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Guatemala, 16 de marzo de 2011 Suplemento especial en el centro del debate IMPUESTOS Y REFORMA FISCAL,

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Suplemento de Politica -

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Guatemala, 16 de marzo de 2011

Suplemento especial

en el centro del debate

IMPUESTOS Y REFORMA FISCAL,

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Hoy abordamos uno de los temas políticamente más difíciles de tratar, porque nadie en campaña quiere hablar de impuestos, espe-cialmente en un país que surgió a la vida independiente porque sus habitantes no querían seguir pa-gando impuestos a la metrópoli, en este caso España, y en el que han caído gobiernos por impul-sar políticas fiscales, no digamos cuántas cabezas de ministros de Hacienda o Finanzas han rodado por pretender incrementar los in-gresos fiscales mediante reformas tributarias.En ese contexto tenemos que

leer las propuestas de los par-tidos políticos y sus líderes so-bre el tema, entendiendo que la mayoría prefieren evadir el meollo de la cuestión por temor a lo que pueda significar en té-rminos de pérdida de caudal electoral una audaz y seria pro-puesta que incluya la necesidad de revisar toda nuestra política fiscal. La mayoría tendrá pref-erencia por hablar de la calidad del gasto, tema que nos agrada a todos porque demandaría mayor transparencia, aunque tampoco en ese campo vemos propuestas serias que nos indiquen que hay

un plan para establecer nuevos y eficientes mecanismos de control para evitar la corrupción y el de-spilfarro.La Hora ha sostenido siempre

la necesidad de una reforma fis-cal que introduzca elementos de justicia tributaria para que pague más quien más tiene. Creemos que Guatemala tiene que com-batir la informalidad de nuestra economía en la que se producen diariamente cientos de miles de transacciones que pasan inadver-tidas para el fisco. Debemos ter-minar con el régimen de exencio-nes que resulta demasiado amplio para atraer capitales golondrina que poco o nada le dejan al país. Y por supuesto hay que combatir con toda firmeza la evasión y el contrabando que son los princi-pales vicios de nuestro sistema de recaudación. Con políticas de ese tipo podríamos lograr mejo-ras sensibles en el nivel de los in-gresos fiscales.Pero entendemos que todo ello

no será posible sin que de mane-ra simultánea nos propongamos un acuerdo nacional con relación a la calidad del gasto público y la transparencia en el manejo de los fondos. No es exagerado el ar-

gumento de quienes no quieren pagar impuestos porque ven que el dinero que entra al erario para en el bolsillo de los funcionarios. Así es y cada cuatro años vemos una nueva casta de millonarios, conformada por los políticos y quienes les financiaron su campa-ña, que salen armados hasta los dientes a costa de la población.Entendemos que la reforma fis-

cal tiene que contemplar por necedad el ingrediente de la fis-calización y control del gasto pú-blico en proporciones que impidan ese saqueo permanente que se hace de los recursos del Estado. Lo que se ha visto como prueba en el caso que se le sigue a Al-fonso Portillo no es extraordinario si lo comparamos con lo que ha ocurrido en todos los gobiernos que han pasado por el poder. En realidad el ejercicio del poder ha sido fuente de riqueza porque se dispone de fondos ilimitados y sin control mediante esas argucias de trasnferencias que pretenden borrar la huella del manejo de los recursos. Si el mismo celo se hubiera tenido para investigar a otros gobernantes y sus secuaces, seguramente que ya tendríamos el cuartel de Matamoros lleno de

huéspedes de ese calibre porque aquí nadie se salva del enriqueci-miento ilícito.Endurecer las penas por pecu-

lado y malversación, además de establecer el delito de enriqueci-miento ilícito y aplicar la ley de ex-tinción de dominio para los pícaros que se alzan con bienes públicos, es un imperativo si queremos en realidad hablar seriamente de im-puestos. Claro que tenemos que pagar más impuestos, pero tam-bién debe haber una contrapar-tida que se traduzca nada más y nada menos que en honestidad, probidad y transparencia como contraste con el saqueo a que hemos sido sometidos.El destino del dinero proveniente

de los impeustos tiene que ser parte del pacto fiscal que se debe alcanzar entre los sectores na-cionales. El próximo gobierno no puede postergar ese tema y lo deberá promover desde el primer día porque es la única manera de lograr resultados. Sin ofrecer, como aporte suyo, transparen-cia y respeto a la crítica y a las demandas de la población para fiscalizar el gasto, todo lo demás es palabrería que no producirá ningún pacto.

EditorialTema tabú, pero totalmente necesario

INVITACIÓN SIN RESPUESTAEl Consejo Editorial de

este suplemento reiteró el ofrecimiento para partici-par en La Hora Política a la primera dama, Sandra Torres de Colom, luego de que el pasado 8 de marzo oficializara su in-tención para ser la candi-data a la Presidencia por la coalición de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y la Gran Alianza Nacional (Gana).En la carta, fechada el

10 de marzo de 2011, se informó a Torres de Colom sobre el proced-imiento, plazos y temas para participar, así como de las previsiones para futuras publicaciones. El mismo día, se recibió la correspondencia en la Secretaria de Obras Sociales de la Esposa del Presidente de la RepúblicaA pesar de los recor-

datorios, no se obtuvo respuesta de parte de la Primera Dama o de SOSEP.

Guatemala, 16 de marzo de 2011

Vote en nuestra encuesta digital por la mejor respuesta de los líderes políticos que exponen en

Encuentre también en versión PDF.

Todo eso y más en

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Otto Pérez MolinaPartido Patriota

El Pacto Fiscal en Guatemala: “para un futuro con paz y de-sarrollo”, es producto de un intenso y prolongado proceso de negociaciones entre secto-res de la sociedad guatemalte-ca y los poderes del Estado. Otto Pérez Molina apoyó esos esfuerzos y en su momento, cuando correspondió opinar como Partido, se apoyó ir-restrictamente, no sólo porque es lo correcto, sino porque, Otto Pérez Molina es signa-tario de los Acuerdos de Paz, instrumentos de donde emana el Pacto Fiscal. No podría ser de otra forma.Sin embargo, a pesar de que

ha habido avances parciales en el cumplimiento del Pacto, y distintos gobiernos han con-tado con recursos adicionales para la implementación de políticas públicas adecuadas, la sociedad guatemalteca se sigue caracterizando por sus elevados índices de pobreza y alto grado de severidad de la misma, además de un escue-to índice de crecimiento. Otto Pérez Molina ha recorrido el país varias veces y ha podido constatar que la pobreza y la vulnerabilidad siguen siendo crónicas, que predominan en las áreas rurales y con po-blación indígena. Los indica-dores en salud y educación y oportunidades de empleo son también deficientes en cobertura y en calidad, aun a pesar de que las cifras oficia-les pretenden esconder esa cruda realidad. La satisfac-ción de necesidades básicas, requeridas por la gran may-oría de la población para su supervivencia, no llegan y el bienestar nunca se alcanza. Algunos países en América

