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Jornadas de Investigadores 2015. Secretaría de Investigación y Postgrado. FHyCS-UNaM ISSN 2469-0678 La composición social de los ocupantes de terrenos privados en el nordeste de la provincia de Misiones. El caso de los productores de tabaco en el Departamento de San Pedro (1990-2014) Ramirez, Sebastian [email protected] Resumen: Población ocupante y productores tabacaleros han sido abordados desde diferentes enfoques y a partir de distintos nudos problemáticos, sin embargo no abundan en el ámbito académico estudios acerca de la relación existente entre ambas situaciones. Las investigaciones antropológicas y sociológicas de los sujetos en tanto individuos en relación con otros individuos, abandonaron sistemáticamente el análisis de clases para esta población, desestimando en gran medida el peso de la clase obrera rural enel agro misionero. Presentamos aquí un balance bibliográfico,en el que señalaremos, en primer término, cuáles son las categorías utilizadas para describir al sujeto social agrario en la provincia de Misiones. En segundo lugar, a partir de la crítica a estas nociones, presentaremos una propuesta teórica para analizar lacomposición social de la población rural ocupante dedicada al cultivo del tabaco en el departamento de San Pedro, Misiones. Palabras-claves: ocupantes – producción tabacalera – clase obrera rural 1. Introducción Misiones se convierte en Territorio Nacional del Estado Argentino en diciembre de 1881, al separarse de la provincia de Corrientes. Desde ese momento y hasta principios del siglo XX, se desarrolló en esta región una forma de ocupación del suelo y de sistema productivo en el cual las actividades predominantes se encontraban sujetas a la extracción de madera nativa y la recolección de yerba mate silvestre al que se denominófrente extractivo. (Abínzano, 1985: Cap.VI. s/n.) Abinzanorealizó una periodización histórica del proceso de ocupación del territorio provincial en el que distinguió tres etapas.La colonización oficial de tierras públicas, iniciada a fines del siglo XIX, se extendió hasta principios del XX. Desde 1919, se desarrolló la colonización privada de tierras particulares, que adquirió mayor relevancia entre 1920 y 1930. En este contexto, desde la década de 1930, el Estado

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Jornadas de Investigadores 2015. Secretaría de Investigación y Postgrado. FHyCS-UNaM

ISSN 2469-0678

La composición social de los ocupantes de terrenos privados en el nordeste de la provincia de Misiones.

El caso de los productores de tabaco en el Departamento de San Pedro (1990-2014)

Ramirez, Sebastian [email protected]

Resumen:

Población ocupante y productores tabacaleros han sido abordados desde diferentes

enfoques y a partir de distintos nudos problemáticos, sin embargo no abundan en el

ámbito académico estudios acerca de la relación existente entre ambas situaciones. Las

investigaciones antropológicas y sociológicas de los sujetos en tanto individuos en

relación con otros individuos, abandonaron sistemáticamente el análisis de clases para

esta población, desestimando en gran medida el peso de la clase obrera rural enel agro

misionero.

Presentamos aquí un balance bibliográfico,en el que señalaremos, en primer término,

cuáles son las categorías utilizadas para describir al sujeto social agrario en la provincia

de Misiones. En segundo lugar, a partir de la crítica a estas nociones, presentaremos una

propuesta teórica para analizar lacomposición social de la población rural ocupante

dedicada al cultivo del tabaco en el departamento de San Pedro, Misiones.

Palabras-claves: ocupantes – producción tabacalera – clase obrera rural

1. Introducción

Misiones se convierte en Territorio Nacional del Estado Argentino en diciembre de

1881, al separarse de la provincia de Corrientes. Desde ese momento y hasta principios

del siglo XX, se desarrolló en esta región una forma de ocupación del suelo y de sistema

productivo en el cual las actividades predominantes se encontraban sujetas a la

extracción de madera nativa y la recolección de yerba mate silvestre al que se

denominófrente extractivo. (Abínzano, 1985: Cap.VI. s/n.)

Abinzanorealizó una periodización histórica del proceso de ocupación del territorio

provincial en el que distinguió tres etapas.La colonización oficial de tierras públicas,

iniciada a fines del siglo XIX, se extendió hasta principios del XX. Desde 1919, se

desarrolló la colonización privada de tierras particulares, que adquirió mayor

relevancia entre 1920 y 1930. En este contexto, desde la década de 1930, el Estado

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Nacional entregó grandes extensiones de tierras a compañías dedicadas a la explotación

de madera nativa en el nordeste misionero. Así, en 1936 comenzó a operar la

“Intercontinental Compañía Maderera S.A.”, en el departamento de General Belgrano y,

en 1948, la empresa “Colonizadora Misionera S.A. Inmobiliaria, Agrícola e Industrial”,

en el departamento de San Pedro, sumando un total de 65 mil hectáreas dedicadas

principalmente a la explotación de monte nativo.

La actividad forestal desarrollada en esta zona, estimuló el movimiento de población

proveniente del sur y centro de la provincia, para garantizar la fuerza de trabajo

necesaria. Sin embargo, en la década del ‘70 la rama entra en crisis y años después, ya

en los ‘80, las dos empresas quiebran, lo que implicó el abandono de las tierras. Esta

situación, puso fin a la vía clásica de colonización y dio lugar a un proceso de

ocupación que se desarrolla sin planificación previa desde principios de la década de

1990 (Abinzano, 1985; Schiavoni 1995; Kostlin: 2010).

En la actualidad la provincia cuenta con una extensión de 29.801km2, el 0.8% de la

superficie del país. El Censo Nacional de Población del año 2010 (CNP 2010) indicó

que el 73.8% de la población misionera reside en zonas urbanas, mientras que el 26.2%

restante lo hace en ámbitos rurales. De este total de población rural, el 81.2% habita en

zonas consideradas dispersas (parajes y picadas).

Nuestro análisis se circunscribe al departamento San Pedro, en el que se localizan

31.994 hectáreas, pertenecientes a cinco propiedades privadas. Sobre esa superficie se

emplazan 930 lotes, -que representan el 50.6% de los relevados por el Censo de

Ocupantes de Tierras-, en el que se sitúan el 31% de las unidades domésticas, un total

de 454 UD. A su vez, de las 517 UD dedicadas a laproducción de tabaco burleyen el

nordeste provincial, el 47% (243 UD), se encuentran localizadas en este departamento1.

