La buena noticia

2
LA BUENA NOTICIA. Hoy para todo cristiano es importante conocer la práctica y el mensaje de la Buena Noticia que Jesús nos trasmite por medio de la meditación y comprensión de los evangelios que fueron escritos en un ambiente cultural distinto al nuestro y que por tanto resulta difícil comprender el sentido de sus pasajes. La praxis y el mensaje de Jesús a partir del estudio de estos, nos pueden ayudar a tener una vida cristiana auténtica. Sin embargo, para la mayor comprensión debemos situarnos dentro del ambiente en que Jesús vivió, murió y resucitó, o sea, dentro de la sociedad judía de ese tiempo en que sufrió la muerte a manos de las autoridades debido a la práctica solidaria con los pobres y pecadores, pero sobre todo por su mensaje. Su actitud ante las injusticias de su tiempo debe ser el ejemplo para los cristianos comprometidos en la transformación de la sociedad actual que ha engendrado tanta pobreza injusta. Nuestro camino a seguir se vislumbra en las mismas vertientes que siguieron sus discípulos antes y después de su resurrección. Es la comprensión y reconocimiento de quién fue realmente Jesús de Nazaret a partir de su resurrección interpretando su mensaje ya no como un profeta, sino como el Mesías, como el Hijo de Dios. En esta reflexión cristológica, aquí el testimonio de fe de los Apóstoles es fundamental para su comprensión, por lo tanto, los escritos del Nuevo Testamento a partir de los cuatro evangelios, son fundamentales para conocer a Jesús y suscitar una fe más madura y coherente. Igual que la gente que vivió y escuchó el mensaje de Jesús, Pedro lo veía como profeta, como Elías o Juan Bautista, como un profeta escatológico de los últimos tiempos, pero no más; no alcanzaban a conocer su identidad mesiánica a pesar del “Tú eres el Mesías” (Mc 8,30), pero esa es una expresión según la expectativa judía: mesías con poder. Es por eso que Jesús lo manda a callar pues Él encarnaba el mesianismo de servicio y entrega a favor de la justicia y el derecho de los pobres. Pero queda la confesión de Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16) sin embargo lo niega tres veces y lo abandona en el calvario, como los demás, y todos quedan con miedo y sin ninguna esperanza. Es por eso que se afirma hoy, que esta confesión es una interpretación posterior a la Resurrección. El desánimo cunde con la crucifixión, regresan contritos a sus lugares de origen, como los de Emaús (Lc 24,13-35) y el mismo día de su resurrección Tomás no acepta creer que está vivo; para ellos todo había acabado y no tenía sentido seguir: “Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto” (Lc 24,21). Pero Jesús les salió al encuentro (Lc 24, 38-39) y bajo esa experiencia empiezan a comprender su muerte en la cruz y ahora su resurrección, entiende su misión, lo reconocen: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15,39). Es el Mesías que da la

Transcript of La buena noticia

Page 1: La buena noticia

LA BUENA NOTICIA.

Hoy para todo cristiano es importante conocer la práctica y el mensaje de la Buena Noticia que Jesús nos trasmite por medio de la meditación y comprensión de los evangelios que fueron escritos en un ambiente cultural distinto al nuestro y que por tanto resulta difícil comprender el sentido de sus pasajes. La praxis y el mensaje de Jesús a partir del estudio de estos, nos pueden ayudar a tener una vida cristiana auténtica.

Sin embargo, para la mayor comprensión debemos situarnos dentro del ambiente en que Jesús vivió, murió y resucitó, o sea, dentro de la sociedad judía de ese tiempo en que sufrió la muerte a manos de las autoridades debido a la práctica solidaria con los pobres y pecadores, pero sobre todo por su mensaje. Su actitud ante las injusticias de su tiempo debe ser el ejemplo para los cristianos comprometidos en la transformación de la sociedad actual que ha engendrado tanta pobreza injusta.

Nuestro camino a seguir se vislumbra en las mismas vertientes que siguieron sus discípulos antes y después de su resurrección. Es la comprensión y reconocimiento de quién fue realmente Jesús de Nazaret a partir de su resurrección interpretando su mensaje ya no como un profeta, sino como el Mesías, como el Hijo de Dios.

En esta reflexión cristológica, aquí el testimonio de fe de los Apóstoles es fundamental para su comprensión, por lo tanto, los escritos del Nuevo Testamento a partir de los cuatro evangelios, son fundamentales para conocer a Jesús y suscitar una fe más madura y coherente.

Igual que la gente que vivió y escuchó el mensaje de Jesús, Pedro lo veía como profeta, como Elías o Juan Bautista, como un profeta escatológico de los últimos tiempos, pero no más; no alcanzaban a conocer su identidad mesiánica a pesar del “Tú eres el Mesías” (Mc 8,30), pero esa es una expresión según la expectativa judía: mesías con poder. Es por eso que Jesús lo manda a callar pues Él encarnaba el mesianismo de servicio y entrega a favor de la justicia y el derecho de los pobres.

Pero queda la confesión de Pedro: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo” (Mt 16,16) sin embargo lo niega tres veces y lo abandona en el calvario, como los demás, y todos quedan con miedo y sin ninguna esperanza. Es por eso que se afirma hoy, que esta confesión es una interpretación posterior a la Resurrección. El desánimo cunde con la crucifixión, regresan contritos a sus lugares de origen, como los de Emaús (Lc 24,13-35) y el mismo día de su resurrección Tomás no acepta creer que está vivo; para ellos todo había acabado y no tenía sentido seguir: “Nosotros esperábamos que él fuera el libertador de Israel. Y sin embargo, ya hace tres días que ocurrió esto” (Lc 24,21).

Pero Jesús les salió al encuentro (Lc 24, 38-39) y bajo esa experiencia empiezan a comprender su muerte en la cruz y ahora su resurrección, entiende su misión, lo reconocen: “Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios” (Mc 15,39). Es el Mesías que da la vida por los demás, es la esperanza de confesión como el Señor y como Dios: “Señor mío y Dios mío” (Jn 20,28).

Y la Buena Noticia recupera la fe y la esperanza perdida: “Si ustedes buscan a Jesús Nazareno, el crucificado, no está aquí, ha resucitado” (Mc 16,6) y entonces se constituyen en enviados para dar testimonio de lo que habían visto y oído desde lo que ocurrió en el río Jordán hasta su muerte y resurrección. Un reto después de experimentar a Jesús resucitado y encontrar una explicación de su muerte para ellos mismos y para los demás.

La dificultad estribaba que no podían limitarse a anunciar que Jesús estaba vivo, el problema era explicar quién era, qué había en su mensaje, y tenían que hacer memoria de sus palabras y sus hechos, interpretar, en sí, la Buena Noticia, el Evangelio que Jesús vivió y compartió; comprender

Page 2: La buena noticia

que Él había cumplido las promesas de Dios y comprenderlo como el cordero sin mancha, Hijo del Hombre, Hijo de Dios, Testigo fiel.

¿Conozco a Jesús por medio de los Evangelios o es un profeta como Pedro lo consideraba?¿Creo en la Resurrección de Jesús y la doy a conocer?

E. Gtz. A.Editado de “Cristología desde los Evangelio”