La Historia según Claude Levi-Strauss o como pretender congelar una hoguera con pensamientos.

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ur HTSLQRTA sqGUN CtAUpElnvls_l&4..u$$ g COIVÍO ?RTTENDER CONGEId,Ii UliA HOGUEitIi OCi.i PEhJ'SA1VITEIíTOS Por; Lui-s AP,AI{A BU,STA}44¡ITE. rA1 historiador los canbios, a1 etnólogo las estructuras¡ X esto, pofilue los cambios, - los : i procesos, no son objetos anallticos sino 1a forma particular cn qú-e ia ternporalidad es vi- vida o"á"'Tuill3tl";-, en ,,I,os ftmites de ra - noc16n cLe estructura en etnologlarr. ¿Necesita un historiador ocuilarse de la obra de L6vi-straussr -- más allá d.e 1a aproximación general a que obliga su justo mérito como fundador,de una corriente antropológica?o¿No resulta un poco exótico tonar en cuenta las oplniones de alguien, que, por rnuy erninente que sea, ye 1a historia desde la harto espegffica 6ptica de si-r altamente especializada diseiplina?" No resulta j-ncluso desfasado hacerlo hoy, cuand.o e1 funcionalismo ha desdibujaclo J' er¡pobrecido el concepto de estructura en cicncias sociales hasta hacerlo servir para todo menos para 1o que se invent0?. (gste ¡rismo funcionalismo cuyos dictadosrteó ricos t alegrenente' acatan nuestros rtcieritlficos'i sociales? como corr€ lato socioldgico del auge general -y bien paga.do- de,1 neopositivismo[, Estas son, en sLntesj-s, 1as preguntas crlticas escuchadas cuando el que esto escribe proponla en cursos introductorios de historia reati- zar aproxinaciones serias a la obra del maestro de1 estmcturalisno - | -t . antropol-ogl-coo Y la respuesta, creo rotundanente que es as1, es necesario para el historiador realizar una aproximaci6n -crltica, como deben serlo todas- a la obra de L.S.. Err primer lugar, porque si bien sus escr! to$ en torno a.la historia como Cisciplina iian sido, ei'I prcporción al total- de su obra, escasos, no por ello son r¡.enos importantes y eontun dentes, eomo se puede ver claramente en la cita que encabeza estas ll neas. En segundo lugar, porque las indicaciones teóricas de L.S. han sido y son actualmente el d.errotero de rnodernas tendencias historio-- gráficas que se. denorninan a sl ni-smas tiarttropologia histórica" ¡ f Qüer . srlprrestamente, renuevan 1a óptica o perspectÍva d"e análisis d.el histo riador frente al rihecho hist6ricor!. En tercer lugar, porque afin el funcionalismo, en su escasez. cog

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Articulo de Luis Arana Bustamante para la Revista Sequilao 1.

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ur HTSLQRTA sqGUN CtAUpElnvls_l&4..u$$ g

COIVÍO ?RTTENDER CONGEId,Ii UliA HOGUEitIi OCi.i PEhJ'SA1VITEIíTOS

Por; Lui-s AP,AI{A BU,STA}44¡ITE.

rA1 historiador los canbios, a1 etnólogo lasestructuras¡ X esto, pofilue los cambios, - los: i procesos, no son objetos anallticos sino 1aforma particular cn qú-e ia ternporalidad es vi-vida o"á"'Tuill3tl";-,

en ,,I,os ftmites de ra -noc16n cLe estructura en etnologlarr.

¿Necesita un historiador ocuilarse de la obra de L6vi-straussr --más allá d.e 1a aproximación general a que obliga su justo mérito como

fundador,de una corriente antropológica?o¿No resulta un poco exóticotonar en cuenta las oplniones de alguien, que, por rnuy erninente que

sea, ye 1a historia desde la harto espegffica 6ptica de si-r altamente

especializada diseiplina?" No resulta j-ncluso desfasado hacerlo hoy,

cuand.o e1 funcionalismo ha desdibujaclo J' er¡pobrecido el concepto de

estructura en cicncias sociales hasta hacerlo servir para todo menos

para 1o que se invent0?. (gste ¡rismo funcionalismo cuyos dictadosrteóricos t alegrenente' acatan nuestros rtcieritlficos'i sociales? como corr€

lato socioldgico del auge general -y bien paga.do- de,1 neopositivismo[,Estas son, en sLntesj-s, 1as preguntas crlticas escuchadas cuando elque esto escribe proponla en cursos introductorios de historia reati-zar aproxinaciones serias a la obra del maestro de1 estmcturalisno -

| -t .antropol-ogl-coo

Y la respuesta, creo rotundanente que es as1, es necesario para

el historiador realizar una aproximaci6n -crltica, como deben serlotodas- a la obra de L.S.. Err primer lugar, porque si bien sus escr!to$ en torno a.la historia como Cisciplina iian sido, ei'I prcporción altotal- de su obra, escasos, no por ello son r¡.enos importantes y eontun

dentes, eomo se puede ver claramente en la cita que encabeza estas llneas. En segundo lugar, porque las indicaciones teóricas de L.S. han

sido y son actualmente el d.errotero de rnodernas tendencias historio--gráficas que se. denorninan a sl ni-smas tiarttropologia histórica" ¡ f Qüer