La producción tabacalera, es la principal actividad llevada adelante por los ocupantes

dentro este espacio geográfico. Hasta el momento, se han realizado distintos análisis

acerca de diferentes aspectos de la misma: regulaciones estatales para el tabaco y el

mercado de tierras (García: 2008; Schiavoni: 2008a), desarrollo tecnológico (De Micco:

2008), cuestiones económicas, sociales y condiciones laborales en la producción

tabacalera (Diez: 2009; Diez y Re: 2010), pequeña producción y agroindustrias

vinculadas a la misma (Cáceres: 2011; Gras: 1997; 1998).

Todos estos abordajes, tienen como premisa la condición campesina de esta población.

La misma supone un modelo estático en dondeproductores con escaza o nula capacidad

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de acumulación (Baranger, Niño y Simonetti, 2008), utilizan mano de obra familiar

(Bartolomé, 2007; Gallero, 2008; Oviedo y Gortari, 2013), para una producción de

subsistencia, estableciendo eventualmente relaciones de reciprocidad entre una

comunidad de iguales (Gabriela Schiavoni: 2008b).

Desde esta perspectiva se construyeron nociones tales como colono,ocupantes,

plantadores y campesinos, para describir a la fracción más pauperizada de la población

rural, en tanto que los farmers y las agroindustrias representarían el sector más

capitalizado.Empero, ninguna de estas categorías analíticas explican el proceso social

por el cual una parte de esta población comienza a explotar trabajo ajeno y a acumular

capital, convirtiéndose en capitalista, mientras que la otra es despojada de sus medios de

producción y de vida, sin más alternativa que la venta de su fuerza de trabajo. Dicho de

otro modo,tantoobreros rurales como pequeña burguesía y burguesía agraria, son

invisibilizados y reemplazos por alguna de las categorías antes nombradas,

presuponiendo la falta de desarrollo del capitalismo en el agro misionero.

En lo que sigue realizaremos un repaso analítico de la bibliografía que consideramos

más relevante sobre estructura social agraria, ocupaciones de terrenos privados

yproducción tabacalera en la provincia de Misiones, señalando cuales son los problemas

que presentan a la hora de explicar la dinámica social agraria, discutiendocon las

posiciones que suponen la existencia de campesinos entre la población rural ocupante

dedicada al cultivo del tabaco en el departamento de San Pedro.

2. El conocimiento existente

a. El colono misionero y la tesis farmer

En su trabajo “Colonos, plantadores y agroindustrias. La explotación agrícola familiar

en el sudeste de Misiones”, Leopoldo Bartolomé (1975) supone la existencia de un

sujeto que se distingue tanto del campesino como del capitalista: el colono misionero.

Según el autor, se trata de un “inmigrante reciente” con características similares al

farmer norteamericano.

Propietario de la tierra que trabaja, el colono, heredó de sus padres o abuelos las chacras

que estos consiguieron gracias a planes de colonización, oficiales o privados. Así

mismo, lo distingue del plantador, sujetoque buscaría obtener del suelo la mayor

rentabilidad posible, sin dudar en retirarse de la actividad una vez que la tierra haya

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perdido su capacidad productiva, y de la agroindustria, forma de explotación capitalista

clásica, basada en la maximización de ganancias (Bartolomé, 1975:2-3).

Para Bartolomé,a la gran mayoría de lasExplotaciones Agrícola Familiares2(EAF) en

Argentina, no se las puede calificar de campesinas, pero tampoco pueden ser

encasilladas en su totalidad en las llamadas farmer. Si bien ambos utilizan mano de obra

familiar, a diferencia de los campesinos, los colonos pueden contratar mano de obra

asalariada para la explotación de sus granjas. Todo depende, según dice, de

las“motivaciones económicas” que mueven a uno y a otro.

Por último, propone una serie de categorías para distinguir a los “tipos sociales

agrarios” en la provincia de Misiones: el campesino, quien utilizasolamente fuerza de

trabajo familiar y no acumula capital. El colono I, quien presenta mayor capacidad

productiva y por lo tanto se encuentra en mejores condiciones que el primero para

acumular. El colono II,que combina mano de obra familiar y asalariada. En este caso,

será su capacidad de acumulación lo que defina su cercanía al modelo farmer o al

llamado modelo campesino. Por último, el uso exclusivo de mano de obra asalariada es

reservado para elempresario agrícola, quien acumula capital sin tener la necesidad de

participar del proceso productivo.

La posición que acabamos de reseñar, sostiene que la lógica del individuo determina

en última instancia, la estructura económica y no a la inversa. Nos ocuparemos a

continuación de discutir tres cuestiones subsidiarias a esta idea: a) el colono misionero

como clase particular; b) la rentabilidad de la mano de obra familiar; y c) la diferencia

entre colonos y campesinos con el resto de la estructura social.Veamos: Si un colono

contrata mano de obra asalariada, tendrá una mayor capacidad de acumulación sobre

la base de la explotación del trabajo ajeno. Si logra acumular lo suficiente podrá

contratar fuerza de trabajo de forma permanente, caso contrario, seguirá combinando

trabajo familiar y asalariado. Si no logra acumular lo suficiente, se convertirá en un

semiproletario,es decir alguien a quien sus propios medios de producción no le

alcanzan para reproducirse.

Antes de avanzar, es preciso que hagamos un primer aporte teórico que nos permita

distinguir entre lo que llamaremos obrero con tierra y semi-proletariado. El obrero con

tierra utiliza su parcela como unidad doméstica. En este caso elterreno es utilizado

para producir bienes que son destinados al consumo familiar. Esta producción no

modifica la naturaleza de su reproducción, ya que ésta es posible gracias a la venta de

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fuerza de trabajo. Por su parte, el semi-proletario hace uso de la tierra en función de

que le genere un producto que pueda vender en el mercado, es decir la utiliza como

unidad productiva. La diferencia entre estos no radica entonces en la propiedad, sino

en el uso que hacen de ella.

Tantoel obrero con tierra como el semi-proletario, son propietarios de los medios de

producción, pero ésta situación no garantiza su reproducción, por lo que se ven

obligados a vender su fuerza de trabajo extrapredialmente. Ambas capas de clase obrera,

son empleadas por la burguesía agraria de forma estacional (fundamentalmente en

época de cosechas) en alguna tarea rural, por lo tanto se trata de lo que Marx denomino

infantería ligera del capital3: fracción de la clase obrera en continuo desplazamiento,

dispuesta a vender su fuerza de trabajo donde y cuando la producción lo necesite,

generalmente en empleos estacionales.

