La Biblioteca de la escuela primaria y sus servicios; Manuales de la ...

LA BIBLIOTECA

DE LA ESCUELA PRIMARIA

Y SUS SERVICIOS

MARY PEACOCK DOUGLAS

UNESCO

Publicado en rg6r por la Organi&án de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura

place de Fontenoy, Paris-7 Impreso por G. J. Thieme, Nmega (Palses Bajos)

0 Unesco 1961

CUA.60/1V.12/S

MANUALES DE LA UNESCO PARA LAS BIBLIOTECAS - 12

LA BIBLIOTECA DE LA ESCUELA PRIMARIA 2. SUS SERVICIOS

- - . _-__ _, - I

En esta colección:

I. La formación profesional del bibliotecario 2. El se-ruicio de extensión bibliotecaria en la biblioteca pública 3. La biblioteca pública y la educación de adultos 4. Función de las bibliotecas en la educación de adultos y en la educación fundamental:

informe sobre el Seminario de Malmoë 5. Desarrollo de las bibliotecas públicas en América Latina: Conferencia de São Paulo 6. Development of public libraries in Africa: the Ibadan SeminarlLe déueloppement des

bibliothdques publiques en Afrique : Stage d’études d’lbadan 7. Public libraries for Asia : the Delhi SeminarlDes bibliothdques publiques pour 1’Asie:

Stage d’études de Delhi 8. La Biblioteca Pública de Delhi: un trabajo de evaluación 9. Servicios para niños en las bibliotecas públicas

ICI. El edificio de la pequeña biblioteca pública I I. National libraries, their problems and pmspects: Symposium on national libra& in

Europel Tdches et probldmes des bibliothèques nationales: Colloque des bibliothdques nationales d’Europe

I 2. La biblioteca de la escuela primaria y sus servicios

A partir de este volumen,“el título de la colección será: Manuales de la Unesco para las bibliotecas. Este cambio corresponde a una ampliación del programa de la colección, que en lo futuro incluirá igualmente trabajos que se refieran a otras categorías de bibliotecas.

PREFACIO

Las bibliotecas escolares se encuentran todavía en la fase inicial de su desarrollo y en muchos países apenas puede decirse que existan. Sin embargo, la convicción de su importancia dentro de un sistema eficaz y moderno de enseñanza primaria se generaliza cada vez más. Cuando los maestros y alumnos disponen de una colección sujiciente de libros selectos, el programa de enseñanza llega a ser más amplio y variado y las clases más interesantes

y provechosas. Si el niño se halla rodeado de libros, se despertará su interés por la lectura, facilitándose el desarrollo de su inteligenciay de su sensibilidad. El resultado más positivo de los años de escuela es la adquisición del hábito de la lectura y la capacidad de recurrir a los libros para recrearse e instruirse.

Consciente de este hecho, la Unesco ha incluido el fomento de las bibliotecas escolares entre los objetivos prioritarios de su programa de desarrollo de las bibliotecas. En diversos paises expertos de la Unesco han ayudado a establecer planes para bibliotecas escolares, a organizarlas y a formar maestros bibliotecarios, mientras que el proyecto principal de la Unesco sobre extensión y mejoramiento de la educación primaria en América Latina fomentaba la creación de bibliotecas piloto en las escuelas primarias y ayudaba a mejorar los servicios de bibliotecas escolares ya existentes.

Dentro de esta línea de acción, la Unesco encargó a la Sra. Mary Peacock Douglas, inspectora de bibliotecas de las escuelas públicas de Carolina del Norte, Raleigh, Estados Unidos de América, y eminente especialista en la organización de bibliotecas escolares a la vez que autora de numerosos trabajos sobre el tema, que escribiera el presente manual práctico destinado a los bibliotecarios, educadores y administradores de escuelas. Se confía en que el presente manual, que revela tanto el profundo conocimiento de la materia como las,firmes convicciones de su autora, servirá de guía a todas las personas interesadas en la organización de bibliotecas de escuelas primarias que se proponen desarrollar la afición del niño por los libros.

LOS EDITORES

ÍNDICE

AGRADECIMIENTOS . . . . . . . . II

CAPÍTULO 1.

CAPÍTULO II.

CAPÍTULO III.

CAPíTULO IV.

CAPíTULO V.

CAPíTULO VI.

La biblioteca en la escuela primaria moderna

El personal y sus tareas . . . . . El bibliotecario; el inspector de bibliotecas escolares; los auxiliares del bibliotecario; los alumnos ayudantes de la biblioteca; el maestro.

Orientación de la lectura . . . . Técnicas mediante las que los adultos comparten la lectura con los niños; actividades mediante las que los niños se comunican el resultado de sus lecturas.

La biblioteca al servicio de los alumnos. Ins- trucción sobre la forma de utilizar la biblioteca . . . . . . . El cuidado de los libros; el libro : presentación e im- presión; el diccionario; la enciclopedia; disposición y utilización de la biblioteca; clasificación de los libros; catálogo dejichas; preparación de una bibliografia sencilla; cómo tomar notas.

La colección . . . , . . . Colección básica de libros; selección de libros; eva- luación de los libros; la colección de obras de referencia; otros materiales impresos; materiales audiovisuales.

Organización de la colección . . . Adquisición del material; preparación del material; clasrjkación de los libros; catalogación de los libros; organización de otros materiales; servicios centralizados.

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cAPíTuLo VII. Administración de la biblioteca . . . 63 Gestión jnanciera; registros e informes; preserva- ción y mantenimiento de la colección; reglamentos; horarios; relaciones entre la biblioteca pública y la biblioteca escolar; la biblioteca de escuela primaria sin bibliotecario.

cidTuL VIII. Cómo atraer al lector . . . . . 73 Preparación de exposiciones; temas para las exposiciones; apreciación de las exposiciones de libros.

CAPÍTULO IX. Instalación material. . . . 78 Ubicación; espacio; mobiliario y equipo; alumbrado y acústica; decoración; distribución de los elementos.

APÉNDICE 1. Resumen de la Clasificación Decimal de Dewey . . . . . . . 92

APÉNDICE II. Cuestionario de control . . . . 102

APÉNDICE III. Bibliografía selecta . . . . . 104

LISTA DE ILUSTRACIONES

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IX

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XI”

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Entre las páginas 38 y 39

La biblioteca brinda un vasto caudal de riquezas. Madison, Wisconsin, Estados Unidos de América

Las obras de referencia son útiles instrumentos de trabajo. Raleigh, Carolina del Norte, Estados Unidos de América

Los alumnos de la clase trabajan en la biblioteca. Brighton, Australia

El maestro bibliotecario explica el sistema de clasificación a una joven lectora. Modena, Italia

Los alumnos vuelven a la clase con el material prestado por la biblioteca para realizar un trabajo. Madison, Wisconsin, Estados Unidos de América

La biblioteca también se utiliza para el trabajo individual. Estas alumnas preparan un informe o redactan un ensayo. Suecia

La llegada del bibliobús de la escuela es esperada ansiosamente. Tours, Francia

Los alumnos consultan los textos para completar lo que aprendieron en clase. Suecia

;Qué libro podrá ayudarnos? La respuesta la da el catálogo. Suecia

Una exposición de libros nuevos. Dunedin, Nueva Zelandia

En esta biblioteca son muchos los que piden libros de imágenes. Ciudad de Panamá, Panamá

Cuando los alumnos toman parte en la organización de la biblioteca, aprecian mejor los libros. Madison, Wisconsin, Estados Unidos de América

Los alumnos y la bibliotecaria disfrutan de la hora del cuento. Enfield, Australia

Una alumna del curso superior lee para los niños del curso primario. Raleigh, Carolina del Norte, Estados Unidos de América

Cuando pueden hojear los libros, los niños se sienten como en su casa. Enfield, Australia

El departamento de préstamos. Frederiksberg. Dinamarca XVI

La bibliotecaria ayuda a resolver el problema. Haberfield, Australia

Estos muchachos ya están acostumbrados a pedir libros en la biblioteca. Clementon Par-k, Australia

El maestro bibliotecario escoge películas fijas. Pakenham, Australia

La galería de la escuela ha servido para instalar la biblioteca. Bagdad, Irak

Una biblioteca acogedora y agradable. Oslo, Noruega

Una sala funcional de lectura. Frederiksberg, Dinamarca

El rincón de la biblioteca: una instalación típica en las escuelas rurales a cargo de un solo maestro. Australia

Armario para láminas, tableros para boletines y carteleras. Merlynston, Australia

Entre las páginas 82 y go

Lámina I. Estanterfa para libros de imágenes

Lámina 2. Estantería para revistas estantería ordinaria

Lámina 3. Estantería doble a altura de mesa armario para sala de trabajo

Lámina 4. Mesas, silla y carretilla de libros

Lámina 5. Estantería a altura de mesa; mesa de préstamos

Lámina 6. Fichero vertical metálico: sujetadiccionarios giratorio; fichero

Lámina 7. Plan de una pequeña biblioteca escolar

AGRADECIMIENTOS

Al expresar mi profunda gratitud a todas las personas que me ayudaron a preparar el presente texto, quiero dar las gracias en especial a los bibliotecarios de diversos países que facilitaron foto- grafías para las ilustraciones; a la Srta. Marietta Daniels, de la Unión Panamericana, Wáshington, D.C., por sus útiles consejos y su excelente material; a la Biblioteca Escolar Piloto de La Habana, Cuba, y a la Srta. Blanca Adrianzen Trece, Lima, Perú, que me permitieron compartir su material; a la Srta. Elenora Alexander, de las escuelas públicas de Houston, Texas; a la Srta. Cora Paul Bomar, del Departamento de Instrucción Pública del Estado de Carolina del Norte y a sus colaboradores, así como a la Srta. Mae Graham, del Departamento de Educación del Estado de Maryland, por haberme permitido adaptar y utilizar el material preparado en sus oficinas; al Sr. Jimmy Barefoot, alumno del Needham Broughton High School de Raleigh, Carolina del Norte, por haber preparado los dibujos que muestran la disposición y el mobiliario de la biblioteca; y a la Srta. Jewel Wynne, mi secretaria, por su infatigable colaboración.

CAPÍTULO 1

LA BIBLIOTECA EN LA ESCUELA PRIMARIA MODERNA

Aunque las bibliotecas de las escuelas primarias se han desarrollado en una época relativamente reciente, su eficacia en el proceso de la enseñanza ha quedado ampliamente demostrada, por lo cual se las considera imprescindibles para el buen funcionamiento de toda escuela moderna. Desde un principio, la escuela primaria tuvo a su cargo la enseñanza de las llamadas “materias fundamen- tales”, entre las cuales la lectura ocupaba un primer plano. El desarrollo de la capacidad para leer sigue teniendo una importancia capital, pero los métodos que se emplean para este fin han evolu- cionado.

En otros tiempos, la escuela primaria se basaba por entero en los libros de texto. Aprender de memoria se consideraba como el fin de toda enseñanza. Hoy en día los educadores se han convencido de que es posible aprender más y con mayor rapidez valiéndose de una serie de métodos y materiales diversos. En la enseñanza moderna la biblioteca cobra cada vez mayor importancia, porque no sólo permite ampliar los estudios en todas las esferas, sino que también brinda los medios necesarios para vencer las dificultades que puedan surgir en los distintos grados de la enseñanza. Mediante sus libros, cuadros, folletos, mapas, películas, diapositivas, grabaciones sonoras y demás material impreso, la biblioteca constituye una verdadera mina de oro para maestros y alumnos. El niño que tiene buenos libros a su alcance va mucho más allá de lo que exige el trabajo diario de las clases, y adquiere sus conocimientos según el más provechoso de todos los sistemas, o sea el de la iniciativa propia.

Existe una relación directa entre la capacidad de lectura y la práctica de la misma. Al principio, el programa tiene por principal objeto enseñar la técnica de la lectura, sin por ello perder de vista la comprensión y el interés que manifiesta el alumno. Por lo tanto, en un programa eficaz no se puede omitir el material de lectura para los niños. El problema se resuelve con más facilidad cuando la escuela primaria dispone de una biblioteca con una colección variada de libros para todos los grados, que tratan de los temas más diversos. A medida que el niño aprende a leer se puede estimular

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su curiosidad, incitándole a que busque en los libros la respuesta a sus preguntas. Su contacto con la literatura será tanto más satisfactorio cuanto más amplia sea la colección de libros que puede consultar. La lectura intensa y variada constituye para el niño el único medio de desarrollar su apreciación de los libros y de formar su gusto y su sentido de los valores. La biblioteca le brinda una oportunidad de hojear libros, de probar y escoger, de leer y asimilar, y todo ello dilata su horizonte espiritual.

La biblioteca es asimismo el lugar propicio para hacer consultas y obtener informaciones. El maestro y el bibliotecario (o el maestro bibliotecario) instruyen y orientan al alumno para que pueda desarrollar y aplicar las aptitudes tan necesarias para esta clase de lecturas independientes. Hay que insistir aquí sobre el gran valor educativo derivado de la satisfacción que siente el niño cuando trabaja por su cuenta.

La reunión en una biblioteca central de todos los medios biblio- gráficos de que dispone la escuela, representa una circulación constante de material impreso que entra y sale de las clases, contri- buyendo así a dar una mayor variedad y amplitud a la enseñanza. Aunque el costo de funcionamiento de una biblioteca central no es inferior al de la suma de las bibliotecas parciales de las aulas, significa una economía teniendo en cuenta la cantidad de material que cada maestro puede utilizar para satisfacer las necesidades de sus alumnos. En efecto, ya no hacen falta tantos ejemplares del mismo libro, pudiendo por lo tanto comprarse una mayor variedad de publicaciones y otros materiales, lo que permite satisfacer las necesidades en materia de lectura de los alumnos de todos los grados. Se logra así una mayor diversidad en todos los aspectos de la enseñanza. Los alumnos adquieren el sentido de la actividad colectiva, y aprenden a utilizar los materiales de documentación. Ello les enseña a estudiar mejor y a encontrar por sí mismos las soluciones que buscan, a la vez que se familiarizan con el texto de numerosos libros. Las bibliotecas de las aulas no poseen esas ventajas; los mismos maestros reconocen que no se trata de verdaderas bibliotecas pues no disponen de colecciones amplias y variadas, y reflejan ante todo los intereses personales de un solo maestro. Por lo general no están bien organizadas, catalogadas y administradas, y en el mejor de los casos son incompletas. No resultan económicas ni tienen en cuenta los diversos grados de la cultura literaria y los cambios que se manifiestan de un año a otro en las actividades, aptitudes e intereses de una clase. La biblioteca central, en cambio, dispone dentro de la misma escuela de una gran variedad de material de lectura y de enseñanza, ocupa un local apropiado, está bien organizada y es accesible a todos los alumnos y maestros.

Para el éxito de la biblioteca central de una escuela primaria, la función del maestro no es menos importante que la que corresponde

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a la biblioteca en el programa educativo a cargo del maestro. En efecto, toma parte activa en la selección del material para la biblioteca, determinando el programa para sus alumnos y cuidando de que sea ejecutado; hace que la biblioteca desempeñe una fun- ción esencial en la vida diaria del niño. La biblioteca central de la escuela primaria moderna tiene por objeto : Estar al alcance y al servicio de todos los alumnos de la escuela,

sean mediocres, brillantes, lentos, tímidos o “difíciles”. Disponer de material de lectura de toda índole sobre todos los

temas correspondientes a los diversos grados de madurez de los alumnos, a fin de satisfacer las múltiples exigencias de un programa de estudios moderno.

Proporcionar una amplia colección de textos que satisfagan la curiosidad personal de cada niño en materia de lectura, estimu- lándolo a ampliar la esfera de sus intereses.

Orientar a los niños en sus lecturas para que cobren conciencia de lo mucho que los libros pueden satisfacer su anhelo de conocimiento.

Constituir uno de los aspectos importantes de un programa general de orientación.

Enseñar a los alumnos la manera de utilizar los libros y las bibliotecas para capacitarlos a servirse de materiales de consulta e investigación.

Desarrollar el sentido de la responsabilidad, habituando a los niños a compartir un patrimonio común, a respetar los derechos de los demás y a observar los principios democráticos.

Proporcionar a los maestros la documentación que necesitan para el programa de enseñanza y para su propio desarrollo profesional.

Servir de introducción y aprendizaje para la utilización de todas las bibliotecas de la comunidad.

En la escuela, la biblioteca central cumple una función análoga a la de la biblioteca pública para la comunidad. No se limita a prestar sus servicios entre los cuatro muros de la sala de lectura, sino que también los brinda a las clases, colaborando con el maestro en el planeamiento y revisión de las tareas y prestando su material con generosidad y sin limitación de tiempo. La biblioteca crea un contacto directo con cada niño, teniendo en cuenta sus necesidades propias y esforzándose por satisfacerlas. Cuando los recursos permiten emplear a un bibliotecario a jornada completa, éste acude a las clases, a petición del maestro, para presentar los textos relativos al programa de enseñanza, dar charlas sobre libros, contar historias y explicar el funcionamiento de sus servicios, tal como lo hace en la sala de la biblioteca. Con un programa fijado de ante- mano, ningún alumno de la escuela escapa a la influencia de la biblioteca. Ese programa no es de ningún modo empírico, sino que

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tiene un carácter concreto y evolutivo, y constituye una parte esencial de las posibilidades de instruirse que tiene cada alumno de la escuela, siendo, además, el resultado de una cooperación entre los administradores, maestros y padres de los alumnos.

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CAPÍTULO II

EL PERSONAL Y SUS TAREAS

EL BIBLIOTECARIO

Para el buen funcionamiento de la biblioteca, es imprescindible un bibliotecario tan competente como activo. El bibliotecario debe comprender a los niños y poseer condiciones para tratar con ellos y dirigirlos; ha de tener intereses variados, vitalidad, buena salud, tacto, entusiasmo, energía y la capacidad de trabajar con los adultosal igual que con los niños. Además, deberá estar familiarizado con la literatura infantil y capacitado para encargarse de la organización técnica de la biblioteca. Como condición mínima para ocupar ese cargo debiera exigirse el haber aprobado los cursos que se requieren para ejercer el magisterio, y una formación elemental en biblioteconomía.

Por razones económicas y de otra índole, en la mayoría de los países las escuelas primarias no tienen todavía la posibilidad de contar con bibliotecarios profesionales que trabajen a jornada completa, por lo cual las escuelas primarias donde se establece una biblioteca central suelen confiarla a uno de los maestros. Hace falta, no obstante, que las personas así designadas adquieran un conocimiento elemental de biblioteconomía, siguiendo sobre todo los cursos sobre literatura infantil y sobre organización y adminis- tración de bibliotecas escolares.

En muchos lugares donde no existe la posibilidad de crear un puesto de bibliotecario a jornada completa en cada escuela primaria, se ha encontrado una excelente solución intermedia: emplear a un profesional para que preste servicios en varias escuelas, y nombrar “maestro bibliotecario” a un maestro de cada una de ellas. El bibliotecario trabaja por lo menos un día por semana, en cada escuela, con un horario lo suficientemente flexible como para que todos los alumnos y maestros puedan encontrarse con él periódicamente, y cada escuela pueda contar con un programa permanente de enseñanza sobre el uso de los libros y de la biblioteca. Al establecer el horario conviene reservar el tiempo necesario para la organización y preparación del material.

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La misión del bibliotecario comprenderá las obligaciones que se exponen a continuación: Proporcionar un criterio y una dirección profesionales, mantenién-

dose al tanto de los acontecimientos en la esfera de su competen- cia, fomentando la producción y perfeccionamiento de los textos de literatura infantil, tomando nota de las necesidades y compar- tiendo los intereses de alumnos y maestros, valiéndose de la biblioteca para contribuir a la formación y al desarrollo intelec- tuales de los niños y estableciendo un programa para los servicios de biblioteca, vinculado con las diversas esferas de actividad de la escuela.

Facilitar servicios profesionales, escogiendo material de lectura relativo al programa de estudios que satisfaga y estimule al mismo tiempo a los alumnos (para lo cual hace falta conocer el plan de estudios y los centros de interés de cada clase, así como 10s

libros adecuados y la forma de obtenerlos), reuniendo y dando a conocer el material que pueda contribuir a formar y enriquecer la personalidad del niño (para lo cual se precisa conocer bien la literatura infantil clásica y las mejores publicaciones para niños, teniendo asimismo la aptitud de presentar los libros, de leer en voz alta y de contar historias) y preparando el material de lectura para que se pueda usar fácil y prácticamente (para lo cual hace falta habilidad para administrar el presupuesto, hacer pedidos, preparar el material para la circulación, clasificarlo y mantener un catálogo de fichas apropiado).

Enseñar el modo de utilizar la biblioteca, mediante un curso progresivo de instrucción que tenga en cuenta las necesidades y aptitudes de los alumnos de cada clase, colaborando con los

maestros para enseñar los métodos apropiados y dar a los alumnos la ocasión de realizar ejercicios prácticos, y estimulando a los más adelantados para que empleen en la forma más amplia posible los materiales de la biblioteca.

Preparar informes y una evaluación del programa, llevando un registro apropiado y elevando informes a los administradores, dando las explicaciones necesarias sobre dichos registros y sobre el funcionamiento de la biblioteca a la colectividad escolar y readaptando y mejorando el programa de año en año.

EL INSPECTOR DE BIBLIOTECAS ESCOLARES

Dentro de un sistema escolar, el inspector de bibliotecas escolares tiene por función principal mantenerse al tanto de la evolución en materia de bibliotecas escolares e informar al personal de éstas, a los directores y maestros de escuela y a los alumnos, acerca de la mejor manera de utilizar la biblioteca; deberá establecer programas de actividades inmediatas o a largo plazo, evaluándolos

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y perfeccionándolos, proporcionar orientación profesional al personal de bibliotecas, preparar en cooperación con los bibliotecarios, directores y maestros de escuelas un curso básico sobre la manera de utilizar las bibliotecas y proponer métodos que puedan aplicarse con la mayor uniformidad posible en todas las escuelas de su juris- dicción, a fin de recoger elementos comparativos.

Entre las obligaciones del inspector de bibliotecas en cuanto administrador del presupuesto, figuran : recibir, aprobar, preparar órdenes de compra y transmitir pedidos de libros, revistas, diarios, encuadernación, útiles para bibliotecas y demás objetos necesarios; distribuir los útiles de acuerdo con las necesidades de las diversas escuelas, sin rebasar los límites del presupuesto; llevar cuentas exactas de las cantidades que las escuelas gastan en sus bibliotecas.

