes

12

Hoy es tu mejor día

de su ciudad.

En su empleo, cada día daba lo mejor de sí porque era el mejor

día de su vida. Había tareas que nadie quería hacer y, cuando otra

gente no quería hacer el trabajo difícil, él se esmeraba y hasta pe-

día que le dieran esas tareas difíciles.

Con el tiempo empezó a ascender puestos. El dueño y presidente

de la empresa iba a jubilarse y estaba buscando a alguien confiable

que tomara su lugar. Hugh fue elegido por el presidente por su

constante espíritu de servicio.

Muchos trabajadores que tenían más tiempo en la empresa y es-

taban “más calificados”, llenos de envidia, no estaban de acuerdo,

pero Hugh había demostrado que él era digno de ser presidente.

Cada día que él era presidente de la constructora era el mejor día

para la empresa. Trabajó muy duro, con esfuerzo y dedicación,

después de años, compró la constructora.

Hoy vive en su rancho que cubre más de seis kilómetros cuadra-

dos de terreno. Tiene cientos de cabezas de ganado. Construyó

un lago a un lado de su casa, y tiene una alberca con jacuzzi. Su

familia y amigos están cerca de él y vive completamente satisfe-

cho. Hace pocos años vendió la constructora y se jubiló siendo

multimillonario.

El señor Hugh es un clásico ejemplo de éxito. La ley que imple-

mentó dice: “Éste es el día que hizo Dios, me gozaré y me alegraré

en él”.1 Dios hizo este día especialmente para ti. Él te lo da con

mucho cariño. Dios te dio este regalo. Por eso se llama “presente”.

Como sólo tienes este momento y sólo podrás vivir este día una

vez, vívelo al máximo.

¿Te gustaría vivir el éxito como el señor Hugh? Creo que todos

13

La ley de: Éste es tu momento

anhelamos ser felices y alcanzar nuestros sueños. Para alcanzar

tus sueños, empieza a vivir cada día con gratitud y da lo máximo.

Eleva tus expectativas acerca de ti, de tu día y de tu vida. Espera

cosas grandes cada día y cada momento.

Cuando me preguntan en la calle: “¿Cómo estás, Salomón?”, con-

testo: “Hoy es el mejor día de mi vida”, porque ayer ya pasó y ma-

ñana todavía no llega, sólo tengo este día, ¡más vale que sea hoy!

Cada día que tengo es el mejor. Todos los días son buenos. Hasta

el día que yo muera será el mejor día de mi vida. Yo le digo a mi

esposa que quiero que ponga en mi lápida esta frase: “Hoy es el

mejor día de mi vida”. Le dije que si quiere poner debajo de allí, “el

mío también”, pues qué bueno, porque también es su mejor día.

Depende de ti hacer de cada día el mejor día. Es una decisión. Esto

no significa que no vayas a tener problemas o dificultades, porque

todos los tenemos, pero puedes aprovechar este día al máximo, a

pesar de las circunstancias. Decide vivirlo plenamente, venga lo

que venga, porque no estás solo al tratar de cambiar tu actitud

hacia cada día, Dios te dará el poder para querer y hacer su vo-

luntad. Tal vez has tenido muchos días malos, pero hoy todo eso

cambiará porque hoy puedes decidir ser feliz.

Hoy es el primer día del resto de tu vida. Si estás leyendo este libro

en un café, en tu casa, en un consultorio, en la escuela, en el par-

que, en la cárcel o dónde sea, quiero decirte que hoy es tu mejor

día porque puedes cambiar tu vida desde este momento.

Inicia una nueva vida hoy. No importa el pasado. A partir de hoy

puedes mejorar y crecer.

Verás, tu futuro algún día será tu presente y tu presente algún día

será tu pasado, sólo importa hoy.

14

Hoy es tu mejor día

Dónde quiera que voy me gusta sonreír y animar a la gente. Si voy

a la tienda, al trabajo, a mi casa, a la iglesia, me gusta preguntarle

a la gente si están viviendo el mejor día de su vida. Siempre me

miran con sorpresa y luego dicen: “sí, tienes razón, hoy sí es mi

mejor día.” Entonces pasa algo increíble: cuando animo a alguien

más, eso me anima a mi y estoy aún más feliz.

