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  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

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  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    2/19

    Primer Coloquio Nacional

    de filosofa

    Morelia Mich. Mxico

    4-9 de agosto de 1975

    t :.

    J L. Balcrcel M. Bunge A Cueva S Durn P. J

    Esquivel C C. Gould R Guerra A Hjar C Mo-

    rales M. H. Otero J l Palencia C Pereda C. Pe-

    reyra G Petrovic S Ramrez R. S Ramrez C.

    A

    Snchez Vzquez y

    A

    Schaff.

    La filosofa y las

    ciencias sociales

    @

    EDITORIAL GRIJALBO S A

    MXICO D. F. 1976

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    3/19

    LA FILOSOFlA y

    LAS

    CIENCIAS SOCIALES

    1976,

    ASOCIACIN FILOSFICA DE MXICO

    D. R.

    1976, EDITORIAL GRIJALBO, S. A .

    Av. Granjas 82, Mxico 16 D.

    F.

    PRIMERA EDICIN

    ReservadoJ todos los derechos. Este libro no

    pue e

    ser

    reproducido. en todo o en p.arte. en

    forma alguna sin permiso.

    IMPRESO EN MEXICO

    PRINTED

    IN

    MEXICO

    ndice

    Prlogo .

    7

    Jos Luis ,Balcrce ,

    FUNDAMENTACION

    CIENTlFI-

    CA

    DE

    LA

    ESTETICA .

    9

    Valeriana Bozal,

    EL

    PAPEL DE

    LA

    FILOSOFIA MAR-

    XISTA Y LAS CIENCIAS SOCIALES

    EN ESPA:t\rA 25

    Mario Bunge,

    LA

    POSIBLE UTILIDAD DEL FILOSO-

    FO EN

    LA

    CIENCIA SOCIAL 43

    Agustn Cueva, SOBRE

    EL

    CONCEPTO DE "ENAJE-

    NACION 71

    Silvia Durn Payn,

    LINGSTICA y FILOSOFA... 95

    Javier Esquive , ESTRUCTURA

    FUNCION

    DE LA

    IDEOLOGIA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . ..

    111

    Carol

    C.

    Gould,

    LA

    ONTOLOGIA

    DE MARX

    LA

    METODOLOGA DE LAS CIENCIAS SOCIALES 127

    Ricardo Guerra Tejada, AUTODESTRUCCION CO-

    MUNIDAD CONCRETA . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    ..

    155

    Alberto Hjar, POSIBILIDAD DE LA ESTTICA

    COMO

    CIENCIA.

    . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

    161

    Cesreo Morales Garca,

    LA

    SOCIOLOGtA

    y LA

    FOR-

    MA DE

    SU CIENTIFICIDAD.. . . . . . . . . . . . . . . . .

    173

    Mario H. Otero, TRES MODALIDADES DE INMA

    NENTISMO 187

    5

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    Jos

    Ignacio Palencia Gmez, EL PROCESO DE LA RE-

    LIGION

    COMO

    HECHO

    HISTORICO . . . . . . . . . . . 205

    Carlos Pereda,

    SOBRE

    EL CONCEPTO DE

    PRUEBA

    221

    Carlos Pereyra Boldrini, SOBRE LA

    RELACION

    EN -

    TRE FILOSOFIA CIENCIAS SOCIALES. . . . . . 241

    Gajo Petrovic, NECESIDAD

    DE

    UN CONCEPTO FI-

    LOSOFICO

    DE

    REVOLUCION 257

    Santiago

    Ramrez

    Ruiz y Santiago

    Ramrez

    Castaeda,

    HISTORIA

    PS ICOANLIS IS

    275

    Adolfo Snchez Vzquez, LA IDEOLOGIA DE LA

    NEUTRALIDAD IDEOLOGICA

    EN

    LAS CIEN-

    CIAS

    SOCIALES

    287

    Adam

    Schaff, LA TEORIA

    DE

    LA

    ENAJENACION

    DE MARX VERSUS LA

    INGENIERIA

    SOCIAL

    315

    6

    Prlogo

    El presente volumen est constituido

    por una

    seleccin

    de las ponencias presentadas en la Seccin 1I:

    a

    filosof

    l s cienci s soci les del Primer Coloquio Nacional de Fi

    losofa. celebrado en

    Morelia, Michoacn,

    del 4 al 9 de

    agosto de 1975.

    El

    ColUljuio fue

    organizado

    a iniciativa

    de la

    Asociacin

    Filosofa de Mxico, bajo los auspicios del

    Gobierno

    del

    Estado de

    Michoacn,

    la Universidad Michoacana de San

    Nicols de Hidalgo, la

    Universidad

    Nacional

    Autnoma

    de

    Mxico,

    la

    Asociacin

    Nacional

    de Universidades e

    Institu-

    tos de Enseanza Superior la Secretara de Educacin P-

    blica. En su Comit Organizador estuvieron representados,

    adems

    de

    la

    Asociacin Filosfica de Mxico,

    la

    Facultad

    de Filosofa y Letras de la UNAM y el Instituto de In-

    vestigaciones Filosficas de la UNAM, todas las universidades

    del pas que cuentan con

    departamento

    o escuela d : filoso-

    fa, a saber: Universidad

    Autnoma de Chihuahua,

    Univer-

    sidad

    de

    Guadalajara, Universidad

    de

    Guanajuato,

    Universi-

    dad Autnoma de Guerrero, Universidad Iberoamericana,

    Universidad Autnoma del Estado de Mxico, Universidad

    lVlichoacana de San Nicols de

    Hidalgo,

    Universidad Aut-

    noma de Nuevo Len, Universidad Autnoma

    de Puebla

    y

    Universidad Veracruzana.

    En

    el Coloquio tomaron parte, como invitados, adems

    de los filsofos

    mexicanos

    o

    residentes

    en Mxico) varios

    filsofos de otros pases, as corno un

    grupo

    de investiga-

    dores nacionales en el campo de las ciencias exactas, natu-

    rales sociales.

    Los

    trabajos que

    forman el

    presente

    volumen

    fueron se-

    7

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    leccionados por la Comisin nombrada, con dicho fin, por

    el

    Comit Organizador e integrada por el doctor Eli de

    Gortari, doctor Adolfo Snchez Vzquez, maestro Jos Luis

    Balcrcel y licenciado Gabriel Vargas. Esta comisin cont

    asimismo, para cumplir su tarea, con las recomendaciones

    del doctor Fernando Salmern, licenciado Jaime Labastida

    y licenciado Carlos Carlos Pereyra, miembros de

    la

    Comisin

    de Estudio de la Seccin

    II

    del Coloquio.

    La publicacin del presente volumen, as como de los

    otros dos correspondientes a la Seccin 1 La

    filolSOfa y la

    ciencia)

    y la Seccin III

    La filosofa actual en Amrica Lati-

    na),

    permitir dar a conocer a un amplio pblico lector los

    frutos del Primer Coloquio Nacional de Filosofa y de este

    modo, contribuir a fortalecer el impulso recibido por los

    estudios filosficos en nuestros medios con la celebracin de

    dicho Coloquio.

    Por otro lado, el tono antiespeculativo que domina en

    la mayora de los trabajos seleccionados y

    la

    preocupacin

    visible en casi todos ellos por vincular

    la

    tilosofa y las

    ciencias, en unos casos o l filosoHa y la realidad poltica

    social, en otros, justifica sobradamente la incorporacin de

    los volmenes citados a nuestra Coleccin.

    TEOR Y PRAXIS

    8

    Jos Luis Ba1crcel

    Fundamentacin cientfica

    de la esttica

    La esttica, que tuvo en la filosofa su fuente de origen

    a la que comnmente se le sigue considerando disciplina

    filosfica o rama de la filosofa, ha recibido de sta un cau-

    dal de ideas puramente especulativas que la llevaron a

    desembocar, muchas veces, en tendencias retricas o en posi-

    ciones francamente irracionales, cuando no en aseveraciones

    dogmticas sostenidas como principios de fe. De ah que la

    esttica frecuentemente se manifieste tan vulnerable a las ms

    variadas recusaciones tericas.

    Sin embargo, independientemente

    de

    los resultados que

    alcanzaron, no pueden desconocerse las tentativas, de diversa

    procedencia, emprendidas en diferentes momentos, tendientes

    a rescatar la esttica sobre la base de racionalizar sus plantea-

    mientos. Las rigurosas formulaciones de Aristteles en cuanto

    a los principios

    de la tragedia, las de Kant respecto a la

    es

    tructura del juicio, las de Hegel en lo que se refiere al sis-

    tema de las categoras y en tiempos ms recientes, las inves-

    tigaciones

    de

    los formalistas rusos de los estructuralistas che-

    coslovacos. Todas ellas, enfoques tendientes

    a romper la lnea

    especulativa preponderante en la esttica.

    Actualmente, la esttica que procura desligarse de las con-

    jeturas especulativas para organizar su aparato conceptual de-

    9

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    Adolfo Snchez Vzquez

    La ideologa de la neutralidad

    ideolgica en las ciencias

    sociales

    Mediante el reexamen de las relaciones entre objetividad

    e ideologa en l conocimiento social nos proponemos salir al

    paso de una doctrina (la de la neutralidad ideolgica ) que

    no obstante los golpes recibidos an se obstina en mantentrse en

    pie.' Pretendemos asimismo demostrar que esa neutral idad

    no se apoya en slidas razones, sino en justificaciones ideol-

    gicas

    Dadas las limitaciones de espacio, nuestras ideas se pre-

    sentan en forma de tesis que, al mismo tiempo que condensan

    nuestro pensamiento, permiten fijar con ms precisin el blanco

    de la disputa.

    Texto

    de la

    ponencia presentada al

    Primer

    Coloquio Nacional

    e

    Filosofa. Se

    agregan

    las notas al calce que, por razones de espacio,

    11

    fueron

    incorporadas

    a ella en esa ocasin.

