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Cerro, Gladys Verónica
Director: Pablo Bonavena
Tesis presentada para la obtención del grado de Licenciada en Sociología
Cita sugerida Cerro, G. V. (2008) La construcción de la subversión como "lo otro" de la sociedad argentina : Los meses previos al golpe de estado en marzo de 1976 [en línea]. Trabajo final de grado. Universidad Nacional de La Plata. Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación. Disponible en: http://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/tesis/te.672/te.672.pdf
La construcción de la subversión como "lo otro" de la sociedad argentina : Los meses previos al golpe de estado en marzo de 1976
Universidad Nacional de La Plata
Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación
Tesina.
Departamento de Sociología
Carrera: Licenciatura en Sociología
Director: Pablo Bonavena
Alumna: Cerro, Gladys Verónica
Legajo: 61243/8
“LA CONSTRUCCIÓN DE LA SUBVERSIÓN
COMO “LO OTRO”
DE LA SOCIEDAD ARGENTINA LOS MESES PREVIOS
AL GOLPE DE ESTADO EN MARZO DE 1976”
2
INDICE
Presentación
Estado de la cuestión
“Punto de Partida”
Justificación y Propósitos de la Investigación
Decisiones metodológicas
Discurso y recorte temporal
El discurso
Marco conceptual
Condiciones de posibilidad del discurso: Contexto histórico – social
“Crónica de una muerte anunciada”
El último gobierno de Perón y el desgobierno de Isabel
“Subversión no era cualquier cosa”
La reconstrucción (resignificación) en el discurso sobre la subversión
Consideraciones Finales
Bibliografía
Anexos
7
10
21
21
23
27
32
32
39
48
48
57
57
70
75
79
3
Resumen
Los meses anteriores al golpe militar de Marzo de 1976, resultaron claves en
el avance de distintos sectores que se alinearon hacia la toma del gobierno por las
Fuerza Armadas. La forma y la cantidad en que circuló el discurso sobre la
subversión, en los medios gráficos, posibilitó una nueva mirada sobre la situación de
crisis vivida en el país, desde donde estos sectores de la sociedad demandaban
“normalidad”. En el presente trabajo se sostiene que la prensa jugó un papel central
en la consolidación de la idea de subversión como “lo otro” de la sociedad para
argumentar la salida del “caos” y el paso a la “normalidad”. La prensa, como medio
masivo de comunicación, es uno más de los dispositivos de poder sobre los que se
apoya un sistema de dominación. En este sentido no sólo se indaga la voz del diario,
expresada en la nota editorial, sino también las voces de otros actores que ocuparon
otros espacios como solicitadas, notas de opinión y artículos en general. La búsqueda
estuvo centrada en los ejemplares del diario La Nación entre los meses de
Septiembre de 1975 y Marzo de 1976. El tipo de análisis abordado tiene como
herramientas un conjunto de categorías presentadas por Foucault en sus dos grandes
propuestas teórico-metodológica, la Arqueología y la Genealogía.
La exploración a partir de esta fuente y orientado por el análisis elegido, es un
intento más para avanzar en el conocimiento de uno de los momentos más críticos y
complejos en la historia de la sociedad argentina. El carácter ambicioso de tal
análisis por supuesto no queda concluido en este trabajo, su pretensión se centra en la
búsqueda de nuevos interrogantes y nuevas miradas sobre el tema.
4
Palabras claves Prensa - Subversión – Acontecimiento discursivo - Formación discursiva – Práctica
discursiva – Enunciado –– Poder – Sujeto – Subjetividad – Sistema de Dominación.
5
“¿Cómo están racionalizadas las relaciones de poder?”
Foucault, Michel. La vida de los hombres infames. Pág. 204.
“El lenguaje de la dictadura incurrió en una vaguedad deliberada y feroz cuando
acuño el concepto de “subversión” y lo utilizó en lugar del de “terrorismo” o “guerrilla”.
La subversión era más que el terrorismo, más que la guerrilla, que eran la “expresión
armada” de la subversión. La subversión era todo cuanto atentara contra “el estilo de vida
argentino” o contra el “ser nacional”. Y como estilo de vida argentino o ser nacional eran
indefinibles y por consiguiente absolutos, “subversión” podía ser cualquier cosa.”
Feinmann, José Pablo. La sangre derramada. Pág. 48.
“La conciencia moderna tiende a otorgar a la distinción entre lo normal y lo patológico el
poder de delimitar lo irregular, lo desviado, lo poco razonable, lo ilícito y también lo
criminal. Todo lo que se considera extraño recibe, en virtud de esta conciencia, el estatuto de
la exclusión cuando se trata de juzgar y de la inclusión cuando se trata de explicar. El
conjunto de las dicotomías fundamentales que, en nuestra cultura, distribuyen a ambos lados
del límite las conformidades y las desviaciones encuentra así una justificación y la
apariencia de un fundamento”.
Foucault, Michel. La vida de los hombres infames, Pág. 13.
6
PRESENTACIÓN
¿Cómo se construyó la figura del “subversivo” sobre la cual actúo la
persecución de la última dictadura militar? ¿De qué modo circuló en la prensa el
discurso sobre la subversión, no ya como actos de grupos armados, sino como lo
anormal, lo no argentino? ¿Por qué es posible identificar entre los meses de
septiembre y octubre de 1975 una resignificación del discurso sobre la subversión en
la prensa, que logra articularse como una demanda de toda la sociedad? En síntesis,
¿Cómo se consolidó una nueva mirada sobre la subversión los meses previos al golpe
de Estado de 1976?
El presente trabajo se propone indagar los cambios producidos en la idea de
subversión a mediados de la década de 1970, con particular atención en los medios
gráficos de comunicación. Más específicamente como se fortaleció una nueva mirada
sobre la subversión los meses previos al Golpe de Estado de 1976. La propuesta está
orientada a identificar en qué momento y de qué manera la presentación en la prensa
de una idea vaga, indefinida y oscura de subversión, permitió instalar, desde la visión
de los sectores más conservadores, la idea de las “fuerzas disolutorias” de la nación,
identificadas con todo aquello que se denominaba subversivo y que se enfrentarían a
las fuerzas del orden nacional, católico y occidental; utilizado así durante la segunda
mitad de la década de 1970 para justificar la represión ilegal y el terrorismo de
Estado. La llegada de las Fuerzas Armadas a la toma del gobierno no sólo se valió de
la situación de crisis política y guerra civil vivida en el país desde fines de la década
7
del 60, sino también de la certeza en que el orden social necesitaba de la extirpación
del “mal de la subversión” con el reconocimiento de la sociedad. Este nuevo orden
social iba a facilitar, a su vez, un “nuevo orden económico” que tendría al mercado
como instrumento disciplinador.
Una primera hipótesis es que en los meses anteriores al golpe militar de
Marzo de 1976, la prensa jugó un papel central en la consolidación de la idea de
subversión como “lo otro”. La forma y la cantidad en que circuló el discurso sobre la
subversión posibilitaron una nueva mirada sobre la situación de la crisis vivida en el
país, desde donde distintos sectores de la sociedad demandaban “normalidad”. Entre
los meses de Septiembre y Octubre de 1975, la subversión aparecía como el
problema central al que debía enfrentarse no sólo el gobierno sino todos los poderes
y fuerzas del Estado nacional. Esta ampliación en la lucha contra la subversión se
resolvió con la firma de los Decretos de aniquilamiento de octubre de 1975,
entendidos, según los propósitos del presente trabajo, como “acontecimiento
discursivo” en términos de Foucault.
En este marco resulta de interés explorar el papel que jugaron los medios
gráficos de comunicación en la circulación de ciertos discursos que a partir de la
situación de “guerra civil”, planteaban la peligrosidad de todo lo que definían como
“subversivo”. Por otro lado, y abriendo el debate a partir de la última expresión de
Feimann en la cita de la introducción, subversión ¿era “cualquier cosa”?, esa suerte
de indefinición, sin embargo, no lo era tal para los sectores que ocuparon el poder a
partir del golpe del 76.
Esta indagación parte de un análisis del discurso que no pretende ser
exhaustivo, pues se enmarca en la idea de formación discursiva desde la cual Michel
8
Foucault elaboró gran parte de sus obras. En particular se considera central el
concepto de prácticas discursivas que se presenta en el marco conceptual. Es decir,
se parte de una concepción que considera el discurso fundamentalmente como
práctica capaz de transformar y construir nuevas prácticas. No es el discurso “en sí”
lo que determina la indagación de este trabajo, sino las reglas que determinan su
formación, aparición, emergencia y singularidad; lo que se ha puesto en
funcionamiento a partir de él en la sociedad argentina de mediados de la década del
70, en particular los meses previos al golpe de Estado de 1976.
Un primer acercamiento consiste en la presentación de trabajos previos, que
han abordado la temática presentada y que resultaron de suma importancia. Puede
observarse que a pesar de la diferencia en la delimitación temporal del problema, en
cada caso hay una estrecha relación en el interés de avanzar en el camino de la
comprensión y el análisis de una parte de nuestra historia reciente como parte en el
complejo proceso de construcción de la sociedad argentina de la que somos parte
hoy.
9
ESTADO DE LA CUESTIÓN
Los trabajos que se han dedicado a la relación prensa - dictadura, como a la
idea de construcción en el discurso del “mal” llamado subversión, si bien retoman la
década del 70 e inclusive la del 60, definen el problema a partir del momento en que
se concreta el Golpe de Estado de 1976. En algunos casos más que en otros la
relación con los medios y/o con la prensa, más específicamente, es el eje puesto en
discusión y por ello pertinente su mención en este trabajo. De este modo han sido un
gran aporte al tema propuesto.
Cabe mencionar entre ellos el libro de Cesar L. Díaz “La cuenta regresiva,
La construcción periodística del golpe de Estado de 1976”1. Su investigación está
dedicada al tratamiento que los periódicos de la época le dieron al golpe desde
marzo de 1976 como un “hecho ya consumado”. Para ello su lectura recorre los
diarios más importantes de aquellos años, como La OPINIÓN, CLARÍN, LA
NACIÓN, LA RAZON, LA PRENSA. La nota de editoriales, según el autor, le
permite identificar los actores implicados y el perfil que cada diario sostenía. Su
análisis interpela la relación entre proceso político y proceso comunicacional,
centrado en al voz institucional de los diarios. Se pregunta cómo el “cuarto poder”
fue construyendo el escenario donde los distintos actores políticos y sociales
interactuaron y cual fue la responsabilidad de la prensa en la gestación y posterior
concreción del golpe de Estado. Considera la muerte de Perón como “el principio del
1 Díaz , Cesar L. “La cuenta regresiva, La construcción periodística del golpe de Estado de 1976”.Ediciones La Crujía. 2002.
10
final”, de allí la escalada de violencia política: la declaración del Estado de sitio de
noviembre de 1974, el paso a la clandestinidad del grupo Montoneros, el “Operativo
Independencia”, la huída de López Rega, la rebelión del Brigadier Capellini en
diciembre de 1975. De este modo, se sostiene que se llegaría a principios de 1976
con una opinión totalmente favorable a una interrupción del sistema
democrático2. La lectura de las notas editoriales, “como la conciencia abierta de un
diario”, permite distinguir al autor cada una de las posiciones, los juicios y la
explicación sobre el problema de la época que presentaban los diarios. En el diario
LA NACIÓN identifica la construcción de la enunciación para “el gran cambio”.
Este matutino pretendía, según el autor, tomar distancia de los acontecimientos y los
actores con el fin de dotar de una mayor credibilidad a su página editorial, el fin que
se perseguía era producir el gran cambio en la política argentina, generar consenso
entre sus lectores para aceptar el golpe como una alternativa inevitable al gobierno
justicialista. En el diario LA PRENSA lee una fuerte oposición periodística al
gobierno peronista, presentada como “los enemigos de siempre”. CLARIN y EL DIA
sostuvieron un periodismo que apeló a los “mensajes del silencio”. Es bien claro que
este trabajo hace referencia específica a la palabra de cada diario representada en las
editoriales y no rastrea la voz de otros actores que ocupaban espacios en los
periódicos con pretensión de ser la voz de “los argentinos”.
En la “La construcción discursiva del enemigo político” La Nación 1976 –
77, Paula Salguero se propone “identificar en el diario La Nación, las marcas
2 Los resaltados en negrita en el desarrollo del trabajo son propios.
11
discursivas utilizadas para la construcción del enemigo político durante el
primer año de la última dictadura militar en la Argentina3”.
Durante el desarrollo de su investigación se rescata un minucioso trabajo por
identificar y analizar los sucesos de ese período desde las construcciones simbólicas,
desde aquellas que definen los signos de la identidad y se develan como mecanismos
integradores o segregadores. Su búsqueda también lleva la impronta de develar las
coordenadas de lo que el suceso histórico denominó “lo Nuestro” frente “al Otro”
dicotómico y alterno.
Según Salguero, el rol de los medios de prensa gráfico fue decisivo en el
primer año de gobierno de facto. “La conceptualización que elaboraron aquellos
medios de comunicación sobre la diversidad, transformada en diferencia; sobre una
realidad pasible de ser construida discursivamente a partir de una imagen
marginadora, discriminadora y generadora de valoraciones explícitamente negativas,
de asociar dicha representación con signos de amenaza, patología o peligro es el eje
que ha guiado esta problemática”4.
Salguero nos propone pensar que, en esa construcción discursiva del enemigo
político lo que estaba en juego era todo el tejido social, la dictadura requería de la
legitimación de lo que iba a ser el período más represivo de la historia argentina. Y
desde este lugar desarrolla el abordaje histórico relativo a las condiciones de
producción del discurso.
3 Salguero Paula, “La construcción discursiva del enemigo político. La Nación (1976-1977)”. Tesis de grado. Departamento de Historia. Facultad de Humanidades y Cs de la Educación. UNLP, 2005. 4 Salguero, P. Op. Cit. 2005
12
En esta propuesta se intenta explicar cómo pensamos o concebimos el
Nosotros, qué inclusiones / exclusiones presuponen los procesos históricos, en
colocar la mirada en los procesos y transformaciones que son traducibles en prácticas
sociales, en las formas de conceptualización cotidianas, en los dispositivos que
operan en el plano de las representaciones colectivas, cómo se significan y
construyen.
En esta indagación realiza, también, un estudio desde el del análisis del
discurso que se expresa en la Página Editorial del diario La Nación, con el objetivo de
arrojar alguna luz sobre las cuestiones planteadas. El análisis proyecta reconocer las
categorías a través de los cuales se estableció la relación nosotros / otros dentro del
discurso a través de entidades de inclusión / exclusión que permitan la definición de
espacios de poder.
Sostiene así la hipótesis de que la definición del “enemigo político” como
amenaza extendida a los más variados ámbitos de la vida social constituyó el
principal recurso de cohesión de la identidad militar en un contexto de significativas
diferencias ideológicas y sin la profundización de la importancia del miedo como eje
motivador del mantenimiento de los antagonismos5.
El pensar en torno a la dicotomía entre “un nosotros y los otros” es en
particular lo que lo acerca en gran medida al propósito del trabajo presentado, hay
una misma inquietud que nos lleva a replantear no sólo el lugar de los medios sino la
circulación de significados en el conjunto de toda la sociedad, que definen prácticas
sociales.
5 Salguero Paula, Op. Cit. 2005.
13
Queda aún como un interrogante abierto ver el discurso sobre la subversión
como parte de un proceso histórico que no sólo legitimó el golpe de 1976, sino que lo
antecede y lo facilita. El discurso del cual la dictadura se apropio tenía una historia
política definida desde los gobiernos anteriores. ¿Cómo se llega al golpe del 76 con
un cambio no sólo político sino social y económico que se basó en la persecución y
desaparición de ciudadanos? ¿Cómo se produce el cambio de una sociedad
movilizada a una suerte de “sociedad encapsulada”?
En un trabajo realizado sobre el “Operativo Independencia” por un grupo de
investigadores del Instituto Gino Germani se intenta rastrear, desde ese
acontecimiento, el lugar de la sociedad en el proceso que se había abierto en 1969
con la lucha de masas. Para estos investigadores6, “en Argentina el desarrollo del
proceso genocida de la década del ’70, según los autores, no fue obra de unos
militares perversos y desquiciados. Una violación masiva de derechos humanos exige
la participación activa y la complicidad de grandes porciones de la sociedad. (...)