Bartolomé insiste en una supuesta rentabilidad de la mano de obra familiar. Como

sabemos, contratar fuerza de trabajo implica el pago de un salario durante el tiempo

que se trabaje, por ejemplola época de cosecha, mientras que los miembros de una

familia deben ser mantenidos todo el tiempo, incluyendo el tiempo muerto. Visto de

esta manera, no parece ser muy rentable la idea de la explotación dela mano de obra

familiar.Sin embargo, podría decirse que los miembros de una familia en el momento

en que no son explotados en su parcela, se dedican a producir alimentos para su

propia subsistencia o bien salen de su casa para emplearse en otras labores

estacionales. En ambos casos, la lógica de la rentabilidad se rompe, ya que estaríamos

en presencia de alguien que no acumuló lo suficiente o que los medios con los que

cuenta no le permiten reproducirse: un semiproletario.

Por último, el autor sostiene que la diferencia entre campesinos y colonos está dada

por“motivaciones económicas” individuales. Cualquiera quecontrata fuerza de trabajo

realiza una inversión para alcanzar un nivel de competencia que le permita producir

más en menos tiempo.Esa motivación económica, lleva al colono a invertir a partir de

un criterio de rentabilidad, por lo tanto actúa, al menos eventualmente, como un

pequeño burgués.

En síntesis, detrás de la categoría colono, se ocultan sujetos que se encuentran entre la

burguesía y el proletariado: cuando contratan fuerza de trabajo, son una capa de la

burguesía, la más pobre; cuando deben asalariarse durante un período, son una capa

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del proletariado, el semiproletariado. En ningún caso constituyen una clase en sí, por

tanto un colono misioneroo farmer es un pequeño burgués, es decir, una fracción de la

burguesía.

Por su parte, la antropólogaGabriela Schiavoni sostiene que Misiones cuenta con una

estructura agraria que combina pequeñas y medianas explotaciones familiares4. En ella

se albergan colonosposcampesinos, a los que define como productores familiares que

antes de volverse colonos, se reproducen en condiciones semejantes a las de un

campesino, lo que frena cualquier posibilidad de ascenso social.Esta estructura

combinada le permitiríaal colono extraer ganancias efectivas de la explotación de la

tierra, haciéndolos pendular entre el llamado campesinado y el farmer agrario, razón

por la cual considera a los tipos sociales agrarios como “categorías dinámicas”

(Schiavoni, 1998: 30).

Sostiene además, que el desarrollo del capitalismo en el sector agrario es la resultante

de un proceso “complejo y multiforme” en el que la diferenciación social no responde

a un único patrón de desarrollo que determina la formación de capitalistas y obreros

rurales sino que hay que entenderlo en un contexto de longevidad de sectores

campesinos aun en economías capitalistas plenamente desarrolladas. Contrariaa

enfoques marxistas, a los que considera “estructurados”, pero también a los

netamente capitalistas, plantea un “enfoque crítico”, que combine elementos de

distintos puntos de vista (Schiavoni, 2008c:15).Retoma la posición de Miguel Murmis

(1980) señalando que en el caso de los colonos o productores familiares estamos en

presencia de "unidades capitalizadas no capitalistas" ya que logran acumular

ganancias, pero no por ello se constituyen en capitalistas agrarios (Schiavoni, 1998:

44).

Como los trabajos de Bartolomé, los de Schiavoni se colocan en la misma línea de

Archetti y Stlöen (1975)5, por lo que en principio le caben las mismas críticas. Para

ellos, el perfil del colono misionero o poscampesino, según se lo permita su capacidad

de acumulación, sería un farmer o un colono con reproducción simple, es decir un

campesino sin capacidad de acumulación. En ambos casos la diferenciación estaría

condicionada por su capacidad productiva: si le va bien, se capitaliza y por lo tanto

puede mantener su status social, si le va mal cae indefectiblemente en un proceso de

proletarización. Dice la autora:

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“En efecto, a veces ocurre que los miembros expulsados de la parcela que trabajan afuera por un salario vuelcan sus ingresos en la parcela; el salario funciona aquí como una fuente para canalizar recursos hacia la parcela, como una vía hacia la recampesinización. Asimismo, la capitalización campesina constituye un tema de difícil análisis. ¿En qué momento podemos decir que la incorporación de trabajo muerto a la explotación rebasa los límites de la explotación campesina y nos encontramos ante un empresario completamente capitalista? El uso de la riqueza entre los campesinos puede revestir la forma de reserva, mediante la compra de ganado, por ejemplo.” (Schiavoni: 1998: 56)

La respuesta a la pregunta de Schiavoni es de resolución sencilla. La necesidad de

incorporar “trabajo muerto” está mostrando los límites de la denominada explotación

campesina. Sin esta adquisición de capital, no habría posibilidad de sostener su

capacidad productiva, ya que a medida que el proceso de acumulación se desarrolla

aumentan las dificultades para la pequeña burguesía, que se ve obligada a capitalizarse

constantemente adaptándose al progresivo dominio del capital en el espacio en cuestión.

Éste ni es un proceso lineal ni tiene por qué excluir retornos al lugar de partida, pero aún

en la agricultura, es visible la clausura creciente de espacios para la pequeña burguesía

(Sartelli, 2009:40). Lo que la autora denomina “reserva” no es más que la necesidad de

capitalizarse para no empobrecerse, por lo tanto no se trata de un proceso

derecampesinización, sino de proletarización de la pequeña burguesía empobrecida.

b. Los “sin tierra” y los nuevos campesinos

En la actualidad algunos autores sostienen que las explotaciones agrícola familiares n la

provincia de Misiones no es la misma que en los años '70 debido a una profunda crisis y

al cierre de la frontera agrícola. El sociólogo Denis Barangeres uno de los exponentes

principales de esta corriente.Según sus estudios, la agricultura alcanzó su límite de

expansión territorial, lo que no le permite absorber el crecimiento demográfico de una

población rural en la que las tasas de natalidad y fertilidad continúan siendo muy

elevadas (Baranger2000:7)6.

