La Casona No. 8

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PROCURACIÓN DE FONDOS Revista del Centro de Estudios Eugenio Garza Sada Año III / Abril - Junio 2014 / Número 8 Sociedad Civil y Capital Social en México Michael D. Layton Transparencia y legitimidad Rodrigo Carbajal Las mil y una tareas de una OSC para “ganarse la confianza” de alguien Daniela Dorantes

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Revista No. 8 del Centro de Estudios Eugenio Garza Sada

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PROCURACIÓN DE FONDOS

Revista del Centro de Estudios Eugenio Garza Sada

Año III / Abril - Junio 2014 / Número 8

Sociedad Civil y Capital Social en MéxicoMichael D. Layton

Transparencia y legitimidadRodrigo Carbajal

Las mil y una tareas de una OSC para “ganarse la confianza” de alguienDaniela Dorantes

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En una sociedad compleja como la actual se requiere la participación y la voluntad de personas e instituciones que con sus aportaciones logren la materialización de proyec-tos dirigidos a la mejora social.

En esta edición con el tema Procuración de Fondos, Mi-chael Layton en su artículo Sociedad Civil y Capital Social en México, nos entrega un interesante análisis a nivel na-cional, sobre la participación de la ciudadanía, con recur-sos o a través del trabajo voluntario, en apoyo a las orga-nizaciones de la sociedad civil.

Nuestro director general, en su editorial, menciona que antes de pensar en recaudar recursos, los organismos de la sociedad civil, deben precisar las metas y armonizarlas con los intereses y anhelos de los seguidores y el momen-to histórico en que se vive.

En Transparencia y legitimidad, Rodrigo Carbajal habla de la importancia de mantener un nivel de legitimidad y la búsqueda de una mejora institucional continua donde el desarrollo de la organización esté orientado a resultados en función de objetivos específicos para lograr verdaderos cambios sociales de fondo.

Por su parte Daniela Dorantes expone que la transparen-cia, las evaluaciones y certificaciones son determinantes para ganar la confianza de donantes e inversionistas y cómo el proyecto Fondos a la Vista surge en 2011 como una iniciativa de la sociedad civil para promover estas prácticas y generar mayor confianza en las instituciones.

En relación a nuestras actividades, ya tenemos resultados del concurso de expresión literaria Yo predico con el ejem-plo el Ideario Eugenio Garza Sada; en breve daremos a co-nocer a los ganadores. Y en cuanto a la restauración de la casa sede de nuestra institución, se lleva mucho avance y aquí les mostramos algunas imágenes del proceso.

Nota del editor

Consejo CEEGSDavid Garza LagüeraFederico Garza SantosAlicia Navarro de MartínezAlejandra Rangel HinojosaAlberto G. Villarreal González

Director general CEEGSFrancisco Suárez Warden

EditoraSonia Ma. Monroy Fraustro

Colaboradores en esta ediciónRodrigo CarbajalAlejandra MarroquínMaricruz TreviñoMaría Lozano

Diseño EditorialDaniel Galván Sánchez

LA CASONA, Año III, número 8, abril – junio 2014. Esta revista es una publicación trimestral editada por el Centro de Estudios Eugenio Garza Sada A.C. Calle Cerro del Obispado, 603, Col. Obispado, Monterrey, C.P. 64060, Tel. +52(81) 8448-4465, 1522-7985, 8347-5870.

www.cegs.mx

Correo electrónico: [email protected] responsable: Sonia María Monroy FraustroReserva de Derechos al uso exclusivoNo. 04-2013-032012111400-102ISSN: 2007-6827

Ambos otorgados por el Instituto Nacional del Derecho de Autor.

Responsable de la última actualización de este número:Sonia María Monroy FraustroCalle Cerro del Obispado, 603, Col. Obispado,Monterrey, Nuevo León, C.P. 64060

Las opiniones expresadas por los autores no necesariamente reflejan la postura de la institución ni del editor de la publicación.

Fecha de última publicación, 31 de marzo de 2014.Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos e imágenes de la publicación sin previa autorización del Centro de Estudios Eugenio Garza Sada, A.C.

EDITORIAL

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EditorialFrancisco Suárez Warden / Director general CEEGS

Calentamiento global y deterioro del medio ambiente. Pobreza y desigualdad. Violencia en sus diversas mani-festaciones. Falta de crecimiento económico y creación de empleo. Corrupción. Son algunos de los desafíos que enfrenta el mundo y nuestro México no es la excepción.

Los gobiernos en general, están rebasados por estos problemas, lo cual contribuye a agravar la sensación de inseguridad y desesperanza, y el desprestigio y la conse-cuente pérdida de credibilidad de las instituciones es un factor más para el pesimismo prevaleciente.

Pero hay también signos esperanzadores. Uno de ellos es la multiplicación de Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC), del trabajo voluntario y los recursos que se dedican al sostenimiento de dichas organizaciones en el mundo, México incluido.

Muchos pensamos que la respuesta está en la respon-sabilidad individual, manifestada ésta a través de la par-ticipación ciudadana en las organizaciones de la socie-dad civil.

No es exagerado afirmar que la mayoría de los cambios relevantes en políticas públicas –la abolición de la escla-vitud, el voto de la mujer, la reglamentación del trabajo de los menores, la preocupación por el medio ambiente, entre otros- han surgido de este tipo de organizaciones.

La primera tarea de una OSC es identificar la meta y los seguidores correctos. Uno no es bueno sin el otro y, deben ser correctos para la organización y el momento histórico.

La meta es la decisión estratégica más importante. Si ésta no tiene mérito, los recursos invertidos, por más eficiente que sea su administración, será un desperdicio.

Y los seguidores, sus intereses, sus ideales, son tan im-portantes como la meta. Últimamente se pone mucho énfasis en los liderazgos, pero los líderes son poco sin los seguidores.

Martin Luther King, no hubiera llegado lejos sin la deci-sión y valentía de sus seguidores, quienes fueron gol-peados, atacados por perros y encarcelados. Lo mismo podemos decir de Gandhi. Sus logros fueron conjuntos, como toda obra social debe ser.

En cierta forma, todos somos líderes y seguidores, como también padres e hijos, empleados y empleadores.

En síntesis, antes de pensar en recaudación de fondos, los organismos de la sociedad civil, debemos precisar las metas, armonizarlas con los intereses y anhelos de los seguidores y el momento histórico en el que vivimos.

Estando lo anterior claro y en armonía, se facilitará la recaudación de fondos y –tan importante - la obtención del trabajo voluntario, ingrediente esencial en los orga-nismos de la sociedad civil.

Portada: La creación de Adán por Miguel Angel 1511.

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Transparencia y Legitimidad 05

Sociedad Civil y Capital Social en México 07

Las mil y una tareas de una OSC para “ganarse la confianza” de

alguien. 19

Avance de la Restauración 26

Contenido

2 Nota del Editor

3 Editorial

5 Transparencia y Legitimidad

7 Sociedad Civil y Capital Social en México

19 Las mil y una tareas de una OSC para “ganarse la confianza” de alguien.

24 Concurso de Expresión Literaria

25 Reseñas

26 Avance de la Restauración

27 Resumen Final: Ideas PrincipalesCON

TEN

IDO

4 Abril - Junio 2014 | La Casona La Casona | Abril - Junio 2014 5

BREVARIO

Transparencia y Legitimidad

Rodrigo CarbajalUniversidad de Monterrey

[email protected]

Las organizaciones de la sociedad civil son el complemento na-tural para atender las necesidades que el estado no puede cubrir y que el mercado no tiene los incentivos para hacerlo. Son parte fundamental en el funcionamiento de las democracias liberales del siglo XXI dado que buscan cumplir con demandas ciudadanas específicas a través de una vía institucional. Además, estas ins-tituciones suelen fungir como las únicas líneas de defensa para minorías y grupos vulnerables que, por la naturaleza misma de un sistema democrático, no suelen estar representados en el estado.

Con el fin de preservar la relevancia de las organizaciones de la sociedad civil en la “cuestión pública” es necesario mantener un nivel de legitimidad que les permita actuar como interlocutores de la ciudadanía frente a intereses contrarios al bien común. A partir de esta condición de legitimidad se puede partir hacia una mejora institucional continua donde el desarrollo de la organi-zación esté orientado a resultados en función de objetivos es-pecíficos.

