La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Orestes: En la versin original, la numeracin de los captulos tiene dos

    fallas, as que no la tomes como modelo. (Esta nueva versin da un captulo de

    menos).

    Por otra parte, cada captulo empieza en pgina aparte, par e impar. No puselos saltos porque mi mquina tiene problema para reconocer los saltos de

    pgina que agreg el escaneado. Tratar de solucionarlo para el prximo libro.

    m.

    ADOLFO BIOY CASARESLA AVENTURA DE UN FOTGRAFO EN LA PLATA

    I

    Alrededor de las cinco, despus de un viaje en mnibus, tan largo como la

    noche, Nicolasito Almanza lleg a La Plata. Se haba internado una cuadra en

    la ciudad, desconocida para l, cuando lo saludaron. No contest, por tener la

    mano derecha ocupada con la bolsa de la cmara, los lentes y dems

    accesorios, y la izquierda, con la valija de la ropa. Record entonces una

    situacin parecida. Se dijo: Todo se repite, pero la otra vez tena las manos

    libres y contest un saludo que era para alguien que estaba a sus espaldas.

    Mir hacia atrs: no haba nadie. Quienes lo saludaron repetan el saludo y

    sonrean, lo que llam su atencin, porque no haba visto nunca esas caras. Por

    la forma de estar agrupados, pens que a lo mejor descubrieron que era

    fotgrafo y queran que los retratara. Un grupo de familia, pens. Lo

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    compona un seor de edad, alto, derecho, aplomado, respetable, de pelo y

    bigote blancos, de piel rosada, de ojos azules, que lo miraba bondadosamente

    y quiz con un poco de picarda; dos mujeres jvenes, de buena presencia, una

    rubia, alta, con un bebe en brazos, y otra de pelo negro; una niita, de tres ocuatro aos. Junto a ellos se amontonaban valijas, bolsas, envoltorios. Cruz la

    calle, pregunt en qu podra servirles. La rubia dijo:

    Pensamos que usted tambin es forastero.

    Pero no tan forastero como nosotros agreg riendo la morena y

    queramos preguntarle...

    Porque hay que desconfiar de la gente pueblera, ms que nada si uno dejaver su traza de pajuerano explic el seor con gravedad, a ltimo momento

    atenuada por una sonrisa.

    Almanza crey entender que por alguna razn misteriosa todo diverta al

    viejo, sin exceptuar el fotgrafo de tierra adentro, que no haba dicho ms de

    tres o cuatro palabras. No se ofendi.

    La morena concluy su pregunta:

    Si no habr un caf abierto por ac.

    Un lugar de toda confianza, donde le sirvan un verdadero desayuno dijo

    el seor, para agregar sonriendo, con una alegra que invitaba a compartir.

    Sin que por eso lo desplumen.

    Lamento no poder ayudarlos. No conozco la zona. Tras un silencio,

    anunci. Bueno, ahora los dejo.

    Yo pens que el seor nos acompaara asegur la morena.

    Yo quisiera saber por qu trajimos tantos bultos protest la rubia.

    Entre las dos no atinaban a cargarlos.

    Permtame dijo Almanza.

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    Le voy a encarecer que nos acompae dijo el seor, mientras le pasaba

    los bultos, uno tras otro. El pueblero, y peor cuando se dedica al comercio, es

    muy tramposo. Hay que presentar un frente unido. A propsito: Juan

    Lombardo, para lo que ordene.Nicols Almanza.

    Una auspiciosa coincidencia. Tocayos! Mi nombre completo es Juan

    Nicols Lombardo, para lo que ordene.

    Almanza vio semblantes de asombro en la rubia, de regocijo en la morena,

    de amistosa esperanza en don Juan. ste le tenda una mano abierta. Para

    estrecharla, se dispona a dejar en el suelo los bultos recin cargados, cuandola muchacha de pelo negro le dijo:

    Pobre Pap Noel! Miren en qu situacin lo ponen. Ya va a tener tiempo

    de darle la mano a mi padre.

    El grupo se adentr en la ciudad. Don Juan, con paso enrgico, marchaba al

    frente. Se rezagaba un poco Almanza, estorbado por la carga, pero alentado

    por las muchachas. La niita, durante las primeras cuadras pidi algo que no

    consigui, por lo que finalmente agreg su llanto al del hermano. Como quien

    despierta, Almanza oy la animosa voz de don Juan, que anunciaba:

    Aqu tenemos un local aparente, salvo mejor opinin de nuestro joven

    amigo.

    Se apur en asentir. Estaban frente a un caf o bar cuyo personal, en ropa de

    fajina, baldeaba y cepillaba el piso, entre mesas apiladas. A regaadientes les

    hicieron un lugar y por ltimo les trajeron cinco cafs con leche, con pan y

    manteca y medias lunas. Comieron y conversaron. Se enter entonces

    Almanza de que don Juan era, o haba sido, mayordomo de una estancia de

    Etchebarne, en el partido de la Magdalena, y que tena un campito en Coronel

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    Brandsen. Supo tambin que la rubia, madre de las dos criaturas, se llamaba

    Griselda. La morena, que se llamaba Julia, le anunci que a ellos los esperaban

    en una casa de pensin, que ofreca todas las comodidades a precios

    razonables, muy recomendada por pasajeros acostumbrados a lo mejor. Por suparte opin don Juan:

    Le hago ver, hijo mo, que si se viene con nosotros, la ganancia es de

    todos. Pondr mi empeo, como si usted fuera de la familia, para que los

    patrones le ofrezcan una comodidad para salir de apuro.