Hay muchas cosas en la vida que no puedes controlar, excepto

cómo decides tomar las cosas. Muchas personas me han dicho

que el mejor día de su vida fue cuando se casaron o cuando nació

su bebé y eso es bello, pero, si ése es el caso, ¿para qué quieres se-

guir viviendo? Ya tuvieron el mejor día de su vida y se acabó. No

habrá mucha expectativa para el futuro si ya viviste tu mejor mo-

mento. Pero si crees que todavía mejores cosas pueden suceder,

vivirás con expectativa. Y donde hay fe para el futuro, hay poder

para el presente. Lo bueno es que hoy puedes crear momentos

inolvidables estés dónde estés.

Un hombre que siempre estaba de malas subió al elevador de una

edificio; el encargado del elevador, muy sonriente, lo recibió con

un caluroso “buenos días”. El hombre, como casi nunca estaba de

buenas, lo miró con enojo mientras subía al piso deseado. El en-

cargado empezó a silbar una alegre melodía. El hombre gruñón,

aun más enojado, bruscamente preguntó: “¿Por qué estás tan con-

tento?” A lo cual el encargado espondió: “Es que es la primera vez

que vivo hoy y como nunca lo he vivido antes, estoy con la expec-

tativa de las cosas buenas que pasarán, para poner lo mejor de mí”.

Qué buena forma de ver la vida ¿no crees? Los dos hombres es-

taban viviendo el mismo día, en el mismo lugar. Sólo que uno de

ellos tenía algo muy preciado, algo que vale más que el oro. Él

15

La ley de: Éste es tu momento

sabía que podía cambiar su mundo si cambiaba su forma de ver

ese día.

Hoy no es “un día más”. Hoy es la primera vez que vives este tiem-

po. Cada día tienes que mirar todo como si estuvieras viéndolo

por primera y última vez, ¿por qué? porque la primera mirada

mantiene emoción en tu vida y la última mantiene gratitud en tu

vida.

La palabra de Dios dice: “Enséñame a contar mis días, que traiga a

mi corazón sabiduría”.2 Vive cada día intencionalmente.

La madre Teresa de Calcuta dijo: “Voy a pasar por esta vida una

sola vez. Cualquier cosa buena que yo pueda hacer o alguna ama-

bilidad que pueda hacer a algún humano, debo hacerla ahora,

porque no pasaré de nuevo por aquí”.

La vida es demasiado corta como para no disfrutar cada día. Hay

gente que dice seré feliz cuando me jubile o cuando reciba un au-

mento o me promuevan. Pero la vida pasa de prisa y si no la dis-

frutas ahora, ¿cuándo?

Tal vez dices “todo esto suena muy bonito, pero ¿qué tengo que

hacer para recordar que cada día es el mejor día de mi vida?” Yo

creo que es muy cierto el viejo refrán que dice: “Vive este día como

si fuera el último y algún día acertarás”. No sabemos exactamente

qué nos espera mañana, entonces vivamos hoy al máximo.

La Ley del Momento dice: “Dios te hizo en este momento de la

historia a propósito y con un fin específico”.

La reina Ester, en la Biblia, tenía que ir delante del rey y arriesgar

su vida para pedirle que librara a todo su pueblo de una matanza.

Era un momento difícil en su vida, pero su primo Mardoqueo le

dijo: “Quién sabe si para este momento has llegado”3. Le dijo ¿Quién

16

Hoy es tu mejor día

sabe?, porque sólo Ester podía saber si iba a vivir el momento que

Dios había dispuesto para ella y marcar su destino para siempre.

Ella tenía que tomar una decisión de vivir hoy al cien por ciento,

de vivir su propósito, de vivir su mejor momento y dar todo.

Cuando piensas en todas las cosas maravillosas que Dios te pro-

mete, puedes emocionarte, estar feliz, tu gozo está basado en las

leyes de Dios. Por ejemplo, la Palabra de Dios dice: “Todo lo puedo

en Cristo que me fortalece”,4 “ninguna arma forjada contra ti pros-

perará”,5 “con amor eterno te amé”,6 “pensamientos de paz tengo

acerca de ti”7 y muchas otras promesas que están escritas en la

Biblia.

Cuando sabes esto, te gozas y el gozo del Señor es tu fuerza. Por

lo tanto tienes más energía, más creatividad, más habilidad para

perdonar, para avanzar. Empiezas a entender que HOY es un gran

día. Un día lleno de esperanza.

John Johnson dice: “Hombres y mujeres son limitados no por su

lugar de nacimiento, ni el color de su piel, sino por el tamaño de

su esperanza.” No estás loco. Tu gozo viene de algo real. La reali-

dad es que Dios hizo este día para ti y te ama. Hoy es el mejor día

de tu vida y se va a poner mejor.

