La explosión demográfica

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PÚBLICO | 80 AÑOS DE LA II REPÚBLICA 16 80 AÑOS DE LA II REPÚBLICA | PÚBLICO 17 JUEVES, 14 DE ABRIL DE 2011 JUEVES, 14 DE ABRIL DE 2011 la República fue la historia de la resistencia pro- vista por sus antecesores a las reformas propues- tas por el Gobierno republicano, tanto en el pe- riodo 1931-1933 como en 1936-1939. Ni antes (ni después) se han hecho reformas más sustan- ciales que en aquellos periodosy ello como resul- tado del poder de las izquierdas, nunca después igualado. No ha habido un periodo histórico en Españaenquehubieratantasreformasentanpo- co tiempo. Como bien afirma Helen Graham en surevisiónhistóricadelaRepública,elprograma de reformas de esta fue enormemente ambicio- so. Republicanos y socialistas habían estado es- perandodurantemuchosañosaquellaoportuni- dad.Habíatranscurridomásdelamitaddeunsi - glo desde que fuerzas progresistas habían gober- nado en España, únicamente en un periodo muy breve,durantelaPrimeraRepúblicaen1873.Es- pañahabíaestadogobernadaenlamayoríadesu historia por las derechas que, por lo general, no alcanzaronelpoderatravésdelasurnas,sinopor la fuerza e imposición. La falta de cultura demo- cráticadelasderechasespañolas(cuyadurezaes casiúnicaenEuropa)sebasaenestarealidad. La República introdujo la Seguridad Social (por un ministro socialista, Largo Caballero), in- tentó universalizar la enseñanza (un programa enormemente popular que explica la selectivi- daddelarepresiónfascistaencontradelmagiste- rio republicano), introdujo el aborto y el divorcio (por una ministra anarco-sindicalista catalana, Federica Montseny), introdujo elementos de la reformaagraria,desdeAndalucíaalBajoEbro,in- trodujoreformasenelEjército,llenodegenerales de probada ineficacia, introdujo el laicismo (in - tentandoreducirlamisióndelaIglesiaenlaense- ñanza),yunlargoetcétera.Niquedecirtieneque D urante muchos años se ha desconocido, ignora- do o silenciado el perio- do republicano que se ex- tendió de 1931 a 1939. Excepto en círculos aca- démicos y en libros per- tenecientes a la bibliogra- fía historiográfica, la República ha sido una pági - na desconocida de la historia de España, excep- to en la versión promovida por la dictadura im- plantada por el general Franco que dio una ima- gen profundamente negativa de aquel periodo. Es importante reconocer esta distancia entre lo analizado en los textos históricos (de escasa di- fusión en el país) y lo conocido por la mayoría de la población. Las encuestas señalan un descono- cimiento muy notable de lo que fue la República en grandes sectores de la ciudadanía. Podría pa- recer que las cosas cambian. Por primera vez se ha presentado en Televisión Española un serial sobre la República, que ha pasado a ser casi ins- tantáneamente una de las series televisivas más vistas de la temporada. En esta producción se in- tenta dar una visión de lo que fue la República a través del desarrollo de un abanico de persona- jes, la mayoría ficticios, y otros reales. ¿Por qué, salvo contadas excepciones, este si- lenciosobrelaRepúblicaenlosforos–comolatele- visión– donde se reproduce la cultura popular? La respuestaesclara.Sedebealenormedominioque las fuerzas conservadoras tuvieron en el proceso de Transición de la dictadura a la democracia y su intento de no mirar al pasado. Este pasado incluía nosóloladictadurasino,muyenespecial,laRepú- blica.Esteintentodeolvidoporpartedelasfuerzas conservadorasescomprensible,pueslahistoriade CATEDRÁTICO DE CIENCIAS POLÍTICAS Y POLÍTICAS PÚBLICAS DE LA UNIVERSITAT POMPEU FABRA Y PROFESOR DE PUBLIC POLICY EN THE JOHNS HOPKINS UNIVERSITY VICENÇ NAVARRO Nunca antes se habían hecho grandes reformas sociales en menos tiempo Las élites europeas temían el contagio de las reformas entre sus clases populares Mirada exterior hubo también muchos errores e insuficiencias. Pero no debería