    Estas palabras recibieron el apoyo de las dos mujeres.

    De veras agradezco, pero ahora es imposible afirm. Tengo reservadauna pieza en la pensin donde para un amigo.

    El descanso, la comida, la conversacin trajeron un bienestar general,

    perturbado al rato por el llanto del bebe, tan tesonero que bordeaba lo

    insoportable. As debi de pensar Griselda, porque de repente dijo:

    Con el perdn de todos.

    Descubri un pecho notablemente redondo y rosado y se puso a alimentar al

    hijo.

    II

    Acompa a sus nuevos amigos hasta la pensin, que segn se enter

    despus quedaba en 2 y 54, y les llev el numeroso equipaje a la pieza, en el

    piso alto, para lo que debi subir y bajar varias veces la escalera. En ese ir y

    venir no se cans de admirar unos vitrales, con figuras de colores vivos.

    Presinti que la otra pensin, donde le haba reservado una pieza el amigo

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    Mascardi, no le iba a gustar tanto. Lo que en sta menos le gustaba era un olor,

    tal vez a cocina o a despensa, no saba a qu, ni fuerte ni muy repulsivo, que

    pareca estar en toda la casa.

    Aunque los Lombardo porfiaban en retenerlo, se despidi porque se le hacatarde. Mientras lo acompaaban hasta la puerta, las mujeres le dijeron que no

    fuera ingrato, que las visitara pronto. Retumb entonces un grito desgarrador.

    Despus de un corto silencio oyeron la voz de don Juan, que entre quejidos

    llamaba a sus hijas. Griselda corri escaleras arriba. Antes de seguirla, Julia

    dijo:

    Todava no se vaya. No nos deje en este momento.Almanza convers con la patrona y con algn pensionista. Se preguntaban

    qu pasaba. Al rato volvi Griselda, muy nerviosa.

    Hay que llamar a un mdico dijo. Mi padre est mal.

    La patrona pregunt:

    Mdico? Yo me manejo con el Centro Mdico. Si quiere, llamo. Vienen

    en seguida.

    Llame, llame.

    La conversacin telefnica de la patrona fue continuamente interrumpida

    por Griselda, que indicaba:

    Repita que est mal. Que tuvo un vmito de sangre. Que hay que hacerle

    una transfusin.

    Se fue Griselda, lleg Julia y pregunt:

    Queda lejos el Centro Mdico?

    La patrona dijo:

    A la vuelta, a unas cuadras de aqu. Vienen en seguida.

    Voy all.

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    Voy yo dijo Almanza.

    No se perder?

    No, si me dan las seas.

    Es fcil asegur la patrona. Seis cuadras a la derecha, una a la izquierda,otra a la derecha. No puede perderse.

    Sin pensar ms, Almanza corri a la calle. Contaba en voz alta las cuadras.

    Al cabo de la octava se encontr con una ambulancia que sala de un casern.

    Levant una mano, para detenerla y pregunt si iban a 54 y 2. Le dijeron que

    s.

    Vena a buscarlos dijo. Me llevan?En la ambulancia haba dos hombres. El que manejaba, vestido de

    enfermero, y el acompaante, de ropa casi igual, que deba de ser el mdico.

    Cuando estaban por llegar, el mdico le pregunt:

    Hepatitis? Alguna enfermedad infecciosa, que recuerde? Secretas?

    El enfermo es otro. Un seor mayor, don Juan Lombardo. Un amigo.

    Lo que pregunto es si usted tuvo hepatitis. Infecciosas? Secretas?

    Yo? Ni por casualidad.

    Ya en la escalera de la pensin, el mdico le dijo:

    Usted no se me vaya.

    Almanza le seal la habitacin de los Lombardo. Diciendo Permiso,

    permiso para apartar a los pensionistas, el mdico entr y cerr. Como la

    espera se alargaba, Almanza empez a desear que la puerta se abriera, que

    Julia se asomara y dijera que su padre estaba perfectamente. Tanta voluntad

    haba puesto en el deseo, que al abrirse la puerta pens que era por obra suya.

    Quien apareci no fue Julia, sino el mdico, que sali diciendo como para l

    mismo:

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    viejo, con ojeras francamente marrones, plido como difunto. El viejo se las

    arregl para sonrer y comentar:

    Yo saba que Almanza no iba a fallarnos.

    III

    Pareci entonces que la culminacin del suceso hubiera sido la reaccin

    favorable de don Juan y la suculenta merienda que le sirvieron a Almanza enel caf contiguo. Las hermanas Lombardo insistieron en acompaarlo, porque

    no queran que pasase por alto este segundo desayuno. Explicaron:

    Tiene que reponer fuerzas.

    Tan agradecidas se mostraban que para agasajarlo debidamente dejaron solo

    al enfermo. Se despedan cuando entr la patrona de la pensin.

    El seor es el seor Almanza? pregunt. El seor Lombardo le pide

    que antes de irse tenga a bien subir un minuto a su pieza.

    Almanza acudi. El feo olor prcticamente haba desaparecido; lo

    reemplazaba, eso s, el vago aroma propio de la casa. A lo que pudo ver, el

    seor Lombardo estaba ms animoso. En cuanto a l sinti una momentnea

    sensacin de malestar, como si faltara el aire. Atribuy el hecho a su disgusto

    porque era tarde y por seguir demorndose. Pens: Es una vergenza... Por lo

    menos si pudiera abrir la ventana, para que entren la luz y el aire de afuera.

