La declaración de Sogamoso y las guerrillas Liberales de...

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i La declaración de Sogamoso y las guerrillas Liberales de los Llanos Orientales. Monografía presentada para obtener el título de Licenciado(a) en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales Héctor Alfredo Leal Martínez. Cód. 20101155035 Jeny Angélica Vega Rueda. Cód. 20101155077 Universidad Distrital Francisco José de Caldas. Facultad de Ciencias y Educación. Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales Bogotá, 2015.

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La declaración de Sogamoso y las guerrillas Liberales de los Llanos Orientales.

Monografía presentada para obtener el título de Licenciado(a) en Educación Básica con Énfasis

en Ciencias Sociales

Héctor Alfredo Leal Martínez. Cód. 20101155035

Jeny Angélica Vega Rueda. Cód. 20101155077

Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

Facultad de Ciencias y Educación.

Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales

Bogotá, 2015.

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La declaración de Sogamoso y las guerrillas Liberales de los Llanos Orientales

Héctor Alfredo Leal Martínez. Cód. 20101155035

Jeny Angélica Vega Rueda. Cód. 20101155077

Wilson Javier Torres

Director

Universidad Distrital Francisco José de Caldas.

Facultad de Ciencias y Educación.

Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Ciencias Sociales

Bogotá, 2015.

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Agradecimientos

A Nuestro director, que con su conocimiento, paciencia y dedicación nos guio y acompaño en

todo el proceso de investigación.

A nuestros padres por ser el motor de nuestra vida, por su esfuerzo y apoyo durante toda la

carrera.

Al señor Orlando Contreras por su colaboración en la entrevista.

A la Universidad por brindarnos los mejores años, por sus instalaciones ahora renovadas y por

aquellos docentes que contribuyeron con nuestro crecimiento profesional.

Angélica Vega A mi padre que con su ejemplo y templanza formo en mi la persona que soy

A mi familia, por su confianza, dedicación, ayuda y por siempre creer en mí.

A mi novio, por su paciencia, apoyo y comprensión

A mis amigos, por su voz de aliento

A mi compañero de monografía, por el apoyo constante y la dedicación que mostro con este

trabajo Héctor Leal

A mi familia, por su apoyo constante durante esta larga travesía académica

A mis amigos por compartir mis alegrías y tristezas

A mi compañera de monografía, por su comprensión y dedicación.

iv

Resumen

Las guerrillas liberales de los Llanos Orientales surgen en el país a mediados del siglo XX

como resultado de los problemas económicos, políticos y sociales desatados por la lucha

bipartidista entre conservadores y liberales; convirtiéndose en un movimiento armado

traicionado por su partido y en el principal enemigo del Estado, ya que reclamaba una mejor

distribución de la tierra, participación política y en general, una sociedad más justa y equitativa

para todos. Cuando el Estado se ve amenazado y no encuentra salida armada al conflicto, aparece

Gustavo Rojas Pinilla como el único capaz de negociar con las guerrillas y de dar por terminado

este proceso de insurrección. La forma en que se negoció la entrega de armas, la reincorporación

a la vida civil y el asesinato sistemático de los representantes más notorios de las guerrillas

liberales, representan la más fuerte traición de un gobierno en lo que podría llamarse el primer

intento de paz en Colombia, y el cual desataría una lucha que hasta el día de hoy se mantiene y

tiene sus orígenes en este capítulo de la historia del país. Uno de los objetivos del presente

trabajo es determinar de qué forma el proceso de amnistía e indulto del gobierno de Rojas Pinilla

y los pliegos de peticiones entregados por cada guerrilla liberal antes de su entrega, sirvieron

como punto de referencia para las futuras negociaciones de paz en el país y si este proceso podría

catalogarse como tal o si solo puede ser visto como un proceso de rendición y entrega de armas.

Palabras Clave: guerrillas liberales, guerrillas de paz, amnistía, procesos de paz

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Abstract

Liberal guerrillas of the Llanos Orientales arise in the country in the mid-twentieth

century as a result of economic, political and social problems triggered by the bipartisan struggle

between conservatives and liberals; the liberal guerrillas becoming an armed movement betrayed

by their party and the main enemy of the state. Demanded better land distribution, political

participation and a fairer and more equitable society in general. When the state is threatened and

cannot find an armed solution to the conflict, Gustavo Rojas Pinilla, appears as the only capable

to negotiate with the guerrillas and to terminate this process ofinsurrection. The way in which the

surrender of weapons was negotiated, the reintegration into civilian life and the systematic

murder of the most notorious representatives of the liberal guerrillas, represent the strongest

betrayal by a government in what might be called the first attempt at peace in Colombia, and

which would trigger a fight that continues until today and has its origins in this chapter of

history. One objective of this study is to determine how the process of amnesty and pardon in the

government of Rojas Pinilla and the lists of demands submitted by every liberal guerrillas before

their surrender, served as a reference point for future peace talks in the country and if this

process could be classified as suchor canonly be seen as a process of surrender and lay down the

weapons.

Key Words: Liberal Guerrillas, Peace Guerrillas, Amnesty, Peace processes

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Tabla de Contenidos.

Introducción ___________________________________________________________ 1

Capítulo 1.

De la Humbertera al levantamiento del Capitán Silva ___________________________ 7

1.1.De la hacienda Jesuita a los albores del siglo XX __________________________ 7

1.2.De la Humbertera al 9 de abril de 1948 _________________________________ 9

1.3.El levantamiento del Capitán Silva_____________________________________ 17

Capítulo 2.

Del amanecer revolucionario al ocaso guerrillero_______________________________ 23

2.1. El despertar revolucionario___________________________________________ 25

2.2. Al calor de las armas. El conflicto armado en los Llanos Orientales___________ 32

2.3. La declaración de Sogamoso y la creación de las guerrillas de la paz__________ 45

2.4. Negociando en medio del atardecer ____________________________________53

Capítulo 3.

Las negociaciones del Llano y sus repercusiones en los diferentes procesos de paz____ 59

3.1. El ascenso del gobierno militar y la muerte de un ideólogo__________________ 60

3.2. La entrega pacífica de los comandos guerrilleros__________________________67

3.3. Una traición anunciada ______________________________________________73

3.4. El proceso de amnistía y su impacto en los futuros procesos de paz___________ 79

Conclusiones__________________________________________________________ 88

Referencias____________________________________________________________ 93

Apéndice _____________________________________________________________ 96

Anexo 1 Entrevista ____________________________________________________ 104

Anexo 2 Documentos ___________________________________________________ 116

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Lista de tablas

Tabla 1. Zonas guerrilleras establecidas por Eliseo Velásquez, 1950.

Tabla 2. Lugares de ataque de la guerrilla liberal, 1949-1953.

Tabla 3. Entrega de comandos guerrilleros, 1953.

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Introducción.

Los procesos de paz en Colombia han sido en las últimas décadas tema de conversación y de

debate entre políticos, académicos, periodistas y sociedad en general. Unos están de acuerdo con

la vía negociada del conflicto y otros no tanto. La mayoría se remite al proceso de paz entre

Belisario Betancourt y la guerrilla de las FARC-EP, como el primer acercamiento de un gobierno

para la pacificación de la nación, pero se olvidan quea mediados de la década de los 50 del siglo

pasado, hubo un intento de proceso de paz que, más que eso fue una amnistía que concedió el

general Rojas Pinilla a la guerrilla liberal de los Llanos Orientales y del sur del Tolima para que

cesaran los enfrentamientos partidistas. Este proceso no fue del todo satisfactorio debido a que la

ola de violencia cambio de posición geográfica y tal vez ideológica pero continúo con más

ímpetu en otros lugares del territorio nacional.

Este conflicto armado sí bien fue bipartidista en un primer momento se transformó en una

lucha social que por medio de las armas buscaba la inclusión social, económica y política que el

Estado les había negado. Los Llanos Orientales fueron el epicentro de ese conflicto y en este

territorio se conformaron las primeras guerrillas liberales que desafiaron el poder estatal, quien al

verse debilitado, acude a alianzas con terratenientes y hacendados de ambos partidos políticos

para hacerle frente a los insurrectos. Una de estas alianzas se materializo en la declaración de

Sogamoso en enero de 1951, la cual marcaría la nueva dinámica de lucha y de la que emergerían

las guerrillas de la paz, las cuales junto con los Chulavitas, se convertirían en grupos de civiles

armados por el Estado, para combatir a los guerrilleros liberales.

Este enfrentamiento en busca de la paz por medio de las armas, diezmo un poco el ímpetu de

las guerrillas liberales, que al final en su gran mayoría, decidieron entregar las armas en busca de

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la inclusión social, económica y política que en teoría ofrecía la amnistía propuesta por el

gobierno del general Gustavo Rojas Pinilla.

La presente investigación aporto nuevos elementos de análisis frente a los procesos de paz, ya

que este proceso de reinserción, amnistía o indulto, llevado a cabo a mediados del siglo XX con

las guerrillas liberales de los Llanos Orientales, guarda una estrecha relación con los que le

precedieron, pues han sido su consecuencia más notoria y lógica. Por tal motivo una de nuestras

preguntas al abordar este tema hizo referencia a ¿cómo la amnistía propuesta por Rojas Pinilla

sirvió como patrón y primer eje articulador para impulsar los procesos de paz que se han venido

desarrollando en la historia de Colombia? y ¿cuáles fueron las principales razones que llevaron a

las guerrillas liberales a aceptar la amnistía que les proponía el gobierno de Gustavo Rojas

Pinilla?

Por otra parte, si bien existe una amplia bibliografía de las guerrillas liberales y un poco

menos sobre los Chulavitas y las guerrillas de la paz, estos actores armados no han sido, según

nuestro criterio, analizados paralelamente y puestos en común como parte esencial del conflicto

armado en los Llanos Orientales y en el proceso de paz o amnistía de1953. Por lo cual nuestros

objetivos al abordar esta investigación giraron en torno a establecer las repercusiones sociales,

económicas y políticas que tuvieron estos enfrentamientos, en el marco de la insurrección

llanera, y la incidencia que tuvo la declaración de Sogamoso en el fin del enfrentamiento en los

Llanos Orientales. De igual manera quisimos establecer las relaciones histórico- políticas que

ayudaron a la consolidación de los Chulavitas y las guerrillas liberales en los Llanos Orientales y

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procedimos a identificar los principales hechos, personajes documentos e hitos históricos que

marcaron este conflicto armado.

Para resolver estos interrogantes nos guiamos por los planteamientos epistemológicos

ofrecidos por el historiador francés Marc Bloch, quien indica que se debe analizar la historia a

través de una visión crítica de los hechos históricos y de sus partícipes, teniendo en cuenta que

todo ocurre en un contexto específico del cual podemos tomar referentes para entender el

presente. En el plano metodológico tomamos como puntos de referencia los seis pasos sugeridos

por el historiador brasileño Ciro Cardoso, que son: 1). Planteamiento del problema. 2).

Construcción del marco teórico. 3). Redacción del proyecto de investigación. 4). Recolección de

datos. 5). Análisis y procesamiento de datos y por último la síntesis y redacción del documento.

Las categorías que guiaron y permitieron el adecuado análisis de la información recolectada

durante el desarrollo de esta investigación, se resumen en seis.La primera violencia política nos

remite a las reflexiones que sobre el tema presento el centro de estudios Bertolt Brecht que aclara

que estos dos conceptos se entrelazan y son el resultado inmanente del ejercicio del poder. La

segunda categoría Estado formulada por Max Weber,nos indica que esta institución política, de

índole administrativo-jurídica mantiene su razón de ser en cuanto mantenga el monopolio

legítimo de la fuerza. La tercera categoría conflicto armado, fue tomada del investigador y

profesor Medina Gallego, que señala que éste surge en la medida en que se busca por medio de

las armas revertir un orden social, político y cultural establecido. En cuarto lugar y para hablar de

procesos de paz abordamos los planteamientos del profesor Mauricio García y los

complementamos con los aportes del investigador John Darby, quien indica que estos surgen en

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la medida en que se cumpla una agenda de negociación bilateral. La quinta categoría amnistía, se

basó en la conceptualización que de esta hace el investigador Miguel Afanador, quien nos dice

que es un recurso político jurídico que utiliza el Estado para negociar con los alzados en armas y

que se da por dos procesos, por estancamiento del conflicto y por asimetría de algunos de los

contendores. Como última y sexta categoría tenemos bandolerismo, que nos remite a la

definición que nos ofrece la Politóloga Nataly Rodríguez, quien considera que esta categoría

social se asocia con aquellos individuos que desafían el poder a través de la violencia, gracias al

apoyo de su comunidad de origen y de algún individuo de la institucionalidad que les brinda

legitimidad y protección.

La presente investigación histórica crítica de las guerrillas liberales de los Llanos Orientales

tomó como punto de partida la producción bibliografía que sobre el tema se había escrito desde

1953 hasta el año 2014. De igual forma y para tener otra versión de los hechos se consultó la

prensa de la época, específicamente el periódico el Siglo, el Tiempo y el diario regional Eco de

Oriente. Unido a esto se realizó una entrevista a un testigo y participe de unos de los comandos

guerrilleros de los Llanos Orientales.

El estudio histórico de los procesos de paz en Colombia era una tarea que había quedado

pendiente por parte de la academia. Sí bien se habían hecho algunos adelantos frente a la

descripción de los últimos procesos de paz se dejó de lado el análisis crítico de los mismos. De

igual manera estos estudios se centraron en los últimos procesos de paz, olvidando uno de los

primeros acercamientos de este tipo llevado a cabo en los Llanos Orientales en 1953. Es por este

motivo que una investigación histórica crítica del proceso de paz o amnistía en los Llanos

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Orientales, es de vital importancia para poder vislumbrar desde la academia las implicaciones de

este proceso en la historia de Colombia, sus repercusiones en los posteriores procesos de paz y

destacar los acontecimientos, personajes y lugares que formaron parte de este hecho histórico.

Pero no todo puede quedarse en el mundo de lo teórico o de las ideas. La presente investigación

tiene la intencionalidad de abrir un espacio de discusión en las escuelas y en la sociedad en

general debido a que al ser nosotros futuros licenciados en ciencias sociales, tenemos la

obligación histórica de hacer visible y bajo nuevos marcos interpretativos el proceso de paz o

amnistía de los Llanos Orientales en las escuelas, colegios, universidades y espacios públicos

que se nos pueden presentar en un futuro no muy lejano.

Ahora bien el marco interpretativo de la presente investigación es innovador en la medida que

pone a dialogar a los principales actores involucrados en esta insurrección, al Estado

representado en los chulavitas o “guerrillas de la paz” y a los insurrectos o bandidos agrupados

en las guerrillas liberales. De igual forma nos centramos en el análisis crítico del proceso de paz

o amnistía tomando en cuenta los factores que permitieron la firma de la misma, así como de las

repercusiones de este hecho histórico en los posteriores procesos de paz, lo cual hace que nuestra

investigación se convierta en un aporte significativo a la historia de Colombia y especialmente al

análisis crítico de los procesos de paz que tanta falta hace en el contexto Colombiano.

En cuanto a la organización de la presente investigación histórica crítica de las guerrillas

liberales de los Llanos Orientales está se dividió en tres capítulos.

El primer capítulo presenta el contexto político económico y social que permitió el desarrollo

de las guerrillas liberales en los Llanos Orientales. Se destaca el papel de la hacienda como eje

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de poder y generadora de diferencias sociales, de igual manera se describe el primer intento de

revolución en los Llanos conocido como la Humbertera y las implicaciones políticas que género

en el llano las ideas políticas de Gaitán y las repercusiones de su asesinato. Por último, se analiza

el levantamiento del capitán Silva hecho que marcó el inicio de la revolución y que fue producto

de un golpe de Estado abortado a último minuto.

El segundo capítulo se ocupa del conflicto armado que se vivió en los Llanos Orientales entre

1949 y 1953. Se señala como se consolidaron los comandos guerrilleros y las medidas

represivas que tomo el Estado para contrarrestar la violencia en esta región del país. Por otro

lado se analizan las consecuencias de la declaración de Sogamoso y como las guerrillas de la paz

creadas a partir de esta se convirtieron en el primer experimento de técnicas represivas en contra

de la población civil. Por último, se hace un recorrido por los intentos de negociación que el

gobierno planteo a los guerrilleros liberales para pacificar los Llanos Orientales.

En el tercer y último capítulo se analiza el proceso de paz y amnistía de los Llanos Orientales

y sus repercusiones en los diferentes proceso de paz que se han adelantado en Colombia. Se

menciona la importancia del ideólogo Alviar Restrepo en las guerrillas liberales y el papel que

jugo Rojas Pinilla en la entrega pacifica de los guerrilleros liberales. De igual manera se hace

una reconstrucción del proceso de paz que llevó a la entrega de las guerrillas liberales y la

posterior persecución y asesinato de sus excombatientes. Por último,se hace un análisis

comparativo de los diferentes pliegos de peticiones que se han puesto sobre la mesa en los

distintos procesos de paz en Colombia, tomando como base las negociones que se adelantaron en

los Llanos Orientales.

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1. De la Humbertera al levantamiento del capitán Silva

Para entender el conflicto social, económico y político que se vivió en los Llanos Orientales a

mediados del siglo XX, del cual emergieron las guerrillas Liberales como su más clara

manifestación, es preciso hacer un breve pero conciso recorrido por el contextohistórico de este

territorio y de sus pobladores, que nos permita entender que este conflicto no fue en cierta

medida coyuntural, ni tampoco netamente una lucha bipartidista, al contrario se materializo

como consecuencia de una serie de inconformidades de índole social, económicas y políticas que

se empezaron a gestar desde la época de la colonia y que se solidificaron a través de los años en

torno a los hatos, al olvido Estatal y a la falta de representación política.

1.1 De la hacienda Jesuita a los albores del siglo XX

Estos territorios habitados por indios Guahibos, Cuibas, Achaguas y Salivas fueron explorados a

mediados del siglo XVI por el alemán Nicolás de Federman, y los españoles Diego de Ordaz,

Hernán Pérez de Quesada, Antonio de Berrio, Alfonso de Herrera y Jorge de Espira, quienes al

no encontrar más que nativos aguerridos y planicies sin mayores riquezas, deciden abandonar

esteterritorio y dejarlo bajo la tutela de misiones religiosas, especialmente de jesuitas que a

mediados del siglo XVII hacen de este territorio su centro de poder económico, social y político

gracias a la fundación de caseríos y especialmente de hatos o haciendas que se convirtieron

rápidamente en centros de población que estaban supeditadas a las órdenes de estos misioneros.

Estas haciendas eran punto de producción de elementos derivados de la ganadería, los cuales

eran llevados por los jesuitas hasta Santa fe de Bogotá para ser comercializados e intercambiados

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por otros insumos que eran vitales para el sostenimiento de estas haciendas. Con el paso de los

años las haciendas se convirtieron en centros de poder y de estratificación del trabajo (Barbosa,

1992.). Pero esta situación se vio modificada cuando los jesuitas fueron expulsados del virreinato

de la Nueva Granada en 1767, debido a que las haciendas y hatos, quedaron a manos de colonos

que empezaron a ejercer mayor presión económica política y social, como bien lo explica el

profesor Reinaldo Barbosa (1992):

Después de la tan sonada expulsión de los jesuitas, durante el siglo XIX se generalizó la

práctica de autorregular las relaciones entre hateros y comunidades con base en la

denominada “Ley del Llano” aplicada muchas veces al amaño de los propietarios de hatos.

(p.35)

Esta “Ley del Llano” se convirtió en la única reguladora de las relaciones económicas y sociales,

lo cual termino generando una serie de conflictos que crearon un resentimiento hacia los

hacendados que despuntaría en el siglo XX bajo la sombra de la revolución Llanera, la cual

como veremos se basaría en esta ley, para crear sus propias Leyes del Llano que serían la

“constitución política”, de los territorios bajo su dominio. Por otro lado estos hatos y sus dueños

se convirtieron en una especie de representantes del Estado, debido a que éste no hizo presencia

de forma directa sino hasta bien entrado el siglo XX, lo que en ultimas hacía de los Llanos

Orientales un territorio abandonado y de escasa importancia para el poder central.

Hasta mediados del siglo XX los Llanos estaban prácticamente despoblados; era una región

incomunicada con el resto del país. La presencia del Estado era casi inexistente. Los que

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ejercían el poder económico y político local eran los ganaderos y los hacendados. (Villanueva,

2014, p.117)

Iniciando el siglo XX se hizo necesario organizar administrativamente este inmenso territorio

para ello “En 1909 fue creada la intendencia del Meta, cuya extensión territorial era de 85.220

Km².” (Villanueva, 2014, p.125). Esta intendencia seria elevada a departamento nacional en

1959, a pesar de que a principios de 1950 cumplía los requisitos para ser un departamento, pero

la situación de orden público no permitió tal cambio administrativo. La comisaria de Arauca

creada en 1911, fue el epicentro de uno de los primeros intentos de revolución en los Llanos

Orientales conocida como la Humberteraque veremos más adelante. En 1950 se crearía la

comisaria de Casanare, que era una provincia de Boyacá, pero fue necesario elevarla a esta

categoría, para intentar controlar eficazmente el levantamiento armado que se manifestó en su

territorio. Por último, tenemos la comisaria de Vichada creada en 1913 que si bien no fue

epicentro directo de las confrontaciones armadas durante la revolución Llanera, sirvió de refugio

para los alzados en armas.

1.2 De la Humbertera al 9 de abril de 1948.

Los Llanos Orientales colombianos, como vimos ha sido históricamente un territorio olvidado

por el Estado a pesar de considerarse como uno de los ejes importantes para la economía del país

y de ser la fuente inagotable de guerreros que han defendido el honor nacional en diferentes

campos de batalla. De estos territorios salieron los soldados que se unieron a Bolívar y Santander

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en su campaña libertadora, también de este territorio emergieron los aguerridos liberales que

durante la guerra de los Mil días, defendieron los ideales del partido que comandados por el

general Rafael Uribe Uribe, se batieron en diferentes puntos de la geografía colombiana.

En 1901, el general Rafael Uribe Uribe decidió emprender una especia de nueva campaña

libertadora contra el gobierno de José Manuel Marroquín. Esta partió de Venezuela con 2.500

rebeldes y cruzó por los Llanos Orientales, ya que esta era una zona libre, amplia y sin

dificultades. (Villanueva, 2014, p. 115)

Este enfrentamiento bipartidista fue el cierre de un ciclo de guerras civiles que desangraron el

territorio colombiano en el siglo XIX, pero que continuaron en el siglo XX, bajo el signo de la

violencia política que arreciaba en periodo de elecciones, y que tuvo en los Llanos Orientales una

honda repercusión como veremos más adelante. Ya en pleno siglo XX los Llanos Orientales

fueron epicentro de uno de los primeros desafíos revolucionarios que tuvo que enfrentar la

hegemonía conservadora, a manos del Llanero Humberto Gómez,quien en la madrugada del 30

de diciembre de 1916 marcó el inicio de un conflicto que al sol de hoy no tiene fin, ya que

determinó el distanciamiento y posterior rivalidad entre los dos grandes partidos políticos de la

época, el liberal y el conservador. Aquella mañana después de cruzar el río Arauca desde

Venezuela, Humberto Gómez se tomó Arauca, junto con 50 hombres que atacaron la guarnición

militar asesinando a 13 miembros de la fuerza pública, incluyendo al general Esteban Escallón.

Luego de esto se tomó el pueblo, robo ganado y declaró Arauca como República independiente,

hecho que duró hasta febrero de 1917. Cinco días después llegó la noticia de la toma a Bogotá y

el 9 de enero el presidente José Vicente Concha declara el estado de sitio en la comisaría especial

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de Arauca. Este primer desafío real al poder conservador desde la inmensa llanura es conocido

como la Humbertera, y nos deja entrever la predisposición de este territorio para los

levantamientos armados en contra de la persecución, la exclusión social, económica y política a

la que se veían sometidos desde el gobierno central.

Avanzando en el tiempo encontramos que esta exclusión política en los Llanos Orientales se vio

reflejada cuando entro en vigor la ley 2 de 1943que, reglamentaba las disposiciones para la

administración de las intendencias nacionales que dejaba a estasa la par con los departamentos

en cuanto a la recaudación de impuestos, distribución de rentas, pero no era equiparable en

representación política, debido a que se crearon unas circunscripciones electorales que permitían

a aquellas intendencias que contaran con más de 70.000 habitantes delegar un miembro que los

representaría en la cámara de representantes. Pero como tal número de población no se agrupaba

en las circunscripciones electorales de los Llanos Orientales, estos no tuvieron la oportunidad de

ser representados en el gobierno central por ningún político de la región, la excepción fue

Uladislao Prieto un conservador que en 1943, gracias a su adhesión a la circunscripción de

Bogotá logro una curul en la cámara de representantes, en donde no impulso reformas que

ayudarán a aliviar las grandes dificultades por las que atravesaba este inmenso territorio. Por otro

lado, esta ley dejaba sin posibilidad de elección directa por parte de los pobladores de los

corregimientos de sus gobernantes, debido a que esta elección estaba a cargo del intendente que a

su vez era nombrado en propiedad por el gobierno, lo que creaba resistencia y malestar dentro de

la población que no veía con buenos ojos que un político diferente al de su partido tomara las

riendas del poder, y más aún si éste emprendía retaliaciones en contra de la población civil, en lo

que podríamos denominar persecución política.

