La época de napoleón

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Napoleón Bonaparte (1769-1821), emperador de los franceses (1804-1815) que consolidó e instituyó muchas de las reformas de la Revolución Francesa. Asimismo, fue uno de los más grandes militares de todos los tiempos, conquistó la mayor parte de Europa e intentó modernizar las naciones en las que gobernó. Napoleón nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio (Córcega) y recibió el nombre de Napoleón. Era el segundo de los ocho hijos de Carlos Bonaparte y Letizia Ramolino, miembros ambos de la pequeña burguesía corso-italiana. Su padre trabajaba como abogado y luchó por la independencia de Córcega; después que los franceses ocuparan la isla en 1768, ejerció como fiscal y juez e ingresó en la aristocracia francesa con el título de conde. Gracias a la influencia de su padre, la formación de Napoleón en Brienne y en la Escuela Militar de París estuvo subvencionada por el propio rey Luis XVI. Terminó sus estudios en 1785 —a los 16 años— y sirvió en un regimiento de artillería con el grado de teniente. Una vez que dio comienzo la Revolución Francesa, pasó a ser teniente coronel de la Guardia Nacional corsa (1791); sin embargo, cuando Córcega declaró su independencia en 1793, Bonaparte, decididamente partidario del régimen republicano, huyó a Francia con su familia. Fue nombrado jefe de artillería del ejército encargado de la reconquista de Tolón, una base naval alzada en armas contra la República con el apoyo de Gran Bretaña (que junto a Prusia, Austria, Holanda y España, tras la declaración de guerra francesa a ésta

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Napoleón Bonaparte

(1769-1821), emperador de los franceses (1804-1815) que consolidó e instituyó muchas de las reformas de la Revolución Francesa. Asimismo, fue uno de los más grandes militares de todos los tiempos, conquistó la mayor parte de Europa e intentó modernizar las naciones en las que gobernó. Napoleón nació el 15 de agosto de 1769 en Ajaccio (Córcega) y recibió el nombre de Napoleón. Era el segundo de los ocho hijos de Carlos Bonaparte y Letizia Ramolino, miembros ambos de la pequeña burguesía corso-italiana. Su padre trabajaba como abogado y luchó por la independencia de Córcega; después que los franceses ocuparan la isla en 1768, ejerció como fiscal y juez e ingresó en la aristocracia francesa con el título de conde. Gracias a la influencia de su padre, la formación de Napoleón en Brienne y en la Escuela Militar de París estuvo subvencionada por el propio rey Luis XVI. Terminó sus estudios en 1785 —a los 16 años— y sirvió en un regimiento de artillería con el grado de teniente. Una vez que dio comienzo la Revolución Francesa, pasó a ser teniente coronel de la Guardia Nacional corsa (1791); sin embargo, cuando Córcega declaró su independencia en 1793, Bonaparte, decididamente partidario del régimen republicano, huyó a Francia con su familia. Fue nombrado jefe de artillería del ejército encargado de la reconquista de Tolón, una base naval alzada en armas contra la República con el apoyo de Gran Bretaña (que junto a Prusia, Austria, Holanda y España, tras la declaración de guerra francesa a ésta última, habían constituido la Primera Coalición contra Francia en 1793). Reemplazó a un general herido, y, distribuyendo hábilmente sus cañones, expulsó del puerto a las naves británicas y reconquistó finalmente esta posición. Como recompensa por su acción Bonaparte fue ascendido a general de brigada a la edad de 24 años. En 1795 salvó al gobierno revolucionario restableciendo el orden tras una insurrección realista desatada en París. En 1796 contrajo matrimonio civil con Josefina de Beauharnais, viuda de un aristócrata guillotinado durante la Revolución y madre de dos hijos.

El joven comandante en jefe poseía sobresalientes condiciones. Su inteligencia, penetrante y ordenada, le permitía conocer, rápidamente, los más diversos asuntos. Su capacidad de trabajo era sin par. Poseyó extraordinario conocimiento del mundo y de los hombres, su ademán imperioso, su carácter impaciente y su voluntad despótica se conjugaban con una singular destreza retórica y con un hablar persuasivo y lleno de colorido. La pasión de mando, el ansia de gloria, el afán de poder lo llevaron a no conformarse nunca con lo que poseía, y a ambicionar cada vez más. (Ellauri, Secco, Oscar. Historia Universal. 1995, Pág.618)

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El directorio En Francia de 1795 se aplico la primera constitución republicana, ella dio el derecho de sufragio a algunos hombres, se creo un poder ejecutivo confiado a un consejo de cinco miembros llamado el Directorio, el legislativo a dos cámaras, la de los quinientos y la de los ancianos. Mientras tanto, los ejércitos franceses ocupaban totalmente a holanda, pero estas victorias impulsaban a Prusia, holanda y España a concertar la paz que dislocó a la primera coalición, ya sólo Austria e Inglaterra prosiguieron la lucha contra Francia.La lucha contra Austria e Inglaterra Austria e Inglaterra eran las únicas potencias de la primera coalición que aún no habían solicitado paz. Por indicaciones de Barras el general Bonaparte que acababa de cumplir 27 años de edad, fue designado general en jefe del ejercito que habría de atacar a las fuerzas austríacas, y en la campaña de Italia (abril de 1796 a abril de 1797) en un año Bonaparte conquistó la Italia septentrional, librando 18 grandes batallas, derrotando, con menos de 40.000, a mas de 300.000 adversarios, y llegando a puertas de Viena, donde impulso la paz al imperio austríaco. El Directorio proyectó la invasión de las islas británicas. Consultado Bonaparte, declaro imprudente intentar el desembarco y propuso, en cambio, la invasión a Egipto, con lo que proponía desalojar a los ingleses del mediterráneo, y obtener una base que le permitiera acercase a la india. Bonaparte partió de Tolón de 1798, con cerca de 40.000 soldados y más de 300 barcos. Era dueño de Egipto, pero en agosto de 1798, al almirante ingles Nelson destruyo su escuadra en Abukir, en las bocas del Nilo, quedando los Británicos del Mediterráneo.

La era de napoleón El 18 brumario (12 de noviembre) señalo el comienzo de la época de Napoleón, en la que pueden distinguirse tres periodos: el consulado (1800 a 1804), el Imperio (1804 a 1814) y los cien Días (1815). Napoleón se presento como continuador de la Revolución, cuyos principios fundamentales, dijo convertiría en realidad. Consolido la igualdad, abriendo caminos para la ambición individual, hizo de la clase media, el núcleo vital de la nueva Francia. Pero anuló al gobierno autocrático y centralizado, llevo además de un confín a otro de Europa los principios de nuevo régimen, y destruyo los últimos reductos del feudalismo.Durante el periodo imperial, napoleón conquisto casi la mitad de Europa, desde España a Rusia, tuvo que enfrentarse a varias coaliciones representadas por estados que no tuvieron bajo la dominación napoleónica.

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El poder napoleónico en 1810 El poder napoleónico culmino afines de 1810 Francia dominaba en el occidente y el centro de Europa; su aliada Rusia, en el este. El Gran Imperio comprendía Francia, Bélgica, holanda, los países alemanes ribereños del mar del norte hasta la Elba, la Prusia renana, le Luxemburgo, una parte de suiza y una tercera parte de Italia, la extendida entre Apeninos y el tirreno, hasta más allá de Roma. Además, las provincias Llirias, desde el fondo del Adriático hasta Montenegro. Este formidable Imperio en que se hallaba francés, alemán, holandés, italiano, y croata, era solo una parte del dominio de napoleón, quien poseía además de los títulos de rey de Italia, mediador de la confederación del Rin. Su hermano José era rey de España; su hermano Jerónimo, rey de Westfalia; su cuñado Murat, rey de Nápoles. Más de la mitad de Europa y más de 70 millones de personas dependían así de su voluntad imperial. Napoleón tenía, además, como aliados, al zar de Rusia, al emperador de Austria, al rey de Prusia y al rey de Dinamarca. Suecia acaba de adherirse al bloqueo continental con el que napoleón pretendió eliminar a Inglaterra tal aplicación debilito a Francia y favoreció a Inglaterra y de adoptar al, como heredero al trono, al mariscal napoleónico Bernadotte.

Imperio Napoleónico

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Sin embargo, le poder napoleónico era mas aparente que real. Todo ese enorme imperio se mantenía por la fuerza. El bloqueo continental paralizaba en el comercio. Las guerras constantes significaban una tremenda sangría en hombres y en dinero, para Francia y sus aliados. Un inesperado conflicto con Rusia iba a precipitar la ruina del Imperio. Destrucción del sistema de Napoleón Napoleón invadió la Rusia con un ejército de 600.000 hombres, mientras continuaba la guerra contra Gran Bretaña y España. Marcho a la capital, pensando que así la ocupara, no tardara en recibir proposiciones de paz. En efecto logró entrar en Moscow (setiembre 1812); pero su cálculo salió fallido por circunstancias que no había previsto. Moscow no era sino la capital religiosa y nacional de Rusia, al paso que el centro del gobierno estaba en Petersburgo; la perdida de la primera ciudad no paralizaba al gobierno y Alejandro no pidió la paz; Napoleón envió emisarios al tsar, pero este declaro que no trataría mientras el enemigo permaneciese en su territorio. Ya antes de al batalla del Moskova no quedaban arriba de 155.000 combatientes, que andaban lentamente con una impedimenta enorme de carros cargados de botín. En Moscow no pudo reorganizarse el ejército, pues los habitantes habían huido ante los invasores herejes, no quedando allí sino algunos mercaderes extranjeros; la ciudad fue destruida por un incendio la misma noche de entrar en ella los franceses. Era, por consiguiente, necesario regresar a Europa para el invierno, cosa que Napoleón no resolvió hasta después del 18 de octubre y ese año el frío fue muy cruel y precoz, manteniéndose el termómetro a 30 grados bajo cero. El ejército tuvo que pasar de nuevo por un país que devasto en su primera marcha y Napoleón volvió de su campaña con soldados desmoralizados y sin armas. Rusia quedaba libre y el francés sin su gran ejército.