Como coordinador del programa de bibliotecas, el inspector debe procurar que cada escuela tenga un programa mínimo de servicios de biblioteca para que todos los alumnos puedan adquirir por igual los conocimientos necesarios para utilizar una biblioteca; que los directores de escuelas así como todos los bibliotecarios comprendan el programa y se interesen activamente por su realiza- ción; por otra parte, el inspector debe proponer los libros que ha- brán de figurar en la colección fundamental de cada escuela, de conformidad con los intereses, aptitudes y posibilidades personales, clase o grupo, sugiriendo nuevos libros y textos en relación con el plan de estudios y dirigiendo los servicios técnicos centralizados donde se preparan los libros destinados a las diversas bibliotecas del conjunto.

Además, el inspector debe proceder a una evaluación constante de las colecciones de libros y otros materiales y del modo en que los utilizan los maestros y alumnos, del programa de instrucción, del local e instalación de la biblioteca y de los servicios del personal.

LOS AUXILIARES DEL BIBLIOTECARIO

Las escuelas más importantes no pueden realizar su programa en materia de biblioteca si sólo cuentan con los servicios de un solo bibliotecario profesional. Por otra parte, para muchas de las tareas, tales como escribir a máquina, empastar, intercalar fichas y reunir documentos, no se necesita una preparación especial y pueden ser llevadas a cabo por auxiliares no especializados.

En más de una comunidad, los padres de los alumnos ofrecen voluntariamente sus servicios para trabajar un número determinado de horas por semana en la biblioteca de la escuela primaria. A continuación figuran algunas de las tareas que los padres de alumnos llevan eficazmente a cabo: Preparar libros, o sea: desempaquetar libros nuevos, verificar que

el contenido sea conforme a la factura, cortar las páginas, orde-

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nar alfabéticamente los libros, ponerles el sello de la biblioteca, anotar las informaciones necesarias en los libros, marcar la signatura en el lomo, pegar bolsillos y boletas de devolución y escribir a máquina el registro de adquisiciones.

Ocuparse del catálogo de fichas y del topográfico: escribir fichas a máquina, ordenarlas y alfabetizarlas para incorporarlas al catálogo de fichas, ordenar las del catálogo topográfico con arreglo a las signaturas y colocarlas en el fichero correspondiente.

Ocuparse del archivador vertical, recortar el material designado, buscar material sobre determinados temas, preparar los recortes respectivos, preparar mapas e ilustraciones, marcar nuevas car- petas, reforzar, ordenar e intercalar folletos y recortes una vez que las materias han sido asignadas.

Desempeñar tareas diversas, tales como escribir a máquina tarjetas de libros, reparar encuadernaciones, escribir cartas a máquina, ordenar cubiertas de libros, preparar listas, esténciles, carteleras, ayudar a buscar material para exposiciones y a preparar exposiciones y cuadros estadísticos.

LOS ALUMNOS AYUDANTES DE LA BIBLIOTECA

Para las tareas diarias, sobre todo en lo que se refiere a la circula- ción de los libros, no hay mejor ayuda que la que pueden ofrecer los alumnos de las diversas clases. A tal fin, prestan sus servicios en la biblioteca los alumnos de la clase designada a este efecto. Con frecuencia los representates que cada clase delega a la biblioteca constituyen un club que por su actitud con respecto a la biblioteca da el ejemplo a toda la escuela. Los alumnos ayudantes se encargan con un día de anticipación de recordar a sus compañeros de clase que tienen que devolver los libros prestados. Intervienen asimismo en los casos en que los libros prestados no han sido devueltos, y tratan de influir en sus compañeros para que observen las debidas normas al utilizar los servicios de la biblioteca. Sus tareas en la biblioteca son las siguientes : Velar por la limpieza, el orden y una ventilación satisfactoria del

local, después de haberlo dejado sus compañeros de clase, pro- curando que la mesa de préstamos quede libre para la clase siguiente.

Con respecto a la circulación de libros, procurar que cada alumno firme las tarjetas de los libros que pide prestados, que la fecha de devolución figure en forma clara y legible, y ordenar las tarjetas de los libros prestados para que puedan guardarse.

Al devolverse los libros, controlarlos y colocar la tarjeta correspondiente en el bolsillo del libro, comprobando si se debe reparar la encuadernación, si cumple reemplazar la tarjeta del libro y

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la boleta de devolución, y si el número de signatura es todavía legible.

Al guardar el material, poner los libros en los estantes, de acuerdo con la signatura, y colocar los demás materiales en el lugar que les corresponde, asegurándose de que en cada libro se ha puesto la tarjeta correspondiente y que los libros guardan el orden que les corresponde en los estantes.

Al examinar los estantes, procurar que en cada sección los libros figuren en el orden que corresponde a su clasificación.

Tareas diversas. Ayudar a hacer el inventario, y marcar con el sello de la biblioteca las revistas, folletos y demás materiales. De acuerdo con las instrucciones vigentes, tomar medidas en el caso de que no se hayan devuelto los libros dentro del plazo estipulado. Ayudar a reunir el material que se ha de prestar a las clases.

EL MAESTRO

La biblioteca de la escuela primaria será eficaz en la medida en que puede contar con la colaboración de los maestros. Los cursos de la escuela primaria son un período de formación, y el maestro es el guía más inmediato del niño. Si aquél no se vale de la biblioteca para la lectura y las consultas, incitando a los alumnos a que sigan su ejemplo, los niños se acostumbrarán difícilmente a buscar soluciones y a indagar los hechos, y no conocerán la satisfacción que da la lectura. En la escuela primaria el maestro deberá pedir prestados numerosos libros para su clase, algunos por todo el período escolar, otros por menos de un día, y otros por algunas semanas.

Por su parte, el alumno pedirá prestados por su propia cuenta aquellos libros que se propone leer en su casa.

Como miembro del personal encargado de la biblioteca, el maestro deberá dar a sus alumnos, a intervalos regulares, la ocasión de explorar y de utilizar las riquezas de su biblioteca, y junto con el bibliotecario encargarse de instruir a su clase en el uso de la misma.

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CAPÍTULO 111

ORIENTACION DE LA LECTURA

La orientación de la lectura tiene por objeto desarrollar el interés y el gusto del lector, su aptitud de seleccionar los textos, de sacar provecho de ellos y de hacer un examen crítico de lo leído, adquiriendo la costumbre de leer para su información y placer. Las fases iniciales y el ritmo del progreso que realiza cada alumno no son menos variados que sus intereses y su capacidad de aprender. Im- porta, pues, dirigir este desarrollo. Puesto que aprendemos por la práctica, conviene desde el principio dar a los alumnos la posibilidad de examinar, escoger y comparar los textos para que puedan acostumbrarse a leer con provecho. La lectura sólo será provechosa en la medida en que el alumno pueda comprender el sentido del texto impreso y establecer una relación entre ese sentido y su propia persona. Un objetivo esencial de la orientación será, pues, ayudar al niño a interpretar y asimilar lo leído. Hace falta estimular a los niños, orientándolos, a que expresen su reac- ción frente a lo leído, dejándolos escoger libremente su medio de expresión.

La orientación tiene como base el conocimiento de la personalidad del alumno, de sus intereses, necesidades y aptitudes, así como el conocimiento del material de lectura. Por su forma y contenido ese material debera ser lo más variado posible y comprender textos de toda índole -libros ilustrados, libros sobre temas inventados y reales, y obras de referencia- así como diarios, revistas y folletos. Dándoles la oportunidad de explorar y examinar ese material, de comparar, escoger o rechazar, se despierta el interés de los niños, ampliando su horizonte, y se les ayuda a hacer una selección acertada.

Los métodos empleados en la orientación de la lectura pueden dividirse en dos categorías : tomar parte en la lectura con los niños o hacer que éstos compartan entre ellos sus experiencias de lectura. La eficacia de uno u otro método varía según las características individuales de los alumnos.

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TÉCNICAS MEDIANTE LAS QUE LOS ADULTOS COMPARTEN LA

LECTURA CON LOS NIÑOS

La narración es un procedimiento sumamente popular, por lo directo de las relaciones que se establecen entre el narrador y el público, imposible de lograr valiéndose de las demás formas de expresión.

Por lo general es posible adquirir la aptitud de contar historias: se necesita una voz agradable, buena dicción, cierta soltura, y la aptitud de impresionar a los oyentes.

La lectura en voz alta, que guarda estrecho contacto con la narra- ción, pone en evidencia la calidad del lenguaje y constituye una manera eficaz de dar su ritmo y musicalidad a los poemas cuentos.

En las charlas sobre libros se puede presentar un episodio completo extraído de un libro, señalándose a la vez otros libros de la misma índole; también pueden darse en forma sucinta algunas indicaciones acerca de una serie de libros sobre una materia de interés general, basándose en el tema, el autor, el ilustrador, etc.

Los medios audiovisuales tales como películas, vistas fijas, dibujos, ilustraciones y grabaciones, basados en textos impresos o relacionados con ellos, pueden utilizarse para presentar relatos o libros.

Las visitas individuales o colectivas a las bibliotecas para hojear libros constituyen un medio útil de formar el juicio necesario para la selección de material de lectura. Hace falta que el maestro o el bibliotecario tomen parte activa en esas visitas, que pueden termi- narse por reuniones y debates en que los alumnos cambiarán impresiones e ideas acerca de los libros que acaban de hojear.

Las exposiciones son otro medio poderoso de estimular el interés en el material de lectura, sobre todo cuando se trata de temas menos conocidos. Convendría coordinar las exposiciones con otras actividades, tales como charlas sobre libros.

ACTIVIDADES MEDIANTE LAS QUE LOS NIÑOS SE COMUNICAN

EL RESULTADO DE SUS LECTURAS

Los juegos que se organizan en relación con libros, desde meros acertijos (indicar el título del libro que se acaba de describir, o completar un verso de una poesía infantil) hasta la solución de cuestiones “literarias” más complicadas, son un medio de incitar a los alumnos a que nombren o resuman brevemente cuentos y poemas conocidos.

La adaptacidn teatral da a todos los alumnos la ocasión de tomar parte en la representación de sus historias preferidas. En las clases elementales esa transposición consiste en representar una historia que acaba de leer o de contar el maestro o uno de los alumnos, o en improvisar un diálogo para acompañar la acción. En las clases

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más adelantadas conviene organizar representaciones más perfec- tas, charadas y comedias de muñecos o de títeres.

Los debates pueden consistir tanto en un mero cambio de ideas e impresiones de los alumnos que se comunican sus observaciones sobre los libros, como en discusiones organizadas según un plan fijado, en grupos de discusión, mesas redondas, coloquios, etc.

Las charlas sobre libros, para las cuales un alumno prepara la descripción o el resumen de un episodio significativo de un libro, pueden incitar a que otros alumnos lo lean.

Las narraciones que los alumnos hacen a sus compañeros de clase 0 a grupos más jóvenes, y para las cuales cuentan con la orienta- ción del maestro, constituyen una actividad que merece estimularse.

Las notas explicativas, o una breve nota bibliográfica destinada a describir un libro y despertar el interés de los alumnos, pueden guardarse en el fichero de la clase para fijarlas en la pizarra cuando se presente la ocasión. Conviene preparar reseñas de libros para publicarlas en el diario de la escuela o en el boletín de la biblioteca.

Las tareas artkticas y artesanales facilitan la expresión creadora y original de las ideas inspiradas por los libros. Al oir o al leer un cuento, un niño puede sentirse inspirado y crear toda clase de figuras y modelos para ilustrarlo.

Un programa de actividades en torno al libro, establecido por los mismos alumnos, puede llegar a ser un medio de enseñanza gracias al cual los alumnos de los diversos cursos aprenderán a recoger datos sobre la mayoría de los temas de estudio. Ese programa puede ser de carácter oral o escrito, manual o artístico, y desarrollarse tanto individualmente como en grupo. Los ejercicios escritos u orales de carácter individual pueden com-

prender: notas y comentarios sobre un libro, destinados a una colección reunida por la clase, a un álbum de recortes o a un boletín mural; preguntas que se hacen a otros alumnos de la clase que han leido el mismo libro; imaginar otro capítulo o episodio, o un final diferente; la descripción de uno o de varios personajes interesantes; las razones por las que algún libro agrada o desagrada al alumno; una carta enviada a un amigo para recomendarle un libro ; una descripción, con otras palabras y expresiones, del episodio más entretenido o emocionante o de la parte más valiosa de un libro; reseña de un libro para el periódico de la clase, de la escuela o de la ciudad; lectura en voz alta de las partes más destacadas, previa una cuidadosa selección; un cuento original destinado al grupo.

Entre los ejercicios escritos u orales para grupos de alumnos pueden figurar los siguientes: evaluación colectiva del libro sea bajo la forma de debate, o mediante la presentación por cada alumno de un aspecto diferente del libro; comparación de varios libros sobre temas análogos; biografía resumida de un autor preferido;

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una carta a un autor preferido; votación para establecer la lista de libros, autores y temas preferidos del grupo; lectura en coro de extractos, cuentos o poemas; narración en grupo y presenta- ción de obras de teatro, actuando el jefe el grupo como narrador y encargándose los demás del fondo sonoro o de la acción dramática; adaptación a la escena de los cuentos favoritos, im- provisando el diálogo la clase entera o grupos determinados; representación plástica, palabra por palabra, de un título o de una cita; lista de libros recomendados (cuentos, poemas, etc.) sobre determinado tema; reseñas orales de libros destinadas a una clase inferior; acertijos: el jefe del grupo describe un libro, tratando los demás de adivinar el título; debates sobre un cuento que se acaba de contar: reacciones de los alumnos, ideas originales, etc. ; composición de un cuento, utilizando en cada frase el título de un libro.

Entre los ejercicios manuales o artísticos que puede ejecutar un solo alumno figuran: breves textos escogidos, sobre todo poemas, impresos a mano en papel de carteles, con márgenes ilustrados; representación de un episodio de un libro en forma de acertijo; una cubierta de libro original; una serie de carteles sobre el tema de un libro; ilustraciones originales para un libro; un mapa para un libro sobre un tema histórico o geográfico; selección de música grabada para acompañar la lectura de un cuento.

Entre los ejercicios manuales o artísticos que puede realizar un grupo de niños figuran los siguientes : un mapa para el aficionado a los libros: personajes de los libros referentes a una región determinada, o personajes preferidos del grupo; una exposición de objetos hechos con ayuda de libros, o mostrando las fases de su fabricación; un mapa cronológico en que figuran libros de diversos períodos históricos de una región; una pintura mural para ilustrar un episodio de un libro; adaptación dramática de textos escogidos de un libro: guión cinematográfico, programa de radio, sainete o comedia de títeres; maqueta de las decora- ciones para un escenario; cuadros en que figuren los personajes de un libro; figuras de los personajes de un libro, hechos con cajas, botellas, cartón, piedra, etc. ; canciones basadas en un poema; una lista de referencias útiles para el estudio de determinado tema.

La variedad del material de lectura y la libertad de escoger los textos, junto con una orientación adecuada, constituyen un método mucho más eficaz que un programa que fije lo que se debe leer, cuánto se tiene que leer y cómo se ha de relatar lo leído.

Es importante que los alumnos y maestros se pongan de acuerdo sobre las actividades futuras y la evaluación de los resultados, basándose en las normas que el grupo haya llegado a establecer.

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CAPíTULO IV

LA BIBLIOTECA AL SERVICIO DE LOS ALUMNOS: INSTRUCCION SOBRE LA FORMA

DE UTILIZAR LA BIBLIOTECA

Debiera darse a todos los niños una instrucción completa sobre la manera de utilizar los servicios de biblioteca. Naturalmente, esta enseñanza tendría que proceder por etapas y ser lo suficientemente continua como para que los alumnos pudieran formarse una idea precisa de la finalidad e importancia de una biblioteca. Además, la instrucción en esta materia debería formar parte en gran medida del estudio e iniciarse en el momento en que se hace patente la necesidad de que la enseñanza disponga de los servicios de una biblioteca, lo que suele ocurrir en la escuela de párvulos o en el primer año escolar.

Puesto que la aptitud para utilizar una biblioteca se desarrolla poco a poco, importa establecer una enseñanza gradual en ese sentido. Así, por ejemplo, hay que aprender la manera relativamente simple de utilizar una enciclopedia, antes de poder enfrentar trabajos más complicados. La forma de valerse de una biblioteca, lo mismo que el escribir cartas, se aprende desde el curso primario hasta los estudios superiores. Hoy en día, el alumno del curso primario suele conocer mejor el modo de utilizar los libros que la mayoría de los que hace una generación ingresaban en la escuela secundaria. Esto se debe al mayor número de bibliotecas de escuela primaria que existen en la actualidad. El mejoramiento de la enseñanza escolar depende en alto grado de la aptitud del individuo para estudiar por sí mismo, y esa aptitud no puede manifestarse sino en la medida en que se disponga de libros y bibliotecas.

Cuando en una escuela primaria se acaba de organizar una biblioteca y se inicia el programa, la enseñanza elemental acerca de su utilización deberá ser idéntica en todas las clases. Así, por ejemplo, cuando no se ha enseñado a los alumnos el modo de utilizar una enciclopedia en el nivel apropiado, las instrucciones correspondientes tendrán que darse incluso en las clases más adelantadas.

Un plan de instrucción progresiva sobre el modo de utilizar las bibliotecas puede presentarse aproximadamente en la forma que se indica a continuación. Cabe señalar que esa enseñanza continúa

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a niveles cada vez más adelantados, con arreglo a los años de estudio y el grado de desarrollo mental.

Conocimientos sobre los libros y la biblioteca que los alumnos irán adquiriendo en los diversos niveles de la enseñanza: Principiantes. Orientación personal; intereses en materia de lectura;

orientación práctica en la biblioteca; la aptitud de escuchar; el cuidado y manejo de los libros; sistema de préstamo de libros; las partes de un libro; manera de aprovechar el libre acceso a las estanterías; la disposición de los libros por materias; la selección de libros por cuenta propia; colaboración para mantener en orden la sala de lectura; colaboración en el ordenamiento de los libros; colaboración en las operaciones de préstamo.

Alumnos de clases intermedias. Preparación de ficheros alfabéticos; utilización de ficheros alfabéticos; utilización de diccionarios sencillos; selección del volumen preciso de una enciclopedia; terminología bibliotecológica; lectura de revistas; utilización de un diccionario abreviado; sistema de clasificación; utilización de enciclopedias infantiles; catálogo de fichas.

Alumnos de clases superiores. Utilización del archivador vertical; pre- paración de bibliografías; manera de tomar notas; escribir resú- menes; utilización de atlas, globos y mapas ; utilización de ín- dices de revistas; utilización de índices de poesía; utilización de almanaques y anuarios; aplicación de los conocimientos adqui- ridos a un nivel superior; utilización de diccionarios completos; evaluación de materiales; utilización de fuentes especiales de referencia.

La enseñanza de estos conocimientos incumbe conjuntamente al bibliotecario y al maestro. Las diversas aptitudes a que se hace referencia más arriba guardan el orden en que probablemente serán enseñadas; sin embargo, no existe ninguna obligación de seguir un orden fijo o ajustarse a una fase determinada. Por otra parte, los maestros deberán insistir en los ejercicios prácticos, que constituyen el único medio de desarrollar las aptitudes del alumno en esa esfera.

Cumple recordar nuevamente que, para utilizar eficazmente los servicios de la biblioteca, cada alumno debe haber aprendido no solamente las lecciones correspondientes a su propia clase, sino las dictadas en las clases anteriores. Hace falta repetir las instrucciones siempre que sea necesario, hasta que los alumnos demuestren ser capaces de aplicar sus diversos conocimientosr.

En el siguiente resumen se han analizado más detenidamente los temas principales, formulándose diversas sugestiones acerca de los

mismos.

I. Mott, C. y Baisden, L. Thhc childrcn’s book on hom 10 use books and libra&. Nueva York, Charles Scribner’s Sons, rg&. Una obra que tanto los maestros como los alumnos pueden consultar con provecho.

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EL CUIDADO DE LOS LIBROS

Explicaciones que deben darse a los alumnos. Cuando los libros se cuidan como es debido, quedan en buen estado y duran más tiempo.

Cómo abrir un libro nuevo: ponga el lomo del libro en la mesa; haga bajar la tapa superior hasta que toque la mesa, y proceda en la misma forma con la tapa inferior; manteniendo con una mano las hojas del libro en posición vertical, abra alternativamente algunas hojas al principio del libro y luego algunas al final, hasta que el libro quede abierto por el medio; repítase.

Cómo tratar un libro: dé vuelta las páginas desde el ángulo superior derecho; utilice un marcador de libros en vez de doblar el ángulo de la página; al sacar un libro del estante, tómelo por el medio del lomo y no por sus extremos; vuelva a colocar el libro en su estante en la posición normal, el lomo hacia afuera, y evite llenar excesivamente los estantes; utilice los sujetalibros; si sale a la calle con un libro en un día lluvioso, envuélvalo cuidadosamente; guarde los libros en un lugar seguro.

Lo que deben saber-y llevar a cabo los alumnos. Hojear las colecciones de libros, pero sin alterar su orden; hacer uso de los libros con el cuidado y el respeto que merecen; abrir y hojear los volúmenes con las precauciones necesarias.

Métodos recomendados al maestro. Acostumbrarse a examinar los libros que se devuelven, formulando observaciones sobre el cuidado con que han sido tratados; incitar a los niños a que confeccionen y utilicen carteles sobre la manera más adecuada de tratar los libros; dejar que los alumnos ayuden a mantener la biblioteca en orden, mejorando su presentación, etc.; hacer que los alumnos elijan “bibliotecario”, por un tiempo limitado, a uno de sus condiscípulos.

EL LIBRO: PRESENTACIÓN E IMPRESIÓN

Explicaciones que deben darse a los alumnos. La presentación de todos los libros es esencialmente la misma: la tapa es la parte exterior de la encuadernación; el libro se compone de diversas partes que se han cosido juntas; el libro está unido a la tapa por medio de cola y una ancha faja de tela.

Para utilizar con provecho los libros, hace falta conocer la fun- ción de sus diversas partes impresas. Es preciso distinguir las partes impresas siguientes : La portada, en la que suele figurar el título, el autor o autores, el

editor, y el lugar y fecha de publicación. En el reverso de la portada figura la fecha del registro correspon-

diente al derecho de autor.

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En el prefacio suele indicarse el motivo que tuvo el autor para escribir el libro, y se da un resumen del contenido; a veces el prefacio se combina con la introducción.

En la tabla de materias figuran los capítulos en el mismo orden que en el libro, indicándose el número de la página en que comienzan.

Las ilustraciones, mapas y láminas constan en una lista, ordenada por títulos e indicando el número de la página correspondiente.

En la introducción se expone el punto de vista del autor y su método para desarrollar el tema; a veces la introducción se combina con el prefacio.

