8/19/2019 La Igualdad de Derechos

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La Igualdad de Derechos, los Derechos Gay y la Iglesia

Mormona

Por

Neil J. Young

http://campaignstops.blogs.nytimes.com/2012/06/13/equal-rights-gay-rights-and-the-

mormonchurch/?_r=0  

Scott Sommerdorf/The Salt Lake Tribune, vía Associated Press El grupo Mormones Construyendo

Puentes marchó en el desfile anual del orgullo gay en Salt Lake City el 3 de junio.

Este mes, gays y lesbianas estadounidenses celebran el orgullo gay. De hecho haymucho para celebrar últimamente: el fin de la política militar No Preguntes, No Digas; elrespaldo del Presidente Obama al matrimonio gay; y el reciente fallo de un tribunal federalde apelaciones que declaró inconstitucional la Ley de Defensa del Matrimonio. En sumayor parte, estos avances políticos han sido respaldados por un público estadounidenseque está apoyando cada vez más los derechos de los homosexuales. Tal transformaciónmonumental y rápida sobre la cuestión de la homosexualidad ha llevado a muchosobservadores a considerar los derechos de los homosexuales como el desplazamientomás rápido del movimiento de los derechos civiles en la historia de nuestra nación.

Se puede ver un apoyo estadounidense más amplio en todos los desfiles del orgullogay que tienen lugar este mes. El evento, en otro tiempo, aislado que ocurría solo en unpuñado de ciudades liberales, los desfiles del orgullo hoy atraen a millones en lasciudades grandes y chicas en cada región. Hemos aprendido a contar con políticos ypatrocinadores corporativos en estos desfiles, pero el desfile del orgullo de loshomosexuales de Salt Lake City la primera semana de junio incluyó una sorpresa: unos300 heterosexuales miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los ÚltimosDías. Haciéndose llamar “Mormones Construyendo Puentes,” el grupo explicó en supágina de Facebook que marchar en el desfile sería su primer esfuerzo en un proyecto

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mayor para extender la mano a los mormones gay con “comprensión y respeto, despuésde muchos años de lucha y angustia.” 

Tal proyecto pone estos mormones en una posición aparentemente extraña enrelación con su pertenencia a la iglesia. Mientras que la postura actual de la Iglesia sobrela homosexualidad, hace diferencia entre lo que llama "la atracción del mismo sexo" y elcomportamiento homosexual  –considerando pecaminoso sólo a este último  –muchosestadounidenses han llegado a considerar a la iglesia mormona como notoriamente anti-gay a causa del papel que ella y sus miembros jugaron para asegurar la aprobación de laProposición 8, iniciativa electoral de California 2008, que define el matrimonio, a losefectos de la constitución del estado, como posible sólo entre una mujer y un hombre.

Mientras que Mormones Construyendo Puentes negó expresamente cualquier tipo deagenda política y en su lugar caracterizó su trabajo como una mera demostración de "losvalores de la empatía y la compasión que nuestra religión enseña," es difícil imaginar a laiglesia respaldando incluso los esfuerzos bastante inofensivos de la organización. Porahora, la iglesia no ha emitido ningún comentario sobre el grupo o su participación en lamarcha del orgullo en Salt Lake City. Sin embargo, dada su historia con otra organizaciónmormona no oficial que entró en una controversia intensa en su momento, la iglesia no

puede ser capaz de hacer caso omiso por mucho tiempo de este nuevo grupo mormónque apoya los derechos de los homosexuales. Al pensar en su futuro, MormonesConstruyendo Puentes debe considerar el pasado. El ejemplo de la respuesta de la iglesiaa Mormons for E.R.A. [Mormones por la Enmienda de Igualdad de Derechos], unaorganización que aglutinó a miembros de la iglesia en la década de 1970 y principios delos 80 para apoyar la Enmienda de Igualdad de Derechos, que la iglesia trabajó muy duropara derrotar, proporciona una advertencia acerca de alejarse demasiado de lasposiciones teológicas y los objetivos políticos de la iglesia.

En la década de 1970, la iglesia surgió rápidamente como una de las fuerzas másorganizadas y devotas trabajando contra la E.I.D., una propuesta de enmienda a laConstitución que garantizaba la igualdad de derechos bajo la ley, independientemente delsexo. Viendo la enmienda como una afrenta a los roles tradicionales del género y unaamenaza para la familia, la iglesia organizó a sus miembros en activistas potentes yeficaces contra la E.I.D. “Creemos que la E.I.D. es una cuestión moral con muchasramificaciones inquietantes para las mujeres y para la familia, ”  la Primera Presidencia dela iglesia, sus tres líderes de más alto rango, declararon en un comunicado oficial en1978. Ratificar la E.I.D., advirtieron, daría lugar a un “estímulo de los que buscan unasociedad unisex, un aumento en la práctica de actividades homosexuales y lesbianas, yotros conceptos que podría alterar la relación natural, dada por Dios, de hombres ymujeres.” 