Napoleón y su ejército en Rusia

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Este fue el primer acto de su derrota. No solo le había resistido el imperio moscovita sino que sus aliados empezaron a abandonarlo. El cuerpo Prusiano negocio con los rusos y prometido permanecer neutral: después de esto, el rey de Prusia huyó de Berlín, donde en poder de una guarnición francesa, se retiró a Silesia y se alió con Rusia e Inglaterra (enero febrero 1813) Este soberano hizo un llamamiento a si pueblo, que contesto con suscriciones y alistamientos voluntarios; entonces se organizo la landwehr o ejército de segunda línea, que fue equipado y armado a costa de las provincias. Prusianos y rusos reunidos marcharon sobre Alemania para sublevarla contra Napoleón.La campaña de la primavera de 1813 consistió en las dos sangrientas batallas de lutzen y Bautzen; Napoleón conservo la Sajonia, pero careciendo de caballería, tuvo que pedir un armisticio de tres meses, no pudiendo obtenerlo sino de seis semanas. Los aliados probaron entonces que eran capaces de luchar; la landwehr, en que tenían los jefes poca confianza, desmintió sus previsiones y se batió con encarnizamiento. El 10 de agosto entro en la coalición el emperador de Austria; la liga era completa de esta vez; al fin iban a operar de común acuerdo contra Francia las cuatro grandes potencias europeas. Este fue el segundo acto de la derrota (marzo a agosto de 1813) Los aliados resolvieron arrancar Alemania a Napoleón, el 9 de setiembre convinieron los aliados en la organización que iban a aplicar a Alemania y que consistía en restaurar Prusia y Austria según estaban en 1805, devolver hanóver a los Brunswick, restablecer tales como estaban antes los países alemanes anexionados al imperio francés o concedidos a príncipes franceses, disolver la Confederación de Rhin y garantizar la independencia entera y absoluta de los pequeños estados hasta los Alpes y el Rhin. Tratábase de destruir la dominación Napoleónica en Alemania privándola de sus aliados. El rey de Baviera dio el ejemplo, separándose de la Confederación y uniéndose con los aliados. Este fue el tercer acto de la derrota de Napoleón (Agosto-setiembre 1813) los tres ejércitos aliados marcharon en concierto sobre Leipzig, cuartel general de los franceses; la batalla duró allí tres días. Napoleón escapó del desastre con 100.000 hombres, y volvió a Francia. Los príncipes bonapartistas huyeron; Alemania estaba perdida para el emperador: tal fue el cuarto acto de la derrota (octubre-noviembre 1813)Una vez en Francfort, los aliados ofrecieron a napoleón dejarle la Francia tal como estaba en 1800; pero reservándose seguir adelante mientras durasen las negociaciones. El emperador ordenó una leva de 300.000 hombres; entonces los aliados publicaron un manifiesto, en el cual decía “Las potencias hacen la guerra, no a Francia, sino a la dominación abiertamente proclamada que Napoleón ha querido ejercer fuera de los límites de su imperio.…. Garantizamos al imperio Frances una extensión de territorio que la nación no tuvo nunca en tiempos de sus reyes” después de esto pasaron el Rhin los tres ejércitos aliados, invadieron a la Francia y marcharon sobre parís, al sur por el Franco Condado y el Sena, al

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centro por el Marna y al norte por el Oise y los Países Bajos. Napoleón había dejado sus tropas diseminadas en las fortalezas de Alemania; sólo le quedaban su guardia y algunos restos de tropas; añadiendo a esto los quintos del año y guardias nacionales, formó el ejército que le sirvió para llevar a cabo la campaña de Francia. Durante esta Faz de la lucha le ofrecieron de nuevo los aliados entrar en negociaciones; pero ya no le ofrecían más que las fronteras de 1792; pero ya no le ofrecían más que las fronteras de 1792; por de pronto pareció resignado a aceptar; pero luego rehusó. El 18 de marzo de 1814 se cerró el Congreso de Chatillón. Los aliados supieron por unos defenderse, y en consecuencia marcharon contra dicha; que capituló después de un combate de medio día. Francia estaba en poder de los aliados: tal fue el quinto y último acto de la lucha. Cuando empezó ésta, los aliados no pensaban sino en expulsar a los franceses de Alemania, y sus deseos se reducían a destruir la obra de Napoleón; la victoria los llevó hasta la capital de Francia y aniquilamiento de la Revolución.

Fin del imperio Dueños los aliados de Europa y Francia, quisieron determinar la suerte de ambas, empezando por la última. Ya no querían de Napoleón, ni tuvieron un solo momento la idea de restaurar la república; así fue buscaron un soberano capaz de restaurar el régimen monárquico y de firmar la paz con Europa. Metternich, ministro austriaco que tenía ya gran influjo entre los hombres de Estado europeos, tomó partido por los Borbones y procuró que los aliados a lo aceptasen. Napoleón abdicó, en Fontainebleau, el 6 de abril de 1814. Ese mismo día el Senado proclamó rey al conde de Provenza, hermano de Luis XVI, con el nombre de Luis XVIII- al ser decapitado Luis XVI, los monarquistas consideraron rey de Francia al delfín Luis Carlos, a quien llamaron Luis XVII- Los aliados reconocieron a Napoleón como rey de la isla de Elba, a donde debió trasladarse.

El trabajo de la restauraciónLa Restauración fue un intento por parte de los países vencedores de Napoleón de borrar del recuerdo la revolución liberal, queriendo dar la impresión de que nada había sucedido. Para ello se le devolvió su poder al rey y al clero. Se rehizo el mapa de Europa y se invocó la legitimidad de la autoridad establecida y la jerarquía tradicional, se volvió al poder ejercido por delegación divina. Se buscó la espiritualidad cristiana anterior por su valor de acatamiento.Aparentemente la Restauración devolvió el orden, pero la idea de regresar a lo que hubo anteriormente era impracticable sin la fuerza. Tenían en contra, aparte del pasado, una revolución lenta y constante que propiciaba el progreso económico y el crecimiento del tercer estado.Luis XVIII, proclamado rey, aspiraba a un gobierno tranquilo, pues estaba rodeado por un séquito intransigente. Francia deseaba

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vivamente la paz, y Luis XVIII, aparecía como el más indicado para considerarla. Luis XVIII otorgó y concedió una Carta constitucional, que sirvió de constitución a Francia en la restauración.La expresión otorgo y concedió calificaba un acto de su voluntad, revocable en cualquier momento, y la fechada en el “año diecinueve de su reinado”, desconociendo a Napoleón y a la revolución. Esto contribuyó a crear un ambiente propicio para el retorno de Napoleón, que se produjo en los llamados Cien Días.

La teoría absolutista viene a ser, con corta diferencia, la antigua doctrina del derecho divino- el rey es la única autoridad; Dios ha confiado el poder a su familia, y quiere que su transmisión sea hereditaria, de padre a hijo. Los derechos del soberano se derivan de la religión y de la tradición, y no de la voluntad de sus súbditos; en consecuencia, no tiene no tiene que darles cuenta de sus actos. Gobierna según le parece, con arreglo a su conciencia y sin estar sometido a ninguna regla. Toda autoridad emana de el y sus derechos no se limitan a gobernar según le parece, con arreglo a su conciencia y sin estar sometida a ninguna regla. Toda autoridad emana de el y sus derechos no se limitan a gobernar, sino también a dictar la ley y determinar el impuesto. (Seignobos, Historia de la Civilización Contemporánea, 1910, Pág.190)

Los Cien Días Napoleón huyo de la isla de Elba y desembarco a Francia, acompañado de unos mil soldados (mayo de 1815). En veinte días llego a París y se instalo nuevamente en las Tullerías, mientras Luis XVIII se refugiaba en Bélgica.Empezó, así, el último período de la época de Napoleón, conocido con el nombre de los Cien Días. Los ejércitos enviados para detener a Napoleón se incorporaron al suyo, y los antiguos revolucionarios lo recibieron con alegría. Napoleón se presenta como el sostenedor de las libertades públicas y como el defensor de la Revolución contra el antiguo régimen de los Borbones, aliados del extranjero. La bandera tricolor volvió a ondear en Francia.El ejército estaba con Napoleón. El pueblo lo miraba con simpatía, no así la burguesía, que lo hacía con recelo, pues temía la reiniciación de la arbitrariedad y de la guerra. Napoleón quiso atraerla, y para esto estableció un régimen imperial. Ofreció a Francia, por una parte, el respeto de los derechos y de las libertades individuales, y por otra, el mantenimiento de la paz con Europa. El político realista Benjamín Constant preparo, a pedido de Napoleón, una nueva constitución, que estableció un imperio liberal. Napoleón la reconoció solemnemente. Simultáneamente, ofreció asegurar la paz en Europa, aceptando el