Entonces, es cuando vienen los cambios sociales de fondo que transforman las aspiraciones ciudadanas en realidad. Exis-te una idea generalizada de que los cambios en la historia han sido ejecutados a través del gobierno o mediante la voluntad de las élites. La idea es francamente discutible, sin embargo cabe señalar que la evolución de las organizaciones de la sociedad civil en instituciones eficientes es una salida a esta coyuntura. El cambio social a través de la ejecución de acciones específi-cas sólo es posible si se tiene organizaciones de la sociedad civil que cuenten con legitimidad de parte de la comunidad en la que actúan. Esta consideración no es meramente política, si no que atañe a cuestiones de operación: el compromiso de una sociedad con algún grupo se exacerbará si la ciudanía confía en la gestión de la organización, además de que al encontrar un interés co-mún con la causa emprendida facilitará recursos y talento hu-mano. En resumen, la legitimidad, aparentemente abstracta, se ve transformada en apoyo tangible: relaciones, conocimientos y experiencia concretos.

La percepción del público frente a las organizaciones de la socie-dad civil es relativamente buena. Una crisis de legitimidad de es-tas instituciones no es previsible en un futuro cercano. La revis-ta The Economist cita en un artículo una encuesta de American Express donde se revela que el 70 por ciento de los ciudadanos estadounidenses consideran que las organizaciones de la socie-dad civil son más confiables que el gobierno o las empresas. La publicación también hace alusión a otra encuesta recopilada por la firma Merrill Lynch que afirma que el 94 por ciento de la gente confía en estas organizaciones.

La transparencia es el vehículo a través del cual las organizacio-nes de la sociedad civil pueden encontrar legitimidad para ase-gurar los intereses de su causa.

La académica Jeri Eckhart mencionó en una contribución que las organizaciones de la sociedad civil suelen gastar más en trans-parencia que las mismas empresas. Si bien, la famosa teoría de los grupos de interés desarrollada por el profesor Edward Free-man puso en el mapa empresarial las prácticas de ética y trans-parencia, éstas han sido condiciones históricas para la supervi-vencia de las organizaciones de la sociedad civil.

A continuación se discutirán una serie de mecanismos (basa-dos en un reporte de organizaciones no gubernamentales de las Naciones Unidas) a través de los cuáles las organizaciones de la sociedad civil pueden alcanzar mejores niveles de transparencia:

1. Buenas prácticas de gobierno corporativo: Es necesario apun-tar que no todas las organizaciones de la sociedad civil eligen a sus directivos y consejos de administración de acuerdo a princi-pios democráticos. Esta decisión no es necesariamente negativa, sin embargo Jem Bendell, en un informe de las Naciones Unidas que debate la transparencia de organizaciones no gubernamen-tales, hace un llamado a la celebración de elecciones parecidas a la de empresas públicas. En este sentido, se exhorta a seguir prácticas de gobierno corporativo que incluyan el nombramiento de miembros independientes del consejo de administración.

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2. Evaluación y evolución: La definición de objetivos específicos, medibles y alcanzables es vital para que la organización cuente con un parámetro de su desempeño y le permita tomar decisiones acer-tadas para mejorar. Es común que instituciones elaboren indicado-res (cuya metodología debe ser publicada) que midan el rendimiento de sus fondos contra el impacto social.

3. Estándares y códigos de conducta: Representa el pilar de la insti-tucionalización. El seguimiento de un cuerpo documentado de cómo debería operar un grupo y sus miembros es el primer lineamiento de ética y cultura organizacional.

4. Certificaciones: Someter a las organizaciones a auditorías en las que se busque el cumplimiento de prácticas estandarizadas y regu-ladas por organismos externos. Es recomendable otorgar una califi-cación con la cual la institución pueda ser comparada.

5. Reporte: La publicación de resultados y de la evaluación de des-empeños es fundamental para que cualquier miembro de la socie-dad pueda evaluar las actividades de la organización.

6. Diálogo y participación: Involucrarse con la comunidad y ejercer un poder de convocatoria que emule prácticas democráticas para la toma de decisiones.

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PERSPECTIVAS

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Sociedad Civil y Capital Social en México 1 Michael D. Layton

Los dos conceptos tema de este ensayo, la sociedad civil y el capital social, tienen una larga y rica trayectoria de debate y reflexión a nivel global y en México. En el contexto nacional dichos conceptos se han convertido en un asunto de impor-tancia no sólo para la investigación sino también para el diseño de política pública a nivel federal y estatal; ejemplo de ello es la aprobación de la Ley Federal de Fomen-to a las Actividades de las Organizaciones de la Sociedad Civil (LFFAOSC) en 2003, la adopción de leyes para promover las acti-vidades de las organizaciones de la socie-dad civil (OSC) en siete gobiernos estatales y las iniciativas de ley presentadas ante los congresos locales de cuatro entidades fe-derativas (Garcia, et. al 2010: 82-83).

En referencia a la investigación, Alberto Olvera caracteriza el concepto de socie-dad civil como “(...) un espacio de conflic-to dentro del cual se procesan intereses y principios al tiempo que se crean modelos de interacción con el mercado y el Estado” (2003: 31). Este “espacio” tiene su aspecto “visible”: las organizaciones de la sociedad civil (2003: 32-39), las cuales son el enfo-que del presente ensayo. Por su lado, Ro-bert Putnam define el capital social como

(1) las redes sociales y (2) las normas de reciprocidad, apoyo mutuo y confianza que existen entre los individuos (2000: 19); lo cual permite distinguir un aspecto organi-zacional y uno actitudinal en el concepto. Las redes sociales y las organizaciones son el punto de encuentro entre los dos conceptos.

Si bien en México los conteos y registros de las organizaciones de la sociedad civil son muy recientes, la confianza y el gra-do de organización de los mexicanos han sido objeto de medición desde hace varias décadas, aunque sin hacer uso del con-cepto de capital social. Una de las primeras mediciones al respecto fue realizada por los politólogos norteamericanos Gabriel Almond y Sidney Verba. Los resultados obtenidos a través de una encuesta sir-vieron como base para su estudio clásico, La Cultura Cívica, publicado en 1963 (y traducido al español en 1970). En éste, la sociedad mexicana se caracterizó por su baja confianza social y poca organización. Resultados de encuestas más recientes realizadas a partir del 2005 como la En-cuesta Mundial de Valores (EMV) (Moreno 2006), la Encuesta Nacional sobre Filan-tropía (ENAFI) (Layton y Moreno 2010), la

Encuesta de Capital Social en el Medio Ur-bano (ENCASU) (PNUD 2006), la Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas (ENCUP) (SEGOB 2008) y la Encuesta Nacional de Solidaridad y Acción Voluntaria (ENSAV) (Butcher 2008) confir-man el primer diagnóstico: México es un país donde predomina la desconfianza y la desorganización.

En tanto a los registros o conteos de las OSC hay tres fuentes gubernamentales de carácter nacional: el Directorio de Donata-rias Autorizadas (DA) del Servicio de Admi-nistración Tributaria (SAT) bajo mandato de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el Registro de las OSC del Instituto Nacional de Desarrollo Social (INDESOL) y el “Sistema de Cuentas Nacionales de Mé-xico: Cuenta Satélite de las Instituciones sin fines de lucro de México, 2008” del Ins-tituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI). El primero mantiene una lista de DA, organizaciones que bajo el Titulo III de la Ley del Impuesto sobre la Renta (LISR) (2002) pueden recibir donativos dedu-cibles de impuestos y están exentas del pago del impuesto sobre la renta (ISR)2. El segundo se fundamenta en la LFFAOSC y proporciona una lista de organizaciones

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con clave única (CLUNI), es decir, que tienen derecho a recibir fondos federales. Finalmente en 2008, se realizó una importante extensión del Censo Económico en el que se identificaron más de 40 mil organizaciones no-lucrativas privadas (ONLP), entre ellas cuentan todas aquellas legalmente constituidas (INEGI: 59-60). Para poner este número en contexto este mismo año había un poco más de ocho mil CLUNI y un poco más de seis mil DA (Layton 2011). Es decir, del total de ONLP encontradas una quinta parte fueron CLUNI y una sexta parte DA mientras cerca de tres mil OSC cuentan con ambos registros. Esto se debe a que el proceso de acceder al registro u obtener dicha autorización es mucho más complejo que el trámite de constituirse legalmente.