Latina han demostrado que es posible compatibilizar un alto crecimiento económico con avances sociales signifi-cativos, es por ello que Gua-temala necesita y debe adop-tar una política fiscal que verdaderamente contribuya al crecimiento económico y al desarrollo social, a la reduc-ción de la pobreza y a la solu-ción de los graves problemas que enfrenta el país. Algunas de las causas del

subdesarrollo nacional, se de-ben a la baja dispersión de

Propuesta del Partido Patriota acerca de una reforma fiscal

Guatemala, 16 de marzo de 2011

la riqueza y el limitado acceso a la tierra para alcanzar mejores niveles de productividad y competitividad, pero también a la baja tributación (alrededor del 11.3% del PIB hasta 2008, entre el 9.5% y 10% en 2009 y un 10.3% en 2010), lo cual impide la ejecución de políticas económicas y sociales más efectivas y focaliza-das. Eso sin contar los altos niveles de corrupción que han imperado en los últimos años, donde creemos que ninguna política pública puede funcionar con semejante fuga de recursos, los cuales deberían ser destinados, en una buena parte a los más necesitados (mujeres, ni-ños y niñas, ancianos y en general, los más pobres) y no a los bolsillos de nuevos y emergentes grupos de ricos vinculados a los gobiernos de turno. Con relación a los compromisos

tributarios, todos los gobiernos han enfrentado serias dificultades legales. Es por eso que ahora, uno de los grandes retos aun por al-canzar, es la meta de la carga trib-utaria establecida por los Acuerdos

de Paz (13.2% respecto al PIB), pero en virtud de las circunstan-cias políticas por la que atraviesa el país y las fracasadas propues-tas de reformas fiscales del actual gobierno que únicamente le han restando seriedad a una Reforma Fiscal Integral, se ve complicado alcanzarla antes del proceso elec-toral. Además de estos factores nega-

tivos y recurrentes, en los últimos dos años, luego de un período de estabilidad y crecimiento adecua-do, la economía de Guatemala en-frentó condiciones internacionales adversas, ya por todos conocidas, que se originaron con la crisis de 2009. Creemos que las malas de-cisiones económicas y financieras adoptadas por el Gobierno para solucionar la crisis y la utilización irresponsable e ilegal por parte de la esposa del Presidente de la política pública social de forma clientelar, agudizaron aun más la situación.Desde inicios del 2008, Otto Pérez

Molina y la Bancada del Partido Pa-

triota en el Congreso, han venido promoviendo el seguimiento a los acuerdos y los objetivos del Pacto Fiscal, ofreciéndole apoyo al Gobi-erno en la discusión y diseño de propuestas de fortalecimiento al sistema tributario y aduanero del país y la reforma total al impuesto sobre la renta. Sin embargo, en virtud de que no se avanza en la discusión legislativa, como corre-sponde, hemos replanteado nues-tra postura, en dirección de lograr una Reforma Fiscal pero que esté sustentada en dos pilares: “efi-ciencia y equidad”. Además de esto, proponemos

que antes de cualquier intento de reforma, se establezca el des-tino de los recursos, porque no podemos seguir pidiendo más cheques en blanco. Los recursos de una reforma, deben tener un destino específico, uno en el que la gran mayoría de ciudadanos nos hayamos puesto de acuerdo, que no quede duda de que se van a usar para ese destino común. Por supuesto, ese destino no puede ser otra cosa que el desarrollo económico y social, la seguridad ciudadana, la búsqueda del éxito de programas institucionales de combate a la pobreza, la apertura de oportunidades para nuestros jóvenes, retomar seriamente la agenda de productividad, com-petitividad e inversión, todo con visión del país que queremos ver en el más corto plazo.El logro de la implementación de

una Reforma Fiscal Integral, está basada en los siguientes cuest-ionamientos: a) ¿Cuánto requiere el Estado para lograr el desarrollo económico y social sostenido?; b) ¿Quiénes deben ser los que con-tribuyan con esa carga fiscal?; y c) ¿Para qué quiere el Estado esos recursos adicionales y en qué se los va a gastar? Por supuesto que el tema de la transparencia y la er-radicación de la corrupción, no son temas que se puedan soslayar, sin éstos, no hay reforma fiscal que tenga credibilidad, ni que deba implementarse. Guatemala necesita urgente-

mente una Reforma Fiscal Inte-gral, pero hay temas que nunca se han discutido, y que deben ur-gentemente incorporarse en esa Reforma, que abarquen todos los componentes de la fiscalidad: el ingreso y su origen, el destino del gasto adicional, lo obligado de los ingresos y principalmente, el uso y destino de los recursos públicos del Estado en toda la instituciona-lidad pública.

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“Sí, pero la medida debe ser integral” Manuel BaldizónLibertad Democrática Renovada - Lider

Ningún Estado puede sobre-vivir sin recursos, y si me pre-gunta si vamos a impulsar una reforma fiscal, sin promesas ni mentiras le puedo decir que sí, pero la medida debe ser inte-gral, mejorando la recaudación de los impuestos ya existentes, combatiendo con mayor propie-dad la evasión fiscal, además el Estado debe mostrar un ver-dadero compromiso, reducien-do el gasto público, y utilizan-do eficientemente los recursos. Así, nuestro país podrá hacer frente de una mejor manera a esta situación fiscal, sin dejar de lado el desarrollo económi-co y social de los y las guate-maltecas.Es importante tener claro que

la estabilidad de la economía se mide no solo por el aumento de la producción, del comercio, de las importaciones y exportacio-nes, del crédito bancario, sino que se debe tener un control férreo sobre el déficit fiscal, un Estado que gasta más de lo que percibe, tendrá un dé-ficit fiscal muy grande, En los últimos 3 años el déficit fiscal ha pasado de $595 millones en 2008 a $1.226 millones para el 2010.El acelerado crecimiento del

gasto público se ha financiado con más deuda y bonos. Los profesionales que integran el equipo de Economía y Finan-zas del consejo Programático de Lider, y las recomendacio-nes del FMI señalan que este escenario obligará al próximo Gobierno a impulsar una re-forma tributaria, cualquier personaje, candidato presi-dencial que niegue que hará una reforma fiscal, miente y es irresponsable, el sector privado también está consciente de ello.Para empezar es en extre-

