La Ciencia de Hace Un Siglo

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r 4- LA CIENCIA DE HACE UN SIGLO Michael Crowe Cuando, hará casi dos mil años, Tito Livio comenzó su historia de Roma, lo hizo así con la esperanza de distraerse del "espectáculo melancólico" de su época al reflexi onar sobre los héroes del pasado . Cuando, hará casi trescientos años, Isaac Newton (presumiblemente siguiendo el ejemplo de Bernard de Chartres) comentaba: "Si he ,·isto más le jos ha sido por pa rarme sobre los hombros de gigantes", se refería a científicos anteriores a él, alg unos de los cuales habían vivido cientos de años antes. Los ci entíficos de la actualidad no pueden compar tir los se ntimientos de Livio, porque viven en la edad dorada de la ciencia, y les cuesta traba jo compartir los de Newton, porque frecue ntemente son contemporáneos de los gigantes sobre cuyo> hombros se para n. Ello no obstante, en ocasión del ce ntenario de h ciencia de la l:niversidad de N otre Dame, r esult a especialmente apro- pi ado que volvamos la cara a aquella década que ahora dista cien años de nosotros y que aceptemos nuestra deuda pa ra con los gigan- t es de es a época. En lo que sigue, se realiza el intento de exhibir los descubrimientos cientí fi cos principales qu e se presentaron en la década de 1860. Varias limitaciones han hecho necesario que se restrinja el enfoque a los descubrimientos en el ámbito de las ma temáticas, la física, la química y la biología. Sin emb argo, nos ha parecido prudente incluir algunas de las teorías que se propusieron en los años de la década de 1860, pero que no tienen ya vigencia. Esto puede servir pa ra recordarnos la v erdad sumamente importa nte de que los científicos del pasado 103

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Ensayo del historiador de la ciencia Michael Crowe incluido en el libro la ciencia y la sociedad contemporánea.

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    LA CIENCIA DE HACE UN SIGLO

    Michael Crowe

    Cuando, har casi dos mil aos, Tito Livio comenz su historia de Roma, lo hizo as con la esperanza de distraerse del "espectculo melanclico" de su poca al reflexionar sobre los hroes del pasado. Cuando, har casi trescientos aos, Isaac Newton (presumiblemente siguiendo el ejemplo de Bernard de Chartres) comentaba: "Si he , isto ms le jos ha sido por pararme sobre los hombros de gigantes", se refera a cientficos anteriores a l, a lgunos de los cuales haban vivido cientos de aos antes. Los cientficos de la actualidad no pueden compartir los sentimientos de Livio, porque viven en la edad dorada de la ciencia, y les cuesta trabajo compartir los de Newton, porque frecuentemente son contemporneos de los gigantes sobre cuyo> hombros se paran. Ello no obstante, en ocasin del centenario de h ciencia de la l:niversidad de Notre Dame, resulta especialmente apro-piado que volvamos la cara a aquella dcada que ahora dista cien aos de nosotros y que aceptemos nuestra deuda para con los gigan-tes de esa poca.

    En lo que sigue, se realiza el intento de exhibir los descubrimientos cientficos principales que se presentaron en la dcada de 1860. Varias limitaciones han hecho necesario que se restrinja el enfoque a los descubrimientos en el mbito de las matemticas, la fsica, la qumica y la biologa. Sin embargo, nos ha parecido prudente incluir algunas de las teoras que se propusieron en los aos de la dcada de 1860, pero que no tienen ya vigencia. Esto puede servir para recordarnos la verdad sumamente importante de que los cientficos del pasado

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    no slo no \'Can tan lejos sino que, asimismo, vean ele manera diferente. '

    L ;\S MATEMTICAS E~ LA DCADA 1860-1870

    Georgc Cantor en una ocasin advirti que "la esencia de las rnateii iticas reside en su libertad''. Si ta l es cierto, entonces el des-cubrinJiento de la esencia de las matemticas puede en forma muy fidedigna quedar ligado a la d cada de 1860- H\70 porque en esos aos los !llatcmticos reconocieron con 111ayor plenitud que nunca antes, la maravillosa lilwrtad de creacin que las matemticas permi ten. Dos series de acontecimientos, una de ndole geomtrica y otra de carc-ter a lgebraico, que culminaron simultneamente en dichos aos, des-embocaron en esta comprensin.

    En 1H29 public el ruso .\'icols Lobachevski un sistema. de gco-Inetra no euclidiana y, cua tro aiios ms tarde, el hngaro .Johann Uolyai, trabajando independientemente, public un sistema semejan-te . Sin embargo, ni los escri tos de Rolyai ni los de Lobachevski atra-jeron atencin alguna. Carl Friedrich Gauss haba descubierto la geometra no euclidiana poco antes que Lobachevski y Bolyai, pero Gauss s::? h aba abstenido de publicar sus resultados. En 1854, Bernard Riemann sustent una conferencia en la que describi un sistema nuevo de geometra no euclidiana ; empero, no se public en esa poca el ensayo de Riemann. As pues, para principios de la d cada de 1860, se haba descubierto ya la geometra no euclidiana, incluso la geometra enedirnensional, pero pocos eran los matemticos que saban de estas ideas. Dicha situacin se modific rpidamente, por-que en 1860. poco despus de la muerte de Gauss, se ventilaron sus puntos de vista al publicarse algunas de sus cartas, mientras que el intervalo de dos aiios ( 1866-1867) vio la traduccin, y la publica-cin en Francia de los tra tados de Bolyai y Lobachevski, as como la primera publicacin de la conferencia de Riemann. Antes de que finalizara la dcada, vieron la luz pblica importantes publicaciones de H elmholtz y de Beltrami, de modo que para 1870 la mayora de los matemticos se h aban percatado de la ma ravillosa libertad geo-mtrica inherente en su dominio.