Tal vez vives en el ayer pensando que los tiempos pasados fueron

mejores y por eso no puedes vivir plenamente, porque no vives en

el presente. O puede ser que vivas recordando el pasado porque

te acuerdas cómo te lastimaron o cómo no tuviste oportunidades.

Siempre estás pensando en el pasado, así que no aprovechas el

17

La ley de: Éste es tu momento

hoy. Quizá seas un soñador y pienses que solo en el futuro todo

estará perfecto. Piensas en lo que vas a hacer en tantos años y eso

está bien, pero no puedes permanecer mucho tiempo pensando

en el futuro tampoco. A lo mejor, siempre estás pensando que

algo malo te va a suceder en el futuro y estás lleno de preocupa-

ciones. Le temes a lo que vendrá y a la incertidumbre. No puedes

seguir viviendo así.

Un reconocido autor sobre liderazgo, recomienda lo siguiente:

Dedica 5% de tu pensamiento al pasado, 5% al futuro y 90% al

hoy.

Para que siempre sea tu mejor día, recuerda estas diez cosas:

1.

2. La vida es un regalo de

Dios que debemos agradecer.

3. La verdad es que sólo pasarás

por este día hoy, entonces aprovéchalo.

4. S

Si vives cada día bien, verás el resultado positivo de

una buena vida.

5.

Nadie llega a ser exitoso por el azar,

haz lo correcto hoy para que mañana estés en un buen lugar.

6. Toda tu vida es este momento, este día.

7. Este día sé feliz no por-

que “algo bueno” suceda, sino porque Dios es responsable por ha-

certe feliz. No dependas de cosas externas para tu felicidad.

8. Deberíamos ver el hoy como si fuéramos

un niño con juguete nuevo.

9.

10. Mientras alcanzas tus sueños, disfruta el re-

18

Hoy es tu mejor día

corrido.

Cuando decidas depender de Dios cada día de tu vida, serás feliz.

El problema es que muchas personas piensan que es la respon-

sabilidad de otras personas o cosas hacerlos felices. Cuando yo

estaba recién casado, pensaba que la responsabilidad de hacerme

feliz era de mi esposa. Lo curioso es que ella pensaba lo mismo

acerca de mi y ambos nos frustramos porque ni uno ni el otro era

feliz. Hemos llegado a entender que la responsabilidad de nuestra

felicidad es de Dios: si Dios me hace feliz voy a poder dar más a

mi conyuge y a mi familia.

La Biblia dice: “Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme

a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”.8

Dios se ocupa de tus necesidades físicas y emocionales. Actual-

mente parece que mucha gente está enojada y no disfruta su día

porque fulano de tal no hizo lo que debía, o porque está lloviendo,

o por una mala cara, etcétera, pero no pueden esperar que cosas

externas pasen para que tengan un buen día.

Una mujer que se llama Marci Shimoff parece siempre estar de

buenas. Cuando le preguntan “¿porqué estás tan feliz, Marci?” Ella

siempre contesta: “No hay razón para no estarlo”.

He entendido que para que sea mi mejor día, debo disfrutar mi

rutina diaria. Maurice Maeterlinck lo dijo de esta manera: “Lo me-

jor de los viajes es el antes y el después”. Aprende a disfrutar las

cosas pequeñas de la vida.

A mi me encanta disfrutar un amanecer, comer, dormir, escuchar

19

La ley de: Éste es tu momento

buena música, trabajar y, claro, descansar. Disfruta la risa de tus

hijos, las palabras sabias de papás, un café con un buen amigo.

Disfruta las cosas grandes e “importantes” de la vida, pero tam-

bién disfruta las cosas pequeñas, los detalles.

El presente es perfecto, por lo tanto vive hoy al máximo. Prover-

bios dice: “Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora,

que va en aumento hasta que el día es PERFECTO”.9 Cuando de-

cides vivir hoy al 100%, tu vida, en conclusión, es una vida plena,

llena de satisfacción y propósito.

No estás aquí por azar. Tú tienes un llamado, un momento espe-

cífico en la historia. Dios te hizo y te puso en este tiempo porque

tiene un plan especial y único para ti.

Decide ser feliz hoy. He aprendido que si no estás feliz donde estás

hoy, no serás feliz en otros lugares. Puede ser que estes esperando

ser feliz hasta que te den el ascenso en tu trabajo. Hay mucha gen-

te así en el mundo pero déjame decirte una cosa: cuando te den

el ascenso no serás feliz, porque querrás otra cosa para “ahora sí”

ser feliz.