mo urgente, afrontar seria-mente los grandes problemas de nación y uno de los más grandes es la inseguridad y la violencia, por eso es que Man-uel Baldizón junto a la bancada LIDER, estamos impulsando en estos momentos en el Con-greso de la República la susti-tución del impuesto de solidari-dad ISO por el ISENA Impuesto de seguridad Nacional, con lo cual no aumentamos la carga

impositiva solamente redireccio-namos los ingresos, estos irían destinados a financiar la cre-ación de la Guardia Nacional, una fuerza élite de 10 mil efec-tivos, los cuales serán entrena-dos y preparados en la Escuela Politécnica, y serán dirigidos por oficiales del Ejército espe-cializados en protección ciu-dadana, así mismo financiará compra de equipo, y vehículos terrestres y aéreos, hasta el momento es la única propuesta real en materia de seguridad, con su fuente de financiamien-to bien clara y específica, eso es la primera parte de nuestra reforma fiscal, que si los hono-

rables diputados al Congreso la aprueban entraría en vigencia este año, que más solidaridad que la seguridad de los guate-maltecos.Sin embargo nuestra reforma

fiscal se basa principalmente en ampliar la base tributaria, es decir lograr que los y las empresas que aún no pagan impuestos lo hagan, todos debemos ser conscientes que es nuestra obligación aportar al estado para tener seguridad, educación, salud e infraestruc-tura, pero para ello es funda-mental implementar tres accio-nes inmediatas: 1) Debemos eliminar en

sus raíces la corrupción gu-bernamental, y disminuir la burocracia, los guatemaltecos son reacios a pagar impuestos porque los funcionarios se los roban o les dan usos indebi-dos2) Llevar a cabo una lu-

cha frontal y sincera contra el contrabandoy la evasión, que es un cáncer para nuestra economía, quien ingresa mer-caderías sin pagar impuestos está robándole el derecho a más guatemaltecos a la edu-cación, la seguridad y la salud, por lo tanto es un delito con-tra el pueblo de Guatemala.3) Las políticas actuales

de recaudación de la SAT, en lugar de ser congruente con el principio de comodidad de los impuestos (este principio fue mencionado y estudiado por Adam Smith en su libro La riqueza de las naciones y se refiere principalmente a que la forma de calcular y cumplir con el pago de impu-estos debe ser lo más simple y sencilla para el contribuyente común), tal parece que han atendido a los principios de complejidad y dificultad, tanto en el texto de su normativa como en su adecuada inter-pretación, ello ahuyenta a los contribuyentes, en Guatemala es tan compleja la forma de tributar que nunca sabe uno en qué régimen se encuentra cuanto debe tributar, y a la hora de hacerlo es incómodo, tardado y algunos resultan pagando de más y algunos re-sultan evadiendo.De lo que sí está claro Manuel

Baldizón y LIDER es que los guatemaltecos deben tener cuidado, con las propuestas que harán los candidatos y agrupaciones ya que se han presentado propuestas fis-

cales que tienen objetivos meramente políticos, debemos saber exactamente a donde se destinarán los fondos que se re-cauden, y cuidado con aquellos que dicen que no harán reforma fiscal, una vez más reitero mi-enten, la reforma fiscal en Gua-temala pero una reforma fiscal, integral, responsable, clara y simple, consensuada, y con el compromiso de todos es im-postergable, y al final terminará beneficiando a la economía del país, que hoy más que nunca requiere esquemas definidos de fiscalización y de redistribu-ción de la riqueza.

Guatemala, 16 de marzo de 2011 Guatemala, 2 de marzo de 2011

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Libertad para Emprender. Oportunidades para Trabajar. Medios para Progresar.

Harold CaballerosVisión con Valores – Encuentro por Guatemala

Según la Constitución Política de la República de Guatemala, el Estado tiene varias obliga-ciones que cumplir. Como lo dice en el Artículo 1, este se ha organizado para proteger a la persona, su familia y lograr el bien común; además de ga-rantizar la vida, la libertad, la justicia, la paz, la seguridad de los ciudadanos, y su desarrollo integral. Sin embargo, el Estado ha sido

incapaz de cumplir con estas ob-ligaciones por la falta de recursos, pero también por la poca voluntad política y por la incapacidad de ser un agente eficiente y eficaz, en la creación de oportunidades de de-sarrollo para los guatemaltecos.El Partido Político Visión con

Valores (Viva) entiende que es necesaria una serie de reformas que le permitan al Estado obten-er los recursos necesarios para cumplir con sus obligaciones. Pero es importante resaltar que, antes de pensar en una reforma fiscal, como tradicionalmente se clama, debemos enfocarnos en mejorar nuestro sistema de recaudación y la distribución de los recursos con los que cuenta el país hoy. No cabe duda que el mayor

incentivo para que el contribuy-ente cumpla con el pago de sus impuestos, es la transparencia en el manejo de los recursos; tener la seguridad que los re-cursos del Estado se están em-pleando de manera eficiente y correcta. Asimismo, percibir los beneficios de la inversión a través de mejores servicios en salud, educación, seguridad, justicia, e infraestructura es-tatal.Debemos tomar en cuenta que dentro de

una reforma al sistema, también se contem-pla la creación de más y mejores empleos, que a su vez se traduce en la expansión de la base tributaria. Mientras más personas tengan un trabajo digno y mejores ingresos, habrá más consumo, y por tanto más rique-za. Esto a su vez, generará mayores recur-sos para el Estado. Así pues, la creación de oportunidades que

generen empleo digno, que hagan crecer la economía es la primera forma que Viva pro-