Durante años, se ha intentado instalar la idea de que la dictadura militar,
autodenominada “Proceso de Reorganización Nacional”, fue un trágico período
donde se enfrentaron grupos armados (por un lado las organizaciones subversivas al
margen de la ley y, por el otro, las FF. AA. legales y grupos paramilitares) por sobre
una sociedad que se situaba absolutamente al margen de aquella contienda. (...) Sin
embargo para estos investigadores, la construcción de la legitimidad y la justificación
del aniquilamiento masivo se construyeron en situaciones socio- históricas
6 Artese, Matías; Roffinelli, Gabriela. “Responsabilidad civil y genocidio. Tucumán en años del "Operativo Independencia" (1975-76). Instituto de Investigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Buenos Aires, 2005.
14
particulares. “El pronunciamiento de discursos, la firma de solicitadas y la realización
de declaraciones públicas en apoyo del aniquilamiento, la represión y el exterminio
final de “la guerrilla fabril” o de “la subversión apátrida, foránea, extranjerizante”;
dan cuenta de ese proceso de construcción cotidiana del consenso ideológico.7” Esta
colaboración directa o indirecta y la construcción de legitimidad es lo que han
observado en la sociedad tucumana durante el Operativo Independencia en la
provincia de Tucumán, a partir de la lectura del diario provincial de mayor influencia
en todo el Noroeste del país. Las declaraciones y discursos extractados del diario La
Gaceta de Tucumán entre enero de 1975 y marzo de 1976, evidencian ese trasfondo
discursivo.
Este estudio implicó la selección del diario aquellas expresiones,
declaraciones y otros hechos referidos a las políticas represivas o que hacen mención
a la denominada “delincuencia subversiva”, tanto en el nivel provincial como
nacional. A partir de ese material, han construido indicadores que dan cuenta del
consenso y/o rechazo hacia el proceso de represión y aniquilación de personas,
inaugurado por el Operativo Independencia.
Es interesante para el presente trabajo la propuesta de pensar el lugar que
ocupo la sociedad en esa circulación del discurso sobre la subversión. En este sentido
cabría preguntarse, ¿Cómo circulaba el discurso entorno a la subversión en la
sociedad, qué hizo que gran parte de ella reconociera el Golpe de Estado de 1976
como necesario?
7 Artese, Matías; Roffinelli, Gabriela. Op. Cit. 2005.
15
Los autores consideran que “las declaraciones públicas y otros hechos
concebidos como representaciones de legitimación y consenso de las políticas
represivas provenientes de distintas fracciones sociales, formaron parte del sustento
ideológico del proceso de aniquilación de una fracción social declarada “enemiga”.
El trabajo consistió, entonces, en “comprobar y confirmar la legitimidad social
con que contó el Operativo Independencia en Tucumán. El análisis de los hechos,
registrados en el diario La Gaceta de Tucumán (entre enero de 1975 y marzo de
1976), ratificó una y otra vez, el proceso de construcción de dicho marco de
legitimidad y de consenso, así como los estrechos vínculos de colaboración
establecidos entre los representantes de la sociedad civil y política con los ejecutores
del plan de exterminio, el Estado y sus FF. AA., tanto en la provincia de Tucumán
como en el resto del país”.
De modo que, “durante 1975 en Tucumán, existió por parte de amplios
sectores de la sociedad civil y política la voluntad de alinearse con un régimen
genocida. El proceso genocida se inició con la condena abierta a un heterogéneo
conglomerado social, que conformó una verdadera alianza social contra-hegemónica
en el país desde fines de los años ‘60. Dicha alianza fue estigmatizada como
“enemiga” de la sociedad, como un otro negativo necesario de ser “extirpado” y/o
“aniquilado”. Los elementos simbólicos que intervinieron en un momento álgido de
lucha de clases, formaron parte de la lucha ideológica, que siempre tiene lugar en
forma paralela a las luchas desplegadas en el plano político y económico.”8
8 Artese, Matías; Roffinelli, Gabriela. Op. Cit. 2005.
16
Para estos investigadores el inicio del Operativo Independencia en Tucumán
hacia febrero de 1975 constituyó, el laboratorio de ensayo de la estrategia de aniquilar
a la fracción social popular que desafiaba el orden social establecido.
Las fuerzas sociales defensoras del orden social vigente diseñaron un plan
táctico y estratégico para derrotar social, política y militarmente a las fuerzas sociales
populares. Las categorizaciones referentes a la subversión o al enemigo subversivo
iban más allá de los integrantes de las organizaciones armadas. Desde el Estado pero
también desde otros ámbitos (conducciones burocráticas de los sindicatos, empresas,
iglesia, etc.), se desplegaron los mecanismos necesarios para delinear -con trazo
firme- en el imaginario social la figura del subversivo, como un sujeto peligroso y
destructivo, como un cáncer social que debía ser literalmente exterminado de la faz
del territorio nacional.
Desde una mirada más amplia, que apunta hacia la Doctrina de la Seguridad
Nacional vigente en todo el continente latinoamericano a partir de la segunda
posguerra Mundial, se sostiene la idea según la cual ésta funcionó como marco
ideológico y político para el desarrollo de la figura subversiva. La amplitud para
definir como “subversivo” a aquel sujeto que tuviese intención y voluntad de
querer subvertir el orden establecido, era extremadamente amplia. La
“subversión” se había convertido en una enfermedad general, inaceptable y
merecedora de la más pronta aniquilación. Surgía una suerte de demonio
“apátrida” y cultor de “ideas extranjerizantes” que era necesario destruir.
El “enemigo subversivo” era una realidad que debía construirse por
medio del lenguaje escrito y oral, no sólo en los lugares ceremoniales (actos,
misas, etc.) sino con la difusión masiva.
17
En ambos meses, octubre y diciembre de 1975, observan que la mayoría de las
intervenciones de personas protagonizan hechos referidos a la subversión.
Recordemos que en estos meses existen hechos significativos, como formulación de
decretos 9 y reunión del Consejo de Seguridad Nacional que ejecuta junto a las
cúpulas militares políticas “antisubversivas”. El mes de octubre está signado por
intervenciones de personas centradas en hechos que tienen que ver con la subversión
a nivel nacional (declaraciones de repudio a la subversión y actos de apoyo al ejército
no específicamente con el Operativo Independencia); y por demostraciones de
homenaje a las bajas del régimen (declaraciones, actos, etc.). Sin embargo, el mes de
diciembre -donde se registra la mayor cantidad de intervenciones- muestra otra
distribución. Aquí deja de haber dos grandes polos de atención, y las intervenciones
comienzan a distribuirse de manera más pareja.
Según lo desarrollado en el trabajo, la necesidad de detener “el flagelo
subversivo” e instaurar el orden se había instalado fuertemente en gran parte de la
sociedad tucumana.
Como puede apreciarse cada una de las investigaciones ofrece una lectura
crítica entorno a la construcción social del pasado reciente, los dos primeros trabajos
lo analizan una vez que se concreta el gobierno de facto de marzo de 1976, el aporte
de Salguero en cuanto a la distinción del enemigo político nos introduce en parte de
nuestra propia mirada, esto es pensarlo como parte de una construcción social. El
último reconstruye el uso y la circulación del discurso entorno a la subversión durante
9- Decretos 2770, 2771 y 2772 de octubre de 1975 que promueven la lucha contra la subversión por parte de las FF AA a nivel nacional. (Anexo 1)
18
el Operativo Independencia, en este sentido comparte la inquietud de volver al
período previo al golpe. En este caso a la segunda mitad de 1975, intentando rastrear
un poco más el “ánimo social y político” de la época. Se trata entonces de volver a
escuchar las voces de la época, en el momento en que fueron dichas, no sólo como
palabras sino como prácticas.
De acuerdo con Bajtin: el lenguaje participa en la vida a través de los
enunciados concretos que lo realizan, así como la vida participa del lenguaje a través
de los enunciados. Un signo importante del enunciado es su orientación hacia
alguien, su propiedad de estar destinado. (Bajtin, M. 1998)
Sólo a modo de curiosidad, resultan llamativas las expresiones de la siguiente
tira sobre clases de tenis que salió en Octubre del 75 en el diario La Nación:
19
“PUNTO DE PARTIDA”
Justificación y propósitos de la investigación
Sin duda, el Golpe de Estado de 1976 significó una transformación radical de
las reglas de juego en lo político y en lo económico, en donde la guerrilla, según la
historiografía, después de años de enfrentamiento ya estaba muy debilitada. Pero los
años de pacto social, reivindicaciones políticas y sociales habían dejado una sociedad
que venía creciendo a la sombra de la resistencia. En este sentido y en estrecha
relación con la propuesta del último trabajo mencionado, es de suma importancia
seguir indagando la “antesala” del Golpe de 1976 como parte de un proceso socio-
histórico definido.
El “Proceso de Reorganización Social” tal como fue denominado por la
Junta militar que ocupó el gobierno implicó, como muchos estudios lo afirman, un
nuevo disciplinamiento que llevó a la fragmentación de los sectores movilizados. Sin
embargo, este trabajo pretende pensar tal disciplinamiento desde los meses previos a
dicho golpe de Estado. En este sentido se sostiene que la dimensión que sobre todo
tipo de prácticas discursivas cobró el tratamiento sobre la subversión, configuró un
entramado social e institucional que facilitó el golpe.
En los meses anteriores al Golpe de Estado de 1976 el término subversión se
resignifica. Esa resignificación que comienza a circular como parte de un discurso
generó nuevas prácticas sociales y modificaciones en la subjetividad. A partir de este
acontecimiento se cristalizaron y consolidaron profundas transformaciones en el
discurso dominante que se venían sucediendo desde los meses anteriores. Este
21
cambio sucedido en el ámbito discursivo en los meses anteriores al golpe de Estado
derivó en la interpretación de que “el caos económico y la crisis de autoridad”, entre
otras cosas eran causadas por el mal llamado “subversión”. Fue así como la
aceptación pasiva por gran parte de la sociedad de la toma del gobierno, del aparato
estatal por parte de las FFAA que prometían restablecer el orden, se hizo realidad
(Romero, L. A. 2001). Otros autores como Novaro y Palermo... dirán que “el Golpe
del 76 no es simplemente un eslabón más en la cadena de intervenciones militares
que se inició en 1930. La crisis inédita que lo enmarcó dio paso a un régimen
mesiánico inédito que pretendió producir cambios irreversibles en la economía, el
sistema institucional, la educación, la cultura y la estructura social, partidaria y
gremial, actuando de cara a una sociedad que, a diferencia de episodios anteriores, se
presentó debilitada y desarticulada, cuando no dócil y cooperativa, frente al fervor
castrense”.10 De este modo hablan de un consenso inicial; esto es, la idea de ruptura
del orden constitucional contaba con un amplio consenso social y con el respaldo, sin
lugar a dudas, de la Fuerzas Armadas. “La desmovilización y el desánimo de los
actores políticos y sindicales garantizaron la pasividad con que se recibió el Golpe,
cumpliendo sobradamente con las expectativas de sus protagonistas”11.
Los autores sostienen que “Se trataba de dejar sentado desde un principio y de
modo taxativo que las Fuerzas Armadas no se proponían tan sólo terminar con un
gobierno, misión casi irrelevante tratándose de una administración que yacía
moribunda a sus pies desde hacía meses, sino, en sus palabras, poner en vereda a una
sociedad sumida en el caos. Y que para curarla de sus males, que la convertía presa
10 Novaro, M y Palermo, V. “LA DICTADURA MILITAR (1976-1983). Del golpe de Estado a la restauración democrática”. PAIDOS. Buenos Aires. Barcelona. Mexico. Pag 19.
22
fácil de la subversión, se impondría una vigilancia escrupulosa y un disciplinamiento
definitivo a todos los sectores políticos y sociales, sin miramientos de ningún tipo y
teniendo en vista, como diría poco después un jerarca militar, “objetivos y no
plazos”12.
La creencia en la coyuntura de crisis generada desde mediados de 1974 por
un gobierno civil no ofrecía otra alternativa que el ejercicio militar del poder. Ese
consenso social inicial estaba especialmente apoyado por los sectores empresarios y
la jerarquía católica y acompañada por sectores políticos. El Golpe de Estado se
presentó así como un “Proyecto Refundacional”.
Decisiones metodológicas
Una forma de indagar de qué manera se amplió y funcionó el concepto de
subversión entre septiembre de 1975 y marzo de 1976, consistió en la búsqueda de
un medio gráfico argentino de tirada nacional de la época. Para ello se tomaron las
publicaciones del diario La Nación del mes de Septiembre, Octubre, Noviembre y
Diciembre de 1975 y Enero, Febrero y Marzo de 1976. A partir de esta lectura el
trabajo pretende rastrear las representaciones de la “subversión” que aparecían en el
diario La Nación.
Los medios masivos, en este caso la prensa, cumplieron y cumplen un lugar
privilegiado en la función interpretar acontecimientos, intentar “dar sentido”.
11 Novaro – Palermo. Op. Cit. Pag. 22 12 Novaro – Palermo. Op. Cit. Pag. 22, 23
23
Un antecedente importante sobre las ideas del diario La Nación es el trabajo
de Ricardo Sidicaro13, en donde se sostiene a partir de las notas editoriales, el lugar
estratégico que cumple desde sus inicios el diario. La fuente documental analizada es
una publicación vinculada a los influyentes sectores agropecuarios del país.
Ideológicamente, este periódico es definido por el autor como "liberal-conservador";
dado que el conservadurismo según Sidicaro careció durante casi todo el período
analizado de una organización política que representase sus intereses, la publicación
se convierte en un documento muy interesante para conocer la interpretación que
hicieron de la realidad nacional. El diario ocupó un espacio de discusión intelectual y
de mediación política que trató de formular en sus páginas un proyecto de ordenación
para el país. La Nación se definía a sí misma como una "tribuna de doctrina", creada
para interpretar la actualidad y orientar a la clase dirigente. Siguiendo a Sidicaro, ésta
función la llevó a incluir en sus páginas las opiniones de grupos con cuyos
planteamientos no coincidía. La exposición sistemática de las ideas y discusiones
existentes en la sociedad argentina hablan de la preocupación por una serie de temas
a los que la historiografía no había prestado suficiente atención: el reformismo social,
la justicia laboral, el modelo de desarrollo económico más conveniente para el país, la
democracia, el militarismo o la ingobernabilidad que fueron objeto de un debate
constante en esta publicación. Desde este análisis el autor destruye en su estudio la
imagen monolítica que frecuentemente se ha ofrecido de los grandes agro-
exportadores, y muestra la heterogeneidad de ideas y de intereses políticos y
económicos que les preocupaban.
13 Sidicaro, R. “La política mirada desde arriba. Las ideas del diario LA NACION, 1909 – 1989.” Editorial Sudamericana, Colección Historia y cultura, Buenos Aires, 1993.
24
Esta obra constituye, entonces, un estudio político que ha sabido utilizar una
fuente de información como es la prensa - específicamente el diario La Nación - para
conocer el pensamiento de un influyente sector social que carecía de un partido a
través del cual pudiera expresarse. Su principal aporte es precisamente esta
presentación sistemática y amplia del pensamiento liberal-conservador, un grupo de
indudable peso en la escena política de nuestro siglo, que se vislumbra, según
Sidicaro, mucho menos retrógrado e inmovilista de lo que generalmente se ha
aceptado.
Teniendo presente esa idea de “tribuna de doctrina” este periódico continúa
siendo una fuente y un antecedente de las ideas y voz de época en el transcurso de la
historia argentina. Sin embargo, el período crítico a estudiar planteó no sólo ver las
notas editoriales sino la totalidad del diario pues en sus diferentes espacios puede
leerse la voz de otros actores sociales, fundamentalmente de aquellos que reclamaban
la salida de la crisis con la finalización del pacto social y con la seguridad en manos
de las FF AA.
Para los propósitos del presente trabajo, la elección del diario LA NACIÓN
estuvo definida por ser un periódico de gran peso entre la población lectora de la
época, y porque es una fuente de la que fue posible contar con todas las
publicaciones completas de los meses seleccionados. Por otro lado, fue también de
gran importancia la búsqueda de otros tipos de fuentes como documentos oficiales y
testimonios recogidos en distintas publicaciones, que se mencionan en el transcurso
del trabajo y se presentan en el anexo.
25
El análisis del discurso a partir de las herramientas de Foucault rescata lo
dicho, lo no dicho y lo enunciable como parte de un proceso de subjetivación. La
subjetividad es pensada como resultado y emergente de las prácticas discursivas que
condicionan al sujeto que aparece como superficie de emergencia de la enunciación,
antes que como agente activo y consciente.
