LA ECONOMÍA DE MEXíCO DEPENDE DE LA INDUS­TRIA PETROLERA NACIONAL*

GUILLERMO P . SALAS * *

GENERALIDADES :

Este tema que ha sido tan discutido y el cual se considera esca­broso, no sólo no lo es, sino que es menester traerlo a la atención de los miembros de esta Asociación que, como especialistas sabrán comprender la importancia y necesidad de aplicar algunas de las ideas que aquí se expondrán.

El autor no reclama originalidad para gran número de las ideas que utilizará para dar cuerpo y sentido a las premisas técnicas usadas para fundamentar el problema y las resoluciones que se apuntan.

Por otra parte, las cifras de que se haga uso en este trabajo, se utilizan más con fines comparativos e ilustrativos que con fines esta­dísticos; es decir, que la exactitud de algunas de estas cifras queda­rán sujetas a la precisión que para ellas reclamen los autores que se citan, pero en realidad no siendo estadístico el fin perseguido, se ruega al lector tener presente el uso exclusivo ya mencionado, al que se refieren los datos cuantitativos que se utilicen.

Que el tema es de fundamental importancia para la economía del País queda demostrado al considerar el contenido del gran número de controversias que ha suscitado en la prensa, en las Convenciones de la Confederación Nacional de Cámaras de Comercio, y según queda plenamente demostrado con el Ciclo de Conferencias que en conme­moración del X X Aniversario de la expropiación se celebraron en la Escuela Nacional de Economía entre el 1 0 y el 2 7 de junio de 1 9 5 8 , amén de otras muchas opiniones públicas y privadas.

* C o n f e r e n c i a s u s t e n t a d a e n l a A s o c i a c i ó n M e x i c a n a d e G e ó l o g o s P e t r o l e r o s . •• * V o c a l d e R e c u r s o s N a t u r a l e s n o R e n o v a b l e s , D i r e c t o r d e l I n s t i t u t o G e o ­

l ó g i c o d e l a U . N . A . M . y G e ó l o g o C o n s u l t o r .

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G U I L L E R M O P. S A L A S

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A n a l i z a d a la mayor parte de estas publ icaciones y opiniones públ icas o inéditas, parece ser que casi todos los autores limitan sus argumentos o planteación del problema casi totalmente al aspecto económico y cuando se toca el aspecto técnico respecto al indebido monopolio de generación de energía con el <jue este autor cree que imprudentemente se ha cargado a Petróleos Mex icanos , se hace, y posiblemente con justo orgullo, ga la de l a posición preponderante que la industria petrolera mexicana, en esencia Petróleos Mexicanos, ha cobrado en el panorama de la generación de energía en el país.

S in embargo, ninguno de los autores consultados ha hecho hin­capié o le ha dado el verdadero s ignif icado que esto tiene, al aspecto geo-técnico, o técnico petrolero propiamente hab lando , que este pro­blema por necesidad involucra.

Para algimos banqueros y economistas parece fácil sugerir que se produzcan más petróleo y sus derivados, en exceso del consumo interno, para exportarlo y así fortalecer la posición de la moneda nacional frente al dólar. D e sus argumentos parece inferirse que se cree no sólo en que M é x i c o cuenta con reservas posibles de hidro­carburos m u y en exceso de las y a probadas que permitan tal expor­tación, mas no paran mientes en considerar el problema del descu­brimiento de tales reservas posibles para volverlas reservas probadas y hacen caso omiso de dos premisas indiscutibles que son: que la exploración en busca de éstas reservas debe de efectuarse por medio de elementos nacionales y que para ello, por razones que después se expondrán, es necesario un f inanciamiento m u y en exceso de lo que hasta ahora se ha empleado con ese f in.

E n varias ocasiones el autor ha sostenido la tesis de que México cuenta con grandes áreas aún por explorarse con la barrena suscep­tibles de producir hidrocarburos en cantidades comerciales o mayo­res a las conocidas a la fecha. Pero de esta tesis científica a la realidad de encontrar y producir los hidrocarburos al ritmo necesario para mantenerse a la par con el incremento que anualmente registra el consumo nacional, hay una diferencia que en el texto de este tra­ba jo se considera.