    Don Juan lo llam:

    Atrquese a mi cama. Usted me salv la vida, as que yo le debo una

    explicacin. Cuando se le dijo que lo saludamos por tomarlo por forastero,

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    faltamos a la verdad. No se me enoje ahora, que va a or la explicacin

    prometida. Maliciamos que era forastero, pero a qu negarlo, yo lo encontr

    enteramente parecido a mi hijo. Las chicas no me desmintieron.

    Vive ese hijo suyo?Ventura? Nos han llegado noticias de que no.

    Dnde se encuentra?

    Para el corazn de este enfermo, aqu, junto a la cama. No lo tome a mal,

    ni piense que soy un viejo trascordado. Si me confundo es adrede y usted

    permitir que en mi tribulacin lo trate de hijo. El otro no s por dnde anda.

    Har cosa de siete aos, de la noche a la maana, se fue de la casa de suspadres.

    Sin motivo valedero?

    Con motivo, pobre muchacho. Es lo que ms duele. Yo ser un viejo lleno

    de maas, pero siento el dolor como cualquiera. Hubo una desavenencia, le

    levant la mano, todo por una futesa que no mereca tanto disgusto. Quiero

    decir que entonces yo no vea por qu al muchacho le cay tan mal.

    Qu le cay mal?

    Si no me explico debidamente, usted no me va a entender.

    Dijo don Juan que l siempre haba sido franco y abierto para la gente que

    lo quera, pero malo como el aj para los que le llevaban la contra. Confes

    que por aquella poca amigaba con una viuda. El hijo de la viuda se meti a

    vendedor de seguros y ella le encareci que le comprara al muchacho un

    seguro de vida, para apuntalarlo en el conchabo.

    Sobre mi propia vida, ni hablar, porque soy supersticioso continu. Mi

    pobre seora ya andaba muy decada, as que vena a quedar eliminada, porque

    las primas o como las llamen iban a estar por las nubes. Pens: Quin ms

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    aparente que Ventura? Un muchacho en la flor de la edad. Al principio la

    operacin me sali bastante acomodada. En dinero noms, porque en

    aflicciones ni me hable! Vaya uno a saber qu dio en figurarse Ventura, sobre

    aquel seguro. Que yo tena noticias de alguna misteriosa enfermedad suya,mortal a corto plazo. O todava peor: me prestaba tal vez una intencin aviesa,

    que no quiero pensar. Hasta las ms altas horas dur la controversia con mi

    pobre hijo. Al da siguiente no estaba por ninguna parte. Nunca volv a verlo.

    Almanza temi que don Juan tuviera una recada, porque pareca cansado, a

    punto de sofocarse. El recuerdo de la discusin de esa noche terrible tal vez

    fue demasiado doloroso para ese viejo que sala de una descompostura. DonJuan continu:

    Ya no quiero hablar de aquel hijo. Me atribuy designios por dems

    infames. Por suerte ahora tengo otro, que me salv la vida.

    La mano que apret el brazo de Almanza no pareca la de un hombre

    enfermo y dbil. Era una garra.

    Como pensando en voz alta don Juan dijo:

    Ni siquiera s que est vivo o est muerto. Lo ms probable es que est

    muerto, pero eso no basta para cobrar el seguro.

    IV

    Cuando pas frente al hotel La Prgola, pens: Antes de irme voy a

    fotografiarlo. Me gustara parar ah. Al doblar por 43 divis a su amigo Lucio

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    Mascardi, a mitad de cuadra, recostado contra el marco de una puerta. Hasta

    que Almanza lleg a su lado, Mascardi no dio seales de verlo. Entonces dijo:

    Pens que no venas.

    Te voy a explicar.No expliques.

    Me puse a conversar con una familia, gente de Brandsen. Tomamos el

    desayuno y cuando los acompa a la pensin queran conseguirme una pieza,

    para que me quedara con ellos.

    Estara bueno, despus de volcar mi influencia para meterte ac.

    No sabs todo lo que me pas.No te vas a excusar conmigo... Encontrar hospedaje en La Plata no es nada

    fcil. Las pensiones estn, lo que se dice, al tope. El nico arreglo posible fue

    poner una segunda cama en mi pieza, que es bastante grande.

    No quiero estorbar.

    Cmo se te ocurre? No somos amigos de toda la vida?

    Por el zagun entraron en un patio al que haban techado con una claraboya,

    para convertirlo en sala. A ese patio, o sala, daban media docena de puertas de

    dos hojas, altas y angostas, con un numerito arriba, en una chapa ovalada,

    blanca, con persianas de madera pintadas de gris. El piso era de baldosas

    coloradas. Haba dos o tres alfombritas viejas, por aqu y por all, y una mesa

    de mimbre, sillones desvencijados, plantas en macetas, un reloj de pndulo. En

    comparacin, la pensin de la familia Lombardo pareca imponente y

    rumbosa, con aquellos vistosos vidrios de colores. Se felicit de que no lo

    convencieran los Lombardo, porque en una pensin de tanto lujo quin sabe

    con qu extras iban a salir. Eso s, cuando le llegara la ltima paga, se mudara

    all por unos das, para pasarlos a cuerpo de rey.

