“La Criminología del Fenómeno Policial”

Las nuevas tendencias de la seguridad a nivel mundial encontraron cause en lo tratado por el Plan De Naciones Unidas para el Desarrollo, publicado en 1994, sin embargo, no fue hasta el año 2001 con la creación de la Comisión de Seguridad Humana que se establece la creciente necesidad de reformar el concepto de seguridad pública hacía uno con enfoque integral, basado en el progreso humano y la creación de políticas que favorezcan la implementación, permanencia y evolución de las condiciones que permitan el desarrollo y las libertades humanas.

Para que exista la posibilidad de que la Seguridad Humana sea una realidad alcanzable es necesario un complejo conjunto de acciones gubernamentales y sociales, enmarcadas en el ámbito de la legalidad, orientadas a solventar las necesidades humanas que se expresan en los factores de progreso social (economía sustentable, vivienda, educación, entre otros), a fin de robustecer las condiciones de sana convivencia en las diversas dinámicas colectivas. Sin embargo, este conjunto de políticas públicas adolece de un sistema capaz de mantener el orden comunitario, reflejado en altos índices delictivos y victimáles que resultan alarmantes cuando se tratan en su cifra negra.

Por lo tanto, la intervención criminológica sobre las acciones que buscan proteger y preservar los derechos humanos, específicamente en su arista policial, se propone como la ideal para coadyuvar en el fortalecimiento de las instituciones armadas consagradas para este fin.

La Criminología del Fenómeno Policial se define como la parte de la Criminología que se encarga del estudio científico de la policía, vista en su orden gregario e individual. Tanto en las actividades de proximidad social como en las que se gestan en el núcleo de las corporaciones. En el aspecto institucional, con la creación de políticas abocadas al mejoramiento de las condiciones en las que se realiza el quehacer policiaco conforme a lo establecido por los protocolos de actuación; abarcando la capacitación, los procesos de investigación, reclutamiento, permanencia, percepción social, y vinculación ciudadana. En la parte individual se trabaja directamente con el sujeto policía, reconociendo su integridad humana y su rol social; para fomentar la asertividad como forma de comunicación, fortalecimiento del espíritu de cuerpo, así como el combate y prevención de conductas de riesgo.

La Criminología del Fenómeno Policial se propone como una más de las Criminologías Especificas planteadas en México por autores como Erick Gómez Tagle y Wael Hikal, que entienden a estas

como ramificaciones de la ciencia criminológica consagradas a estudiar elementos específicos del fenómeno criminal, sus formas de prevención y represión, así como su etiología y formas de manifestación(Hikal, S.F).

¿Por qué la Criminología y no la Policiología?

A pesar de que autores como Gallardo Ortiz (2005) ven en la Policiología una cienciaque “estudia los fundamentos, el arte, los medios policiales y las funciones que desempeña”, la realidad es que en México no se cuenta con elementos teórico-prácticos que sustenten tal aseveración cientificista, es por eso que se atiende a Marleny, Marinda y Parisuaña Castillo (2010) cuando explican a la Policiología como un conjunto de técnicas basadas en reglas que buscan la correcta ejecución de las funciones policiales.Todo esto en el ámbito táctico-operativo. Por otro lado, la Criminología en su carácter general se define como:

Una ciencia empírica e interdisciplinaria, que se ocupa del estudio del crimen, de la persona del infractor, la víctima y el control social del comportamiento delictivo, y trata de suministrar una información válida, contrastada, sobre la génesis, dinámica y variables principales del crimen —contemplado éste como problema individual y como problema social— así como sobre los programas de prevención eficaz del mismo, las técnicas de intervención positiva en el hombre delincuente y los diversos modelos o sistemas de respuesta al delito. (García, 2003, pág. 47)

De la definición anterior es de interés rescatar lo relacionado a los modelos y sistemas diseñados para responder al delito puesto que de ello se desprende la facultad de esta ciencia para estudiar a las instituciones policiacas, en cuanto a su estructura, funciones y recursos, además de figurar un estudio ambivalente que contemple a la policía como institución y como un ser humano, con necesidades comunes a las del resto de la población.

