La intervención en Trabajo Social desde la perspectiva de las fortalezas

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155 Cuadernos de Trabajo Social Vol. 24 (2011): 155-163 ISSN: 0214-0314 http://dx.doi.org/10.5209/rev_CUTS.2011.v24.36865 Introducción Hay una percepción entre muchos/as de los/las trabajadores/as 1 sociales de que la profesión de Trabajo Social su labor profesional se ba- sa y está centrada en la perspectiva del des- arrollo de potencialidades o puntos fuertes, sin que esté en muchos de los casos definido en estos términos. A este respecto, «una revisión de la histo- ria del Trabajo Social y la teoría, sin embargo, indican que éste no es el caso. A pesar de las frecuentes referencias a los puntos fuertes del cliente y los recursos, la teoría del Trabajo So- cial sigue siendo dominado por un paradigma de patógenos» (Van Breda, 2001, p. 197). En esta línea, la teoría del Trabajo Social y las prácticas profesionales, así como la pro- fesión están centradas en la valoración de los casos de intervención que ponen el acento en los aspectos negativos, teniéndose en cuenta La intervención en Trabajo Social desde la perspectiva de las fortalezas Social Work intervention from the perspective of strengths Pedro DE LA P AZ ELEZ Facultad de Ciencias Sociales de Talavera de la Reina Universidad de Castilla-La Mancha [email protected] Recibido: 23/05/2011 Revisado: 24/05/2011 Aceptado: 07/06/2011 Disponible on line: 29/09/2011 Resumen El presente artículo es el resultado de un estudio llevado a cabo con diversos profesionales del Trabajo Social que desarrollan su labor en diferentes sectores de intervención. Es de interés para este estudio cómo se evalúa cada uno de los casos en los que los y las profesionales del Trabajo Social realizan día a día su labor profesional de inter- vención profesional. A partir de los resultados obtenidos se debate cómo se trabaja actualmente y se hace una propuesta de cómo debe- ríamos realizar los estudios, diagnósticos y tratamientos profesionales en Trabajo Social para proponer una inter- vención profesional de carácter más integral. Palabras clave: fortalezas, perspectiva patológica, valoración profesional, empoderamiento, intervención social. Abstract This article is the result of a study carried out with different Social Work professionals who work in different sec- tors of intervention. Of interest in the study is how each of the cases are evaluated in which Social Work professio- nals conduct their professional work from day to day in order to achieve professional intervention. From the results, we discuss how work is done currently and a proposal of how we should conduct studies, diag- nosis and professional treatment from Social Work to offer a more integrated professional assistance. Keywords: strengths, pathological perspective, professional assessment, empowerment, social action. Referencia normalizada: De la Paz, E. (2011). «La intervención en Trabajo Social desde la perspectiva de las for- talezas». Cuadernos de Trabajo Social, 24: 155-163. Sumario: Introducción. 1. La implicación de la valoración de la intervención social desde las fortalezas de cada caso. 2. Metodología. 3. Principales resultados obtenidos. 3.1. Recogida de información. 3.2. El diagnóstico. 3.3. La intervención. 3.4. Los modelos. 3.5. El tratamiento. 3.6. La queja más habitual y su- gerencias. 4. Conclusiones. 5. Referencias bibliográficas. 1 Entiéndase a lo largo del texto mujeres/varones.

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155Cuadernos de Trabajo SocialVol. 24 (2011): 155-163

ISSN: 0214-0314http://dx.doi.org/10.5209/rev_CUTS.2011.v24.36865

IntroducciónHay una percepción entre muchos/as de los/lastrabajadores/as1 sociales de que la profesiónde Trabajo Social su labor profesional se ba-sa y está centrada en la perspectiva del des-arrollo de potencialidades o puntos fuertes,sin que esté en muchos de los casos definidoen estos términos.

A este respecto, «una revisión de la histo-ria del Trabajo Social y la teoría, sin embargo,

indican que éste no es el caso. A pesar de lasfrecuentes referencias a los puntos fuertes delcliente y los recursos, la teoría del Trabajo So-cial sigue siendo dominado por un paradigmade patógenos» (Van Breda, 2001, p. 197).