No importa lo que te pase, no importa lo que tengas o no tengas,

sólo importa si has decidido vivir hoy al máximo en el lugar en

que Dios te puso. Habrá gente que querrá robar tu gozo, pero no

dejes que nada ni nadie te manipule.

Habrá días de crecimiento, de carácter, en los que tendrás que de-

cidir ser feliz a pesar de las circunstancias difíciles. En esos días

recuerda que ese tiempo difícil va a pasar. Tal vez Dios te puso ahí

para ayudar a una persona.

Si estás donde Dios quiere que estés, cumpliendo con tus respon-

sabilidades, eres igual de exitoso hoy que el día que veas tu sueño

20

Hoy es tu mejor día

hecho realidad.

Sólo vivirás este día una vez, no lo volverás a ver. Lo que no das

hoy se pierde para siempre. No pierdas la oportunidad de vivir

este día al máximo.

Hace muchos años en China, había un mendigo que pedía arroz a

la entrada de la ciudad. La gente que se compadecía de él le daba

granos de arroz al pasar. Un día pasó el Emperador en su carruaje

y, parándose junto al mendigo, le pidió que le compartiera de su

arroz. El mendigo, como sólo tenía un puño de arroz, dio 3 granos

al rey. A cambio, el Emperador le dio 3 monedas de oro por cada

grano de arroz que le dio. El mendigo, viendo esto, le dijo: “Le doy

todo mi arroz”. El Emperador contestó: “Tuviste tu oportunidad

y ya pasó”.

Raras veces vienen etiquetadas las oportunidades. Vive pues tu

mejor momento hoy, da lo mejor de ti y disfruta de la vida este

día. Todos los días tenemos que dar el 100%, porque si damos

75% hoy y mañana 100%, sólo estaremos dando 175% en vez de

200%. Todo lo que no das ahora se pierde para siempre. Vive al

100% hoy, porque ayer ya no podrás hacerlo. Estoy seguro que

muchas veces has sido feliz y no te diste cuenta hasta después. Se

consiente de tu felicidad hoy. Vive al 100%.

Quizá sólo quieres sobrevivir en la vida y buscar la forma de que

nadie te quite lo que tienes. Temes fracasar y no creces, no me-

joras, no alcanzas tu potencial y no vives para lo que realmen-

te fuiste diseñado. Si tienes esta actitud mediocre serás como el

mendigo, que sólo dio lo mínimo para sobrevivir. Su mentalidad

era de pobreza, era de “apenas estoy sobreviviendo, ¿cómo le voy a

21

La ley de: Éste es tu momento

dar al emperador?”; este hombre nunca va a tener mucho, porque

sólo dio un poco.

Decide vivir al máximo cada momento para que el día que mueras

puedas decir que moriste en tu mejor momento.

Hugh Long, la persona de quien les platiqué en el inicio de este

capítulo, dice: “Nunca he tenido un mal día en toda mi vida”. Re-

cuerdan que él fue prisionero de guerra, le arrancaron los dientes

uno por uno, se divorció dos veces y vivía debajo de un puente.

Ahora, si él nunca ha tenido un mal día, creo que tú y yo menos.

Mi hermano Adán dice: “Vives la buena vida y luego te vas al cie-

lo”. Vamos a decir esto cada mañana: “Viviré este día como si fuera

mi último día y, si lo es, será mi mejor momento”.

Recuerda que el éxito es el resultado de pequeños esfuerzos re-

petidos día tras día. Si te desalientas un día y te sientes triste, te

animo a que hables con Dios, leas la Biblia y leas este capítulo

nuevamente y verás que refrescante y provechoso será tu día.

Mi buen amigo Manolo Mancera escribió un comercial de tele-

visión que nos reta a ser felices y vivir al máximo, dice: “Atrévete

a soñar, atrévete a ser feliz, atrévete a emprender, a volar, a amar,

atrévete hoy, atrévete a ser grande, atrévete a ser feliz, atrévete”. Si

piensas que tu día no es el mejor, es porque no estás poniendo lo

mejor de ti. Es tu decisión hacer que cada día sea mejor.

Le preguntaron a un artista muy famoso que vendía sus pinturas

en miles y miles de dólares: “¿Cuál es tu mejor trabajo o pieza

artística?” A lo que respondió sin titubear: “La que sigue.” Tienes

que vivir la vida en una constante mejora. Si no estás viviendo tu

mejor día en este momento, quiero retarte y desafiarte a empezar

a vivirlo desde ahora. Tú puedes hacerlo. No hay excusas, ni pre-

22

Hoy es tu mejor día

textos. Haz que cada día sea tu obra maestra.

