La caída del muro de Berlín

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LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN MARIE LOURTIES

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LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN MARIE LOURTIES De Rojas a Musset o Barthes, "naturalmente" fuí pasando del español al francés. En un principio, traté de controlarme y atenerme a un solo idioma, pero rapidamente me dí cuenta que aquello me conducía a lo peor: la autotraducción permamente, previa inclusive a la formulación misma, obviamente descontrolada y desestructurante. Opté entonces por dejar correr

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Todo empezó con el deseo de poner en escena el discurso amoroso de La tragi-comedia de Calisto y Melibea. El Instituto Francés de Madrid me prestó una sala, donde durante dos meses aproximadamente, ensayé de cuerpo y habla, un proyecto de montaje de una selección del texto de Rojas. Al cabo de un tiempo, estando ya en esos momentos en que se sienten cosas que no alcanzan, por miles de razones, a cuajar en pensamientos y acciones, cuando la intervención de alguien a la vez externo y cercano viene al punto para sacudir dudas e inercias, le pedí a mi amiga, Emily Püetter, que viniera a ver lo que había hecho. Luego de atender a mi trabajo con su acostumbrada generosidad, me insistió en que yo debía de intervenir más directamente. Me decidí pues a escribir.

Partiendo pues del discurso amoroso de Calisto y Melibea, discurso del deseo y del goce, combinado con la caída del muro de Berlín, metáfora doble y contradictoria de la libertad y el encierro -el muro protege pero clausura, su caída libera pero aturde-, COLETTE, como Scheherazada, construye el puente de palabras que, del ocaso hasta el amanecer, acompaña el sol en su paso por los infiernos hasta su reaparición radiante y aliviadora, dolor y placer de la ausencia de "quién ha sido hecho para daros la justa imagen de vuestro deseo" como dice Lacan; el discurso no como acto de sustitución sino de realidad. Otras reminiscencias también, otros textos, On ne badine pas avec l'amour, Fragments d'un discours amoureux...

De Rojas a Musset o Barthes, "naturalmente" fuí pasando del español al francés. En un principio, traté de controlarme y atenerme a un solo idioma, pero rapidamente me dí cuenta que aquello me conducía a lo peor: la autotraducción permamente, previa inclusive a la formulación misma, obviamente descontrolada y desestructurante. Opté entonces por dejar correr

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de un idioma al otro, de un mundo sensorial, conceptual, cultural en una palabra, al otro y, por lo pronto, recobré la libertad y el goce. Al cabo de pocos días, me sentía tan acorde con aquel vaíven que mis pasados esfuerzos de auto-control se fueron desvaneciendo en la lejanía de la pre-historia. Viví mi infancia y mi adolescencia en un mundo lingüistico de frontera, entre la lengua de Oc, lengua vernácula de la comunicación popular, prohibida en la escuela, por consiguiente lengua de la transgresión; el español -la fuerte migración republicana-, lengua de lo insondable, de lo impreguntable, pues nublaba el rostro de las personas mayores en un gesto de bondad y tristeza, con un "eres demasiado pequeña todavía para comprender", con lo cual quedaba aguijoneada la curiosidad y despertado el interés para siempre; y el francés, lengua materna, lengua de la confianza, de la seguridad, lengua escrita y leida avidamente. La lengua de Oc ya no es para mí sino jirones de canciones populares, uno que otro refrán, pero y sobre todo una presencia fonética y gramatical en el francés que hablamos. Un francés más sonoro que el parisino, con vocales diferentes (en particular las e y las o) y diftongas más abiertas. A su vez, más rico en percepciones sensoriales, más barroco, quizás en detrimento de la precisión de la lengua de Oil. Por otra parte, se utilizan formas -el diminutivo (et, ette) de manera cariñosa-, y construcciones -verbos en forma pronominal (je me mets la veste, je me pèle l'orange)-, intolerables en francés de Oil. En cambio, el francés parisino utiliza con mucha frecuencia una figura que consiste en decir lo menos para expresar lo más: "c'est pas mal" significa "es muy bueno", mientras que "c'est trés bien" quiere decir "regular". La litote, como se llama, es sin duda menos practicada al sur del Loire, donde no se regatea nada, y, que yo sepa, no tiene traducción en español, en todo caso no la encontré, ni buscando en diccionarios ni averiguando a mis amistades, y si existiera, desde luego no se usa. Llegar a París significó para mí un doble enriquecimiento: aprender el francés de allá y... el español que se volvió, al filo de los años y de la frecuentación cada vez más cotidiana de los hispano-hablantes, los peninsulares y los ultramarinos, espacio de expresión y comunicación afín con sedimentaciones lingüístico-culturales, mi segundo-primero idioma.

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Bilingüismo de elección, sin lugar a dudas, una historia de amor, y como todas, de ausencia y añoranzas, pero también de ensanche y de libertad. Es también la materia de La caída del muro de Berlin.

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CUADRO 1.

cello 1

COLETTE.

Quiero irme. Maison de poupée. Casa de muñecas. Je veux partir. Tu casa de muñecas ¿quién me lo dijo? ahora tienes casa de muñecas... Me sonreí, qué gracioso, pero me estremecí.Quiero irme. Tengo miedo.

cello 2

Me voy.Bueno.¿Vienes conmigo?No puedo.Me voy.No te vayas.No me puedo quedar.Entonces, vete.Ven conmigo.No puedo.Me voy.Quiero irme. Tengo miedo. Quiero que vengas conmigo. Ay! no sé qué hacer.

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Si yo fuera hombre y tú mujer, no habría problema, siquiera se plantearía. Tú me seguirías. Sé que yo te seguiría.Mentira. No hay tal. Nunca lo hice: una sola vez, tenía 15 años. Mi madre se iba a París, yo no quería irme. Quería quedarme en el mismo colegio hasta graduarme, en la misma ciudad. Lo estaba arreglando todo para quedarme. No hubo manera... mi madre no pudo. Ella estaba muy mal en aquella época: su divorcio la afectaba mucho; se sentía muy insegura probablememente, golpeada. Se iba dejando su marido, su amor; dejar además a su hija mayor, su compañera, era como mucho... Así fue cómo dejé mi colegio al que amaba mucho, mis amigas y mis enamorados, mi gente y mi ambiente y me fuí con ella a París... Todo me parece injusto y me duele: si me sigues, porque me sigues; si me quedo, porque te sigo; y si me voy, porque no vienes...

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Cello 3

Me voy.Bueno.¿Vienes?No puedo.¿Me quieres?No te vayas.No me puedo quedar.Te quiero.Me voy.Vete.Ven conmigo.No puedo.Me voy.

