La diminuta voz
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www.gatopardo.com GATOPARDO 55 AGENDA CULTURAL — Libros E l dos veces Premio Nacional de Literatura Aurelio Espinosa Pólit no tiene ningún reparo en treparse a los toboganes del parque El Ejido, posar ante nuestra lente, sonreír y seguir bromeando hasta el cansancio. Su espíritu es el de un niño; el de un niño grande que quiere dialogar con sus nietos y sus demás pares . Ese mismo afán lo llevó a iniciarse en la poesía infantil, hace unos cuatro o cinco años atrás, mucho tiempo después de haber alcanzado un sitial de honor en las letras ecuatorianas. La diminuta voz es un poemario que cristaliza dichos argumentos. Publicado hacia fines de 2012 por editorial Edinun, continúa la aventura trazada por Diccionario inocente (2009), su primer libro en este género. Y lo hace para incentivar la lectura de las nuevas generaciones, mediante un LA DIMINUTA VOZ En la madurez de su verso, Jorge Dávila Vázquez incursionó en un género aún poco explorado por las misiones editoriales: la poesía para niños. Muy lejos de ser fábula u obsecuente moraleja, su último libro nos devuelve sutilmente la fantasía y el poder de asombro ante lo inmensurable. descubrimiento cómplice de la palabra, el juego, la naturaleza y sus elementos, y un redescubrimiento breve e implacable de algunos personajes clásicos de la fantasía, como sirenas, princesas, ángeles, unicornios y dragones, “los pobres dragones”. La obra, de alrededor de 80 páginas, se divide en cinco capítulos que abarcan la temática infantil a partir de diversos contextos —unos minúsculos, otros simplemente insondables—, desde una estantería de peluches, pasando por cascadas y árboles plagados de mariposas y colibrís que personifican la esencia de la vida y la belleza, hasta el Arca de Noé, sus animales y el diluvio universal. En “Retablo navideño”, el quinto apartado, los pasajes bíblicos cobran todavía más fuerza con una singular visión del advenimiento de Jesús en Belén. Fiel a sus convicciones, el polígrafo cuencano y doctor en filología volvió a dejar que su pluma fluyera libre en estos textos, sin atender a cuestiones de métrica y estilo. Para él, dice “es importante ese ritmo interno que llevamos dentro… Cuando tú escribes, vas encontrando esa musicalidad de acuerdo con tu forma de hablar”. Así, La diminuta voz no está sujeta a la contabilización de versos de arte mayor o menor; tampoco a recursos previamente delimitados: además de la prosopopeya, Dávila Vázquez utilizó libremente la reiteración, la hipérbole y los símiles para configurar lo que él llama “una sutil mezcla entre lo concreto y lo abstracto”. La riqueza educativa de los escritos se ve reforzada por las hermosas y sencillas ilustraciones de Guido Chaves y por las actividades para recrear la lectura que Edinun incluyó al final del cuadernillo, perteneciente a su colección Sueños de Papel. Para el autor, desarrollar este tipo de lírica infantil no implica disminuir o rebajar la hondura de la poesía. Por el contrario, asegura, “los niños son los críticos más exigentes”. “una sutil mezcla entre lo concreto y lo abstracto”
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www.gatopardo.com GATOPARDO 55
AGENDA CULTURAL — Libros
E l dos veces Premio Nacional de Literatura Aurelio Espinosa Pólit no tiene
ningún reparo en treparse a los toboganes del parque El Ejido, posar ante nuestra lente, sonreír y seguir bromeando hasta el cansancio. Su espíritu es el de un niño; el de un niño grande que quiere dialogar con sus nietos y sus demás pares . Ese mismo afán lo llevó a iniciarse en la poesía infantil, hace unos cuatro o cinco años atrás, mucho tiempo después de haber alcanzado un sitial de honor en las letras ecuatorianas.
La diminuta voz es un poemario que cristaliza dichos argumentos. Publicado hacia fines de 2012 por editorial Edinun, continúa la aventura trazada por Diccionario inocente (2009), su primer libro en este género. Y lo hace para incentivar la lectura de las nuevas generaciones, mediante un
LA DIMINUTA VOZEn la madurez de su verso, Jorge Dávila Vázquez incursionó en un género aún poco explorado por las misiones editoriales: la poesía para niños. Muy lejos de ser fábula u obsecuente moraleja, su último libro nos devuelve sutilmente la fantasía y el poder de asombro ante lo inmensurable.
descubrimiento cómplice de la palabra, el juego, la naturaleza y sus elementos, y un redescubrimiento breve e implacable de algunos personajes clásicos de la fantasía, como sirenas, princesas, ángeles, unicornios y dragones, “los pobres dragones”.
La obra, de alrededor de 80 páginas, se divide en cinco capítulos que abarcan la temática infantil a partir de diversos contextos —unos minúsculos, otros simplemente insondables—, desde una estantería de peluches, pasando por cascadas y árboles plagados de mariposas y colibrís que personifican la esencia de la vida y la belleza, hasta el Arca de Noé, sus animales y el diluvio universal. En “Retablo navideño”, el quinto apartado, los pasajes bíblicos cobran todavía más fuerza con una singular visión del advenimiento de Jesús en Belén.
Fiel a sus convicciones, el polígrafo cuencano y doctor en filología volvió
a dejar que su pluma fluyera libre en estos textos, sin atender a cuestiones de métrica y estilo. Para él, dice “es importante ese ritmo interno que llevamos dentro… Cuando tú escribes, vas encontrando esa musicalidad de acuerdo con tu forma de hablar”. Así, La diminuta voz no está sujeta a la contabilización de versos de arte mayor o menor; tampoco a recursos previamente delimitados: además de la prosopopeya, Dávila Vázquez utilizó libremente la reiteración, la
hipérbole y los símiles para configurar lo que él llama “una sutil mezcla entre lo concreto y lo abstracto”.
La riqueza educativa de los escritos se ve reforzada por las hermosas y sencillas ilustraciones de Guido Chaves y por las actividades para recrear la lectura que Edinun incluyó al final del cuadernillo, perteneciente a su colección Sueños de Papel.
Para el autor, desarrollar este tipo de lírica infantil no implica disminuir o rebajar la hondura de la poesía. Por el contrario, asegura, “los niños son los críticos más exigentes”.
“una sutil mezcla entre lo
concreto y lo abstracto”