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Desde otro punto de vista, la Ley 2ª de 1943 restringió el ejercicio de la democracia y de la

participación ciudadana en los corregimientos. Sus habitantes no podían elegir sus propios

gobernantes, sino que debían aceptar las autoridades nombradas por el Intendente desde

Villavicencio. Podían participar en las elecciones de Representantes y Presidente de la

República, que eran de carácter nacional, pero a nivel regional y local su derecho al voto era

claramente limitado (Jara, 2007, p. 45).

Como se ve, el ejercicio democrático no era del todo real en estos territorios olvidados y los

políticos de ambos partidos no se interesaban realmente por las problemáticas sociales y

económicas que se acentuaban cada día más, por la lucha bipartidista que se venía gestando

desde mediados de la década del 30, con la caída de la hegemonía conservadora, la postura

radical de sus partidarios más notables y con las diversas reformas que se instauraron bajo lo que

algunos historiadores han denominado la “Republica Liberal” que llevaron a los sectores

populares a creer que la “revolución en marcha” del presidente Liberal Alfonso López se hacía

extensiva a sus luchas sociales . Esto implicó una polarización de fuerzas que desembocaron en

un enfrentamiento político que tuvo como uno de sus puntos de quiebre la elección del

conservador Ospina Pérez para presidente de la Republica para el periodo 1946-1950, y el

asesinato del jefe del Partido Liberal y ex candidato a la presidencia Jorge Eliecer Gaitán el 9 de

abril de 1948. Estos dos hechos fueron los desencadenantes de lo que en la historiografía

colombiana se ha denominado la Violencia y que marco una etapa de la cual no nos hemos

podido desprender. Como bien lo señala el Profesor Justo Casas Aguilar (1986) quien afirma:

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La violencia es la expresión de la lucha de clases en nuestro país. Y concretamente la que se

inicia en 1946, es la acción del sector más amenazado de la clase dominante, integrado por los

Terratenientes y el Clero, encaminada a detener el proceso revolucionario en marcha. (p.18)

Esta violencia se extendió por casi todo el territorio nacional, tomando más ímpetu en el centro

y sur del país, en donde se vio reflejado el grado de polarización entre partidos políticos y los

mecanismos de persecución y violencia política que el gobierno empezó a implementar para

reprimir la lucha de clases que se vislumbraba, bajo el ropaje del bipartidismo. Pero ¿por qué

hemos de catalogar como violencia política ese enfrentamiento bipartidista en el marco de la

Violencia? Para responder a este interrogante nos basaremos en los planteamientos del centro de

estudios Bertolt Brecht (2000) quien indica que:

La violencia se presenta como recurso inherente al ejercicio político. Política y violencia se

confunden, se hermanan, se presentan indisolubles ya como violencia que crea derecho

(violencia revolucionaria) o como violencia que conserva derecho (violencia reaccionaria). El

Estado la utiliza como instrumento para mantener la dominación de una clase o sector de clase

sobre toda la sociedad, pero de igual manera, los grupos organizados al interior del

conglomerado social apelan a ella para rechazar la injusticia de dominación. (p.1)

Este hecho lo vemos reflejado en los mecanismos represivos y en las fuerzas de choque que

emergieron del ala más radical del partido conservador que desde el poder quería conservar el

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derecho de dominación sobre la población Liberal y de filiación comunista que se estaban

constituyendo en una fuente de violencia revolucionaria que amenaza seriamente la estabilidad

del gobierno y estos a su vez se convirtieron en focos de resistencia ante la persecución y

dominación conservadora.

Entre estas fuerzas de choque que se crearon a medida que la violencia política avanzaba

encontramos la POPOL (la policía política) que fue creada en 1947 “cuyo objetivo era poder

manejar, a su criterio, los problemas del orden público.” (Villanueva, 2014, p.96). A su vez

aparecieron los chulavitas que fueron una respuesta armada a los incidentes del 9 de abril de

1948.

Ante el certero golpe a un remedo de democracia que se había mantenido hasta el 9 de abril

de 1.948, el Presidente de la República procedió de inmediato a reemplazar el contingente que

le era adverso políticamente, por otro de absoluta confianza dentro de sus compartidarios,

formando parte principal el personal reclutado en la vereda de Chulavita (Boyacá). Cuyo

nombre serviría para determinar en lo sucesivo a toda esa organización armada. (Cortés, 2003,

p.62)

Esta nueva policía conservadora arremetió en contra de la población civil liberal en Boyacá,

Cundinamarca y los Llanos Orientales principalmente, siendo uno de sus promotores el

gobernador y fanático conservador de Boyacá José María Villareal.

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El adjetivo “chulavita” proviene del sustantivo “chulava” nombre de una vereda del

municipio de Boavita, norte de Boyacá; lugar donde José María Villarreal reclutó el personal

para integrar la improvisada pero eficiente policía que conjuró el levantamiento popular

provocado por el asesinato de Gaitán, el 9 de abril de 1948 en Bogotá, y que continuó su

signo trágico, hasta mediados de 1953. (Casas, 1989, p.18)

Éste era el panorama en el que se encontraba Colombia a mediados del siglo XX, en el cual

predominaba la violencia política y en donde las regiones más apartadas del centro de poder

sufrían con intensidad las repercusiones de está. Los Llanos Orientales no eran la excepción y es

allí donde se empieza a manifestar el primer brote de inconformidad ante el gobierno opresor y

en donde se arraigaron y se hicieron explícitos con más fuerza los planteamientos políticos del

liberalismo, especialmente los del dirigente y excandidato presidencial Jorge Eliecer Gaitán.

Cuando es asesinado este líder político en el centro de Bogotá el 9 de abril de 1948, se

esfumaron las esperanzas de un verdadero cambio político que contemplaba la participación del

“pueblo” y el derrumbe del sistema oligárquico que tanto daño hacía al país. Al ver a su líder

caído los partidarios liberales, lincharon a Roa Sierra, presunto asesino de Gaitán y

emprendieron una empresa de destrucción que buscaba a su manera vengar la muerte del caudillo

liberal y derrumbar el régimen conservador, al que se le culpaba de su infame magnicidio.

Lo que siguió fue el estallido de motines masivos de protesta, conocido fuera de Colombia

como el bogotazo, al que los colombianos simplemente se refieren como el 9 de abril. El

último término es preferible, porque bogotazo se refiere específicamente a los disturbios

16

ocurridos en la capital, cuando en realidad lo que se presentó fue un estallido que abarcó a

casi toda la nación, con manifestaciones violencia no solamente en las grandes ciudades sino

también en muchas poblaciones de mayoría liberal. (Bushnell, 2013, p.288)

Dentro de estas poblaciones, en las que las repercusiones del 9 de abril se hicieron manifiestas

estaban Villavicencio y Puerto López en los Llanos Orientales, en donde se crearon juntas

revolucionarias que pretendían tomarse el poder a la espera de órdenes que desde Bogotá se

emitieran, para hacer la revolución a nivel nacional. En el caso de Villavicencio esta junta

revolucionaria no contó con partidarios gaitanistas quienes tal vez por miedo a señalamientos no

salieron a las calles y prefirieron esconderse o huir. “El acuerdo de conformar un gabinete de

Unión Nacional entre conservadores y liberales, llevó a la rápida disolución de las Juntas

Revolucionarias” (Gómez, 2011, p. 235). Con la liquidación de estas juntas y las nuevas

disposiciones para imponer el orden que se generaron desde el gobierno la situación de los

gaitanistas y de los liberales en Villavicencio y en los Llanos Orientales en general, empezó a

cambiar de manera sustancial, siendo perseguidos por la nueva estructura policial que como

vimos en párrafos anteriores se había politizado o mejor dicho “conservatizado”.

Con la presencia de una nueva policía en Villavicencio, luego del 9 de abril de 1948, el

gobierno intendencia a cargo de Ricardo Renjifo, siguiendo directrices de Bogotá, fortaleció

la seguridad en la ciudad para evitar que reaparecieran actos de violencia con un origen

político. (Gómez, 2011, p.232)

17

Esta persecución política a Liberales y especialmente a gaitanistas genero una ola de

emigraciones desde Villavicencio a poblaciones cercanas, siendo Puerto López uno de los

destinos predilectos, porque “Allí la población perseguida encontraba protección en Eliseo

Velázquez, uno de los más importantes gaitanistas de la región que había liderado la Junta

Revolucionaria del municipio de Puerto López el 9 de abril de 1948” (Gómez, 2011, p.236). Este

baquiano y comerciante nacido en Junín Cundinamarca, en compañía de algunos perseguidos

gaitanistas, conformo una cuadrilla de forajidos que armados con revólveres y escopetas, se

declararon en contra de la policía chulavita que desde Villavicencio dirigía los hostigamientos a

la población civil de ideología liberal, convirtiéndose así, en uno de los primeros focos de

resistencia que se alzó en armas en contra de la violencia reaccionaria que desde el gobierno se

ejercía para mantener la dominación y para contrarrestar la violencia revolucionaria que emergía

en los Llanos Orientales.

1.3El levantamiento del Capitán Silva.

Mientras Eliseo Velásquez armaba su cuadrilla gaitanista en los Llanos orientales, algunos

dirigentes liberales en Bogotá planeaban en secreto un golpe de Estado que depondría el

gobierno de Ospina Pérez que se había convertido en una dictadura, motivada por los hechos de

violencia que se habían registrado en el país, como fue el asesinato del representante a la cámara

Gustavo Jiménez por parte de Amadeo Rodríguez en el recinto de la cámara el 7 de septiembre

de 1949. Otro hecho de violencia fue el asesinato durante una marcha pacífica del hermano del

líder Liberal Darío Echandia, Vicente Echandia. “Ante esta situación de violencia, el presidente

Mariano Ospina Pérez decretó el Estado de sitio, estableció la censura de prensa y creó las

18

condiciones para que Laureano Gómez fuera elegido presidente de la República” (Villanueva,

2013, p.33). Con la implantación de estas medidas represivas, los dirigentes liberales planearon

el golpe de Estado.

Plinio Mendoza Neira, jefe liberal de grandes ejecutorias, que había sido ministro de guerra

en años anteriores y que tenía por tanto vínculos con esa oficialidad, desde generales para

abajo, fue el encargado de planear y realizar el golpe para el 27 de noviembre de 1949,

cuando habían sido agotados todos los esfuerzos políticos de convivencia con el gobierno, que

para ese momento había clausurado el Parlamento y conculcado todos los derechos

ciudadanos. (Alape, 1985, p.76)

Éste debía llevarse a cabo el 27 de Noviembre de 1949, un día antes de las elecciones

presidenciales que estaban en entredicho por la decisión del partido liberal de abstenerse a

participar por los hechos de violencia que manchaban el territorio nacional y por la falta de

garantías electorales y la transparencia de las mismas. Pero está iniciativa naufrago a escasos

días de su implementación y se cambió por un paro nacional que se llevó a cabo sin mayores

repercusiones el 26 de noviembre de 1949.

El 21 de noviembre, el mismo Darío Echandía desestima la opción de un golpe de estado

como forma para que el liberalismo retomara el poder. El Capitán Silva, al no ser informado

de esta última decisión, ni removido de su cargo por Mariano Ospina Pérez, concretó un golpe

19

de «Estado regional» el 25 de noviembre de 1949, dos días antes a la fecha de los comicios

presidenciales de ese año. (Gómez, 2011, p.246)

La toma de Villavicencio a manos del capitán Alfredo Silva Romero el 25 de noviembre de

1949, fue el hecho que marcó el inicio de la revolución en los Llanos orientales. Veamos

rápidamente como se desarrollaron los acontecimientos que marcaron un hito en la historia de

Colombia.

El Capitán Alfredo Silva Romero, a las 7 de la noche del 25 de noviembre de 1949, se ubicó

en las afueras de Villavicencio en el lugar donde hoy está el Parque de los estudiantes, con un

pequeño batallón de 30 soldados y oficiales;(…) Velázquez, mientras tanto, se encontraba

dirigiendo la toma de Puerto López. Del mismo modo, es destacable el apoyo directo de

dirigentes liberales de Villavicencio en la toma, como Hernando Durán Dussán.(…) el primer

lugar atacado por los hombres de Silva fue una bomba de gasolina que era custodiada por dos

policías, que para el año de 1949 se encontraba en la entrada oriental de la ciudad.(…) el

Capitán Silva, luego de controlar a la policía que había en Villavicencio, tomó posesión de la

sede del Gobierno intendencia y local, ubicadas donde hoy se encuentra el Edificio Nacional o

Correos Nacionales. Luego ordenó que se quemaran los registros electorales que estaban

listos para ser utilizados en las elecciones presidenciales el domingo 27 de noviembre de

1949. (Gómez, 2011, pp. 248-249)

Pero las ordenes desde Bogotá no llegaron y el capitán Silva se entregó al mayor Ezequiel

Palacios que había sido designado por el gobierno nacional como intendente militar del Meta,

20

quien al enterarse de los hechos acontecidos la noche anterior en Villavicencio y en otros

municipios de los Llanos Orientales, envió tropas para restablecer el orden rápidamente, para que

se desarrollaran las elecciones presidenciales sin mayores contratiempos. Una de las primeras

medidas del mayor Ezequiel fue la de designar como alcalde de Villavicencio al teniente José

Joaquín Matallana, quien tomaría las medidas necesarias para restaurar el orden público perdido

durante el levantamiento armado del capitán Silva y que fueron expuestas en el principal diario

regional de la intendencia del Meta:

Artículo 1: A partir de la fecha de la expedición del presente decreto y mientras dure el actual

estado de sitio, el personal del Ejército y de la Policía Militar procederá a dar estricto

cumplimiento a las disposiciones vigentes sobre prohibición de portar armas por parte de

particulares dentro del área urbana del municipio.

Artículo 2: Queda terminantemente prohibido, mantener en cualquier sitio, público o privado,

dinamita, explosivos o elementos bélicos sin razón para ello. (Importantes medidas en bien

de la tranquilidad pública dicto la Alcaldía. Decreto N° 98 de 1949. (18 de diciembre de

1949). Eco de Oriente, pp. 6-8).

A partir de estas nuevas disposiciones y otras tantas como la implementación de los

salvoconductos que le otorgaba a los ciudadanos conservadores el derecho de transitar

libremente desde los Llanos Orientales al centro del país, lo cual era una especie de persecución

política en contra de los ciudadanos liberales que no tenían más opción que soportar los

atropellos de los agentes del gobierno, quienes aprovecharon esta situación para adueñarse de

21

hatos y ganado a expensas de los muertos liberales. Todo esto genero una apatía en contra del

gobierno y sus representantes en tierras Llaneras que ya se venía acrecentando desde 1946 y que

alimento el descontento social que permitió a la revolución llanera echar hondas raíces en este

territorio de la geografía nacional, y que se convertiría en el levantamiento armado que amenazo

seriamente el orden establecido por el gobierno Conservador durante casi cuatro años.

Tenemos en consecuencia al abordar este breve contexto que las problemáticas sociales,

económicas y políticas estaban latentes en los Llanos Orientales desde la implementación de las

haciendas por parte de los jesuitas y su posterior administración a cargo de hacendados que,

explotaron económicamente a sus labriegos, respaldados por una “Ley del Llano” interpretada a

su favor, a la vez que estos ejercían un poder político-administrativo que suplantaba o

representaba al Estado y a sus instituciones, debido a la casi inexistencia de éste en los Llanos

Orientales. Lo que genero un ambiente de inconformidad que se materializo en uno de los

primeros alzamientos armados que como la Humbertera, fueron desafiantes tanto para el orden y

el poder establecido desde los hatos, como para el gobierno que tuvo que tomar medidas de

fuerza para restablecer el orden. De igual manera las reformas administrativas que se

implementaron en estos territorios para acercarlos al gobierno central no surtieron efecto y por el

contrario los dejaron sin debida representación política, hecho que se convirtió en uno de los

factores que alentaron la lucha armada guerrillera que, en ultimas buscaba una adecuada

participación democrática, dentro del panorama nacional. Habría que decir también que el

asesinato de Jorge Eliecer Gaitán, repercutió notablemente en los Llanos Orientales, debido a la

influencia de su pensamiento político en esta región y a la persecución a la que se vieron

sometidos sus seguidores que, como vimos condujo a que algunos de estos empuñaran las armas,

22

como mecanismo de defensa ante la persecución conservadora, materializada en la policía

Chulavita que arraso a la población civil liberal de los Llanos Orientales. Como último aporte

tenemos que decir que el levantamiento armado de los Llanos Orientales, fue alentado en parte

por los dirigentes liberales que intentaron por vías de hecho tomarse el poder, buscando apoyo en

sus partidarios que como el capitán Alfredo Silva Romero y Eliseo Velásquez se tomaron

Villavicencio y Puerto López respectivamente, sin saber que días antes, los dirigentes habían

cambiado de plan, y buscarían por otros medios más democráticos hacerse con el poder. Pero la

semilla de la revolución ya estaba sembrada en el Llano y el terreno estaba abonado por años de

explotación económica, exclusión política y abandono estatal.

Lo que vendría de aquí en adelante sería un alzamiento armado de guerrillas liberales que desafío

por casi cuatro años al poder conservador, que tuvo como figuras más emblemáticas, peones y

baquianos de hato que buscaron en las armas el restablecimiento de las garantías democráticas.

De este proceso revolucionario y de sus repercusiones nos ocuparemos en el siguiente capítulo.

23

2. Del amanecer revolucionario al ocaso guerrillero

El enfrentamiento bipartidista había alcanzado su punto máximo a finales de 1949. La

polarización de fuerzas estaba presente tanto en los discursos políticos de ambos partidos, como

en sus respectivos partidarios, quienes habían empezado a formar pequeñas agrupaciones

armadas que con el recurso de la fuerza querían defenderse del ataque gubernamental como en el

caso de los Liberales, o pretendían hacerse notar como los únicos portadores de la verdad y

defensores del orden, como en el caso de los conservadores. Claro está que este enfrentamiento

no puede verse como el binomio Liberal-perseguido, conservador-perseguidor, éste era un

cambio de papeles, ya que en la década de los 30, los perseguidos fueron los Conservadores y los

perseguidores los Liberales. Lo que en últimas nos dice que la Violencia política de finales de la

década de los 40, era la segunda parte del odio político y del deseo de venganza que estaba

latente en la mente tanto de Liberales como de Conservadores. Lo que si se hizo evidente fue la

manera represiva como el gobierno conservador reacciono ante los “revolucionarios” liberales y

también Comunistas (aunque a los primeros se les identificaba con los segundos y viceversa),

quien financio y ayudo a formar grupos de choque, como los chulavitas, la Popol , las guerrillas

de la paz, y más tarde los Pájaros y el DAS Rural, quienes arremetieron especialmente contra la

población civil, creando un clima de terror y muerte que desplazo a un sin número de personas.

La situación era entonces caótica, y en cada región del país especialmente en el centro y sur se

agruparon liberales que al verse perseguidos, se armaron y empezaron a defenderse del ataque

gubernamental y de sus partidarios. Pero estas agrupaciones no estaban solas, actuaban en su

gran mayoría auspiciadas por los dirigentes liberales quienes aunque habían pactado no tomarse

24

el poder por las vías de hecho, si creían que podían alentar, (aunque no abiertamente) al pueblo y

a los gamonales de cada región para que estos se enfrentaran el gobierno y lo desgastaran

económica, política y militarmente, para que ellos por las vías democráticas y jurídicas

accedieran el poder, con el pretexto de que el gobierno conservador había perdido legitimidad y

se encontraba en contra del pueblo. Ese era pues, a grandes rasgos el plan de los dirigentes

liberales, lo que ellos no contaban era que estas agrupaciones se saldrían de sus manos y

empezarían a manifestar sus propias demandas y se harían cada vez más desafiantes y fuertes

militarmente, lo cual era un peligro tanto para el gobierno conservador como para las

aspiraciones de poder de los dirigentes Liberales. Éste fue el caso de las guerrillas liberales de

los Llanos Orientales, las cuales se conformaron en gran medida por el influjo de los dirigentes

del partido Liberal y se separaron de estos al ver que no recibían el apoyo económico, militar y

político que necesitaban para dirigir la lucha en busca del poder.

No se les puede culpar a los llaneros frente a la historia de equivocarse al buscar lo que no se

les había perdido. Se dejaron conducir porque removieron de un empellón su adormilada

conciencia política y los “blancos” jefes de su fracción desde la torre de marfil los

embaucaron. Prendida la hoguera les esquivarían su apoyo como lo registra la historia.

(Cortes, 2003, pp.50-51)

Con el abandono de la dirigencia Liberal, la guerrilla Liberal de los Llanos Orientales quedo sin

orientación política y éste fue uno de los puntos de quiebre, para que estas se debilitaran

paulatinamente, hasta que la llegada del general Rojas Pinilla al poder el 13 de junio de 1953,

25

facilito la entrega de estos insurgentes que al ver que las condiciones por las que se habían

levantado en armas ya no existían decidieron entregarse sin mayores garantías.

2.1 El despertar revolucionario.

El asalto a Villavicencio por parte del capitán Alfredo Silva Romero el 25 de noviembre de

1949, fue el hito que marcó el inicio de lo que algunos expertos en el tema han denominado la

“revolución” de los Llanos Orientales. Pero esto no es del todo cierto, debido a que antes de este

alzamiento ya se habían presentado escaramuzas armadas en la región llanera que podríamos

tomar como puntos de referencia para el nacimiento de esta revolución. Como bien lo aclara el

profesor Casas (1989):

Los hechos de Sabanalarga ocurridos del 5 al 9 de noviembre de 1949, fueron el primer brote

de rebeldía que hubo en el Llano. Después vendrían los de Barranca de Upía, el 26 de

noviembre por la noche, donde la población libera siguió el plan trazado a nivel nacional por

la Dirección Liberal, para dar un golpe de Estado e impedir las elecciones del 27 de

noviembre; posteriormente vendría la toma de Puerto López, Remolino y Cabuyaro por Eliseo

Velásquez, el 5 de diciembre. (p.34)

Se comprende entonces que la toma de Villavicencio fue el hito que tomo la historia para

señalar el inicio de la revolución en los Llanos Orientales, mas no el primer hecho en armas que

26

se vivió en los Llanos. Tal vez esto se deba a que el asalto a Villavicencio fue el resultado de un

plan de golpe de Estado que se abortó a escasos días de su consecución, pero del que no estaba

informado el capitán Silva quien hizo lo que se le había encomendado desde la dirigencia del

partido Liberal. De ahí en adelante las acciones armadas de las incipientes guerrillas liberales de

los Llanos Orientales, comandadas en primera instancia por Eliseo Velásquez se hicieron más

latentes y frecuentes, muy a pesar de que la prensa conservadora negara que tales hechos

estuvieran ocurriendo en esta región. Como lo subrayo el periódico el Siglo que era propiedad

del conservador y electo presidente de la república Laureano Gómez:

Absolutamente falsa, la noticia transmitida al mundo, con base en la noticia aparecida en el

diario “El Nacional” de Caracas, y según la cual habría un movimiento rebelde en los Llanos

orientales. Así lo declaró ayer el Ministro de Gobierno doctor Luis Ignacio Andrade, quien

agrego que en los llanos existen algunos ínfimos grupos de bandoleros, sin divisa política que

serán dominados rápidamente por las tropas que actúan en aquel sector del país. (Totalmente

falsa la noticia de Caracas sobre movimiento de revolución en los Llanos. (18 de Enero de

1950). El Siglo, pp. 1-9)

Pero este fenómeno violento no se manifestó únicamente en los Llanos Orientales, en los

límites de la provincia de Casanare que para aquella época hacia parte de Boyacá, también se

habían levantado en armas un grupo de liberales que cansados de la persecución de la policía

Chulavita, formaron sus comandos, nombre como más tarde se conocerían a estos grupos. Estos

comandos en la mayoría de los casos eran compuestos por núcleos familiares que defendían sus

27

propiedades y el bienestar de sus seres queridos. Éste fue el caso de los Bautista, unos hermanos

originarios de Miraflores Boyacá, quienes al ver como su pueblo fue destruido por la invasión

Chulavita, toman las armas para defenderse. “Bajo la iniciativa de Chucho Solano y Tulio

Bautista, primero y de Tulio Bautista después, que se gestó el primer foco de resistencia popular

campesina en los Llanos” (Casas, 1989, p.52). Paralelamente a ese grupo de hermanos surgió

otro, el de los hermanos Fonseca Galán nacidos en Tuta Boyacá, quienes habían sufrido ya los

embates de la violencia cuando su hermano mayor Carlos Julio fue asesinado el 9 de abril de

1948, por órdenes del célebre gobernador de Boyacá José María Villareal, quien como vimos fue

el precursor de la policía Chulavita. Estos hermanos fueron perseguidos y desterrados de su tierra

y decidieron a finales de 1949 conformar su comando guerrillero, gracias al apoyo de los

directivos liberales y del capitán Silva, como lo anota el profesor Villanueva (2013(a)):

Siguiendo las orientaciones del capitán Alfredo Silva Romero, los hermanos Fonseca Galán

atacaron Barranca de Upia y El Engaño el 26 y el 30 de noviembre de 1949, respectivamente.