Podemos poner en diálogo este tipo de análisis con aquel que parte de la
comprensión de la forma enunciado desde la cual es posible identificar una
“concepción del mundo”. Esta idea supone, según Bajtin, el complejo problema de la
relación entre el lenguaje y la ideología o visión del mundo.
El oyente al percibir y comprender el significado (lingüístico) del discurso, lo
completa, lo aplica, se prepara para una acción. Toda comprensión de un discurso
vivo, de un enunciado viviente, tiene un carácter de respuesta, el oyente se convierte
en hablante. Los géneros de la compleja comunicación cultural cuentan precisamente
con esta activa comprensión de respuesta de acción retardada. Todo enunciado es un
eslabón en la cadena, muy complejamente organizada, de otros enunciados. El
enunciado como unidad real está delimitado con precisión por el cambio de los
sujetos discursivos, y termina con el hecho de ceder la palabra al otro. Este cambio
se observa de una manera más simple y obvia en un diálogo real.
La diferencia del enunciado como unidad de la comunicación discursiva y la
oración como unidad de la lengua, radica en que los límites de una oración jamás se
determinan por el cambio de los sujetos discursivos. El contexto de una oración viene
a ser el contexto del discurso de un mismo hablante, la oración no se relaciona por sí
misma con el contexto de la realidad extra-verbal. El enunciado representa un
contexto discursivo completo y concluso, se enfrenta de una manera inmediata y
26
directa con la realidad extra-verbal y con otros enunciados ajenos. No es seguida por
una pausa determinada y evaluada, sino por una respuesta o comprensión tácita del
otro hablante.
Los enunciados en estos casos adquieren un especial carácter interno gracias
al hecho de que el sujeto discursivo manifiesta en ellos su individualidad, visión del
mundo en todos los momentos intencionales de su obra. Una obra también está
orientada hacia la respuesta de otro y a su vez determina tal respuesta.
Una visión del mundo, una tendencia, un punto de vista, una opinión, siempre
posee una expresión verbal. Todos ellos representan discurso ajeno y éste no puede
dejar de reflejarse en el enunciado.
Discurso y recorte temporal
La manera en que logra articularse una nueva formación discursiva en torno
a la subversión y por ende un nuevo régimen de prácticas cobra sentido a partir del
acontecimiento político del golpe de 1976, pero tal acontecimiento forma parte de un
proceso mucho más amplio y que tiene sus orígenes durante el gobierno de Onganía.
Ya en 1965 Onganía, durante una reunión de jefes de Ejército americanos en West
Point, declaró su adhesión a la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional, en donde
sostenía que las Fuerzas Armadas eran la garantía de los valores supremos de la
nacionalidad y debían actuar en caso que se viera amenazada, particularmente en
plena guerra fría, por la subversión comunista. Poco tiempo después este anuncio se
completó con la doctrina de las “Fronteras ideológicas”, que en cada país dividía a
27
los partidarios de los valores occidentales y cristianos de quienes querían
subvertirlos.14 Como menciona T. Halperin Donghi, luego de la disolución del
partido comunista, “el gobierno militar concentraba sus ataques contra las amenazas
más insidiosas derivadas de la acelerada modernización de ideas y estilo de
vida,”15en donde la gran víctima resultó ser la universidad considerada como foco de
subversión ideológica y de corrupción moral. Esta nueva definición del “peligro” por
las Fuerzas Armadas forma parte del horizonte desde el cual la investigación se
propone analizar los acontecimientos seleccionados, la cual se retoma en el
desarrollo de las “condiciones de posibilidad del discurso”.
En este complejo período de la historia argentina fue necesario hacer un
recorte que significó la identificación como acontecimiento discursivo de la firma de
los Decretos 2770/71/7216 del 6 de Octubre de 1975. Para los propósitos del trabajo
sólo se indaga y observa los meses anteriores al golpe como el momento en que se
logra esa articulación.
Según J. P. Feinmann “Una de las características del terrorismo de Estado
es la a-tipificación del delito. Nadie sabe que habrá de convertirlo en culpable.
Nadie sabe los motivos de la culpa o la inocencia, ya que estos motivos no estaban
tipificados. Y no lo están porque el Estado terrorista los reserva para su exclusivo
14 Romero, Luis Alberto. “Breve historia contemporánea de la Argentina”. Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, 2001. 15 Donghi, T. H. “Historia contemporánea de América Latina”. Alianza editorial. Buenos Aires.1997. Pag. 589 16 Idem anexo 1.
28
arbitrio. Serán culpables los que el Estado decida que lo son y por las razones que el
Estado decide17.”
De este modo se puede pensar que quiénes ocuparon el espacio de poder en
el Estado terrorista, que se inició en marzo de 1976, lograron apoyarse en el
funcionamiento del discurso de la subversión, que como vemos tenía un recorrido
propio.
¿Qué papel jugó la prensa? ¿Hasta que punto participó del proceso de, “a-
tipificación”, generalización de la subversión como “el mal de la época”? ¿Cómo la
sociedad desde distintos sectores también denunció y hasta que puntó se la puede
considerar ajena a ese proceso?
En 1975 la atención de la prensa estaba puesta en la situación de crisis
política, económica y social. El Operativo Independencia en Tucumán, el
“Rodrigazo”, cambios en el gabinete, allanamientos, aparición diaria de cadáveres
eran parte de los grandes titulares diariamente.
La presentación de actos, declaraciones, opiniones y solicitadas que
condenaban la subversión pasó a ocupar los espacios del diario todos los días.
Entre Septiembre y Octubre el gobierno de Isabel se encontraba en su
momento más crítico. La salida temporal de la presidenta indicaba la debilidad
institucional para enfrentar la situación de crisis y la firma de los decretos como
ampliación del espacio de acción a las Fuerzas Armadas para el avance contra la
17 Feinman, José Pablo. “La sangre derramada”. Editorial Ariel, Buenos Aires, 1998. Pag. 49
29
subversión, apoyaba la idea del caos y de este modo el carácter de urgencia con que
la prensa emprendía las noticias diarias hasta la concreción del Golpe y luego de él.
La diversidad y cantidad de enunciados pueden verse en una primera lectura
de los titulares que se presentaban en el diario y que circularon durante esos meses
como llamado de atención a la opinión pública. (Ver anexo 2)
Los decretos presidenciales de octubre de 1975 (decreto 2770 / 71 / 72 del 6
de octubre de 1975), basado en la Ley de Seguridad Nacional 20.840 sancionada el
28/9/74, permitió la participación de las FFAA en la lucha contra los grupos
guerrilleros (o grupos armados) en todo el territorio de la República Argentina, la
subversión que “salía del monte” para instalarse en todos los espacios de la sociedad
argentina debía ser suprimida con el conjunto de todas las fuerzas nacionales. Se
inició entonces un período de enfrentamiento directo con los grupos disidentes que
aportó una interpretación de la situación que se estaba viviendo al definir el conflicto
en términos de “fuerzas del orden” contra “fuerzas subversivas”, visión que se instaló
en la sociedad a través de los medios de comunicación. A partir de este momento
comienza a articularse una nueva formación discursiva que toma forma institucional
el 24 de marzo de 1976.
Sin duda y de acuerdo con investigaciones sobre la época, pero teniendo
presente las marcadas diferencias de carácter político y social, no puede negarse el
accionar de grupos de fuerzas políticas que sostenían la lucha armada (ERP,
Montoneros...) de un lado y del otro, la triple AAA. Para el período a tratar los
primeros grupos habían sido prácticamente anulados y sin embargo seguían
sosteniéndose como el principal foco de peligrosidad ante la sociedad. Frente a ese
proceso de confusión, se puede afirmar, que existía una de demarcación de aquellos a
30
los que se consideraban “lo otro” de la sociedad y que resultaba de la estrategia
discursiva de lo que se denominó subversión.
31
EL DISCURSO
Marco conceptual En la “Arqueología del Saber”, su gran obra metodológica, Foucault presenta
una visión sobre el discurso distinta a la propuesta por la tradición lingüística.
Analiza los discursos a partir de su funcionamiento y reglas anónimas que determinan
su aparición, emergencia, materialidad y condición de existencia. Los discursos y las
prácticas que éste inspira obedecen a reglas no explícitas, que conforman al mismo
tiempo, un conjunto de restricciones y posibilidades con arreglo a los cuales los
discursos son enunciados, transmitidos, escritos, legitimados o rechazados. El
discurso, en tanto pre-existe al sujeto como una materialidad que lo atraviesa, reviste
un carácter autonónomo que permite el análisis arqueológico de los discursos.
(Albano, S. 2003)
Desde esta postura se especifican y definen algunas categorías de Foucault
que orientan la mirada sobre el problema planteado en el trabajo. Sin embargo, no
pretende ser una mirada exclusivamente foucaultiana ya que las herramientas
teóricas y conceptuales que se toman están presentes en una limitada cantidad de
obras elegidas arbitrariamente entre todos sus numerosos textos escritos. En este
sentido, y siendo fiel al propio Foucault cuando decía que sus escritos pretendían ser
sólo una caja de herramientas de la cual uno pueda extraer aquellas que más útil
resultaran para la tarea que se va a emprender.
32
Una lectura “foucaultiana,” según palabras de Roger Chartier, “consiste en
tratar, no las representaciones que se pueden encontrar tras los discursos, sino los
discursos como series regulares y discontinuas de acontecimientos.”18
Si la arqueología indaga y precisa el espacio de la producción discursiva, la
Genealogía introduce la cuestión del poder, entendido como “práctica no
discursiva”, mediante un análisis que pueda explicar como funcionan e interactúan
las prácticas discursivas y no discursivas, los enunciados y las instituciones. De ahí
que sea posible descubrir los funcionamientos del poder, sus dispositivos, la trama de
relaciones que surgen a partir de su práctica efectiva.
La cuestión del sujeto se hace presente en todas las obras de Foucault a
través de distintas preguntas sobre el saber, el poder y la ética. Estas inquietudes
confluyen en la constitución del sujeto moderno visto como sujeto de conocimiento,
sujeto de poder y sujeto moral. Las opciones metodológicas que ofrece el mismo
Foucault, arqueología y genealogía, se presentan como herramientas para responder a
éstas inquietudes. Las preguntas planteadas al comienzo del presente trabajo se
aproximan especialmente a la problemática de las relaciones saber-poder, porque se
entienden a éstas como parte constitutivas en la construcción de subjetividad.
El poder como una práctica no discursiva y el saber como una dimensión
epistemológica de los mecanismos del poder constituyen la dupla que atraviesa al
sujeto. La idea del poder cómo sólo un ejercicio negativo y referido al dominio
estatal es re-planteada en Foucault. Las relaciones de poder no son otra cosa que
relaciones de fuerza, siempre asimétricas y desequilibradas, pero nunca totalmente
18 Chartier, Roger. “La quimera del origen. Foucault, la Ilustración y la Revolución Francesa”, en “Escribir las prácticas”. Manantial, Avellaneda, 1996. Pag. 18,19
33
determinadas, justamente por que se dan en una situación de relación. Este tipo de
poder, nace en microespacios en donde el juego de fuerzas se despliega por toda la
sociedad, se trata de “micro poderes”. Ese mapa de relaciones de fuerza en un
momento determinado es definido como un diagrama de poder.
Desde la propuesta de Foucault las tecnologías de poder son interpretadas en
dos sentidos, uno negativo que hace referencia a todo aquello que excluye, expulsa,
prohíbe, margina y reprime; y uno positivo que se centra en lo que fabrica, observa,
sabe y tiene efectos. Con sus palabras: “El poder ya no se identifica sustancialmente
con un individuo que lo ejercería o lo poseería en virtud de su nacimiento, se
convierte en una maquinaria de la que nadie es titular. Sin duda, en esta máquina
nadie ocupa el mismo puesto, sin duda ciertos puestos son preponderantes y permiten
la producción de efectos de supremacía. De esta forma, estos puestos pueden asegurar
una dominación de clase en la misma medida en que disocian el poder de la potestad
individual”19. En este sentido resulta más difícil desmantelar el poder, porque éste no
se expresa sólo en el castigo sino su mayor eficacia está en lo que produce, obliga a
actuar y a hablar.
Esta conceptualización de poder, en sus dos sentidos negativos y positivos, se
mantendrá permanentemente en el marco histórico sobre el que se desarrolla la
problemática que nos interesa. Para el período estudiado hay, podríamos decir una
suerte de intersección, un movimiento entre estas tecnologías de poder. Lo dicho
respecto a la subversión va a develar esa relación entre represión pero sobre todo
19 “El ojo del poder”, Entrevista con Michel Foucault, en Bentham, Jeremías: “El Panóptico”, Ed. La Piqueta, Barcelona, 1980. Traducción de Julia Varela y Fernando Alvarez-Uría.
34
producción de control sobre uno mismo. El disciplinamiento social se jugaba entre la
norma y la represión directa.
Con este material y con este conjunto de herramientas teóricas se aborda el
estudio del espacio discursivo, entendido este como el “Lugar lógico de articulación
y aglutinación de discursos, practicas, saberes, y reglas...”20
Se pueden distinguir tres pasos lógicos de formación del espacio discursivo,
estos van desde el momento de dispersión, pasando por la emergencia del
acontecimiento discursivo y termina en la organización y constitución de una
formación discursiva. En este sentido se tratan los discursos tal cual fueron
producidos y emitidos desde el dispositivo “medio de comunicación social” en la
forma de periódico de tirada nacional. Estos tres momentos lógicos descriptos se
identifican con tres momentos cronológicos durante el período que se propone
trabajar.
El momento de dispersión del discurso sobre la subversión se considera
anterior a 1975, nos podríamos ubicar a partir del gobierno de facto de Onganía como
uno de los momentos en que se comienza a definir y delimitar un “mal social”. En el
libro “Mi Testimonio” del Gral. Alejandro A. Lanusse– presidente militar de facto en
el período 1971-1973 - distingue claramente desde el inicio las acciones de protesta
que considera “legítimas” en distintas fracciones sociales durante el Cordobazo
(mayo de 1969), de las acciones de la naciente y creciente subversión, frente a la cual,
dice, “La mayoría de los oficiales, enfrentados cada vez más directamente a los
acontecimientos, comenzaban a resistir, (…) la línea de un “profesionalismo ciego y
20 Albano, Sergio. Michel Foucault. Glosario epistemológico. Quadrata, Buenos Aires, 2003. Pag.36
35
sordo.”21 Para Lanusse el estallido de Córdoba fue símbolo de muchas cosas, pero
sobre todo el momento en dónde “la actividad de los núcleos subversivos encontraron
las condiciones óptimas para salir a escena.” En 1970 sostenía que era necesario
perfeccionar los procedimientos a través de los cuales operarían en el futuro los
Consejos de Guerra y el Ejército para reprimir toda acción de tipo insurreccional. La
definición de las luchas consideradas “legítimas” y “no legítimas” permitió la
reformulación del “enemigo subversivo” y de las formas de enfrentarlo.
De allí en adelante las operaciones militares durante el período 1973 - 75
abrieron el espacio de participación de las fuerzas Armadas en cuestiones de
seguridad interna de carácter policial. Con los decreto de Octubre de 1975 se sella esa
participación permitiendo a las FFAA protagonizar la lucha contra la subversión en
todo el territorio de la Nación Argentina (Estrategia Nacional contra-subversiva). Es
decir, emergencia y articulación del acontecimiento discursivo, o momento en que
la subversión es definida como el enemigo a eliminar físicamente aunque su propia
definición toma un carácter más amplio y vago en los discursos en circulación. Se
inicia un período de persecución de alcance nacional que iba desde las detenciones
por el PEN (Poder Ejecutivo Nacional) hasta los secuestros y fusilamientos
clandestinos que los periódicos publicaban como enfrentamientos con extremistas.
Por último el momento de institucionalización identificado en marzo de
1976 con el golpe de Estado en nombre de la ineficacia del anterior gobierno en
combatir el caos y la subversión, ya no solo hablando de los enfrentamientos armados
en las calles sino también del supuesto caos económico, moral, etc. en el que estaría
sumido el país. Es decir, momento en que se cristaliza la formación discursiva en
TP
21 Lanusse, Alejandro. “Mi testimonio” Editorial Lasserre. Buenos Aires, 1977.
36
tanto conjunto de enunciados cuya organización interna es producto de hipótesis
retrospectivas.