    Casi a l mismo tiempo, lleg la aurora de la libertad a lgebraica. L a fecha que por lo general se a tribuye a la aceptacin por parte de los matemticos de Jos nmeros complejos o imaginarios coincide con la publicacin por Gauss, en 183 1, de la representacin geomtrica de los nmeros complejos. A partir de 1840, a dicha extensin de la idea de los nmeros la sigui la creacin de nmeros complejos de un orden ms elevado, en la que destacaron muy notablemente el irlan-ds H arnilton y el alemn Grassmann. Los primeros nmeros comple-jos, aunque ciertamente motivo de conmocin, no hacan necesario el abandono de ninguna de las leyes tradicionales de la operacin algebraica. No era tal el caso con los sistemas de H amilton y Grass-mann, en los que A x B no equivale en general a B x A. Empero, las

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    ideas de H amilton y Grassmann no fueron bien recibidas en un prin-cipio; en realidad , muchos ejemplares del libro de Grassmann de 1844 quedaron sin venderse y se usaron como papel ele desperdicio.

    Para la dcada de \860 iba cambiando va tal estado de cosas v cabe citar la obra ele Benjamn Peirce par~ simbolizar ese cambio'. En 1864, en la primera junta de la entonces recin fundada Acade-mia Nacional de la Ciencia , Peircc dio lectura al primero de una. serie de ensayos que en 1870 se reunieron en su libro "lgebra lineal asociativa". En ellos, Peirce da a la luz no menos de 162 sistemas matemticos distintos.

    Con esta libertad algebraica nuevamente hallada llegaron ramas de las matemticas tales como el anlisis vectorial y las matrices. En cierto sentido, el anlisis vectorial data de la dcada de 1860, cuan-do hombres corno T ait, ~hxwell, Clifford, Schlegel y H ankel prosi-guieron los primeros t rabajos de H amilton y de Grassman. Las ma-trices, aunque esbozadas ya por H amilton, y en especial por Grass-mann, se asocian generalmente con el ensayo de Cayley de 1858.

    T ambin en la dcada de 1860, y en parte como resultado de las investigaciones ya citadas, llegaron los matemticos a percatarse de la importancia ele estudiar no slo las entidad es matemticas sino, tambin, las estructuras. El instrumento principal para esta tarea fue la teora de los grupos, que Evariste Galois, fallecido en 1832, inici a la edad de veinte aos. Las ideas de Galois no comenzaron a recibir atencin hasta despus de 1846, cuando L iouville public los ensayos de Galois. Generalmente se toma como punto culminante en esta secuencia de acontecimientos, la publicacin, en 1870, del libro de Camille J ordan sobre grupos de substitucin. Dos jvenes matemticos que asistieron a las conferencias de Jordan en 1870, esta-ban destinados a llevar mucho ms lejos el desarrollo de la teora de grupos. Fueron Flix Klein, cuyo programa Erlanger, ya clsico, apareci en 1872, y el noruego Sophus Lie, cuyas contribuciones a la teora de gru pos son igualmente clsicas.

    Que no se descuid el anlisis durante la dcad a de 1860-1870, es circunstancia que puede establecerse con slo mencionar matemti-cos de la talla de R iemann, H ermite, Kronecker y, sobre todo, \ t\leiers-trass. Dos resultados de grandes alcances en sus implicaciones se a tribuyen a las conferencias de Weierstrass en los aos 1860. Weiers-t rass demostr entonces la P-xistencia de funciones continuas que no tienen derivada en punto alguno, inaugurando as una crisis en la intuicin matemtica. Cuatro aos ms tarde, \Veierstrass ensea a sus d iscpulos su mtodo para desarrollar los nmeros irracionales, tornando como base los enteros, con lo que se inicia " la a ri tmetizacin del anlisis". La obra de 'vV eierstrass es seguida pronto por los tra-bajos de Mray ( 1869), D edekind ( 1872) y Cantor ( 1872 ) .

    Aunque la lgica matemtica pierde en esta dcada a dos de sus ms grandes precursores, Roole y De Morgan, florece no obstante esa prdida, porque su legado lo recogen, en los aos 1860, J evons, C . S. Peirce y otros. Y bien que puede servir el nombre de Jevons para

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    recordarnos que el sueo de una calculadora mecnica, legado de Babbage (que muri en 1871), no cay entonces en el olvido.