Ante esta situación, el 3 de diciembre del mismo año se instaló un puesto militar en El Secreto

y Sabanalarga a cargo del cabo Dumar Aljure, del que desertó después. (p.26)

A diferencia de lo sucedido con los Bautista y los Fonseca, Eduardo Franco Isaza otro de los

nombres representativos de la guerrilla de los Llanos Orientales oriundo de Sogamoso Boyacá,

no creo su propio comando basado en lazos familiares, sino que en compañía de su amigo de

infancia Carlos “el pote” Rodríguez, decidieron unirse a las guerrillas de los hermanos Bautista,

a finales de noviembre de 1949.Más tarde formaron su comando con zona de influencia en las

28

cercanías de Yopal. Eduardo Franco no fue un hombre de guerra, más bien podría decirse que su

labor fue la de intentar organizar los diferentes comandos guerrilleros en un solo frente, para

tomarse el poder. Tarea de la que se ocupó hasta mediados de julio de 1953, cuando por diversos

factores que analizaremos más adelante, se convirtió en una especie de “vocero” desde el exilio,

para la entrega de las guerrillas liberales de los Llanos Orientales.

Éste era pues el ambiente revolucionario que se estaba gestando en los Llanos Orientales y en el

oriente de Boyacá, lugares de donde emergieron los primeros comandos guerrilleros como se

expuso en los párrafos anteriores. Ahora bien es preciso ahondar un poco más en el comando o

cuadrilla de Eliseo Velásquez, quien como vimos en el primer capítulo tuvo una participación en

las juntas revolucionarias que se crearon después del 9 de abril en la población de Puerto López

y se mantuvo en acción hasta que bajo las directrices del capitán Silva se tomó esta población la

noche del 25 de noviembre de 1949. Este hecho lo consolido después de la entrega del capitán

Silva, como el referente revolucionario en los Llanos Orientales. Cabe recordar que en un inicio

la cuadrilla de Velásquez tuvo orientación gaitanista, pero con el pasar de los meses se acercó

hacia una postura más oficialista. Como bien lo aclara el historiador Gómez (2011):

La cuadrilla de Eliseo Velázquez a pesar de ser una prolongación del gaitanismo, no tenía un

proyecto claro de lucha social, pues Gaitán no dejó cuadros políticos que la pudieran dirigir.

[…]Al contrario, a finales de 1949 Eliseo Velázquez se acerca nuevamente a la élite liberal y

se transforma en un guerrillero liberal. (p.240).

29

Convertido en guerrillero liberal es cuando adquiere su fama, la cual por cierto ya estaba

desacreditada desde sus inicios como “defensor “gaitanista, por su crueldad, su despotismo y

falta de disciplina que lo convertiría en una especie de bandido que aterrorizaba a los pobladores

conservadores.

Antes del inicio de las guerrillas del Llano existió un «bandido primitivo», lo sustentamos en

el hecho de que en sus inicios, Velázquez y su cuadrilla no recibieron el respaldo de un «señor

importante», sus acciones eran de carácter defensivo, creó lazos de cooperación con las

comunidades rurales y urbanas, no tenía un proyecto de cambio de la estructura social y

generó miedo sicológico entre las élites de Villavicencio. (Gómez, 2011, p 261).

Esta imagen lo acompañaría hasta su captura en agosto de 1950. De igual manera sus acciones

militares eran puestas en entredicho por sus mismos pares que no veían en él, más que un

hablador con pocas capacidades para el mando y proclive a la vida de borracheras que recibía

respaldo de las élites liberales. “El éxito de Velásquez radicaba en sus gestos dramáticos y sus

magníficas mentiras, realzado todo ello con el hecho protuberante acaecido en Puerto López y

llevado al máximo de la popularidad por la propaganda liberal”(Franco, 1986, p.29).

A pesar de su imagen venida a menos, Eliseo Velásquez fue quien a finales de abril de 1950

organizo los comandos guerrilleros en ocho zonas de acción, para intentar coordinar la defensa

30

de los Llanos Orientales. Esta división sé hizo por los cauces de los ríos y se mantuvo en la

mayoría de los casos hasta la entrega final en septiembre de 1953.

El 27 de Abril de 1950, sobre las costas del Río Guanapalo, se reunieron algunos de los

comandantes y jefes de la Revolución y promulgaron la “resolución N° 103 por la cual se

delimitan algunas zonas militares en los Llanos”. Estos “acuerdos” fueron proferidos por el

“Ejército Revolucionario Liberal: División de los Llanos Gustavo Jiménez”. Como Eliseo

Velásquez llamó al comando que aún le seguía en su correría por el centro del Llano.

(Barbosa, 1992, p.96)

Tabla 1. Zonas guerrilleras establecidas por Eliseo Velásquez, 1950.

Zona Comandante Región

Jefes capitanes Subjefes

Zona 1 Luis Escobar Capitán Luis García Arauca, Casanare

Zona 2 Luis Esguerra Sargento Marco Tulio Parra Casanare, Ariporo

Zona 3 Isaac Vergara Capitán Eduardo Nossa Ochoa Ariporo, Guachiría

Zona 4 Jorge Betancourt Libre nombramiento Guachiría, Pauto

Zona 5 Alfredo Parada Capitán Jorge Carreño Pauto, Cravo Sur

Zona 6 Eduardo Franco Capitán Víctor Manuel López Cravo Sur, Guiria

Zona 7 Tulio Bautista Capitán Manuel Bautista Guira, Upía

Zona 8 Álvaro Parra Capitán Luis Alberto Parra Upía, Humea

Fuente (Villanueva, 2013, p 60) citado en Barbosa 1992, p.97)

31

Como podemos observar en el cuadro, siete de los comandos estaban ubicados en la recién

creada comisaria del Casanare (zona 2 a la 7) uno en la comisaria de Arauca y uno en la

intendencia del Meta. Esto marcaria los repertorios y la intensidad de la lucha en unas zonas

específicas de los Llanos Orientales, como veremos más adelante.

Eliseo Velásquez fue entonces el primer comandante o figura visible de la revolución en los

Llanos Orientales, pero su comportamiento y falta de capacidades para el mando lo relegaron a

segundo plano cuando en agosto de 1950 fue capturado en la frontera con Venezuela, a donde

pretendía llegar para conseguir apoyo económico y en armas para la revolución. “En el caserío

llanero de el Amparo en el Estado de Apure y en territorio venezolano, fue capturado en la tarde

del siete de agosto Eliseo Velásquez jefe de una cuadrilla de cuatreros que operaban en los

Llanos Orientales colombianos”(El Bandido Eliseo Velásquez ha sido juzgado 3 veces en

Bogotá. (11 de Agosto de 1950). El Siglo, p. 11). Para la prensa liberal Velásquez buscaba cruzar

la frontera para escaparse de las autoridades colombianas.

La detención la hicieron las autoridades de Venezuela a pedido del comandante colombiano

del puesto militar fronterizo de Arauca, al tener este conocimiento de que Velásquez había

cruzado la línea que separa los dos países, con el propósito de escapar a las fuerzas regulares

de Colombia, que lo perseguían, con el objetivo de darle captura. […]. Poco después de su

captura, fue dado el aviso correspondiente al puesto militar de Arauca, cuyo comandante se

trasladó a la población venezolana para identificar al prisionero, cosa que logro

plenamente.(Trasladado ayer a Caracas el Guerrillero Eliseo Velásquez. (11 de Agosto de

1950). El Tiempo, p. 1)

32

Teniendo en cuenta estas noticias y lo que hemos indagado sobre su vida, podríamos indicar que

Eliseo Velásquez, buscaba el apoyo económico y en armas de hacendados y del gobierno

venezolano para continuar la lucha en los Llanos Orientales y de paso bajar un poco la presión

que el gobierno estaba ejerciendo sobre su comando y sobre él mismo. Lo cierto es que con la

captura de Eliseo Velásquez, otros nombres empezaron a ser conocidos a través de la prensa,

como los comandantes de la revolución de los Llanos, tal es el caso de los hermanos Bautista

especialmente Tulio, los hermanos Fonseca Galán y Parra y el desertor del ejército Dumar

Aljure.

2.2 Al calor de las armas: El conflicto armado en los Llanos Orientales

Con las primeras incursiones armadas de los guerrilleros Liberales en los Llanos Orientales a

partir de noviembre de 1949, se da inicio al enfrentamiento armado que durante 46 meses azoto

esta región del país. Este conflicto se dio en un primer momento como una reacción a los ataques

que sobre la población civil realizaban la policía privada o politizada del gobierno, los

Chulavitas. Estos grupos armados aterrorizaban a los pobladores liberales, para que estos

abandonaran sus propiedades o las vendieran rápidamente. Si no lo hacían, los pobladores

liberales y comunistas, eran desaparecidos, torturados y asesinados con tal sevicia, que en estas

acciones encontramos un paralelo con las prácticas de tortura y desaparición que implementaron

los grupos paramilitares en la década de los 80 y 90 en Colombia. Su modus operandi según un

testimonio oral era el siguiente:

33

Llegaban a una casa, y sabían que era una casa liberal entonces cogían a los niños y los

tiraban, ponían la bayoneta en el fusil y tiraban al niño hacia arriba y lo recibían en la

bayoneta, delante de todos, eso era para amedrentar a los liberales que lo llamaban en esa

época cachiporros y después lo llamaron collarejos. (Orlando Contreras1, entrevista personal,

15 de junio de 2015)

De estos hechos y otros similares se desprende el odio con el que la población civil,

especialmente liberales y comunistas veían a los chulavitas y al cuerpo oficial de la policía,

debido a los desmanes que se empezaron a notar con su llegada a los Llanos Orientales, además

de que eran una fuerza armada gubernamental que no había tenido presencia en esta región del

país.

Hasta principios del año 48 la policía era un elemento desconocido en el Llano, innecesario

porque allí la policía es el mismo llanero. Sólo estaban algunos soldados haciendo acto de

presencia en guarda de la soberanía en las fronteras y en los caminos que conducen a ellas.

(Fonseca, 1987, p.60)

Para algunos, el accionar de los Chulavitas tenía que ver más con una falta de disciplina producto

del incumplimiento por parte del gobierno que por su carácter de grupo de choque, este hecho es

subrayado por el general del ejército José Joaquín Matallana quien formo parte de este

enfrentamiento, en una entrevista dada a la académica Olga Behar (1985)

1 Nombre cambiado por protección

34

El gobierno insistía en imponer su autoridad por la fuerza, y enviaron a la policía política

“chulavita” a zonas como el Casanare. Fueron en condiciones muy precarias, apenas con un

uniforme, un fusil, cartucheras y equipo muy rudimentario. Los “chulavitas” eran gente muy

valiosa y poco disciplinada. Llegaron al Llano, a lo mejor muchos de ellos con buena

intención, y al ver que pasaban los meses y ni el sueldito les llegaba, comenzaron los

problemas con quienes los alojaban, la alimentación, con las mujeres- los atropellos se fueron

generalizando- y se fue creando en el Llano un malestar unánime contra el gobierno.(p.23)

De ser esto totalmente cierto, estos grupos se hubiesen dedicado solamente a sacar utilidad

económica de sus acciones, cuestión que está en entredicho por la sevicia y las tácticas de terror

que utilizaron en contra de la población civil Liberal y Comunista y en ocasiones conservadores

de los Llanos Orientales. Con lo señalado hasta aquí no es sorprendente la reacción de la

población civil, quien cansada de la persecución, los asesinatos, violaciones y demás vejámenes,

apoyo a los comandos guerrilleros liberales que en un primer momento se armaron para

defenderse del ataque de las fuerzas gubernamentales, especialmente de la Policía y de los

Chulavitas, debido a que se pensaba que el ejército era neutral y estaba al lado del partido

Liberal. Por ende las primeras incursiones armadas se llevaron en contra de la policía, de los

Chulavitas y de aquellos osados pobladores conservadores que los desafiaban. Así registraba el

diario oficialista los primeros ataques de los “bandoleros” liberales a poblaciones y caseríos de la

llanura.

35

Hordas salvajes provenientes de Barranca de Upía en los Llanos Orientales penetraron de

improviso el 29 de marzo a las cinco de la mañana en el corregimiento de el Engaño ultimo

caserío de Cundinamarca fronterizo con la Intendencia del Meta. […] 130 hombres armados

de fusiles y comandados por Fonseca ex – agente abrileño y por Luis Chávez, hicieron cundir

el pánico entre la población civil. […] Once muertos fue el saldo trágico de el Engaño.

(Reducido a pavezas el caserío del Engaño por horda Liberal. (10 de Abril de 1950). El Siglo,

pp. 1 – 16)

El diario el Tiempo, también exponía en sus páginas los ataques de las guerrillas Liberales, pero

con un lenguaje más “neutral” y la cantidad de tinta destinada a estas noticias era menos extensa

de la que dedicaba el Siglo, periódico oficialista. Este hecho es comprensible, debido al apoyo

que para aquella época se daba a los alzados en armas por parte de la dirigencia liberal, quien

como Eduardo Santos dueño y editor del Tiempo, no querían hacer quedar mal ante la opinión

pública a sus partidarios que, en el Llano se batían en cruentos combates con las fuerzas armadas

y de choque del gobierno de turno.

En el caserío de Monterrey, jurisdicción del municipio de Tauramena, donde existía un puesto

de guarnición perteneciente al batallón “Vargas”, recientemente creado, fueron muertos diez

miembros de las fuerzas armadas y gravemente heridos 3, por elementos civiles que atacaron

el puesto en las horas de la noche, utilizando armas de largo alcance, bombas de dinamita y

otros elementos. Los hechos ocurrieron en la madrugada del sábado pasado. Según los

informes obtenidos por uno de nuestros redactores, se sabe que el ataque al puesto de

36

vigilancia fue realizado por más de cien elementos civiles, quienes procedieron a rodear el

cuartel para iniciar luego el ataque que culmino en la forma dicha.(10 Muertos y 5 Heridos en

Choque Ocurrido en los Llanos del Casanare. (20 de Abril de 1950). El Tiempo, pp. 1 – 19)

La situación en los Llanos Orientales era entonces de guerra permanente a mediados de 1950 y

continuaría así hasta la entrega de estos insurrectos en septiembre de 1953. Para contrarrestar un

poco este fenómeno el gobierno conservador implemento una serie de medidas que buscaban

acabar rápidamente con este levantamiento armado. Una de estas medidas fue la creación de la

comisaria especial del Casanare, provincia que hasta el 27 de marzo de 1950, hacia parte del

departamento de Boyacá, pero en la cual se habían presentado serios problemas de orden

público, por ende se hacía necesario ejercer mayor control militar y administrativo sobre esta

región.2

Por otro lado se creó el 25 de marzo de 1950 el batallón Vargas con sede en Apiay, que vendría a

reforzar la presencia militar en los Llanos Orientales para hacerle frente a la guerrilla Liberal que

se estaba consolidando en los Llanos Orientales “Batallón Vargas es el nombre que llevara un

contingente de quinientos hombres destinados a los Llanos Orientales, y que tendrá su residencia

en Apiay. Su creación obedece a razones de técnica militar, según declaración oficial del

Ministro de Gobierno.” (Creado Batallón para los Llanos. (2 de Abril de 1950). Eco de Oriente,

p. 2). Estas medidas para contrarrestar a los bandoleros no fueron efectivas debido en primera

instancia al apoyo que recibían los insurrectos de los pobladores y de algunos hacendados que

2 Véase “La Rama Ejecutiva Creo Ayer la Comisaria Especial del Casanare. (28 de Marzo de 1950). El Tiempo, pp 1 -

19)”

37

aportaban el dinero y la protección suficiente para que estos “bandoleros” continuaran con sus

acciones en contra del gobierno “godo”. En segundo lugar la falta de experiencia de los efectivos

militares y policiales los hizo presa fácil de los insurgentes que conocían muy bien el terreno y

empezaban a utilizar tácticas netamente guerrilleras y por último el gobierno no contaba con los

recursos económicos, militares y administrativos necesarios para desplegar una verdadera

fuerza que exterminara de una buena vez a este foco de bandoleros.

Si nos guiamos por la concepción de Estado que nos plantea Max Weber quien nos indica que el

Estado es “un instituto político de actividad continuada, cuando y en la medida en que su cuadro

administrativo mantenga con éxito la pretensión al monopolio legítimo de la coacción física para

el mantenimiento del orden vigente.” (Gigli, sf, pp. 8-9). Podríamos decir que en los Llanos

Orientales tal monopolio legítimo de la fuerza estaba en manos de las guerrillas liberales,

quienes imponían por medio de las armas el orden que ellos creían conveniente en cada región en

que estaban presentes. Del Mismo modo y siguiendo a Weber quien dice también que el Estado

“se erige como la institución política encargada de proteger la seguridad de los individuos y

asegurar el orden público”.(Gigli, sf, p.12). Tal protección a la seguridad de los individuos era

inexistente en los Llanos y peor aún, era el Estado quien por medio de sus fuerzas de choque

atacaba a dichos individuos, generando un clima de inseguridad que deslegitimaba al Estado

como defensor de las garantías ciudadanías fundamentales. En cuanto al aseguramiento del orden

público, sobra decir que este se encontraba turbado en los Llanos Orientales a comienzo de 1950

y el Estado tardaría un par de años en poder restablecerlo. Claro está a través de medios

represivos.

38

Al despuntar el año 1951 el orden público en los Llanos no mejoraba y los ataques por parte de

los guerrilleros liberales si bien no eran constantes eran una molestia para el gobierno. Por tal

motivo era necesario tomar decisiones más fuertes para liquidar a los insurgentes. Fue así como

se reforzó el cordón sanitario que ya se había implementado por medio del decreto 2499 del 20

de julio de 1950, el cual limitaba la entrada y la salida de personas y ganado del Llano con el

pretexto de controlar una fiebre aftosa que se había esparcido, por esta región. Pero lo que se

buscaba era aislar este territorio, para en primera instancia atacar con más ímpetu a las guerrillas

y de paso córtales suministros y segundo para desviar la atención de la opinión pública,

argumentando que era un problema de salud lo que se manifestaba en los Llanos y no uno

político y militar que desafiaba el poder del gobierno. Este “cordón sanitario” surtió algún efecto

como lo señala el profesor Casas (1988):

De finales de 1950 hasta bien avanzado el primer semestre de 1951, se produce un

adormecimiento del conflicto provocado por la derrota de gran parte del movimiento

guerrillero, básicamente el sector Cusiana Arauca, debido al aumento de los puestos militares

, la escasez de provisiones y el bloque económico impuesto al Llano. (p.409)

Este adormecimiento del conflicto armado fue aprovechado por los guerrilleros para

reorganizarse y tomar un nuevo aire, debido a que habían sido abandonados por los hacendados,

quienes al ver sus intereses económicos amenazados se volvieron en contra de estos. De igual

manera la dirigencia liberal ya había empezado a retirarles su apoyo así este hubiese sido en

39

ocasiones meramente nominal, hecho que se consumaría con el pacto de paz entre partidos

suscrito entre estos el 6 de octubre de 1951. Al respecto nos dice el profesor Esquivel (2002):

La guerra civil en los Llanos se caracteriza por la participación de “facciones de guerra” al

interior de la DLN, nutridas por campesinos desesperados y apoyados por estratos medios. Ya

al final de la primera etapa, entre 1949 y 1950, en los llanos orientales era evidente que las

guerrillas campesinas obraban por cuenta propia, tomando distancia de los dirigentes del

liberalismo. El siguiente paso fue declarar bandoleros a las guerrillas llaneras. (p.73)

Con este término despectivo se refería la prensa conservadora a los comandos armados que

desafiaban el poder y más adelante los mismos dirigentes liberales adoptaron este término para

referirse a sus partidarios que se enfrentaban con armas al gobierno Conservador. ¿Pero que

debemos entender cómo bandolero? La politóloga de la Universidad Nacional Nataly Rodríguez

nos dice que:

Bandolero es una categoría social designada para aquellos que desafían de manera explícita y

continuada el orden legal haciendo uso de la violencia, pero manteniendo una estrecha

relación con la comunidad de corte tradicional en la que se desenvuelven –incluyendo algunas

veces a individuos vinculados con las instituciones-, lo cual les brinda sustento y legitimidad

para sus acciones.(p.9)

40

Basándonos en esta afirmación podríamos decir que los guerrilleros liberales de los Llanos

Orientales fueron bandoleros hasta mediados de 1951, cuando aquellos personajes de la

dirigencia liberal, los hacendados y gamonales que los habían apoyado y protegido, les dieron la

espalda y empezaron a atacarlos. Con este abandono sus acciones armadas fueron deslegitimadas

y poco a poco se convirtieron en un cuerpo armado que buscaba sus propias reivindicaciones

políticas sociales y económicas. De igual manera a los mismos alzados en armas no les gustaba

este calificativo y buscaban que se les reconociera su estado de beligerancia que a lo sumo sería

el de ser llamados guerrilleros o insurgentes o mínimo revolucionarios. “Existió, desde el

comienzo, una gran preocupación por parte de los insurgentes de quitarse de encima el estigma

de ser catalogados como bandoleros, su interés era que se les reconociera como revolucionarios.”

(Villanueva, 2013, p.190). Este estigma sería borrado por Rojas Pinilla quien los considero

guerrilleros y no bandoleros. Esto ayudó en parte a que los guerrilleros liberales de los Llanos

Orientales se adhirieran a la amnistía que decretaba el gobierno Militar.

Rojas no se dirigió a los rebeldes por sus pretendidos rangos militares, pero tampoco los

califico de simple bandoleros. Decidió entonces que se les llamaría “guerrilleros”. Aquellos

que decidieron dejar las armas y firmar una declaración de lealtad al gobierno, recibirían la

protección y perdón por sus crimines. La palabra del ejercito era todavía valida en la mayor

parte del país, excepto en el Tolima y en los Llanos Orientales. (Russell, 1981, p.219)

Queda por aclarar solamente la concepción de bandolero que tenía la gente que de alguno u otra

manera estuvo involucrada en este conflicto armado.

41

bandoleros eran tanto liberales como conservadores que asesinaban, o robaban o asediaban a

las personas entonces pues sí ,hubo grupos bandoleros, la palabra bandolero es eso, que tiene

una banda, sea de un grupo o del otro, una banda de delincuentes o una sola persona, ataca las

personas, les roba, asesina, etc. Pero las Guerrillas no se pueden poner en ese término porque

ellos fueron a defender su familia, a defender la nación, a defender los derechos de las

personas, y ellos se conformaron como frentes con su nombre propio: Guerrillas Liberales que

los llamaban más bien eran Chusmeros, pero bandoleros eran los propios Pájaros y los propios

delincuentes que venían del lado de los grupos de derecha tanto liberales como conservadores.

(Orlando Contreras, Entrevista personal, 11 de junio de 2015).

Con el cambio en la dinámica del conflicto armado a mediados de 1951 se asoma una segunda

etapa en este enfrentamiento que, tiene como punto crucial la declaración de Sogamoso y del

club Meta que son los puntos de quiebre o escisión llanera como fue denominada por Guzmán y

sus colaboradores. Las implicaciones de estas declaraciones serán analizadas más adelante.

Solamente diremos que el conflicto arrecio debido a la aparición de otros actores armados como

las guerrillas de la paz y las tácticas guerrilleras que llegaron a su máxima expresión.

Observemos como se dio este cambio en las dinámicas del conflicto.

Con la creación de la jefatura civil y militar de los Llanos Orientales el 19 de octubre de 1951, se

refuerza la seguridad en este territorio y se aplican medidas para restablecer las dinámicas

económicas que han sido obstruidas por la acción de los guerrilleros, para ello se decreta la

conformación de un plan de rehabilitación y se faculta al jefe civil que será de ahora en adelante

un militar, para gobernar sin ninguna intervención civil, sobre estos territorios que comprenden

42

la intendencia del Meta y las comisarías de Casanare, Arauca, Vichada y Vaupés3. El primero en

tomar posesión de este cargo fue el general Carlos Bejarano quien atacaría ferozmente a la

guerrilla liberal pero saldría por la puerta de atrás, cuando después de varios reveces en el

campo de lucha, sufriría la peor humillación por parte de los alzados en armas que el 12 de julio

de 1952 emboscaron a una caravana del ejercito cerca del caserío del Turpial, dónde fueron

dados de baja 96 soldados.