    La

    tendencia

    a

    sustraer

    el conocimiento histrico y social a

    toda

    y,

    por tan to, a situarlo en el marco

    de

    la nell tralidad ideo-

    (aunque no se empleara esta expresin) tiene claros

    antece-

    ya a finales del siglo XIX en los neokan tianos de

    la

    Escuela

    de

    (Windelband

    y

    Rickert)

    y de

    modo

    explcito, corno

    ciencia

    .. re de valores en Max Weber, sobre todo en sus dos ensayos:

    objetividad del

    conocimiento

    en

    las ciencias y

    la

    poltica

    socia-

    (1904) y El sentido de la

    libertad

    de valoracin en las cien-

    sociales

    y

    econmicas (1917). Versin espaola

    de

    ambos textos

    287

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    Tesis 1. No existe

    ninguna

    bdrrera iwctlvible entre

    lc/J ciell-

    eiaJ mltl/rales y Ocia e. ; la eJpecificiddd de las ciellciaJ

    O

    cidles 11

    puede eludir

    la. "

    exigellcias

    de la cientificidad.

    El fin propio de toda ciencia es conocer y a l subordina

    cualquier otra consideracin. Pero, a la vez, como forma espe-

    cfica de la actividad humana, inserta en determinado contexto

    social, aun siendo

    un

    verdadero fin en s, sirve a una finalidad

    externa que le impone ese contexto: contribuir principalmente

    al desarrollo de las fuerzas productivas en el caso de las ciencias

    naturales; contribuir al mantenimiento (reproduccill) de las

    relaciones de produccin vigentes o a su transformacin o cks-

    truccin, cuando se trata de las ciencias sociales. Fin propio

    y

    finalidad externa de las ciencias se relacionan Y condiciomn

    mutuamente. El fin propio

    se

    persigue por

    una

    finalidad ex-

    terior

    y

    sta

    se

    asegura cumpliendo

    el

    fin propio.

    Es

    un hecho comnmente reconocido que las ciencias 50-

    cdes, por lo que toca al cumplimiento de su fin propio,

    se

    encuentran hasta ahora en una situacin de precariedad e in-

    ferioridad con respecto a las ciencias naturales. Diramos

    ljuc

    Sobre

    la teora de las ciencias sociales, Pcnr:csul

    a

    l

    Barcelona,

    1971.

    Ya

    el

    marxismo

    clsico,

    desde

    La ideologa alemana,

    haba soS-

    tenido

    la imposibilidad de una supuesta neutralidad de las ideas. Lenin

    fue categrico a este

    respecto:

    . . .

    En

    una sociedad erigida sobr la

    lucha de

    clases no

    puede haber una

    ciencia social irnparciab> J Tres

    fuente.,.

    y

    tres

    partes integrantes

    del

    marxismo .

    Y

    agreflaba:

    Espe

    rar

    una imparcial

    en

    una sociedad de esclavitud

    asaJClriada,

    sera

    la

    misma pueril que esperar de los fabricantes in)

    parcialidad en cuanto a la conveniencia de aumentar los salarios c1c los

    obreros, en detrimento de las

    ganancias del

    capital . Mucha

    agua

    ha

    corrido desde

    entonces

    (1913) por el

    puente.

    En la actualidad, de'

    nuncian tarnbin la doctrina de la

    lIasepsia

    ideolgica ,

    rcvestidJ

    hn)

    con un nuevo ropaje: el del fin de las ideologas ,

    buen

    nmero

    de

    investigadores sociales,

    inspirados por

    las tesis

    dsicas

    del ma

    rxls

    '

    mo.

    Vanse,

    a

    ttulo

    de

    ejemplo,

    los siguientes ensayos incluidos e

    la excelente

    recopilacin

    de 1

    Hurawitz,

    La nueva sociologa, en

    tomos, Amorrortu, Buenos Aires, 1969: Alvin W. Gouldner,

    El

    mino auro ;

    el

    mi to de

    una

    sociologa libre de

    valores ; Abrahar

    n

    Ci.encia social

    y

    valnrcs.;

    un

    estudio

    de

    sus interrelaciones Sidncy

    1

    Whillhelm,

    Irresponsabilidad

    cientfica

    y

    responsabilidad moral

    ,

    , su grado de cientificidad es mucho ms bajo, pero

    por

    otr

    parte en cuanto que aspiran a ser ciencias no pueden perma-

    necer en ese estado de precariedad

    y,

    menos an, eludir los

    requisitos indispensables de la cientificidad.

    Ahora bien,

    la

    superacin de ese estado no es asunto mera-

    mente terico. El atraso cientfico, en este campo, como en de

    las ciencias naturales en el pasado, responde primordialmente

    a causas sociales: las fuerzas opuestas a una transformacin ra-

    'dical de la sociedad son las mismas que se oponen a que

    el

    conocimiento contribuya a esa transformacin. El objeto mismo

    .

    de las ciencias sociales hace

    de

    ellas

    an

    ms

    que

    en el caso de

    )Ias ciencias naturales- un verdadero campo de batalla en

    el

    t

    :

    q

    ue se enfrentan las ideologas opuestas

    de

    la conservacin y

    la transformacin del orden social.

    Sin embargo, aunque los intereses de clase y las ideologas

    . ntren en conflicto ms abiertamente en las ciencias sociales

    .,que en las naturales, en virtud de la diferencia de su objeto, y

    la finalidad exterior a

    que

    est sujeto su fin propio

    --el

    de

    toda

    ciencia-,

    ello

    no

    permite establecer

    una

    barrera insalvable

    'entre ellas en cuanto ciencias. Tal barrera se establece cuando

    :se renuncia, por ejemplo, a las caractersticas del mtodo cien-

    probado ya en las ciencias naturales, y se echa mano, en

    fombre

    de la especificidad de su objeto (la realidad histrico-

    a mtouos que excluyen sus caractersticas,' o tambin

    Ptando en nombre de esa especificidad se proclama

    la

    imposi-

    ue

    un conocimiento que no

    se

    disuelva en ideologa.

    3

    tahora bien,

    la

    especificidad de las ciencias sociales

    la

    que

    r

    ce

    de ellas

    un

    campo

    de

    batalla ideolgico- lejos de excluir

    f 2 Ya los

    neokantianos

    de la Escuela

    de

    Baden haban tendido

    t puente insalvable entre las ciencias naturales (con su mtodo ge.

    'ralizador) y las ciencias de la cultura (con

    su

    mtodo

    individuali-

    or).

    Rikert,

    a la vez que las separa radicalmente, mantiene a las

    'fleias de la cultura (ciencias sociales)

    en

    el limbo de la neutralidad

    lo

    ra t

    iva,

    pues aunque se constate comu un hecho

    la

    referencia

    a

    ,Jores

    del

    objeto descrito,

    se trata a juicio suyo

    de

    una descripcin

    1 \lbjeto

    individual, exenta de

    toda valoracin.

    , 3 El representante tpico de

    esta

    posicin

    en

    la sociologa

    hur-

    esa

    es

    Karl Mannheim (1893-1947),

    con

    SllS

    dos

    obras

    fundamen.

    llles: Sociologia

    del conocimiento (1927) e I deoluga y utopa (1954).

    289

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    8/19

    presupone la cientificidad. De otro modo, no podran ni

    si-

    quiera llamarse ciencias.

    Tesis

    2. Las cienciaJ sociales

    como

    toda ciencia eJ cm /[-

    terizan por su objetividad.

    No nos referimos a la objetividad del cientfico entendiendo

    por ella una voluntad de sustraerse a su subjetividad

    consi-

    derada sobre todo en un sentido emprico, individual.

    Esta

    objetividad o ms bien actitud objetiva,

    imparcial-

    se re-

    vela como imposible y puede favorecer o no

    lo

    que entende-

    mos propiamente por verdadera objetividad, pero no es la

    objetividad misma, que para nosotros slo

    se

    da fuera del

    sujeto, ya sea en

    el

    mtodo que aplica o en los resultauos

    (teoras) de su actividad.

    La objetividad del mtodo es, sin duda, requisito indispen-

    sable en toda actividad cientfica. No hay ciencia sin mtodo

    objetivo

    y,

    por tanto, queda descalificada como tal la que pres'

    cinda de l tanto en el proceso de investigacin como

    en

    l

    de exposicin o verificacin.

    Es lo

    que sucede, por ejemplo,

    con el mtodo de la comprensin simptica o empata

    ya

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

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    objetividad, no

    es

    la objetividad misma. se da en

    una

    relacin peculiar del objeto terico (verdad, teora, ley)

    Con

    el objeto real. Una verdad, una teora, una leyes objetiva

    si

    representa, reproduce o reconstruye algo real por la va

    del

    pensamiento conceptual.

    No se

    trata de una representacin di-

    recta, reconstruccin literal o reproduccin pictrica, lo que

    sera imposible en virtud de

    la

    distincin entre uno y otro

    objeto y en virtud, asimismo, de que el objeto terico

    es

    un

    producto o resultado de la actividad terica. Para que pueda

    hablarse de representacin o reproduccin en el pensamiento

    no es necesario hacer del conocimiento objetivo un simple

    cal-

    co o fotografa del objeto y, menos an, establecer una iden-

    tidad de propiedades entre el objeto terico y el objeto

    real

    (ciertamente,

    el

    enunciado sobre la sal no es salado).

    Lo

    obje-

    tivo est en el objeto terico en cuanto que reproduce como

    objeto pensado o en

    el

    pensamiento)

    lo

    real. Pero

    si la

    verdad de un enunciado

    se

    da en cuanto que representa o

    reproduce adecuadamente en

    el

    pensamiento

    lo

    real, decir obje-

    tivo

    es

    decir verdadero y en la expresin verdad objetiva

    el

    calificativo sale sobrando pues no puede haber otra verdad

    (como la pretendida verdad subjetiva ).