He visto a tantas de aquellas esposas que siguen a sus maridos al otro lado del mundo y que revolotean sin rumbo: entretenerse con manualidades o deportes o tés-juegos diversos. Las más atrevidas toman amantes; las hay que optan por cambiar de marido... y a seguir el nuevo. ¿Qué más? Pourquoi les femmes me font-elles si souvent penser à des papillons qui dansent dans la lumière d’une lampe, follement, jusqu’à en mourir d’épuisement, à moins qu’un mouvement à peine un peu plus égaré ne vienne mettre un point final à cette euphorie mortelle?

Me voy.No te vayas.Debo irme. Quiero irme.

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¿Por qué tan a menudo veo a las mujeres como mariposas bailando en un haz de luz, locamente, hasta el agotamiento y la muerte, a no ser que un movimiento apenas más descontrolado ponga pronto punto final a tan mortal euforia? Esa vez que te dije, como siempre se dice lo que más importa, a la vuelta de una frase, entre chiste y broma, como quien no quiere la cosa, de reojo, entre dos puertas, dos bocados, dos besos, entre actos... Esa vez que te dije: pero de quedarme ¿qué hago? ¿me caso contigo?, es lo único que me queda... Esa vez, supe que me iba, que era una decisión irrevocable, impostergable. Porque en efecto:

Je m’en vais.Bon.Tu viens?Je ne peux pas.Je m’en vais.Ne t’en vas pas.Je ne peux pas rester.Alors, va.Viens avec moi.Je ne peux pas.Tú también lo supiste.

¿Será posible que nos separemos?

“Dans un mois, dans un an, comment souffrirons-nousSeigneur, que tant de mers me séparent de vous?Que le jour recommence et que le jour finisseSans que jamais Titus puisse voir Bérénice,

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Sans que de tout le jour je puisse voir Titus...”

No lo puedo soportar.

cello 4

Sofía, al teléfono, emocionadísima, anuncia la noticia inimaginable: cayó el muro de Berlín.¡El muro de Berlin! De niña, estaba convencida de que existía materialmente el telón de acero. Imaginaba, veía, por allá hacia Levante, recorriendo de norte a sur el inmenso llano verde-grís-blanco europeo, una cortina de hierro ondulado, la misma que, en los pueblos, cae con la noche, estrepitosamente sobre los escaparates... De cuando en vez, una ventanilla, por donde echar una miradita al otro lado. Cuando me enteré de que había sido una metáfora, me senti defraudada... y boba. Pero, cuando oí lo del muro de Berlín... no me cogían desprevenida y supe que era una metáfora, desde luego.

No sé si, en este mismísimo instante en que Sofía me cuenta, no sé si sé que es una metáfora. Da igual, en un trís fulgurante, veo los bloques de cemento desmoronarse, lenta, silenciosamente, levantando nubes de polvo que revolotean suavemente en el aire y, al desaparecer, descubren un espacio abierto sobre perspectivas ilimitadas, el mar, la pampa, la puna, un libro abierto, una página blanca, un escenario vacío, una partitura... Me siento feliz. Alelada, mareada con tan repentina bocanada de oxígeno, el alma y los pulmones dilatándose paulatinamente... poco poco... despacito... Libertad...

Te rappelles-tu? A Gabriela en visite chez nous, tu disais: Tu n’as pas lu “L’invention de Morel”? C’est un trés joli roman qui raconte combien il est plus difficile de changer, transformer, les choses imaginaires que les choses concrètes.

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Je ne veux pas que nous formions un couple, une institution sociale, juridique, morale, sentimentale, économique. Je voudrais que nous soyions -et cela seulement- deux individus qui s’aiment d’amour fou... et je te dis:

Viens avec moi. Et c’est un ordre. Viens avec moi. Une supplique. Viens avec moi. Une pirouette. Viens avec moi. Une plainte. Viens avec moi. Un caprice. Une coquetterie. Une vanité... Non. Ce n’est pas ça. Attends...

Je dois vivre sans toit...J’ai écrit toit, t-o-i-t, techo; le lapsus est trop joli pour que je le corrige: je dois vivre sin techo y sin tí, c’est bien ça.

Je dois vivre sans toi si je veux vivre avec toi. Est-ce que tu comprends?Je ne sais pas... j’ai du chagrin, c’est tout... et toi, est-ce que tu comprends?J’essaie.Je voudrais bien. J’ai mal, moi aussi.

Toi et moi, tu y yo; toit et mois, techo y mes: cobijo y mensualidad, menstruación, regla. Te vendrá la regla, te enfermas, je t’enferme, te encierro.

Debo vivir sin tí para poder vivir contigo ¿entiendes?No sé... me duele, nada más ... y tú ¿qué entiendes?

cello 5

- “¿Cómo dices que llaman a este mi dolor, que así se ha enseñoreado en lo mejor de mi cuerpo?· - Amor dulce.

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· - Esto me declara que es, que en sólo oirlo me alegro.· - Es un fuego escondido, una agradable llaga, un sabroso veneno, una dulce amargura, una delectable dolencia, un alegre tormento, una dulce y fiera herida, una blanda muerte.· - ¡Ay, mezquina de mí! Que si verdad es tu relación, dudosa será mi salud. Porque, según la contrariedad que esos nombres entre sí muestran, lo que a uno fuera provechoso acarreará al otro más pasión.· - No desconfíe, señora Melibea, tu noble juventud...”.· · Mira, véte tú. Luego yo iré.· ¿Lo prometes?· Sí.· Te quiero.· Yo también.

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Subirse al avión... c’est le chagrin et c’est la paix, la délivrance. Je m’abandonne à cette sensation de n’être, pendant quelques heures de répit, qu’un petit point flottant dans l’air, dans le temps, au delà de la terre, sans domicile fixe comme on dit.Je dois vivre sans toi si je veux vivre avec toi. C’est bien ça.Era casi nuestra primera salida en público, recién habíamos empezado a vivir juntos. Una señora me soltó a quemarropa: ¿Estás viviendo con Juan F.? - Sí.- ¿Estás enamorada? Está bien. Ya tenía que tocarte. Me quedé boquiabierta. ¿Por qué fuí tan lerda? ¿Por qué contesté su pregunta? ¿Por qué no pude dejarla colgada, ponerla en su sitio de chismosa, aplastar su narizota a que aprenda a no meterla donde no debe? Respetable señora -no es cuestión de edad, no me llevará más de 10 años- que nunca supo que me estaba atropellando. ¿Atropello? ¿cómo? si no hizo más que cumplir con su cargo de pastora de las ovejas del Señor. Detestable papel. Hasta el día de hoy siento asco, pena, ira,