Al contrario de la Policiología, la Criminología es capaz de figurar un estudio incluyente sobre las diversas perspectivas de las ciencias que han abordonado el fenómeno policial y las que sirven como apoyo en el mejoramiento de las condiciones institucionales/personales de los que integran los cuerpos policiacos. Es decir, que no reduce su campo de estudio al de las tareas policiales, sino que mantiene una mirada integral del fenómeno para así intervenir con medidas preventivas y represivas sobre los sujetos involucrados en el proceso delictivo.

El estudio del Fenómeno Policial.

Sabiendo entonces que la policía puede ser abordada desde sus ámbitos gregario y personal, existen tareas específicas que la Criminología Policial podría solventar en este medio, tales como:

-La aplicación de planes de prevención delictiva diseñados bajo circunstancias territoriales específicas: Regularmente la respuesta del Estado frente al delito contiene explícitamente una tendencia represiva que domina sobre las condiciones de prevención. En México el Programa Nacional de Prevención del Delito contempla el fortalecimiento de la cohesión social y una “serie de acciones interinstitucionales que tengan capacidad para abordar las causas y prevenir factores de riesgo”(Comisión Intersecretarial para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia, 2013), sin embargo, en su mayoría, estas políticas carecen de un sentido práctico y pocas veces son llevadas a cabo en los Estados y Municipios, por carecer tanto de personal capacitado para realizar por completo el proceso de creación de un plan preventivo, como de recursos materiales y económicos que apoyen estos fines. Es por eso que suministrar de materia criminológica a las instituciones policiales contribuye a la prevención delictiva, más allá de la prevención situacional acostumbrada por los oficiales.

-Capacitación en temas relacionados a la seguridad pública: La labor policiaca en México sufre un fenómeno de descomposición conforme se acerca a la realidad social, es decir, que los elementos reconfiguran su sistema de valores y lo adaptan a la dinámica en la que desenvuelven sus actividades. Por lo cual, es necesario mantener una capacitación constante que cubra las deficiencias académicas y laborales del elemento policiaco, especialmente en las corporaciones municipales que no son contempladas por el SIDEPOL, y donde no es requisito haber cursado una academia policial anterior a la contratación, circunstancia que obliga a los elementos a aprender de manera empírica los conocimientos laborales necesarios. En este sentido el criminólogo como capacitador podría segmentar está función respecto al Programa Estratégico para el Redireccionamiento de las Acciones Policiales de Seguridad, y lo propuesto por Gómez del Campo Díaz Barreiro (2010) en su libro “En búsqueda de un perfil policial en México”, de la siguiente forma:

Eje I: Marco Jurídico de la Seguridad Pública en México.

Eje II: Generalidades de la Criminalística (sesiones prácticas y teóricas).

Eje III: Atención a ofendidos y víctimas del delito.

Eje IV: Derechos Humanos.

Eje V: Relación policía-sociedad.

Cabe aclarar que para establecer los ejes temáticos es necesaria la realización de un diagnóstico de las condiciones actuales en la corporación policiaca, puesto que las necesidades de capacitación tienden a ser elementos variables, sobre los cuales el investigador debe estar consciente (Clarke & Eck, 2008).

-Formación de estadísticas y mapas geodelictivos: Entender cómo se desarrollan las zonas criminógenas en la región es de esencial importancia en la prevención y combate al delito, además de que permite una mayor vigilancia y administración del movimiento policiaco a fin de mejorar la capacidad y tiempos de respuesta en llamadas de emergencia(Gómez del Campo, 2010). Esto se logra mediante el conocimiento directo de las zonas conflictivas, a través de visitas de estudio, denuncias, informantes y comentarios de la sociedad. Se procede conforme a la metodología establecida en el desarrollo de estadísticas criminales para concentrarlas en bases de datos y diagramasque representan una zona geográfica determinada.

-Procesos de reclutamiento: En México, el artículo 21 constitucional, apartado “A” sustenta la capacidad de la Federación, el Distrito Federal, los Estados y los municipios de normar respecto a los procesos de selección e ingreso a los cuerpos policiacos. Si bien es cierto que la administración pública ha desarrollado un entramado metodológico para la captación del personal que labora en las instituciones policiacas, como el llevado a cabo por el Centro de Control de Confianza, más cierto es que el modelo actual de certificación policial no mantiene estándares específicos tanto para puestos como para zonas territoriales(Torres, 2013). Por otro lado,los recursos humanos y materiales para certificar al total de los integrantes de los cuerpos policiacos es insuficiente, ejemplo de ello es que tras tres años de haber comenzado este proceso en el Estado de México, según cifras de la Secretaria de Seguridad Ciudadana (2013), solo se ha evaluado 14470 de los 23808 elementos municipales, es decir, el 68.78%, por lo que se estima que al termino de otros 3 años se podrá solventar el 100% de los elementos, tomando en cuenta las re evaluaciones y las nuevas afiliaciones. Cabe destacar que dichos procesos de evaluación a nivel municipal, en su mayoría, son llevados a cabo post contratación del elemento, por lo que deberá esperar a ser evaluado para contar con el ahora requisito de permanencia, en caso contrario, será dado de baja,

