La historia inedita de los años verde olivo. Especial Diario La Tercera. (2001)

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    http://docs.tercera.cl/especiales/2001/verdeolivo/capitulo01/index.htm

    LA HISTORIA INEDITA

    DE LOS AOS VERDE OLIVO

    CAPITULO I

    PorCristin Bofill

    La novela Nuestros aos verde olivo, de Roberto Ampuero, comprueba una tesis que msde un profesional de la historia o de la prensa suscribira: en algunos casos losficcionistas se han encargado mucho mejor de abordar algunos captulos de la tragediacolectiva chilena de las ltimas dcadas que los periodistas e historiadores.

    La novela - lanzado en 1999 y que revela desde el terreno de la ficcin el mundo delexilio chileno en Cuba - fue el punto de partida de esta serie especial de reportajes.Ampuero es un testigo privilegiado de esa poca, ya que la vivi en medio de la alta

    jerarqua castrista, y con su libro dej al desnudo una de las falencias de quienes sededican a dar a conocer episodios que ayuden a los chilenos a conocer su historia.Al contrario de otros temas cruciales -como las violaciones a los derechos humanos o losentretelones del golpe contra Allende, sobre los cuales se han publicado valiossimoslibros y reportajes- el verdadero alcance de la influencia de Fidel Castro en la polticachilena se ha quedado estancado en las versiones fragmentadas e ideologizadas, por ladoy lado, de los aos 70 y 80.Si bien el punto de partida de la investigacin de La Tercera era el mundo descrito porAmpuero, el tema se fue ampliando en la medida en que se constat que el peso de Cuba

    en las generaciones que protagonizaron los conflictos chilenos de las ltimas dcadas eramucho mayor de lo descrito en la novela.

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    Iniciada en abril del ao pasado, la investigacin se extendi porcasi un ao y se tradujo tambien en viajes a ciudades como LaHabana, Berln, Leipzig, Frankfurt, Buenos Aires, Miami yChicago. En cada rincn, se encontraron protagonistas olvidadosdispuestos a relatar episodios inditos que de a poco fuerontomando la forma de un verdadero eslabn perdido de la historia

    chilena de las ltimas dcadas.Para bien o para mal -dependiendo del punto de vista que sesuscriba- es imposible entender esa historia sin detenerse sobretodo en la figura de Fidel Castro y su enorme influencia desde losaos 60 hasta los inicios de la redemocratizacin tras el rgimen

    del general (R) Augusto Pinochet.Sera lo mismo que ignorar la influencia de Estados Unidos. Pero -al contrario de sta,bastante estudiada y documentada- sobre la primera hastaahora ha habido bastantemenos elementos aportados por testigos directos o archivos desclasificados, como losrelativos a la Operacin Cndor o a las actividades clandestinas de la CIA en Chile.El histrico viraje del Partido Comunista hacia la lucha armada - pese a que fue el nicode los partidos de la Unidad Popular que durante el gobierno de Allende no sucumbi a

    las tesis rupturistas - es uno de los fenmenos que, si bien responde a circunstanciaspolticas chilenas, no es posible desentraar sin penetrar en los laberintos de la polticacubana. Tambin es imprescindible hacer escala en la ex Alemania Oriental.La historia no contada de la izquierda chilena en el exilio se escribi en Berln, Mosc y LaHabana, donde los comunistas chilenos fueron influidos por la visin de sus anfitriones ycomenzaron a analizar las causas de su derrota, la forma de redimir sus culpas y elcamino para enfrentar a Pinochet. Sin la ingerencia de esos tres gobiernos el proceso quedesemboc en la lucha armada - tomada por el PC en 1980- nunca hubiera sido igual.Alemania Oriental, la Unin Sovitica, pero especialmente Cuba, entregaron un elementovital a la hora de tomar el camino de las armas: el entrenamiento militar masivo.Pese a su desconfianza inicial, importantes ex dirigentes del PC y ex integrantes delFrente Patritico Manuel Rodrguez (FPMR) fueron entregando antecedentes.

    Los conocimientos de todas estas personas, adems, contribuyeron para encontrar, enmedio de pginas y pginas de textos polticos, valiosas pistas en obras como lasmemorias de ex timoneles del PC, el ex secretario general Luis Corvaln (De lo vivido y lopeleado) y el ex senador Orlando Millas (Una disgresin). Lo mismo se puede decir delibros como el del ex embajador y ex dirigente del PC, Jos Rodrguez Elizondo (Crisis yRenovacin de las izquierdas en Amrica Latina) y, en menor medida, del senador JaimeGazmuri (El Sol y la Bruma).La mayor parte de ese trabajo de reporteo e investigacin fue realizado por el periodistaJavier Ortega, quin realiz muchas entrevistas en Cuba, Alemania y Argentina, ademsde lograr numerosos contactos en Chile.Otros periodistas realizaron entrevistas en Estados Unidos y Chile. Todo ese trabajo fueapoyado por el equipo de Proyectos Especiales de La Tercera, adems de contribucionesde otras reas del diario. La edicin final fue realizada por un equipo encabezado por ladireccin del diario.Entre los factores que ms colaboraron para persuadir a muchos testigos a contar susvivencias est, en primer lugar, el fin de la guerra fra y la consecuente desilusin demuchas personas que en su momento no titubearon en arriesgar la vida por esa causa.Tambin ayud -y mucho- a romper el hermetismo, la gran purga poltica realizada enCuba por Fidel Castro, en 1989, cuando fusil al general Arnaldo Ochoa y al coronel Tonyde la Guardia -dos de sus hombres ms cercanos - bajo el pretexto de que se habaninvolucrado en trfico de drogas a sus espaldas.

    La purga de 1989

    Con esas ejecuciones, Fidel Castro perdi la lealtad de algunos miembros de su crculoms estrecho, varios de los cules se exiliaron en Estados Unidos. Varios de ellos -aligual que Ochoa y De la Guardia, quienes cumplieron misiones en Chile durante la UP-tenan un profundo conocimiento de las actividades cubanas en Chile desde los aos 60,

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    70 y 80.En esas circunstancias, aceptaron hablar ex agentes como Jorge Masetti, el ex subjefe desu equipo de seguridad, capitn Lzaro Betancourt, el escritor Noberto Fuentes, el exdiplomtico cubano en Chile, Ren Nez, Ileana de la Guardia (hija de Tony de laGuardia) y Alina Fernndez, hija de Fidel. Se trata de personas que, desde diferentesposiciones (Masetti mantiene una fuerte enemistad con Fuentes, a quien todava

    considera un hombre cercano a Castro), ayudaron a enriquecer y cotejar informaciones.Hubo muchos que slo aceptaron hablar bajo la condicin del anonimato. Otros, noquisieron dar su testimonio, pese a que les fue solicitado insistentemente, entre ellosvarios que aparecen mencionados en situaciones que sienten que podrancomprometerlos.Otras fuentes valiosas fueron los archivos desclasificados tras el fin de la guerra fra porlos servicios secretos de Estados Unidos, la ex Alemania Oriental y la ex URSS.De la recopilacin, anlisis y cruce de esas informaciones es fruto esta serie especial.Como todo trabajo periodstico, no aspira a entregar una verdad incuestionable, sino laversin ms acuciosa y profesional posible de los hechos investigados.

    1976 Exiliados en la RDA sufrieron la "proletarizacin" impuesta por el gobierno alemn alos chilenos.

    1979 Futuros miembros del FPMR luchan por Castro en Nicaragua.

    1986 Fracasa el atentado contra Augusto Pinochet fraguado en Santiago y La Habana.

    1983-1995 Nacimiento y muerte del ms poderoso grupo guerrillero chileno del siglo XX,sustentado desde sus inicios por el gobierno cubano.

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    PorJavier Ortega

    Durante una cita en el despacho del lder cubano en elPalacio de la Revolucin, en junio de 1974, se gest lacreacin del FPMR. A partir de ahora, decenas de jvenescomunistas ingresaron a escuelas militares cubanas paraformarse como oficiales del nuevo ejrcito democrticochileno.

    Un caluroso da de junio de 1974 aterriz en La Habana elmximo dirigente del PC chileno en el exilio, Volodia Teitelboim,quien resida en Mosc y lideraba el partido en reemplazo del

    secretario general, Luis Corvaln detenido en la isla Dawson.

    En el aeropuerto Jos Mart Teitelboim fue recibido por los dirigentes chilenos del PC enCuba, Rodrigo Rojas, Orel Viciani (ver recuadro) y Julieta Campusano, a cargo del flujode chilenos que llegaban a la isla tras el golpe militar de un ao antes.Mientras el poder de la junta militar se asentaba en Chile la golpeada izquierda intentabarecomponerse, tanto en el exilio como dentro del pas. La represin era dursima lasnoticias sobre detenciones, torturas y muertes llegaban da a da. El contacto entre lasdirigencias del exterior y el interior se mantena al costo de muchas vidas.La principal actividad de Teitelboim fue una cita en el Palacio de la Revolucin, dondeacudi con Rodrigo Rojas para entrevistarse con Fidel Castro (1).

    El "nuevo ejrcito"

    Castro los recibi en su despacho con su hermano Ral, segundo hombre del rgimen; eljefe de la inteligencia cubana y mximo implicado en exportar de la revolucin, ManuelBarbarroja Pieiro y el viceprimer ministro Carlos Rafael Rodrguez. Excepto Ral, todoshaban estado en Chile durante la UP.Como siempre, Castro monopoliz la palabra. A sus 48 aos, segua siendo el iconorevolucionario latinoamericano. Sus interlocutores chilenos, en cambio, estabanmarcados por una derrota que el mundo socialista les enrostraba da a da. No habansido capaces de resistir el golpe militar, de hacer la revolucin chilena. Una culpa queera ms fuerte en el caso del PC: era el nico partido que se haba jugado a fondo por lafracasada va legal de la UP, camino que le haba provocado fuertes roces con susactuales anfitriones.

    El gran error del gobierno de Allende fue no contar con una fuerza militar que lo

    defendiera8, dijo Castro. Ahora no veo ninguna posibilidad a la va armada en Chile,dado el profesionalismo y nivel de sus fuerzas armadas. No veo otra salida a la dictaduramilitar chilena que la formacin de un gran frente encabezado por Eduardo FreiMontalva.Acto seguido, frente a sus perplejos interlocutores, lanz su propuesta para revertir laderrota: iniciar en las Fuerzas Armadas Revolucionarias cubanas (FAR) un ambiciosoproceso de formacin de jvenes comunistas chilenos, los que seran admitidos enescuelas de elite para graduarse como oficiales de carrera.

    Estos muchachos se formarn para que no vuelva a ocurrir la derrota de 1973,argument Castro y asegur que los nuevos militares seran para defender al futurogobierno democrtico... no para tomar el poder por asalto. La ltima salvedad que elcomandante puso sobre la mesa fue la siguiente: Sern militantes suyos, pero yo serdueo de darle la formacin militar que estime conveniente. (2)Hasta ese momento La Habana haba instruido en sus escuelas de guerrilla a centenaresde militantes chilenos del MIR, pero por primera vez ofreca a una formacin militarcompleta, cien por ciento profesional. Las FAR contaban con cientos de asesores

    Luis Corvaln y VolodiaTeitelboim. Mientras el primeroestaba detenido en la islaDawson, Teitelboim acept laoferta de Castro.

