La Bios y La Zoe en Agamben, Una Mirada Critica

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Astrolabio. Revista internacional de filosofía Año 2012 Núm. 13. ISSN 1699-7549. pp. 82-90 82 Bíos y zoé: una discusión en torno a las prácticas de dominación y a la política Hernán Borisonik; Fernando Beresñak 1 Resumen: La biopolítica ha devenido, sin duda, una de las categorías centrales para la reflexión política contemporánea. Dada su importancia, resulta imperioso avanzar sobre algunas operaciones teóricas que no logran dar cuenta de su especificidad, en tanto que administración de la vida como forma de dominación. Al respecto, y con la intención de rehabilitar la conceptualización de la política, nos interesa demostrar cómo la aparente dicotomía entre zoé y bíos que pretende discutir Agamben no encuentra respaldo en los textos que él mismo utiliza (fundamentalmente, Aristóteles y Foucault), ni tampoco en la cristalización de tales categorías en prácticas sociopolíticas (por ejemplo, la disciplina mo- derna con sus raíces en el monasterio cristiano). Precisamente, la identificación de la zoé ya como forma de vida es lo que nos permite comprender el interés biopolítico por gestionar la vida biológica. Así, solamente habiendo clarificado estas categorías, podrá rehabilitarse un pensamiento político sobre la política. Palabras clave: dominación – zoé bíos – política – Agamben Abstract: Biopolitics has become undoubtedly one of the central categories to contemporary political thought. Given its importance, it is imperative to move forward on some theoretical operations that fail to account for its specificity, whereas administration of life as a form of domination. In this regard, and with the intention of rehabilitating the conceptualization of politics, we want to demonstrate how the apparent dichotomy between zoé and bíos that Agamben aims to discuss, not supported by the texts he uses (mainly Aristotle and Foucault), nor in the crystallization of such categories in socio- political practices (for example, the modern discipline with its roots in the Christian monastery). Indeed, the identification of zoé and as a way of life is what allows us to understand the biopolitical interest to manage biological life. Thus, only having clarified these categories, it will be possible to rehabilitate political thought on politics. Key words: Domination zoé bíos – Politics – Agamben BÍOS Y ZOÉ: UNA DISCUSIÓN EN TORNO A LAS PRÁCTICAS DE DOMINACIÓN Y A LA POLÍTICA La biopolítica ha devenido, sin duda, una de las categorías centrales para la re- flexión política contemporánea. Dada su importancia, resulta imperioso avanzar sobre algunas operaciones teóricas que no logran dar cuenta de su especificidad, en tanto que administración de la vida. 1 Universidad de Buenos Aires.

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    Bos y zo: una discusin en torno a las prcticas

    de dominacin y a la poltica

    Hernn Borisonik; Fernando Beresak1 Resumen: La biopoltica ha devenido, sin duda, una de las categoras centrales para la reflexin poltica contempornea. Dada su importancia, resulta imperioso avanzar sobre algunas operaciones tericas que no logran dar cuenta de su especificidad, en tanto que administracin de la vida como forma de dominacin. Al respecto, y con la intencin de rehabilitar la conceptualizacin de la poltica, nos interesa demostrar cmo la aparente dicotoma entre zo y bos que pretende discutir Agamben no encuentra respaldo en los textos que l mismo utiliza (fundamentalmente, Aristteles y Foucault), ni tampoco en la cristalizacin de tales categoras en prcticas sociopolticas (por ejemplo, la disciplina mo-derna con sus races en el monasterio cristiano). Precisamente, la identificacin de la zo ya como forma de vida es lo que nos permite comprender el inters biopoltico por gestionar la vida biolgica. As, solamente habiendo clarificado estas categoras, podr rehabilitarse un pensamiento poltico sobre la poltica. Palabras clave: dominacin zo bos poltica Agamben Abstract: Biopolitics has become undoubtedly one of the central categories to contemporary political thought. Given its importance, it is imperative to move forward on some theoretical operations that fail to account for its specificity, whereas administration of life as a form of domination. In this regard, and with the intention of rehabilitating the conceptualization of politics, we want to demonstrate how the apparent dichotomy between zo and bos that Agamben aims to discuss, not supported by the texts he uses (mainly Aristotle and Foucault), nor in the crystallization of such categories in socio-political practices (for example, the modern discipline with its roots in the Christian monastery). Indeed, the identification of zo and as a way of life is what allows us to understand the biopolitical interest to manage biological life. Thus, only having clarified these categories, it will be possible to rehabilitate political thought on politics. Key words: Domination zo bos Politics Agamben BOS Y ZO: UNA DISCUSIN EN TORNO A LAS PRCTICAS DE DOMINACIN Y A LA POLTICA La biopoltica ha devenido, sin duda, una de las categoras centrales para la re-flexin poltica contempornea. Dada su importancia, resulta imperioso avanzar sobre algunas operaciones tericas que no logran dar cuenta de su especificidad, en tanto que administracin de la vida. 1 Universidad de Buenos Aires.