    Encontrar, pues, la objetividad en cierta relacin del objeto

    terico con

    el

    objeto real, y por tanto considerar una teora

    como independiente del sujeto por lo que toca, como hemos

    visto, a

    su

    valor de verdad, no quiere decir que el sujeto

    (en-

    Siguiendo

    a

    Marx en

    su Introduccin de 1857 a los GrundriSJe,

    mantenemos

    la distincin

    entre objetu

    terico

    lo concreto pensado)

    y el objeto

    real

    (lo

    concreto

    real),

    pero sin

    dar

    un

    carcter

    ahsol

    uto

    a

    esta distincin.

    Al mismo

    tiempo, tenemos presente COlI10 ha 5C de

    esta distincin

    la

    eoncepcin

    el proceso

    de conocimicn

    to

    como

    proceso,

    a la vez, de produccin

    del ohjeto

    terico y de reproduccin en el

    pensamiento

    de este

    ohjeto real

    como

    claramente

    lo

    afirma MarX

    en

    el

    texto

    citado).

    Por todo

    ello, el

    concepto

    de produccin

    no

    tiene

    por qu tener consecuencias idealistas

    como

    las

    tiene en

    Althuss

    er

    ).

    ni

    el

    de reproduccin

    tiene

    que

    ser

    interpretado como calco

    o reflejO

    pictrico mmo

    lo

    interpreta un marxismo simplista que

    se

    hace acre;

    edor a los

    reproches

    de Marx [Tesis

    1

    sobre

    Feuerbach

    1 a todo f

    materialismo

    anterior).

    Acerca de

    todo

    esto,

    vase mi ensayo:

    l teu

    ricismo de Althusser

    en

    Cuadernos polticos,

    Nm. 3, Mxico,

    D.

    f.

    1975.)

    292

    tendido, sobre todo, no como simple sujeto ps:quico, sino como

    ser social) est ausente por completo de esa relacin, particu-

    larmente en el conocimiento social que es el que ahora nos

    interesa. Nos referimos al sujeto que soporta o encarna todo

    un mundo de valores, aspiraciones, ideales, intereses, etctera,

    ,dominantes en un contexto social y que rebasan el marco es-

    trictamente emprico, psquico, individual. Ahora bien, es que

    la

    relacin en que consiste la objetividad (objeto terico-objeto

    real) se da al margen de

    ese

    mundo de valores, ideales, as-

    }piraciones, etctera, y sin que este mundo

    se

    haga presente,

    filtre en cierta forma, en esa relacin entre teora y reali-

    i\dad en que, en definitiva, consiste la ciencia?

    i entonces se una c.omo hay

    propIamente un conOCImIento (el de las CIenCIas SOCIales) que

    pueda descartar la presencia de esos valores, ideales, aspira

    ciones o intereses? y si no puede descartarla -sobre todo en

    i

    SU

    contenido

    mismo--

    puede hablarse en rigor de ciencia?

    i la ciencia no

    es

    una relacin a solas con 10 real, sino

    mediada o mediatizada por un tercero que denominaremos

    -ideologa, de qu tipo

    es

    esa relacin: cientfica, ideolgica,

    eudocientfica, o cientfico-ideolgica?

    La pregunta nos arroja en la cuestin medular de las

    elaciones entre lo cientfico y lo ideolgico, lo que nos lleva

    l

    ;

    mediatamente a definir lo que entendemos por ideologa.

    s lo que hacemos en la siguiente

    tesis_

    esis

    3.

    a ideologa

    es:

    a)

    un

    conjunto

    de

    ideas acerca

    el mundo y la sociedad que: b) responde a intereses, aspi-

    :ciones

    o ideales de

    Und

    clase socid en un contexto soeid

    ado

    y que:

    e)

    gua y justifica

    un

    rampar/amiento

    prc-

    de los hombre.r acorde eOI esos intereses, aspiracione.r o

    ea/es.

    Esta definicin amplia de la ideologa toma en considera-

    'n tres aspectos fundamentales de ella: su contenido terico

    ),

    su

    gnesis o raz social

    h))

    y su uso o funcin prctica

    e).

    'or su

    contenido, la ideologa es un conjunto de enunciados

    293

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    10/19

    que apuntan a

    la

    realidad

    y

    a problemas reales,

    y

    entraian

    explcita o implcitamente una valoracin de ese referente

    real.

    Este contenido no

    es

    necesaria o totalmente falso; puede

    ser

    verdadero o contener elementos de verdad. Pero, incluso

    en

    este ltimo caso, no se reduce a sus elementos puramente teri.

    ca-cognoscitivos. Comprende juicios de valor, recomendaciones,

    exhortaciones, expresiones de deseo, etctera. La concepcin

    de la ideologa como total

    y

    necesariamente falsa (como

    for-

    ma de 'conciencia falsa ) es una generalizacin ilegtima de

    una forma particular, concret, de ideologa. Nuestra defini

    cin, en segundo lugar, pone en relacin este contenido terico

    con los intereses, aspiraciones e ideales de una clase

    social

    condicionada histricamente por

    el

    lugar que esa clase

    ocupa

    con respecto al poder

    y

    al sistema de relaciones de produc

    cin. En tercer lugar, se destaca la funcin prctica de la ideo-

    loga corno gua de la accin de los hombres en

    una

    sociedad

    dada.

    La

    ideologa aspira a guiar su comportamiento

    y, al

    mismo tiempo, ms que explicarlo

    --que

    es el fin propio

    de

    la ciencia-

    trata de justificarlo. Cabe decir que

    el

    fin propio

    7 Los partidarios de esta generalizacin suelen remitirse a

    1I1arx

    y Engels, quienes ciertamente han empleado el trmino ideologa

    con

    este

    contenido tanto

    en una

    obra de

    juventud

    La

    ideologa

    ale

    mana) como en trabajos posteriores (particularmente Engels Fll

    su

    Ludwig

    Feuerbach y el fin de la filosofa clsica alemana

    y

    en

    su caro

    ta a Mehring, de 14 de julio de 1893). Pero es evidente que. en

    todos estos casos, no se puede ignorar la

    forma concreta y

    esp ' lica

    de ideologa (la ideologa burguesa)

    que

    ellos tienen a la vista.

    En

    otro

    texto (en el Prlogo a la Contribucin de la Crtica de la , (U

    noma

    poltica)

    encontramos un concepto amplio de

    ideologa, en l

    que sta aparece determinada ante todo por posiciones de clase. Ur. con

    cepto as

    permite

    admitir, junto a una forma especifica,

    de

    clase, la ide

    e

    -

    loga burguesa, otras formas especficas, tambin de clase,

    em

    la

    de Hideologa proletaria o socialista , claramente formulada por

    Lenin, que

    para

    l, como

    para

    arx

    y

    Engels, no

    poda

    ser concie?

    da

    falsa . Si se generaliza a toda ideologa el concepto

    de

    concien

    Oa

    falsa no se alcanza a

    ver

    cmo la ideologa revolucionaria,

    prolet,na.

    podra cumplir su funcin

    prctica

    (inseparable de

    una

    conciencia

    darlera de

    lo

    real)

    y qu sentido tendra entonces la lucha ideolgIca

    y la formacin ideolgica de la clase

    obrera

    como elementos necesa-

    rios

    jun to

    a la

    lucha econ6mica

    y

    poltica-

    en

    el proceso histricO

    de su emancipacin.

    294

    la ideologa

    es,

    precisamente,

    el

    ejercer esta funcin prc-

    ica de gua y justificacin de la accin. Mientras que la cien-

    : a

    aspira a la verdad (representacin o reproduccin adecuada

    e lo real) y, de este modo, puede contribuir a la accin; la

    eologa tiende a cumplir ante todo su funcin prctica

    e)

    .decuando para ello, si es necesario, esa reproduccin de lo

    ' 1

    su contenido

    a)

    a ciertos intereses, aspiraciones o ideales

    }, aunque esto se traduzca en la mayor parte de las ideolo-

    ,fas

    de cIase en un conflicto entre ideologa y verdad.

    Nuestra definicin de la ideologa comprende, pues, tres

    pectos: terico o gnoseolgico a), gentico o social b) y

    uncional o prctico e).

    8

    Definidas la objetividad y la ideologa, podemos exami-

    .ar

    10ra

    el

    modo de relacionarse entre s ambos trminos en

    s

    ciencias sociales. Pero para escbrecer

    el

    papel

    de

    la

    ideo-

    'ga en las ciencias sociales y cmo se hace presente en stas,

    nemas que subrayar, con respecto a esas ciencias,

    el

    papel

    eludible e irreductible de la objetividad en ellas. Es lo 'lue

    )acemos en la tesis que exponemos a continuacin:

    . .,4esis 4. Lm cir/llcia.t JcialeJ en cuanto

    cienc/J

    11 pueden

    ynlltlciar a la objetl idctd.

    L Si se renuncia a la objetividad, se renuncia al conocimicn-

    r

    ocial COmo ciencia y ste queda reducido a simple ideolo-

    8

    El sucilogo

    polaco

    J

    \Vialr

    ha

    elaborado

    una

    tipologa

    de

    'finiciones

    de

    la ideologa,

    de

    acuerdo On la cual las divide en ge-

    tieas, estructurales

    y

    fU1Jcionales

    Cf. Czy zmierch

    ery ideologii,

    de

    la era

    de

    las ideologas? 1 Varsovia,

    1966).