.

srlprrestamente, renuevan 1a óptica o perspectÍva d"e análisis d.el historiador frente al rihecho hist6ricor!.

En tercer lugar, porque afin el funcionalismo, en su escasez. cog

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ceptual, se ha visto obligado de echar ¡nano de categorlas estructura-

les, optando a este respecto por dos alternativas: defc'rmarlas a Su

gusto o coger justamente las r¡ás inocuas " Porque el estructuralismo ,

d.igámoslo de una vez, por 1o menos busca orclen, taz6n, en los heehoS

sociafes -y ese es Su resgo posi-tivo- pero desbarra coinpletarrente aL-

nretend.er ha11arlo en el terreno cle las ideas (aqul llamadas erlptica

rnente trlo i:rconspientert), Y por ello la ortodoxia estructuralista ya

perd.ió deroasiado terzreno frente a neoposii,ivistas canuflados como Fou

cault, para quien no hay orden en narLa. y cada generación re-crea la

cienci-a que necesitar para 1o cual reordelia al gusto la realldad dada,

amorfa de por sl,

En cuarto lugar, porque en e1 campo problemático y fronterizo de

l-a etnohistoria peruana, seguidores oe1 m6todo estructural han aplicg

do bastante las categorías de análisis antropológico del mismo, con

erbremadamente desigr:al fortuna, que va d.esde los importantes

trabajos C.e Tom Zu-ideraa hasta, 1a enclenque utopia andina" Y es impreg

cindible entender y analizar estos trabajos, escritos en un lengUaje-

y slmbologla aparentenente extraños al uso históricor para 1o cual es

necesario ercarulnar primero la obra del fundador del m6todor lo que, a

sa vez, nos remi-titá a d.arnoS una por 1o menos somera preparaci6n ag

tropológica general,

En qr.rinto lugar porque la aplicación del m6todo estructur:al ha

rebasado las ineiertas fronteras de lo etnohist6rico y se practica (o

se cree practicar) en el campo d.e l-a historla i.nd'f-gena coLonial y qg

publicana peruanar Y en ültirno lugar, aunque no por ello sea menos im

portanter po1' el hecho d.e que es obligatoria una fornaeién universal

en el estudio de una rlisciplina colro la historia, de carácter de suyo

tanbi6n uníversaf, puesto que al final cle cuentas se ocupa c1e 1a din!

mica de la total-idad de los hechos sociales, incluyendo a los prinigg

nios, considerados tradicionalnente como pre-históricos por d'efinic!

6n.

l{rs oeuparemos pues, en esta ocasiÓn, no de los hijos naeidos efi

estas costas -rnuchos de 1os cuales el propio L"S. negarl-a divertido -sino del padre de conceptos y categorlas que son hoy vertladeros d'og-

aas para muehos (serla más propio decir 1a nayorla, si realmente los

conocieran) ae nuestros ani;ropólogos e historiadolosc

-LA-

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1.- EL I,$TODO ESTRUCTURAL DE LEVI-STRAUSS.

¿Cóno inieiar una breve discusión d"e un tema tan vasto?. Creo i!

necesario hacer una presentación de Claude L6vi-Strauss, euyo nofibre

por 1o menose es fanoso en el mundo enteror y es asociado inmediatg

riente a 1a palabra estructuralismo. Estarsin embergot es hoy una eI

presi6n ambigua, por 1os usos múltip1es que se le confierenr y es mg

jor a1 hablar de L"Se usar e1 t6r'mino antropológla estrrrctural, Qu€¡

por ot,ra parle, es'el que concedió 61 rnismo a la corriente antropolb-

gica que fund6, aunque por haber convergido en su g6nesis diversos eg'

tudiosose L.S" se haya resistido siempre ha considerarse como tal fu4

d.ad or.

Digaurog entonees algo sobre el m6todo d.e la antropologla . estrug

tural, pues la concepción de la historia en L"S, asl como el lugar -que e.l autor 1e adjud.i ca a l-os estudios hist6ricos dentro de las cie¡

cias soci3les, ernanan directamente d.e su especialrnente elaborada co!

cepción etnológica.