El libro está formado por todas las páginas impresas, tanto las del texto en sí como las referentes a cuestiones subsidiarias.

En la bibliografía se indican las fuentes de documentación donde pueden encontrarse datos para completar los que figuran en el libro.

El apéndice trae datos suplementarios relacionados con el texto general del libro.

En el índice figuran todas las materias de que trata el libro en orden alfabético, indicándose la página o páginas que a ellas se refieren ; suele encontrarse al final del libro.

Lo que deben saber y llevar a cabo los alumnos. Utilizar las diversas partes del libro para los fines correspondientes; aplicar métodos sistemáticos para encontrar el material en los libros; utilizar correctamente los índices; cuidar los libros, basándose en el conocimiento que tienen de su fabricación.

Métodos recomendados al maestro. Valerse de un libro que ya no se utiliza para mostrar su estructura: el pliego, el cuadernillo, la tela de refuerzo, las tapas, la costura; hacer que los alumnos señalen todas las partes de un libro en uno de sus propios manuales de estudio; hacer que los alumnos localicen las diferentes partes en otros volúmenes y en los libros de la biblioteca; hacer que los

alumnos reúnan datos sobre un tema tratado en clase, valiéndose de los índices de diversos libros.

EL DICCIONARIO

Explicaciones que deben darse a los alumnos. a) En un diccionario completo figuran prácticamente todas las palabras de un idioma en el momento de la impresión. b) Palabras indicativas en cada página : la palabra que figura en lo alto de la columna de la izquierda es la primera palabra de la página; la que figura en lo alto de la columna derecha es la última palabra de la página; entre ambas se encuentran las demás palabras de la página por orden alfabético. c) El diccionario indica: la ortografía de las palabras simples y com-

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puestas, las sílabas, los plurales, las mayúsculas; las abreviaturas; la pronunciación y el acento, los signos diacríticos para señalarlos; definiciones; ilustraciones; geografía (los suplementos geográficos contienen datos resumidos acerca de los diferentes países y lugares) ; nombres propios (personas y personajes romanescos y legendarios) ; sinónimos (palabras con el mismo sentido); antónimos (palabras con un sentido contrario) ; expresión correcta, familiar, arcaica, jerga; palabras y locuciones extranjeras; sintaxis; comparación de adjetivos y adverbios; los verbos y sus conjugaciones; signos arbi- trarios; citas; etimología de las palabras.

Lo que deben saber y llevar a cabo los alumnos. Utilizar sin dificultad el material ordenado alfabéticamente; emplear sin esfuerzo grandes o pequeños diccionarios; utilizar sistemáticamente un diccionario con fines precisos.

Métodos recomendados al maestro. Organización de juegos alfabéticos, a base de la utilización del diccionario; utilización de los folletos de información publicados por editores de diccionarios.

LA ENCICLOPEDIA

Explicaciones que deben darse a los alumnos. a) En las enciclopedias generales figuran artículos sobre diversas materias con datos relativos a individuos, lugares, objetos y acontecimientos. b) Las buenas enciclopedias son la obra de especialistas, están ordenadas alfabé- ticamente, utilizan un sistema eficaz de remisiones y abarcan múltiples temas. c) La fecha del “copyright” indica la de la publi- cación, permitiendo deducir la actualidad de los datos. d) Las enciclopedias son las obras de referencia más usadas y toda materia de que trata una enciclopedia figura bajo un epígrafe, presenta un interés general, tiene interés permanente, va acompañada por datos concretos. e) Las letras que figuran en el lomo de cada volumen de una enciclopedia indican su contenido y en cada página las palabras indicativas ayudan a encontrar el tema deseado.

Lo que deben sabery llevara cabo los alumnos. Utilizar las enciclopedias para encontrar informaciones sobre determinadas materias; encontrar las palabras clave de la materia que se quiere estudiar; valerse de las letras que figuran en el lomo de los volúmenes para encontrar las materias; valerse de las palabras indicativas en la página para encontrar las materias; consultar el indice siempre que sea necesario; volver a colocar los volúmenes en el orden correspondiente.

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Métodos recomendados a los maestros. Hacer un gráfico de la disposición de los volúmenes de una serie de enciclopedias, para que los alumnos se familiaricen con el orden alfabético; organizar ejercicios de ordenación alfabética; pedir a los alumnos que busquen las res- puestas a ciertas preguntas relacionadas con materias tratadas en clase; pedir a los editores que envíen instrucciones sobre el modo de utilizar las enciclopedias que posee la escuela.

DISPOSICIÓN Y UTILIZACIÓN DE LA BIBLIOTECA

Explicaciones que deben darse a los alumnos. a) Ubicación del material y del equipo de la biblioteca: mesa de préstamo, revistas, diarios, diccionarios, enciclopedias, obras de referencia, atlas, novelas, libros clasificados y libros en reserva. b) El reglamento de la biblioteca sobre la utilización del material dentro y fuera de la biblioteca. c) Cómo cuidar los libros prestados. d) Conducta que debe observarse en la biblioteca: respeto de la propiedad común, sentido de la responsabilidad, cortesía, comedimiento. e) Conocimiento de los medios de que dispone la biblioteca.

Lo que deben sabery llevar a cabo los alumnos. Utilizar la biblioteca por su propia cuenta; conducirse correctamente, tanto en el trato personal como al utilizar el material de la biblioteca; seguir los procedimientos que se enumeran en la parte sobre el “cuidado de los libros”.

Métodos recomendados al maestro. Distribuir una hoja mimeogra- fiada con instrucciones para los lectores, donde se explique el reglamento y se formulen sugestiones prácticas; pedir a los alumnos que dibujen el plano de la biblioteca, indicando el lugar donde se encuentran los diversos elementos que la integran; pedir a los alumnos que escriban composiciones, notas o boletines sobre la biblioteca y la conducta que se debe observar en ella.

CLASIFICACIÓN DE LOS LIBROS

Explicaciones que deben darse a los alumnos. a) Hay que optar por algún sistema de catalogación que facilite la pronta obtención de informaciones. Generalmente se aplica el sistema decimal de Dewey. De hecho, cuando se sabe utilizar una biblioteca no hay dificultad para consultar todas las demás. b) Según el sistema decimal de Dewey, la suma de conocimientos se divide en las diez clases principales que se enumeran a continuación:

3’

Obras generales . . Filosofía . . Religión . . . Ciencias sociales . . Lenguas . . Ciencias puras . . Ciencias aplicadas . Bellas artes . . . Literatura . . . Viajes, biografía, historia

. . . . ooo-ogg

. . . . IOO-1gg

. . . . 200-299

. . . . 300-399

. . . . 400-499

. . . . 500-599

. . . . 600-699

. . . . 700-799

. . . . 800-899

. . . . 900-999

Cada una de esas clases se divide en diez secciones, que a su vez se subdividen, etc., lo que tiene por efecto la formación de un sistema decimal. c) Todos los libros que tratan del mismo tema llevan un número idéntico. d) Según su número de clasificación, los libros se colocan en los estantes de izquierda a derecha. Los libros que llevan el mismo número de clasificación se colocan en orden alfabético, según el apellido del autor, con excepción de las biografías, que se disponen en orden alfabético según el apellido del biografiado. e) Las novelas no llevan número, figurando por orden alfabético según el apellido del autor; por lo general llevan la marca N. Los libros de fácil lectura llevan la marca F y se colocan en orden alfabético según el apellido del autor.

Lo que deben sabery llevar a cabo los alumnos. Localizar los libros por su número de clasificación y el nombre del autor; encontrar sin demasiada dificultad los libros que tratan de temas amplios; volver a colocar los libros en el lugar que les corresponde; recordar los números de clasificación más frecuentes, tales como 598 (Aves) y 398 (Cuentos de hadas).

Métodos recomendados al maestro. Demostrar la utilidad de la clasi- ficación; pedir a los alumnos que hagan un dibujo para mostrar en qué estanterías se encuentran las principales clases de libros; dar una definición de los términos que se utilizan en la clasificación; pedir a los alumnos que asignen números de clasificación a sus propios textos; hacer un cuadro del sistema de clasificación; hacer un cuadro que muestre la subdivisión de una de las clases, por ejemplo, Ciencias :

500 - Ciencias en general 510 - Matemáticas 510 - Astronomía (estrellas, planetas) 530 - Física (electricidad) 540 - Química

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550 - Geografía física 570 - Biología 580 - Botánica (Arboles, flores) 590 - Zoología (animales)

CATÁLOGO DE FICHAS

Explicaciones que deben darse a los alumnos. a) El catálogo de fichas es un índice de la biblioteca. En él figuran, en fichas separadas, el nombre del autor, el título y la materia; las fichas se colocan en orden alfabético. b) En cada ficha se reproducen los datos que figuran en la portada del libro. c) El número de clasificación, llamado también signatura del libro, se halla en el ángulo superior izquierdo de la ficha. d) Las fichas en las que la materia del libro aparece en la primera línea se llaman fichas de materia. La materia suele figurar en mayúsculas. e) Las fichas de reenvío “ver también” indican que se pueden encontrar datos suplementarios bajos los títulos de las materias que se señalan. Las fichas de reenvío “ver” indican que debe buscarse bajo el título señalado. f) Las fichas referentes a una parte de una obra se llaman “fichas analíticas”; las páginas del libro en que se encuentra la información correspondiente a la parte en cuestión se anotan en la ficha. g) Las fichas relativas a los autores se ordenan después de las fichas de sus libros. h) Las letras que figuran en las gavetas del fichero indican la gaveta que se debe consultar, del mismo modo que las letras indicadoras de una enciclopedia señalan el volumen que se debe usar.

Lo que deben saber y llevar a cabo los alumnos. Utilizar el catálogo con facilidad; valerse del catálogo para encontrar el libro o los datos que se buscan; leer la ficha para recoger todos los datos; mostrar su discernimiento al escoger el título que mejor corresponda al tema buscado; mostrar asimismo su discernimiento al escoger las referencias que figuran en las fichas.

Métodos recomendados al maestro. Hacer modelos de las diversas fichas que deben conocer los alumnos; hacer modelos ampliados de fichas para explicarlas a los alumnos; mostrarles las gavetas del fichero; hacer la comparación entre un catálogo de fichas y el índice de un libro de texto; explicarles de preferencia la manera de utilizar un catálogo de fichas, en vez de enseñar los métodos que se emplean para establecerlo.

PREPARACIÓN DE UNA BIBLIOGRAFÍA SENCILLA

Explicaciones que deben darse a los alumnos. a) Una bibliografía para determinado trabajo que debe realizarse en clase es una lista de

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todos los libros, revistas, folletos, etc., usados con relación al tema de dicho trabajo. b) En la biblioteca, las fuentes de información sobre una materia que se desea estudiar son las siguientes: el catalogo de fichas, las enciclopedias, los índices de las revistas, el archivador vertical de folletos y recortes. c) Los datos relativos a las fuentes de documentación deben anotarse del modo siguiente: i) para los libros: signatura, autor, título, lugar de publicación, editor, fecha de publicación, título o número de las páginas del capítulo, volumen (si forma parte de una serie) ; ii) para las revistas: autor y título del artículo, nombre de la revista, fecha de publica- ción, número de las páginas. d) Conviene conservar una buena bibliografía, ya que puede utilizarse repetidas veces.

Lo que deben saber y llevar a cabo los alumnos. Buscar sistemáticamente la documentación antes de ponerse a estudiar el material; registrar de manera completa y uniforme los datos relativos a cada docu- mento consultado; poner en orden las notas tomadas; conservar una lista de la documentación sobre cuestiones que pueden volver a plantearse.

Mt?todos recomendados al maestro. Explicar exactamente a los alumnos qué datos deben figurar en una bibliografía; dejar que los alumnos formulen sugestiones acerca de las posibles fuentes de documenta- ción sobre una materia que se estudia en la clase; pedir a los alumnos que preparen una bibliografía sobre un tema que se estudia en clase; dar a la bibliografía la forma de un folleto, para que pueda utilizarse en la biblioteca.

CÓMO TOMAR NOTAS

Explicaciones que deben darse a los alumnos. a) Antes de tomar las notas, deben registrarse todos los datos relativos a la fuente de docu- mentación que se utiliza: i) para los libros : signatura, autor, título, capítulo o número de las páginas, volumen (si forma parte de una serie) ; ii) para las revistas: autor y título del artículo, nombre de la revista, fecha de publicacion, número de las páginas. b) Para ahorrar tiempo, leer rápidamente todo el artículo o darle un vistazo para ubicar los elementos más importantes. c) Tomando nota de los puntos principales se obtiene una idea más clara del asunto. Por lo general conviene proceder con arreglo a un plan metódico: 1, A, I, a. d) Las citas deben figurar entre comillas.

Lo que deben sabery llevar a cabo los alumnos. Leer rápidamente para tener una idea de lo principal del tema; tomar nota de los datos de manera clara y concisa, por orden de importancia; tomar las notas en tal forma que no haga falta copiarlas, con lo cual se ahorra tiempo.

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Mktodos recomendados al maestro. Incitar a los alumnos a que tomen notas para los trabajos que realizan en clase; comparar las notas tomadas por diversos alumnos; al tomar notas sobre diversas materias, seguir las normas generales establecidas para esa actividad.

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CAPíTULO V

LA COLECCIÓN

Al constituir una colección de libros para la biblioteca de una escuela primaria, convendría tener en cuenta la gran diversidad de material que se necesita para hacer frente a las exigencias que impone el programa de estudios y los diversos intereses y necesidades de alumnos y maestros. Deberá incluirse material de muy variado tipo y estilo, correspondiente a los diversos grados de dificultad de la lectura. Habrá libros para lectores rápidos y lentos, adaptados a los diversos grados de capacidad de los niños. Se in- cluirán libros tradicionalmente populares, obras clásicas y una gran variedad de libros publicados en fecha más reciente. Habrá libros instructivos sobre muchos países, relatos de leyendas tradi- cionales, gran diversidad de libros de ciencias, artes, música y literatura, obras que sólo servirán de referencia, otras destinadas a ser leídas en su totalidad.

Una colección básica de libros habrá de ser rica y variada y abarcar todas las materias del programa escolar ; contará, naturalmente, con libros instructivos y con narraciones. Aunque es imposible determinar el número exacto de volúmenes o el porcentaje correspondiente a los diversos tipos de libros que puedan necesitarse normalmente en una biblioteca, para que ésta desempeñe debida- mente su cometido en la escuela de que se trate puede resultar útil contar con ciertas normas que permitan establecer un plan para ir formando una colección bien equilibrada. Los estudios realizados en esa materia indican que se necesitan 2500 títulos aproximadamente para establecer una colección de libros destinada a una escuela primaria de seis clases que cuente con una matrícula de 250 alumnos como máximo. En las escuelas que cuentan con un mayor número de alumnos se considera apropiado un promedio de diez o más obras por alumno y, por lo general, cuatro ejemplares de cada obra como máximo. En las etapas iniciales de la creación de una biblioteca de escuela primaria, puede considerarse este nivel como muy elevado, pero en el curso de algunos años es posible alcanzarlo. Sólo puede convertirse en realidad si se añade paciente- mente un libro tras otro, pero lo principal es comenzar. Una colección de tres libros por alumno, en las escuelas de 250 alumnos

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o más, basta para que cada alumno pueda disponer de un libro por semana para leer en su casa, y también para que puedan prestarse algunos libros a las aulas además de las obras básicas de referencia que se encuentran en la sala de la biblioteca.

Una colección bien equilibrada exige que en cada materia haya libros correspondientes a diversos niveles de conocimientos. A continuación figuran los porcentajes correspondientes a los diversos tipos de libros; aunque puede servir de guía, no deberá considerár- sela como una norma absoluta.

ooo-ogg Obras generales IOO-1gg Filosofía y ética 200-299 Religión y mitología 300-399 Estudios sociales 400-499 Lenguas 500-599 Ciencias 600-699 Artes prácticas (ciencias aplicadas) 700-799 Bellas artes 800-899 Literatura 900-999 Historia, viajes y biografía

N> 398 Novelas y cuentos de hadas F Libros sencillos para las tres primeras

clases

r. Este porcentaje disminuye a partir de 2500 libros.

12

8 3 5

20

20

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COLECCIÓN BÁSICA DE LIBROS

Resulta bastante difícil seleccionar obras para una colección básica de libros, y se necesita para ello la ayuda y el asesoramiento de muchas personas. La responsabilidad de la tarea incumbe al director, a los maestros y al bibliotecario, y habrá de basarse en las necesidades de los alumnos y del programa de estudios. Aun así, es indispensable consultar listas impresas. Para algunas regiones, el Ministerio de Educación ha preparado y publicado listas de obras selectas y recomendadas’. En esas listas se tiene particular- mente en cuenta la situación local, por lo que resultan una excelente guía en esa región, aunque puedan ser menos adecuadas para otras. Cuando no existan tales listas, la mejor solución es que las personas interesadas formen un comité con objeto de estudiar el material de lectura para niños ya existente y preparen listas que puedan ser de utilidad. I. En algunas regiones donde aún no se ha desarrollado la producción de libros, se han emprendido

proyectos especiales para fomentar su producción y distribución, tales como las oficinas de material de lectura de Africa, y el Centro Regional para el Fomento, la Producción y Difusión de Material de Lectura en Asia Meridional, dependiente de la Unesca. Dichos centros publican o estimulan la publicación de obras originales, as1 como de traducciones y adaptaciones en las lenguas de la región, y preparan listas de lay, publicaciones existentes.

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Ciertos textos de lectura, que no sean los que se usen como manuales básicos, pueden formar una parte importante de la colección de libros destinada a los primeros grados de la escuela. Podría prepararse una lista suplementaria de libros de texto para incluir en la biblioteca, estableciendo así los criterios básicos de selección de material de lectura.

No obstante, se recomienda cierta prudencia en lo que se refiere a la práctica de incluir libros de texto en la colección de la biblioteca; en ningún caso han de constituir una parte importante de la colección. Los libros de texto que se utilicen en la clase como manuales básicos o suplementarios, no deben ser incorporados a la colección principal de la biblioteca. Además, salvo cuando se trate de escuelas muy grandes, sólo habrá en la biblioteca un ejemplar de cada libro de texto.

Una buena colección para la biblioteca de una escuela primaria se forma mediante un proceso selectivo. No puede lograrse acumu- lando libros sin discernimiento alguno. Los libros que se reciban por donación habrán de examinarse teniendo en cuenta su utilidad para los alumnos de la escuela. Con suma frecuencia la donación de libros está regida por el deseo de deshacerse de ellos más que por la preocupación de agregar material útil a la biblioteca. Se donan así a la biblioteca escolar obras que ya no tienen actualidad, libros de texto fuera de uso y libros para adultos. Huelga decir que esas donaciones deben ser rechazadas. La biblioteca de la escuela primaria no es simplemente “una cantidad de libros”; es una colección viva, que trata de despertar el interés y la imaginación de los pequeños lectores, cuya edad oscila entre cinco y doce años.

Una vez que se ha logrado reunir una colección de libros bien equilibrada, hay que impedir que ese equilibrio se rompa, y para ello es preciso examinar periódicamente los libros a fin de determinar cuáles han de eliminarse: libros estropeados que ya no tengan arreglo, ediciones reemplazadas por otras más recientes, libros cuyos datos se han vuelto anacrónicos, otros que se prestan a confusión por no tener en cuenta los acontecimientos actuales.

SELECCIÓN DE LIBROS

Antes de encargar nuevos libros conviene examinar la lista de los que ya figuran en la biblioteca. Ello es evidente por las siguientes razones : i Cuáles son las materias insuficientemente representadas, y cuáles conviene reforzar ? ~Qué títulos de importancia fundamental se han eliminado o están tan estropeados que deben reem- plazarse? cPara qué nuevos aspectos del programa de estudios se necesitará material especial ? 2 Cuáles son las peticiones de maestros y alumnos que no pueden satisfacerse con el fondo bibliográfico actual?

1 La bihliuteîa brinda un vasto caudal de riquezas. Illadisr~n, \iisconsin: Estados Unidos tIc> América

Las obras de referencia son útiles instrumentos de trabajo. Raleigh, Carolina del Norte, Estados Unidos dc América

IV El maestro bibliotecario explica el sistema de clasificación a una joven lectora. Modena, Italia

IFoto Filli lhaldil

\ IA>S afLmmos \ WI- VCn 23 la daSC con el rnatrrial prestado por la biblioteca para rcalizar un trabajo. Ma- clison. Wisconsin. Estados Unidos de América

VI La biblioteca tam- bitn sc utiliza para el trabajo individual. Estas alumnas preparan un informe 0 ïc- clactan un eflsay~. Suecia

La llegada del bibliobús de la escuela es csprrada ansiosamente. Tours: Francia

Los alumnos consultan los textos para completar lo que aprendieron en clase. Suecia

IX ;Qué libro podrá ayudarnos? La respuesta la da el catálogo. Suecia

x Unaîxpoiicióndeli- bros nuevos. Dunedin, Sueva Zelandia

SI En esta bilh,tcca son muchos los que piden libros dc imágrncs Ciudad de Panamá. Panamá

XII Cuando los alumnos toman parte en la organisación de la biblioteca, aprecian mejor los libros. Madison, Wisconsin, Estados Unidos de América

[Foto I>r,>artniïnt OC Mucation, Kew South \l’ales]

Los alumnos y la bibliotecaria diskutan de la hora del cuento. Enficld, Australia

Una alumna del cm-so superior lee para los niños del curso primario. Raleigh, Carolina del Norte, Estados Unidos de América

Cuando pueden hojear los libros, los niños se sienten como cn su casa. Enfield, Australia

El departamento de pr&amos. Frederiksberg, Dinamarca [I:oto Lllegaar<l-F]

XVII La bibliotecaria ayuda a resolver el problema. Haberfield, Australia

XVIII Estos muchachos ya están acostumbrados a pedir libros en la biblioteca. Clementon Par-k, Australia

xx La galería de la escuela ha servido para instalar la biblioteca. Sagdad, Irak

[Foto (Irnelund]

xx1 Una biblioteca acogedora y agradable. Oslo, Noruega

Una sala funcional de lectura. Frederiksberg, Dinamarca

[Foto Ellegaard-F]

Al seleccionar las obras que han de comprarse, es preciso tener en cuenta estas necesidades reconocidas. En realidad, los tres fac- tores principales que han de considerarse al seleccionar libros son los siguientes: u) las necesidades de los alumnos, tanto por lo que toca al programa de estudios como a su distracción; b) el número y el tipo de libros de que ya dispone la biblioteca en diversas materias; c) el presupuesto de la biblioteca (factor que determina la cantidad de libros que podrán adquirirse).