Tenemos que lamentar el incidente que se presentó el sábado pasado en un sitio de los Llanos

Orientales, vecino al rio Meta. Una cuadrilla de malhechores, al mando del conocido

bandolero Guadalupe Salcedo, preparo y llevo a cabo una emboscada de grandes

proporciones, en la cual dio de muerte alevosa a noventa y seis miembros del ejército

nacional, entre ellos dos tenientes. (Sobre los Sucesos del Llano habla el Ministro de Guerra.

(18 de Julio de 1952). El Tiempo, pp. 1 -9)

Pero está emboscada no fue dirigida por Guadalupe Salcedo sino por el teniente Alberto

Hoyos quien murió en el enfrentamiento junto con dos guerrilleros más. Después de esta

ofensiva la moral de las guerrillas liberales subió, y los ataques a las fuerzas armadas se hicieron

más frecuentes y certeros, hasta el punto que a comienzo de 1953 se hacía casi que imposible

derrotar militarmente a este foco insurgente.

3 Véase “Para los Llanos Orientales se creó Junta de reconstrucción. (20 de Octubre de 1951). El Tiempo, pp 1 -

19.)”

43

Con los ataques a Aguazul y las Lajas, en febrero de 1953, los insurgentes lograron que el

Ejército, no saliera de sus cuarteles. Se tenía la impresión, tanto en el interior del movimiento

como desde fuera, de que los insurgentes tenían ganada la guerra. (Villanueva, 2013, p 167).

Con la guerra casi que perdida el gobierno planeo como última opción una invasión militar

masiva a los Llanos Orientales en enero de 1953, con más 15.000 efectivos entre soldados y

guerrillas de la paz, pero fueron hábilmente repelidos por los insurgentes que valiéndose de

campos minados hicieron retroceder a los invasores.

Si hacemos un balance de la cantidad de acciones armadas que se realizaron durante este

conflicto armado, tenemos el siguiente cuadro

Tabla 2. Lugares de ataque de la guerrilla liberal, 1949-1953.

LUGARES DE ATAQUE FRECUENCIA PORCENTAJE

Arauca 17 2.2

C/marca 21 2.7

Boyacá 118 15.4

Meta 182 23.8

Casanare 426 55.8

TOTAL 764 100

Fuente: Villanueva O, (2011), p.439)

Como podemos apreciar el mayor número de ataques se llevó a cabo en la comisaria del

Casanare, la cual fue creada según vimos para controlar mejor el orden público en esta provincia

de Boyacá, lo cual no fue efectivo como se puede deducir. Unido a esto tenemos que la

comisaria de Arauca fue la que menos ataques sufrió, esto se debe a que el comando encargado

44

de hacerle frente a las fuerzas del gobierno, fue aniquilado por los militares a mediados de 1950

y también al hecho de que este territorio era utilizado más como refugio y centro de

abastecimiento por su cercanía a Venezuela que como campo de batalla. Ahora bien a los que les

gustan los análisis matemáticos podríamos añadirles que la media de ataques durante el tiempo

que duro el conflicto fue de 16.6 ataques por mes, es decir cada dos días en promedio había una

incursión armada, lo que demuestra que el conflicto armado en los Llanos orientales era de

grandes proporciones y la guerrilla tenía una capacidad de fuego que logro un gran desgaste

militar en las fuerzas gubernamentales.

Continuando con los números del conflicto tenemos que “El dato oficial sobre el número de

muertos durante la insurrección llanera entre 1948 y 1953 fue de 10.904 víctimas. Según datos,

también oficiales, los militares muertos fueron 390, 115 contraguerrilleros y 13 guerrilleros”

(Villanueva, 2013, p. 168). El número de bajas guerrilleras tuvo que ser mayor y en esta cifra

nos ayuda Eduardo Fonseca Galán (1987) quien da un número más cercano a la realidad cuando

indica que hubo un total de 53 bajas guerrilleros en combate y otros 21 en muertes accidentales.

Con todo lo anterior podemos decir que los muertos como ha sido una constante en los conflictos

armados durante el siglo XX y XXI a nivel mundial y nacional han sido puestos por la población

civil que queda en medio de los actores armados. De igual manera podemos apreciar que las

bajas de los actores armados gubernamentales superan a los de los guerrilleros en una proporción

de 1 a 10, lo cual deja de nuevo en evidencia que la guerra estaba siendo ganada por los

guerrilleros de los Llanos Orientales.

45

Queda por aclarar por qué se ha de considerar el enfrentamiento entre guerrillas liberales y

fuerzas gubernamentales como un conflicto armado. Para tal labor nos basamos en los

planteamientos del profesor Medina Gallego (2010) quien dice al respecto:

Entiendo por Conflicto Armado el conjunto de circunstancias y acciones mediante las cuales

se contrastan y confrontan en una sociedad, las distintas concepciones de la vida, el hombre,

la sociedad y la cultura, a través del uso de la violencia y el ejercicio de la guerra con el

propósito de sostener o transformar un orden social y político determinado. Desde esta

perspectiva el conflicto armado sostiene el carácter político que le da la legitimidad que

posibilita a sus actores acceder al estatus político o de beligerancia, según sea el desarrollo del

conflicto y el grado de reconocimiento y poder alcanzado por el actor insurgente. (p.92)

Partiendo de esta definición podemos decir que las guerrillas liberales de los Llanos

Orientales se enfrentaron a una concepción de sociedad traída del altiplano que era sumisa,

conservadora, católica (Barbosa, 1992), con la concepción de sociedad llanera que tenía

antecedentes revolucionarios que era liberal y poseía un pensamiento laico. En otras palabras era

el enfrentamiento entre una sociedad cerrada y una sociedad abierta4 que, por medio de las

armas buscaba subvertir ese orden establecido.

4 Este planteamiento fue elaborado por el crítico austriaco Karl Popper. Ver la sociedad abierta y sus enemigos.

Paidós 2006

46

2.3 La declaración de Sogamoso y la creación de las guerrillas de la paz

Con el cambio de dinámica en el conflicto armado entre fuerzas del gobierno y guerrillas

liberales, se hacen evidentes las diferencias que existían entre los hacendados, gamonales y

dirigentes de la dirección liberal que apoyaron a los insurgentes y éstos. Los primeros buscaban a

través de la guerra encontrar ventajas económicas, cómo es el caso del libre tránsito de ganado

que se había visto obstruido por las misiones de policía chulavita. Los gamonales querían

aglutinar poder político tras las cortinas de la revolución, debido a que si está triunfaba los

puestos administrativos quedarían a su disposición, ya que los insurgentes no tenían la suficiente

capacidad para asumir esos cargos. Los dirigentes liberales tenían en estos insurgentes su brazo

armado que eran un punto de desestabilización para el gobierno represivo o pro-fascista que se

estaba construyendo alrededor de la figura de Ospina Pérez en primera instancia y con Laureano

Gómez en su forma más acabada. “Los conservadores se amparaban en la estrategia pro-fascista

o profalangista para conservatizar todas las zonas antaño bastiones liberales, la politización del

ejército y la policía eran el mejor elemento táctico para llevar a cabo sus fines.” (Barbosa, 1988,

p.369). Tales acciones eran apoyadas abiertamente por la cúspide del poder que sentía una

simpatía por las políticas y estrategias de control de las ex -potencias del eje y la España

Franquista.

Como mencionamos en páginas anteriores la idea de los dirigentes liberales era desgastar y

deslegitimar al gobierno por medio de estos “bandoleros” para ellos por medios “democráticos”

llegar al poder. Los insurgentes en esa primera etapa como vimos se formaron bajo la tutela de

estos tres actores y obedecieron en buena parte a sus planes, y en su momento fueron un

47

movimiento netamente defensivo que buscaba proteger sus propiedades y su integridad del

ataque gubernamental representado principalmente en la policía Chulavita. Pero con el paso de

los meses los comandos guerrilleros se percataron de que su lucha podría ir más allá de los

intereses políticos y económicos de sus protectores y tornarse un enfrentamiento armado que

buscaba transformar las condiciones sociales a las que estaban sujetos precisamente por su

dependencia a las directrices liberales, a los límites económicos a los que los sometían los

hacendados y a la obediencia en cuanto a poder político que les planteaban los gamonales de

turno. De otro lado se percataron de que su poder militar había crecido de forma exponencial, su

estrategia de combate se hacía desgastante para las fuerzas del gobierno y con un poco más de

organización podrían tomarse el poder en un mediano plazo. Estos pensamientos los alejo de sus

protectores y estos últimos tomaron la decisión de distanciarse y tomar las respectivas represalias

contra estos “bandidos”. Este alejamiento o división entre protectores e insurrectos en los Llanos

Orientales fue catalogado por Guzmán y sus colaboradores como la “escisión del bloque

llanero”, para Barbosa (1992) fue una polarización de fuerzas entre hateros y peones. Para Casas

Aguilar fue una transición de la lucha bipartidista a la lucha de clases y en el caso del profesor

Villanueva fue un cambio en la dinámica de lucha que pasó de una insurrección desde arriba a

una insurrección desde abajo. Nosotros diríamos que fue una amalgama de los factores

expuestos anteriormente. Fue escisión del bloque llanero porque al romperse las tenues

relaciones de dependencia entre los tres actores protectores y los insurgentes, la dinámica de

lucha quedo dividida en dos partes en los Llanos Orientales. De un lado los protectores se aliaron

con el gobierno conservador y atacaron a sus antiguos protegidos y del otro los guerrilleros que

tuvieron que defenderse ahora de las fuerzas del gobierno reforzadas con elementos creados por

sus antiguos aliados como fue el caso de las guerrillas de la paz y grupos contraguerilleros

48

auspiciados por hacendados liberales. Fue polarización de fuerzas entre hateros y peones, por las

diferentes concepciones revolucionarias que cada uno planteaba. El primero buscaba en la

revolución beneficios económicos y los segundos querían cambiar sus condiciones laborales y en

parte de vida a través de está. También fue una transición de lucha bipartidista a la lucha de

clases por el cambio en el horizonte político tras el abandono de las elites liberales a los

insurgentes que les hace caer en cuenta que han desarrollado, aunque de manera incipiente una

conciencia de clase que se exteriorizan en la primera y segunda “ley del Llano” que se convierten

en los “manifiestos” políticos de los insurgentes y de los pobladores en contra del gobierno y de

sus explotadores más directos, los hacendados y gamonales, en esta misma línea de análisis fue

una insurrección desde abajo por las reivindicaciones democráticas populares que este

movimiento dejo entrever en sus acciones en los distintos comunicados y en la promulgación de

sus leyes del Llano que se emitieron después del abandono de las elites, de los hacendados y de

los gamonales. Añadiríamos nosotros siguiendo a Popper que fue la lucha entre una sociedad

cerrada representada en el gobierno conservador y sus nuevos aliados los antiguos protectores de

los insurgentes y una sociedad abierta en ciernes representada en los guerrilleros liberales de los

Llanos Orientales.

En lo que sí están de acuerdo los especialistas es en el hecho o hito que marco esta división de

manera definitiva. Esta fue la declaración de Sogamoso que se realizó en enero de 1951, la cual

marco la nueva dinámica de lucha que, como vimos consistió en el abandono de las guerrillas

liberales por parte de sus protectores y antiguos aliados. Unido a esto, en esta declaración se

marcó la ruta para la conformación de las guerrillas de la paz que recibieron aportes económicos

por parte de los hacendados, los gamonales y ganaderos y que tenían como objetivo derrotar a

49

los insurgentes. Pero antes de esta declaración ya se habían presentado propuestas para la

seguridad y conformación de contraguerrillas como lo demuestra un comunicado emitido en el

quinto congreso ganadero:

Que se está preparando un decreto sobre la organización de policía rural en el país y que ello

se ha estudiado en la reunión de comandantes de policía que se efectúa ahora en Bogotá dijo a

una comisión del quinto congreso ganadero el ministro de gobierno señor Domingo

Sarasty[…].a). Creación inmediata de un cuerpo seleccionado y suficiente de policía rural

para prevenir los distintos delitos contra la industria agropecuaria .b) Destinar la totalidad del

producido de la tasa adicional de un 2x 1000 al impuesto predial para la creación y

sostenimiento de la policía rural. (Se preparan las medidas sobre la seguridad en los campos.

(5 de Noviembre de 1950). El Siglo, p. 3).

Esto demuestra que ya se estaba gestando dentro de las élites medias, una alianza con el

gobierno para llevar a cabo acciones represivas en contra de los insurgentes y que podríamos

tildar de alianzas pro-paramilitares. Lo que demuestra que este fenómeno es más antiguo de lo

que podríamos imaginar.

La declaración de Sogamoso se llevó a cabo en la sede de mejoras públicas bajo la tutela del

alcalde militar de Sogamoso el capitán Correa. “El alcalde militar, que tiene al pueblo a régimen

de abaleos nocturnos, cárcel, azotes y lavados de excrementos, pasa una citación a todos los

ganaderos para que se congreguen en el recinto de la sociedad de Mejoras Publicas” (Guzmán,

50

Fals y Umaña, 2010, p.88). Veamos cómo se llevó a cabo esta reunión según el excombatiente y

jefe guerrillero Franco (1986):

El coronel Luis Castillo dirige la asamblea. Pronuncia un discurso lleno de miel y promesas

propiciando un ambiente cálido de amistad y libertad para exponer el pensamiento.[…] se

llega la hora de dejar constancia de aquella reunión. Hay que firmar un pliego <<unas

declaraciones >> dice Castillo. Que las escriba alguno. Y naturalmente, alguno las escribe.

[…] que se lea y se firme – ordena Castillo-. Quien se oponga a ello será considerado como

bandolero. […] Las puertas del recinto están guardadas por la policía. Sin embargo, hay

resistencias, reato de conciencia y furia por el engaño. No quieren firmar. Entonces saltan los

de la rosca, estilográfica en mano, estampando sus rubricas e imponiendo además, una

contribución en metálico << para retribuir a la tropa que se sacrificara haciendo la

pacificación>>. (p.208)

Como podemos inferir la declaración de Sogamoso fue una trampa que se les tendió a algunos

ganaderos que no querían colaborar de manera directa para exterminar a los “bandoleros”

Liberales de los Llanos Orientales. Se firmó bajo presión y en esta se delineó la creación de las

guerrillas de la paz que eran la tropa que se sacrificaría haciendo la pacificación. Esta tropa

estaba conformada en su mayoría por conservadores y traidores de la revolución y que como los

Chulavitas se dedicaron más a aterrorizar a la población civil que enfrentar de manera directa a

los guerrilleros liberales de los Llanos Orientales.

51

un grupo de hacendados fueron los que ya iniciaron esa parte de las Guerrillas de Paz, pero

ellos no hicieron mayor cuestión, mayor mella, porque casualmente en Corinto y en la unión

de la parte montañosa con agua azul estaban los Fonseca, estaban los Calderón, que ellos

tenían dominado ese sector, por eso ese grupo de las Guerrillas de la Paz no funciono mucho,

de pronto estuvieron casualmente influidas por los Chulavitas y por el SIC, que metió gente

dentro de las guerrillas, que fue en la guerrilla Bautista, y metió gente a formar una guerrilla

de réplica, una guerrilla civil, contra la guerrilla tradicional liberal, pero fíjense que ustedes en

la parte histórica encuentran que ellos casi no combatieron contra las Guerrillas Liberales,

(Orlando Contreras, entrevista personal, 11 de junio del 2015)

Claro está que la prensa oficialista si resaltaba su accionar en los Llanos Orientales y les

dedicaron un amplio reportaje en donde se destacaba que su conformación fue motivada por los

abusos de las guerrillas liberales y que en ningún momento habían recibido apoyo del gobierno.

Cuestión que estaba muy alejada de la realidad pero como ayer y hoy los medios de

comunicación cumplen su función de tergiversar la realidad.

[…] “Hato Corozal” es otro puesto de avanzada en el territorio llanero que se encuentra a

veinticinco minutos de vuelo de Yopal. En esta región se está operando el curioso fenómeno

de que gentes liberales de la región, cansadas de las forzadas retribuciones a que las tenían

sometidas sus correligionarios, han resuelto formar sus propias guerrillas para defender su

patrimonio, adquirido en largas horas de lucha y fatiga. A nuestro enviado especial un jefe

liberal le declaro en el Hato del Corozal: - Ya estamos cansados de tantos bandoleros por eso

52

ahora operan en los Llanos las “Guerrillas de la Paz”. Estas guerrillas están integradas por

gentes de trabajo que desean la paz y defender lo que hicieron con su propio esfuerzo.

(Aparecen en el llano las “Guerrillas de la paz”. (13 de Noviembre de 1952). El Siglo, pp.1-

10)

Este ensayo por parte del gobierno y de los hacendados sirvió como insumo para las posteriores

conformaciones de ejércitos privados o irregulares que bajo el amparo del Estado han azotada las

zonas rurales y urbanas de nuestro territorio nacional. Este experimento fue recogido por el

coronel Gustavo Sierra Ochoa quien en 1954 escribió el primer manual anti-insurgente que

podría ser interpretado a la luz de los hechos como la primera cartilla para la conformación de

grupos paramilitares. “Los esfuerzos para combatir las guerrillas del bandolerismo con los

efectivos de tropas regulares únicamente, resultaban infructuosos. Estos esfuerzos demandaban

un número considerable de tropas y esta necesidad resultaba difícil resolverla con ejército regular

únicamente.”(Sierra, 1954, p.32). En consonancia con esta propuesta el coronel Sierra daba

algunas tácticas que serían infalibles a la hora de debilitar a los insurgentes y que años después

serían tomadas por los grupos paramilitares casi que al pie de la letra.

Es conveniente el uso de prisioneros como seguridad en estos puntos, para que marchen

delante de las patrullas amarrados o en forma que queden seguros. […]. Después de una

emboscada del Ejército se debe proceder a la captura de moradores de la región, adelantar

interrogatorios y tomar las represalias que sean del caso. (Sierra, 1954, p.72).

53

Dentro de este contexto se emite la declaración del club Meta y otras menores que fueron el

resultado de las presiones del gobierno y sus aliados que influyeron de manera decisiva en el

curso del enfrentamiento. En primera instancia con estas declaraciones se dio a entender a la

opinión pública que todos los habitantes del Llano estaban en contra del accionar de la guerrilla

liberal de los Llanos Orientales. Lo cual en buena medida les resto apoyo a este movimiento

insurgente. Como segundo punto a destacar estas declaraciones motivaron la creación de grupos

de civiles armados por el Estado que, con su accionar en contra de la población civil, diezmo un

poco la fuente de recursos para el sostenimiento de las guerrillas Liberales. En tercer lugar y

como hicimos notar represento el rompimiento “formal” entre las elites y los insurgentes que se

vieron abandonados y decidieron cambiar su horizonte de lucha para transformar sus

condiciones de vida de trabajo y de representación política que con la llegada de Rojas Pinilla al

poder parecían estar al alcance de todos los habitantes del Llano. Y por último generaron un

clima de hostilidad y persecución que en parte conllevo a que las guerrillas liberales cambiaran

sus tácticas de guerra, hecho que las fortaleció e hizo ver al gobierno incapaz de derrotar

militarmente a la insurgencia.

2.4 Negociando en medio del atardecer

Como casi en todo conflicto armado que se respete hubo intentos de acercamiento en busca de la

paz. En el caso específico de la guerrilla liberal de los Llanos Orientales, estaríamos hablando de

las primeras negociaciones que un gobierno efectuaría con grupos insurgentes. Tal situación hace

imprescindible comparar estas negociaciones con las que les precedieron, cuestión de las que nos

54

ocuparemos detenidamente en el último capítulo. Por ahora nos adentraremos en las dos

negociaciones que se llevaron a cabo con las guerrillas liberales en medio del conflicto.

El primer intento de negociación se llevó a cabo entre julio y agosto de 1951 entre el

comando de los Bautista y el dirigente conservador Gnecco Mozo quien aprovecho la tregua que

por esos días se había pactado entre insurgentes y gobierno para sacar ganado del Llano, para

viajar a este territorio y establecer contactos con los principales cabecillas guerrilleros, para oír

sus demandas y plantearles alternativas que los convencieran de dejar sus armas. Se reunió con el

comando de los Bautista principalmente y se firmó un acta de compromiso que se puede resumir

en los siguientes puntos. 1. Creación de un comando de pacificación para plantear demandas al

gobierno y proteger los intereses de los Llaneros, para tal tarea se designó a Gnecco Mozo como

jefe de este comando. 2. Constitución del Llano como una circunscripción electoral

independiente y retiro de las fuerzas armadas del territorio llanero. 3. Expedición de un decreto

de amnistía, de salvoconductos e indemnización de víctimas del conflicto. 4. Cese al fuego de

cuarenta días a expensas del cumplimiento de lo pactado en esta acta. 5. Garantías civiles y

democráticas para los ciudadanos del Llano. Estos puntos fueron tomados como una propuesta

de gobierno paralelo, lo que era intolerable para el gobierno central. Está acta quedo como un

testigo mudo de los primeros intentos de paz con el gobierno y no se hicieron públicos hasta casi

un año después cuando bajo el gobierno encargado de Urdaneta Arbeláez se dio a conocer los

pormenores de esta reunión en el periódico el Tiempo. El doctor Gnecco Mozo fue tildado de

aliado de las guerrillas liberales, al aceptar el cargo de jefe del comando de pacificación y

termino preso en Villavicencio.

55

Desde el 28 de Julio anduvo Gnecco Mozo […] con la autorización del Ministro de Gobierno

Urdaneta Arbeláez, viajo a “conversar” con la guerrilla. Durante su visita hubo una relativa

tregua, pero tan pronto se firmó el acta del 19 de agosto y se desplazó a Villavicencio, donde

fue retenido por el ejército, se desató una de las más violentas operaciones contra la población

llanera, negando de hecho cualquier petición o pretensión de acuerdo. El acta de la

conferencia sólo se conoció públicamente hasta el 19 de abril de 1952, ocho meses después.

(Barbosa, 1992, p.125-126)

El segundo acercamiento entre los guerrilleros liberales de los Llanos Orientales se dio

cuando en diciembre de 1951 fue comisionado el expresidente y dirigente liberal Alfonso López

como negociador. Éste fue delegado por el presidente encargado Roberto Urdaneta Arbeláez

quien al tomar el poder en octubre de 1951, cambio un poco la política de gobierno e intento

buscar una salida política al conflicto armado en los Llanos Orientales. López realizó dos

reuniones con los comandos de las guerilleas liberales especialmente con Eduardo Franco Isaza

una el 20 de diciembre de 1951 y otra en febrero de 1952. El primer encuentro se llevó a cabo en

el hato la Alcalá el 20 de Diciembre de 1951 y en ella se consideraron algunos puntos a tener en

cuenta para la entrega de armas de los insurgentes como lo evidencian los hermanos Fonseca

Galán

Vueltos a la mesa de reunión hablé claramente al doctor López sobre nuestras pretensiones:

garantías para los liberales conforme lo ordena la Constitución y las Leyes; amnistía e indulto;

reconstrucción de las zonas de violencia; volver a la aplicación total de las normas

constitucionales y nombrar para el Llano un mandatario marginado en lo posible de las

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contiendas electorales, pero de filiación liberal y nosotros entregaríamos las armas y nos

reintegraríamos a la vida civil. (Fonseca, 1987, pp. 117-118).

Las reacciones ante esta reunión no se hicieron esperar y el primero en atacar fue el diario el

Siglo, quien deslegitimo tal encuentro entre el dirigente liberal y los bandoleros. “El viaje que

realizo el expresidente Alfonso López a los Llanos Orientales para conferenciar en compañía de

algunos militares, con los jefes de los bandoleros liberales de esa región del país, no dio ningún

resultado concreto” Sin resultados el viaje de López a los Llanos? (29 de Diciembre de 1951). El

Siglo, pp. 1- 9). Por su parte el diario el Tiempo aclaraba que era solamente un acercamiento no

un proceso de paz que llevara a cabo el doctor Alfonso López.

El expresidente no llevaba bases de ninguna especie dadas por el gobierno, ni los guerrilleros

tenia puntos de vista preconcebidos sobre la materia. El Doctor López no fue a celebrar

acuerdos con los guerrilleros ni a firmar pactos con ellos. El viaje fue, como le acabo de decir,

una exploración, un contacto, para buscarle solución a un problema complejo y difícil. (La

visita del Dr López a los Llanos relatada por un Testigo de la Primera reunión de paz. (30 de

Diciembre de 1951). El Tiempo, pp. 1-9).

El 10 de febrero de 1952 se realizó otra reunión en el Hato la Victoria en donde se dio por

concluidas las conversaciones de paz por parte de Alfonso López. Fruto de estas conversaciones

el dirigente Liberal emitió una carta abierta al presidente Urdaneta que se publicó en el diario el

tiempo el 19 de abril de 1952 (en la misma edición aparecen los pormenores de la misión de paz

57

del doctor conservador Gnecco Mozo) donde se exponen los resultados de sus reuniones con los

comandantes guerrilleros y las exigencias que planteaban para deponer las armas.