Anteced.entes,

A1 referir los antecedentes de1 estructuralismo antropol6gico hg

mos d.e encontrarnos necesariamente con por 1o menos d,os nontbreS: Fer

dinand de Saussuie'y Franz Boas. E1 pri-mero, harto .conoeido fundador

de la lingülstica estructural, 4portó, además de su elaborada concep

ci6n de1 signo, 1a distinei6n fund.amental entre dos planos diferentesa!-f ----1 ^ ----1-^ --i^-^^,^ ^ -^-^_len el lenguaje hablado, que, simplificando nnugho, vi-enen a ser;la 1ep

grra (langue), o 'conjunto de normas convencionales <le comunj-caci6n ha-

blada, elaboradas bajo la forma de un cód.igo gramaticalr- socialr t'es-

tructu::adorr a Simple vista, eongciente y posterior, en la concepci6n

de Saussure, al habla espontánea (parole), uso indivi{ual que se hace

del lengrraje, psicoflsico, perrneable a las necesldades del nomento,

más ttfonéticarr que rtgrannatica}r, d.e ralz fundamentaimente inconsciente

rr ^re- de acuerrlo a la concepeión saussureana, resulta tambi6n estnrc

il; ;t;;;;; de re glas muy precisas, dete"t"ur", "rr" "", '" p;la investigación cle 1a gramátiea, sino de la fonétlca de las lenguas.

Esta concepci6n de un aspecto inconSciente en el uso del lenguaje ha

tenido, como veremos, d.ecísiva importancj-a en 1a formulaci6n.d.el m6tg

d.o de análisis etnológico d.e L.Se que entr6 en contacto con e1 estzrrg

turalismo lingülstico en sus años inici-ales de docencia universitaria

-/,4-

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en los EE.UU. a trav6s de 1a escuela fundada err ese pais por

Jakobson.

Roman

El segundo norrbre que debemos menciorutr es el de Franz Boas(l-858

bg/,il, uno de 1os pioneros de la antropologla norteamericanar Que a

finales d.e1 siglo pasado estudi6 extensiwamente 1as tribus de la eog

ta noroceidental- de su c.ontinente, e investig6 en forma sistemática -las le.nguas nativas norteamericanas. Aunque por sus cortcepciones te6-

rj-cas se 1e vincul-a generalmente al origen ae'l ¡¿¡"1onalistlo culturglista anglosaj6n, de cuyos principios L.Sn es declarado adversario,

e1 misno L.S. considera a Boas como un preclaro precursor de su m6tg

do, pues 6ste sugiri6 en sus trabajos Ia importancia que se debla cog

ced.er a los sisteinas de significados integrados a otros sistenas so-

ciales en fas i-nr¡estigaciones sobre 1os pueblos prir'riti-vos, recornenda

ción que fqe seguida cincuenta años más tarde por L.S; que 1a I1evó

hasta sus {rltimas consecuencias.

Antropolo gla y sln',bol-os. '

Asi pues, 1a etnologf,a cLe L.S, la antropologla estmctural, bug

ea fos fundamentos de 1a vida social de los pueblos primitivos, Ias

l-lamadas por é1 e-s:t:n¿c-turas, en los sistercas de slgggg de 1a sociedad,

ademásr por supuesto, de1 lenguaje, es decj-r en aquellos sistemas en

1os que cada caracterlstica del aspecto de 1a sociedad. estudiador so

integra con otros a trav6s de un significado, es decir funciona como

la representaci6n de un concepto a trav6s cle uns señal- culturalmente-

elaborada y socÍ-almente sancionada, como dirlan los antrop6logos.

¿Qué sistemas simb6licos posee 1a antropologla en su campo de es

tudio? La respuesta de L.S, €sg los sistemas de parentescor 1as reglas

de matrimonio, entendid.as como código de1 intercambio de mujeres eItre grupoS Social-es, 1as llamadas rrnormasii socialesr Que forman un c!

digo d.e conducta que funcionarla como Ltna espeeie de f?lenguajé' del

comportamientotr, ciertos tipos d.e intercambio econó¡nico, de 1os cugx-

les el potlatcho es eI ejemplo más usado, el rrlenguaieil mltico, cuyo

carácter de código d.e conunisación se propuso y encarg6 arduamente de

denoStrar L.S. y el ritual, tanto en su aspecto normativo eomo en ef-reli-gí-oso. Es más, para é1, siguiendo de alguna nanera el razonamien

to de lr{agss. y 1a teorfa de1 acto socía1 trtotaltt, si e1 comportamiento

spcial ps*u9go:"cier*,a forma Ce lenguaie, tqdq será, en una antropolo

¿ai

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gla definicla en estos térninos, tlgno. Ün haeha es,,un hacha, perorlo"

es conceblbl-e que un cierto tipo de h¿cha pueda ser un signo: en un

d.eterninad.o contexto, .ro ocupa el lugar del útil diferente que otra

sociedad emplearía para 1os nisnos firies.r' (f)

