La gran osadíade la princesa

Autora: Raquel Barquero

cuentotu-cuento.blogspot.com

Tuvo lugar en 1976, el nacimiento de una princesita llamada

Raquel a la cual un hada buena quiso obsequiarla con el don de la

creatividad. Otra hada quiso dotarla de perseverancia y le

concedió mucho empeño para hacer las cosas. Y la tercera hada,

la más anciana y sabia de todas ellas, le inyectó en vena un

fluido mágico que contenía una mezcla literaria. Explicó que

esta inyección prodigiosa acompañaría a la princesa en toda su

existencia.

Además, esta última hada, le hizo entrega de una caja que

contenía una herramienta llamada photoshop, de gran utilidad

para los años venideros - le auguró.

La niña tuvo una infancia feliz. Ya, a los pocos años, dejaba

entrever su vena literaria, pues entre juegos, libros y las

ocupaciones de palacio disfrutaba imitando a Juan Ramón

Jimenez en “Platero y yo”. Simulaba la prosa del escritor y la

primera narración que leyó en el colegio de palacio se tituló

“Camioneta”. Trataba de una borrica con nombre de turismo con

la que la protagonista, una niña de 8 años, da la vuelta al mundo al

lomo de la citada cuadrúpida y un sinfín de aventuras les

acontece por el camino.

La princesa después de cursar bachillerato, optó por ir a la

universidad. En la universidad de Valencia, en el periodo (1994-

1997) obtuvo la diplomatura en Ciencias Empresariales con la

especialización en dirección de empresas.

En el terreno personal, se celebró en palacio en el 2001, una boda

real entre la princesa y un apuesto príncipe llamado Paco que

logró conquistar el corazón de esta y se prometieron amor eterno

para el resto de sus días como en los cuentos.

Posteriormente, su incursión en el mundo laboral le condujo al

departamento de contabilidad de una conocida empresa de

telecomunicaciones. Allí se encontró con una bruja de nombre

Maléfica que la invitó a ingerir una pócima maligna y con ella se

creó un hechizo el cual la obligaría a trabajar de contable por el

día y sólo podría escribir por la noche cuando el resto de los

mortales durmieran. Este hechizo únicamente se rompería

cuando del vientre de la princesa saliera un heredero para el

reino.

Con lo cual, la habilidad concedida por las hadas quedó reducida

a las horas nocturnas. Aún así, había días en los que Raquel

llegaba muy agotada a casa pero era tal su entrega a los relatos

que prefería sus cuentos a las horas de sueño.

La princesa se acostumbró a escribir cuando la luna se mostraba.

Entonces se creaba un clima mágico donde la inspiración ganaba la

partida al sueño y de la imaginación de la princesa manaba un

efluvio de fantasía e ilusión donde algunos de los personajes que

eran príncipes, princesas, magos, hechiceros, ogros crueles,

bandoleros deshonrados ...tomaban vida propia y se

personalizaban en la estancia donde la princesa escribía.

Pasaron los años y los príncipes decidieron tener un bebe. Una

preciosa niña llamada Blanca afloró del vientre de su madre. Con

este nacimiento se extinguió el maleficio urdido por Maléfica.

En los primeros momentos de vida de Blanca, Raquel se dio

cuenta de que la creatividad y las letras le brotaban sin más.

Eran las 12:45 del medio día y el maleficio se había extinguido.

Maléfica, no había faltado a su palabra, tras el alumbramiento

la capacidad literaria se hubo ampliado a tiempo completo.

Que se pudiera escribir también por el día, resultó ser

fenomenal pues Blanca era una excelente fuente de inspiración.

Un ser tan pequeñito, tan sensible, tan delicado… que divertido

sería inventar cuentos para ella y poder leérselos ó cantárselos

como si de una nana se tratara.

Y no sólo escribiría cuentos para Blanca porque al poco tiempo

la princesa engendró a otra niña que vio la luz el 1 del Julio del

2009. Se llamó Clara, otra infanta con la que compartir

cuentos mágicos.

A las infantas les gustaba un cuento en el que ellas aparecían

como dos niñas harapientas obligadas a participar en las tareas

de limpieza de un zoológico donde estaban recluidas por un osito

mezquino. Finalmente, el ingenio de las chiquillas conseguiría

burlar al osito y así escapar de su cautiverio.

Y así continuamente pasaban los días en el reino de la fantasía,

mama escribía cuentos que materializaba y posteriormente

mostraba a sus niñas. Así hasta que un buen día se recibió en

palacio la visita de Flora la más anciana de las hadas. El hada,

sugirió a la princesa, que toda una vida dedicada a los cuentos

debería tener una recompensa, un beneficio personal. La

satisfacción de que sus cuentos fueran leídos por otras personas

además de los miembros de su propia familia.

¿Por que no intentarlo? – se dijo para si la princesa. Y aquí

queda expuesta mi iniciativa. Cuentos para regalar a niños y

adultos. También en el ámbito empresarial para sociedades que

quieran exponer su trayectoria o quieran incorporar un nuevo

producto al mercado de una manera particularmente especial.

En todas las narraciones el componente emocional,

sentimental y original estará asegurado. Los contratantes

aportarán fotografías para reforzar el cuento gráficamente y

a través de un formulario se obtendrán datos para

personalizar la narración. También es posible el relato sin

imágenes, sólo con los datos del interesado.

Y colorín colorado,

este cuento no se ha acabado. El final lo

escribiré cuando sepa el desenlace de mi

gran osadía.

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