La Dimension Social de La Lumen Fidei-libre

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Proyección LXI (2014) 129-144 LA DIMENSIÓN SOCIAL DE LA ENCÍCLICA LUMEN FIDEI Gonzalo Villagrán Medina sj Fecha de recepción: 30 de diciembre de 2013 Fecha de aceptación y versión inal: 18 de marzo de 2014 1. Introducción El pasado mes de julio se publicaba la primera encíclica del papa Francisco titu- lada Lumen Fidei (LF), la luz de la fe. El Papa reconocía claramente que la autoría prin- cipal del texto es de Benedicto XVI, a quien le agradecía su contribución. Airmaba el pontíice que la encíclica ha sido escrita por tanto “a cuatro manos”. Con algún tiempo ya de distancia merece la pena acercarse a la encíclica e ir desgranando sus enseñanzas, que son muchas y profundas. La perspectiva que quisiera tomar en este ensayo es la perspectiva del pensamiento social cristiano para ver qué aporta esta nueva encíclica a la ya rica tradición social de la Sumario: La primera encíclica del papa Francis- co, Lumen Fidei, es un texto escrito princi- palmente por Benedicto XVI que Francis- co ha hecho suyo. Aunque es una encíclica sobre cuestiones de antropología teológica –la virtud teologal de la fe– el documento tiene implicaciones sociales interesantes. Para captar estas implicaciones hemos de ensanchar nuestro concepto de lo que es social. No sólo la fe supone una con- tribución al bien común desde un punto de vista de estructura socio-económica y política. La fe supone también una transfor- mación de la cultura moderna. Pero sobre todo la fe, en cuanto que implica relación (eclesial, de anuncio…) y que ella misma es relación con Dios, ilumina toda relación humana base de la vida en sociedad. Palabras clave: Virtudes teologales, antropolo- gía, bien común, cultura, relación. Summary: The irst encyclical letter of Pope Francis, Lumen Fidei, is a text written most- ly by Benedict XVI that Francis has made his own. Even if the encyclical deals with questions of theological anthropology –the theological virtue of faith– the document has interesting social implications. In order to understand these implications we should widen our understanding of the term social. Not only faith supposes a contribution to the common good from a point of view of the socio-economic and political struc- ture. Faith supposes also a transformation in modern culture. But, overall, faith illuminates every human relationship because it implies relationships and it is itself relationship with God. Ultimately human relationships are the foundation of our life in society. Key words: Theological virtues, anthropology, common good, culture, relationship.

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La Dimension Social de La Lumen Fidei-libre de Gonzalo Villagrán

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  • Proyeccin LXI (2014) 129-144

    LA DIMENSIN SOCIAL DE LA ENCCLICA LUMEN FIDEI

    Gonzalo Villagrn Medina sj

    Fecha de recepcin: 30 de diciembre de 2013

    Fecha de aceptacin y versin inal: 18 de marzo de 2014

    1. Introduccin

    El pasado mes de julio se publicaba la primera encclica del papa Francisco titu-lada Lumen Fidei (LF), la luz de la fe. El Papa reconoca claramente que la autora prin-cipal del texto es de Benedicto XVI, a quien le agradeca su contribucin. Airmaba el pontice que la encclica ha sido escrita por tanto a cuatro manos. Con algn tiempo ya de distancia merece la pena acercarse a la encclica e ir desgranando sus enseanzas, que son muchas y profundas.

    La perspectiva que quisiera tomar en este ensayo es la perspectiva del pensamiento social cristiano para ver qu aporta esta nueva encclica a la ya rica tradicin social de la

    Sumario: La primera encclica del papa Francis-co, Lumen Fidei, es un texto escrito princi-palmente por Benedicto XVI que Francis-co ha hecho suyo. Aunque es una encclica sobre cuestiones de antropologa teolgica la virtud teologal de la fe el documento tiene implicaciones sociales interesantes. Para captar estas implicaciones hemos de ensanchar nuestro concepto de lo que es social. No slo la fe supone una con-tribucin al bien comn desde un punto de vista de estructura socio-econmica y poltica. La fe supone tambin una transfor-macin de la cultura moderna. Pero sobre todo la fe, en cuanto que implica relacin (eclesial, de anuncio) y que ella misma es relacin con Dios, ilumina toda relacin humana base de la vida en sociedad.

    Palabras clave: Virtudes teologales, antropolo-ga, bien comn, cultura, relacin.

    Summary: The irst encyclical letter of Pope Francis, Lumen Fidei, is a text written most-ly by Benedict XVI that Francis has made his own. Even if the encyclical deals with questions of theological anthropology the theological virtue of faith the document has interesting social implications. In order to understand these implications we should widen our understanding of the term social. Not only faith supposes a contribution to the common good from a point of view of the socio-economic and political struc-ture. Faith supposes also a transformation in modern culture. But, overall, faith illuminates every human relationship because it implies relationships and it is itself relationship with God. Ultimately human relationships are the foundation of our life in society.

    Key words: Theological virtues, anthropology, common good, culture, relationship.

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    Iglesia. La pregunta de fondo que dirigir mi relexin ser la pregunta por la dimensin social de la encclica. Aunque en principio LF estara en otro campo de la teologa, la en-cclica tiene implicaciones y aportaciones importantes para el pensamiento social.

    En este artculo en un primer momento presentar el contexto y proceso de re-daccin de LF datos importantes para poder entender correctamente su mensaje. En un segundo momento, estudiar las implicaciones sociales del texto magisterial distinguiendo diversos niveles de comprensin del adjetivo social. Veremos pues cmo la encclica invita a considerar la vida social desde sus fundamentos antropolgicos y teolgicos, siguiendo el estilo de Benedicto XVI. Finalmente intentar hacer una evaluacin general de la encclica para captar sus principales aportaciones al pensamiento social cristiano, as como algunos puntos que requeriran mayor desarrollo para poder integrarlos.

    2. Introduccin: contexto y redaccin de LF

    Se trata de un texto que responde claramente al estilo y lneas fundamentales del pensamiento de Benedicto XVI. Slo se percibe claramente la mano de Francisco en los prrafos 5 y 7 y tal vez el inal de la encclica. En general, el contenido de la encclica va por otros derroteros que los primeros gestos del papa Francisco, de ah la percepcin de que es una obra de Benedicto1. La comparacin de la encclica que nos ocupa con el siguiente texto magisterial de Francisco, la exhortacin Evangelii Gaudium, es suiciente para percibir la clara diferencia de estilo de ambos textos.

