La Europa Medieval

25
43 E L IMPERIO romano se fractura con la irrup- ción, en una serie de sucesivas oleadas, de los pueblos germanos procedentes del este: ostrogodos, visigodos, alamanes, francos, burgundios, anglos, jutos, sajones, lombardos… Todos ellos rompen la antigua unidad y crean distintos reinos, muchas ve- ces geográficamente inestables debido al empuje de otros invasores (como los hunos, cuyo principal je- fe, Atila, no sería definitivamente derrotado hasta el año 453), fundiendo sus formas de civilización con las tradiciones regionales preexistentes. Los nue- vos reinos conocerán un largo periodo de evangeli- zación que dibujará un nuevo mapa europeo de Es- tados independientes pero unidos por la adopción del cristianismo como religión común a todos ellos, dado que a su ingreso en Occidente ya se había pro- ducido una simbiosis entre el gobierno imperial y las autoridades de la Iglesia oficial. Los pueblos germanos fueron, en efecto, encon- trando su lugar de acomodo en las viejas provin- cias romanas: los visigodos, los suevos y los ván- dalos (estos últimos por breve tiempo antes de pasar a África) se instalaron en España, los anglos, los jutos y algunos grupos sajones ocuparon In- glaterra, los francos y burgundios se establecieron en Francia. Italia conoció primero el dominio de los ostrogodos y más tarde el de los lombardos. Alemania fue ocupada por diversos pueblos, co- mo sajones, suabos, bávaros y alamanes. Por su parte, una nueva oleada de pueblos procedentes La Europa medieval Medalla con la efigie de Atila demonizado como «azote de Dios», s. XV. Musée du Louvre. Foto © White Images/Scala, Florence

description

europa

Transcript of La Europa Medieval

  • 43

    EL IMPERIO romano se fractura con la irrup-cin, en una serie de sucesivas oleadas, de lospueblos germanos procedentes del este: ostrogodos,visigodos, alamanes, francos, burgundios, anglos,jutos, sajones, lombardos Todos ellos rompen laantigua unidad y crean distintos reinos, muchas ve-ces geogrficamente inestables debido al empuje deotros invasores (como los hunos, cuyo principal je-fe, Atila, no sera definitivamente derrotado hastael ao 453), fundiendo sus formas de civilizacincon las tradiciones regionales preexistentes. Los nue-vos reinos conocern un largo periodo de evangeli-zacin que dibujar un nuevo mapa europeo de Es-tados independientes pero unidos por la adopcindel cristianismo como religin comn a todos ellos,dado que a su ingreso en Occidente ya se haba pro-ducido una simbiosis entre el gobierno imperial ylas autoridades de la Iglesia oficial.

    Los pueblos germanos fueron, en efecto, encon-trando su lugar de acomodo en las viejas provin-cias romanas: los visigodos, los suevos y los vn-dalos (estos ltimos por breve tiempo antes depasar a frica) se instalaron en Espaa, los anglos,los jutos y algunos grupos sajones ocuparon In-glaterra, los francos y burgundios se establecieronen Francia. Italia conoci primero el dominio delos ostrogodos y ms tarde el de los lombardos.Alemania fue ocupada por diversos pueblos, co-mo sajones, suabos, bvaros y alamanes. Por suparte, una nueva oleada de pueblos procedentes

    La Europa medieval

    Medalla con la efigie de Atila demonizado como azote de Dios, s. XV. Muse du Louvre.

    Foto White Images/Scala, Florence

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 43

  • 44EUROPA EN PAPEL

    del este, los eslavos, ocuparon el lugar de los ger-manos en el centro y el este de Europa: los ser-bios, polacos, checos y moravos se instalaron msal oeste, en las llanuras del Elba al Vstula; los es-lovenos, croatas y eslovacos se establecieron enlos Balcanes y los eslavos orientales se distribuye-ron entre Ucrania y la Rusia occidental, aunqueacosados por los varos, pueblo tal vez de ori-gen turco que no dej de atacar a sus vecinos has-ta su definitiva derrota a fines del siglo VIII. To-dos ellos atravesaron un periodo de continuosdesplazamientos y guerras mientras buscaban unaconsolidacin territorial y poltica vigilada porlas autoridades cristianas que vean con invenci-ble recelo a unos pueblos donde predominaba elpaganismo (francos, sajones) o bien el arrianis-mo (visigodos, ostrogodos, vndalos, burgundios,lombardos), una confesin cristiana que solo con-sideraba verdadero Dios al Padre pero no al Hijoni al Espritu Santo.

    El cristianismo haba nacido como una doctrinaalumbrada en poca de Augusto en tierras de Pa-lestina por Jess de Nazaret (un predicador ejecu-tado por orden del procurador romano de Judea),que pona en el primer plano de las relaciones per-sonales el amor y la compasin por los hombres.Reelaborada por Pablo de Tarso, la utopa huma-nista de Jess se vincular a los libros sagrados ju-dos (Antiguo Testamento) y se convertir en unareligin tras la divinizacin de su fundador comoHijo de Dios y la composicin con materiales dis-persos por parte de una serie de autores de unasupuesta narracin de su vida terrenal, los Evan-gelios, que unidos a otros textos formarn el Nue-vo Testamento.

    La unidad del mundo romano permitir la difu-sin del cristianismo convertido ahora en una re-ligin de aspiraciones universalistas, que en estaetapa har aflorar numerosas escuelas de interpre-tacin tanto de la naturaleza de su fundador comode sus enseanzas. Finalmente, su triunfo llegarcuando se convierta en religin de Estado a partirdel apoyo recibido de los emperadores romanos.Primero Constantino, un tirano veleidoso en ma-teria religiosa que (a partir de 313) le otorga reco-nocimiento oficial, la asocia al poder poltico y lafavorece con una serie de privilegios que potenciansu expansin. Despus (tras el intento restaura-dor del paganismo por parte del emperador Julia-no) Teodosio, que le concede (a partir de 380) elestatuto de religin nica con derecho a imponerla ortodoxia tal como haba sido definida en el Con-cilio de Nicea (325), a condenar las herejas (es de-cir, las restantes corrientes cristianas) y a perse-guir a los paganos con el concurso de losmagistrados civiles y de los obispos, los dirigentesde un poder eclesistico ya en vas de constitucin.Esta buscada conjuncin entre el poder terrenal yel poder espiritual en el mundo cristiano sera, trasuna primera luna de miel de corta duracin, unacontinua fuente de conflictividad a lo largo de to-da la Edad Media.

    El cristianismo debi su xito a varios factores, en-tre los cuales destacan la igualdad (ante la divini-dad) concedida a todos los creyentes (hombres ymujeres, ricos y pobres, libres y esclavos, gentes detoda raza y de toda cultura) y la promesa de una vi-da eterna. En otro sentido, sin embargo, represen-ta un retroceso con respecto al universo ideolgi-co clsico. Por un lado, se presenta como una

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 44

  • 45 LA EUROPA MEDIEVAL

    religin monopolista y excluyente frente a la con-vivencia sincrtica del mundo antiguo, que solomarginaba a aquellos movimientos que podan su-poner un peligro de desestabilizacin poltica, co-mo lo fue el primer cristianismo. Por otro lado, desde el punto de vista del pensamiento, su implan-tacin marca el regreso a las causalidades sobrena-turales, la sumisin al mito, frente al conocimientoracional que haba sido la gran adquisicin legadapor la cultura clsica. La obra De Consolatione Phi-losophi (523-524) de Boecio puede servir de ejem-plo de esta transicin: la reflexin filosfica le per-mite aguardar con entereza la muerte perosbitamente su discurso introduce el elementosobrenatural del cristianismo y deshace toda su pa-ciente y racional construccin intelectual.