Así entendido el acontecimiento discursivo es el punto de inflexión que
muestra un cambio en la relación de fuerzas. La legitimación de la acción militar
conformaba una nueva y directa forma de violencia hacia la sociedad civil.
En primer lugar es necesario tener en cuenta que, “La arqueología hace
aparecer relaciones entre las formaciones discursivas y los dominios no discursivos
(instituciones, acontecimientos políticos, prácticas y procesos económicos). Ante un
conjunto de hechos enunciativos, la arqueología no se pregunta que pudo motivarlo;
tampoco busca encontrar que se expresa en ellos; sino que intenta determinar como
las reglas de formación de las que depende - y caracterizan la positividad a la que
pertenecen- pueden estar vinculadas a sistemas no discursivos: busca definir esa
forma específica de articulación.”22
Dentro de este ámbito de estudio, el análisis del campo discursivo se centra en
las condiciones de posibilidad, en la regularidad y en los límites de las condiciones de
existencia de un enunciado. Lo propio del enunciado es su singularidad, su carácter
prescriptivo no por lo que se dice en si, sino por quien lo dice, a quien, de que
manera, en relación a que, lo central es la manera en que circula y que efectos
produce23. El análisis de un enunciado tiene que ver con el estudio de sus reglas de
formación y no con el develamiento de un supuesto sentido oculto del mismo.
La noción de acontecimiento también esta muy ligada a la idea de lo singular,
de irrupción, de ruptura o quiebre de la continuidad. El acontecimiento según
22 Chartier, Roger. Op. Cit. Pag. 28 23 Esta idea remite a lo anteriormente mencionado de Bajtin.
37
Foucault es expresión de procesos más profundos, difíciles de aprehender si no fuera
en la singularidad del acontecimiento. La emergencia del acontecimiento depende de
las condiciones materiales del discurso. Entonces, el acontecimiento discursivo
marca el momento de irrupción de un conjunto de enunciados (discursos y prácticas)
con cierto grado de coherencia. Para el propósito del trabajo se identificaron los
Decretos mencionados de Octubre de 1975 como el acontecimiento discursivo que
posibilitó coherencia y articulación en la circulación del discurso sobre la subversión.
La selección de conceptos y el método que nos propone Foucault en algunos
de sus escritos orientaron, así, los interrogantes planteados.
Sin desconocer, por un lado que el período a estudiar es uno de los más
complejos de la historia argentina y sobre el cual desde distintas posturas se ha
escrito, y por otro, que un abordaje teórico - metodológico como el que se pretende
tampoco es una tarea sencilla, vale la pena emprender este trabajo con estos
conceptos para avanzar en la comprensión del tema propuesto en este trabajo, es
decir, el cambio o mejor dicho la ampliación de la idea de subversión producida entre
principios y mediados de la década del 70.
Una vez así identificado el acontecimiento discursivo, se comenzará a
identificar y describir algunos de los acontecimientos no discursivos que dan lugar a
la emergencia de la nueva formación discursiva sobre la subversión. Aquellas
condiciones materiales a partir de las cuales emerge un discurso y que es el resultado
de una masa de saberes, enunciados y prácticas que permiten el recorte del “objeto
subversión”.
38
Condiciones de posibilidad de emergencia de un discurso. Contexto
histórico-social.
Las condiciones de posibilidad de emergencia de un discurso están dadas en
estrecha relación con el contexto estructural y de coyuntura de una sociedad. En este
sentido es necesario recorrer el período desde el cual se inicia gran parte de los
discursos que marcaron la década del setenta.
Las acciones represivas al campo popular venían desde antes, como señala
Inés Izaguirre, a partir de la instauración la ideología de la “seguridad nacional” que
comienza a hacerse visible en Argentina desde comienzos de la década del 50. Sin
embargo ésta no fue la única manera en que se definieron las acciones represivas. El
primer paso hacia su institucionalización se produce durante el gobierno de Perón de
1951-55, y toma la forma de Plan CONINTES ó de “Conmoción Interna” dirigido
particularmente a la represión de las huelgas, con intervención de las Fuerzas
Armadas. Luego del golpe militar de 1955, habrá que esperar hasta el gobierno de
Arturo Frondizi (1958-63) para encontrar nuevos avances institucionales, que no son
sino el perfeccionamiento del que había creado Perón. Es cuando se crean el
CONASE, Consejo Nacional de Seguridad, y el CONADE, Consejo Nacional de
Desarrollo.
“Es decir, en nuestro país desde el inicio la “seguridad” estuvo ligada con la
estrategia de crecimiento económico capitalista vigente, que en todos los casos y
39
para cualquier modelo económico implicaba desarticulación del activismo obrero y
persecución de toda expresión político-ideológica anticapitalista.”24
Todo lo que represente el pensamiento crítico anticapitalista será desde
entonces la “amenaza” interior, configurando en adelante, la gran división
ideológica, tradicionalmente expresada en las rebeldías de las clases subordinadas y
sus imágenes de cambio y de igualdad humana, se transformarán en “peligrosas”,
“amenazantes” en la medida que los procesos de lucha de clases revolucionarios
vayan mostrando que es posible realizarlas. (Izaguirre, I. 2006)
En Argentina esta “tecnología de la contrainsurgencia” llega también a
través de la Internacional Fascista, con sede en Francia y/o en España
alternativamente, que será asesora directa de nuestra Triple A, a la que proveerá de
hombres, armas y tecnología25. Además de los conocimientos impartidos por la
llamada escuela francesa26, las Fuerzas Armadas argentinas legales serán entrenadas
en las escuelas militares norteamericanas para latinoamericanos o directamente en
Vietnam, donde además de la tecnología se les proporcionará la teoría, es decir la
ideología de la seguridad nacional.
La autora plantea la cuestión de la “seguridad” como un problema policial,
“porque es un problema de control de las poblaciones, un problema biopolítico, en
palabras de Foucault. El orden panóptico es un orden disciplinario, de control social,
a cargo de aquella fuerza que- como también mostró Foucault- es propia, originaria
del capital, la policía”. Se puede sostener que “La función policial significa en la
24 Izaguirre, I: “Consideraciones sobre la ideología de la seguridad nacional”. Mayo 2006 25 Cfr. Ignacio González Janzen, La triple A, 1986, pág. 93 y ss. (citado en Izaguirre,2006) 26 Cfr. Marie Monique Robin Escuadrones de la muerte. La escuela francesa, Buenos Aires, Sudamericana, 2006. (citado en Izaguirre,2006)
40
modernidad el control de la población, la vigilancia permanente de aquellos grupos
nuevos, potencialmente insurgentes, no propietarios sino proletarios, que pueden
poner en cuestión el orden social dominante: es control de la subversión, potencial o
real”27.
El despliegue y afianzamiento de la ideología de la seguridad nacional es una
de las contracaras de un proceso de descontento social que recorría el mundo y que a
fines de la década del ’60 se expresaba también con las movilizaciones de estudiantes
en Praga, México, Berkley y por supuesto el Mayo Francés. El imperialismo
norteamericano, amenazado, no dejó de actuar frente a los movimientos
emancipatorios y la crisis económica causada por el fin de la etapa de expansión que
había comenzado luego de la Segunda Guerra Mundial, en particular en el territorio
del Caribe y América del Sur. (Boersner, 1996)
Esta convulsión político-social, pero fundamentalmente ideológica en el
mundo, tuvo su repercusión también en nuestro país con su propia lucha interna. El
gobierno iniciado en la Argentina con el golpe de estado de 1966 se caracterizó, en un
primer momento, por un shock autoritario. Se inició una época de represión al
comunismo, al pensamiento critico y toda señal de disidencia, que si bien no se
extendió en el tiempo marcó la historia Argentina a fuego. Las grandes universidades
públicas eran consideradas en aquel momento como foco de todo desorden y por lo
tanto, blanco de los ataques simbólicos, institucionales y físicos. Se implantó así un
orden autoritario que abarcó todos los rincones de la vida cotidiana. (Romero L. A.
2001)
27 Izaguirre, I. Op. Cit. 2006.
41
La irrupción de este pretendido ordenamiento se desvanece en 1969 durante el
Cordobazo. Es en este momento que se agudiza el proceso de radicalización política,
especialmente de la clase media que comienza a cuestionar el orden social. Este año
podría ser tomado como un punto de inflexión en el proceso que se venía gestando,
Beba Balvé y Beatriz Balvé dicen que “el cambio de carácter de las luchas del
período que se inicia a partir de 1969 y del que 1969 es su momento de génesis,
determinó el desenvolvimiento de la vida y la lucha política, económica, ideológica y
teórica por la conducción de las masas y del período.”28 Así, 1969 se refiere al
momento de realización de la lucha de masas y en donde como contrapartida aparece
la lucha anti-subversiva como el “momento de dispersión del discurso sobre y contra
la subversión”.
Las organizaciones guerrilleras surgidas a principios de los ’60 junto con la
experiencia cubana, permanecieron y se renovaron. En 1967 en plena experiencia
autoritaria nuevos grupos nacieron, sin embargo las que más ocuparon la atención
pública aparecieron hacia 1970. El asesinato del General Aramburu en mayo de 1970
fue la presentación pública de Montoneros, una de las organizaciones armadas con
mayor trascendencia (Romero, L. A. 2001). En este momento la subversión se
identifica todavía con la guerrilla y una forma de hacer política por medio del
ejercicio de la violencia física, pero gracias a cierta simpatía general con las
organizaciones políticas armadas (por su sentido de justicia, venganza, etc.) el éxito
de una política de represión generalizada y sistemática se hacía imposible. La
28 Balvé, Beba C. – Balvé, Beatriz S. “El 69 huelga política de masas. Rosariazo, Cordobazo, Rosariazo”. Editorial CONTRAPUNTO. Buenos Aires, 1988. Pag. 16
42
violencia de los grupos guerrilleros aún aparecía justificada según la opinión pública.
(De Riz, Liliana. 2000).
En toda América Latina el poder autoritario consideraba que el logro del
desarrollo económico, frente a la coyuntura que se vivía, vendría como consecuencia
de la Seguridad Nacional; y una parte de las fuerzas que se oponían a esta idea
sostenían que la única salida era la revolución. Los grupos políticos armados que
surgían a lo largo del continente, la organización de la clase obrera, del movimiento
estudiantil, del campesinado y el movimiento de sacerdotes del tercer mundo
militaban y proponían acciones de lucha y protesta como salida de la situación de
injusticia social y persecución política.
A partir de 1973 “se manifestó el fortalecimiento de las influencias
conservadoras y militaristas, apoyadas por el Pentágono y por el gobierno brasileño,
en América del Sur.” (Boersner, 1996). La crisis económica en la región se agravó a
causa de la “crisis del petróleo” y comenzó una nueva etapa de dureza y represión.
Para nuestro país, Cavarozzi describe dos tipos de crisis a partir del período
que se abrió en 1969. Una del régimen militar autoritario, crisis que caracterizada por
los conflictos al interior de las FF.AA y las interrelaciones entre un gobierno
acorralado y un frente de oposiciones que convergía alrededor de la persona de Perón;
otra más profunda, la crisis de dominación social. La última resultaba de la
cuestionada y corrida autoridad de aquellos que dirigían las organizaciones de la
sociedad civil, en particular de quiénes aparecían más directamente apoyados por el
Estado. El último período de la llamada Revolución Argentina en manos del Gral.
Lanusse en su intento por reorientar y rearticular la crisis “permitió al gobierno
43
recuperar, en parte, la capacidad de determinar cuáles serían los campos en los que se
librarían las batallas políticas de la sociedad argentina”29.
A partir de marzo de 1971 las oposiciones capturaron decisivamente la
iniciativa política. Es decir, se pasó de una situación en la cual el gobierno fue
desbordado y las acciones sociales quedaron sin cauce definidos, a otra en las que
dichas acciones se fueron “organizando” entorno a nudos generados a partir de las
iniciativas de actores políticos más o menos constituidos.”30
En este marco de crisis los militares dejan el poder que en las elecciones de
1973 va a ser ocupado nuevamente por el peronismo que ya estaba fragmentado. La
reorientación de la crisis social en los años que siguieron fue el problema que el
gobierno, aún con su máximo líder en el poder, no pudo resolver.
Por su parte, en “El populismo imposible y sus actores”31 M. Svampa analiza
el período que va de 1973 a 1976, para explicar el pasaje de una sociedad movilizada
a una sociedad desarticulada. Su argumento gira alrededor del derrumbe de la era
populista y la vuelta de su líder Juan D. Perón. Este período es estudiado trazando
tres momentos: El primero ocupa la breve presidencia de Cámpora, caracterizado
como el “momento de una sociedad movilizada para el cambio”, el segundo desde el
mandato provisional de Lastrili hasta la muerte de Juan D. Perón, como el “momento
de contradicciones propias del populismo y guerra interna”, y el tercero que ocupa la
presidencia de Isabel Perón, como el “momento de agonía y disolución del modelo
populista”. Todo el período está marcado por una crisis plural, política, social y
29 Cavarozzi, M. “Autoritarismo y Democracia (1955-1996): La transición del Estado al mercado en la Argentina”. CEAL. 1997. Pag.59 30 Cavarozzi, M. Op. Cit. Pag. 60 31 Svampa, M. “El populismo imposible y sus actores, 1973-1976” en Nueva Historia Argentina, Tomo 9. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, 2003.
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económica en donde cobran importancia como actores políticos y sociales, el
sindicalismo, la guerrilla y los militares. En los años anteriores la sociedad argentina
y particularmente su juventud fue parte de un proceso de radicalización ideológica,
donde se justificaba “la violencia popular”, con su punto álgido en el Cordobazo. La
acción colectiva por entonces cubría un arco amplio de acciones que iban desde la
protesta social hasta las acciones guerrilleras. Está época coincidió con la ampliación
del compromiso militante y con una suerte de convergencia ideológica que iba desde
posiciones cristianas, nacionalistas y de izquierda que parecían confluir en la imagen
de Juan D. Perón. La vuelta del peronismo implicó la demanda institucional del
movimiento, en lo económico con la figura de la concertación social, en lo político
quedaba por resolver la compleja relación entre las organizaciones armadas y Perón,
y en lo social al desborde de canales institucionales causado por la ampliación de la
movilización social conocido por entonces por “las tomas”. Al suceso de Ezeiza con
el retorno de Perón prosiguió un proceso de quiebre profundo en el movimiento
acompañado por el discurso contradictorio de su líder que inmediatamente tomó la
posición de condena de las acciones de los sectores juveniles y las organizaciones
armadas peronistas. Perón no va tardar en recomponer el vínculo con el sindicalismo
burocrático optando por el ala derecha del movimiento. Comienza un período de
abierta ruptura con los sectores más combativos y la instalación de la figura de López
Rega en el entorno del poder. En Septiembre del 73 Perón y su esposa Isabel obtienen
el 62 % para la presidencia.
En Argentina las elecciones de 1973 consagran al Peronismo y a su líder,
después de 17 años de proscripción, como el garante de la paz y el orden nacional.
Luego casi un año, el 1 de Julio de 1974 Juan Domingo Perón muere y su viuda y
45
vicepresidenta asume la presidencia de la nación. Los cambios en la tendencia del
gobierno de la presidente junto con la salida de quien había sido uno de los
protagonistas del Pacto social y cabeza de la CGE, José Gelbard, llevaron a un
enfrentamiento directo de los montoneros con la triple A y las fuerzas de policía
regulares. La Ley de Seguridad Nacional32 sancionada ese año, destinada a combatir
la guerrilla en todo el territorio nacional, proporcionó al Ministerio de Trabajo junto a
la Ley de Asociaciones Profesionales, un poderoso instrumento para “poner en
marcha su proyecto normalizador de las relaciones laborales,”33 desalojando
sistemáticamente a los líderes del sindicalismo opositor. El próximo paso sería
decretar el estado de sitio y se reprimir la actividad de los partidos políticos de
izquierda.