Los mormones se unieron a este mensaje y contribuyeron a asegurar que laslegislaturas estatales por todo el país, de los estados de peso mormón, como Utah yNevada, a lugares para menos probables como Virginia y Florida, vencieron a la

enmienda. Sin embargo, un pequeño grupo de mormones no estuvieron de acuerdo conla postura de la iglesia sobre la E.I.D. y su llamado a los miembros de la iglesia paratrabajar en contra de la ratificación de la enmienda. Una mujer, Sonia Johnson, dirigió lacarga.

Johnson parecía una persona poco probable que se convirtiera en una paria de laiglesia y una sensación de los medios de comunicación nacionales. Un ama de casacriando cuatro hijos, se desempeñaba como organista de su barrio de la iglesia en el nortede Virginia. Incluso nunca había oído de la Enmienda de Igualdad de Derechos hasta

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 Associated Press. Sonia Johnson era llevada por un oficial de policía después de que ella misma se habíaencadenado a la puerta de un templo mormón durante una manifestación en apoyo de la Enmienda de

Igualdad de Derechos en Bellevue, Washington., en 1980.

1977, unos cinco años en el periodo de ratificación, cuando un visitante oficial de la iglesiadio un sermón explicando la oposición de la iglesia a ello. “Y todo lo que escuché alrespecto estaba mal,” recordaba después en sus memorias “From Housewife to Heretic”  [De Ama de Casa a Hereje]. Por todo el estado, la iglesia organizó a sus miembros engrupos de base para detener la ratificación de la E.I.D. en Virginia, un estado crucial en lalucha nacional. Johnson decidió leer cuidadosamente la enmienda que había sidoinstruida a oponerse, pero su investigación la convirtió en una defensora en lugar de unaadversaria. Con otras tres mujeres, formó Mormones por E.I.D. en 1978 para trabajarcontra los esfuerzos anti-E.I.D. de la iglesia.

Iniciar una organización mormona a favor de la E.I.D. demostró dificultad. Solamente20 personas marcharon detrás de una bandera “Mormones por E.I.D.” en un desfiledespués en ese verano en Washington. Pero la bandera de Johnson atrajo la atención delSenador Birch Bayh, presidente del Subcomité del Senado sobre DerechosConstitucionales. Bayh llamó a Johnson y le pidió que se uniera a un panel de líderes

religiosos y activistas testificando ante una audiencia del Congreso acerca de extender elperiodo de ratificación de la E.I.D. De las cuatro fundadoras de Mormones por E.I.D.,Johnson era la única que vivía el ideal mormón de la vida para las mujeres como ama decasa. “Me encanta la ironía,” anotó Johnson en sus memorias, “de que, porque yo era laúnica en casa haciendo mis deberes de esposa, de madre, fuera la que recibiera lallamada telefónica que volvió mis pies para siempre hacia un camino diferente.” 

En la audiencia, Johnson, usando sus botones de Mormones por E.I.D., de hechuracasera, clavado con alfileres a su blusa, se puso en guardia para la pelea contra el colegamormón y Senador de Utah Orrin Hatch. Hatch exigió que Johnson reconociera que “casi

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el 100 por ciento de las mujeres mormonas se oponen a la Enmienda de Igualdad deDerechos.” “Oh, Dios mío,” fustigó Johnson. “No tengo que admitir eso. Simplemente noes verdad.” 

La contienda de Johnson con Hatch la hizo una figura nacional y Mormones por E.I.D.de benefició de la publicidad. Cientos de cartas de apoyo llegaron a montones, anónimasmuchas de ellas por el temor que sus autores pudieran enfrentar represalias. “Tenemosmuchos miembros de closet, en especial en Utah,” contó Johnson a un reportero. “Existemucho temor a ser identificados con una política contra la iglesia.” No obstante, lamembresía pronto creció a 500. Para 1981, el grupo contaba con 1000 miembros. Enmarchas y manifestaciones por el país, Mormones por E.I.D. expresó su apoyo a laenmienda y llamó la atención de los esfuerzos de la iglesia contra ella.