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    4 Ibid... Serie de entrevistas con Ernesto Contreras.

    5 Millas, Orlando. "Memorias. Volmenes IV, Una disgresin". Santiago, Ediciones ChileAmricaCESOC, 1996. 604 pg.

    6 Ibid... Memorias de Millas.7 Corvaln, Luis. "De lo vivido y lo peleado".

    Frente Patritico Manuel Rodrguez (FPMR) 1983-1995

    El ms poderoso grupo guerrillero chileno del siglo XX, que lleg a contar con casi medio millar de hombres, nacioficialmente el 14 de diciembre de 1983, con un apagn que afect a la zona central de Chile. Aunque la colectividadnunca lo reconoci, se trataba en la prctica el aparato militar del PC, formado gracias al apoyo del gobierno cubano,iniciado ocho aos antes.El objetivo inicial del FPMR fue derrocar a Augusto Pinochet, para lo cual inagur modalidades guerrilleras desconocidasen la historia chilena, como los secuestros. En 1986 el PC estableci que sera el ao en que Pinochet deba serderrocado. Con ese fin, y con la ayuda cubana, el FPMR intern toneladas de armas y atent contra Pinochet. Comoambas acciones fracasaron, el PC inici la desmovilizacin de los frentistas. Un sector, aqul entrenado por FidelCastro, desoy la orden y continu la lucha. En 1991, el grupo asesin al senador de la UDI Jaime Guzmn y secuestra Cristin Edwards, por lo que el gobierno de Patricio Aylwin inici una minuciosa labor de inteligencia a base deinfiltraciones y delaciones compensadas. El grupo slo fue neutralizado cuando Chile reestableci relaciones

    diplomticas con La Habana

    Los primeros enrolados

    El histrico pacto comenz a ponerse en prctica en 1975. Los primeros chilenosreclutados para vestir el uniforme verde olivo fueron escogidos entre dos centenares de

    jvenes que haban llegado a la isla a estudiar medicina, en 1972. A gran parte de esegrupo la historia le deparara un indito camino.

    Haban llegado a Cuba un ao y medio antes del golpe, gracias a una invitacin hechapor Fidel Castro durante su maratnica visita a Chile, entre noviembre y diciembre de

    1971. En una de sus intervenciones, Castro determin que uno de los problemas de Chileera la falta de mdicos. Ofreci pblicamente 100 cupos para que jvenes militantes dela UP, rigurosamente seleccionados, estudiaran gratis la carrera en la Universidad de LaHabana. Un segundo grupo conformado por otro centenar lleg a Cuba en marzo de1973.Casi todos eran humildes jvenes comunistas y socialistas, aunque tambin habaalgunos miembros de la juventud del Mapu Obrero Campesino. No haba ningn miembrodel MIR, ya que sta colectividad no form parte de la Unidad Popular.

    Para todos ellos no haba sido fcil la integracin a la Cuba socialista y muchos larecuerdan como una poca dura, salpicada por las disputas internas por el proceso

    poltico chileno y por el duro estudio, que hizo a ms de la mitad desertar en los primerosaos. Los del Mapu OC eran estigmatizados por pertenecer a una colectividad pequeo-burguesa, cuenta un ex integrante del grupo, actualmente mdico en un hospital pblicosantiaguino.Un sbado de 1975, los estudiantes de medicina fueron citados a las oficinas del ComitChile Antifascista de La Habana, en el barrio de El Vedado. Segn relata un ex miembrodel comit central del PC que resida en la isla, all los esperaban el dirigente y exdiputado Orel Viciani, quien a cada uno le hizo una invitacin formal: dejar sus estudiospara transformarse en cadetes militares. Nos dijeron que en ese momento, los fusileseran ms importantes que los libros para derrotar a la dictadura, relata uno de losreclutados.La gran mayora acept la oferta. Haban vivido el naufragio de la UP, muchos tenan

    familiares desaparecidos y queran imitar a los exitosos revolucionarios cubanos. Habauna suerte de gran remordimiento, se hablaban cosas terribles de la represin en Chile.En ese contexto moral, era muy difcil decir que no, relata el mismo testigo.

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    Slo en contados casos la respuesta fue negativa. El estudiante Pedro Marn argumentque quera aportar a la lucha, pero como mdico. Se gan el repudio de sus compaeros.Aos despus, Marn se reivindicara combatiendo en Nicaragua e ingresando a Chile,donde fue apresado y torturado con salvajismo. Ms tarde integrara la red del FPMRencargada de darle asistencia mdica a los combatientes. Hoy, trabaja como mdico en

    el norte del pas.La labor de enrolamiento del PC se sell con un fuerte golpe de imagen, una escenaocurrida en junio de 1975, que demostrara que los chilenos no eran unos cobardes.Ocurri una maana, en el barrio habanero de Siboney. Frente a la vista de todo elalumnado del campus universitario de Girn, un centenar de jvenes subieron con suspertenencias a varios buses estacionados en la puerta de la Facultad de Medicina. Eranlos enrolados que partan a un curso de formacin de oficiales en la Escuela MilitarCamilo Cienfuegos.

    Los distribuyeron sobre todo en cursos de artillera terrestre y antiarea, relata LzaroBetancourt, quin convivi con varios chilenos en esa escuela militar. (8).

    Aos despus, los chilenos se graduaran como militares cubanos. Una nueva etapa -quelos llevara primero a combatir en la insurreccin contra Somoza en Nicaragua y despusa la lucha armada contra Pinochet- comenzaba. Sin saberlo, al aceptar la oferta deCastro, el PC haba desatado una fuerza que lo aislara polticamente y se le escaparadefinitivamente de las manos en 1987, cuando los principales mandos del FPMRrompieron con el partido. Esto, no sin antes haber fracasado en dos tareas clavesorganizadas en La Habana el ao anterior: el atentado contra Pinochet y el desembarcode armas en Carrizal Bajo.

    8 Entrevista a Lzaro Betancourt, quien se desempe durante 20 aos en la seguridad de FidelCastro y en 1999 se asil en Estados Unidos. Miami, 9 de febrero del 2001.

    Las dos caras de un fracasoEn su libro Nuestros Aos Verde Olivo, Roberto Ampuero describe en detalles las actividades de los dos principalesencargados del PC en La Habana en 1974, Rodrigo Rojas y Orel Viciani. Sus biografas sintetizan los diferentes caminosque tomaron ex dirigentes del PC que se alejaron del partido tras el fracaso de su aventura armada.Ex director de El Siglo, Rojas, quien se traslad a Alemania Oriental a mediados de la dcada del 70, cay en desgraciaen los crculos de Berln Oriental y termin sus das melanclicamente execrado por sus ex camaradas. Tras el regresode la democracia, se desempe como periodista de rango menor en la Secretara General de Gobierno de 1991 a1996, cuando sufri un derrame cerebral. Fallecera en 1999. Muri amargado, convencido de que lo habanconvertido en chivo expiatorio de los errores del FPMR, relata uno de sus amigos. Viciani supo adaptarse mejor a losnuevos tiempos. Ex diputado del PC durante la UP y encargado de reclutar a jvenes del PC para enrolarlos en las filasdel FPMR -entre ellos a Ampuero, quien rechaz la oferta- actualmente se desempea como jefe de la Unidad deControl de de la Subsecretaria de Desarrollo Regional en Rancagua. Aunque se haba comprometido, finalmente noquiso dar su versin de los hechos a La Tercera, pese a insistentes pedidos.En todo caso, en el libro de Ampuero se relata que en los 90 cumpli misiones en el ministerio del Interior, reparticin

    que se encarg secretamente de desarticular a los integrantes del FPMR, los mismos que l haba reclutado en LaHabana.

    Rodrigo Rojas, ex dirigente del PC en La Habana.

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    PorJavier Ortega

    Por no haber sabido hacer la revolucin en su pas, losexiliados chilenos eran despreciados como cobardes por ladirigencia cubana. La nica va para expiar aquella pesadaculpa pareca ser el acero de las armas. Esa presinpoltica y sicolgica fue crucial en el desarrollo del FPMR.

    Al subir a los buses verde olivo que los llevaran a la EscuelaMilitar Camilo Cienfuegos, en 1975, los estudiantes comunistaschilenos iban cantando a coro. En el campus de Girn de laUniversidad de La Habana, toda la Facultad de Medicina fue

    testigo de la escena. La dirigencia cubana as lo haba dispuesto. En la simbologacastrista, era una seal de que comenzaba el largo camino en que la izquierda chilenaexpiara sus culpas. Fue la nica excepcin al secretismo que, desde entonces, rodeara atodo el proyecto.Como ministro de Defensa y segundo hombre del rgimen, Ral Castro era elresponsable de la formacin de los oficiales chilenos, a los cuales se sumara su yerno,Juan Maco Gutirrez Fishmann, El Chele, actualmente prfugo de la justicia chilena porsu participacin en el secuestro de Cristin Edwards y en el asesinato de Jaime Guzmn.La Escuela Militar Camilo Cienfuegos era y es la ms prestigiosa de Cuba. Desde ellaegresan los hombres destinados a guiar a los tres ejrcitos de la isla: el del Oriente, eldel Centro y el de Occidente. Los chilenos entraron a un curso de un ao destinado aperfeccionar a oficiales jvenes para mandos superiores. Una vez graduados, se

    integraron sin distingos a la oficialidad islea: vestan de verde olivo, cumplan turnosguardias y estaban bajo oficiales superiores cubanos.Casi todos pertenecan al PC. La excepcin era un puado de socialistas, no ms dediez, asegura un protagonista de esos das. Fidel recalc en el acuerdo de 1974 que sloaceptara socialistas en sus fuerzas armadas si el partido se lo peda expresamente. Algoque nunca sucedi: con la pequea excepcin de los diez socialistas que ingresaron pordecisin propia a las FAR, todos los combatientes del PS se entrenaron en los centrospara formar guerrilleros del Ministerio del Interior cubano (Minint), lugares como PuntoCero y Pinar del Ro, donde tambin se formaba el MIR. (Ver artculo pg. 11)

    Para Fidel Castro tener al PC chileno aceptando la va armada era tremendamenteimportante, una prueba irrefutable de que sus advertencias sobre el camino equivocadode Allende eran correctas, seala un ex ministro (PS) de Patricio Aylwin que conoci decerca esa realidad.El punto anterior es considerado clave por todas las fuentes consultadas por La Tercerarespecto de las motivaciones emocionales del PC para embarcarse en la lucha armada,las cuales jugaron un papel que en buena parte se explica por el clima que encontraronen La Habana los exiliados y la represin que sufrieron en Chile a manos del nuevorgimen.Desde que haban llegado en sucesivas oleadas, los chilenos haban percibido dos facetasde la solidaridad cubana. La primera era una genuina intencin por acogerlos. Pese a lamala situacin econmica del pas, los chilenos recibieron departamentos y trabajos,postergando incluso a los cubanos. Por todos los rincones de la isla se comentaba sobreLa Moneda incendiada, los cuerpos flotando sobre el Mapocho y los estadios deportivosconvertidos en crceles.Pero al mismo tiempo tambin exista y -con el tiempo adquirira mayor intensidad- una

    reprimenda a su fracaso, a su derrota. Esto ltimo se traduca en enrostrarle su falta dehabilidad y, lo que es peor, de valenta para hacer su revolucin. Les falt un Fidel y lesfaltaron cojones, es una frase que muchos chilenos escucharon. En momentos de ira,

    Monumento a Salvador Allendeen La Habana. Avenida de losPresidentes, en el barrio de ElVedado.