Guatemala, 16 de marzo de 2011

pone para ampliar los recursos del Estado. La necesidad de aumentar los recursos no

puede convertirse en un obstáculo para la inversión, ni tampoco resulta justo que los mismos que contribuyen hoy, deban pagar aún más. Para mejorar los ingresos del país también es

necesario mejorar la recaudación. Por ejem-plo, al día de hoy el Estado de Guatemala no puede recaudar todo lo que el ciudadano paga por concepto del IVA. Definitivamente se contaría con más recursos, si se mejoraran

las capacidades de la Superinten-dencia de Administración Tribu-taria (SAT) para monitorear y captar lo que se paga. Para lograr tener un sistema tributario efici-ente y moderno es imprescindible la transparencia y la calidad del gasto público. Durante el invierno del año pasado los guatemaltecos pudimos ver cómo buena parte de la infraestructura vial del país se caía literalmente en pedazos. Si no se utilizan los recursos en obras que tengan calidad óptima, se están desperdiciando los fon-dos y empeñando el futuro de la Nación. En Guatemala un porcentaje

significativo de la economía se registra en el sector informal. Por tanto, debemos buscar los mecanismos para apoyar a es-tos guatemaltecos y lograr que puedan incorporarse al sistema formal. Estamos seguros que esto resultará en la expansión de la base tributaria y el aumento de recursos del Estado, adicio-nalmente se cumplirá con las obligaciones que una empresa debe tener, desempeñándose de conformidad con la legislación existente. En Viva estamos conscientes

que si se quiere tratar el tema de una reforma fiscal, es trascen-dental que esta sea abierta al de-bate público, no puede ser algo unilateral y arbitrario; debe ser discutida y consensuada con to-dos los sectores de la sociedad, para llegar a un gran acuerdo na-cional sobre las necesidades y las formas de aumentar los recursos del Estado, incluidas las formas óptimas para lograr este obje-tivo. Solo así, podemos pensar en una reforma fiscal que pueda tener lugar y cumpla con sus ob-jetivos. Viva propone crear fuentes de

trabajo para que con su esfuerzo, cada ciudadano pueda satisfacer sus necesi-dades, y al mismo tiempo no deje de cumplir con la obligación de pagar impuestos. VIVA representa a todo aquel guatemalteco que desea libertad para emprender, oportuni-dades para trabajar y medios para progresar. Sólo de esta manera lograremos disminuir los índices de pobreza y de desnutrición, y enfrentar las condiciones de violencia e in-seguridad, que frenan nuestro crecimiento y desarrollo hacia la construcción de ¡una Gua-temala mejor!

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“No es recomendable ni aplicable”

Eduardo SugerCompromiso, Renovación y Orden – CREO

Constantemente escuchamos en mensajes presidenciales, en entrevis-tas a diputados oficialistas y también en boca de representantes diplomáti-cos y de instituciones extranjeras, que argumentan la necesidad de in-crementar la carga impositiva, cas-tigando a la frágil economía guate-malteca y al ciudadano común, que cada día ve mermados sus ingresos, por la constante inflación, desempleo y carencia de oportunidades para el desarrollo.Curiosamente, los que abogan por

realizar una reforma fiscal, con el objeto de aumentar los recursos dis-ponibles para el Estado, no reparan en una situación paradójica:¿Cómo es posible que se argu-

mente falta de fondos para la ejecución de los programas gu-bernamentales, si cada año, in-variablemente los ministerios en-cargados de realizar las obras del programa presupuestado, NO LO-GRAN EJECUTAR SU PRESUPUES-TO?Los ministerios siempre terminan el

año con fondos excedentes, que van a parar al llamado “Fondo Común”, el cual es más bien un arca abierta a las transferencias, al manejo so-spechoso de los dineros del pueblo y que se ha utilizado también para mantener una constante resonancia gubernativa en los medios de comu-nicación, Prensa, Radio y Televisión. ¿Cómo es posible que se hable de

“falta de fondos” si para todos son conocidos los desfalcos, sustracción de grandes cantidades de dinero, in-versiones sospechosas que resultan perdiéndose, o la compra de equipos invisibles o inservibles?¿Cómo es posible que se continúe

con la insistencia de obligar al ciu-dadano productivo a pagar más im-puestos, los cuales invariablemente se trasladan al consumidor final, al ciudadano trabajador, que ve desfilar ante sus ojos un constante aumento del costo de vida?¿Y qué del despilfarro ostentoso de

los festejos y “actos” de gobierno, los muchos viajes innecesarios de funcionarios, acompañados por fa-miliares, amigos, periodistas y hasta con entretenimiento personal?Por eso digo: ¡No! ¡Una reforma

fiscal, para recabar más dinero, que tendrá un destino oscuro e impre-decible no es recomendable ni apli-cable!Las instituciones extranjeras y los

Guatemala, 16 de marzo de 2011

representantes diplomáticos de naciones del primer mundo parecen ignorar el nivel económico de nuestro país y de nuestra gente, exigiendo que aumentemos la carga fiscal.Es claro que en sus países, totalmente desarrollados, es

lógico que los ciudadanos paguen elevadas contribucio-nes, ya que reciben a cambio una infraestructura funcional y moderna; servicios y seguridad de salud completa y de primer orden; educación de alto nivel al alcance de todos y una seguridad estatal y personal garantizada, tanto por un excelente sistema de Justicia como por autoridades espe-cializadas y profesionalizadas.Pero el efecto neto de incrementar el castigo tributario nos

impediría el desarrollo. Reduciría el interés por participar en la industria, en la agricultura y en el turismo. Más bien impulsaría a las empresas a reducir su volumen y número de empleados. Al reducirse esos elementos de iniciativa privada, la consecuencia inmediata es la agravación del desempleo. La inversión extranjera no encontraría una situación estimu-lante para invertir en el país y de hecho, la recaudación de impuestos se reduciría en lugar de crecer, produciendo un efecto contrario al deseado.Entonces… ¿Qué hacer?Irónicamente, SÍ HAY REFORMAS que se pueden hacer,

sin necesidad de incrementar la tasa impositiva se puede mejorar el ingreso del Estado mediante varias reformas im-portantes. Estas son las más importantes:- Impulsar un profundo análisis de los esquemas op-

erativos del aparato estatal, para redistribuir los recursos humanos en actividades más efectivas para el funciona-miento del gobierno, reduciendo la redundancia burocráti-

ca, y poniéndole un alto a la continua creación de más plazas, “asesorías”, dependencias e “instituciones”, todas las cuales se crean y aumentan cada cuatro años para recompensar a los que se dedicaron a trabajar en cam-pañas políticas y “merecen sus pre-mios”.- Modificar el esquema de tiempo

en que se preparan los presupuestos de Estado, para que participen las autori-dades ejecutivas, municipales y legislati-vas, en una forma interactiva y científica.- Adoptar una actitud realista en la

creación del presupuesto, estableciendo barreras para evitar el presupuesto des-bordante, y bloquear el constante recurrir a préstamos comprometedores que con-tinuamente incrementan nuestra deuda, la de nuestros hijos y hasta de los nietos.- Facilitar mediante métodos

sencillos la incorporación del mer-cado informal al proceso fiscal, cre-ando estímulos y facilitando crédito a todo pequeño empresario que se incorpore.- Reducir el engorro de los

trámites fiscales y aduaneros, los cu-ales son extremadamente complicados, imprácticos y causan grandes atrasos y pérdida de tiempo.- Renovar en la conciencia

pública el concepto de “impuesto” y “tributo”, ya que esos son los nombres empleados por los reyes, tiranos y em-peradores para recabar fondos de sus súbditos. En su lugar se sembrará la CULTURA DE LA CONTRIBUCIÓN. Los ciudadanos seremos CONTRIBUYEN-TES y no “vasallos” de una institución tirana explotadora. Contribuiremos al desarrollo de nuestra patria; con-tribuiremos a mejorar nuestra infrae-structura, nuestra educación, nuestros servicios de salud nuestros sistemas de seguridad y nuestra Justicia.- Adoptar una reacción RÍGIDA

