La Ilustración del Espíritu Santo.

(Hech. 5:3-4) 

Es esencial que los creyentes reconozcan la importancia del Espíritu Santo en el plan redentor de Dios.

Muchos de nosotros no tenemos idea de lo diferente que sería todo si no hubiera Espíritu Santo en este mundo:

a).- Sin el Espíritu Santo no habría creación , ni universo, ni raza humana (Gn. 1:2; Job 33:4).

b).- Sin el Espíritu Santo no habría Biblia (2ª P. 1:21).

c).- Sin el Espíritu Santo no habría Nuevo Testamento (Jn. 14:26; 15:26-27; 1ª Co.2:10-14).

d).- Sin el Espíritu Santo no habría poder para proclamar el evangelio (Hch. 1:8).

En síntesis: Sin el Espíritu Santo no habría fe, ni nuevo nacimiento, ni santidad, ni creyente alguno en el mundo.

Este estudio examina algunas de las enseñanzas fundamentales sobre el Espíritu Santo.

1.- LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO.-

a).- A través de toda la Biblia el Espíritu Santo se revela como persona con individualidad propia (2ª Co. 3:17-18; Heb. 9:14; 1ª P. 1:2).

Podemos ver que el Espíritu Santo es una persona divina como el Padre y el Hijo. De modo que nunca se puede pensar que el Espíritu Santo es sólo un poder o una influencia.

b).- Él tiene características personales porque:Piensa (Ro. 8:27).

Siente (Ro. 15:30).

Tiene voluntad (1ª. Co 12:11), y tiene la capacidad de amar y disfrutar del compañerismo.

c).- Fue enviado por el Padre a llevar a los creyentes a una íntima presencia y comunión con Cristo (Jn. 14:16-18,26).

En vista de estas verdades hay que tratarlo como persona y considerarlo como el Dios infinito que vive en el corazón y es digno de adoración, amor y obediencia.

a).- El Espíritu Santo tuvo un papel activo en la creación (Gn. 1:2).

b).- El Espíritu estaba activo en la transmisión del mensaje de Dios a su pueblo. Por ejemplo, fue el Espíritu el que instruyó a los Israelitas en el desierto (Neh. 9:20).

c).- El Espíritu del Señor impartía el liderazgo del pueblo de Dios en el A.T., de tal forma que Moisés experimentaba los mismos sentimientos de Dios (Ex.33:11).

2.- LA OBRA DEL ESPÍRITU SANTO EN EL ANTIGUO TESTAMENTO.

d).- Y el Espíritu Santo sigue dando vida a las criaturas de Dios (Job. 33:4; Sal.104:30).

e).- El Espíritu del Señor también podía venir sobre las personas a fin de capacitarlas para un servicio especial. Por ejemplo a José lo capacitó para que desempeñara eficientemente en el consejo de ministros de Faraón (Gn. 41:38).

f).- Cuando los salmistas de Israel cantaban sus canciones, lo hacían por el Espíritu del Señor (2ª. Sam. 23:2; Hech. 1:16).

g).- Así mismo los profetas fueron inspirados por el Espíritu de Dios para declarar la palabra de Dios al pueblo (Num. 11:29; 1ª Sam. 10:5-6,10; 2ª. Cro. 20:14; 24:19-20; Neh. 9:30; Is. 61:1-3; Miq. 3:8; Zac. 7:12; 2a P. 1:20-21).

h).- También en el A. T. Había conciencia de que el Espíritu deseaba guiar a una persona por las sendas de una vida justa. David declaró esto en algunos de los Salmos (Sal 51:10-13; 143:10).

i).- El A.T. prevé la futura era del Espíritu , es decir, la época del N.T. sobre la función que desempeñaría el Espíritu, por ejemplo:

En lo particular en la vida del Mesías (Is. 11:1-4: 42:1; 61:1-3).

En lo general el derramamiento del Espíritu Santo sobre todo el pueblo de Dios (Joel 2:28-29). Este derramamiento se hace sobre todo tipo de persona, no sobre todo individuo; porque si bien, es sobre toda carne, hay muchos que no lo aceptarán. Estos serán los que no acepten a Jesús como su Salvador.

3.- LA REVELACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN EL N. T.

El Espíritu Santo es el agente de salvación:

a).- Convence de culpa (Jn. 16:7-8).

b).- Revela la verdad sobre Jesucristo (Jn. 14:16,26).

c).- Da el nuevo nacimiento (Jn. 3:3-6).

d).- Bautiza a los creyentes para formar el cuerpo de Cristo (1ª Co. 12:13).

e).- En la conversión se recibe el Espíritu (Jn. 3:3-6; 20:22).

f).- Por el Espíritu Santo llegamos a participar de la naturaleza divina (2ª. P. 1:4).

El Espíritu Santo es el agente de servicio que da poder a los creyentes para el servicio y el testimonio:

a).- Esta obra del Espíritu Santo se relaciona con el bautismo en el Espíritu Santo. Cuando se recibe el bautismo en el Espíritu, se tiene poder para testificar de Cristo y trabajar con eficacia dentro de la iglesia y delante del mundo (Hch. 1:8).

b).- Se recibe la misma unción divina que descendió sobre Cristo (Jn. 1:32-33)

Y sobre los discípulos (Hch. 2:4), ya anunciado en (Hch. 1:5).

Dándoles poder para proclamar la palabra de Dios (Hch. 1:8, 4:31).

Y de hacer milagros (Hch. 2:43; 3:2-8; 5:15; 6:8; 10:38).

d).- Es el plan de Dios que todos los creyentes reciban el bautismo en el Espíritu Santo en esta época (Hch. 2:39).

e).- En lo concerniente al servicio, el Espíritu Santo imparte dones espirituales a personas de la iglesia para edificarla o fortalecerla (1ª. Co. 12:12-14).

f).- Estos dones son una manifestación del Espíritu por medio de personas, por las cuales se hacen realidad la presencia, el amor, la verdad y las normas de justicia de Cristo para el bien de toda la comunidad de creyentes (1ª. Co. 12:7-11).

a).- En Cristo (1ª. Co. 12:13).

b).- El Espíritu Santo vive en la iglesia (1ª. Co. 3:16).

c).- La edifica (Ef. 2:22).

d).- Inspira la adoración de la Iglesia a Dios ( Fil. 3:3).

e).- Dirige su misión (Hch. 13:2,4).

f).- Designa a sus obreros (Hch. 20:28).

El Espíritu Santo es el agente que bautiza a los creyentes para formar un solo cuerpo:

g).- Le imparte dones (1ª. Co.12:1-11).

h).- Unge a sus predicadores (Hch. 2:4; 1ª. Co. 2:4).

i).- Guarda el evangelio que le ha confiado (2ª. Tim. 1:14).

j).- Promueve su justicia ( Jn. 16:8; 1ª. Co.3:16; 6:18-20).

Las diversas actividades del Espíritu son complementarias y no contradictorias. Al mismo tiempo, esas facetas de la obra del Espíritu Santo están entrelazadas y no pueden separarse totalmente. No se pueden tener:

a).- La plenitud de la nueva vida en Cristo. b).- La justicia como modo de vivir c).- El poder para testificar del Señor d).- La comunión en su cuerpo

Sin participar de cada una de estas cuatro experiencias

Por ejemplo: el bautismo en el Espíritu Santo no puede mantenerse aparte de la obra del Espíritu que produce justicia dentro del creyente y lo guía al conocimiento de las verdades Bíblicas y a su dedicación a ellas.