¿Cómo describir la realidad de la sociedad civil y del capital social en la actualidad mexicana a partir de los datos de la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que nos Une y Divide a los mexicanos ENVUD? A través de la ENVUD es posible estudiar la variación en el tiempo y por estados de las actitudes más relevantes en términos de capital social, así como descubrir la relación entre factores como los hábitos y valores con la ocurrencia de las OSC. Para lograr este análisis el presente capítulo emplea los resultados de la ENVUD, la ENAFI y los conteos y registros de OSC antes mencionados. En la primera sección se realiza una reflexión sobre la alteración de los elementos de capital social en los periodos de 2005, 2008 y 2010, utilizando los resultados de la ENAFI y, de esta manera, proporcionar una perspec-tiva de los datos de la ENVUD a través del tiempo. La segunda parte estudia las variaciones de estos elementos en cuanto al espacio geopolítico que, en este caso, son las entidades federativas. Una de las grandes virtudes de la ENVUD es contar con resultados a nivel estatal con lo cual evidencia la diversidad entre los estados. Por último, se analiza la relación entre los resultados de la ENVUD y la dis-tribución de OSC a nivel estatal para determinar si hay una correlación entre las respuestas de la ENVUD y la densidad asociativa estatal. Es decir, si las actitudes y comportamientos de los mexicanos impactan en la existencia de OSC a nivel estatal.

El capital social en una perspectiva temporal

Los resultados de la ENVUD confirman la imagen de México como un país desorganizado y desconfiado. Por ejemplo, únicamente el 18 por ciento de los encuestados opina que los mexicanos “suelen trabajar juntos para conseguir metas comunes” mientras que el 82 por ciento cree que “cada uno actúa para su propio beneficio”. Porcentajes muy similares opinan que “se puede confiar en la mayoría de las personas” (18 por ciento) contra “no se puede ser tan confiado” (80 por ciento). El cuadro 1 contrasta los resultados de la ENVUD (2010) con los datos de la ENAFI (2005 y 2008). Dicha comparación muestra que el nivel de confianza social ha permanecido en un nivel bajo durante los últimos años.

Otro indicador poco positivo es la disminución continua en el porcentaje de personas que afirman haber hecho trabajo voluntario: por-centaje que cayó de 22 a 20 por ciento de 2005 a 2008, y descendió a 14 por ciento, en 2010. Es importante resaltar que en la encuesta ENAFI (2008) se preguntó, además de si se realizó o no un trabajo voluntario, los tipos de organizaciones o asociaciones voluntarias específicas en donde dicha labor voluntaria pudo haber sido realizada. Esto generó que el porcentaje de voluntarios se duplicará de 20 a 41 por ciento; éste siendo un fenómeno común en el cual la especificación de opciones ayuda a la memoria del encuestado (Layton y Moreno 2010: 26-27).

No todos los resultados son negativos, sin embargo. Uno de los indicadores relacionados con sociedad civil y capital social que ha mos-trado una tendencia positiva es la confianza institucional hacia las organizaciones de la sociedad civil, en contraste con la confianza interpersonal. El porcentaje de personas que expresan tener mucha o algo de confianza en las OSC casi se duplicó, del seis al 10 y del 17 al 33 por ciento respectivamente, de 2005 a 2010. Aunque el porcentaje que declaró tener poca confianza aumentó de 25 a 34 por ciento, el de aquellos que dijeron no tener nada de confianza disminuyó en más de la mitad, de 43 a 21 por ciento. Lo anterior implica un importante descenso en el nivel más alto de desconfianza.

El cambio más interesante y uno de los más relevantes para las OSC mexicanas ha sido en la preferencia de dar directamente a la gente necesitada o a las organizaciones sociales. Lo anterior va de la mano con la confianza o desconfianza que la sociedad tiene en las OSC (Layton y Moreno 2010: 75-78). La preferencia de dar directamente a la gente necesitada disminuyó de 79 a 60 en 2008 y a 47 en 2010, una diferencia de 32 puntos porcentuales y, en general, un declive del 40 por ciento. La preferencia de donar a instituciones ha incrementado de 13 a 21 por ciento, es decir, en más del 50 por ciento. Sin embargo, la repuesta “da igual” se ha cuadruplicado, del seis al 25 por ciento. Este es un cambio positivo para las OSC, ya que las donaciones hechas “en la calle” presentan un gran impedimento para la recaudación de fondos. Este cambio, junto con el incremento en la confianza en las OSC, puede representar el reconocimiento de la sociedad hacia el trabajo de las OSC.

En cinco años hemos visto cambios importantes en la opinión pública mexicana. Por un lado, el ambiente de desconfianza social ha permanecido sin cambios importantes, ya sean positivos o negativos. Mientras, la confianza en las OSC y la preferencia de otorgarles donativos, en vez de dar limosna en la calle, han incrementado; pero el nivel de participación en el trabajo voluntario ha disminuido conti-nuamente. ¿Cómo se puede explicar que si la gente confía más en las OSC y está más dispuesta a darles su dinero, esté menos dispuesta a donar su tiempo? Igual de impresionante es la variación de estos indicadores entre algunos estados.

Variación estatal del Capital Social

La ENVUD revela que entre los estados la opinión pública es diversa en cuanto a los temas de sociedad civil y capital social se refiere. La gráfica 1 muestra los niveles de confianza interpersonal entre los mexicanos. Como se puede observar, Baja California Sur (BCS) ocupa el primer lugar con un nivel de confianza interpersonal de 44 por ciento, casi 10 veces mayor que Guerrero, el cual se encuentra en último lugar con un cinco por ciento. En un comparativo internacional según los datos de la Encuesta Mundial de Valores (2005-2008) tenemos que el nivel de confianza de BCS es más elevado que el de Canadá mientras que el de Querétaro, que ocupa el segundo lugar, excede el nivel de confianza de los Estados Unidos. Por otro lado, si Guerrero fuese un país en América Latina únicamente tendría una mejor posi-ción frente a las Islas de Trinidad y Tobago, y ocuparía el penúltimo lugar de la región con un cuatro por ciento en sus niveles de confianza.

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Esta diferencia en las opiniones de los mexicanos se muestra también en términos de la confianza en las OSC. Colima es el estado que más confía en ellas con un 24 por ciento y Guerrero se posiciona nuevamente en el último lugar con tan sólo dos por ciento. En este caso la discrepancia entre los dos estados es de 22 puntos porcentuales, es decir, de diez veces. En esta pregunta las entidades federativas se reparten de la siguiente manera: seis estados cuentan con porcentajes mayores al 15 por ciento, 21 están entre el siete y el 15 por ciento y cinco con seis por ciento o menos.

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En cuanto a trabajo voluntario se refiere, la primera posición es para Sonora con 31 por ciento, lo que representa casi una tercera parte de su población. Puebla se encuentra en el último lugar con seis por ciento, lo cual equivale a una quinta parte de la participación en Sonora. En este tema los estados también se distribuyen de manera dispar: pocos con mayor nivel de voluntariado (siete estados por arriba del 20 por ciento), muchos con una posición intermedia (19 entre el 20 y el 10 por ciento) y otros pocos con un nivel bajo (seis por debajo del 10 por ciento).

Los resultados relacionados con la donación y las preferencias de donación corroboran la tendencia antes mencionada: un México de opiniones y actitudes distintas. Quintana Roo es el estado con mayor número de donaciones (54 por ciento) y la posición más baja es para Durango (ocho por ciento), una cifra casi siete veces menor. Un total de cinco estados reportan un nivel de donación por encima del 40 por ciento, mientras que siete tienen un porcentaje menor o igual a 20 por ciento.