    A nues-

    modo de ver, COl110 tratamos de poner de relieve

    en

    nuestra de-

    iCin, en toda ideologa se dan en unidad indisoluble los tres as-

    :ctos que se subrayan,

    por

    separado,

    en

    cada una

    de

    las definiciones

    \Viatr. Una definicin como la nuestra es aplicable

    tanto

    a una

    'fIna especfica (b\lrguesa) Como a

    otra

    (proletaria);

    puede

    admitir

    mismo, las formas ms diversas: corno conciencia falsa , como

    .deologa en la que se mezclan y se oponen elementos

    de

    verdad y

    lIsedad,

    y

    asimismo, sin ver en ambos trminos una con tradiccin

    Ili atribuirles tampoco un valor absoluto, COmo ideologa verdadera o,

    tomo

    dice

    Lenin, con una expresin que ha escandalizado a los

    de.

    fensores de la generalizacin ilegtima antes apuntada, como ideolu.

    8Ia cientfica (en

    Materialismo

    y empiriocriticismo).

    295

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    11/19

    gla. Tal es la posicin clsica de Mannheim." Para ello, hacc

    suya la tesis de Marx

    de

    la determinacin social del conoci-

    miento; pero, acto seguido, la interpreta en el sentido de que

    todo conocimiento por estar determinado socialmente, por ser

    clasista, es relativo, y por tanto, falso; es ideologa en

    el

    sentido de "conciencia falsa", o representacin

    deformada de

    la realidad, incompatible

    por

    consiguiente con la objetividad.

    La

    interpretacin

    de

    la relacin entre

    un

    conjunto de

    ideas

    y

    l

    inters

    de

    clase, sealada

    por Marx

    corno caracterstica de

    la

    ideologa (aspecto b de nuestra definicin), en el sentido

    que

    le da Mannheim (relacin = relatividad y sta = false-

    dad), es una interpretacin unilateral y ahistrica del pensa-

    miento

    de Marx.

    Que el

    conocimiento responda a intereses

    sociales, de clase, e incluso los exprese, no implica necesaria-

    mente

    que

    sea falso. El propio Marx

    ha

    subrayado en su crti-

    ca dp

    la

    ideologa econmica burguesa (la economa poltica

    clsica) los elementos

    de

    verdad que

    desarrollados

    por

    l con-

    tribuyeron a elaborar

    la

    teora econmica del capitalismo. Ob-

    viamente, Marx

    la

    tena

    por

    verdadera a

    la

    vez que reconoca

    su carcter ideolgico. La aplicacin

    de

    la interpretacin de

    Mannheim

    de las tesis de

    Marx

    al propio

    Marx,

    implicara

    la

    necesaria falsedad de toda su teora social. Ciertamente de

    esto se trata:

    de

    enterrarlo con su propia pala. Por

    otro

    lado,

    la incompatibilidad

    entre

    relatividad del conocimiento y

    ver-

    dad objetiva es insostenible si se tiene presente

    que

    todo co

    nocimiento es

    aproximado

    y relativo en

    l

    sentido

    de

    que ouO'

    ca podemos considerarlo acabado y absoluto. El conocimiento

    siendo aproximado, relativo es verdadero (=objetivo). Toda

    la

    historia de

    la

    ciencia

    lo

    confirma.

    o

    9

    el Karl Mannheim, Ideologa

    y utopa.

    Introduccin a la so-

    ciologa

    del

    conocimiento, Aguilar, 2a. ed.,

    Madrid,

    1966.

    10 Lenin

    ha

    puesto de manifiesto

    esta

    dialctica de lo relativo

    y lo absolu to

    en el

    proceso de conocimien

    o

    en es tree

    ha

    re lacin con

    su

    objetividad.

    (

    La

    relatividad de todos nuestros conocimien(')S,

    no en el sentido de la

    negacin

    de la verdad objetiva, sino en el

    sentido de la condicionalidad hist rica de los lmites de la apruxi n

    a

    '

    cin ele nuestros conociInientos a egta verdad" falerialiJmn

    y

    empr

    riocriticismo, en Obras

    completas

    T.

    14, ed. es.,

    Ed.

    Cartago, BuenOS

    Aires, 1960, p. 136.)

    296

    , Finalmffit" ,[ pmp'o M'nnh,im

    p,, ',nd,

    '""P''''' "

    nocimiento objetivo al sostener

    que un

    social --cuyo

    I pensamiento por exce?

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    12/19

    cia

    definitiva de este planteamiento y solucin es la separa-

    cin radical entre hecho y valor, entre ciencia e ideologa, o

    entre ciencia y poltica. Esta separacin inspira posteriormen-

    te al neopositivismo

    y,

    en nuestros das, a los filsofos am-

    lticos pretendidamente neutrales as como a los tericos de

    la "desideologizacin". Dicha separacin fue postulada bal e

    varias dcadas, en nombre del marxismo, por los tericos

    de

    la socialdemocracia alemana

    11

    y,

    recientemente, por Althusscr

    y sus disc pulos/

    2

    Esta lnea de pensamiento que escinde objetividad Y

    V,-

    lar conduce a

    la

    negacin del carcter especfico de la objeti-

    vidad en

    las

    ciencias sociales. De acuerdo con ella,

    los

    objetos

    sociales no son simples cosas sino relaciones sociales entre

    lilS

    hombres aunque

    se

    presenten como cosas. Pero los helhos

    sociales no se suceden con la rgida determinacin de los

    aCOll-

    tecimientos naturales, sino que

    son

    hechos en cuya produCCin

    pueden intervenir decisivamente los hombres en la medida

    que toman conciencia de ellos y se organizan y actan para FO-

    ducirlos. Por otro lado, no son slo hechos sujetos a una

    derminacin social sino valiosos. Es precisamente esta (Oll-

    11 En

    su

    Concepcin

    materialista de la historia

    (la. ed. alemana.

    tI.

    1.2, 1927-1929), Kautsky sostiene inequvocamente esta separacin

    l firm r que el materialismo histrico es

    una teora

    puramente CIen-

    tfica que, como tal, no est ligada en modo alguno al proletariado".

    12

    En sus dos

    obras

    fundamentales,

    pour

    Marx (1965) y Lire le

    Capital

    (1965)

    Althusser

    emprende

    una

    vasta

    Y

    delicada

    operdcin

    te6rica tendiente a "desideologizar" l marxismo

    para

    rescatarlo c m

    ciencia. En esta empresa,

    el

    humanismo socialista, tras de ser asimi

    lado

    al

    humanismo

    especulativo que

    el propio Marx combati, es 3r

    r

    ,,'

    jada del campo de

    la

    teora (de

    ah

    su famosO

    "antihumanismo

    (Cn

    co") y

    conservado o aceptado slo como simple ideologa. Esta

    separacin radical

    de ciencia

    e ideologa, o de

    ciencia

    y poltica.

    el propio seno

    del marxismo,

    conduce a separar la

    ciencia

    hislri

    c

    y social en cuanto tal (el

    materialismo

    histrico) del

    punto l

    ,ist

    a

    de clase, del proletariado y de la prctica revolucionaria. En ello ra'

    dica

    la

    "desviacin teari,ta"

    que

    el

    propio Althusser

    habra de rCCO-

    nacer Y que, ms

    tarde,

    sobre todo en sus ltimos escritos Rej n

    51

    a

    Lewis, 1973

    y

    Elements d Autocritique, 1974)

    se

    esfuerza en superar. /\

    .modo

    de

    ver, sin

    lograrlo,

    es

    decir,

    sin

    superar

    su

    :eoriciS11:;

    ongmano,

    como

    tratamos

    de demostrar

    en nuestro ensayo citado'

    t

    teoricismo de A/thusser.

    298

    uncin de hecho y valor, caracterstica del comportamiento

    humano,

    la que impide tratar cientficamente los hechos como

    cosas aunque en ciertas relaciones de produccin se presenten

    cosificados. El enfoque positivista de los hechos sociales, par-

    tiendo de la escisin entre objetividad y valor, pierde de vista

    el carcter especfico de la objetividad en

    las

    ciencias sociales

    y

    con ello deja de verlos como realmente son. Por otra parte

    la "neutralidad valorativa", al presuponer una visin de la

    sociedad en la que las relaciones humanas, sociales, se redu-

    cen

    a cosas, no

    es

    menos axiolgica que aquella que por ver,

    ante todo, su carcter social, humano, no pretende excluir

    un enfoque valorativo.

    Tesis 6. Los

    1Jalores

    que tenemos presentes

    l

    rechazar la

    doctrina de la nelltralidad t'alorativa son los que forman

    parte de las ideologas reales, de

    clase

    Los valores constituyen un elemento fundamental en toda

    ideologa: matizan sus elementos cognoscitivos y enmarcan los

    fines con

    los

    que

    se

    pretende guiar el comportamiento prctico

    de los hombres.

    3

    El destino de las relaciones entre ciencia e

    ideologa se juega con respecto a ellos, como lo entendi muy

    bien Weber, y no puede escamotearse refirindose a los valores

    intrnsecos de la ciencia. Al afirmarse que l cientfio en cuan-

    to tal hace juicios de valor ya que debe optar constantemente

    una hiptesis y

    otra,"

    no se puede caracterizar -con ba-

    en

    ello--

    a las ciencias sociales como ideolgicas, pero tam-

    13 Sobre los valores, vase el cap.

    VI de

    nuestra

    Etica,

    Ed.

    Gri-

    la.

    ed., 1969 (IZa. ed., 1975), Mxico, D. F.

    , .

    Tesis

    sostenida

    por R. Rudner en su trabajo; "The

    Scientist

    qua

    Scientist Makes Value Judgements",

    Philosophy of Science, 20,

    1953. Texto citado por Javier Muguerza, quien

    aguda

    y certeramente

    _limita

    su verdadero alcance; la valoracin as entendido no tendra

    Por

    qu ser valoracin

    en

    otro

    sentido

    (moral)

    "ni en las ciencias

    - urales

    ni en las ciencias sociales" ef. Javier Muguerza,

    "Etica y

    Iencias sociales" en; Filosofa

    y

    ciencia en el pensamiento espaol

    Ed. Tecnos,

    Madrid,

    1973,

    pp.