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primer tratado de Paris e informando a los distintos soberanos de sus disposiciones pacificas. Los soberanos declararon a “Napoleón Bonaparte fuera de la ley, como enemigo y perturbador de la paz del mundo” y organizaron la séptima coalición contra Francia

Napoleón, con 200000 soldados, ataco a la vanguardia de la séptima coalición, formada por el ejercito ingles comandado por Wellington, y el prusiano, por Blucher, acampados en Bélgica. Batió a Blucher en Ligny, pero sin destruirlo. El 18 de junio de 1815 ataco a Wellington en Waterloo. Ambos bandos pelearon con bravura. En momentos en que parecía triunfar Napoleón, aparecieron las fuerzas de Blucher que, uniéndose a los ingleses lo derrotaron. Francia y el emperador estaban ahora definitivamente vencidos.Napoleón abdico. Se instalo un gobierno provisional que solicito a Luis XVIII que retomara el poder. Así se inicio, en junio de 1815 la segunda restauración.El emperador marcho al puerto de Rochefort, pues pensaba embarcarse para Estados Unidos de America, pero la escuadra inglesa lo impidió, y debió entregarse a Inglaterra, que lo considero como prisionero de guerra y lo envío a la isla de Santa Elena, en pleno océano Atlántico. Allí pasó los seis últimos años de su vida, rodeado de unos pocos fieles servidores y sometió a una estricta vigilancia. Dicto su memoria, que habrían de contribuir a mantener su antigua popularidad en la Francia contemporánea. Falleció el 5 de mayo de 1821.

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Tratados de 1814 y 1815. El nuevo gobierno en nombre de Francia, firmando primero un armisticio (los franceses tuvieron que evacuar las plazas fuertes que ocupaban) y después un tratado de paz. Los aliados exigieron únicamente que Francia volviese a los límites de 1792, con algunos pequeños aumentos; no reclamaron ninguna indemnización de guerra y hasta se negaron a decretar el reembolso de 169 millones debidos a Prusia; además dejaron en los museos franceses las obras de arte que Napoleón había sustraído a los países por él conquistados. Querían evitar a los franceses toda humillación y manifestaron “que, para probar su deseo de borrar los recuerdos de aquellos desgraciados años, las potencias renunciaban a la totalidad de las sumas que podían reclamar.” Ni siquiera dejaron una guarnición en Francia; apenas promulgó Luis XVIII la nueva Constitución salieron del país y evacuaron el reino. Estas condiciones se modificaron en 1815. Cuando se supo en Viena el regreso de Napoleón, los europeos declararon “que Napoleón Bonaparte se había colocado fuera de las relaciones civiles y sociales y que era entregado a la vindicta pública como enemigo y perturbador del reposo del mundo.” Ni siquiera un momento pensaron en tratar con él; sus ejércitos seguían en pie de guerra y por tanto pudieron dirigirlos inmediatamente contra Francia, que invadieron por todas partes. Después de la derrota de Napoleón, los aliados consideraron nulo el tratado de 1814. Puesto que los Borbones no podían responder de ser bastante fuertes para mantener su autoridad, aquellas resolvieron imponer a Francia cargas y garantías que la hicieran dependiente de Europa. Así fue que exigieron considerable indemnización de guerra, la devolución de las obras de arte a los países despojados por Napoleón; además dejaron guarniciones en territorio francés y fortificaron a expensas del gobierno de París los territorios fronterizos. Después instalaron sus ejércitos en las provincias designadas para el caso; allí vivieron dos años, a costa de los habitantes, hasta el pago completo de la indemnización. Se convino por otra parte que se habría algunas rectificaciones de fronteras: los prusianos y algunos pequeños Estados alemanes querían tomar la Alsacia, Lorena y aun Flandes y constituir con ellas un Estado para el archiduque Carlos; Austria pedía, por lo menos, la demolición de las plazas fuertes de la frontera. El gobierno ingles y el tsar se opuso a un desmantelamiento y todo se limito a tomar algunas fortalezas de saboya y del condado de Niza (28 de noviembre de 1815). Este tratado, que era relativamente ventajoso, fue de entonces; el duque de Richelieu, que logro obtenerla, lo firmo “Francia pago con mil millones de Francos y dos años de ocupación la vuelta de Bonaparte; pero escapo al desmembramiento

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De momento, Europa en 1815, tras la caída de Napoleón, estaba en manos de hombres que deseaban una restauración en lugar de cambios. Mirando hacia atrás, la Revolución y el imperio les parecían aventuras a las que habían puesto fin, como no podía ser de otro modo, aunque a un alto precio. El respeto por la autoridad legítimamente constituida y por la jerarquía social que la apoyaba debía ser restaurado, a su juicio, con el regreso a sus países de los soberanos, algunos de los cuales eran los reyezuelos de países minúsculos. Fue un critico de Rousseau, el escritor suizo, que no alemán, Ludwig Von Haller, quien escribió en 1816 que “los monarcas legítimos han sido restaurado en sus tronos, y del mismo modo debemos ahora restaurar en su trono legitimo a la ciencia, la ciencia que sirve al supremo monarca, y cuya verdad confirma el universo entero” (Briggs, Asa. Historia Contemporánea de Europa, 2000. Pág. 55).

Congreso de Viena En septiembre de 1814 se reunieron en Viena los representantes de las potencias afectadas por Napoleón. El zar de Rusia, Alejandro I (Nasserolde), el emperador de Austria, Francisco I, y el rey de Prusia, Federico Guillermo III, figuraban entre los principales monarcas del Congreso. El canciller austriaco Metternich, los ministros ingleses Castlereagh y Wellington y el francés Talleyrand, completaron las grandes figuras de la importante reunión.

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  Metternich Talleyrand Alejandro I  

Principios teóricos de la Restauración

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Contrario al Liberalismo: Principio de legitimidad: Solo tenían derecho a estar en el poder aquellos a los que Dios había elegido por su herencia real, por lo que no importaba si el gobernante no fuera de la misma nacionalidad que sus súbditos. Esta legitimidad monárquica llevo de regreso al trono a las dinastías reinantes antes de 1789 especialmente a los Borbones en Francia.Contrario al Nacionalismo: Principio de equilibrio: se concretó en un reparto proporcional de territorios entre las potencias vencedoras.Presidió el Congreso de Viena el canciller austriaco Klemens von Metternich, y asistieron Francisco I por Austria, Federico Guillermo III por Prusia, Alejandro I por Rusia, Lord Castlereagh por Gran Bretaña, y Talleyrand por Francia. El ministro francés, gracias a su habilidad, consiguió varios éxitos para Francia pese a su derrota.El resultado fue un nuevo mapa del continente europeo, con el que se pretendía asegurar la paz y la estabilidad. Francia retrocedió a sus fronteras de 1789, y se crearon pequeños Estados para impedir cualquier tipo de expansión francesa. Gran Bretaña, que mantenía su poderío naval, se convirtió en la gran potencia. Tras la derrota definitiva de Napoleón en Waterloo, los acuerdos del Congreso se hicieron efectivos.Absolutismo: Al obtener el monarca su poder de Dios, no debía ser frenado por ninguna constitución ni el principio de soberanía nacional.Intervencionismo: Las potencias se comprometían a intervenir en aquellos territorios que, perteneciendo a otra potencia, surgieran movimientos populares que pusieran en peligro los otros principios señalados. Esto condujo a un sistema de alianzas y la realización de congresos.Congresos: Fueron foros donde se discutieron las formas de resolver los conflictos internacionales y evitar que se empleara el recurso de la guerra para resolver disputas entre naciones. Este fue un principio que tuvo una enorme repercusión en la diplomacia internacional.Asistieron al congreso quince miembros de las familias reales, doscientos príncipes y doscientos dieciséis representantes de misiones oficiales. Durante su celebración se realizaron numerosos festejos, recepciones, bailes, conciertos y banquetes, creando un ambiente frívolo en el que se desarrollaron intrigas políticas y de espionaje.Los representantes de la pequeñas potencias solo conocieron esta faceta del congreso, porque las decisiones importantes eran tomadas exclusivamente por Gran Bretaña, Austria, Rusia y Prusia. Francia pudo influir gracias a la habilidad política de su representante Talleyrand

“Si los dos pilares básicos del Antiguo Régimen son una monarquía absoluta y una Iglesia prepotente-el

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trono y el altar- es preciso devolverles sus antiguas atribuciones”.

