LA CONFESIÓN: El Sacramento de la Misericordia de Dios · Serás corona fúlgida en la mano del...

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HOJA PARROQUIAL B ASILICA DE SAN JUAN EL REAL 17 DE ENERO DE 2016 II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO Reflexión LA CONFESIÓN: El Sacramento de la Misericordia de Dios “Hay algo que traigo a la memoria y que me da esperanza: que la misericor- dia de Dios no termina, ni se acaba su compasión, antes bien se renueva cada mañana” (Lamentaciones 3, 21-23). Por el sacramento de la penitencia, Dios nos perdona los pecados cometidos después del bautismo por medio de la Iglesia, que prolonga en el tiempo y en el espacio la acción reconciliadora y liberadora de Jesucristo… El sacramento nos da la posibilidad de encontrarnos con Dios misericordioso desde nuestra pobreza y nuestra situación de pecado. El sacramento nos reconcilia con Dios, con los demás y con nosotros mismos… Nos da la paz del corazón, regalo de Dios que nada ni nadie más puede dar y que nada ni nadie puede quitar si El nos lo da… Nos renueva en la esperanza para que podamos caminar siempre sin desanimarnos… Nos da la certeza de que Dios nos ama a pesar de todos nuestros fallos, miserias y pecados… Nos invita a celebrar la bondad y la misericordia de Dios a través de una vida reconciliada y reconciliadora. Hoy se suele hablar de una situación de crisis en este sacramento más que en otros. Esta crisis es reconocida por los mismos documentos oficiales de la Iglesia (Vati- cano II, Exhortación Apostólica “Reconciliación y Peni- tencia” de Juan Pablo II, “Dejaos reconciliar con Dios” de la CEE, ...). La crisis del sacramento de la penitencia ni es nueva ni posiblemente la mayor de las que han existido; tiene relación con la situación más general de crisis en la Iglesia y en la experiencia religiosa… Como en toda crisis, no todo es negativo; también encontramos en ella elementos purificadores y positivos que han contribuido a una vivencia más auténtica del sacramento. Algunos hechos significativos de esta crisis serían por ejemplo: 1 El abandono del sacramentos por parte de muchos cristianos 2 Que afecta incluso a los cristianos más comprometidos y practicantes 3 Se da una devaluación del sacramento, convertido a veces en una devoción 4 Sigue existiendo una práctica excesivamente ritualista y rutinaria del sacramento 5 Existe un gran desconocimiento y confusión acerca del sacramento. (sigue en pag. 3)

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HOJA PARROQUIAL

BASILICA DESAN JUAN EL REAL17 DE ENERO DE 2016II DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

Ref

lexi

ón

LA CONFESIÓN: El Sacramento de la Misericordia de Dios

“Hay algo que traigo a la memoria y que me da esperanza: que la misericor-dia de Dios no termina, ni se acaba su compasión, antes bien se renueva cada mañana” (Lamentaciones 3, 21-23).

Por el sacramento de la penitencia, Dios nos perdona los pecados cometidos después del bautismo por medio de la Iglesia, que prolonga en el tiempo y en el espacio la acción reconciliadora y liberadora de Jesucristo… El sacramento nos da la posibilidad de encontrarnos con Dios misericordioso desde nuestra pobreza y nuestra situación de pecado.

El sacramento nos reconcilia con Dios, con los demás y con nosotros mismos… Nos da la paz del corazón, regalo de Dios que nada ni nadie más puede dar y que nada ni nadie puede quitar si El nos lo da… Nos renueva en la esperanza para que podamos caminar siempre sin desanimarnos… Nos da la certeza de que Dios nos ama a pesar de todos nuestros fallos, miserias y pecados… Nos invita a celebrar la bondad y la misericordia de Dios a través de una vida reconciliada y reconciliadora.

Hoy se suele hablar de una situación de crisis en este sacramento más que en otros. Esta crisis es reconocida por los mismos documentos oficiales de la Iglesia (Vati-cano II, Exhortación Apostólica “Reconciliación y Peni-tencia” de Juan Pablo II, “Dejaos reconciliar con Dios” de la CEE, ...). La crisis del sacramento de la penitencia ni es nueva ni posiblemente la mayor de las que han existido; tiene relación con la situación más general de crisis en la Iglesia y en la experiencia religiosa… Como en toda crisis, no todo es negativo; también encontramos en ella elementos purificadores y positivos que han contribuido a una vivencia más auténtica del sacramento.