En esta línea, la teoría del Trabajo Socialy las prácticas profesionales, así como la pro-fesión están centradas en la valoración de loscasos de intervención que ponen el acento enlos aspectos negativos, teniéndose en cuenta

La intervención en Trabajo Social desde la perspectivade las fortalezas

Social Work intervention from the perspective of strengths

Pedro DE LA PAZ ELEZFacultad de Ciencias Sociales de Talavera de la Reina

Universidad de Castilla-La [email protected]

Recibido: 23/05/2011Revisado: 24/05/2011Aceptado: 07/06/2011Disponible on line: 29/09/2011

ResumenEl presente artículo es el resultado de un estudio llevado a cabo con diversos profesionales del Trabajo Social quedesarrollan su labor en diferentes sectores de intervención. Es de interés para este estudio cómo se evalúa cada unode los casos en los que los y las profesionales del Trabajo Social realizan día a día su labor profesional de inter-vención profesional.A partir de los resultados obtenidos se debate cómo se trabaja actualmente y se hace una propuesta de cómo debe-ríamos realizar los estudios, diagnósticos y tratamientos profesionales en Trabajo Social para proponer una inter-vención profesional de carácter más integral.Palabras clave: fortalezas, perspectiva patológica, valoración profesional, empoderamiento, intervención social.

AbstractThis article is the result of a study carried out with different Social Work professionals who work in different sec-tors of intervention. Of interest in the study is how each of the cases are evaluated in which Social Work professio-nals conduct their professional work from day to day in order to achieve professional intervention.From the results, we discuss how work is done currently and a proposal of how we should conduct studies, diag-nosis and professional treatment from Social Work to offer a more integrated professional assistance.Keywords: strengths, pathological perspective, professional assessment, empowerment, social action.

Referencia normalizada: De la Paz, E. (2011). «La intervención en Trabajo Social desde la perspectiva de las for-talezas». Cuadernos de Trabajo Social, 24: 155-163.

Sumario: Introducción. 1. La implicación de la valoración de la intervención social desde las fortalezas decada caso. 2. Metodología. 3. Principales resultados obtenidos. 3.1. Recogida de información. 3.2. Eldiagnóstico. 3.3. La intervención. 3.4. Los modelos. 3.5. El tratamiento. 3.6. La queja más habitual y su-gerencias. 4. Conclusiones. 5. Referencias bibliográficas.

1 Entiéndase a lo largo del texto mujeres/varones.

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solamente los riesgos, los problemas, las ca-rencias o las dificultades que se presentan encada caso.

El papel del trabajador social en la inter-vención social basada en los puntos fuertes esalimentar, alentar, ayudar, permitir, apoyar,estimular y liberar las fuerzas interiores de lagente, para iluminar sus potencialidades y losrecursos a disposición de las personas en suspropios entornos y para promover la equidady la justicia en todos los niveles de la socie-dad. Para ello, el trabajador social ayuda a laspersonas a articular la naturaleza de su situa-ción, a identificar lo que quieren y a exploraralternativas para el logro de los deseos y cum-plirlos (Cowger, 1994).

La importancia de evaluar en la interven-ción los puntos fuertes y positivos de un caso va a posibilitar que el trabajador socialminimice las dif icultades que se pueda en-contrar con las fortalezas que posee tanto aescala personal como en el entorno. Desdeesta perspectiva se entiende que se va a pro-ducir un proceso de cambio dentro del usua-rio como elemento central de la práctica pro-fesional y el desarrollar los puntos fuertes delmismo proporcionarán el combustible y laenergía para que el empoderamiento sea po-sible.

1. La implicación de la valoración de la in-tervención social desde las fortalezas de ca-da casoUna perspectiva de las fortalezas o los pun-tos fuertes prevé una estabilización del poderde relación entre los trabajadores sociales ylos clientes o usuarios. Estas personas entranen «la clínica» en una posición vulnerable ycon relativo poco poder. Su vulnerabilidad, entérminos de poder, es inherente a la razón porla cual están buscando ayuda y a la estructu-ra social del servicio. Un enfoque de la inter-vención centrada en los déficits y carenciasde las personas refuerza las capacidades devulnerabilidad y pone de relieve la relaciónde poder desigual entre el trabajador social yel usuario.

Actualmente en Trabajo Social hay «unacreciente toma de conciencia de los benefi-cios de la perspectivas de las fortalezas quese pone de manifiesto por el creciente núme-ro de publicaciones sobre la práctica del Tra-

bajo Social basada en las fortalezas sociales»(Zimmerman, 2006, p. 265).

Según Saleebey (1996): «las investigacio-nes actuales en curso, el pensamiento y lapráctica profesional en áreas como la capaci-dad de recuperación del desarrollo de cura-ción, el bienestar, la narrativa construccionis-ta y la historia han proporcionado algunosapoyos interesantes y desafíos a la perspecti-va de las fortalezas» (p. 296).