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    El crujido de un gozne los detuvo. De la primera puerta, a contar por la

    izquierda, sali una mujer robusta, ni vieja ni joven, de pelo negro, de piel

    blanca, de labios rojos, mojados, que pareca una monja de civil y que,

    segn dijo Mascardi, antes de apersonarse los haba espiado por la ventanaque hay en la pared. Mascardi habl con aplomo:

    Doa Carmen, le presento a su nuevo pensionista, el seor Almanza.

    Tras examinar en silencio al nombrado, la patrona dijo:

    Perfectamente. Voy a hablar claro con el seor. Primer punto: a esta casa

    no me trae mujeres. Si un da llega su seora madre, vaya y pase; pero no se

    me venga con la hermanita, ni con la prima ni con la ta, bajo ningn concepto.Sepa bien que desde la ventanita de mi pieza lo estoy espiando. Queda bien

    sentado, entonces, que sta es una casa decente?

    Desde luego, seora.

    Taconeando en las baldosas doa Carmen se dirigi a la nica puerta

    entreabierta (tena el numerito 4, en la chapa de arriba) y, con un amplio

    movimiento de brazos, la abri de par en par. Se volvi, anunci:

    La pieza! Despus de un silencio agreg en voz ms baja: Con nuestra

    mataca adentro.

    Aymar, seora protest la muchacha.

    Da lo mismo. Contrada, como corresponde, a su obligacin: limpiar,

    barrer. En mi casa todo brilla. Como en los grandes hoteles internacionales, no

    bien el pensionista sale, la mataca entra, para limpiar y poner orden.

    Ya termin, seora dijo la muchacha.

    gilmente recogi el balde y dems menesteres de trabajo, mostr una

    amplia sonrisa que no alegraba sus ojos, salud y se meti en otra habitacin.

    La tengo en la mira explic Mascardi, en un susurro.

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    La patrona reclam la atencin de Almanza:

    En materia de electricidad, no me cambia una bombita por otra de ms

    fuerza, ni me enchufa nada. Se molesta al bao conmigo?

    Como ordene, seora.Entre y mire con sus propios ojos. Toma debida nota de la limpieza?

    Quiero que los pensionistas me la cuiden. As que nada de ensuciar afuera.

    Entendido?

    Entendido.

    Le voy a encargar al cerrajero su llave de la puerta de calle. igame bien:

    el pensionista que vuelve despus de las once de la noche me cierra la puertacon llave.

    Pierda cuidado, seora.

    Doa Carmen respondi:

    Una patrona nunca pierde cuidado.

    V

    Ya en el cuarto, arrim los bultos a su cama y se dej caer. Mascardi,

    sentado en la otra cama, dijo:

    Si yo fuera vos, ordenara ahora mismo las cosas y pondra tus valijas con

    las mas, detrs del biombo.

    El biombo, que pareca de papel, era blancuzco o grisceo, con pescadores

    en botes, en un lago, rodeado de serranas, por las que volaban cigeas.

    Brava, la seora.

    Mascardi contest:

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    Conmigo, mansita, mansita. Claro que soy de la polica y quin te dice que

    la vieja no me tenga su respeto. No te preocupes: a vos tambin te va a

    respetar.

    Cre que estudiabas para abogado.Me cans. Quin te dice que un da no me anote de nuevo. Hoy por hoy

    revisto en el cuerpo de custodias. Un trabajo que no es para m, pero le

    encontr la vuelta. No me paso las guardias durmiendo, ni pegado a la radio,

    como los compaeros. Yo estudio, ome bien, yo estudio para pesquisa, tira o

    detective, como ms rabia te d. A lo mejor abrigo el sueo de ser un

    personajelegendario, un Sherlock Holmes, un Viancarlos, un Meneses, vaya uno a

    saber. Estudio interrogatorios, seguimientos, un poco de todo. Porque todo

    tiene su tcnica. No te olvides que en esta profesin la terquedad, la

    curiosidad, el amor propio, que a m nunca me faltaron, pagan jugosos

    dividendos.

    Tal vez por la transfusin, por las agitaciones de esa maana y por el viaje,

    Almanza entenda a medias y dejaba entrever algn cansancio. Mascardi le

    pregunt:

    Qu pasa? Te noto, no s cmo explicarme, apagado, triste. No me digas

    que la perorata de la patrona te amarg.

    Por qu iba a amargarme?

    Por la entrada prohibida a las mujeres. Te digo lo que pienso? Para gente

    como vos y yo es una ventaja. La mujer cargosa, que nunca falta, no te

    molesta. Uno entra en la pensin y est a salvo. Afuera disponemos de la

    Organizacin Mascardi.

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    No qued otro remedio que preguntar qu era eso. Mascardi explic que l

    conoca a unos estudiantes, que tenan un departamento. En La Plata, en los

    departamentos de estudiantes, vivan hasta cinco o seis. Como regla general,

    una vez por semana los visitaba una mujer.Hay otra regla importante que debes grabar en la memoria. En todo

    departamento, el que presta la cama se reserva el primer turno.

    Mascardi agreg que tampoco faltan mujeres que por la noche se ofrecen

    desde la vereda, a grito pelado. como dicen los estudiantes chilenos.

    Mirndolo inexpresivamente Almanza coment:

    La verdad que te has vuelto mujeriego.Basta de hablar! dijo Mascardi. Si hablo mucho, como hoy, a esta hora

    me viene un hambre! Te propongo que festejemos tu llegada con el famoso

    puchero de un restorancito de ac a la vuelta.

    Cuando salan, se cruzaron con la muchacha, que les dijo:

    Si van a comer, buen provecho.

    Agradecido, seorita respondi Almanza.