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    como relata Roberto Ampuero, a los chilenos los trataban con uno de los ms fuerteseptetos en Cuba: Comemierda. (1)Primero en voz baja, luego sin tapujos, las autoridades locales consideraban a laizquierda chilena, y especialmente a los comunistas, responsable de su derrota. No habasabido defender sus conquistas, era el dictamen. Los chilenos sufrieron el desprecio deuna elite gobernante que, para muchos, es sobre todo machista-leninista y cuyo mayor

    orgullo es haber llegado al poder por las armas y ser una espina en la garganta de lamayor potencia militar del mundo.Fieles a la mxima de Ernest Hemingway -para quien ser cobarde es la peor desgraciaque le puede ocurrir a un ser humano- los dirigentes de La Habana decan que nopodan comprender que el golpe militar encontrara escasa resistencia, ni que los lderesde la UP huyeran sin disparar un chcharo, como dicen los cubanos.El propio Fidel Castro haba comentado a sus cercanos que la de los chilenos no fue una

    derrota productiva, ya que, salvo Allende, ni siquiera dej mrtires, como su fracasadoasalto al Cuartel Moncada, en 1953. Por derrota productiva entenda al menos unlegado de hroes cados en combate para servir de ejemplos de lucha a lossobrevivientes.Esa visin crtica de la dirigencia de la UP -sobre todo de aquellos que alardearon que

    iban a incendiar el pas y luego huyeron sin resistir- cal hondo, especialmente en lasnuevas generaciones. Ms tarde se traducira en un desprecio de los comandantes delFPMR por muchos jerarcas del PC, los mismos que los haban reclutado aceptando laoferta de Castro.Lo anterior es uno de los factores que explica la leyenda fabricada por Castro de queAllende haba sido acribillado bajando los peldaos de La Moneda, disparando suametralladora. Los cubanos tienen un problema terrible con el suicidio, para ellossupone una cobarda, una derrota, pero en Chile tiene otra connotacin, recalca el hoysenador socialista Jaime Gazmuri en sus memorias. (2)

    La visin de los cubanos del fracaso chileno era terrible y por ello se los humillabaconstantemente, dice el ex agente de inteligencia cubano, Jorge Masetti. Elrazonamiento en Cuba era que los chilenos eran unos pendejos, lo que en Cuba quiere

    decir cobardes. Se deca que no haban defendido a Allende, que eso en Cuba no habrapasado. Y tambin se deca que Allende no haba seguido los consejos de Fidel de golpearl primero a los militares. (3)Incluso, los comentarios llegaban a la gente comn. En ms de una ocasin, cuando ibaun chileno a una casa, no faltaba quien le dijera: Y por qu no te quedaste a pelear?.Contribuy a exacerbar este clima de recriminaciones el que, en los primeros das, todoslos chilenos fueron alojados en los ms elegantes hoteles de la isla. En el HotelPresidente de La Habana, el ambiente inicial era tan depresivo que, durante una reunindel comit de la Unidad Popular realizado en sus salones y despus de haber escuchadolargo rato los debates, uno de los chilenos mir el desorden en que estaban lasinstalaciones y dijo: Y esta huev queran hacer en Chile?. (4)La culpa que sentan los chilenos bajo el sol del caribe se repeta tambin en Mosc y enBerln Oriental, urbes donde se haban instalado las mximas cpulas del PC y el PS,respectivamente. En esas naciones, sus anfitriones les recalcaran continuamente queellos s haban sabido aplicar la mxima de Lenin: La revolucin no slo hay queconquistarla, sino que hay que saber defenderla.Las cpulas mximas de la izquierda chilena tomaran nota de esa discusin. Y esimposible entender lo que posteriormente sera el viraje del PC hacia la va armada sintener en cuenta esta fuerte presin sicolgico-poltica.

    1 Ampuero, Roberto. Nuestros aos verde olivo. Barcelona, Editorial Planeta, 1999

    2 Gazmuri, Jaime. El sol y la bruma. Santiago, Antrtica Quebecor S.A, 2000. Pg. 85.

    3 Serie de entrevistas a Jorge Masetti, ex agente de inteligencia cubano que form parte de la elitepoltica de La Habana. Buenos Aires, 4 y 5 de diciembre del 2000. Miami, 27 de noviembre del2000, 9 y 10 de febrero del 2001.

    4 Entrevista con un actual funcionario de gobierno que vivi en La Habana, donde ocup un altocargo en el PS

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    La presin, por cierto, tena mucha mayor fuerza en Cuba, la pequea isla a pocas millasde Estados Unidos que se presentaba como el primer territorio libre del continente yque haba prometido diez, cien Vietnam. Mientras en Alemania Oriental y la UninSovitica fustigaban a los chilenos desde la palestra poltico-terica, en La Habanasimplemente se hablaba de cobardes y poco hombres.

    La visin de los cubanos del fracaso chileno era terrible y por ello se loshumillaba constantemente, dice el ex agente de inteligencia cubano, JorgeMasetti. El razonamiento en Cuba era que los chilenos eran unos pendejos, loque en Cuba quiere decir cobardes.

    Segn Masetti, el nico chileno al que admiraba la cpula cubana era a Miguel Enrquez,el lder mirista, porque haba muerto luchando. Pero, incluso Enrquez era consideradodemasiado terico, precisa.La historia de Humberto Sotomayor, el mirista que alcanz a huir cuando el 5 de octubrede 1974 la DINA acorral a Enrquez, revela con exactitud esta apreciacin. Al llegarposteriormente a Cuba, Sotomayor fue sancionado y vilipendiado por no haber muertocon su jefe. Largos aos le costara reivindicarse de este estigma, trabajando como

    agente de los cubanos en diversas operaciones de riesgo por toda Amrica Latina.En su libro, Masetti relata que en una misin para la inteligencia cubana en Mxico sucontacto fue Sotomayor. Cul no sera mi sorpresa cuando al abrirse la puerta descubrofrente a m a un tipo que aos atrs, haba dado muestras de cobarda abandonando a su

    jefe en medio de un enfrentamiento dndose a la fuga, sin hacer el ms mnimo intentode proteger a uno de los dirigentes revolucionarios ms ntegros y capaces de nuestrageneracin No poda entender cmo los cubanos utilizaban a semejante elemento entareas tan delicadas. (5)En ltima instancia, el cdigo ms veraz para ser respetado por las cpulas de La Habanaera el test de los cojones. As lo recoge el actual senador Gazmuri, en sus memorias.Segn cuenta, su estrecha amistad con Manuel Pieiro -jefe del departamento Amrica,encargado de exportar la revolucin en el continente- se deba a sus arriesgadas salidas

    clandestinas del pas. Pese a no estar de acuerdo conmigo en nada, me tena buenaporque yo pasaba el test de los cojones. (6)Quien tal vez mejor representaba este fenmeno era el propio Manuel BarbarrojaPieiro. El siempre haba apostado por el MIR chileno y su lucha armada irreductible.Tambien alimentaba simpatas por el ala ms radical del PS, liderada por CarlosAltamirano. En contraste, despreciaba a los comunistas.Los jvenes chilenos que ingresaron a las Fuerzas Armadas cubanas se empaparan deese espritu, donde los cdigos de honor se basan sobre todo en el valor personal, en ser

    cojonudos. En su libro, Norberto Fuentes describe en detalles esa mentalidad: elaprecio por la aventura, por smbolos de poder y status, como ametralladoras UZI,relojes Rlex, anteojos Ray-Ban, jeans y automviles Lada con potentes motoresarreglados. (7)

    No era una vida accesible para la gran mayora de los exiliados.Un actual diplomtico de la Cancillera chilena recuerda que las penurias econmicasllevaron a la mayor parte de los chilenos a emigrar al poco tiempo, o apenas pudieron. Laexcepcin a la regla fueron los llamados chilenos VIP: figuras importantes oemblemticas, como la familia Allende y el ex GAP Max Marambio, sin duda el chilenoque ha escalado ms alto en la jerarqua cubana.Salir de Cuba, en todo caso, no era una tarea fcil. Haba que obtener autorizacin delComit Chile Antifascista, que en la prctica era una especie de consulado con poder paradecidir el destino de los exiliados.

    La desconfianza

    Los organismos de inteligencia cubanos, obsesionados por evitar que se infiltraranagentes enemigos, tenan una especial poltica hacia los recin llegados. Todo exiliado de

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    mediana importancia que llegaba a la isla era citado a una oficina del espionaje cubanoubicado en Miramar, a la altura de la calle 40. All, eran sometidos a un rigurosointerrogatorio. Tenamos que explicar nuestra biografa en detalles, cuenta un residentede esos aos.El entonces dirigente del Mapu Obrero Campesino, Enrique Correa, pas algunastemporadas en la isla. Consciente del celo de los aparatos de seguridad, tena por

    costumbre nunca hablar de temas delicados en su oficina. Correa prefera charlar en lacalle, como lo atestigua un joven exiliado al que ayud a salir de Cuba por medio de unainvitacin a una escuela de adoctrinamiento marxista en Alemania Oriental. Al igual quel, cientos seran los jvenes chilenos que tomaran este camino.En este ambiente de vigilancia, dificultades y desprecio poltico, los dirigentes comunistaschilenos que llevaron a sus militantes para ingresar al Ejrcito cubano, vieron el hechocomo una segunda oportunidad para limpiar su honor.Dos aos despus, en el pleno del PC chileno realizado en Mosc, varios sentiran que laafrenta de 1973 estaba a punto de lavarse. En el encuentro, un muchacho vestido conuniforme de combate se cuadr ante los viejos prceres de la colectividad y, en posicinfirme y tono marcial, solicit permiso para tomar la palabra. Era Sergio GalvarinoApablaza Guerra, el comandante Salvador, el primer oficial chileno salido de las

    escuelas matrices de La Habana. Lder de una nueva generacin cuya increble historia ybautismo de fuego en combate merece otro captulo de esta saga, Salvador tambinest prfugo por el secuestro de Cristin Edwards y el asesinato de Jaime Guzmn.

    5 Masetti, Jorge. El furor y el delirio. Barcelona, Tusquets Editores, 1999.

    6 Ibid, Gazmuri Jaime. Pg. 230. 7.- Fuentes, Norberto. Dulces guerreros cubanos. Terceraedicin. Barcelona, Editorial Seix Barral, S.A, 2000. 457 pgs.

    7 Fuentes, Norberto. "Dulces guerreros cubanos". Tercera edicin. Barcelona, Editorial Seiz Barral,S.A, 2000. 457 pgs.

    PorJavier Ortega

    Los jvenes comunistas chilenos fueron los primeros extranjeros a los cualesCastro les abri las puertas de sus escuelas militares para formar oficiales decarrera, no meros guerrilleros. Con el tiempo, esos jvenes se foguearan enNicaragua, formaran el FPMR y se distanciaran de sus lderes del PC chileno, aquienes despreciaban como viejos caducos.