El proceso de ocupación de tierras ha recibido especial atención dentro de los estudios

rurales sobre la región. La mayoría de ellos sostienen que el poblamiento no planificado

del nordeste provincial se desarrolló entre 1970 y 1990, impulsado por pequeños

productores sin capital, que aprovecharon las facilidades de acceso a la tierra fiscal y se

integraron a la dinámica del complejo agroindustrial tabacalero de mediados de 1980.

(Schiavoni, 2008a:100).Durante la década del '90, mientras se extiende esta forma de

ocupación, se observa la reactivación de la actividad forestal gracias a la inversión de

capital extranjero7 y el impulso del Estado provincial mediante la promulgación de

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distintas leyes. Esta nueva situación abre un largo período de conflictos entre los

propietarios de las tierras y los nuevos ocupantes, que se prolonga hasta la actualidad.8

Una de las únicas fuentes cuantitativas acerca de ésta población, es el Censo de

Ocupantes de Tierras Privadas (COT) realizado en el año 2004. Allí fueron relevadas

diez propiedades emplazadas sobre 104.000 hectáreas. El 57% de ellas, 59.500has, se

encontraban ocupadas por 1.648 unidades domésticas (UD) distribuidas en 1.837 lotes.

Del total de esta población, el 33% de las unidades domésticas, 517 UD, se dedican a la

producción tabacalera.

Según Baranger, los procesos de ocupación de tierras han resultado en la consolidación

de un sector social que, por sus características económicas, pueden ser definidos como

campesinado.El autor reconoce que también hay una parte de los pobladores que se

encuentran subordinados al capital en forma directa, aunque en tareas transitorias, pero

también existen quienes combinan la producción en la chacra con el trabajo asalariado

(Baranger, 2008:44-45). Si bien los reconoce como semiproletarios, prefiere definirlos

comomasa marginal, considerando que, en tanto su producción está orientada hacia la

subsistencia no se encuentran lo suficientemente integrados ni subordinados al sistema

económico.

La categoría masa marginal, de JoséNun, sostiene que no toda sobrepoblación relativa

deviene en un “ejército industrial de reserva”, por lo tanto, esta noción vendría a

designar a una parte “afuncional o disfuncional de la sobrepoblación relativa”

(Baranger, 2008:46). A su vez, se sostieneque el aumento del desempleo es mayor de lo

previsto por Marx, razón por la cual proponeuna noción alternativa al concepto de

sobrepoblación relativa o ejército de reserva. Esta posición parte de suponer, que esta

población no competía con los obreros en activo, entre otros factores por diferencias de

calificaciones entre ellos. Sin embargo, ni la definición teórica de este concepto ni la

descripción empírica del fenómeno divergen de las características reseñadas por Marx

en el capítulo 23, Tomo I de “El Capital”, respecto a las condiciones de trabajo de los

obreros rurales a los que considera parte de la sobrepoblación relativa latente.

Marx denominó sobrepoblación relativa9, a la masa de población a quienes el capital no

logra emplear productivamente en el marco de las relaciones de producción vigentes,

por tanto excede a la población desocupada, pudiendo presentarse bajo una multitud de

arrendatarios. En este sentido, la población a la que Baranger denomina masa marginal,

son semiproletarios que además, deben ser considerados como parte de la

sobrepoblación latente.

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En base a los datos otorgados por el COT, varios autores aseguran que entre los

ocupantes existen sujetos agrarios diversos (Baranger, Niño y Simonetti, 2008)10. Un

sector minoritario con características farmers, otro mucho más numeroso que podría ser

considerado campesino escasamente integrado al sistema económico y, junto con ellos,

los que combinan el trabajo asalariado con una mínima agricultura de subsistencia. Para

llegar a dicha conclusión, construyeron una tipología de ocupantes, fijando como

criterio clasificador-como ya hiciera Bartolomé- el potencial de acumulación de cada

uno. De esta manera, se distinguieron cuatro tipos: no agricultores, agricultores con

nulo potencial de acumulación, agricultores con bajo potencial de acumulación y

agricultores con medio potencial de acumulación.

Los denominados no agricultores no poseen medios de producción y no contratan

fuerza de trabajo. Por lo general se emplean en “changas”, en aserraderos de la zona y/o

cobran un plan social. La mayor cantidad de UD de las tierras ocupadas se ubica entre

aquellos llamados agricultores con nulo potencial de acumulación. Se trataría de

ocupantes que combinan las actividades en la chacra con empleos de peonaje,

mantienen una actividad de subsistencia y no disponen de medios de producción.

Los ocupantes reunidos en la categoría de agricultores con bajo potencial de

acumulación, son el segundo grupo más numeroso de la zona y se dedican

exclusivamente al trabajo en sus chacras. Cuentan con medios de producción, como

bueyes, motosierras, eventualmente un tractor y camionetas, y el 39% de ellos contrata

fuerza de trabajo temporal. El 58% del total cultiva tabaco: 16% poseen más de 55 mil

plantas y un 35% entre 19 y 54 mil plantas. El 90% de su producción es destinada a la

venta. Los propietarios de las UD que no explotan fuerza de trabajo se emplean en

trabajos domésticos fuera de la chacra o están vinculados al plan PRO-HUERTA, que

consiste en la capacitación y asistencia técnica de familias así como la provisión de

insumos tales como semillas, frutales, animales de granja y herramientas.

Por último, se encuentran los agricultores con medio potencial de acumulación. La

mayoría contrata fuerza de trabajo y tiene medios de producción con un nivel de

tecnificación más importante que el caso anterior. A su vez, no todos trabajan en la

chacra ni residen en ella. El 17% son tabacaleros con más de 72 mil plantas y el 93% de

su producción está destinada al mercado.

Para nosotros, esta caracterización no es acertada. Consideramos más apropiado

referirnos al productor tabacalero como un sujeto que trabaja y reside en la unidad

productiva, ya sea bajo la forma de propietario de la tierra o como ocupante fiscal o

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privado, garantizando su reproducción fundamentalmente a partir de la venta de su

fuerza de trabajo.

Por otra parte, si tomamos los datos del COT y el análisis que acabamos de puntualizar,

podemos observar que detrás de la categoría de campesino, se ocultan capas de clase

obrera rural y de pequeña burguesía. En primer lugar, los llamados no agricultores

conforman el colectivo que aquí denominamos infantería ligera del capital, es decir,

capas de clase obrera empleadas en forma estacional, fundamentalmente en épocas de

cosecha. En el caso de los agricultores con nulo potencial, son obreros con tierras.