    La encclica completa la triloga que Benedicto XVI quera escribir sobre las vir-tudes teologales: fe, esperanza y caridad. Curiosamente el Papa empez por la principal, la caridad (Deus Caritas Est), y acaba por la fe con esta encclica que el papa Francisco ha hecho suya. El que Benedicto XVI eligiera las tres virtudes teologales como lnea de fondo de sus de encclicas nos muestra ya la perspectiva que este Papa quera adoptar para su magisterio. Las virtudes no son slo unas categoras morales sino que son un esquema de comprensin del ser humano. En este esquema, las virtudes teolgicas fe, esperanza y caridad suponen la articulacin de la relacin del hombre con Dios con esa visin del hombre segn las virtudes2. Por lo tanto, la perspectiva que Benedicto XVI adopta para su magisterio es claramente una aproximacin a los problemas desde los fundamentos de la antropologa teolgica. Ya diferentes autores haban identiicado antes esta perspectiva antropolgica como perspectiva privilegiada de Benedicto XVI3.

    1 En este artculo partiremos de la premisa de que Lumen Fidei es una obra de Benedicto XVI, y as la analizaremos, aunque la encclica est irmada y terminada por el papa Francisco.

    2 Paul teaches us about the triple virtues of faith, hope, and charity. hese virtues are not in Plato or Aristotle; they are not constitutive of a Greek humanum but rather a speciically Christian one. D. J. Harring-ton y J. F. Keenan, Paul and Virtue Ethics: Building Bridges Between New Testament Studies and Moral heology, Rowman & Littleield, Lanham, MD 2010, 125.

    3 As, por ejemplo, el prof. Ildefonso Camacho, comentando la encclica Caritas in Veritate, ya identiica en esta encclica la misma perspectiva antropolgica: Benedicto XVI introduce ciertas categoras antropolgicas desde las que ilumina los diferentes temas que va abordando. I. Camacho, Primera encclica social de Benedic-to XVI: Claves de comprensin: Revista de Fomento Social 64 (2009) 642.

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    Se puede decir, pues, que el objetivo del conjunto del magisterio de Benedicto XVI ha sido profundizar y aclarar en el magisterio la visin cristiana del hombre, ofreciendo una sntesis actual de sta. Esta temtica es fundamental en el cristianismo porque, como dice Juan L. Ruiz de la Pea, la teologa ltimamente ha de hablar de un Dios que es salvador del hombre y de un Dios que se ha humanado4.

    El pasado universitario de Benedicto XVI explica su preocupacin por tratar los problemas desde sus fundamentos teolgicos como forma de acercarse a la verdad5. Cla-riicar las implicaciones ltimas de la visin cristiana sobre el hombre es una forma de acercarse a esa verdad que ha de guiar luego la vida de la Iglesia y de la sociedad. Las ml-tiples referencias de Benedicto XVI a la necesidad de fundamentar la vida social en una moral objetiva6, y su deseo de reforzar el papel de una slida argumentacin moral basada en la ley natural7 as lo muestran. En LF se percibe de nuevo este mismo movimiento que el Papa pone en relacin con el amor. La relacin mutua entre estas categoras verdad y amor ya est subrayada en Caritas in Veritate8. Esta relacin es vista aqu desde la fe que necesariamente se abre al amor pues nace de recibir el amor de Dios (LF, 26).

    Por lo tanto, hemos de entender que la encclica no busca aportar ninguna deinicin nueva al magisterio de la Iglesia; por el contrario la encclica airma expresa-

    4 Cf J. L. Ruiz de la Pea, Imagen de Dios. Antropologa teolgica fundamental, Sal Terrae, Santander 1996, 9.

    5 En el contexto social y cultural actual, en el que est difundida la tendencia a relativizar lo verdadero, vivir la caridad en la verdad lleva a comprender que la adhesin a los valores del cristianismo no es solo un ele-mento til, sino indispensable para la construccin de una buena sociedad y un verdadero desarrollo humano integral. Caritas in Veritate, 4; Ildefonso Camacho lo formulaba de la siguiente manera: Ante todo, est la pre-ocupacin de Benedicto XVI por la verdad, muy en sintona en este punto con Juan Pablo II. Es una inquietud que marca toda la vida del telogo Ratzinger Esta preocupacin enlaza con el relativismo cultural y moral que percibe y denuncia en la sociedad actual. I. Camacho, o.c., 639.

    6 En este sentido, los jvenes necesitan autnticos maestros; personas abiertas a la verdad total en las dife-rentes ramas del saber, sabiendo escuchar y viviendo en su propio interior ese dilogo interdisciplinar; personas convencidas, sobre todo, de la capacidad humana de avanzar en el camino hacia la verdad. La juventud es tiem-po privilegiado para la bsqueda y el encuentro con la verdadEsta alta aspiracin es la ms valiosa que podis transmitir personal y vitalmente a vuestros estudiantes, y no simplemente unas tcnicas instrumentales y an-nimas, o unos datos fros, usados slo funcionalmente. Benedicto XVI, Visita apostlica a Madrid, XXVI Jornada Mundial de la Juventud: Discurso con profesores universitarios jvenes (en lnea), 2011, http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2011/august/documents/hf_ben-xvi_spe_20110819_docenti-el-escorial_sp.html (Consulta del 25 de noviembre de 2013).

    7 Cmo se reconoce lo que es justo? En la historia, los ordenamientos jurdicos han estado casi siempre motivados de modo religioso: sobre la base de una referencia a la voluntad divina, se decide aquello que es justo entre los hombres. Contrariamente a otras grandes religiones, el cristianismo nunca ha impuesto al Estado y a la sociedad un derecho revelado, un ordenamiento jurdico derivado de una revelacin. En cambio, se ha remitido a la naturaleza y a la razn como verdaderas fuentes del derecho, se ha referido a la armona entre razn objetiva y subjetiva, una armona que, sin embargo, presupone que ambas esferas estn fundadas en la Razn creadora de Dios. Benedicto XVI, Viaje apostlico a Alemania: Discurso al Parlamento Federal (en lnea), 2011, http://www.vatican.va/holy_father/benedict_xvi/speeches/2011/september/documents/hf_ben-xvi_spe_20110922_reichstag-berlin_sp.html (Consulta del 25 de noviembre de 2013).

    8 Por esta estrecha relacin con la verdad, se puede reconocer a la caridad como expresin autntica de humanidad y como elemento de importancia fundamental en las relaciones humanas, tambin las de carcter pblico. Solo en la verdad resplandece la caridad y puede ser vivida autnticamente. Caritas in Veritate, 3.

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    mente que lo que busca es resumir y presentar de manera actualizada lo ya dicho9. En este sentido, la visin que LF propone de la fe no rompe con el paradigma anterior. Por otra parte, la encclica se sita claramente en la lnea establecida por el concilio Vaticano II que entiende la revelacin cristiana no como verdad intelectual, sino desde la catego-ra de relacin y encuentro con Dios10. Parece, as que el Papa busca con esta encclica presentar esta visin del hombre y de la fe de manera signiicativa, dada las objeciones y los desafos que la sociedad actual pone a sta.