    LA FSICA EI\ LA DCADA DE 1860-1870

    Muchos de los acontecimentos en la fsica de los aos 1860 se apian en derredor de cuatro conceptos centrales, que son los que se refieren al campo fsico, a la energa, al tomo y al anlisis espec-troscpico.

    El descubrimiento del espectro de lneas obscuras aconteci a principios del siglo XIX ; sin embargo, el verdadero principio del an-lisis espectroscpico se liga a la publicacin rezaga.da que se debe a Bunsen y a Kirchhoff. Estos autores explicaron la relacin que existe entre los espectros de raya obscura y los de lneas brillantes as como las relaciones de dichos espectros con la composicin qumica. As pues, al arrancar la dcada de 1860, se dio a los cientficos un ins-trumento nuevo de gran importancia, que no anduvieron lerdos en utilizar cuanto antes. Para 1863 se haban descubierto cuatro nuevos elementos qumicos por medios espectroscpicos, y en 1866 se descu-bri helio por primera vez, habindose encontrado no en la Tierra sino en el Sol. Adems, en 1864, William Huggins resolvi lo que l bautiz con el nombre de "enigma de las nebulosas", al descubrir que ciertas nebulosas emiten espectros de lnea brillante y, por ende, no son racimos de estrellas sino ms bien gases luminosos. Huggim prosigui en 1867, para hacer uso del principio de Doppler y del espectroscopio para medir la velocidad radial de las estrellas. La clasi-ficacin espectroscpica de las estrellas, hecha en la dcada de 1860 y debida a Secchi, puede bien servirnos como un ltimo ejemplo del enorme valor que tiene el espectroscopio para el astrnomo. En 1850, el astrnomo tena un instrumento: el telescopio; para 1870, contaba con tres, porque no slo haba adquirido el espectroscopio durante ese lapso, sino que haba aprendido tambin a sacar ventaja de los progresos realizados en los mtodos fotogrficos. Los fsicos, asimismo, obtuvieron beneficios del espectroscopio a medida que empezaron a recolectar los datos que ms tarde habran de jugar un papel tan im-portante en la teora atmica; fundamental para ello fue el mapa espectroscpico, que Angstrom public en 1868.

    Dentro de la historia de la teora atmica, en los siglos que se-paran al tomo de Demcrito del tomo de Bohr, se destacan dos nombres y dos fechas. El primer nombre es el_ de John Dalton, que en 1808 public su N ew System of Chemical Phzlosophy (Nuevo Siste-ma de Filosofa Qumica) . El segundo nombre no es el de un hombre sino el de una poblacin --Karlsruhe-- y la fecha que se liga a ella es el ao 1860.

    El libro de Dalton marca el principio de la teora atmica moder-na, pero slo el principio, porque cuando Dalton falleci, en 1844, sus ideas no se aceptaban universalmente ni eran totalmente acepta-bles. Un problema principal era el que presentaba una confusin en

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    pesos atmicos. En 1860 se llev a cabo el primer congreso interna-cional de qumica, en K arlsruhe, al que asistieron alrededor de 140 qumicos prominentes. En ese congreso, Stanislaus Cannizzaro ley un ensayo, del que luego distribuy copias, en el que demostr de qu manera, al aceptar la hiptesis de Avogadro de 1811 como esencial-Jllente correcta, poda unificarse la qumica y colocarse sobre una sli-da base terica. La reforma que sugiri Cannizzaro fue, prctica-mente, aceptada por todos . Lother Meyer declar que, cuando ley d ensayo de Cannizzaro, "parecieron desprenderse las escamas de mis ojos". Simblico de lo fructfero que esta reforma result ser para la qumica general es el hecho de que, a fines de la dcada de 1860, !vieyer y el ruso Mendeleev (que tambin haba asistido a aquel con-greso) anunciaron simultneamente la tabla peridica de los elemen-tos. Simblica de la fecundidad de esta reforma para la qumica org-nica es la obra de Kekul, una figura destacada en la organizacin del congreso de K.arlsruhe, que en 1858 haba dado a conocer su idea de la tetravalencia del carbono e insinuado la posibilidad de que los tomos de carbono se encadenaran con otros tomos de carbono. En 1865 introdujo la estructura anular del benceno. Las ideas de Kekul, combinadas con la aceptacin de la reforma de Cannizzaro, hicieron aceptable la nocin de la valencia y marcan, adems, la iniciacin del estudio de la "estructur:1 qumica", un trmino introducido en J 861 por Butlerov.

    As pues, en 1861, Kekul haba definido a la qumica orgnica corno la qumica de los compuestos del carbono. Esta definicin, aunada al famoso libro de Berthelot de 1860, Organic Chemistry Based on Synthesis (La Qumica Orgnica Basada en la Sntesis) , marca la ex-pulsin final del seno de la qumica orgnica de toda idea vitalista.

    Fueron las ideas y los xitos de Kekul, Butlerov, Meyer y Men-deleev, los que fortalecieron a la teora atmica, y aunque perdura-ron algunas objeciones (como lo demuestra el debate de 1869 en la Sociedad Qumica de Londres) , la mayora de los qumicos queda-ron convencidos de la importancia y utilidad de la teora atmica.