No cabe la menor duda de que el método más satisfactorio de selección es el que se basa en el examen de los libros que han de adquirirse, pero por desgracia muchas escuelas se encuentran en localidades donde no se tiene la posibilidad de examinar muchos libros. Cada vez que sea posible, el bibliotecario ha de asistir a exposiciones de libros, examinar las estanterías de las librerías al por menor y consultar las colecciones de otras bibliotecas con objeto de examinar los libros que piensa comprar antes de preparar el pedido. En otros casos, tendrá que basarse en listas autorizadas, reseñas de libros publicadas en revistas y periódicos, bibliografías incluidas en libros de texto, o en otras fuentes que le permitan realizar una selección acertada.

Para desempeñar correctamente su cometido, el bibliotecario deberá estar al tanto del programa escolar y anotar a lo largo del año todos los casos en que la colección de libros no ha permitido hacer frente a las exigencias del programa de estudios. Puede obtener esos datos visitando las aulas, asistiendo a las reuniones del cuerpo docente, hablando con los maestros y alumnos, observando a los niños en la biblioteca y leyendo con atención los cursos de estudio de la escuela. Además, ha de seleccionar obras de referencia de carácter general, libros que se adapten a las diversas capacidades e intereses de los alumnos, y proporcionarles lecturas entrete- nidas.

No solo es preciso que el bibliotecario conozca a fondo el programa de estudios de la escuela, sino que ha de estar familiarizado con los libros para niños y sus autores. Los libros “escritos con sin- ceridad y con placer, capaces de evocar aventuras que de otra manera no podrían haberse conocido y que brindan experiencias que merece la pena revivir”, como señala con tanto acierto Ruth Hill Viguers, “son los libros más preciosos para los niños”‘. Al bibliotecario le cabe el privilegio de compartir esos libros con 10s

niños y elevar sus jóvenes inteligencias por encima de la medio- cridad. No es tarea fácil seleccionar libros que tengan esas cualidades, y nadie puede preparar una lista que no suscite objeciones. Sin embargo, la colección ha de incluir los clásicos que deberían ser el patrimonio de todos los niños, relatos sobre los héroes de

r. Thc Horn Book cricr. noviembre-diciembre de 19,yg. The Horn Book, Inc., p. I.

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diversos países y libros modernos que probablemente se conver- tirán en clásicos.

EVALUACIÓN DE LOS LIBROS

Cada bibliotecario escolar necesita una técnica propia de evalua- ción de libros que le permita tomar una decisión sin tener que leer cada obra por entero, aunque es evidente que habrá muchos libros que le interesará leer con detalle.

Entre las principales preguntas relacionadas con la evaluación de libros para niños figuran las siguientes:

Materias. ;Se trata de una materia que interese a los niños? 2 Muestra situaciones reales o plausibles de la vida? 1 Es importante para la vida y el desarrollo de una persona joven? iInterpreta el pasado? icontribuye al conocimiento de sí mismo y a sus relaciones con el grupo social al que pertenece? icontribuirán sus cualidades a la comprensión profunda de los valores humanos y a la apreciación de lo bello? iSon exactos los datos que contiene? iEs fidedigno? cEs actual? ~Muestra ambos aspectos de una cuestión que pueda prestarse a controversia? icontiene alguna tendencia, prejuicio o propósito determinado por el que pueda considerárselo como material de propaganda o doctrinario antes que como material de información exacta y objetiva?

Cualidades literarias . ~Son apropiados el estilo del libro, la construc- ción de las frases y la forma literaria para la materia de que trata? ~ES de lectura fácil? iEs apropiado el libro para la capacidad y conocimientos del grupo de lectores al que está destinado?

Tamaño. cCorresponde el aspecto del libro a su contenido? iEs apropiado el tamaño del libro para el contenido y los lectores a que está destinado? cTiene una buena encuadernación, práctica, sólida y al mismo tiempo atractiva? ~ES satisfactorio el aspecto de la página impresa desde el punto de vista de la tipografía, los espacios y la longitud de las líneas? ~ES de fácil lectura desde el punto de vista del color, calidad del papel y color de la tinta? iSon satisfac- torias las ilustraciones desde el punto de vista de su relación con el texto, su claridad y su valor artístico? 2 Es razonable el precio para el tipo de libro de que se trata?

Autor. 2 Qué otros libros ha escrito ese autor? 2 Se prestan esos libros para formar parte de la colección de una biblioteca? iCuáles son los antecedentes del autor en la materia de que trata?

Editor. iQuién es el editor y qué reputación tiene? 2Ha publicado otros libros que puedan incluirse en bibliotecas escolares?

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Valor del libro. iFigura esa obra en las listas de libros escogidos y autorizados? ZHa preparado una reseña analítica sobre ese libro alguno de los especialistas en la materia cuyas recomendaciones tengan peso y valor real?

LA COLECCIÓN DE OBRAS DE REFERENCIA

En cada biblioteca de escuela primaria deberían figurar una o varias enciclopedias de valor reconocido, especialmente escritas para niños. En una escuela primaria no se necesita una colección tan completa de obras de referencia como en la escuela secundaria, pero es preciso contar con diccionarios para todas las lenguas que se enseñen, una antología de poesía, un índice de citas conocidas, un manual informativo de carácter general, manuales elementales para las ciencias, un atlas y otras obras análogas que se necesiten para el programa de la escuela.

Hasta que se haya establecido una colección importante de obras aisladas que permitan cierta libertad en el préstamo de libros, conviene proceder con prudencia para la compra de obras en varios volúmenes, salvo en el caso de las enciclopedias básicas.

OTROS MATERIALES IMPRESOS

Las revistas y periódicos son de gran utilidad en una biblioteca siempre que se seleccionen teniendo en cuenta las necesidades de los niños. Por lo general los periódicos locales publican artículos sobre la historia del lugar, que pueden recortarse para conservarlos en el archivador vertical. El número de revistas para niños es limitado, pero convendría que las mejores formaran parte de la colec- ción. Cada año habrán de examinarse las diversas revistas, ya que a menudo se producen cambios tanto en la calidad como en el carácter de las revistas y los bibliotecarios y maestros han de estar atentos a ello.

Los folletos pueden resultar de utilidad por las informaciones concisas que proporcionan sobre temas determinados, en forma relativamente poco costosa y en algunos casos antes de que se disponga de libros sobre la materia.

Las imágenes resultan de un valor incalculable para la enseñanza. En la colección de imágenes figurarán, naturalmente, reproduc- ciones de obras maestras conocidas. Además, incluirá imágenes relacionadas con temas que interesan a los niños y a los maestros: animales, insectos, flores, retratos, paisajes, lugares y acontecimientos importantes.

MATERIALES AUDIOVISUALES

Dada la función cada vez más importante que desempeña el material audiovisual en la enseñanza, es importante que la biblio-

4’

teca disponga de algún material de ese tipo y de informaciones acerca de otros. La escuela de tipo corriente no dispondrá de una colección de películas cinematográficas, pero las alquilará u ob- tendrá en préstamo de un organismo central. Por consiguiente, la biblioteca habrá de estar al corriente del material disponible y de la forma de obtenerlo.

Películasjjas

El uso de películas fijas plantea también un problema de sumo interés. Puesto que la imagen es a veces más elocuente que las palabras, conviene tener en cuenta la necesidad de adquirir, ade- más de los libros, películas fijas y diapositivas. Por ello se exponen a continuación algunos criterios que permiten evaluar la utilidad de las películas fijas.

Objetivos de la película jija. 1 Se expone en forma clara y sencilla la finalidad buscada? iEstán relacionados los objetivos con el programa de estudios?

Contenido de la película$ia. 2 Se trata de un tema real, presentado con imparcialidad? 2 Es de actualidad? 2 Presenta problemas reales? iPresenta situaciones normales y plausibles? iEs un tema que interesa a los alumnos?

Plan y presentación del contenido. iSe expone el contenido con arreglo a un plan preciso? icorresponde su duración a las ideas que contiene? iEstá al alcance de la capacidad, conocimientos e intereses del grupo al que se destina?

Valor y utilidad de la pelicula jja. LTrata de un tema general intere- sante? 2 Presenta suficiente interés el contenido? CES la película fija el mejor medio de interpretar el tema?

Discos

Los discos también constituyen una parte de la colección general de la biblioteca. En materia de composiciones musicales puede confiarse en el juicio y en las recomendaciones del maestro de música, mientras que el bibliotecario se encargará por lo general de seleccionar las grabaciones habladas. Para estas últimas conviene tener en cuenta los criterios siguientes:

Objetivos de la grabación. <Cumple la grabación con el objetivo fijado? iSe relaciona su finalidad con el programa de estudios?

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Contenido de la grabación. iPresenta datos fidedignos? iSe adapta el contenido al público al que está destinado? iSe presenta el contenido en forma objetiva y sin ninguna tendencia determinada?

Plan y presentación del contenido. 2 Corresponde la duración de la obra al tiempo que puede fijar su atención el oyente? ~Son adecuados los efectos sonoros y la música al contenido y al público? 2 Es apropiado el vocabulario para el público al que se destina? iEs lo bastante lento el ritmo de la narración como para que el público pueda comprenderlo sin dificultad?

Aspectos thzicos. CES clara y nítida la calidad de la grabación? iCarece prácticamente de ruidos de fondo?

Calidad general. LSe mantiene el interés y la acción durante el desarrollo de la narración? iProporciona una experiencia satisfactoria y emocionante? LLa persona que ha grabado la narración tiene buena dicción y una voz agradable? ,JES bastante variada para captar y mantener la atención del público?

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CAPÍTULO VI

ORGANIZACION DE LA COLECCI6N

A fin de que pueda usársela con provecho tanto para el programa de estudios como para fines de referencia, la colección de la biblioteca ha de estar organizada de tal manera que sea fácil saber de qué material se dispone, dónde se encuentra y qué otro material sería preciso procurarse. La tarea de organización comprende las operaciones siguientes : adquisición, registro, clasificación y cata- logación del material.

En este capítulo se darán algunos detalles acerca de cada una de estas operaciones, aunque no existen reglas fijas y precisas y otros procedimientos pueden resultar igualmente satisfactorios. Sin embargo, las normas que se sugieren han sido puestas a prueba con éxito en muchas escuelas y pueden servir como guía, especialmente para el bibliotecario inexperimentado. A medida que se adquiere experiencia en la organización del material de la biblioteca, se simplifican y modifican los procedimientos de tal manera que el trabajo se hace más rápidamente y se mejoran los registros.

ADQUISICIÓN DEL MATERIAL

En primer lugar se ha de preparar el pedido. Para ello conviene utilizar los formularios usuales que pueden comprarse en una librería, o pequeñas hojas de papel de 75 por 125 mm.

En la ficha de pedido que prepare el bibliotecario para cada libro que se encargue habrán de figurar los datos siguientes: I . Nombre del autor (apellido y nombre), en la misma forma en

que se indicará en la ficha de catálogo. Se indicará si el nombre del autor es un seudónimo.

2. Título del libro. 3. Otros datos que se consideren necesarios: ilustrador, edición,

número de volúmenes, etc. 4. Lugar de publicación, nombre del editor (en forma abreviada)

y fecha de publicación (si ésta no figurara, fecha de derecho de autor). Si no se indica ninguna fecha, utilícense las iniciales s.f.

5. Precio del libro.

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6. Si existen fichas de catálogo impresas que también ha de adquirirse, indíquese en el ángulo inferior izquierdo.

7. Signatura en el ángulo superior izquierdo. Si todavía no se conoce la signatura, se agregará después de haber recibido el libro y de haberle dado el número de clasificación correspondiente.

Signatura ll Autor (apellido y nombre)

/ N.0 de entrada

N.0 de ejemplares pedidos

Volúmenes

Fecha de pedido

Librero Lugar de publicación y editor

Año

Fecha de recepción

Recomendado

Edición Precio costo 0 colección de catálogo

Modelo de ficha de pedido

Algunos libreros prefieren que los pedidos se hagan por orden alfabético de editores, y otros por orden alfabético de autores. Habrá de tenerse en cuenta esa preferencia al preparar el pedido, que se mecanografiará indicando los datos siguientes: nombre y dirección del librero; nombre y dirección de la escuela a la que deberán enviarse los libros; instrucciones para la preparación de la factura; indicaciones sobre la encuadernación; el pedido propia- mente dicho: a) número de ejemplares de cada obra, 6) apellido e iniciales del autor, c) título del libro, d) edición, número de volú- menes, etc., cuando sea necesario, e) lugar de publicación, nombre del editor (en forma abreviada) y fecha de publicación,f) precio del libro. El bibliotecario conservará una copia del pedido.

Cuando se reciban los libros, el bibliotecario verificará el envío consultando su lista de pedido, la factura y la ficha de pedido, agregando en cada ficha la fecha de la compra, el nombre del librero y el costo neto del libro.

Se examinarán los libros para saber si hay ejemplares defectuosos y proceder a su devolución. Dicho examen se efectuará rápida- mente y no es necesario examinar todas las páginas del libro. En

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Destinatario : (Nombre y dirección del librero)

Remitente: (Nombre y dirección de la escuela y nombre de la persona que autoriza la compra)

Instrucciones: (Indicaciones para la preparación de la factura. Indicaciones sobre la encuadernación, por ejemplo: “Envíese la mejor edición con encuadernación en tela; encuardérnense previa- mente los libros en rústica”)

I N.O de AUtOr Titulo Lugar de ejemplares publicación Editor Fecha de

publicación Precio

Modelo de boletín de pedido

algunos casos puede faltar una parte del contenido, se habrán pegado las tapas al revés o el volumen estará mal encuadernado. Los editores o libreros reemplazarán los ejemplares defectuosos a petición.

Para los libros de que ya se disponga y que aún no se hayan preparado para el préstamo, y para las donaciones que se acepten, se harán fichas de trabajo con todos los datos que se posean. Cuando se trate de un gran número de libros, por ejemplo, al crearse una biblioteca, los alumnos de más edad, algunos padres de alumnos y los maestros pueden prestar útiles servicios a la escuela ayudando al bibliotecario a preparar las fichas de trabajo.

Signatura Autor (apellido y nombre)

Título del libro Edición Volúmenes

Lugar de publicación Editor Fecha de publicación

N.0 de entrada Precio de catálogo

Fecha de recepción Librero costo

Modelo de ficha de trabajo

A continuación se colocan las fichas de trabajo y de pedido en el libro, que puede entonces prepararse para el préstamo.

Cuando se organiza una biblioteca en una escuela que ya lleva mucho tiempo funcionando, se cuenta por lo general con libros procedentes de las diversas aulas o de otras dependencias de la

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escuela. Se los examinará detenidamente, para conservar tan sólo los más apropiados para los diferentes grupos de edad a que se destina la biblioteca. Se eliminarán los libros estropeados, los que sean demasiado difíciles para los alumnos o los que contengan datos anacrónicos. Se prestará particular atención al seleccionar los libros que traten de ciencias o de países extranjeros. Se elimi- narán los que estén mal impresos 0 cuyo aspecto no sea atractivo y los mediocres.

PREPARACIÓN DEL MATERIAL

Cuando hayan de prepararse muchos libros es posible ahorrar tiempo si se adopta un procedimiento ‘<en cadena”. Una o varias personas se ocuparán exclusivamente de cada una de las nueve operaciones que se describen a continuación. Para cada uno de estos grupos de personas conviene preparar indicaciones previas sobre el trabajo y el material que se necesita para ejecutarlo.

Operación 1. Cortar las hoj,s del libro [Material: plegadera, bolígrafo o lapicero y tinta]

Examínese el libro para saber si no es defectuoso. Apoyése el lomo del libro en la mesa. Bájese la tapa anterior, manteniendo las hojas del libro en posición

vertical con la otra mano. Bájese la tapa posterior de la misma manera. Bájense algunas hojas del principio y del final del libro. Continúese

hasta que se hayan bajado todas las páginas. Verifíquese si están cortadas todas las hojas. Quítese la sobrecubierta e inscríbase el número de clasificación que

figura en la ficha de trabajo, en la parte superior de la guarda anterior.

Operación II. Sellado del libro [Material: sello de la escuela y almohadilla de tinta]

Colóquese el sello de la escuela al pie de la portada. Colóquese el sello de la escuela en mitad del pie de una página

determinada, a efectos de poder identificar el libro llegado el caso : a) el número de esa página será el mismo en todos los libros de la biblioteca -como muchos de ellos son poco voluminosos, conviene elegir un número bajo (entre I I y 35) ; b) la página que se elija llevará un número impar, y por consiguiente será una página de la derecha.

Colóquese el sello de la escuela en la parte superior de la cara interna de la tapa posterior.

Colóquese el sello de la escuela en los cortes del libro.

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Operación III. Registro de adquisiciones [Material: hojas de registro y máquina de escribir o lapicero y tinta]

Lo más corriente parece ser prescindir del registro de adquisiciones y preferir en cambio el catálogo topográfico para este fin. Sin embargo, como muchos bibliotecarios siguen estimando que conviene llevar un registro de entrada, principalmente para la contabilidad, se expone brevemente dicho procedimiento :

El registro de adquisiciones es una lista por orden numérico y cronológico de todos los libros que figuran en la biblioteca, indicán- dose además qué se ha hecho con los libros que ya no figuran en ella. Puede tratarse de una ficha para cada título o de un libro compuesto por una serie de hojas de registro. En este último caso, el número de la línea en que se inscribe el libro pasa a ser el número de entrada, y ningún otro libro que ingrese en la bilioteca recibirá ya dicho número. Se estima que lo más conveniente es utilizar un libro de registro de hojas sueltas. Los libros pueden inscribirse en el registro en el orden en que se reciban, pero es conveniente disponer por orden alfabético de autores los libros que se reciban en una misma fecha antes de inscribirlos en el registro. Al comenzar el registro, se inscribirán en primer término los libros que ya existen en la biblioteca.

Para inscribir las obras en el registro de adquisiciones se procederá de la manera siguiente:

Fecha: Inscríbase el día, mes y año en el ángulo superior izquier do de cada página. Si la fecha en que se hace la inscripción no concuerda con la fecha que figure en el ángulo superior izquierdo de la página, indíquese el día y mes antes de inscribir el número de entrada.

Número de entrada : Utilícese una línea para inscribir cada obra, aunque conste de varios volúmenes. Asígnese un número de entrada a cada libro. En ningún caso tendrán dos libros el mismo número, aun cuando se pierda o elimine el primer ejemplar y se compre otro igual para reemplazarlo.

Autor: Indíquese únicamente el apellido del autor. Título: Abréviese el título. Editor: Si figuran varios editores en la portada, indíquese única-

mente el primero o el más importante. Abréviese todo lo posible. Costo: Indíquese la cantidad abonada por ese libro. Si se trata

de una donación o de un canje, se indicará en la columna del costo.

Observaciones: Cuando un libro deje de figurar en la biblioteca, indíquese la razón (extravío, eliminación, canje, etc.), en esta columna.

Operación IV. Inscripción de tarjetas y bolsillos del libro [Material: tarjetas, bolsillos, máquina de escribir o lapicero y tinta]

Colóquese la tarjeta en el bolsillo. Inscríbanse en la tarjeta y en el bolsillo del libro los datos que

figuran en la ficha de trabajo: a) número de clasificación en el ángulo superior izquierdo de la tarjeta y del bolsillo; b) número de entrada en el ángulo superior derecho de la tarjeta y del bolsillo -no es preciso indicar el número de ejemplar cuando se indica el de entrada; c) nombre del autor (apellido y nombre); d) título del libro en forma abreviada.

3123

Modelo de tarjeta del libro Modelo de bolsillo del libro

Operación V. Fijación del bolsillo y de la boleta de devolución [Material: cola, pincel, boletas de devolución, paño húmedo o servilletas de

papel. Conviene colocar hojas de periódico o de revistas viejas debajo de los libros para proteger a éstos y a la mesa]

Aplíquese la cola en el bolsillo, evitando tocar la tarjeta del libro, para lo cual puede retirársela del bolsillo.

Péguese el bolsillo en la cara interior de la tapa posterior, a unos dos centímetros del borde inferior, volviendo a colocar la tarjeta del libro en el bolsillo en caso de que se la haya retirado.

Péguese sólo por su borde superior la boleta de devolución en la página de guarda opuesta al bolsillo, y a la misma altura de éste.

Límpiense los bordes del bolsillo y de la boleta con el paño húmedo.

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Operación VI. Inscripción de datos en el libro [Material necesario: lapicero y tinta]

Inscríbase la signatura a la izquierda y el número de entrada a la derecha en el margen interno de la página siguiente a la portada, a unos dos centímetros del lomo. También puede inscribirse el número de entrada en la página de identificación.

Operación VII. Rotulación del lomo del libro [Material: lápiz eléctrico y papel de calco o tinta blanca, tinta china y plumas especiales, goma laca]

Las signaturas se colocarán siempre a la misma altura. Lo más indicado sería colocarlas a unos treinta y tres milímetros del borde inferior del lomo. Utilícese una ficha de 75 x 125 milímetros doblada por la mitad, o trácese una línea suave con lápiz para indicar esa posición.

Escríbase la signatura en esa línea. Escríbase la inicial del apellido del autor (0, en el caso de una

biografía, la inicial de la persona de que trata el libro,) debajo de la signatura. Céntrese esa letra debajo de la cifra, o escríbase debajo del primer número de ésta. Adóptese un procedimiento uniforme.

Si se utiliza tinta para la rotulación, conviene pasar una fina capa de goma laca antes de colocar el rótulo para obtener una superficie lisa. No habrá de pasarse goma laca antes de escribir el rótulo cuando se utilice un lápiz eléctrico y papel de calco.

Utilícese tinta blanca para los libros cuyas cubiertas sean obscuras, y tinte negra para los que tengan cubiertas muy claras.

Si la parte impresa del lomo puede impedir la lectura de las signaturas, aplíquese una franja de pintura obscura de secado rápido sobre el lomo. Déjese secar antes de escribir el rótulo.

Operación VIII. Barnizado de las tapas del libro [Material: barniz plástico para libros, pincel de 25 ó 37 milímetros de ancho, barniz plástico en pulverizador]

Si sólo ha de pulverizarse el barniz en el lomo de los libros, coló- queselos en fila con el lomo vuelto hacia la persona que realiza esa operación. Pulverícese en forma continua y con movimientos amplios, para cubrir los lomos con una ligera capa de barniz. Déjese secar durante 3 a IO minutos.

Cuando se aplique el barniz con un pincel, sujétese el libro con una mano y píntese el lomo (y las cubiertas si así se desea) dando pinceladas en una sola dirección. Ese método es más acabado que la pulverización. Cuando se barnicen las cubiertas, déjense secar los libros durante la noche.