olvidarse que la República fue la épocademayorcreatividadlegislativareformista quehahabidoenelEstadoespañol. El enorme entusiasmo popular que ocurrió a raíz tanto del establecimiento de la República comodelavictoriadelFrentePopular,eraunin- dicador del deseo de las clases populares de ha- cer cambios y reformas sustanciales. El mundo occidental estaba en medio de la Gran Depre- sión y la fortaleza del movimiento obrero esta- ba asustando a las estructuras de poder de los paíseseuropeos.Talesestructurasestabanvien- do el surgimiento del nazismo y del fascismo como el único dique capaz de parar este movi- miento obrero. De ahí que los establishments fi- nancieros, económicos y políticos tuvieran sim- patías con el nazismo en Alemania y el fascis- mo en Italia. Un caso representativo fue la mo- narquía británica, en la que las conocidas sim- patías de Eduardo VIII por el nazismo hicieron quetuvieraqueabdicardeltrono,hechooculta- do en la película El discurso del rey . Confirman - do esta percepción, al año de abdicar hizo su viaje de novios a Alemania, saludando a Hitler con el brazo en alto en múltiples ocasiones y ro- deándose de personajes próximos al nazismo. EnFrancia,yapesardeestargobernadadurante un periodo por las izquierdas, había gran preo- cupaciónporlasreformasqueestabanocurrien- do en España, pues el mundo empresarial y el funcionariado francés –profundamente con- servador–estabaninquietosylapolíticadel Go- bierno francés era la de calmar a tales grupos. La Unión Soviética no deseaba una radicali- zación de tales reformas (lo que menos desea- ba era que hubiera una revolución bolchevi- que, versión española, tal como erróneamen- te se presenta en el serial La República ), pues, conscientedequeelnazismoerasupeorenemi- go, quería establecer una alianza con las demo- cracias occidentales en un frente anti-Hitler. Es - te contexto europeo explica que cuando se dio el golpe militar contra un Gobierno democráti- camente elegido, el resto de países democráti- cos se sumara al vergonzoso Pacto de No Inter- vención. Los establishments europeos, temero- sos del peligro de contagio reformista entre sus clases populares, simpatizaron con el nazismo y firmaron, además del Pacto de No Intervención (que dejaba a la República sin ayuda militar), el Pacto de Múnich en 1938, en el que el Gobierno ChamberlaindelReinoUnidocedíaaHitlerpar - te del territorio europeo a la Alemania nazi. La Unión Soviética, que había apoyado el Pacto de No Intervención, lo rompió cuando vio el apo- yo masivo de Hitler y Mussolini al general Fran - co. Sin tal ayuda, la República hubiera termina- do y colapsado. Un personaje nada sospechoso de simpatías comunistas, Winston Churchill, que había pre- sionado para la abdicación de Eduardo VIII, se opuso al Pacto de No Intervención, acusando al establishmentbritánico de anteponer su in- terés de clase (temerosos del reformismo repu- blicano español) a sus obligaciones nacionales. ChurchillagradecióelapoyomilitardelaUnión Soviética a la República, que la salvó transito- riamente, así como más tarde definió a aquel país como el que había derrotado al nazismo en Europa (con sus 22 millones de muertos). Las historias de Europa y España hubieran sido muy distintas si la República hubiera ganado y el fascismo hubiera sido derrotado en España. Desde los años treinta España ha doblado el número de habitantes. La proporción de población rural en cambio se ha reducido a la mitad. de la población española vivía en el campo en 1930 La explosión demográfica 57,1% Población de España en 1930 y en 2010 FUENTE: INE 47.021.031 23.677.794 (Población rural, superficie rayada, 57,1%) (21,1%) La población mundial en 1930 era de 2.000 millones de habitantes. Hoy es de 7.000 millones 1930 2010 Largo Caballero acude a la Modelo a comunicar a los presos políticos que quedan en libertad. ARCHIVO REGIONAL FONDO MARTÍN SANTOS YUBERO

