LA JUVENTUD FRENTE A LAS PRXIMAS ELECCIONES (13/02/2015)Las propuestas electoreras que el sistema partidario ofrece mediante la masiva propaganda que se desata a escasos das de las elecciones para diputados y alcaldes, est llena de repeticiones vacas y de un anlisis errado de la realidad muy conveniente para los grupos gobernantes y los intereses tras ellos.

Basta recordar los trillados discursos que se suceden en los ciclos electorales que incluyen la disminucin de la pobreza, la generacin de empleos, atraccin de inversiones, crdito a emprendedores, apoyo a la juventud, etc., ofertas que atienden a la persistencia de dichas problemticas, al incumplimiento de promesas y a la superficialidad de las mismas.Tomando en cuenta el comportamiento de los gobiernos nacionales y municipales sin distincin, en sus proyectos de juventud podemos apreciar el irrespeto a dicho sector de la sociedad y una vez ms se reafirma que slo construyendo opciones polticas ms que partidarias se abrirn los espacios necesarios para el mejoramiento del relevo generacional.

Por citar ejemplos concretos desde la batucada, grupo de danzas, grafitis, teatro hasta las becas para educacin media, superior y no formal pasan por ser puntos dispersos de una estrategia improductiva e inviable para la juventud.

Las artes y las expresiones culturales cada vez ms globales, signos de la prdida de identidad de los pueblos, no estn inmersos en la construccin de un sujeto social, ya sea ms cooperativo, patriota, emprendedor o el perfil que un plan de desarrollo local, regional o estatal ponga a la base, en integracin con los dems esfuerzos.

La improductividad de los planes destinados a la formacin juvenil, desde perspectivas generales se ven opacadas por la asistencia artstica, no slo por la distancia de stas con las apuestas por el crecimiento econmico y el desarrollo material de la poblacin. Sino porque tales actividades como una danza moderna, gravitan entre luces intermitentes, sonidos estridentes y humo cegatn que no permiten ir al problema real, escuchar la necesidad central y ver la solucin adecuada al problema juvenil.

Los cursos de oficios, los talleres de emprendedurismo, las becas, etc., que desde los gobiernos se ofertan, evidencian en el plano terico la ausencia de una estrategia de desarrollo, en el plano operativo un esfuerzo inconcluso, propios de un anlisis errado de la realidad y de la incapacidad de los gobernantes.

Los cursos y las becas slo legitiman y complementan el sistema de educacin formal e informal del pas, (que discusin aparte es excluyente, despegado de la realidad y desfasado), por ejemplo las becas de ingls no son para que los jvenes bilinges opten luego por becas en el extranjero mediante convenios internacionales para obtener los cuadros cientficos que una estrategia de desarrollo debe tener, son escasamente un adimento en el currculum juvenil para que engrose las filas de los centros de servicios en ingles que van desplazando a la industria textil; las becas en educacin media y superior no van acompaadas de la colocacin laboral y el ejercicio profesional, ni parten de las necesidades locales del gobierno que las concede, se dejan a la libre eleccin sin considerar los saberes pertinentes para problemticas especficas que obstruyen el desarrollo.

Basta ya de programas y polticas inviables, desde una ptica de progreso capitalista los jvenes buscan ms que un grafiti sobre una pared compuesta con materiales importados o provedos por capital forneo, buscan participar en la produccin y en el ingreso, aun como asalariados. La poblacin joven en las sociedades actuales es generalmente la que ms dinamiza el consumo, pero es la que mayores tasas de desempleo y subempleo presenta, y a la vez es la poblacin ms lacerada por la violencia y el crimen, la generacin perdida, la que pone los muertos y los asesinos, pero no pone gobernantes, altos funcionarios, ni siquiera su punto de vista y menos su voto en la agenda poltica.

Parte de la participacin juvenil en el ingreso se da mediante formas virales y horrorosas como extorsiones, secuestros y asesinatos; mediante desplazamientos forzados nacionales e internacionales, con la expulsin sistemtica de emprendedores y profesionales; mediante el abuso laboral de bajos salarios y subocupacin.

No es de extraar que las recetas de los gobernantes han malformado un escenario capaz de invadir la inocencia de las juventudes y ante tan grave situacin la solucin vuelve a ser repetir las recetas. Es lgico pensar que mientras la vil delincuencia, los horrores diarios, lo sdico del preludio mortal, las vejaciones inhumanas, la histeria colectiva y el delito de ser joven y mal cruzar una calle o salir a ella-, sean una realidad que no traspase la frontera econmica ni dae el estatus de la clase gobernante fctica y formal el problema slo se profundizar.

El espectro partidario sin excepcin mantiene su objetivo de neutralizar a la juventud, de utilizarla como nmeros que mal otorgan legitimidad, en ms dos dcadas post conflicto han reiterado su desinters por esta, su xito es arrollador pues an no surge el contrapeso poltico de parte de la poblacin que demande lo mnimo que se merece.

A la poblacin juvenil nacional, su protagonismo no es emitir el sufragio, es la coincidencia de esfuerzos organizados, la construccin del poder poltico que transforme esta sociedad en una de progreso y paz.