Las prácticas profesionales en la línea delfomento o desarrollo de los puntos fuertes opositivos no significa que los trabajadores so-ciales nos olvidemos e ignoremos cuáles sonlos problemas reales que tienen las personas.La intervención social, desde esta perspecti-va, va a suponer intervenir con una nueva vi-sión de la realidad, con otro punto de vista dela realidad personal y social de los individuospara poder solucionar las problemáticas so-ciales desde el interior de las personas. Estehecho va a implicar valorar ante todo los as-pectos positivos de cada caso y ver la partemás favorable y ventajosa, dentro de lo nega-tivo que cada persona posee.

Realizar una práctica de Trabajo Socialcon esta perspectiva supone poner en marchaun proceso de empoderamiento, en el sentidode «un proceso a través del que los individuosy los grupos aprenden a mejorar sus habilida-des, en dirección de una etapa de falta de po-der donde su capacidad de toma de decisio-nes en diversas etapas es muy limitada, a unaetapa en la que se es capaz de influir y ejer-cer el control sobre diversas áreas de sus vi-das» (Itzhaky y Bustin, 2002, p. 64).

Greene, Lee y Hoffpauir (2005) señalanque las perspectivas de las fortalezas ayudana los usuarios a reconocer, a utilizar fortale-zas y recursos que no estén dentro de sí mis-mos, por lo tanto la intervención estará foca-lizada en recuperar el poder y control de susvidas.

Las personas son capaces de aprender díaa día del mundo que les rodea, de las expe-riencias o de la educación formal. Poseen talentos que ni ellas mismas conocen en mu-chas ocasiones y nunca es tarde para descu-brirlos, aunque muchas veces se realice encondiciones adversas. Estas herramientas quedescubren les ayudan a construir y vivir unavida mejor. En numerosas ocasiones, según

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nos indican Wolin y Wolin (1993), las perso-nas que han superado una dificultad, un trau-ma, tienen el «orgullo de supervivencia», es-te orgullo les ayuda a seguir superandosituaciones complejas. Tal orgullo a menudose suele ocultar bajo la vergüenza, la culpa,etc., pero en muchas ocasiones se espera quesea aprovechado (Saleebey, 1996).

De acuerdo con Zimmerman (2006) traba-jar con los puntos fuertes es la clave para laorientación del valor de la profesión de Tra-bajo Social y que puede proporcionar unaaplicación práctica alternativa para los profe-sionales. Los puntos fuertes o potencialida-des no son un rasgo estático sino más bien di-námico. Constantemente se están articulandocapacidades y conocimientos derivados de lainteracción de los riesgos y las proteccionesen el mundo. También entran en juego otrosfactores que son: genéticos, ambientales, neu-robiológicos, familiares, comunitarios, etc.para el desarrollo de la misma o en la dismi-nución de esta capacidad (Saleebey, 1996).

De acuerdo con Cowger y Snively (2002)el enfoque basado en las fortalezas abre nue-vas perspectivas de intervención, ya que cen-trarse solamente en los problemas, déficits ycarencias pueden limitar las opciones de in-tervención de los trabajadores sociales.

2. MetodologíaSe ha llevado a cabo una investigación con di-ferentes profesionales que desarrollan su la-bor con distintos colectivos de intervenciónen Trabajo Social como son: mujeres (R.01),menores (R.02), personas sin hogar (R.03),personas mayores (R.04), personas en situa-ción de discapacidad (R.05), familias (R.06),personas pertenecientes a minorías étnicas(R.07), personas con drogodependencias yotras adicciones (R.08). El objetivo de esteestudio es: conocer cómo se realizan los es-tudios y diagnósticos sociales profesionalesde los casos que se presentan para la resolu-ción de problemas en Trabajo Social.

Para llevar a cabo este estudio, de caráctercualitativo, se ha utilizado como técnica másapropiada la entrevista en profundidad. El guión de la entrevista ha sido elaboradomediante el análisis del objetivo de investiga-ción. Esta técnica además de obtener la infor-mación necesaria y relevante para la investi-

gación, favorece el contacto con los informan-tes claves, en este caso los y las profesiona-les del Trabajo Social.