E INMEDIATA contra todo acto de cor-rupción y malversación de fondos y recursos públicos, fomentando y EXI-GIENDO en los trabajadores del Estado una conciencia laboral de economía, respeto, eficiencia y profesionalismo.Así pues, tenemos indudablemente

que realizar grandes reformas, no solo al orden fiscal sino a todo el sistema de gobierno. Pero las reformas no son las mismas de siempre. Son reformas DIFERENTES de lo que

a diario se habla y se exige; reformas que nos conducirán, paso a paso, a construir una verdadera Democracia, mediante el desarrollo completo que nos permitirá participar en la economía mundial, y entonces seremos capaces de contribuir grandemente al cre-cimiento económico, al igual que las otras naciones que ya lo hacen.

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Guatemala, 16 de marzo de 2011 - LH POLÍTICA/Página 7

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“Debe ser el resultado de un consenso”Juan Guillermo GutiérrezPartido de Avanzada Nacional – PAN

Una reforma fiscal se hace necesaria cuando, por una pla-nificación fiscal inadecuada, el Estado ya no puede continuar funcionando por un desequilibrio de las finanzas públicas, en cuanto, el gasto es mayor que los recursos con los que se cuenta. Para corregir esas dis-torsiones fiscales, el Estado tra-ta de buscar mecanismos para obtener más recursos para su funcionamiento. Recordemos que la única manera en la que el Estado reúne dinero para su funcionamiento, y ojalá para inversión en desarrollo, es con los impuestos que recauda; con préstamos del exterior (que de igual manera habrá que pagar-los), o con el método de fabri-car dinero aún sin respaldo, con las consecuencias negativas que esto conlleva. En esos casos, sí se hace necesaria una reforma fiscal.Sin embargo, consideramos

que, antes de entrar en un pro-ceso de reformas fiscales, es imprescindible hacer cumplir con lo establecido en las Leyes vigentes, desarrollando estrate-gias que permitan evitar la de-fraudación fiscal, tomando con-trol sobre las áreas en donde se produce el contrabando, fortaleciendo los controles en las aduanas, motivando y facili-tando los trámites y gestiones para cumplir con las obligacio-nes tributarias.Es increíble la cantidad de dine-

ro que el Estado deja de percibir anualmente, se estima que se pierden más de 20 mil millones de quetzales al año solo en las aduanas de los puertos maríti-mos como consecuencia de la falta de controles eficientes y sistemas modernos para recau-dar y controlar la evasión.Consideramos que bajo las

premisas de descontrol fiscal, principalmente en los aspectos del gasto público irracional y falta de estrategias eficientes de recaudación de impuestos, que se vive actualmente, sí se hace necesario un proceso de re-forma fiscal, pero esta debe ser el resultado de un con-senso entre todos los actores nacionales: El Estado, los gru-pos políticos, los empresarios, los trabajadores, los sindicatos y otros, en donde el interés de la nación esté por encima de los intereses particulares y de grupos; debiendo ser el re-sultado de una reflexión seria

y profunda, libre de todo tipo de intereses electorales.Este proyecto de reforma, en

el caso fuera necesario, debería impulsarse en el seno del Con-greso Nacional, en el momento político propicio, lejos de pre-siones electorales, nacionales, internacionales, o de cualquier otra coyuntura especial que des-naturalice el objetivo de encon-trar el balance necesario entre la certeza jurídica, la universalidad y justicia de la tributación, la in-versión del Estado en servicios públicos de calidad, la garantía de transparencia, la utilización y optimización del gasto público.Mientras ese momento llega, se

deberán concentrar los esfuerzos en la creación de empleo y por ende en el crecimiento económi-co como un mecanismo idóneo para fortalecer la plataforma

de ingresos, ampliar la base impositiva y de los ingresos del Estado, modernizando los pro-cesos de recaudación, a efecto de hacerla eficiente y efectiva, y no necesariamente aumentando los porcentajes de impuestos, que podrían desestimular la in-versión, y tornar más difícil el ya de por sí complicado cobro de obligaciones impositivas.Pero sobre todo, se debe enviar

un mensaje claro y preciso a la ciudadanía, en el que se busque la calidad del gasto público, la transparencia en el manejo del erario nacional, la jerarquización de programas, porque existe un reto que debe enfrentarse en el inmediato plazo, inclu-so antes del relevo del actual gobierno, en vista de los niveles sin precedente en la historia moderna que ha alcanzado la

deuda pública, y el gasto exce-sivo del Gobierno, lo que podría llevar a la falta de recursos para funcionamiento, no digamos para invertir en desarrollo.Además de lo expuesto anterior-

mente, se hace imprescindible entonces, la generación de un acuerdo entre todos los sectores del país, no puede haber un Es-tado saludable, si no se cuenta con el aporte y compromiso de todos los guatemaltecos, además de un gasto publico manejado con prudencia y de manera consecuente, la ampliación de la base tributaria, la instalación de sistemas modernos y eficien-tes de control en las aduanas, que existe en muchas partes del mundo, como por ejemplo el sistema internacional de cáma-ras de rayos x, no gamma, que opera en más de 100 países, que de alguna manera garantiza la disminución de posibilidades de evasión y/o corrupción.De tal manera, que, antes de

pensar en replantear todo el concepto fiscal, es importante hacer todos los esfuerzos nec-esarios para cobrar adecuada-mente lo que está legislado, reglamentado y tasado, apli-cando las sanciones previstas a los evasores, puesto que solo con los impuestos establecidos cobrados adecuadamente, se podría incrementar la capacidad real del Estado en más de un 50%.Planteamos adicionalmente la

posibilidad de estructurar un Consejo Nacional de Fiscali-zación del Gasto Publico, que vigile y fiscalice permanente-mente los procesos de compras, gastos y contrataciones del Es-tado, para garantizar la trans-parencia, utilidad y calidad de los productos y servicios.En ese orden de ideas, la lu-

cha contra la evasión, el con-trabando y la corrupción debe ser implacable, no única-mente un discurso político con carácter electoral, una lucha de todos los guatemaltecos, gobernantes y gobernados, en lo personal, y aun a costa de mi propia seguridad, y en con-tra de los intereses de malos guatemaltecos que se esconden en la impunidad. Llevo más de 12 años luchando por erradicar esos vicios que no permiten el desarrollo y crecimiento de Gua-temala, por eso digo y repito, no tendremos tolerancia contra la corrupción, debemos derro-tarla de raíz, por eso debemos impulsar la cultura de CERO CORRUPCIÓN como política de Estado.