    El cristianismo llegar a convertirse en cemento deunin de la sociedad resultante del lento declinardel Imperio romano y, por tanto, en una de lasseas de identidad de la Europa medieval. Sin em-bargo, la imposicin de la religin cristiana comonica fue un proceso lento, jalonado de numero-sas resistencias, que en una etapa inicial hubieronde ser derrotadas por la accin de los poderes p-blicos y de la apologtica intolerante de los prime-ros escritores cristianos. Por un lado, la resistenciade las propias escuelas cristianas, descalificadas co-mo herticas. Por otro, la de los intelectuales paga-nos perseguidos por los obispos como en el caso deHipatia de Alejandra, consagrada maestra de as-tronoma y matemtica, asesinada por los cristia-nos azuzados por el obispo Cirilo. Y, finalmente, lade las poblaciones, especialmente las rurales, quevivieron una religiosidad popular formada por laspervivencias paganas y por las doctrinas cristianas

    mal asimiladas, hasta el punto de que todava en elsiglo XVI (ms de un milenio despus de la cadadel Imperio romano de Occidente) la Iglesia cat-lica sentira la necesidad de llevar a cabo un pro-fundo proceso de cristianizacin de las pobla-ciones de una Europa sumida en la ignoranciareligiosa y en unas prcticas consideradas supers-ticiosas. En cualquier caso, el cristianismo impreg-n la existencia de los europeos con su presenciaen los ritos de paso (bautismo, matrimonio, en-tierro), en la relacin con los dems (presididatericamente por la caridad), en la vida diaria (ro-deada de iglesias, ritmada por el toque de las cam-panas), en las fiestas (solemnizadas por el oficiodominical y otras celebraciones) y, desde luego,en el imaginario colectivo (donde se impone so-bre todo la secuencia de las postrimeras, es decir,la muerte, el juicio y el premio o el castigo en elms all). Y eso incluso despus del avance impa-rable del proceso de secularizacin y de la descris-tianizacin que se acelera a partir de la poca ilus-trada y de la revolucin liberal.

    Dicho esto, hay que sealar que la cristianizacin deEuropa fue muchas veces el fruto de la aceptacinpor parte de los distintos soberanos germanos delcristianismo como religin de Estado, dejando enmanos del clero la progresiva evangelizacin de lospueblos. Este fue el caso de los francos, paganos has-ta la conversin del rey Clodoveo a principios del si-glo VI. El mismo camino emprenderan despus losreinos arrianos, comenzando por los visigodos (cu-yo rey Recaredo declara el catolicismo religin ofi-cial en 589, subordina a la Iglesia a su poder y abrecamino a la consideracin del monarca como un-gido de Dios a cambio de condenar a los dems credos

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 45

  • 46EUROPA EN PAPEL

    y de iniciar la persecucin de los judos), y siguien-do por los ostrogodos, los vndalos, los burgun-dios y los lombardos (con el rey Eriberto a la cabe-za, ya en la segunda mitad del siglo VII). E igualocurrira en Inglaterra, donde las misiones dirigidaspor el papa Gregorio Magno desde Roma se conso-lidaran definitivamente con la conversin al catoli-cismo del rey Ethelberto de Kent (a finales del si-glo VI). A veces, sin embargo, la difusin delcristianismo (que era la otra cara del imperialismopoltico) adopt la forma de la guerra ms implaca-ble, como en el caso de las matanzas perpetradas con-tra los sajones por Carlomagno (que impuso una po-ltica despiadada cuyo punto culminante sera laejecucin de no menos de cuatro mil prisioneros enVerdn en 782), o en el de las campaas contra lasregiones blticas de la primera mitad del siglo XIII,en que los estonios y los lituanos fueron diezma-dos y los livonios, los letones y los prusianos exter-minados por las rdenes militares al servicio de laIglesia (Caballeros Portaespadas y Caballeros Teuto-nes), de modo que en puridad no puede hablarse deevangelizacin en estos casos. En realidad fueron ver-daderas cruzadas, nombre con el que se designaran,por antonomasia, las campaas emprendidas contralos musulmanes en Palestina y, por extensin, lasoperaciones contra los reinos islmicos estableci-dos en Espaa desde 711 o las actuaciones militarescontra las herejas que ponan en peligro el poder dela Iglesia, como la de los ctaros o albigenses.

    La organizacin de los nuevos estados cristianosconllev la operacin de salvaguardar la cultura an-tigua, siempre con el objetivo de ponerla al servi-cio de la nueva fe. En esta empresa destac el mo-vimiento monstico occidental, impulsado desde

    la primera mitad del siglo VI por Benito de Nursia,ya que los escritorios de los monasterios se aplica-ran a la labor de preservar y transmitir la sabidu-ra de la poca. A esta tarea contribuyeron otroseruditos, como Isidoro de Sevilla (autor a princi-pios del siglo VII de las Etimologas, obra destinadaa recopilar todos los conocimientos asequibles enmateria de teologa, gramtica, artes, literatura, de-recho, historia, cosmologa o historia natural, quese convertira en una referencia obligada durantelos tiempos altomedievales), o como Beda el Vene-rable, monje benedictino que trat de aplicar lossaberes heredados sobre msica, astronoma, geo-grafa o matemticas a la consolidacin de la ex-gesis bblica, adems de componer una influyenteHistoria Ecclesiastica Gentis Anglorum.

    Despus de un periodo dominado por las sucesi-vas migraciones y las inacabables guerras entre losdistintos pueblos empezaron a cuajar los prime-ros reinos germnicos. Si el emperador de Orien-te, Justiniano, fue el protagonista de un esforzadointento por volver a la unidad del viejo Imperio ro-mano en el siglo VI, la primera formacin imperialrealmente constituida en las tierras de Occidentefue la encabezada por Carlomagno a fines del sigloVIII y principios del siglo IX. Carlomagno, en efec-to, heredero del reino de los francos de la dinastamerovingia, emprendi una expansin territorialde dimensiones nunca vistas desde la irrupcinde los germanos: destruy el reino lombardo de Italia,incorpor Baviera, destroz a los sajones en Ale-mania, derrot a los varos y realiz una incursinen Espaa, creando la Marca Hispnica en el nor-te de Catalua, aunque su retaguardia fuese derro-tada en su retirada en el paso de Roncesvalles.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 46

  • 47 LA EUROPA MEDIEVAL

    Antonello da Messina. San Jernimo en su estudio, ca. 1475.

    London National Gallery.Foto The National Gallery, London/Scala, Florence.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 47

  • 48EUROPA EN PAPEL

    Coronado como emperador en la Navidad del ao800, Carlomagno intent la reconstruccin delImperio romano de Occidente apoyndose en elsimbolismo de la ceremonia celebrada en Roma.Sin dejar de proseguir su expansin territorial com-batiendo contra suabos, checos y bizantinos, ba-s su proyecto, naturalmente, en la alianza con elcristianismo, pero, al mismo tiempo, en la restau-racin de la cultura antigua mediante la copiade manuscritos, el impulso del latn y la atraccinde eruditos a su corte para formar un brillante cr-culo de intelectuales reclutados en diversos luga-res (el ingls Alcuino de York, los italianos PauloDicono y Pedro de Pisa, el espaol Teodulfo) quehan hecho hablar de una suerte de renacimien-to carolingio. Por otro lado instituy la capitalimperial en la ciudad de Aquisgrn (Aachen, Aix-la-Chapelle), donde construy un suntuoso pala-cio como sede de su corte, de cuyo esplendor datodava cuenta la majestuosa Capilla Palatina, unode los grandes monumentos de la Europa medie-val. Eginardo escribira, finalmente, la biografade una figura que dej una fuerte impronta sobresu poca y que incluso goz de fama de santidadhasta bien entrado el siglo XV.

    En otro orden de cosas, Carlomagno aceler la cons-titucin del feudalismo, un sistema poltico y so-cial basado en la distribucin piramidal del poderdesde el soberano hasta el ltimo vasallo a travsde una red intermedia de seores y feudatarios queestablecan entre s relaciones de dependencia se-gn su situacin en la escala de la aristocracia, de-finida por el volumen de la propiedad de la tierray por la capacidad militar de su hueste, de modoque el superior ofreca proteccin y seguridad a

    cambio de unos servicios exigidos al inferior en elmomento del pacto de vasallaje.