Desde 1975, luego de que se dicta el decreto que autoriza la represión a la
guerrilla tucumana, se acentúa y se busca combatir la condición subversiva por otros
medios. Pero este “primer ensayo” se amplió e institucionalizó con los decretos,
anteriormente mencionados, de Octubre del mismo año. La acción de la prensa no fue
ajena a este diagrama de poder, práctica discursiva y no discursiva confluyeron en la
representación social en la cual la condición subversiva dejaba de estar asociada sólo
con la lucha armada, se la comenzaba a identificar de manera difusa con el
izquierdismo, la ideología marxista, la predica agnóstica, igualitaria y populista, el
cuestionamiento del orden familiar, la sindicalización, el aborto, la libertad sexual
que presumiblemente atacaba las bases del modo de ser nacional y cristiano. Se
32 LEY 20840, sancionada el 28 de Septiembre de 1974. 33 De Riz Liliana. La política en suspenso: 1966-1976. Paidos, Buenos Aires, 2000. Pag. 164
46
instala un discurso, una práctica y una tradición nacional y católica que debía ser
defendida de supuestos peligros. Siendo el marxismo peligroso podía justificarse su
prohibición y hasta su exterminio físico y simbólico. Y como podía “estar camuflado
o infiltrado” era necesario acabar con todo lo que se le pareciera para evitar que
lograr sus supuestos objetivos disociadores. Luego de la identificación del enemigo
de esta manera se procedía a la censura, prohibición y persecución en defensa de la
Constitución Nacional o de los valores del ser nacional.
El Golpe Militar de Marzo de 1976 no implicó el fin de un período de “paz” y
la apertura a un estadio de “guerra interior”. En el seno del Estado de Derecho previo,
los mecanismos de terror -que se extenderían y perfeccionarían posteriormente- ya
estaban plasmados, no como germen sino como ejercicio real de poder.
Esa lucha contra la subversión en tanto discurso ideológico se torna
dominante con el advenimiento del golpe de 1976, porque, como dicen Beba Balvé y
Beatriz Balvé, logra articular a la mayoría de la sociedad pero, ¿qué proceso
específico logra en su desarrollo, constituir a este discurso como dominante?, ¿Qué
proceso específico logra articular a la mayoría de la sociedad alrededor de este
discurso? ¿Cuándo comienza su proceso de construcción, procesamiento e
institucionalización? En 1969.
La estrategia de poder de la clase dominante, inicia la construcción de su
programa ideológico-normativo, a partir de 1969. ¿De qué trata 1969? Del desarrollo
de un momento de la guerra civil de la lucha de clases y de un momento del
desarrollo de la lucha de clase del proletariado.
Por tanto subversión refiere a una particular situación y a una específica
formación ideológica, desde el terreno de las clases dominantes.
47
“CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA…”
El último gobierno de Perón y el desgobierno de Isabel.
Para el período que se abrió con el Cordobazo en 1969 el campo de la lucha
política se ampliaría a la lucha armada protagonizada por grupos provenientes de la
interna peronista y de sectores propios de la izquierda. En ese contexto el retorno de
Perón ocuparía un papel central para la consolidación del modelo nacional popular
que los primeros reclamaban. El apoyo que el General venía dando a la juventud
radicalizada y expresada fundamentalmente en Montoneros, a partir del suceso de
Ezeiza se convierte en una guerra abierta en el interior del peronismo en donde el
líder opta por el ala derecha expresada en la figura de López Rega y el sindicalismo
burocrático. De éste modo, el gobierno asumido por Cámpora en Mayo de 1973 se
debilitaba vertiginosamente, por la presencia en el país del líder político y por las
presiones del sector liderado por López Rega, desembocando así en la renuncia de
Cámpora a la presidencia el 12 de julio de 1973.
Durante su tercer mandato Perón junto a su esposa como vicepresidenta,
intentará recomponer el vínculo con el poder sindical y el giro hacia la derecha va a
ser interpretado por estos sectores como una vuelta a “poner las cosas en su lugar”.
Este posicionamiento da inicio una política de control y represión de los conflictos
intrasindicales, en donde las demandas de aumento salarial y mejores condiciones de
trabajo llevaron a que en marzo de 1974 el presidente llamará a una Gran Paritaria.
La falta de acuerdo con los sectores empresariales y el aumento de conflictividad
48
social dejaban entrever las dificultades a las que se enfrentaba la continuidad del
pacto social y la economía populista. Una de las dificultades que debía afrontar y que
marcarían a fuego el destino del movimiento peronista fue la relación con los
representantes de la tendencia que terminó en una abierta exclusión de toda esa
corriente. Los últimos meses de 1973 y los primeros del 74 fueron de mucha tensión,
las demostraciones de fuerzas no tardaron en aparecer bajo la forma de secuestros,
asesinatos y operativos en nombre de Montoneros, ERP por un lado y por otro el
accionar de la triple A. El gobierno optó por una posición más dura y en el verano del
74 se inició una política de reconciliación con el Ejército apoyado en un conjunto de
leyes represivas de ese año. El cuadro final de este proceso fue la convocatoria de
Montoneros al encuentro con el líder en la Plaza el 1 de mayo, pero las palabras de
Perón (discurso del 1 / 05 / 74) provocaron la definitiva ruptura con esa agrupación.
La muerte de Juan D. Perón en julio de 1974 aceleró la disolución del
gobierno. La presidencia de Isabel de Perón se caracterizó por la escalada de
violencia al interior del peronismo, en donde la extrema derecha ocupó los espacios
en el Estado y acentuó sus acciones al mandó de José López Rega y la Alianza
Anticomunista Argentina (triple A) que venía actuando desde 1973. Para este sector
el objetivo principal era la eliminación física de sus adversarios, a través del
denominado asesinato político. Actuando bajo metodologías propias de terrorismo de
Estado se persiguió militantes, políticos, intelectuales, artistas, sindicalistas,
periodistas, religiosos involucrados en el campo social, estudiantes. Este peronismo
de derecha vería como su principal adversario todo el sindicalismo de base que en
esos años había recuperado protagonismo y que venía sosteniendo los principios del
Pacto Social.
49
Una prueba de la política represiva en el orden sindical pudo verse en el
conflicto protagonizado por la seccional metalúrgica de Villa Constitución a raíz de la
huelga en tres fábricas importantes, Acindar. Marathon y Metcon. Fue un lugar de
resistencia que superaba la cuestión intrasindical y que terminó siendo resuelto por la
intervención de las fuerzas policiales en 1975 con una fuerte represión y
encarcelamiento de sus dirigentes entre ellos Alberto Piccinini.
El poder de los representantes de las 62 organizaciones se afianzaba mediante
la limpieza de los dirigentes del sindicalismo anti-burocrático y de izquierda. Con
Isabel aislada en el gobierno también se ocuparon de debilitar la autoridad del autor
del pacto social, el ministro de economía José Gelbard. El plan económico quedaba
así sin apoyo político.
Con la renuncia del ministro de economía la situación económica durante
1975 fue empeorando y los cambios que llevaron adelante sus sucesores se alejaban
de las premisas de una economía propia de un Estado Benefactor. Las medidas del
ministro Gómez Morales y luego de Celestino Rodrigo marcaron una fuerte inflexión
en este sentido que tuvo como consecuencia un fuerte rechazo social expresado en
paros y movilizaciones. Las políticas de ajuste y el aumento de las tarifas de servicios
públicos llevaron a una nueva alianza con los grupos económicos más poderosos y
excluía a los grandes sindicatos de la CGT. Por otro lado López Rega y la presidente
buscaron el apoyo de las Fuerzas militares.
El “Rodrigazo” no hizo más que provocar el malestar social y la respuesta
inmediata de la CGT que decretó un paro general de 48 horas y una gran
movilización a Plaza de Mayo que reclamaba la renuncia de Celestino Rodrigo y
López Rega.
50
A mediados de 1975 el gobierno ejercido por María Estela Martínez de Perón
(Isabel) estaba sumergido en una crisis profunda de poder y de sospechas. Se
sucedían cambios de ministros, la denuncia contra quien fuera su consejero López
Rega y críticas desde todos los sectores políticos que expresaban el deseo de renuncia
de la presidente. Como nos dice Liliana De Riz “La economía estaba transitando
hacia una fase de recesión. La producción industrial había caído y el desempleo en
Buenos Aires había crecido del 2,6 al 6 por ciento, llegando al 7 por ciento en
Córdoba. La situación de pagos era crítica.”34 A todo ello debe agregarse la variedad
de conflictos laborales, reflejados en diversas solicitadas publicadas en los diarios de
la época y el quiebre de la “alianza entre el trabajo y el capital” que había sido el
sustento del período de oro del peronismo.
El modelo nacional popular que se derrumbaba frente a la violencia política y
la crisis económica y social, dejaba lugar a otros actores políticos. Represión ilegal y
violencia guerrillera dejaban el espacio abierto para el regreso y relegitimación de las
Fuerzas Armadas. El frente abierto por el ERP en Tucumán a fines de 1974 tuvo su
corolario inmediato con un decreto de marzo de 1975 en donde el Ejército intervenía
la provincia, con el fin de “neutralizar y aniquilar”. Esto que se llamo Operativo
Independencia y, que fue seguido por los medios de comunicación, propiciaba una
nueva posición a las Fuerzas Armadas que buscaban el apoyo de la opinión pública
recuperando su papel como “salvadores de la patria”, papel que contó con la
colaboración de la sociedad tucumana como se entiende en el trabajo mencionado,
“Responsabilidad civil y genocidio. Tucumán en años del "Operativo Independencia"
(1975-76).
TP
34 De Riz Liliana. Op. Cit. Pag 173.
51
El 13 de Septiembre el poder ejecutivo queda a cargo de Italo Lúder debido a
la licencia de Isabel. Durante este breve mandato la crisis político-económica siguió
por los mismos cauces. Pero había algo sobre lo que creían no había duda que había
que actuar, que fue la lucha directa y ampliada contra el “flagelo de la subversión”.
La Ley de Seguridad Nacional 20.840 promulgada el 2 de octubre de 1974 que
dictaba penas por “actividades subversivas en todas sus manifestaciones” comienza a
cobrar sentido estricto cuando se crea el Consejo de Defensa Nacional y el de
Seguridad Interior, que depositaba en las Fuerzas Armadas la responsabilidad de la
lucha contra la subversión (momento de la emergencia). Los diarios del mes de
Septiembre de 1975 hicieron expreso el otorgamiento de este espacio de poder a las
Fuerzas Armadas que a partir de Noviembre realizaron diversas operaciones
antisubversivas en todo el territorio nacional, estas operaciones incluían la
intervención en los conflictos laborales y el avasallamiento de los fueros federales.
El ataque a la subversión se extendería a todos los países de la región, dándose
a conocer en la reunión de jefes americanos en Uruguay en Septiembre de 1975.
“Pese al secreto de la agenda aprobada [...] trascendió que los temas
fundamentales incluyen a lucha contra el comunismo y la subversión,
cooperación técnica y cultural e intercambio de información. [...]
refiriéndose a las posibles repercusiones de la próxima conferencia de
comandantes, dijo el general Queirolo que puede ser de entendimiento,
comprensión de saber que estamos sometidos [los ejércitos] a una
conjura internacional de información que nos cambia muchas cosas. El
52
general Queirolo reconoció que “la seguridad para el desarrollo” de los
distintos países puede ser uno de los temas que discutirá la Conferencia.
Existe ya una coordinación entre los Ejércitos americanos para
combatir e impedir la infiltración marxista y “todo tipo de subversión”,
añadió.”
La Nación, 1/9/75.
Lo que se consideraba como el problema de la subversión era de carácter
urgente y requería según las fuentes de una articulación político- militar.
“Se acordó -dice la información oficial que se proporcionó al término de
las deliberaciones-, con la coincidencia de todos los presentes que, el
gobierno nacional responsable de la seguridad de los ciudadanos y del
patrimonio espiritual y material de la república, e interpretando la
voluntad del país, adoptará las medidas necesarias en todos los ámbitos
del quehacer nacional para erradicar el flagelo de la subversión y
salvaguardar el orden y la tranquilidad publicas.”
“Súpose, también, que en los más altos niveles castrenses estarían
avanzados los estudios de nuevas medidas- de tipo legislativo y
operacional- para el futuro accionar en la lucha antisubversiva.”
La Nación, 5/9/75.
“Dijo el general Menéndez: me comprometo y comprometo al cuerpo a
no ahorrar esfuerzos, a trabajar y combatir día y noche; hasta
53
aniquilar a estos delincuentes subversivos que quieren someter a la
invicta Argentina a los dictados sangrientos de regímenes importados.
[...] A estos delincuentes que deben sus mezquinos éxitos exclusivamente
a su acción traicionera y solapada, pero que son indefectiblemente
derrotados en combate y que ahora detectados gracias a la repulsa
unánime de nuestro pueblo, apremiados por una ofensiva que haremos
cada vez más sostenida e intensa, serán destruídos inexorablemente.”
La Nación, 6/9/75
“El presidente provisional del Senado en ejercicio del poder ejecutivo
adoptó varias decisiones para la “implementación de la lucha
antisubversiva” [...] “Las resoluciones adoptadas durante la reunión de
ayer, cuyos detalles no fueron dados a conocer, están dirigidas a
contrarrestar no sólo la acción directa de la guerrilla, “sino otras
formas en que esta se manifiesta, en los planos político, económico y
social.”
La Nación, 25/9/75
En la lucha contra la subversión se exaltaba el accionar que las Fuerzas
Armadas llevaban adelante en Tucumán en el operativo “Independencia”. Esta
exaltación se mezclaba con la forma de una novela heroica, no bastaba con mantener
informada a la población sobre sus batallas ganadas, debía ser reconocida como un
sacrificio en el que no había elección. La cita que sigue fue extraída de una nota
54
especial que ocupaba la carilla completa de la página derecha acompañada por fotos
que se muestran en el anexo.
“Aquí no hay guerras es una lucha frontal contra la delincuencia
subversiva. ¿Unos días más? ¿Unas semanas? ¿Unos meses? Es la
batalla de la libertad en la que estamos todos [...] La bandera o las
banderas del o de los grupos subversivos- los mismos colores que
desfilaron por las calles de Buenos Aires cuando al doctor Héctor J.
Cámpora asumió la presidencia de la república- fue prontamente
reemplazada en el mástil de la placita del pueblo por la única nacional
conocida, respetada u honrada [...] Y el peligro pasó por las aguas
mismas de las acequias. Estuvo en cada finca. En cada casa. En la
granja y en el surco. Se quiso mezclar con su historia. Sus cantos. Sus
tradiciones. Por las sierras y los valles, la intimidación para el caos hizo
escuchar su confusa voz.”
La Nación, 1/ 11/75
Pero el “peligro subversivo”, según la expresión de los titulares no sólo se
encontraba en el monte, también estaba instalado como “guerrilla de las fábricas”. A
partir de entonces los periódicos se hicieron eco de cada operativo, de la cantidad de
caídos en ambos “bandos”, de la aparición diaria de cadáveres, secuestros y
allanamientos donde se encontraba material subversivo. Debía combatirse “la
condición subversiva”, que no estaba sólo asociada con la lucha armada. La
55
naturaleza del enemigo a combatir era de índole política e ideológica y su
identificación pasaba por la ideología marxista y el izquierdismo.
En este estado de cosas Isabel regresa a la presidencia en Octubre con un
desprestigio aún mayor. Las presiones venían desde el propio peronismo, un grupo de
políticos y sindicalistas disidentes, el caso más emblemático fue el de Victorio
Calabró gobernador de la provincia de Buenos Aires, quién termino expulsado. Desde
el sector empresarial se proclamaba la protección de la empresa privada y la libertad
individual, y se denunciaba el estado de desorden, la falta de justicia y la crisis del
neokeynesianismo. Desde solicitadas y notas editoriales se identifican a la subversión
y la economía “estatizante” como los condicionantes “Hacia una nueva alternativa
Argentina”.
“Al cabo de los años, sin embargo, las ideas keynesianas aún luego de
haber sido modificadas y adaptadas por quienes las han aplicado, están
dando señales de haber agotado su virtud.”
La Nación, 30/11/75
A fines de 1975 era cada vez más fuerte el reclamo de algunos sectores
de la sociedad que a través de los medios gráficos interpelaban y exigían un
estado de paz y orden que el gobierno de Isabel no resolvió y finalmente,
quedó bajo la acción de las Fuerzas Armadas. El poder de las Fuerzas
acrecentado en esos últimos meses del debilitado gobierno de Isabel indicaba la
gran decepción de un modelo de país que no pudo ser, así como anticipaba la
represión política y el terror militar instaurado con el Golpe de Estado de 1976.
56
“SUBVERSIÓN NO ERA CUALQUIER COSA”
La reconstrucción (resignificación) en el discurso sobre la subversión.