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    Al respecto, y con la intencin de rehabilitar la conceptualizacin de la pol-tica, nos interesa demostrar cmo la aparente dicotoma entre zo y bos que preten-de discutir Giorgio Agamben en Homo Sacer I no encuentra respaldo en los textos que l mismo utiliza, ni tampoco en la cristalizacin de tales categoras en las prcticas sociopolticas2.

    A mediados de la dcada de 1990, Agamben introduca la figura del homo sa-cer como fundamental para el pensamiento poltico. En trminos de este autor, existe una relacin ntima, estructural, entre el Homo Sacer y la esfera soberana. Esta ltima se define como aquella que puede matar sin cometer delito (ni celebrar sa-crificio) y es la que se apropia de la nuda vida al excluirla. El autor hecha mano del concepto foucaultiano de biopoltica3, que hace referencia a la implicacin de la vida biolgica del hombre en los mecanismos y dispositivos del poder. La vida y la muerte se revelan, entonces, ya no como conceptos cientficos o naturales, sino polticos, que, como tales, se encuentran sujetos a decisiones arbitrarias. La dife-rencia con Foucault es que para Agamben la biopoltica existe siempre que se conci-ba a la poltica como atributo, como excepcin. La caracterstica distintiva de la poltica moderna es, pues, bajo esta perspectiva, la coincidencia entre excepcin y norma y no la inclusin de la vida biolgica en la poltica (a la que habra pertene-cido todo el tiempo).

    Por esa razn, recupera la categora ya esbozada por Benjamin de nuda vida4, como una construccin realizada por el poder soberano. La cuestin fundamental no es la decisin acerca de qu es zo (equiparada por Agamben a la nuda vida, en tanto que pura existencia biolgica) o qu es bos (como vida calificada), sino que la dicotoma en s misma es ya una decisin. El problema para Agamben no es que se haya pervertido la relacin zo-bos, sino que la propia creacin de esa separacin habilitara la inversin de los trminos dando lugar a la poltica como biopoltica. En otras palabras, no hay algo as como una zo o una nuda vida; stos son siempre conceptos fabricados por los aparatos de dominacin. No existe un hombre despo-jado de su humanidad; slo aparece cuando se lo construye.

    En ese sentido la vida expuesta a la muerte (la nuda vida o vida sagrada) es el elemento poltico originario5, dado que, a partir de la propia definicin de una vida que puede ser matada, es posible la existencia de un poder soberano que, montado sobre ella, decida el modo y el momento de aplicacin y desaplicacin de las leyes.