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vergüenza por ella y por mí, ganas de bañarme, desenredarme de aquella melcocha, viscosa y pegajosa, salir corriendo... lo más lejos posible...Y la historia que contaba Raúl: de viaje por el Chimborazo, su coche se estropeó y no tuvo más remedio que subirse a un autobus de indios. El es blanco, de las mejores familias de Quito. Conversación: ¿de dónde son ustedes? De tal o cual hacienda contestan los indios. Tres permanecen callados. Raúl insiste, ¿y ustedes? Y la respuesta: nosotros, indios de nosotros mismos somos.Recuerdo cuán natural nos pareció su pregunta. Tanto cuánto inesperada la respuesta. Nos estremeció. Y la risa general que estalló con el desenlace, aliviadora, volvió a poner las cosas en su sitio, sellando nuestra complicidad de blancos.Con la misma naturalidad averiguan siempre, mas o menos directa o habilmente, pero sistematicamente, quién es el dichoso dueño de nuestra amable persona. Aquella pregunta que nunca falla... a veces, contesto: no estoy casada, tampoco divorciada, ni separada, no, tampoco viuda, no, nunca me casé. El preguntón entonces, independientemente de su profesión, edad o clase social, asimismo de la circunstancia, se admira. Mientras me observa entre incrédulo y guaso, veo pasar por su mente: ¡Vaya ésta se nos ha escapado! ¿Será posible? Y si fastidiada, suelto un: a tí ¿qué te importa? los más seguros de sí-mismos sonríen tranquilamente, los otros se vuelven pesados, pero todos insisten: parfaitement ma p’tite dame, ça me regarde. Suave o agresivamente, da igual, es de su incumbencia.

Empieza a sonar “La Traviata”:

ALFREDO: Un dí felice eterea Mi balenaste innante, E da quel dí tremante, Vissi d’ignoto amor. Di quel amor ch’e palpito Dell’universo intero,

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Misterioso, altero, Croce e delizia al cor.

“On est souvent trompé en amour, souvent blessé et souvent malheureux; mais on aime, et quand on est sur le bord de sa tombe, on se retourne pour regarder en arrière, et on se dit: j’ai souffert souvent, je me suis trompé quelquefois, mais j’ai aimé. C’est moi qui ai vécu, et non pas un être factice, créé par mon orgueil et mon ennui”. George Sand, lettre á Alfred de Musset.

Empieza a sonar “La Rondine”

RONDINE: Fanciulla e sbocciato l’amoreDifendi, difendi, difendi il tuo cuoreLe voce sonrrisi d’incantoSi paga con stille con stille di pianto

Au tout début que nous nous sommes connus, au bord de la mer où nous étions allés passer huit jours, nos premiers jours ensemble, je lisais “L’Opéra ou la mort des femmes”. Je commençai de m’énamourer, j’avais un peu peur et cette lecture me secouait des pieds à la tête. Je me disais alors que je saurais bien prendre garde.

RONDINE: Fanciulla e sbocciato l’amore Difendi, difendi, difendi il tuo cuore. La voce sorrisi d’incanto Si paga con stille, con stille di pianto

- “¿Por qué dices, madre, tanto mal de lo que todo el mundo, con tanta eficacia, gozar y ver desea?”

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Primera visita de Celestina a Melibea. Alisa encomienda a su hija el bien atender a la visita, y se va. Entre paréntesis, yo siempre me pregunto ¿a dónde va Alisa con tanta prisa? ¿será a propósito que deja su hija a solas con Celestina? Personaje curioso, esta Alisa...

- “¿Por qué dices, madre, tanto mal de lo que todo el mundo, con tanta eficacia, gozar y ver desea?”

Desde luego, Melibea se refiere a los tópicos que Celestina ha ido desgranando sobre los males de la vejez y los bienes de la juventud. Pienso en Góngora “que se nos va la Pascua mozas, que se nos va la Pascua”... o Ronsard, “mignonne, allons voir si la rose”... Gozar el amor ya, sin dilación, el tema está en boga y sin duda muy debatido entre Melibea y sus amistades. ¿Habrá hecho la asociación Melibea, como la estoy haciendo yo? En todo caso, es posible. Es más: la conversación sostenida por Alisa y Celestina es ciertamente de lo más insulsa, pero Celestina no es cualquiera; la ventana de la sala da a la huerta, donde, hace poco, Melibea se encontró por vez primera a solas con Calisto. Entonces, esta pregunta suya...

- “¿Por qué dices, madre, tanto mal de lo que todo el mundo, con tanta eficacia, gozar y ver desea?”

Sí, es de amor de lo que se trata. Y con qué premura se lanza... Pero, cuando Celestina, con pies de plomo sin embargo, llega a pronunciar el nombre de Calisto ...

cello 7· - “¡Ya, ya, ya! Buena vieja, no me digas más, no pases adelante. ¿Ese es el doliente por quién has hecho tantas premisas en tu demanda, por quién has venido a buscar la muerte para tí, por quién has dado tan dañinos pasos, desvergonzada barbuda? ¿Qué siente ese perdido, que con tanta pasión vienes? De locura será su mal ¿qué te parece? ¡Si me hallaras sin sospecha de ese loco, con qué palabras me entrabas! No se dice en vano que el más empecible miembro del mal hombre o mujer es

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la lengua. ¡Quemada seas, alcahueta falsa, hechicera, enemiga de onestidad, causadora de secretos yerros! ¡Jesú! ¡Jesú! ¡Quítamela, Lucrecia, de delante, que me fino, que no me ha dejado gota de sangre en el cuerpo!”· ¡Que arrebato! ¿qué remolinos, terremotos, huracanes sacuden de pronto a Melibea, hasta el momento amable y tranquila? ¿Se acordó del primer encuentro, en la huerta?

cello 8· - “En esto, veo Melibea, la grandeza de Dios.· - ¿En qué, Calisto?· - En dar poder a natura que de tan perfecta hermosura te dotase y hacer a mí inmérito tanta merced que verte alcanzase y en tan conveniente lugar que mi secreto dolor manifestarte pudiese. Sin duda incomparablemente es mayor tal galardón que el servicio, sacrificio, devoción y obras pías que por este lugar alcanzar yo tengo a Dios ofrecido, ni otro poder mi voluntad humana puede cumplir. ¿Quién vió en esta vida cuerpo glorificado de ningún hombre como ahora el mío? Por cierto, los gloriosos santos que se deleitan en la visión divina no gozan más que yo ahora en el acatamiento tuyo. Mas ¡o triste! que en esto diferimos: que ellos puramente se glorifican sin temor de caer de tal bienaventuranza, y yo, mixto, me alegro con recelo del esquivo tormento que tu ausencia me ha de causar.· - ¿Por gran premio tienes esto, Calisto?· - Téngolo por tanto, en verdad, que si Dios me diese en el cielo la silla sobre sus santos, no lo tendría por tanta felicidad.· - Pues aún mas igual galardón te daré yo, si perseveras.· - ¡O bienaventuradas orejas mías, que indignamente tan gran palabra habeis oido!· - Más desaventuradas de lo que me acabes de oir, porque la paga será tan fiera cual merece tu loco atrevimiento; y el intento de tus palabras, Calisto, ha sido de ingenio de tal hombre como tú,