“En algunos casos el retorno al pasado va más allá, hasta llegar a concepciones medievales: el soberano no es “propietario” legítimo de la nación y, por tanto, puede hacer lo que le pazca con sus “propios negocios” (Von Haller). Este “legitimismo” le permitirá actuar como un verdadero autócrata sin tener que rendir a nadie. La soberanía nacional, es por tanto, una verdadera herejía política y el parlamentarismo una intromisión intolerante de los súbditos en al esfera real. La restauración de la Iglesia se inicia inmediatamente. Se suspende la desamortización en los países donde tuvo efecto y se devuelve a la jerarquía eclesiástica atribuciones mutiladas en el período revolucionario”. (Palomares, Jesús., Alcuña, Celso., Martínez, Mateo., Rueda, German. Historia del mundo contemporáneo, Pág. 122)

El nuevo mapa de Europa En el aspecto geográfico, las potencias centraron su atención en conformar Estados nacionales más fuertes, con un territorio más extenso y de mayor volumen demográfico, para prevenir cualquier intento expansionista como el que habían experimentado con Francia, que tratara de dominar otra vez Europa. El mapa continental europeo fue reconstruido como un gran rompecabezas que benefició particularmente a los países antinapoleónicas: Austria y Rusia se configuraron como las grandes potencias continentales, al lado de Gran Bretaña que consolidó su expansión oceánica, y Prusia que, aun con su territorio dividido, aumentó su poder en la zona del mar Báltico y dentro de la Confederación Germánica recién formada. Otros aspectos relevantes del mapa geopolítico de 1815 fueron la formación de una barrera para mantener el control de Francia y la creación de naciones artificiales mediante la unión de pueblos diferentes, como por ejemplo los belgas con Holanda, lo cual terminó drásticamente con sus expectativas nacionalistas. Gran Bretaña Fue la primera beneficiaria, ya que se le reconoció su rango de primera potencia marítima al asegurar su hegemonía sobre el mar Mediterráneo, mediante el dominio de las posiciones de Malta, las islas Jónicas y Gibraltar, así como de otras bases fuera de Europa, como El Cabo y Ceilán para controlar la ruta de la India y el refuerzo de sus posesiones en las Antillas, para favorecer el comercio americano. Austria Logró concentrar su poder en el norte de La Península Itálica al obtener el reino Lombardo-Veneto e imponer príncipes austriacos en los tronos de los ducados de Parma, Módena y Toscana; también consiguió una salida al mar Mediterráneo al incorporarse las

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provincias llíricas. Con las posesiones en Alemania garantizó la intervención de su emperador en tos asuntos de la recién creada Confederación Germánica. Prusia Quedó dividida y formó parte de la Confederación Germánica. Recuperó la orilla izquierda del Rin con la anexión de Renania, una zona fronteriza con Francia.

Confederación Germánica Quedó formada por 39 Estados, de los cuales Prusia y Austria fueron los más poderosos Rusia Obtuvo Finlandia antigua posesión sueca, Besarabia y una gran parte de Polonia Suecia Perdió Finlandia, pero fue compensada con Noruega. Lo anterior para evitar que Dinamarca controlara tos accesos al mar Báltico. Francia Redujeron su territorio y se estableció una barrera con Estados tapón en torno a ella: aL norte el Reino Unido de Los Países Bajos con la incorporación de Bélgica a Holanda; al este con la anexión de Renania a Prusia y la Confederación Suiza, y al sur el reino Piamonte-Cadeña. Península Itálica Quedó dividida en siete Estados: al norte los reinos de Piamonte ~ Lombardía-Veneto; al centro tos ducados de Parma, Módena y Toscana, y Los Estados Pontificios; al sur, el reino de Dos Sicilias que devolvieron a los Borbones de Francia.} Este trabajo de reorganización geopolítica provocó una serie de problemas que mantuvieron un clima de fuerte tensión en la vida de los europeos durante la mayor parte del siglo XIX, entre ellos: Rivalidades cada vez más acentuadas entre las potencias. Sometimiento de algunos pueblos como: Irlanda a Inglaterra, Bélgica a Holanda, Noruega a Suecia, y Polonia a Austria, Prusia y en su mayor parte a Rusia, sin tomar en cuenta sus intereses y características étnicas y culturales. Esta situación impulsó el desarrollo del sentimiento nacionalista.

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Conformación plurinacional de dos imperios: - Austriaco, donde convivían alemanes, italianos, checos, croatas, eslovenos, y húngaros, entre otros. - Otomano, integrado por turcos, griegos, búlgaros, servios y albaneses, entre otros. • División política de los territorios de los pueblos italiano y alemán, los cuales serían las semillas de los futuros movimientos nacionalistas con carácter de unificación. El acta definitiva del Congreso fue acompañada de otros decretos como los que garantizaban la neutralidad de Suiza y la libre navegación de los ríos de Europa. Los aliados, satisfechos de su labor en los aspectos político y geográfico, establecieron el compromiso de reunirse periódicamente para decidir las medidas necesarias para mantener la paz europea, en caso de que las corrientes revolucionarias volvieran a alterar a Francia y amenazaran la paz de los demás Estados

Las potencias de la Restauración El nuevo orden fue definido por cinco potencias, cuatro de ellas vencedoras de Napoleón: Gran Bretaña, Rusia, Austria y Prusia, y la misma Francia integrada en esta alianza internacional por las acciones diplomáticas de su ministro de Asuntos Exteriores, Telleyrand. Entre las potencias persistieron profundas diferencias en cuanto a los modelos políticos que representaban y a los proyectos internacionales que tenían. Entre ellos se distinguieron tres: • Parlamentario inglés: El monarca estaba limitado por una cámara representativa. • Absolutista ruso y austriaco: El monarca no tenía ninguna limitación. • Carta Otorgada francés: El monarca se auto limitó voluntariamente en el ejercicio de sus funciones, sin abdicar a la plenitud de su soberanía divina. Fue un régimen que pretendió combinar los dos modelos anteriores al mantener el poder real sin debilitarlo y aceptar la consulta a la nación, mediante convocatorias electorales restringidas a los ciudadanos que pudieran pagar las rentas establecidas para ser considerados como candidatos a las Cámaras o como votantes. En suma la Restauración no fue integral ya que algunos soberanos se vieron obligados a conceder Constituciones, que aunque confirmaban la soberanía real, ésta quedaba limitada a la ley. Además por su eficiencia se mantuvo la administración napoleónica y tampoco fue posible suprimir algunas transformaciones jurídicas, y sociales  como la igualdad ante la ley y los impuestos universales con lo que no permitió el regreso de los privilegios de los nobles.

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La Santa AlianzaPoco después de los tratados de Viena las grandes potencias aliadas vencedoras de Napoleón formaron la Santa Alianza para hacer cumplir y evitar toda agitación revolucionaria.La Santa Alianza fue obra del zar Alejandro I, hombre de espíritu místico que atribuía sus triunfos sobre Napoleón “a la misericordiosa intervención de la Divina Providencia”.Rusia, Austria y Prusia firmaron el tratado de la Santa Alianza (septiembre de 1815), que redacto el propio zar. Declararon solemnemente que seguirían los “preceptos de justicia, de caridad y de paz de la Santa Religión Cristiana” que la comunidad cristiana a la cual pertenecían, no tenia otro soberano que “aquel a quien solo pertenece en derecho el poder…Dios nuestro divino salvador Jesucristo, el verbo encarnado, la palabra de la vida eterna”.Casi todos los monarcas adhirieron el tratado de la Santa Alianza, al que solo faltaron la firma del Papa, del regente de Inglaterra y del Sultan.El ministro ingles Castlereagh, deseoso de consolidar la alianza política que firmaran Rusia, Prusia, Austria e Inglaterra al invadir a Francia en 1814; promovió la formación de la cuádruple alianza (noviembre de 1815). Las cuatro potencias se comprometían a mantener la paz, el orden y la prosperidad de los pueblos, salvaguardando y haciendo cumplir los tratados de Viena. La Santa Alianza tuvo un propósito político, bajo una apariencia religiosa; la cuádruplo alianza, un fin abiertamente político. Aquella fue nominal. Ésta en cambio, actúo decisivamente en la Restauración.

“La idea de crear la Santa Alianza parte del zar ruso. Alejandro I se considera el salvador de Europa y espera convertirse en árbitro de las relaciones intencionales. La alianza es una convención místico-religiosa de todos los soberanos legítimos de Europa para salvaguardar el nuevo-viejo orden salido del Congreso de Viena.