    280-281),

    con

    lo

    que

    vez ms,

    Rudner

    dejara a salvo la "neutralidad valorativa" o

    'ideoI6gica",

    299

    Al

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    13/19

    poco se puede esquivar esa caracterizacin. Ciertamente, el valor

    as considerado preside la investigacin cientfica,

    y

    podra sos-

    tenerse incluso

    que

    toda teora elaborada ha requerido toda una

    serie de valoraciones. Lo que Bunge llama requisitos de la

    teora cientfica o sntomas de la verdad son en definitiva

    valores cientficos_

    Toda

    c(,'lea, en efecto, cuando alcanza l

    sistematicidad, simplicidad semntica, consistencia externa, capa-

    cidad explicativa, etctera, se instala en el reino del valor (cien-

    tfico) . 5 Ciertamente, esos requisitos existen como valores, pe-

    ro no son ellos los

    que

    tiene

    en

    cuenta

    Weber

    cuando postula

    una ciencia libre de valores ni los que tenemos presente nos-

    otros cuando rechazamos la neutralidad ideolgica en las cien-

    cias sociales. Son ellos los valores como elemento fundamental

    de una ideologa en cuanto que colorean sus ingredientes te-

    ricos

    y

    nutren los fines e ideales que guan la accin.

    Se

    trata

    de los valores sociales (polticos, morales, jurdicos, etctera),

    que forman parte de una ideologa prctica, real, de acuerdo

    con la definicin dada anteriormente (Tesis

    3).

    Ahora bien,

    cmo se relaciona, se hace presente o

    se

    trasparenta esta ideo-

    loga real, de clase, en las ciencias sociales? Las tesis siguientes

    pretenden dar una respuesta a esta cuestin.

    Tesis 7. La ideologa es punto de partida, en el sentido de

    'fue toda ciencia social se hace siempre desde

    y

    con

    cierta

    ideologa.

    En primer lugar, las ciencias sociales surgen

    en

    un marcO

    ideolgico dado, determinado a su vez por las relaciones de

    produccin dominantes_ Este marco se hace visible en los

    su-

    puestos filosficos de una teora social o econmica ( acerca

    15

    Mario

    Bunge, Teoria

    y

    realidad, Ariel, Barcelona, 1972,

    pp.

    145 Y

    ss.

    Bunge

    se limita

    aqu[ a

    exponer

    estos requisitos que, a nu

    es

    '

    tro

    modo

    de ver,

    pueden

    conside rarse como valores cientficos in trn-

    secos. Sin embargo, en

    un

    trabajo

    anterior

    (Etica

    y

    ciencia, Siglo x,

    Buenos Aires,

    1960),

    sostiene la tesis

    de que

    la ciencia

    no

    puede

    ser

    ticamente neutral;

    es decir, no

    puede

    sustraerse

    al

    reino del valor,

    en

    tendido en este caso corno valor moral y no simplemente como valor

    cientlfico intrnseco (Etica

    y

    ciencia, ed.

    cit.,

    pp. 29-35.)

    300

    del mundo, del hombre, de las relaciones del hombre con la

    naturaleza, de la necesidad y la libertad, del individuo y la so-

    I

    i ',d, e , ) .

    A,i,

    1

    ejemplo,

    ,

    onomio

    politi , d;,i.

    ca descansa en el SUpuesto filosfico de una naturaleza hu-

    mana inmutable y egosta.

    '6

    La concepcin de Parsons de la

    i sociedad como sistema que autorregula, sin escisiones ni ten-

    siones, su propia unidad, parte de una. ideologa burguesa del

    orden, de la conservacin, del equilibrio. Slo una ideologa

    revolucionaria proletaria que impulsa a

    la

    transformacin ra-

    dical del orden social, puede inspirar una teora --como la

    de

    Marx-

    que pone

    en

    el centro la lucha de cIases y la

    plusvala.

    En segundo lugar, la propia tarea que

    se

    fijan las ciencias

    sociales no puede ser separada de una opcin ideolgica. Lo

    que el cientfico social espera de su ciencia variar conside-

    rablemente si opta

    por

    dejar el mundo corno est, o

    por

    su

    transformacin. En un caso puede fijarse una imposible ta-

    rea neutral; en

    el

    segundo, vincular la ciencia a la prctica

    social.

    En tercer lugar, la ideologa de que se parte se mani-

    fiesta igualmente en los problemas que suscita y selecciona

    j as como en la preeminencia que adquieren en una teora.

    Slo partiendo de sus correspondientes posiciones ideolgicas

    se puede explicar el surgimiento y la preeminencia de pro-

    blemas

    --corno

    los de la explotacin, la lucha de cIases y la

    revolucin_ en la teora social

    de

    Marx.

    Finalmente,

    el

    mtodo

    que

    adopta el investigador no est

    exento de supuestos ideolgicos. Los mtodos positivistas, na-

    turalistas u objetivistas --como hemos visto implican una

    visin ideolgica de la relacin del hombre ante los objetos

    sociales. Algo semejante puede decirse tambin del indivi-

    dualismo metodolgico (Popper-Watkins) en cuanto que

    pre-

    10

    Sobre este supuesto

    filosfi o de

    la economa poltica clsica

    (la antropologa del horno oeco71omicus), vase nuestro estudio previo

    en:

    C.

    Marx,

    Cuadernos de

    Pars (Notas

    de lectura

    de

    1844),

    Ed.

    Era,

    Mxico,

    1974, pp. 26.27.

    lOl

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    14/19

    supone poSIClOnes metafsicas y ticas propias de la ideologa

    del individualismo

    burgus.

    Tesis 8. La ideologa impone tambin su marca en

    el COI/

    tenido mismo de

    lar

    ciencias sociales.

    El

    significado de los conceptos

    en

    las teoras sociales

    no

    es

    unvoco. Vara en funcin de las ideologas a las que

    es

    tn vinculadas. As sucede con los conceptos de Estado, clase

    social, reforma, revolucin, etctera. Pero no slo vara el

    tenido de un concepto sino el lugar que ocupa en el sistema

    en

    que se integra.

    Lo

    que

    en

    una teora ocupa

    un

    lugar s

    cundario o no existe pura

    y

    sencillamente, desempea el

    lugar central en otra (as sucede, por ejemplo, con los

    con

    ceptos de relaciones de produccin , lucha de clases o

    plusvala ).

    La

    ausencia de ciertos conceptos en el conteni-

    do mismo de una teora son igualmente reveladoras de posi

    ciones ideolgicas. As, por ejemplo,

    se

    ha sealado en

    la

    teora social de Parson la ausencia del concepto de imperia-

    lismo o la falta de un anlisis sistemtico de la explotacin

    o la superficialidad con que se maneja

    el

    concepto de pro-

    piedad .18 Los ejemplos podran multiplicarse asomndonos a

    cualquiera de las teoras demogrficas, organicistas o temo-

    crticas acerca de los graves problemas de la poca actual. Se

    ra difcil no ver aqu el sntoma ideolgic.o de la ausencia

    de conceptos-clave.

    Por otro lado, tanto estas ausencias como la preeminencia

    de ciertos conceptos, entraan explcita o implcitamente jui

    cios de valor acerca

    de

    la realidad social que se preter.de

    17 Cf. A este respecto: Poppe r, K.,

    La miseria del historicism

    o

    Taurus, Madrid, 1961,

    y

    Watkins, J

    N.:

    Historical Explanaton in

    the Social Sciences , en

    Theories

    01

    History

    Gardiner, P. ed., The

    Free Press, Nueva York, 1959. Para

    una

    critica del individualismo

    me

    todolgico, vase: Pedro Schwartz: El individualismo metodolgico y

    los historiadores , en:

    Ensayo s de filosojEa de

    la

    cienca.

    En torno a

    la obra de Sir Karl L Popper, Ed. Tecnos, Madrid, 1970.

    1S

    Alvin Gouldner,

    La

    crisis de la sociologa occidental

    Amor

    rorltl

    Editores, Buenos Aires, 1973, p. 53.

    302

    explicar. Cabe decir incluso que el eje mismo en torno al

    cual se estructura la teora queda marcado por la ideologa

    (mientras la ideologa burguesa, conservadora, de Parsons pre-

    side su sociologa del orden, del equilibrio y la estabilidad,

    la ideologa revolucionaria proletaria de Marx recorre, como

    un hilo de engarce, toda su teora econmica

    y

    social, as

    como sus investigaciones concretas).

    0

    Si todo esto

    es

    as,

    el

    contenido de

    la

    teora en las ciencias sociales queda afectado

    ideolgicamente no slo en su significado sino en su estruc-

    turacin misma.

    Tesis 9. La ideologa determina

    el

    modo

    de

    adquirirse trans-

    mitirse utilizarse las teoras en

    las

    ciencias socialeJ.

    En la medida en que la investigacin (particularmente los

    anlisis concretos) se hace dentro del sistema de institucio-

    >

    nes correspondiente y en la medida en que estos apartas ideo-

    lgicos oficiales responden a las necesidades

    y

    tareas de la cla-

    se dominante, la investigacin social se halla determinada por

    la ideologa de esta clase. Lo mismo cabe decir de la ense-

    1

    anza de estas ciencias. Los planes de estudio, el predominio

    de una u 'otra concepcin en las ciencias sociales e incluso la

    separacin dentro de la Universidad, o en una misma escuela

    lO Sobre el contenido ideolgico burgus de esta sociologa par-

    soniana de orden

    y

    del equilibrio, vase:

    A.

    Gouldner,

    op. cit.

    pp.

    138-142

    y

    233236.