    Los fsicos de la segunda mitad del siglo XIX vean al tomo tanto con mayor franqueza como con mayor confianza que los qumicos. La popularidad del tomo vrtice de K elvin ilustra d icha franqueza, y la rpida evolucin de la teora cintica de los gases revela la con-fianza de los fsicos en un punto de vista atmico de la materia.

    En 1858, H elmholtz haba publicado un famoso ensayo sobre la hidrodinmica del movimiento de vrtice, en el que demostr que los anillos de un vrtice en el seno de un fluido infinito y sin friccin eran, dadas ciertas circunstancias, estables. En 1867, William Thomson (ms tarde Lord Kelvin ) , estimulado por el artculo de H elmholtz propuso la idea de que los tomos son anillos de vrtice en el ter. f.:! y otros se dedicaron a desarrollar esta teora hasta alrededor de 1900, cuando se convirti en inaceptable. Dicha idea, ahora totalmente olvi-dada, sin embargo, se consider durante mucho tiempo como preada de promisorias posibilidades. As, J ohn Theodore Merz, al escribir

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    a prinnp10s del siglo xx, se refirre a ella como "la concepcin ms adelantada, dentro de estas meditaciones, de que haya sido capaz hasta ahora la mente hun1ana ... " " Para nuestros propsitos, d inters ge-neralizado en esta teora es especialmente pertinen te en cuanto que reYela la inclinacin de muchos cientficos del siglo XIX a favor de las explicaciones cinticas y, asiJ nisn10, su libertad con respecto a la me-cnica de bolas de billar que tan a lllcnudo se asocia con la fsica de dicha centuria.

    Antes ele la dcada de HJ:>O eran pocos los fsicos que se in teresa-ban que los libros nuevos, asimismo, hacan hincapi en ellos. En 1863 apareci H ea.t as Afode of Motion (El calor como un modo de mo-vimiento), de Tyndall, y el calrico imponderable, que se haba visto favorecido todava en cJ artculo "Calor" de la En ciclo;edia Britnica. de 1R56, se comirti en objeto perteneciente al pasado. Tpico del hin-capi que se hizo sobre consideraciones energ-ticas en la mecnica es el Tratado de la Filosofa Natural, ele Kelvin y Tait que, habiendo hecho su aparicin en 1867, a menudo se comparaba con la dura Principia, de Newton. Las consideraciones de energa ayudaron a 11axwell en sus

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    investigaciones elctricas y, quiz en forma ms importante, a todo el campo ele la qumica isica, que l:lllpez a desplega rse. Aunque la j0nuulacin sistemtica. de la quntica isica lleg despus de la dca-

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    atencin sobre las semejanzas entre las ecuaciones ele flujo de flujo de corriente, elasticidad y ciertas ecuaciones en la clcctrost y la electrodinmica. El hecho ele que las ecuaciones que se usan p el flujo de calor en las sustancias materiales sean idnticas a las ciones de las fuerzas electrostticas en el espacio, sugera que no improbable que el espacio, IT;s bien que estar Yaco, se encuentre lleno de un ter elctrico .. Maxwell comentaba que, de esa manera K elvi n haba " introducido en las matemticas el concepto de accin . elctrica que se realiza a travs de un medio continuo el cual, aunque ya Faraday Jo haba anunciado ... nunca haba sido justip reciado por otros hombres de ciencia .. . " 3 A fines de la dcada de 1850, el joven James Clerk Maxwell, incitado por Faraday y Kclvin, public el pri-mero de esos cuatro ensayos que fueron tan importantes para la teora electromagntica del siglo XIX. El cuarto artculo, con el que culmina esta serie de ensayos, apareci en 1865, y en l Maxwell deja senta-da la idea de una. corriente de desplazamiento, la teora electromag-ntica de la luz y las ecuaciones clsicas que llevan su nombre. As pues, se consider la luz como una onda electromagntica, mientras que entonces los fenmenos elctricos y pticos se atribuyeron a un solo ter. En este ltimo ensayo, Maxwell hace a un lado el ter, cuyas caractersticas haba desarrollado en sus primeros artculos, con el comentario de que era heurstico e ilustrativo; sin embargo, no dej6 por ello de comentar que "al hablar de la energa del campo ... deseo que se me tome literalmente". Que no obstante eso, l\Taxwell se hallaba convencido de la necesidad de un ter, lo revela el haber escrito su a rtculo "f:t1r" para la Encielo pedia Britnica. La mayora de los fsicos cOJnpartan dicha creencia, que a la larga fue destruida, y con ella el tomo de vrtice, por la teora de la relatividad. Es bien sabido que la teora de la relatividad se gan un apoyo impor-tante gracias a su capacidad para explicar el experimento de Michel-son y .MmIey en 1887, por medio del cual se investig el movimiento de la Tierra a travs del ter. M enos bien sabido es que en la dcada de 1B60, R esphigi, Hoek, ~Jaxwell y Fizcau publicaron experimentos que eran serncjantes al experimento de Michelson y Niorley en sus propsitos, sino en su xito. Aunque el ter se ha desvanecido, el con-cepto de campo a l ligado ha demostrado ser de naturaleza m~ slida, y b importancia de las famosas ecuaciones de ~faxwell queda de nranifiesto gracias a la siguicnt!' ohscrvarin de Einstein e Infelcl, en su libro The Evolution of Physics (La Evolucin de la Fsica) : "La formulacin de estas ecuaciones constituye el acontecimiento ms importante en la fsica desde la poca de r\cwton, no slo por su ri-queza de contenido sino tambin porque dan la pauta para un nuevo tipo de ley". 5