Técnicamente la Santa Alianza es sólo una especie de declaración de principios, abierta a todos los príncipes cristianos sin unos claros compromisos políticos. Si las potencias se avienen a firmar este pacto tan peculiar es por condescendencia hacia zar”. (Palomares, Jesús., Alcuña, Celso., Martínez, Mateo., Rueda, German. Historia del mundo contemporáneo, Pág. 122)

“Alejandro fue el único soberano que tomó

verdaderamente en serio la Santa Alianza”. “…para los Liberales del siglo XIX, la Santa Alianza personificaba una conspiración diabólica para acabar con la democracia, el nacionalismo y la justicia social” (Carlton, J, H, Hayes, 1953. Historia Política y Cultural de la Europa Moderna, Pág. 709)

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“Goethe decía de esta “Santa Alianza” que “nada había sido inventado que fuese más grande y más útil para los intereses de la humanidad”, y las opiniones de Goethe merecían respeto” (Fisher. Historia de Europa. Tomo III, Pág.14)

La Cuádruple Alianza, instituyendo un sistema de conferencias y consultas mutuas, inauguraría la Europa de los Congresos.El Congreso de Viena no se había inaugurado, y no se inauguraría, pero los representantes europeos (216 delegaciones) se encontraban en la capital del Imperio de los Habsburgo. Negociaciones desde principios de noviembre de 1814 hasta el 9 de junio de 1815. Su acta final estableció el estatuto de un continente “restaurado”.Austria, gran potencia centroeuropea, representada por el Canciller Metternich, consiguió formar un bloque coherente.Rusia, gran potencia eslava de Europa oriental, representada por el ministro Nesselrode y por el propio zar Alejandro I, retuvo Finlandia, arrebatada a Suecia, Besarbia, tomada a Turquía y dos tercios de Polonia, catalogados por el congreso como reino autónomo pero cuyo rey era el zar. Sus expectativas de expansión hacia el Báltico, área central, Balcanes y hacia el Mediterráneo, lo que les enfrentaría con Gran Bretaña.Prusia, ministro Hardenberg, que consiguió su colocación entre los primeros estados de Alemania. Se desplazaba hacia el Oeste.Gran Bretaña, potencia atlántica de Europa occidental. En las negociaciones la representó Castlereagh y consiguió el reino de Hannover, que daba buena posición el mar del Norte. Conservó islas en el mediterráneo, de ruta a las indias y reforzó sus posesiones en Antillas, acentuando su control oceánico.Francia, apareció como nuevo Estado con la restauración monárquica borbónica de Luis XVIII. El prusiano Hardenberg pretendía recortarle más los territorios, pero esto no interesaba a las demás potencias, pues significaba que Prusia sería demasiado poderosa. Además, una paz intolerable para los franceses podía ser peligrosa, pues mantendría focos revolucionarios.Confederación Germánica, se simplificó, quedando integrada por 39 estados, entre ellos uno que poseía un imperio (Austria) y cinco reinos. Se regía por una Dieta con sede en Frankfurt.Italia, quedaba bajo el gobierno de la dinastía Saboya, de los Borbones y del Papa.El deseo de retornar a la Europa de la 1789 no se realizó en el aspecto territorial como tampoco se practicó la política de equilibrio.

La oposición al antiguo régimen.Dos son las grandes fuerzas que minan las bases de este orden reestablecido: romanticismo y liberal/ nacionalismo.1- El romanticismo. Desde fines del Siglo XVIII advertimos la presencia, en Alemania especialmente y pronto en otros países, poetas y filósofos que, partiendo del pensamiento de Kant, generan un tipo de cultura distinta del vigente racionalismo de origen francés. Son los primeros románticos que parten del axioma de la superioridad de los

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sentimientos sobre la fría razón. El movimiento Sturm und Drang (empuje y tempestad) crece rápidamente y no se conforma con crear una nueva literatura, si no que informa otras actividades humanas: religiosidad (Scheleiermacher, Lamenais) política (Fichte).La esencia del nuevo movimiento es la exaltación de la libertad, por que la libertad es el don mas preciado de la persona humana. Sin libertad ni el sujeto individual (el hombre) ni el sujeto histórico (los pueblos) se pueden desarrollar. Todo intento uniformador es un atentado contra el ingenio personal. El romanticismo juega así un papel decisivo frente a las imposiciones autoritarias oficialistas. De esta forma el romántico se convierte en un rebelde al “establishment” restaurador. Frente a Von Aller, que convierte a los habitantes en simples súbditos del soberano, está, entre otros, Fichte (1814) exaltando la libertad de la persona en todas sus manifestaciones.2- La corriente liberal nacionalista. El revolucionarismo liberal tras la caída de Napoleón no desaparece. Una ideología no se extingue por decreto. La persecución oficial obliga a la corriente liberal a refugiarse en sociedades secretas. Clandestinidad que, por otra parte, encaja muy bien con la mentalidad romántica de sus miembros. Carbonarios italianos, “sociedades patrióticas”- comuneros landaburianos, etc.- en España, en Rusia “el bien público” o la “tugendbund” prusiana.Una red de sociedades subterráneas subversivas para el orden imperante, mina Europa desde Rusia a España. El denominador común de todas ellas es el luchar por reestablecer en sus respectivos países el régimen constitucional pleno frente al absolutismo oficial. A la hora de la verdad la efectividad de estas sociedades es escasa, sin embargo contribuyen a crear un clima de inseguridad general y, en último término, mantienen viva la llama del revolucionarismo liberal.Al lado de la llama liberal se suele refugiar en estas sociedades el anhelo nacionalista. Teóricamente se trata de dos principios que no tienen por que ir unidos, pero en la práctica se suelen confundir. El siglo XVIII es un siglo cosmopolita-la razón es común a todos los hombres-muy poco propicio a particularismos, mientras que el siglo XIX lo es de las nacionalidades. La tendencia nacionalista de alguna forma hunde sus raíces en la edad media-frente al ecumenismo imperial-, en el siglo XVIII cede terreno (el caso de España puede servir de ejemplo) pero la Revolución Francesa, aunque hija de la ilustración racionalista, va favorecer al nacionalismo al exaltar la libertad en todos los terrenos. A la altura de 1815 están ya perfilados los elementos esenciales del nacionalismo-lenguas, etnias, culturas, costumbres, etc.-. El absolutismo centralizador radicalizara estos elementos disgregadores, echando en brazos del liberalismo estas aspiraciones nacionalistas. Así cristaliza una corriente liberal nacionalista frente al absolutista internacionalista de la Santa Alianza.Si en el terreno político el absolutismo se corresponde con la nueva ideología restaurada, el frente liberal y nacionalista erosiona el orden establecido con nuevas ideologías (romanticismo).

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1. La oposición liberal. Los pronunciamientos (militares), e intentonas revolucionarias hacen acto de presencia desde el primer momento (mina, Porlier, Lacy, etc., en España; el asesinato del duque de Berry en Francia); sin embargo, este revolucionarismo desorganizado termina en fracaso.En torno a 1820 tiene lugar la primera oleada revolucionaria que conoce el triunfo, al menos momentáneo. El epicentro del movimiento liberal es España. El ejercito (riego) es el motor revolucionario en esta caso. Fernando VII se convierte, después de una etapa absolutista (1814-1820), en rey constitucional (1820-1823). La revolucionaria constitución gaditana de 1812 vuelve a ponerse en vigor. España supone el primer quebranto serio para el sistema internacional restaurador. El revolucionarismo levanta de nuevo su cabeza.El fenómeno español pasa a Portugal-pronunciamiento del ejército en Oporto (1820)- y establecimiento del régimen constitucional (estatuto liberal de 1822). Italia conoce sucesos similares en Nápoles (1820, Piamonte (1821), etc.Las potencias del antiguo régimen se sienten amenazadas por esta oleada liberal mediterránea. Ante esta “conjura liberal internacional” los soberanos legitimistas se reúnen (troppao, 1820) y proclaman el principio intervencionista como derecho y deber de las grandes potencias para mantener el orden internacional.Las tropas austriacas intervienen en Italia- a tenor de las estipulaciones de Laibach (1821)- cancelando, por el momento, las explosiones nacionalistas.En España, la experiencia del trienio constitucionalista (1820-1823), esta herida por las divisiones internas que impiden consumar el cuadro de reformas en la etapa gaditana. La falta de una burguesía fuerte y el impulso del sector realista congelan el programa trienio. La entrada de los “cien miel hijos de san Luis”- intervención francesa dictaminada por el congreso de Verona (1822)- cercena la experiencia revolucionaria.2- La oposición nacionalista. El pueblo nacionalista se bate con especial énfasis en los Balcanes, sujetos al imperio turco y con una simpatía ambiciosa de Rusia y Austria-Hungría sobre estos territorios.El nacionalismo serbio no queda satisfecho por el régimen semiautonomico otorgado en el congreso de Viena. Las reivindicaciones permanecen hasta el umbral de la gran guerra. Rumanos y búlgaros mantienen idénticos propósitos y amplían el avispero de los Balcanes, transformando la zona en blanco de tensiones internacionales (Rusia-Austria-Inglaterra).Con todo será Grecia el país más característico del empuje nacionalista. La lucha iniciada en 1822 (congreso de Epidauro), supera los infortunios de Navarino, Missolonghi y Atenas, hasta triunfar sobre Turquía en Adrianpolis (1829); ayudada desde el

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exterior, se plasma su independencia de la puerta en 1830 (congreso de Londres)