por otro lado, si las evaluaciones pudieran hacerse como requisito indispensable para la contratación (como sucede en la Policía Federal) se evitaría el ingreso de agentes nocivos a la corporación que durante el lapso de tiempo que transcurre entre contratación y despido pudieran obstaculizar las funciones de seguridad, todo esto bajo la idea de que la evaluación pudiera asegurar la contratación de agentes cuyo perfil fuera el idóneo para la región y la administración pública.

Por lo tanto, se requiere participación de expertos en seguridad pública que brinden una perspectiva integral del sujeto policía en su esfera biopsicosocial, tanto en la reestructuración del modelo de certificación policial, como en los procesos de reclutamiento regionales a modo de pre evaluación.

-Perfilación policial: La ciencia criminológica en su rama forense es capaz de desarrollar complejos procesos de identificación criminal por medio de métodos inductivos y deductivos que configuran los llamados “perfiles criminales” bajo la idea de que la personalidad del criminal se manifiesta en el lugar de los hechos, pero, este no es el único tipo de perfiles que pueden ser creados por el criminólogo.En su aspecto policial, la Criminología hace uso de la transdisciplina para generar conocimientos derivados de ciencias afines. Con la actual dinámica social y delictiva es necesario establecer un perfil basado en la composición biopsicosocial del sujeto que quiere ser policía, pues no es suficiente un conjunto de programas y métodos de selección mientras no se analice al aspirante en forma holística, buscando entender sus motivaciones, vínculos sociales y personales, factores que lo hacen proclive al delito como aquellos que los alejan (factores criminorepelentes) para evitarlos o fortalecerlos.

La importancia de crear perfiles policiacos adecuados a cada región se sustenta al entender que no es posible admitir un perfil general para todas las zonas territoriales, fundamentado esto sobre los siguientes aspectos:

Las diferencias culturales entre regiones del país;

Aspectos socioeconómicos que delimitan comportamientos específicos en la zona;

Existencia o no de zonas industriales, rurales, urbanas, semiurbanas, de conflicto y de baja incidencia delictiva;

Recursos económicos en la gestión de programas por parte del Estado;

Fuerza política dominante;

Conocimiento del territorio sobre el que se tienen facultades;

Diversos usos y costumbres;

Necesidades de seguridad determinadas;

Protocolos diversos de actuación policial;

Especializaciones policiales, y

Nivel educativo de la región. (Yáñez, 2003)

Es cierto que se requiere una base “estándar” de selección, pero no es posible decidir la contratación de personal solo en base a lo arrojado por el Centro de Control de Confianza, puesto que requiere un análisis profundo para identificar características sacrificables que se compensen con otras latentes en el aspirante.

-Asesoría general en temas de seguridad pública: La policía desempeña de manera diaria una serie de tareas bajo exigencias que se platean sobre algo que no debería suceder, y están determinadas por situaciones de emergencia, es decir, un elemento de conflicto social, por lo que la disfuncionalidad policiaca y la falta de métodos de gestión comunitaria son las causantes de que exista una brecha en la vinculación del policía con la sociedad. Sobre estos factores se plantea el trabajo criminológico enfocado a la solución de los conflictos sociales mediante la intervención policiaca, soportada en conocimientos teórico-prácticos sobre el acontecer delictivo(formas de manifestación criminal, prevención y control), es decir, el criminólogo deberá ser un analista delictivo bien ilustrado sobre las dimensiones y modalidades delictivas registradas en la comunidad, para aportar la información necesaria con la que se pudiera generar inteligencia policial.