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haber de salir para se perder en la virtud de tal mujer como yo. ¡Vete, vete de ahí torpe, que no puede mi paciencia tolerar que haya subido en corazón humano conmigo el ilícito amor comunicar su deleite!”· De quoi donc Melibea a-t-elle eu tellement peur? De quoi ai-je peur?On peut toujours dire que les femmes sont timorées par nature ou bien réprimées par culture... et pourtant... avec quelle ferveur, elles se lancent dans les aventures amoureuses les plus folles.

cello 9pizzicato sobre el texto de Melibea· - “¿Quién es el que me ha de quitar mi gloria? ¿Quién apartarme mis placeres? Calisto es mi ánima, mi vida, mi señor, en quien yo tengo toda mi esperanza... En pensar en él, me alegro, en verlo me gozo, en oírlo me glorifico. Haga y ordene de mí a su voluntad. Si pasar quisiere la mar, con él iré; si rodear el mundo, lléveme consigo; si venderme en tierra de enemigos, no rehuiré su querer. Déjenme mis padres gozar de él, si ellos quieren gozar de mí. No piensen en estas vanidades ni en estos casamientos...Déjenme gozar mi mocedad alegre, si quieren gozar su vejez cansada... No tengo otra lástima sino por el tiempo que perdí de no gozarlo, de no conocerlo, después que a mí me sé conocer. ¡Que ni quiero marido ni quiero padre ni parientes! Faltándome Calisto, me falta la vida, la cual porque él de mi goce, me aplace”.

Empieza a sonar “Butterfly”:

BUTTERFLY: Vogliatemi bene, Un bene piccolino Un bene da bambino, Quale a me si conviene.

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Noi siamo gente avvezza Alle piccole cose Umili e silenziose, Ad una tenerezza Sfiorante e pur profonda Come il ciel, come l’onda Del mare!

PINKERTON: Dammi ch’io baci le tue mani care. Mia Butterfly! Come t’han ben nomata Tenue farfalla.

BUTTERFLY: Dicon ché oltre mare Se cade in man dell’uom Ogni farfalla Da uno spillo è trafitta Ed in tavola infitta!

PINKERTON: Un po’di vero c’è. E tu lo sai perchè? Perchè non fugga più. Io t’ho ghermita, Ti serro palpitante. Sei mia!

BUTTERFLY: Sì, per la vita!

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PINKERTON: Vieni, vieni.

Yo tampoco quiero marido ni padre ni parientes, pero tampoco quiero morir.

Je relis aujourd’hui l’”Anthropologie de l’esclavage” de Meillassoux: “Protégée, donc soumise à sa communauté, étrangère et exilée parmi ses affins... la situation de la femme préfigure l’esclavage dans la communauté domestique. Ne perd pas contact avec ta famille si tu ne veux pas devenir l’esclave de ton mari, prévient une fable mungo”.J’ai lu ce livre pour la première fois il y a deux ans. Nous étions aussi ici, au bord de la mer; c’était les deux derniers mois avant mon départ, comme aujourd’hui. Je me souviens que j’étais passionnée et en même temps terriblement angoissée par cette lecture.

“Dans l’état actuel de la recherche, il semble que l’esclavage soit moins souvent perçu comme systéme social qu’à travers la définition de l’esclave”.

Dans l’état actuel de la recherche, il semble que la féminité soit moins souvent perçue comme systéme social qu’à travers la définition de la femme...

Comme dit Marianne: “Qu’est-ce après tout qu’une femme? L’occupation d’un moment, une ombre vaine qu’on fait semblant d’aimer, pour le plaisir de dire qu’on aime. Une femme, c’est une distraction. Ne pourrait-on pas dire quand on en rencontre une: voilà une belle fantaisie qui passe...” Voire. Et la féminité, c’est un systéme social?

Au bout d’un certain temps de vivre à Quito, nos deux vies sont devenues singulièrement différentes. Alors que tu t’affirmais professionnellement, socialement, que tu renouais tes liens familiaux, que ta place s’affermissait de plus en plus au milieu de cette société, la mienne s’amenuisait sans

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rémission. Me refiero a que el estar connotado como “compañero de Colette” no significaba ninguna traba para tí, socialmente hablando, mientras que la recíproca no es cierta: para mí, ser cada vez más definida, reconocida, identificada como “la compañera de Juan” hacía que mi espacio social se iba reduciendo, comme une peau de chagrin, irremediablemente.

Les histoires d’amour par exemple: avant de te connaître, des hommes me faisaient la cour, me téléphonaient, m’invitaient. Alors, nous nous sommes mis á vivre ensemble. J’ai d’abord continué à recevoir des appels, des invitations, puis peu á peu, ça a diminué, jusqu’à complète disparition. Pas pour toi. Les appels n’ont jamais cessé pour toi, et les amies et les amantes non plus. Pour moi, ça c’est tari. Une explication possible: je suis devenue vieille et laide et toi non, les femmes vieillissent plus vite que les hommes, c’est bien connu. Pourtant, cela est contredit chaque fois que je voyage, que je rencontre des hommes qui ne te connaissent pas: ils me font la cour, m’invitent à dîner etc... Je crois plutôt qu’ici, je suis devenue, malgré moi et malgré nous, “ta femme”. Cela veut dire que quiconque s’approche de moi devra d’abord se mesurer avec toi. Je me souviens d’un qui me l’a dit d’ailleurs, tout uniment: je n’ai pas envie d’avoir des ennuis avec Juan F. Alors que pour toi, aucun problème; aucun empêchement. Y ni hablemos de trabajo. Siendo tu “esposa” ¿acaso alguién iba a considerar que yo necesitara trabajar? Je suis devenue peu à peu une “étrangère”... il ne restait qu’un pas, un tout petit pas, pour que je devienne une esclave, totalement dépendante de toi et sans aucun recours. J’ai eu peur, terriblement peur... et j’ai décidé de partir, de m’échapper.

Je m’en vais -ceci est in-negociable-; je m’en vais, viens avec moi dans cette aventure, si tu ne viens pas c’est la rupture.

cello 10

· - No salgo de mi asombro de ver cómo Chantal ha abandonado su proyecto.· - ¿Cómo así?

