LA FILOSOFÍA AMERICANA COMO FILOSOFÍA SIN MÁS

Cuando nos preguntamos por una filosofía americana lo hacemos partiendo del sentimiento de una diversidad, es decir, del hecho de que nos sentimos distintos del resto de los hombres.

¿Qué clase de hombres somos? En esta pregunta está el centro del problema, ya que alude, consciente o inconscientemente, a los cuestionamientos que se nos fueron impuestos en los mismos inicios de nuestra incorporación a lo que el mundo occidental llama historia universal.

El preguntarse por una filosofía es preguntar por el verbo, el logos o la palabra, que hacen precisamente del hombre un hombre, pero la filosofía Europea ponía en tela de juicio la supuesta humanidad de los raros habitantes del continente descubierto, conquistado y colonizado.

En el siglo XX surge una polémica con la filosofía de Sepúlveda, en donde pone entre paréntesis no sólo el derecho al verbo, al logos o a la palabra, sino toda la esencia del hombre de América, lo cual para ser humanos tendrían que encajar en un determinado arquetipo.

Los indígenas, según dice augusto Salazar bondy, son hombres porque independientemente de lo que supieran o no, su comportamiento era semejante y se acercaba al arquetipo humano propuesto por el cristianismo.

El simple hecho de negar el humanismo en América, llevo a los latinoamericanos a combatir en una larga lucha fratricida. En guerras intestinas para destruir lo que se consideraba extraño, de esta forma creían alcanzar lo humano por excelencia.

¿ el latinoamericano es un hombre? A esta pregunta le sobreviene cuestionarse ¿a que se le llama hombre; o, que hace a un hombre ser hombre? Hombre es aquel que ejerce su libertad con forme a su voluntad, y esto es un modo de ser que todos los hombres poseen por el hecho de ser hombres. Esta filosofía mostraba que el hombre pretendían alcanzar, un arquetipo, que está dentro de cada hombre y que el paradigma es el hombre mismo. Descubrir esto y hacerlo patente era lo que se propondrían Antonio caso, José Vasconcelos Alejandro Korn entre otros

¿cuales son las cosas que implica una filosofía Latinoamericana para ser original?, una filosofía latinoamericana para que sea original, no tiene que imitar o repetir los problemas y cuestiones que se ha plateado la filosofía europea, en todo caso lo que se debería de imitar seria el espíritu, la actitud y el animo que han hecho posibles los frutos de tal filosofía.

Una filosofía original no es aquella que crea una y otra vez, nuevos y extraños sistemas, sino es la que pretende dar respuestas a las preguntas, que una determinada realidad y en un determinado tiempo se han originado.

Toda filosofía ha emanado de las necesidades más imperiosas de cada periodo y de cada país, y es así como debe de emanar la filosofía en nuestra América.

En nuestro filosofar se han realizado operaciones semejantes al filosofar occidental, aunque entre sus creadores no aparezca el nombre de un platón, Aristóteles, Agustín, santo tomas, Hegel, entre otros.

Una filosofía tomada prestada, pero enfocada consiente o inconscientemente a los problemas semejantes a los que han preocupado a esos grandes filósofos, ¿es por esto menos filosofía?

No basta querer alcanzar una verdad americana, sino tratar de alcanzar una verdad valida para todos los hombres aunque de hecho no sea lograda. No hay que considerar lo americano como fin en si mismo, porque es de aquí que todo el intento de hacer filosofía ha fracasado

Lo importante de hacer filosofía es el filosofar simple y puramente filosofar. Esto es, enfrentarse racionalmente a los problemas que nos plantea la realidad, buscando a tales problemas la solución más amplia y adecuada.

La filosofía es algo más que una ciencia rigurosa, algo más que una lógica capaz de deslindar con precisión, lo que se supone que es de lo que no es; la filosofía es, una ideología, como ha sido y es ética. Una ideología y una ética que se preguntan por ese retraso de las relaciones humanas en comparación con sus altos logros científicos y técnicos. pero esto no quiere decir que los pueblos como los latinoamericanos, dado su subdesarrollo, su subordinación y su limitación de posibilidades deban a ser un lado el conocimiento de la filosofía como ciencia rigurosa.

Luis Villoro, el autor de magníficos trabajos sobre ideologías del indigenismo, decía que para alcanzar una escuela filosófica propia en Latinoamérica, se tendría que alcanzar un nivel científico en filosofía semejante al de los países avanzados.