Beba Balvé y Beatriz Balvé proponen pensar como la prensa ocupa un lugar y
un rol que refuerza con “Su punto de vista moralizador, hace de argamasa ideológica
conformando la “opinión pública” y, su incidencia sobre los procesos sociales es de
carácter estratégico e indirecto, ya que opera sobre los efectos de la acción, dentro de
un proceso de reproducción de las condiciones que hacen posible la reproducción del
régimen mismo. Este papel le esta dotado por ser vehículo de comunicación, de
intercambio, de mensajes entre los intelectuales orgánicos. No esta dirigido hacia el
campo del pueblo, nada tiene que ver con la lucha por la conducción de las masas, es
sólo una comunicación entre iguales, entre burgueses. Es el órgano que vincula y
articula el aparato de inteligencia de la burguesía: alarma, dispersa, distribuye en
tanto órgano de la lucha entre burgueses y entre burguesías”35. (…) “De allí el papel
que juega en todo este proceso y en este trabajo la prensa que no es otro que el que
juega en la realidad. Y para introducirnos en este laberinto, nada mejor que descubrir
de qué realidad y dentro de qué campos de problemas conversaban por aquellos
días”36. Estas autoras que analizan el proceso de lucha y resistencia abierto en 1969
nos plantean una vez más el lugar estratégico que la prensa ocupa en los períodos más
críticos, en donde la lucha de clases emerge y se hace explícita.
35 Balvé, Beba C. – Balvé, Beatriz S. “El 69 huelga política de masas. Rosariazo, Cordobazo, Rosariazo”. Editorial CONTRAPUNTO. Buenos Aires, 1988. Pag, 47. 36 Balvé, Beba C. – Balvé, Beatriz S. Op. Cit. Pag, 48.
57
Lo que se lee en la prensa, en los meses previos al golpe del 76, es también la
voz de la burguesía con su pretensión generalizadora y su razón única. Este discurso
ideológico articulado alrededor de “subversión - lucha armada” obstaculiza la
observación de lo social, en el que impera una mirada difusa que atraviesa al sujeto y
se hace constituyente de la subjetividad, despreciando y ocultando la lucha por la
transformación del orden social hegemónico.
La estrategia del nuevo discurso sobre la subversión apoyada en los medios de
comunicación gráfica conformaba un factor más en un nuevo diagrama de poder,
logrando contener la reacción social y fragmentando la sociedad, proceso en el cual
ella fue parte activa. Los factores que cambian un nuevo diagrama de poder son
múltiples especialmente a partir del acontecimiento político que significo el golpe de
estado de 1976. Pero este acontecimiento, con su singularidad y emergencia, no es
pensado de manera aislada sino como parte de toda una serie de otros
acontecimientos previos, que se han ido sucediendo desde el golpe del 1966 y que
han sido descriptos durante el desarrollo del trabajo.
La particularidad y la emergencia del acontecimiento dependieron de las
condiciones materiales del discurso, del estado de agrupamientos, sus vecindades. En
los meses previos, se observa en los discursos que circulaban en los periódicos la
urgencia por reencauzar la vida social y organizar los espacios en los que ésta se
desarrollaba.
¿Cuáles son las prácticas concretas en las cuales y a partir de las cuales ciertos
discursos sobre la subversión surgieron y se resignificaron? Lo enunciable en cuanto
a la subversión pasó a ser parte del lenguaje cotidiano en los periódicos de mediados
de 1975. Subversión, terrorismo, guerrilla, extremistas pasan a ocupar un lugar
58
central en el vocabulario de la prensa. La apropiación de este vocabulario se amplía.
Las distintas secciones del periódico ofrecían espacios a los sectores que durante esos
meses se encontraban en una clara relación de lucha de fuerzas. La publicación de
solicitadas de los sindicatos, los empresarios, partidos políticos y agrupaciones de la
sociedad civil se multiplicaron durante este período. Todos llevaban la marca de lo
aceptable y lo no aceptable para la Nación Argentina. La formación discursiva acerca
de la subversión supone que este objeto se construyó a través de prácticas discursivas
y extra-discursivas. La articulación entre estas prácticas, discursos e instituciones,
discursos y prácticas concretas, abrió el espacio discursivo en donde el orden social
pasaba a ser asunto de la propia sociedad.
En la recopilación de artículos extraídos del periódico La Nación, se interpreta
la posición de diversos sectores sociales y políticos que poniendo en juego sus
intereses buscaban la deslegitimación y caída del gobierno de Isabel con la
desestructuración de las políticas del Pacto Social que desde 1973 venía sosteniendo
la alianza entre capital y trabajo. El conjunto de políticas económicas de intervención
y regulación que los sucesivos gobiernos peronistas aplicaron eran consideradas
como la fuente de la crisis social de esos años. Caos social y económico equivalía a
subversión.
Los titulares dan una clara visión de lo que estaba en juego. El ejército y la
iglesia aparecían como los únicos actores autorizados en la palabra, todo lo demás era
cuestionado. Notas editoriales, carta a lectores, solicitadas, artículos sobre
enfrentamientos, muertes, allanamientos, comunicaciones de la agenda política en la
lucha contra la “subversión” y entrevistas colmaban los periódicos diariamente. En el
Anexo del presente trabajo se reproducen algunas solicitadas, notas editoriales y otros
59
artículos publicados durante el período tratado, que se consideran especialmente
representativas de discurso predominante en el diario.
Las declaraciones publicadas pertenecen en su gran mayoría a actores
políticos y militares que consideraban la urgencia, por un lado de identificar los
alcances de la subversión, y por otro del momento de actuar.
“Por otra parte es indudable que los ejércitos de la América continental
están de acuerdo sobre la existencia de una agresión exterior
íntimamente vinculada con la agresión interior que convulsiona la paz
de naciones como la nuestra...” (...) “Es por ello que se insinúa ahora la
tendencia de los militares de revisar todo el sistema interamericano de
defensa para coordinar dinámicamente las resoluciones de los
organismos que lo integran y para adoptar medidas destinadas a impedir
que la eventual falta de previsiones estratégicas en determinados puntos
del continente haga vulnerable a éste ante los avances de la subversión.”
La Nación, 4/11/75
“Comprendemos que no son horas de claudicaciones ni defecciones; son
momentos de participación activa. Asumimos nuestra responsabilidad
con pleno conocimiento de que la subversión nace y crece allí donde
consciente o inconscientemente se la cultiva.”
La Nación, 20/11/75.
Declaraciones contralmirante Luis Alberto Fermani, Armada Argentina.
60
“La señora de Perón y los ministros desean reiterar su confianza en la
serenidad y decisión con que las Fuerzas Armadas actúan en el
cumplimiento del sagrado deber patriótico de reprimir a los agentes del
caos y la subversión.”
La Nación, 5/12/75
Lo dicho entorno a la subversión en los meses previos al golpe supuso hablar
de diversos temas que tuvieron que ver con prácticas distintas. “La subversión
infiltrada en todos lados” (La Nación, 17/12/75), podía recaer en todas aquellas
actividades que atentaran contra no sólo el régimen político, sino también con el
régimen económico-social que buscaba reinstalar una nueva forma de acumulación.
La persecución de las comisiones internas de las fábricas que intentaban sobrevivir a
pesar de la fuerte estructura sindical, fueron objeto de secuestros antes del golpe de
Estado y puestos a disposición del Poder Ejecutivo Nacional (P.E.N) o como
secuestros clandestinos.
“La subversión acciona en todos los planos de la vida nacional. No cabe
ya ninguna duda y lo expreso así porque muchos desprevenidos para
colmo líderes de la comunidad en distintos sectores, no sólo no lo
advirtieron a tiempo sino que inclusive lo negaron, seguramente de
buena fe, cuando otros no sólo lo advirtieron sino que también lo
denunciaron que la subversión apátrida acciona en todos los campos y
en todos los sectores de la vida nacional sin excluir siquiera el de las
61
organizaciones religiosas y aun el propio de las Fuerzas Armadas,
particularmente en los niveles de tropa. Y actúa en dos formas o
mediante dos métodos distintos: una lucha armada directa y abierta,
aunque solapada u criminal, desde el frío asesinato de víctimas
indefensas, hasta operaciones de mayor envergadura, como el ataque
sorpresivo... Otro, la infiltración solapada y disociadora de todos los
sectores de la comunidad, inclusive en algunos del gobierno y del
Estado.”(...) Su accionar se concreta allí en el sabotaje... A esa acción
de penetración e infiltración no escapan, entre otros el campo cultural,
el sindical, el de los medios masivos de comunicación, y ni siquiera las
organizaciones y entidades de bien público.”
“Pero donde se ha acentuado notoriamente en los últimos tiempos, es
en un campo de una alta significación y sensibilidad para el cometido y
los fines de la defensa nacional: el campo económico. Conflictos
artificialmente movilizados, huelgas y paros muchos de ellos
condenados y desautorizados por las propias organizaciones sindicales,
(...) Como síntesis de lo hasta aquí expresado, creo que estas tres
connotaciones que caracterizan a la subversión, a que me he referido,
vale decir: que es ideológica, que es apátrida e internacional, y que
acciona en todos los campos de la vida nacional...”
“Cuando a la lucha sin cuartel contra el enemigo subversivo, se sumen a
las Fuerza Armadas, al Gobierno y al Estado, los obreros en las
fábricas, los empresarios en las empresas, los políticos en los partidos,
los maestros en las aulas, los sacerdotes en sus púlpitos, y todos y cada
62
uno en su sector, estará sellada en el termino de días la suerte de esta
aventura criminal ...”
La Nación, 17/12/75
Estaban en juego la moral y los valores cristianos que habían edificado los
principios en los cuales la Nación Argentina se había constituido. La Iglesia
recobraba su rol pacificador y sanador de los males sociales, pero el mal era
expresamente relacionado con el marxismo, el comunismo. “La Iglesia y la lucha
contra la guerrilla” (12/9/75), “La seguridad y la Fe reemplazan el miedo en
Tucumán” (1/11/75). “Dios está redimiendo, mediante el Ejército a la Nación”,
“Censuró al marxismo Paulo VI” (20/11/75), “Un llamado a la pacificación, del
Cardenal Primatesta” (2/1/76). Titulares del diario.
Según Foucault la norma representada por la familia, la patria, la autoridad y
la jerarquía se opone al desorden. En La vida de los hombres infames la familia es el
principio de enderezamiento de lo anormal y la degeneración el estado de anomalía,
de la misma manera podemos ver como la iglesia y su jerarquía junto a la familia
católica podrían eliminar “el peligro subversivo”.
“Toda la crisis se reduce a una crisis de orden moral y de valores.
Mientras no se haga un esfuerzo para poner remedio en la raíz del mal,
el país no saldrá de esa crisis y de este decaimiento. Ojalá este año haya
sido el de tocar fondo para comenzar la recuperación.”
La Nación, 27/12/75
63
Los discursos que circulaban en el periódico dejan ver, a través de distintas
formas, una red de enunciados sobre la subversión. Esta red se articula como tal a
partir de las prácticas sociales en las cuales estos diversos enunciados emergen. La
sociedad civil es ese espacio “vulnerable” al peligro subversivo y por eso mismo el
lugar donde es necesario diferenciar y condenar a la subversión. Lo que sigue son
expresiones de la población, en todas ellas aparece la condena a los actos
considerados subversivos y la demanda a las instituciones estatales de control y
penalización.
“Hay que agregar otro culpable de la situación que nos ha deparado un
destino singularmente cruel y que se acentúa sin pausa: la ausencia de
una voluntad decidida a reprimir el aberrante mal que nos ataca, a
suprimir de raíz la enfermedad de violencia que nos destruye con
implacable saña.
La indiferencia, la insensibilidad y la desaprensión se han unido, pues a
los designios de los asesinos de la izquierda y de la derecha.
Salvo el accionar de las Fuerzas Armadas para combatir a la guerrilla en
su propio terreno, poco se hace que pueda considerarse una decisión
inquebrantable de ponerle un dique imposible de franquear a los
sembradores de la muerte y la angustia.”
La Nación, 20/3/76
64
Carta de lectores:
“Por otra parte, de repetirse con respecto a cualquier otro tipo de
servicio público, alcanzarían para determinar en áreas geográficas más
o menos extendidas, una situación muy cercana al caos o a la
desorganización de la vida cotidiana. (...) Es urgente, considerando sobre
todo la seguridad nacional y el éxito deseable en la lucha contra la
subversión armada poder controlar de algún modo este tipo de acción
terrorista.”
La Nación, 15/12/75
Declaración:
“El mandatario agregó que hay que ejecutar una campaña de
esclarecimiento en fábricas y escuelas, a fin de hacer conocer en todo el
país los efectos negativos del extremismo. (...) La guerrilla está
desarrollando una acción permanente de captación psicológica y el
gobierno no: el Estado en esta guerra contra la subversión debe
desarrollar una acción psicológica. (...) la necesidad de lograr la unión
ejecutiva del pueblo y las Fuerzas Armadas en la lucha contra la
subversión.”
La Nación, 16/12/75
65
“Viendo anoche ese corto- concluye la joven- pensé que debía escribirle.
Lo comenté con mis padres y tanto ellos como yo queremos pedirle que
hagan llegar a los soldados que luchan en el frente nuestro mejores
deseos para este año y nuestro sincero apoyo en su valiente actitud. Que
sepan que no están arriesgando por este gobierno, sino por todos
nosotros...”
La Nación, 8/2/76
“Ante la ejecución de nuevos procedimientos antisubversivos
materializados sobre la base de informaciones brindadas por la
población, se agradece a la misma la valiosa colaboración prestada.
Asimismo es necesario llevar a su espíritu la tranquilidad de que los
operativos seguirán realizándose, no sólo enfrentando a quienes
empuñan un arma sino también a los ideólogos que los instruyen y
alientan...”
La Nación, 16/12/75
Carta de lectores:
“La subversión de izquierda del extremismo ideológico y del terrorismo-
sea cual fuere su signo- han hecho un daño inmenso al país y lo seguirán
haciendo solo con que la población siga dominada por un profundo
sentimiento de inseguridad individual y colectiva. Es indispensable
66
acrecentar los esfuerzos para desramar a cuanta banda u organización
subversiva actúe en nuestro territorio y extremar los recursos para que e
monopolio del uso de la fuerza este en manos de las Fuerzas Armadas y
de los cuerpos de seguridad y de policía de la República. Es también
absolutamente indispensable instaurar la noción de eficacia en la
legislación procesal y de fondo en una materia en la que se juega nada
menos que nuestra propia integridad como nación civilizada; en una
palabra que haya leyes sabias y que se apliquen con rapidez y sin la
menor duda en cuanto a la vigencia completa de las sanciones que en
cada caso se determinen.”
La Nación, 17/3/76
La subversión pasó a ser “La lucha que incumbe a todos los argentinos”
(Titular, La Nación 10/1/76). El subversivo controlado socialmente ocupa el lugar de
lo “otro” en los discursos de la vida cotidiana y se institucionaliza como línea de
demarcación en la sociedad, en tanto define lo aceptado y lo no aceptado, antes y
durante el “Proceso de Reorganización Nacional”. Se opone a la cultura Argentina.
El subversivo es lo no argentino, la no patria, “La delincuencia subversiva sigue
atacando al pueblo y a la Patria” (titular 5/12/75), “Marginar la subversión” (nota
editorial completa en el anexo 16/3/76). En todas las declaraciones aparece
constantemente una contraposición en donde argentinidad, legalidad, orden etc.
quedan del lado de los valores reivindicados por la sociedad. Todo lo anterior en la
67
política y en la economía debía ser suprimido para la construcción de una “nueva
sociedad”, una “nueva nación”, una nueva forma del decir y del hacer.
El progresivo aislamiento de la figura del subversivo en la sociedad
Argentina, previo a la dictadura del 76, el progresivo repliegue de la acción colectiva
que había sido el emblema de la vida política en los años anteriores fue el marco
sobre el cual la dictadura sostuvo su vuelta a la “normalidad”. El mismo día en que la
presidenta dejaba la casa de gobierno (24/3/76), los periódicos mencionaban el
regreso a la actividad normal en la ciudad de Buenos Aires. “Hay normalidad en todo
el país”, “Buenos Aires retoma su clima habitual” (titulares).