Esta insistencia en 1o simbólico no significa, sin embargo, adg

ce L.S, una preterici$n de 1o real, de Io concretoo'LoS. se raclama

materialista, y señala: tlla antropologla social no se encierra en una

fracción del dominio de la etnologia (to si¡ibólico), no separa la cuf

tura roaterial de la espirituai. En 1a perspecti'r'a o,ue le es propia"o.

les eonsagra igual atenciónil (1), aunque 61 impllcitamente postule 1o

sinbólico eono de'berminante d-e lb social, pese a1 reconocirn-iento <le

Itla prir':acla d.e laS,infraeStructuraslr qrre hace en rrEl penSamiento SaI

pr:es bien, entonces, ¿cjttát es 1a natutaleza de 1o simb6l-ico en

los sistemas socj-ales? L"S. responde d.istinguiendo, en priner lugar,

entre 1o Sincr6nico, lorlgramaticalrr, 1o consciente en fa Sociedad, y

1o diacr6nico, lorrfon6ticorr, 1o inconscienteo Pero si la filologla -tradicional encontraba un ord.en coherente sól-o en 1a gramática cong

ciente, LoS, siguiendo a Saussure afirma que tanbi-én 1o diacrónicorlo

i-nconscienteo es ord.enador forma rrestructurasrr que son e1 basamento -del ord.en social, y radican en el inconscien*,e hunano, cuya 4atura-lg

z&c sin embargo, no e:cplica, manlfestando a 1o Suno que serla 1a pag,

te de la mente encargada de trdar forrna a los cqntenid'osil ad'optand'o un

carácter axiomático en la construcci6n de su teorlat aunque su naturg

leza haya intentado ser abordada posterior e independienteinente por

la llamada psicologla estructural.

El hecho indud.able es que, siguiendo este esquema teórico, L.St

escontr6 una coherencia por largos años escondida a los ojos de los

antropólogos, en fos sisternas de parentesco y risistemast' mltieos de

las sociedades primitivas, los dos terrenos a que dedicó sus'principg

les esfuerzos en la aplicación de1 razonai:niento estn:ctural en antro

pologla, Como afirl¡:a l"{aurice God'elier:ilproblemas fundamentales como la prohibici6n delincesto, la exogamia y endogarrúa, el matrimonio-entreprimoscruzad.os,eldelasorganizacíónes-

.clualistaslQueerantratadosseparadamen!,ey,sináxito afgunéf h?n sido,relacionados entre sl(porL,S, ) y er,olieados. ..t' (3)

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Un ejemplo instructivo: el método estrr-rctural y

e1 problema del d.ualismo.

Precisamente, el problema de 1as organizaciones dua.listas (formas

de organizacl1n social en variados pueblos prirnitivos en que 6stos se

encuentran separados en dos o más nitades sinru.ltáneamente), fue una

cuesti6n largamente ine>cplicada en la antropologla clásica, en la cual

L.S. ap11c6 su ur6tod,o anallticor X en 1a que pudo confrontarlo con e1

razonarciento rrhistórieor', es decir d,i-acrónico y lineal con que habla

sido abordado por 1a antropologla anterior a 6I, básicameni;e dividlda-en las famosas enfrentad.as escuelas difusionista y evolucioni-sta. El

caudal de información sobre cl tema era aparentcmente ea6tico e ineltricable: las organizaciones duallstas se generaban en cul-turas sin

ninguna relacipn entre sl, por invasi6n d.e un pueblo por un gnrpo inmi

grante¡ por fusi6n de dos grupos, en unos casos la pertenencia a 1a nftacl se trasmitla por 1lnea materna, en otros por línea paterna, a A,e-

ces coincidia con la divisí6n en clanesr a veces no, etcn

La antropologla tradicional errfrentó el problema mediante d.os ex

plicacioncs posibles: el dualismo se generaba por evolución de una sq

la forma primitivas a otras, postura evolucj-onista, o era pr6stamo cul

tr:ral d.e unaS Socied.ades a otras" En ambos casos habLa er,'idencia en

contra, pues ei dualisno aparccia úv liLs uls d:versas maneras, sin se

guir un patz:ón evolutivo trnicor y además 1o hacia en sociedades sin

contacto cultural alguno. Difusionismo y evolucionismó se enfrentaban-

conrpletamente en este punto, pero, d,esde la 6ptica de L.S. se encontra

ban anbos en el mismo error: buscar Ia tazbn de la regularidad en 1a g

parici6n de una institución sociaf cn procesos d.iacr6nicos y lineales.