Guatemala, 16 de marzo de 2011 Guatemala, 16 de marzo de 2011

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Promoveremos un “Pacto Fiscal del Sector Público”Zury RíosFrente Republicano Guatemalteco – FRG

La política fiscal es el mecanismo de redistribución de recursos que utilizan los gobiernos para pro-mover la equidad y la igualdad de oportunidades en una sociedad. Esta consideración es por demás importante en una sociedad donde la pobreza y la extrema pobreza (60% y 20% de la población, respectivamente) alcanzan niveles tan altos como en Guatemala. Sin embargo, la política fiscal, por otro lado, debe de manejarse de forma responsable, de lo contrario se generan desequilibrios económi-cos que repercuten negativa-mente, especialmente en contra de la población más vulnerable y pobre, como lo es la inflación, el desempleo y el estancamiento económico.El manejo equilibrado de la políti-

ca fiscal, por lo tanto, es un com-ponente fundamental de la esta-bilidad macroeconómica y para el mantenimiento de la goberna-bilidad. Si se pierde el equilibrio fiscal, ello tendrá repercusión en las variables que orientan la economía familiar y del país, como la inflación, el tipo de cambio y las tasas de interés. Y precisamente es esto lo que ha estado sucedien-do durante la presente gestión: se está perdiendo el equilibrio fiscal, poniendo en peligro la estabilidad macroeconómica que con tanto esfuerzo se ha logrado en los úl-timos 10 años.Veamos el caso de los ingresos

fiscales. De acuerdo con el Minis-terio de Finanzas Públicas la carga tributaria (Ingresos Tributarios como porcentaje del Producto Interno Bruto –PIB–) se ubicó en 2010 en 10.3% del PIB, cayendo de un nivel equivalente al 11.3% del PIB en 2008 y 10.4% en 2009, y lejos aún de la meta establecida en los Acuerdos Paz de 13.2% del PIB. Los ingresos del Estado han bajado en términos reales y eso obedece a que el oficialismo no supo administrar bien los espacios políticos para impulsar reformas fiscales, y su política de combate a la evasión tributaria y de la apro-piación indebida de impuestos ha sido débil.Por el lado de los gastos, el Go-

bierno ha incrementado el gasto público de Q40.4 mil millones en 2008 a Q48.4 mil millones en 2010. Buena parte de este incre-mento en el gasto público ha sido derivado de los programas de Co-hesión Social que han estado con una ejecución por encima del Q1 mil millones anuales. Como resultado de este desem-

peño fiscal, el déficit del Gobierno

se duplicó mas desde que asumió el poder el oficialismo: 1.6% del PIB en 2008 a 3.5% en 2010, y para financiar este déficit se recur-rió a más endeudamiento público. Se espera que para finales del presente Gobierno, según datos del mismo Ministerio de Finan-zas Públicas, la deuda pública se incrementará de 20% del PIB en 2008 a 26.5% en 2011, el incre-mento más acelerado de la última década. Este nivel de endeuda-miento nos está acercando a la frontera de insostenibilidad fiscal, lo que pone en riesgo la estabi-lidad macroeconómica de corto y mediano plazo.Ante estas amenazas, el equi-

librio de las finanzas públicas será una prioridad de la que nos ocu-paremos al momento de asumir el poder. Nuestras líneas de ac-ción estarán orientadas tanto por el lado de los ingresos y de los egresos, como por el fortaleci-miento de la transparencia en el uso de los recursos públicos.Por el lado de los ingresos es

imperativo articular la institucio-nalidad pública a favor de los in-tereses del erario público, lo que llamo un “Pacto Fiscal de Sector Público”. En gran parte, la debili-dad del poder tributario del Estado radica en el poco o a veces nulo compromiso de las instituciones públicas vinculadas al proceso del cobro efectivo de impuestos, lo que se evidencia con el alto nivel de impunidad tributaria, evasión y apropiación indebida de impues-tos. De acuerdo a un estudio re-ciente de la Comisión Económica

para América Latina –CEPAL–, Guatemala tiene una carga tribu-taria potencial del 20% del PIB, léase, hoy en día se está cobrando sólo la mitad de lo que debería ser al contar con una carga tributaria de alrededor del 10% del PIB. Ese mismo estudio indica que la eva-sión en el Impuesto sobre la Renta está cerca de 65%, y en el caso del IVA es del 38%. ¿Cómo es esto posible? ¿Qué pasa con la capaci-dad de recaudación del Estado de Guatemala? ¿Por qué no ha sido capaz el Estado de controlar los altos niveles de contrabando?Por ello, estamos determinados

a que entre nuestras primeras ac-ciones de Gobierno convocaremos a los centros de investigación, a las universidades y a la comuni-dad financiera internacional repre-sentada en el país, para que jun-tos elaboren este compromiso de Estado de largo alcance, un “Pacto Fiscal del Sector Público”, donde se defina el papel y el compromiso que la institucionalidad pública tiene en defender todo aquello que permita el cobro efectivo de los impuestos, y cada institución, a través de su máximo órgano de dirección, se adhiera a este compromiso e inicie un proceso de concientización interna sobre la responsabilidad que les corre-sponde. No es posible pretender pedirle a la población que pague más impuestos si el mismo Estado no vela por su buen uso, por su cobro efectivo y por el mejor ren-dimiento social de cada quetzal que se traslada al Estado.A este compromiso de Estado,

además de los poderes convencio-nales del Estado (Ejecutivo, Legis-lativo y Judicial), estarán además convocados el Ministerio Público, la Contraloría General de Cuentas, naturalmente la Superintenden-cia de Administración Tributaria, la Superintendencia de Bancos y la Corte de Constitucionalidad. Por otro lado, invitaremos a la so-ciedad civil organizada para que constituya un Observatorio Per-manente de Política Fiscal y que dé seguimiento a los compromisos adquiridos.Por el lado del gasto, se formal-

izarán las siguientes medidas:

I. Todos los proyectos de inversión pública, ya sean estos físicos o del área social, que se in-cluyan en el Presupuesto General de Ingresos y Egresos del Estado, deberán acompañarse de una evaluación de rentabilidad social a cargo de la Secretaría General de Planificación Económica, con el objeto de priorizar y focalizar el gasto público a donde verdadera-mente el país lo necesita.