    La llegada de los chilenos a la Escuela Militar Camilo Cienfuegos, la ms elitista yprestigiosa de Cuba, fue todo un smbolo de la importancia asignada por Fidel Castro a laformacin del ejrcito democrtico chileno.Hasta esa fecha, 1975, millares de revolucionarios de todo el mundo haban sidoinstruidos en centros de adiestramiento guerrillero de la isla, como Punto Cero, donde seformaron decenas de militantes del MIR a partir de fines de los 60. Sin embargo, almatricular al contingente del PC en la Camilo Cienfuegos, Fidel por primera vez abri aun grupo extranjero las puertas de una escuela militar para oficiales de carrera. Setratara ahora de una formacin castrense en el sentido clsico, profesional, y no desimples insurgentes.

    Fue un gesto absolutamente indito: ya no se trataba de especialistas en sabotajes ni

    atentados, sino de la tentativa ms audaz de crear un ejrcito paralelo en otro pas,seala un ex dirigente del PC, actualmente retirado del partido. Los alemanes orientales,por ejemplo, dieron todo tipo de ayuda a la izquierda chilena, pero jams permitieronque un chileno vistiera su uniforme militar.

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    La instruccin en la mejor de las academias militares cubanas fue una prueba difcil paralos ex estudiantes de medicina: la mitad de los postulantes reprobaron. Los chilenoscompartan las aulas y los dormitorios con nosotros y estaban distribuidos sobre todo enartillera terrestre y antiarea, recuerda el ex capitn cubano Lzaro Betancourt, quiningres a la Camilo Cienfuegos en 1978 y desert en 1999, en medio de una gira oficial aRepblica Dominicana, cuando integraba el selecto aparato de seguridad de Fidel Castro.

    (1)Durante su instruccin, Betancourt no convivi estrechamente con el primer grupo dechilenos enrolados, ya que entr tres aos despus. Pero se encontr con muchos deellos a lo largo de su carrera, en diferentescentros de adiestramiento. Los en-trenamientos ms intensos a los chilenos ocurrieronentre 1982 y 1986. Estuve con muchos de ellos en el Centro de Entrenamiento nmero8, en Pinar del Ro, y en Punto Cero, en Guanabo, recuerda el militar. En 1985 participde simulaciones de golpes de mano contra cuarteles. Los chilenos tenan que atacarnospor sorpresa. En general, eran buenos militares. Su punto dbil era la lucha en lamontaa.Adems de la Camilo Cienfuegos, varios contingentes de chilenos pasaron por al menoscinco otras escuelas militares profesionales (Antonio Maceo, Jos Maceo, Instituto

    Tcnico Militar, la Escuela Naval Granma y La Cabaa) y por los tres principales centrosde formacin de guerrilleros: Punto Cero, Cordillera de los Organos y Pinar del Ro.

    1 Entrevista a Lzaro Betancourt, quien se desempe durante 20 aos en la seguridad de FidelCastro y en 1999 se asil en EE.UU. Miami, 9 de febrero del 2001.

    Desde blindados hasta pilotos de helicpteros

    A medida que transcurri el tiempo, el destacamento chileno del PC se fue pareciendocada vez ms a un pequeo ejrcito a medida que Castro ampli su oferta, incorporandoms centros de instruccin al proyecto. Un ex oficial chileno del Ejrcito cubano, hoy

    radicado en Alemania, estima que en 1982 se haban formado en la isla por lo menos 200de sus compatriotas como oficiales, distribuidos en especialidades que iban desdeblindados hasta pilotos de helicptero.Cuando en 1979 el contingente chileno fue enviado a luchar en la guerra civil deNicaragua, su nmero ya era considerable. En un informe del 3 de octubre de 1979, elsecretario general del PC, Luis Corvaln, expres a un funcionario de Alemania Orientalque los jvenes del PC chileno entrenados en Cuba pasaron con xito por Nicaragua,aunque hubo que lamentar la muerte de dos de ellos. En total, hay 76 hombres nuestrosque han alcanzado el grado de oficiales en las tropas sandinistas, detalla un documentosecreto hecho pblico luego del derrumbe de la RDA. (2)Segn un ex exiliado que estuvo en Cuba en esos aos y que conoci a varios reclutas, latemida Direccin General de Inteligencia cubana (DGI) tambin enrol a algunos

    chilenos, mediante un programa especial de ese organismo para captar a cadetes de laEscuela Camilo Cienfuegos como agentes, sin que se enteraran sus compaeros.Incluso, diez chilenos pasaron por la Escuela Naval cubana Granma. Contbamos contodas las especialidades. Si el FPMR no lleg a tener pilotos de aviones de combate fueporque los pilotos cubanos se formaban en la Unin Sovitica, se jacta un ex frentistaque en 1991 result gravemente herido en una accin en Santiago, donde fue el nicosobreviviente.Con el correr de los aos, decenas de otros chilenos pasaran por las aulas militarescubanas. La escuela Jos Maceo - destinada a la instruccin de tropas generales yubicada en Santiago de Cuba - recibi en 1983 al nico contingente de chilenos llegadontegramente del interior de Chile. Como ese mismo ao el centro traslad susinstalaciones a un complejo militar en la Isla de la Juventud -frente a las costas del sur

    de Cuba- los miembros de esa generacin fueron bautizados como los jvenes.Mientras los camilitos tenan una formacin militar estndar que completaron concursos posteriores, los jvenes accedieron a una formacin completa de oficiales,partiendo como cadetes y egresando de alfrez. Terica y tcnicamente eran mejor

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    preparados.A fin de llenar todos los cupos disponibles en la isla, muy pronto el primer contingente deex estudiantes de medicina se hizo pequeo, por lo que el PC chileno comenz a mirarhacia su militancia en otros pases. Gracias a esto, en 1976 la isla empez a recibir ahijos de chilenos exiliados en Europa Oriental que tambin deseaban enrolarse. Como elprograma era secreto, estos jvenes simplemente desaparecan de sus ciudades de

    residencia alemanas o soviticas. Muchas veces ni sus padres saban que estaban enCuba.Un ejemplo que marc la senda de esta nueva oleada fue Ral Pellegrn Friedman, el

    comandante Jos Miguel, quien en 1975 se traslad con su familia desde Frankfurt paraalistarse en la Camilo Cienfuegos. Tras destacarse en la insurreccin nicaragense,Pellegrn entr clandestinamente a Chile a fines del 83, como encargado mximo delnaciente FPMR. Su cuerpo apareci en el ro Tinguiririca en octubre de 1988, luego decomandar el asalto al retn Los Quees. Varios indicios apuntan a que fue delatado porun compaero de armas que actuaba como infiltrado.

    Un ejemplo que marc la senda de esta nueva

    oleada fue Ral Pellegrn Friedman, elcomandante Jos Miguel, quien en 1975 setraslad con su familia desde Frankfurt paraalistarse en la Camilo Cienfuegos.

    En la segunda mitad de 1981, al ya desarrollado destacamento de chilenos en La Habanase incorporara una tercera generacin que con el correr del tiempo sera considerada elcuerpo de fuerzas especiales del FPMR: los llamados blgaros, que haban cumplido unaacabada instruccin militar en la repblica socialista de Bulgaria.Cuando llegaron a Cuba, los blgaros eran slo 13, pero se distinguieroninmediatamente del resto por su excelente adiestramiento militar. De hecho, casi todosasumieron como instructores en los centros castrenses de la isla.Su origen se remonta a un centenar de campesinos chilenos que el 9 de septiembre de1973 viajaron a la URSS para instruirse como tractoristas. Cuando vino el golpe,quedaron olvidados en la ciudad cosaca de Saporoche. El resultado fue para esos pobrescompaeros muy triste y a mi parecer inhumano, relata Orlando Millas en susmemorias. (3) En total, los chilenos que se graduaron como oficiales en Bulgaria fueron30, pero slo 13 aceptaron la instruccin del partido de ir a Cuba, formulada por el exsenador Millas. Pese a que al interior de la colectividad era el mayor opositor a la vaarmada, Millas viaj especialmente a la capital blgara, Sofa, para plantearles el desafoa principios de 1981. A los que se negaron les advirti que no podran abandonarBulgaria, a fin de evitar que el proyecto se filtrara.Producto de una formacin mucho ms pro-sovitica, cuando los blgaros llegaron aCuba tuvieron roces con los oficiales chilenos que copaban el aparato y que estaban

    encabezados por Salvador, Sergio Galvarino Apablaza.

    2 Los documentos secretos de Honecker sobre Chile. Revista Qu Pasa, 16 de mayo de 1996.3 Millas, Orlando. Memorias Una disgresin, ediciones ChileAmrica, 1996, pg. 254. 4.- Ibid,

    entrevista a Lzaro Betancourt.

    La brecha con el PC

    Pese a toda esta poltica de instruccin masiva, el atentado a Pinochet, organizado porCuba y por la cpula del PC, fue una accin muy mal evaluada por los cubanos. Segn

    recuerda Lzaro Betancourt, en una conferencia en Punto Cero los instructores cubanosreconstruyeron en detalles el atentado, como parte de un curso, y lo usaron como unejemplo de lo que no se debe hacer.

    Inexplicablemente usaron cohetes Low, pese a que disponan de lanzacohetes rusos

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    RPG7, que habran destrozado el auto de Pinochet. Lo peor es que los RPG7 fueronencontrados intactos por la represin chilena escondidos en cuevas (se refiere a CarrizalBajo), relata Betancourt respecto del atentado, cuyos detalles inditos sern abordadosen otro captulo de esta serie. (4)Pese a que los jvenes militares mantuvieron su afiliacin poltica, la directiva del PC enla isla fue perdiendo el control, y al final hasta el respeto, de los jvenes. La

    consecuencia lgica fue que se convirtieron ms en soldados de Castro que del PCchileno. Para ellos la ltima palabra siempre la tena Fidel, recuerda un ex dirigente delPC en la isla.Un ejemplo del distanciamiento de esa generacin es lo ocurrido con el hijastro deVolodia Teitelboim, Roberto Nordenflycht, comandante Aurelio, quien muri en 1989cuando preparaba un atentado con explosivos al aerdromo de Tobalaba. Formado enCuba como oficial de infantera mecanizada y blindados, Nordenflycht -pese a suparentesco- opt por el ala del FPMR que rompi con el PC en 1987.Nordenflycht perteneca a la primera promocin de soldados formados en Cuba, que noslo se forj en un pas que haba hecho realidad el sueo de la revolucin socialista porlas armas, sino tambien particip activamente en otra guerrilla victoriosa: la revolucinsandinista de 1979.

    El papel de los jvenes reclutas de las FAR en el triunfo de los sandinistas contribuiraan ms a alejarlos de la tradicional cpula del PC, que pasaron a ver con ojos cubanos:una generacin de viejos fracasados, que no supieron hacer la revolucin comocorresponde, con armas en la mano.Los jvenes muy pronto aprendieron a mirar con desdn y hasta con sorna a sus viejoslderes partidarios. Mientras Volodia Teitelboim, Amrico Zorrila y Rodrigo Rojas hablabancon orgullo de sus muchachos verde oliva, los reclutas se referan a ellos como viejoshuevones, relata un ex integrante del FPMR formado en Bulgaria y que prest servicios aCuba hasta mediados de los 80.Lejos de hallarlos entre una cpula dirigente que consideraban marcada por el fracaso deAllende, los referentes de los jvenes oficiales del PC estaban entre ellos mismos. Esdecir, entre aquellos que haban mostrado mayor valor o capacidad militar en Nicaragua,

    experiencia que marcara al FPMR desde su auge y hasta su declive.En los campos de batalla en Nicaragua los chilenos no slo participaron de una campaavictoriosa -que les abri el entusiasmo por hacer lo mismo en Chile- sino tambinpelearon codo a codo con algunos de los principales militares de elite de Fidel Castro.

