La Doctrina Social de la Iglesia y la Inmigración · Historia Al promover los derechos humanos de...

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La Doctrina Social de la Iglesia y la Inmigración PASTORAL MIGRATORIA 4. Los refugiados y solicitantes de asilo deben ser protegidos. Las personas que son víctimas de persecución en sus países tienen el derecho a encontrar protección y santuario en otro país. Los conflictos y las situacio- nes sociales en muchas partes del mundo obliga a que millones de personas abandonen sus casas por temor a muerte y daños físicos. Los Estados Unidos deben utilizar un sistema adecuado que proteja a refugiados y personas que buscan asilo político o humanitario. 5. Los Derechos Humanos y la Dignindad Humana de los migrantes indocumentados deben ser respetados. Las personas que entran a una nación sin la autoriza- ción o que se quedan mas tiempo que el permitido, deben ser tratadas con respecto y dignidad. No de- ben ser detenidos en situaciones inhumanas y por tiempo indefinido. No deben ser atados de manos y/ o pies ni abusados de ninguna manera. Deben reci- bir procesos legales adecuados y cuando haya moti- vos de temor en regresar a su país, deben ser escu- chados por las instancias correspondientes. Estas personas no deben ser culpadas por los problemas Padre de amor y misericordia, proveíste a tu pueblo Israel en su éxodo de la esclavitud la tierra prometida que estableciste para ellos, y en Jesucristo provees un acogedor refugio para todos los necesitados. Te pedimos tu protección divina para todos los migrantes que han abandonado sus casas en busca de nuevas oportu- nidades en otro país. Te imploramos que otorgues a todos los migrantes tu pro- tección y los guíes hacia un lugar seguro. Acompaña a todos los que necesitan tu poder salvador. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina con- tigo en la unidad del Espíritu Santo. Amen Oficina de Asuntos para Inmigrantes y de Educación sobre Migración WWW.CATHOLICSANDIMMIGRANTS.ORG Si desea participar en la Pastoral Migratoria, por favor, comuníquese con: WILLIAM BECERRA Tel: 312-534-8111 [email protected] ACTUALIAZDO: 08/28/14 La información en este folleto es tan solo para educación y guía general. No intenta remplazar la consulta legal con una persona profesional y acreditada. Cualquier uso de esta información, incluyendo pero no limitado al uso de proveedores de servicio mencionados, es con la condición de que la Oficina de Asuntos para Inmigrantes no tendrá responsabilidad u obligación legal alguna por daños u otras consecuencias derivadas de su uso, incluyendo pero no limitándose a heridas personales o aun muerte. “Nuestra fidelidad al Evangelio nos exige proclamar… la verdad sobre el ser humano y la dignidad de toda persona humana.” - Aparecida, 390

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La Doctrina Social

de la Iglesia y

la Inmigración

PASTORAL MIGRATORIA

4. Los refugiados y solicitantes de asilo deben ser

protegidos.

Las personas que son víctimas de persecución en sus

países tienen el derecho a encontrar protección y

santuario en otro país. Los conflictos y las situacio-

nes sociales en muchas partes del mundo obliga a

que millones de personas abandonen sus casas por

temor a muerte y daños físicos. Los Estados Unidos

deben utilizar un sistema adecuado que proteja a

refugiados y personas que buscan asilo político o

humanitario.

5. Los Derechos Humanos y la Dignindad

Humana de los migrantes indocumentados deben

ser respetados.

Las personas que entran a una nación sin la autoriza-

ción o que se quedan mas tiempo que el permitido,

deben ser tratadas con respecto y dignidad. No de-

ben ser detenidos en situaciones inhumanas y por

tiempo indefinido. No deben ser atados de manos y/

o pies ni abusados de ninguna manera. Deben reci-

bir procesos legales adecuados y cuando haya moti-

vos de temor en regresar a su país, deben ser escu-

chados por las instancias correspondientes. Estas

personas no deben ser culpadas por los problemas

Padre de amor y misericordia, proveíste a tu pueblo Israel en su éxodo de la esclavitud la tierra prometida que estableciste para ellos, y en Jesucristo provees un acogedor refugio para todos los necesitados. Te pedimos tu protección divina para todos los migrantes que han abandonado sus casas en busca de nuevas oportu-nidades en otro país. Te imploramos que otorgues a todos los migrantes tu pro-tección y los guíes hacia un lugar seguro. Acompaña a todos los que necesitan tu poder salvador. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina con-tigo en la unidad del Espíritu Santo. Amen

Oficina de Asuntos para Inmigrantes y de Educación sobre Migración WWW.CATHOLICSANDIMMIGRANTS.ORG

Si desea participar en la Pastoral Migratoria, por favor, comuníquese

con:

WILLIAM BECERRA

Tel: 312-534-8111

[email protected]

ACTUALIAZDO: 08/28/14

La información en este folleto es tan solo para educación y guía general. No intenta remplazar la

consulta legal con una persona profesional y acreditada. Cualquier uso de esta información,

incluyendo pero no limitado al uso de proveedores de servicio mencionados, es con la condición

de que la Oficina de Asuntos para Inmigrantes no tendrá responsabilidad u obligación legal

alguna por daños u otras consecuencias derivadas de su uso, incluyendo pero no limitándose a

heridas personales o aun muerte.

“Nuestra fidelidad al Evangelio nos exige proclamar… la verdad

sobre el ser humano y la dignidad de toda persona humana.”