    Desde el punto de vista social, el feudalismo pro-mova un orden sancionado por Dios, y por tan-to perfecto e inamovible, que impona una divisinorgnica de la comunidad segn las funciones des-empeadas por los tres rdenes: los bellatores, losguerreros, que tenan a su cargo la defensa militarde la sociedad y que constituan el estamento de lanobleza, los oratores, los que rezaban, tenan a sucargo el auxilio espiritual de la sociedad y consti-tuan el estamento del clero, y los laboratores, losque trabajaban, tenan a su cargo el sustento ma-terial de la sociedad y formaban el estado llano. Losdos primeros estamentos constituan el grupo delos privilegiados (con leyes privadas que les favore-can), mientras el estado llano formaba el grupo delos plebeyos, el estrato ms bajo de la sociedad, sal-vo los grupos de marginados y excluidos (como lasminoras tnicas o los esclavos). En todo caso, lostres rdenes vertebraban lo que Georges Duby lla-m el imaginario del feudalismo.

    A cambio de ganar tantos territorios para la fe cris-tiana, Carlomagno (siguiendo en esto a los visi-godos) se reserv el control de la Iglesia, de tal mo-do que los obispos y los abades fueron poco msque funcionarios al servicio del emperador (lo mis-mo que ocurrira en el siglo siguiente con el lti-mo intento de reconstruccin imperial, el llevadoa cabo en Alemania por Otn I, coronado en el ao962 en Roma como titular del Sacro Imperio ro-mano-germnico). Una poltica que cuando, trasla muerte del soberano carolingio se fragment suinmenso dominio territorial en tres grandes regiones

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 48

  • 49 LA EUROPA MEDIEVAL

    (Francia, Alemania y, en el centro, la Lotaringia, lazona divisoria entre las anteriores, donde se asen-taran ms tarde Flandes y Borgoa) y se hundi elproyecto imperial, sera contestada por los papas,dueos de Roma y poderosos seores de Italia, dis-puestos a imponer el dominio del poder espiri-tual sobre todos los fieles (laicos y eclesisticos), so-bre todas las iglesias (occidentales y orientales, latinasy griegas) y sobre todos los soberanos (reyes o em-peradores).

    En esta poca, adems, se avanz decisivamenteen la configuracin del mapa poltico de Europa,con la llegada de nuevos pueblos decididos a ocu-par el viejo solar romano. La irrupcin ms tem-prana y la ms temible para la Europa cristiana fuela llegada de los musulmanes, que (ya a principiosdel siglo VIII) invadieron prcticamente toda la Pe-nnsula Ibrica (hasta ser detenidos en la Franciacentral por el merovingio Carlos Martel en 732)e implantaron slidamente su dominio, resistien-do incluso los ataques de Carlomagno y retroce-diendo escalonadamente en Portugal y en Espaadurante centurias, hasta fines del siglo XV, con lacada del reino de Granada en manos de los reinoscristianos que haban llevado a cabo la llamada Re-conquista. Su presencia en la Europa del Sur nosolo aport significativos adelantos tcnicos (losnmeros que llamamos rabes, el molino de vien-to, el perfeccionamiento de las tcnicas de regado,el papel, la vela latina, la brjula y el astrolabio), si-no tambin la posibilidad de una colaboracin en-tre la cultura clsica, la cultura rabe y la culturahebrea, que convivieron en escuelas como la de losTraductores de Crdoba (capital del califato hisp-nico o andalus en el siglo X, donde se traduce la

    Estatua ecuestre de Carlomagno en bronce dorado, s. IX-X. Muse du Louvre.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 49

  • 50EUROPA EN PAPEL

    Materia medica de Dioscrides, el sabio griego delsiglo I precursor de la moderna farmacopea) o co-mo la de los Traductores de Toledo (bajo los reyesde Castilla en el siglo XII, que permiti la salva-guarda de una buena parte del saber antiguo me-diante la traduccin al latn de las obras griegaspreviamente vertidas al rabe), ms la empresa cul-tural ya epigonal dirigida por Alfonso X el Sabio,que en la segunda mitad del siglo XIII tradujo al la-tn y al castellano numerosos textos griegos y ra-bes de astronoma, botnica, medicina, filosofa yliteratura (como el Calila e Dimna). Y todo ellosin olvidar el fecundo intercambio entre los dis-tintos textos y autores de las diferentes culturas(textos griegos y latinos estudiados por autores mu-sulmanes y judos), uno de cuyos ejemplos ms co-nocidos son los clebres comentarios de Averroes(Ibn Rushd), el filsofo espaol del siglo XII, a laobra de Aristteles, que le valieron la persecucinde los defensores de la ortodoxia y el exilio cuan-do el territorio andalus cay bajo el poder de ladinasta fundamentalista de los almohades.

    Otros movimientos posteriores fueron las incursio-nes de los pueblos escandinavos (llamados vikin-gos), que finalmente fundaron el reino de Dina-marca (llamado a una duradera historia) oterminaron por instalarse en diversos territorios,como Normanda en Francia (de donde pasaran aInglaterra en el siglo XI, tal como se explica en elfamoso tapiz de Bayeux), Sicilia y la Italia del Sur(donde crearon un arte de gran originalidad comose revela en el monasterio de Monreale, cerca dePalermo) o Rusia, destino de los suecos o varegos.Tambin los magiares se buscaron un solar en el es-te de Europa, creando el reino de Hungra, cuyo

    soberano Esteban se convirti al cristianismo ro-mano en el siglo X. En este momento, la Europatodava nutrida de la nostalgia imperial (que de he-cho no abandonara hasta mucho ms tarde, en elsiglo XVI), estaba dejando paso a la Europa de lasnaciones que llegara hasta nuestros das.

    La primera reforma eclesistica de envergadura seinici en el siglo X en la abada francesa de Cluny,que predic por Europa los principios de la inde-pendencia respecto de los poderes temporales y dela renovacin del clero, al tiempo que inventaba unestilo artstico que por primera vez iba a ser com-partido por toda la Cristiandad occidental (el ro-mnico) y auspiciaba las peregrinaciones como mo-do de difusin de las nuevas ideas, especialmentea travs del camino de Santiago (de Compostela,en el norte de Espaa), jalonado de santuarios, dehospitales y de hospederas para los caminantes de esta cristiandad en movimiento.

    Sin embargo, fue el siglo XI el momento culminan-te de la ofensiva teocrtica de la Iglesia de Roma,bajo la direccin del papa Gregorio VII, sumo pon-tfice entre 1073 y 1085, cuya poltica se consagra defender el poder absoluto de la Iglesia de Roma(que ya haba pagado por ello en 1054 el alto pre-cio del Cisma de Oriente), desde la imposicinde la liturgia romana sobre todas las dems (com-batiendo, por ejemplo, el tradicional rito mozra-be espaol), hasta la reclamacin del poder tempo-ral en Italia (a partir de la supuesta DonatioConstantini, un documento falsificado para apoyartales pretensiones, cuya denuncia con argumentosirrefutables llevara a cabo en el siglo XV el fillogoLorenzo Valla en su De Constantini Donatione

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 50

  • 51 LA EUROPA MEDIEVAL

    Declamatio, de 1440) y, sobre todo, de la superio-ridad del poder espiritual del papado sobre el tem-poral del emperador, que dio lugar a la famosa que-rella de las investiduras sobre los nombramientosde las autoridades eclesisticas, con la utilizacinpor parte del pontfice de la poderosa arma de laexcomunin (que desvinculaba a los vasallos de sujuramento al soberano), pero que, tras una victo-ria provisional sobre el emperador Enrique IV (lallamada humillacin de Canossa de 1077), provo-c un largo enfrentamiento que llev a GregorioVII a morir en el exilio en Salerno y que no se so-lucion provisionalmente sino aos ms tarde conel llamado Concordato de Worms (1122). Concor-dato que no puso fin a los enfrentamientos entrepapas y emperadores, sobre todo tras la irrupcinde la dinasta alemana de los Hohenstauffen en Ita-lia y la aparicin de las facciones de gelfos (par-tidarios del papa) y gibelinos (partidarios del em-perador), que siguieron activas y dividiendo a lositalianos hasta mucho despus, como denota, porponer un ejemplo, la actuacin poltica del poetaDante Alighieri.