    En la segunda mitad de 1981, al ya desarrolladodestacamento de chilenos en La Habana seincorporara una tercera generacin que sera elcuerpo de fuerzas especiales del FPMR: los llamadosblgaros, que haban cumplido una acabadainstruccin militar en la repblica socialista de

    Bulgaria.

    Entre stos estaban varios destacados oficiales cubanos que haban estado en Chiledurante la UP, como los entonces coroneles de Tropas Especiales Tony de la Guardia yAlejandro Ronda. De la Guardia y Ronda -que no escondan su profundo desprecio por la

    falta de cojones de los lderes de la izquierda chilena durante el perodo de Allende-seran vistos como smbolos a seguir por los jvenes chilenos.Tony de la Guardia (fusilado en 1989 por Fidel Castro) particip de muchas aventurasarmadas con chilenos. Ronda, actualmente retirado, jug un papel an ms importante.Dirigi la operacin ms ambiciosa lanzada por Fidel Castro durante el llamado aodecisivo (1986): el desembarco de varias toneladas de armas en Carrizal Bajo, temaque ser abordado detalladamente en otro captulo de la serie.

    4 Ibid, entrevista a Lzaro Betancourt.

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    PorJavier Ortega

    Los jvenes del PC no fueron los nicos chilenos que recibieron instruccinmilitar en la isla. Cuando los hombres del futuro FPMR se formaban en lasFF.AA. cubanas, miristas y socialistas hacan lo mismo, aunque en las basesclsicas de entrenamiento guerrillero.

    Desde el punto de vista poltico, Castro haba establecido un acuerdo tcito en lasrelaciones de Cuba con los chilenos. Mientras su hermano Ral, Ministro de Defensa ysegundo hombre de la isla, se hizo cargo de los jvenes militares comunistas,

    Barbarroja Pieiro -el lder del Departamento Amrica, encargado de exportar larevolucin- manejaba al MIR desde fines de los 60.

    El grueso de los socialistas recibi instruccin en tcticas de guerrilla urbana. Laenseanza era preferentemente en las calles habaneras, donde los aspirantes debancumplir una serie de misiones ficticias, tras lo cual eran evaluados a puertas cerradas porsus instructores. Uno de estos lugares de entrenamiento era una casa en la calle 30 delbarrio Miramar. El 27 de enero de 197, el secretario general del PS, Carlos Altamirano,elev un informe confidencial al mximo lder de la Alemania Oriental, Erich Honecker,detallndole los avances en tal sentido: Cincuenta a sesenta compaeros han sidoformados militarmente a lo largo de estos aos en Cuba y la Unin Sovitica.Actualmente, tenemos 30 compaeros siguiendo cursos militares en Cuba. (1)Los miristas, en cambio, recibieron la mayor parte de su adiestramiento en tcnicas deguerrilla rural, muy apreciadas por el castrismo y cuyos cursos se dictaban en basesespeciales. La ms importante era Punto Cero: un valle completamente cerrado, a 30

    kilmetros al este de La Habana donde se enseaban tcnicas vietnamitas de combaterural, segn relata el escritor cubano Norberto Fuentes (2). All se fragu la fracasadaOperacin Retorno de 1980, mediante la cual el MIR intent levantar un foco guerrilleroal sur de Chile, siendo desarticulados por comandos del Ejrcito. Tambin en 1980 llega Punto Cero un contingente de comunistas salidos clandestinamente de Chile paraentrenarse. Ellos pasaran a ser despus los mandos medios del Frente, ya que loscomandantes se haban formado en el Ejrcito.

    1 Los documentos secretos de Honecker sobre Chile. Revista Qu Pasa,16 de mayo de 1998.

    2 Entrevista a Norberto Fuentes, escritor cubano vinculado a los servicios de seguridad de FidelCastro hasta su salida de la isla en 1994. Miami, 10 de febrero de 2001.

    Revolucin exportada

    Varios eran los grupos subversivos latinoamericanos que en la dcada del 70 reciban apoyo de Cuba. De hecho,prcticamente no hubo grupo revolucionario del continente que no tuviera a efectivos formados en suelo cubano. ElMIR chileno, el Ejrcito Revolucionario del Pueblo (ERP) argentino, los Tupamaros uruguayos, el M-19 colombiano, losMacheteros portorriqueos y el Frente Farabundo Mart de Liberacin Nacional (FMLN) salvadoreo, son algunos delos mejores ejemplos.El propio Fidel Castro lo reconoci as en 1998, durante un seminario econmico realizado en La Habana. En el nicolugar donde no intentamos promover la revolucin fue en Mxico. En el resto (de los pases latinoamericano), sinexcepcin, lo intentamos, sostuvo.A partir de 1979, luego del triunfo de la revolucin sandinista en Nicaragua, la poltica cubana de exportar surevolucin inici sus aos de gloria, principalmente de la mano de Manuel Barbarroja Pieiro y sus hombres delDepartamento Amrica. Segn un informe del Departamento de Inteligencia norteamericano fechado en 1987 desclasificado recientemente al menos 27 grupos subversivos de Amrica Latina mantenan nexos con la isla hastaesa fecha.Incluso, el analista de inteligencia cubano-americano Marcelo Fernndez Zayas, quien naci en Cuba y conoci afiguras como el Che Guevara, afirma a La Tercera: Fidel ha intervenido en todos los pases de Amrica Latina,incluyendo a Mxico. Este ltimo por orgullo no ha querido admitirlo. He tratado de calcular lo que Cuba ha gastado enestos empeos, pero es imposible. La cifra sobrepasa los mil millones de dlares.

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    El camino del Mapu

    A fines de 1973, el Mapu OC inici la formacin de sus cuadros en Cuba. Al igual que elPC, reclut a los jvenes que haban enviado a estudiar medicina en La Habana. Pero suobjetivo era muy distinto: instruirlos para que regresaran a Chile y colaboraran en larearticulacin del partido. Como el Mapu privilegiaba la va poltica sobre la militar, la

    formacin de estos grupos se orient a tcnicas conspirativas tales como chequeo ycontrachequeo, con el objetivo de sobrevivir en el trabajo poltico clandestino.En sus memorias el senador Jaime Gazmuri, ex lder del Mapu OC, relata: En la pocade la clandestinidad ms dura enviamos a algunos militantes a La Habana y a Mosc paraformarlos en las escuelas de cuadros de esos pases. Pasaban 6 u 8 meses (...) Losllambamos los salmones porque despus de un viaje tan complicados deban remontarla corriente hasta su lugar de origen. Segn Gazmuri, fueron poco ms de un centenary hasta el da de hoy los cubanos, -los entrenados en la isla- se reunen entre s. (3)Un puado de mapucistas que se haban adiestrado en Punto Cero ingresclandestinamente a Chile, a mediados de 1975. Les haban hablado de una heroicaresistencia y combates en las calles. Pero nos encontramos con una nula resistencia y,peor an, con una improvisacin que llegaba a lo irresponsable, afirma uno, que viaj a

    Chile ms de cinco veces entre 1975 y 1976. Entre sus misiones de mayor peligro, estehombre recuerda la ocasin en que viaj a Italia - portando pasaporte falso y con elconstante peligro de ser apresado- para entrevistarse con el encargado de su partido enRoma, Jaime Estvez. La cita no pudo realizarse porque Estvez se neg a ir, aduciendoque estaba estudiando y que no deseaba volver a ser molestado.Por razones de seguridad, los militantes del PC en las Fuerzas Armadas cubanas nodeban tener contacto con los hombres del MIR y el PS. Pero como todos erancompatriotas en tierra extraa y unidos por el afn de derrocar a Pinochet, variossocialistas y miristas llegaron a conocer a algunos de los que despus seran

    comandantes del Frente. Estos nexos se profundizaran luego de la cada de Somoza enNicaragua, donde chilenos instruidos en Cuba ayudaron en la creacin del estadosandinista.

    Ni socialistas ni miristas sospecharon entonces que, diez aos despus, cuando lademocracia volviera a Chile, ellos mismos ayudaran a desarticular a sus camaradas delFrente Patritico. Instalados en el gobierno democrtico de Patricio Aylwin algunos deestos hombres -como el socialista Oscar Carpenter- seran clave a la hora de desarticulara los grupos extremistas, incluyendo a los comandantes del Frente, los mismos conquienes haban compartido en Cuba y Nicaragua. El tema ser abordado en otro captulo.

    3 Gazmuri, Jaime. El sol y la bruma. Santiago, Antrtica Quebecor S.A.2000. Pg. 187

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    PorCristin Bofilly Pedro Schwarze*

    El escritor Norberto Fuentes, que hasta 1989 integr el crculo ms exclusivodel regimn cubano, revela detalles de la relacin de Fidel Castro con Chile y loschilenos Su relato incluye la participacin de oficiales de la isla en accionescomo el desembarco en Carrizal Bajo y el atentado contra Pinochet.

    En su pequeo departamento en Coral Gables, el escritor cubano Norberto Fuentesparece aorar sus das de gloria en La Habana, cuando se codeaba con lo ms graneadode la nomenclatura cubana, como el ministro de Defensa, Raul Castro, el general ArnaldoOchoa y los hermanos Antonio (Tony) y Patricio de la Guardia. El mismo proceso quellev al paredn a Ochoa y a Tony y a Patricio a una condena de 30 aos de carcel, en

    julio de 1989, marc el fin del reinado de Fuentes como el escritor favorito del regimencubano.Tuvo mejor suerte que varios de sus compaeros de desgracia. Estuvo slo algunos dasen prisin y, gracias a las presiones de escritores e intelectuales extranjeros, Fidel Castrolo dej salir del pas en 1994. En realidad, Fuentes experiment un mejor destino que susamigos porque, en rigor, jams tuvo importancia poltica o cargos de estatura. Pero, alpertencer a sus crculos en calidad de cronista, coleccion numerosos secretos a lo largode dcadas de convivencia con Fidel Castro y muchos de sus importantes colaboradores.Uno de sus relatos ms detallados de ese perodo es el libro Dulces Guerreros Cubanos(Ed. Seix Barral, 456 pginas, 1999). Tambien es autor de Hemingway en Cuba, unelogiado relato de los aos pasados por ese escritor en la isla.Fuentes tambien convivi con varios chilenos, como Max Marambio, ex GAP, oficial de las

    Fuerzas Armadas cubanas, hombre de confianza de Fidel Castro y que actualmente gozade gran prosperidad empresarial obtenida gracias a sus inmejorables contactos en Cuba.El siguiente es un extracto de varias horas de entrevistas concedidas por Fuentes a La

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    Tercera en Miami. Otras partes importantes de ese material sern reveladas en losprximos captulos de esta serie.

    - Qu seccin del gobierno cubano manejaba la insurreccin en AmricaLatina?

    Fundamentalmente a travs de tres departamentos. Uno era la Direccin General deInteligencia (DGI), que trabaj mucho con los chilenos en los 60 y 70. El otro, y msimportante, era el Departamento Amrica, dirigdo por Manuel Barbarroja, Pieiro. Porltimo, estaba el Grupo de Operaciones Especiales (GOE), que despus pas a ser partede la Direccin General de Operaciones Especiales (DGOE) que a su vez se divida endos: las Tropas Especiales y el Departamento Liberacin. Tropas Especiales es lo mejorde lo mejor.