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· - Pues, esa chica obtuvo un financiamiento para su investigación. Es así como llegó a Quito.· - ¿Con Philippe?· - No no, primero vino sola. Chantal es socióloga. Estaba haciendo su tesis. Chantal es divorciada, su plan era volver luego a París para pasar su doctorado. Ya se conocían con Philippe cuando se vino a Quito. Dice que la marcha fue dolorosísima. Philippe llegó a visitarla, pero no tenía nada que hacer en Quito. Regresó a Francia. Chantal se volvió más adelante, no sé qué pasó, pero nunca llegó a defender su tesis, no se presentó al doctorado y han vuelto a Quito, los dos, con un proyecto de Philippe. El es médico. El proyecto de ella quedó totalmente abandonado. Trabaja con él ahora.· Juan s’étonne: est-ce de la mauvaise foi? Je ne le crois même pas, c’est naturel pour lui. Cela lui semble tout simplement incongru que des femmes évidemment intelligentes se comportent avec autant d’inconséquence. Il est peut-être même convaincu que lui n’exigerait jamais une chose pareille. Ce qu’il ne sait pas, c’est que ce n’est pas la peine de l’exiger, individuellement. Il n’y a qu’à rester à sa place, tenir son rang, et cela se fera tout seul. Et en effet.

· - Pues, yo sí entiendo.“J’irais jusqu’au bout du monde,je me ferais teindre en blondesi tu me le demandais...”¿Te acuerdas de lo que contó el año pasado, la primera vez que fuímos a cenar contigo donde ellos? Lo de los niños, Sylvain y Julie. El padre de Sylvain vive en Francia... Mira tú lo que digo. También es el padre de Julie, pero bueno... El padre de Sylvain pues, vive en Francia. Sylvain eligió regresarse a Francia para comenzar la secundaria. Estuvimos conversando largo rato ¿no te acuerdas? Yo sí. Me acuerdo muy bien: estaba contentísima por ese muchachito, me pareció excelente su decisión, excelente también que haya podido pensar su proyecto y ponerlo en práctica. A Chantal también, lo comentamos mucho. Cuando averigué: ¿y Julie? Chantal me contestó: oh, Julie, muy sencillamente, si Sylvain se va, yo también.

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¿Te cuento algo? Ambas nos identificamos todo el tiempo con Sylvain, en ningún momento con Julie. ¿Te das cuenta? .· - Mira esta pintada ¿lees?· - “Las niñas buenas van al cielo... y las otras adonde les da la gana”.· Te acuerdas de aquella en el metro, esa de los niños tercermundistas. En la boca de una niña, alguien había puesto: nuestros sueños son vuestras pesadillas. ¿Por qué tiene que ser asì?· Une femme doit savoir défendre son couple, son foyer, sa famille... le plus intelligent, c’est celui qui sait céder etc. etc. etc., ah! la mélasse des conseillers conjugaux de tous bords, qui ont toujours la derniére recette à la bouche. Les conseilleurs ne sont pas les payeurs disait mon père.

Dominadora, femme-enfant, seductora, castradora, protectora, protegida, encantadora, ... de toutes façons, de, pour et autour d’un homme.

Encore un livre: Foucauld, “Histoire de la sexualité - Le souci de soi”: l’interprétation du rêve lesbien dans la clé des songes d’Artémidore. “Quant aux relations entre femmes, on peut se demander pourquoi elles apparaissent dans la catégorie des actes “hors nature”, alors que les rapports entre hommes se distribuent dans les autres rubriques (et essentiellement dans celle des actes conformes á la loi). La raison en est sans doute dans la forme de relation qu’Artémidore retient, celle de la pénétration: par un quelconque artifice, une femme usurpe le rôle de l’homme, prend abusivement sa position, et possède l’autre femme. Entre deux hommes, l’acte viril par excellence, la pénétration, n’est pas en lui-même une transgression de la nature (même s’il peut être considéré comme honteux, inconvenant, pour l’un des deux de le subir). En revanche, entre deux femmes, un pareil acte qui s’effectue en dépit de ce qu’elles sont l’une et l’autre et par le recours à des subterfuges, est tout aussi hors nature que la relation d’un humain avec un dieu ou un animal. Rêver de ces actes signifie qu’on aura des activités vaines, qu’on se séparera de son mari, ou qu’on deviendra veuve”.

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Si c’est pour vivre comme un homme, á quoi bon être une femme? Un sous-homme... Le deuxième sexe... Un garçon manqué, marimacha, carichina... “Mais qu’est-ce après tout qu’une femme?” Une femme, c’est le sexe inutile.

INTERMEDIO

CUADRO 2

COLETTE

Il y a longtemps, je répétais “On ne badine pas avec l’amour”.

cello 11

· - Tu es une orgueilleuse, prends garde à toi.· - Pourquoi?· - Tu as 18 ans, et tu ne crois pas à l’amour?· - Y croyez-vous, vous qui parlez? Vous voilá courbé prés de moi avec des genoux qui se sont usés sur les tapis de vos maîtresses, et vous n’en savez plus le nom. Vous avez pleuré des larmes de joie et des larmes de désespoir, mais vous saviez que l’eau des sources est plus constante que vos larmes, et qu’elle serait toujours lá pour laver vos paupières gonflées. Vous faîtes votre métier de jeune homme et vous souriez quand on vous parle de femmes désolées: vous ne croyez pas qu’on puisse mourir

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d’amour, vous qui vivez et qui avez aimé. Qu’est-ce donc que le monde? Il me semble que vous devez cordialement mépriser les femmes qui vous prennent tel que vous êtes, et qui chassent leur dernier amant pour vous attirer dans leurs bras avec les baisers d’un autre sur les lèvres. Je vous demandais tout à l’heure si vous aviez aimé; vous m’avez répondu comme un voyageur à qui l’on demanderait s’il a été en Italie ou en Allemagne, et qui dirait: oui, j’y ai été; puis qui penserait á aller en Suisse ou dans le premier pays venu. Est-ce donc une monnaie que votre amour, pour qu’il puisse passer ainsi de mains en mains jusqu’à la mort? Non, ce n’est même pas une monnaie, car la plus mince pièce d’or vaut mieux que vous, et, dans quelques mains qu’elle passe, elle garde son effigie.· - Que tu es belle, Camille, lorsque tes yeux s’animent.· - Oui, je suis belle, je le sais; les complimenteurs ne m’apprendront rien. La froide nonne qui coupera mes cheveux pâlira peut-être de sa mutilation; mais ils ne se changeront pas en bagues et en chaînes pour courir les boudoirs; il n’en manquera pas un seul sur ma tête lorsque le fer y passera”...· · - Non non non non non... c’est pas ça du tout. Colette, ma poulette, il faut que tout ça soit vibrant de coquetterie, que ça brûle de défi, d’accord?... Féminine jusqu’au bout des ongles, Camille, défiante, défiante! ...C’est un duel, tu comprends? Vas-y. Perdican, donne lui la réplique.· - “Que tu es belle, Camille, lorsque tes yeux s’animent.· - Oui, je suis belle, je le sais. Les complimenteurs ne m’apprendront rien; la froide nonne”...· · - Allez oui, c’est ça... vas-y à fond. On reprend.· · - “Oui, je suis belle, je le sais; les complimenteurs ne m’apprendront rien. La froide nonne qui coupera mes cheveux pâlira peut-être de sa mutilation; mais ils ne se changeront pas en bagues et en chaînes por courir les boudoirs”... Non, ça va pas, c’est pas possible.· · - Qu’est-ce qu’il y a qui va pas? Allez, vas-y, tu peux le faire trés bien.