La iglesia comenzó a prestar atención al activismo político cada vez mayor del grupo,y los miembros de Mormones por E.I.D. comenzaron a pagar el precio por su apostasíapolítica. Algunas mujeres recibieron cartas de los oficiales de la iglesia advirtiéndolesacerca de sus destinos espirituales. “Si son realmente serias respecto a ser mormonas,”escribió un alto oficial de la iglesia a Teddie Wood, una de las cuatro fundadorasoriginales del grupo, “sostendrán al Profeta,” antes de concluir, “Por lo que a mí respecta:

usted no es „mormona.‟” Otras mujeres fueron depuestas de sus estimados puestos en laiglesia. Peor, los líderes de la iglesia cancelaron la “recomendación del templo” a variasmujeres, el estatus que permite a los mormones fieles entrar a los templos de la iglesia ydirigir ceremonias y rituales sagrados esenciales para la salvación.

Johnson padeció el juicio más severo cuando fue llamada a un tribunal de la iglesiapara considerar, como declaraba su citatorio, “la relación entre su membresía de la iglesiay su conducta durante los últimos meses.” Un líder de la iglesia informó a Johnson que loscargos son el resultado de haber , “a sabiendas, predicado doctrina falsa” y perjudicado losesfuerzos misioneros de la iglesia.

 Antes de su juicio, Johnson dijo a una multitud congregada fuera de la capilla de subarrio, que tenía “confianza que el Profeta –si fuera necesario –daría un paso adelante, a

su debido tiempo, para defenderme, y defender los derechos constitucionales de todos losciudadanos para ejercer sus derechos políticos dicte su consciencia, sin temor de larepresión religiosa.” 

Pero no llegó tal intervención. En lugar de ello, los líderes de la iglesia la declararonexcomulgada. Su obispo, sin embargo, se tomó la molestia de aclarar que Johnson habíaperdido su posición con la fe de toda su vida, no a causa de su apoyo a la E.I.D., sinocomo establecía su carta de excomunión, porque no estaba “en armonía con la doctrinade la iglesia respecto a la naturaleza de Dios en la manera que dirige Su iglesia sobre latierra.” 

La iglesia había justificado su posición sobre la E.I.D. basada en una revelación quesu presidente, Spencer Kimball, dijo que había recibido que Dios quería que la iglesia se

opusiera a la enmienda, pero Johnson había puesto en duda esa misma revelación.Cuando se le preguntó si creía que Kimball hubiera recibido tal revelación, Johnsondeclaró: “Le digo que creo que no.” Sin detenerse allí, Johnson afirmó que Dios, más bien,le había revelado a ella que la iglesia debería apoya la E.I.D. Al burlarse de la revelaciónde Kimball, y jactarse de la suya, Johnson había atacado el corazón mismo delmormonismo con su creencia en el estatus profético de su presidente y la adhesión a alliderazgo jerárquico de la iglesia. “Ningún otro miembro tiene ese derecho o autoridad”para reclamar una revelación para la iglesia, declaró un oficial de alto rango en el apogeode la batalla de la E.I.D.

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El destino de Johnson condenaba al fracaso a mormones para E.I.D. Sólo 40 miembros,“en números disminuidos,”  como señaló The Times, estuvieron dispuestos a reunirseafuera del Tabernáculo Mormón para una protesta contra los esfuerzos de la iglesia en1981. Mientras tanto, decenas de miles de fieles mormones en estados de todo el paístrabajaron diligentemente en contra de la E.I.D., jugando un papel crítico en la derrota finalde la enmienda. Al excomulgar a Johnson, la iglesia no solo le había quitado la vida a

Mormones por E.I.D., sino que, de manera más importante, había fortalecido sucapacidad para demandar la obediencia absoluta de sus miembros sin importan el tema,eclesiástico o político. Como entonces explicó una mormona de Highland, Utah, losmormones que apoyaban la E.I.D. no pertenecían a la iglesia. “Si no queremos seguir alprofeta,” preguntaba, “¿qué hacemos en la iglesia? Mejor nos salimos.” 

En los próximos meses, los que pertenecen a Mormones Construyendo Puentes puedenencontrarse con respuestas similares de miembros de la iglesia y la iglesia misma. Muchode esto dependerá de qué dirección persigue el grupo. Al evitar la política y simplementeofreciéndose como una voz de apoyo para los mormones homosexuales que luchan porreconciliar su fe e identidad personales, Mormones Construyendo Puentes puedepermanecer fuera de las miradas de la iglesia. A pesar de su reputación pública, la iglesiarecientemente ha ofrecido su propio apoyo mesurado para algunos de los homosexuales,incluyendo la revisión del código de honor de la Universidad Brigham Young para permitirque los estudiantes homosexuales permanezcan en la escuela, siempre y cuando semantengan castos, y el apoyo de una ordenanza de Salt Lake City de 2009, que garantizaa los homosexuales y las lesbianas protecciones de vivienda y empleo.

