La elección moral de militar

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    Frente de Estud iant es Libert ar ios - FEL

    La opcin de clase que adopta un revolucionario, al decidir luchar

    contra el capitalismo, no es una eleccin racional. No parte de un

    anlisis cientfico, ni emprico, sino del amor por sus pares, y de la

    sensibilidad generada por ver el sometimiento en el que vivimos la

    mayora de las personas. La eleccin de luchar de un lado, no es

    automtica ni obvia, pero tampoco puede justificarse desde la razn,

    es una eleccin, sobre todo, moral. Militamos porque lo necesitamos,

    porque sabemos que est bien, y por amor a nuestros compaeros,

    nuestros amigos y nuestra clase.

    Para los libertarios, nuestra militancia en la lucha revolucionaria es

    una actitud ante la vida, una respuesta de hondo contenido moral a

    nuestras necesidades particulares y a las del pueblo en general, la

    identificacin del militante con los intereses de los trabajadores es la

    causa real de la adopcin de un puesto de lucha y la dedicacin que a

    ese lugar se le brinda.

    El ser parte o sentirse parte de un pueblo oprimido y explotado es la

    causa fundamental del ansia de libertad, y de lograr la liberacin

    propia con la liberacin de todos. Aqu radica la dedicacin

    revolucionaria, en un sentimiento bsico y en un consecuente estado

    de conciencia. Es el sentirse engranaje indispensable en el motor

    revolucionario, lo que nos har activos e irreductibles. Al compaero consciente se lo reconoce por la dedicacin, por la

    audacia, por la alegra con que toma sus tareas.Es revolucionario

    aqul que no lleva su vida militante como un sacrificio,

    sino como bandera personal, aqul que se siente dueo de

    su libertad y lo demuestra desde hoy. Es quien por ello no

    se ata a dogmas ni esquemas y practica una renovacin

    permanente en s mismo y en su relacin poltico-

    ideolgica con la realidad. Es quien est siempre dispuesto

    a aportar, a buscar las formas, mtodos y propuestas que

    lo hagan realmente efectivo en su accionar y fundamental

    en el proceso. Cuida su salud en funcin de su rendimiento

    en las tareas, y da fundamental importancia a su

    formacin ideolgica para no ser un freno para sus

    compaeros y crecer constantemente en el aporte. Es quin

    somete todas las cuestiones alejadas de la militancia para

    que no estorben en su desarrollo militante, en su lucha, en

    su posibilidad de dar de s lo ms que pueda.

    (Fragmento de El Partido Libertario, Resistencia Libertaria)

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    La moral de combate

    La moral no queda definida, sin embargo, de forma automtica por

    considerarse uno a s mismo un revolucionario y pararse del lado de

    los explotados. La moral de un compaero tambin es su estado de

    nimo, su disposicin al combate, a emprender tareas, y est

    determinada por la coyuntura y por el estado poltico de la

    organizacin. La moral de cada compaero es un reflejo de la moral

    general de la organizacin, y a la inversa. Si la organizacin entera no

    tiene disposicin al combate, a salir a luchar, difcilmente pueda

    conseguir algo. Si los miembros de la organizacin tampoco la tienen,

    ser imposible que la organizacin entera transmita y aplique su

    fuerza militante en la realidad.

    La construccin de una nueva moral, se pone de relieve como unaherramienta tan valiosa e imprescindible para la victoria

    revolucionaria como la lucha ideolgica, econmica y poltica-

    militar, se vincula a ellas y a la inversa esta nueva moral slo podr

    construirse en la prctica de la guerra. Pero entendiendo este

    trmino prctica de la guerra no en un sentido limitado, como en

    los momentos de combate poltico y militar, sino en un sentido ms

    amplio y profundo.Precisamente como la organizacin de la totalidad de nuestra vida

    en torno a la guerra, con el pueblo, con nuestros compaeros, con

    nuestra pareja y nuestros hijos, con la familia y la gente que nos

    rodea en general, con el enemigo.

    Slo as lograremos una moral revolucionaria, una moral de

    combate que constituye, aqu y ahora, el trnsito necesario a la

    moral socialista de maana.

    Esta es la clave de la epopeya vietnamita. Es imposible comprender

    que un pueblo sea capaz de soportar cuarenta aos de guerra casi

    continua, si no comprendemos que ese pueblo ha removido hasta los

    cimientos su vida cotidiana, insertndola y organizndola en el

    nuevo eje de la revolucin.

    (Fragmento de Moral y Proletarizacin PRT).

    El PRT entiende que una moral revolucionaria implica una moral de

    combate. En los 70 probablemente eso fuera algo que determinaba la

    supervivencia de los compaeros y de la organizacin. Hoy no es as.

    No nos encontramos en un enfrentamiento armado con el Capital, no

    nos van a secuestrar ni desaparecer, o no por ahora, pero tampoco

    estamos en paz, o s?. Los textos que recuperamos ac, no pueden ser

    interpretados simplemente como textos de otra coyuntura, que no

    pertenecen a este momento. Todo el sentido de esto, es intentar

    argumentar que la moral no es algo circunstancial o adaptable a la

    coyuntura. Nuestra moral debe ser de combate permanentemente,

    porque esa fue la eleccin que nos dimos al reconocernos comorevolucionarios. Nosotros s tenemos urgencia y no queremos estar en

    paz, ni tranquilos, ni a la espera de que llegue un momento distinto.

    Tenemos todo para hacer en este momento, y no hay motivos para

    posponer nuestra voluntad de dar todo.

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    Constantemente estamos presionados y llevados a pensar que ahora

    no hace falta tomrselo as, que ahora no estamos en esa situacin. La

    cantidad de fuerzas polticas que no tienen moral revolucionaria es

    abrumadora. Y aceptar eso, normalizarlo, es estar derrotados

    moralmente, es ser escpticos, creer que no servimos ni importa lo

    que podamos hacer, no van a cambiar las cosas. Eso es bajar lasbanderas.

    Con todo esto, debemos hacernos cargo de que la moral de los

    compaeros, de nosotros mismos, y de toda la organizacin, no

    existir sola ni por el acuerdo abstracto con estas ideas. Debemos

    construirla, en la prctica, con el desarrollo poltico de la organizacin

    y de nosotros mismos como militantes. Nadie lo har por nosotros.