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· - Oui, je peux le faire... “Oui, je suis belle, je le sais. Les complimenteurs ne m’apprendront rien”... Non, c’est pas possible, je peux pas... vraiment... c’est complètement incohérent.· - Pourquoi?· - Mais tu te rends pas compte? Elle vient de parler comme elle le dit avec “sa vie entiére sur les lèvres”, elle lui a raconté des choses trés trés importantes pour elle et tout ce que Perdican trouve à lui dire, c’est qu’elle est belle lorsque ses yeux s’animent. C’est pas rien, quand même! Et tu veux qu’elle lui emboîte le pas aussitôt, qu’elle lui obéisse au doigt et à l’oeil, quoi.· - Mais non, pas du tout, il s’agit pas de ça du tout. Simplement, ça lui fait plaisir, un compliment. Ça fait toujours plaisir, du reste. Et puis, ça lui permet de s’en sortir, d’alléger un peu, de s’aérer, parce que dis-donc, elle y va un peu fort tout de même.· - Je me demande qui c’est qui y va un peu fort. D’ailleurs tiens, Perdican, c’est un habitué: il fait le même coup à Rosette: il lui fait la cour, Rosette en est toute émue, bouleversée, perturbée même, elle le lui dit, et qu’est-ce qu’il lui répond? “que tu es jolie, mon enfant”...· - Et alors ?· - Quoi et alors?· - Ben oui, et alors? Toi aussi t’es jolie quand tu t’émeus. Toutes les filles deviennent particulièrement jolies quand l’émotion les gagne.· - Mais, c’est pas possible de supporter une chose pareille!· - Bon. On va voir. Allez, te fâche pas, ça vaut pas la peine. Ecoute, je veux que tu sois formidable, fantastique...je sais que tu peux l’être, merveilleuse, dans Camille... fais-moi confiance, d’accord?... On reprend depuis “tu es une orgueilleuse prends garde à toi”.· · - “Tu es une orgueilleuse, prends garde à toi.· - Pourquoi?· - Tu as 18 ans et tu ne crois pas á l’amour?· - Y croyez-vous, vous qui parlez? Vous voilá courbé prés de moi avec des genoux qui se sont usés sur les tapis de vos maîtresses, et vous n’en savez plus le nom. Vous avez pleuré des larmes de joie et

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des larmes de désespoir, mais vous saviez que l’eau des sources est plus constante que vos larmes, et qu’elle serait toujours lá pour laver vos paupières gonflées. Vous faîtes votre métier de jeune homme et vous souriez quand on vous parle de femmes désolées: vous ne croyez pas qu’on puisse mourir d’amour, vous qui vivez et qui avez aimé. Qu’est-ce donc que le monde? Il me semble que vous devez cordialement mépriser les femmes qui vous prennent tel que vous êtes, et qui chassent leur dernier amant pour vous attirer dans leurs bras avec les baisers d’un autre sur les lèvres. Je vous demandais tout à l’heure si vous aviez aimé; vous m’avez répondu comme un voyageur à qui l’on demanderait s’il a été en Italie ou en Allemagne, et qui dirait: oui, j’y ai été; puis qui penserait á aller en Suisse ou dans le premier pays venu. Est-ce donc une monnaie que votre amour, pour qu’il puisse passer ainsi de mains en mains jusqu’à la mort? Non, ce n’est même pas une monnaie, car la plus mince pièce d’or vaut mieux que vous, et, dans quelques mains qu’elle passe, elle garde son effigie.- Que tu es belle, Camille, lorsque tes yeux s’animent.”

COLETTE abre la boca para hablar, se lo piensa, da la vuelta y se va.Y vuelve.

Le lendemain, j’arrivais à la répétition, comme d’habitude. Evidemment, j’avais pensé à beaucoup de choses, sauf á celle qui m’attendait: j’avais perdu mon travail. J’avais passé la nuit à penser à Camille, lu et relu le texte, j’arrivais toute remplie d’elle et voilà... je ne l’ai jamais jouée.¿Por qué me marcho?

cello 12

· - “Déjà levée, cousine? J’en suis pour ce que je t’ai dit hier; tu es jolie comme un coeur.· - Parlons sérieusement, Perdican; votre père veut nous marier. Je ne sais ce que vous en pensez; mais je crois bien faire en vous prévenant que mon parti est pris là-dessus.· - Tant pis pour moi si je vous déplais.

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· - Pas plus qu’un autre; je ne veux pas me marier: il n’y a rien là dont votre orgueil puisse souffrir.· - L’orgueil n’est pas mon fait; je n’en estime ni les joies ni les peines.· - Je suis venue ici pour recueillir le bien de ma mère; je retourne demain au couvent.· - Il y a de la franchise dans ta démarche; touche là, et soyons bons amis.· - Je n’aime pas les attouchements.· - Donne-moi ta main, Camille, je t’en prie. Que crains-tu de moi? Tu ne veux pas qu’on nous marie? eh bien! ne nous marions pas; est-ce une raison pour nous haïr? Pourquoi nous marier? Voilà ta main et voilà la mienne; et pour qu’elles restent unies ainsi jusqu’au dernier soupir, crois-tu qu’il nous faille un prêtre? Nous n’avons besoin que de Dieu.· - Je suis bien aise que mon refus vous soit indifférent.· - Il ne m’est point indifférent, Camille. Ton amour m’eût donné la vie, mais ton amitié m’en consolera. Ne quitte pas le château demain; hier, tu as refusé de faire un tour de jardin, parce que tu voyais en moi un mari dont tu ne voulais pas. Reste ici quelques jours, laisse-moi espérer que notre vie passée n’est pas morte à jamais dans ton coeur.· - Je suis obligée de partir.· - Pourquoi?· - C’est mon secret.· - En aimes-tu un autre que moi?· - Non; mais je veux partir.· - Irrévocablement?· - Oui, irrévocablement.· - Eh bien! adieu. J’aurais voulu m’asseoir avec toi sous les marroniers du petit bois, et causer de bonne amitié une heure ou deux. Mais si cela te déplaît, n’en parlons plus; adieu, mon enfant.”

cello 13

Mais Camille ne s’en va pas, pas encore. C’est seulement quand Rosette en sera morte qu’elle partira.