El orden interno de los EstadosLa acción revolucionaria de 25 años (1789 - 1814) había dejado huellas irreversibles:Régimen feudal desaparecido para siempre en las zonas asimiladas por Francia, en las de influencia y Prusia.Ideas liberales de igualdad civil.Introducción de un código civil dejó asimilada la ideal del imperio de la ley.Reformas administrativas eficaces.El poder del soberano se restauraba, pero se sabía que no era invulnerable. Esto dio lugar a la adopción de una postura conciliadora, manifestada en la concesión de Cartas otorgadas, que reafirmaban la soberanía real, pero limitada por una ley. Esto no se dio ni en Austria, Prusia, Rusia ni España Los descontentosEl burgués aprovechaba el momento de calma para desarrollar sus negocios. Ni el campesinado ni los obreros se oponían al poder restaurado. Sólo se mostraba amenazante la miseria y una minoría activa y vigilante.Esta minoría era heterogénea políticamente. Esta élite tuvo que refugiarse en la clandestinidad a causa del rigor político: masonería, carbonarios italianos, charbonnerie francesa, “Liga de los justos” alemana, “Sociedad del Norte” y “Sociedad del Sur” rusas.Disolución de la Santa AlianzaEl alejamiento de Inglaterra y de Rusia significo la disolución de la Santa Alianza y la ruina del sistema intervencionista. Así, al llegar el año 1830, el concierto europeo había dejado de existir. Metternich trato de rehacerlo, y logro el reingreso de Rusia. Europa apareció entonces dividida en dos bloques opuestos: uno formado por tres países autocráticos, Austria, Prusia y Rusia y otro por las monarquías liberales de Inglaterra, de Francia y de Bélgica. Inglaterra había retomado su cause liberal luego de la desaparición de Castlereagh. Francia acababa de transformarse en estado liberal, por efecto de la revolución de 1830 que derribo a la dinastía de los Borbones. Bélgica nació como reino independiente, también por efecto de una revolución liberal y nacionalista que estallo en el mismo año 1830. … se dirá con mayor exactitud que, en aquel

quindenio, el ideal liberal resistió al absolutismo, lo combatió si tregua y al final obtuvo sobre él una victoria que por sustancial fue definitiva.

En cierto sentido, la Santa Alianza no existió más que en la fantasía de zar Alejandro I, como un sueño o una utopía sobre motivos conservadores, pacifistas y hasta liberales. Pero de un liberalismo paternamente permitido y vigilado, y religiosos, o al menos de unción

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religiosa (Croce, Benedetto. Historia de Europa en el siglo XIX, 1950, Pág. 69)

Cumplimiento de la carta de 1814.Establecimiento de una república democrática.Mejores condiciones de vida.El triunfo de los primeros, que ofrecieron el trono de Francia a Luis Felipe de Orleans a cambio del cumplimiento estricto de la Carta, supuso la reconducción y limitación de las consecuencias de las “Tres Gloriosas”, jornadas callejeras del 27, 28 y 29 de Julio, lo que convirtió a París en foco de disturbios republicanos siempre reprimidos.La revolución de 1830 triunfó también en Bélgica, donde el movimiento se marcó por el nacionalismo, acompañado por matices religiosos. La acción se centró en Bruselas durante Agosto, donde la burguesía formó un gobierno provisional y una Asamblea Constituyente que proclamó la independencia del nuevo estado cuyo régimen era la monarquía Constitucional.Los nacionalistas polacos se levantaron contra Rusia a favor de la independencia, y tras diez meses sucumbieron antes las tropas rusas que dejaron a Polonia sometida.En 1831 la insurrección liberal se da en Parma, Módena y Romaña, pero las tropas austríacas restauraron el orden con celeridad.1830 fue una década en la que se puso de manifiesto que los gobiernos “legítimos” se mantenían por la fuerza que ostentaban los austríacos y los rusos en sus áreas de influencia y reveló cómo las fuerzas políticas emanadas de la Revolución salían a la luz de forma activa. Francia recuperaba protagonismo y Gran Bretaña realizó en 1832 una reforma parlamentaria y muchos príncipes alemanes otorgaron constituciones. El avance en el terreno de libertad e igualdad fue escaso.A esto se añade la fuerza que adquiría el nacionalismo, opuesto al reparto de Europa dado en el Congreso de Viena. También se perfiló el debate pendiente desde 1793, el de obreros y campesinos con la clase media minoritaria que había triunfado.

Las revoluciones de 1820El Espíritu de Viena se puso a prueba, por primera vez, con la oleada de agitaciones producidas en 1820. Estas agitaciones adoptaron la fórmula del pronunciamiento, es decir, que un jefe militar, apoyado por un número mayor o menor de oficiales impregnados de ideas liberales se pronunciaba a favor de la Constitución y en contra del poder absoluto. Sus tropas, acostumbradas a la obediencia directa a sus oficiales les seguían. Los jefes de estas conspiraciones solían planear sus pronunciamientos de acuerdo con las sociedades secretas a las que muchas veces pertenecían. Las revoluciones fracasadas.En enero de 1820 el comandante Riego se pronunciaba en Cádiz a favor de la Constitución de 1812. Le apoyaban parte de las tropas

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concentradas en espera de ser embarcadas para la reconquista de las colonias españolas de América.En julio, el ejemplo español inspiraba otra sublevación en el Reino de las Dos Sicilia donde Fernando Y era también obligado a jurar una Constitución inspirada en el modelo español. Más tarde, la insurrección pasó al Piamonte.Austria, particularmente sensible a cuanto sucediese en Italia por los grandes intereses que allí tenía convocó un congreso para decidir la intervención.Inglaterra y Francia, que se gobernaban a sí mismas por sistemas constitucionales, no veían ningún peligro en que en los países mediterráneos tuviesen también una Constitución. Sin embargo, cedieron ante la determinación austríaca.Las tropas austríacas invadieron Italia y las francesas (los cien mil hijos de San Luis) repusieron a Fernando VII como monarca absoluto. Las revoluciones triunfantes.Las potencias que tan resueltas se habían mostrado a la hora de reprimir las sublevaciones liberales del área mediterránea occidental no movieron sin embargo, un dedo para evitar que Fernando VII perdiese las posesiones españolas en América; que Portugal perdiera Brasil o que los griegos se independizasen del imperio turco.La explicación estaba en que los grandes resultaban muy favorecidos con estas emancipaciones. Pero ya no podían mantener que el intervencionismo estuviera justificado en defensa de los soberanos legítimos por lo que permitiendo o, incluso, favoreciendo estos movimientos emancipadores, empezaron ellos mismos a destruir el sistema que, teóricamente, parecían interesados en sostener.

La emancipación de la América española.Los grandes trataron en varias ocasiones la situación americana pero nunca con excesiva atención. Austria y Prusia defendieron la intervención a favor de España pero lo hacían sólo por defender unos principios porque, en realidad, el foco del problema estaba lejos de su área de interés.Francia que volvía a estar unida a España por los Pactos de Familia estaba obligada a intervenir. Sin embargo, fue en Alejandro I, que pensaba así atraerse a España, en quien Fernando VII encontró a su mejor aliado. Pero Inglaterra estaba firmemente dispuesta a impedir toda intervención en un área en la que había multiplicado sus ventas de forma espectacular y ante su postura decidida las demás naciones retrocedieron. La independencia de Grecia.La causa de la independencia de Grecia dividirá a las potencias europeas, provocando la disolución del sistema político nacido en el Congreso de Viena.La rebelión griega, de inspiración liberal-nacionalista, organizada contra el Imperio turco, también estuvo preparada por sociedades secretas (hetairías) creadas por emigrantes. Contará con la

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colaboración de la Iglesia ortodoxa, y con el apoyo de la mayor parte de los países europeos. El movimiento independentista griego desencadenó una enorme oleada de simpatía entre los europeos. El espíritu del romanticismo recreaba la imagen de la Grecia clásica, de la Atenas de la democracia, incluso la lucha religiosa contra el Islam. Los rusos, por razones estratégicas, porque intentan debilitar al imperio otomano. Únicamente el Imperio austríaco se opuso al movimiento de liberación helénico.En 1829 los turcos reconocían la independencia de Grecia por el Tratado de Adrianópolis por el que Rusia también salía beneficiada ya que obtenía la libre circulación de sus navíos comerciales por los estrechos.La independencia de Grecia suponía el fin del espíritu de Viena al anteponer las potencias europeas sus intereses nacionales a los principios ideológicos que la habían inspirado.Las revoluciones de 1830La principal causa de la debilidad que presentaba la Restauración la constituía la propia divergencia de intereses entre las Grandes Potencias. Pero, también en el interior de los propios estados, las corrientes de opinión, se agitaban por la evidencia cada vez mayor de que el sistema no presentaba soluciones válidas a los problemas de tipo económico y social cada vez más acuciantes.En primer lugar la mala situación económica, las malas cosechas sumían en la miseria a las clases populares y enormes pérdidas a comerciantes e industriales de la burguesía en ascenso.Por otra parte, el desajuste social. La clase dirigente seguía siendo aquella aristocracia ligada al antiguo régimen, lo que no correspondía a la situación real en la cual era la alta burguesía la que controlaba la vida económica, a pesar de lo cual se la excluía de las grandes decisiones políticas.