Se han llevado a cabo 24 entrevistas a tra-bajadores sociales especialistas en cada unode los campos de intervención citados ante-riormente (tres entrevistas por cada colecti-vo) y en cada entrevista se analizaron tres in-formes sociales (un total de 72), realizadospor los y las profesionales elegidos al azar pa-ra contrastar y verificar cuáles son los méto-dos de estudio, diagnóstico y tratamiento ointervención en el análisis de cada uno de loscasos.

Los criterios para la selección de los pro-fesionales a entrevistar se agruparon por co-lectivos de intervención de los cuales se ex-trajeron, al azar numeradas por orden, hasta10 opciones posibles para que, en caso de nopoder participar en el estudio de investiga-ción, se pasara a la siguiente opción.

El contenido de las entrevistas se dividióprincipalmente en dos bloques. En el prime-ro se realizó una exploración sobre cuál erala metodología de trabajo de la institución(pública, privada, concertada, etc.) y el pro-cedimiento de intervención llevados a cabo.En un segundo bloque se analizaron tres in-formes sociales, elegidos al azar por cadaentrevista realizada, como muestra docu-mental del ejercicio profesional y de la me-todología llevados a cabo para realizar el es-tudio, diagnóstico, tratamiento o acciones adesarrollar.

El objetivo de las categorías de análisis re-alizadas en las entrevistas ha sido realizar ex-ploraciones acerca de cómo se valora a la per-sona, el entorno y la familia en la recogida deinformación, en el diagnóstico, en la interven-ción, en los modelos y en el tratamiento, ytambién se recoge cuál es la queja más habi-tual de los profesionales y las sugerencias demejora por parte de éstos a tener en cuenta pa-ra realizar intervenciones de calidad.

3. Principales resultados obtenidosEn primer lugar, se constata que no existe unúnico modelo de informe social para cada ins-titución ni colectivo, lo que es motivo de una«posible» dificultad de partida para realizaruna comparación en el procedimiento de in-tervención, por lo que se procedió a exponer

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los principales pasos metodológicos genera-les independientemente de las acciones, apar-tados o valoraciones que se realizaron, segúnel colectivo, la necesidad y el contexto que setrató. Es por esto por lo que se llevó a cabo,como parte de la metodología de la investiga-ción, el análisis, el diagnóstico y el tratamien-to o las actividades o acciones a desarrollar.Sin embargo, no ha sido impedimento algu-no para realizar el propósito de esta investi-gación.

3.1. Recogida de informaciónPara el estudio de los casos analizados, en larecogida de información para la elaboraciónde diagnósticos sociales, se utilizaron princi-palmente técnicas de acercamiento y conoci-miento de la realidad social, como son: la en-trevista individual y, en menor incidencia, laentrevista grupal. Como fuente contrastablede los datos obtenidos en la entrevista indivi-dual se utilizaron la observación documentaly se analizaron, entre otros: informes médi-cos, extractos bancarios, datos del padrón mu-nicipal, etc.; asimismo se utilizaron la obser-vación directa, la indirecta y, en menormedida, la observación participante. El recur-so a la observación en la visita domiciliariaes fundamental para verificar posibles hipó-tesis de trabajo. En esta parte de recogida deinformación la atención se centró en las ca-rencias y debilidades que presenta cada casoestudiado.

Para recoger información utilizamos en laprimera toma de contacto la entrevista, depen-diendo de la demanda solicitamos documenta-ción específica (R.06.1).

La observación es una herramienta útil pa-ra verificar hipótesis, ayuda a contrastar datosrecogidos en la entrevista y detectar necesida-des o carencias (R.04.3).

En el estudio se describen las diferentessituaciones sociales y personales narradas porel propio sujeto o por los familiares. En algu-nos casos se contrasta información con otrasentidades y profesionales que ha trabajadocon los usuarios, así como con la documenta-ción aportada al caso por los propios usuarioso por testimonios recogidos por otros fami-liares cercanos o amistades próximas.

A partir de la recogida de datos en el estu-dio comenzamos a analizar las necesidades delcaso (R.07.2).

En las entrevistas llevadas a cabo se ha de-tectado que, en todos los procedimientos, así co-mo también en el estudio, se realizan las inda-gaciones necesarias para conocer el caso. De lasentrevistas realizadas y de los informes consul-tados se valoran: el entorno, la familia y los ami-gos como un elemento de apoyo, positivo o no,con respecto a cada uno de los casos estudiados;pero no se realiza un análisis ni una exploraciónde cuáles son los aspectos positivos de partida,ni con los que se cuenta para solucionar los pro-blemas que se plantean, ni se exploran las for-talezas que presenta dicho caso.