    As es Fidel: destruy a Allende y ahora va a hacerlo mismo con Hugo Chvez en Venezuela

    - Por qu tantos organismos para un slo objetivo?Fidel siempre tiene dos o tres medios para cada cosa. Tiene el Ministerio del Interior(Minint), el Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (Minfar), el Instituto deCine, el Instituto de Televisin. Como escritores tena a Garca Mrquez y me tena a m.La idea de todo esto es crear siempre competencia, una cosa muy sabia y muyinteligente de su parte. Fidel nunca se casa con una sola idea ni con un solo grupo.Siempre tiene varias cosas para distribuir y organizar.

    Vilma (esposa de Ral Castro) me pidi queescribiera un libro sobre el atentado a Pinochet yme entreg una caja con ms de 60 horas de

    testimonios grabados.

    - Cul de estos departamentos oper en Chile durante la UP?Los primeros cubanos que llegan a Chile eran la gente de las tropas especiales. La DGI yel Departamento Amrica tambin operaron, con sus propios contactos, pero dominabaTropas Especiales, esencialmente con la presencia de Patricio y Tony de la Guardia.Inmediatamente despus del triunfo de Allende, los chilenos comenzaron a pedir armas yCuba empez a enviarlas por las valijas diplomticas armamento. Recuerdo que eran tresfusiles AK 47 por valija. Iban seis o diez valijas por cada vuelo de Cubana de Aviacin,que creo que eran dos veces a la semana. Ah deben haber metido tres o cuatro mil AK-47, que siempre iban en las valijas. Creo que hubo cargamentos en barcos tambin.+Tony, de la Guardia era el cubano encargado de distribuir las armas.

    - Las armas eran principalmente para el MIR?Si, pero creo que se le dio equitativamente a todo el mundo.Pero el MIR no era parte del gobierno y le complicaba las cosas a Allende.Eso era parte de la estrategia. Fidel Castro se qued deliberadamente tres semanas enChile (durante su gira oficial, en 1971) para joder a Allende. El mismo se lo dijo a(general cubano Arnaldo) Ochoa y a Tony, (de la Guardia). Allende lo invit por 10das, pero Fidel estuvo tres semanas. No se movi de Chile hasta convencerse de haberminado a cabalidad y minuciosamente los cimientos del gobierno de la Unidad Popular,un gobierno que no haba llegado al poder por la va de la violencia revolucionaria,situacin que a Fidel no le gustaba.

    Pero Allende simpatizaba con la Revolucin Cubana...Es parte de la personalidad de Fidel la necesidad de ser el nico. Desde el principio jugpara destruir a Allende. Incluso le penetr con agentes cubanos su entorno poltico, de

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    seguridad y hasta familiar (como su yerno Luis Fernandez Oa, agente de la DGI que secas con su hija Beatriz, quien se suicid en La Habana en 1974). Fue un grave error deAllende dejarse penetrar en esa forma. As es Fidel: destruy a Allende y ahora va ahacer lo mismo con Hugo Chvez en Venezuela.

    - Eso se not sobre todo en su gira a Chile?

    Fidel se jug una carta: foment una contrarrevolucin. Se pase por todo Chiledesplegando el lenguaje tremebundo de la dictadura del proletariado inevitable, de lasnacionalizaciones imprescindibles y de la lucha de clases impostergable. Slo le faltcelebrar los progroms, los gulags, los paredones y el rodillo aplastante sovitico ante suauditorio de comerciantes, viateros, cultivadores de patatas, ganaderos y cerealeros, losque quedaban cada vez ms palidecientes y aterrados ante el futuro inmediato que l lesdescriba. Cuando Fidel viaj a Chile, Tony, era el jefe del grupo operativo quegarantizaba su seguridad en el norte del pas, desde Santiago hasta Iquique. Aosdespus, muerto de la risa,+Tony, me describ al Fidel de Chile como un Testigo deJehov anunciando el apocalipsis.

    "En su parte cubana la operacin y el desembarcodel arsenal en las costas chilenas (Carrizal Bajo) fuetodo un exito. El descalabro fue de los chilenos".

    - Cmo fue la integracin de los chilenos que llegaron a Cuba tras el Golpe?La mayora tena una vida bastante modesta en Cuba, una de las razones por las quemuchos se fueron. Pero hubo otros que se hicieron oficiales de las Fuerzas Armadas,gente muy revolucionaria, muy dedicada a sus tareas. Hubo realmente muchos chilenosa los que se les entreg las tareas de importancia y que se hicieron cubanos en el mejorsentido de la palabra.

    - Cual fue el chileno que ms alto lleg?

    Sin ninguna duda, Max Marambio, conocido como el guatn. Particip de numerosasmisiones con Tony de la Guardia, entre otras facetas de su curriculum que yo supongo nole gusta que se ventilen en Chile. La ltima vez que lo vi fue en su departamento enParis, en 1987. Era un departamento de millonario, a la altura de los negocios de todotipo que ha hecho en su larga carrera en los servicios de seguridad cubano.

    - Cual era la relacin de Castro con los dirigentes del FPMR?Los jovenes chilenos del FPMR eran los soldados de Fidel, que eran oficiales de lasFuerzas Armadas cubanas. Eran militares cubanos.

    - Qu sabe de las dos principales acciones del FPMR contra Pinochet: lainternacin de armas en Carrizal Bajo y el atentado en su contra?El desembarco de Carrizal Bajo lo dirigi el general Alejandro Ronda, jefe de TropasEspeciales. Pese a que al final los arsenales fueron descubiertos, en su parte cubana laoperacin y el desembarco del arsenal en las costas chilenas (Carrizal Bajo) fue todo unxito. El descalabro fue de los chilenos.

    - Y el atentado contra Pinochet?Cuba tambien dirigi la operacin, cuyo fracaso fue nuevamente un error de los chilenos.Sobre este tema casi escrib un libro, a pedido de Vilma Espn, la mujer de Raul Castro.Pero al final el proyecto se abort.

    - En qu circunstancias le pidieron que escribiera el libro?

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    Fue despues de un viaje que hice a Nueva York, en diciembre de 1988. Llegu a un cctelen el Palacio de la Revolucin y mientras estaba conversando con Raul Castro se meacerc Vilma. Dijo que haba escuchado recientemente grabaciones del atentado y queera una historia digna de una novela policiaca, que mereca ser escrita por alguien comoyo. Me dijo tambien que sera un libro como el de Garca Marquez sobre la ida de Littin aChile. No le di ninguna importancia, lo consider una monera de Vilma, una tontera de

    mujeres. Le dije que lo iniciara despues de mi regreso de Angola, donde iba a pasar elAo Nuevo. Al llegar, me encontr con una caja enviada por Vilma que contena cintas deaudio con unas 60 horas grabadas.

    - Examin las cintas?No tena ningn nteres en el tema. Las dej en un rincn, pero a los pocos das lleg unchileno que conocamos como Manolo a decirme que para el Frente era muy importanteque escribiera el libro. Pero yo estaba escribiendo otro sobre Angola, tarea a la que medediqu los cinco meses siguientes. Los cassetes quedaron ah hasta que detuvieron aOchoa a los De la Guardia y yo cai en desgracia. Uno de esos das lleg a midepartamento Alcibiades Hidalgo - jefe de gabinete de Raul Castro - y me exigi que le

    devolviera las cintas. A m no me interesaban antes y mucho menos ahora que ya tenasuficientes problemas. Le dije: aqu estn, llvatelas.

    Ms de 40 entrevistados, algunos de ellos en ms de 15 ocasiones, adems deuna veintena de libros y cientos de archivos desclasificados de la CIA, la RDA yla Unin Sovitica, constituyeron la base de esta investigacin. Salvo los

    archivos norteamericanos, todas estas fuentes surgieron al interior del mundode la izquierda.

    Alina Fernndez

    Nacida en La Habana en 1957, es hija de Fidel Castro y de NataliaRevuelta. Slo a los diez aos se enter que el lder de la Revolucin,quien acostumbraba a visitarla, era su padre.Hasta su salida de Cuba, Alina vivi en la isla, y fue parte del pequeomundo de privilegiados en torno a Fidel. En ese ambiente, tambin

    conoci a chilenos del FPMR, uno de ellos estaba casado con su prima,Mariela, hija de Ral Castro. Su nombre: Juan Gutirrez Fischmann, El Chele, hoybuscado por el asesinato de Jaime Guzmn.En 1994 Alina abandon el pas. Radicada en Madrid, se convirti en una detractora delrgimen de su padre. Autora del libro Alina, memorias de la hija rebelde de Fidel Castro,La Tercera la entrevist telefnicamente en dos ocasiones, en diciembre y enero del

    2001.

    Ileana de la Guardia

    La hija mayor de Antonio de la Guardia, el oficial cubano fusilado en1989, tena 24 aos al momento de la muerte de su padre. Junto a su

    esposo, el ex agente Jorge Masetti, logr salir de Cuba en 1990. Hoyvive en Miami, donde se dedica, entre otras cosas, a denunciar alrgimen castrista sobre la base de la informacin que le entreg el

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    hermano gemelo de su padre, el general Patricio de la Guardia, condenado a 30 aos decrcel en la purga de 1989.Durante su vasta carrera militar, los gemelos De la Guardia fueron los combatientes demayor confianza de Fidel. De hecho, bajo el gobierno de la UP fueron los cubanos demayor rango instalados en Chile.Ileana es autora del libro El nombre de mi padre, donde cuestiona la versin oficial sobre

    el juicio ms polmico de las ltimas dcadas en Cuba. Habl con La Tercera en variasocasiones, entre el 8,9, y 10 de febrero de este ao, en Miami.

    Jorge Masetti

    Ex agente de inteligencia de Castro, la historia de Masetti -argentino denacimiento- se funde con la de la Revolucin Cubana. Su padre, RicardoMasetti, fue amigo del Che Guevara y fundador de la agencia de noticiasPrensa Latina. Tras su muerte, en 1965, Masetti se educ en La Habanabajo los vigilantes ojos de uno de los hombres ms influyentes del rgimende Castro: Manuel Barbarroja Pieiro, jefe del Departamento Amrica

    quien lo apadrin .

    En 1974 Masetti se convirti en agente de los servicios de inteligencia cubanos,desplegando sus acciones en toda Latinoamrica. Si cercania con la nomenclatura cubanase acrecent por su matrimonio con Ileana, la hija de Antonio de la Guardia, uno de losoficiales ms cercanos a Fidel y que oper en Chile durante la UP.En 1989 Tony de la Guardia fue fusilado en La Habana, acusado por Castro denarcotrfico. En 1990 Masetti se exili en Francia. En 1993 public el libro El furor y eldelirio, donde revela las operaciones encubiertas del gobierno cubano. Hoy reside enMiami. La Tercera lo entrevist en Buenos Aires, el 4 y 5 de diciembre del 2000, y enMiami. En esta ltima ciudad concedi dos largas entrevistas, el 27 de noviembre del2000 y el 8,9 y10 de febrero del 2001.