… fue derrotado moralmente todo el absolutismo europeo y, por el contrario, el liberalismo europeo, que se debatía y se agitaba reprimido, llegó a ser ejemplo de cómo se afronta al adversario en los casos extremos, prueba de que modo vencerle, ayuda en el momento mismo en que una gran existencia había alcanzado la plenitud de su libertad, y fe en las próximas revoluciones (Croce, Benedetto. Historia de Europa en el siglo XIX. 1950, Pág. 113)

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La revolución en Francia.El hundimiento del sistema de la Restauración comenzó en la Francia de 1830 donde Carlos X había sucedido a Luis XVIII. El nuevo rey, absolutista convencido, comienza su reinado con el único apoyo de la Iglesia y de los ultraconservadores, disolvió la Asamblea, suprimió la libertad de prensa, modificó el derecho electoral, restringiendo aún más el sufragio. Estas medidas provocaron la sublevación del pueblo de París que fue apoyada por las sociedades secretas republicanas, los intelectuales e incluso por los grandes financieros y monárquicos moderados.Carlos X, falto de respaldo militar, tuvo que huir. Las fuerzas moderadas, apoyadas por la banca, consiguen hacerse con el control político y entronizan a Luis Felipe de Orleans como muevo rey.Luis Felipe, el rey burgués, realiza algunas reformas, como la de restablecer la bandera tricolor, restaurar la guardia nacional, para mantener el orden público, o modificar la Constitución, dándole una orientación más liberal, aunque dentro de los principios moderados del liberalismo doctrinario.Con este monarca se inicia la edad de oro de la alta burguesía francesa, que realizará grandes inversiones especulativas, mientras que las sociedades republicanas, que se sienten profundamente defraudadas, son duramente reprimidas.

La independencia de Bélgica.El reino de los Países Bajos (Bélgica y Holanda), gobernado por Guillermo II, era uno de los ejemplos más claros de anacronismo creado por el Tratado de Viena. Poco tenían en común holandeses y belgas pero lo importante en 1814 era crear un Estado fuerte que impidiera la expansión francesa.Las causas que dieron lugar al estallido revolucionario fueron:a. Desde el punto de vista religioso el enfrentamiento entre una Bélgica católica y una Holanda calvinista.b. Diferencias lingüísticas notables: el flamenco y el francés frente al holandés.c. Políticamente los holandeses eran más favorecidos (4/5 de los cargos eran reservados a los holandeses).d. Finalmente, existían diferencias económicas notables: una burguesía industrial belga ansiosa de poder participar en la política frente a una burguesía comercial holandesa.Estallada la guerra civil que obligó a los holandeses a replegarse hacia el norte tuvo lugar la reunión de un Congreso nacional belga que establecía la Constitución y elegía rey a Leopoldo I El triunfo de la revolución fue posible gracias al apoyo de Luis Felipe de Orleans que obligó a la no injerencia interna. Guillermo II había acudido a los monarcas de la Restauración, pero Prusia temió la guerra contra Francia, Rusia tenía un grave problema en Polonia y Austria tenía que intervenir en la Italia sublevada. Inglaterra por su parte veía bien una independencia de los belgas de su rival comercial: Holanda.

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Los fracasos de la revolución Polonia.Polonia, que en Viena había pasado al zar de Rusia, había recibido del monarca absolutista una Carta otorgada de las más avanzadas de Europa con amplias garantías de libertades individuales, de prensa y de religión.Fue, sin embargo, en Polonia, tantas veces fragmentada, donde el sentimiento nacionalista impulsó las primeras insurrecciones de 1830 con la confianza de una ayuda francesa o la distracción de Rusia en Bélgica, hechos que no sucedieron . Las tropas elegidas del zar aplastaron fácilmente la rebelión y Polonia sufrió una dura represión y la supresión de la Carta de 1815.AlemaniaContrariamente a lo que ocurría en Polonia, en los Estados alemanes no existía hacia 1830 un sentimiento nacional ni un programa revolucionario. En torno a 1830 solamente en algunos Estados se produjeron tumultos de carácter liberal que fueron fácilmente dominados.ItaliaTampoco tuvieron, en su origen, carácter nacionalista las insurrecciones de los Estados italianos. Fueron dirigidas contra el absolutismo de los gobernantes. Su única esperanza de triunfar se apoyaba en la posible ayuda francés, que no se produjo. Austria redujo los levantamientos aunque su intromisión avivó el sentimiento nacionalista. España.La oleada revolucionaria de 1830 tuvo también sus repercusiones en España. El general Torrijos, figura destacada del trienio liberal, exiliado en Gran Bretaña desde el regreso de Fernando VII, intentó en 1830 sublevar a las ciudades del sur de España buscando el apoyo de sus florecientes burguesías al igual que lo había intentado en 1820 Riego. Torrijos, consciente de que era la periferia del país la única que contaba con una sociedad burguesa de tipo europeo, confiaba en que el levantamiento se propagaría por la costa obligando al gobierno de Madrid a un cambio de régimen. La expedición terminó en el fracaso y Torrijos y sus compañeros fueron fusilados en Málaga en 1831 sin que hubiera mediado juicio.

Las Revoluciones de 1848

Factores de las revoluciones.A diferencia de las revoluciones de 1830, éstas, según Marx, son las primeras de carácter moderno: las anteriores presentaban la unión de la burguesía, el campesinado e incluso otros grupos intermedios contra los grupos privilegiados, sin embargo, las del 48 suponen ya el choque claro entre los intereses de los burgueses y el proletariado de la revolución industrial.Parece claro que en muchos casos son continuación del movimiento de los años treinta, ya que con la excepción belga los problemas continuaban sin resolver: en Francia la gran burguesía aliada a la

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monarquía orleanista había traicionado a los demás grupos sociales, en el área italiana y alemana quedaban sin solucionar las ideas nacionalistas y la modernización de los Estados. Los ideales democráticos se enfrentan al liberalismo doctrinario que había dirigido la lucha en Europa dieciocho años antes: entonces se pedía el sufragio que acabó siendo censatario, en las del 48 se pedía el sufragio universal partiendo de la base de la igualdad social y la supresión del monopolio de poder de la burguesía. En los años treinta las Constituciones reflejan la soberanía nacional (caso francés o belga); ahora se habla y se pide la soberanía popular diferenciando el pueblo que son todos los ciudadanos de la nación que favorece a unos pocos. Frente a la libertad de prensa ahora se habla de prensa independiente: no es suficiente con que no haya censura.., interesa que la alta burguesía no la controle, que sea libre de verdad. En el proceso revolucionario anterior se impuso la igualdad de justicia; ahora se pide justicia social, concepto muy diferente al anterior. En resumen que las diferencias son mayores que las analogías y se tienen que analizar las causas con profundidad.La crisis europea occidental de 1847, agrícola (malas cosechas de patatas y cereales) e industrial (crisis del crédito con quiebras continuas), es uno de los factores importantes a tener en cuenta, ya que provocó una crisis generalizada, y un enorme paro.Se creó un clima de inseguridad económica, de desconfianza en el gobierno. Por eso, el movimiento de 1848 es la conjunción de la crisis económica y del descontento político.Desarrollo de las revoluciones. Francia.La fuerte industrialización francesa, a partir de 1830, había enriquecido a la burguesía a costa de una sobreexplotación del proletariado. No es de extrañar que en estas condiciones no apareciera en Francia, entre los trabajadores, un movimiento reformista partidario de la violencia revolucionaria tratando de conquistar una vida más digna.La crisis económica y la situación de miseria de las clases populares serán los factores que aglutinados con las reivindicaciones constitucionales de la pequeña burguesía desencadenarán diversos motines en febrero de 1848. El rey huye a Inglaterra, sin tratar de oponer resistencia a la revolución. Esta vez los republicanos no se dejan escamotear el poder, como había ocurrido en 1830; se forma un gobierno que reúne en extraña alianza a moderados liberales, como Lamartine, y socialistas, como Louis Blanc. Además del hecho sorprendente de que un obrero participase en el gobierno, destaca la creación de los Talleres Nacionales, para intentar paliar el paro en la zona de París. Se limita la jornada laboral, se instaura el sufragio universal, la libertad absoluta de prensa y asociación, la abolición de la pena de muerte por delitos políticos, la supresión de la esclavitud en las colonias y el encarcelamiento por deudas.Estas perspectivas, sin embargo, duraron poco tiempo: la trágica realidad social y financiera las disipó. La revolución incrementó la crisis económica. Los miembros del Gobierno provisional eran