La idea central es realizar una valoraciónprofesional desde un punto de vista de los pun-tos fuertes o las fortalezas del caso; es el pa-pel que juega y el lugar que ocupa la evalua-ción en el proceso de la práctica y la relaciónque se establece entre éstas. ¿Cómo definenlos clientes o usuarios las situaciones difíci-les? ¿Cómo evalúan y dan sentido a los facto-res dinámicos relacionados con las situacio-nes que establece el contexto y el contenidode la duración de la relación de ayuda? Por es-te motivo, «si la evaluación se centra en el dé-ficit, es probable que el déficit seguirá siendoel foco tanto para el trabajador como para elcliente durante el resto de contactos» (Cow-ger, 1994, p. 264). El dejar de centrarnos enlas carencias en la intervención nos permitirádescubrir otras posibilidades, abrir otros ca-minos y expectativas a tratar en el caso.

De acuerdo con Mercado y García (2010):«el trabajador/a social puede y debe interve-nir con la persona, apoyándole individualmen-te en el desarrollo de sus capacidades a travésdel desarrollo de sus potencialidades, la me-jora de sus conocimientos y habilidades, y conel entorno social, con la familia» (pp. 55-56).

Hacer hincapié en el déficit de los casosque se presentan tiene serias implicaciones ylimitaciones, pero centrarse en las fortalezasofrece ventajas considerables. Las fortalezasson todo lo que tenemos que trabajar. El re-conocimiento de los puntos fuertes es funda-mental para la orientación de valor y la mi-sión de la profesión de Trabajo Social, en síun gran valor único profesional.

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3.2. El diagnósticoEn la mayoría de los diagnósticos exploradosse jerarquizan los diferentes problemas y ne-cesidades sociales encontradas para priorizaren su intervención. En ellos no se realiza unavaloración con la perspectiva de las fortale-zas, analizando y mostrando las potencialida-des de la persona, de la familia y del entorno.

Una vez recogida toda la información ne-cesaria elaboramos el diagnóstico, nos marca-mos los objetivos de intervención, jerarquiza-mos las necesidades y la intervención (R.05.1).

De acuerdo con la línea argumental de Sa-leebey (p. 297): la perspectiva de los puntosfuertes demanda mirar de manera diferente alos individuos, las familias y las comunida-des, que deben ser vistos a la luz de sus capa-cidades, talentos, competencias, posibilida-des, visiones, valores y esperanzas. El enfoquede los puntos fuertes requiere una explicaciónde lo que saben y lo que pueden hacer. Den-tro de esta perspectiva vamos a realizar la in-tervención social con otro paradigma, con otravisión más amplia, más integral, más justa ysocial. Esta perspectiva va a implicar una me-jor valoración profesional de los individuos,familias y comunidades. Los profesionales de-berán hacer un diagnóstico mucho más ampliode acuerdo con esta perspectiva, valorandoáreas del conocimiento (lo que saben) y las ca-pacidades (lo que pueden hacer). Ampliar yunir esta perspectiva en la intervención socialprofesional va a suponer que los usuarios delTrabajo Social estarán en condiciones de des-arrollar capacidades y superar adversidades apartir de las fortalezas internas y externas queposeen y de las interacciones que se producencon el entorno.

3.3. La intervenciónEn el estudio de los casos analizados, se utili-za la entrevista en profundidad como la técni-ca de intervención más empleada, que ademásde recoger la información necesaria acerca delos casos que se presentan, se va orientando yse va interviniendo en el caso, en las necesida-des y carencias que se detectan.

La entrevista en profundidad es la técnicaque nos permite tomar contacto con los casos,con las personas y con sus realidades (R.02.1).

En algunos casos es necesaria la entrevistaen grupo para hacer una valoración conjuntade situaciones de forma colectiva, para saberqué roles tiene cada sujeto (R.06.1; R.07.2).

El asesoramiento profesional es, despuésde la entrevista, la técnica más utilizada en laorientación de casos, para facilitar el cambio,para recontextualizar y transmitir seguridad.Además en muchos de los casos estudiados,se utiliza «el contrato en Trabajo Social» pa-ra adquirir compromisos frente a las caren-cias o problemas que presentan.

El asesoramiento y la orientación es muy de-mandada en muchas ocasiones en la primera yúnica intervención, vienen y nos preguntan du-das o necesitan aclarar cuestiones sobre ayudas,para aclarar «cosas» que les han dicho (R.08.3).