Puede utilizarse goma laca en vez de barniz: a) mézclese goma laca blanca y disolvente hasta obtener casi la fluidez del agua;

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b) utilícese la goma laca sólo en días secos, ya que cuando el tiempo está húmedo no llega a secarse por completo.

Límpiense cuidadosamente los pinceles con el disolvente después de utilizarlos.

Operación IX. Verajicación del libro preparado

Convendría que se ocupara de esta operación el propio bibliotecario.

Examínese cada libro para saber si se han anotado todos los datos necesarios, si cuenta con su bolsillo, tarjeta y boleta de devolu- ción, y para saber si está correctamente rotulado.

Al dorso de la ficha de trabajo indíquense brevemente las principales materias de que trata, para las fichas de catálogo que habrán de prepararse. Retírese la ficha de trabajo de cada libro.

Verifíquese el registro de adquisiciones para comprobar si se han anotado todos los datos acerca de cada libro. Si faltara alguno, complétese con los datos que figuran en la ficha de trabajo.

A partir de ese momento los libros quedan listos para ser colocados en las estanterías.

CLASIFICACIÓN DE LOS LIBROS

Se han ensayado muchos métodos de clasificación de libros, con resultados diversos. Un buen método de clasificación habrá de ser de aplicación relativamente sencilla tanto para el bibliotecario como para los lectores; ha de ofrecer amplias posibilidades de extensión y ajustarse, hasta cierto punto, a los sistemas que se apli- quen en otras bibliotecas que utilizará el lector. Esas cualidades parecen hallarse reunidas en lo que se conoce por lo general con el nombre de sistema de clasificación decimal de Dewey. Ese método de clasificación fue ideado por Melvyn Dewey, y su utilización se ha difundido con algunas variantes en todo el mundo. Se basa en un principio muy sencillo : a cada materia corresponde un número, y ese número siempre representa la misma materia. En la práctica resulta más complicada la aplicación del sistema, ya que rara vez sucede que un libro trate únicamente de una materia determinada.

Sin embargo, una adaptación de la clasificación de Dewey da excelentes resultados en una escuela primaria. En este tipo de bibliotecas se trata de evitar la utilización de más de dos fracciones después del punto de decimales, y para la mayoría de las materias basta con sólo tres cifras. La magnitud que se proyecta dar a la colección de libros no justifica la aplicación de números más exten- sos, y el lector podrá encontrar más fácilmente el material si la clasificación se mantiene dentro de límites relativamente sencillos.

En el sistema de clasificación decimal de Dewey se ha distri- buido el conjunto de los conocimientos en diez divisiones princi-

5’

pales por materia; a cada división se le asigna un número que va desde ooo hasta ggg.

ooeogg Obras generales

I 0-1 gg Filosofía

zoo-agg Religión Soo-Sgg Ciencias sociales

4oo-4gg Filología

50-599 Ciencias puras 600-699 Ciencias aplicadas 700-799 Bellas artes 800-899 Literatura

goo-ggg Historia

Libros que contienen datos acerca de diversas materias.

Libros que tratan del ser y del pensa- miento humano, de sus modalidades y características, así como de los diferentes tipos humanos.

Libros sobre religión. Libros que tratan de las relaciones entre

las gentes en materia de derecho, go- bierno, etc. Se incluyen los cuentos de hadas en cuanto constituyen el folklore de los pueblos.

Libros que describen la manera de hablar, escribir y utilizar las lenguas.

Libros que describen el mundo natural. Libros que tratan de las artes prácticas. Libros sobre artes y deportes. Libros de poesía, obras de teatro y otras

formas literarias (las novelas se agru- pan bajo la letra N).

Libros sobre viajes, geografía, historia y biografías.

Dentro de cada división, cada número representa un aspecto determinado de la materia.

Ejemplo: 500 Ciencias puras 520 Astronomía 580 Botánica 582 Arboles 590 Animales 598 Aves 598.1 Reptiles

Para determinar la signatura que corresponda a cada libro, conviene utilizar la última edición de la clasificacion decimal Deweyr. En el apéndice I figura la lista resumida de las materias que más a menudo forma parte de la biblioteca de una escuela primaria.

CATALOGACIÓN DE LOS LIBROS

La catalogación es el proceso por el que se prepara un índice de las obras que figuran en la biblioteca. El catálogo de fichas de una

I. No existe todavía traducci6n española de la 8.a edición abreviada de la clasificación. Consúltese: Melvil Dewey. Sistema de clnri/ícacidn decimal, fablas e indice alfabético nuxifiar. Tr. del inglés de la 15.~ ed. rev. por Norah Albanell McColl. Preparado en cooperación con la Unión Panameri- cana. Lake Placid, New York, Forest Press, [r955] I 059 paginas.

52

biblioteca de escuela primaria puede ser una adaptación del catá- logo de las bibliotecas destinadas a un público más maduro. Sin embargo, ha de preparárselo con la debida exactitud y de conformidad con las reglas usuales de catalogación. Para cada libro se necesitará una ficha topográfica, una ficha de autor y una ficha de materia. Para la mayoría de los libros también se necesitarán fichas de título.

El catálogo topográfico constituye un registro de particular importancia, que el bibliotecario consultará problablemente con más frecuencia que los otros. Se trata de un registro en fichas de todos los libros que figuran en la biblioteca, arreglado por número de clasificación correspondiente al orden en que se encuentran en las estanterías. El catálogo topográfico de una biblioteca corresponde al índice por materias de un libro. Sus finalidades son las siguientes : u) establecer un registro completo de todos los libros que posee la biblioteca; 6) indicar los libros que posee la biblioteca para cada materia; c) constituir un índice general por materias de los libros de la biblioteca; d) servir de guía para formar una colección equilibrada y e) servir como lista de verificación del fondo cuando se realice el inventario. Para desempeñar su cometido, la ficha topo- gráfica contará con datos completos acerca de cada libro.

Catdlogo dejehas

El catálogo de fichas es un índice alfabético de la biblioteca, en el cual los datos figuran por orden alfabético de autor, título y materia. Equivale al índice de un libro. Como una gran mayoría de las fichas de ese catálogo se prepararán en la biblioteca de la escuela primaria, se dan a continuación algunas breves sugestiones para su preparación.

Las fichas del catálogo se presentan de la misma manera que las fichas topográficas, salvo en lo que se refiere a los números de entrada, que no aparecen en las fichas de catálogo. Existen dos tipos principales de fichas de catálogo: ficha principal, llamada tambien “ficha de autor”, y fichas secundarias que comprenden fichas de coautor, de materia y de título. La información anotada en cada ficha secundaria es la misma que la que se da en la ficha principalmás los datos de coautor, materia, título, etc., indicados en la primera línea de la ficha.

Ficha cle autor. En esta ficha figura en la primera línea el nombre del autor. En la mitad inferior de la ficha se indican por lo general los encabezamientos para todas las demás fichas que se han preparado para el mismo libro y que figuran en el catálogo de fichas. Cuando esos datos figuran en la ficha topográfica, puede omitírselos en la

53

’ g46a Philip-Martin, Th. b : Pa Covadonga: primer episodio de la l Reconquista." París,d Didier," 1937.f

300 frcs.B

/ 3123”

1. España - Historia 1. T ítulo"

Modelo de ficha topográfica. Los datos que figuran a continuación son importantes y habrán de figurar en la ficha en el orden y lugar indicados.

a - Signatura: número de clasificación e inicial del apellido del autor en el ángulo superior izquierdo. Cuando se trate de biografías, utilícese la inicial del apellido de la persona de que se trate. b - Nombre del autor: indíquese el nombre completo (apellido y nombre). c - Título del libro: escríbase en la línea debajo del nombre del autor, dejando un sangrado de tres espacios. d - Lugar de publica- ción: déjense dos espacios después del título. e - Nombre del editor: indíquese en forma abreviada.& Fecha de publicación: indíquese inmediatamente después del editor; indíquese la fecha de derecho de autor cuando no se conozca la fecha de publicación. g - Precio del libro: indíquese el precio de lista. h - Número de entrada de cada ejemplar: colóquese en el margen inferior izquierdo. i - In- díquense las fichas secundarias (de materias, títulos, etc.) destinadas al catálogo de fichas.

ficha de catálogo, aunque por lo general se los indica de todos modos en la ficha de autor. Téngase en cuenta que los encabezamientos para las fichas de materias, que aparecen precedidos de números arábigos, se escribirán con mayúsculas (véase modelo de ficha de materia). Por su parte, los encabezamientos para las fichas de títulos, las fichas de coautores o de ilustradores, llevan cifras romanas y deberán ser escritos con minúsculas (véase modelo de ficha de título). Sólo se prepararán fichas de coautores o de ilustradores cuando esas personas sean tan notables que podría suceder que se buscaran las obras por sus nombres.

Ficha de materia. En cada una de estas fichas se escribirá la materia en letras mayúsculas en la primera línea y con el mismo sangrado que se utilice para el título. Al fijar los encabezamientos de materias será preciso atenerse siempre al mismo método y, por consiguiente,

54

conviene utilizar una lista de encabezamientos de materias prepa- rada por especialistas’.

Ficha de titulo. En esta ficha se escribirá el título de la obra en la primera línea, encima del nombre del autor, con el mismo sangrado que se utilice para el título en la ficha de autor. Con arreglo a la práctica corriente, se escribirán los títulos en minúsculas.

A.

946 Philip-Martin, Th. P Covadonga: primer episodio de la

Reconquista. París, Didier, 1937.

1. España - Historia 1. Título

B.

946 ESPAÑA - HISTORIA P Philip-Martin, Th.

Covadonga: primer episodio de la Reconquista. Paris, Didier, 1937.

C.

946 Covadonga: primer episodio de la P Reconquista

Philip-Martin, Th. Covadonga: primer episodio de la

Reconquista. París, Didier, 1937.

Modelos de fichas de catálogo: A. ficha de autor; B. ficha de materia; C. ficha de título.

-

-

I. Aún no existe en español una lista de encabezamientos de materia apropiada para escuelas primarias. Sin embargo, puede consultarse: Sean, Minnie E. Liria de cncabeaamientos de materia para bibliotecas menores. Tr. y adaptación de la 5.a ed. por María Luisa Gálvez de Niklison e Isabel Betbeder Avellaneda. Buenos Aires, Acme Agency, IC&W. 406 p.

55

Ficha-s de referencia

Las fichas de reenvío “ver” sirven para que el lector que busca un libro partiendo de un término que no se ha utilizado en el catálogo, pueda hallar el término empleado y por consiguiente la ficha y el libro. Las fichas de reenvío “ver también” señalarán a la atención del lector otras materias estrechamente relacionadas con la que le interesa.

A.

Seuss, Dr., pseud.

ver

Geisel, Theodore S.

B.

ASTROS

ver también

PLANETAS

Modelos de fichas de referencia: A. ficha de reenvío <‘ver”;

B. ficha de reenvío “ver también”.

Intercalación, ordenación de 1asjcha.s

Las fichas topográficas y las del catálogo se colocarán en dos ficheros separados.

Fichas topograjicas. Obras de carácter instructivo: Intercálense por orden, siguiendo la signatura que figura en el ángulo superior izquierdo de la ficha. Cuando dos o más fichas lleven la misma signatura, se intercalarán por orden alfabético de autor.

Novelas: Intercálense por orden alfabético de autores. Cuando existan varios libros del mismo autor, se intercalarán las fichas por orden alfabético de títulos.

Las fichas correspondientes a libros de lectura sencilla se inter- calarán por separado y, como en el caso de las novelas, por orden alfabético de autores.

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Fichas de catálogo. Al intercalar las fichas de catálogo se colocarán en el fichero las de autor, título y materia en forma conjunta, por orden alfabético de la primera línea de la ficha.

Las fichas de catálogo se dispondrán por orden alfabético como los diccionarios, enciclopedias o índices, es decir, por el texto que figure en la primera línea de la ficha.

Nunca se ordenarán las fichas por los artículos “uno”, “una”, “el”, “la” o “lo” (y sus plurales) sino por la palabra que le siga.

Las palabras abreviadas u otras abreviaturas en las fichas de catálogo se ordenarán en el lugar que corresponda a la palabra completa.

Por ejemplo :

Sto. Domingo se intercalará en Santo Domingo Mte. se ordenará en Monte Dr. se ordenará en Doctor; Sr. en Señor.

En cada caso, se tendrá en cuenta la ortografía de la palabra completa y no la de la abreviatura.

Cuando existan muchos libros de un mismo autor, se interca- larán las fichas en primer lugar por orden alfabético de autor y después, para cada uno de ellos, por orden alfabético de los títulos de los libros, por ejemplo:

Stevenson, Robert Louis La flecha negra

Stevenson, Robert Louis La isla del tesoro

Las fichas de los libros escritos sobre un autor se colocan detrás de las obras escritas por ese autor, por ejemplo:

Alcott, Louisa May (libro escrito por esa autora) Mujercitas ALCOTT, LOUISA MAY (libro escrito sobre esa autora)

Meigs, Cornelia La invencible Luisa

Cuando una materia consta de muchas partes o subencabezamientos, se ordenarán primeramente las fichas por la materia y después por los subencabezamientos, por ejemplo :

Ahfcria

Francia Francia Francia Francia

Subencnbrzomimto

BIOGRAFÍA

HISTORIA

LEYENDAS

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Guando la denominación de una materia se componga de varias palabras, como en el caso de América del Sur, América del Norte o Archipiélago de Francisco José, se intercalarán las fichas partiendo de la primera palabra, por ejemplo, América del Sur, América del Norte, o Archipiélago de Francisco José.

ORGANIZACIÓN DE OTROS MATERIALES

Láminas. a) Recórtense aquellas láminas que tengan un valor permanente; b) péguense las láminas sobre papel grueso, proce- diendo con un criterio uniforme; indíquese el encabezamiento de materia, tomando como referencia la lista usada para catalogar los libros o los temas que abarcan los cursos de estudio; c) escríbase el encabezamiento de materia en un ángulo del papel o al dorso; d) dispóngase por orden alfabético de materia en un archivador que tenga las dimensiones del papel de oficio ; colóquense las fichas con el encabezamiento correspondiente en el catálogo de fichas para que sirvan de indicación sobre el material de que se dispone.

PÁJAROS

Se encontrarán láminas sobre esta materia en la colección de láminas del archivador vertical.

, 1

Modelo de ficha de referencia que remite a otros archivadores.

Grabaciones. a) Asígnese un número de entrada a cada disco, dando una numeración seguida a los discos que figuren en un mismo álbum; inscríbase el número de entrada en el disco y en el sobre del mismo; establézcanse listas separadas para las grabaciones de música y las de otro tipo; pueden utilizarse los siguientes símbolos para senalar el tipo de grabación de que se trate: M - Grabación de obras musicales, y S - Otras grabaciones; 6) preparación de la ficha topográfica; indíquese el nombre del compositor para las obras musicales, y el nombre del autor de la obra para las demás grabaciones; c) para las grabaciones de obras musicales, se prepa- rarán fichas por nombre del compositor, forma musical, instrumentos e intérpretes; d) para las demás grabaciones, se prepararán fichas con el nombre del autor de la obra, el título y la materia.

P&xLas~~as. a) Asígnese un número de entrada a cada película fija, precedido de las iniciales PF, a fin de componer la signatura ; b) inscríbase la signatura en la etiqueta de la caja de la película

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fija; c) prepárese la ficha topográfica según el modelo infra; d) pre- párense las siguientes fichas de catálogo: principal, de materia y serie; e) intercálense por orden numérico por el número de entrada.

I Signatura Cuentos de la Unesco. París, Unesco [1957]

35 imágenes en col. 35mm (N. 0 4)

1. Organización de las Naciones : Unidas para la Educación, la 1 Ciencia y la Cultura.

Modelo de ficha de catálogo de película fija.

Folletos. a) Asígnese un encabezamiento de materia; b) escríbase el encabezamiento de materia en el ángulo superior derecho del folleto; c) intercálese por orden alfabético de materia en el archivador vertical o en cajas destinadas especialmente a folletos; d) hágase la referencia al archivador de folletos, colocando una ficha de referencia por materia en el catálogo de fichas; por ejemplo:

ÁFRICA

Los folletos relativos a esta materia se encontrarán en el archivador verticalI.

Modelo de ficha de referencia a otros archivadores.

SERVICIOS CENTRALIZADOS

En un programa permanente de desarrollo de los servicios de bibliotecas escolares resulta muy ventajoso centralizar algunas funciones y servicios. Entre ellos citemos la inspección, bajo la dirección de un bibliotecario especializado en bibliotecas escolares, la organiza- ción y catalogación centralizadas y la oficina de materiales, a la que pueden pedir prestado material impreso y audiovisual las escuelas que cooperan en el proyecto. Todos estos servicios pueden reunirse bajo un solo director, o agruparse de diferentes maneras.

I. 0 en las cajas para folletos, según el método que se adopte.

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Cualquiera que sea el tipo de servicio centralizado que se esta- blezca, se necesitará un personal bien preparado para esa tarea. En otra parte de este manual se examina la labor, capacidad y formación del inspector de bibliotecas escolares, y no es preciso mencionarlas en este momento. Sin embargo, resultará útil describir en forma más detallada los procedimientos administrativos que pudieran adoptarse.

En algunos sistemas escolares se ha empleado a un solo bibliotecario diplomado para iniciar y desarrollar un programa de bibliotecas en las escuelas, en cooperación con maestros bibliotecarios, algunos de las cuales no contaban con ninguna formación biblio- tecológica. En esas condiciones, el bibliotecario experimentado aporta sus conocimientos técnicos a la organización del fondo de la biblioteca. Las tareas de oficina son realizadas por voluntarios o por determinados maestros. El material de que dispone cada escuela se organiza lo más rápidamente posible, para que pueda empezar a funcionar la biblioteca. Al mismo tiempo el bibliotecario profesional se reúne con grupos de maestros para establecer un programa de orientación de la lectura y de instrucción en el uso de la biblioteca en cada escuela. Tal como ha sucedido en el desarrollo de las bibliotecas públicas, diversas localidades de una misma región podrán reunir sus fondos económicos con objeto de obtener los servicios de un bibliotecario experimentado. Aunque la organización de las colecciones se realice con relativa rapidez, llevará más tiempo establecer un verdadero programa de servicios de biblioteca. Por ello los administradores no deben esperar que el programa de una biblioteca funcione a la perfección desde un principio. A cada una de las personas interesadas deberá dársele la oportunidad de comprender y poner en práctica los conceptos en que se basa el proyecto. En algunas comunidades tardará quizás varios años en notarse la influencia del programa en las costumbres y capacidades de los alumnos. Entretanto, el inspector de las bibliotecas escolares reforzará la biblioteca de cada escuela, selec- cionando cuidadosamente nuevos materiales, mejorando gradual- mente la organización del fondo, participando en el desarrollo de los programas de estudio, interpretando y tomando parte en las actividades de la biblioteca y acercándose cada vez más a los objetivos fijados para los servicios de bibliotecas escolares.

En muchos sistemas escolares se observa que al centralizar la adquisición y organización de todos los materiales de la biblioteca se favorece el desarrollo de las bibliotecas escolares, se obtiene una mayor exactitud y uniformidad en la clasificación y catalogación, se economiza tiempo y se evitan las duplicaciones de trabajos. Algunos estudios han demostrado que se necesitan 30 minutos como mínimo para todas las fases de los procedimentos técnicos a que se somete el libro. Al analizar ese período de 30 minutos se

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comprobó que IO minutos de trabajo correspondían al bibliotecario y 20 minutos al empleado que completa las tareas. Cuando se encargan varios ejemplares de una misma obra, el bibliotecario necesita IO minutos por obra, mientras que el empleado sigue necesi- tando 20 minutos para cada libro. Este ejemplo muestra claramente la economía de tiempo y esfuerzo que se obtiene centralizando el sistema de procedimientos técnicos. Además, cuando se centralizan los pedidos de libros, también se efectúan economías de dinero, ya que la mayoría de los libreros conceden descuentos más importantes cuando se encarga un número considerable de ejemplares de una obra. Aprovechando ese descuento máximo, es posible comprar más libros con un presupuesto determinado.

En los centros más importantes de catalogación, el equipo de reproducción permite realizar economías de tiempo y de esfuerzos aún mayores. Para cada obra encargada se preparan esténciles de las fichas necesarias, y en muy poco tiempo puede reproducirse el número de fichas que se requieren para una o muchas escuelas. En diversas regiones se empieza a establecer sistemas de cataloga- ción cooperativa. En algunos casos se establecen únicamente entre bibliotecas escolares o entre bibliotecas públicas, pero también hay sistemas que abarcan a las bibliotecas de ambos tipos. Cuando en una biblioteca pública importante funciona ya un departamento central de catalogación, la biblioteca escolar puede llegar a un acuerdo económico con ese departamento para que prepare para el préstamo los libros que adquiera. Es probable que el servicio central se encargue únicamente de atribuir las signaturas y preparar las fichas de catálogo, dejando a cargo de la escuela el trabajo de preparar y pegar las tarjetas y bolsillos del libro, y el sellado de los libros.

Un servicio central de procedimientos técnicos puede organizarse de muy diversas maneras, y en cada caso habrá de considerarse el tipo de organización más indicado. En los Estados Unidos, el Estado de Georgia posee un servicio central de clasificación y catalogación dependiente del Departamento de Educación del Estado, destinado a las bibliotecas públicas y escolares, y que abar- ca una gran diversidad de libros cuidadosamente elegidos y recomendados.

Otro tipo de servicio centralizado que se utiliza cada vez más es la oficina o centro de materiales. Se trata principalmente de un sistema que permite a varias escuelas compartir cierto tipo de material impreso y audiovisual que no se necesita tener permanen- temente en cada escuela. Conviene recalcar que aunque exista una colección central de libros a la que las escuelas puedan pedir libros en préstamo en conjunto o para cada aula, de ninguna manera podrá reemplazar la biblioteca de la escuela, ni substituir la experiencia de aprender y acostumbrarse a usar diariamente una biblio-

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teca como parte del proceso educativo. En una obra reciente 1 se dedica un capítulo al examen de los sistemas de cooperación entre bibliotecas escolares. Entre otras cosas se señala que cuando un centro demateriales de esa naturaleza haya alcanzado un desarrollo suficiente, deberá contar con los siguientes servicios: a) una biblioteca especializada para el personal docente, con colecciones más completas y diversas que las que podrían existir en una sola escuela; b) una colección tan amplia como representativa de libros y otros materiales, que pueda examinare al preparar los pedidos para cada escuela; c) un depósito de libros y otros materiales que puedan prestarse a las escuelas por un período corto o largo; d) una reserva de materiales que puedan destinarse más tarde a determinadas escuelas; e) una colección básica de obras de referencia. Además de los libros para niños, libros de texto suplementarios y material pedagógico para los maestros, deberá disponerse de material y equipo audiovisual de todo tipo para prestarlo a las escuelas. La colección central podría compararse en cierto sentido con una biblioteca pública principal cuyas colecciones pueden prestarse a bibliotecas dependientes de ella que ya cuentan con material abundante.