    Mascardi lo mir con expresin vaga, como si estuviera pensando en otra

    cosa, y pregunt:

    Me dijiste mujeriego por sta? Sin ms te aclaro que en la materia no soy

    orgulloso.

    Recostada en la puerta de calle, del lado de afuera, vieron a una seora de

    pelo castao, de cara juvenil, blanca y rosada, de cuerpo casi robusto.

    Almanza murmur:

    Con su permiso.

    La mujer se hizo a un lado. Pasaron y saludaron.

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    la seora Elvira, la esposa del inspector de estaciones de servicio de Y.P.F.

    explic Mascardi. Ya se cans doa Carmen de hacerle ver que una seora,

    parada en la puerta, da a la pensin una apariencia de conventillo. Semana tras

    semana el marido est ausente en sus viajes. La pobre lo quiere con locura y sepasa las horas en la puerta, en la esperanza de verlo llegar. Para m que piensa

    que si por un minuto ella se descuida, el marido no vuelve.

    VI

    Pasadas las doce almorzaron en un restaurante que vena a quedar en 44 y

    117, donde cocinaba la patrona y atenda el patrn. La entrada era algo oscura;

    el saln estaba en desnivel; haba que bajar uno o dos escalones. Comieron

    puchero de falda.

    No cargan los precios y te dan comida casera. Casi toda la concurrencia es

    de estudiantes asegur Mascardi. Si alguien viene a conversar con nosotros,

    ni te acuerdes que soy de la polica. Este elemento mira con malos ojos al

    chafe.

    Los que te conocen por qu van a desconfiar?

    Es gente muy quemada. Te digo ms: el sector estudiantil est infiltrado

    por espas de toda laya. Repentinamente pregunt: A vos qu te trae a La

    Plata? No me digas que has venido a estudiar?

    Vengo a sacar fotografas de la ciudad. Soy fotgrafo.

    Mascardi volvi a lo que estaba diciendo:

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    El sector est infiltrado de espas y, por si fuera poco, de activistas

    fanticos. Para mi trabajo conviene que no sepan que soy de la reparticin.

    Debemos tener presente que el da menos pensado me llega la orden de

    vigilarlos.Te elegiste un trabajo bastante bravo.

    No es para cobardes.

    Hasta peligroso me parece.

    Bruscamente hosco, Mascardi replic:

    No slo para m. Si alguna vez me liquidan, a lo mejor te liquiden a vos

    tambin, nada ms que porque nos ven ahora, en esta mesa. No te hagas malasangre: primero tienen que averiguar cul es mi verdadero trabajo.

    Retomando el tono amistoso dijo: No saba que le hacas la competencia al

    viejo Gentile.

    Cmo se te ocurre. Trabajo con l. Justamente, el mes pasado apareci por

    el negocio don Luciano Gabarret, para que le sacramos un retrato. Gentile, ya

    se sabe, si est entretenido en el laboratorio, no se apura. El otro juntaba rabia.

    Para m que no est acostumbrado a esperar.

    Qu va a estar. Es un potentado.

    Casi le aclaro que el patrn pone el trabajo por arriba de todo, pero de

    golpe don Luciano me pregunt si me tenan de adorno o si me haban

    enseado a sacar fotografas. Le saqu doce al hilo. En colores.

    Es bastante colorado, si recuerdo bien.

    Muy colorado y tiene cara de loco. Los ojos pasan rpidamente, no s

    cmo decirte, de expresar astucia a expresar furia, como si echaran chispas.

    Es bajito.

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    Y redondo. Parece un trompo. La nica persona que he visto con briches y

    polainas de cuero, en todo el partido de Las Flores.

    Cont Almanza que a la maana siguiente volvi Gabarret y, cuando vio el

    trabajo, cambi de manera notable. Hasta se le endulz la cara. Almanzacoment:

    No vas a creer. A infinidad de seoritas les pasa lo mismo que a este

    hombre. Ven sus fotos y se ponen contentas.

    Sigui describiendo la entrevista. Gabarret le pregunt si nicamente sacaba

    retratos. l mostr sus fotografas de estancias y volvi a preguntar Gabarret:

    Quin las ha sacado? Usted o el patrn?. Entonces apareci el viejoGentile, que contest: El seor Almanza. Yo no estoy en nimo para

    largarme al campo. A lo que dijo Gabarret: En ese caso le propongo al seor

    Almanza que se vaya a La Plata, se tome una semana, con todo pago y me

    fotografe la ciudad. l contest que no tena pensado cambiar de patrn.

    Nadie se lo pidi, afirm Gabarret. Mi intencin es ordenar al Estudio

    Gentile una serie de fotografas de los principales edificios y monumentos de

    La Plata, para el primer libro de la coleccin Ciudades de la Provincia de

    Buenos Aires. Previa conformidad del patrn, encargara al seor Almanza el

    trabajo. Terci Gentile: Con su venia, don Luciano, voy a decirle media

    palabra a este muchacho que titubea. Lo llev aparte y le asegur: Es la

    ocasin de tu vida. Si la ciudad no te destruye, vas a crecer como hombre y, lo

    que es ms importante, como fotgrafo. Dej el asunto en mis manos. Al

    entrar de nuevo en el saln, Gentile anunci: El muchacho no quiere. Har lo

    que pueda por convencerlo, siempre y cuando la paga sea acorde con las

    aptitudes de un profesional de su categora. Dijo las condiciones don

    Luciano: el boleto y chirolas al principio, con la promesa de girar a La Plata,

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    a su debido tiempo, una cantidad a convenir. De plano rechaz Gentile.