Algunos hechos significativos de esta crisis serían por ejemplo:1 El abandono del sacramentos por parte de muchos cristianos2 Que afecta incluso a los cristianos más comprometidos y practicantes3 Se da una devaluación del sacramento, convertido a veces en una devoción4 Sigue existiendo una práctica excesivamente ritualista y rutinaria del sacramento5 Existe un gran desconocimiento y confusión acerca del sacramento.

(sigue en pag. 3)

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E

La Palabra

1a

2a

Lectura del profetaIsaías 1, 1-5

Lectura de la 1ª Cartadel San Pablo

a los Corintios, 12, 4-11

Salmo 95

Evangelio segúnSan Juan 2, 1-12

Contad las maravillas del Señora todas las naciones

Cantad al Señor un cántico nuevo,cantad al Señor, toda la tierra;cantad al Señor, bendecid su nombre. Proclamad día tras día su victoria.Contad a los pueblos su gloria,sus maravillas a todas las naciones.

Postraos ante el Señor en el atrio sagrado,tiemble en su presencia la tierra toda.Decid a los pueblos: «El Señor es rey:él gobierna a los pueblos rectamente».

Por amor a Sión no callaré, por amor de Jerusalén no descansaré, hasta que rompa la aurora de su justicia, y su salvación llamee como antorcha.

Los pueblos verán tu justicia, y los reyes tu gloria; te pondrán un nombre nuevo, pronunciado por la boca del Señor.

Serás corona fúlgida en la mano del Señor y diadema real en la palma de tu Dios.

Ya no te llamarán «Abandonada», ni a tu tierra «De-vastada»; a ti te llamarán «Mi predilecta», y a tu tierra «Desposada», porque el Señor te prefiere a ti, y tu tierra tendrá un esposo.

Como un joven se desposa con una doncella, así te desposan tus constructores. Como se regocija el marido con su esposa, se regocija tu Dios contigo.

Hermanos:Hay diversidad de carismas, pero un mismo Espí-

ritu; hay diversidad de ministerios, pero un mismo Señor; y hay diversidad de actuaciones, pero un mis-mo Dios que obra todo en todos.

Pero a cada cual se le otorga la manifestación del Espíritu para el bien común.

Y así uno recibe del Espíritu el hablar con sabidu-ría; otro, el hablar con inteligencia, según el mismo Espíritu. Hay quien, por el mismo Espíritu, recibe el don de la fe; y otro, por el mismo Espíritu, don de cu-rar. A éste le ha concedido hacer milagros; a aquél, profetizar. A otro, distinguir los buenos y malos espí-ritus. A uno, la diversidad de lenguas; a otro, el don de interpretarlas.

El mismo y único Espíritu obra todo esto, repar-tiendo a cada uno en particular como él quiere.

En aquel tiempo, había una boda en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús y sus discípulos estaban también invitados a la boda.

Faltó el vino, y la madre de Jesús le dice:«No tienen vino».Jesús le dice:«Mujer, ¿qué tengo yo que ver contigo? Todavía

no ha llegado mi hora».Su madre dice a los sirvientes:«Haced lo que él os diga».Había allí colocadas seis tinajas de piedra, para

las purificaciones de los judíos, de unos cien litros cada una.

Jesús les dice:«Llenad las tinajas de agua».Y las llenaron hasta arriba.Entonces les dice:«Sacad ahora y llevadlo al mayordomo».Ellos se lo llevaron.El mayordomo probó el agua convertida en vino

sin saber de dónde venía (los sirvientes sí lo sabían, pues habían sacado el agua), y entonces llama al esposo y le dice:

«Todo el mundo pone primero el vino bueno y, cuando ya están bebidos, el peor; tú, en cambio, has guardado el vino bueno hasta ahora».

Este fue el primero de los signos que Jesús realizó en Caná de Galilea; así manifestó su gloria y sus dis-cípulos creyeron en él.