En un centro de materiales para un sistema escolar o una región será preciso contar con suficiente espacio y equipo; además de las estanterías, archivadores para el material audiovisual y depó- sitos para todo tipo de material que se conserva en el centro, deberá disponerse de una sala de lectura donde pueda examinarse el material de biblioteca de todo tipo. También convendrá efectuar reuniones para la selección y evaluación del material, y contar con una sala de trabajo donde se lo prepare para su utilización en las escuelas. Es preciso seleccionar cuidadosamente el personal, ya que el éxito del centro estará en relación directa con la confianza que en él deposite el personal docente.

Un programa coordinado de desarrollo de bibliotecas escolares constituye un factor importante en todo sistema escolar. Si se centralizan algunos o muchos de los servicios que han de propor- cionarse a las escuelas, bajo la dirección de personal experimentado y calificado, se da un paso importante hacia la consecución de un servicio de bibliotecas adaptado a las necesidades de cada una de las escuelas del sistema.

I. Ameritan Association of School Librarianr. Standardsforschool libraryprograms. Chicago, Ameritan Library Association, rgtio.

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CAPÍTULO VII

ADMINISTRACIÓN DE LA BIBLIOTECA

Además de elegir y obtener los libros, de ordenar el material y de dar a conocer los servicios de la biblioteca, todo lo cual se describe detalladamente en este manual, el bibliotecario tiene que ocuparse también de cuestiones administrativas.

GESTIÓN FINANCIERA

La provisión de fondos para la biblioteca de una escuela primaria corresponde a la administración escolar, que deberá tenerlos en cuenta en su presupuesto como parte de los gastos que requiere el funcionamiento de una buena escuela. Además de los fondos facilitados por la administración de la escuela, el bibliotecario podrá disponer de fondos adicionales para mejorar la biblioteca. Entre las fuentes suplementarias de ingresos, las más importantes son las organizaciones de padres de familia y los organismos comu- nales que velan por los diversos aspectos del desarrollo del niño.

La aplicación de estos fondos tiene que hacerse con arreglo a un plan, y hay que llevar las cuentas cuidadosamente y de acuerdo con las buenas prácticas comerciales. A veces se establece un presupuesto detallado para la biblioteca, asignando los fondos a determinadas partidas, por ejemplo, libros, revistas, encuadernación, útiles de escritorio, etc. Cuando sea posible, es preferible dividir el presupuesto en dos partidas tan sólo: “libros” y “otros”. Este consejo lo dicta la experiencia, que demuestra la necesidad de no dar demasiada rigidez al presupuesto anual, especialmente respecto a los útiles de escritorio y a la encuadernación. La mayor parte de los fondos se destinará, naturalmente, a la adquisición de libros, pero conviene dividir el monto entre las publicaciones nuevas y el reemplazo de los ejemplares estropeados. El estado de la colección y los nuevos títulos editados pueden servir cada año de guía. Las mismas consideraciones se aplican a las diversas materias que com- ponen la biblioteca. Muy pronto puede fijarse la cantidad que conviene destinar a la compra de revistas, pues el número de las que conviene adquirir es limitado.

El bibliotecario debe llevar un diario detallado en el que inscri-

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birá los gastos, incluso si las facturas, después de aprobadas por él, son pagadas por la oficina de contabilidad de la administración escolar.

Importe Fecha Pro-

veedor de los

pedidos Libros

/ 1 l /

,Modelo de un diario simple.

El bibliotecario llevará una cuenta corriente de cada partida del presupuesto, para tener la seguridad de que no gasta más de la cantidad asignada o de que la biblioteca no saldrá perjudicada de resultas de una economía excesiva.

REGISTROS E INFORMES

Ciertos registros estadísticos ofrecen un gran interés pa.ra interpretar la marcha de la biblioteca y dar una idea general de ésta al administrador. Para efectuar comparaciones y tener una idea exacta de la marcha de la biblioteca, conviene recoger cada año los datos siguiendo una misma fórmula. A veces será necesario definir bien cada caso. Por ejemplo, en el caso de que una clase guarde durante varios meses un libro prestado, idebe contarse como un solo préstamo o bien, si se procura averiguar cuántos alumnos han leído el libro, hay que añadir esta cifra a la primera? Evidentemente sólo la primera cifra es segura. Las estadísticas de circulación nunca dan con exactitud el empleo total de todos los materiales, pero pueden proporcionar una orientación satisfactoria.

Los siguientes datos estadísticos ayudarán a evaluar la marcha de la biblioteca:

Libros: cantidad en el último informe anual, nuevos libros ad- quiridos, libros perdidos, libros desechados, cantidad de libros existentes.

Material audiovisual: películas fijas (los mismos datos que para los libros); grabaciones (los mismos datos que para los libros); otros materiales (datos pertinentes).

Circulación (por separado, según el tipo de material) : libros (a los alumnos, a las clases) ; otros préstamos; medios audiovisuales (los mismos datos que para los libros).

Contabilidad : consignación en el presupuesto; otros fondos reci- bidos; gastos por partida.

Las cifras correspondientes al número de lectores son relativamente poco importantes en una biblioteca de escuela primaria, pues la asistencia obligatoria de las clases determina automática- mente un alto porcentaje.

Además de los datos que hayan podido recogerse, es conveniente preparar un informe anual que describa los objetivos que persigue la biblioteca, los progresos realizados, los obstáculos con que ha tropezado, y en el cual se formulen recomendaciones para actividades futuras.

PRESERVACIÓN Y MANTENIMIENTO

DE LA COLECCIÓN

Lo más importante en una biblioteca es el servicio a los lectores, pero el servicio depende en parte del cuidado que se ponga en mantener la colección en buenas condiciones. Hay que vigilar continuamente el material para tener la seguridad de que está en buen estado. Los libros utilizados deberán ser objeto de un examen cuidadoso antes de ponerlos de nuevo en los anaqueles, para tener la seguridad de que no faltan páginas y de que no se ha roto ninguna, que la encuadernación está en buen estado, y que las tarjetas del libro y boletas de devolución pueden utilizarse todavía; en resumen, que el libro está en condiciones de ser nuevamente utilizado.

Al reparar los libros hay que poner gran cuidado en evitar pér- didas de tiempo o de útiles, y en separar los libros que no se consideran ya apropiados para figurar en el fondo de biblioteca. Sólo hay que emprender reparaciones sencillas. Muchas de ellas se simplifican utilizando cola plástica líquida, sumamente útil para poner en su sitio una página desprendida o reforzar el lomo o los cantos de un libro. Existe tela engomada de varias dimensiones para reemplazar un lomo en mal estado. Las páginas rotas pueden repararse empleando un material plástico especial.

Si hay que volver a coser el libro es mejor confiarlo a un encua- dernador profesional que a un aficionado. Antes de decidir sobre la conveniencia de encuadernar de nuevo un libro, hay que tener en cuenta los puntos siguientes: iHace falta reemplazar el libro? 2 Está agotado? iExisten otros ejemplares en la biblioteca y la demanda justifica

el número de ellos? iCuál es el precio del libro? (para decidir si es mejor comprar otro

ejemplar en rústica o con la encuadernación comercial). i Existe otra edición del libro más barata, pero igualmente buena?

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iEl ejemplar en mal estado está completo y en condiciones acep- tables para ser nuevamente encuadernado?

Una inspección cuidadosa del fondo de biblioteca puede revelar que algunos libros han rendido el máximo de sus posibilidades y que conviene desecharlos. Entre esos libros figurarían, por ejemplo : Los que resultan anticuados y contienen datos erróneos o incom-

pletos. Puede parecer demasiado riguroso separarse de estos libros cuando están en buenas condiciones, pero los encargados de la biblioteca tienen que velar para que los niños no acepten datos erróneos como verdaderos;

los que no interesan a los niños por la manera de tratar los asuntos, por su formato o por la dificultad de lectura. Hay que ver si estos libros pueden interesar a otras bibliotecas;

los que, como libros de texto o material complementario, no se consideran ya adecuados para utilizarlos en clase, sea por la manera de plantear las cuestiones o por su contenido;

los que están impresos en un tipo de letra demasiado pequeña o sobre papel amarillento, o presentan cualquier otra característica que repele a los niños en vez de invitarles a la lectura;

los que están muy sucios o estropeados, incompletos o defectuosos; los de baja o mediocre calidad.

Una colección de libros vivaz y atractiva es el mejor estímulo para que los alumnos sientan placer por la lectura.

Con objeto de mantener la colección en buenas condiciones de interés y equilibrio, es necesario hacer periódicamente un inventario. Por lo general un inventario se hace cada año, o como máximo cada tres años, cotejando los libros en la estantería con el catálogo topográfico. Para las grandes bibliotecas se aconsejan los inventarios parciales, que se efectuarán por rotación de año en año.

REGLAMENTOS

Los reglamentos deben reducirse al mínimo, pero hay que precisar siempre algunos extremos, como el plazo de préstamo de los libros a los alumnos, el número de libros que pueden prestarse al mismo tiempo, si hay que aplicar una sanción por no haber devuelto el libro a tiempo, las horas y condiciones en que la biblioteca estará abierta y consideraciones análogas. El administrador de la escuela, los maestros y el bibliotecario pueden ponerse de acuerdo para establecer estas reglas.

HORARIOS

Los alumnos de las escuelas primarias aprovechan mejor la posibilidad de servirse de una biblioteca si en los horarios diarios y sema- nales de clase se tiene en cuenta este aspecto del trabajo escolar.

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Previa consulta con los maestros, el bibliotecario preparará un horario de la biblioteca de manera que concuerde con el horario de clase y lo complete. El horario de la biblioteca debe incluso prever ciertas horas en que las clases no asistirán en grupo a la sala de lectura. De esta manera se facilita que los alumnos puedan concurrir individualmente o en pequeños grupos sin ser interrum- pidos; se permite a los maestros fijar horas suplementarias de biblioteca para sus clases en caso necesario, y se deja tiempo libre al bibliotecario para preparar bibliografías, pasar pedidos de libros, catalogar y realizar otros trabajos aparte del de aconsejar lecturas o enseñar a servirse de una biblioteca.

RELACIONES ENTRE LA BIBLIOTECA PÚBLICA Y LA

BIBLIOTECA ESCOLAR

Conviene que exista una estrecha relación entre la biblioteca escolar y la biblioteca pública si las dos han de prestar un servicio adecuado. La asistencia a la biblioteca escolar es en cierto modo “forzada”, pues los niños deben asistir a clase y la utilización de la biblioteca se prevé como parte normal y esencial de la educación de cada alumno. Al bibliotecario escolar le cabe, pues, la gran responsabilidad de encaminar al alumno para que adquiera voluntariamente la costumbre de utilizar la biblioteca pública. Ésta será el principal centro de lectura y de información para el adulto, pero si en la infancia no se ha adquirido la costumbre de servirse regularmente de ella, es improbable que ese hábito se desarrolle más adelante.

La experiencia enseña que cuanto más crecen y se desarrollan las bibliotecas escolares, tanta más importancia adquieren las bibliotecas publicas. Estos dos organismos se complementan entre sí, y son igualmente indispensables al público que sirven.

En ciertos aspectos ambos servicios requieren la colaboración de los bibliotecarios respectivos. Ante todo éstos han de tener conciencia de las finalidades de cada biblioteca con relación a los niños. Algunas de esas finalidades son idénticas en los dos tipos de bibliotecas, mientras que otras sólo presentan analogías. Por ejemplo, los alumnos matriculados en la escuela están forzosamente en contacto con la biblioteca escolar cada semana, si no cada día; en cambio, sólo los que concurran a la biblioteca pública aprovecha- rán de sus servicios.

En los lugares donde exista tan sólo uno de estos servicios, su bibliotecario deberá estimular la creación del otro en beneficio de la comunidad. Durante mucho tiempo los dos servicios se han considerado como rivales dentro de una misma localidad, en vez de admitir que se trata de servicios complementarios.

Toda vez que exista una biblioteca pública, las escuelas podrán

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sacar gran provecho de ella. Los servicios que ordinariamente presta aquélla a las bibliotecas escolares son, entre otros, los siguientes :

Préstamos de libros y otros materiales

Las bibliotecas públicas son generalmente generosas en el préstamo a los maestros de libros para niños. En estos casos el maestro elige los libros, los pide prestados y los devuelve, pues se trata de un préstamo personal. Generalmente, el maestro pone los libros a disposición de sus alumnos en el salón de clase.

Muchas bibliotecas públicas tienen un “fondo escolar” por separado; este fondo de biblioteca sirve para hacer préstamos de conjunto y a largo plazo a las escuelas (0 a una sola clase). Para elegir los libros que se prestarán a una determinada escuela, el bibliotecario pide la colaboración de los maestros a fin de tener la seguridad de que los libros servirán para los estudios que se cursan en la escuela y que responderán a los gustos y a la capacidad de los alumnos. Pueden, además, circular cajas de libros de una escuela a otra; las escuelas guardan las cajas en su poder un mes por lo menos, y con frecuencia durante todo un semestre.

Algunas bibliotecas públicas que han organizado esta clase de servicios se han dado cuenta de que gran parte del presupuesto se utiliza para proveer de material de biblioteca a las ecuelas, y que el sistema escolar local debería soportar los gastos de esos servicios. Parece ésta una idea razonable, y conviene tenerla en cuenta desde un principio. ~NO es lógico pensar que corresponde a la junta o consejo escolar encargarse del desarrollo de las bibliotecas escolares y de los servicios de biblioteca en las escuelas? Tal es actualmente la tendencia general más señalada.

Orientación de los lectores

Las frecuentes visitas a la escuela del bibliotecario encargado de la sección para los niños constituye un excelente medio de relación entre la biblioteca pública y la escuela. En estas visitas el bibliotecario puede hablar de libros con los niños, hacerles algún relato y organizar lecturas en alta voz y discusiones generales sobre libros. Puede explicarles, además, los servicios de la biblioteca pública e inscribir a los alumnos que deseen poseer una “tarjeta de lector”.

El bibliotecario puede también ayudar al maestro, preparando instrucciones sobre la utilización de los libros y de la biblioteca, de manera que los alumnos estén mejor preparados para elegir y leer los libros cuando acudan a la biblioteca pública.

Un programa de lecturas de verano hace comprender a los alumnos que los libros son un entretenimiento en cualquier época

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del año, y les permite conocer los mejores libros de la literatura infantil.

Trabajando con el bibliotecario, los maestros pueden adquirir mayor experiencia para orientar las lecturas de sus alumnos y enriquecer su propio conocimiento de la literatura infantil.

Servicio de bibliobús

En los lugares alejados de los grandes centros de población, principalmente cuando se trata de pequeñas escuelas, los bibliobuses son un medio admirable de facilitar material de lectura tanto a los niños como a los mayores. Los servicios de bibliobús para las escuelas han de responder a un plan bien preparado a fin de que cum- plan realmente con su cometido. Las fechas de arribo serán respe- tadas, de manera que los maestros y los alumnos sepan cuando van a recibir la visita del bibliobús. Los libros deben estar preparados para ser devueltos en el momento convenido, y se tomarán las disposiciones necesarias para satisfacer rápidamente los pedidos de libros formulados en una visita anterior del bibliobús. La circula- ción del material tiene que organizarse de manera que no se pierda tiempo. El inconveniente de fijar un horario para que las clases visiten colectivamente el bibliobús es que perturba las actividades escolares del día. Por eso parece preferible hacer los préstamos de libros directamente a la escuela, constituyendo así una pequeña biblioteca escolar central. En tal caso, como es natural, hay que designar a una persona competente para esa tarea. El personal docente y el bibliotecario colaborarán en la elección de los libros prestados por el bibliobús y en establecer las normas a que se sujetarán los préstamos.

La escuela tiene, por su parte, una gran responsabilidad respecto a la biblioteca pública. Ha de esforzarse por arraigar en sus alumnos la “idea de la biblioteca” , y el personal docente dará el ejemplo utilizando regularmente la biblioteca pública. La escuela puede organizar visitas colectivas de las clases a la biblioteca pública, para que los niños y niñas vean y sepan apreciar sus servicios y se sientan como en su casa. Por otra parte, la escuela tiene que informar a la biblioteca pública sobre los estudios que se cursan en sus clases, de manera que la biblioteca pueda procurar el material conveniente y organizar los servicios adecuados.

Los tratados modernos sobre la escuela y las bibliotecas públicas consideran que las juntas o consejos de educación deben asumir la responsabilidad en lo concerniente a las bibliotecas escolares, que han de considerarse como parte integrante del programa escolar. También sostienen que las bibliotecas escolares y las públicas han de trabajar en colaboración para prestar los mejores servicios posibles a los alumnos, que tanto hoy como mañana deberán ser los más adictos defensores y usuarios de las bibliotecas públicas.

LA BIBLIOTECA DE ESCUELA PRIMARIA SIN BIBLIOTECARIO

Existe una tendencia a considerar que no puede haber una biblioteca sin bibliotecario. No cabe duda de que el buen funcionamiento de una biblioteca depende del bibliotecario, pero también es posible hacer funcionar normalmente una biblioteca de escuela primaria si colaboran en ello el personal docente, los alumnos y sus padres.

La biblioteca particular para cada clase no es una solución económica ni puede satisfacer la gran variedad de gustos y la capacidad de los alumnos. Aunque los maestros reconozcan la verdad de este aserto, suelen oponerse a la organización de una biblioteca central porque necesitan constantemente libros en su clase; pero en ese caso olvidan que la biblioteca central también puede proporcionar colecciones a las clases. Estas colecciones son mejores que la inalterable biblioteca de clase, porque se renuevan con frecuencia y facilitan nuevos libros que responden a las necesidades de los programas escolares y a los intereses de los maestros. Los libros preferidos vuelven a la clase, se agregan otros nuevos y los que no responden a las necesidades del momento se devuelven para que otros puedan aprovecharlos.

Cuando el personal docente ha examinado el problema y llegado a la conclusión de que una biblioteca central puede prestar buenos servicios, hay muchas maneras de organizarla. Sin embargo, no hay que imaginar que se trata de una cosa fácil. No lo es, y se necesita que varias personas de buena voluntad colaboren en una causa común en la que tienen fe. Hay que seguir un plan preparado cuidadosamente y buscar el asesoramiento adecuado.

Existen bibliotecas de escuelas primarias a cargo de los alumnos y los maestros, y otras dirigidas por un comité de padres de familia. La forma de organización varía de una escuela a otra, pero hay que tener siempre presente los principios básicos del buen planeamiento y asesoramiento. Tanto si dirigen la biblioteca un maestro y sus alumnos, un comité de maestros y alumnos o un comité de padres de familia, hay que seguir las siguientes etapas, que se han revelado necesarias :

I. Deberán celebrarse reuniones con el director de la escuela, con un bibliotecario de la región y con el inspector de escuelas primarias, a fin de examinar los principios que han de regir la biblioteca, la instalación de ésta y sus normas de funcionamiento.

2. Habrá que estudiar el lugar donde puede instalarse la biblioteca. En las escuelas primarias que no posean una sala especial para la biblioteca y que no tengan aulas vacantes, podrá instalarse al final de un corredor, en la sala de reuniones o conferencias, o en una de las dependencias comunes que no estén destinadas a un servicio determinado.

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3. El plan previsto se expondrá en una reunión del personal docente. El problema habrá sido objeto, naturalmente, de discusiones previas, pero se convocará esta reunión para exponer la marcha a seguir y contestar a las preguntas que pueda formular el personal docente.

4. Las estanterías para los libros podrán construirse en la localidad, pero deberán ajustarse a las normas de construcción generalmente aceptadas.

5. Se determinará la organización de la biblioteca. La mayoría de las escuelas pueden utilizar la clasificación simplificada que se ha expuesto en este manual, dar entrada a los libros, pegar los bolsillos, colocar las tarjetas correspondientes y las boletas de devolu- ción y rotular los lomos. Puede prepararse, además, un catálogo de fichas provisional.

6. Los maestros depositarán en la biblioteca central los libros que puedan ser útiles. Las clases, una por una, harán lo mismo, de manera que los libros puedan prepararse poco a poco y no se suspenda el servicio mientras se organiza la biblioteca. Los libros estropeados, anticuados o inadecuados no figurarán en la biblioteca central.

7. Cuando la biblioteca central esté organizada, todo libro que adquiera la escuela será para la biblioteca central y no para las bibliotecas de clase.

8. El fondo de la biblioteca central se cotejará con una buena lista básica de libros para ver los que faltan. Los libros nuevos se comprarán con arreglo a esta lista, hasta que la escuela posea un fondo bien equilibrado que responda a los intereses de los alumnos y a su diversa capacidad de lectura.

g. Las primeras fases de la organización de la biblioteca serán objeto de una cuidadosa preparación. Se limpiarán, encuadernarán y repararán los libros que lo necesiten. Los que estén muy sucios o necesiten una gran reparación serán desechados. Cada libro llevará un bolsillo con una tarjeta y una boleta de devolución. En todos figurará el sello de la escuela. Los libros se registrarán, clasi- ficarán y catalogarán. Todas estas formalidades se resumen en este manual y los maestros, alumnos o padres de familia podrán seguir- las sin dificultad.

I o. Se establecerá un sistema de verificación de entrada y salida de los libros. Quizá sea mejor ordenar las tarjetas de los libros que salen de la biblioteca por el nombre de los maestros y no por las fechas de devolución. Este procedimiento es el más sencillo cuando las clases acuden colectivamente a la biblioteca.

I I. Tener siempre la biblioteca en orden y los libros en su sitio constituye uno de los principales problemas. Los grupos que utilicen la biblioteca la dejarán en orden pero, además, es conveniente que alguien se ocupe concretamente de ello. En ese sentido, los comités

7’

compuestos por alumnos de los últimos cursos y un maestro no sólo han dado excelentes resultados en muchas escuelas sino que han contribuido a la adquisición de una valiosa experiencia docente.