    Nuevamente hubo un aparte y en voz bastante alta, a lo mejor para que lo

    oyeran, Gentile coment: El coraje de algunos. Contstele que no y ya

    est, dijo l, pero le hizo ver Gentile que una semana en una ciudad grande ypopulosa vala la pena y que, sobre las condiciones, no estaba todo dicho. Los

    viejos discutieron todava un buen rato, sin ponerse de acuerdo. Esta noche

    consultamos con la almohada y maana retomamos la conversacin, declar

    Gentile. Como quiera, contest don Luciano, pero en principio quedamos

    en que Almanza viaja a La Plata. Siempre que no me lo mande a una huelga

    de hambre, replic Gentile. No ser para tanto, dijo el otro. Qu le hace aun muchacho apretarse el cinturn por unos das, y en puntas de pie, como si

    quisiera parecer ms alto, apoyando las manos en la mesa y marcando las

    palabras con un vaivn de su cuerpo redondo y de su cara colorada, afirm:

    Mi criterio es muy claro: pagar lo menos posible hasta que me traigan el

    trabajo. Cuando lo vea, si me llena los ojos, pueden estar seguros que no van a

    quejarse de don Luciano Gabarret.

    Mascardi pregunt:

    Y ese viejo tacao no poda ayudarte?

    Qu viejo?

    Gentile, quin va a ser.

    Cmo se te ocurre. La situacin es mala y, cuando la gente est desplatada,

    en lo que menos gasta es en fotos.

    En todos estos aos tu nico trabajo fue atender el mostrador y

    fotografiar? Una vida tranquila, demasiado tranquila para mi gusto.

    Sal al campo. Antes de conchabarme con Gentile trabaj en una estancia,

    vacun hacienda. Eso s, me gust siempre la fotografa. Un da le mostr a

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    Gentile unas fotos que tom con una mquina de cajn (rodeos de hacienda,

    carreras cuadreras, hasta una esquila) y me propuso que entrara de auxiliar.

    Tu trabajo, ac en La Plata, cundo empieza?

    Esta misma tarde.Tengo guardia, pero maana por la maana estoy libre. Si te parece, nos

    damos una vueltita para que te muestre lugares de inters. Comparado con ms

    de uno, soy un platense viejo.

    VII

    Cuando entraban en la pensin oyeron la campanilla del telfono. Atendi

    doa Carmen, la patrona, y con un fruncimiento de la boca anunci:

    Para el joven.

    Almanza record algo que le haba dicho Gentile en el momento de la

    despedida: En la ciudad te esperan sorpresas, lo que es bueno, porque el

    hombre despierta y vive. Es verdad que agreg la prevencin: No dejes que

    nada te aparte de la huella.

    Tom el telfono y pregunt:

    Quin habla?

    Realmente se llev una sorpresa. La conversacin dur poco, pero despus,

    en el cuarto, debi esforzarse para escuchar lo que le deca Mascardi. ste lo

    recibi con un comentario burln.

    Qu tipo importante! Llega a La Plata y ya lo andan buscando por

    telfono. Se puede saber quin te llam?

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    Una chica. La conoc esta maana. Hoy me acompaa a fotografiar.

    Una seorita seria, pero bien dispuesta.

    Una chica de familia. Estaba con su padre y con la propia hermana, que

    tiene un bebe y una nenita.Mascardi lo oa con preocupacin evidente. Habl luego sin apuro,

    pronunciando cada palabra por separado.

    El que viene de afuera, ande con ojo. El malandra huele de lejos al que no

    es de la ciudad. Ome bien. De un tiempo a esta parte apareci lo que en la

    reparticin llamamos una nueva figura delictiva. Una familia, que en realidad

    no es ms que una junta de sujetos de frondoso prontuario. Entablan relacincon el candidato, en este caso mi condiscpulo y amigo Nicolasito Almanza, y

    todo concluye en una estafa o algo peor. No s si soy claro.

    Qu me van a sacar? El equipo?

    Te parece poco?

    No lo suelto a dos tirones. Te aseguro que es una familia en serio. Gente

    de afuera. Como vos y yo. Con una diferencia: vienen de Coronel Brandsen.

    VIII

    Aunque lleg a la hora fijada, encontr a Julia en la puerta, esperndolo.

    La cosa empieza bien, se dijo. Don Juan le mereca respeto y tena la mejor

    opinin de Griselda, pero esa tarde no se hallaba en nimo de conversaciones.

    Estaba ansioso por fotografiar.

    Caminaron hasta la estacin, que fotografi de lejos y de cerca, en conjunto

    y por partes. Julia se mostr como una seorita diligente, de notable paciencia.

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    Le sirvi de auxiliar y al rato empez a sugerirle fotografas, siempre con

    fundamento y mucho tino. Cuando concluy con la estacin, Almanza

    fotografi el Roca, un cinematgrafo que haba por ah y, yendo hacia el lago

    y el bosque, fotografi el edificio de la Facultad de Ciencias Exactas, que legust mucho, y el monumento al Almirante Brown, de altura imponente,

    segn le coment a Julia. Ms adelante vieron el lago, con patos y cisnes, y

    gente que remaba en botes. Una insinuante voz italiana pregunt:

    Quieren una bella fotografa? Hay que guardar el recuerdo de un

    momento feliz.