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(viene de la pag. 1)

La gente sencilla y también los cristianos de más formación se hacen muchas preguntas sobre el sa-cramento: sobre la necesidad, el origen, la mediación eclesial, la eficacia, la uniformidad etc…

Las causas que pueden explicar esta crisis son, sin duda, diversas y complejas. De hecho los autores hablan de: causas antropológicas (separación de sacramento y vida, falta de madurez humana y espi-ritual, el reto de la psicología, etc), causas teológicas (falta de sentido eclesial de la fe, concepción em-pobrecida del sacramento, concepción judicial del mismo etc.) y causas pastorales (pastoral deficiente, ideas confusas o equivocadas, desprestigio de la confesión, etc)… Pero ciertamente la causa más englo-bante podríamos decir que es la falta de experiencia de Dios en un mundo secularizado.

En este año de la Misericordia tenemos la oportunidad de recuperar la práctica del sacramento de la Confesión para acogernos a la Misericordia de Dios.

SEMANA DE ORACIÓN POR LA UNIDAD DE LOS CRISTIANOS

Del 18 al 25 de enero, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y el Consejo Mundial de las Iglesias convocan una semana de Oración para la unidad de los cristianos.

Todos los años, en estas fechas nos unimos a esta propuesta de oración para que esa unidad tan deseada y por la que oró Jesús, el Señor, al Padre Dios, se haga pronto realidad y se sigan dando pa-sos entre las diferentes confesiones religiosas cristianas para que desaparezcan los obstáculos que la impiden.

Una buena forma de orar comunitariamente es participar durante esta semana en la celebración de la Eucaristía para pedir por esta intención de la Unidad.

El apóstol Pedro en su primera carta, (1 Pe 2,9), nos dice:

“Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las proezas del que os llamó a salir de la tiniebla y a entrar en su luz maravillosa”

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Horario de MisasBasílica de San Juan el RealLaborables 9:00, 13:15 y 20:00 hDomingos y festivos 9:00, 11:00, 12:00, 13:00 y 20:00 h

Siervas de Jesús (Uría, 23) Lunes a Sábado 7:30 h Domingos y festivos 8:00 h

Sagrado Corazón (PP. Jesuitas) Laborables 12:30 y 19:30 h Domingos 12:30, 13:30, 19:30 y 20:45 h

Esclavas todos los días 13:00 y 18:00 h

Despacho ParroquialMartes y viernes no festivos

de 18:00 a 19:00 h

TeléfonosBasílica985 212 388Oficina de Fray Ceferino985 222 832Javier (Párroco)609 823 632Jose Manuel (Vicario Parroquial)645 947 070

SANTORAL

20 de enero San FructusosoSan FabiánSan Sebastián

21 de eneroSanta Inés

22 de eneroSan Vicente

23 de eneroSan Ildefonso

Plegaria

Gracias, Padre, por tu in-finita misericordia. Gracias por la oportunidad que nos ofreces de poder vivir intensamente todo un año dedicado a profundizar en el significado y la prác-tica de las obras de mise-ricordia. Haz que sea un Año Santo de conversión y de donación a los demás. Ayúdanos a ser como tu hijo Jesucristo, rostros de tu misericordia.

LAS OBRAS DE MISERICORDIA

Santa María, consuelo de los afligidos

A María, madre de Dios y madre nuestra, le pedimos consuelo muchas veces y nos ponemos bajo su protección con las diferentes advocaciones con las que la veneramos.

Podemos decir este año que hemos de ser misericordiosos como María es misericordiosa.

María recibe el nombre de Ma-dre del Consuelo o Consoladora de los afligidos porque por me-dio de ella Dios envió el consuelo de su pueblo, que es Jesucristo. María, cuando estuvo junto a la Cruz, mereció esta felicidad pro-metida por el Evangelio: «Felices los que lloran, porque serán con-solados». (Mt 5,5). Después de la resurrección de su hijo recibió este consuelo y por ello puede consolar a sus hijos en cualquier lucha.

María puede ayudarnos a po-ner en práctica esta obra de mi-sericordia porque llevó en el seno al propio Hijo de Dios, que es fuente de Misericordia.

Santa María, Madre del Consuelo de los afligidos, te damos gracias por enseñarnos a ser misericordiosos con los demás. Haz que desde nuestra pequeñez te imitemos y nos convirtamos en bálsamo curador de los más pobres y afligidos de este mundo.