LA ECONOMÍA DE MÉXICO Y EL PETRÓLEO

EL PROBLEMA DE LA ENERGÍA FRENTE AL DE LOS COMBUTIBLES

Con justo orgullo Petróleos Mexicanos ha hecho gala de que el 8 6 % al 9 2 % de la energía de toda índole que se utiliza en la Repú­blica Mexicana, proviene de los hidrocarburos. Es explicable el justo

El Problema de la Industria Petrolera Nacional puede sintetizarse en los dos aspectos siguientes:

Según se comprobará adelante, para que Petróleos Mexicanos pueda continuar haciéndose cargo de producir del 8 6 % al 9 2 % de la energía que se consume en el país (Baptista y Bermúdez, 1 9 5 8 ) mientras se toman medidas para aliviar esta situación, es imprescin­dible un auto-financiamiento muy en exceso de los hasta ahora cono­cidos por nuestra industria petrolera y por tanto es necesario que se apruebe el aumento en los precios de los productos de Petróleos Me­xicanos, bien sea el 2 5 % propuesto por técnicos del Banco Interna­cional para la Reconstrucción y Fomento (Banco Internacional para la Rec. y Fom., 1 9 5 7 ) , o el 30% propuesto por Petróleos Mexicanos Bermúdez, 1 9 5 8 ) , asunto del cual deberán encargarse los economistas y contadores, pero que constituya un aumento sustancial en los in­gresos de la empresa pues, como se verá más adelante, la solución del problema así lo requiere.

El otro aspecto del problema es el de impedir que los hidrocar­buros se utilicen como combustible y se permita esto solamente cuando ello sea para generar fuerza motriz para transportación, ya que la transformación de hidrocarburos en productos de petro-química es por todos iconceptos más aconsejable por ser más lucrativo para la empresa que quemar hidrocarburos para generar vapor. Esto sólo se podrá lograr aliviando la responsabilidad antes mencionada, que recae sobre Petróleos Mexicanos, de producir así toda la energía empleada, poniendo un aparejo transformador a la fuerza hidroeléctrica poten­cial del país y reviviendo la industria minera del carbón forzando la industrialización de este combustible para generar fuerza eléctrica estacionaria siempre que esto sea posible. Esto último se amplía más adelante.

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orgullo de la industria petrolera de demostrar su potencia y icapacidad en esta forma, pues esto indica que en términos generales opera eficaz­mente y que ha podido hacerse cargo de esta responsabilidad cum­pliendo así las aspiraciones nacionales de industrializar a México, me­diante la generación de energía barata anhelada al efectuarse la nacionalización de la industria petrolera en el país.

Sin embargo, del punto de vista del futuro de la economía nacional, la cual depende casi en su totalidad de la industria del país, esta situación, motivo de justo orgullo para Petróleos Mexicanos, plantea un problema de gravísimas consecuencias, las cuales ponen en entre­dicho el futuro industrial y por ende la economía del país.

Al plantearse aquí así el problema que por si solo se esboza, es con objeto de llamar la atención tanto a los técnicos de la industria del petróleo como a otros que habrán de reconocerlo así, respecto al hecho de que si por cualquier causa fuera del control de los directi­vos de la empresa o de los técnicos mismos, esta empresa resintiera un retraso en su desarrollo o un fracaso técnico o económico que paralizara o menguara sus actividades productivas de hidrocarburos, los resultados en la industria en general no se harían esperar y el desquiciamiento de la economía se haría evidente de inmediato.

Considérese que al hacerse responsable la industria petrolera de

generar casi la totalidad de la energía que se consume en el país,

esto significa que la industria extractiva, la de transformación, la de

transportes, la agrícola y ganadera y hasta la de turismo, que tan

importante va resultando en los últimos años, dependen totalmente

de la capacidad de Petróleos Mexicanos de continuar produciendo y

entregando hidrocarburos a los generadores de energía. Esto, sin ma­

yor explicación, indica que la economía del país depende de la

industria petrolera.