¿Córoo logró el nr6todo sincr6nico de L'S. poner orden y postular una ex

plicación sumarnente cohcrente a semejante problema?. Fues abandonando-

e1 enfoque exclusivanente diacrónico y postulantlo que 1a organizaciín

d.uali-sta responde a patrones normativos neeesarios propios de la socig

d.ad. primitiva, para 61 de origen inconsciente y vinculados a l-a recf

procidad, que hacen que el dualismo apaTezca espontáneiarnente y de laS

más variadas manerag y qge, a{sn donde no se encuentre, surian otras

instituciones que cumplan su papel, que L.S. menciona y analiza. Es dg

cir que, en t6rminos d.e L.S, 1a organización d.ual estarlarrenraizadatr

en la estructura mental- de la socied.ad' primitiva, es d'ecir en su in-

consciente determinante' Vale la pena a este respecto recordar 1a ihrg

trativa sentencia de 'iEl pensamiento salvajetr de que 'itoda etnologla

1¿+'

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es una psicologiarr.

De este modo, 1a valídez de su opci6n de otorgar r¿áxima importag

cia como sisteiins c1e signos a los demás sistemas soeial-es.en 1a socig

daó primitiva estarla poderosamente respaldada po-r,sus nrinuciosas in-vestigaciones particulares, alréd,edor de por 1o nenos dos de e5tbs sig

¡emas c

Pero otra es la cuesti6n, indudablemente, euando LoS. pretende hg

cer extensivo su m6todo. de anál-isj-s el- terreno de 1o propiamente hist!rico, y aud"az y d.ecididamente mete la Inano en el ardiente caldero de

l-a teorla de 1a h-istoria.

II.- IEVI-STRAU,SS Y tA HTSTOPJA O EL PROFESOR El\i SU LABERINTO.

L.S, para eapezar con la historia devenir, eonoce perfectamente -1a diferente naturaLeza y d.i-náinica de 1as sociedades primitivas y 1as

de cl-aseu habiend.o incluso acuñado el t6r¡nino derrsociedades frlastrpgra LaS priroeraS, pucsri.on S1l medio interno eStá próxino al cero de

tenperatura histórica ...tt y de rrsociedades ca-lientesr? para 1as degun-

das, lrrr&p&recid.as en diversos puntos del rmndo tras la revoluci6n --neolltica, y donde se estimul-an sin tregua las difereneiaciones entre

ca,stas y entre clases, para extraer d.e alll el devenir y La energlat'(1)

Pues bien, acabarnos de' exan:^ina:: el punto de rrista ad,optad.o por 1a

etnologla de L"S. en e1 estud.j-o de las sociedacles trfriastr, 1a preponde

raneia otorgad"a a1 componente sinbólico -e inconsclente- en 1as lcismas,

al que se tre eonced.e 1a categorla de estructural.o Y la clencia histór!ca1 Lo Sr rros responde: rl1,a di-ferencia fundanental entre ambas (etnolg

gla e historia) no es de objeto, ni de propósito, rti de nétodo. Tienen

el mismo objeto, que es la, vida s.ocial, y e1 mismo prop6sito, que es

una mejor inteligencia de] horlbre "re so distinguen sob:"e todo por la

elecci-on de_!_ers;peqq:iteE_-qogqlglggbglaq : 1a historia organiza sus dg

tos en relación con las e>cpresiones q-o$l¿e-B!g.g de 1a vid4 soeial y 1a..,^\

etnologla con las condi-ciones incolsglegteétt(2). Pa:a 1a historia, 1o

r?conscientert, bajo la forma de ]o que piensan los sujetos históricos -sobre 1o que hacen" Perc sucede que.la historia a partir de nuestro s!g1o acepta la vieja prem-isa de l{arx: itlos hombres hacen la historiarpg

ro no saben que la hacenrtr X Por 1o tanto, no pueden los historiadores

ya ocuparse d.el nero reflejo que en la conciencia de 1os hombres prodg

ce e1 desarrollo de la sociedad' Por tanto, de acuerd'o al- enfoque t'eí

-l+5-

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rico de nuestro autor, 1a etnologla resulta 11evándose la parte de1 Qón, pueS¡ Cofio vimog, en Su teorla Son 1as estructuras incon5cientes -las d.eterminantes del ord,en social.