Información y orientación es lo más de-mandado cuando hay nuevas ayudas (R.04.2).

Los ecomapas y genogramas han sido po-co utilizados en el análisis de las familias ydel entorno, salvo en aquellos casos en los quese trabaja exclusivamente o principalmentecon familias.

Al realizar intervenciones de gestión prin-cipalmente en muchos de los casos, no utiliza-mos los ecomapas ni los genogramas, ademásrequieren invertir mucho tiempo del que nodisponemos (R.02.3).

Los ecomapas y genogramas nos ayudan atener una visión más completa de los casos(R.06.3).

Especialmente utilizamos el genogra-ma, aunque también recogemos informa-ción de las relaciones con otras entidades,con los servicios sociales públicos, sani-dad, (...) porque nos ayuda a conocer me-jor la realidad, a orientarnos en la infor-mación (R.04.1).

De las intervenciones revisadas no se han te-nido en cuenta las potencialidades que pudie-ran tener las personas, las familias o el entorno.

No tenemos por costumbre en los informessociales incluir las potencialidades personales,del entorno ni de las familias que pudieran fa-vorecer el caso, lo que sí utilizamos mucho sonlos recursos familiares o apoyos incondiciona-les, la ayuda vecinal (R.03.3).

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Creo que sería algo muy interesante el po-der valorar dentro del diagnóstico las fortale-zas del caso, esto facilitaría muchas tareas a lahora de llevar a cabo el tratamiento, pero no lohacemos (R.06.2).

De acuerdo en la línea argumental de Zim-merman (2006), la intervención social basa-da en los puntos fuertes de las personas, esuna perspectiva que deja de centrarse en losproblemas y en los déficits de la intervenciónprofesional de los/as trabajadores/as sociales.Los puntos fuertes pueden ser «todo» lo quetenemos que trabajar con las personas, este«todo» identif ica y af irma que los puntosfuertes son la clave para ir orientando la pro-fesión del Trabajo Social de valor y que pue-de ofrecer una aproximación a prácticas al-ternativas para los profesionales que seencuentran enmarcados con unos valores con-sistentes, con su punto de vista profesional.

3.4. Los modelosLos modelos de intervención empleados se-gún los resultados de las entrevistas son, enprimer lugar, el modelo ecológico y el mode-lo sistémico en aquellos casos que trabajancon familias. Aunque no se utiliza un únicomodelo, debido a la riqueza que presentan lacombinación de diferentes modelos en la in-tervención, dependiendo de las necesidadesmetodológicas de los casos. Los principalesmotivos para la utilización de estos modelosson: «la idoneidad» que presentan adecuadasa las necesidades de los colectivos de inter-vención y su carácter más «integral» en laatención a las demandas.

El modelo más utilizado debido a las nece-sidades del colectivo es el sistémico y el eco-lógico en segundo lugar (R.06.2).

Utilizamos el modelo sistémico, resoluciónde problemas, modelo de crisis (...) porque ca-da uno aporta métodos y estrategias diferentesaplicables a las situaciones en las que interve-nimos (R.04.1).

Aplicamos diferentes modelos de interven-ción dependiendo de las necesidades del casoy la idoneidad de las estrategias a seguir. Des-de los diferentes modelos nos permite elabo-rar diagnósticos más centrados en las necesi-dades y en los problemas de los casos (R.01.1).

Para Itzhaky y Bustin, «el punto de parti-da de la intervención en la perspectiva de lapatología es el cliente, mientras que en laperspectiva de las fortalezas de la interven-ción se centra en el cliente como parte de suentorno» (pp. 62-63). El papel que va a des-empeñar el trabajador social bajo la perspec-tiva patológica es principalmente diagnosti-car patologías y problemas sociales; mientrasque bajo la perspectiva de las fortalezas re-quiere la habilidad profesional de utilizar ydescubrir nuevos modelos de intervención ba-sados en las fortalezas y capacidades tanto delusuario como del entorno (Saleeby, 1997). Enla intervención social desde esta perspectivael trabajador social desempeñaría principal-mente funciones de desarrollo, a partir de lascarencias y debilidades que presenta el indi-viduo, de sus cualidades y potencialidades, através de la adquisición de estos conocimien-tos y habilidades necesarios para desenvol-verse sin dificultad en la vida social.