Véase ahora el problema de la energía que se consume en el país. Consiste éste de d,os tipos genéricos principalmente, la energía que se utiliza para los transportes y depende hasta ahora totalmente de productos de hidrocarburos, y la energía que el autor ha llamado estacionaria, que se utiliza exclusivamente para generar fuerza motriz

LA ECONOMÍA DE MÉXICO Y EL PETRÓLEO

1 C a p . V í ie l I n f o r m e W H - 5 9 a . S e p . 1 7 , 1 9 5 7 . B a n c o I n t e r n a c i o n a l p a r a l a

R e c o n s t r u c c i ó n y F o m e n t o .

2 P o n e n c i a s d e l a C o m i s i ó n F e d e r a l de E l e c t r i c i d a d 1 9 5 7 - 1 9 5 8 .

en la industria extractiva o de transformación y en general electri­cidad para los múltiples usos que se le conocen.

Se ha dicho que la energía que se utiliza en la industria del trans­porte no es por ahora económicamente substituible por ninguna otra (se considera la electricidad y la energía nuclear o el vapor a base de carbón incosteables en presencia de los hidrocarburos, por lo menos para México) , y por lo tanto serán por algún tiempo los hidro­carburos los únicos combustibles viables y económicamente factibles de utilizarse para transportación.

Por otra parte, el mayor porcentaje de energía se estima lo cons­tituye la electricidad. De este porcentaje de energía solamente menos del 7% se atribuye a electricidad derivada de la combustión de carbón (Planta Franklin en el Estado de Durango con capacidad de 6,000 Kw. y otra en Gómez Palacio del mismo Estado con capacidad de 700 Kw. en la parte Norte del país. Se desconocen plantas eléc­tricas de carbón en la parte Sur de la República). ^

Además, el porcentaje de energía eléctrica originada en las pre­sas del país se estima en 1 .5% de la energía total, la que equivale a 3,667 X 10" KwH., y de la electricidad generada en 1957 sólo el 43% se originó en plantas hidroeléctricas, el resto en termoeléctricas que como se dijo consumen principalmente aceite y gas. ̂

Por estas razones, es evidente que la energía eléctrica de fuente hidráulica y de termo-eléctrica a base de carbón está constituida en forma tan subordinada al monto de energía proveniente de la combus­tión de hidrocarburos, que constituyen una prueba manifiesta de la anarquía que reina en la República respeícto a la generación de energía.

En consecuencia, como el incremento de generación de energía hidroeléctrica o termoeléctrica con carbón mineral como combustible tardaría no menos de 5 años y posiblemente más para constituir una verdadera ayuda a la industria petrolera relevándola proporcional-

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mente de la producción de energía que se consiga por esos otros sistemas, resulta obvio que el problema más grave es el de incrementar los ingresos de Petróleos Mexicanos aumentando los precios a sus productos, para permitirle la ganancia justa y lógica a que tiene de­recho para solventar sus obligaciones contraídas, que en forma de deudas la agobian ya, y para permitirle el autofinanciamiento de pro­gramas de exploración, explotación y refinación que por necesidad irreemplazable e inaplazable debe de emprender de inmediato para poder continuar descubriendo las reservas de hidrocarburos que reem­placen a las reservas que anualmente se consumen y que liabrún de comenzarse a buscar ahora, pues su descubrimiento tarda entre 5 y 10 arios, según la experiencia tenida hasta la fecha en México.

Como se verá más adelante, por el consumo y la tasa de descubri­mientos, es imprescindible que la resolución del problema comience ahora so pena de contribuir al desquiciamiento de la economía nacio­nal, de no atacar este mal desde ahora.

Por lo anterior, el primer paso resolutivo consiste en permitir el aumento en los precios de los productos, bien sea hasta el 30% del total como ha solicitado Pemex o el 25% cifra a la cual llegan los expertos del Banco de Reconstrucción (op. cit.) .