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incompetentes en materia financiera. Los ricos retiraron su dinero de los bancos, muchas empresas se hundieron.Los nuevos gastos, sobre todo los Talleres Naciones, ponen al Estado al borde de la quiebra.La victoria de los moderados en abril da lugar a una Asamblea nacional que al anunciar la disolución de los Talleres Nacionales provoca el levantamiento. Contra los insurrectos, la Guardia Nacional combate con tanto ardor como el ejército contra los “perpetuos revoltosos que se niegan a inclinarse ante el sufragio universal”. La represión es muy dura.Después de los sucesos de junio, vencida la “república social” la Asamblea hace una Constitución, que teniendo en cuenta los acontecimientos pasados, crea un poder ejecutivo fuerte, no permanente, encomendado al Presidente de la república, elegido por sufragio universal, independiente de la Asamblea pero no reelegible. Se mantiene los logros políticos de febrero: el poder legislativo residía en una Asamblea elegida por sufragio universal. Aprobada la Constitución se eligió como Presidente a Luis Napoleón Bonaparte que consigue el apoyo de los campesinos, temerosos de perder sus propiedades, y los grandes financieros e industriales. Se instaura así una república conservadora que acabará, con el apoyo del ejército, en el golpe de estado de 1851. Napoleón coronado emperador inaugura un período de poder personal hasta 1870.. La agitación revolucionaria en Europa.En donde mayor repercusión tendrá la oleada revolucionaria de 1848 será en el imperio austríaco, en Italia y en Alemania.En el imperio austríaco coinciden en la revolución, por una parte, las reivindicaciones democrático-liberales que se alzan contra el absolutismo, y, por otra parte, las luchas nacionalistas contra el centralismo del imperio de checos, italianos y húngaros. La coincidencia en la revolución será únicamente en el tiempo, y no en los objetivos. Los demócratas vieneses triunfan, en parte, porque las tropas imperiales estás dispersas intentando sofocar las diferentes insurrecciones nacionales, pero ellos se opondrán también a la autonomía política de los pueblos del Imperio; por su parte, los húngaros luchan por su libertad nacional, pero se oponen a su vez, a conceder la libertad a las minorías que les estaban sometidas a ellos, como, por ejemplo, los croatas. El ejército austríaco con la ayuda de Rusia irá recuperando poco a poco el control de todos los territorios y restablecerá el absolutismo. La única conquista revolucionaria que no será anulada es la liberación del campesinado de la servidumbre feudal.En Italia las revueltas de 1848 se realizan por la unidad nacional y las libertades constitucionales. En Lombardía y Véneto, que eran territorios ocupados por los austríacos, estalla la revolución aprovechando la insurrección que se había producido en marzo en Viena. El resto de los Estados italianos, en un primer momento acuden en ayuda de estos territorios, pero al extenderse la agitación liberal en sus propios dominios, los soberanos se ven obligados a

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retirar sus tropas., recuperando nuevamente los austríacos el control del norte.También serán derrotados los nacionalistas radicales que habían proclamado Venecia, Toscana y Roma como repúblicas independientes. Los austríacos consiguen además que se anulen todas las Constituciones en los territorios de Italia, resistiéndose únicamente el reino del Piamonte, que al mantener su monarquía constitucional liberal, se convertirá en el polo de atracción de todos los nacionalistas y liberales italianos.En Alemania fue también el sentimiento nacional el motor de los brotes revolucionarios de 1848. Las aspiraciones a crear un estado nacional unido pasaban, también aquí, por derrotar al absolutismo, y por esta aspiración común, lucharán unidos, desde los burgueses de la industria y las finanzas hasta los obreros, pasando por los profesionales y los artesanos.En el mes de marzo de 1848 ya se había conseguido que se proclamaran Constituciones en los 39 Estados alemanes; a continuación se convocó una Asamblea Nacional constituyente, formada casi exclusivamente por miembros de la burguesía. A pesar del innegable entusiasmo popular, el Parlamento, recién creado, no tiene ni armas, ni recursos, ni funcionarios propios; por tanto, su eficacia se verá muy reducida en la práctica, debilitándose paulatinamente, víctima de sus propias contradicciones internas.6.3. Balance de las revoluciones.En 1850 había terminado la agitación revolucionaria en Europa. Su impacto es mayor que en las anteriores oleadas de 1820 y 1830; por primera vez se produce una agitación de masas, con predominio de participación de trabajadores industriales. El desarrollo industrial había provocado cambios en la sociedad europea, desarrollándose un proletariado cada vez más numeroso que comienza a organizarse en partidos propios, diferentes de los de la burguesía, movilizándose por reivindicaciones propias.Las clases burguesas, una vez que consigan la extensión del constitucionalismo por Europa occidental, tras la oleada revolucionaria de 1848, se retraerán a posiciones más moderadas, temiendo verse desbordadas por un movimiento obrero, todavía poco maduro e inexperto, pero muy radicalizado. Se produce por tanto, un cambio en las fuerzas que protagonizarán los futuros levantamientos revolucionarios: la burguesía asentada en el poder se hace conservadora; el proletariado en plena expansión será el motor de las nuevas luchas.La lucha por la unidad nacional de Italia y Alemania no llega a consumarse en este momento, pero se destacan ya los dos reinos que, con un sistema constitucional, van a ser los catalizadores de la unidad: Prusia y el Piamonte

La conjunción de una crisis económica desde 1846 y el descontento político hizo más extensos los movimientos revolucionarios de 1848 y complejos.

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Contó con un mayor apoyo popular que las de 1820 y 30, explicado por la grave situación económica, por el crecimiento demográfico y por el avance industrial y urbano que, con la crisis, supuso un enorme sufrimiento para el proletariado. El elemento activo fundamental, aunque corto en número, fue ese burgués que con el progreso económico reivindicaba un papel en el Estado a la medida de su peso en economía. Por ello, los movimientos en Europa Occidental fueron de mayor intensidad, mostrando precario el equilibrio político.En Francia, el régimen instaurado por la monarquía de Luis Felipe marginaba de los asuntos públicos a las clases populares y a un amplio sector de las clases medias que no viendo satisfecha su reivindicación de sufragio, se sumó a la oposición. Se remarcaba la corrupción y falta de oportunidades para la juventud. El republicanismo se fortalecía en París y por la centralización era de gran importancia la opinión de la capital. La revolución de febrero de 1848 demostró los cambios políticos desde 1830. La clase trabajadora apareció con un nuevo protagonismo; el vacío de poder propició la formación de un gobierno provisional integrado por representantes del liberalismo más progresivo y por exponentes de incipiente socialismo, que proclamaron la República el día 25 de febrero. La Segunda República adoptó el sufragio universal, libertad de prensa, de reunión y la creación de talleres nacionales para garantizar el trabajo. Las elecciones de 1848 supusieron el triunfo de las fuerzas liberales más moderadas que dieron marcha atrás en la política realizada por el gobierno provisional, lo que provocó un alzamiento obrero en la capital duramente reprimido por el ejército. La experiencia del 48 llevó al conservadurismo a muchos liberales, se temió el éxito de una revolución social que aboliera la propiedad privada y se impuso la preocupación por el orden. Triunfó Luis Bonaparte en las elecciones presidenciales de diciembre, como mal menor, desembocando a un Segundo Imperio tras un golpe de estado que convirtió en emperador a Napoleón III.En Italia los grupos liberales se alzaron con el fin de conseguir sistemas constitucionales y para terminar con el predominio austríaco, planeando la unidad italiana. Se promulgó una Constitución, una República… En meses los ejércitos austríacos se hicieron con el triunfo mientras ocupaban Roma. El nuevo monarca mantuvo el régimen liberal y la Constitución; el planteamiento de la unidad italiana quedó recogido en tres posturas:La del genovés Giuseppe MazziniDeseo de ser una nación, sin la centralización napoleónica ni la centralización administrativa exagerada. Se busca ser una nación de hombres iguales y libres. Se cree en Dios y en el pueblo, no en el papa ni en los reyes. Se busca la independencia.La del sacerdote de Turín, Vicenzo GiobertiConfederación política bajo la autoridad moderadora pontificia. Esto acrecentaría la fuerza y poder de los diversos príncipes sin perjudicar su independencia.La del noble piamontés, Cesare Balbo

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Se busca la confederación. Engrandecimiento de la monarquía, encabezada por los Saboya.Para sacudirse a Austria, Italia necesitaba el apoyo de una gran potencia.En Viena una insurrección liberal provocó la caída del canciller Metternich en marzo de 1848 y la concesión de una Constitución. Otro motín logró la elección de una Asamblea Constituyente en lugar de la Carta otorgada. La caída de Metternich desencadenó insurrecciones en Bohemia y Moravia, no independentistas, sino con afán de lograr un estatuto de autonomía dentro de un marco federal presidido por Austria.Se dieron movimientos revolucionarios nacionalistas en Hungría, Galitzia y pueblos eslavos (croatas) que no fueron masivos ni coordinados, lo que los hizo más fáciles de reprimir. Se logró, sin embargo, la abolición de la servidumbre en la Europa central. En la Confederación Germánica se combinaron:-Revolución liberal en el marco de los estados, que llevó a regímenes constitucionales. -Alzamiento nacional de carácter democrático y unitario, que consiguió la convocatoria de una Asamblea en Frankfurt. Contó con representantes de diversos estados alemanes. -Se manifestaron diferencias entre liberales, partidarios del estado federal en que se restringiese el poder monárquico y se mantuviese el emperador; los conservadores querían una mayor cohesión en política interior y militar; los demócratas, entre ellos socialistas, proponían una República federal. No se llegó a ningún acuerdo en cuanto a reformar internas por la oposición dada, pero sí tuvo un carácter nacionalista marcado.-Se volvió a la situación de principios de 1848, quedando el problema de la situación alemana aplazado. En el Parlamento, pese a ello, se entrevieron dos soluciones: la unidad en torno a Prusia (Pequeña Alemania) o la unidad en torno a Austria (Gran Alemania).En 1814 Francia era invadida por ejércitos coaligados. París capitulaba en el mes de Marzo y el gobierno provisional, presidido por Talleyrand, se dispuso a pactar la paz. Napoleón abdicó sin condiciones el día 6 de Abril y partió obligado hacia Elba. Este tratado es la paz pactada el 30 de Mayo e 1814, en el que Talleyrand negoció la vuelta de Francia a sus fronteras de 1792 y la devolución del trono francés a los Borbones, nombrando rey a Luis XVIII.

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