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La explosión demográfica en la República

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PÚBLICO | 80 AÑOS DE LA II REPÚBLICAVIERNES, 1 DE ENERO DE 1971 16

80 AÑOS DE LA II REPÚBLICA | PÚBLICOVIERNES, 1 DE ENERO DE 1971 17JUEVES, 14 DE ABRIL DE 2011 JUEVES, 14 DE ABRIL DE 2011

la República fue la historia de la resistencia pro-vista por sus antecesores a las reformas propues-tas por el Gobierno republicano, tanto en el pe-riodo 1931-1933 como en 1936-1939. Ni antes (ni después) se han hecho reformas más sustan-ciales que en aquellos periodos y ello como resul-tado del poder de las izquierdas, nunca después igualado. No ha habido un periodo histórico en España en que hubiera tantas reformas en tan po-co tiempo. Como bien afirma Helen Graham en su revisión histórica de la República, el programa de reformas de esta fue enormemente ambicio-so. Republicanos y socialistas habían estado es-perando durante muchos años aquella oportuni-dad. Había transcurrido más de la mitad de un si -glo desde que fuerzas progresistas habían gober-nado en España, únicamente en un periodo muy breve, durante la Primera República en 1873. Es-paña había estado gobernada en la mayoría de su historia por las derechas que, por lo general, no alcanzaron el poder a través de las urnas, sino por la fuerza e imposición. La falta de cultura demo-crática de las derechas españolas (cuya dureza es casi única en Europa) se basa en esta realidad.

La República introdujo la Seguridad Social (por un ministro socialista, Largo Caballero), in-tentó universalizar la enseñanza (un programa enormemente popular que explica la selectivi-dad de la represión fascista en contra del magiste-rio republicano), introdujo el aborto y el divorcio (por una ministra anarco-sindicalista catalana, Federica Montseny), introdujo elementos de la reforma agraria, desde Andalucía al Bajo Ebro, in-trodujo reformas en el Ejército, lleno de generales de probada ineficacia, introdujo el laicismo (in -tentando reducir la misión de la Iglesia en la ense-ñanza), y un largo etcétera. Ni que decir tiene que

Durante muchos años se ha desconocido, ignora-do o silenciado el perio-do republicano que se ex-tendió de 1931 a 1939. Excepto en círculos aca-démicos y en libros per-tenecientes a la bibliogra-

fía historiográfica, la República ha sido una pági -na desconocida de la historia de España, excep-to en la versión promovida por la dictadura im-plantada por el general Franco que dio una ima-gen profundamente negativa de aquel periodo. Es importante reconocer esta distancia entre lo analizado en los textos históricos (de escasa di-fusión en el país) y lo conocido por la mayoría de la población. Las encuestas señalan un descono-cimiento muy notable de lo que fue la República en grandes sectores de la ciudadanía. Podría pa-recer que las cosas cambian. Por primera vez se ha presentado en Televisión Española un serial sobre la República, que ha pasado a ser casi ins-tantáneamente una de las series televisivas más vistas de la temporada. En esta producción se in-tenta dar una visión de lo que fue la República a través del desarrollo de un abanico de persona-jes, la mayoría ficticios, y otros reales.

¿Por qué, salvo contadas excepciones, este si-lencio sobre la República en los foros –como la tele-visión– donde se reproduce la cultura popular? La respuesta es clara. Se debe al enorme dominio que las fuerzas conservadoras tuvieron en el proceso de Transición de la dictadura a la democracia y su intento de no mirar al pasado. Este pasado incluía no sólo la dictadura sino, muy en especial, la Repú-blica. Este intento de olvido por parte de las fuerzas conservadoras es comprensible, pues la historia de

CATEDRÁTICO DE CIENCIAS POLÍTICAS Y POLÍTICAS PÚBLICAS DE LA UNIVERSITAT POMPEU FABRA Y PROFESOR DE PUBLIC POLICY EN THE JOHNS HOPKINS UNIVERSITY

VICENÇNAVARRO

Nunca antes se habían hecho grandes reformas sociales en menos tiempo

Las élites europeas temían el contagio de las reformas entre sus clases populares

Mirada exterior

hubo también muchos errores e insuficiencias. Pero no debería olvidarse que la República fue la época de mayor creatividad legislativa reformista que ha habido en el Estado español.