    Lzaro Betancourt

    El ex capitn de Tropas Especiales -la unidad de elite a cargo de la seguridad de FidelCastro- pidi asilo a las autoridades estadounidenses en Repblica Dominicana, en abrilde 1999, mientras acompaaba como escolta a Castro durante una visita oficial a esepas.Betancourt (38 aos) reside hoy en Miami. Durante los 16 aos que se desempe enTropas Especiales, lleg a ser el segundo jefe antiterrorista de la escolta de Castro.Como militar de alto rango, Betancourt conoci de cerca a varios chilenos comunistasque ingresaron a las FAR cubanas a partir de 1975, primero en la Escuela Militar CamiloCienfuegos y despus como instructor de guerrilla en la base Punto Cero, Guanabo. La

    Tercera lo entrevist en Miami, el 9 de febrero del 2001.

    Norberto Fuentes

    Escritor cubano y autor de una premiada biografa de ErnestHemingway, Fuentes perteneci hasta 1989 al crculo ms estrecho deFidel Castro. Particip en varias acciones blicas del Ejrcito Cubano -estuvo en Nicaragua y en Africa - y fue condecorado. Amigo personaldel coronel de Tropas Especiales, Antonio de la Guardia, recorri

    junto a l Europa y se intern en el mundo del trfico de armas.Al estallar el caso Ochoa/De la Guardia, que culmin con el fusilamiento de ambosuniformados, a Fuentes se le prohibi salir de Cuba y estuvo preso. Debido a la presininternacional, logr salir de la isla en 1994. Hoy vive en Miami. Su ltimo libro, Dulcesguerreros cubanos (1999) revela algunos de los secretos mejor guardados del sistema

    cubano. Su figura no despierta unanimidad en el exilio cubano. Masetti, por ejemplo, loacusa de estar todava al servicio de Castro. La Tercera lo entrevist en Miami en cuatroocasiones, las dos primeras en noviembre de 1999 y las restantes en febrero del 2001.

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    Rafael Nuez

    Ex director del Organismo Internacional del Ministerio de ComercioExterior cubano, este ex diplomtico mantuvo estrechos nexos con larealidad chilena desde fines de la dcada del 60. Entre otros cargos, fuevicepresidente de la misin cubana en Chile durante la Unctad y estuvo

    siete meses en el pas durante el gobierno de Allende, trabajando en laCepal.Luego de caer en desgracia poltica, estuvo preso entre 1976 y 1988 en

    La Habana. Hoy vive exiliado en Estados Unidos. Fue entrevistado por La Tercera el 11 defebrero del 2001, en Miami.

    Los que pidieron reserva

    Tanto como los que hablaron con su nombre, en la reconstruccin de esta historia colabor una veintena de otrosentrevistados, todos ellos como testigos directos de los hechos. Ellos entregaron sus testimonios bajo la condicin deque sus nombres se mantuvieran en reserva. La Tercera slo identific a algunos con el nombre poltico que utilizabanen el pasado. La siguiente es una nmina de algunos de los que ms material aportaron a esta serie:

    Ernesto Contreras: ex miembro del comit central del PC y uno de los diseadores de la Poltica de Rebelin Popularde Masas (PRPM) que dio nacimiento al FPMR. Estuvo en Cuba en 1974, en la direccin del PC en la isla. Luego deresidir en Alemania Oriental se traslad clandestinamente a Santiago y fue pieza clave en la implementacin de laPRPM. Se alej del partido en 1990. Hoy trabaja en una empresa privada.

    Ex frentista establecido en Europa: formado como oficial en el Ejrcito Blgaro, este hombre lleg a La Habana en1981, donde se integr al dispositivo militar del PC. Luego de tomar parte en las acciones ms espectaculares delFPMR, result gravemente herido en una accin. Hoy vive en Europa.

    Carlos: ex militante del PC, se form como paramilitar en la base cubana de Punto Cero. De regreso en Chile, ayud

    a la implementacin de la va insurreccional del PC. Cuando se dividi el FPMR, encabez el grupo que se mantuvo enel partido, en su calidad de comandante militar. Se fue del PC en 1990. Hoy vive en Santiago.

    Manuel: militante del Mapu OC, se form en tcnicas conspirativas en la base cubana de Punto Cero, en 1974. Volvia Chile para cumplir misiones clandestinas de alto riesgo. Posteriormente, se estableci en La Habana, donde trabamistad con varios miembros del FPMR. Actualmente trabaja como mdico en un hospital santiaguino.

    Alberto: dirigente de una colectividad de izquierda exiliado en Alemania Oriental. Como otros compatriotas, fuecontactado por la Stasi, la polica secreta de la RDA, y se convirti por un tiempo en colaborador. Desencantado delsocialismo, se traslad a Alemania Federal, donde se vincul a los servicios de inteligencia germano-occidentales. Hoyvive en Santiago.

    Vctor: ex oficial del FPMR formado como militar de carrera en Europa Oriental. Antes de ingresar clandestinamente aChile estuvo en Cuba y en Nicaragua, donde luch contra la guerrilla contra. Cuando sobrevino la divisin del FPMRpermaneci leal al PC. Hoy vive en Santiago, donde mantiene contactos con otros ex frentistas.

    PorRoberto Ampuero *

    El escritor chileno relata la ocasin en que casi fue reclutado como parte delaparato militar que luego se transform en el FPMR y critica el manto desilencio que ha predominado sobre el tema hasta hoy.

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    Tuve por primera vez la certeza de que presenciaba momentos histricos el da en que videsde la distancia el bombardeo areo de La Moneda, en cuyo interior resista SalvadorAllende. Tuve una sensacin semejante en 1975, en una tarde asfixiante y hmeda de LaHabana, cuando dirigentes del Partido Comunista chileno me citaron a una mansin de ElVedado para reclutarme como cadete para las escuelas militares de las Fuerzas ArmadasRevolucionarias de Cuba. Seramos, supuestamente, los oficiales del ejrcito popular de

    un futuro Chile socialista.Ese da perd definitivamente la confianza en la racionalidad de la dirigencia. Los aparatosde seguridad del rgimen militar haban desatado una represin criminal ydesarticuladora en contra de la izquierda, y en ese momento, dos aos despus del

    golpe, el partido apostaba por la crtica de las armas, la misma que haba desechadosabiamente en el pasado. Ahora se propona no slo derrotar a las fuerzas armadaschilenas sino tambin instaurar el socialismo. Cuba era el ejemplo a seguir y la prueba deque aquello era posible.

    En una tarde asfixiante y hmeda de La Habana,dirigentes del Partido Comunista chileno me citaron

    a una mansin de El Vedado para reclutarme comocadete para las escuelas militares de las FuerzasArmadas Revolucionarias de Cuba.

    Guiado por un fogonazo de racionalidad, que se alimentaba de la conviccin de que enChile no bastaran unas columnas de rebeldes barbudos para derrotar al Ejrcito chilenoy de que la Cuba de Castro no poda servir de forma alguna como modelo democrtico nieconmico para Chile, romp desilusionado con la tienda poltica. Quizs a eso le debaque an est entre los vivos.Muchos compatriotas jvenes, militantes de partidos de izquierda, ingresaron entoncesvoluntariamente a las FAR cubanas, se hicieron oficiales y combatieron en guerras deCentroamrica y Africa. Suponan tal vez que esa experiencia en los trpicos les servirams tarde para tomar el poder en Chile. Algunos cayeron en tierras lejanas, otrosdecidieron olvidar para siempre ese pasado y hay quienes realizaron acciones armadas yterroristas en el pas. Todos ellos son piezas de un sorprendente y vasto plan, fraguadopor polticos, que fracas, signific frustraciones y tambin sangre, y del cual la mayorade los chilenos nada sabe.Si bien esa tarde habanera intu que me hacan partcipe de un proyecto delirante desembarcar en un futuro no lejano un ejrcito chileno revolucionario en nuestras costaspara derrotar a la dictadura de Augusto Pinochet, no fue sino muchos aos ms tardeque ca en la cuenta de que deba relatar ese episodio o nunca nadie lo conocera. No setrataba de impedir el olvido, porque slo se puede olvidar aquello que se conoci, sino dealgo ms bsico: relatar lo desconocido. As naci la novela Nuestros aos verde olivo.En 1996, mientras resida en Estados Unidos, comenc a escribirla convencido de que era

    inconcebible que trascurridos veinte aos del surgimiento del embrin del ejrcito delexilio, nadie hubiese hablado al respecto. Pareca que la necesidad muy justa, porcierto de esclarecer la violacin a los derechos humanos durante el rgimen militarhaba eclipsado la memoria de la izquierda. Ibamos conociendo gradualmente la historiade la derecha bajo la dictadura militar, pero un manto de silencio cubra la otra historia,sa de los errores, los actos heroicos y condenables de la izquierda.Bajo la dictadura, el relato de la historia haba sido abordado como patrimonio privado deun sector de la sociedad. La historia que se enseaba en los colegios y universidadesdesvirtuaba gran parte de lo que haba ocurrido en los aos setenta y ochenta. Elrgimen y sus idelogos eran los nicos propietarios de la historia, los encargados dedifundir su discurso, de destacar ciertos aspectos y de ocultar otros.En sectores de la izquierda, especialmente en aquel identificado con la va armada, se

    impuso el mismo concepto autoritario de narrar la historia. Y ese concepto exigamantener en secreto la creacin en Cuba del nuevo ejrcito chileno. Primero, porque lalucha contra la dictadura as lo exiga, despus, ya en democracia, porque el relato de

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    esa experiencia, en verdad el silencio, era propiedad exclusiva de esa izquierda. Ella erala nica indicada y legitimada para difundirlo, valorarlo u ocultarlo.

    Supongo que el silencio sobre esa etapa de nuestrahistoria se debe a que algunos intentan esconder su

    responsabilidad.

    Llama la atencin que a sus dirigentes no les inquiet la idea de que los pases tienenderecho a conocer toda su historia, y que es inadmisible que instituciones relevantes deuna sociedad se arroguen la potestad de ocultar su historia, aunque constituya parteesencial de la historia nacional. Supongo que el silencio sobre esa etapa de nuestrahistoria se debe a que algunos intentan esconder su responsabilidad. Constituye, desdeluego, la versin izquierdista de la postura derechista de mejor demos vuelta la hoja ymiremos hacia el futuro.

    Nuestros aos verde olivo pretenda colocar sobre el tapete una etapa trascendental yoculta de nuestra historia, a la que ni los historiadores, ni los polticos ni los periodistashaban dirigido una mirada escrutadora. Supuse que una novela poda dar el primer paso

    en la indagacin de esa historia, y que el siguiente lo intentaran quienes estuviesenconvencidos de que all se encerraba algo valioso para entender nuestro presente yavanzar en la reconciliacin nacional.Cuando este peridico me inform que mi novela le haba servido de estmulo e hiloconductor a un grupo de periodistas para iniciar una acuciosa investigacin de esahistoria, en especial aqulla relacionada con el papel de la revolucin cubana en lapoltica chilena, sent que mi obra comenzaba a dar los frutos esperados: echar a andarla indagacin histrica para que el pas pudiera extraer conclusiones y lecciones.No conozco la totalidad de la investigacin, slo los captulos que el lector encuentran eneste suplemento, pero tengo la impresin de estar ante una obra investigativa gil,responsable, fundamentada y profunda, que sita al periodismo investigativo chileno enun nuevo nivel. Me enorgullece que Nuestros aos verde olivo haya desencadenado una

    investigacin de estas proporciones. La historia no es patrimonio de nadie y todos tienenderecho a conocerla. Es obvio que los reportajes generarn controversia, pero el debatesobre los aos verde olivo de la izquierda es preferible al manto de silencio que algunosintentan mantener. Es preferible y necesario.