12. Los comités de padres de familia han organizado muchas bibliotecas escolares. Los que han dado mejor resultado tienen algunos puntos en común: un presidente con dotes de buen administrador; padres de familia dispuestos a ocuparse regularmente de estas cuestiones; comprensión y simpatía por los objetivos de la escuela; respeto del niño, que hace posible que los alumnos colaboren con los mayores en la organización y funcionamiento de las bibliotecas; y por último, sentido de lo que representa una biblioteca, o sea que los libros son para ser leídos y no para ser conservados.

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CAPÍTULO VIII

CÓMO ATRAER AL LECTOR

Para que los alumnos se acostumbren cada vez más a pedir libros y a utilizar la biblioteca, es necesario que el bibliotecario dé a conocer ampliamente los servicios y actividades de aquélla.

Una sala atractiva, clara y ordenada, con un ambiente de calor humano y de amistad, es una invitación para que los niños y sus maestros entren en ella en busca del material que se ha acumulado para su satisfacción. Plantas y flores ayudan a crear un ambiente agradable. Carteleras con noticias y exposiciones interesantes son también una invitación a la lectura y al conocimiento de nuevos libros.

La exposición de libros fuera de la biblioteca (en los pasillos, en las clases o en otras partes de la escuela), los artículos periodísticos (noticias y reseñas), las charlas y exposiciones con ocasión de diversas reuniones (principalmente escolares) y las ferias de libros que pueden llamar la atención de los miembros de la comunidad escolar sobre las buenas ediciones para niños, son otros tantos medios de atraer al lector.

Lo que hay que procurar ante todo es dar a conocer la finalidad y los servicios de la biblioteca a los alumnos, maestros, administradores y patrocinadores de la escuela. Una propaganda bien conce- bida puede utilizar varios medios, a saber : Propaganda visual, por ejemplo : carteleras, exposiciones de libros,

carteles, dibujos y objetos. Propaganda por escrito, por ejemplo: boletines y noticiarios de la

biblioteca, artículos de periódico, listas de libros y bibliografías, informes a la administración, a la escuela y a la comunidad, señales de libro impresas en cartulina o cartón, y si es posible, un manual de la biblioteca.

Propaganda oral: organización de reuniones en la biblioteca, en las aulas y en la sala de conferencia, relatos y charlas sobre libros, conferencias de los alumnos mayores, coloquios y debates, radio y televisión.

El programa, que ha de ser variado y bien equilibrado, es una empresa colectiva inspirado en los principales acontecimientos del año, pero sin olvidar otros temas, pues lo importante es propagar

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el gusto por la lectura. Por todo ello, la propaganda ha de basarse en principios simples pero importantes: a) ha de dar a conocer los aspectos en que la biblioteca puede prestar mejores servicios y el material de que dispone; b) ha de planearse anticipadamente, para llevarla a cabo en los períodos más favorables; c) tiene que cambiar de fórmula cada año, manteniéndose siempre dentro de la sim- plicidad y del buen gusto; d) las exposiciones deberán ser objeto de discusión con los alumnos; e) han de emplearse diversos materiales y métodos de presentación;f) la propaganda ha de orientarse hacia todos aquellos que pueden utilizar la biblioteca durante el año.

PREPARACIÓN DE EXPOSICIONES

El bibliotecario que reúna y conserva una variedad de ideas y modelos para la presentación de libros, contará con un valioso instrumento de trabajo. No le faltarán nunca la frase o el dibujo adecuado. El arte de la observación es un sucedáneo del talento artístico y las buenas ideas pueden surgir en contacto con medios diversos : otras bibliotecas, exposiciones organizadas en salones de clase, museos y tiendas, anuncios en las revistas, periódicos, alma- cenes y carteles, programas de radio y televisión, títulos de canciones y de libros, ilustraciones y cubiertas.

Sin embargo, para lograr una buena exposición conviene que el bibliotecario recopile algo más que ideas; deberá contar también con un número de materiales básicos. En primer lugar, las sobrecubiertas de libros e incluso los propios libros deben figurar en todas las exposiciones. Si los libros expuestos están a disposición del lector, habrá que tener otros en reserva por si alguien se interesa por los que están expuestos. Si las sobrecubiertas se ordenan por el número de clasificación, no séra difícil reunir las que correspon- den al tema de la exposición. Las fichas de catálogo ayudan a encontrar las novelas y los libros de lectura sencilla correspondientes al tema que se desea. En segundo lugar, se conservará el material que pueda servir para una nueva presentación. Por ejemplo, carteles, figuras recortadas, frases impresas y objetos diversos (con- chas, automóviles y trenes en miniatura, etc.). Por fin, los mapas y dibujos conservados en el archivador de informaciones son tam- bién importantes.

Se puede presentar y decorar la exposición en forma atractiva utilizando materiales como cartones rugosos de color (se venden en las tiendas de material para artistas), papel de pared, papel consistente de color, telas de distintos colores, dibujo y urdimbre, por ejemplo, arpillera, franela e incluso brocados, hojas de fibra de madera, lisas o perforadas (que se venda en ferreterías, etc.) y papel fuerte de embalar, sobre el cual se puede pintar.

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Ciertos materiales se pueden emplear para dar más relive a la presentación: hojas finas de metal, celofán de color, tela metálica, plásticos, redecillas, plásticos alveolares y guata ignífuga.

Las superficies coloreadas pueden variarse con ayuda de materiales como colores en polvo, acuarela, tizas de color (conviene rociar la superficie con un fijador para que no se borre) pintura al soplete y lentejuelas.

Recuérdese que una combinación adecuada de colores contribuye al éxito de la exposición.

Las letras de los textos (títulos, leyendas) pueden ser de varios tipos y estar compuestas con diversos materiales: letras de plástico fijadas con agujas o con cola, letras de cartón fuerte (en mayús- culas de imprenta, caracteres góticos o itálicos), de madera, o bien compuestas ex profeso, estarcidas, estampadas o escritas y recortadas. También se usan letras compuestas con cinta, hilo, guita, papel rugoso retorcido o celofán de color. Las leyendas pueden ser impresas o escritas sobre bandas de cartón.

Hay diversas maneras de preparar y montar una exposición. Una imagen ampliada puede dibujarse basándose en una proyección episcópica. Las construcciones en papel dan la impresión de profundidad. Una regla o un hilo tendido y fijado con chinches puede servir de guía para alinear los objetos. Para fijar los objetos pueden emplearse alfileres (conviene colocar los objetos algo separados de la pared o tabique, para dar la impresión de profundidad), discos engomados, cera para tableros, engrapadoras de grapa abierta. Conviene disimular todos los “apoyos”, por ejemplo, los materiales empleados para fijar los elementos de la presentación. Las exposiciones que dan una sensación de profundidad atraen más la mirada que las planas. Figuras recortadas y montadas sobre un cartón grueso, articulado con la cartelera de manera que tengan juego, contribuye a lograr este efecto. Los libros expuestos atraen más la atención si están en diferentes niveles. Cajas de diversas dimensiones, cubiertas o pintadas, pueden servir de zócalos.

TEMAS PARA LAS EXPOSICIONES

El bibliotecario ha de tener preparado un calendario mensual de los aniversarios o acontecimientos más importantes que pueden destacarse en las exposiciones de libros. Adémas, conviene que tenga en cartera una lista de temas que puedan exaltar la imaginación de los alumnos. La siguiente descripción resumida de algunas exposiciones puede servir de ejemplo:

Año Nuevo: Un gran calendario en la cartelera, roto en algunas partes de manera que aparezcan las sobrecubiertas (o el lomo de las sobrecubiertas) de algunos libros nuevos. Como leyenda, “Año Nuevo, libros nuevos”, compuesta con letras recortadas en papel de

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color o procedentes de la sobrecubierta de los libros. Presentación de los libros. Si no se dispone de nuevos libros, la mismapresenta- ción puede llevar como leyenda: “Año Nuevo, viejos amigos”.

Poesía: Un fondo azul con discos plateados y una leyenda adecuada resultará sumamente atractivo. Un sólo poema en la cartelera, impresa de manera que atraiga la vista, es mejor que varios poemas.

Gutenberg y la imprenta: Tipos de imprenta, libros viejos y nuevos o grabados con las primeras máquinas de imprimir.

Invenciones: El desarrollo de los medios de comunicación como el teléfono, el telégrafo y la radio puede presentarse por medio de imágenes.

Música: Una banda de papel rugoso servirá de fondo, sobre el cual se colocarán claves, pausas, notas y enlaces hechos con papel blanco. Las rayas del pentagrama pueden hacerse con el mismo papel, pero es más cómodo desarrollar una cinta de papel de má- quina de sumar y dividirla en cinco tiras. Pegar las anotaciones al fondo, y cuando esté seco fijar el conjunto en la cartelera. Las ietras brillantes para la leyenda realzarán la presentación. Pueden exponerse partituras, biografías o libros de crítica musical.

País extranjero, por ejemplo China: Imágenes de personajes chinos, sacados principalmente de las sobrecubiertas de libros infantiles, dispuestas de la manera más vivaz posible sobre la cartelera. Estampas de vestidos, costumbres, viajes, alimentos, etc. Hacer un montaje con estas imágenes recortadas y fijarlas en la cartelera mediante alfileres de manera que quede un espacio entre las imá- genes y el tablero. El amarillo, el negro y el anaranjado son colores adecuados.

Héroes nacionales, por ejemplo Simón Bolívar: Utilizar los colores y emblemas nacionales para realzar la figura del Libertador.

Libros ilustrados: Poner en la cartelera imágenes realizadas por los ilustradores mas famosos, así como sus datos biográficos. Ex- hibir los libros abiertos sobre una mesa, mostrando las mejores ilustraciones.

La Naturaleza : Dispóngase sobre un tablero de exposición algunos ejemplares llamativos de mariposas, escogidos en una colec- ción. Si el tablero es grande, dispónganse mariposas y el dibujo de una mariposa ampliada tres veces su tamaño de las mismas colocada debajo de un lente de aumento simulado. En un tablero más pequeño pueden colocarse pequeñas mariposas y al lado una más grande debajo del falso lente. Este lente de aumento, destinado a atraer la atención, puede construirse mediante un aro de cartón negro cubierto de celofán blanco. En vez de mariposas verdaderas pueden mostrarse dibujos o fotos. También pueden utilizarse muestras de colecciones de insectos, piedras, gemas, flores y hojas disecadas.

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Viajes y descubrimientos: Fíjese en el tablero un mapa atractivo y de colores vivos, enrollado a medias. Puede también prepararse un falso mapa, utilizando azul vivo y mate para el mar y color unido y brillante (o blanco) para la tierra, contorneando todo con negro. Para las letras de la leyenda pueden utilizarse letras recortadas de un viejo mapa; la leyenda puede ir indistintamente encima o debajo del mapa enrollado a medias. Expónganse libros sobre exploraciones, viajes o acontecimientos mundiales.

Naciones Unidas: Mapamundi o globo terráqueo con libros sobre diversos países. Banderitas de las Naciones Unidas y de los diversos países, clavadas con alfileres, pueden dar profundidad y color. Como leyendas: “Naciones Unidas”, “Los libros de nuestro tiempo”, “La vuelta al mundo con unos cuantos libros”.

APRECIACIÓN DE LAS EXPOSICIONES DE LIBROS

Conviene evaluar el resultado de cada exposición a fin de mejorar las nuevas presentaciones o carteleras. Para ello cabe preguntarse: ;Hemos logrado llamar la atención con nuestra cartelera, gracias a una composición atractiva, colorida y variada? iSe comprendía el tema a primera vista? 2La presentación era clara y artística? iHemos aplicado los principios artísticos de equilibrio, centro de atración, variedad de tamaños, superficies y volúmenes? iHemos expuesto objetos e imágenes que pueden reconocerse a distancia? iLas imágenes pequeñas estaban bien agrupadas debajo de la leyenda? ;Las leyendas eran cortas, llamativas y estimulantes? iLas letras eran claras y fáciles de leer? CLa presentación tenía un verdadero valor pedagógico y correspondía a los intereses de la escuela?

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CAPÍTULO IX

INSTALACI6N MATERIAL

Para llevar a cabo un programa de bibliotecas como el descrito en los capítulos anteriores, se necesita contar con instalaciones materiales adecuadas. Los locales de bibliotecas significan naturalmente algo más que las instalaciones y el espacio necesario para guardar libros y material de lectura; deben ser planeados teniendo en cuenta el tipo de lectores, principalmente alumnos de escuelas primarias y sus maestros. Debe existir un lugar donde trabajar y preparar el material para su utilización posterior en la biblioteca, para almacenar las diversas clases de material de lectura y para los servicios bibliotecarios especiales que incluyan los más recientes medios de información. Para el éxito de un programa de bibliotecas es esencial que haya varias habitaciones y no una sala de lectura única. Pero aunque hablemos aquí de bibliotecas que pueden tomarse como modelos, lo cierto es que muchas escuelas tendrán que contentarse con bibliotecas provisionales que constituirán una etapa intermedia hasta llegar a la biblioteca ideal.

Cuando se construye una nueva escuela, el arquitecto, el administrador y el bibliotecario deben ponerse de acuerdo para conseguir, dentro de los límites que impone el presupuesto, la mejor biblioteca funcional posible. Basándose en su formación y experiencia, deberán planear una biblioteca que satisfaga a la vez las necesidades futuras y las presentes, incluyendo las características especiales que hacen de una biblioteca un lugar acogedor y agradable.

No obstante, en los edificios ya existentes es muy posible construir bibliotecas tan adecuadas como agradables. En muchas escuelas hay una o más aulas que permiten ser transformadas en bibliotecas. La sala de lectura habrá de ser acogedora y atractiva, lo cual es posible tanto en un edificio viejo como en uno nuevo. Cuando se instala una biblioteca en dos aulas contiguas, la sala de trabajo puede estar colocada en un extremo. Los asientos próximos a las ventanas permiten crear un ambiente de lectura agradable y atractivo y se pueden poner plantas e incluso un acuario para que los niños acudan con gusto a la biblioteca. Se ha logrado organizar una biblioteca muy acogedora con dos salas colocadas en ángulo recto, aprovechando el extremo de un pasillo para instalar la sala

de trabajo. En otra escuela no se disponía más que de un aula y del final de un pasillo; no obstante, la sala resultó acogedora y funcional.

Si se dispone aún de menos espacio para la instalación de una biblioteca central, lo mejor es empezar con lo que se tiene y proyectar una mejor organización futura que permita alcanzar algún día el nivel deseado.

UBICACIÓN

Se debe instalar la biblioteca en el lugar más céntrico posible, al que se pueda llegar fácilmente desde cualquier punto del edificio. El emplazamiento central de una biblioteca proporciona la máxi- ma comodidad para la mayoría. En una escuela primaria, los alumnos de los cursos superiores harán mayor uso de la biblioteca que los de los grados inferiores. Por ello la sala de lectura debe instalarse cerca de las aulas de las clases más adelantadas. Pero por otro lado, como los alumnos de los primeros cursos van periódica- mente y en grupo a la biblioteca, acompañados de sus maestros, es conveniente que la sala no quede muy lejos de sus clases.

Cuanto más se sepa sobre bibliotecas de escuelas primarias, mejor provecho se conseguirá de las instalaciones materiales. Al planear un nuevo edificio escolar es muy importante escoger un emplazamiento para la biblioteca que pueda agrandarse en el futuro; por ejemplo, una biblioteca colocada entre dos escaleras, difícilmente podrá ser ampliada cuando se necesite. Las mismas consideraciones son válidas cuando se trata de instalar la biblioteca en un edificio ya existente.

Es necesario que la biblioteca esté situada en un lugar lo más tranquilo posible, para que los alumnos y maestros puedan trabajar en un ambiente que incline al estudio. La biblioteca no debe estar cerca del gimnasio, la sala de música, la cantina o los terrenos de juego. Teniendo en cuenta que los alumnos se trasladan por grupos a la biblioteca, conviene que ésta se halle alejada de la secretaría, aunque se exija un relativo silencio a los alumnosque circulan por los pasillos.

En muchos lugares la biblioteca de la escuela funciona a la vez como biblioteca infantil durante todo el año; esto ocurre en particular cuando la biblioteca pública está lejos de la escuela o cuando tiene un número limitado de filiales. En tales casos, la biblioteca de la escuela primaria deberá tener una puerta al exterior o estar cerca de una de ellas, para que se pueda entrar fácilmente a sus salas con independencia del resto del edificio.

Cuando se construyen escuelas nuevas, los arquitectos pueden situar la biblioteca donde mejor convenga e instalar locales funcionales.

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Si se trata de una escuela ya construida en la que se quiere instalar una biblioteca, no siempre es fácil encontrar el lugar apropiado. Pero a pesar de todo siempre es mejor tener una biblioteca central en cualquier sitio que renunciar a las numerosas ventajas que proporciona a los alumnos. Se debe utilizar el espacio de que se dispone, mejorando poco a poco y en la medida de lo posible los servicios de la biblioteca.

ESPACIO

Muchos expertos han estudiado el espacio que se estima necesario para la biblioteca de una escuela primaria. En la práctica las dimensiones recomendadas se han revelado correctas una y otra vez. Lo estrictamente necesario es una sala de lectura lo suficientemente grande para que en ella pueda caber toda una clase (y algunas personas más) y una sala de trabajo en donde pueda prepararse el material que se utilizará posteriormente. Esto se puede conseguir en una aula de tamaño normal y un guardarropas, pero inevitablemente se verán reducidos los servicios que presta la biblioteca escolar. Hasta no asistir al functionamiento de una biblioteca de escuela primaria, es dificilísimo imaginarse que para una escuela de 600 alumnos se necesita una sala de lectura de g x 18 metros, un almacén de libros, una sala de trabajo, una sala de proyección y audición, dos salas de conferencias y un despacho para el bibliotecario. Dentro de diez años incluso esto nos parecerá insuficiente. Los servicios que se esperan de una biblioteca deter- minan las dimensiones de los locales requeridos.

Sala de lectura 2.33 a 2,80 mz por lector; 48 asientos como mínimo para una escuela de 300 alumnos como máximo; 30 asientos más si la escuela tiene más de 500 alumnos; estanterías adosadas a la pared, con capacidad para IO libros por alumno.

Una sala de lectura de tamaño mayor que el de un aula corriente se presta a una presentación mucho más atractiva que la de ésta. Cuando resulte más práctico instalar la biblioteca en el ala destinada a las aulas, dos de éstas servirán para una sala de lectura en la que puedan sentarse 48 personas, una sala de trabajo y una sala de conferencias.

Sala de trabajo 3,35 x 3,65 metros como mínimo; contigua a la sala de lectura; posibilidades de almacén (en las escuelas más grandes éste debe estar en una habitación independiente) ; agua corriente y pila.

La sala de trabajo tiene una enorme importancia. Si no se dispone de un lugar independiente, la sala de lectura cumplirá las dos

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finalidades. En tales casos es preferible que entre las dos salas haya un cristal de separación que permita al bibliotecario vigilar desde cualquier lugar. La sala de trabajo debe ser planeada y equipada para que en ella se puedan preparar los libros y almacenar el material necesario. Es muy importante que se instale una pila con agua corriente, caliente y fría, armarios donde se puedan guardar repuestos, números atrasados de revistas, material audiovisual y objetos semejantes. Debe haber espacio suficiente para una mesa o mostrador de servicio, un escritorio y una máquina de escribir. Es especialmente importante disponer de varias tomas de corriente.

Sala de conferencias 3 x 3,35 metros como mínimo; contigua a la sala de lectura; mesa y tomas de corriente; estanterías; asientos para seis personas por lo menos.

Para las bibliotecas de las escuelas primarias es muy ventajoso contar con una sala de conferencias, porque allí puede reunirse un grupo de alumnos que hayan de cumplir alguna tarea que requiera consultas y referencias. Pueden reunirse los libros necesarios, dis- ponerlos sobre las mesas, consultarlos y discutir sin molestar a los demás grupos que trabajan en la sala de lectura. Se puede utilizar también esta sala para proyectar películas y películas fijas, escuchar discos con auriculares y aprovecharla como sitio de reunión de los padres de los alumnos y de éstos y sus maestros. La habitación tiene que ser lo suficientemente grande para que se pueda colocar en ella por lo menos una mesa y seis sillas. Se dispondrán en estanterías adosadas a una de las paredes aquellos materiales de lectura y libros que son utilizados constatemente por personas o grupos. Se facilitará el empleo de aparatos audiovisuales si se instalan tomas de corriente cerca de una mesa baja.

MOBILIARIO Y EQUIPO

Estanterias

En las áreas de lectura y de préstamo es preferible tener estanterías de madera, abiertas y adosadas a las paredes. Si no bastan éstas para colocar todos los libros que se necesitan, se pondrán estante- rías de doble faz. La altura de los anaqueles deberá calcularse para que los alumnos puedan sacar y poner los libros sin dificultad. Los expertos aconsejan una altura de 1,50 metros como máximo. Los anaqueles deben ser graduables, lo que se consigue fácilmente utilizando tirantes y soportes metálicos que pueden fijarse a diferentes alturas. Además de las estanterías normales para libros, debe pensarse en los libros ilustrados de gran tamaño. Lo mejor es colo- carlos en casilleros construidos cerca de la base de algunas secciones

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de la estantería. Encima de ellos, en anaqueles inclinados, se pueden exponer libros ilustrados, que se irán reponiendo a medida que los alumnos los soliciten. También se necesitan estanterías para revistas, que resultan más prácticas que los bastidores especiales.

Se dispondrá de una vitrina de exposición extremadamente práctica si en una sección de la estantería se instala un cristal corredizo, que podrá cerrarse con llave en caso necesario.

Dimensiones de las estanterias: Longitud de los anaqueles entre dos soportes verticales, go cm; profundidad de los anaqueles, 20 cm (normales), de 25 a 30 cm (para libros de gran tamaño y libros ilustrados); espesor de los anaqueles y de los soportes verticales, 20 ó 22 mm; base, 15 a 20 cm; reborde superior, 5 cm; altura total, 1,50 a 1,80 m; espacio libre entre los anaqueles, 25 cm.

Número de libros por cada 30 cm de estantería: libros corrientes IO, manuales de escuela primaria 15, libros ilustrados 20, obras de referencia 6; número de libros ilustrados que se pueden exponer en un anaquel inclinado de go cm, 3; número de revistas que se pueden exponer en un anaquel inclinado de go cm, 4; total de libros necesarios basado en el número de alumnos, mínimo 5 por alumno, se recomienda IO o más por alumno.

El sistema ajustable permite variar estas dimensiones cuando sea necesario, Véanse las ilustraciones de la estanterías especiales.

