La Gigantona de Jocoro

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La Gigantona de Jocoro Xiomara era una chica usual estudiaba jugaba, reía se enamoraba, disfrutaba la escu había una cosa que le era insoportable, las burlas de su altura y la delgadez que mas que flaqueza era la proporción entre su altura y su cuerpo lo que ver mas delgada que lo que en realidad era. Seca vereca tostada en manteca, lala la la laaaa, la Xiomara esta tostada en mantec lala...los niños no son malos en esencia su crueldad para con las diferencias son e que les vamos inculcando de a poco a poco y en una sociedad tan intol nuestra la discriminación a lo que no es común es tan acentuada que no nos permite como se las inculcamos día a día con cada comentario, en las comidas o hasta en la cuando vemos televisión ellos parecerán distraídos o absortos en el programa de la como esponjas van absorbiendo nuestras costumbres maneras y paradigmas de la vida. Uno de esos días había sido muy catastrófico en la vida social de Xiomara pues las habían caído como agua de mayo una tras otra con cadena o sin conexión pero había s recurrente las bromas sobre su altura hasta su padre dijo algo referente a sus larg en el trayecto de la casa a la escuela; hasta la media mañana nada había hecho meya entereza de animo de Xiomara, pero después del segundo recreo ya empezó avergonzada de su inusual altura, al punto que se encorvaba para parecer unos centí menor de lo que en realidad era; así llego a la hora de educación física cosa que l pues ahí el profesor, Don Koqui siempre la elogiaba por su altura y le presagiaba l ya sea en el basquetbol o en el atletismo, pero esta ves sería diferente, se concen pruebas de agilidad en corto, correr en las llantas, giros rápidos entre los conos ejercicios similares en los cuales a nuestra singular niña no le fue muy bien y las dieron por espontaneidad: “quedo amarada en los conos”, “sus manos van vuelta y sus piernas apenas van por la primera”, pero el colmo fue la sarcástica alusión a su estatura por su admirado profesor de física “ no tengo tramos para ponerle mas ba que tu de una zancada pasas los obstáculos…” esa fue la gota que derramo el vaso personalidad de Xiomara se desmorono como un castillo de naipes salió co cancha de obstáculos al refugio fuera de la vista de todos: en el bosquecito detrás los primeros grados y el kínder donde en los recreos nos íbamos los que no queríamo bajo la supervisión de los estrictos profesores, y ahí sentada desgarbadamente en c sobre unos ladrillos lloro su desventura amargamente y en soledad hasta timbrazo del recreo, y corrió a socorrer la su amiga en tristezas la pobre Antuanet pesar de querer apoyar a su amiga, Don Koqui no le había permitido (ah profesor, no entendía que en los momentos de tristeza el solo hecho de tener alguie nos parece quitar mucha de la carga que la tristeza pone en nuestros hombros). Mucho ayudo aquel consuelo pero al salir de la escuela aun cabizbaja la vida le ten buena sorpresa a nuestra querida Amiga, en un gesto de compensación por la broma de mañana en el vehículo, su padre había pedido permiso en la oficina y esperaba a su salida de la escuela, al principio no lo había advertido pues la aglomeración, el b desparpajo de compañeros no permitieron que se percatara de la presencia de papá en salida, pero luego la figura esbelta de su padre y el rojochiltota de la barracuda Volkswagen fue inconfundible y le lleno de emoción el pecho y aun que quiso esconde