3.5. El tratamientoEn el tratamiento, la ejecución o las activida-des a desarrollar se realizan como propuestaspara llevar a cabo, centradas en la solución delas problemáticas y de las carencias encontra-das. En todos los casos se propone como so-lución el asesoramiento, la ayuda económica,u otro recurso económico o la derivación aotro recurso. En ninguno de los informes re-visados se realiza un tratamiento a partir delas fortalezas que presenta el caso.

En el tratamiento realizamos funciones deinformación, asesoramiento, orientación, apo-yo social, tramitación de recursos o apoyo enla misma, derivación a otros organismos o re-cursos (R.04.1).

Aplicamos aquello que es necesario depen-diendo de la valoración de las necesidades so-ciales (R.05.3).

Los tratamientos son abordados por los pro-fesionales en la intervención atendiendo a lascarencias que presenta cada caso, es decir, enfunción de las necesidades sociales relaciona-das con el estudio y diagnóstico. Según Itzhakyy Bustin, «una relación que se basa en las de-bilidades de un individuo conduce necesaria-mente a un diálogo en el que el otro tiene más

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poder. Alternativamente, cuando la relación sebasa en las fortalezas de ambos miembros seconvierten en igual» (p. 69). Este hecho va aimplicar que los roles entre profesional y usua-rio cambiarán necesariamente: éstos van a co-menzar a ser protagonistas en su historia de intervención social, asumiendo responsabili-dades compartidas con aquéllos. Realizar es-tas implicaciones profesionales comportará in-corporar nuevas prácticas profesionales alTrabajo Social con nuevos modelos de inter-vención. Este elemento va a implicar reorien-tar las políticas sociales e institucionales, la vi-sión que tienen de los usuarios y de losproblemas sociales, así como de la forma deabordarlos (Saleebey, 1996).

A través del lenguaje se realiza la inter-vención profesional y la concreción de la ayu-da. Con el poder de la palabra se fomentancapacidades, se empodera, se interviene des-de la perspectiva de los puntos fuertes y sehace uso de los recursos y herramientas quetienen todos los usuarios del Trabajo Social(Kaplan y Girard, 1994). Incorporar el impe-rativo del empoderamiento a la intervenciónsocial, el desarrollo de puntos fuertes, impli-ca que las personas tomen conciencia de lastensiones y los conflictos que les oprimen yles limitan, para ayudarles a través de la in-tervención social a liberarse de estas limita-ciones y restricciones (Pinderhughes, 1994).La intervención bajo esta perspectiva signi-fica desarrollar capacidades, competencias,habilidades personales y conocimientos quese van acumulando con el tiempo y con elaprendizaje para la superación de las dificul-tades y los problemas sociales y, así, poderenfrentarse a los desafíos de la vida. Esta pro-puesta se va convirtiendo en un «fondo per-manente» donde se van desarrollando capa-cidades y habilidades para ser utilizadas enlas luchas actuales y en el futuro (Garmezy,1994).

El descubrimiento de los puntos fuertes deuna persona a veces se ve forjado por viven-cias de trauma, enfermedad, dificultades, abu-sos, opresión, etc. (Saleebey, 1996). Hasta queno aparecen las dificultades, los problemas,las personas no saben que tienen esas habili-dades o capacidades para superar las adversi-dades. En consecuencia, suele ser necesariopasar por una crisis o por una dificultad para

aprender de los recursos que una persona po-see y para descubrirlos.

3.6. La queja más habitual y sugerenciasLa queja más habitual de los trabajado-res sociales es el poco tiempo que se dedica ala intervención y la cantidad del mismo que lle-va la gestión. Otra queja, es que la calidad dela intervención se mide en parámetros cuanti-tativos, es decir, por el número de casos queatienden, más que por los resultados que se ob-tienen. La gestión que se realiza en muchas oca-siones es excesiva, ya que en muchas ocasio-nes se pierde la parte de la intervención social.

La principal sugerencia por parte de los pro-fesionales es que, para ofrecer una intervenciónmás adecuada en todos los casos, necesitaríanmás tiempo para dedicárselo a cada caso y a laintervención social en general. Otra dificultaden la intervención es la relación que se puede ydebe establecer con los usuarios, la cantidad detiempo que se necesita para que, en muchas oca-siones, sea casi imposible establecer una rela-ción llena de dinamismo.

Tenemos muy poco tiempo de intervencióny mucha gestión, para cualquier «cosa» hayque tramitar mucho (R.08.2).