Asl, lrtod.o buen libro de tr-istori€r .o. está irnpregnad'o tanrbién de

etnologían y ti... 1a historia eeon$mica es, en gian nediaa, Ia lr-istg

ria de operaciones inconscj-entesort (t)' to cual es ciertot pero no nos

puede 11e1,'ar a sostener gue. la histori¿ econbmica está @, ¡por el

inconsciente !, que es 1o que pretende fácilmente deslizarnos el autor"

Vemos pues que L"S' caet y mu]¡ conscienternente' en el pecado 'ori

ginal de la antropologf-a social: buscar universales humanos'-y por en

de hlst6ricos- en su propio eamPo de estudio, 1a sociedad prirnitiva, y

extende::los tanbi6n, como unir¡ersales que Son, a 1as sociedades trcalien

tesrr. Citemos textuatnente un ejemplo aI respecto:

. rEl- intercambio de 1os regalos de irTavidad, al que se dg

dicarrconunesuertedeardorsagrado,d.uranteunmescadaaño,'todaslasclases"soclales,noesotracosaque u.n giqantesco potlatch& que compromete a millones

. de ind.ii:-áoos ... Las Christnas cards rieamente ilustradas no akeanzan por eierto er taiát á" ro" tcSbrgqt&&;

:. , Pero el refinaniónto de su elección, su singularid'adrsuI precioi ... 1a cantidad. enviacla o recibÍda, son la prug' ;., qoé se exhibe de mod.o ritual sobre la chimenea del :

:Hii,?"uli"ül3u;'á"*3*'iJi?l;fi',i?oil' vlnculos

:. l.{o citaremos párrafos en que nuestro autor er¡f oca los ' probJ-emas

gdciofamiliares y demográficos d,e la actual socied'ad industriai d'esg

rrollada en t6rminos de exogamia y repulsión a1 incestor pero creenos

lqub queda: claro que, en e1 fond.o, para L.s. tod.a la historia'es histg

ria trfriar¡. Este particular rnodo de entender la historia devenir 'es¡

lbgicamente, el.que genera su concepción y planes ¿ó to que debe ser

la historia conocilniento.

'. Establecida la"preponderancia de1 conponente sirnbólico'(t'estrrrctu

ral|,) en la sociedad, L,S. seña1a nagnánir,anente que para la aprehensi-

6n total dei movimiento hist$rico deben converger l-os métoc1os etnol6g!

co -estructuratista, desde luego- e hist6rico. ¿Y cuá1 es e1 papel rg

...servado para los historiadores en esta mislón? Desde ya se preté que

ha de Ser un tanto rtod.esto, puesto que 1os universa]es 1os prg

porciona 1a etnologta.

trEl historiador... pret€nde, antes-que nada, dar cuentaae-fos fenbmenos sótiales en funci6n d.e 1os aconteci--

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raientos (aqul nos habla d.e historia-acontecimiento en1960) en los cuales y de 1a ¡nq:era en qirc 1os ind'ividu-os los han'pensado y vividotr (2).

Nuestro subrayado abarca en ppa.riencia tres palabras i-nofensivast

pero si reeordamos la cita que encabeza este artlculo, los carnbiosrlos

procesos sociales materia de estudio de1 historiad.or tr...no son obi9,

tos ar¡allticos, sino 1a foqlnq.-per.liggfAr. en que 1a temporalidad 'es qivida por un sujetorr.

Cambios y procesos, poT tanto, nqexisten independlentenente del

sujeto que 1os vive. He aqui el rtesse est percipi':&&& de1 obispo Berkg

1ey,'reivind.icad.o y aplicado a 1a materia histórica ¡nada'menos que

por un supuesto nateriali-sta! Y por si quedaran dudas a1 respectoraqui

va otra descorazonante cita:

"¿Qu6 objetivo tienen anbas disciplinas? (etnologla e

' historia)r ¿Consist" ?n 1a reproducei6n exacta de 1o

que ha ocu4rido u ocurre en Ia sociedad estudiada?.