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La Gigantona de Jocoro Xiomara era una chica usual estudiaba jugaba, rea se enamoraba, disfrutaba la escuela solo haba una cosa que le era insoportable, las burlas de su altura y la secuela lgica de su delgadez que mas que flaqueza era la proporcin entre su altura y su cuerpo lo que la hacia ver mas delgada que lo que en realidad era. Seca vereca tostada en manteca, lala la la laaaa, la Xiomara esta tostada en manteca lala lala...los nios no son malos en esencia su crueldad para con las diferencias son elementos que les vamos inculcando de a poco a poco y en una sociedad tan intolerante como la nuestra la discriminacin a lo que no es comn es tan acentuada que no nos permite ver como se las inculcamos da a da con cada comentario, en las comidas o hasta en la sala cuando vemos televisin ellos parecern distrados o absortos en el programa de la tele pero como esponjas van absorbiendo nuestras costumbres maneras y paradigmas de la vida. Uno de esos das haba sido muy catastrfico en la vida social de Xiomara pues las criticas haban cado como agua de mayo una tras otra con cadena o sin conexin pero haba sido recurrente las bromas sobre su altura hasta su padre dijo algo referente a sus largas piernas en el trayecto de la casa a la escuela; hasta la media maana nada haba hecho meya en la entereza de animo de Xiomara, pero despus del segundo recreo ya empez a sentirse avergonzada de su inusual altura, al punto que se encorvaba para parecer unos centmetros menor de lo que en realidad era; as llego a la hora de educacin fsica cosa que le animaba pues ah el profesor, Don Koqui siempre la elogiaba por su altura y le presagiaba lo mejor ya sea en el basquetbol o en el atletismo, pero esta ves sera diferente, se concentraron en pruebas de agilidad en corto, correr en las llantas, giros rpidos entre los conos y dems ejercicios similares en los cuales a nuestra singular nia no le fue muy bien y las bromas se dieron por espontaneidad: quedo amarada en los conos, sus manos van en la tercera vuelta y sus piernas apenas van por la primera, pero el colmo fue la sarcstica alusin a su estatura por su admirado profesor de fsica no tengo tramos para ponerle mas barras ya que tu de una zancada pasas los obstculos esa fue la gota que derramo el vaso y la personalidad de Xiomara se desmorono como un castillo de naipes sali corriendo de la cancha de obstculos al refugio fuera de la vista de todos: en el bosquecito detrs del ala de los primeros grados y el knder donde en los recreos nos bamos los que no queramos estar bajo la supervisin de los estrictos profesores, y ah sentada desgarbadamente en cuclillas sobre unos ladrillos lloro su desventura amargamente y en soledad hasta que se oy timbrazo del recreo, y corri a socorrer la su amiga en tristezas la pobre Antuanet que a pesar de querer apoyar a su amiga, Don Koqui no le haba permitido (ah, que malvado profesor, no entenda que en los momentos de tristeza el solo hecho de tener alguien cerca nos parece quitar mucha de la carga que la tristeza pone en nuestros hombros). Mucho ayudo aquel consuelo pero al salir de la escuela aun cabizbaja la vida le tenia una buena sorpresa a nuestra querida Amiga, en un gesto de compensacin por la broma de la maana en el vehculo, su padre haba pedido permiso en la oficina y esperaba a su hija a la salida de la escuela, al principio no lo haba advertido pues la aglomeracin, el bullicio y desparpajo de compaeros no permitieron que se percatara de la presencia de pap en la salida, pero luego la figura esbelta de su padre y el rojo chiltota de la barracuda Volkswagen fue inconfundible y le lleno de emocin el pecho y aun que quiso esconder las

lagrimas mezcladas con orgullo de ver a su progenitor esperndola dejaron que escapara alguna que otra gota de amor de esas que salen de nuestros ojos directo desde el alma. Cmo le fue e mi nena, en la escuela? Bien dijo Xiomara ocultando o mejor dicho sepultando en lo mas recndito de su alma las burlas, criticas y comentarios de sus compaeros, gracias a Dios algunas personas han sido dotadas de una cualidad que permite borrar lo negativo y mantiene la sonrisa y buena voluntad en estas personas maravillosas, Xiomara era una de ellas. Su Padre bien por el sentimiento de culpa o por esa intuicin Parental le conto una historia fantstica de la mitologa la Gigantona de Jocoro y en una magistral adaptacin de la guerra de las galaxias a la tradicin popular la hacia salvadora de su pueblo ante amenazas de conquistas o hambrunas, esto calo en la imaginacin de la pequea nia. Transcurrieron los das meses y no se si aos y cada ves que se vea agobiada por las criticas, cada ves que las presiones la hacan achicar venan a su memoria las historia que le contaba su Padre sobre la Gigantona y se reconfortaba interiormente sacando fuerzas de flaquezas transfiriendo las fuerzas de la gigantona se senta volar sobre los problemas y dejando volar su imaginacin iba dejando a las platicas groseras de su altura que como susurros que se apagan se diluan conforme ella se alejaba volando a mundos maravillosos e historias incontables, en las que ella era la herona. Un da anunciaron una excursin a la capital visitaran los sitios culturales, los museos de la capital y cerraran con una gira por un gran centro comercial que recin abra sus puertas y que presagiaba buenas ofertas con presin inigualables que ni en los mejores almacenes de San Miguel encontrara, fue un prodigio conseguir el permiso de Pap y sobre todo el dinero para el viaje veinticinco colones del bus mas lo de bolsillo para cualquier emergencia, por las extras no se preocupo pues la alcanca mas sus exiguos ahorros daran cuenta de alguna compra, los das parecieron segundos haciendo planes hasta hicieron una tarde tpica para recaudar fondos y bajar los costos del bus que les llevara a la capital, la noche previa del viaje pareci interminable a pesar de que se acostaron noche su Mam preparando la gallina para hacer panes para el camino, la preparacin de la maleta y los sueos despierta que mezclaban tanto la emocin del viaje como el despertar inocente del cario por Alfredito, aquel compaero que despertaba algo en su estomago y que lo mas comparable era como sentir miles de mariposas papaloteando en su estomago, como la hacan sonrojar cuando las compaeritas hacan bromas sobre lo guapo que haba venido Alfredito o el nuevo corte de pelo que le queda tan bien, etctera. Todo presagiaba una maravilla, algo mgico en el ambiente; despert en todos un ambiente de cordialidad de cooperacin de buena vibra, unos compartan, otros tocaban guitarra con canciones romnticas del momento como Massachusetts de los Bee Gees, y se volvi mas mgico cuando quedo en el mismo asiento con Alfredito y su Mam que haca las veces de compaa del grupo y supervisora de los nios, al salir de San Miguel por la cuesta de la Torre, apagaron la luz y el desvelo de la noche anterior mas la madrugada tomaron cuentas y un sopor hizo caer sueo en todos, la Nia Mercedes madre de Alfredo la tomo como a hija y recostndola en sus piernas la durmi. Despertaron con la gritera por Cojutepeque donde las ventas de longanizas, butifarras y dems productos tradicionales que les despertaron con tal algaraba, todo fue maravilloso a su llegada a la capital, la maquina de