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Gabriela me pregunta: ¿Por qué te vas? Aquí, lo tienes todo, tienes casa, dinero, marido... Dijo una relación afectiva buena y estable ...llevas una vida cómoda y agradable ¿por qué te vas?“Eres una orgullosa, ten cuidado” amenaza Perdican.No lo puedo soportar.

Je ne peux pas supporter quoi? que Camille ne se soit pas levée et n’ait pas planté là Perdican avec ses compliments? de sentir que j’étais la seule à ne pas le supporter? C’est pour ça que je suis partie?Te souviens-tu de la scène du chiringuito où nous allions souvent manger un ceviche?

A l’intérieur, la mère en train de prendre son petit déjeuner. Assis autour du comptoir, le père, un habitué et toi et moi (les touristes, les étrangers). Entrent Mercedes, la fille de la maison et sa cousine, Paola. Elles ont entre 13 et 14 ans et travaillent toutes les deux au bar. Elles arrivent fraîchement baignées, coiffées et habillées avec recherche et ont l’air particulièrement contentes ce matin. Le père devise tranquillement avec ses clients, comme d’habitude. C’est un homme affable, souriant et sympathique.Mercedes et Paola à peine arrivées, il prend violemment sa fille à parti: “C’est á cette heure-ci que t’arrives? C’est comme ça que tu aides ta mère? Fous le camp d’ici!”.Mercedes fait la sourde oreille.Le père s’en offusque: il attrappe le cahier de comptes qu’il a devant lui et en assène un bon coup sur la tête de la petite. “Fous le camp! je te dis!”.La gamine alors lui fait face, prend son élan, retient son souffle et articule: “Non”.Le père est furieux: “Comment? Tu vas pas partir? On va bien voir!”. Tout boîteux qu’il est, il fait le tour du comptoir et s’encadre dans la porte. La gamine s’est plaquée contre le frigidaire. “Tu vas apprendre à te conduire comme il faut, sinon tu fous le camp d’ici et tu ne reviens plus, tu m’entends?”

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Mercedes soutient le regard de son père, puis brusquement se couvre le visage de ses mains et éclate en sanglots.Le père retourne à sa place et la conversation reprend entre les hommes.Pas une femme n’a bougé. La mère a continué de mastiquer sans ciller, dans une immobilité terrible.Paola sera la première à reparler. Professionnellement, elle offre au client un soda.Enfin, je te dis: “On s’en va?” et je m’approche de la mère pour payer ce que nous devons.Mercedes, adossée à la porte du frigidaire, les mains derrière le dos, le visage découvert, offert, pleure. Le père fait le tour pour venir reprendre sa place: cela dure trés longtemps, plus encore à cause de son infirmité. Enfin, il est assis. Mercedes pleure toujours. La conversation reprend entre le père et le client. Je suis de glace. Toi et moi n’avons pas échangé un seul regard, pas le moindre signe. J’imagine pourtant que tu dois penser à peu près comme moi, je pense, oui je sais que tu ressens la même chose, et pourtant... que nous sommes séparés l’un de l’autre. Tu fais deux timides essais pour entrer dans la conversation des hommes. J’en éprouve une douleur indicible et me raccroche au peu de succès de ton entreprise et au peu de conviction que tu y mets pour trouver la force de me rapprocher de toi et te murmurer: “On s’en va?” Ton empressement et ton extrême douceur et gentillesse à me sourire et à me répondre “d’accord” font que le soleil se remet à briller. J’ai moins froid, moins mal. Nous partons, nous marchons tous les deux le long de la plage.Me voy. No te vayas. Debo irme. Quiero irme.

cello 14

Tu n’es pas là, je t’écris... c’est l’amour qui brûle, qui inonde, qui apaise, qui jaillit, qui danse, qui oppresse, qui libère, qui n’a d’autre but, d’autre objet, d’autre fin que lui même, c’est cet amour que je veux te dire.

cello 15

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· - “!Oh mi Calisto y mi señor... mi dulce y suave alegría! si tu corazón siente lo que ahora el mío maravillada estoy cómo la ausencia te consiente vivir.· - ¡Oh sabrosa traición! ¡Oh dulce sobresalto! ¿Es mi señor y mi alma? ¿Es él? No lo puedo creer. ¿Dónde estabas, luciente sol? ¿Dónde me tenías tu claridad escondida? ¿Había rato que escuchabas? ¿Por qué me dejabas echar palabras sin seso al aire, con mi ronca voz de cisne? Todo se goza en este huerto con tu venida. Mira la luna, cuán clara se nos muestra; mira las nubes, cómo huyen; oye la corriente de agua desta fontecica, cuánto más suave murmurio y rucio lleva por entre las frescas hierbas. Escucha los altos cipreses, como se dan paz unos ramos con otros, por intercesión de un templadico viento que los menea. Mira sus quietas sombras, cuán oscuras están, y aparejadas para cubrir nuestro deleite.· - Jamás quisiera, señora, que amaneciese, segun la gloria y descanso que mi sentido recibe de la noble conversación de tus delicados miembros”.· - Señor, yo soy la que gozo, yo la que gano; tú señor, él que me hace con tu visitación incomparable merced”.

cello 16

“Tout est parti de ce principe: qu’il ne fallait pas réduire l’amoureux à un simple sujet symptômal, mais plutôt faire entendre ce qu’il y a dans sa voix d’inactuel, c’est-à-dire d’intraitable.

cello 17

L’amoureux parle par paquets de phrases, mais il n’intègre pas ces phrases à un niveau supérieur, à une oeuvre; c’est un discours horizontal: aucune transcendance, aucun salut, aucun roman (mais beaucoup de romanesque). (...) L’histoire d’amour est le tribut que l’amoureux doit payer au monde pour se réconcilier avec lui”. Fragments d’un discours amoureux de Roland Barthes.

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Calisto et Melibea, quelle est leur histoire? Pas grand chose en vérité: une fois passé, somme toute assez facilement, l’écueil du premier rendez-vous, ils font l’amour toutes les nuits jusqu’á ce que que Calisto se tue en tombant d’une échelle. Rien d’autre: quiproquos, imbroglios et autres ficelles sont dédaignés; pas d’intrigue, pas de conflit savamment tricoté, pas de suspense subtilement dosé, pas de dénouement apportant le soulagement espéré et attendu.