    En sintona con esta aproximacin, en todo el magisterio social de Benedicto XVI sobre todo en Deus Caritas Est y en Caritas in Veritate se percibe la preocupacin por clariicar y reairmar los fundamentos teolgicos de la relexin social de la Iglesia. Tras este esfuerzo est el deseo de evitar interpretaciones simplistas de la fe e ideologi-zaciones que busquen usar a sta como justiicacin de posiciones polticas concretas11. Esta tendencia ms ideologizante sera una mera instrumentalizacin de la revelacin cristiana. As Benedicto XVI se ha preocupado por relexionar sobre la vida en socie-dad desde una visin ilosico-teolgica slida del hombre y por clariicar la necesaria identidad cristiana de la accin de la Iglesia en la sociedad. Estos temas son fcilmente reconocibles en la encclica.

    De manera sinttica, podramos decir que el Papa plantea la LF como una res-puesta a una objecin moderna a la fe religiosa: toda fe no es, para esta postura, sino una luz ilusoria que en la antigedad permita a los seres humanos explicarse torpemente los fenmenos de la vida y la historia12. Para muchos hombres y mujeres de hoy en da es la ciencia la que es una luz autntica, la fe no sera ms que obstculo y oscuridad ante el progreso.

    Frente a esta objecin, la LF quiere defender la tesis contraria: la fe es luz para todas las dimensiones de la vida (LF 4); una luz ms fuerte que otras luces que nos guan. El referirse a la inluencia de la fe sobre todas las dimensiones de la vida es la clave que explica todas las implicaciones sociales de la encclica: si la fe es luz para el ser humano, es necesario que lo sea tambin para la vida en sociedad de ste. La preocupa-cin antropolgica de la encclica tiene consecuencias importantes a nivel social.

    9 Estas consideraciones sobre la fe, en lnea con todo lo que el Magisterio de la Iglesia ha declarado sobre esta virtud teologal, pretenden sumarse a lo que el papa Benedicto XVI he escrito en las Cartas encclicas sobre la caridad y la esperanza, LF, 7.

    10 Dispuso Dios en su sabidura revelarse a S mismo y dar a conocer el misterio de su voluntad, mediante el cual los hombres, por medio de Cristo, Verbo encarnado, tienen acceso al Padre en el Espritu Santo y se hacen consortes de la naturaleza divina. En consecuencia, por esta revelacin, Dios invisible habla a los hombres como amigos, movido por su gran amor y mora con ellos, para invitarlos a la comunicacin consigo y recibirlos en su compaa. Constitucin Dei Verbum, 2.

    11 Benedicto XVI ya se haba esforzado por distinguir adecuadamente entre las implicaciones de la fe y la de la poltica en Deus Caritas Est, 28.

    12 [A]l hablar de la fe como luz, podemos or la objecin de muchos contemporneos nuestros. En la poca moderna se ha pensado que esa luz poda bastar para las sociedades antiguas, pero que ya no sirve para los tiempos nuevos, para el hombre adulto, ufano de la su razn, vido de explorar el futuro de una nueva forma. LF, 2.

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    LF est estructurada en cuatro captulos, que relejan los puntos principales que el Papa quiere reairmar en referencia a la fe: el recordar la comprensin de la fe en la Escritura (captulo 1, Hemos credo en el amor); la relacin entre fe y verdad (captulo 2: Si no creis, no comprenderis); la dimensin no individualista sino eclesial de la fe (captulo 3; Transmito lo que he recibido); y la contribucin de la fe al bien comn de la sociedad (captulo 4: Dios prepara una ciudad para ellos). Vemos aqu ya una lectura de la fe desde las problemticas que ms han preocupado a Benedicto XVI en su pontiicado: la identidad cristiana de la accin de la Iglesia, la verdad como fundamento de la vida social, la vida de la Iglesia y la contribucin de la fe cristiana a la sociedad desde su propia identidad.

    3. Las implicaciones sociales de la encclica LF

    A la hora de estudiar la dimensin social de la encclica LF, objetivo de este art-culo, hemos de distinguir distintos niveles de signiicado que encierra el trmino social. La preferencia de Benedicto XVI por la aproximacin antropolgica a los temas, nos obliga a ahondar en nuestra propia perspectiva ms all de la concepcin de la sociabili-dad ms inmediata. Veremos as, en primer lugar, cmo la encclica tiene una relexin social clara y explcita. Pero, en un segundo lugar, profundizaremos en el signiicado del trmino social para poder captar otras implicaciones sociales importantes de la enccli-ca. En este sentido veremos cmo LF al plantearnos las dimensiones sociales de la fe nos quiere llevar a las races de la vida en sociedad.

    3.1. La dimensin social en sentido estricto: la fe como contribucin al bien comn

    El preguntarnos por la dimensin social de la encclica LF, como hacemos aqu, implica normalmente una interpretacin reducida de esta expresin: el trmino dimensin social hara referencia slo a las estructuras polticas y econmicas de la sociedad. Al tratar la encclica de una virtud teologal y estar centrada en la dimensin antropolgica, parecera no tener que ver nada directamente con esta problemtica y, por lo tanto, a primera vista carecera de una dimensin social. Aunque aqu nos es-forzaremos por descubrir sus implicaciones sociales, es justo reconocer que la encclica no es parte del corpus del magisterio social de la Iglesia. No se le puede pedir, por tanto, que se centre en este aspecto.

    Sin embargo, aunque no son el centro ni el objetivo principal, LF explicita las implicaciones socio-polticas de su exposicin sobre la fe. En este sentido, hay un tratamiento explcito de la dimensin social-estructural en el captulo 4 Dios prepara una ciudad para ellos. La forma que elige el Papa para afrontar esta dimensin socio-estructural es mostrar cmo la fe es social, pues supone una contribucin al bien comn de la sociedad. Para ilustrar esa dimensin de contribucin al bien comn social, el Papa parte de la Carta a los Hebreos, en concreto, de algunos modelos de fe que se presentan en ella con imgenes relativas a la construccin (No en 11,7; Abraham en 11,9-10). Esta imagen de la construccin ilustra muy bien la idea de que la fe supone una contri-bucin a la sociedad.