    C IENCIAS niOL6GICAS EN LA DCADA DE 1860-1870

    Poco ms de un mes antes de que comenzara la dcada de 1860, se ofreci a las libreras inglesas un nuevo libro publicado por John

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    \ Iurray, de Londres. Previamente, el autor haba escrito a Murray paJa precaverle de que bien pudieran ser malas las ventas del libro. .'\o obstante ello, Murray sac a la luz una edicin de 1250 ejempla-res, todos los cuales, ante la sorpresa del autor y de Murray, se ven-dieron en las libreras el mismo da de su aparicin. E l 7 de enero de 1860 se public una segunda edicin, ms numerosa, del libro ; su ttulo era On thc Origen of Sj;ecies by Means of Natural Selection or tlz e Presermtion of Favoured Races in the S truggle for L ife (Del Origen de las Especies por medio de la Seleccin Natural o de la Preservacin de las R azas Favorecidas en la Lucha por la Vida) . En 1872 Carlos Darwin public la sexta edicin del libro, que revis sus-tancialmente. Ya para 1870 haba necesitado este libro una revisin a fondo de gran parte del pensanriento biolgico, dado que la teora de la evolucin tena implicaciones importantes p ara campos tan di-versos como la taxonoma, la ecologa, la anatoma comparada, la embriologa y la paleontologa.

    Algunos bilogos aceptaron en el acto las ideas de Darwin y en realidad consagraron gran parte de sus vidas a formar las ramifica-ciones de estas ideas; otros, empero, las rechazaron. Simblico de la controversia es el hecho ele que los dos principales bilogos de los Estados Unidos en la dcada de 1860, Asa Gray y Louis Agassiz, adoptaron puntos de vista directamente opuestos en relacin con Darwin para confusin y, segn sospecho, para deleite de sus alum-nos de H arvard.

    El apoyo para las ideas de D arwin vino de aquel brillante entu-siasta, Ernst Haeckel, que en 1866 elabor su teora de la recapitu~ !acin. "La ontogcnia recapitul a la filogenia", escribi Haeckel, y aunque no fue enteramente original ni correcta su aseveracin, d icha " ley", no obstante, ilumi n !as propias investigaciones de Haeckel as como las de su colega asociado, K owalewsky, cuyas publicaciones so-bre la embriologa del anfioxo datan de 1866.

    En Inglaterra, Danvin recibi el apoyo de cientficos tan eminen-. tes como H ookcr, H uxley y Lyell. Aunque Darwin haba declinado discutir la evolucin del hornbrc en su Origc11 de las Especies, el tpi-co pronto fue recogido por otros autores. La obra de Lyell Geological bidenas fo r the Antituity of AJan (T estimonios Geolgicos de la Antigiitdad del Honrbrc), y la de IIuxlcy, Afan's Plaa in :Vaturt'- (El Sitio del H ombre en b l\aturaleza) vieron a:ubas la luz pblica en IB6:L y en IB64. el codcscubridor de la teor a de la seleccin natural, Alfrecl Russell Wallace, public d primero de sus muchos exmenes de esta cuestin. F inall!len te, en 187 1, aparece Descent of A1an (El Origca del Honrbrc), de Darwin. Igual que Wallace obtuvo estmulo \' apoyo para la teora de la eYolucin, merced a su importante inves-ti!?,'aci:;n relativa a la d istribucin geogrfi ca de los animales, as tam bin Damin public durante la dcada de 1860 importantes investi-gaciones referentes a las relaciones entre los insectos y las p lantas. El solitario D arwin recibi mucho apoyo del clamoroso Huxley, que defendi las ideas de Darwin no slo contra Wilberforce, asesorado

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  • 112 MICHAEL CRO\ a l hecho de que en aquellos das el inters por la ~entica era generalizado, como lo atestigua la obra de Naudin en

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    los primeros aos de la dcada de 1860 y la publicacin del libro de Galton H eredtary G enius (El genio heredita rio) eu 1869, la obra de ?viendel no logr atraer la atencin sino hasta que sus ideas volvieron a descubrirse, a fines del siglo. Vale la pena hacer notar que tanto Galton como ~-lende! proponan un enfoque estadstico de Jos fenmenos biolgicos; en realidad ha quedado claramente establecido que la contribucin mayor de Galton fue su incondicional defensa de la medicin exacta y el clculo matemtico con referencia. al cam-po de la biologa. Lo que Mendel haba hecho era establecer la forma de la continuidad hereditaria y, consecuentemente, delinear un ele-mento esencial en fonna de discontinuidad biolgica o cambio evo-lucionario.