    En ese sentido, las Cruzadas formaron parte dela misma poltica expansiva de la Iglesia de Ro-ma. La primera fue proclamada por el Papa Urbano II en 1095 y tena como objeto la recu-peracin de los llamados Santos Lugares de ma-nos de los musulmanes que parecan aumentarsu presin sobre las peregrinaciones cristianas aJerusaln. En efecto, la irrupcin en el escena-rio oriental de los turcos selyuqes o selycidassupona una seria amenaza para los debilitadosEstados musulmanes de la regin, al igual que para elImperio bizantino (que haba sufrido una severa

    derrota en la batalla de Manzikert en 1071), loque pona en riesgo la situacin de relativa tole-rancia imperante hasta el momento. De ah quela Europa cristiana acogiese favorablemente unllamamiento que deba contrarrestar los nuevosretos lanzados por la yihad desencadenada por losnuevos invasores turcos.

    La primera cruzada constituy un xito que lleva la formacin de diversos principados cristianos,especialmente el de Godofredo de Bouillon que,tras ocupar la ciudad santa, adopt el ttulo de de-fensor del Santo Sepulcro. La segunda cruzada,motivada por la prdida de Alepo y Edesa entre1128 y 1144, fue dirigida por el rey Luis VII deFrancia y el emperador Conrado III y concluyen un completo fracaso, pese al empeo de su im-pulsor, el monje cisterciense Bernardo de Clara-val, un especialista en este belicismo sagrado, ins-pirador y organizador de las rdenes militares(especialmente la de los templarios, cuyos estatu-tos redact e hizo aprobar), predicador contra losctaros del Languedoc y autntico terico de laguerra santa en su De Laude Militi Nov: Lossoldados de Cristo combaten confiados las bata-llas del Seor []. Para ellos, morir o matar porCristo no implica criminalidad alguna y reportauna gran gloria []. La muerte del pagano es unagran gloria para el cristiano, pues por ella Cristoes glorificado. La tercera cruzada, motivada porla prdida de Jerusaln en 1187, se distingui porla falta de coordinacin entre sus dirigentes, elemperador Federico I Barbarroja (que muri pron-to al ahogarse accidentalmente en un ro), el reyde Francia Felipe II Augusto y el rey de Inglate-rra Ricardo Corazn de Len, que llev el peso

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 51

  • 52EUROPA EN PAPEL

    Toma de una villa por cruzados. Miniatura del Libro de la gran conquista de Ultramar o de la Tierra Santa. Biblioteca Nacional de Espaa.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 52

  • 53 LA EUROPA MEDIEVAL

    en los combates (y en los esplndidos torneos ce-lebrados en los intervalos), consiguiendo frente aun militar tan competente como Saladino, el fun-dador de la dinasta egipcia de los ayyubes, el de-recho a la libre peregrinacin a la ciudad santa.La cuarta cruzada, organizada a principios del si-glo XIII tambin contra los ayyubes de Egipto,termin derivando, en un giro inesperado, haciala ocupacin del Imperio bizantino por lo que suhistoria tuvo especial incidencia en aquel mbito.La quinta y la sexta consiguieron algunos resulta-dos limitados (un condominio confesional en Je-rusaln) y las dos ltimas, comandadas por Luis IXde Francia, terminaran en un rotundo fracaso,con la muerte en la ltima del rey y de numerososcruzados a consecuencia de una epidemia de pestea poco de desembarcar en Cartago camino de T-nez (1270). Finalmente, los mamelucos de Egip-to, con la conquista de Trpoli (1289) y de Acre(1291) pusieron fin al sueo de los reinos cristia-nos de labrarse un imperio en Oriente.

    La cuarta cruzada (1202-1204) hay que enmarcar-la dentro de la expansin del cristianismo romano,que encuentra un nuevo adalid en la figura del pa-pa Inocencio III, empeado una vez ms en la su-misin del poder temporal al espiritual, ejempli-ficada en la excomunin del emperador Otn IVy en la victoria sobre el mismo obtenida por susaliados franceses en la batalla de Bouvines en 1214,que le privara de la corona imperial. Del mismomodo, Inocencio III aprovech la ocasin de lasCruzadas para el robustecimiento de su poder enOriente y en Occidente, aqu con la predicacinde las llamadas cruzadas contra los valdenses (dePedro Valdo, que predicaba la pobreza evanglica,

    la creacin de una comunidad laica, la lectura dela Biblia en lengua vulgar y la contestacin del po-der del papa) y, sobre todo, contra los ctaros (pu-ros) o albigenses (de la ciudad de Albi, aunque abu-sivamente, pues el centro de su movimiento estuvoen Toulouse), cuya compleja doctrina inclua ele-mentos del gnosticismo y del maniquesmo (Dioscontra Satn), la va asctica ms radical como ca-mino de perfeccin, el rechazo del mundo mate-rial y por tanto de la encarnacin de Cristo (do-cetismo) y del dios del Antiguo Testamento, y cuyosadeptos seran encarnizadamente perseguidos trasla infructuosa predicacin de Domingo de Guz-mn (fundador de la orden mendicante de los do-minicos, mientras Francisco de Ass fundaba lade los franciscanos), con matanzas tan espantosascomo la ejecutada en Bziers, que se sald con untotal de veinte mil muertos. En el caso de los al-bigenses la guerra adquiri tambin tintes polti-cos dado que los ctaros estaban bajo la soberanadel rey de Aragn, Pedro II el Catlico, que caycombatiendo contra las fuerzas de los cruzados yde los franceses, aliados del papa, en la batalla deMuret (1213), lo que dej va libre, de un lado, ala ocupacin de Occitania por Francia y, de otro,al exterminio de los albigenses, condenados porla Inquisicin romana (creada al efecto en 1231 porGregorio IX) y salvajemente asesinados en masapor los cruzados, con una ltima hoguera encen-dida para ms de doscientos cuarenta resistentes alpie del castillo de Montsgur en 1244.

    Si en la parte oriental el siglo XIII signific la res-tauracin del viejo Imperio bizantino tras de la cri-sis y la reconquista de su independencia respectodel Papado, el mundo occidental estaba sufriendo

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 53

  • 54EUROPA EN PAPEL

    importantes transformaciones que sealaban el finde una poca. En el nterin haba constituido yaun importante legado para el futuro, que compren-da la arquitectura que haba servido para cruzarel paso desde el arte tardorromano al propiamen-te medieval (incluyendo desde los monumentoscarolingios hasta las singulares creaciones del mo-zrabe espaol) y, sobre todo, la arquitectura quealumbraba un primer estilo difundido por toda lageografa europea, el romnico, un arte conven-tual representado singularmente por los grandesmonasterios benedictinos y que ofreca grandesnovedades constructivas (arco de medio punto, b-veda de can) y decorativas (capiteles historia-dos, prticos esculpidos). Registraba tambin ensu haber la primera poesa pica de la Edad Media(la epopeya de los hroes solitarios protagonistasde la Chanson de Roland en Francia, del Poemade Mo Cid en Castilla, del Beowulf en Inglaterrao del Nibelungenlied en Alemania), las primerasnarraciones de aventuras caballerescas, que seranel origen de una caudalosa tradicin literaria (lasnovelas francesas de la Materia de Bretaa, ilus-trada por autores de primera fila como Mara deFrancia con sus Lais o por Chrtien de Troyes y suCaballero de la Carreta y su Caballero del Len opor los annimos redactores de la Historia del Grial,Merln, Lanzarote del Lago, La demanda del SantoGrial y La muerte del rey Arturo, verdadera sumade las aventuras del legendario soberano y sus pa-ladines de la Mesa Redonda) y, finalmente, la po-esa corts destinada a las cortes feudales por los

    trovadores, trouvres y Minnesinger, como Waltervon der Vogelweide:

    Under der lindenan der heide,d unser zweier bette was,d muget ir vindenschne beidegebrochen bluomen un de gras*.