    Pese a lo sugerente de sus anlisis, el planteo agambeneano merece ser, al menos, matizado. El uso que el autor del Homo Sacer hace de los conceptos aris-

    2 Tomando en consideracin todas las investigaciones que se estn llevando a cabo sobre la biopoltica en la actualidad, nos interesa hacer referencia a aquellas que han tomado una actitud crtica para con dicha categora. En ese sentido, han sido centrales para los desarrollos de nuestra investigacin los distanciamientos crticos que Fabin Luduea Romandini realiz en su libro La comunidad de los espectros. All, lleva adelante un trabajo crtico y profundo del trmino biopoltica, proponiendo su reconceptualizacin hacia la zoopoltica (Vase Lu-duea Romandini, F., La comunidad de los espectros. I. Antropotecnia, Buenos Aires, Mio y Dvila, 2010). 3 Cfr. Foucault, M. (2002), Historia de la sexualidad I. La voluntad del saber, Buenos Aires: Siglo XXI. 4 Cfr. Benjamin, W. (1991), Para una crtica de la violencia, En: Para una crtica de la violencia y otros ensayos, Madrid: Taurus. 5 Agamben, G. (2003), Homo Sacer I, Valencia: Pre-Textos, p. 114.

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    totlicos no refleja el contexto en el que los articula el Estagirita. Como se demos-trar ms adelante, zo y bos no son, en el pensamiento de Aristteles, elementos opuestos, sino ms bien complementarios o, en todo caso en coherencia con el resto de su construccin terica sobre la vida humana en relacin con la phsis, elementos que se incluyen en crculos concntricos.

    Antes de entrar en las especificidades de la elaboracin conceptual del Es-tagirita, resulta conveniente repasar la interpretacin que Agamben expone de la lectura aristotlica que propone Foucault. Ante la afirmacin foucaultiana, segn la cual para Aristteles el hombre era un animal viviente y, adems, capaz de una existencia poltica, Agamben se cuestiona acerca del vnculo entre poltica y vida; as, la frmula de la polis que naci a causa de las necesidades de la vida, pero subsiste para el vivir bien6 es leda como una exclusin inclusiva (una exceptio) de la zo en la ciudad, como si la poltica la polis fuera el espacio en el que el vivir de-be ser superado por el vivir bien, a travs de la politizacin de la nuda vida. Sin em-bargo, el filsofo francs no conceba a las categoras aristotlicas como opuestas, sino que, ms bien, hubiese tomado tal separacin como ilegtima.

    A raz de la repercusin que tuvo la investigacin llevada a cabo por Agamben, se ha dejado de prestar atencin e indagar en lo que, con el termino biopoltica, Foucault quiso referir. En ese sentido, resulta importante destacar que en el seminario denominado La hermenutica del sujeto (clase del 24 de marzo de 1982) Foucault trabaja la nocin de bos. All, el editor del seminario aclarar en una nota al pie que En la segunda clase de 1981 en el Cllege de France, Foucault distingue la zo (la vida como propiedad de los organismos) del bos (la existencia como objeto de tcnicas)7.

    Consideramos que, en lo concerniente a los trminos bos y zo, Foucault hace un tratamiento distinto del que lleva adelante Agamben en el sentido de que, si bien para este ltimo hubo y hay oposicin entre ambos trminos, para Foucault no hay ms que vida en el sentido del bos. Al momento de situar el problema de la vida en su seminario La hermenutica del sujeto de 1983, Foucault no hace siquiera una simple mencin de la zo, lo cual nos indica que en su concepcin de la vida, la distincin entre bos y zo no era legtima, ni importante.

    En ese sentido, hay un hecho que resulta an ms relevante: en mayo de 1984, a los fines de volver a publicar el prefacio que haba escrito para la edicin inglesa de 1978 de Lo normal y lo patolgico de Georges Canguilhem, Foucault se dis-puso a corregir tal texto el cual llevaba por ttulo La vida: experiencia y la ciencia. All el autor no duda en referir a cierta manera de vivir como la raz del modo de vida de los hombres, de su pensamiento y de su historia. Es justamente ese texto, escrito en el ao 1978 y vuelto a corregir en 1984, el que nos arroja los mejores indicios al respecto de la posicin foucaultiana. All, no se encuentra ni una sola mencin a la vida como zo; por el contrario, se afirma que la vida no es ms que una manera de vivir, es decir, una vida cualificada aunque bajo la errancia y el error.