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En términos de la preferencia de dar a instituciones versus dar directamente a la gente necesitada, el estado con el mayor porcentaje fue Colima, que expresa una preferencia por las vías formales del 40 por ciento. Por el contrario, entre los Guerrerenses tan sólo siete por ciento de la población tiene dicha preferencia. La mayor preferencia a donar a instituciones la ocupan cinco estados con niveles mayores al 30 por ciento, la posición intermedia la ocupan 21 estados entre el 30 y el 15 por ciento y, por último, seis entidades federativas con menos del 15 por ciento expresan no contribuir por estas vías.

En el caso de la membresía en organizaciones se encontró una discrepancia si-milar entre el estado con el nivel más alto de participación y el más bajo. El tipo de OSC incluidas en esta pregunta fueron las siguientes: grupos de actividad cul-tural, artística o deportiva; rotarios, Club de Leones u otras similares; agrupacio-nes vecinales, de barrio o colonia o algún otro tipo de grupos u organizaciones. Se excluyó a agrupaciones de corte económico (gremiales o sindicatos), político (partidos) o virtual (redes sociales como Facebook). El estado con el nivel más alto de pertenencia a organizaciones es Sinaloa con el cinco por ciento de su pobla-ción reportando membresía; al otro extremo se encuentra Baja California Sur, con menos del uno por ciento. Cinco estados reportan niveles entre cuatro y tres por ciento y en otros once estados, más de una tercera parte, se afirma tener niveles de membresía por debajo del uno por ciento. Estos datos tienen un fuerte impacto, ya que inclusive los estados con mayor membresía cuentan con niveles bastante bajos de participación, hecho que impacta fuertemente en la función de las OSC como formadoras de capital social.

Estas diferencias, además de ser distintas, son desalentadoras, al dejar ver el im-portante reto que tienen los mexicanos (los ciudadanos, las OSC y el gobierno) en cuanto a la formación del capital social. Es sorprendente que ni siquiera la mitad de los encuestados haya declarado que es posible confiar en los otros o en las OSC. Para las OSC es un indicador importante de que deben concentrar sus es-fuerzos en obtener un mayor nivel de confianza frente a sus asociados, común-mente llamados “stakeholders”.

Además de este reto, los resultados referentes al voluntariado, las donaciones y las preferencias de donación presentan un panorama complicado para las OSC. En primer lugar, en México no hay un estado en el que más de un tercio de su po-blación realice trabajo voluntario. En cuanto a las donaciones, en la mayoría de los estados entre el 20 y el 40 por ciento de la población realiza donaciones pero sólo entre el 15 y el 30 por ciento lo hace a través de vías formales. A grosso modo podemos argumentar que en México el trabajo de las OSC involucra a menos de la mitad de la población, ya que sólo este porcentaje de los mexicanos confía en las organizaciones, participa con ellas a través del voluntariado o contribuye a través de sus donaciones.

Los resultados de la ENVUD también confirman que las actitudes y comporta-miento reportadas por los entrevistados son sumamente heterogéneas a nivel estatal y se muestran patrones interesantes. Por ejemplo, varios estados (Chi-huahua, Colima, Sonora, Tabasco) repiten su presencia en los primeros cinco luga-res en al menos tres de los seis indicadores a la vez que otras entidades federa-tivas se encuentran tres (Puebla) o cuatro (Guerrero, Morelos, Yucatán) de las seis veces en los últimos cinco lugares. Por otro lado, según los registros y conteos de OSC a nivel nacional también existe disparidad entre las entidades federativas

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La disparidad es consistente con la idea que las ONLP requieren de mayores ni-veles de participación y, para ello, la confianza de la gente.

Después de las correlaciones anteriores las más elevadas para ambos índices de OSC son entre la confianza interpersonal y si se ha hecho un donativo. Para ONLP los valores son de 0.23 y 0.20, respectivamente, y para DA ambas son de 0.22. La interpretación de estos valores es que un ambiente de mayor confianza social a nivel estatal está asociado con la existencia de este tipo de organizaciones, al igual que con el acto de donar. Es importante notar que estas dos correlaciones son las más fuertes para las DA, ya que la confianza interpersonal está vinculada con la tendencia de donar.

Por último, tenemos correlaciones modestas entre el trabajo voluntario y la pre-sencia de ONLP (0.14), y es casi nula en cuanto a DA (0.05). Por el contrario, en los resultados en torno a la preferencia de dar a OSC la correlación es más elevada para las DA (0.14) y la correlación más baja es con ONLP (0.02). Estos resultados indican que en un estado la presencia de ONLP tiene una modesta correlación con el trabajo voluntario y de igual manera la preferencia de dar a OSC (versus vías informales de donación) tiene una modesta correlación con la existencia de DA.

Las correlaciones con membresía son las más sorprendentes y contradictorias a las hipótesis planteadas, ya que para ambos índices resultaron débiles, para las DA el valor fue de 0.10 y para las ONLP fue incluso negativo (-0.09). Parece lógico que en cuanto mayor sea la membresía mayor el número de asociaciones, sin embargo, esto no se comprueba con los resultados.

La pregunta que nos arrojan los resultados es, ¿por qué no hay una fuerte correla-ción entre los índices de OSC y las preguntas relacionadas con capital social? Pa-rece razonable pensar que las actitudes y prácticas más favorables en términos de capital social y sociedad civil deben tener correlaciones más robustas con la concentración de OSC en un estado. Las conclusiones se concentran en respon-der a esta interrogante.

Conclusiones

Los resultados de la ENVUD confirman las conclusiones de la ENAFI y las varias investigaciones mencionadas previamente: a nivel nacional México sufre un dé-ficit de capital social, así como la falta de participación activa de la sociedad civil. Los datos muestran que desde 2005 hasta 2010 hay tendencias contradictorias, unas favoreciendo y otras desfavoreciendo la acumulación de capital social y el fortalecimiento de la sociedad civil. Es decir, aún hay un largo camino por recorrer para que el país goce un nivel adecuado de participación ciudadana.

La ENVUD también muestra la gran heterogeneidad entre estados, ya que algu-nos cuentan con niveles de confianza interpersonal y participación en OSC más elevados. Ante este hecho surge la siguiente pregunta, ¿la ocurrencia de organi-zaciones tiene relación con las actitudes a nivel estatal? Los resultados muestran que únicamente en algunos casos existe una correlación notable y aún así son consistentemente más modestas que anticipadas por las hipótesis formuladas.

La debilidad de las correlaciones implica que existen otros factores que influyen en la creación y desarrollo de las OSC. Estudios sobre la distribución de OSC en México muestran que elementos como el Producto Interno Bruto per cápita esta-tal (PIB per cápita), los niveles de educación y de pobreza y marginación, pueden influir en la expansión de dichas organizaciones (García, et. al. 2009). A nivel inter-nacional la variación entre países está explicada por hechos históricos, primor-dialmente los orígenes sociales y los grandes arreglos políticos (Salamon y Anheir 1998) o por la existencia de elementos para un ambiente propicio, como un marco legal y fiscal favorable o la disponibilidad de recursos (Layton 2009).

en cuanto a la cantidad de OSC con las que cuentan. Tomando los resultados anteriores como base, la siguiente sección busca responder a la siguiente interro-gante: ¿Existe una relación entre estas actitudes y el número de organizaciones a nivel estatal?

La ENVUD y la Distribución de las Organizaciones de la Sociedad Civil

Un análisis de los registros gubernamentales mencionados anteriormente ha re-velado que en México las OSC se constituyen y se concentran de manera dispar a nivel estatal (García et al. 2009)3. En las investigaciones sobre sociedad civil organizada se han ofrecido estudios de casos (véase Olvera 2003) y análisis cuan-titativos por estado (véase Fundación para el Desarrollo del Tercer Sector, A.C. 2009). Sin embargo, no ha sido posible realizar un análisis cuantitativo con datos de opinión pública para explicar la variación estatal en el nivel de asociacionismo.

El cuadro 5 reporta las correlaciones entre dos indicadores de la sociedad civil organizada a nivel estatal y seis preguntas de la ENVUD. Todas las cifras pre-sentadas fueron recabadas en el 2008. Los dos indicadores estatales empleados fueron el número de Organizaciones No-Lucrativas Privadas (ONLP) por cada 10 mil habitantes y el de Donatarias Autorizadas (DA) por cada 10 mil habitantes. Los temas de las preguntas de la ENVUD fueron la confianza interpersonal, la confian-za hacia, la membresía en, el trabajo voluntario para y la donación a, las OSC, así como la preferencia de donar a instituciones.