Ninguno de ellos explota fuerza de trabajo ni posee medios de producción y ambos

tienen que recurrir a empleos extraprediales para garantizar su reproducción. Los

denominados agricultores con bajo nivel de acumulación que son beneficiarios del plan

PRO-HUERTA, son obreros rurales a los que el Estado le brinda asesoramiento técnico

y un tipo de subsidio en insumos.

Realizando un cálculo aproximado, si sumamos las 118UD de los no agricultores, con

las 758UD de los agricultores con nulo potencial y las 59UD, -que representan el 10%

que no explota fuerza de trabajo de los denominados con nulo potencial- obtenemos un

porcentaje estimado del 60% de UD que definiríamos como clase obrera rural. Como

hemos señalado anteriormente,los llamados farmers, explotan fuerza de trabajo, son

propietarios de medios de producción y de los lotes de mayor tamaño donde plantan

tabaco. Además, eventualmente compran tabaco a los “no anotados”, es decir aquellos

productores expulsados de las empresas por distintos motivos: no cumplen con la

cantidad mínima de tabaco impuesto por la empresa para la entrega, comercializan con

más de una de ellas su producción o mantienen una deuda que luego no pueda saldar.

Se trata entonces de una capa de la burguesía: la pequeña burguesía. El pequeño

burgués es una capa o de la burguesía o del proletariado. La capa pequeño burguesa que

ha sido transformada en semi-proletariado es ya una capa de la clase obrera, mientras

que aquella que explota fuerza de trabajo lo es ya de la burguesía (Sartelli, 2008: 27)

La existencia de una población con características campesinas, presupone un agro en el

que las relaciones capitalistas no han logrado desarrollarse por completo. Lo planteado

por Baranger, se presenta entonces, como un obstáculo epistemológico para el

entendimiento de las relaciones que se establecen en este ámbito. En el nordeste de

Misiones existen situaciones propias de relaciones capitalistas plenamente

desarrolladas, por lo tanto detrás de sus categorías se esconden capas de clase obrera

rural y de pequeña burguesía y no campesinos.

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c. Una mirada desde el maoísmo

Otra perspectiva que nos interesa reseñar es la desarrollada por Víctor Rosenfeld y

Aníbal Sena, en su trabajo “Reflexiones sobre la caracterización conceptual del

campesinado en Argentina y Misiones” 11, ya que representa una crítica abierta a los

trabajos desarrollados por Schiavoni y Bartolomé, para la provincia de Misiones.

Rosenfeld y Sena, sostienen que para los antropólogos, lo determinante es la

acumulación del “modo de producción campesino” y evitan sistemáticamente los

procesos de desarrollo del capitalismo en la agricultura como procesos de diferenciación

social que inevitablemente producen transformaciones de concentración “hacia arriba”

(aburguesamiento), y “hacia abajo” (proletarización o semiproletarización), entendiendo

ello en forma relativa y no absoluta en cuanto a la desarticulación del campesinado

(Rosenfeld y Sena 2012:17). A su vez, aseguran que los procesos de concentración que

se produjeron en el campo argentino, y en particular en Misiones, determinaron la

expulsión de campesinos al tiempo que frenaron el desarrollo de regiones en las que los

procesos de reforma agraria fueron muy limitados por los latifundios, pooles de siembra

y fideicomisos de inversión que aceleraron el proceso de concentración de la producción

y de la apropiación de la renta agraria (Op. Cit: 20). Sin embargo, cierran el artículo

manifestando que la importancia del campesinado sigue siendo relevante tanto en

América Latina como en Argentina y Misiones.

Esta lectura, que como bien dicen sus autores, “parte del marxismo”, nos interesa por

ser uno de los pocos trabajos desde esta perspectiva teórica que analizar críticamente el

conocimiento existente. Pero es aún más importante, si lo consideramos en términos

políticos, ya que a través de él, se está expresando el programa de un partido y su interés

por generar conocimiento que permita comprender las relaciones sociales de clases en la

Argentina actual. Se trata del programa delPartido Comunista Revolucionario, es decir,

del maoísmo12.

En este trabajo, se parte de una caracterización general: En Argentina el capitalismo no

se ha desarrollado de modo pleno, en particular en el campo, donde todavía existen

relaciones de producción semifeudales13. Dicho de otro modo, el capitalismo argentino

presenta un conflicto entre una economía campesina y una economía estrictamente

capitalista, por la propiedad de la tierra. Esto significa que se acepta la convivencia de

dos modos de producción y por tanto al llamado colono como un campesino.

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Estos autores pertenecen a una corriente a la que podemos denominar leninistas y/o

kautskianas, en donde la clave del problema estaría dada en la diferenciación interna del

campesinado y en los procesos de proletarización. Sin embargo, lo que comienza siendo

una crítica marxista en nombre de un inevitable proceso de proletarización debido al

desarrollo de las fuerzas productivas en el agro, termina siendo justo lo contrario, una

defensa abierta de la existencia de población campesina, sujeta a la tierra y expoliada

por terratenientes latifundistas.

d. Fracos, medios y fortes:La negación de la clase obrera rural en la producción

tabacalera.

Varios autores acuerdan con que la producción tabacalera en la provincia de Misiones

se caracterizó históricamente por la presencia de un sector de pequeños productores

minifundistas con escaso capital (Bartolomé, 1975; Schiavoni, 2008; Baranger, 2007;

Re-Diez, 2010; Diez, 2009).

Desde la antropología social, en los últimos años,Carolina Diez es una de las

investigadoras que más ha escrito sobre ésta cuestiónen la provincia de Misiones. Según

la autora, los agricultores tabacaleros en Misiones son un conjunto heterogéneo que en

la mayoría de los casos utiliza fuerza de trabajo familiar(Prf. Re; Diez, 2010: 10).

Propone analizarlos a partir de una tipología de productores basada en las diferencias

existentes en sus trayectorias generacionales y la capacidad de capitalización de cada

uno. Así, las categoríasfracos, medios y fortes, vienen a reemplazar una vez más a capas

de clase obrera y pequeña burguesía dedicada a esta producción.