Es prudente advertir que estas negociaciones no llevaron a nada en concreto salvo que las

guerrillas liberales a través de sus peticiones reflejaban poca capacidad de negociación y

preparación política y que fueron una pausa o un artilugio que el gobierno utilizo para

dictaminar el estado en que se encontraban las guerrillas liberales para poner en marcha un plan

de ocupación militar. Por el lado de los insurgentes fue una forma de hacerse notar ante la

opinión pública del todo el país y decirles que no eran simples bandoleros, eran un movimiento

armado que podía exigir al gobierno pautas para deponer sus armas, eran una amenaza para el

poder. En pocas palabras el gobierno no tenía voluntad de paz y los insurgentes no supieron

negociar.

Todo parece indicar que la paz, reclamada de manera general junto con el ejercicio irrestricto

de la democracia y la libertad, y discutido entre Gnecco Mozo, López Pumarejo , como

emisarios de los dos partidos, y los comandos guerrilleros, no fue más que un artificio para

montar el más grande operativo militar contra la población llanera. (Barbosa, 1992, p.130)

Pero ¿se pueden considerar estas negociaciones dentro del marco de un proceso de paz? Para

despejar este interrogante nos remitiremos al académico Mauricio García (1992) quién indica

que:

58

La paz es un objetivo que se debe llegar construyendo en la sociedad las condiciones y los

espacios necesarios para que sea posible solucionar de forma negociada los normales

conflictos de forma tal que todos los sectores sociales tengan garantizado un derecho a una

vida digna y justa. No podemos olvidar que la paz no es un fenómeno estático, sino un

proceso, una dinámica que puede irse ampliando en sus contenidos y exigencias en la medida

que avanzan los procesos de desarrollo de las distintas sociedades. (p.28)

Teniendo en cuenta estos parámetros diríamos que estas negociaciones podrían catalogarse como

proceso de paz debido a que los guerrilleros plantearon a su manera reivindicaciones que

apuntaban a restablecer las condiciones para el desarrollo de una vida digna y justa a la vez que

esbozaban las condiciones y los espacios necesarios para acabar con el conflicto armado. Por su

parte el gobierno no entró en esa dinámica de paz debido a que no creo las condiciones iniciales

para un fructífero diálogo con los guerrilleros toda vez que ataco de manera frontal los puntos

que los alzados en armas planteaban para su entrega y no garantizó las condiciones ni los

espacios necesarios para entrar en un verdadero diálogo.

Más adelante y con la caída del gobierno de Laureano Gómez producto del golpe de Estado dado

por el general Gustavo Rojas Pinilla el 13 de junio de 1953, se abre otro capítulo en la etapa de

negociaciones con las guerrillas liberales de los Llanos Orientales. Estas negociaciones se

realizarían rápidamente y conllevarían a la dejación de armas de la mayoría de los comandos de

guerrilleros que operaban en los Llanos Orientales. De esta entrega y sus repercusiones en los

siguientes procesos de paz nos ocuparemos en el siguiente capítulo.

59

3. Las negociaciones del Llano y sus repercusiones en los diferentes procesos

de paz.

La entrega de las guerrillas liberales de los Llanos Orientales al general Rojas Pinilla a partir del

segundo semestre de 1953, abre un nuevo capítulo en la historia de las negociaciones y procesos

de paz en Colombia. Con la firma de la carta o acta de Monterrey y las posteriores

desmovilizaciones, los insurgentes dan por terminado el conflicto armado que se vivió con

intensidad en los Llanos Orientales por un espacio de casi cuatro años. Sin más garantías que la

palabra y promesas de paz del general Rojas Pinilla, los insurgentes retornan a la vida civil y

esperan con ansias los grandes cambios políticos, sociales y económicos que el nuevo gobierno

contempla en el plan de rehabilitación y en la amnistía. Pero sus esperanzas se vienen abajo al

poco tiempo, al constatar que el plan de rehabilitación no genera los cambios esperados y la

amnistía no cumple con las expectativas de los excombatientes del Llano. Unido a esto la

persecución y asesinato de antiguos guerrilleros por parte de organismos para estatales como

pájaros, DAS Rural y agentes del gobierno, dan a entender a los desmovilizados que la paz en

los Llanos está lejos de llevarse a cabo. Esta situación lleva a algunos excombatientes a retomar

la lucha como es el caso de Dumar Aljure y Rosendo Colmenares, quienes buscarán de nuevo en

las armas, la participación política y la inclusión económica y social que tanto anhelaban. Si

comparamos estas negociaciones con los diferentes procesos de paz que se han llevado a cabo en

Colombia, tendremos a grosso modo que el incumplimiento de los puntos tratados sobre la mesa

de diálogo han sido una constante, de igual forma la persecución y asesinato selectivo de los

desmovilizados ha sido una táctica que han implementado los diversos gobiernos que

valiéndose de organismo paraestatales aniquilan las esperanzas de un debido posconflicto. En

últimas, los gobiernos y el Estado han demostrado a través de la historia que en la mayoría de los

60

casos las promesas de paz no van más allá de la mesa de diálogo y que ese término tan de moda

en las últimos años, posconflicto, no se materializará sin un cambio importante en la estructura

económica, en las políticas sociales y en una adecuada participación de la ciudadanía en lo que

algunos han denominado “la democracia más antigua de América Latina”.

3.1 El ascenso del gobierno militar y la muerte de un ideólogo

Una vez la clase dirigente reconoce que ha perdido el control de buena parte del país debido a la

poca eficiencia de los Chulavitas, las guerrillas de paz y en especial de la policía, conservadores

y liberales deciden por medio de un pacto frenar el impulso revolucionario, acudiendo para ello a

la ayuda de las Fuerzas Armadas representadas por el general Gustavo Rojas Pinilla. La élite

sabía perfectamente que sí la pacificación venía de un gobierno militar, neutral entre los partidos,

los guerrilleros percibirían con buenos ojos el acuerdo y entregarían sus armas con mayor

facilidad.

En no poca medida contribuyó al proceso de paz el entusiasmo y buen ánimo que produjo

la llegada de Rojas al poder. El receso de la Política (o de la politiquería, como decían

quienes le escribían a Rojas) también puso su cuota. En esta dirección, la no presencia en

el país de los altos jerarcas del liberalismo ayudó a dimensionar el ambiente. (Ayala,

2003, p.160)

61

Fue así cómo, el 13 de junio de 1953 hacia las 10 de la noche, el general Gustavo Rojas Pinilla

asume el poder con la célebre frase: “No más sangre, no más depredaciones en nombre de

ningún partido político, paz, justicia y libertad”. Su objetivo era conseguir la pacificación del

país, terminando con la violencia bipartidista y la lucha de clases encarnada en el conflicto con

las guerrillas liberales. Para lograr dicha pacificación propuso conceder indultos y amnistías a los

combatientes guerrilleros y fomentar una reconstrucción social y económica de las zonas

afectadas por la violencia.

Una de las primeras medidas que adoptó el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla,

después del golpe de Estado el 13 de junio de 1953 que lo llevó al poder, fue aceptar la

propuesta de cese al fuego hecha por las guerrillas liberales del llano y proponer una

amnistía para todos los que entregaran las armas. Pero el primer decreto de amnistía, el

2184 del 21 de agosto de 1953, fue para resolver la situación de militares que habían sido

juzgados en consejos de guerra y condenados por el intento de golpe a López Pumarejo en

1944. (González, 2013, p.1)

Con Rojas Pinilla en el poder, los comandantes guerrilleros ven en el ejército un aliado, un poder

legítimo y un benefactor que había derrocado el anterior orden y que prometía con su lema,

alcanzar los ideales por los cuales ellos tanto habían luchado. Esta entrega casi incondicional,

como lo afirma Villanueva (2013), fue el resultado de la falta de representantes capacitados

ideológicamente dentro de la guerrilla, que defendieran sus intereses y asumieran lo que Rojas

Pinilla prometía desde una postura más crítica y propositiva.

62

A finales de 1952 llega a los Llanos y se une al movimiento el intelectual gaitanista José Alviar

Restrepo, quién plantea a los líderes de la insurgencia, impulsar la construcción de una

ideologíay una hoja de ruta política, acorde con la perspectiva de lucha que estaban

desarrollando, logrando a través de sus ideas políticas, influir en Guadalupe Salcedo y en su

comando, consiguiendo varias veces persuadir a la comandancia guerrillera de no entregar las

armas por la falta de garantías del gobierno y por considerar tal acción una traición al partido

Liberal. Pero ¿Qué motivo a este intelectual nacido en Medellín el 1de junio de 1913, abogado

de profesión, a unirse a la lucha guerrillera que se estaba gestando en los Llanos orientales?

Muchos acontecimientos confluyen en la decisión de José de incorporarse a la lucha

guerrillera; la muerte de su amigo Gaitán por ejemplo; los debates políticos con

miembros del partido liberal y sus contertulios; la tragedia que vivía la gran mayoría del

pueblo colombiano sin solución a la vista y la ya evidente persecución que los miembros

de la inteligencia militar habían iniciado contra José y sus amigos. (Corporación colectivo

de Abogados José Alvear Restrepo, 2000, p.19)

El10 de junio de 1953, días antes del ascenso de Rojas Pinilla al poder, el Abogado José Alviar

Restrepo impulsa la realización de un congreso guerrillero donde se promovería la unificación de

todos los frentes y que daría como resultado la segunda ley del llano

63

Esta ley puso de manifiesto la culminación del ambiguo y tortuoso proceso de

politización de los insurgentes llaneros. Expresaba un sentir y un pensamiento popular y,

en apariencia, la ruptura de la dependencia ideológica del oficialismo liberal. (Villanueva,

2014, p. 323)

Con lo que Alviar y los jefes guerrilleros no contaban el día en que la ley fue promulgada, era

con que el gobierno al que combatían había sido derrocado, lo cual impidió que la “segunda ley

del Llano” entrara en rigor. Días después los comandos guerrilleros comenzaron la entrega por

separado, acto al que se opuso el doctor Alviar, acusando al gobierno militar de traidor e

ilegitimo. En este punto máximo de lucha, el intelectual lograba reconocerlas verdaderas

intenciones de la pacificación, las cuales consistían básicamente en acabar la confrontación

armada y facilitar el exterminio de la comandancia guerrillera una vez dejara las armas, cosa que

efectivamente sucedió.

Alviar Restrepo decidió buscar a Guadalupe y sus hombres, que se hallaban en

Monterrey. Una vez allí, todos decidieron reunirse en El Iguaro y debatir si entregaban las

armas o no, y en qué condiciones firmaban la paz << el doctor sostiene que las armas no

se deben entregar porque sería una traición al Partido Liberal, pues era seguro que los

godos no cumplirían ningún pacto como ya estaba probado y menos estando Lucio Pabón

Núñez, exministro de Guerra de por medio>>. Esta fue la sentencia de muerte para Alviar

Restrepo. (Villanueva, 2014, p.422)

64

El 19 de agosto de 1953 es traicionado y muere ahogado en el rio Meta, José Alviar Restrepo, el

que hasta entonces había sido la única persona vinculada al movimiento que se había

comprometido con la construcción de una ideología. No cabe duda que, cuando el gobierno y

algunos líderes guerrilleros vieron en él un fuerte opositor de la pacificación y el único capaz de

lograr que la guerrilla decidiera no aceptar la amnistía propuesta, decidieron eliminarlo.

Días después, el 03 de septiembre de 1953, las guerrillas Liberales de los Llanos Orientales

presentan al gobierno un pliego de peticiones sobre el cual los comandos guerrilleros pretendían

negociar y bajo los cuales se comprometieron a entregar las armas. Dicho pliego contenía los

siguientes puntos:

1. Apertura de las vías que comunican a los Llanos Orientales.

2. Que se dicte una ley de amnistía para todos los revolucionarios y comprometidos en

el movimiento nacional

3. Que se resuelva el problema económico de las tropas revolucionarias que actuaron en

los Llanos, y de las deudas que de una u otra forma ha adquirido la revolución con el

pueblo civil.

4. Que se nos reconozca oficialmente el título de revolucionarios.

5. Que se indemnice a todos los habitantes de los Llanos que en una u otra forma hayan

quedado en la miseria debido a la violencia.

6. Purificación de las Fuerzas Armadas del Ejército.

7. Regreso de todos los militares que fueron retirados de las filas por pasiones

meramente sectarias.

8. Desarme total de las guerrillas contrarrevolucionarias.

9. Que se nos expida salvoconducto para el porte de armas de corto alcance.

10. Que el gobierno compre sus ganados para el sostenimiento de sus tropas.

65

11. Que se envíen médicos, enfermeras y Cruz Roja con suficientes drogas, con el fin de

auxiliar a todos los habitantes del Llano.

12. Retiro de los puestos militares que no presten ningún servicio a la región.

13. Libertad incondicional a todos los presos políticos que se encuentran en las cárceles

de todo el país.

14. Que los exiliados que se encuentran en las distintas poblaciones de la Repú blica,

sean llevados a sus respectivos pueblos.

15. Expropiación y devolución de bienes, tierras, etc., que aprovechando la situación de

violencia, se adquirieron por la fuerza, a bajos precios.

16. Que se resuelva la situación de los oficiales, suboficiales y soldados que estando en

servicio activo, pasaron a tomar parte en el movimiento revolucionario por no

manchar la institución armada de la República y siguen fieles y leales a nuestra patria.

17. Definir la situación jurídica de los miembros del Ejército y la Policía que, estando en

servicio activo, fueron obligados a pasar a nuestro movimiento como prisioneros de

guerra.

18. Que el gobierno dé plenas garantías para levantar los restos de los compañeros caídos

y que actualmente reposan en algunos puestos militares sin ninguna consideración y

respeto.

19. Que los anteriores puntos, una vez aceptados por el gobierno nacional, se les de

publicidad, mediante un acta que será levantada con intervención de las figuras más

ilustres de nuestro país y de otras naciones.

20. Que se declare un día cívico por medio de un decreto firmado por el señor Presidente

de la República, como homenaje a los mártires caídos en el movimiento.

21. Libertad de prensa hablada y escrita.

22. El acta irá firmada por todos los comandantes de tropas y guerrillas y soldados

representantes de las tropas y de la población civil.

23. Colaboración del gobierno para capturar a cuatreros que amparados bajo la

revolución, están robando. (Llevarlos a puestos militares).

24. Libre movimiento de las tropas revolucionarias y del personal civil, mientras se está

en estas negociaciones.

(Villanueva, 2014, p. 410-412)

66

Estas peticiones finalmente no fueron contempladas dentro de la pacificación, ya que como

veremos más adelante el gobierno, a través de distintas artimañas, logro negociar la entrega con

apenas dos puntos, los cuales fueron impuestos sin previa negociación.

Es así como se da inicio al proceso de entrega de armas y de reincorporación a la vida civil de

cientos de guerrilleros, facilitada principalmente por el asesinato del ideólogo José Alviar

Restrepo y por el aislamiento al que fueron sometidos a través de engaños aquellos comandantes

que no estaban de acuerdo con la entrega, como es el caso de Eduardo Franco Isaza, Rafael

Sandoval y Rosendo Colmenares, en lo que se denominó, “la encerrona de Monterrey”, ya que

fue allí donde 31 comandantes guerrilleros fueron desarmados bajo la promesa de cesar todo tipo

de persecución contra ellos y los combatientes a su mando y de gozar de libertad una vez

entregaran sus armas. Como lo afirma Villanueva (2013), el engaño estaba consumado y se

materializó con la firma de gran parte de los comandantes guerrilleros en una carta dirigida al

presidente de la República el 08 de septiembre de 1953, en donde se aseguraba la entrega. En

esta carta se estipulaban los siguientes acuerdos: por una parte, la entrega total de armas y de

todo elemento bélico en su poder al ejército, y por otra, la protección y ayuda a los guerrilleros

amnistiados para su reintegro a sus antiguas labores agrícolas y ganaderas.

Las operaciones de entrega de cerca de 7 mil hombres en el curso de dos semanas se

cumplieron con precisión absoluta, tal como se pactó en el puesto atrincherado de

Monterrey entre el general ADB y los guerrilleros Guadalupe Salcedo, Dumar Aljure,

Jorge Enrique González Olmos y Humberto Paredes en la carta suscrita por estos y

enviada al presidente Rojas Pinilla. Desde el comienzo la confianza fue mutua: para los

67

alzados en armas las palabras del general fueron la más segura garantía de la paz y este, a

su vez, tuvo la convicción de que la palabra de los llaneros no se empeñaba en vano. Los

acuerdos de Monterrey se ejecutaron, sin la menor vacilación. […] El objetivo del

gobierno, secundado por los ex – guerrilleros, incide en la real nacionalización de los

Llanos orientales. (28 de Septiembre de 1953. Semana pp. 7-9)

Como podemos ver, esta artimaña del Estado logró apaciguar la lucha revolucionaria y

contemplo bajo dos puntos muy generales y ambiguos una entrega que logro acabar con los

ideales que los habían acompañado desde sus inicios. Este encuentro fue descrito en la prensa

nacional como el gran triunfo del gobierno de turno y como una reunión de mutuo acuerdo donde

los comandantes guerrilleros deciden sin presión alguna reincorporarse a la vida civil.

3.2 La entrega pacífica de los comandos guerrilleros

Con los militares en el poder y el camino libre de opositores, comienza la entrega paulatina de

cientos de guerrilleros, que junto a sus comandantes, entregan incondicionalmente sus armas a

cambio de algunos beneficios que el gobierno prometió. Las esperanzas de cambio estaban en el

aire; los diarios locales y nacionales cubrían continuamente las desmovilizaciones que se iban

presentando en todo el territorio nacional, informando con beneplácito como el gobierno del

general Rojas Pinilla había conseguido la paz y la forma eficaz y rápida en que se venía dando el

proceso.

68

El día9 de septiembre de 1953, se da inicio a la entrega escalonada de las guerrillas liberales. La

mayor parte de comandantes guerrilleros se acogen a las promesas hechas por el gobierno militar

y entregan sus armas. El primer comando en entregarse es el de los Fonseca, el9de septiembre

en Tauramena, tras la negociación sostenida con el gobierno y en la que acordaron el pleno goce

de los derechos constitucionales para todos los desmovilizados, el retorno de los exiliados, la

libertad de los presos políticos, el compromiso del gobierno para dictar un decreto de amnistía e

indulto y de destinar suficientes recursos para la reconstrucción de las zonas afectadas por la

violencia.

El comando General de las fuerzas armadas informa: El jefe de guerrilleros de los Llanos

Orientales, Eduardo Fonseca Galán, que operaba en las regiones de Casanare y Upia

tomo contacto con el comando general de las fuerzas armadas con el fin de deponer las

armas, presentar todo su personal subalterno y conocer las normas de entrega. Una vez

conocidas estas manifestó su conformidad. Se fijó la fecha del 9 de septiembre en el

sitio denominado Tauramena. Siendo las 10:30 horas Eduardo Franco Galán presento

315 guerrilleros con su armamento correspondiente. […] un poco más tarde se presentó

Carlos Roa con el mismo fin, entregando 285 hombres con su armamento respectivo. (Se

entregaron 600 bandoleros en los Llanos (12 de Septiembre de 1953). El Siglo pp. 1- 11)

Alrededor de dos meses duró el proceso de desmovilización de los guerrilleros, el cual era

llevado a cabo mediante actas de compromiso entre los comandantes guerrilleros y los

comandantes de las brigadas del ejército encargados de los diálogos.

69

Tabla 3. Entrega de comandos guerrilleros, 1953

N° Comando Sitio No.

hombres

Armas

Fecha

1 Hermanos Fonseca

Galán (Eulogio,

Jorge y Eduardo)

Carlos Roa

Tauramena 600 3 Fusiles

1 FA

Munición

09/09/1953

2 Guadalupe Salcedo

Marco A. Torres

Carlos Perdomo

Las Delicias 1.124 217 Fusiles

7 FA

7 Piezas

artillería

5 Carabinas

12/09/1953

3 Dumar Aljure

Vitelio Castrillón

Plinio Murillo

Cantaclaro,

San Martín

570 51 Mausser 7m

12 Revolveres

6 Mausser

4 Escopetas

3 Grases

1 FA

1 Pistola

13/09/1953

4 Benito Gutiérrez

“Guerrilleros de

Paz”

Cantaclaro,

San Martín

200 n.d 13/09/1953

5 Hermanos Calderón

(Belisario, Plutarco

y Rafael)

Cupiagua 430 22 Fusiles

Munición

14/09/1953

6 Jorge Gonzales

Olmos

Jesús Feliciano

Humberto Paredes

Laurentino

Monterrey

1.900

120 Fusiles

2 FA

1 Mortero

15/09/1953

70

Rodríguez

Luis Torres

Campo Elías Ruiz

Rolfe Ramírez

7 Hermanos Chaparro Tame 250 46 Fusiles

3 FA

16/09/1953

8 Maximiliano Ortega

Aureliano Gualteros

Orocué 151 14 Fusiles

Munición

20/09/1953

9 Berardo Giraldo

Víctor Agudelo

Luis Eduardo Arenas

Nunchía

1.450

479

(mujeres)

22 Fusiles

40 Carabinas

1 FA

21/09/1953

10 Álvaro Parra Cumaral 120 52 Fusiles

1 FA

24/09/1953

11 Holmen Ramírez Cupiaga 1.000 22 Fusiles 14/09/1953

Fuente (Villanueva, 2013, p. 197-198) citado en Barbosa 1992, p 170-171

El proceso de entrega de las guerrillas se dio con la mayor celeridad y los diarios locales y

nacionales informaban casi a diario la entrega de cada comando guerrillero, como en el caso de

la entrega de Guadalupe Salcedo el 12 de septiembre de 1953.

Guadalupe Salcedo con 375 hombres, 180 fusiles y una gran cantidad de pertrechos se

entregó ante los altos oficiales del ejército nacional en el puesto militar de “Las Delicias”

[…] Salcedo dijo que sus hombres se hallaban diezmados por enfermedades epidémicas,

la carencia de drogas, ropa y sal. Oficialmente informaron los jefes militares que han

quedado acordadas las entregas de los grupos armados que se hallaban bajo la dirección

71

de los hermanos Fonseca en Tauramena Dumar Aljure y San Martin.(Se entregó

Guadalupe Salcedo (14 de Septiembre de 1953). El Siglo p.1)

Ante Duarte Blum, general encargado, Dumar Aljure, Vitelio Castrillón y Plinio Murillo

efectúan su entrega el 13 de septiembre a las 2:05 de la tarde en la hacienda Cantaclaro de San

Martín, Meta; 570 hombres entregaron sus armas y el ejército les otorgo el salvoconducto

pactado entre el gobierno y Eduardo Fonseca días antes y que sirvió como garantía para la

entrega posterior de los guerrilleros.

[…]Fonseca converso a espacio con los miembros del comité de enlace de los Llanos y

regreso después de haber dejado puntualizadas las propuestas de los guerrilleros, que se

sintetizaron en una sola después de haber obtenido la certeza de que las fuerzas militares

procedían de buena fe: las de que a cada uno de los guerrilleros que se entregaran les

fuera entregado un salvoconducto donde constara que quedaban en libertad para trabajar,

con ayuda efectiva de las fuerzas militares para hacer su conversión a la vida civil. (Con

la entrega de los Fonseca comienza la pacificación. (12 de Septiembre de 1953) El

Tiempo, pp. 1- 21.)

En estas entregas también se presentan ante el general, Benito Gutiérrez, comandante de las

“guerrillas de paz” y 200 de sus hombres, una entrega conjunta en la que el comandante de las

72

guerrillas liberales Dumar Aljure y Benito Gutiérrez estrecharon sus manos como símbolo del

perdón y olvido.

También se entregaron las “Guerrillas de paz” armados por el señor Andrade cuando

ocupaba el ministerio de gobierno, y que fueron integrados por elementos civiles para

colaborar en la lucha contra los guerrilleros del Llano. Esta guerrilla estaba al mando de

Benito Gutiérrez. (A Fines de la Semana Quedará Pacificado totalmente el Llano. (14 de

Septiembre de 1953). El Tiempo, pp. 1- 9).

El 14 de septiembre se entregan los hermanos Calderón, integrantes del comando de Guadalupe

Salcedo, en Capiagua con 430 hombres, creían en las garantías de la pacificación y apoyaban el

programa de gobierno del general Gustavo Rojas para lograr una nueva República con paz y

libertad. Maximiliano Ortega y Aureliano Gualteros hacen lo propio el 20 de septiembre de

1953, en Orocué, Meta.

[…]. Después se procedió a recibir el armamento de la guerrilla que comandaba

Aureliano Gualteros y Maximiliano Ortega, integrada por ochenta y un hombres armados

y un poco más de cien civiles. También se presentaron las “guerrillas de la paz”

formadas en este sector en número de 110. (Para la recuperación del Llano se anunció un

plan de cinco millones. (21 de Septiembre de 1953). El tiempo, p. 1)

73

Continuando con la entrega escalonada de guerrilleros, el 21 de septiembre se presentan ante

las Fuerzas Militares los grupos de Benito Giraldo, Víctor Agudelo y Luis Eduardo Arenas.