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    La eleccin de la categora de contribucin al bien comn para articular la re-lacin entre fe y vida social no es casualidad. Esta categora se integra muy bien con la gran preocupacin de Benedicto XVI en su magisterio: defender el carcter pblico de las creencias religiosas y la necesidad para la sociedad de acoger la contribucin de stas a la vida social13. Este empeo responde a actitudes radicalmente secularistas en los pa-ses occidentales, que tienden a restringir la presencia de la religin a la vida privada de las personas, rechazando la palabra de la Iglesia en la sociedad. Benedicto XVI recuerda una y otra vez que la fe, tanto la cristiana como la de otras religiones, tiene un lugar en la vida pblica no para imponer su visin de las cosas, sino porque tiene una riqueza especica que aportar a la vida social.

    La conexin entre el nivel de antropologa teolgica de la encclica y estas im-plicaciones sociales est en que la fe est conectada con el amor de Dios por nosotros; esto nos hace entrar en el mismo dinamismo de amor en nuestras relaciones con los dems seres humanos (4). As, para el Papa, por su conexin con el amor la luz de la fe se pone al servicio concreto de la justica, del derecho y de la paz (51). La religin para el papa Francisco est conectada con la vida social pues, en sus palabras, [l]a fe no aparta del mundo ni es ajena a los afanes concretos de los hombres de nuestro tiempo. Contrariamente a la visin de muchas instancias de la sociedades actuales, las creencias religiosas son muy importantes en la vida social pues, en palabras de la encclica, [s]in un amor iable, nada podra mantener verdaderamente unidos a los hombres (LF, 51).

    La contribucin de la fe a la vida social pasa principalmente por iluminar las relaciones, pues el Papa mira la vida social desde su fundamento que son stas14. La fe permite verlas desde el amor, no desde el inters o el poder. Por ello la religin, y el cris-tianismo en concreto, se convierten en un bien y en una contribucin al bien comn.

    En primer lugar, el Papa habla de cmo la fe ilumina la vida de familia, tanto dando sentido pleno a la relacin entre los esposos (52) como orientando la educacin de los hijos para ayudarles a entender la vida como vocacin (53). Ya aqu la fe est contribuyendo al bien comn de la sociedad.

    En segundo lugar, la fe es luz para la vida en sociedad principalmente porque al creer en un Dios padre nos permite ver a los dems seres humanos como hermanos15. Esto es una contribucin al bien comn porque refuerza los fundamentos de la vida en socie-dad. El Papa subraya como slo la perspectiva de la fraternidad puede permitir construir la sociedad sobre bases slida; la simple igualdad social no basta. Esta necesaria fraternidad

    13 Es fcil encontrar, en el magisterio de Benedicto XVI, ejemplos de esta preocupacin,; as por ejemplo: La religin cristiana y las otras religiones pueden contribuir al desarrollo solamente si Dios tiene un lugar en la esfera pblica, con especica referencia a la dimensin cultural, social, econmica y, en particular, poltica. Caritas in Veritate, 56.

    14 La luz de la fe permite valorar la riqueza de las relaciones humanas, su capacidad de mantenerse, de ser iables, de enriquecer la vida comn. LF, 51.

    15 Asimilada y profundizada en la familia, la fe ilumina todas las relaciones sociales. Como experiencia de la paternidad y de la misericordia de Dios, se expande en un camino fraterno. LF, 54.

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    precisa del refuerzo que le otorga la fe pues, en palabras del Papa, esta fraternidad, sin referencia a un Padre comn como fundamento ltimo, no logra subsistir (LF, 54).

    La principal contribucin de la fe a la vida social, es que permite vernos como hijos de un mismo padre. Esta comprensin del ser humano nos ayuda a fundamentar mejor la dignidad humana que la sociedad actual toma como base (54). Esta dignidad est en con-sonancia con la tradicin cristiana que ve a Cristo en el hermano16. Sin este fundamento en Dios, para el Papa se diluye la dignidad humana y se puede perder el sentido de su valor.

    A partir de esta intuicin principal, el Papa recorre otras contribuciones que rea-liza a la vida en sociedad: La fe fundamenta el cuidado de la creacin, don de Dios; nos permite identiicar las formas de gobierno ms justas; fortalece la posibilidad de perdn, pues muestra que el amor de Dios es ms fuerte que el mal; nos permite superar el conlic-to al mostrar que la unidad es ms profunda que el enfrentamiento; alimenta la conianza mutua en la sociedad sin que peligre la estabilidad social; inalmente, la fe pide un recono-cimiento pblico que no la oculte (55). Como podemos ver, hay un empeo fuerte en el Papa por hacer caer en la cuenta del gran servicio que la fe presta a la sociedad, al iluminar con una luz nueva y original los ms diversos campos de la vida social.

    El Papa resume esta contribucin de la fe al bien comn airmando que sta ilumina la vida en sociedad; poniendo todos los acontecimientos en relacin con el origen y el destino de todo en el Padre que nos ama, los ilumina con una luz creativa en cada nuevo momento de la historia (55). La perspectiva que la transcendencia aporta a la vida en sociedad es una contribucin necesaria pues ayuda a afrontar creativamente los nuevos retos que vayan surgiendo.

    En tercer lugar, la fe se convierte tambin en luz frente al sufrimiento que necesa-riamente est presente en la sociedad, y cuya presencia masiva en el mundo moderno tantas veces ha llevado a un gran escepticismo frente a la fe17. Por una parte, frente al sufrimiento que no se puede evitar, la fe da sentido a ste al convertirlo en un acto de amor y entrega como Cristo (56). Pero la fe tambin mueve a trabajar por reducir el sufrimiento de este mundo. El descubrir el sentido del sufrimiento permite a los cristianos acercarse a los que sufren para aliviar sus dolores y sobre todo para acompaarlos en lo que estn viviendo18.

    En esta respuesta de la fe al sufrimiento, vemos cmo Benedicto XVI quiere evitar la reduccin de la fe cristiana a compromiso poltico o a activismo social. En esto

    16 El amor inagotable del Padre se nos comunica en Jess, tambin mediante la presencia del hermano. La fe nos ensea que la luz del rostro de Dios me ilumina a travs del rostro del hermano. LF, 54.

    17 La lagrante injusticia que padecen millones de hombres y mujeres traslada la cuestin de la signiicacin actual del Evangelio de la Salvacin del marco de los debates tericos al campo de las realizaciones prcticas. J. Vitoria, Una teologa arrodillada e indignada. Al servicio de la fe y la justicia, Sal Terrae, Santander 2013, 30.

    18 La luz de la fe no nos lleva a olvidarnos de los sufrimientos del mundo La luz de la fe no disipa todas nuestras tinieblas, sino que, como una lmpara gua nuestros pasos en la noche, y esto basta para caminar. Al hombre que sufre, Dios no le da un razonamiento que explique todo, sino que le responde con una presencia que le acompaa, con una historia de bien que se une a toda historia de sufrimiento para abrir en ella un resquicio de luz. LF, 57.