    6 Aristteles (2000), Poltica, Madrid: Gredos, 1252 b. 7 Foucault, M. (2006), La hermenutica del sujeto (Curso en el Cllege de France 1981-1982), Buenos Aires: Fondo de Cultura Econmica, p. 464, nota al pie 28.

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    Para Foucault el concepto es uno de los modos por medio del cual un ser vivo extrae informacin de su medio e, inversamente, lo estructura. Que el hombre viva en un medio conceptualmente construido no prueba que se haya desviado de la vida por algn olvido o que un drama histrico lo haya separado de ella, sino solamente que vive de una manera determinada. [] Formar conceptos es una manera de vivir y no de matar la vida; un modo de vivir en una relativa movilidad y no un intento de inmovilizar la vida8. Se puede observar claramente que Foucault se preocupa por sealar que no hay oposicin entre la manera de vivir y la vida propiamente dicha; para este autor, se trata de una misma concepcin de vida: de formas determinadas de vida.

    Ahora bien, lejos estn estas precisiones de intentar mostrar las razones que tendra Foucault para desechar de su trabajo la utilizacin de la oposicin entre bos y zo que claramente conoca. Es necesario reconocer que en la obra de Fou-cault no resulta sencillo sino, por el contrario, extremadamente difcil leer la oposicin entre bos y zo que Agamben pretende hacer visible all9.

    Es cierto que se nos podran oponer las siguientes palabras de Foucault del ao 1976, las cuales haba utilizado Agamben para su lectura de la cuestin; a saber: Durante milenios, el hombre sigui siendo lo que era para Aristteles: un animal viviente y adems capaz de una existencia poltica; el hombre moderno es un ani-mal en cuya poltica est puesta en entredicho su vida de ser viviente10. Sin embar-go, consideramos que lejos est Foucault de querer sealar una oposicin entre lo que es un animal viviente y lo que implica que ste tambin tenga existencia poltica. Por el contrario, all se seala su ntima ligazn; es decir, el punto en el que se hace evidente que se trata de una y la misma cosa.

    En el prrafo siguiente, Foucault dir: si la cuestin del hombre fue plan-teada en su especificidad de ser viviente y en su especificidad en relacin con los seres vivientes, debe buscarse la razn en el nuevo modo de relacin entre la historia y la vida: en esa doble posicin de la vida que la pone en el exterior de la historia como entorno biolgico y, a la vez, en el interior de la historicidad humana, pene-trada por sus tcnicas de saber y poder11.

    Vemos en las mismas palabras de Foucault que siempre hay una relacin entre la historia y la vida biolgica; sobre lo que habr que focalizar la atencin, en todo caso, es sobre las distintas relaciones que se tejen; pero son una y la misma cosa: la forma de vida.

    Si prestamos atencin a sus palabras, podremos observar que el objeto de las tcnicas de poder-saber no es una dimensin de la vida, sino la vida toda; pues-to que, para Foucault, como venimos viendo, no hay distincin relevante interna a la vida; no hay oposicin cierta entre bos y zo. Se trata, siempre, de las distintas relaciones que las tcnicas de poder-saber realizan sobre eso que se llama vida, la cual habita en su errancia y en el error.

    8 Foucault, Michel (2007), La vida: la experiencia y la ciencia. En: Ensayos sobre biopoltica. Excesos de vida, Buenos Aires, Paids, pp. 54-55; la cursiva es nuestra. 9 Cfr. Agamben, Giorgio, Homo Sacer I, op. cit., pp. 10-23. 10 Foucault, Michel, Historia de la sexualidad 1, op. cit., p. 173. 11 dem, pp. 173-174; la cursiva es nuestra.

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    Retornando a la clebre referencia de Foucault a Aristteles, se observa que el adems que conecta vida y poltica implica justamente inclusin y ligazn. Habiendo trabajado especficamente sobre la cuestin de la vida y conociendo la posibilidad de aquella distincin, Foucault prefiri la no utilizacin de esta ltima; lo cual nos demanda sostener que su concepcin de la vida, sea la que sea, no refie-re en absoluto a una oposicin interna a la vida como zo.