    Aunque Roberto Hooke haba obsenado clulas alrededor de 1660, la teora ele la clulas usualmente data de la dcada de 1830, en la que Robert Brown descubri el ncleo de la clula, y Schleiden y Shwann publicaron tratados de teora celular. Algo de mrito t iene este punto de vista, pero no debe olvidarse que las ideas propuestas por Schleiden y Schwann con respecto a las clulas presentaban serios defectos. Sus ideas eran bastante incompletas en el mbito estructural, y era errneo su parecer sobre el desarrollo; as, por ejemplo, Schwann sostena que las clulas nuevas surgan merced a un proceso anlogo a la cristalizacin en una substancia, sin estructura en el seno o in-cluso apenas afuera ele las clulas preexistentes. La divisin de la clula se haba observado en algunos casos antes de Schwann, y con bastante frecuencia en las dcadas de 1840 y 1850, pero hasta las dcadas de 1870 y 1880 se pudo contar con una descripcin pre-cisa del proceso. Entre tanto, acontecieron varios sucesos significativos, de los cuales el ms importante es la publicacin , en 1858, de la Cellular Patlzolo[{y (Patologa Celular), de Virchow. En esa obra argumentaba Virchow, ms convincentemente que nadie antes, que la clula es la unidad de la vida y que, como l lo aseveraba "donde brota una clula preciso es que haya existido previamente una clula". Todava ms, Virchow alegaba que la patologa deba enfocarse desde el punto de vista celular, y cabe afirmar que lo que el libro de Virchow hizo por la teora celular en relacin con la patologa, lo hizo el libro de Kolliker, de 1861, por la teora celular con referencia a la embrio-loga. El principal defecto en los trabajos anteriores al ao 1860, relativos a las clulas, lo corrigi en 1861 Max Schultze, quien arguy que haba que considerar a las clulas no como "estructuras vesicula-res con membrana, ncleo e ingredientes", sino como "una masa de protoplasma dentro del cual queda un ncleo". Fue as como Schultze logr que el inters pasara al protoplasma, alejndose de la membra-na que, segn demostr l mismo, no es preciso que exista y que, cuando est presente, dificulta la divisin de las clulas.

    En el mismo ao en que apareci la publicacin de Schultze, Gegenbaur public un ensayo en el que demostr que los huevos de los vertebrados son clulas solas, nicas, lo que aunado al contenido del artculo de Schultze, dej claramente asentado que el protoplas-

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    ma es el eslabn entre las generaciones. En 1862 Brcke publica una disertacin en la que manifiesta que la importancia del protoplasma es tal que resulta perentorio no considerarlo ya simplemnte corno un fluido sin organizacin. As pues, fueron estos tres ensayos los que estab lecieron aquel concepto de protoplasma que, de acuerdo con un histo riador de la biologa, J. Walter Wilson, es "de una importancia ele consecuencias mucho mayores" para la biologa que la teora de la evolucin." El ulterior progreso de la teora celular qued asegurado con la aparicin de nuevas tcnicas para el estudio de las clulas. Muchas de tales tcnicas se dieron a conocer durante la dcada de 1860, cuya primera mitad vio la introduccin del teido de prepara-ciones para el microscopio con anilina y hematoxilina, mientras que la segunda mitad trajo consigo el procedimiento de la inclusin en parafina y el uso del microtomo.

    ":\o puede esperarse que se abandone la doctrina de la genera-cin espontnea mientras pueda presentarse un solo argumento serio en su favor. . . una doctrina as puede compararse con el monstruo mitolgico cuyas mltiples cabezas se regeneraban sin cesar. Es preciso destruirlas todas".' As escriba Louis Pasteur en 1860. cuando estaba en plena labor herclea contra la generacin espon.nea. Antes de Pastcur, las investigaciones de cientficos como Redi y Spallanzani ya haban circunscrito la cuestin de la generacin espontnea, pues en realidad, cuando Pasteur inici sus experimentos, la cuestin espec-fica se cea al origen de ciertos microbios que se presentaban en la fermentacin. En 1861 public Pasteur los resultados de una serie de experimentos directos y brillantes, con los que se refutaban los argu-mentos de quienes se oponan a l. Tambin en este mismo escrito anunci su descubrimiento de los organismo anaerobios, y en 1864 dio a conocer el procedimiento que actualmente se conoce como "pasterizacin" . En esta dcada determin tambin cul es el organis-mo que produce la enfermedad de la pebrina en el gusano de seda y vio cmo Jos Lister, cuyos famosos artculos sobre la antisepsia y la teora de las enfermedades por causa de los grmenes datan de 1867, recogi sus ideas. Pasteur no estaba solo en sus trabajos de bacterio-loga, porque en la dcada de 1860 Villemin haba realizado trabajos importantes con relacin a l organismo que ocasiona la tuberculosis y Davaine haba trabajado sobre el ntrax. As se establecieron los cimien-tos tericos de las ciencias de la microbiologa y la bacteriologa, de-jando todo preparado para los trabajos posteriores de Koch, Cohn, T yndall y el propio Pasteur.