En muchas ocasiones la sensación que ten-go es: lo que cuenta son la cantidad de casosque se atienden y no se mira ni se hace un se-guimiento posterior para ver si realmente sehan resuelto las problemáticas y las necesida-des (R.07.1).

Cuesta mucho llegar a las familias ¿sabes?,que aunque cada persona o familia sea diferen-te, casi todos van encontrando las mismas tra-bas en el camino, en el avance de la enferme-dad, y aún intentado hacérselas ver, es muycomplicado, no quieren saber o niegan la rea-lidad. No pretendo elegir por ellos, pero sí quesepan lo dura que es la enfermedad para los cui-dadores y todos los aspectos que deben ir re-forzando conforme esta evoluciona (R.04.1).

Solamente nos dedicamos a gestionar y ges-tionar, la parte de intervención se está perdien-do en muchas ocasiones (R.03.2).

4. ConclusionesDe las entrevistas realizadas y de los infor-

mes consultados, en ningún caso se realiza una

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valoración con la perspectiva de las fortale-zas, es decir, en ningún caso se realiza una va-loración de la situación que no se centre en losaspectos negativos, problemáticas o carencias,que se describen en el estudio. Podríamos afir-mar que las intervenciones se llevan a cabodesde una «perspectiva patológica».

Es por ello por lo que no se realiza una vi-sión de cuáles son las potencialidades o forta-lezas que tienen las personas, las familias o elentorno para la solución de las problemáticassociales, por lo que se recomienda la utiliza-ción como técnica o metodología dentro deltrabajo diario en las valoraciones sociales.

En base a estos resultados obtenidos, se re-aliza la siguiente propuesta y discusión a lahora de abordar las problemáticas socialesdesde el Trabajo Social. Se trata de realizarun abordaje con la mirada puesta en las for-talezas o en los puntos fuertes y positivos, re-forzando las competencias del usuario y, portanto, atenuando la importancia de poderesdesiguales entre éste y el trabajador social.Hacerlo de este modo presenta un mayor po-tencial para liberarlo de estigmatizar clasifi-caciones diagnósticas que refuerzan la «en-fermedad» en los individuos, familias ycomunidades (Cowger, 1994).

Algunos profesionales del Trabajo Socialpodrán considerar que, éste, puede llegar a seruna nueva propuesta interesante a tener encuenta para llevar a cabo e incorporarla a la in-tervención social cotidiana; o simplemente con-siderarán que es una propuesta de buenas prác-ticas en Trabajo Social, independientemente delas ventajas y beneficios que pueda aportar co-mo valor a la profesión. Esta propuesta y refle-xión supone ayudar a no etiquetar con un diag-nóstico social a personas, familias, grupos ycomunidades, implicándose en su propio pro-ceso de cambio y búsqueda conjunta de solu-ciones junto con los profesionales.

El peligro potencial de esta perspectiva esconsiderar que «toda solución» de los proble-mas sociales se encuentra en las personas yen el entorno, descuidando así las políticas yprogramas que abordan las causas más estruc-turales de las desigualdades sociales y de losproblemas sociales en los que se ayuda a mi-nimizar los riesgos y, por lo tanto, las proba-bilidades diferenciales o el desarrollo de losresultados problemáticos.

Los recursos son importantes en la inter-vención, pero hay que buscar aquellos que po-seen las personas, considerarlos y tenerlos encuenta como punto de partida para comenzara realizar la intervención social. De acuerdocon Rodríguez Martín (2006):

Los recursos sociales son instrumentos in-dispensables en la intervención profesional,que ésta se objetiva en el tránsito entre las ne-cesidades sociales y los recursos sociales y quees tarea del profesional no sólo gestionar losrecursos, sino generar otros nuevos ante las ne-cesidades emergentes sin olvidar la constitu-ción de la persona, el grupo y la comunidad co-mo recursos en sí (p. 375).

Esta intervención desde las fortalezas esconsiderada como un punto de vista diferente:

Los fanáticos creen que ofrece una nuevamanera de pensar y actuar profesionalmente.Claramente, no es una teoría. Pero su cuerpoemergente de principios y el método crea opor-tunidades de desarrollo profesional para cono-cer y hacer que vayan más allá de los límitesdel enfoque «técnico-racional» hoy en día tancomún (Saleebey, 1996, p. 303)

Por lo tanto, el desarrollo profesional delnuevo Trabajo Social del futuro se centra enencontrar nuevas propuestas metodológicasadaptadas a las nuevas necesidades y reali-dades sociales emergentes de este sigloXXI.

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