Afirmarlo serla olvidar que en anbos easos nos ha11a_.-mos frente a sistenas d.e representaciohes que d.i-fieren

para cada.n-ierobro del gr"upo y que, tonados todos en cog

junto, difieren de las representaciones de1 j-nvestigal

dor o.. La Revolueión d.e 1789 vivicla por un arist6cratano es el mi-smo fen6meno que 1a Revolueión de'1789 vivfda por un sansculotte ...tt(2)

Ergo, no exj.ste l¿ Hevoluci6n F¡an:esa, sino 1as distintas percep

ciones que de ell-as nos llegan a trar¡és de 1os docr¿mentos y que condu

ce.n a una percepción particular más, 1a del investigador. Asl, L.S. ,

volviend.o a1 viejo problema fundamental de l¿' gnoseologla -y que se bg

sr "i un afin más fund.amental probleraa ontoldgico- cae, con perfecta --conciencla de ello, en el terreno histórico-Social, en un empirismo

id.ealista prekanliano que es totalnente descalificador d.e su declarac!

6n d.e considerarse a sl raisrno un continuador de la obra de I'brx en elterreno de las id.eologlas.

: Y no puede ser ta1 continuad.or porque justamente la obra de l4arx

apuntó a rnostrar el canino del conocimlento objetivo de 1a realidad sg

cia1. En su teorj"a no hay una ideologla inspiradora d.e estnrctura so-

eia:1, sino exactamente a1 contrario. Y si hay un carácter de j-nconsci-

ente en esta id.eología, l-o es finicamente en e1 sentido de que e1 suje-

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Page 10: La Historia según Claude Levi-Strauss o como pretender congelar una hoguera con pensamientos.

to inmerso en fos usos de su sociedad no conoce los orígenes de su con

cepci6n del mrndo -mundo.social incluldo-, si-mplemente alrende 1

acep

tarlas durante su proceso de socializacibn. En 1as sociedades clasis--

tas, como es bien sabido, eI origen de ]as i-deas de nuestro sujeto seI

encontrará, "1 'final'de la ead.ena, en la clase dominanter Que controla

de esta aanera a la poblacibn, atribuyendo muy conscientemente¡ 9or

ejenrplo, 1a e>cplotación a una ineluetablc fey divina o natural.

Pero, ¿y en 1as sociedacles no clasistas, de las que se ocupa nues

--- Itro autor? Aquf, seg{rn q1 esquema propuesto por Marx en 1os manuscri--

tos de IBM. es tambi6n una alienaci6n, la llarnada por 61 tralienación

fundamenta}t de la hr¡nanidad., es d.ecir su extrañamiento frente a 1a ng

turaleza, 1a que origina todo eI aparato de concepci-ones con que eI

honbre trata de etplicar su mundo h-lst6rico-natura1.

Ahora bien, con esta conclusión de l'[arxr'L.So Se raueStra de acuer

do, y es en este'sentilo en el que se le pod.rla considerar qn estudiq-'

so de las ideolOplas, pero es evidente por lo arrlba expuesto Qüe ,' Su

.2método, y qutza.la propia compleJa naturaleza de su objeto de estudio

1e hacen arribar finalmente a conclusiones te6ricas completanente reñ!

d.as qon 1a llnea de pensamiento propuesta por el fundador del materia-.)

lismo hist'6rleo l

Conclusiones que serlan de alguna manera dioculpables en é1, dade

que' el éstudio d.e la h-istoiia 'r calienterl no es e1 carrpo donde ha reali

zado sus contribueiones cientlficaS, cono 1o hace notar su anticuada -

concepci6n d.e la historia como ciencia registradora d-e acontecimientos,

pero que no 1o son tanto cganCo las encontramos'enarboladas eomo verda

des finples por corrientes hist6ricas que p:'etdnd'en convencernos de

que.e1 estud.io de Ia cocina, 1os hospitalesr_"1 t"*o o la brujerla én

1as socied,ades hiStarícas s,on el objeto rinal de 1a ciencia hist6rica-

tras cientos de años de controversia sobre el r¡rismo'

--0cuatldohallamosqueelconceptodeestrr¡c'*?:entendidocomo.

'modelo óonstnrlao de acuerd-o con la realid.ad emplricari por e1 invest!

gador, se desliza üasta en la aer::,1]'er6n de modo d'e produc"i-U-: n"" un

historiador marxista como P. Vifr'lVer el conocido ensayo t'Historia -

raarxista, historia en construcci6nri) '

-/+u

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OOLCF0N 0 1.. Et I}'IOONSCIENTE TRAICIoI{ER0.

Se nos angostan e1 espacio -y las lecluras necesarias- prira afrogtar algunos de los problenas a que da lugar 1a d.j-seusi6n planteada

aqul. l,lensioneraos e1 problema de 1as t'ideologíasrr en 1as sociadades --prim'itivasr,el de l-a supuesta penrivencia de earacterlsticas d.el 'pen-samiento salvaje en ciertoF sgctores de Ias sociedades históricas,el de 1a i-nportancia del eonocintento necesarj-o y defin:ici6n propia --de1 historiador frente a los problemas teóricos que inevitablemcnte se

le presentan ante la lectura de un pensador moderno de calidadrcomo es

el caso d.e LoS.