    Los dos fisilogos ms grandes de la primera mitad del siglo xrx fueron Fran~ois Magrndie y Johannes Mller; Magendie falleci en 1855 y Mller en 1858. Al morir ellos, no ces el trabajo que inicia-ron porque, incluido en el legado cientfico de cada uno de ellos, se encontraba. un estudiante que, andando el tiempo, habra de rivalizar con su maestro en grandeza. M agendie nos dej a Claude Bernard ; Mller , a Hermann von H elmholtz. Tanto H elmholtz como Bernard haban realizado importantes descubrimientos antes de 1860, pero fut'

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    f'i1 esta dcada cuando publicaron tres grandes tra tados de fisiologa. En i B63, H elmholtz public su tratado de acstica fisiolgica, y en l 866 apareci la parte tercera y final de su tratado de ptica fis1ol-,,.ica. Los descubrimientos contenidos en estos libros son demasiado ~unwrosos para hacer mencin de todos ellos aqu ; su importancia s manifiesta por el hecho de que actualmente se encuentran todava ('ll uso.

    En 1865 public Bcrnard su lntroduction to the Study of Expe-rinzental M edicine ( Introduccin al Estudio de la M edicina Experi-lllcntal) , obra en la que manifiesta su conviccin de que tanto la fs ica como la qumica deben aplicarse en fisiologa y de que, al igual que la fsica y la qumica, es la fisiologa en verdad una ciencia. L a importancia del libro de Bernard puede comprenderse mejor si se considera lo siguiente: En 1847, Bernard, que sustitua a MagendiP. en una conferencia, dice a sus estudiantes: "La medicina cientfica que es mi deber ensearos no existe. Lo nico que cabe hacer es esta-blecer las bases sobre las cuales puedan construir las generaciones futu-ras para crear la fisiologa, sobre la cual pueda entonces establecerse dicha ciencia".R Tal era la esperanza de Bernard en 1847 ; su libro de 1 R65 nos indica que para este ao se haba cumplido su esperanza. Para 1865 la medicina se haba convertido en una ciencia y el libro de Bernard seala la transformacin que sus primeros descubrimien-tos haban hecho tanto por provocar.

    Por supuesto que Bernard y Helmholtz no fueron los nicos fisi-I o~os importantes de la dcada de 1860; Ludwig, Sechenov y Brown-Squard hicieron importantes contribuciones a la fisiologa animaL del mismo modo que Boussingault, Woronin y Sachs los hacan a la fi siologa vegetal.

    CONCLUSiN

    Cuando empec a preparar este estudio, resolv intentar precisar si los descubrimientos de la dcada de 1860 desempeiaron un papel decisivo para el desarrollo de la ciencia de los ltimos tres siglos. SP procedi as en parte co1no medida defensiva enderezada a soslayar la tendencia de atribuir, candorosa y subconscientemente, una impor-tancia excesiva a esta dcada.

    Al leer a \arios historiadores ele la ciencia, me percat de que, en ocasiones, se han referido a esta dcada con calificativos como " una poca de maduracin" , " una era de captacin" o incluso como "un Pe-rodo de revolucin". Por ejemplo. el distinguido historiador de la biologa, Charles Singer, escribe : "Puede afirmarse q ue el perodo moderno de la biologa se inaugura en nuestra era alrededor de 1860 . .. La perspectiva tota l de la ndole de lo~ seres vivos sufri una trans-formacin completa y profunda en el perodo de alrededor de veinte aos que sigui al aio de 1 860" .'l Y Walter F. Cannon, recientemente hizo la siguiente aseveracin en relacin con la fsica : " ... el macizo divisorio entre lo 'newtoniano' y lo 'mc:l('rno' :~o surge alrededor de

  • 116 MICHAEL CROWE

    1900 ... los grandes descubrimientos no son cosas como los rayos X :sino cosas como el espectro continuo. Incluso en la actualidad es ms fcil explicar la relatividad que decidirse a escoger a ~1axwell sobre ::\'ewton cada \'Cz que se gesta un conflicto entre ambos. Asimismo, los conceptos cunticos en boga pueden considerarse como la decisin de aceptar tanto los campos como las discontinuidades electroqumi-cas de Faraday. Finalmente, dados Leibnitz, llabbage, lloole y De l'vlorga.n, la era de la co!Hputadora electrnica contina la secuencia con la adicin de los constructores apropiados d e instrumentos". '

  • 11 8 MICHAEL CROWE

    a. Ludwig Darmsteadter, Handbuch zur Geschichte der Naturwissenschajten (Berln, 1908).

    b. Agnes M. Clerke, Popular History of Astronomy during the N inete-enth Century (Una historia popular de la astronoma durante el siglo diecinueve) (Londres, 1893 ) .

    c. Felix Auerbach, Geschichtstafeln der Physik (Leipzig, 1910). d. Paul F . Schurmann, Historia de la Fsica, :1 vols. (Buenos Aires, sin

    fecha ) . e. Herbert S. Klickstein, Outline of the History of Chemistry (Esbozo

    histrico de la Qumica) (Tabla publicada por Mallinckrodt Chemical Works) .

    f. Gordon Rattray Taylor, The Science of Life (La ciencia de la vida ) (Nueva York, 1963) .

    g. Fielding H . Garrison, A n Introducton to the History of M edicine (Filadelfia, 1929).

    h. Kark E. Rothschuh, Entwicklungsgeschichte Physiologischer Probleme in Tab ellenform (Munich, Berln, 1952).