Como lo menciona Villanueva (2014), con este acto quedaron selladas las entregas de las

guerrillas liberales de los Llanos Orientales.

Existen varios motivos para explicar el porqué de la rápida entrega de las guerrillas liberales, el

primero sin duda es el de la confianza que sentían hacia el gobierno militar y sus promesas de

pacificación y amnistía, y el segundo, la escases de armas y municiones, medicamentos,

vestuario y el hambre misma por el que atravesaba la región; situación que se ve reflejada con la

entrega a gran escala de la mayor parte de guerrilleros. Una vez terminado este proceso de

reinserción a la vida civil, las Fuerzas Armadas toman control de todos los sitios donde se

produjeron las entregas y comienzan una persecución a sangre y fuego tanto de aquellos que

habían decidido entregar sus armas como de los que no, una traición que no esperaba la

insurgencia llanera y que sin duda marcaría el fin de la primera manifestación de lucha social en

Colombia.

3.3. Una traición anunciada

Para el gobierno la lucha estaba ganada, después de la pacificación y la entrega de unos 3.500

guerrilleros en el sentido estricto de la palabra y unos 7.000 contando la población civil, el país

creyó por terminada una etapa, lo que no esperaban es que poco después comenzaría una

persecución que terminaría por desaparecer a la mayoría de excombatientes que ahora

transitaban por el país, así como a quienes habían decidido permanecer en la insurgencia. Una

74

traición anunciada por aquellos que ya habían sufrido el engaño del Estado y que no fue

escuchada por los comandantes guerrilleros que aceptaron la pacificación.

Terminado el proceso de entrega, los excombatientes deciden retornar a sus tierras y es ahí

cuando el Estado da inicio a una persecución en contra de estos, especialmente contra los jefes

guerrilleros, quienes cayeron víctimas incluso durante el proceso mismo de negociación, como

en el caso de la muerte de Alviar Restrepo en Puerto López, el asesinato de Guadalupe Salcedo

en 1957, y el exilio de Eduardo Franco a Venezuela. Estos hechos llevan a que poco a poco

comience a crecer en el país la desconfianza y el descontento general, debido entre otras cosas a

las promesas sin cumplir del gobierno, causando finalmente que emergieran nuevos brotes de

violencia que fueron contrarrestados por los militares principalmente en aquellas regiones donde

no hubo desmovilización o en donde la entrega fue tardía.

No cabe duda, el asesinato más significativo perpetrado por el gobierno de Rojas Pinilla luego de

la pacificación, fue el del comandante máximo de las guerrillas, Guadalupe Salcedo Unda,

oriundo de Tame, Arauca; llanero criado con las costumbres de la región, estratega militar,

experto en las labores del campo y por lo tanto en el asalto y el combate. Vinculado a la guerrilla

por Alfredo Silva y Eliseo Velásquez, quienes en una ocasión lo liberan de la cárcel de

Villavicencio y lo convencen de vincularse a la lucha guerrillera.

Guadalupe Salcedo salió libre y Tulio Bautista lo supo y entonces le mando una razón, le

dijo, “o entra a las guerrillas o se va de la región”, le dijo Tulio. Tulio le mando esa

razón, porque conocía, ya había oído que era un tigre para el combate, entonces

75

Guadalupe Salcedo le mando una razón “dentro de un mes le doy una razón” y preciso al

mes le mando la razón, dijo, “me uno a la guerrilla”. Entonces el comenzó unas tácticas

muy interesantes, que era que había un batallón del ejército y él le mandaba un par de

llaneros guerrilleros a caballo que eran unos tigres, que montaban sin estribos, ni nada, un

caballo en pelo, bueno con un lazo nada más y entonces venían cerca al cuartel y claro,

cuando los veían entonces ahí mismo les mandaban un escuadrón a perseguirlos y los

otros en unos caballos que corrían, cuando venía el escuadrón los otros los estaban

esperando y tomen. Claro, ellos utilizaban unas tácticas militares terribles hasta el punto

que prácticamente tenían derrotado al ejército. (Orlando Contreras, entrevista personal,

15 de junio del 2015)

Con la desaparición de los Bautista, las guerrillas entran en un periodo de caos y luchas internas

por el control de la comandancia, lo que hace que poco a poco se vaya unificando el mando

alrededor de Salcedo. Cabe aclarar que Guadalupe no era precisamente la persona más apropiada

para ocupar el puesto de comandante en jefe, puesto que si bien era un experto en el arte militar,

no contaba con las bases ideológicas propicias para conducir de mejor forma el movimiento.

Es bajo su mando donde se da el proceso de pacificación y es él, una de las víctimas de la

persecución posterior y de la traición del gobierno hacia lo pactado; el 06 de junio de 1957,

cuatro años después de haber firmado la amnistía y mientras se encontraba en la ciudad de

Bogotá, agentes de la policía rodean a Salcedo ofreciéndole preservar su vida a cambio de su

entrega. Con las manos arriba muere a causa de varios disparos que impactan sobre su cuerpo. La

labor de Salcedo por reactivar la revolución duró hasta el día de su muerte. Así inicio otra fase de

76

la violencia en Colombia, específicamente de la guerra de guerrillas, que surge cuando varios ex

combatientes ven en la muerte de su máximo jefe el símbolo más claro de la traición.

Ante la inminente reactivación del movimiento por la muerte de Guadalupe Salcedo, los

hacendados del Llano le pidieron a Alberto Lleras Camargo, director del Partido Liberal,

que enviara un representante a hablar con los guerrilleros para que desistieran de la idea

de volver a retomar las armas. Dos fueron los candidatos: Juan Lozano y Lozano y

German Zea Hernández […] El enlace era el Tuerto Giraldo, antiguo integrante del

comando de Guadalupe Salcedo […] quien de una vez le dijo: <<Todos estamos listos a

librar la batalla porque esto es una farsa>>. (Villanueva, 2014, pp. 536-537)

A raíz de este suceso varios ex combatientes retornaron a la vida armada, mientras muchos otros

se vincularon a la policía luego de entregar sus armas, convirtiéndose en verdugos de sus ex

compañeros de combate, y constituyéndose como el nuevo grupo paramilitar bajo el nombre de

DAS Rural, ya que a merced de las órdenes del gobierno, asesinaron, torturaron y detuvieron

centenares de excombatientes

Álvaro Parra fue nombrado jefe de la Guardia Rural, una organización creada para

perseguir antiguos guerrilleros, la venganza personal se convirtió en una práctica común,

en un negocio. Con esta estrategia, el gobierno logró desactivar cualquier intento de

reorganizar el movimiento guerrillero. (Villanueva, 2014, p.512)

77

Con la persecución estatal solo quedan dos caminos por tomar, regresar a la vida armada o

incursionar en la vía política para conseguir nuevos acercamientos con el gobierno y lograr el

cumplimiento de lo pactado durante la entrega. Los que deciden tomar la segunda opción, como

en el caso de Guadalupe Salcedo, emprenden acciones como la reunión con el coronel Luis

Carlos Turriago jefe militar de los llanos en 1956, donde se denuncian los diferentes hechos

perpetrados por los “pájaros” y el DAS-Rural contra la población civil y contra los guerrilleros

desmovilizados.

Después de 1953, Guadalupe se convirtió en un emisario, en el gestor de paz del gobierno

militar de Rojas Pinilla en los Llanos, y en el vocero de las necesidades de la región […]

Una de sus actividades, después de la entrega, fue la de mediador. En 1954 fue llamado a

solucionar un problema en la región del Ariari, donde Dumar Aljure se había establecido

y había organizado un grupo armado, que se dedicaba al robo de ganado, al contrabando

de mercancías y había establecido una especie de República independiente. (Villanueva,

2014, pp.503-505)

Algunos guerrilleros que se entregaron vieron poco después que había sido un error entregar las

armas y abandonar su lucha sin garantías reales. Este fue el caso de Dumar Aljure, nacido en

Girardot, Cundinamarca en 1925, cabo de las Fuerzas Armadas hasta el 18 de diciembre de

1949, cuando fue relevado junto con todo su puesto militar y enviado al puesto El Secreto, una

vez allí, influenciado por sus ideas liberales, desertó del ejército y se unió a las guerrillas de los

Llanos, pasando por el comando de los Bautista, de los Fonseca y finalmente quedando bajo el

78

mando de Guadalupe Salcedo. Su paso por las guerrillas estuvo marcado por discusiones frente a

sus frecuentes desobediencias en los dos primeros comandos a los que perteneció y luego por la

confianza que deposito en él, Guadalupe Salcedo.

Una vez acaba el proceso de pacificación y al ver que las nuevas condiciones que el gobierno

brindo a los ex combatientes no eran las esperadas, denuncio públicamente una y otra vez el

incumplimiento de lo pactado durante la entrega y tomó control del Ariari, según lo que declaro

en la plaza principal de San Juan de Arama, retomó de nuevo las armas, por el desgobierno y la

dictadura militar.

En mayo de 1954, Aljure apareció en la plaza principal de San Juan de Arama con

noventa hombres, arengando a la población e informando que desde ese momento él

asumía el control del Ariari […] Aljure comenzó a reactivar la lucha, pero esta vez no

contra la hegemonía conservadora sino contra lo que ahora llamaba “la dictadura militar

de Rojas”. (Villanueva, 2013 (a), p. 60)

Como podemos ver, los problemas fundamentales de la población llanera no fueron

solucionados, tampoco se logró una paz estable, es más, se les vendió una ilusión a las guerrillas

llaneras que cayeron en la trampa del gobierno, dejando su lucha cuando se encontraban en su

mejor momento. La traición del Estado estaba consumada, la desigualdad social aún más

marcada que antes y el descontento general a punto de desencadenar una nueva lucha de

guerrillas que generó una ola de violencia en el país que aún hoy se mantiene.

79

3.4 El proceso de amnistía y su impacto en los futuros procesos de paz.

Uno de los acuerdos a los que llegó el gobierno con las guerrillas para lograr su entrega fue el de

establecer una ley de amnistía que asegurara su efectiva reincorporación a la vida civil; dentro de

los beneficiados de la misma no solo estuvieron los guerrilleros liberales sino también las

“guerrillas de paz”, primer grupo paramilitar, que como veremos más a fondo en el siguiente

análisis también fue punto de partida para que los posteriores gobiernos “negociaran” con este

tipo de alzados en armas. Asimismo, el pliego de petición que cada guerrilla liberal presento para

negociar su entrega será la base para que los distintos grupos de insurgencia que han aparecido a

lo largo de los últimos 60 años presenten sus demandas en sus respectivos procesos de paz con el

gobierno.

Si entendemos la amnistía desde la postura de Miguel Ángel Afanador, podríamos decir, que es

aquel acuerdo de paz en donde se pretende olvidar o erradicar todas las acciones, daños y

motivos que se dieron durante el periodo de conflicto. Lo cual a su vez, se puede dar en el

desarrollo de dos procesos

Uno, en el de una victoria contundente dadas las condiciones de asimetría y desequilibrio

de uno de los contendores frente al otro. […]. Y otro, en el de un estancamiento del

conflicto en una situación de indefiniciones militares y/o políticas –empate- dadas las

condiciones de simetría y equilibrio entre los contendores en la cual no hay vencedores ni

vencidos. […]. En ambos procesos el recurso a la amnistía –que no al indulto- responde a

80

la necesidad de los gobernantes de consolidar el precario poder de un Estado que quizá se

encuentre en vía de construcción. (Afanador, 1993, p 14)

Además de esto, la amnistía debe cumplir con una serie de características: ser impersonal y

responder de manera general a todos los actores del conflicto; anular todo delito o pena de los

implicados en el proceso de paz; los delitos perdonados deben haber sido cometidos antes de la

fecha en que entre en vigencia la ley de amnistía; la amnistía debe entrar en vigencia en el

momento mismo en que sea aprobada y puede contener o no condiciones para los que depongan

sus armas; y por último, puede exonerar a sus beneficiarios de indemnizar social o

económicamente a terceros siempre y cuando el Estado asuma el pago de los mismos.

Se puede afirmar que la amnistía concedida por Rojas Pinilla se dio dentro del primer proceso

descrito por Afanador, ya que al ver que las guerrillas estaban ganando de manera contundente,

la población civil las apoyaba y las Fuerzas Militares debilitadas no lograban dar fin a su

enemigo, debía buscar una manera de acabar con el conflicto, retomando las riendas del país y

acabando con cualquier vestigio de oposición. La única salida para tal crisis era convencer a la

insurgencia de sus intenciones de paz y de su compromiso por el cambio, y la manera más eficaz

para lograrlo era comprometiéndose a brindar amnistía a todos los insurgentes si estos aceptaban

dejar sus armas.

Las Fuerzas Armadas se hallaban cada vez en una situación más crítica y que si no se

hubiera recurrido a la táctica del engaño para vencer la guerrilla, una victoria militar

sobre ella hubiera sido, no decimos que imposible, pero sí muy difícil, porque el

81

movimiento se había unificado a nivel regional y a nivel nacional también se vislumbraba

como un hecho. (Casas, 1986, pp.127)

Una vez el gobierno convence a los guerrilleros y a la población civil de su intención de paz, se

inicia un proceso de pacificación y amnistía que logra la entrega de gran parte de los guerrilleros.

Solo un año después queda consignada la amnistía en el Decreto N° 1823 del 13 de junio de

1954, en el cual el gobierno se comprometía a conceder la amnistía para todos los sindicados de

delitos políticos, cometidos antes del 1° de enero de 1954; además de ordenar la suspensión de

todos los procesos y la libertad incondicional de los detenidos.

Se emitieron los decretos de amnistía n.1823 y 2062 para todos los delitos políticos

(rebelión, homicidio con carácter de asesinato, lesiones personales, secuestro, saqueo,

incendio, robo y violación de domicilio) cometidos antes del 1 de enero de 1954. En

teoría, se archivaron todos los procesos y se concedió libertad incondicional a todos los

guerrilleros. (Villanueva, 2014, p 510)

La orden del presidente Rojas Pinilla a los comandantes del ejército fue clara, se le daría libertad

a toda aquella persona vinculada a la insurgencia que se presentara con el objetivo de entregar

sus armas y reincorporarse a la vida civil, además, se le respetarían sus derechos civiles y la

posibilidad de regresar a sus actividades laborales.

Estos decretos de amnistía resultaron insuficientes porque excluyeron a grupos que no

entregaron sus armas, como en el caso de aquellos con influencia comunista, y a los miembros de

82

las Fuerzas Armadas que habían decidido vincularse a las guerrillas. Incluso la amnistía no se

concede de manera total en este proceso, ya que sólo fue aplicada para algunos delitos como la

instigación para delinquir, pero para otros como la deserción o el homicidio no se aplicó.

Si examinamos los distintos procesos de paz que han acontecido en Colombia durante los

últimos 60 años, podemos evidenciar que los mecanismos de pacificación utilizados por el

Estado, han sido recurrentes, debido primero, a la existencia de un conflicto que ha sido

permanente y en el cual se han presentado ocasionalmente treguas armadas que han desplazado

el conflicto a otros ámbitos. Y segundo, por la ausencia de victorias decisivas por parte de los

alzados en armas o de las Fuerzas Militares que den fin al conflicto y generen un cambio social,

político, económico y militar que permita acabar con esta etapa continúa de violencia.

Analizando a profundidad la historia de la violencia en Colombia y en especial el surgimiento,

desarrollo y consolidación de los distintos grupos alzados en armas, podemos ver un hilo

conductor que va en dos direcciones, por un lado, el de la insurgencia manifestada desde las

guerrillas liberales hasta las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia – Ejército del

Pueblo (FARC-EP), y por otro, el del paramilitarismo que inicia con la aparición de las guerrillas

de paz hasta las llamadas Bandas Emergentes o Bacrim. Por ende, sus cimientos ideológicos son

los mismos así como lo son en un principio sus luchas, lo cual lleva a que sus demandas, para

reincorporarse a la vida civil, sean parecidas.

A continuación se presenta un análisis comparativo entre los puntos de negociación de las

guerrillas liberales y los puntos de los posteriores procesos de paz, (Ver apéndice), buscando

83

encontrar cosas en común para determinar la influencia de la amnistía y del proceso mismo en la

historia de las negociaciones de paz en Colombia. Como primer punto de análisis tenemos

lalibertad a los presos políticos. Este punto fue propuesto tanto por las guerrillas liberales de los

Llanos Orientales como por las del Sureste de Antioquia; básicamente lo que se proponía era

garantizar una libertad incondicional para todos los presos políticos que se encontraban en las

cárceles de todo el país. Esta petición es una de los más replicadas durante los procesos de paz

posteriores, el primero de ellos se dio pocos años después, en 1958, cuando las guerrillas

comunistas del sur del Tolima en medio de su negociación exigen este punto para su entrega.

Luego en los acuerdos generales del gobierno con el Partido Revolucionario de los Trabajadores

el 28 de diciembre de 1990, el EPL para la dejación de armas, en febrero de 1991 y el Quintín

Lame el 27 de mayo de 1991. En el proceso que se viene desarrollando en la Habana un punto de

acuerdo es este, donde básicamente se busca coordinar una revisión de la situación de las

personas privadas de la libertad, procesadas o condenadas por pertenecer o colaborar con las

FARC-EP.

El problema de la tierra ha sido una constante en la historia de Colombia; su estructura agraria

se ha caracterizado por la falta de aprovechamiento de las tierras productivas, el uso indebido de

las mismas para pastoreo de ganado, una desigual distribución del suelo y la expropiación de

predios por parte de los gobiernos de turno. Un problema que está lejos de solucionarse, ya que

el Estado es el mayor benefactor de latifundistas y multinacionales, lo que provoca grandes

problemas sociales que se ven reflejados en el actual conflicto armado.

Lo anterior lleva a que el problema de la tierra sea otra de las constantes peticiones en los

procesos de paz, el cual busca conseguir la expropiación y devolución de bienes y tierras que se

84

adquirieron de forma violenta o ilegal en el marco del conflicto. Además de una distribución más

justa de la tierra. En el caso de las guerrillas liberales del Llano y Antioquia, se solicitaba

garantizar el regreso de los ex combatientes a sus tierras y una mejor distribución del suelo para

ayudar a los campesinos pobres. Como se observa en el apéndice, los grupos armados que dentro

de sus peticiones también incluyen este punto son: Las guerrillas comunistas del sur del Tolima

(1958), Corriente de renovación socialista (1994), FARC-EP con el presidente Andrés Pastrana

y el actual proceso de paz que se adelanta en la Habana.

Ahora bien, si el fin de un proceso de negociación es conseguir la paz, es necesario garantizar

que los alzados en armas encuentren garantías jurídicas, políticas y sociales una vez regresen a la

vida civil, esto con el fin de prevenir un posible retorno al conflicto, además de ser necesario

para que los ex combatientes retornen a su vida social y productiva sin mayores represalias. Es

así como la amnistía y el indulto, aparecen como otra petición de los alzados en armas, en el caso

de las guerrillas liberales de los Llanos estas solicitan al gobierno la amnistía para todos los

revolucionarios y personas comprometidas con el movimiento, este punto se replica en el

acuerdo político con el M-19 (1990), en el acuerdo con la corriente de renovación socialista

(1994) y el acuerdo con el comando Ernesto Rojas (1992)

El siguiente punto para analizar corresponde a la Participación política. Este es un problema que

gira en torno a varios aspectos, por un lado el de como incluir a los grupos armados a la vida

política y por otro, cómo cambiar las instituciones democráticas para que esto logre darse sin

consecuencias negativas que afecten la democracia y la consolidación de la paz. En el caso de

Colombia, la participación política se contempla bajo la posibilidad de que los grupos armados

85

se conviertan en partidos políticos de oposición con garantías democráticas. Las guerrillas

liberales de los llanos solicitan, por ejemplo, libertades democráticas y reconocimiento como

revolucionarios. El acuerdo de la Uribe con las FARC-EP, contemplaba un periodo de prueba

después de firmar la paz para que pudieran organizarse política, económica y socialmente. Otros

procesos de paz que retoman este punto son: Acuerdo político con el M-19(1990), acuerdo entre

el gobierno y el EPL para la dejación de armas (1991), Acuerdo entre el gobierno y el Quintín

Lame (1991) y la corriente de renovación socialista (1994), las negociaciones de las Farc-Ep con

el gobierno de Andrés Pastrana y finalmente, en la Habana, donde se negocia una mayor

participación política y una igualdad de condiciones y seguridad.

Como podemos ver este es uno de los puntos que junto con el problema de la tierra, han sido

constantes dentro de las peticiones de los alzados en armas, convirtiéndose incluso en los puntos

más álgidos por las implicaciones sociales y políticas que vienen con ellos.

Como último punto de análisis encontramos el de la divulgación de los acuerdos que ha sido

siempre considerado necesario para conseguir el apoyo social y la confianza que se requiere en

temas de vital importancia nacional, como lo es un proceso de paz. Este punto se encuentra

consignado en el pliego de peticiones presentado por las guerrillas liberales de los Llanos

Orientales, el cual planteaba la divulgación a través de actas, noticias y programas especiales, de

los acuerdos que se iban dando con el gobierno. También se pide divulgación en los siguientes

procesos de paz: Acuerdo entre el gobierno y el EPL (1991) y los Acuerdos de la Habana.

86

Ahora bien, para responder a la pregunta inicial sobre si el proceso de pacificación de Rojas

Pinilla fue o no, el primer proceso de paz en Colombia, es necesario retomar el concepto mismo

de proceso de paz.

Proceso de paz es un concepto extenso que se refiere al esfuerzo de actores de un

conflicto por hallar una solución, y abarca elementos como las exploraciones iniciales

entre las partes, las negociaciones, los acuerdos y su implementación. Sin embargo,

precisa que no se puede hablar de proceso de paz si las partes no negocian de buena fe, si

no se incluyen todos los actores clave, si no se toca la agenda central del conflicto, si hay

uso sistemático de la fuerza de una de las partes, y si no hay un compromiso de largo

plazo. Tales restricciones sugieren sobre todo que no hay procesos de paz si no hay

negociación de una agenda sustancial entre los actores centrales de un conflicto. (Darby,

2001)

Podemos concluir entonces que el proceso de entrega de las guerrillas Liberales y la amnistía

concedida por el presidente Rojas Pinilla, no fueron resultado un proceso de paz, primero

porque que la intención inicial del gobierno no fue el de acabar con el conflicto sino el de

erradicar por medio del engaño a sus opositores y enemigos; segundo, porque los pliegos de

petición presentados por las guerrillas finalmente no fueron contemplados y el gobierno impuso

sus condiciones en la llamada “Encerrrona de Monterrey”, y tercero, porque una vez termina el

proceso de pacificación, se da inicio a una exterminación masiva de ex combatientes amnistiados

lo que finalmente evidencio una falta de compromiso por parte del Estado a la constitución de la

paz.

87

Por último, es necesario resaltar el papel que las guerrillas liberales de los Llanos Orientales

cumplen dentro de las futuras negociaciones de paz, ya que sus peticiones son luego retomadas

en varias demandas políticas y sociales de los alzados en armas y en sus procesos de

negociación y entrega. Luchas como las de Guadalupe Salcedo, Eduardo Franco y José Alviar,

se mantienen hoy en día y están lejos de poder realizarse, entre otras cosas, por la falta de

compromiso de un Estado que no está dispuesto a ceder un mínimo de poder a sus más directos

adversarios.

88

Conclusiones.

El conflicto armado en los Llanos Orientales fue un hecho histórico que marcó un antes y un

después en las dinámicas de la violencia y de los procesos de paz o negociaciones que le

sucederían. Si nos adentramos en las repercusiones que este proceso de amnistía e indulto lego a

los diferentes procesos de paz que se han adelantado en Colombia tendríamos que el

incumplimiento de los puntos tratados sobre la mesa de diálogo ha sido una constante, de igual

forma la persecución y asesinato selectivo de los desmovilizados ha sido una táctica que han

implementado los diversos gobiernos que, valiéndose de organismos paraestatales, aniquilan las

esperanzas de un debido posconflicto, y por último que, el Estado colombiano nunca ha estado

dispuesto a negociar su estructura política económica y social. Por otro lado, como vimos al

comparar los diferentes procesos de paz con los pliegos de peticiones presentados por las

guerrillas Liberales al gobierno de Rojas Pinilla en 1953, estos convergen en cinco puntos

esenciales: liberación de presos políticos, reforma agraria, garantías jurídicas, participación

política y por último, divulgación de estos acuerdos.