    En virtud de esa conceptualizacin, sera prudente, antes de continuar utili-zando el trmino sin ms, identificar cul es el sentido ltimo del trmino biopol-tica para Foucault. Veremos a continuacin que la utilizacin de esa categora tiene un justificativo que no remite exactamente a las elaboraciones tericas expuestas por Agamben.

    Sobre el final del seminario del ao 1982, Foucault se manifestar del si-guiente modo: si la forma de objetividad propia del pensamiento occidental se constituy cuando, en la declinacin del pensamiento, el mundo fue considerado y manipulado por una tekhne, creo que podemos decir lo siguiente. Que la forma de subjetividad propia del pensamiento occidental, si examinamos qu es, en su fun-damento mismo, la forma de esta subjetividad occidental, se constituy por medio de un movimiento inverso: el da en que el bos dej de ser lo que haba sido duran-te tanto tiempo para el pensamiento griego, a saber, el correlato de una tekhne, cuando el bos (la vida) dej de ser el correlato de una tekhne, para convertirse en la forma de una prueba de s12. Es justamente por eso que, en virtud de su inters por estudiar la subjetividad moderna, Foucault prest especial atencin al panop-tismo, a la incitacin al discurso, a las prcticas de confesin y examen, etc. Todas ellas no eran sino tcnicas a travs de las cuales el individuo terminaba posi-cionado en un lugar particular, a travs del cual resultaba inevitable llevar adelante un ejercicio que consista en una prueba de s; como, por ejemplo, la autovigilancia a la cual se vea arrastrado el individuo situado en el panptico.

    Ahora bien, lo ms interesante de la nocin de bos es la definicin que ofrece el mismo Foucault: la manera como el mundo se nos presenta inmediata-mente en el transcurso de nuestra existencia13; luego, tambin utilizar mundo como sinnimo de bos. Vemos entonces que se trata de una imagen del mundo; pero no cualquiera, sino aqulla que se nos presenta inmediatamente.

    Es por ello que Foucault podr decir que el bos, en tanto que prueba de s, por un lado es el modo en que hacemos la experiencia de nosotros mismos conocindonos, descubrindonos o revelndonos y por el otro es un ejercicio a travs del cual nos constituimos -formamos, transformamos, encaminamos hacia la salvacin, etc.-14.

    As es que el trmino bos que se nos presenta inmediatamente le resulta til a Foucault para referir, no slo a la imagen del mundo que es propia de la pol-tica, sino tambin a la del propio poder.

    12 Foucault, Michel, La hermenutica del sujeto, op. cit., p. 464. 13 Ibidem. 14 Ibidem.

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    Si tomamos en consideracin todo lo expuesto, podremos suponer que los trminos biopoltica y biopoder hacen referencia a la imagen que es construida para su propia esfera de accin. sta no slo operar como representacin del mundo, sino tambin, y sobre todo como la manera a travs de la cual el Estado o cualquiera que tome su lugar har la experiencia de s mismo; as como tambin, el modo a travs del cual se ejercitar.

    Deslizarnos sobre algunas referencias de Foucault en lo relativo al bos re-sulta fundamental a fin de que el sentido del trmino foucaultiano no sea arrastra-do por otros autores a significados que, por muy interesantes que resulten, no son los propios de aqul que fuera utilizado en primer trmino.

    Por otro lado, si bien Agamben ha basado gran parte de sus hiptesis en una lectura (sesgada, como ha quedado demostrado) de las ideas foucaultianas, para su justificacin central apela directamente a Aristteles. All, el filsofo italia-no intenta hallar la idea de una dicotoma, aparentemente presente en la obra del Estagirita, entre la zo y el bos. No obstante, en el sistema aristotlico estos dos trminos tampoco se relacionan entre s por medio de la mutua contradiccin. Al contrario, el Estagirita entiende a la instancia poltica como una esfera que contiene en s misma a las caractersticas biolgicas humanas. As como el fin de la actividad poltica comprende a los fines menores de las dems actividades que la constituyen, el bos no es una instancia separada y opuesta a la zo, sino que la presupone, del mismo modo que la poltica precisa y supone a la naturaleza y a la oikonoma.