Jeffrey Davis escribió una parábola que enfatiza este mensaje:

Más viejo estoy, más disfruto los sábados por la mañana. Tal vez sea

por el silencio al ser el primero que se despierta, o tal vez sea el gozo

de no tener que ir a trabajar. De cualquier forma, las primeras ho-

ras del sábado por la mañana son los que más disfruto. Hace unas

semanas, iba lentamente hacia el sótano… con una taza caliente de

café en una mano y el periódico en la otra. Lo que empezó cómo un

sábado típico se convirtió en uno de esas lecciones que la vida te da

de vez en cuando. Déjame platicártelo.

Le moví a la manija del radio para sintonizar un programa que es-

cuchaba los sábados. Mientras buscaba la frecuencia pase por una

estación dónde hablaba un hombre mayor con una señal muy fuer-

te y clara y una voz maravillosa. Ya sabes, el tipo de voz que debería

de estar en el negocio de radio. Estaba diciendo algo acerca de “mil

canicas” a la persona con la que hablaba. Estaba intrigado y me

detuve para ver que decía:

“Mira Tomás, parece ser que estás muy ocupado con tu trabajo. Es-

toy seguro de que te pagan bien pero es una lástima que tengas que

estar lejos de tu familia y hogar tanto tiempo. Es difícil de creer que

un hombre joven tiene que trabajar entre sesenta y setenta horas

por semana para apenas pasarla. Qué tristeza que te perdiste de la

obra de teatro dónde salió tu hija.”

Continuó diciendo “Déjame decirte algo Tomás, que me ha ayuda-

do a mí a mantener mis prioridades en buena perspectiva.” Y fue

ahí cuando empezó a explicar la historia de las “mil canicas”.

“Verás, me senté un día e hice unos cálculos matemáticos. Las per-

23

La ley de: Éste es tu momento

sonas viven en promedio 75 años. Yo sé que unos más y otros menos

pero en promedio, la gente vive como 75 años. Así que multipliqué

75 por 52 y el resultado fue 3,900, que son el número de sábados que

una persona en promedio tiene para toda su vida.

Ahora, presta atención Tomás, voy a llegar a lo bueno. Esto se me

ocurrió hasta que tuve 55 años para pensar todo esto en detalle,

continuó diciendo, y para entonces ya había vivido más de 2,800

sábados. Así que me puse a pensar que si llegaba a vivir hasta los 75

años sólo me quedaban mil para disfrutar. Así que fui al mercado

y compré todas las canicas que tenían y fui a otros dos centros co-

merciales para juntar 1,000 canicas. Fui a la casa y los puse en un

contenedor grande de plástico transparente aquí junto a mis cosas.

Cada sábado desde entonces, he tomado una canica y lo he tirado.

Encontré que al ver cómo disminuían las canicas me enfocaba más

en las cosas que realmente importan. No hay nada que te pueda

ayudar a priorizar correctamente más que ver cómo tu tiempo en

esta tierra se agota. Ahora, déjame decirte una última cosa antes de

terminar aquí y llevar a mi preciosa esposa a desayunar.

Esta mañana, saqué la última canica del contenedor. Yo creo que

si llego al próximo sábado, entonces se me ha dado tiempo extra. Y

una cosa que todos podemos usar es un poco más de tiempo. Me dio

gusto conocerte, Tomás. Espero que pases más tiempo con tu fami-

lia, y espero toparme nuevamente contigo aquí en la radio.”

Podrías haber escuchado un alfiler caer cuando terminó este hom-

bre. Creo que nos hizo pensar a muchos. Había planeado trabajar

en mi taller esa mañana y luego iba a salir con unos amigos. En vez

de hacer eso, subí las escaleras a despertar a mi esposa con un beso.

Ven amor, voy a llevarte a ti y los niños a desayunar. ¿Por qué?,

preguntó con una sonrisa mi esposa. Nada especial, le dije. Es que

hace tiempo que no pasamos tiempo juntos con los niños en sábado.

Por cierto, podemos llegar al mercado de paso. Necesito comprar

24

Hoy es tu mejor día

unas canicas.

Te animo que compres unas canicas y recuerdes que

.

5. Jeremías 31:3

6. Mateo 13:58

7. Romanos 10:17

8. 3 Juan 1:2

9. Hebreos 11:6