gaseosas automtica, el susto de la momia donada por Per al pas y la visita al hotel Presidente a los lugares principales de la capital, y estallo la alegra cuando anunciaron la visita al centro comercial, Xiomara meti la mano en su bolso y en secreto conto sus economas para ver lo que podra comparar aparto para los dulces tpicos para sus abuelos y algn suvenir para sus Padres, llegaron al amplio estacionamiento y la majestuosa vista de la Torre Robles les impresiono, luego las tradicionales indicaciones sobre la conducta, la hora de partida y la amenaza de que no fueran a romper la hora de reunin pues el viaje de regreso es largo. Los grupitos se hicieron por afinidad, nias con nias, los grupitos de amigos, los padres, los profesores, etctera; en una coincidencia en la fuente de sodas dos grupos de mucha vibracin coincidieron las amiguitas de Xiomara y el grupito de Alfredito, se saludaron e intercambiaron alguna que otra broma; la mirada de Xiomara busco ansiosa a Alfredo pero con disimulo para no ser el blanco de los ataques de las compaeritas que no perdan ocasin para hacer una burla de este tipo, en eso una alusin la saco de su escrutinio disimulado, Alfredo se encontr con una prima de la capital, que anda con una compaeritas del Externado, que lindas que son y una como que le a cado bien a Alfredo, solo son coqueteras, acoto otro compaero Edgardo que con malicia hiso este comentario; algo que nunca haba sentido surgi del interior de Xiomara si bien no lo entenda el celo se despert o mejor dicho entro a su vida, pues las almas puras no tienen esto en su interior les visitan de ves en cuando pero nunca hayan cabida ni reposan mucho en estas blancas personas. Con gran apuro termino su milkshake y apurando a sus compaeras so pretexte de comprar un regalito para su mami las hiso ir en busca de su amor secreto, pasaron raudas las tiendas y despus de salir de un almacn importante con el preciado regalito para su mami, quedaron al pie de las escaleras elctricas que era otro de los atractivos del centro comercial; se acomodaron la pandilla de chicas en los costados y abran una bolsa y otra mostrando sus tesoros, cuando de repente vieron en la plaza de arribo de las escaleras a Alfredo con sus amigas y su prima, y el estremecimiento del corazn de Xiomara hasta hiso vibrar las gradas, el choque fue directo y la competencia hizo reaccionar tambin al grupo de capitalinas como si fuese una historia antigua todo el marco de los celos, la contencin y todo se comunico a la velocidad de la luz miles de informaciones codificadas se transfirieron en ambos grupos, las primeras en atacar fueron las de casa, en su tierra, con su astucia arreciaron la coquetera sobre Alfredo que ni lento ni perezoso se dejaba llevar por las bromas de las chicas, la segunda estocada fue directo al corazn de Xiomara, una mirada de desdn de insignificancia a la chica de pueblo que no es competencia. Por un momento su corazn desfalleci pero luego encontr el camino que las historias de su Padre haban sembrado algo estaba a punto de suceder y el estremecimiento al pie de las gradas haban presagiado, al llegar a la cabeza de las gradas Xiomara sinti como su cuerpo cambio, creca y su esbeltez muchas veces criticada le jugara una de las mejores sorpresas de su vida, al irse nivelando las gradas elctricas con el piso de la plaza la mirada de indiferencia de las chicas se fueron convirtiendo en una de admiracin hasta llegar a la de mayor frustracin al ver la altura de la chica que con proporciones que solo encontraban en las revistas de modelos, las superaba en altura y belleza junto a la sonrisa que siempre acompao a Xiomara hubo un estallido de luz que dejo estupefactos a todos Xiomara se haba convertido en la chica mas linda y esbelta de todo el centro nadie pudo quitar la vista de ella hasta que doblo la esquina del bloque de tiendas rumbo al parqueo, todo aquel sentimiento se esfumo en ese instante, la magia de la

Gigantona de Jocoro estaba en ella, no necesitaba de nadie mas para ser feliz estaba en su sonrisa, en su caminar aletargado, en cada clula de su cuerpo irradiando esa energa y transformando todo con su alegra, nunca el mundo fue igual para nuestra chica desde esa tarde, no es que la vida no de reveces de ves en cuando o que ninguna gota salada haya vuelto a rodar por sus mejas, peor nuestra chica comprendi que el valor vine de dentro y es un regalo de lo alto, y que nadie puede interferir en gozar su vida.