    Sin embargo, La Divina Comedia, escrita por Dan-te Alighieri es tal vez la obra que mejor puede re-presentar el conjunto de las inquietudes de una po-ca en el momento en que estaba tocando ya a sufin. Una obra situada en el gozne que separaba unaAlta Edad Media impregnada de religiosidad cris-tiana y una Baja Edad Media que iba a conocer unprimer proceso de secularizacin, de paulatino ale-jamiento de las actividades humanas respecto delas rigurosas directrices trazadas por la jerarquaeclesistica en los tiempos precedentes, con el au-ge de las ciudades, las universidades, la economade mercado, los viajes a territorios lejanos, la mslibre difusin de ideas a travs de la imprenta y unnuevo gusto por lo profano en la literatura y el ar-te, que iban a cambiar las coordenadas que habandefinido la vida hasta entonces.

    Dante Alighieri haba participado en la vida pbli-ca de Florencia desde fines del siglo XIII, as comoen las luchas entre el Papado y el Emperador, desdeposiciones que variaron desde el gelfismo blanco

    * Bajo el tilo | en el campo, | all donde estuvo nuestro lecho, | podris encontrar | con gracia | rotas las flores yla hierba.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 54

  • 55 LA EUROPA MEDIEVAL

    o moderado al gibelinismo favorable a una autori-dad imperial universal y a una Italia independien-te del poder del Papa (como se desprende de su Mo-narchia). La Divina Comedia, elaborada desde elao 1304 hasta el de su muerte en Rvena (1321)es una sntesis de cristianismo y cultura clsica, unaobra que une un realismo terrenal y una espiritua-lidad casi mstica, una creacin que combina la po-esa con la filosofa, la teologa y el pensamientopoltico.

    Dividida en cien cantos (uno preliminar y trein-ta y tres para cada una de las partes: Inferno, Pur-gatorio, Paradiso), en clara referencia simblica ala Trinidad, el poeta, a la mitad del camino desu vida (Nel mezzo del cammin di nostra vita),extraviado en una selva oscura, va a encontrarla ayuda de Virgilio, smbolo de la sabidura an-tigua, en su viaje al mundo de ultratumba (siguien-do las referencias clsicas de la Odisea y la Enei-da), donde Dante puede sorprender los terriblessufrimientos de los pecadores en algunas de las es-cenas ms dramticas (e incluso ms despiadadas)de la literatura universal, hasta llegar al Leteo, don-de el escritor romano desaparece para dejar pasoa Beatriz, el amor juvenil y platnico del autorque, despus de asistir a los gozos de los bienaven-turados, al final de su itinerario descansa la vistaen Dios Uno y Trino y en el misterio de la doblenaturaleza de Cristo. Un itinerario que, con sushallazgos poticos pero tambin con sus limita-ciones ideolgicas, le ha permitido hacer un ba-lance de la historia, le ha permitido legarnos unasuerte de precipitado de todas las tensiones de lacivilizacin medieval. Pero ello en el ltimo mo-mento, como subraya el estilo elegido (el dolce stil

    nuovo), el empleo de la lengua italiana en lugardel latn y la propia cronologa de la obra, escri-ta en el siglo XIV, cuando ya han ocurrido muchasde las transformaciones que permiten hablar deuna Baja Edad Media.

    * * *

    La Baja Edad Media occidental se caracteriza porun nuevo auge de la economa, por el desarrollodel comercio interior y exterior, por el fuerte pro-tagonismo de las ciudades, por la aparicin de nue-vas clases sociales (que parecen invalidar el viejo eincuestionado orden tripartito), por la insinuacinde un tmido proceso de secularizacin patente enuna cultura que transfiere la educacin superior alas universidades, que se beneficia de nuevos y re-volucionarios medios de difusin de la escritura,que amplia sus conocimientos de otros mundos atravs de los viajes a larga distancia, que anunciaun nuevo gusto artstico (arquitectura, escultura,pintura, msica), que crea una literatura urbana,profana y en lengua vulgar que pronto supera a lascreaciones clericales en el favor del pblico corte-sano y ciudadano.

    No quiere decir esto que la vida de las poblacionesdeje de estar amenazada como antes (la peste ne-gra de 1348 lo pone bien de manifiesto) ni que laeconoma no conozca crisis peridicas, ni que la re-ligiosidad deje de ser un patrimonio compartido yni siquiera que se apaguen las querellas entre lospoderes temporal y espiritual. Es ms, la Iglesia du-rante el siglo XIV sufre un severo quebranto en suprestigio y su influencia, primero a causa del lla-mado destierro de Avin, tildado de cautividad

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 55

  • 56EUROPA EN PAPEL

    de Babilonia (1309-1377), cuando el Papado que-da a merced del rey de Francia (tras la entente en-tre el papa Clemente V y el rey Felipe el Hermo-so), como prueba el hecho de que durante dichoperiodo todos los pontfices sean franceses y tam-bin noventa de los ciento diez cardenales.

    La siguiente prueba es el llamado Cisma de Occi-dente (1378-1417), cuando, tras la decisin deGregorio XI de abandonar Francia y regresar a Ita-lia, la autoridad pontificia se divide entre dos pa-pas (el de Avin y el de Roma, seguido el prime-ro por Francia, Saboya y Escocia y, ms tarde, porCastilla, Navarra y Aragn, y el segundo por Ita-lia, Alemania e Inglaterra) y aun entre tres, en elmomento en que el Concilio de Pisa depone a am-bos y nombra en 1410 a un tercero (Juan XXIII)mientras todos reclaman su propia legitimidad.Tras la convivencia de varios papas y antipapas, elCisma entra en fase de resolucin, a pesar de la re-sistencia a ultranza de Benedicto XIII, ms co-nocido como el Papa Luna, recluido en su reduc-to de Pescola (pese a su condena en 1417 comocismtico y hereje), con la renuncia final de su con-tinuador en 1429.

    Sin embargo, el propio cisma genera un nuevo con-flicto, debido a que entre los miembros ms acti-vos de la jerarqua eclesistica se abre la concienciade los perjuicios que se derivan de que un solo hom-bre se arrogue la direccin de toda la Iglesia, con laconclusin de que la institucin debe regirse poruna serie de Concilios que, funcionando como r-ganos representativos de los fieles (a imagen delas nacientes cortes, parlamentos o estados genera-les que estn empezando a representar a los sbditos

    ante los monarcas), adopten las directrices genera-les antes encomendadas al papa. Es la idea funda-cional del movimiento conciliarista que provoca-r, especialmente en el marco del Concilio deConstanza (1414-1418), una serie de sonadas con-troversias sobre dnde deba residir la mxima autoridad de la Iglesia y de dramticos episodios,como el de la condena de los reformistas checos JanHus (1415) y Jernimo de Praga (1416) a moriren la hoguera durante el propio transcurso de lassesiones. Su martirio ocasion nuevos movimien-tos de resistencia, como la de los utraquistas, losque comulgan bajo las dos especies, cuya represindar origen a las guerras taboritas, a partir de la ciu-dad de Tabor, fundada por los husitas, encuadra-dos por Jan Zizka, que se prolongarn hasta 1452.O la decisin de desenterrar, quemar y arrojar a lasaguas los restos mortales del reformista ingls JohnWycliff que se haba pronunciado a favor del valorde la Biblia como nica gua del creyente (con suconsiguiente traduccin del latn al ingls) y de laiglesia invisible de los cristianos frente a la estruc-tura corrompida y el permanente escndalo de laIglesia de Roma.

    El movimiento conciliarista continuar vivo en elConcilio de Basilea (1431), que llevar a la com-pleta ruptura entre los partidarios de las dos posi-ciones enfrentadas, la decisin del papa de trasla-dar las sesiones a Ferrara (1438) y de all a Florencia(1439-1445) y la rebelda de los conciliaristas, quepermanecen en Basilea y eligen papa a Flix V, quemantendr sus prerrogativas hasta su voluntaria re-nuncia en 1449. Ahora bien, esta inquietud que sa-cude el mbito de la Cristiandad occidental (y queincluso se transfiere a la oriental con el movimiento

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 56

  • 57 LA EUROPA MEDIEVAL

    de la unin de las iglesias, finalmente saldado conun rotundo fracaso) ser el preludio del estallidode la Reforma de Lutero a principios del siglo XVI,que producir otro cisma (ahora s definitivo) enla Iglesia de Occidente.