    El que habl era uno de esos viejos fotgrafos de plaza, con su guardapolvoy su gran cmara de trpode, provista de trapo negro. Julia dijo:

    Por m no se ponga en gasto.

    Almanza contest con un frase dirigida al fotgrafo:

    Pierda cuidado, Julia. A un colega el seor le hace precio.

    Maldito oficio contest el fotgrafo (dijo maledetto). En estos das todo

    el mundo es colega, pero uno tiene que vivir. Prximo al lago, prximo al

    lago: ser una bella fotografa. Hay que aprovechar ahora, que de nuevo est

    con agua.

    Estuvo seco?

    Cmo? El seor no sabe? Hubo un crimen, pero no encontraban el arma.

    Si no hay arma, no hay condena. Se le meti en la cabeza a la polica que el

    arma estaba en el fondo del lago. Lo secaron. Este lago, orgullo de La Plata, se

    convirti en un barrial infame, con burbujas de agua podrida y charcos donde

    boqueaban mojarras, una carpa que era un verdadero monstruo y bagres

    bigotudos, ms feos que yo. No se imagina la cantidad de objetos inservibles

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    que ocultaba este bello lago. Francamente, seor, haba de todo, menos el

    cuchillo del crimen.

    Mientras hablaba los fotografi. Entreg despus una copia a cada uno.

    No est mal coment Julia, aunque yo parezco de noticias de polica.Es un buen trabajo dijo Almanza.

    Julia pregunt si poda quedarse con la foto y agradeci el obsequio.

    Almanza pag.

    Yo le voy a sacar una mejor susurr cuando se alejaban por un sendero

    en el bosque, entre el jardn Zoolgico y el Museo de Ciencias Naturales.

    Almanza fotografi el edificio del Museo y despus a Julia sentada en laescalinata, rindose mucho, porque deca:

    sta es la escalinata de los enamorados. Me contaron en la pensin que a

    la noche la usan las parejas.

    Ahora la voy a tomar de cerca. La cara noms.

    Al mirarla a travs del objetivo se dijo: Qu linda cara. Es la primera vez

    que la veo. Como si yo no viera sino a travs del lente de la cmara. Unos ojos

    extraordinarios y una nariz perfecta: algo que no se encuentra todos los das.

    En voz alta coment:

    Creo que le va a gustar la foto.

    Si me saca linda, Griselda se muere de celos.

    Todava estuvieron un rato en el bosque. Fotografiaron el planetario, para

    finalmente alejarse por una calle de tilos. Julia pregunt:

    No sents el aroma?

    Almanza not que lo haba tuteado. Por un momento se distrajo y perdi

    algunas palabras de lo que Julia le deca.

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    Con Griselda nos queremos, pero nos peleamos, porque es muy celosa. En

    cambio yo era inseparable de mi hermano Ventura.

    Don Juan me cont que se fue de la casa.

    Te habr dicho que muri.No dijo eso. Por lo menos, convencido no est.

    De un tiempo a esta parte lo da por muerto. Mi padre no es malo, pero a

    veces parece que no tiene alma. No digo que sea desalmado, sino que no tiene

    alma, fijate bien. Me contaron que los artistas son as.

    No saba.

    Hoy representan un papel, maana otro.A m, don Juan me dio a entender que siente mucho la falta de su hijo.

    No por el hijo, se me ocurre, sino por las consecuencias. Sin Ventura para

    aconsejarlo, se enred en negocios raros. Nos metieron pleito y tal vez nos

    embarguen Brandsen.

    Por la manera en que habl Julia de ese campo, Almanza comprendi que

    era un lugar muy querido por ella, vinculado a sus mejores recuerdos.

    Ya se las arreglar tu padre para salvarlo dijo.

    Tal vez. No se desanima fcilmente. Es muy buscavida, aunque no

    trabajador.

    Me cont que la desavenencia con tu hermano fue por una pliza de

    seguro.

    Fijate qu raras son las cosas. Tom esa pliza para favorecer a una seora

    amiga, mejor dicho al hijo de la seora, un muchacho que era agente de

    seguros. Poco despus el muchacho dej el trabajo y abandon la casa de su

    madre.

    Ms o menos como Ventura?

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Con la diferencia que se meti de fraile, en un convento, a la salida del

    Azul. Dicen que es el llamado de la vocacin. Vos dejaras todo para meterte

    en un convento?

    Yo no, pero a lo mejor a l le da por la religin como a m por lafotografa.

    IX

    Se despedan, frente a la pensin de los Lombardo, cuando apareci en la

    puerta Griselda y lo invit a pasar. Se excus, pero estuvo conversando con las

    dos hermanas, como si no tuviera el menor apuro. No tard, sin embargo, en

    irse, porque entenda que el laboratorio quedaba lejos y quera llegar antes que

    cerraran.

    Debi caminar un buen rato y mirar de vez en cuando el papelito en que

    Gentile anot la direccin. Como algunas calles no tenan chapa en las

    esquinas, temi haberse pasado... A un seor que distribua a su familia en los

    asientos de un automvil, le pregunt si iba bien.

    Tres cuadras contest el seor y agreg que el laboratorio deba de

    quedar donde 24 hace esquina con la diagonal 75. El seor dijo el diagonal.

    Por fin lleg. Abri la puerta el propio seor Gruter, un viejo de pelambre

    revuelta y de expresin ansiosa.

    Te estaba esperando dijo. Ya cre que no venas.

    Es tarde?

    Mucho me temo.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Hora de cerrar? Me voy.