Los fracos son productores que cultivan de 30.000 a 60.000 plantas de tabaco14,

mientras que losmedios son, por lo general, quienes acceden a los créditos promovidos

por las empresas. Además, cuentan con infraestructura suficiente como para cosechar 80

mil plantas de burley por año, para lo cual contratan fuerza de trabajo permanente. Al

mismo tiempo, desarrollan actividades subsidiarias a la producción tabacalera, como

elflete15, que les permite trasladar la producción de otros hasta las acopiadoras. Por su

parte, los propietarios de entre 30 hectáreas y 100 hectáreas son los denominados fortes.

Es común que, en el interior de este último grupo, se negocien arreglos con otros

productores a los cuales les alquilan la tierra para que cultiven por un porcentaje de lo

producido. En este conjunto, se incluyen a compradores de tabaco que no cultivan y se

dedican a otras actividades, por ejemplo la atención de almacenes.

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En base a la caracterización que realiza Diez, vemos que los llamados fracos, junto con

los no anotados y los changarines16,son quienes no explotan fuerza de trabajo. La

cobertura social alcanza solamente a los primeros por la relación de dependencia que

tienen con la empresa, mientras que los otros dos grupos, pueden ser considerados

cuentapropistas. A su vez, los changarines, representan a la infantería ligera del

capital17, una población en desplazamiento constante, dispuesta siempre a vender su

fuerza de trabajo.

A partir de lo dicho, queda claro que todas estas denominaciones están describiendo

capas de clase obrera rural empleadas por las empresas. Algunas de manera permanente

(fracos y no anotados), otras, de forma estacional (changarines). Todos estos sujetos,

pertenecen a la capa de población que denominamos sobrepoblación relativa, en este

caso, compuesta por obreros que fueron expulsados de la industria forestal, en la que

encontramos trabajadores que se dedican al cultivo del tabaco con una producción de

subsistencia, que complementa sus ingresos y trabajadores ocupados en tareas

estacionales. La forma que adquiere la sobrepoblación en esta producción en particular,

es la de sobrepoblación latente.

Una lectura de este tipo, pero para la producción primaria de yerba mate, la desarrolló el

antropólogo Víctor Rau, quien sostiene que en Misiones existe un proceso de expulsión

de trabajadores del ámbito rural, donde la superpoblación relativa del campo sale del

estado latente que le es propio y pasa a hacerse visible. Esta población al no encontrar

empleo en los grandes centros industriales del país, tiende a estancarse en la periferia de

las pequeñas ciudades provinciales, elaborando estrategias de supervivencia. De esta

forma, año tras año el capital agrario recluta entre esta superpoblación relativa

estancada, a los miembros del ejército obrero activo que, luego de ser empleado en la

cosecha, pasará nuevamente a la reserva (Rau 2002:5)

La sobrepoblación relativa latente, puede presentarse bajo una multitud de arrendatarios.

En este sentido, los obreros tabacaleros son propietarios u ocupantes de las parcelas que

ocupan para producir.Los tabacaleros de misiones dedican de 2 a 5 hectáreas al cultivo

intensivo de dicho producto. Estos trabajadores subsisten combinando los ingresos de la

producción de tabaco en sus parcelas con producción de subsistencia, o bien, gracias al

empleo estacional que desarrollan.

Por otro lado, Diez señala la existencia de los llamados productores medianos yfortes,

quienes son propietarios de grandes extensiones de tierras, compradores de fuerza de

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trabajo e intervienen en el traslado de la producción. Los fortes, además, arriendan sus

tierras por un porcentaje de la venta del tabaco. Algo similar sucede con el instructor18.

Los productores medios y los instructores, buscan obtener ganancias, ya sea, acortando

los tiempos de trabajo y extendiendo los terrenos plantados (productores medios

compradores de fuerza de trabajo) o, a través de transacciones que le permitan obtener

dinero extra, interviniendo en tareas que no realiza pero que tiene la posibilidad de

controlar (instructores). Se trata entonces de pequeña burguesía, una capa de la

burguesía agraria que posee medios de producción y explota fuerza de trabajo al menos

de manera parcial. Por su parte, los llamados fortes, tienen como objetivo principal la

maximización de la tasa de ganancia. Para ello, elaboran una serie de estrategias que

buscan garantizar la realización de ese objetivo de la forma más eficiente. Por lo tanto

son burgueses en toda la regla.

Conclusión: Como vimos, la gran mayoría de los estudios sobre ruralidad en Misiones han hecho

propias las nociones desarrolladas por Leopoldo Bartolomé y Gabriela Schiavoni que

acabamos de reseñar.A nuestro entender, todas ellas presentan una misma limitación,

reemplazan categorías analíticas (clase obrera rural, pequeña burguesía, burguesía rural)

por categorías históricas (colonos, farmer, campesino, plantador, etc.), abordando

laproblemática desde la subjetividad de los individuos en detrimentodel análisis de las

condiciones estructurales-de vida y de trabajo-que dan origen a la reproducción de la

población rural.

Para Bartolomé, la mayoría de las EAFen Misiones, se ajustan a los modelos

denominados colono I y colono II, mientras que los plantadores y agroindustrias, son la

expresión de lo más avanzado de la economía capitalista. Sin embargo la noción de

colono misionero, no expone las causas por las cuales este sujeto-en tanto

perteneciente a una clase-comienza un proceso de acumulación de capital, debido a su

capacidad de explotar fuerza de trabajo de otros. Es decir, no explica por qué este

proceso convierte a unos en burgueses, -un burgués chico o pequeño burgués- y a

otros en obreros. Esto puede deberse a que se realiza una descripción del momento

inicial de un proceso más extenso, cuyo desarrollo va a implicar que la acumulación de

capital–mediado por la competencia- haga que el sujeto en cuestión ya no necesite de

su propio trabajo para reproducirse, sino que le bastaría con que otros trabajen por él

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o bien, en el otro extremo, no logre acumular capital suficiente, se funda y recorra el

camino hacia la proletarización.

A su vez, Gabriela Schiavoni, asegura que en Misiones existe una estructura agraria

que combina pequeñas y medianas explotaciones familiares, situación que le

permitiría a los colonos poscampesinos o agricultores familiares extraer ganancias

efectivas de la explotación de la tierra, haciéndolos pendular entre el llamado

campesinado y el farmer agrario. En este sentido, considera necesario construir

“categorías dinámicas” para el análisis de los tipos sociales agrarios, ya que enfoques

más estructurados como el marxismo, no lograrían explicar la reproducción de los

pequeños productores. Sin embargo, tampoco explicaporque hay quienes acumulan

más y quienes ante la imposibilidad de hacerlo, se ven obligados a vender su fuerza de

trabajo para sobrevivir.