    * * *

    Las ciudades son aglomeraciones de poblacin quese caracterizan, ms que por el nmero mayor omenor de sus habitantes, por desarrollar al margendel mundo rural, al amparo de sus murallas (quele ofrecen seguridad), una serie de funciones muydiversificadas. As, sern mercados de la produc-cin agrcola de su entorno, asiento de los gremiosque controlan la industria artesanal, centros del co-mercio regional o de larga distancia, centros finan-cieros de mayor o menor alcance, sedes de la admi-nistracin pblica, asiento de obispados yarzobispados, sedes de escuelas y universidades, lu-gares de produccin de una cultura diversificada.Las ciudades presentan una composicin social mscompleja, compuesta de menestrales, mercaderes,funcionarios civiles y eclesisticos (entre estos loscannigos y beneficiados de las colegiatas y las ca-tedrales), profesionales liberales (abogados, maes-tros, mdicos, veterinarios): el conjunto de los bur-gueses, que rompen con el esquema tradicional delnoble, el clrigo y el labrador. Las ciudades son elmbito de los hombres libres (frente al campo dela servidumbre), que son iguales jurdicamente ycuya convivencia est regulada por el municipio(aunque la constitucin de un patriciado urbanotrata de monopolizar los oficios pblicos y el ejer-cicio efectivo del poder local en detrimento de losestratos ms bajos de la poblacin), del mismo mo-

    do que sus reivindicaciones pueden ser escuchadasa travs de los representantes que envan a las asam-bleas estamentales creadas por las nuevas monar-quas (las cortes, los parlamentos, las dietas, los es-tados generales). Las ciudades, adems, no estnaisladas, sino que forman redes que permiten sucomunicacin dentro de la regin y a veces, si sonlocalidades martimas, con lejanos puertos con losque intercambian desde mercancas a ideas y co-rrientes culturales. La ciudad es el mbito de ela-boracin de las formas de la alta cultura, porque ladivisin del trabajo genera un bien inapreciable, elocio, que permite la produccin y el consumo tan-to intelectual como artstico. Finalmente, es el lu-gar donde se genera, por antonomasia, la prcticade la cortesa (si es sede de una corte real, princi-pesca o seorial) y de la urbanidad, el conjunto denormas de una conducta distinguida, de unos va-lores sociales refinados. La Europa de las ciudadeses una de las grandes creaciones de la Edad Media.

    Las ciudades van a protagonizar una profunda re-novacin en el terreno de la educacin, de la pro-duccin y de la transmisin del conocimiento.Frente a los escritorios monacales (ms aptos pa-ra la conservacin que para la generacin de nue-vos saberes), aparecen ahora las corporacionesde maestros y estudiantes, segregadas de las escue-las catedralicias o conventuales, que se conviertenen centros de una enseanza autnoma y crtica,que introducen en sus programas de estudios nue-vas materias al margen de la filosofa y la teologa(gramtica, lgica, retrica, aritmtica, geometra,astrologa y, sobre todo, derecho civil y canni-co y, a veces, otras disciplinas ms especficas co-mo la medicina) y que favorecen la entrada por el

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 57

  • 58EUROPA EN PAPEL

    mrito (y no por la cuna) y la promocin perso-nal en un medio caracterizado por una mayor po-sibilidad de ascenso social frente al inmovilismoaltomedieval. Finalmente, las universidades irnescapando al rgido control eclesistico para po-nerse bajo el patrocinio de los prncipes o de losmunicipios.

    Tras las fundaciones primerizas de Bolonia (1088)y Oxford (1096, aunque su desarrollo no se com-pleta hasta bien entrada la centuria siguiente), losestudios universitarios se multiplican durante la se-gunda mitad del siglo XII y, sobre todo, a todo lolargo del siglo XIII: Pars (hacia 1150, aunque su co-legio ms famoso, la Sorbona, no se constituye has-ta 1257), Mdena (1175), Palencia (por decisindel rey Alfonso VIII de Castilla, 1208), Cambrid-ge (escindida de Oxford a partir de 1209), Sala-manca (fundada y protegida por el rey Alfonso IXde Len en 1218 y primera en ostentar oficialmen-te el ttulo de Universidad desde 1254), Padua (for-mada por estudiantes procedentes de Bolonia en1222), Npoles (fundada por el emperador Fede-rico II en 1224), Coimbra (patrocinada por el reyDions, 1288) y Lrida (1300). La nueva ensean-za independiente, sin embargo, no deja de causarrecelos, como demuestra el caso de Pedro Abelar-do, que se inicia como maestro laico en la escue-la catedralicia de Notre-Dame de Pars en 1114 yvive una agitada vida, tanto por sus famosos amo-res con Elosa (con la que se casa antes de sufrir lacastracin por parte de sus enemigos, lo que le obli-ga a retirarse como monje a Saint Denis mientrassu esposa se refugia entre las monjas de Argenteuil),como por las dificultades que le ocasionan sus es-critos y sus enseanzas, entre ellas la condena a per-

    petuo silencio como docente decretada por el S-nodo de Sens despus de una acusacin de Bernar-do de Claraval: su historia es la de la lucha a favorde una enseanza universitaria independiente, li-bre y crtica, frente a una enseanza tradicional ba-sada en el acatamiento de los antiguos, la sumisinal dogma y la primaca de una fe incompatible conla razn. Justamente el ms poderoso intento dedotar de una cierta racionalidad al aparato especu-lativo cristiano nace tambin de las aulas univer-sitarias, por obra de Toms de Aquino, que en suSuma teolgica (1267-1274, inacabada) adopta lascategoras de Aristteles para buscar la conciliacinde la revelacin con la filosofa, aunque siempre de-jando al margen una serie de verdades misterio-sas que solo la fe sustenta. En todo caso, despusde superar muchos obstculos, los estudios univer-sitarios consiguieron extenderse por toda la geogra-fa europea y subsistir hasta nuestros das comoel instrumento privilegiado para impartir la ense-anza superior.

    Las lecciones orales (y los apuntes consiguientes)constituan el mtodo de enseanza de las univer-sidades europeas. Sin embargo, el texto manus-crito pronto pudo ser sustituido con xito graciasa una invencin tcnica que iba a dar lugar a unade las grandes revoluciones culturales de la histo-ria. La imprenta, en efecto, se convertira en unode los principales agentes de cambio, y no solo cul-tural, hasta tal punto que su aparicin puede serconsiderada como uno de los hechos fundamenta-les que marcan la transicin desde los tiemposbajomedievales a la Edad Moderna. Producto deuna serie de experimentaciones llevadas a cabo a lolargo del siglo XV, fue el alemn Johannes Gutenberg

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 58

  • 59 LA EUROPA MEDIEVAL

    Taller de imprenta manual segn el grabadoImpressio librorum de Phillipus Galle(Thodor Galle, Nova Reperta, Amberes?, Phls Galle, entre 1590 y 1612).

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 59

  • 60EUROPA EN PAPEL

    quien, en sus talleres de Maguncia, pondra a pun-to la impresin con caracteres mviles (fabricadosdesde 1500 a base de una perfeccionada aleacinde plomo y antimonio), utilizando una prensa ma-nual, una serie de punzones de acero para el graba-do (y la estampa) y una tinta especial que garanti-zaba su cualidad indeleble.

    La imprenta pronto fue capaz de producir nume-rosos textos en serie, primero en caracteres gti-cos y luego en caracteres romanos, junto a losgriegos y los hebreos, para uso de universitariosy eruditos, as como tambin grabados en made-ra (xilografas) que sirvieron de paralelo grficoa la escritura, a veces con un poder de seducciny de difusin mayor que el de la propia letra. Laexpansin de la imprenta fue tambin otro fen-meno de alcance europeo, de manera que en 1500eran 236 las ciudades que posean talleres tipo-grficos y los libros publicados (llamados incu-nables hasta dicha fecha) superaban los 30 000ttulos y los 15 millones de ejemplares. De estemodo, la imprenta, fruto de la Edad Media tar-da, sera una de las ms obvias seas de identi-dad de la Edad Moderna temprana. Sera anms, un factor decisivo, un verdadero smbolo dela Modernidad.