    *Roberto Ampuero militaba en el PC cuando se exili en Cuba tras el Golpe. Se cas con la hija de uno delos hombres de confianza de Fidel, lo que lo vincul a la clase influyente de La Habana. Tambin vivi enAlemania Oriental. Ya alejado del PC, en 1999 escribi Nuestros Aos verde Olivo, donde recrea todos losaos que vivi en la isla.

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    CAPITULO II

    BAUTIZO DE FUEGO:

    FIDEL MANDA A LOS CHILENOS

    A NICARAGUA

    Una invitacin a la guerra

    Estos s que tienen cojones, fue la reaccin de Fidel Castro tras reunirse conmedio centenar de chilenos entrenados en las Fuerzas Armadas Revolucionariasa fines de 1978, a quienes les ofreci ir a combatir a Nicaragua. Con estainvitacin, los hombres del PC calmaran la inquietud que se anidaba entre susfilas, descorazonadas por no poder ir a combatir a Chile.

    Por Javier Ortega

    En 1978, tres aos despus de que en Cuba se iniciara el plan de formacin militar parajvenes exiliados chilenos en las Fuerzas Armadas Revolucionarias, cunda el desnimo

    entre los uniformados del PC. Pese a la generosa oferta de Fidel Castro de entrenarlos enlos institutos militares de la isla para crear un nuevo ejrcito democrtico para Chile, ladesazn de no poder ir a combatir contra Pinochet haba hecho mella incluso entre loslderes de estos jvenes. El propio Salvador -Sergio Galvarino Apablaza, futuro jefemximo del Frente Patritico Manuel Rodrguez-, barajaba en esa poca la posibilidad deabandonar las filas. Otros tantos ya haban expresado sus deseos de cursar su baja,relata un ex comunista formado en Cuba.Sin embargo, un acontecimiento internacional se convertira en la vlvula de escapepara las fuerzas chilenas del PC. A fines de 1978, Fidel Castro necesitaba reforzar laofensiva sandinista contra Somoza con oficiales calificados. La Habana haba jugado unpapel crucial en la insurreccin -financi y entren a los tres grupos que formaban elFrente Sandinista de Liberacin Nacional, creado a sus instancias-, pero no poda enviar

    un contingente cubano para no provocar una fuerte reaccin de Estados Unidos.Limitado a proporcionar abastecimiento logstico, Castro moviliz a una serie de

    voluntarios latinoamericanos controlados por Cuba. Nicaragua era un trofeo muypreciado por el lder cubano, ya que estaba en vas de convertirse en el nico paslatinoamericano -despus de Cuba- donde mostraba la viabilidad de que la izquierdallegara al poder por la va de las armas.

    El no que marc al MIR

    El primer pensamiento de Castro fue invitar al MIR chileno para ir a luchar en tierranicaragense. De todos los movimientos procrastristas de Amrica Latina, este gruposiempre haba sido considerado el hijo predilecto de La Habana.

    Nacidos bajo el influjo de la revolucin cubana, los miristas cumplan con todos losrequisitos pedidos por La Habana a sus seguidores: arrojo, radicalismo y lealtadirrestricta a la senda revolucionaria castrista. El MIR adopt su bandera rojinegra en

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    homenaje al Movimiento 26 de Julio cubano y durante la UP haba compartido todas lastesis de La Habana respecto de que no exista la senda pacfica hacia el socialismo.Despus del 11 de septiembre haban optado por una fiera -y suicida- resistenciaarmada, echando mano a los fierros tal como dictaba la manera cubana. Los lderes delmovimiento chileno cumplan con el prototipo del revolucionario romntico acuado porFidel y el Che Guevara en la Sierra Maestra: brillantes, ilustrados y bien parecidos. En La

    Habana eran conocidos como la vanguardia ms sexy de Amrica Latina, segn recogeel escritor mexicano Jorge Castaeda en su obra (1).Por ello, cuando el movimiento decret un repliegue tctico tras la muerte de MiguelEnrquez en 1974, la isla recibi con los brazos abiertos a los diezmados cuadros quellegaron desde Chile. Los miristas comenzaron a preparar su vuelta al pas en la llamadaOperacin Retorno en 1980 (ver recuadro) bajo los atentos ojos cubanos que pusieron asu disposicin los centros de adiestramiento guerrilleros de Punto Cero y en la Cordillerade los Organos, en la zona occidental de la isla, relata el escritor Norberto Fuentes (2).Fue entonces cuando el propio Fidel le plante a la cpula mirista en Cuba que fueran acombatir a Nicaragua. Sin embargo, segn relata un ex combatiente chileno, Castrorecibi un balde de agua fra en el encuentro. Nuestros cuadros se estn preparandopara ir a luchar a Chile y no a Nicaragua, fue la respuesta de sus interlocutores, al

    rechazar la invitacin del comandante cubano. La postura del MIR se comentaraprofusamente en los crculos de la nomenclatura cubana, siendo considerada una afrentapara Castro.El episodio marcara el inicio del declive de la influencia del MIR en Cuba y, por ende, ensu lucha contra el rgimen militar chileno. En ese momento se quebr la confianza entrelos seguidores de Miguel Enrquez y La Habana, afirma un ex frentista que se enter delos hechos por boca de los propios cubanos.

    1 Castaeda, Jorge. La Utopa Desarmada, Editorial Ariel, S.A. 1995

    2 Entrevista a Norberto Fuentes, escritor cubano vinculado a los servicios de seguridad deFidel Castro hasta su salida de la isla en 1994. Miami, 10 de febrero de 2001.

    Estos s que tienen cojones

    Poco despus, a fines de 1978, Castro se reuni en La Habana con medio centenar decomunistas chilenos egresados de las escuelas militares cubanas. Tambin estabapresente Manuel Barbarroja Pieiro, estrecho colaborador de Fidel y jefe delDepartamento Amrica. Aquel encuentro efectuado en una amplia sala de audienciaspasara de boca en boca entre los chilenos que vestan el uniforme verde olivo hastaconvertirse en una leyenda.Segn relata un ex frentista que prest servicios en Cuba y hoy reside en Europa, Castrodestin sus primeras palabras a elogiosos comentarios sobre el entrenamiento de los

    chilenos y al valor que los sandinistas estaban demostrando en el combate y laposibilidad de que fueran derrotados por falta de especialistas militares.Enseguida le plante directamente a la audiencia la posibilidad de marchar en apoyo delos revolucionarios nicaragenses.En la sala se produjo un silencio. De repente, uno de los presentes comenz a cantar laInternacional con el puo izquierdo en alto. Entonces, varios se pusieron de pie y losiguieron, cantando con fuerza. Todos terminaron a coro, algunos emocionados hasta laslgrimas, relata el ex frentista.Frente a tal reaccin, Fidel hizo como que echaba pie atrs. Dijo que la decisin an noestaba tomada; argument que tena que consultar con la dirigencia del PC chileno, yque si sta no estaba de acuerdo, l no podra hacer nada. La audiencia casi se vinoabajo. Empezaron a gritar que iban a ir igual. Vociferaron que al diablo con los viejos

    del partido.Satisfecho, Castro comenz a caminar de un lado para otro. Y mirando a BarbarrojaPieiro le coment, lo suficientemente fuerte como para que lo oyera la audiencia: Estoss que tienen cojones.

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    La suerte estaba echada. El PC chileno no podra impedir que sus muchachos cumplierancon su bautismo de fuego en Nicaragua. Los jvenes haban establecido su primera sealde independencia frente a la vieja guardia del partido. Y Castro contaba por fin concombatientes extranjeros para Nicaragua. All luchara casi un centenar de chilenos,entre ellos Salvador -Sergio Galvarino Apablaza- y Ral Pellegrn, el lder mximo delprimer destacamento del Frente que lleg a Chile en 1983.

    La fracasada operacin retornoEn la maana del 27 de junio de 1981, en una zona rural de Neltume, boinasnegras del Ejrcito chileno emergieron de la vegetacin y se dejaron caer sobre unpuado de tiendas de campaa. Se trataba del campamento guerrillero ToquiLautaro, levantado por combatientes del MIR que haban vuelto del extranjero en1980, con la misin de inaugurar en Chile la guerra de guerrillas. La accin dio inicioa una serie de escaramuzas que, cuatro meses despus, dejara un saldo de sietemiristas muertos. Tras ello, casi la totalidad de los 30 miristas ingresadosclandestinamente moriran, marcando el fracaso de la Operacin Retorno que el MIR

    haba fraguado en Cuba desde 1977.En 1977 el MIR decidi volver a pasar a la ofensiva y, como a lo largo de toda su trayectoria, todos sus pasosestratgicos fueron planificados en Cuba. El escritor cubano Norberto Fuentes -vinculado a los aparatos deinteligencia de Fidel Castro hasta su salida del pas en 1994- afirma que el entrenamiento mirista se efectu en labase de Punto Cero y en la Cordillera de los Organos, al oeste de la isla. La idea al principio era crear los focos

    guerrilleros en plena Cordillera de los Andes, pero se hicieron pruebas y el equipo que se necesitaba doblaba elpeso de los guerrilleros. Bastara que el Ejrcito chileno estableciera un cerco para que se congelaran todos,relata Fuentes (3).

    Finalmente, se opt por establecer dos focos en la Cordillera de la Costa: el Frente Uno de Neltume, en laprovincia de Valdivia, y el Frente Dos, en la Cordillera de Nahuelbuta. Cuando fueron descubiertos, la retirada delcampamento de Nahuelbuta se efectu sin bajas. Pero el ataque a Neltume fue una completa sorpresa.Reagrupados en una columna, los miristas intentaron retroceder hacia un depsito de armas. Casi todos cayeronen sucesivas operaciones rastrillo. Uno de sus sobrevivientes, Jaime Castillo Petrucci, fue detenido en 1993 enPer, acusado de dirigir el Movimiento Revolucionario Tpac Amaru (MRTA).

    Razones del fracaso

    Una de las versiones ms difundidas respecto al fracaso de la Operacin Retorno es la que asegura que los

    planes fueron filtrados desde Cuba a la CIA y a la CNI por el entonces encargado del Departamento Amrica paraChile, Hctor Humberto Snchez. Este hombre, que coordinaba la accin conspirativa entre la isla y Santiago,fue detenido en La Habana a comienzos de 1994. La izquierda chilena siempre ha interpretado este hecho comola prueba de su delacin. Se deca en Cuba que l entregaba a la CIA las fotocopias de los pasaportesadulterados de los miristas que se aprestaban a ingresar a Chile, sostiene un socialista que vivi durante aosen Cuba. Sin embargo, segn cuenta un alto ex agente de inteligencia cubano, el encarcelamiento de Snchez sedebi, en realidad, a un escndalo sexual montado por sus pares del organismo Tropas Especiales. El episodioestuvo vinculado al secuestro de un oficial argentino en Panam, en 1982, en el que participaron Snchez y elDepartamento Amrica. Al enterarse de lo sucedido, el ministro del Interior, Jos Abrantes, mont en clera. Elmomento fue aprovechado p