En 2003, Schiavoni y Baranger construyeron lo que hasta el momento es la única fuente

cualitativa sobre la población ocupante de terrenos privados en la provincia: el Censo de

Ocupantes de Tierras. Sin embargo, cuando reseñamossus investigaciones, en base a los

datos del COT, vemos que ambos se detienen en el análisis de los aspectos subjetivos de

esta población. Mientras que Schiavoni analizala reproducción familiar, relaciones

interpersonales, mercado de tierra, entre otras cosas, Baranger se interesa por

caracterizar y construir modelos analíticos en base al potencial de acumulación de esta

población. Al hacerlo, ambos han propiciado la idea de que las ocupaciones de tierras

trajeron consigo el surgimiento de una población con características campesinas.

Por su parte, la supuesta heterogeneidadentre los tabacaleros y la proliferación de

categorías analíticas que utiliza Carolina Diez, en un esfuerzo por explica la relación

existente entre los que llama fracos (obreros), medios (pequeña burguesía) y fortes

(burguesia) termina por ocultar las relaciones de clases y por tanto, niega la existencia

de clase obrera rural en la producción tabacalera.

Nuestra investigación parte de la siguiente hipótesis: la población rural caracterizada

como ocupante, constituye en su mayoría una capa de sobrepoblación relativa

compuesta por obreros expulsados de la producción maderera, peones que buscan en la

producción de autosubsistencia un complemento a sus ingresos y pequeña burguesía en

vías de proletarización. Así mismo, en la medida en que la producción tabacalera no demanda del agricultor

medios de producción propios, estos últimos realizan sus labores a partir de una relación

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salarial encubierta bajo la forma de contrato. En este sentido, los ocupantes tabacaleros

se insertan en la rama en calidad de obreros con tierra, recibiendo finalmente de las

cooperativas el pago de un salario -a destajo- por la venta de su fuerza de trabajo, como

cualquier trabajador.

Por definición, todos los ocupantes cuentan más allá de su condición legal, con un

medio de producción: la tierra. Sin embargo, la posesión de ese solo elemento no

permite cumplir con todo el ciclo productivo. Al igual de lo que sucede en el trabajo a

domicilio –el caso típico de las costureras que tienen su propia máquina- los tabacaleros

ocupantes, carecen del resto de los medios de producción (plantines, semillas,

herbicidas, etc.). Son las cooperativas tabacaleras las que aportan esos medios y

usufructúan losterrenos ocupados, al no tener que pagar por el uso de las mismas.En

este contexto, son los ocupantes quienes venden su fuerza de trabajo, como cualquier

obrero.

Es justamente esta situación, la que no les permite reproducirse como “productores

independientes”.Este proceso redunda además, en el abaratamiento de los costos de la

fuerza de trabajo requerida para obtener la materia prima, ya que, bajo estas

condiciones, las empresas industrializadoras no necesitan de trabajadores permanentes,

pudiendo recurrira los obreros ocupantes de forma intermitente, acorde a la tradicional

estacionalidad del empleo en el agro.

Los ocupantes de tierras no son campesinos, sonobreros. Según el uso que le den a su

parcela, pueden ser semi-proletarios (utilizan la tierra como unidad productiva) u

obreros con tierra (utilizan la tierra para producción de autoconsumo). Un mismo sujeto

puede encarnar ambas situaciones, en cualquier caso, se trata de una capa de la clase

obrera.

En el caso de aquellos que se dedican al cultivo del tabaco, son estrictamente

trabajadores de las cooperativas. Estas últimas, entregan todos los medios de producción

necesarios para las tareas de cultivo bajo la forma que se denomina “agricultura por

contrato”, la cual no es más que una de las tantas maneras de evadir la formalización del

trabajador y, así, evitar pagar los costos que ello implica, incluido la garantía de un

salario mínimo. En ese sentido, los tabacaleros ocupantes de tierra conforman la

población sobrante, en su variable latente.

Notas:

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1 Consideramos necesario aclarar que estas cifras pertenecen al Censo de Ocupantes de Terrenos privados realizado en el año 2004. Hasta el momento no se cuenta con otra fuente cuantitativa de este tipo. Creemos, que actualmente estas cifras son mucho más elevadas, ya que el conflicto por las ocupaciones de terrenos llega hasta nuestros días. 2 Para Bartolomé, la explotación agrícola familiar (EAF) es aquella empresa en la que la fuerza de trabajo empleada es fundamentalmente familiar, aunque no logra explicar cómo en su “límite superior”, ese campesino con mano de obra familiar, se convierte en farmer o empresario agrícola, buscando obtener mayores ganancias adquiriendo factores de producción en el mercado. 3“…capa de la población de origen rural, cuya ocupaciones en gran parte industrial. Este estrato constituye la infantería ligera del capital, que según sus propias necesidades lo vuelca ora a este punto, ora a aquel otro cuando no están marchando, estos individuos "acampan". En Marx, K. (2014): El Capital. El proceso de producción del capital. Tomo I, Vol. III, Siglo XXI, México: p. 830. 4Para Bartolomé, la explotación agrícola familiar (EAF) es aquella empresa en la que la fuerza de trabajo empleada es fundamentalmente familiar. Para explicar cómo en su “límite superior”, ese campesino con mano de obra familiar, se convierte en farmer o empresario agrícola el autor recurre al concepto de ecotipo, definido por Eric Wolf, como un sistema de transferencia de energía entre el hombre y su medio ambiente, donde el ecotiponeotecnico es el que garantizaría la diferencia entre uno y otro sujeto, ya que posiciona al colono en el mundo del maquinismo como resultante de la revolución industrial. 5Los trabajos de Archetti y Stlöen sobre los productores agrícolas familiares en Santa Cecilia, al norte de Santa Fe, explican que la denominación más correcta para este tipo social agrario corresponde a la de farmer; un productor que combina trabajo doméstico con asalariado eventual o temporal y que tiene la capacidad de acumular capital suficiente como para mejorar el proceso productivo aumentando la productividad del trabajo. 6Baranger, D. (2000). El Proyecto ALDER y el campo del desarrollo rural. Estudios Regionales, 9(11), 194. 7Entre los años 1993 y 1997, en Misiones, las inversiones en agro-negocios alcanzaron los 1000 millones de dólares, mientras que entre 1997 y 2002 la empresa Alto Paraná, invirtió alrededor de 288 millones de dólares. 8Para una reconstrucción del conflicto por la tierra en la zona de San Pedro con esta línea de investigación se sugiere consultar: Ramirez (2015): “De intrusos a ocupante… ¿de ocupantes a propietarios? Una reconstrucción histórica de las ocupaciones de tierras privadas en el nordeste de la Provincia de Misiones (1995 y 2014)” – XV Jornada Interescuelas Departamentos de Historia. Universidad Nacional de la Patagonia, San Juan Bosco. Comodoro Rivadavia – Chubut. Recomendamos la lectura de estudios anteriores de Laura Kostlin (2010): “Ocupaciones de tierras privadas y conflicto en el nordeste”: La conformación de un ciclo inicial de lucha por la tierra en Misiones. El desarrollo y sus lógicas en disputa en territorios del nordeste argentino". Ediciones CICCUS, Buenos Aires. Si bien, la autora parte de la línea general que criticamos, realiza un excelente trabajo de reconstrucción del proceso de ocupaciones, estableciendo fases que ayudan a una mayor comprensión del mismo. 9Para ampliar sobre el concepto de sobrepoblación relativa recomendamos la lectura del Caps. 23 y 25. Tomo I de El Capital, de Karl Marx.