    Las transformaciones operadas en los siglos quevan del XIII al XV generaron tambin una serie denovedades en el patrimonio cultural que nos le-gar la poca y que difiere sustancialmente delde los tiempos altomedievales. Frente al arte mo-nstico del romnico, el arte gtico (supuesta-mente de los godos, pero sin fundamento) se ex-presa en la monumentalidad de las grandes

    iglesias situadas en el marco urbano, donde losedificios despliegan un amplio catlogo de nove-dades: arco ojival o apuntado, bveda de arista ode crucera, elevacin de las naves y por tanto lu-minosidad conseguida a travs de enormes vi-drieras de suntuoso colorido y esculturas de bul-to redondo en las fachadas, donde florece unnuevo realismo lleno de gracia y de delicadeza.Adems, el desarrollo urbano ofrece nuevos cam-pos de accin a la arquitectura gtica al margende las grandes catedrales: es el gtico civil de losayuntamientos, de las lonjas de mercaderes, delas sedes gremiales, de los palacios de los noblesy de las casas de los mercaderes. Del mismo mo-do, la escultura invade nuevas superficies, co-mo los retablos de las iglesias y los sepulcros re-ales o seoriales, del mismo modo que se ofreceexenta en las figuras devocionales de los altareso en otros ejemplos menos frecuentes, como elCaballero de la catedral alemana de Bamberg oel Pozo de Moiss de la borgoona Cartuja deChampmol, donde subsisten las monumentalesfiguras de Claus Sluter ocupando los lados delbasamento del perdido calvario del claustro. Igual-mente, la pintura se difunde a travs del llama-do gtico internacional (que produce celebradastablas en regiones como el ducado de Borgoa,el reino de Bohemia o el reino de Aragn, e in-cluso llega a utilizar la miniatura para crear algu-nas de sus obras maestras, como Les trs richesheures du duc de Berry de los tres hermanos deLimbourg), mientras evoluciona hacia formasnuevas en Italia (con Giotto en Florencia y Duc-cio y Simone Martini en Siena) o en Flandes,donde algn autor como Jan Van Eyck anunciaya la llegada del Renacimiento.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 60

  • 61 LA EUROPA MEDIEVAL

    Hermanos Limbourg. Monjes cartujos en faenas de pesca. Ilustracin de Les trs riches heures du duc de Berry, s. XV.

    Muse Cond, Chantilly.Foto Photo Ann Ronan/HIP/Scala, Florence.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 61

  • 62EUROPA EN PAPEL

    Por ltimo, la literatura se transforma igualmente.En Francia, Franois Villon infunde nueva vida aviejos temas gracias a su personal sentido ya de lavida festiva ya de la muerte inevitable, con un len-guaje pletrico de pattica sinceridad y profundatristeza en su Testament, con su pattica Ballade desdames du temps jadis:

    O sont ils, o, Vierge souvraineMais o sont les neiges dantan?

    Mientras Italia inventa el dolce stil nuovo que alcan-za su mxima y ms temprana cumbre en el Can-zoniere de Francesco Petrarca:

    Vivrommi un tempo mai, chal viver miotanta virtute sol un vostro sguardo;et poi morr, sio non cedo al desio.

    Cuyos ecos alcanzan a poetas tan dotados comoel espaol Ausias March:

    Aixi com cell qui en lo somni es delitae son delit de foll pensament ve,ne pren a mi, que el temps passat me tlimaginar, que altre b no hi habita.

    Por su parte, la narrativa profana halla su mode-lo cannico en las divertidas historias del Deca-mern de Giovanni Bocaccio (contadas por ungrupo de patricios fugitivos de la peste que asolaFlorencia), que encuentran un seguidor de ge-nio en Geoffrey Chaucer y sus Canterbury Tales,que tienen como escenario la peregrinacin a latumba de Toms Becket. El otoo de la Edad Me-

    dia se llenar, no obstante, de la melancola queanuncia el fin de una poca, como en el caso delespaol Jorge Manrique:

    Recuerde el alma dormidaAvive el seso y despiertecontemplandocmo se pasa la vidacmo se viene la muertetan callando.

    * * *

    Sin embargo, muy distinta, a pesar de sus eviden-tes contactos y recprocas influencias, haba sidola historia de las regiones orientales, las que gra-vitan en torno al Imperio Bizantino. En efecto,tras la ocupacin de Roma por los brbaros y ladesaparicin del Imperio de Occidente, el Im-perio romano qued reducido a la parte oriental,aquella que coincida con el dominio de la lenguagriega, de modo que sus soberanos y sus pobla-ciones se consideraron los verdaderos herederosdel mundo clsico y, ms an, como los autnti-cos romanos, los cuales solo ms tarde seran de-signados como bizantinos, a partir de Bizancio, elsolar primitivo de su capital, Constantinopla. Noobstante, el nuevo Imperio se asent sobre las ba-ses establecidas a partir del siglo IV, es decir, bajoel signo de la indisoluble conjuncin entre el po-der poltico y la Iglesia cristiana.

    Su representante ms ilustre, Justiniano (527-565), protagonizara el ltimo intento de reunirlas dos partes, oriental y occidental, y as lograr

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 62

  • 63 LA EUROPA MEDIEVAL

    El emperador Justiniano y su squito (detalles), ca. 550. Mosaico de la iglesia de San Vitale, Rvena.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 63

  • 64EUROPA EN PAPEL

    la reconstruccin territorial del viejo ente impe-rial bajo un mismo soberano; un proyecto gigan-tesco que termin en un previsible fracaso, des-pus de luchar contra los persas en Asia, losvndalos en frica, los ostrogodos en Italia y losvisigodos en Espaa. Sin embargo, su reinado fuetambin el periodo de mximo esplendor cultu-ral del Imperio de Oriente, el periodo que mar-c la transicin desde las formas tardorromanasa las nuevas creaciones que podemos llamar pu-ramente bizantinas que se explayan a partir de lossiglos VII y VIII. Es el momento de la construccion(por obra de Artemio de Tralles e Isidoro de Mi-leto) de la baslica de Santa Sofa de Constanino-pla (con su grandiosa concepcin de los volme-nes y su elaborado programa decorativo depinturas y mosaicos) y de las baslicas de Rvena,la capital de la Italia conquistada por Justiniano,con los famosos mosaicos monumentales de SanVital, que representan al emperador y su corte ya la emperatriz Teodora y su squito. Y en el te-rreno de la cultura escrita, junto al esfuerzo decodificacin del derecho romano, hay que desta-car al menos la figura de Procopio, a quien gra-cias a su Historia de las guerras del emperador Jus-tiniano, podemos considerar como el ltimohistoriador clsico.

    En cualquier caso, el Imperio bizantino asumila misin de preservar el legado antiguo, de favo-recer la religin cristiana (como religin de Esta-do), de acoger a los armenios (ya cristianizados)y, sobre todo, de asimilar a los pueblos eslavos(que irrumpieron en las regiones orientales deEuropa como los pueblos germanos lo haban hecho en las occidentales y que pronto fueron

    helenizados y cristianizados) mientras manten-an la defensa del territorio frente a otros pueblosms agresivos. Los primeros fueron los blgaros,de posible origen turco, que en el siglo IX cons-tituyeron un Estado (tras la conversin al cristia-nismo griego de Boris V, la eslavizacin de la len-gua y la adopcin del alfabeto cirlico, ms lapoltica expansiva sobre Serbia, Macedonia y Al-bania) que alcanz su esplendor en el siglo X conla ocupacin de Tracia, Bosnia y Montenegro, lacreacin de un patriarcado autnomo y la adop-cin por el rey Pedro del ttulo de zar, aunqueuna campaa militar dirigida por el emperadorbizantino Basilio II acab con este primer Esta-do o Imperio blgaro. El segundo Imperio, queparti del reconocimiento por el papa Inocencio IIIde Kelojar como rey de los blgaros y los valacos(a principios del siglo XIII, en el contexto de lacuarta cruzada), tambin supo llevar a cabo unapoltica de expansin que le convirti de nuevoen la potencia dominante en los Balcanes, conTarnovo como capital.