Carteleras

Cada sala de lectura deberá tener una o más carteleras que sirvan para fomentar y orientar la lectura. Es muy práctico instalar en la estantería una cartelera de corcho, que resulta atractiva y sirve como decoración. La cartelera será lo suficientemente grande como para que pueda servir para exposiciones. Tendrá un largo equi- valente a dos secciones de estantería y un alto correspondiente a tres anaqueles (go cm x 1~80 m es lo más conveniente). Una pequeña cartelera de go x go cm resulta muy útil para fijar anuncios.

Mesas y sillas

Las mesas y las sillas deberán ser resistentes y de un tamaño adecuado a la estatura del lector. Normalmente sólo se necesitan sillas de dos alturas diferentes. Aunque el trabajo de un ebanista local pueda resultar satisfactorio, se recomienda que en la medida de lo posible se encarguen las mesas y las sillas a un fabricante o proveedor especializado en muebles para bibliotecas o escuelas. Las dos terceras partes de las sillas deben ser más grandes que el resto. Cuando se narran cuentos, es muy práctico tener sillas bajas

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en mayor número que las necesarias para las mesas, pues así los niños más pequeños podrán sentarse en semicírculo en torno del narrador.

Dimensiones : Mesas rectangulares de go x 150 cm para habitaciones de más de 7,5 m de ancho, a las que puedan sentarse de 4 a 6 alumnos; mesas redondas de I m o 1,20 m de diámetro; altura de las mesas, 65 y 70 cm; altura de las sillas, 38 y 43 cm; espacio que debe quedar libre entre las estanterías y las mesas, I m a 1,20 m; espacio que debe queda, libre entre las diferentes mesas cuando están rodeadas de sillas, 1,20 a 1,50 m.

Otro material

Además de estanterías, mesas y sillas la biblioteca deberá tener un mostrador de préstamo, un escaparate para diccionarios (lo mejor es uno giratorio sobre una mesa, pues así los diccionarios estarán a la altura de los niños), un fichero para el catálogo de fichas, un bastidor para revistas, archivadores de dimensión normal y una carretilla de libros.

El número de gavetas que se necesitan para el fichero está determinado por el fondo de la biblioteca y por la complejidad de la catalogación (fichas de autor, de título, de materia y topográficas). En general se necesitará un mínimo de doce a quince gavetas. En cada una habrá aproximadamente mil fichas; cada libro necesita como término medio cinco fichas de catálogo y una ficha topográ- fica. El tamaño del fichero depende del número de libros, que se basa a su vez en un promedio de IO por alumno. Los archivos de láminas y fotografías serán cajas de tamaño correspondiente al papel de oficio.

Dimensiones de la mesa de préstamo : Largo, I ,50 a 2,1o; ancho, 60 a 75 cm; alto, 80 cm. En las escuelas muy grandes se necesi- tará instalar otras mesas de préstamo adicionales, cuya altura deberá ser adecuada a la estatura del niño que viene a pedir un libro.

ALUMBRADO Y ACÚSTICA

La biblioteca deberá contar con una buena iluminación natural, pero se necesitará además instalar luz artificial para que al nivel de las mesas haya una luz uniforme de 30 bujías pie. Se recomienda la instalación de puntos luminosos indirectos o semi-directos, ya sean incandescentes o fluorescentes. Las luces interiores deberán tener otro interruptor que el correspondiente a las luces exteriores y más próximos a las ventanas.

90

En la medida de lo posible el techo debe ser construido en forma tal que amortigüe la resonancia; en el suelo se pondrá un material que reduzca al mínimo el ruido.

DECORACIÓN

Se deben elegir colores suaves y agradables. Conviene que las estanterías de madera y elmobiliario sean de color claro para que no absorban la luz artificial o natural. Se pintarán los techos con pintura blanca (o a lo sumo de tono pastel) para que haya un coeficiente de reflexión de la luz de aproximadamente 85%. Las paredes tendrán cualquier color agradable que permita un coeficiente de reflexión de la luz de un 657; aproximadamente. Los colores más apropiados para una orientación norte y oeste son el amarillo, el melocotón, el amarillo verdoso y el beige cálido; para una orientación oeste o sur, el azul, el azul verdoso, el verde o el gris. Además del mobiliario, de los colores de las paredes y suelo, y de los libros, la biblioteca necesita tener un mínimo de decora- ción. Pinturas, esculturas y objetos semejantes se usarán con moderación.

DISTRIBUCIÓN DE LOS ELEMENTOS

La distribución y ubicación de los diversos elementos se efectuará de la manera más funcional posible. Se debe poder llegar fácil- mente desde la entrada a la mesa de préstamo, en la que no deberán amontonarse los lectores. En general, en una escuela primaria conviene poner la mesa de préstamo lejos de la entrada principal.

Una disposición asimétrica de los muebles hace que la sala resulte más acogedora para los niños. No deben ponerse las mesas en fila. No obstante, su colocación permitirá el libre paso de un extremo al otro de la sala. Las mesas redondas situadas en sitios estratégicos rompen la severa monotonía de las filas. Las mesas más bajas deberán colocarsecerca de las estanterías donde se encuentren los libros ilustrados, porque lo normal es que frecuenten esta zona los niños más pequeños.

9’

APÉNDICE 1

000 OBRAS GENERALES 020 Biblioteconomía 027 Bibliotecas escolares 030 Enciclopedias generales

100

150 170

FILOSOFíA Psicología (estudio de la conducta humana) Ética (ciencia de los valores morales de la vida humana)

Para etiqueta, véase jgs

200 RELIGIÓN 220 La Eiblia

23’ 232 280

290

291

Se incluyen los relatos basados en la Biblia, pero no los relatos que sólo tienen un fondo bíblico

Dios Jesucristo

292 294

.3

.5 295 296 297 299

Cristianismo e iglesias cristianas Otras religiones (no cristianas)

Religión y mitología comparadas Para .folklore, véase 398

Religión griega y romana Brahmanismo y religiones derivadas

Budismo Hinduismo

Mazdeísmo y religiones afines Judaísmo Islamismo Otras religiones

Comprendiendo confucianismo, taoísmo, shintoísmo, religión céltica

300 30’ 320

CIENCIAS SOCIALES Sociología (estudio de las relaciones humanas) Ciencias políticas (política, educación cívica, relaciones internacio- nales)

330 Economía política (producción, distribución, consumo de riqueza) 340 Derecho

RESUMEN DE LA CLASIFICACI6N DECIMAL DE DEWEYI

1. Traducido y publicado con la autorizaci6n de Lake Placid Club Education Faundation, titular del derecho de autor.

92

34’ 350

355 360 3%

370 372 380 383

384 385 386 387 388 390 391 394

395 398

4oo 420 421

423 425 428 430

439 .3

:;: 440

449 450

459 460

Derecho internacional (derecho de gentes, Naciones Unidas) Administración pública (organismos ejecutivos de los poderes públicos) Ciencia militar Previsión social Asociaciones, clubs, exploradores, exploradoras (brigadas de scouts) Educación

Enseñanza primaria Comercio, comunicaciones, transportes

Correos Comprendiendo la filatelia

Telecomunicaciones Ferrocarriles Transportes fluviales. Navegación interna Transportes marítimos y aéreos Carreteras, circulación local

Costumbres y folklore Trajes y adornos Vida pública y social

Comprendiendo comidas, bebidas, fiestas públicas, desfiles, procesiones, ferias, días festivos

Etiqueta Folklore

Comprendiendo acertijos, refranes, leyendas, supersticiones, cuentos de hadas

LENGUAS Inglés

Ortografía y fonética Comprendiendo alfabeto, pronunciación, abreviaciones, pun- tuación

Diccionarios Gramática Manuales de inglés

Alemán Las mismas divisiones y subdivisiones que de 420 a 428, con las adaptaciones necesarias a cada número

Otras lenguas germánicas Holandés, flamenco, afrikaans Sueco Danés y noruego

Francés Las mismas divisiones y subdivisiones que de 420 a 428, con las adaptaciones necesarias a cada número

Provenzal y catalán Italiano

Las mismas divisiones y subdivisiones que de 420 a 428, con las adaptaciones necesarias a cada número

Rumano Español

93

4% 470

480

490

49’ .4 .5

.6

:7 .9

492 .4 .49 .7

493 494 495 496 497 498 499

5oo

510 5” 520 525

529

530 534 535 536 537 539 540 549 550

Las mismas divisiones y subdivisiones que de 420 a 428, con las adaptaciones necesarias a cada número

Portugués y gallego Latín

Las mismas divisiones y subdividiones que de 420 a 428, con las adaptaciones necesarias a cada número

Griego Las mismas divisiones y subdivisiones que de 420 a 428, con las adaptaciones necesarias a cada número

Otras lenguas Comprendiendo lenguas orientales

Otras lenguas indoeuropeas Lenguas modernas de la India Lenguas de Irán y de Armenia (persa antiguo y moderno, pashto, etc.) Lenguas célticas Ruso Otras lenguas eslavas (búlgaro, checo, polaco, servocroata, etc.) Lenguas bálticas Languas semíticas y camitosemíticas

Hebreo Yiddish Arabe

Lenguas camíticas Grupo ugrio-finés (finés y hungaro) y otros grupos lingüísticos Lenguas del Lejano Oriente (chino, japonés, tai, birmano, etc.) Lenguas africanas (sudanesas, bantús, hotentotes, bushman, etc.) Lenguas de los indios norteamericanos Lenguas de los indios sudamericanos Austronesio (papú, malayo, polinesio, melanesio, etc.) y otras lenguas

CIENCIAS PURAS Para ciencias aplicadas, véase 600

Matemáticas Aritmética

Astronomía La Tierra

Comprendiendo órbita y movimientos, estaciones, mareas, etc. Cronología

Comprendiendo medida del tiempo, relojes, calendarios Física

Sonido, acústica Luz, óptica Calor, termodinámica Electricidad y magnetismo Energía nuclear

Química Mineralogía Ciencias telúricas

Comprendiendo geología

94

551 560 570 572 574 576 578 580 582 583

590

592 595.7 596 597 598

.I 599

600

608 610 612

6x3 614

620 621

622

623 624

625 627 628

629 .I .2

.4 630

631 632 633 634

Meteorología Paleontología vegetal y animal Ciencias naturales

Antropología (razas humanas) Biología (organismos vivos) Microbios Microscopios y microscopía

Botánica (vida de las plantas) Arboles, bosques Plantas que florecen

Para Jardinería, véase 635 Zoología (vida animal)

Para Animales domésticos, véase 636 Invertebrados

Insectos Vertebrados Peces Aves Reptiles Mamíferos

CIENCIAS Y ARTES APLICADAS Para ciencias puras, véase .yo

Inventos Medicina

Fisiología humana Higiene Seguridad contra los accidentes

Comprendiendo primeros auxilios, protección contra incendios y accidentes

Ingeniería Ingeniería mecánica

Comprendiendo radio, teléfono, telégrafo, televisión Ingeniería de minas Ingeniería militar y naval Ingeniería civil

Comprendiendo puentes, túneles Ingeniería de ferrocarriles y caminos Ingeniería hidráulica Obras sanitarias y municipales Otras ramas de la ingeniería

Aeronáutica Construcción de vehículos de motor

Comprendiendo automóbiles, motocicletas Astronáutica (vuelos en el espacio extraterrestre)

Agricultura Comprendiendo vida rural

Labranza Daños y enfermedades de las plantas Cosechas Frutas, huertos, viñedos, silvicultura

95

635 636 637 638 639

640 641 645 646 649 650 655 660

6% 670 680

700 720

730 737 738 740 745 750 760 770 780 784

790 79’

792 793

794

796 797

798

799

800 808

.8

Jardinería Animales domésticos y domesticados Leche y sus productos Insectos y otros invertebrados útiles Caza y pesca industriales

Para Caca y pescc como deportes, néase 799 Economía doméstica

Alimentación Mobiliario Indumentaria Puericultura

Comercio Imprenta, edición, encuadernación

Química industrial (industrias químicas y sus materias primas) Metalurgia Manufacturas Oficios mecánicos, talleres para aficionados

BELLAS ARTES Arquitectura Escultura

Sumismática Cerámica

Dibujo y artes decorativas Trabajos de artesanía

Pintura .4rtes gráficas: estampas y grabados Fotografía Música

Canto Comprendiendo coros y melodías para voces, solos, canciones populares, canciones de estudiantes, canciones nacionales

Diversiones, juegos, ocupaciones favoritas Diversiones públicas

Comprendiendo distracciones, parques, circo, títeres, cine, radio, televisión

Teatro, ballet .Juegos de sociedad

Comprendiendo reuniones, acertijos, concursos, trucos, magia, juegos y danzas

Juegos de destreza Comprendiendo ajedrez, damas, bolos

Atletismo, deportes y juegos al aire libre Deportes acuáticos

Comprendiendo regatas, natación Equitación

Comprendiendo carreras, exposiciones de caballos Caza y pesca como deportes

LITERATURA Retórica

Colecciones de diversas literaturas

820 821 822 830 83’ 832 839

.3

:7 840 84’ 842 849 850 851 852 859 860 861 862 869 870 871 880 881 890

891

892

893 894 895 896 897 898 899

900 910

.3

.4 912 913

Literatura inglesa Poesía inglesa Teatro inglés

Literatura alemana Poesía alemana Teatro alemán

Literaturas de otras lenguas germánicas Literatura de las lenguas de los Países Bajos Literatura sueca Literaturas danesa y noruega

Literatura francesa Poesía francesa Teatro francés

Literaturas provenzal y catalana Literatura italiana

Poesía italiana Teatro italiano

Literaturas rumana y rética Literatura española

Poesía española Teatro español

Literaturas portuguesa y gallega Literatura latina

Poesía latina Literatura griega

Poesía griega Literaturas de otras lenguas

Comprendiendo literaturas de las lenguas orientales Literaturas de otras lenguas indoeuropeas

se divide como 4gr ; por ejemplo, literatura rusa, 8gr .7 Literaturas de las lenguas semíticas y camitosemíticas

se divide como 492; por ejemplo, literatura de la lengua yiddish, 892.49

Literaturas de las lenguas camíticas Literaturas ugrio-finesas y de otros grupos lingüísticos Literaturas de las lenguas del Lejano Oriente Literaturas de las lenguas africanas Literaturas de las lenguas de los indios norteamericanos Literaturas de las lenguas de los indios sudamericanos Literaturas austronesias y de otras lenguas

HISTORIA, GEOGRAFfA, BIOGRAFfA Geografía, viajes, descripción de lugares

Para todos los continentes y países, emplear el número que se indica en la parte correspondiente a la historia, insertando la cifra 1, por ejemplo, 914.4 Francia, 918.6 Colombia

Diccionarios, índices de nombres de lugar Viajes y expediciones Atlas y mapas Antigüedades y arqueología

97

. . ~_-. . .- . ..- - .--_.-_---

920

930 931 932 933 934 935 936 937 938 939 940 941

-5 .6

942 -9

943

.6 -7 .8 -9

944 945 946

.9 947

.I

948 .I

-5 .9

949 .I .2

.3 *35

Biografía Comprendiendo autobiografías, diarios, relatos personales, retratos, cartas, siempre que no presenten en primer lugar un intéres literario, artístico o documental. Las biografías que se vinculan concretamente con determinadas materias, pueden clasificarse junto con dichas materias aplicando la división que lleva el número ogr; asi, por ejemplo, las biografías de botánicos figura- rán bajo 580.92 Las biografías que no tratan de determinadas materias, o bien la totalidad de las biografías, pueden reunirse bajo el número g2 ó la letra B y las tres primeras letras del apellido; así por ejem-

B plo, una biografía de Martí llevaría la signatura & o lar

Historia antigua China hasta 420 d.C Egipto hasta aproximadamente 640 d.C. Judea hasta 70 d.C. India hasta aproximadamente 650 d.C. ’ Imperios de Media y Persia, Asiria y Babilonia Antiguas tribus europeas Roma hasta 476 d.C. Grecia hasta 323 d.C. Otras civilizaciones del Mediterráneo

Europa Escocia Irlanda

Ulster (Irlanda del Norte) Inglaterra Gales Alemania

Comprendiendo República Federal de Alemania, Alemania Oriental (República Democrática de Alemania)

Austria Checoeslovaquia Polonia Hungría Francia Italia España Portugal Union de Repúblicas Socialistas Soviéticas (Rusia) Finlandia Escandinavia

Noruega Suecia Dinamarca

Otras regiones de Europa Islandia Países Bajos Bélgica Luxemburgo

98

*4

:5 .65 .7 .77 .8 .9

950 951

.24

.9 952 953 954

.2

.7

.89 955 956

.I

:S .7

956.9 .9’ .92 .93 .94 .95

957 958

.I

.4 959

.I

-3 .4 .5

.6

.7 960 961

.I .2

962

.4 963 964

Suiza Grecia Estados balcánicos

Albania Yugoeslavia Bulgaria Rumania

Islas del mar Egeo Asia

China Comprendiendo República Popular Taïwan (Formosa)

Corea (Choson) Japón Arabia India Nepal Pakistán Ceilán Irán (Persia) Cercano Oriente (Medio Oriente)

Turquía Chipre Armenia y Kurdistán Irak

Mediterráneo Oriental Siria Líbano Judíos (historia de los judfos desde la diáspora) Israel Jordania (Transjordania)

Siberia, URSS en Asia Asia Central

Afganistán Turkestán occidental (Asia central soviética)

Asia sudoriental Birmania Tailandia (Siam) Laos Malaya

Comprendiendo Singapur Camboja Vietnam

Africa Africa del Norte

Túnez Libia Egipto Sudán Etiopía (Abisinia) Marruecos

99

.I- _I___--

9% Argelia 966 kika central del Norte. Africa occidental’

967 .&frica central del Sur. África Ecuatorial’ .6 África oriental1

968 África del Sur .a Unión Sudafricana .9 Africa sudoccidental

9% Islas del océano Índico meridional1 970 América del Norte 971 Canadá 972 México

.a América Central 972.81 Guatemala

.82 Honduras Británica (Belize)

.83 Honduras

.84 El Salvador

.a5 Nicaragua

.86 Costa Rica

.9 Antillas

.9I Cuba

.92 Jamaica

.93 República Dominicana

.94 Haití

.95 Puerto Rico 4 Bahamas .97 Antillas menores .98 Islas de Barlovento .99 Bermuda

973 Estados Unidos de América 980 América del Sur 981 Brasil

982 Argentina

983 Chile 984 Bolivia 985 Perú 986 Colombia

.2 Panamá

.3 Ecuador 987 Venezuela

988 Guayana 989 Paraguay

.5 Uruguay 990 Islas del Pacífico 99’ Indonesia

.4 Filipinas 992 Islas de Sonda 993 Melanesia

1. Nueva Zelandia

I. Vistos los cambios políticos que se desarrollan en África, al sui del Sahara, y mientras se espera la extensión de estor números en una nueva edición de la clasificación decimal, parece conveniente designar los países individuales, dentro de las grandes subdivkiones geográficas, mediante la inicial de cada psis, por ejemplo: Niger g66 N., Camerún 967 C.

100

994 Australia 995 Nueva Guinea (Papuasia) 996 Polinesia y Micronesia

.9 Islas Hawai 997 Islas del Atlántico 998 Regiones árticas

.2 Groenlandia 999 Regiones antárticas

101

APÉNDICE II

CUESTIONARIO DE CONTROL

A fin de evaluar los servicios de su biblioteca, numerosas escuelas se han valido con éxito de un cuestionario como el que aparece a continuación. Se contesta por sí o no a cada punto.

¿ Qué eJicacia tienen los servicios que ofrece la biblioteca de nuestra escuela?

1. ORGANIZACIÓN DE LOS MATERIALES DE LA BIBLIOTECA

Los libros de la biblioteca se clasifican según el sistema decimal de Dewey. Los estantes llevan rótulos. Para los préstamos de libros se emplea un sistema de fichas. Los libros anticuados se eliminan periódicamente. Los volúmenes defectuosos se vuelven a encuadernar o se reparan. Los números atrasados de las revistas se guardan todo el tiempo que sea necesario. Los folletos, láminas y recortes se ordenan por materias. La biblioteca se encarga de ordenar y distribuir las películas fijas y las graba-

ciones que son propiedad de la escuela. Los libros figuran en un catálogo de fichas por autores, títulos y materias. Se llevan índices impresos para determinados tipos de material. Se compilan bibliografías especiales según las necesidades de los alumnos de los

diversos cursos.

II. FRECUENTACIÓN Y USO DE LA BIBLIOTECA

Los maestros llevan periódicamente sus clases a la biblioteca. Los maestros y el bibliotecario colaboran para organizar esas visitas a la biblio-

teca y establecer el programa correspondiente. Las visitas de los alumnos a la biblioteca dan por resultado:

Estimular el afán de la lectura Instruir a los alumnos en la manera de utilizar la biblioteca. Darles la posibilidad de consultar obras de referencia y de hacer trabajos

elementales de investigación sobre temas que estudian en clase. Orientarlos en sus lecturas personales. Incitar a los alumnos a que recurran a la biblioteca por cuenta propia,

cada vez que haga falta.

102

Constituir colecciones de reserva para los alumnos de diversos cursos. Prestar colecciones de libros a las clases para dar mayor diversidad a la

enseñanza. Prestar libros para que los alumnos los lean en casa.

III. INICIACIÓN EN EL USO DE LOS LIBROS Y DE LAS BIBLIOTECAS

Se aplica un programa permanente y progresivo de enseñanza sobre la manera de usar los libros y la biblioteca.

Todos los maestros toman parte en la enseñanza que se da con arreglo a este programa, en el que figuran las siguientes materias:

Las partes del libro. Clasificación y ordenación de los libros en una biblioteca. Catálogo de fichas. Obras de referencia. Diccionarios. Enciclopedias. Obras especiales de referencia. Revistas e índices de revistas. Otros materiales de la biblioteca (ubicación y empleo). Métodos de estudio e investigación: notas, resúmenes, compilación de biblio-

grafías, etc.

N. ORIENTACIÓN DE LA LECTURA

Los maestros y el bibliotecario orientan a los alumnos en sus trabajos de consulta e investigación (reunión de materiales fuera de los libros de texto, búsqueda de datos en las obras de referencia, notas, compilación de bibliografías, etc.)

Los maestros y el bibliotecario colaboran para orientar a los alumnos en sus lecturas individuales. Con el fin de estimular su interés por la lectura y formar su gusto y espíritu crítico organizan:

Horas dedicadas a la narración. Charlas sobre libros. Debates sobre lecturas. Juegos literarios y adaptaciones de textos al teatro. Presentación y exposición de libros. Trabajos manuales y artísticos. Horas para hojear los libros de las estanterías. Comentarios sobre lecturas personales. Conferencias de alumnos.

‘03

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APÉNDICE III

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La Biblioteca de la escuela primaria y sus servicios; Manuales de la ...

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