En cuanto a las razones que llevaron a las guerrillas liberales a aceptar la amnistía propuesta

por el general Rojas Pinilla tendríamos en primera instancia que esta se dio por la confianza que

sentían hacia el gobierno militar y por el tratamiento político y el estado de beligerancia que se

les otorgo al reconocerlos como guerrilleros y no como simples bandoleros como los habían

tildado los gobiernos anteriores. En esta misma línea de análisis se destaca que los motivos

políticos, económicos y sociales, que iniciaron el conflicto armado parecían diluirse en las

promesas y en los discursos del general Rojas Pinilla. En segundo lugar la escases de armas y

89

municiones, medicamentos, vestuario y el hambre, producto de un bloque económico o “cordón

sanitario” diezmo el ímpetu de los guerrilleros liberales quienes al ver una oportunidad de

mejorar estas condiciones cedieron ante las promesas de cambio del general Rojas Pinilla. En

tercer lugar la filtración de los comandos por agentes del Estado y la poco coordinación entre

estos comandos permitió la entrega, que como vimos se dio por separado. Como último punto

podríamos destacar que el asesinato del abogado José Alviar Restrepo facilito la entrega, debido

a que este se oponía a una desmovilización sin condiciones y a la par se quedaron sin un líder

político e ideológico que condujera este conflicto armado por los senderos de la toma del poder.

Si observamos las principales relaciones históricas y políticas que ayudaron a la

consolidación de las guerrillas liberales y de sus directos contrincantes los Chulavitas y más

tarde las guerrillas de la paz, tendremos entonces dos causas principales, unas intrínsecas y otras

extrínsecas. Dentro de las intrínsecas tenemos, la falta de representación política, el abandono

estatal y las relaciones de dominio y poder que se consolidaban en los hatos, lo que ayudó a que

se conformaran las guerrillas liberales de los Llanos Orientales. Dentro de las causas extrínsecas

tenemos entonces que este movimiento armado fue producto de un intento de golpe de Estado

abortado a último momento por miembros del partido liberal, y que estos los alentaron y

apoyaron económica, política y moralmente desde la ciudad, claro está desde la clandestinidad.

Unida a esta tenemos la persecución política que el partido conservador ejerció sobre los

habitantes de este territorio, lo cual los obligo a tomar las armas para defender su familia y su

patrimonio. En cuanto a las relaciones políticas e históricas que alentaron la conformación de los

Chulavitas y guerrillas de la paz, observamos que los primeros fueron una policía politizada

conservadora que se conformó para contrarrestar los alzamientos del 9 de abril de 1948 y luego

90

de esta tarea se dedicaron, auspiciados por el gobierno, a perseguir y a asesinar a liberales y

comunistas en los Llanos Orientales. Por su parte, las “guerrillas de la paz” fueron el resultado

directo de la alianza entre Estado y hacendados, surgiendo luego de la declaración de Sogamoso

y teniendo como objetivo principal, exterminar el movimiento armado en los Llanos Orientales.

En estos dos actores podemos rastrear entonces, la génesis de la incursión en el conflicto, de

civiles armados por el Estado colombiano.

De otro lado, si analizamos la incidencia que tuvo la declaración de Sogamoso en el fin del

enfrentamiento armado, podríamos ver que se intentaba dar a entender a la opinión pública que

todos los habitantes del Llano estaban en contra del accionar de la guerrilla liberal en su

territorio. Lo cual en buena medida les resto apoyo a este movimiento insurgente. Como segundo

punto a destacar, esta declaración motivo la creación de grupos de civiles armados por el Estado

y sus aliados, que con su accionar en contra de la población civil, diezmaron un poco la fuente de

recursos para el sostenimiento de las guerrillas Liberales. En tercer lugar represento el

rompimiento “formal” entre las elites liberales y los insurgentes Llaneros quienes al verse sin

apoyo ideológico y en cierta medida económico, deciden cambiar su horizonte de lucha; por

último, generaron un clima de hostilidad y persecución que en parte conllevo a que las guerrillas

liberales cambiaran sus tácticas de guerra, hecho que las fortaleció e hizo ver al gobierno

incapaz de derrotar militarmente a la insurgencia.

En cuanto a los personajes que marcaron este enfrentamiento podemos destacar al Capitán Silva

Romero, a Eliseo Velásquez y a los Hermanos Bautista y Galán como los pioneros del

levantamiento armado. Junto a ellos se elevan Dumar Aljure y Guadalupe Salcedo como los

91

nombres más evocados y representativos de las guerrillas liberales de los Llanos Orientales. De

igual manera sobresale el papel del abogado antioqueño José Alviar Restrepo quien con sus ideas

y pensamientos le dio un nuevo horizonte a la lucha armada. Del otro lado, Rojas Pinilla y

Duarte Blum se convierten en los personajes claves para la entrega de las guerrillas liberales y se

hacen un espacio en la historia. Si miramos los hechos más importantes de este enfrentamiento

tendremos que fueron dos los que cambiaron definitivamente la dinámica de la lucha, el primero,

la declaración de Sogamoso en enero de 1951 porque como vimos represento un rompimiento

formal entre el partido liberal y los guerrilleros del Llano, y el segundo, el ascenso al poder del

general Rojas Pinilla en junio de 1953 que acelero la entrega incondicional de los insurrectos.

Por último, si analizamos las repercusiones económicas, políticas y sociales que se generaron

en el marco del conflicto armado en los Llanos orientales, tenemos en el ámbito económico que

si bien los Llanos Orientales no eran para entonces un territorio notable por su aporte económico

al país, los constantes enfrentamientos afectaron el mercado de ganado lo que implicó un alza

considerable de este producto en el centro del país. De igual estos enfrentamientos fueron una

fuente de gasto considerable para el Estado que no dudo en buscar aliados económicos para

hacerle frente a este fenómeno. En cuanto a las repercusiones políticas es válido afirmar que las

guerrillas liberales se convirtieron en un desafío para el gobierno conservador que se fue

deslegitimando ante la opinión pública al no darle un debido tratamiento a este conflicto armado.

Por otro lado, la entrega de las guerrillas liberales de los Llanos Orientales se convirtió en un

triunfo político del General Rojas Pinilla que se valió de este para reafirmar su poder.

92

Finalmente las repercusiones sociales fueron las más evidentes durante el conflicto, gracias a este

se dieron los primeros desplazamientos forzados hacia las ciudades, producto de la persecución

de bandas paraestatales que sembraron el terror en este territorio. Del mismo modo se evidencio

la situación de abandono estatal a la que estaban sometidos los habitantes de esta región, y por

último, fue la población civil, como ha sido una constante en Colombia y en los conflictos

armados alrededor del mundo, los que más aportaron los muertos que sirvieron de abono para

que la planta de la indiferencia y la ambición siga creciendo en nuestro territorio nacional.

93

Referencias

Afanador, M.,(1993) Amnistías e indultos: La historia reciente (1948-1952),

Bogotá, Colombia: Escuela Superior de Administración Pública.

Alape, A., (1985). La paz, la violencia: Testigos de excepción, Bogotá, Colombia:

Editorial Planeta.

Ayala, C., (2003) “Deseos imaginados, consenso y realidades en el proceso de paz de

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Periódicos y Revistas

El Tiempo 1949-1953

El Siglo 1949-1953

Eco de Oriente 1949-1953

Semana 1953

Entrevistas

Orlando Contreras, Cundinamarca, 2015

96

Apéndice

Cuadro comparativo entre los pliegos de peticiones de las guerrillas liberales y los puntos o acuerdos de los insurgentes con el

gobierno en los posteriores procesos de paz.

Punto de

negociación

Guerrillas Liberales Otros procesos de paz

1. Libertad a los

presos políticos

Pliego de peticiones de las guerrillas

Liberales de los Llanos Orientales para

deponer las armas. (3 de septiembre de

1953)

13. Libertad incondicional a todos los

presos políticos que se encuentran

en las cárceles de todo el país.

Pliego de peticiones para la entrega de

las guerrillas liberales del Sureste de

Antioquia. (Julio de 1953).

2. Amnistía para presos políticos y

guerrilleros en acción

Pliego de peticiones para la entrega de las guerrillas comunistas

en el sur del Tolima (1958)

c) Libertad de los presos políticos y amnistía para los alzados en

armas.

Acuerdo general del gobierno con el Partido Revolucionario de

los Trabajadores (28 de Diciembre de 1990)

1. A partir de la lista establecida por el PRT el Gobierno Nacional

entrará a aplicar el decreto de indulto, para la extinción de la pena y

la acción penal por los delitos políticos y conexos, con las

excepciones que en él se preveen.

Acuerdo entre el gobierno y el EPL para la dejación de armas

(Febrero de 1991)

GARANTÍAS JURÍDICAS

Como consecuencia del Proceso negociador de paz y de la

consiguiente dejación de las armas, de la decisión de la fuerza del

EPL de reintegrarse a la vida ciudadana y de participar plenamente

en la vida democrática nacional, el Gobierno concederá la extinción

de la acción penal y de la pena previstas en el Decreto 213 del 22 de

enero de 1991, para todos los miembros de esta organización

97

guerrillera, siempre y cuando se trate de delitos políticos o en

conexidad con ellos y conforme a las exigencias y requisitos

previstos en el citado decreto.

Acuerdo entre el gobierno y el Quintín Lame (27 de Mayo de

1991)

GARANTÍAS

La extinción de la acción penal y de la pena previstas en el Decreto

213 del 22 de enero de 1991 para todos los miembros de esta

organización guerrillera, siempre y cuando se trate de delitos

políticos o en conexidad con ellos y conforme a las exigencias y

requisitos previstos en el Decreto. Con este fin el MAQL entrega en

esta fecha la lista completa de toda la fuerza militar de su

organización con la mayor identificación posible, con la indicación

de quienes se encuentran privados de la libertad y la autoridad que

conoce del proceso.

Acuerdos de la Habana

3. Fin del conflicto

3. El Gobierno Nacional coordinará la revisión de la situación de las

personas privadas de la libertad, procesadas o condenadas, por

pertenecer o colaborar con las FARC-EP.

2. Problema de la

Tierra Pliego de peticiones de las guerrillas

Liberales de los Llanos Orientales para

deponer las armas. (3 de septiembre de

1953)

25. Expropiación y devolución de

bienes, tierras, etc., que

aprovechando la situación de

violencia, se adquirieron por la

Pliego de peticiones para la entrega de las guerrillas comunistas

en el sur del Tolima (1958)

h) Devolución de las tierras indebidamente apropiadas por los

“pajaros” como por oficiales de las Fuerzas Armadas.

Acuerdo entre el gobierno y la corriente de renovación socialista

(9 de Abril de 1994)

El Programa de Desarrollo Regional tendrá complementos en

98

fuerza, a bajos precios.

Pliego de peticiones para la entrega de

las guerrillas liberales del Sureste de

Antioquia. (Julio de 1953).

C) Regreso de los exiliados y guerrilleros

a sus tierras con garantía para sus vidas,

honra, familia y bienes

E) Distribución de tierras y ayuda para

campesinos pobres.

materia de vivienda y de tierras.

Tierras

El Gobierno Nacional con el fin de mejorar las condiciones de vida

de las comunidades campesinas del municipio de Ovejas, se

compromete a desarrollar un programa de dotación de tierras

aprobado por el Consejo de Rehabilitación, de acuerdo con la

programación y los recursos de inversión para adquisición

establecidos por el INCORA para el Departamento de Sucre.

8.Programa de tierras

Negociaciones con las Farc-Ep con Andrés Pastrana

3. Política Agraria Integral

3.1 Democratización del crédito, asistencia técnica, mercadeo

3.2 Redistribución de la tierra improductiva

3.3 Recuperación y distribución de la tierra adquirida a través del

narcotráfico o enriquecimiento ilícito

3.4 Estímulos a la producción

3.5 Ordenamiento territorial integral

3.6 Sustitución de cultivos ilícitos y desarrollo alternativo

Acuerdos de la Habana

Política de desarrollo agrario integral

El desarrollo agrario integral es determinante para impulsar la

integración de las regiones y el desarrollo social y económico

equitativo del país.

1. Acceso y uso de la tierra. Tierras improductivas.

Formalización de la propiedad. Frontera agrícola y

protección de zonas de reserva.

2. Programas de desarrollo con enfoque territorial.

3. Infraestructura y adecuación de tierras

4. Desarrollo social: Salud, educación, vivienda, erradicación

de la pobreza

99

5. Estímulo a la producción agropecuaria y a la economía

solidaria y cooperativa. Asistencia técnica. Subsidios.

Crédito. Generación de ingresos. Mercadeo. Formalización

laboral

6. Sistema de seguridad alimentaria.

3. Amnistía e

Indulto

Pliego de peticiones de las guerrillas

Liberales de los Llanos Orientales para

deponer las armas. (3 de septiembre de

1953)

1. Que se dicte una ley de amnistía

para todos los revolucionarios y

comprometidos en el movimiento

nacional

Acuerdo político con el M-19(9 de Marzo de 1990)

Para la coordinación de todo el Plan de Desmovilización acordado

con el M-19, el Gobierno

Nacional creó el Consejo Nacional de Normalización mediante

Decreto 314 del presente año.

El Gobierno Nacional, a partir de la fecha, aplicará el Indulto a los

miembros del M-19 y dará

inicio a los programas de reinserción social y productivos

acordados.

Acuerdo general del gobierno con el Partido Revolucionario de

los Trabajadores (28 de Diciembre de 1990)

V. GARANTIAS JURIDICAS

1. A partir de la lista establecida por el PRT el Gobierno Nacional

entrará a aplicar el decreto de indulto, para la extinción de la pena y

la acción penal por los delitos políticos y conexos, con las

excepciones que en él se preveen.

Acuerdo entre el gobierno y la corriente de renovación socialista

(9 de Abril de 1994)

CAPITULO 5 BENEFICIOS JURIDICOS

Tramitar y decidir la concesión de indultos a los miembros de la

Corriente que han sido condenados por algunos de los delitos

mencionados en los artículos 48 al 60 de la citada ley.

Acuerdo entre el gobierno y el Comando Ernesto Rojas (20 de

Marzo de 1992)

100

3

El Gobierno Nacional a partir del Decreto 1943 del 12 de agosto de

1991 concede los beneficios del indulto o amnistía según lista de

personas presentadas por los Comandos Ernesto Rojas (anexo No

1). La Consejería para la Paz remitirá al Ministerio de Justicia dicho

listado en las veinticuatro horas siguientes a la firma del presente

protocolo, con el fin de cumplir los trámites establecidos en el

capítulo II del Decreto 1943.

4

No serán beneficiarios del indulto o amnistía todas aquellas

personas que sean reincidentes tras la cesación de procedimiento

establecida por el Gobierno Nacional en el Decreto 213 del 21 de

enero de 1991 como producto de las negociaciones realizadas en su

momento con el Ejército Popular de Liberación.

4. Participación

política

Pliego de peticiones de las guerrillas

Liberales de los Llanos Orientales para

deponer las armas. (3 de septiembre de

1953)

1. Que se nos reconozca

oficialmente el título de

revolucionarios.

Pliego de peticiones para la entrega de las guerrillas comunistas

en el sur del Tolima (1958)

a) Libertades democráticas para los partidos políticos incluido

el PCC

Acuerdo de la Uribe Meta con las FARC-EP (28 de Marzo de

1984)

d) Cuando a juicio de la Comisión Nacional de verificación,

hubieren cesado los enfrentamientos armados, se abrirá un

periodo de prueba o espera de un año para que los miembros

de las FARC-EP puedan organizarse política, económica y

socialmente, según libre decisión.[…]

Acuerdo político con el M-19(9 de Marzo de 1990)

Igualmente, con el objeto de ampliar los espacios de participación

política, se adoptarán

medidas tendientes a la ampliación de la representación

101

parlamentaria de las minorías a

través de fórmulas tales como la Circunscripción Nacional y la de

Territorios Nacionales.

Acuerdo entre el gobierno y el EPL para la dejación de armas

(Febrero de 1991)

I. Propósito de la Reinserción

La inserción del EPL a la vida política, económica y social del país

constituye un acto de reconciliación para validar la conveniencia

democrática hacia una sociedad más justa y equitativa. El Gobierno

y el EPL, concuerdan en que en este proceso debe estimular una

corriente de opinión fuerte en la nación que se caracterice por la

instauración de la tolerancia política como la mejor manera para

conseguir la ampliación y preservación de la democracia.

Acuerdo entre el gobierno y el Quintín Lame (27 de Mayo de

1991)

I. Propósito de la Reinserción

La inserción del MAQL a la vida política, económica y social del

país, constituye un acto de reconciliación política dirigido a validar

la convivencia democrática y el deseo de una sociedad más justa y

equitativa, regida por la tolerancia y las oportunidades para la

participación individual.

Acuerdo entre el gobierno y la corriente de renovación socialista

(9 de Abril de 1994)

CAPITULO 6

FAVORABILIDAD POLÍTICA

Con el fin de facilitar la reincorporación de la Corriente de

Renovación Socialista al sistema democrático, el Gobierno Nacional

designará, por una sola vez mediante decreto a dos representantes a

la Cámara de Representantes para el período 1994-1998, en

102

desarrollo de las facultades conferidas mediante la Ley 104 de 1993.

Negociaciones con las Farc-Ep con Andrés Pastrana

7. Reforma política para la ampliación de la democracia

7.1 Reformas de los partidos y movimientos políticos

7.2 Reformas electorales

7.3 Garantías a la oposición

7.4 Garantías a las minorías

7.5 Mecanismos de participación ciudadana

Acuerdos de la Habana

2. Participación política

3. Medidas efectivas para promover mayor participación en la

política nacional, regional y local de todos los sectores, incluyendo

la población más vulnerable, en igualdad de condiciones y con

garantías de seguridad.

5. Divulgación de

los acuerdos Pliego de peticiones de las guerrillas

Liberales de los Llanos Orientales para

deponer las armas. (3 de septiembre de

1953)

1. Que los anteriores puntos, una vez

aceptados por el gobierno

nacional, se les de publicidad,

mediante un acta que será

levantada con intervención de las

figuras más ilustres de nuestro

país y de otras naciones.

Acuerdo general del gobierno con el Partido Revolucionario de

los Trabajadores (28 de Diciembre de 1990)

II. GARANTIAS POLITICAS Y PROMOCION DEL PROCESO

1. El Gobierno Nacional facilitará los medios jurídicos y

administrativos para la legalización del PRT como partido político.

2. Para la promoción del proceso se utilizará la prensa y la

televisión, para lo cual el Gobierno Nacional garantizará un

programa especial de televisión y se compromete a gestionar la

publicación de notas o programas especiales sobre el proceso, en la

radio y la prensa del país.

Acuerdo entre el gobierno y el EPL para la dejación de armas

(Febrero de 1991)

I. Publicidad

a. El Gobierno financiará la publicación de una página en cuatro

diarios de circulación nacional y tres diarios de circulación regional,

de un texto cuyo contenido y fecha de publicación serán

103

responsabilidad del Ejército Popular de Liberación.

Igualmente, el Gobierno financiará un segundo aviso de página en

dos diarios de circulación nacional en fecha que decidirá el EPL y

con texto que será de su responsabilidad, con el objeto de presentar

al país las propuestas que tiene esta organización para la Asamblea

Nacional Constituyente.

b. El Gobierno se compromete a promover el proceso de

negociación y los avances en las tareas de reinserción a través de un

programa especial de televisión que será transmitido en el espacio

habitual de la programadora “Audiovisuales”. La Consejería

contratará los servicios técnicos y profesionales necesarios para la

realización de dicho programa, cuyo guión será preparado por el

equipo contratado y el EPL.

2. Casas de la Democracia

Con el objeto de contribuir a la difusión del Proceso de Paz y

mientras se produce la desmovilización de la fuerza armada del

EPL, El Gobierno financiará la apertura de CASAS

DE LA DEMOCRACIA, en diversas ciudades del país.

Acuerdos de la Habana

Herramientas de difusión y comunicación.

104

Anexos

Anexo 1.

Junio 15 de 2015

Hora: 9:22 am

Entrevistado: Orlando Contreras* (*Nombre cambiado por seguridad)

El conflicto de los Llanos Orientales comienza con la muerte de Jorge Eliecer Gaitán en 1948,

entonces, una vez la muerte de Gaitán el proceso de la Violencia que ya estaba un poquito

encaminada por el enfrentamiento entre liberales, conservadores y comunistas, entonces ya con

la muerte de Gaitán, en el cual se dice que participaron algunos turbanistas, había un candidato

Turbay en esa época, a raíz de eso con la muerte de Gaitán y toda la cosa, entonces hubo un

enfrentamiento en donde los liberales respondieron porque Gaitán fuera de ser liberal era un

socialista que había estudiado Derecho en Italia, un hombre muy comprometido con las clases

sociales y sobre todo con el proletariado; en esas circunstancias la base del liberalismo reaccionó

con fuerza y quemaron llantas en Bogotá, hicieron manifestaciones, en toda Colombia hubo

manifestaciones, a raíz de eso el gobierno se sintió pequeño ante la reacción de los liberales,

estaba Mariano Ospina Pérez de presidente, por esa época como era un poco endeble, conseguían

una gente que tenía un ancestro asesino y raro que eran los Chulavitas, la vereda chulavita queda

en Boavita, yo fui funcionario del INDERENA y me toco visitar la vereda chulavita; la vereda

chulavita es un grupo de personas que vive de los campos y la mayoría duermen en cuevas a la

orilla del rio Chicamocha, allí se da la caña brava de la cual hacen un bebida que la llaman pipo

que es un aguardiente, lo llevan colgado aquí en una bombona y van tomando pipo y viven pues,

perdidos, de allí salió un lugar teniente, Efraín Gonzales, a pesar que Efraín Gonzales lucho

contra las fuerzas del gobierno, allá la mayoría de personas por su vinculación a esa situación,

les hace falta una mano, un dedo, una oreja, alguna cosa, por dormir en cuevas y todo eso, a mí

me toco quedarme en una cueva esa vez y por eso lo digo, conozco perfectamente y después

podría alargar más ese aspecto de los Chulavitas. Como eran de ese extirpe entonces los

conservadores que en esa época se llamaban godos, consiguieron a un grupo de chulavitas para

105

que organizaran un grupo paramilitar que se llamó los pájaros, comenzó a circular por todo el

país los pájaros, claro adiestraron a las fuerzas de la policía especialmente y comenzó el

asesinato contra el pueblo especialmente liberal.