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    sigue la lnea de las encclicas anteriores. Frente al sufrimiento, la fe responde no slo movindonos a hacer muchas cosas segn un programa concreto, sino principalmente invitndonos a acompaar al que sufre. Destaca as el Papa que la fe implica la esperanza en la vida social al proyectarnos hacia el futuro19.

    3.2. Una dimensin nueva: la cultural. Papel de la fe en el dilogo con la cultura moderna

    Para captar plenamente las consecuencias sociales de LF hemos de superar vi-siones reduccionistas de lo social. En este sentido, ampliando un poco nuestra com-prensin de qu incluimos en el trmino sociedad, es posible encontrar referencias muy interesantes en la encclica que aclaran su posicin frente a la vida en sociedad. As LF tiene airmaciones importantes sobre la contribucin de la fe a la dimensin cultural de la sociedad. Aunque no se trata directamente de una dimensin estructural de la socie-dad, la dimensin cultural es extraordinariamente inluyente en la vida en sociedad y clave para entender la relacin entre fe y sociedad20. En este mismo sentido, LF airma que la fe es social porque transforma la cultura.

    La encclica presenta claramente la fe como teniendo un papel de contraste y de transformacin de la cultura moderna occidental, a la que el Papa parece juzgar bastante negativamente. As para LF la cultura moderna es considerada como cerrada a percibir la presencia de Dios (17), reductora de la verdad al limitarla a la verdad tecnolgica (25), rechazando toda conexin entre fe y verdad como fanatismo, y como una cultura subjetivista (34). Esta visin negativa de la cultura muestra como el texto magisterial se dirige de manera privilegiada a la sociedad occidental secularizada y relativista21. Esto es otro dato que muestra la impronta de Benedicto XVI en la encclica.

    Frente a estos rasgos negativos de la visin de la cultura actual, la encclica airma que la fe ofrece una manera alternativa y ms plena de entender estos puntos. La creencia religiosa descubre la presencia de Dios en el mundo como amor concreto y eicaz por nosotros22, supone creer en una verdad, que no es subjetiva sino comn23.

    19 El sufrimiento nos recuerda que el servicio de la fe al bien comn es siempre un servicio de esperanza, que mira adelante, sabiendo que solo en Dios, en el futuro que viene de Jess resucitado, puede encontrar nuestra sociedad cimientos slidos y duraderos. LF, 57.

    20 La justicia slo puede lorecer de veras cuando comporta la transformacin de la cultura, ya que las races de la injusticia estn incrustadas en las actitudes culturales y las estructuras econmicas. El dilogo entre el Evangelio y la cultura tiene que desarrollarse en el corazn mismo de la cultura. Decreto 2: Servidores de la misin de Cristo, en Congregacin General 34 de la Compaa de Jess, Mensajero, Bilbao 1995, para. 17.

    21 En este sentido, es interesante saber que diferentes autores han expresado su visin del magisterio de Benedicto XVI como excesivamente eurocntrico. Cf. A. Orobator, Caritas in Veritate and Africas Burden of (Under) Development: heological Studies 71 (2010) 320334.

    22 Los cristianos, en cambio, coniesan el amor concreto y eicaz de Dios, que obra verdaderamente en la historia y determina su destino inal, amor que se deja encontrar, que se ha revelado en plenitud en la pasin, muerte y resurreccin de Jess. LF, 17.

    23 Recuperar la conexin de la fe con la verdad es hoy an ms necesario la pregunta por la verdad es una cuestin de memoria, de memoria profunda, pues se dirige a algo que nos precede y de este modo, puede

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    Esto supone una contribucin capital al bien comn24. La fe, por ltimo, ilumina la mirada de la ciencia para ayudarla a superar sus reduccionismos25.

    En resumen, un rasgo muy importante de la dimensin social de LF es el en-juiciar bastante negativamente la cultura actual habra que aadir que la referencia es sobre todo a la cultura occidental actual y subrayar cmo un papel de la fe es transfor-mar esa cultura. Los valores culturales que implica la fe cristiana son para el Papa, por tanto, una denuncia de estos rasgos negativos de la cultura occidental actual.

    3.3. La dimensin social en sentido extenso: la fe es social y eclesial

    Pero sera errneo limitar nuestro estudio nicamente a las airmaciones de la encclica LF que traten explcitamente de las estructuras socio-polticas y culturales. La perspectiva antropolgica, que, decamos, adopta la encclica, nos lleva a entender su dimensin social desde el sentido ltimo de dicha dimensin. El adjetivo social viene de la palabra latina socius-ii que se traduce por compaero, socio, asociado, socio comercial o aliado. Esta etimologa nos muestra que la sociedad, antes que sus estructuras econ-micas y polticas, es la reunin de los seres humanos en comunidad, para vivir juntos. El sentido ltimo de la dimensin social del ser humano hace referencia pues a la relacin con otros seres humanos

    Una tal comprensin de la sociedad, como comunidad de seres humanos en relacin, coincidira con la aproximacin de Aristteles a la vida en sociedad26. Arist-teles intenta pensar la sociedad desde sus fundamentos ltimos, ms all de las formas polticas concretas. Para esto va a las races de la sociabilidad humana. Veremos cmo es a este nivel de fundamentos ltimos donde el Papa hace su mayor aportacin. Para el Papa, pues, la fe es social en su misma esencia, porque implica relacin y transforma estas relaciones.

    En este sentido, ms all de las implicaciones directamente socio-polticas de la fe, la dimensin social de sta, en la encclica LF, hace referencia sobre todo a la dimen-sin comunitaria, eclesial y pblica de la fe. Es en estas dimensiones donde se expresa la relacionalidad de la fe. Esta, por tanto, no es algo individual y aislado sino plenamente

    conseguir unirnos ms all de nuestro yo pequeo y limitado. Es la pregunta por el origen de todo, a cuya luz se puede ver la meta y, con eso, tambin el sentido del camino comn. LF, 25.

    24 Una verdad comn nos da miedo Sin embargo, si es la verdad del amor, si es la verdad que se desvela en el encuentro personal con el Otro y con los otros, entonces libera de su clausura en el mbito privado para formar parte del bien comn. LF, 34.

    25 La mirada de la ciencia se beneicia as de la fe: esta invita al cientico a estar abierto a la realidad en toda su riqueza inagotable. LF, 34.

    26 La razn de que el hombre sea un ser social, ms que cualquier abeja y que cualquier otro animal gregario, es clara. Slo el hombre posee la palabra Y esto es lo propio de los humanos frente a los dems animales: poseer, de modo exclusivo, el sentido de lo bueno y lo malo, lo justo y lo injusto, y las dems apre-ciaciones. La participacin comunitaria en stas funda la casa familiar y la ciudad, Aristteles, La poltica, 1253a.