Antes de finalizar resulta interesante detenernos en las ideas de Tomás
Abraham en “Historias de la Argentina deseada” cuando dice:
“La palabra subversión que en vísperas del Proceso sustituye a la palabra
extremismo indica el pasaje de una categoría de descalificación política a otra de
supresión ética. Cuando lo que se juega es el Ser Argentino ya no se trata de
conclusiones argumentales de una lógica cualquiera, sino del punto de partida
metafísico que decide una identidad. La tutela espiritual es la garantía requerida para
que esta decisión sea la debida.”37
En este fragmento hay un concepto del autor que es interesante y conviene ser
aclarado, el de supresión ética, porque se relaciona con una de las ideas principales
que motivó este trabajo. “La supresión ética es el resultado de una metafísica que
prescribe los modos y la figura de los personajes que hacen peligrar el Ser, aquellos
37 Abraham, Tomás. “Historias de la Argentina deseada”. Editorial Sudamericana bajo el sello Debolsillo. Buenos Aires, 2005. Pag.29
68
que atacan nuestra identidad sustancial y nuestra razón de ser como comunidad.”38
Ese “enemigo del Ser”, en los meses previos al golpe de 1976, pasó a ser el
identificado como “subversivo”.
38 Abraham, Tomás. Op. Cit. Pag. 14
69
CONSIDERACIONES FINALES
El presente estudio pretendió ser un paso más en el abordaje de la
construcción de lo subversivo como “lo otro” de la sociedad argentina, definida
occidental, nacional y católica, de mediados de la década del setenta. Esa
construcción puede ser pensada como parte de una estrategia para desacreditar
visiones alternativas de la sociedad que ganaban terreno en el mundo, el continente y
también en el país.
De la lectura de los distintos artículos del diario La Nación, en el período
mencionado, surge claramente, por un lado, el desprestigio que sufría el gobierno de
Isabel Perón para la resolución de problemas sociales, económicos, políticos y que
perdía día a día legitimidad frente la apelación a las Fuerzas Armadas. Estas dos ideas
acaparaban la opinión pública por entonces, en donde la subversión aparecía como el
centro del problema que se debía atacar.
En este contexto la Jerarquía de la Iglesia se presenta como mediadora y guía
del destino de las conciencias, la única autorizada para marcar el límite entre el bien y
el mal, con una visión semejante a la de las Fuerzas Armadas en términos de cuál es
la causa del problema y su solución.
En las notas de opinión y los artículos referidos al accionar de las Fuerzas
Armadas el énfasis está puesto en el aporte de la institución al orden y la seguridad
general. En el caso de las solicitadas son absolutamente declarativas y prescriptivas,
animando a las FFAA a actuar a fin de evitar el desorden y el caos. Podría pensarse
en un momento en donde los actores que habían sido desplazados de la arena política
70
durante el período de la alianza capital y trabajo buscaban ganar espacio y regresar al
campo de las decisiones.
En toda esta red de enunciados entorno a la situación por la que atravesaba el
país, la subversión aparece siempre ligada al terrorismo no sólo como acción violenta
que podía darse en diferentes ámbitos, sino acción que a su vez encarnaba lo peor de
la sociedad y lo opuesto al “ser argentino”. Acción armada, ideológica y expresiva,
ante todo contestataria, capaz de inmiscuirse en todos los rincones de la sociedad. La
sociedad argentina aparecía entonces como víctima de este mal, acosada. Subversión
desde la visión de los sectores de poder conlleva un modo de ser, una actitud, una
acción siempre negativa. La idea de subvertir un orden hegemónico en relación con
una idea de cambio, de transformación no aparece enunciado. El que subvierte es un
delincuente y como tal hay que tratarlo, penarlo, criminalizarlo.
Para frenar la subversión como acción de cambio y de repudio, ésta debía ser
convertida en sinónimo de todo lo peor y lo más temido por la sociedad. Los sectores
de poder que se alineaban en esa lucha de fuerzas y que no se identificaban con el
gobierno promovían la confusión en el uso del término. Por eso la subversión como
se ve en los diarios, también podía estar “en todos lados”. Ya no se trataba sólo del
extremista y su acción armada, sino de algo que podía tomar diversas formas y por lo
tanto ocupar los más diversos espacios de la sociedad. Si bien tal amplitud generaba
aún más confusión y promovía la sospecha y la desconfianza al interior de la
sociedad, desde los sectores de poder no puede pensarse en términos de la misma
confusión la subversión estaba identificada en la persona de todos aquellos
contestatarios y opositores al sistema dominante. Prueba de ello fue la amplitud que
tomo la persecución, represión y desaparición de ciudadanos durante los meses
71
previos al golpe y los dos primeros años del mismo. La sospecha y la desconfianza
ganaron terreno en la sociedad.
Retomando a Cavarozzi, se podría afirmar que en Argentina desde 1971 las
prácticas de los agentes políticos, y particularmente de aquellos que componían el
campo de la oposición política, contribuyeron a reabsorber o conjurar la crisis social.
Todos esos agentes se situaron frente a las acciones sociales de carácter contestatario
tratando de enhebrarlas a sus lógicas orientadas casi exclusivamente a la conquista
del poder político. Durante de años, esas lógicas se enfrentaron en dos planos
diferentes: por una parte dieron luchas entre el gobierno militar y las oposiciones que,
en una proporción abrumadora, concluyeron en triunfos para estas últimas; por la
otra, se fueron perfilando propuestas alternativas en el campo de la oposición que, por
lo general no trascendieron el terreno de las consignas y las confrontaciones
ideológicas. La crisis de dominación, característica de todo el período abrió un campo
de lucha que encontró su desenlace en la demanda de normalidad que habilitó el
avance y la consolidación en el poder de las FF.AA.
Por último, en 1975 – 1976, los liberales que desde la Revolución Libertadora
habían intentado terminar con las pautas económicas de una economía de
intervención, pudieron articular un discurso en el que se integraron tres núcleos
temáticos que hasta entonces habían permanecidos dispersos y que definieron la
matriz del orden a erradicar; la subversión, caracterizando como tal no simplemente a
las acciones guerrilleras sino también toda forma de activación popular, todo
comportamiento contestatario en escuelas y fábricas y dentro de las familias, toda
expresión no conformista en las artes y la cultura, y, en síntesis todo cuestionamiento
a la autoridad; la sociedad política populista: el peronismo, los sindicatos, las
72
oposiciones “complacientes” ( es decir, los radicales y la izquierda parlamentaria) y el
Estado tutelar; y, por último, la economía urbana apoyada en la dinámica del sector
industrial, y sus soportes sociales básicos, una clase obrera “indisciplinada” y un
empresariado “ ineficiente”. Este sector representado por las Fuerzas Armadas y la
creación de la APEGE (Asamblea Permanente de Entidades Gremiales Empresarias)
no sólo apuntaba a un gobierno incapaz de poner orden sino a la forma de un Estado
protector que según ellos desarrollaba comportamientos que llevaban al caos
económico y social con su manifestación más peligrosa en la subversión. (Cavarozzi,
1997).
Con las herramientas de la “Genealogía” se puede pensar que durante el
período estudiado se estaba produciendo un cambio en el orden mundial, sobre todo
occidental que vislumbraba una nueva configuración del poder. La década del sesenta
y el setenta se caracterizó por el avance de grandes reivindicaciones sociales y
políticas que provocaron enfrentamientos y desequilibrios en el campo del poder
político - económico. Desde la mirada de Foucault el mismo puede caracterizarse
como el paso de la sociedad disciplinaria a la pos-disciplinaria. El período analizado
refleja la tensión que supone ese paso o cambio. El surgimiento de los movimientos
sociales, las críticas a las políticas de Estado, el Mayo Francés y el Cordobazo, entre
otras manifestaciones, surgen como cuestionamiento a la sociedad disciplinaria. En
el contexto de un orden que se desvanece, surge una respuesta autoritaria llamada a
tomar el control del cambio, aniquilar a las fuerzas de resistencia y establecer un
nuevo orden. De este modo la “Ideología de Seguridad Nacional” en América Latina
promovió la implementación de las dictaduras militares más agresivas.
73
Si con el poder disciplinario el orden era logrado a través de una “sola
mirada” y no necesitaba más que la idea de la vigilancia permanente y lograr así un
sujeto dócil, la impronta de la represión y ejecución de las personas en las dictaduras
retoma por una lado, la visión negativa del poder; pero sobre todo da paso a una
nueva forma de control, el “control de uno mismo”, en palabras de Foucault
“gubernamentalidad”.Un cambio en esos términos plantea otra forma de orden que se
quiso imponer pero que el día de hoy parece mantenerse en una larga metamorfosis,
conformándose un nuevo tipo de sociedad “pos-disciplinaria”.
Con el aporte de las herramientas propuestas por Foucault, el trabajo
presentado intentó ser un paso más en el estudio de un período de la sociedad
argentina que podríamos decir marcó a fuego su desarrollo posterior hasta la
actualidad. Sabemos que el análisis discursivo y sus condiciones de posibilidad y
existencia son mucho más ricos, por lo que sin duda este trabajo queda incompleto en
muchos aspectos.
Después de 24 años de régimen democrático y, en particular, con las políticas
de derechos humanos llevadas adelante por el recientemente concluido gobierno y
que parece sostener el actual, si bien son un paso importante de recomposición
institucional hacia la sociedad queda aún avanzar en la recuperación desde una
sociedad que ha sido desvastada, continuar trabajando desde una mirada reflexiva y
crítica de la historia reciente. El camino queda así abierto con un conjunto de trabajos
que eligen continuar indagando cuestiones, que como ésta, hacen a nuestra
conformación social, política, económica y cultural.
74
BIBLIOGRAFÍA
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revolucionaria en la Argentina. Tomo II: 1973-1976. Grupo Editorial Norma,
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• Feinman, José Pablo. “La sangre derramada”. Editorial Ariel, Buenos Aires,
1998.
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México, 1985.
• Foucault, Michel. Historia de la locura en la época clásica. Fondo de Cultura
Económica, México, 1986.
76
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2000.
• Izaguirre, Inés. Nuevas consideraciones sobre la ideología de la “seguridad
nacional”. Buenos Aires, mayo 2006.
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y militares, 1976 - 1983. Rosario, Editorial Fundación Ross, 1994.
• Romero, Luis Alberto. Breve historia contemporánea de la Argentina. Fondo de
Cultura Económica, Buenos Aires, 2001.
• Salguero, Paula. “La construcción discursiva del enemigo político. La Nación
(1976-1977)” Tesis de grado. Facultad de Humanidades y Cs. de la Educación.
UNLP. 2005
77
Fuente.
Publicaciones del Diario La Nación, obtenidas en el archivo de la Hemeroteca de la
Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, de las cuales se tienen en archivo
digitalizado 116 fotos, entre las que se encuentran artículos, notas editoriales, notas
de opinión y solicitadas.
78
ANEXO
Anexo I39
Decreto 2770 del 6 de octubre de 1975
Consejo de Seguridad interna - Constitución – Competencia
Fecha: 6 de octubre de 1975.
Publicación: Boletín Oficial, 4 de Noviembre de 1975
Visto la necesidad de enfrentar la actividad de elementos subversivos que con su accionar
vienen alterando la paz y la tranquilidad del país, cuya salvaguardia es responsabilidad del
gobierno y de todos los sectores de la Nación, y
Considerando: Lo propuesto por los señores ministros del Interior, de Relaciones Exteriores y
Culto, de Justicia, de Defensa, de Economía, de Cultura y Educación, de Trabajo y de
Bienestar Social, el presidente provisional del Senado de la Nación en Ejercicio del Poder
Ejecutivo en acuerdo general de ministros, decreta:
Art. 1°-- Constitúyese el Consejo de Seguridad Interna que estará presidido por el Presidente
de la Nación y será integrado por todos los ministros del Poder Ejecutivo nacional y los
señores comandantes generales de las Fuerzas Armadas. El Presidente de la Nación adoptará,
en todos los casos las resoluciones en los actos que originen su funcionamiento.
Art. 2°-- Compete al Consejo de Seguridad interna:
a) La dirección de los esfuerzos nacionales para la lucha contra la subversión;
b) La ejecución de toda tarea que en orden a ello el Presidente de la Nación le imponga.
Art. 3°-- El Consejo de Defensa, presidido por el ministro de Defensa e integrado por los
comandantes generales de las Fuerzas Armadas, además de las atribuciones que le confiere el
art. 13 de la ley 20.524, tendrá las siguientes:
39 Copia tomada del trabajo presentado sobre le “Operativo Independencia”, Artese, Matías; Roffinelli, Gabriela. 2005. Fuente www.nuncamas.org.ar (en la actualidad la página se encuentra inactiva).
79
a) Asesorar al Presidente de la Nación en todo lo concerniente a la lucha contra la
subversión;
b) Proponer al Presidente de la Nación las medidas necesarias a adoptar en los distintos
ámbitos del quehacer nacional para la lucha contra la subversión.
c) Coordinar con las autoridades nacionales, provinciales y municipales, la ejecución de
medidas de interés para la lucha contra la subversión;
d) Conducir la lucha contra todos los aspectos y acciones de la subversión;
e) Planear y conducir el empleo de las Fuerzas Armadas, fuerzas de seguridad y fuerzas
policiales para la lucha contra la subversión.
Art. 4°-- La Secretaría de Prensa y Difusión de la Presidencia de la Nación y la Secretaría de
Informaciones de Estado quedan funcionalmente afectadas al Consejo de Defensa, a los fines
de la lucha contra la subversión, debiendo cumplir las directivas y requerimientos que en tal
sentido les imparta el referido Consejo.
Art. 5°-- La Policía Federal y el Servicio Penitenciario Nacional quedan subordinados, a los
mismos fines al Consejo de Defensa.
Art. 6°-- El Estado Mayor Conjunto sin perjuicio de las funciones que le asigna la
reglamentación del dec.-ley 16.970/66, a los fines del presente decreto, tendrá como misión
asistir al Consejo de Defensa en lo concerniente al ejercicio de las atribuciones que en él se le
asignan.
Art. 7°-- El Ministerio de Economía proveerá los fondos necesarios para el cumplimiento del
presente decreto.
Art. 8°-- Comuníquese, etc. --Luder. -- Aráuz Castex. -- Vottero. -- Emery. -- Ruckauf. --
Cafiero. -- Robledo.
Decreto 2771 del 06 de octubre de 1975
Fecha: 6 de octubre de 1975.
Publicación: Boletín Oficial, 4 de Noviembre de 1975
80
Visto lo dispuesto por el dec. 2770 del día de la fecha, y la necesidad de contar también con
la participación de las fuerzas policiales y penitenciarias de las provincias en la lucha contra
la subversión;
Por ello, el presidente provisional del Senado de la Nación en ejercicio del Poder Ejecutivo
en acuerdo general de ministros, decreta:
Art. 1°-- El Consejo de Defensa, a través del Ministerio del Interior, suscribirá con los
gobiernos de las provincias, convenios que coloquen bajo su control operacional al personal y
a los medios policiales y penitenciarios provinciales que les sean requeridos por el citado
Consejo para su empleo inmediato en la lucha contra la subversión.
Art. 2°-- Comuníquese, etc. --Luder. -- Aráuz Castex. -- Vottero. -- Emery. -- Ruckauf. --
Cafiero. -- Robledo.
Decreto 2772 del 6 de octubre de 1975
Fecha: 6 de octubre de 1975.
Publicación: Boletín Oficial, 4 de Noviembre de 1975
Vistos los decs. 2770 y 2771 del día de la fecha y la necesidad de reglar la intervención de las
Fuerzas Armadas en la ejecución de operaciones militares y de seguridad, a efectos de
aniquilar el accionar de los elementos subversivos en todo el territorio del país.
Por ello, el Presidente provisional del Senado de la Nación en ejercicio del Poder Ejecutivo
en acuerdo general de ministros, decreta:
Art. 1°-- Las Fuerzas Armadas bajo el Comando Superior del Presidente de la Nación que
será ejercido a través del Consejo de Defensa procederán a ejecutar las operaciones militares
y de seguridad que sean necesarias a efectos de aniquilar el accionar de los elementos
subversivos en todo el territorio del país.
Art. 2°-- El Ministerio de Economía proveerá los fondos necesarios para el cumplimiento del
presente decreto.
Art. 3°-- Comuníquese, etc. --Luder. -- Aráuz Castex. -- Vottero. -- Emery. -- Ruckauf. --
Cafiero. -- Robledo.