El problema inmediato consiste en que, simultáneamente con el aumento de precios de icombustóleos y gasóleos se incremente, por la entidad responsable para ello, el fomento a la producción de carbón mineral en forma coordinada con la Comisión Federal de Electricidad para que se electrifiquen mediante el uso de este combustible aquellas áreas en las que esto sea aplicable y de las cuales se habla en detalle más adelante. Esto deberá emprenderse de inmediato también mediante LA CREACIÓN DE UNA COMISIÓN COORDINADORA DE ENERGÍA, CUya orga­nización tendrá por objeto controlar y coordinar las actividades de todas aquellas entidades estatales, descentralizadas o privadas que ten­gan ingerencia en la generación de energía en el país.

LA ECONOMÍA DE MÉXICO Y EL PETRÓLEO

LAS RESERVAS PETROLERAS DE MÉXICO

Este tema ha sido estudiado y discutido en buen número de ocasio­nes y ya desde el año de 1950 (Rodríguez y Barnetche, 1950) se pu­blicaron las reservas probadas para el año de 1938 y se calculaba que entonces se contaba con 835 millones de barriles aproximadamente. Posteriormente en los mismos boletines de la Asociación Mexicana de Geólogos Petroleros así como en publicaciones especiales de la Ge­rencia de Exploración, Cumming y otros continuaron estudiando re­servas y anualmente, hasta el año de 1946 fueron aumentando las reservas probadas, según las publicaciones, pero en general estos aumen­tos se debieron a la revisión de cálculos y principalmente a la ex­pansión de campos conocidos. Esta última causa de aumento es harto frecuente en los cómputos anuales en todos los países del mundo.

A partir de 1946 y después del descubrimiento del campo de "El Moralillo" en la Cuenca de Tampico al occidente de Cerro Azul, co­menzó la era de nuevos descubrimientos para Pemex y así surgieron los campos de gas, si bien se consideran pobres sus reservas de pe­tróleo, en el N E de México en el distrito de Reynosa, Tamps. Acto-seguido y con este estímulo se comenzaron a descubrir los campos del Distrito Macuspana, Tabasco, el Distrito de Veracruz y en el Distrito de Poza Rica.

Así pues, fue a partir de 1946 que comenzaron a encontrarse nue­

vas reservas probadas de hidjrocarburos en México.

Analizando las estadísticas se reveló que de 1938 a 1958 se han producido en México 1,220 millones de barriles de petróleo o lo que es lo mismo, se han producido aproximadamente 61 millones de ba­rriles al año. Las estadísticas anuales presentadas por Pemex acusan una reserva de 3,373 millones de barriles a marzo de 1958, pero de esta cifra solamente 2,065 millones de barriles de petróleo y el resto son reservas de gas traducidas a petróleo para las cuales hasta ahora ha habido poca utilidad y además no tienen mayor influencia en el cálculo que se presenta. Es decir, que la diferencia entre 835 millones, en marzo de 1938 y 2,065 millones en marzo de 1958, o sean 1,230»

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millones de barriles divididos entre los 2 0 años, indicarían un descu­brimiento anual aproximadamente igual al del consumo manifestado para el mismo lapso. En consecuencia, si se han consumido 6 1 millo­nes anuales en promedio aunque éste no sea el consumo real por año de calendario, y la diferencia entre las reservas probadas actuales y las de 1 9 3 8 son 1 , 2 3 0 millones de barriles, quiere decir que el incre­mento anual en los descubrimientos daría un promedio de 1 2 2 millones de barriles anuales. Esto es en realidad lo que se ha venido descu­briendo mediante labores exploratorias con los diversos métodos cien­tíficos seguidos de las perforaciones.

Mientras que el consumo anual del país ha sido menor a 1 0 0 mi­

llones de barriles, los descubrimientos han permitido reponer anual­

mente ese consumo y aumentar a las reservas para mantener el margen

de seguridad que arbitrariamente se ha escogido, por así resultar con­

veniente, do producir anualmente el 5 % de las reservas probadas o

mejor dicho, puesto que es lo real, se han descubierto reservas con un

pequeño exceso de la producción anual lo que ha permitido un pe­

queño incremento anual de reservas probadas de petróleo.