Los críticos ven estos avances realizados por la iglesia como cínicas estratagemas derelaciones públicas para mejorar su imagen después que la Iglesia enfrentó la enormeindignación pública por su papel en la lucha de la Propuesta 8, pero la iglesia hademostrado claramente a sus miembros que no tienen que tomar la postura de línea másdura sobre todas las cosas de los homosexuales. Algunos observadores de la iglesia,creen incluso que la iglesia puede estar cambiando lentamente su posición sobre lahomosexualidad de una manera similar a las reformas de la iglesia con respecto a los

miembros afroamericanos en la década de 1970. “¿No son las mujeres tan importantescomo los hombres negros?,” Preguntó Sonia Johnson en el momento.

No obstante, dado que se define el comportamiento homosexual como un "pecado grave"y mantiene una vociferante oposición a la igualdad en el matrimonio, es difícil imaginar ala iglesia dando un giro completo sobre la homosexualidad. Es casi igual de difícilimaginar, dada la escalada política del debate sobre el matrimonio gay, que MormonesConstruyendo Puentes será capaz de mantenerse al margen de la refriega. No manifestarsu opinión sobre una cuestión política retumbante que golpea en el corazón del mismoenfoque del grupo, podría socavar su relevancia. Y ¿Mormones Construyendo Puentespermanecerá callado si el compañero miembro de la iglesia Mitt Romney enfatiza suoposición al matrimonio gay en los restantes meses de la campaña? Ya han surgidodisputas en la página de Facebook del grupo acerca de cuál la misión de Mormones

Construyendo Puentes debería ser y lo que son los próximos pasos que debe tomar. Al ponderar esas decisiones, Mormones Construyendo Puentes debe mirar al pasado enbusca de orientación. El ejemplo de Mormones por la E.I.D. sirve como una advertenciade lo que los miembros del grupo podrían enfrentar en caso de que tome un papel másactivo en oposición a los propios esfuerzos políticos de la iglesia y una visión más agudaen contra de sus declaraciones proféticas. De hecho, la historia reciente también ofrecesus propias lecciones de castigo. En 2008, varios Mormones que trabajaban contra la

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aprobación de la Propuesta 8 reportaron haber recibido varios castigos de sus líderes dela iglesia, incluyendo uno que al parecer fue amenazado con la excomunión.

 A medida que Mormones Construyendo Puentes avanza, los miembros del grupo puedenencontrarse evaluando sus convicciones personales y políticas respecto a suscompromisos espirituales. Sonia Johnson describió esa elección dolorosa como "tratandode decidir cuál de los niños salvar del fuego.” Los miembros de Mormones ConstruyendoPuentes tendrán que actuar con cuidado para asegurarse de no quemarse, pero haymaneras que el grupo podría mantener la buena reputación de la iglesia y al mismotiempo lograr el cambio, si eso es lo que quieren. Presentar una solicitud a la dirección dela iglesia para modificar sus políticas o la teología, no producirá los resultados deseados,y protestar por las acciones de la iglesia lo más probable es que provocará durareprimenda o peor. La historia ha dejado claro que la iglesia no se somete a la presióndesde abajo ni pasa por alto los desafíos a su liderazgo.

Pero si tiene éxito en crear una sensación de que los mormones homosexuales sonbienvenidos en la iglesia, Mormones Construyendo Puentes con el tiempo puede dar lugara cambios importantes en la relación de la iglesia con sus miembros homosexuales y suimplicación en la política anti-gay. Los mormones gay han dejado la iglesia en masa. Una

ruta que Mormones Construyendo Puentes podría tomar sería la de trabajar para detenere incluso revertir esa tendencia con una vigorosa campaña pública que asegure a losmormones homosexuales que pertenecen a la iglesia. Si los mormones gay se volvieranuna presencia importante y visible en los barrios de la iglesia en todo el país, tal vez laiglesia se dará cuenta y se ajustará en consecuencia. Si bien muchos consideran que ladecisión de la iglesia de otorgar a los miembros negros el sacerdocio en 1978, como unareacción retardada al movimiento de derechos civiles, que había logrado sus principaleslogros más de una década antes, muchos estudiosos creen que la iglesia cambió su cursoporque el crecimiento en el extranjero, sobre todo en América del Sur, significó que sumembresía incluyera cada vez más a personas de ascendencia africana. Puede tomar unlargo tiempo, pero si los mormones homosexuales demuestran ser un componente activode la iglesia mormona, entonces la iglesia, al igual que el presidente Obama, es probable

que continúe evolucionando su posición sobre la homosexualidad.

Neil J. Young es autor del libro de próxima aparición, “  We Gather Together: The Rise ofthe Religious Right and the Challenge of Ecumenical Politics.”    [Nos Juntamos: ElSurgimiento del Derecho Religioso y el Desafío de la Política Ecuménica]. Enseña en Princeton.

TraduccióN:

Max ruiz m.

Marzo 2016