El enorme entusiasmo popular que ocurrió a raíz tanto del establecimiento de la República como de la victoria del Frente Popular, era un in-dicador del deseo de las clases populares de ha-cer cambios y reformas sustanciales. El mundo occidental estaba en medio de la Gran Depre-sión y la fortaleza del movimiento obrero esta-ba asustando a las estructuras de poder de los países europeos. Tales estructuras estaban vien-do el surgimiento del nazismo y del fascismo como el único dique capaz de parar este movi-miento obrero. De ahí que los establishments fi-nancieros, económicos y políticos tuvieran sim-patías con el nazismo en Alemania y el fascis-mo en Italia. Un caso representativo fue la mo-narquía británica, en la que las conocidas sim-patías de Eduardo VIII por el nazismo hicieron que tuviera que abdicar del trono, hecho oculta-do en la película El discurso del rey . Confirman -do esta percepción, al año de abdicar hizo su viaje de novios a Alemania, saludando a Hitler con el brazo en alto en múltiples ocasiones y ro-deándose de personajes próximos al nazismo. En Francia, y a pesar de estar gobernada durante un periodo por las izquierdas, había gran preo- cupación por las reformas que estaban ocurrien-do en España, pues el mundo empresarial y el funcionariado francés –profundamente con-servador– estaban inquietos y la política del Go-bierno francés era la de calmar a tales grupos.

La Unión Soviética no deseaba una radicali-zación de tales reformas (lo que menos desea-ba era que hubiera una revolución bolchevi-

que, versión española, tal como erróneamen-te se presenta en el serial La República), pues, consciente de que el nazismo era su peor enemi-go, quería establecer una alianza con las demo-cracias occidentales en un frente anti-Hitler. Es -te contexto europeo explica que cuando se dio el golpe militar contra un Gobierno democráti-camente elegido, el resto de países democráti-cos se sumara al vergonzoso Pacto de No Inter-vención. Los establishments europeos, temero-sos del peligro de contagio reformista entre sus clases populares, simpatizaron con el nazismo y firmaron, además del Pacto de No Intervención (que dejaba a la República sin ayuda militar), el Pacto de Múnich en 1938, en el que el Gobierno Chamberlain del Reino Unido cedía a Hitler par -te del territorio europeo a la Alemania nazi. La Unión Soviética, que había apoyado el Pacto de No Intervención, lo rompió cuando vio el apo-yo masivo de Hitler y Mussolini al general Fran -co. Sin tal ayuda, la República hubiera termina-do y colapsado.

Un personaje nada sospechoso de simpatías comunistas, Winston Churchill, que había pre-sionado para la abdicación de Eduardo VIII, se opuso al Pacto de No Intervención, acusando al establishment británico de anteponer su in-terés de clase (temerosos del reformismo repu-blicano español) a sus obligaciones nacionales. Churchill agradeció el apoyo militar de la Unión Soviética a la República, que la salvó transito-riamente, así como más tarde definió a aquel país como el que había derrotado al nazismo en Europa (con sus 22 millones de muertos). Las historias de Europa y España hubieran sido muy distintas si la República hubiera ganado y el fascismo hubiera sido derrotado en España.

Desde los años treinta España ha doblado el número de habitantes.

La proporción de población rural en cambio se ha reducido a la mitad.

de la población española vivíaen el campo en 1930

La explosióndemográfica

57,1%

Poblaciónde España

en 1930

y en 2010

FUENTE: INE

47.021.031

23.677.794(Población rural,

superficie rayada,57,1%)

(21,1%)

La población mundial en1930 era de 2.000 millones

de habitantes. Hoy esde 7.000 millones

1930

2010

Largo Caballero acude a la Modelo a comunicar a los presos políticos que quedan en libertad.

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MARTÍN SANTOS YUBERO