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    social27. En palabras del Papa la fe nos lleva ms all de nuestro yo aislado, hacia la ms amplia comunin (4). Las implicaciones sociales de la fe no se limitan a lo que pueda decir sobre las estructuras socio-polticas sino que tambin suponen una luz sobre toda relacin con los otros.

    Esta aproximacin a la fe de la encclica, que resalta su dimensin comunitaria y social frente al privatismo, sigue la lnea de Henri de Lubac quien en su libro Catoli-cismo, subtitulado aspectos sociales del dogma, airmaba:

    Se nos reprocha ser unos individualistas, incluso a pesar nuestro, por la lgica de nuestra fe, mientras que, en reali-dad, el catolicismo es esencialmente social. Social, en el ms profundo sentido del trmino: no solamente en sus aplica-ciones en el dominio de las instituciones naturales, sino en s mismo, en su centro ms misterioso, en la esencia de su dog-mtica. Social hasta el punto, que la expresin de catolicis-mo social debera haber parecido siempre un pleonasmo28.

    La encclica formula varios aspectos de esa sociabilidad de la fe en cuanto rela-cin a partir de la historia del pueblo de Israel. Por una parte, la experiencia de la fe del pueblo de Israel es una experiencia del pueblo en su conjunto (12). Por otra, la fe est inserta en una comunidad y requiere por tanto un mediador (14); en el caso del pueblo de Israel en el xodo el mediador es Moiss, pero aqu se anuncia ya el papel del sacer-docio ministerial en la Iglesia. En ese sentido, la dimensin eclesial de la fe, como fe de la Iglesia, es el primer rasgo de esta caracterstica de sociabilidad de la fe (22). En este sentido, el Papa describe la fe en trminos de amor que es conocimiento compartido (27), o de verdad que une a los hombres (47). Habla tambin del conocimiento de Dios que abarca toda la historia del mundo (28). Esta perspectiva de la fe como verdad que une, reconoce el Papa que es profundamente contracultural, pues contrasta fuertemente con el relativismo de la cultura actual.

    Esta dimensin social de la fe, en cuanto que es eclesial (39), se muestra de ma-nera privilegiada para el Papa en el bautismo de nios, donde el nio es bautizado en la fe de sus padres y en la fe de la Iglesia (43). Esta dimensin eclesial de la fe se explica, en palabras de LF, porque la fe necesita un mbito en el que se pueda testimoniar y co-municar, un mbito adecuado y proporcionado a lo que se comunica (40). La fe no se queda en nosotros mismos, sino que requiere ser compartida. La Iglesia, mbito donde se comparte la fe entre quienes gozan de ella, se convierte as en parte esencial de la fe.

    La dimensin social de la fe, en cuanto concerniente a las relaciones, se muestra no slo en las relaciones ad intra de la Iglesia sino que va ms all de los lmites de sta.

    27 Por eso, quien cree nunca est solo, porque la fe tiende a difundirse, a compartir su alegra con otros. LF, 39.

    28 H. de Lubac, Catolicismo. Aspectos sociales del dogma, Estela, Barcelona 1963, 13.

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    En primer lugar, la fe misma demanda ser anunciada para ser vivida plenamente. Debi-do a su carcter ntimamente social y no individualista, la fe mueve al cristiano al testi-monio pblico (5). La fe, por tanto, no es privada e ntima de la persona, sino que por su propia lgica lleva al anuncio pblico para compartir la buena noticia con otros29.

    En segundo lugar, an antes del anuncio explcito, la dimensin social de la fe se muestra en las intuiciones que aporta a la vida en sociedad. La fe es, pues, signiicativa tambin para creyentes y no creyentes, en cuanto que es luz sobre las relaciones huma-nas que coniguran al hombre30. Supone una luz especial sobre la vida comn que puede enriquecer y contribuir al bien comn de toda sociedad por muy plural que sea31. Aqu volvemos a enlazar con todo el desarrollo sobre la aportacin que ofrece la fe al bien comn de la sociedad del captulo cuarto de la encclica. Es este punto el que permite hablar de una voz de la Iglesia en la sociedad pluralista para contribuir al bien comn.

    Esta luz, que proyecta la fe sobre las relaciones humanas que conforman la sociedad, proviene de una intuicin fundamental de la encclica: no solamente la fe im-plica relaciones con otros, sino que es tambin relacin en s misma. La fe es creer en un Rostro que se revela (13), e implica una relacin personal con Jess en quien creemos y con quien creemos (18). En esta relacin personal que es la fe ya se dan todas las ca-ractersticas que luego se iluminan en otras relaciones: la relacin de Dios con nosotros se funda en el amor (16), lleva al hombre a reconocer el don que se le ha hecho (19), exige tener conianza en aquel que se cree (14) y, como cualquier relacin, ha de estar sustentada por la verdad (27). Como deca al comienzo, este comprender la fe desde la categora de la relacin est directamente enraizado en la visin de la revelacin cristiana del Vaticano II.

    Por lo tanto, la relacin por antonomasia, que es la relacin con Dios por la fe, ilumina todas nuestras relaciones humanas sobre las que est fundada nuestra vida en sociedad en sus estructuras ms concretas. La forma en que el cristiano se relaciona con Dios y con Jess se vuelve luz para toda relacin humana.

    Esto nos vuelve a mostrar un rasgo clsico del pensamiento de Benedicto XVI, que ya estaba presente en sus anteriores encclicas: el ser humano, que hemos visto en la perspectiva de Benedicto XVI, slo se puede entender plenamente desde la compren-sin de su relacin con Dios. Ya comentamos cmo el elegir por tema de sus encclicas las virtudes teologales fe, esperanza y caridad supone acercarse a la antropologa desde su articulacin con la relacin con Dios. La aproximacin a los problemas humanos, que permite entenderlos en su verdad, es por tanto la teolgica. Comentando la enc-

    29 La fe no es algo privado, una concepcin individualista una opinin subjetiva, sino que nace de la escucha y est destinada a pronunciarse y a convertirse en anuncio. LF 22.

    30 [L]a fe ilumina tambin las relaciones humanas, porque nace del amor y sigue la dinmica del amor de dios. El Dios digno de fe construye para los hombres una ciudad iable. LF, 50.

    31 Al conigurarse como va, la fe concierne tambin a la vida de los hombre que, aunque no crean, desean creer y no dejan de buscar Intentan vivir como si Dios existiese, a veces porque reconocen su importancia para encontrar orientacin segura en la vida comn. LF, 35.