II. A través de un Acuerdo Gubernativo en Consejo de Minis-tros, el Ministerio de Finanzas Públi-cas estará a cargo de las unidades de Planificación y Administración Financiera de las instituciones que conforman el Organismo Ejecutivo, con el objeto de velar por el respeto a las disposiciones presupuestarias aprobadas para cada ejercicio por el Congreso de la República. La experiencia está demostrando que la desprogramación financiera y el manejo antojadizo del presupuesto por parte de algunas instituciones como Ministerios y Secretarías es-tán afectando la prestación de ser-vicios básicos a la población como la salud, la educación y la seguri-dad.

III. Se impulsará una homolo-gación y regularización de gastos administrativos como salarios, gastos de representación y viáti-cos de los mandos medios y altos de las instituciones, a manera de evitar abusos en el manejo de es-tos rubros.Por último, en materia de trans-

parencia, hemos contemplado que una función que compartire-mos con la Vicepresidencia de la República será coordinar al más alto nivel de Gobierno, la imple-mentación de las mejores prácti-cas internacionales en cuestión de rendición de cuentas y acceso a la información pública.Nuestra política fiscal marcará

la diferencia entre un antes y un después para que los ciudada-nos recuperen la confianza en la gestión pública.

Guatemala, 16 de marzo de 2011 Guatemala, 16 de marzo de 2011

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ADN Y LA NECESIDAD DEL PACTO FISCALAdela Camacho de TorrebiarteADN

En ADN creemos que una Reforma Fiscal es necesaria y urgente, aunque debemos indicar que se debe partir de un Pacto Fiscal, es decir, de un Acuerdo Integral (político y metodológico) que implica la modificación de todo lo relacionado con los orígenes y usos de los fondos públicos. La Reforma Fiscal o Tribu-taria, vendría siendo la parte operativa de ese Pacto.En ese sentido, no se trata

de hablar solamente del au-mento de la recaudación. Con el acuerdo conseguido en el año 2000, este tema trascendió el corto plazo y el empirismo. En ADN vemos el tema fiscal como un proceso que incluye cuatro fases:a) Principio de equidad y

justicia: Todos debemos con-tribuir a la construcción del país que queremos.b) Eficiencia y eficacia en la

actual recaudación: Sea por errores u obstáculos técnico-legales y/o por inconscien-cia ciudadana, hay muchas carencias que provocan el actual “agujero fiscal”. Trans-parencia y calidad del gasto: Cumplidos los principios de equidad y justicia y la efec-tividad en la recaudación, la ciudadanía debe cumplir con su obligación tributaria en forma puntual y oportuna, y el Estado debe garantizar el uso efectivo y transparente de esos fondos, velando por la calidad del gasto.c) Imperio de la Ley: En el

marco del estado de Derecho y los principios anotados, el Es-tado debe cumplir con sancionar a los evasores sin hacer distin-ción alguna.Los elementos principales de

una política fiscal sana y re-sponsable están ya contenidos en el Pacto Fiscal alcanzado en el 2000, lo importante es pon-erlos en práctica y cumplir con los compromisos que de ellos se deriven. Estos elementos son:a) La suficiencia de recursos

y simplicidad del sistema tribu-tario; b) Mejora en la adminis-tración tributaria; c) Control y sostenibilidad de la deuda pública; d) Calidad y efectividad del gastoe) Manejo transparente y efec-

tivo del patrimonio público; f)

Evaluación y control del gasto; y g) Descentralización fiscal.Se debe afrontar con firmeza

esa visión maniqueísta que ha caracterizado la discusión y re-sponsabilidad del tema fiscal: por un lado, los contribuyentes negándose a cumplir con sus obligaciones tributarias aducien-do el mal uso y nula transparen-cia gubernamental; y por el otro lado, un gobierno achacando su incapacidad a la inobservan-cia ciudadana. Este devenir nos tiene en la incertidumbre con-ceptual y de compromiso por la construcción de una Guatemala para todos.Una adecuada y pertinente

recaudación, debe proveer un Estado facilitador para la gen-eración de certeza jurídica y

condiciones estables y claras que fortalezcan la inversión y el empleo por parte del sector privado; un Estado con firme voluntad política para cumplir con los compromisos que im-plica un país con las grandes carencias e inequidades como Guatemala y un Estado consci-ente de su responsabilidad ética con una población ejerciendo la ciudadanía plena.Es oportuno resaltar la falta de

voluntad política para cumplir estos compromisos, sobre todo aquellos de carácter perma-nente. No basta con cumplir parcialmente; no basta con re-formas que sólo constituyen parches coyunturales. El reto es seguir mejorando en la di-rección del espíritu del Pacto.

En todo caso, lo más impor-tante es tomar conciencia de la necesidad de una pro-puesta integral como la que concebimos.Por lo anterior es imposter-

gable retomar lo comentado por la Comisión de Acompa-ñamiento (CA) en el año 2000, al culminar el proceso.“No obstante, la CA –y el

mismo proceso de concert-ación del Pacto Fiscal– ha insistido en señalar al gobi-erno y otros órganos del Es-tado la necesidad y el imper-ativo moral y político de que las medidas que se promue-van tengan la más absoluta coherencia con los Acuer-dos de Paz y los Principios y Compromisos acordados. En refuerzo de lo anterior, el proceso de construcción de consensos ha evidenciado la necesidad de diseñar un sistema de implementación, seguimiento y garantías, que formará parte integral del Pacto Fiscal.”A ese respecto, cuando

hablamos de integralidad –una de las carencias del pro-ceso–, no es posible seguir viendo el mismo desde ven-tanas parcializadas; no se trata sólo de alcanzar niveles óptimos de recaudación o deducción de responsabi-lidades por incumplimien-tos. Debemos insistir en la definición del tipo de país que necesitamos y quere-mos, asumiendo –por su-puesto– los costos que esto implica. Y este compromiso, es de todos: Empresarios, trabajadores, políticos, auto-ridades locales y nacionales, es decir, de la sociedad en su

conjunto.Guatemala requiere que el Pac-

to Fiscal responda a ese consen-so sobre el país que queremos y, en ese orden, primero debe hablarse de un Pacto Social de Nación, lo cual facilita – posteri-ormente– la implementación de cualquier otro tipo de acuerdos, con énfasis en el fin de la con-frontación y polarización entre guatemaltecos. Los Acuerdos de Paz, asumidos como compromi-sos de Estado, deben ser letra viva y ayudarnos a todos y to-das, en la consolidación de una sociedad basada en la democ-racia participativa, un sólido Es-tado de Derecho y una Cultura de Paz como eje transversal de la convivencia.