Pero el análisis de las estadísticas de producción de energía en el país, al que antes se hizo referencia, indica que la energía aumenta a una tasa de 8 % aproximadamente y que esta energía depende en un máximo posible de 9 2 % de hidrocarburos.

En consecuencia, es obvio que para que la energía de toda índole, de la cual depende la industria del país, y por ende su economía, pueda continuar desarrollándose por lo menos en un futuro previsible de 1 0 a 2 0 años más y a la tasa mencionada, Pemex deberá continuar aumentando su producción acumulativamente a una tasa igual o mayor al 8 % anual, duplicando su producción cada ocho años.

Con estas condiciones planteadas, el problema de Pemex de salva­

guardar el destino de la economía del país a través de su industria,

consiste en estar capacitada para aumentar la producción anual y a

la vez continuar descubriendo reservas para probarlas, en exceso de lo

consumido y así continuar con el margen de seguridad de 2 0 años.

LA ECONOMÍA DE MÉXICO Y EL PETRÓLEO

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Como las reservas petroleras no se encuentran de un día para otro o de un año para otro, sino que la historia d,e los descubrimientos en México indica, por lo menos para los principales campos como Poza Rica, Tonalá, El Plan, José Colomo y otros en el N y en el NE, que del principio del trabajo exploratorio a la fecha de descubrimiento de estos campos mayores transcurrieron aproximadamente de 7 a 1 5 años. Podría promediarse este retraso en los descubrimientos en aproximadamente 1 0 años.

Este punto es de gran importancia técnica al considerar el aspecto económico en la resolución del problema planteado ya que las reservas que se consumen hoy en día son el resultado de exploraciones que se iniciaron hace más de 10 años.

Para ilustrar esta importancia, considérese lo siguiente: mientras que al finalizar este año de 1 9 5 8 Pemex habrá producido aproxima­damente 1 0 0 millones de barriles, y para dar cuenta del incremento de 8 % anual acumulativo, en 1 9 5 9 habrá de producir 1 1 6 . 6 4 millones, para 1 9 6 1 la demanda será de 1 2 5 . 9 7 millones. Para surtir la deman­da, si ésta no varía mayormente de la tasa de los últimos 1 0 años, Pemex necesitará producir y refinar 200 millones de barriles en el año dc 1967.

Dicho en tan cortas palabras este hecho fabuloso resulta aparente­mente simple. Sin embargo, si para producir, refinar, transportar y distribuir 1 0 0 millones de barriles en 1 9 5 8 la empresa operó con i m capital de aproximadamente cinco mil millones de pesos, habrá de considerarse que para duplicar esa producción el presupuesto habrá de incrementarse en proporción. Posiblemente no sea menester dupli­carlo, pero sí incrementarlo substanciaimente para dar cuenta de la asfixiante demanda. Como el período 1958-1967 no se comen-zará con un superávit excesivo en la capacidad de producción, es obvio que es de ingente necesidad y de heclto apremiante la resolución, de cO' menear a incrementar substanciaimente las labores exploratorias y de producción así como de refinación, pues las refinerías tampoco se cons­truyen en un año, para dar cuenta del incremento necesario en los descubrimientos de nuevas reservas ya que consumiendo las produc­ciones de 1958 a 1970 se habrán agotado las reservas de hidrocarbu-

GUILLERMO P . SALAS

3 S l o a m , R a y m o n d D . T h e F u t u r e o f t h e E x p l o r a t i o n G e o l o g i s t , C a n H e M e e t

t h e C h a l l e n g e ? C o n f e r e n c i a p r e s e n t a d a e n l a A s o c i a c i ó n d e G e ó l o g o s P e t r o ­

l e r o s de l a s M o n t a ñ a s R o c a l l o s a s e n m a r z o 2 1 , 1 9 5 8 . G e r e n t e d e l a C á r t e r O i l

C o . , D i v i s i ó n de O c c i d e n t e .

ros líquidos con que contarnos hoy día. Siempre que se habla de que las reservas probadas son amplias para 20 años se califica esto di­ciendo que se calcula el monto actual de consumo. Mas como el con­sumo es una cifra dinámica no se pueden calcular reservas probadas estáticas y así acumulando las producciones y los incrementos anuales resulta que se cuenta con reservas probadas para solamente 10 u 11 años de acuerdo con el incremento de consumo anual.