10En este acápite solo haremos hincapié en el aspecto conceptual del problema. Se sugiere la lectura de Ramirez, Sebastian (2015): “Trabajo que se hace humo” - Sobre la condición social de los ocupantes tabacaleros en el nordeste de Misiones. XI Jornadas de Sociología. Facultad de Ciencias Sociales. Universidad Nacional de Buenos Aires. También disponible en: http://goo.gl/0xlHFH 11Ponencia presentada en la quinta edición de la Reunión de Estudios Rurales y Desarrollo (GERD) 2012

12Para profundizar en esta cuestión, recomendamos la lectura de Gastiazoro, Eugenio (1976): El programa agrario argentino y sus soluciones, Paidós, Bs. As. 13 Para un lectura de la crítica a este tipo de posiciones recoendamos la lectura de Sartelli, Eduardo (2008). Patrones en la ruta: el conflicto agrario y los enfrentamientos en el seno de la burguesía, marzo-julio de 2008. Ediciones RyR. 14 La cantidad de producción total (en plantas y kilos) es pautada por la empresa con la que mantienen un contrato, la cual establece un “tope máximo” para estas unidades que ronda las 60.000 plantas, al tiempo que establecen un “tope mínimo” para acceder a la cobertura de la Obra Social de todos los miembros de la unidad doméstica (Diez, 2009: 2).

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15El flete o traslado del tabaco no es una actividad menor. Las empresas con mayor capacidad de acopio (Massalin Particulares, ex Tabacos Norte, CTM, APTM y CIMA) se encuentran en el Departamento de Leandro N. Alem, a 195 km aproximadamente de la zona de San Pedro, lo que significan dos horas y media de viaje por la Ruta Nacional 14. Los obreros tabacaleros de la zona bajo estudio, en casi todos los casos, no cuentan con medio propio para el traslado, por lo que las empresas les venden un servicio de flete: “Porque el flete es otro curro…los instructores están arreglados con los camioneros…Si, vos pagas el flete privado. Todos son camioneros privados.” (Ocupante tabacalero 3.San Antonio Misiones, 2014). 16Los denominados changarines son trabajadores temporales que desarrollan tareas vinculadas a la aplicación de herbicidas o insecticidas y que son empleados para trabajos intensivos por los sectores más capitalizados en época de cosecha o para la limpieza del rozado. 17 Fracción de la clase obrera en continuo desplazamiento, presta a intervenir a vender su fuerza de trabajo donde y cuando la producción lo necesite, generalmente en empleos estacionales, en palabras de Marx:“…capa de la población de origen rural, cuya ocupaciones en gran parte industrial. este estrato constituye la infantería ligera del capital, que según sus propias necesidades lo vuelca ora a este punto, ora a aquel otro cuando no están marchando, estos individuos "acampan". En Marx, K. (2014): El Capital. El proceso de producción del capital. Tomo I, Vol. III, Siglo XXI, México: p. 830. 18“los vendedores de la empresa son los que te vienen a decir: Te falta aquello y ya te traen ya, porque sería como que él es el intermediario seria, cuando mas ellos venden, más ganas, ellos ya tienen un porcentaje de ventas.” (Ocupante tabacalero. San Antonio. Misiones, 2014) El instructor, representa un caso particular. Por un lado, es empleado de las empresas y percibe un salario. Por otro lado, eventualmente, obtiene ganancias participando en algunos momentos del proceso productivo. Esto último puede darse de tres maneras: en primer lugar, mediante la comisión recibida por la venta de insumos para las empresas; en segundo, al participar en el traslado de la producción; en tercero, por la vía de comprar una parte de lo producido por los tabacaleros, que luego es vendido a las empresas. En suma, estamos en presencia de un sujeto de doble inserción que se comporta como un pequeño burgués. Obtiene cierta cantidad de dinero vendiendo su fuerza de trabajo a las empresas, a la vez que consigue ganancias a raíz de la apropiación indirecta de trabajo ajeno. Bibliografía: Abínzano, Roberto (1985). Procesos de integración en una sociedad multiétnica: la provincia argentina de Misiones. Universidad. Departamento de Antropología y Etnología de América. Tesis Doctoral (Inédita) Bartolomé, L. J. (1975). Colonos, plantadores y agroindustrias. La explotación agrícola familiar en el sudeste de Misiones. Desarrollo Económico, 239-264. Bartolomé, L. J. (1982). Base social e ideología en las movilizaciones agraristas en Misiones entre 1971 y 1975 Emergencia de un populismo agrario. Desarrollo Económico, 25-56. Bartolomé, Leopoldo (2007). Los colonos de Apóstoles: estrategias adaptivas y etnicidad en una colonia eslava en Misiones. Universidad Nacional de Misiones, Editorial Universitaria Baranger, Denis y Schiavoni, Gabriela (2005). “Censo de Ocupantes de tierras”. 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