    Refirindose a Aristteles, Agamben plantea que, en el mundo clsico, la simple vida natural es excluida del mbito de la polis en sentido propio y queda confinada en exclusiva, como mera vida reproductiva en el mbito del oikos15. Sin embargo, aunque la poltica era considerada por Aristteles la actividad pblica (es decir, comn) ms excelente y sublime, sta no constitua el nico factor de co-hesin social en las poleis griegas. Como el propio Estagirita lo explica, histrica-mente la polis es producto del desarrollo del oikos y de la aldea (ambas regidas por leyes religiosas), a causa de la falta de autarqua que ambas formaciones presenta-ban16. En otras palabras, y en trminos ontolgicos, lo que daba su naturalidad a la poltica (y al hombre su carcter de zoon politikn) era que slo en el mbito de la polis, en el que cada uno comparta la vida con los dems, los hombres hallaban su realizacin, es decir, alcanzaban su telos y, por ende, lgicamente, eran fieles a su phsis.

    Esto da lugar a una conclusin esencial: el oikos y la polis eran dos unidades cuyo vnculo se caracterizaba por la continuidad y no por la contradiccin. Estu-diando la lgica de la polis clsica, se vuelve evidente rpidamente que lo que cons-titua al oikos en la Grecia antigua eran la educacin y las regulaciones religiosas, la familia extendida y el derecho de propiedad. Precisamente, el oikos, como espacio en el que los hombres no alcanzan su realizacin, sino el que los dispone hacia ella, estaba regulado por la themis y no por la dike. El primer trmino remite directamen-te a las leyes sagradas, impuestas por las divinidades, as como a los mojones que se

    15 Agamben, Giorgio, Homo sacer I, op. cit., p. 11. 16 Aristteles, Poltica, op. cit., 1252 b.

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    colocaban en el lmite de cada propiedad, demarcando la frontera entre las leyes o costumbres pblicas y las tradiciones familiares. Por su parte, la dike era la justicia en su sentido pblico, ligada ntimamente con la nocin de nomos, es decir de regla acordada, creada libre y arbitrariamente por los hombres y no recibida o (menos an) revelada. As, mientras que el hombre en su carcter de ciudadano era juzgado por los magistrados bajo las leyes comunes, el habitante del oikos se rega por la justicia privada de signo religioso.

    Al respecto, importa referirse al extensivo trabajo de Brendan Nagle acerca del oikos como base fundamental de la polis aristotlica17. En l, este autor demues-tra de manera contundente la funcionalidad de los hogares griegos en tanto que componentes inherentes de las ciudades. En ellos se daban la produccin, la repro-duccin y la educacin que formara a los ciudadanos. De hecho, la internalizacin del nomos poltico no hubiese sido posible sin la existencia de esta institucin, al mismo tiempo que el correcto funcionamiento del oikos solamente suceda dentro del contexto de una polis18.

    Queda claro, en consecuencia, que es tan inadmisible sostener una dico-toma excluyente entre polis y oikos, como entre bos y zo.

    Ya incluso entre los presocrticos, este rasgo aparece como un signo pri-mordial del pensamiento griego. Tal vez el caso ms claro se encuentre en Dem-crito. Incluso Aristteles se refiere a este ltimo diciendo que defini el fro y el calor19. Esto tiene directa relacin con nuestro planteo, en tanto que, segn Teo-frasto, en su De sensu, en lo que se refiere al pensar, [Demcrito] dice que ste surge cuando el alma se encuentra en equilibrio despus del movimiento. [Dem-crito] dice que el pensar cambia cuando el individuo est demasiado caliente o de-masiado fro. [] Es evidente, entonces, que para l el pensamiento surge de la mezcla que experimenta el cuerpo, lo cual es lgico para alguien que, como l, sos-tiene que el alma es un cuerpo20.