Previo al análisis se plantearon las hipótesis para las correlaciones efectuadas. La relación entre el número de ONLP y las respuestas de actitud positivas se espe-raba sería fuerte, ya que al incluir al universo de OSC constituidas legalmente se consiguió que se reflejara de manera más clara la asociatividad a nivel estatal. En cuanto al número de DA y las actitudes reportadas, la correlación también se es-peraba positiva, pero generalmente menos fuerte, ya que las donatarias son mu-cho menos numerosas y necesitan mucho más institucionalización y requisitos para conformarse y funcionar; además, estas incluyen instituciones más grandes – como hospitales, universidades, museos e instituciones donantes – que no tie-nen como base la participación activa de una membresía, como son los grupos de barrios y organizaciones de base. Sin embargo, para las preguntas relacionadas a donativos se consideró que se daría una excepción importante, con una correla-ción más fuerte, debido a que la recepción de donativos deducibles de impuestos es la razón de ser de las DA.

Como se puede ver en el cuadro 5, los resultados no confirmaron las hipótesis formuladas: no se encontró ninguna correlación robusta entre las respuestas y la presencia de ningún tipo de organizaciones. Por tanto, el reto es interpretar las correlaciones más modestas.

La correlación más fuerte es entre la confianza en las OSC y ONLP/10,000, con un nivel de 0.33; en contraste, la relación de esta misma pregunta con DA/10,000 resulta muy baja (0.09). Lo anterior indica que los estados con mayor confianza en las OSC tienden a tener más ONLP, pero no hay relación con el número de DA.

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En conclusión, se tiene que los resultados del análisis de la ENVUD en torno al capital social y la sociedad civil en México muestran que las normas de recipro-cidad, apoyo mutuo y confianza que existen entre los mexicanos, y sus niveles de participación por medio de trabajo voluntario y donativos tienen correlaciones modestas con la ocurrencia de OSC en el país. No obstante, ofrecen pistas que nos hablan sobre la debilidad de la sociedad civil organizada en México y el gran reto de éstas no sólo en cuanto a su labor como formadoras de capital social sino a su misma supervivencia.

Si bien esto se presenta como un reto para los ciudadanos mexicanos, exigir un mayor nivel de donaciones o participación por medio del voluntariado o la mem-bresía en organizaciones no serían suficientes para transformar la problemática del tejido social debilitado. Es indispensable tomar en cuenta factores institucionales, políticos, legales, financieros e históricos para entender el desarrollo de la agenda de fortalecimiento a la sociedad civil organizada. Por ello, otra importante conclusión es que para entender esta problemática y para promover una agenda de reforma, hay que considerar la gran diversidad de los estados mexicanos y no basarse en la investigación ni realizar políticas públicas sin tomar esto en cuenta.

Notas

1 Profesor numerario y Director del Proyecto sobre Filantropía y Sociedad Civil, Depar-tamento Académico de Estudios Internacionales en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM).

2 El SAT pública varias veces al año el “Directorio de Donatarias Autorizadas”, en el cual se puede encontrar la información básica y contacto de las instituciones que cuentan con dicha autorización. Véase: http://www.sat.gob.mx/sitio_internet/servicios/donatarias/autoriza-das/30_1635.html

3 En este análisis nos enfocaremos en los registros del SAT y del INEGI, dejando el registro de CLUNIs fuera del estudio, ya que, en general, estas sólo se registran como CLUNI y no como DA y buscan primordialmente el apoyo del gobierno federal y no de donativos privados.

Referencias

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Encuestas

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PERSPECTIVASPERS

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ENCUP: Secretaria de Gobernación (SEGOB). 2008. Encuesta Nacional sobre Cultura Política y Prácticas Ciudadanas. México: SEGOB. Disponible en: http://www.encup.gob.mx/ (Acceso 16 de enero de 2012).

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ENSAV: Butcher, J. (comp.). 2008. México Solidario: Participación Ciudadana y Volunta-riado. México: Limusa/Cemefi.

Apéndice

Tipos de organizaciones

Organizaciones No-Lucrativas Privadas (ONLP)/10,000: Número de organizaciones no-lucrativas privadas identificadas por el INEGI, por cada 10 mil habitantes (esto para compensar la gran variación de población entre los estados).

Donatarias Autorizadas (DA)/10,000: Numero de DA registradas por el Servicio de Ad-ministración Tributaría (SAT), también por cada 10 mil habitantes.

Las seis preguntas de la ENVUD que explican las actitudes y comportamientos en re-lación al capital social .

Confianza Interpersonal: En términos generales, ¿diría usted que se puede confiar en la mayoría de las personas o que no se puede ser tan confiado al tratar con la gente? Las correlaciones realizadas se refieren al porcentaje de encuestados que respondió que sí se pude confiar.

Confianza OSC: ¿Cuánto confía usted en las organizaciones de la sociedad civil: (1) mu-cho, (2) algo, (3) poco o (4) nada? En este caso se relacionaron la respuesta mucho.

Membresía de las OSC: ¿Usted es miembro de los siguientes grupos u organizaciones? Las organizaciones incluidas son: Grupos de actividad cultural, artística o deportiva; Organizaciones de Rotarios, Club de Leones u otras similares; Agrupaciones vecinales, de barrio o colonia; Algún otro tipo de grupos u organizaciones.

Trabajo voluntario en las OSC: Durante los últimos 12 meses, ¿usted realizó trabajo voluntario, sin paga, para algún grupo u organización? (La correlación es con la repuesta sí.) En esta pregunta las correlaciones fueron realizadas con el porcentaje de encuesta-dos que respondió que sí.

Donativos otorgados: En los últimos 12 meses, ¿usted realizó algún donativo en dinero o especie a través de alguna organización? (Las opciones dinero y especie se agruparon en una sola).

Preferencia a donar a instituciones: Cuando usted ayuda o hace donativos a otros, ¿cómo prefiere hacerlo: directamente a la persona o a través de alguna organización formal, o le da igual? La respuesta correlacionada en este caso es con la preferencia de donar a organizaciones.

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PERSPECTIVAS

Las mil y una tareas de una OSC para “ganarse la confianza” de alguien.Daniela Dorantes@DanyDorantesS

Los mecanismos para generar confianza en la sociedad civilEl fortalecimiento institucional como hoy lo conocemos: no basta hacer las cosas, sino hay que “hacerlas bien”, tiene una de sus cau-sas, según Emilio Guerra (en Martínez, 2012), en la falta de recur-sos para la formación y crecimiento de la sociedad civil organizada. Esto significa que el fortalecimiento institucional es una respuesta a la necesidad de consolidar a las Organizaciones de la Sociedad Civil (OSC) como actores confiables y con la capacidad de movilizar recursos, a través de la relación con donantes e inversionistas. Es por esto que el mercado de servicios de fortalecimiento, en parti-cular en temas de procuración de fondos, es muy socorrido.

La confianza es un bien intangible y delicado. Ejemplos de la vida diaria nos ilustran bien lo difícil que es ganar confianza y lo fácil que es perderla. Basta con escuchar frases populares como “la con-fianza es como un vaso de cristal” o “la confianza se gana con mil actos y se pierde con tan solo uno”, para comprender que el asunto

es un tema digno de gran atención. Según la Encuesta Nacional de Filantropía

1 los mexicanos confían más en instituciones como la

Iglesia, el Ejército, la Policía y los bancos que las OSC. El proble-ma de falta de confianza es más grave porque se encuentra ín-timamente relacionado con el donativo: como lo señala la misma encuesta, el 14% de las personas encuestadas señala la falta de confianza en las instituciones que piden donativos como la princi-pal razón por la que la gente no dona.