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    clica Caritas in Veritate, Ildefonso Camacho identiicaba su clave hermenutica como sigue:

    La sociedad ha de construirse desde una forma de entender al ser humano, pero al ser humano no se le entiende ade-cuadamente si no es desde la comprensin de Dios. En esta concatenacin de sociedad/persona/Dios reside, en nuestra opinin, la clave ms honda y ms original de CiV. Por eso estamos ante la primera encclica social con un claro enfo-que teolgico32.

    Podemos as decir que sta es la misma perspectiva que est presente en la en-cclica LF, conirmando de nuevo su clara autora por Benedicto XVI. Para mostrarnos las implicaciones sociales de la fe, el Papa nos lleva a aproximarnos a la sociedad desde su fundamento en la relacionalidad del ser humano, y ltimamente a la sociedad y al hombre mismo desde Dios, que quiere relacionarse por amor con el hombre.

    4. Conclusin

    Cmo podemos, pues, evaluar las implicaciones sociales de LF? Cmo si-tuar su aportacin en el conjunto del magisterio social de la Iglesia? Esta evaluacin requiere de nosotros que tengamos un momento de distanciamiento del texto, de toma de distancia respecto a sus airmaciones, para poder elaborar una interpretacin ms personalizada de la encclica. A la hora de hacer esta aproximacin crtica es importante recordar que LF no es una encclica social y que, por lo tanto, es lgico que no trate la problemtica social con el detalle y atencin que un documento as tendra. Este recor-datorio servir para no pedir a la encclica lo que no tiene por qu dar.

    La encclica es, ante todo, una bella relexin sobre la fe en dilogo con la cultura moderna. Desde la aproximacin que nos ocupa la encclica supone una fuerte crtica a dicha cultura en cuando individualista y subjetivista. Muestra el Papa as la sociabilidad intrnseca de la fe. La fe es social ante todo, porque ella es relacin en s misma, y relacin con el t de Dios. Esta relacionalidad esencial de la fe ilumina todas nuestras relaciones y tiende a comunicarse. La fe es as verdad compartida que a la vez es contracultural y buena noticia. Para el Papa est cualidad contracultural de la fe muestra la contribucin que la fe realiza al bien comn de la sociedad.

    En este sentido, un punto importante de la encclica es el llevarnos a pensar lo social desde categoras ms profundas que las que se suelen utilizar. La encclica nos invita a ir ms all de perspectivas ms inmediatamente polticas y econmicas para ijarnos ms bien en la dimensin relacional, que es el fundamento de toda vida social. Es este fundamento ltimo desde donde el Papa invita a extraer consecuencias para la vida en sociedad y las estructuras socio-econmicas.

    32 I. Camacho, o.c., 643.

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    Esta perspectiva que el Papa nos invita a adoptar, a la vez antropolgica y teolgi-ca, es realmente la gran aportacin del conjunto del magisterio de Benedicto XVI. En este sentido, los documentos magisteriales de este Papa han sido una constante invitacin a la Iglesia a plantearse los diferentes problemas de la vida cristiana en sus fundamentos ltimos. Es desde esta perspectiva de la profundidad e identidad ltima de las cosas desde donde se entiende mejor los problemas y desde donde se superan contradiccin y oposiciones. Creo que sta es una gran aportacin de este Papa. Esta aportacin permite, por un parte, conectar hondamente accin de la Iglesia e identidad eclesial, y, por otra, superar enfrentamientos ideolgicos en la Iglesia, fruto con frecuencia de la supericialidad de los anlisis.

    Sin embargo, a pesar de este acercamiento de gran altura intelectual y espiritual, creo que hay dimensiones que estn infra-desarrolladas en la encclica, y que requieren por lo tanto una relexin que complete estos campos. En concreto, se echa de menos un mayor desarrollo de la relacin entre la fe y la justicia en la encclica. Dicha relacin est presente en el texto33 pero no est muy desarrollada. En cuanto a la justicia, el texto parecera decir que el iluminar las relaciones humanas, como lo hace la fe, descubriendo la dignidad de cada individuo, ya ayuda a desarrollar la justicia en la forma de tratar a cada uno (LF 51.55). Sin embargo, este planteamiento no est lo bastante claramente expresado y hubiera sido necesario explicitarlo ms. Tal vez, el menor desarrollo del tratamiento de la justicia se explique porque el Papa considera suiciente lo que ya haba dicho sobre sta en Caritas in Veritate34.

    Esta falta de desarrollo es una pena, porque no permite establecer una conexin de la contribucin que supone LF con la ya importante tradicin de relexin sobre fe y justicia presente en la Iglesia catlica. Dicha tradicin se inaugura con el snodo de los obispos de 1971 sobre la justicia en el mundo que contiene airmaciones como la siguiente:

    La situacin actual del mundo, vista a la luz de la fe, nos in-vita a volver al ncleo mismo del mensaje cristiano, creando en nosotros la ntima conciencia de su verdadero sentido y de sus urgentes exigencias. La misin de predicar el Evange-lio en el tiempo presente requiere que nos empeemos en la li beracin integral del hombre ya desde ahora, en su existen-cia terrena. En efecto, si el mensaje cristiano sobre el amor y la justicia no maniiesta su eicacia en la accin por la justicia en el mundo, muy difcilmente obtendr credibilidad entre los hombres de nuestro tiempo.

    Esta tradicin continu tambin en los documentos de las congregaciones ge-nerales de la Compaa de Jess, que desde 1975 deine su misin como la defensa de

    33 Precisamente por su conexin con el amor (cf. Gal 5,6), la luz de la fe se pone al servicio concreto de la justicia, del derecho y de la paz, LF 51.

    34 La caridad va ms all de la justicia, porque amar es dar, ofrecer de lo mo al otro; pero nunca carece de justicia, la cual lleva a dar al otro lo que es suyo, lo que le corresponde en virtud de su ser y de su obrar. Caritas in Veritate, 6.

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    la fe y la promocin de la justicia que la misma fe exige35. Ms recientemente encon-tramos autores, como Javier Vitoria, para quien el binomio fe-justicia ha de ser la clave de todo el pensamiento teolgico36.

    La encclica preiere hablar de la dimensin social de la fe, en cuanto a la es-tructura socio-poltica, con la categora de bien comn. Indudablemente la categora del bien comn es muy valiosa, est profundamente enraizada en la tradicin, y ha sido tambin usada con mucho fruto por autores actuales37. Sin embargo, hubiera sido interesante conectar el trabajo por la justicia con la contribucin al bien comn. Dicha conexin ya ha sido explorada por algunos autores. Por ejemplo, David Hollenbach habla de la justicia como unos niveles mnimos de participacin en el bien comn de la sociedad, tanto para recibir de l como para contribuir a su formacin. Hollebach iden-tiica estos niveles mnimos con los derechos humanos38. Esta conexin entre justicia y bien comn no es slo de un autor particular, sino que fue recibida en el magisterio social en el documento Economic Justice for All de la conferencia episcopal de EEUU39. Tal vez hubiera sido interesante tener estas aportaciones de una conferencia episcopal ms en cuenta al elaborar la encclica. Quiz el desarrollo de la conexin entre la ense-anza de LF y la tradicin del binomio fe-justicia sea un trabajo que queda pendiente para que nosotros lo completemos.