    1. Edward W. Byron, The Progress of lnvention in the Nineteenth Century (El progreso de los inventos en el siglo diecinueve) (Nueva York, 1901).

    Al principio ayudaron bastante las obras anteriormente citadas, pero la tarea pronto se convirti en una seleccin. Los autores que ayudaron a este respecto son demasiado numerosos para citarlos a todos.

    2 John Theodore Merz, History of European Thought in the Nineteenth Century, II (Una historia del pensamiento europeo en el siglo diecinueve ) (Londres, 1928) 57. Esta obra es una fuente extremadamente valiosa de informes sobre lo que pensaban cientficos del siglo XIX y tambin sobre cmo consideraban sus pensamientos (corno sucede arriba) .

    a Segn cita sin referencia en la obra de Sir Edmund Whittaker A History of the Theories of Aether and Electricity, 1 (Londres, 1958) 241-242.

    4 James Clerk Maxwell, Scientific Papers, 1 (Pars, sin fecha) 564. 3 Albert Einstein y Leopoldo Infeld, The Euolution of Physics (Nueva

    York, 1961) 143. s J. Walter Wilson, "Biology Attains Maturity in the Nineteenth Century",

    Critica/ Problems in the History of Science, ed. Marshall Clagett (Madison, 1962) 15.

    7 Segn cita sin crdito en el libro de Herbert A. Lechevalier y Morris Solotorovsky, Three Centuries of Microbiology (Nueva York, 1965) 35-36.

    s Segn cita en el libro de J. M. D. Olmsted, Claude Bernard: Physiologist (Nueva York, 1938) 41.

    9 Charles Singer, "Biologa" , Enciclopedia Britnica III (Nueva York, 1937) 617.

    1o Walter F. Cannon, "History in Depth : The Early Victorian Period", Hist ory of Science 3 ( 1964) 34.

    H Aaron J. Ihde, The Deuelopment of Modern Chemistry (Nueva York, 1964 ) 55, 257-258.

    1 2 Ben Dawes, A . Hu ndred Years of Biology (Londres, 1952) 55. 1 3 J. Walter Wilson, "Biology Attains Maturity in the Nineteenth Century" ,

    Critica/ Problems in the History of Science, ed. Marshall Glagett (Madison, 1962) 401-4 18. Para los comentarios de Shryock y Zirkle vense las pginas 447-466.

    H Jaques Barzun, Darwin, Marx, Wagner (Garden City, Nueva York, 1958) examina la "Revolucin Biolgica" a partir de Darwin, mientras que la posicin de Gertrude Himmelfarb es clara con slo ver el ttulo de su libro: Darwin y la R evolucin Darwiniana (Garden City, Nueva York, 1959 ) .

    15 El historiador de la ciencia que se eche a cuestas esta tarea tendr

    LA CIENCIA DE HACE UN SIGLO 119

    que habnelas con el interesante estudio de T . J . Rainoff intitulado " Wavelike Fluctuations of Creative Productivity in the Developrnent of West-European Physics in the Eighteenth and Nineteel).th Centuries" , I sis 12 ( 1929) 287-319. Rainoff alega, tomando como base grficas descubrimientos-tiempo, que el perodo 1850 a 1870 fue de rela tiva declinacin en productividad en el campo d e la fsica.

    l G Los vocablos " mutativo" y " transmutativo", tomados respectivamente de la biologa y la qumica, no carecen de mrito. Escasamente resulta necesa-rio sealar que no soy tan confiado como para creer que habrn de adoptarse estos trminos. Estos no son sino etiquetas que se usan para establecer una distincin y, si a lguna esperanza tengo, es la de que se acepte la distincin. Aunque dicha d istincin puede interpretarse como crtica a las ideas de T homas K uhn sobre revoluciones cientficas, la intencin de este autor es que pueda servir a manera de pequeo suplemento del brillante anlisis de Kuhn.

    1 7 Puede ser til especificar lo que quiero decir cuando hablo de una no-teora. Una no-teora es una declaracin negativa que, por lo general, se sostiene slo de manera implcita, de carcter tan general que no hay pruebas empricas que pueda insinuar directamente. Hago la salvedad de que no todas las aseveraciones nega tivas son no-teoras ; Pasteur se hizo famoso merced a sus esfuerzos por demostrar una aseveracin negativa que tena algunas implica. c iones susceptibles de someterse a pruebas empricas. Las no-teoras son, por lo general pero no necesariamente, implcitas; decir esto es bastante obvio, puesto que es inconcebible que los cientficos formulen frecuentemente decla-raciones de esta forma: "Carezco de pruebas y no puedo imaginar cmo obtener-las, pero estoy convencido de que X no existe."