El punto de arranque de una tradición filosófica no está en la especificidad o peculiaridad de un pensamiento sino en la fuerza y hondura de su reflexión critica, por eso la misión de los nuevos filósofos no es proponerse una filosofía original, sino lograr un tratamiento riguroso en filosofía y acceder a un pleno profesionalismo. Y ésta sería la vía para lograr, una filosofía latinoamericana.

Lo que se exige a la filosofía en Latinoamérica, y a sus filósofos. Primero, es la conciencia de que son parte de una gran unidad cultural, segundo, la conciencia de que siendo parte de esa gran unidad nada de lo realizado, nada de lo hecho, ninguna experiencia pueden serles ajenas, y estas experiencias deben apropiárselas como instrumento para enfrentar los problemas de sus propias realidades.

Lo que tienen que hacer los filósofos latinoamericanos es simplemente filosofar, para resolver nuestros problemas, los problemas que encierran al hombre en una determinada circunstancia, y ha partir de este filosofar ofrezcan aportaciones a una tarea que es ya común a todos los hombres y, por ende, a todos los pueblos, a partir del nuestro, sin discriminación alguna.

El historicismo y las corrientes filosóficas que de él se derivaron permitieron a la filosofía latinoamericana una vuelta sobre sí misma, y la búsqueda de su propia personalidad.

Lo que en occidente era una crisis se transformaba en América en una solución. La filosofía occidental se descubre como filosofía entre filosofías, mientas que al mismo tiempo en Latinoamérica se hace expresa la capacidad del latinoamericano para filosofar, pura y simplemente como una expresión concreta del filosofar.

En otra crisis, originada en Europa, con la ilustración, al hacer del hombre como ente racional, la fuente de todos los derechos y el origen de una nueva igualdad, que ponía en termino a toda forma de discriminación, había dado al americano la justificación de sus demandas de independencia política y la posibilidad de la misma.

La filosofía americana es por si misma una manifestación de una determinada tendencia del pensamiento europeo contemporáneo. El latinoamericano encuentra que en esta misma Europa ha surgido una filosofía que, al ser asimilada y desarrollada, conduce a la anhelada emancipación u originalidad

A partir del renacimiento del historicismo en la filosofía europea, coincide la actual puesta de la filosofía americana en la búsqueda de si misma, y es por esta vía que América se descubre así misma como objeto filosófico, como también se descubre en la realidad concreta de su historia y de su cultura y aun en su naturaleza física en cuanto sostén, contorno y condición de su espiritualidad.

Los latinoamericanos vueltos ya sobre si mismo trataban de saberse en un determinado horizonte de historia, y también como hombres, como los actores concretos de esa historia y es de aquí que surge la preocupación por lo que este hombres sea.

Es por la vía de la captación del espíritu, por la que el americano inicia la búsqueda de una originalidad a partir de la cual pueda expresar lo que le es propio como parte de lo humano, su aporte en las experiencias del hombre. Arrancando de sí todo sentimiento de inferioridad, pero sin caer a su vez en un sentimiento de superioridad. Partiendo de lo concreto, individual o nacional, pero sin hacer de este punto de partida una mascara que oculte al hombre que se expresa en múltiples individualidades y nacionalidades.

Por otra parte la cultura europea, como expresión del hombre occidental en crisis, ha bajado del pedestal, en que hacia de si misma como hombre el arquetipo de todo lo humano, para encontrarse como hombres entre hombres. El hombre occidental al igual que su cultura no son sino una expresión del hombre enmarcada en una absurda pretensión de universalidad. En cambio el hombre de América se ha arrancado la mascara en que ocultaba lo humano por excelencia, aquella mascara que su sentimiento de ser menos que un hombre le había hecho adoptar.

El hombre europeo, un hombre más que ocupa un lugar en la tierra.

La soledad, muerte, desesperación, destrucción y ¿autoconocimiento?

El retroceso de América ante la pluralidad de culturas.

La deshumanización e instrumentos europeos

La opulencia, progreso y desarrollo, ¿es la definición de hombre en la actualidad?

¡El hombre ha desaparecido!, son sólo tramites de un sistema.

Vías escapistas, ahogan a la razón.

EXTRA EXTRA ¡Robocop si existe!

SE ENCONTRO VIDA EN EL PLANETA TIERRA, SE HALLARÓN LIBROS CON HISTORIA DE HOMBRES QUE EJERCIAN SU LIBERTAD

El hombre no occidental, se creo a imagen y semejanza del occidental.

Occidente y el no occidente, luchan por el humanismo.

El nuevo hombre no es el látigo.

Si hay filosofía de nuestra América y siempre ha estado presente en el contexto de que son hombres los que permanecen preguntándose sobre la realidad que los determina llámese este continente, independientemente de las conquistas que a sufrido nuestra América.