    20

    Toda la obra de Marx y especialmente sus dos descubrimientos

    capitales, segn Engels: la concepcin materialista

    de

    la historia

    y

    la teora de la plusvala, no pueden en tenderse si no se ven ante todo

    Como descubrimientos buscados

    por

    un revolucionario y no simplemen-

    r, te por un cientfico en su gabinete de estudio. Por ello, escribe Marx

    i

    refirindn,e a El Capital en

    su

    postfacio a la segunda edicin ale-

    mana: No poda apetecer mejor recompensa para mi trabajo que la

    rpida

    comprensin que

    El

    Capital ha encontrado en amplios secto.

    res de la dase obrera alemana . El

    Capital

    trad. de W. Roces, Fondo

    de Cultura Econmica, T. r 3a. ed. esp., Mxico, 1964, p. XVIl).

    Por qu habra de ver la mejor recompensa ah y no en la comu-

    l nidad cientfica, 3 no le hubiera inspirado ante todo la re-

    i> , \Tolucionaria

    proletaria?

    Esto es tan vidente

    que parece

    innecesano sc-

    Jalarlo;

    sin

    embargo,

    a

    la

    vista e ciertas

    recadas

    cientifistas

    del

    1:

    marxismo, no est dems recordarlo.

    303

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    15/19

    o facultad entre teora de la historia, economa, sociologa

    y

    teora poltica

    se

    traduce en una fragmentacin de la visin

    del todo social que impide tener un conocimiento de sus con

    traniciones e instancias fundamentales, as como de los factores

    determinantes y agentes decisivos del cambio social. Esto Con

    duce, en los anlisis concretos, a enmascarar las verdaderas

    causas o races sociales de los problemas. Las mltiples in

    vestigaciones actuales acerca de la delincuencia juvenil, la

    dro

    gadiccin, la violencia callejera, criminalidad, etctera, tienen

    por base una divisin del trabajo cientfico social en esferas

    autnomas que impide captar las causas y races que slo

    pue

    den encontrarse en un anlisis concreto, total. En cuanto

    al

    uso de las ciencias sociales, cada vez mayor a partir de

    la

    se

    gunda guerra mundial, se halla directamente determinado por

    exigencias ideolgicas. Baste sealar el empico de los cient-

    ficos sociales no ya en las universidades e institutos de

    in

    vestigacin sino al servicio directo del aparato poltico y mi

    litar del Estado, de lo que es un ejemplo elocuente la utili-

    zacin en gran escala de

    los

    cientficos sociales en la guerra

    de Vietnam_

    2 t La situacin

    de

    las ciencias sociales en las instituciones corres-

    pondientes vara notablemente

    en los pases capitalistas desarrollados

    y

    en

    los pases

    dependientes, de

    Amrica

    Latina. Mientras en

    los

    pri

    meros se registra

    una

    tendencia a su crecimiento

    dentro

    de los linea-

    mientos ideo16gicos

    del

    sistema, es decir, justificando las relaciones de

    dominacin

    y

    explotaci6n

    y

    mellando

    su filo crtico,

    en

    los pases de

    pendientes,

    en Amrica

    Latina,

    su desarrollo

    es raqutico

    o tolerado

    en

    cuanto que las ciencias sociales pueden ser manipuladas y manteo

    nidas al

    margen

    de los problemas vitales de

    la

    realidad nacional

    y

    social.

    Ahora bien, cuando

    esto

    no

    es posible, las ciencias desaparecen

    lisa y

    llanamente

    o

    se

    las coloca

    en una

    situacin

    precaria

    dentre>

    de

    la docencia universitaria y de la investigaci6n. Sin embargo, en los

    ltimos aos se han producido

    en

    Amrica Latina importantes

    inves

    tigaciones

    que promueven

    el conocimiento y la

    crtica

    de la realidad

    social y

    de

    los mecanismos

    de

    explotacin.

    Igualmente cobra cada veZ

    mayor fuerza la tendencia a

    una

    enseanza y utilizaci6n social de estaS

    ciencias acorde con los intereses y las necesidades de las ms amplias

    capas

    populares. Pero todo esto se

    produce

    a

    despecho del

    sistema y

    en la mayora de los casos, con Su franca oposicin.

    22

    La

    utilizaci6n

    puramente

    ideol6gica

    de

    los

    dentficos

    sociales

    por las clases dominantes no es,

    en modo alguno,

    un hecho nueVo.

    304

    Tesis 10. Ninguna teora social

    es

    absolutamente autnoma

    respecto a l ideologa y por ello no

    h y

    ni puede haber

    ciencia social ideolgicamente neutral

    Esta tesis es una conclusin de las anteriores.

    No

    se trata

    de una norma (de lo que deben ser

    las

    ciencias sociales, sino

    de

    10

    que efectivamente

    son).

    Puesto que la ideologa influ-

    ye en la seleccin de sus problemas fundamentales, en la

    fi-

    jacin de sus conceptos centrales, en el modo de concebir

    su

    Desde

    que Napolen se

    rodea de

    sus egipt6logos en la

    antigua tierra

    de

    los faraones para

    no

    hablar

    ya

    de

    los

    conquistadores

    que en

    Am-

    rica se

    hacen acompaar

    de sus alquimistas

    ideolgicos

    en cuestiones

    de

    naturaleza

    humana ,

    salvadn del hombre y

    sanciunamiento

    de

    las relaciones

    de

    dominaci6n, a los cientficos sociales se les

    ha pedido

    que aporten

    medios racionales de justificacin de los actos

    de

    explo-

    tacin

    y

    dominio.

    Toda una

    ciencia

    social la antropologa- surgi

    en

    el siglo XIX como una ciencia colonial, respondiendo a las exigen.

    cias

    de

    la

    colonizacin europea

    de otros

    continentes;

    no es casual que,

    en

    sus orgenes, fuese

    ante

    todo inglesa. Sin

    embargo,

    el uso ideol6gico

    institucionalizado

    de

    las ciencias sociales

    vinculado no

    slo con

    el apa-

    rato econ6mico y poltico sino incluso con el

    militar

    s es un hecho

    recien te; surge sobre todo despus de la segunda guerra

    mundial,

    con

    la

    potencia imperialista que desata

    la guerra

    fra y

    las

    guerras

    ms

    o menos calientes; surge

    exactamente en

    los Estados

    Unidos

    y con-

    cretamente en relacin con la

    guerra

    de agresin en

    Vietnam

    y la

    lucha contra

    las guerrillas en el sudeste asitico. As vemus las in.

    vestigaciones sociales

    encuadradas

    en los planes

    de

    la Divisi6n

    Jasan,

    directamente dependiente del

    Pentgono.

    Desde 1958,

    esta

    Divisi6n

    que cuenta entre Sus miembros

    con no menos

    de

    cinco

    Premios Nobel

    en

    fsica,

    acta

    como un verdadero Estado

    Mayor

    de la

    comunidad

    cientfica,

    cerca del

    Pentgono, pugnando

    por

    incorporar

    a los esfuer-

    Z s

    blicos del

    imperialismo

    yanqui no s610

    a fsicos

    eminentes

    sino

    tambin a investigadores sociales de diversas ramas (socilogos, dem6-

    grafos, antroplogos, psic610gos,

    etctera).

    El arco de su actividad

    comprende

    desde las investigaciones

    para construir detectores

    electr6-

    nicos de

    las tropas enemigas

    (vietnamitas) hasta

    la

    preparacin

    de

    ,proyectos socio16gicos para la mejor

    aplicacin

    de la tctica an tigue.

    rrillera

    en

    Tailandia. (Sobre

    las actividades

    de la

    Divisi6n Jasan, en

    las que debieran meditar os cientficos que todava hoy se

    resisten a aceptar las vinculaciones

    de

    la ciencia con

    la

    ideologa do-

    minante,

    particularmente

    en las ciencias sociales, vanse dos imp?r-

    tan es

    artculos que

    nosotros

    hemos

    tenido en cuenta: Daniel

    clLa institucin cientfica

    garante

    del orden ; Julien Brunn, TrabajO

    cientfico

    y estrategia militar ,

    ambos

    puulicados

    en Les

    Temps Mo-

    dernes, nm.

    320,

    Pars, 1973.)

    305

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    16/19

    propio objeto e incluso en el contenido interno de sus teo-

    ras de que no pueden descartarse ciertos juicios de valor, las

    ciencias sociales no pueden ser separadas

    de

    la ideologa. Esta

    presencia de las ideologas impide su autonoma absoluta, pero

    el

    peso de ella vara de acuerdo con e aspecto que se con-

    sidere: gnesis, contenido o funcin. Mayor en su gnesis y

    formacin que

    en

    su contenido donde las exigencias de la

    cientificidad

    impone

    limitaciones

    que

    la ideologa

    no

    puede

    saltar; mayor an en su uso o funcin, en el que se pone de

    manifiesto claramente su subordinacin, como forma de acti-

    vidad

    humana,

    a necesidades ,ociales.

    Tesis 11. Si bien 1 0 existe al margen de la ideologa que

    la determina, .fubyace, o

    .fe

    manifiesta

    en

    ella, la ciencia .focial

    es

    utnom en cierto grado' e irreductib le a esa ideologa.