A partir de esto nos damos cuenta que la pregunta a resolver por quienes procuran fondos para su organización es: ¿cómo obtener confianza? Continuando con los planteamientos de Emilio Guerra, en la década de los noventa el desafío central en México era saber rendir cuentas para generar confianza; al día de hoy no solo basta con esto, sino que es necesario comprobar cuál es el alcance de tu intervención; por eso las evaluaciones y las certificaciones son un tema central para el fortalecimiento institucional. La transparen-cia, a pesar de ser un desafío surgido hace un par de décadas, aún parece un fin lejano, mientras que la evaluación y las certificacio-nes son conceptos que aún hay que aterrizar al contexto de so-ciedad civil en México. Analicemos a continuación ambos puntos:

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1. Transparencia en las OSC

Para hablar de la transparencia en las OSC podemos comenzar por definir qué significa la transparencia y cómo se ex-presa ésta en el sector. Ser transparente implica mantener un estado permanente de acceso a la información sobre nuestra estructura y actividades como organizaciones, disponible para todos aquellos sectores de la sociedad en los que incidimos de manera directa o indirecta. Se trata de una obligación ética que asumimos como propia desde que nuestros objetivos se enfocan al avance de la sociedad.

Sin embargo, la transparencia no es una obligación solo ética, sino que es una práctica estratégica, ya que permite for-talecer los llamados “recursos intangibles” de las organizaciones: confianza, autoridad moral, legitimidad, prestigio y re-conocimiento social. ¿Cómo podemos traducir estos recursos a la realidad práctica de las OSC? Incrementar nuestros recursos intangibles nos permite llegar a un mayor número de aliados estratégicos. Si nuestra organización es confiable, tiene autoridad moral y prestigio social, nuestra capacidad de adquirir los mejores recursos humanos y financieros se ve potencializada en gran medida.

El estudio que Confío A.C. realizó en 2012 sobre la transparencia en la sociedad civil, entrega importantes hallazgos al respecto, reconociendo que la buena imagen de una organización puede abrirle las puertas ante usuarios y beneficiarios a los que busca llegar, ante posibles aliados dentro de su propio campo de actividad y ante empresas de las que busca colaboración o patrocinio.

Los hallazgos del estudio de Confío A.C. dejan entre líneas una tarea para las organizaciones, empresas y consultores dedicada al fortalecimiento institucional: orientar sus trabajos hacia la transparencia, a lo que propongo denominar “for-talecimiento para la transparencia”. Una organización se vuelve transparente de manera gradual, y para ello debe seguir primero ciertos pasos para asegurarse de un órgano de gobierno profesional, una planeación estratégica clara, y saber dar seguimiento a las metas planteadas, comunicar lo que hace, generar estados financieros que puedan ser publicados, tener una cartera diversificada de donantes, y un sistema de incorporación de voluntarios, entre otros. Los principios de transparencia que analiza Confío A.C. no son más que el resultado de procesos de fortalecimiento institucional. Por ejemplo, a medida que una OSC cuenta con mayor conocimiento y herramientas para procurar fondos, tendrá mayor posibilidad de diversificar sus fuentes de sustentabilidad financiera. Por ello es que insisto que la transparencia no es inalcanzable, sino una consecuencia natural de lo que ya hacemos, y hacemos bien. De acuerdo a la información 2012 de Fondos a la Vista, el 24% de las OSC en México cuenta con una página de internet o un perfil en Facebook, pero no todos pueden asegurar que la gente al visitarlas comprenda claramente cuál es su misión o las actividades de la OSC.

El obtener “transparencia” en el sector no es un estado disociado de los servicios prestados por las fortalecedoras, lo que falta es definir con claridad esta asociación, relación y relevancia. En palabras simples el “fortalecimiento para la transpa-rencia” significa que no basta con hacer las cosas, hay que hacerlas bien y con transparencia.

2. Evaluaciones y certificaciones

Existen diversas maneras de “comprobar” que lo que haces tiene un efecto positivo en quienes atiendes y su entorno.

Una modalidad ha sido la “certificación” de las OSC. Sin embargo, no está exenta de dificultades. Construir un índice lo suficientemente objetivo e independiente de apreciaciones personales, que permita analizar todo tipo de causas y or-ganizaciones sin distinción es un reto de considerable magnitud, ya que, siguiendo un ejemplo proporcionado por Emilio Guerra, las mismas fortalecedoras no son sujetos de análisis para la certificación de la asociación Filantrofilia. Por otro lado, sin entrar a detalles metodológicos, existe un hecho innegable: mientras este tipo de servicios tengan un costo de-terminado, solo serán certificadas las OSC con más ingresos y, naturalmente muchas más serán excluidas, haciendo más difícil incrementar la edad promedio de las organizaciones en México y limitando así la posibilidad de incorporar nuevos actores, ideas y definiciones de los problemas sociales.

Por otro lado, realizar evaluaciones conlleva dos retos importantes para la sociedad civil mexicana. En primera instancia, es necesario distinguir qué se quiere evaluar y para qué se va usar esa información. Evaluar por sí solo es el acto de gene-rar un juicio sobre algo más, lo que en consecuencia excluye aspectos como el clima organizacional de una organización, el impacto de sus programas o su sustentabilidad financiera. Existen muchos tipos de evaluación y ninguno de ellos es menos importante, pero cuando hablamos de confianza, lo que queremos saber es sí la OSC en cuestión está generando un efecto positivo para sus beneficiarios, o en palabras llanas “si se hace el bien”. En segunda instancia, el reto implica ge-nerar profesionales de la evaluación especializados en la sociedad civil. Tras el despunte de la evaluación para programas federales y el auge de este mercado, han surgido iniciativas como la del Centro Regional para el Aprendizaje en Evaluación y Resultados para América Latina (CLEAR-LA) del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), para formar a

quienes hacen o harán las evaluaciones que requiere el gobierno, pero en ningún momento reciben capacitación sobre cómo evaluar un proyecto de sociedad civil. El título mismo del Diplomado en Evaluación y Políticas Públicas, así lo señala. Así pues, en México aún faltan herramientas que profesionalicen el trabajo de quienes laboran en las OSC, en cuanto se refiere a evaluación de proyectos de sociedad civil.

Profundizando en el primer reto, habrá que definir a qué nos referimos con evaluación de impacto y evaluación de resul-tados, ya que es fundamental hablar el mismo lenguaje, comprender las limitantes y la temporalidad de una evaluación frente a otra, lo cual no debe confundirse con generar términos de referencia uniformes para evaluar a todas las OSC y sus proyectos, sino que es fundamental que este proceso de análisis se enriquezca con la experiencia del evaluador y adapte a las necesidades de cada organización.

Con todo, ambos retos siguen latentes entre las OSC en México. Algunas han avanzado mucho en transparencia, otras tienen metodologías muy avanzadas en evaluación; y existen también las que no han logrado ningún avance. Es en este contexto que nace el proyecto Fondos a la Vista, una iniciativa de Alternativas y Capacidades y el Proyecto sobre Filantro-pía y Sociedad Civil del Instituto Autónomo de México (ITAM).

Fondos a la Vista surge en 2011 como una iniciativa de sociedad civil para promover estas prácticas y abonar en la generación de confianza. El proyecto consiste en una base de datos en línea que cuenta con información institucional, financiera y de donativos de más de 22 mil organizaciones de la sociedad civil en México y de donantes privados. Los datos contenidos en el portal son actualizados de manera regular a partir de información del Sistema de Administración Tributaria (SAT) y del Instituto de Desarrollo Social (Indesol), así como por las mismas organizaciones que se registran en Fondos a la Vista para administrar sus datos directamente. El uso del buscador y el registro en el portal son gratuitos; además, la base de datos permite realizar búsquedas con diferentes criterios de clasificación como ubicación geográfica, tipo de actividades, montos de ingreso total, montos por donativos, entre otros.

Fondos a la Vista es un mecanismo de autorregulación en materia de transparencia, ya que permite que sean las OSC las que complementen y enriquezcan la información que por ley ya es pública o bien que puedan publicar por primera vez como un ejercicio de transparencia. Existen también tutoriales y atención en línea para asistir a las OSC en la creación de su cuenta y en el llenado de sus datos

2.

Los antecedentes de la iniciativa, devienen desde 2005 cuando Alternativas y Capacidades A.C. se unió a otras OSC mexicanas para formular una Declaración de Compromisos que pudiera servir como referente de iniciativas por la trans-parencia y la rendición de cuentas impulsadas por y para la sociedad civil. Con esto se busca fortalecer la institucionalidad del sector sin aumentar los mecanismos de control.