    La vida del Imperio bizantino estuvo jalonada porla sucesin de las dinastas, por sus frecuentes cons-piraciones palaciegas, por sus constantes movili-zaciones militares y por sus complejas y violentascontroversias religiosas (que eran al mismo tiem-po polticas), la ms importante de las cuales fuela que enfrent a los iconoclastas con los defen-sores de las imgenes sagradas y que se prolonga lo largo de ms un siglo (730-843). Antes habasurgido una de las instituciones ms representati-vas del mundo bizantino, el monacato, aunque sudesarrollo implica una ruptura con la tradicinclsica y un prolongado periodo de estancamiento

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 64

  • 65 LA EUROPA MEDIEVAL

    y empobrecimiento cultural (siglos VII, VIII y prin-cipios del IX) del que no se saldr hasta la exalta-cin al patriarcado de Focio, que adems de des-empear un destacado papel como eclesistico fueresponsable de una suerte de renacimiento de ma-triz laica, de vocacin helenista y enciclopdicaque puede considerarse como un primer huma-nismo bizantino.

    Con las sucesivas dinastas los momentos de cre-atividad cultural se suceden espaciadamente. Siel emperador Constantino VII Porfirogeneta apa-rece en la primera mitad del siglo X como elamante de los libros, la figura de Miguel Pselollena la segunda mitad del siglo XI con el fomen-to de los estudios en Constantinopla y con su pro-pia obra historiogrfica (Chronographia), mien-tras el arte adquiere un nuevo empuje con laconstruccin de los monasterios de Hsios Lo-kas (en la Fcida) o la Gran Lavra del MonteAthos, y mientras se escribe el gran poema picoDigenis Akrita, la historia de un hroe de fronte-ra comparable al Cid castellano o al Rolandocarolingio.

    Una de las consecuencias ms importantes de lapoltica agresiva de Roma fue, en efecto, la rup-tura de la unidad de la Cristiandad europea, quetuvo como causa directa la constante rivalidadentre el papa (el patriarca de Roma) y el patriar-ca de Constantinopla. El primer episodio de gra-vedad haba ocurrido en el siglo IX, justamentecoincidiendo con un resurgimiento de la vida po-ltica, religiosa y cultural de Bizancio, que lleval aumento del poder y del prestigio del patriar-cado, encarnado en la enrgica figura de Focio,

    quien se opuso a las abusivas pretensiones roma-nas. El segundo momento fue protagonizado porel patriarca Miguel Cerulario, cuya oposicin alpapa Len IX, que una vez ms propugnaba lasupremaca absoluta de Roma sobre las demsiglesias cristianas, llev al llamado Cisma deOriente (1054), que dividi para siempre al cris-tianismo oriental del occidental, tras manifestarun irreconciliable desacuerdo que era a la vez so-bre aspectos teolgicos (el filioque latino, es de-cir, la doctrina de que el Espritu Santo procedaal mismo tiempo del Padre y del Hijo, las otrasdos personas de la Santsima Trinidad), discipli-nares (el celibato obligatorio en el mundo latinopero no en el bizantino) y de dependencia o in-dependencia entre las distintas iglesias. Todos losmovimientos posteriores a favor de un retornoa la unidad constituyeron un fracaso debido alpermanente rechazo por parte del patriarcado yde la poblacin de Constantinopla, a lo que sinduda contribuy el recuerdo dejado por la inva-sin del Imperio por parte de los integrantes (la-tinos) de la cuarta cruzada.

    La cuarta cruzada, en efecto, se convirti en uninstrumento poltico para acabar con la indepen-dencia del Imperio bizantino. La expedicin, quedeba dirigirse contra Egipto, fue desviada de sudestino original sobre todo por los venecianos,interesados en hacerse con el monopolio del co-mercio del Mediterrneo oriental, de modo que,tras atender el requerimiento del pretendiente altrono, dirigi sus tropas contra el Imperio y pro-cedi a un espantoso saqueo de Constantinopla,que precedi a la creacin de un Imperio Latino,mientras el resto del territorio se divida entre

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 65

  • 66EUROPA EN PAPEL

    la propia Venecia y otros participantes en la cru-zada, al tiempo que la Serensima Repblica re-ciba el espaldarazo de Roma al sustituir al pa-triarca ortodoxo por otro veneciano y fiel portanto a la autoridad papal.

    Por su parte, los bizantinos resistieron refugiadosen el Imperio griego de Nicea (aglutinado en tor-no a la figura de Teodoro Lscaris) mientras secreaban otras dos potencias que se reclamaban dela vieja formacin imperial, el Despotato de Epi-ro (regido por Miguel Angel-Comneno) y el Rei-no de Trebisonda en la regin noriental del marNegro (bajo la gida de Alejo Comneno). Los grie-gos de Nicea, principales adalides de la causa delirredentismo bizantino, pusieron fin al Imperiolatino (1261) procediendo a la restauracin legi-timista, finalmente obra de Miguel Palelogo, quereconquista Constantinopla y funda la dinastaque durante los dos siglos siguientes asumira lamisin primordial de mantener a raya a los tur-cos que asediaban las fronteras del Imperio.

    Las ltimas dinastas (los Lscaris de Nicea, losComnenos de Trebisonda y los Palelogos restau-rados en Constantinopla con ayuda de los geno-veses, que ocupan el barrio de Glata), pese a des-envolverse entre el trauma de la ocupacin de1204 y el acuciante asedio turco, producen unaobra literaria considerable, como son los textoshistoriogrficos de Ana Comneno (Alexada), deNicetas Coniates (Khronik Digesis, que narralos avatares de la traumtica cuarta cruzada) y deNicforos Grgoras, un verdadero uomo univer-sale, autor de una Historia con la que termina elgnero en el mundo griego y tambin pugnaz de-

    belador de la espiritualidad de los monjes delMonte Athos. Del mismo modo, si el arte se en-riquece con monumentos como la iglesia de SanSalvador de Khora en Constantinopla (obra delmecenazgo del erudito Teodoro Metokites), conlos ecos finales de una prestigiosa musivaria y conla originalidad de la pintura de iconos, una se-rie de humanistas (bajo la inspiracin de la granfigura de Jorge Gemisto, llamado Pletn) prepa-ran en la primera mitad del siglo XV, desde el re-tiro de Mistras (el ltimo oasis de la cultura cl-sica, con su programa de restauracin de lafilosofa platnica, el rechazo de la religin cris-tiana y la reivindicacin del politesmo grecorro-mano), el traslado de los tesoros del clasicismogriego a una Italia ya renacentista.

    As, renacido el Imperio bizantino despus de laprolongada crisis de la cruzada de 1204 y de larestauracin legitimista, la dinasta de los Pale-logo se encontr profundamente debilitada parahacer frente a sus poderosos enemigos pese a lacontratacin de los mercenarios de las Compa-as Catalanas mandadas por Roger de Flor. Sinembargo, por el momento, los turcos otomanos,que haban sustituido en el siglo XIII a los tur-cos selycidas en su marcha hacia occidente, di-versificaron su ofensiva europea, de tal modo que,si bien en la segunda mitad del siglo XIV despo-seyeron a los bizantinos de algunas de sus msimportantes ciudades (Adrianpolis, Tesalnicay Atenas), al mismo tiempo los desembarazaronde otros de sus rivales, como los serbios (derro-tados militarmente en Kosovo en 1389) y los bl-garos del segundo imperio (conquistados en1396). As los turcos otomanos quedaron ya di-

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 66

  • 67 LA EUROPA MEDIEVAL

    rectamente frente a su ltimo enemigo, el Impe-rio bizantino, con el que mantendran un dueloa muerte que terminara con la cada de Cons-

    tantinopla en poder de los turcos mandados porMehmet II, un hecho que ha venido considern-dose como el fin de la Edad Media.

    02.Europa en papel 3/3/10 16:12 Pgina 67