' l4as ter¡cinenos aplicando e1 propj-o n6todo a 1as ideas de1 maestro,

y busquemos qu6 es lo que cn su inconscienter-pues 61, tanto como un

hrxnilde ge o bororo, ha d.e tenerlo- inspira su peculiar coneepción de

Ia historia:trsi se esperara -Dios no 1o quiera- (ni yo tampoco) unpresagio de1 futq¡o por parte de un antropó1ogo, este -no conbebiría sin duda dicho futuro como una prolongaei: 6n q una superaeión de las formas actuales, si-no =nás

bien sobre eI model-o d.e una integraci6n (no será conce{tación?)r eue unificarla progreslvamente 1os caractereFcle 1as soeiedad.es frias y los de las sociedad.es calien-tesri(1).

¡lle aqul, al final de nuestra breve excursi-ón, la inconsciente rna

dre del- cordero! Evidentementer por un intrincado mecanisno nental d.ig

no de 1as págimas de sus t[itológicas, (I y II, porque las demás son

franeamente rqonótonas y repetitivas) la concepción histórica de L.S.so

dirige final-mente a persuadirnos de que 1a ard.iente hoguera de la higtoria no 1o es tanto, y que a l-a humanidad de1 futuro Ie espera un t¿blo baño paradislaco, ni frlo ni muy caliente, ¿C6mo llegarán nuestrosafortunados bisnietos a goz,ar tanta feJ-icidad?, le preguntarlamos en

ternecidos al ¡naestro, pero ya sabemos 1a respuesta: grriados por su

propio -e ignoto- ineonsciente o..

NOT.A.S:

fÍf?. L6vi-strauss: Introducci6n de la rrAntropologla Estructuralt .(Cl-ase Inaugural de la Cátedra de Antropologla Social deI Colegio deFrancia, enero de 1960). Ed. EUDEBA, Bs. As.

(2) C. L6vi-Strauss: "Historia y etnologlatt, arllculo de 1949 incluldoen la Antropologla Estructural. Ed.. EIIDEBA" Bs. As.

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Page 12: La Historia según Claude Levi-Strauss o como pretender congelar una hoguera con pensamientos.

(3i l¿. Godelier: Econo'las y sociedades: enfoques funeiorplista, egtrugturalista y marxist&r p. 3,514. Enz ttgconomla, ietichisno y religi$n en

las'Socieita¿¿s primitivastr s. XXI Ed's. Méx¡

:t t'

(¿) C. f,évi*tralf€s; Qap;,V: tln] nrincipio de_reciprocidadrrr P¿95 ' En

ItLás'eri'trueturas:éfuténtales del barentuscott T. Ir Ed' Origen/PlarFta'l,{6xico.. _

. ,i ,. l

& potl-atch: j-ntercanbio conplejo propiode 1os-anti-guos'pueblos de 1as

"nit"u noroobidgntales. at"ti*u.naFl cáracter|3da pol :1 cat'cl'3| 1:,::-.

tructivo dq sus mani-festaciones áe ostentaci6n económica más éXFrenaS'

Rtbá"-,r"r*e 1a interesante teorizaci6rr' contenída en é1 trEnsayo ,t¡obfne -'el donll .de M. Miaussr en que emplea al potlatch,como un elenento d'e-sug

tentación de su tripfltesis' gene-ral. sobré los intercambios en la socie--

f ;:::;";"""-es piezas d,e este reta1, variosos_r pfncepales objetos de sacriflcio- "n ias formas más destructiv¿s d.e1 potlatch. t, ,

'.'&8¡& ttessq .est perelpfrt: aproximada^menté' ttser o: ser pereibid'ot'r rPlinq¡pJ aiásu.del a*pi'¡lr*o'ideal.lsta d.e1 obispo George Berke-1ey, (1685-

ilSil, qui-e,n 1levar¡lo al.empirLsmo al terrens ;ontológico { ? qu1 extrg¡noá.'áo.t""fa que una siif¿-no eríste ind.ependienteneRte de1 sujeto --que ra percloe, 'síno precisameltg sracias-á,6]r, y que'es 4ás, no es 1a

iiff" 1á que vrA.aerá¡ente existe, nq"t.lad banales cosas no pueden -áÉe*a"r a.1" subii*u y éxclusii¡a catá¿iorta_de '1a.existeincj-ar.sino lasiJJ"r q"" 1as generan;, tr surna y ma¿ee de 1as eqatres es, obvianent'e ,

Dior. '

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