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Asimismo, los debates políticos internacionales han favorecido a las OSC para asegurar su papel como actores clave en los esfuerzos por el desarrollo social; así lo muestran los acuerdos alcanzados en la Alianza Global por la Cooperación Efectiva para el Desarrollo, en cuya última reunión de abril del 2014 en la Ciudad de México, se reconoció la necesidad de incluir la participación de representantes del sector civil de todo el mundo en la definición de las acciones para la coo-peración al desarrollo. Parte fundamental de este éxito también se encuentra en los Principios de Estambul

3 en 2010,

como los principios que dirigen el trabajo de las Organizaciones de la Sociedad Civil a nivel mundial y entre los cuales figura la práctica de la transparencia y la rendición de cuentas.

Tendencias internacionales y necesidades constantes a nivel nacional, permitieron que Fondos a la Vista fuese apoyado por diferentes instituciones aliadas. Desde 2010, Alternativas y Capacidades y el Proyecto de Filantropía y Sociedad Civil se dieron a la tarea de organizar y sistematizar la información de la fuente pública, programarla para una navegación más ágil y dotarla de características más útiles para la investigación y su uso por las instituciones donantes y organi-zaciones sociales en México. Desde su perspectiva de trabajo, la información sistematizada y enriquecida es de utilidad para el fortalecimiento del sector en su conjunto.

El portal fue dado a conocer en enero de 2013 y, a partir de entonces, su uso por OSC y donantes en México ha sido constante. En su primer año Fondos a la Vista fue reconocido con el segundo lugar en el Premio a la Innovación en Transparencia para la Gestión Institucional 2013, otorgado por la Auditoría Superior de la Federación, en colaboración con el Banco Mundial, la Secretaría de la Función Pública, el Instituto Federal de Acceso a la Información y el Instituto Nacional de Administración Pública. Este logro significó un reconocimiento al trabajo de la sociedad civil por parte del Gobierno Federal, por el esfuerzo de algunos de sus actores por promover la transparencia de todo el sector. Adicional-mente, este logro muestra una realidad del sector: implica que los mecanismos emanados del gobierno para fortalecer la transparencia del sector no han sido suficientes y que son los mecanismos de autorregulación los que pueden abonar más hacia la confianza en la sociedad civil. A la par es un reconocimiento de la trascendencia de la sociedad civil para la gestión institucional.

Usos de Fondos a la Vista para la procuración de fondos

Se abordó ya la importancia de la transparencia como resultado del fortalecimiento institucional. Fondos a la Vista se ha consolidado como un mecanismo que ayuda a las organizaciones en el tema de procuración de fondos, mismo que se entiende a partir de etapas específicas. El ciclo de la procuración de fondos se compone de cinco pasos principales.

1) Identificación de las necesidades, es decir, conocer de manera puntual los recursos monetarios, humanos y materia-les que se necesitan para la operación y sustentabilidad de la OSC. Este ejercicio permite distinguir entre lo que se debe hacer y lo que no, además de ayudar a definir los argumentos al momento de acercarse a un donante y, en su caso, negociar un acuerdo que sea favorable a las dos partes.

2) Diseñar un plan de sustentabilidad, considerando un presupuesto que permita cubrir los gastos del proyecto, los gas-tos operativos y un fondo de reserva. Un potencial donante responderá de manera más favorable ante proyectos bien estructurados que demuestran la experiencia de la organización en la gestión transparente de los recursos.

3) Elaborar una planeación anual de las necesidades financieras te permite continuar con la definición de las estrategias de procuración de fondos. De acuerdo a las características del proyecto y a los requisitos para el otorgamiento de fondos, es de gran utilidad generar un mapeo de diversas fuentes de donde se pueden obtener recursos, así como la delimita-ción de los tiempos de erogaciones e ingresos para tener un panorama temporal de las necesidades.

4) Una vez identificados los donantes potenciales, es importante considerar las tareas específicas de nuestra estrategia de recaudación de fondos, negociación y gestión.

5) Finalmente, a medida que implementamos los proyectos debemos dar seguimiento a sus resultados y aprendizajes. La medición de resultados no puede entenderse sin la inclusión de la visión de transparencia y rendición de cuentas. Es recomendable elaborar reportes periódicos narrativos y financieros, así como un informe anual de resultados pensado no solamente para los donantes o instituciones de apoyo, sino también para las comunidades con las que se trabaja, otras organizaciones afines y la sociedad en general.

Fondos a la Vista en particular ayuda en los puntos 3 y 5. En primera instancia, el buscador contiene información de fuentes de financiamiento nacionales, incluyendo datos de contacto e información financiera de fundaciones privadas de todo el país, lo cual facilita en gran manera el mapeo de donantes, considerando las dificultades en acceder a infor-mación de este tipo de manera fácil y confiable por otros mecanismos. A lo largo del año organizamos capacitaciones presenciales en diversos puntos del país, así como talleres en línea para brindar a las OSC del conocimiento que les permita aprovechar la base de datos para mapeo de donantes y aliados estratégicos. Además, respecto al punto 5, como ya se mencionó es un mecanismo que facilita el proceso de transparencia en las OSC y que además es gratuito.

En conclusión, hoy en día el fortalecimiento institucional enfrenta dos retos: 1) orientar los esfuerzos a facilitar la asimila-ción de la transparencia como una consecuencia natural de lo que ya se hace, no como una tarea extra; y 2) generar profe-sionales especializados en evaluación para organizaciones sociales. Sin embargo, en un sentido más amplio, hablando del sector en general, hoy cuenta con un mecanismo que le permite mostrarse como un sector transparente en su conjunto, no por casos aislados. El cual, además, genera beneficios múltiples para el fortalecimiento de las OSC, como la procuración de fondos, o del sector, a través de investigaciones que nos permiten identificar los canales de donativos en México, como la elaborada para el libro Generosidad en México del Dr. Michael Layton.

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Nota

1 Encuesta Nacional sobre Filantropía y Sociedad Civil. Resultados ponderados de 2005, 2008 y 2013. Consultado en: http://www.enafi.itam.mx/Documentos/ENAFI%202013%20comparado.pdf

2 Los tutoriales pueden ser consultados en la dirección http://www.youtube.com/user/Fondos2012

3 Más información en la página web del Foro sobre la Eficacia del Desarrollo de las OSC: http://cso-effectiveness.org/princi-pios-de-estambul,118

Referencias

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Martínez Gil, Leticia (coord.). (2012). Fortalecimiento Institucional y Profesionalización. Apuntes y reflexiones. México. Fundación Zícaro A.C.-Indesol. 128 pp.

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24 Abril - Junio 2014 | La Casona

CIUD

ADAN

ÍA

CONCURSO DE EXPRESIÓN LITERARIA

Con la finalidad de propiciar la adquisición de competencias bá-sicas de aprendizaje, reflexionar, conocer y aprender del legado del Ideario de Eugenio Garza Sada, el Centro Eugenio Garza Sada (CEEGS), en colaboración con la Secretaría de Educación del estado de Nuevo León, convocaron a los escolares de todo el estado a participar en el concurso de expresión literaria ‘‘Yo predico con el ejemplo el Ideario Eugenio Garza Sada’’.

En este concurso, tuvieron la oportunidad de participar alumnos en dos categorías: Primaria, de cuarto a sexto, y Secundaria, de primero a tercero. Los alumnos seleccionaron uno de los 17 prin-cipios que componen el Ideario, y durante una semana, lo lleva-ron a la práctica, buscando los medios de aplicarlo a su vida diaria. Posteriormente, desarrollaron un ensayo abordando tres partes identificables: 1) Introducción, (explicar por qué seleccionaron ese principio), 2) Desarrollo, (la experiencia que tuvieron al aplicarlo a su vida diaria), 3) Conclusión, (de qué manera influyó o cambió su entorno).

Para la deliberación de este concurso, el CEEGS, invitó a jueces especialistas en literatura para niños, y con experiencia en concur-sos de expresión literaria. Yarezi Salazar, Odvidio Reyna y Paulino Ordoñez, se ocuparon de seleccionar a los ganadores. Para ello, tomaron en cuenta características muy importantes como: origi-nalidad, contenido, inédito, presentación, coherencia, estructura y ortografía.