    Por otra parte, otro punto de la encclica, que necesita un posterior desarrollo, es la valoracin de la contribucin especica de la fe a la sociedad. Ya hemos comen-tado que la lnea de Benedicto XVI es defender esta contribucin de la fe frente a la privatizacin de sta que quiere imponer el secularismo. Esto hace que en la encclica se encuentren repetidas airmaciones que describen los mltiples beneicios de esta contri-bucin. La forma de estas expresiones puede llevar, en alguna ocasin, a interpretar que slo con la contribucin de la fe cristiana es posible construir una sociedad adecuada. Esto se puede apreciar si nos ijamos en algunas frmulas un poco rotundas, que usa la encclica para describir la contribucin de la fe a la sociedad40.

    35 La misin de la Compaa de Jess hoy es el servicio de la fe, del que la promocin de la justicia constituye una exigencia absoluta, en cuanto forma parte de la reconciliacin de los hombres exigida por la reconciliacin de ellos mismos con Dios. Decreto 4. Nuestra misin hoy: Servicio de la fe y promocin de la justicia, en Congregacin General 32 de la Compaa de Jess, Razn y Fe, Madrid 1975, para. 2.

    36 Cf. J. Vitoria, o.c., 26ss.37 D. Hollenbach, he Common Good and Christian Ethics, Cambridge University Press, Cambridge,

    U.K 2002.38 he basic requirement of justice points to a minimal level of social solidarity that is required if persons

    are to be treated as memebers of society at all. Ibid., 198.39 Basic justice demands the establishment of minimum levels of participation in the life of the human

    community for all persons. Unites States Conference of Catholic Bishops, Economic Justice for All: Pastoral Letter on Catholic Social Teaching and the U.S. Economy (en lnea), 1986, para. 77, http://www.usccb.org/upload/economic_justice_for_all.pdf (Consulta del 25 de noviembre de 2013).

    40 Algunos ejemplos de este tipo de expresiones seran: La fe permite comprender la arquitectura de las relaciones humanas (80), la fe nos ensea que cada hombre es una bendicin para m (54), la fe nos hace respetar ms la naturaleza (55), la fe nos ensea a identiicar formas de gobierno justas (55).

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    Frente a esta posible sobre-interpretacin, hemos de recordar que la tesis de la encclica deiende la contribucin o servicio de la fe al bien comn (26.51.57) sin pre-sentarla como nica garante de la calidad de ste. Esta tesis se expresa mejor en giros de la encclica que resaltan el papel de la fe como auxilio a la vida social, como por ejemplo: la fe ilumina (50.54), los beneicios que aporta la fe (54), la fe nos ayuda (51).

    Evitar esta mala interpretacin de la encclica es importante para respetar el espritu en que se ha escrito. Una interpretacin excesiva de las airmaciones de LF so-bre el papel de la fe en la vida social podra adems ser muy problemtica. Un excesivo protagonismo de la fe podra entrar en contradiccin con la comprensin de la libertad religiosa, deinida en el Concilio Vaticano II en la declaracin Dignitatis Humanae. La Iglesia considera as que la fe cristiana supone una contribucin y un servicio a las actuales sociedades pluralistas. Por eso est en el inters de la misma sociedad el dar cauces a la presencia pblica de la fe. La riqueza que aporta esta presencia, junto con las aportaciones de otras tradiciones morales y religiosas presentes en la sociedad, permiten construir sobre bases slidas la sociedad.

    No quiero acabar sin hacer mencin a la reciente exhortacin Evangelii Gau-dium del papa Francisco. La publicacin de este documento unos meses despus de LF aporta una luz nueva a la hora de iluminar su dimensin social. Lo primero que salta a la vista de la comparacin de los dos documentos es la diferencia de estilos. El estilo ms intelectual de LF contrasta con la expresin espontnea y ms sencilla de la exhortacin. Igualmente se percibe como la exhortacin, dedicada a la evangelizacin, integra de ma-nera ms explcita la dimensin social. Evangelii Gaudium utiliza en algunos momentos las categoras sociales de LF (contribucin al bien comn), pero estas tienen un carcter ms secundario. En la exhortacin el Papa pone claramente en primer plano, y con un carcter de urgencia, la preocupacin por los pobres como dimensin irrenunciable de la evangelizacin. Articula esto a travs del concepto de Reino de Dios. La exhortacin tambin resalta ms la necesidad de trabajar por la justicia aun asumiendo el conlicto que esto conlleve aunque el Papa llama a no quedarse en el conlicto.

    Todos estos detalles, y muchos otros, conirman lo ya sabido: la diferente autora de ambos textos. Estas diferencias tambin nos muestran las diferentes aproximaciones teolgicas y vitales de ambos papas. Tal vez lo ms signiicativo de esta comparacin sea caer en la cuenta de la grandeza de ambos personajes. Por una parte la grandeza de un papa que deja la publicacin de sus escritos al buen criterio del siguiente, aun sabiendo sus diferencias de estilo. Por otra parte, la grandeza de otro papa que acepta hacer suyo un documento de su antecesor consciente igualmente de sus diferencias de estilo. Am-bos hechos son grandes ejemplos de sentido eclesial por encima de la propia posicin.

    En deinitiva, Benedicto XVI, a travs de Francisco, ofrece con la encclica LF pistas para profundizar en la articulacin entre compromiso social y fe cristiana, accin social e identidad cristiana. Esta es una pregunta que est siempre presente en el pen-samiento social, y que releja una tensin creativa de ste. Benedicto XVI invita a ver esta articulacin profundizando en el sentido del adjetivo social que Benedicto XVI

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    interpreta como relacional, e iluminndolo desde la manera en que Dios se relaciona con nosotros. Esta es una aportacin interesante y original en el pensamiento social, en lnea con trabajos como los de Henri de Lubac. Para aprovechar plenamente las virtua-lidades de esta aportacin sera importante el profundizar en la conexin de la visin que propone Benedicto XVI con otras lneas presentes en el pensamiento social actual. Esto permitira hacer fructiicar la intuicin de la encclica y enriquecer la visin del pensamiento social actual. Es muy posible que los nuevos acentos que el papa Francisco aporta con su magisterio ayuden en este esfuerzo de articular diferentes lneas del pen-samiento social cristiano.