Los chulavitas entonces se inventaron el terror contra el grupo liberal, por esa época la policía se

le decía la policía chulavita y el ejército tenía más tendencia liberal y el ejército atacaba menos a

la población, los asesinos de la época eran los tales chulavitas que eran la policía, entonces

comenzaron pues a amedrentar a la gente a tal manera que en esa época utilizaban eran fusiles

mexicanos, un fusil grande y bayonetas, entonces por ejemplo llegaban a una casa, y sabían que

era una casa liberal entonces cogían a los niños y los tiraban, ponían la bayoneta en el fusil y

tiraban al niño hacia arriba y lo recibían en la bayoneta, delante de todos, eso era para

amedrentar a los liberales que lo llamaban en esa época cachiporros y después lo llamaron

collarejos. Collarejos concretamente porque en este tipo de asesinatos se inventaron una muerte

que le llamaban el corte de franela y el corte de corbata, entonces como sacaban la lengua por

aquí (el cuello), comenzaron a decir ese es un collarejo porque tiene el collar de la lengua, en

partes como el Tolima le quitaban; tengo un amigo en mesitas del colegio que le consta eso,

degollaban al tipo y ponían la cabeza en un morón de cerca, lo ponían ahí para amedrentar a la

gente, entonces obvio que los liberales comenzaron a reaccionar ante esa situación y

comenzaron sobre todo a cambiarse de pueblos y salir y conseguir escopetas y salir a defenderse

de esa masacre del gobierno, en el cual algunos liberales prácticamente se cruzaban de brazos y

nunca denunciaban eso, entonces en cierta forma eran cómplices, la derecha liberal, y entonces

los gaitanistas si se organizaron en toda Colombia y comenzaron a defenderse y a luchar por los

derechos de las gentes y obvio que en su defensa consiguieron armas y ahí se formaron las

famosas guerrillas colombianas, entre las cuales, por ejemplo, estuvo Marulanda, Pedro

Antonio Marín, a él le mataron a los padres y la familia y todo y él no quería meterse a nada sino

que los otros le decían responda y toda la cosa, tenía era un negocio de venta de productos, una

tienda y entonces a última hora se decidió le jalo con los primos y comenzó a formar la

resistencia en el Quindío. Bueno, entonces por Boyacá una de las partes quizá donde hubo la

masacre más grande fue en Miraflores, mi pueblo, claro llegaban con las bayonetas, a tirar a los

niños arriba y amedrentar a la gente y en esa época consiguieron una volqueta y echaban a la

106

gente a la volqueta e iban a Miraflores a un sitio que se llamaba la Buenavista pequeña como

quien va para Páez y Tiraban el volquetado de gente rodando por un cerro hasta caer a las aguas

del rio Nicopar, que casualmente allá se llama la provincia de Nicopar de la cual la capital es

Miraflores, entonces tiraban a la gente en las volquetadas entonces todo el monte, los potreros

quedaban manchados de sangre, caían al rio, entonces claro comenzaron a defenderse, y ahí mi

familia fue muy afectada, los Bautista, precisamente nosotros vivíamos en un sitio en un lugar

que se llama el cogollo en Miraflores y al frente vivía el jefe de los guardianes que era un

policía, que era como un cabo, en esa época se ponían un traje verde claro con un gorrito aquí

adelante y andaban con el revólver acá (cintura) y las balas a lado y lado en el cinturón y a veces

salían con el fusil y la bayoneta y entonces claro como todos mis hermanos, los hermanos

grandes se fueron para el Llano, a nosotros nos tenían en la mira, mi papá, mi mamá y mis

hermanos pequeños. Un buen día, cualquier día, como sabían ya que los Bautistas estaban

organizándose por allá en las estribaciones de Boyacá que colindan con el Llano, llegaron a la

casa nuestra, eso fue por ahí en el 49, yo alcanzo a recordar, yo tenía tres años, alcanzo a

recordar de los policías que venían, y claro ya sabía, en esa época uno no le ponían interiores ni

nada, no había calzoncillos ni nada, entonces yo recuerdo que estaba así cuando golpearon a la

casa, entonces mi papa logro salir por el solar y a perderse por la rendija de la puerta, él ya los

estaba chequeando, entonces se perdió y salió mi mama conmigo de la mano y entonces cuando

mi mama, dijeron estaba fulano esta don Argemiro y mi mama dijo no está, entonces a mí se me

soltó una palabra, como ya se decía chulavitas y toda la cosa, yo le dije al que venía adelante, al

cabo ese, le dije “chuvalita”, entonces jmm ahí mismo cogieron los fusiles, apretaron a mi mama

y el tipo le dijo “que fue lo que dijo el chino”, “no que sus balitas, que sus balitas” dijo mi mamá

y gracias a eso estoy vivo. Entonces ese era el pan de cada día, la persecución, los asesinatos de

niños especialmente y de adultos y de toda la cosa y después los que se llevaban que estaban

detenidos se los llevaban era para meterlo a la volqueta y tirarlo al rio nicopar, eso pues

comenzó; entonces al fin un buen día nos llegó una información por un conservado, porque a

algunos les decían allá los conservadores buenos, entonces un conservador nos avisó mañana les

van a caer, quien sabe que les van a hacer pero va a ser grave la cosa, entonces esa noche

nosotros salimos donde un señor arriba en el campo un señor Marcos Brigal a quedarnos allá, yo

recuerdo que como que casi no llevaba nada, lo que sí recuerdo era que mi papá y mi mamá

llevaban una olla como de un sancocho, una olla pues para desayunar y toda la cosa, yo en

107

alguna parte yo escribo que a mí no me preocupa tanto la persecución, los fusiles ni nada, sino lo

que iba en la olla (risas). Llegamos para allá y como se pudo más adelante por intermedio de mi

papa, pues el estudio derecho y él había sido juez ahí en Miraflores, entonces como pudo

logramos conseguir un camión y salir por un sitio, la vereda Suna, salir ahí nos recogió el camión

como a las dos de la mañana pero ya habían pasado como tres días y en el camino nos metieron

en unas caminas y siguió el camión rumbo a Ramiriquí y rumbo a Tunja, y ahí en Tunja

entonces ya nos bajamos, esto lo digo porque después ellos me contaban, y llegamos a Bogotá,

ya una persona en Bogotá, porque pues había relación con personas de Bogotá, porque mi papa

estudio en Bogotá en la Universidad del Rosario, ya nos tenían conseguida una casa en el barrio

Tunjuelito, comenzamos ahí a vivir, eso ya fue como en el 50´ pero uno ya se defendía ya le

tocaba de todo, nos ubicamos ahí, mi papa no podía hacer nada, porque no podía dar ni el

apellido; mi mama, entonces se puso fue a negociar en verduras, yo me acuerdo que me llevaba

a mí de la mano, íbamos hasta el barrio San Carlos a ofrecer verduras y así paso, hasta que por

allá más adelante, cómo al año de estar allá, llego un grupo del SIC que era en esa época

Servicio de Inteligencia Colombiano, llegaron y lo primero pues preguntaron a mi papa,

¿Argemiro Bautista? ¡Sí!, “sigue con nosotros,” se lo llevaron de una forma tan rápida que yo

recuerdo que mi mamá se puso a llorar, entonces yo le dije mamá no se preocupe que él llega

dentro de un mes. Se lo llevaron para Villavicencio, y allá en Villavicencio estaba de

comandante del ejército Rojas Pinilla y entonces allá llevaban a los presos al rio Guaitiquía,

igual, en una volqueta y los tiraban al río. Entonces le preguntaban ¿y usted qué es? La mayoría

decía “yo soy conservador” para que no lo llevaran, entonces le preguntaron a mi papa ¿y usted

qué es? Dijo “No, yo soy liberal” entonces lo iban a echar y reacciono un hombre que estaba

cercano a Rojas Pinilla y dijo no, no lo lleven, echaron a los otros al rio Guaitiquía y a mi papa,

sin embargo, después cuando lo metieron a un calabozo le dieron un culatazo que toda la vida lo

llevo aquí inflamado pero preciso al mes llego, de lo que yo había dicho.

Entrevistador: ¿Sus familiares ya estaban luchando en esa época?

Ahí seguimos viviendo en Bogotá, uno no podía salir a ningún lado porque lo mataban, además

porque sabían ya que los hermanos Bautista estaban formando un comando guerrillero entre

Boyacá y Casanare, ellos como fueron varios hermanos, Tulio, Pablo, Manuel y Roberto, ellos

108

comenzaron a organizar, de todas maneras el único que había estado en el ejército había sido

Pablo y él les enseño pues tácticas de lucha, tácticas de guerra y comenzaron a organizarse pero

desarrollaron una capacidad tremenda que el ejército no podía con ellos, siempre se inventaban

el engaño, que es una concepción de la guerra, fueron tan fuertes que cogieron mucha fama y

comenzaron a dominar toda la parte del oriente de Boyacá se tomaron pueblos como San

Eduardo y uno de los pueblos que se tomaron fue el de Páez , la toma de Páez, hay un disco que

habla de la toma de Páez, en alguna canción hablan de Guadalupe, pero Guadalupe no, él estaba

era en la planicie, en la sabana, en el llano, y después les cuento como fue, porque a Guadalupe

Salcedo lo incorporaron los Bautista. En Páez en alguna oportunidad habían 90 soldados, y ellos

cogieron a dos guerrilleros y los vistieron con ruana, con cotiza y toda la cosa y ellos se vistieron

de militares, dos Bautista y otro comandante y los llevaron por delante con el fusil pa llevarlos

al cuartel, entonces golpearon en la puerta del cuartel y el guardia pregunto ¿qué pasa? no es que

le llevamos al comandante aquí estos chusmeros, como le decían a la guerrilla en la época,

llevamos estos chusmeros que lo encontramos por ahí, “siga, siga” y claro cogieron al

comandante ahí y le dijeron vea comandante que cogimos a estos chusmeros, y ¿ustedes de que

comando vienen?, nosotros somos del comando guerrillero y usted quieto ahí y comience a

llamar a sus oficiales y alcanzo a llamar a algunos oficiales y llegaron ahí y “tatata” les dieron y

le dieron al comandante, ya estaba rodeado Páez y ahí desde la oficina del comandante comenzó

la lucha y ellos por las ventanas comenzaron a dispararle al ejército y desde por fuera

comenzaron también a dispararle, de los 90 murieron 18 militares y al resto los enviaron para

Miraflores en pantaloncillos, fíjese que en esa época respetaban la vida de un prisionero el que

no caía en el combate lo devolvían pero no les daban tiros de gracia ni nada y los devolvieron

para Bogotá, entonces Páez quedo sin nada y ellos quedaron dominando toda la región de Páez,

monterrey, Tauramena y comenzaron a salir al Llano por el lado del Puerto López.

Entonces por esa época, Guadalupe Salcedo Unda, que era un llanero, pata al suelo, criado en

San Pedro de Arimena que queda a la orilla del Manacacías y del Meta, al pie del Manacacías al

Meta pero ya en el lado derecho del rio que ya es vichada, él es nació ahí y él cuando se crio

consiguió un grupo de 20 hombres y los armo con unas carabinas que las llamaban balanzas,

pero ellos le jalaban al robo del ganado. Listo entonces llego un momento en el que cogieron a

109

Guadalupe y lo judicializaron y entonces Villavicencio correspondía al circuito de Santa Rosa,

en Boyacá, ese era el circuito, entonces allá condenaron a Guadalupe a prisión y lo metieron a

una cárcel de Villavicencio. Resulta que por esa apoca, les decía yo que el ejército era de mayor

tendencia liberal, entonces le llego una noticia al gobierno, me parece que ya estaba Laureano

Gómez de presidente, le llego una noticia de que los comandantes de todo los batallones se iban

tomar el país, a organizar y a tumbar al presidente entonces cambio a todos los comandantes del

país, menos al de Villavicencio Alberto Castrillón entonces él tal vez estaba en ese plan, y libero

a todos los presos políticos y presos comunes y entre ellos libero a Guadalupe Salcedo.

Guadalupe Salcedo salió libre y Tulio Bautista lo supo y entonces le mando una razón le dijo, “o

entra a las guerrillas o se va de la región”, le dijo Tulio. Tulio le mando esa razón, porque

conocía, ya había oído que era un tigre para el combate, entonces Guadalupe Salcedo le mando

una razón “dentro de un mes le doy una razón” y preciso al mes le mando la razón, dijo, “me uno

a la guerrilla”. Entonces el comenzó unas tácticas muy interesantes que era que había un

batallón del ejército y él le mandaba un par de llaneros guerrilleros a caballo que eran unos

tigres, que montaban sin estribos, ni nada, un caballo en pelo, bueno con un lazo nada más y

entonces venían cerca al cuartel y claro, cuando los veían entonces ahí mismo les mandaban un

escuadrón a perseguirlos y los otros en unos caballos que corrían, cuando venía el escuadrón los

otros los estaban esperando y tomen. Claro ellos utilizaban unas tácticas militares terribles hasta

el punto que prácticamente tenían derrotado al ejército. A raíz de esa capacidad militar les llego

la idea de tomarse el poder. Por esa época ya había otros comandantes en otros sitios, estaba un

teórico que se llamaba Eduardo Franco Isaza, que es el autor del libro “Las Guerrillas del Llano”.

Estaban los Calderón, los Fonseca, los Colmenares y uno que se hacía auto nombrar general que

se llamaba Eliseo Velásquez, por allá en Orocué, pero él se ufanaba de eso pero él era poco

combatiente, incluso cuando la lucha se arrecio él se fue para Venezuela y quedaron pues

luchando los otros comandantes hasta que como no podían derrotarlos militarmente entonces le

metieron agentes camuflados del SIC, entre ellos uno que le metieron al comando hermanos

Bautista y el tipo comenzó a hacerle un trabajo a otros comandantes menores para hacerlos

asesinar a ellos y a todo el que se opusiera, entonces ahí comenzó, uno murió en combate y los

otros fueron traicionados por el grupo del SIC, que había organizado el infiltrado por parte del

gobierno.

110

A los bautista ya les habían dicho de una posible amnistía, ellos no quisieron, porque sabían,

ellos ya tenían una malicia de que eso no tenía resultado, entonces una vez que los mataron a

ellos, fue cuando subió Rojas Pinilla y fue cuando él llego y dijo que “ni una gota de sangre más”

y entonces propuso la amnistía y en esa vez ya se reunieron, ya el comandante general era

Guadalupe salcedo, estaban los Fonseca y ya en Tauramena y monterrey firmaron un acuerdo de

armisticio, un acuerdo de paz, que más adelante no sirvió de nada porque en el 57´ mataron a

Guadalupe Salcedo, le hicieron una trampa y lo mataron y así mataron muchos comandantes

guerrilleros. El único que no se amnistió fue DumarAljure, él había sido cabo y fue el único que

no acepto la amnistía y siguió combatiendo, acuérdense que en el gobierno de Lleras Restrepo a

él lo mataron cerca a Limonar en el Meta que lo rodearon y toda la cosa, hasta esa época duro

luchando, pero cuando él estuvo luchando ya había tenido nexos con las FARC que en esa época

ya existían, cuando Lleras Restrepo. Entonces la amnistía de nada sirvió porque a una gran

cantidad de combatientes los mataron, los asesinaron. ¿Entonces qué ocurrió? Las guerrillas de

Pedro Antonio Marín ya se habían amnistiado pero a raíz de que vieron todas esas cosas,

volvieron a armarse, a raíz de que vieron que la amnistía estaba fallida, ellos volvieron a

organizarse y es donde comienza a organizarse nuevamente la guerrilla y es donde ya cambia el

nombre de la antigua guerrilla por, eso ya fue en el 64´, pero ya habían tomado el nombre de

Fuerzas Armadas Revolucionaras de Colombia, hay un libro de Pablo Bautista, de los libros que

se han escrito de los Bautista uno es Fuerzas Armadas Revolucionarias de Casanare se llama la

Violencia en los Llanos Orientales, Fuerzas Armadas Revolucionarias de Casanare (FARC)

entonces de ahí tal vez tomaron los otros tomaron el nombre de Fuerzas Armadas

Revolucionarias de Colombia.

Ellos (las Guerrillas Liberales) ya estaban unidos con el Tolima, entonces ya tenían una idea de

tomarse el poder, yo que hable con un comandante que es Berardo Giraldo, conocido como el

tuerto Giraldo. Entonces la idea era que un grupo, el grupo de los Bautista se venía por el lado de

Miraflores, otro grupo se venía por el lado de Chica, ahí estaba Rosendo Colmenares, Minuto

Colmenares comandando ese grupo, y en el centro iba Berardo Giraldo, el tuerto Giraldo, que él

estaba por los lados de Támara, y los otros se venían del lado de Marquetalia y entonces atacaban

al gobierno por los cuatro costados, la cuestión fallo precisamente a raíz de la muerte de los

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Bautista y de la subida de Rojas Pinilla, ya que el manejo con un criterio muy humano todo eso

que ocurrió, obvio que rojas pinilla no estuvo metido en nada contra los amnistiados sino era el

grupo de pájaros que había quedado insertado en la policía.

De Sogamoso fue cuando en esa época vino Eduardo Franco Isaza, que es de Sogamoso, pero

pues hacendados, sobre todo en la parte de Casanare ya habían algunos hacendados, porque era

la comunicación con Sogamoso, y especialmente un grupo de hacendados fueron los que ya

iniciaron esa parte de las Guerrillas de Paz, pero ellos no hicieron mayor cuestión, mayor mella,

porque casualmente en Corinto y en la unión de la parte montañosa con agua azul estaban los

Fonseca, estaban los Calderón, que ellos tenían dominado ese sector, por eso ese grupo de las

Guerrillas de la Paz no funciono mucho, de pronto estuvieron casualmente influidas por los

Chulavitas y por el SIC, que metió gente dentro de las guerrillas, que fue en la guerrilla Bautista,

y metió gente a formar una guerrilla de réplica, una guerrilla civil, contra la guerrilla tradicional

liberal, pero fíjense que ustedes en la parte histórica encuentran que ellos casi no combatieron

contra las Guerrillas Liberales, las Guerrillas Liberales ya tenían una experiencia tenaz hasta el

punto que hicieron tambalear al gobierno y yo creo que a raíz de todas esas cosas es que Rojas

Pinilla aprovecha la situación y da el golpe. Esa es a grandes rasgos, yo conozco todo Casanare

y la mayor parte de Arauca y como la mitad del Vichada, entonces yo tuve mucha oportunidad

de hablar con la gente, con los que fueron soldados rasos de la guerrilla, y pues todos siempre

coinciden en mencionar a los Bautista como los ejes de esa lucha.

Entrevistador: Existe una teoría que dentro de las guerrillas lo que sucedió fue que los Bautista

con esa unión que se hizo se contaminaron con ideas marxistas que se salían del canon liberal.

No pero no fue tanto por eso, sino como le digo, fue porque los infiltraron, no recuerdo, yo

después les consiguió la información, hay un libro que se llama Tulio Bautista, arma de

emancipación popular en el Llano.

112

Entrevistador: ¿antes de la revolución y después de la revolución que cambios sociales se

pudieron percibir? ¿La brecha de desigualdad en el país, sobre todo en la región de los Llanos,

logro cerrarse un poco con el movimiento?

Respecto a la brecha social, antes del conflicto había mucha explotación que era como una

herencia de los españoles y del grupo que quedo de los españoles y que quedo reemplazando a

los españoles, y de los propios partidos políticos, porque pues en esa época la explotación de las

propiedades y de los terrenos campesinos era muy fuerte en la cual unos tenían que trabajar para

los dueños. Pasado el conflicto y venida los diálogos de paz, la situación cambio mucho en el

aspecto de que ya no hubo tantas muertes, ni tanta persecución, ni nada. Y sobre todo porque,

ustedes saben que Rojas Pinilla creo unas ayudas a la población desplazada, que se llamó la

rehabilitación, pal caso nuestro a nosotros nos dieron $14.000 que con eso logramos arreglar un

poquitico la casa que teníamos porque mientras nos fuimos para Bogotá hubo mucha destrucción

de la casita, pero en cuanto a mejoras en la parte educativa, en la aporte de salud, en la parte

social no fue mucho, porque todavía las personas que generaron la violencia por parte del

gobierno estaban vivas y estaban actuando, habían cogido terrenos, habían hecho

desplazamientos, entonces realmente no hubo mejoras y por eso es que el conflicto continua,

continua en algunas partes de los llanos como en el caso de DumarAljure que no entrego armas

ni nada y en el caso ya del Tolima donde volvió a impulsarse la lucha armada.

Entrevistador: Frente a la amnistía, ¿cree usted que eso fue realmente fue un proceso de paz o

fue no más un artilugio de Rojas Pinilla para darle fin a las Guerrillas Liberales?

Inicialmente cuando se habló de algunos acercamientos, antes de la subida de Rojas Pinilla,

nunca se pensó que eso era fructífero, porque eso era entregar la lucha para unas personas que

tenían el poder y que seguían cometiendo muchos asesinatos, con Rojas Pinilla se hizo un avance

en la cuestión del conflicto y en el logro de la paz, pero sin embargo, a pesar de que no fue

voluntad del gobierno, concretamente del presidente, porque él comenzó a impulsar unos

113

cambios sociales muy importantes, pero los actores de todos los genocidios y los actores de la

violencia estaban intactos y ellos siguieron cometiendo crímenes un poquito ya más disimulados,

pero siguieron cometiendo los crímenes, y a última hora vean que la creación del Frente

Nacional, después de la caída de Rojas Pinilla, fue más o menos la continuación de la

explotación y de ciertos asesinatos que se siguieron cometiendo como en el caso de Guadalupe

Salcedo en 1957.

Entrevistador: ¿cuál cree usted que fueron las principales razones y factores que llevaron a las

Guerrillas Liberales a entregarse? ¿Porque aceptaron lo que les proponía el gobierno?

Ellos lo aceptaron especialmente porque la lucha no se logró para la toma del poder, por una

parte, y por la otra, porque Rojas Pinilla si prometió cosas muy importantes y comenzó a hacer

cambios sociales muy importantes, a crear instituciones muy importantes, entonces siempre se

pensó que desde que no hubiera violencia de parte del gobierno, se podía hacer un dialogo de

paz, lo que pasa fue que al devenir del tiempo la situación no fue mejorando y por eso es que, lo

repito, se volvieron a conformar los grupos de resistencia social y volvieron a renacer los grupos

que ya se cambiaron los nombres de los pájaros por otros grupos de tipo paramilitar. El SIC se

cambió por el da rural DAS rural. Pero el DAS rural siguió persiguiendo a las personas que no

estaban de acuerdo con el gobierno y hubo desapariciones de muchas personas por parte de esa

agrupación

Entrevistador: es correcto el término Bandoleros para agrupar a las Guerrilla Liberales

El termino está equivocado, porque bandoleros eran tanto liberales como conservadores que

asesinaban, o robaban o asediaban a las personas entonces pues sí, hubo grupos bandoleros, la

palabra bandolero es eso, que tiene una banda, sea de un grupo o del otro, una banda de

delincuentes o una sola persona, ataca las personas, les roba, asesina, etc. Pero las Guerrillas no

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se pueden poner en ese término porque ellos fueron a defender su familia, a defender la nación, a

defender los derechos de las personas, y ellos se conformaron como frentes con su nombre

propio: Guerrillas Liberales que los llamaban más bien eran Chusmeros, pero bandoleros eran los

propios Pájaros y los propios delincuentes que venían del lado de los grupos de derecha tanto

liberales como conservadores

Entrevistador: hablando de los grupos de derecha, que tanto afecto los chulavitas el

enfrentamiento guerrillero, si fue un contrapeso a las Guerrillas Liberales o fue más una

agrupación que atormento más a la población civil

Si fue una población que ataco precisamente a la población civil y nunca a la Guerrilla Liberal

porque ellos nunca se fueron a enfrentarse militarmente con las Guerrillas, quienes se

enfrentaban militarmente eran la policía o el ejército, pero los tales chulavitas eran lo que hoy

son los paramilitares que atacaban era a la población civil, que de pronto tenían familiares, o

tenían nexos, o simplemente eran liberales populares que en esos tiempos los llamaban

cachiporros y los llamaban collarejos, entonces quien se consideraba cachiporra o collarejo era

atacado por los chulavitas con el fin de esconder la acción de la tropa del gobierno, pero de todas

maneras no se enfrentaban a las Guerrillas precisamente porque no eran grupos armados sino

grupos paramilitares que andaban un poco sueltos en diferentes municipios de Colombia

atacando a la población liberal y a la población que tenía algún nexo de familiaridad o algún

nexo de una relación mayor con los alzados en armas que estaban defendiendo a la población

civil que permanentemente era desplazada

Entrevistador: si no se hubiera dado la dictadura de Rojas Pinilla, ¿cree usted que las

Guerrillas Liberales se hubieran tomado el poder, tenían la suficiente capacidad militar para

hacerlo?

Si tenían la suficiente capacidad porque las Guerrillas Liberales ya estaban unidas con las

guerrillas del Tolima y con otros grupos armados y ya habían pensado en llegar a tomarse el

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poder precisamente lo que impide que ellos continúen en la idea de tomarse el poder es

especialmente por la llegada de Rojas Pinilla al poder.

Entrevistador: si en el actual proceso de paz se firmara un acuerdo y que luego el gobierno

comenzara a asesinar paulatinamente a sus líderes. ¿Qué pasaría, se repetiría el ciclo?

¿Seguiríamos en una violencia constante?

Ahora la situación es diferente porque ahora hay mucha mayor delincuencia de otros ordenes que

en esa época, ustedes ven que ahora los menores de 18 años en las ciudades andan cometiendo

actos delincuenciales y a través de la televisión dañina los cerebros de los nuevos jóvenes se

están descomponiendo y ese tipo de información de la televisión los está llevando a cometer

crímenes, a convertirse en drogadictos y por ende a cometer fechorías, entonces eso implicaría

que un proceso de paz no llegara a buen término, porque eso frenaría cualquier acuerdo social.

Además, en la actualidad fuera de lo que esta ocurriendo en la juventud, están todavía vivos los

grupos paramilitares y ciertos grupos militares tampoco estarían apoyando un proceso de paz y

simplemente los que salieran a la vida civil de los luchadores, en la actualidad, iban a ser

atacados por los grupos paramilitares porque todavía en la política existen dirigentes

paramilitares

Entrevistador: cuales cree que fueron los principales aportes de las Guerrillas Liberales a

manera general.

Los principales que dieron las Guerrillas Liberales es a factores constitucionales en las cuales la

rebeldía y la defensa de los derechos es un acto institucional y por ende eso invita a las personas

a que cuando sean tacadas en forma brutal como lo hicieron, a que se defiendan, es ese libre

derecho a la defensa que enseño esa guerrilla y tal vez por esas mismas circunstancias se

fundaron guerrillas de otro género pero en sí fue un principio por que Colombia cometió los

crímenes más atroces que haya cometido gobierno alguno en el mundo.

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Entrevistador: Algo más que nos quiera aportar…

A decir que Todos ojala, el sueño es que vivamos en un mundo de paz, pero desafortunadamente

para eso tienen que haber unos dirigentes que verdaderamente se proyecten en gobiernos de paz,

que haya un cambio en la desigualdad, que haya un cambio en la información, tipo televisión,

por ejemplo, tipo radio, donde en lugar de atacar o impulsar a los jóvenes a que comentan

delitos, que más bien los impulsen a que corrijan los delitos y a que comiencen a luchar por un

progreso social y por una educación benéfica para toda la humanidad.

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Anexo 2. Documentos

Anexo 1

Fuente periódico el siglo 13 de noviembre de 1952

Anexo 2.

Fuente periódico el siglo 17 de septiembre de 1953

Anexo 3.

118

Fuente periódico el siglo 29 de diciembre de 1951