    No

    obstante el papel antes sealado (Tesis 8) de la ideo-

    loga en e contenido interno de la teora social (en la cs-

    tructuracin, significacin y preeminencia, irrelevancia o ausen-

    cia de ciertos conceptos), los requisitos de sistematicidad Y

    ordenacin lgica impuestos por la cientificidad, establecen un

    marco estructural que no puede supeditarse a exigencias ideo-

    lgicas. Esos requisitos imponen a la ciencia social cierta

    autonoma y le impiden disolverse en ideologa a menoS

    que se niegue a s misma como ciencia. Por otra parte, menO

    toda ciencia, es un cuerpo de verdades y, en cuanto tal,

    es

    decir, como conocimiento

    verdadero

    y objetivo,

    es

    autnoma

    respecto de la ideologa. Esto significa que e valor de ver-

    dad de una tema no depende de la ideologa

    que

    ha per-

    mitido descubrirla, que se hace presente o se transforma en

    su contenido interno o que impone cierto uso o funcin prc-

    tica de ella. Ciertamente, la ideologa burguesa en determI-

    nadas fases histricas ha contribuido a la constitucin de la

    ciencia moderna, y en el campo de las ciencias sociales ha pero

    mitido a la economa clsica inglesa, por ejemplo, e des

    CU

    '

    brimiento

    de

    una

    serie

    de

    verdades

    (como

    la teora del va'

    lar). Ahora bien, la validez de esos elementos verdaderos nO

    306

    depende

    de dicha ideologa burguesa. De igual manera,

    el

    valor

    de

    verdad de la teora

    de

    la plusvala, de Marx,

    no

    de.

    pende

    de la ideologa revolucionaria, proletaria,

    que

    ha hecho

    posible su descubrimiento y su funcin prctica como instru-

    mento terico para dar a

    la

    clase obrera conciencia

    de

    su ex-

    plotacin. Depende, como la verdad de toda teora,

    de

    su ob-

    jetividad; es decir, de su capacidad de reproducir adecuada-

    mente una

    realidad social. La ideologa

    por

    s sola, es decir,

    sin la actividad y los requisitos propios de la ciencia no es la

    verdad

    ni tampoco la

    garanta de

    que

    pueda ser

    alcanzada.

    Es indudable que la ideologa condiciona la aceptacin o

    el

    rechazo

    de una

    teora social o econmica, como lo atestigua

    fehacientemente la citada teora de l plusvala de Marx. Pe-

    ro su validez cognoscitiva es independiente de la ideologa

    implcita en esa aceptacin o en ese rechazo. En este sentido

    ; carece

    de

    base

    hablar de

    ciencia

    burguesa

    o ciencia "pro-

    ; letaria",

    aunque lo

    hayan hecho as en

    el

    pasado, tervi/iersan-

    j,do el marxismo, los tericos del

    Prolet-Ktll ,

    o cierta interpre-

    ,tacin jdanoviana

    (staliniana)

    del materialismo histrico. y

    : esto que es muy comprensible cuando se trata de ciencias for-

    ',males y naturales, es igualmente vlido en las ciencias so-

    :ciales. En cuanto a su valor de verdad, no hay diferencia al-

    guna entre

    una teora fsica y una teora social. Y cuando

    ise

    habla ---como hace arx de economa poltica blltgtleJct

    el calificativo apunta ms bien a la ideologa que la inspira

    1

    subyace en ella, sin

    que por

    ello se haga

    depender

    su va-

    to

    r

    de verdad o su falsedad de dicha ideologa. Naturalmente,

    no le impide

    a Marx subrayar

    que

    los lmites cognosci-

    'tjvos con que tropieza dicha economa no son simplemente

    gnoseolgicos, sino lmites impuestos por

    la

    ideologa

    (lmites que le impiden,

    por

    ejemplo, desarrollar

    la

    teora del valor hasta sus ltimas consecuencias y desembocar

    en la teora de la plusvala). Hay, pues, una autonoma re-

    lativa de la ciencia social respecto de la ideologa o irreduc-

    ijbilidad

    de

    lo cientfico a lo ideolgico,

    que

    lejos

    de

    excluir

    Presupone

    la

    relacin antes sealada entre ciencia e ideologa.

    307

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    17/19

    Tesis 12. La

    doctrina de la l/neutralidad ideolgicd' o

    va

    _

    torativa en las ciencias sociales, cualesquiera que sean laJ

    intenciones de quienes la defienden,

    es

    una forma

    de

    la ideo-

    logia burguesa J como tal, tiende a ;ustificar la irresponsa-

    bilidad moral, politica y social del cientifico.

    A diferencia de la teora cientfica de la ideologa que

    sostiene el materialismo histrico, la doctrina de la neutra-

    lidad ideolgica no proporciona un conocimiento acerca

    de

    la gnesis, estructura funcin de la ideologa. Es ideologa

    en

    el

    sentido de conciencia falsa acerca de un fenmeno

    social, y con su pretensin de separar la ciencia social (como

    valor en s) del resto de

    los

    valores (morales polticos

    fun-

    damentalmente) de aislarla de la prctica, de la poltica efec-

    tiva principalmente, cumple la funcin social de acotar en las

    instituciones de enseanza de investigacin un terreno veda

    do a la crtica de las relaciones sociales burguesas dominantes.

    Por otro lado, con su escisin de objetividad

    y

    valor, sanciona

    a

    su vez

    la escisin entre el cientfico social el ciudadano,

    en virtud de la cual la actividad del primero queda sustrada

    a todo juicio de valor (moral, poltico o social) en tanto que

    slo como ciudadano puede ser sujeto objeto de semejante

    valoracin. La doctrina de la neutralidad ideolgica o

    de la

    ciencia libre de valores permite as al cientfico

    qua

    cien

    tfico no asumir la responsabilidad por las consecuencias mo-

    rales, polticas o sociales de su enseanza o su investigacin.

    De este modo, dicha doctrina viene a soldar en una Y la

    misma persona su irresponsabilidad como cientfico su res-

    ponsabilidad como ciudadano. (Ejemplo elocuente: el

    doble

    comportamiento de los cientficos norteamericaons que, por U

    lado, contribuan con su actividad cientfica a la guerra en-

    minal contra

    el

    pueblo de Vietnam, en tanto que por otro

    firmaban declaraciones de protesta contra dicha

    23

    Esta ausencia de principios de los miembros del

    grupa

    Jaso

    est presente tanto

    en

    el

    plano de

    sus actividades como

    en

    el de sus

    anlisis.

    Toman

    parte en los esfuerzos de la guerra, pero al

    mismO

    tiempo firman peticiones exigiendo el cese de esos esfuerzos ..

    .

    Se

    trata

    de

    un

    mtodo de comportamiento y

    de

    anlisis

    sos

    Ahora bien,

    si

    cada quien

    es

    responsable de sus actos

    en

    la

    sociedad en cuanto que afectan a otros.

    no

    hay ninguna ra-

    zn para que el cientfico social

    se

    presente,

    al

    amparo de una

    neutralidad ideolgica o valorativa , como

    el

    ser humano

    excepcional privilegiado que, al ejercer su actividad propia,

    no tiene por qu responder de sus consecuencias. puesto

    que, en definitiva, tal neutralidad

    no

    existe, la doctrina que

    ampara

    la

    irresponsabilidad del cientfico social no

    es

    sino

    una forma de la ideologa burguesa destinada a servir al

    sis

    tema que se beneficia

    con

    semejante neutralidad

    Tesis 13.

    La doctrina del

    ufin de

    las ideologas es igual-

    mente una forma de la ideologa burgl/esa en las condicio'nes

    del actual capitaJismo monopolista destWfollado o

    de

    la lla-

    mada

    r

    sociedad industrial .

    La doctrina del fin de la ideologa , que aflora sobre

    todo en los Estados Unidos al iniciarse la dcada del 60, se

    presenta por sus principales exponentes (Bell, Lipset y otros)

    como una exigencia de la sociedad industrial ; la organiza-

    cin direccin racional de semejante sociedad requiere se

    gn elIos- un enfoque cientfico-tcnico de los problemas so

    ciales consecuentemente la liberacin de toda

    do . .

    el mtodo del

    vatue-Iree,

    libre de juicios de

    valor

    (Julien Brun,

    artculo

    citado).

    24 Fue en

    1955, en pleno hervor

    de

    la

    guerra fra y

    durante

    una

    conferencia, en Miln, del llamado Congreso por la Libertad de

    la

    Cultura

    --de tan

    infausta memoria

    para

    los intelectuales

    aman-

    tes de la

    libertad

    que,

    duran

    te algunos aos, mordieron el anzuelo

    que turbiamente

    se

    les

    tenda-, cuando

    se habl

    por primera

    vez del

    fin de

    las ideologas . Entre los que apadrinaron

    tan

    turbio naci-

    miento estaban Raymond Aran,

    quien

    aos ms tarde

    habra

    de re-

    clamar la paternidad de la frase

    fin

    de la

    era

    ideolgica (en un

    articulo suyo en

    Preuves,

    nm. 169, Pars,

    1965),

    as como los soci-

    logos

    y

    filsofos norteamericanos Daniel Bell, Seimour M. Lipset,

    Arthur

    Schlesinger y

    E.

    Shils. Las tesis del

    fin

    de las ideologas

    e desarrollaron, constituyendo

    un

    verdadero cuerpo doctrinal, pocos

    aos despus, en 1960, en dos libros: Daniel Bell,

    The nd

    01

    On the Exhaustation 01 Politieal Ideas in the Pifties,

    Glencoe, IlhnOls,

    309

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    18/19

    De este modo,

    la

    ciencia social, as liberada, se convierte en

    "ingeniera" o "tecnologa social", capaz de resolver los gran-

    des problemas

    de

    la sociedad sin el influjo perturbador de

    la

    ideologa. La vieja aspiracin weberiana de

    una

    "ciencia

    libre de valores" se vuelve as la aspiracin de una "cien-

    cia libre de ideologas". Las ciencias sociales, al liberarse de la

    ideologa, alcanzan su pleno estatuto cientfico y

    --como

    las

    ciencias

    naturales-

    permiten desarrollar una tecnologa ba-

    sada en ellas: Al mismo tiempo, es justamente el avance de

    la ciencia y

    la

    tcnica,

    lo

    que lleva a descartar el papel de la

    ideologa en esta sociedad "desarrollada"; la ideologa se ad-

    mite slo fuera de ella, como propia de pases atrasados que,

    carentes de una ciencia y una tcnica avanzadas, tienen que

    valerse de ideologas en. sus proyectos de transformacin so-

    cial. Ahora bien, siguen sosteniendo los tericos del fin de

    las ideologas" que, en la "sociedad industrial", dado su alto ni

    vel cientfico Y tcnico, no se necesita ya

    la

    ideologa, sino

    pura y simplemente una "tecnologa social", capaz de poner

    en

    prctica ambiciosos programas de reforma

    socia1.