    Para terminar de dar cuenta del fuerte vnculo entre zo y bos, es interesante la afirmacin de Aecio quien sostiene que Parmnides, Empdocles y Demcrito demostraron que el intelecto es lo mismo que el alma; lo que, tomando en consi-deracin que en el mundo antiguo el alma slo exista como parte de un cuerpo, deja evidenciada la ntima ligazn entre cuerpo biolgico y forma de vida.

    Tras repasar las principales claves tericas de la cuestin biopoltica, es po-sible rastrear en un registro histrico algunas prcticas sociopolticas en las cuales se hace evidente de forma concreta la concepcin de la vida biolgica como for-ma de vida que imper en las acciones de gobierno tendientes a la administracin de la vida.

    En primer lugar, si bien la referencia de Foucault a los monasterios como antecedente del desarrollo de la disciplina moderna y contempornea nunca fue profundizada, el hecho de que los haya mencionado cada vez que haca referencia 17 Nagle, Brendan (2006), The household as the foundation of Aristotles polis, Nueva York: Cambridge University Press. 18 Idem, p. 8. Vease tambin: ARISTTELES, Poltica, op. cit., 1337 a. 19 Aristteles (1998), Metafsica, Madrid: Gredos, 1078 b. 20 Teofrasto (1997), De sensu, 58. En: Los filsofos presocrticos III, Madrid: Gredos, pp. 334-335.

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    al dispositivo institucional moderno, nos lleva a pensar que el cristianismo se des-arroll bajo la mxima de que la forma de vida se construye operando sobre los cuerpos. Esto queda demostrado en los reglamentos de los conventos que regula-ban temporal y espacialmente cada una de las acciones que conformaban la vida cotidiana21.

    Incluso, en otro contexto histrico, como es el caso de la Reforma protes-tante, la doctrina de Lutero indica que la vida de los hombres participa, simult-neamente de dos jurisdicciones: mientras que el alma slo es regida por Dios, el cuerpo debe (por voluntad divina) ser regulado por la espada secular, puesta en manos del gobierno civil22. De ese modo, el bos, o sea, la forma de vida poltica slo se articula a travs de la administracin de los cuerpos (la zo), es decir, de la gestin de sus conductas materiales.

    Asimismo, las prcticas sociopolticas de la modernidad estudiadas por Foucault (tales como la constitucin de la autovigilancia a expensas de las cons-truccin arquitectnica del panptico) dan cuenta de la importancia del registro biolgico-sensible para la conformacin de una determinada subjetividad o forma de vida23.

    Para concluir, tal y como hemos demostrado, desde los presocrticos, hasta la contemporaneidad (pasando por los monasterios y la Reforma Protestante, y prestando especial atencin a Aristteles y Foucault), toda administracin de la vida (considerando tambin la aceleracin producida por el cristianismo y la pre-tendida clausura de la Modernidad) nunca fundament la divergencia entre bos y zo en una distincin de naturaleza (como lo plantea Agamben).

    Precisamente, la identificacin de la zo ya como forma de vida es lo que nos permite comprender el inters gubernamental por gestionar la vida biolgica. As, solamente habiendo clarificado la categora de biopoltica, podr rehabilitarse la reflexin sobre las dimensiones ms profundas de la poltica. REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS

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    Protestante, en Actas de las X Jornadas de Investigacin de la Facultad de Ciencias So-ciales. Montevideo: UdelaR.

    21 Cfr. Foucault, Michel (2002), Vigilar y castigar. Nacimiento de la prisin, Buenos Aires, Siglo XXI, p. 153. Asi-mismo, no debemos dejar de mencionar los enormes aportes que, en este preciso sentido, realiz Fabin Lu-duea Romandini en su libro La comunidad de los espectros. 22 Borisonik, Hernn (2011), Derecho y violencia en la Modernidad: el caso de la Reforma Protestante. En Actas de las X Jornadas de Investigacin de la Facultad de Ciencias Sociales, Montevideo: UdelaR. 23 Cfr. Foucault, Michel, Vigilar y castigar, op. cit., pp. 199-230.

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