El CEEGS premia a los primeros, segundos y terceros lugares de cada una de las Regiones en las que están distribuidas las escue-las del estado. Esto, permite que más alumnos tengan la oportuni-dad de ganar. Los alumnos ganadores reciben laptops, los plante-les educativos reciben un reconocimiento a su labor y los maestros asesores, también son premiados con medalla y constancia.

Ahora, los jueces están trabajando para seleccionar las mejores experiencias con el Ideario Eugenio Garza Sada. Recibimos un total de 351 ensayos, y para el próximo mes de septiembre, co-noceremos a los pequeños autores que se sentaron a escribir su experiencia, y la manera de cómo influyó en su vida el llevar a la práctica, uno de los 17 principios del Ideario Eugenio Garza Sada.

El CEEGS, seguirá trabajando arduamente en la difusión del Idea-rio Eugenio Garza Sada. Nuestra misión, es difundir masivamente estos valores, y que quien los reciba, tenga la oportunidad de co-nocerlos a fondo, y ver sus efectos.

Estos principios, son básicos para el desarrollo integral del ser hu-mano, son valores que no cambian, son valores centrales en cual-quier tipo de organización. Estos principios, que fueron llevados a la práctica por don Eugenio, conforman su verdadera herencia.

YO PREDICO CON EL EJEMPLO EL IDEARIO EUGENIO GARZA SADA

Alejandra Marroquín

Sonia Monroy

La Casona | Abril - Junio 2014 25

VANGUARDIA

Kelley, Daniel Q. (2000). Más dinero para su causa: Cómo obtener fondos de empresas, individuos, fundaciones y gobiernos. México. Panorama Editorial.

Actualizado en 2013, este libro presenta técnicas para realizar con eficacia cada uno de los pasos que se plantean, por lo que puede considerarse como un manual para la obtención de fondos. También invita a reflexionar sobre el por qué de esas formulas. La obra presenta:

• La mercadotecnia social y cómo vender un proyecto a los donantes

• Cuáles son los intereses de las personas, las empresas, las fundaciones, y los gobier-nos … y cómo tratar a cada una de estas entidades de modo adecuado

• Cuáles son los intereses de las fundaciones de los Estados Unidos de América

• Los papeles de la Junta Directiva y de los ejecutivos de la organización que busca fon-dos

• Cómo diseñar un proyecto

• Cómo escribir una propuesta

• Cómo crear y redactar un presupuesto

El autor es un experto en la obtención de fondos en América Latina, analizando el tema desde un punto de vista empresarial, con una presentación lógica, una prosa clara, y co-mentarios directos y llenos de humor.

Panas, Jerold. (2011). Pidiendo… Creces. México. Maniac-In-Chief, New Ideas Institute of Charitable Giving. Traducción al español de YZ Proyectos de Desarrollo AC.

ReseñasEn este libro, el autor hace mención de que el Arte de Pedir es justamente como la mejor venta que se pudiera hacer en la vida. Ciertamente los libros de ventas hablan de las técnicas y manejos para lograrlo, haciendo énfasis en la importancia de atraer a los clientes hacia la mercancía que desean y la necesidad de adquirirla para ellos, con todo lo que ésta representa en su estatus y su forma de vida. La enseñanza final es que pedir para otros, es comparable a la acción de vender un bien irremplazable, el cual traerá una satisfacción inmediata tanto a quien pide como a quien da.

En nuestros días a nivel global, se encuentran muchos recursos vía internet para consulta de textos en estos temas; sin embargo es contundente que más del 90% de estos textos solo están escritos en inglés. La riqueza del libro Pidiendo…Creces se encuentra en que, siendo un texto ligero y accesible en español, permite tanto a voluntarios como profesionales de habla hispana, acercarse a la procuración desde un plano más vivencial, para que partiendo desde este nivel, se cuestionen y se decidan a profesionalizarse y a iniciar su trayectoria como pro-curadores, con mejores herramientas de cara al éxito.

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AVANCE FACHADA PONIENTE CERRO DEL OBISPADO

AVANCE ATRIO

FACHADA SUR

RESUMEN

FINAL

La Casona | Abril - Junio 2014 27

Transparencia y legitimidad.

Sociedad Civil y Capital Social en México.

IDEAS PRINCIPALES1. La transparencia es el vehículo a través del cual las organizaciones de la sociedad civil pueden encontrar legitimidad para asegurar

los intereses de su causa. 2. De acuerdo a un reporte de organizaciones no gubernamentales de las Naciones Unidas, éstos son los mecanismos a través de los

cuales las organizaciones de la sociedad civil pueden alcanzar mejores niveles de transparencia:

1. De acuerdo a los datos de la Encuesta Nacional de Valores sobre lo que nos Une y Divide a los Mexicanos (ENVUD) y la Encuesta Nacional sobre Filantropía (ENAFI), México sufre un déficit de capital social, así como falta de participación activa de la sociedad civil.

2. Los resultados del análisis de la ENVUD en torno al capital social y la sociedad civil en México muestran que las normas de reci-procidad, apoyo mutuo y confianza que existen entre los mexicanos, y sus niveles de participación por medio de trabajo voluntario y donativos tienen correlaciones modestas con la ocurrencia de OSC en el país. No obstante, ofrecen pistas que hablan sobre la debilidad de la sociedad civil organizada en México y el gran reto de éstas no sólo en cuanto a su labor como formadoras de capital social sino a su misma supervivencia.

3. Es indispensable tomar en cuenta factores institucionales, políticos, legales, financieros e históricos para entender el desarrollo de la agenda de fortalecimiento a la sociedad civil organizada.

4. Para entender esta problemática y para promover una agenda de reforma, hay que considerar la gran diversidad de los estados mexicanos y no basarse en la investigación ni realizar políticas públicas sin tomar esto en cuenta.

• Buenas prácticas de gobierno corporativo.• Definición de objetivos específicos, medibles y alcanzables.• Estándares y códigos de conducta.• Someter a las organizaciones a auditorías en las que se busque el cumplimiento

de prácticas estandarizadas y reguladas por organismos externos.• Publicación de resultados y de la evaluación de desempeños.• Involucrarse con la comunidad y ejercer poder de convocatoria.

Las mil y un tareas de una OSC para “ganarse la confianza” de alguien.

1. Las evaluaciones y las certificaciones son un tema central para el fortalecimiento institucional.2. Ser transparente implica mantener un estado permanente de acceso a la información sobre nuestra estructura y actividades como

organizaciones, disponible para todos aquellos sectores de la sociedad en los que incidimos de manera directa o indirecta.3. La transparencia no es una obligación solo ética, sino que es una práctica estratégica, ya que permite fortalecer los llamados “recur-

sos intangibles” de las organizaciones: confianza, autoridad moral, legitimidad, prestigio y reconocimiento social.4. A medida que una OSC cuenta con mayor conocimiento y herramientas para procurar fondos, tendrá mayor posibilidad de diversi-

ficar sus fuentes de sustentabilidad financiera.5. El fortalecimiento para la transparencia significa que no basta con hacer las cosas, hay que hacerlas bien y con transparencia. 6. Fondos a la Vista surge en 2011 como una iniciativa de sociedad civil para promover estas prácticas y abonar en la generación de

confianza. El proyecto consiste en una base de datos en línea que cuenta con información institucional, financiera y de donativos de más de 22 mil organizaciones de la sociedad civil en México y de donantes privados

7. Hoy en día el fortalecimiento institucional enfrenta dos retos: 1) orientar los esfuerzos a facilitar la asimilación de la transparencia como una consecuencia natural de lo que ya se hace, no como una tarea extra; y 2) generar profesionales especializados en eva-luación para organizaciones sociales.

AGEN

DARI

O

26 Abril - Junio 2014 | La Casona

Avance de la restauración

Centro de Estudios Eugenio Garza Sada

Fotografías Maricruz Treviño y María Lozano

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“La generosidad no consiste en dar mucho, sino en dar a tiempo”

Jean de La Bruyère