cello 18las 3 primeras notas de la Va, sobre el texto

On dirait que Rojas ne semble guère se soucier du respect dû aux règles de la composition dramatique. Pas plus que Calisto et Melibea d’ailleurs ne sont agités de celui qu’on doit aux règles de la sociabilité: il n’est question entre eux ni de mariage, ni de fonder une famille, un commerce, une entreprise, ni de construire une maison ou agrandir un patrimoine. Calisto et Melibea, c’est l’opposé de l’économie domestique, de l’économie sociale. C’est le désordre, la dépense, le temps présent sans investissement ni hypothèque. Des pages et des pages de texte qui ne parlent que de désir et de plaisir.“Ce n’est pas tous les jours qu’on rencontre ce qui est fait pour vous donner juste l’image de votre désir” dit Lacan. Ce désir, qui secoue mes entrailles et me fait mal aux reins, c’est celui qui, en ton absence, relie ta présence passée à celle qui viendra, tout à l’heure, demain, dans un mois, dans un an... En ce moment où je n’ai envie de rien d’autre que de parler d’amour jusqu’à ce que tu sois là de nouveau, en compagnie de Melibea et Calisto, je repose, j’ai du goût.

cello 19

“¡Oh mi señora y mi vida! No quiero otra honra ni otra gloria, no otras riquezas, no otro padre ni madre, no otros deudos ni parientes. De día estaré en mi cámara, de noche en aquel paraíso dulce, en aquel alegre vergel, entre aquellas suaves plantas y fresca verdura. ¡Oh noche de mi descanso! si

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fueses ya tornada? ¡Oh luciente Febo, date prisa a tu acostumbrado camino! Ya me parece haber un año que no he visto aquel suave descanso, aquel deleitoso refrigerio de mis trabajos.”

Et Barthes écrit encore: “Mon langage tremble de désir. L’émoi vient d’un trouble contact: d’une part, toute une activité de discours vient relever discrètement, indirectement, un signifié unique, qui est “je te désire”, et le libère, l’alimente, le ramifie, le fait exploser (le langage jouit de se toucher lui-même)”.

· “Canta más, por mi vida, Lucrecia, que me huelgo en oírte, mientras viene aquel señor; y muy paso entre estas verduricas, que no nos oirán los que pasaren. ¡Oh cuán dulce me es oírte! De gozo me deshago. No ceses, por mi amor.”· “D’autre part, j’enroule l’autre dans mes mots, je le caresse, je le frôle, j’entretiens ce frôlage, je me dépense à faire durer le commentaire auquel je soumets la relation”.

cello 20

“Pero tú, dulce imaginación, tú que puedes, me acorre. Trae a mi fantasía la presencia angélica de aquella imagen luciente; vuelve a mis oídos el suave son de sus palabras; aquellos desvíos sin gana; aquel “apártate allà, señor, no llegues a mí”; aquel “no seas descortés”, que con sus rubicundos labios veía sonar; aquel “no quieras mi perdición”, que de rato en rato proponían aquellos amorosos abrazos entre palabra y palabra; aquel soltarme y prenderme; aquel huir y llegarse; aquellos azucarados besos. Aquella final salutación con que se me despisdió ¡con cuánta pena salió de su boca! ¡con cuántos desperezos! ¡con cuántas lágrimas, que parecían granos de aljófar, que sin sentir se le caían de aquellos claros y resplandecientes ojos!”

cello 21

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J’écris, je parle, j’invente, j’imagine, je raconte des histoires. Schéhérazade, c’est la métaphore de toutes les amoureuses. Peu importe le sultan et son sabre, le silence est ce qui tue symboliquement l’amoureux. Je me rappelle d’un commentaire de ma mère, à propos de la fille de sa meilleure amie qui avait divorcé. Je demandai pourquoi: “parce que son mari ne parlait pas”, me répondit-elle. Je devais avoir 16 ou 17 ans á l’époque. Récemment, une séparation dans mon entourage: l’échange amoureux s’est interrompu du jour au lendemain et plus aucune parole n’a circulé entre eux; le silence est venu tout recouvrir. C’est-ce qui la fait le plus souffrir; elle ne cesse de répéter, brisée, désolée: me quitó la palabra. Alejada de quién ha sido hecho para darme la imagen precisa de mi deseo, no tengo otro accionar razonable que el de echar cuentos.El cuento de esta noche: se llama “La fruta venenosa”.

GrabaciónUna vez más a la orilla del mar, nos encontrábamos envueltos en una cierta melancolía: tú, te estabas debatiendo en una historia de amor que te atormentaba y yo comenzaba a sentir ganas de marcharme, sin atreverme siquiera a pensarlo, formularlo menos aún. La playa me gustaba mucho, me recordaba aquélla de mi infancia. Me apaciguaba encontrar un parecido entre el País Vasco y el Ecuador. Parecido que no era sino fruto, tal vez de mi desasosiego, de mi deseo desde luego. Al son de la nostalgia, un arbusto en el acantilado, cubierto de frutas redondas, color verde claro, se volvió manzano. Te acercaste, cogiste un fruto, le diste un mordisco, te supo a sabroso, dulce y jugoso, y me lo ofreciste. Lo comimos juntos, embelesados por el placer de la novedad y, más aún, el gusto de compartirla. Pronto, sentimos un ardor desagradable en la boca y la garganta. Averiguaciones hechas, nos enteramos de que esa frutica tan rica no había sido comestible y nadie en el pueblo tenía conocimiento de que alguién la hubiera comido. ¿Qué hacer? Volvimos a casa y nos tumbamos juntos encima de la cama, esperando... esperando ¿qué?... Me acuerdo de cómo, por primera vez, sentí que mi muerte, por muy remota que fuera, era algo posible. Me pareció un tanto ridículo morir así, en una playa perdida del Pacifico. A su vez, calladita porque me daba vergüenza, no dejaba de experimentar

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cierto goce por lo romántico de la situación. Cuando se hizo evidente que nuestra aventura, de ardores de estómago no pasaría, el alivio nos devolvió a la realidad y nos lanzamos en comentarios racionales y moralizantes: que los venenos siempre son atractivos, de lo contrario, no presentarían ningún peligro ya que a nadie se le ocurriría llevarse a la boca algo de repugnante aspecto; que nos lo habíamos buscado por pasarnos de listos, pues era evidente que si un árbol al alcance de cualquiera se veía cubierto de frutos, era que la fruta era mala y no la gente bruta, etc. Así pasamos nuestra zozobra.

¿Cuàntas veces habremos contado esta historia? Bastantes. Nos gustaba mucho, contarla y recordarla, una y otra vez. Esta noche que, después de mucho tiempo, la volví a sacar del desván de la memoria, se me ocurre que fué probablemente el momento en que más nos sentimos juntos durante aquellas vacaciones. Y comentarla repetidas veces era un poco ahuyentar el fantasma del desencuentro.

cello 22

“Je voudrais que l’on me fît la cour. Je ne sais si c’est que j’ai une robe neuve, mais j’ai envie de m’amuser. Vous m’avez proposé d’aller au village allonz-y, je veux bien; mettons-nous en bateau; j’ai envie d’aller dîner sur l’herbe ou de faire une promenade dans la forêt. Fera-t-il clair de lune, ce soir?”

cello 23

TELON

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