81
Anexo 2
TITULARES “LA NACIÓN” 1975 SEPTIEMBRE
“LA POLICÍA LIBERÓ A UN EJECUTIVO”
“LA REUNIÓN DE JEFES MILITARES AMERICANOS”
“PERPETRARÓNSE VARIOS ATENTADOS EXTREMISTAS”
“DE LAS FUERZAS ARMADAS Y DE LA GUERRILLA HABLÓ BALBÍN”
“OTROS TRES EXTREMISTAS ABATIDOS EN TUCUMÁN”
“IMPORTANTE OPERATIVO CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“LOS COMANDANTES DE LAS FFAA REUNIERÓNSE”
“GRUPOS EXTREMISTAS CAUSARON 2 MUERTES”
“REUNIÓN AMPLIA DEL GABINETE NACIONAL”
“LA LUCHA CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“LA LUCHA ANTISUBVERSIVA EN SUS NUEVOS CAUCES”
“INFORMOSE SOBRE LA MUERTE Y CAPTURA DE TERRORISTAS”
“EL TERRORISMO SERÁ ANIQUILADO”
“ILEGALIDAD PARA LOS GRUPOS SUBVERSIVOS”
“LOS DOS CONDICIONANTES: LA SUBVERSIÓN Y LA ECONOMÍA”
“MEDIDAS CONTRA LOS MONTONEROS”
“LA IGLESIA Y LA LUCHA CONTRA LA GUERRILLA”
“HOY DELEGA EL MANDO LA JEFA DE ESTADO”
“RECORDACIÓN DE LA REVOLUCIÓN DEL 55”
“EXALTACIÓN DEL EJERCITO”
“SERVICIO ESPECIAL PARA REPRIMIR LA SUBVERSIÓN”
“SECTORES DE IZQUIERDA CONDENAN LA SUBVERSIÓN”
82
“SUBVERSIÓN: SE ACTUARÁ SIN DEMORA”
“ANALIZAN LA LUCHA CONTRA LA SUBVERSIÓN”
NOVIEMBRE
“LA SEGURIDAD Y LA FE REEMPLAZAN EL MIEDO EN LA ZONA TUCUMANA”
“LA SEGURIDAD DEL CONTINENTE”
“DETÚVOSE A SIETE INTEGRANTES DE UNA CÉLULA EXTREMISTA Y SE HALLO
MATERIAL SUBVERSIVO”
“EN CORDOBA SE DETUVO A QUINCE EXTREMISTAS Y SE SECUESTRO IMPORTANTE DOCUMENTACIÓN”
“ABATEN EN TUCUMAN A SEIS EXTREMISTAS”
“ACCIÓN ANTISUBVERSIVA CONJUNTA EN ROSARIO”
“CENSURA MILITAR A LA SUBVERSIÓN IDEOLÓGICA”
“NUEVAS FUERZAS CONJUNTAS INICIAN UN OPERATIVO ANTISUBVERSIVO”
“LA ARMADA PARTICIPARÁ EN LA LUCHA ANTISUBVERSIVA”
“CENSURÓ AL MARXISMO PAULO VI”
“EN ROSARIO SIGUE LA ACCIÓN ANTISUBVERSIVA”
“DURANTE UN TIROTEO MURIÓ UN EXTREMISTA”
“REUNIÓN INFORMATIVA HUBO EN LA ARMADA”
“CINCO DÍAS DE DUELO EN LA ARGENTINA” ( por la muerte de Franco)
“REFIRIÓSE A LA SUBVERSIÓN EL ALMTE. MASSERA”
“DIEZ EXTREMISTAS APREHENDIDOS DURANTE OPERATIVOS EN MENDOZA”
“NUEVO CARIZ DE UNA LUCHA SIN TREGUA”
“DUROS CALIFICATIVOS PARA LA SUBVERSIÓN”
“REALIZANSE EN VARIAS PROVINCIAS OPERATIVOS ANTISUBVERSIVOS”
“APRECIACIONES EN TORNO DE UN REFUGIO TERRORISTA”
“VARIOS EXTREMISTAS DETENIDOS EN OPERATIVOS ANTISUBVERSIVOS”
83
“MUJERES ARGENTINAS POR LA PATRIA EFECTÚO UN HOMENAJE A LOS
MUERTOS POR LA GUERRILLA EXTREMISTA”
“UN LÍMITE CON RIESGO”
“HABLÓ MANRIQUE SOBRE LA LUCHA ANTIGUERRILLERA”
“HUBO ALLANAMIENTOS Y DETENCIONES EN MENDOZA”
“INFORME SOBRE SUBVERSIÓN A LA PRESIDENTE”
“UN REFUGIO DE EXTREMISTAS FUE DESCUBIERTO EN ROSARIO”
“MURIÓ UN EXTREMISTA AL SER FRUSTADO UN ATRACO”
“REDUCTOS EXTREMISTAS ALLANADOS Y SIETE DETENIDOS EN SAN JUAN”
“EXIGENCIAS QUE IMPONE LA GUERRA ANTISUBVERSIVA”
“UNA NOTA DE ADHESIÓN A LAS FUERZAS ARMADAS”
“EN LA RIOJA SSE REALIZARON OPERATIVOS ANTISUBVERSIVOS”
“ALÍSTASE LA FUERZAS ARMADAS PARA LA LUCHA ANTISUBVERSIVA”
“LA CRISIS DEL NEOKEYNESIANISMO”
“OPERATIVOS ANTISUBVERSIVOS EN SANTA FE: 31 DETENIDOS”
DICIEMBRE
“EN ROSARIO DETÚVOSE A 3 EXTREMISTAS”
“EFECTIVA ACCIÓN CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“APOYO A LA FUERZAS ARMADAS CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“SOSTENIDA ACCIÓN ANTIEXTREMISTA”
“ENERGICO DOCUMENTO DEL OBISPO DE FORMOSA”
“ACCION TERRORISTA EN TUCUMAN: 4 MUERTOS”
“MAS DETENIDOS EN LA ACCIÓN ANTISUBVERISVA”
“CONDENA EL EJERCITO LA SUBVERSIÓN”
“MATARON AL GRAL. CACERES MONIÉ” ( el atentado extremista se consumó en Entre Ríos, los asesinos han secuestrado a la esposa del militar)
84
“LA CAPITAL DE TUCUMAN SERÁ CONTROLADA POR EL EJERCITO”
“ES CONSTITUCIONAL LA LEY DE SEGURIDAD NACIONAL, DICE UN JUEZ”
“LO QUE OCURRIÓ Y VA A OCURRIR”
“APOYO PARA LA ACCIÓN MILITAR”
“LA CGT, LAS 62 Y LA JSP CONDENAN LOS ASESINATOS”
“ROBLEDO HABLÓ DE TEMAS ACTUALES”
“LA DIFÍCIL LUCHA”
“LA CONFIANZA DEL EJERCITO”
“LA ACCIÓN ANTISUBVERSIVA EN SANTA FE: 224”
“ANALISIS DE LA LEY DE DEFENSA”
“FUE ANALIZADA LA LUCHA CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“ACCIÓN ANTISUBVERSIVA EN LOS MEDIOS LABORALES”
“SUBVERSIÓN Y SERVICIOS PÚBLICOS”
“ANALISIS DE MEDIDAS CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“AGRADECIÓ EL EJERCITO A LA PÒBLACIÓN CIVIL”
“LA SUBVERSIÓN INFILTRADA EN TODOS LADOS”
“INFORMOSE SOBRE EL ESTADO DE LA LUCHA ANTISUBVERSIVA”
“REGISTRARÓNSE ACCIONES SUBVERSIVAS EN CÓRDOBA”
“SUBLEVACIÓN EN LA FUERZA AEREA”
“UNA PROCLAMA Y SEIS COMUNICADOS”
“PERSISTE LA GRAVE CRISIS ORIGINADA POR UN SECTOR DE LA FUERZA AEREA”
“NO SE ENCONTRO SOLUCIÓN A LA GARVE CRISIS EN LA FUERZA AEREA”
“PROHIBICIÓN MILITAR A MEDIOS DE DIFUSIÓN”
“DECLARACIONES SOBRE LA GUERRILLA INDUSTRIAL”
“CUMPLIRÉ CON MI DEBER IRREVOCABLE” (la presidenta)
“UNA CRISIS DE ORDEN MORAL Y DE VALORES”
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“LA CGE CONDENA LA ACCIÓN SUBVERSIVA”
“ENTRE 1975 Y 1976”
“UN ENERGICO MENSAJE DE MONSEÑOR PLAZA”
ENERO
“UN LLAMADO AL PACIFICACIÓN DEL CARDENAL PRIMATESTA”
“VEINTE DETENIDOS EN OPERATIVOS MILITARES”
“APOYO DE LA JUVENTUD SINDICAL A LAS FFAA”
“UN POLICÍA FUE MUERTO POR UN EXTREMISTA”
“EXTREMISTAS ATACARON A FUERZAS DE SEGURIDAD”
“EN TUCUMANHABRÍAN MUERTO 14 EXTREMISTAS”
“OPERATIVO EN SANTA FE Y VARIAS DETENCIONES”
“ACCIÓN MILITAR EN COMODORO RIVADAVIA”
“LA LUCHA QUE INCUMBE A TODOS LOS ARGENTINOS”
“DESPLAZAMIENTO DE TROPAS EN BUSCA DE EXTREMISTAS”
“AGRADECE UN NIÑO A LOS SOLDADOS”
“EXTEMISTAS QUEMARON UN TREN EN VILLA DE MAYO”
“HALLOSE UN REFUGIO PARA EXTREMISTAS”
“EN UN TIROTEO LA POLICÍA ABATIÓ A 3 EXTREMISTAS”
“PRISIÓN PREVENTIVA A DOS SUBVERSIVOS”
“HUBO DOS OPERATIVOS MILITARES EN CHUBUT”
“EL EXTREMISMO EN LA PROVINCIA DE SANTA FE”
“NUMEROSOS ATENTADOS TERRORISTAS SE REGISTRARON AYER EN LA PLATA”
“INTENSA ACCIÓN CONTRA EL EXTREMISMO EN TODO EL PAÍS”
“INTENSO TIROTEO ENTRE POLICÍAS Y EXTREMISTAS”
“EN POSADAS DETUVOSE A UN EXTREMISTA”
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“DESTRUYÓ CAMPAMENTO DE EXTREMISTAS EL EJERCITO”
“APOYO AL EJERCITO CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“NO HAY PEOR USBVERSIÓN QUE EL DESGOBIERNO”
“FATAL TIROTEO DURANTE UN OPERATIVO ANTISUBVERSIVO”
“EXTREMISTAS MATARON A DOS DIRECTIVOS DE UNA FÁBRICA”
“FUE MUERTA UNA EXTREMISTA Y SE HALLÓ MATERIAL SUBVERSIVO”
FEBRERO
“ATENTADOS TERRORISTAS CONTRA PANADERÍA”
“UN GRITO” (cámara argentina de empresarios)
“EL EJERCITO REALIZO UN OPERATIVO EN TUCUMÁN”
“PREVENCIONES PARA EL ACCIONAR TERRORISTA”
“LAS ACTIVIDADES DE UNA EXTREMISTA MUERTA”
“ES URGENTE HALLAR UNA SOLUCIÓN DIJO DE LA RÚA”
“DENUNCIAN EN URUGUAY SOBRE LA SUBVERSIÓN”
“DENUNCIARON EN LIMA UN PLAN SUBVERSIVO”
“DISTURBIOS DE GRUPOS EXTREMISTAS”
“ROBARON SIETE VEHÍCULOS 3 PRESUNTOS EXTREMISTAS”
“ARMA SOVIÉTICA EN PODER DE EXTREMISTAS”
“CLARÍN DESPIDIÓ A 49 ACTIVISTAS”
“HALLARON EN UNA VIVIENDA ARMAS Y PROYECTILES”
“CONDENATARIO MENSAJE EN UN ACTO MILITAR”
“FUE ASESINADO POR EXTREMISTAS UN FUNCIONARIO DE BIENESTAR SOCIAL”
“ADVERTENCIA COMPROBADA”
“ESCRIBIÓ UNA JOVEN AL GRAL. VIDELA”
“SEVEROS JUICIOS FORMULÓ UN JEFE MILITAR CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“DECLARACIONES SOBRE EL EXTREMISMO EN CORDOBA”
87
“DESBARATARON EN SALTA UN CELULA EXTREMISTA”
“PIDESE EL ALEJAMIENTO DE LA PRESIDENTE”
“UNA EXTREMISTA FUE DETENIDA EN BAHÍA BLANCA”
“CON PERVERSIÓN EXTREMA”
“EL CONCEPTO DE LIBERACIÓN DE SU SANTIDAD PAULO VI”
“DETUVIERON A 8 EXTREMISTAS”
“EN EL LÍMITE DE LA SEGURIDAD PÚBLICA”
“UN SACERDOTE FUE ASESINADO POR UN GRUPO EXTREMISTA”
“EXHORTÓ EL JEFE NAVAL A DEVOLVERLE LA PAZ AL PUEBLO”
“MENSAJE A LA JUVENTUD DE MONSEÑOR PIRONIO”
“APOYO DE INDUSTRIALES TUCUMANOS AL EJERCITO”
“PODRÍA INTENSIFICARSE LA ACCIÓN ANTISUBVERSIVA”
“FUE DESBARATADA UNA CÉLULA EXTREMISTA EN MENDOZA”
“UN REFUGIO EXTREMISTA EN MENDOZA”
“UN REFUGIO EXTREMISTA HALLOSE EN EL CENTRO”
“QUE PIENSAN, DONDE VAN: LOS MILITARES DEL 76”
“EL JUICIO POLÍTICO A LA JEFA DEL ESTADO”
“LA 62 QUEBRADA”
MARZO
“EL TERRORISMO”
“REFLEXIONES SOBRE LA CRISIS”
“ATENTADOS EXTREMISTAS CON BOMBAS EN CORDOBA”
“DETUVOSE A MIEMBROS DE UNA CELULA”
“QUIENES SON LOS RESPONSABLES”
“EXPRESAN INQUIETUDES EN UN ACTO ESCOLAR”
88
“CRISIS MUNDIAL, SUBVERSIÓN MÚLTIPLE Y EL VALOR DEL SALARIO”
“PROYECTOS CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“PROYECTOS DE LEYES CONTRA LA SUBVERSIÓN”
“UNA CRISIS QUE COMPROMETE LA FE EN EL PAÍS”
“ATENTADO EN LA SEDE DEL EJERCITO”
“SUBVERSIÓN: RETORNO AL ATAQUE INDISCRIMINADO”
“MARGINAR LA SUBVERSIÓN”
“CUANDO SE DESCOMPONE EL ESTADO, SE DESCOMPONE LA SOCIEDAD”
“SUBVERSIÓN Y TERRORISMO”
“PIERDE VALOR LA VIDA”
“EL ARGENTINO HOMBRE ACOSADO”
“LO QUE TERMINA Y LO QUE COMIENZA”
“LAS FUERZAS ARMADAS Y SU DETERMINACIÓN”
“EL RUMBO DE LAS FFAA”
SOLICITADAS
“VOX POPULI – VOX DEI” (Voz del Pueblo – voz de Dios) (LA 62 0RGANIZACIONES)
¡¡¡MUJERES!!!
“A LA FUERZA AEREA ARGENTINA” EN LA HORA DE LA PATRIA.
“EL EMPRESARIADO NACIONAL AL PAÍS”
“HACIA UNA NUEVA ALTERNATIVA ARGENTINA”(Partido demócrata progresista)
“DESPOJO Y DERSTRUCCIÓN” ( Hilanderìas Olmos SA)
“DONDE ESTAN NUETROS HIJOS”
“LA DELINCUENCIA SUBVERSIVA SIGUE ATACANDO AL PUEBLO Y A LA PATRIA” (
La 62 Organizaciones)
“UNA POLÍTICA ECONÓMICA QUE FRUSTRÓ A LOS ARGENTINOS” (Federación y Confederación económica de las provincias de Catamarca, Jujuy, Misiones, Mendoza, San
Juan, Salta, Santa cruz, Tucumán)
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“ACCIÓN PATRIÓTICA ARGENTINA”
“C.O.P.A.L”
“ANTE LA EMERGENCIA NACIONAL”
“ANTE LA GRAVE SITUACIÓN ECONÓMICA – SOCIAL DEL PAÍS” (Asociación
argentina de compañías de seguros)
“EN LA HORA DE LA PATRIA LAS FUERZAS ARMADAS NO ESTAN SOLAS” (Movilización argentina)
90