-Detección de agentes nocivos para la corporación: La naturaleza del trabajo etnográfico permite al investigador el acercamiento directo con la población en estudio (Murillo, S.F), es cuando el criminólogo puede conocer de primera mano la complejidad que reune la dinámica policial, mediante el trato constante con todos los que integran los cuerpos policiacos. Debido a que, en estos ambitos, no es posible hacer investigación certera sin al menos acercarce al campo. Esta aproximación al núcleo intimo de las corporaciones armadas le permitiría al criminólogo la detección tanto de agentes con vicios laborales (corrupción, indisciplina, sublevación al mando, entre otros), como la de oficiales con capacidades sobresalientes a los que se deba reconocer. Esto con la finalidad de fomentar la gestión del talento humano, prevenir y combatir la criminalidad policial, y la gestión eficiente de otras acciones encamindas a la preservación del orden y la paz pública.

-Atención a víctimas del delito: En cierta parte de la sociedad existe un sentimiento de marcada repulsión hacía la figura del policía (o toda aquella que represente autoridad), a pesar de que este fenómeno requiere un estudio profundo de la psicología humana (la mexicana, en el caso concreto), es posible argüir sobre el binómio sociedad-policía como una relación conflictiva, donde uno agrede al otro y este encuentra la forma de devolver la agresión, y puesto que la frase “la policía agrede a los que protege” es una aseveracíón riesgosa, tendría que analizarse el porqué de estas manifestaciones. En este sentido, el criminólogo con conocimientos sobre intervención en crisis victimo-criminológicas puede asesorar a los oficiales en cuanto a la comunicación asertiva y transmisión clara de ideas para la solución de conflictos.

La doble victimización ocurre cuando en el individuo sufre un delito y al denunciar el acto las autoridades hacen caso omiso, provocan el cohecho, degradan, insultan o acusan a la víctima; esto resulta en la certeza del acusado de que no sufrirá consecuencias jurídicas, y el detrimiento en la confianza y respeto hacía la autoridad (Ministerio Público, policía, entre otros).

Para evitar que el ciclo de la violencia entre policía y sociedad continue, así como la doble víctimización, es necesario que el oficial efectue prodecimientos apegados al respeto de los derechos humanos. Esto se logra capacitando a los cuerpos armados en materia de victimología y derechos humanos, pero el aprendizaje (o repetición en el peor caso) de conceptos y terminologíasobre estos temas no garantiza su ejecución, por lo que se recomiendan las sesiones prácticas sobre casos de atención a víctimas.

Cabe aclarar que la ejecución de las actividades mencionadas se hace más factible en las corporaciones policiacas estatales y municipales, debido a que las instituciones federales cuentan con divisiones asignadas a tareas específicas, y para que el criminólogo pudiera insertarse en ellas (y realizar Criminología), tendría que crearse un área únicamente de Criminología, puesto que los criminólogos que laboran en la Comisión Nacional de Seguridad, específicamente Policía Federal, son reclutados en cualquiera de sus divisiones, por no contar con dicha área.

Consideraciones finales.

En palabras de Robert Reiner (2010), durante mucho tiempo la Criminología obtuvo la materia prima de sus estudios únicamente del fenómeno delictivo y los centros penitenciarios, pero el aumento desmedido en las tasas de criminalidad, las denuncias por violaciones de derechos humanos por parte de servidores públicos y en general, las limitadas acciones para prevenir y

combatir el delito llevaron a los investigadores conductuales y sociales a fijarse en lo que sucedía dentro de las instituciones encargadas de prevenir y controlar el crimen, mas no fueron suficientes las investigaciones cuyo objeto de estudio era la policía y se terminó por relegar este fenómeno hasta nuestros días… Actualmente la Criminología se enfrenta al juicio social que demanda soluciones, resultados que no solo expresen en pomposos discursos político-mediáticos, si no que se vuelvan tangibles, es necesario un cuerpo de policía capacitado y pendiente del acontecer delictivo y victimal en su región, facultado tanto para combatir como para prevenir. Es entonces que la Criminología Policial se perfila no como la panacea al fenómeno de descomposición policiaca, pero sí como una opción firme en la que se puede establecer todo un sistema de mejoramiento institucional y personal de la policía. Todo con el fin de concretar lo consagrado en el 21 constitucional: la paz social.

Si el delito y la violencia son la oscuridad… la Criminología no es la luz, pero sí la que puede cambiar el foco.

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