    25

    y S. M. Lipset ,

    Political

    Man, The

    Social Bases of Politics, Garden

    City, Nueva York. Desde entonces esta doctrina se

    ha

    desarrollado hasta

    convertirse en una tendencia influyente dentro de la sociologa bur-

    guesa actual, particularmente en Estados Unidos, junto con otras co-

    rrientes tericas afines, como las de la "sociedad industrial nica" o

    de la

    nueva

    sociedad industrial" (R.

    Aran

    y J.

    Galbraith), la de las

    "fases del cre cimiento econmico" (W. Rostow)

    Y

    la de la "conver

    gencia de los dos sisternas mundiales " (capit alismo y socialismo).

    Textos con posiciones opuestas

    en

    torno a la

    doctrina

    del

    fin

    de

    las ideologas" se encuentra en la recopilacin: C. I Waxman

    (ed.),

    The

    End

    of Ideology Debate,

    Nueva

    York, 1968. Las tesis de esta

    doctrina

    son sometidas a

    un

    anlisis crtico

    en

    el libro ya citado del

    socilogo polaco J

    Wiatr,

    i Declinacin de la era de las ideologas',

    Varsovia,

    1966

    (desgraciadamente no traducido al espaol) y en el oel

    socilogo sovitico L. Moskvichov,

    Teora de la desideologizacin :

    ilusiones y realidad (versin

    en

    espaol,

    Ed.

    Progreso, Mosc,

    1974)

    Una crtica de esta

    doctrina en

    relacin con el cuntexto poltico nor-

    teamericano,

    se encuentra

    asimismo

    en

    el ensayo: Stephen W. Rous

    seaS

    y James Farganis, La poltica

    norteamericana

    y el fin de las ideO-

    logas" (en I Horowitz: La nueva socio logIa, t. Il, Amorro

    rtu

    , BuenOS

    Aires,

    1969).

    25

    La

    "ingeniera socia " fue propuesta

    por Karl

    Popper (en

    sus

    obras The poverty of

    Historicism, 1961;

    The Open

    Society

    and ts

    3 Q

    Ahora bien, basta considerar los objetivos de estos progra-

    mas sociales, su carcter reformista burgus, la eliminacin

    de

    toda solucin que afecte a los fundamentos

    y

    estructuras de la

    sociedad capitalista, as como la marginacin de

    toda

    inter-

    vencin activa de las clases oprimidas

    y

    explotadas en la con-

    l cepcin y decisin de esos proyectos de transformacin, para

    f comprender su carcter burgus, as como la naturaleza ideo-

    ,

    lgica de la doctrina del fin de las ideologas" o de la "des-

    ideologizacin" con que se pretende justificar la poltica re-

    formista de aplicacin de las ciencias sociales como "tecnolo-

    ga" o "ingeniera social".

    El entierro de la ideologa a manos de la ciencia y la tc-

    nica que se pretende con esta nueva doctrina no es sino una

    nueva forma de la ideologa burguesa, estrechamente empa-

    rentada por su funcin con la de la "neutralidad ideolgica".

    Lo que se trata de enterrar es, en definitiva, toda ideologa

    Enemies, 1962, Y Conjeetures

    and

    Refutations, 1963, de

    todas las cua-

    les

    hay

    edicin

    en

    espaol) como

    una

    alternativa reformista a la po-

    ltica revolucionaria,

    propugnada

    por el marxismo. Tras de condenar

    como utpicos los intentos (marxistas) de reconstruir radicalmente la

    sociedad como un todo (o, como l dice la realizacin de bienes abs-

    tractos , Conjectures and Refutations, p. 361), propugna "establecer

    la felicidad" no por "medios polticos" sino desplegando "nuestros

    esfuerzos privados" ibidem, p. 361) para poner en prctica medidas

    parciales y directas (como

    por

    ejemplo,

    crear

    hospitales) encaminadas

    a combatir "males concretos".

    Ingenuidad

    de filsofo social o com-

    plicidad con el sistema y repudio ideolgico de los intentos revolucio-

    narios --que

    por

    otro lado no son incompatibles con la lucha por ver

    daderas

    reformas sociales- de transformar la sociedad "como un to-

    do ? De la doctrina del "fin de las ideologas" a la

    de

    la "ingeniera

    social" no hay ms que un paso, ya que la aplicacin de criterios

    cientficos y tcnicos, a expensas de

    los

    ideolgicos, a cuestiones so-

    ciales

    se

    presenta como

    la

    consecuencia obligada,

    una

    vez

    que se ha

    . sentado la falsa premisa del "fin de las ideologas" en la

    era

    de la

    sociedad industrial y de la revolucin cientfico-tcnica. En realidad,

    con la teora de la "ingeniera social" y con las medidas

    adoptadas

    en

    nombre de ella lo que

    se

    hace

    es

    propugnar y aplicar el ms craso

    reformismo, que a diferencia del de la socialdemocracia, es clara e

    \ inequvocamente burgus. (Sobre las relaciones entre esta ideologa del

    fin e las ideologas

    y

    u correspodiente ingeniera sociaF'

    y

    el

    Establishment

    norteamericano, vase el artculo antes citado de

    S.

    W.

    R.ousseau y

    ].

    Farganis, en:

    r

    Horowitz, La

    nueva sociologa,

    t. II,

    ed. cit., pp.

    39-62.)

    311

  • 7/24/2019 La ideologa de la "neutralidad ideolgica" en las ciencias sociales.

    19/19

    revolucionaria y con ello el pape que le corresponde como

    gua

    de

    la accin

    de

    las fuerzas revolucionarias en la trans-

    formacin de la sociedad en

    una

    poca en

    que

    e capitalismo

    padece su peor crisis. Por ello, los programas

    de

    reforma

    so-

    cial

    mediante

    la

    "tecnologa

    social"

    basada en

    las ciencias

    so-

    ciales, se presentan como alternativa a

    la

    prctica revolucio-

    naria de

    las masas, basada en el conocimiento cientfico de

    la realidad social, y guiada

    por

    una ideologa cuya muerte se

    proclama bajo e

    manto

    del "fin

    de

    las ideologas". Con esta

    doctrina se trata, en definitiva,

    de

    contribuir a

    mantener las

    relaciones

    de

    produccin y e poder

    en

    las condiciones

    de

    un

    capitalismo monopolista, cuyo

    monopolio

    econmico se preten-

    de convertir en ideolgico, al proclamarse el fin de todas

    las ideologas, excepto, claro est, la que subyace en la

    doc-

    trina

    burguesa misma del "fin de las ideologas".

    Tesis

    14

    Y ltima. a doctrina de la "neutralidad ideol-

    gica" ya sea en la forma clsica

    de

    la n ciencia libre

    de

    nt-

    lores" o de la ms reciente de "ciencia libre de ideo o8

    ar

    "

    es una manifestacin de la ideologa burguesa ante la Clftrl

    el cientfico racial no puede .rer indiferente.

    Puesto que, como hemos visto, la

    neutralidad

    ideolgica

    es

    imposible ya

    que

    la ideologa influye o se hace presente, eo

    un

    sentido u otro, en el surgimiento

    de una

    teora, en la bs'

    queda de la verdad, en el contenido interno de la teora mis'

    ma

    y

    en

    el uso o funcin prctica

    de

    la ciencia social, optar

    por la "neutralidad" o la "liberacin" de la ideologa es op'

    tar por

    cierta relacin (conservadora, del

    sta/u

    quo con

    el

    mundo social. Se trata

    de

    una opcin

    de

    valor no

    por

    la cieo'

    cia

    en

    cuanto tal, sino

    por

    la funcin que

    la

    ciencia social

    puede

    cumplir

    con respecto a

    lapdctica

    social, y

    por

    tanto

    con relacin a la prctica misma. Se trata, pues, de una op-

    cin

    no puramente

    cientfica, sino ideolgica.

    Despus

    de

    SU

    insercin cada vez mayor en los aparatos ideolgicos del Es'

    312

    d 1 1 1

    :.

    ta o, e IOC uso en os aparatos mI tares y

    i

    \

    ,j:

    i

    puede

    haber ya s i es

    que

    aLguna vez la

    sociaL inocente."6

    de informaci6n, no

    hubo--

    una ciencia

    26

    Por supuesto,

    al

    destacar aqu

    la

    insercin

    cada

    vez

    mayor de

    la ciencia sucial institucionalizada en el aparato politiCe y

    militar

    del

    ; Estado, sobre todo en los Estados Unidos, nn se desCO l()(,t 'Il los es-

    fuerzos, incluso en ese pas)

    de

    un

    buen

    nnlero de culti\'adores so-

    ciales

    que no

    slo tratan de

    escapar

    de- esa insercin sino

    que

    luchan,

    n

    mayor

    o

    menor

    grado, contra ella. En este

    misll

    10

    sentido) (obra un

    :'felieve especial el clnpeo

    de un

    sector

    importante

    de 10." trabajadores

    latinoamericanos de

    la

    ciencia social que (desde la docencia y la in.

    Vestigacin)

    procuran

    vincular su labor con las prcticas sociales trans-

    ,formadoras inspirados l JOf una ideologa revolucionaria de la liberaciII

    ttlacio

    n

    al

    y

    social. Todo esto no hace sino confirmar, una ve' Ins, b

    lVacuidad de Ins intentos de confinar la ciencia sorjaI

    en

    el

    reino

    de

    tn Supuesta "neutralidad ideolgica", l)ue, en definitiva" corno

    hemos

    de Jemostrar, slo encubre el

    elnpeu

    de "idc()Iogizar" a la

    rencia en un sentido burgus.