- Aparecida, 390

Historia Al promover los derechos humanos de inmigran-

tes y refugiados, es necesario tener como base la

Doctrina Social Cristiana que tienen sus fuentes

en el Evangelio y las palabras de Cristo, así como

en la Tradición transmitida en Cartas y Encíclicas

a nivel local contamos con las cartas pastorales de

los Obispos de Estados Unidos así como las ense-

ñanzas de Obispos provenientes de todo el mundo

y ofrecen una perspectiva muy enriquecedora al

encontrar unidad en las enseñanzas de la iglesia

con respecto a inmigración

Uno no necesita ir más allá de la vida y las palabras

de Jesucristo para entender que los inmigrantes y los

refugiados son especiales a los ojos de Dios.

El niño Jesús fue un refugiado que, junto con la Sa-

grada Familia, huyó del terror de Herodes a Egipto

(Mt. 2, 14-15).

En su ministerio, Jesús fue un inmigrante, movién-

dose de un lugar a otro, "sin ningún lugar donde

reclinar la cabeza ..." (Mt. 8:20).

En el Evangelio de Mateo, Jesús nos enseña a acoger

al extranjero: "Porque tuve hambre, y me diste de

comer, tuve sed y me diste de beber, fui forastero y

me acogiste" (Mt. 25-35).

Jesús mismo no fue bien recibido por su propio

pueblo: "Vino a los suyos, pero los suyos no le reci-

bieron" (Jn 1,11).

Al dar la bienvenida al forastero entre nosotros, le

recibimos a Cristo mismo, porque hay que ver el ros-

tro de Cristo en el inmigrante y refugiado. En el

Evangelio de Lucas, esto queda claro en la experi-

encia de los discípulos en el camino a Emaús (Lc 24,

13-15.), Ya que se convierten en testigos de la

Verdad, dando la bienvenida al forastero, que es

Cristo.

Fuentes del Evangelio

Enseñanzas de los Papas

La primera encíclica social, Rerum Novarum,

(Sobre las Condiciones Laborales, 1891) se men-

ciona que toda persona tiene derecho a trabajar para

vivir dignamente y sostener a su familia (Papa Leo

XIII). Años más tarde, el Papa Pio XII reafirma

que los migrantes tienen el derecho una vida digna

y tienen el derecho a emigrar para conseguirla: “

De acuerdo a las enseñanzas de Rerum Novarum, la

familia tienen el derecho a emigrar para asegurar

una vida digna y humana. Cuando esto pasa, el fin

natural de la migración es cumplido…”

Posiciones de los Obispos de Estados Unidos

En Enero de 2003, los Obispos de Estados Unidos

escribieron una Carta Pastoral llamada, “Ya no so-

mos extranjeros, nuestro camino es la esperanza”.

Este documento menciona 5 principios que respon-

den a las propuestas de políticas publicas relaciona-

das con inmigración

1. Las Personas tienen el derecho a encontrar

oportunidades en sus países

Este principio afirma que las personas tienen dere-

cho a no emigrar. En otras palabras, las condiciones

sociales, económicas, políticas de sus países deben

permitir que haya trabajo y que los salarios sean su-

ficientes para que las personas vivan en paz, justicia

y dignidad.

En términos de políticas publicas, los gobiernos de-

ben dar respuesta a las desigualdades económicas

globales por medio de desarrollo económico y prác-

ticas de comercio justo, y perdón de deudas. Los

esfuerzos para conseguir la Paz deben tener como fin

principal el permitir que las personas no tengan que

ser obligadas a dejar sus hogares.

2. Las personas tienen el derecho a emigrar para

ofrecer una vida digna para ellas y sus familias

Cuando las personas no encuentran un trabajo digno

para sostenerse a si mismo y a sus familias, las perso-

nas tienen el derecho a emigrar a otros países en bús-

queda de un buen trabajo. Dicho derecho no es abso-

luto como lo indica el Papa Juan XXIII, se aplica so-

lo cuando, “hay razones justas para emigrar”. Las

condiciones actuales en la que hay pobreza global,

guerras, crimen, y persecuciones, las personas

(incluyendo niños sin compañía) se ven obligados a

abandonar sus casas motivados por la necesidad de

sobrevivir y sostener a sus familias. Dichas personas

y familias deben recibir consideraciones especiales.

3. Las naciones soberanas tienen derecho a sobe-

ranos poseen el derecho de controlar sus fronteras

La Iglesia reconoce el derecho a que las naciones

soberanas protejan y cuiden sus fronteras para asegu-

rar el bien común de sus ciudadanos. Sin embargo,

este derecho no es absoluto. Las naciones tienen la

obligación a garantizar el bien común universal como

lo afirma el Papa Juan XXIII en su encíclica, Pacem

in Terris. Por lo tanto, las naciones deben responder

a los flujos migratorios en la mejor manera posible.

Las naciones poderosas y ricas como los Estados

Unidos tienen una obligación aun mayor de buscar el

bien común universal de acuerdo a las Enseñanzas

Sociales de la Iglesia. Estados Unidos necesitan tra-

bajadores extranjeros debido a la economía global y

por lo tanto debe asegurar un sistema migratorio que

permita el ingreso legal a nuestra nación. De esta

manera habrá orden, seguridad, y una manera digna

de encontrar trabajo y reunificación familiar.