EL DESCUBRIMIENTO DE NUEV.4S RESERVAS PETROLERAS

Con el objeto de ilustrar la importancia que el financiamiento tiene en el futuro de la industria petrolera se presentan datos esta­dísticos tomados de los E . U . A . cuyas estadísticas si bien no son aplicables totalmente al problema mexicano, sí sirven para ilustrar la importancia del financiamiento oportuno si la industria petrolera ha de mantenerse a flote y cumplir con su sagrado deber de vigilar por la economía del país.

En los E . U . A . , en donde se perforan más de 14 mil pozos de exploración en busca de reservas al año, se resuelve lo siguiente:

Que en los pozos netamente exploratorios, uno de cada nueve encuentra hidrocarburos, pero solamente uno de cada 44. resulta en un éxito económico que permite obtener ganancias adecuadas para continuar explorando y produciendo comercialmente; solamente uno de cada 427 pozos de exploración descubie un campo con reservas mayores a 25 millones de barriles de petróleo y solamente uno de cada 991 pozos exploratorios encuentra un campo verdaderamente grande con reservas de más de 50 millones de barriles (Sloam, mar­zo de 1 9 5 8 ) . 3

Además, es menester recordar que mientras que al principio de la operación de la industria petrolera el descubrimiento de nuevos cam-

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LA ECONOMÍA DE MÉXICO Y EL PETRÓLEO

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pos ha sido relativamente fácil y barato, como el número de yaci­mientos a descubrir es finito, entre más se hayan descubierto en el pasado, menos quedan por descubrir. Para ilustrar el caso, véanse las estadísticas norteamericanas nuevamente: en los E . U . A . no se ha descubierto un campo de 100 millones de barriles de reservas desde 1953. Durante los seis años comprendidos entre 1950-1955 el promedio de descubrimientos de campos y reservas mayores a 25 millones de barriles fué 1.17. En cambio entre 1938-1941, período de pre-guerra, el promedio de descubrimientos de estos campos grandes era 3.75 por año Fanning, 1958, pág. 1 2 ) . *

No obstante que en los E . U . A . se han perforado 1,663 millones de pozos desde 1859 hasta 1957, solamente se han encontrado 24 campos con reservas mayores a 500 millones de barriles.

Los E . U . A . han aumentado su consumo, de suerte que desde 1950 se consume más de lo que se descubre y al finalizar 1957 se contaba con reservas —si el consumo no aumentara— para solamente 11.3 años de operación.

Con estos ejemplos se dará cuenta el lector de que el problema de la industria petrolera no sólo es grave si no se le permite a Petró­leos Mexicanos su autofinanciamiento, sino que la falta de decisión respecto al incremento lógico en sus ingresos, amén de otras reformas necesarias, podría ocasionar el caos económico del país.

CONCLUSIONES :

Como antes se apunta, el principal problema de la industria pe­trolera nacional es la falta de financiamiento para permitirle cumplir con sus obligaciones de contribuir substanciaimente a mover la indus­tria total del país.

Se considera indispensable, si la actual política petrolera no ha de variar, que este financiamiento se logre con recursos propios sus-

•* F a n n i n g , L e o n a r d M . " T h e S h i f t o f W o r l d P e t r o l e u m P o w e r a w a y f rom

t h e U . S . " , a b r i l 1 0 de 1 9 5 8 .

GUILLERMO P . SALAS

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pendiendo los préstamos en grande escala que no será posible saldar sin el incremento adecuado en sus ingresos por ventas.

Se recomienda la creación de una Comisión Coordinadora de la Energía que acabe con la anarquía actual que está permitiendo el quemar hidrocarburos antieconómica y antisocialmente mientras la industria del carbón y la hidroeléctrica se encuentran muy poco des­arrolladas.