Guatemala, 16 de marzo de 2011 Guatemala, 16 de febrero de 2011

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Eficiencia en el gasto más que reforma fiscalCarlos ZúñigaCentro de Acción Social CASA

“Exigir transparencia y eficien-cia en el gasto del Estado no es oponerse a la salud, educación y seguridad; es cumplir con ser un ciudadano responsable y conse-cuente con el desarrollo”. Zúñi-ga. 08 de diciembre de 2009.La visión de nuestro gobierno

referente al tema de la Reforma Fiscal, está orientada al aumen-to de la recaudación, por medio de la ampliación en la base del número de contribuyentes; hac-er un adecuado uso de los recur-sos que se recauden, a través de eficiencia en el gasto público; así como una evaluación del nivel de tasas impositivas existentes; y la continuidad por parte de la Cooperación Internacional en el apoyo a programas de desar-rollo sin el condicionante de una reforma fiscal que genere nue-vos impuestos.La Reforma Fiscal integral se

ubica generalmente de forma teórica, en el aumento de la re-caudación a través de las tasas y bases gravables, así como de elevar el gravamen al Impuesto al Valor Agregado –IVA–. Hay que dejarnos de la teoría y ser pragmáticos acorde a nuestra realidad.Es necesario que la Reforma

Fiscal sea integral, para lo cual se necesita analizar el Sistema Fiscal y su grado de evolución, observando dos aspectos: los ingresos tributarios y el gasto público. Con los aspectos men-cionados se debe aplicar una política de redistribución de in-greso y una reforma financiera de la seguridad social.Se pretende alcanzar y lograr

mantener dos objetivos, un nivel de recaudación fiscal óptimo y un mayor control del gasto pú-blico. En nuestro país el nivel de recaudación se considera bajo, ya que existen varios factores que inciden en la armonización de la recaudación, tales como, la evasión de impuestos, la de-fraudación fiscal, la amplitud del sector informal, el comer-cio electrónico, la globalización económica y bajos niveles en la gestión del cobro de los tributos. En los últimos años, el gasto pú-blico ha aumentado más que los ingresos fiscales, tomando en cuenta que una buena parte de la población no paga impuestos. Se hace necesario elevar el nivel de recaudación, para lograr una economía pública sana que per-mita al Estado financiar su gasto público. Lo cual no quiere decir incrementar los impuestos ya que

al crear tributos o aumentar las tasas, se debe estar consciente de las distorsiones económicas, así como la reducción del ahor-ro, los incentivos al trabajo y la inversión. En ese camino, la pre-gunta es el ¿cómo?Se debe iniciar por una simplifi-

cación administrativa, la capaci-tación técnica del personal de la Superintendencia de Adminis-tración Tributaria –SAT–, forta-leciendo la institucionalidad y la carrera profesional en el ámbito profesional. Consolidación a los sistemas de control evitando así la discrecionalidad del funcio-nario público y en general una

gestión eficaz.La cooperación internacional

señala la necesidad de elabo-rar una plataforma fiscal más amplia, asegurando que las ac-ciones que se emprendan no pueden depender únicamente de recursos provenientes de la ayuda externa. Guatemala, en términos de su perfil de deuda, ha sido calificada, como un país que ha manejado su marco mac-roeconómico de manera adec-uada y prudente. Dichos coope-rantes justifican la generación de una reforma fiscal en función del riesgo que corren algunos programas de desarrollo debido

a que se necesita una plata-forma de ingresos más amplia y fortalecida; en ese sentido, ga-rantizaremos las contrapartidas necesarias para la continuidad de los mismos.Se generarán las condiciones

para el seguimiento del Pacto Fiscal, haciéndolo operativo. Se garantizarán las inversiones a corto y largo plazo, con incen-tivos fiscales específicos en el área rural. Se aprovechará la infraestructura existente para la generación de oportunidades en el sector turismo por medio de un clima de negocios favor-able con incentivos fiscales a la inversión. La certeza jurídica y seguridad física es fundamental para el éxito, serán prioridad.En la eficiencia del gasto, se

focalizará el mismo apoyando a las corporaciones municipales y sus respectivos concejos, en aras de la descentralización, haciendo eficiente la inversión en sus propias comunidades.Es importante que el Estado

mejore sus ingresos, pero no incrementando las tasas a los impuestos que pagamos los ciudadanos responsables que trabajamos dentro del marco legal. El Estado pierde anual-mente más de diez mil millones de quetzales sólo por evasión causada por el contrabando. Esta actividad no sólo implica la pérdida de recaudación en los aranceles de importación, sino que es una cadena en donde se deja de pagar también el IVA, el ISR, el IGSS y las prestaciones laborales.Situación similar ocurre con

más del 70% de la actividad económica del país que está operando fuera del esquema legal. Las empresas perteneci-entes a lo que se llama la economía informal, en su may-oría no regularizan sus activi-dades por tantas cortapisas que el mismo Gobierno pone para el pago de los tributos. Muchos de los propietarios de las micro y pequeñas empresas, ven pocos beneficios de utilizar parte de su escaso capital de trabajo en pagar impuestos; igual ocurre con los profesionales y las amas de casa. No estamos de acuerdo con gastos antojadizos y sin fis-calización.Estamos seguros que con trans-

parencia y un equipo capaz, lograremos que Guatemala ob-tenga mayores ingresos fiscales y alcance los niveles necesarios en relación a su PIB para poder atender las necesidades más in-mediatas, reduciendo la pobre-za, construyendo con ustedes, oportunidades para todos.

Guatemala, 16 de marzo de 2011 Guatemala, 16 de marzo de 2011

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¿Son recursos naturales o botín para los corruptos?

Página 12/Guatemala, 16 de marzo de 2011 - LH POLÍTICA

Ellos hablan de qué harán para aprovecharlos con responsabilidad y

protegerlos de la depredación.