    Cerramos para los clientes, no para los amigos. Pas, pas. Te presento a

    Gladys, mi ayudante.

    Gladys era una muchacha rubia, con aire de inglesa o tal vez de alemanita,alta, huesuda, probablemente maternal y de buena ndole. Entraron en una sala

    poco iluminada por una lmpara con pantalla de seda verde, en forma de

    cpula, con hileras de cuentas de colores, a modo de fleco. En una mesa haba

    infinidad de fotografas y, en la pared, una estampa de Cristo, con ropn

    morado. En una repisa, algunos libros se alineaban entre las estatuitas de un

    chino o japons con los ojos vacos y de una mujer desnuda con muchosbrazos.

    Quiere un mate? pregunt Gladys.

    Gracias, no se moleste.

    Cmo qued Gentile?

    Bien. Podra pasar al laboratorio?

    As me gusta. Digno ayudante de mi viejo amigo Gentile. Me sigue?

    Lo llev al laboratorio. Almanza contempl con admiracin y un dejo de

    envidia la ampliadora, tanto ms moderna que la de ellos. Estuvo trabajando

    un rato. Las fotografas salieron bien, por lo que pens que la niebla de La

    Plata no era desfavorable.

    Cuando se iba pidi disculpas por haberlos entretenido hasta esas horas.

    Al contrario asegur Gruter me gustara que uno de estos das te

    quedaras a conversar.

    Maana me tendr de vuelta.

    No conocs a nadie en La Plata?

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    A un compaero de colegio. Vino a estudiar y ahora trabaja. De nombre,

    Mascardi.

    Eso est bien coment Gruter.

    Conozco, adems, a una muchacha, que me acompa a fotografiar.La que sacaste en la escalinata del museo?

    La misma.

    Cmo la conociste?

    Por casualidad.

    Cont cmo fue su encuentro con la familia Lombardo. Gruter coment:

    Una verdadera casualidad. Es claro que si uno llega de afuera debecuidarse.

    Mascardi le estuvo hablando?

    El amigo tuyo? No tengo el gusto de conocerlo.

    X

    A la otra maana haba la misma luz apenas atenuada por la niebla. Le

    dijeron que era tpica de La Plata. Menos mal que esa luz favoreca el trabajo,

    porque las dificultades no faltaban. Para empezar, el tamao de los edificios.

    Ya le previno Gentile que se encontrara con edificios tan grandes, que se

    vera en apuros para meterlos en una foto sin deformarlos. En Las Flores se

    ejercit, aunque no bastante, con la Municipalidad, la Iglesia y la fbrica de

    pantalones y camisas. Menos mal que la avenida 7 de La Plata era ancha. Se

    entretuvo all hasta la una pasada: fotografi el Banco de la Provincia, la

    Universidad, el cine Gran Rocha, que est a la vuelta, en 49. Desde el correo

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    despach a Gentile el material del da anterior. Ojal que lo d pronto a

    Gabarret y que guste, pens. Trabaj un rato en la plaza San Martn. Cuando

    lleg al restaurante, Mascardi le dijo:

    Cre que no venas.Es tarde?

    Bastante.

    Desde que llegu no oigo ms que esa queja. No es por alardear, pero me

    tengo por puntual.

    Aunque llegues tarde, como todo el mundo. Esta maana no te acompa

    porque me llamaron del Departamento. Yo trabajo en serio y cumplo horarios.Puedo acompaarte despus del almuerzo.

    Despus del almuerzo me acompaa la seorita de ayer.

    No me vas a creer: a esa gente le estoy tomando una idea... Te digo ms:

    no s qu buscan.

    Son dos hermanas. La otra tambin es muy linda. Te la presentara, pero es

    casada.

    Fue a sentarse con ellos un muchacho de poca estatura, menudo, de frente

    ancha, que deba de ser joven, casi un chico. Un chico avejentado, con

    anteojos de cristales gruesos. Mascardi habl en un tono de burlona

    solemnidad:

    El amigo Almanza, un compaero de escuela, que vino a fotografiar La

    Plata, y el amigo Lemonier, alias el Viejito, estudiante de ingeniera, futuro

    medalla de oro.

    Vino especialmente a fotografiar mi ciudad? pregunt el Viejito. Por

    encargo, quiero creer.

    Para una coleccin de libros.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Empieza por La Plata, como corresponde? Una ciudad nueva, de gran

    pasado. Su pasado es de cuando el pas tena futuro.

    No entiendo dijo Almanza.

    Molesto? pregunt un muchacho de campera, que se haba acercado a lamesa.

    Mascardi present:

    Pedro, alias Pedrito. Lemonier, alias el Viejito y Almanza, que es de mi

    pago.

    El recin llegado arrim una silla. Tena la piel rojiza, la nariz curva, los

    ojos chicos, los brazos cortos. Lemonier retom el dilogo interrumpido:Le va a gustar cuando se aquerencie. Es increble, pero aqu la gente se

    aquerencia.

    Pedrito mir sucesiva, atentamente a Lemonier y a Almanza. No

    pestaeaba.

    Lo que se nota es la falta de tradicin afirm apesadumbrado Mascardi.

    Almanza lo escuch con asombro. No saba que su amigo fuera capaz de

    una reflexin como sa.

    La Plata dijo Lemonier tiene la mejor de todas las tradiciones: la del

    pas grande y prspero que fuimos. Yo dira que la ciudad es un vivo

    monumento a esa esperanza. Adems tenemos tradiciones chicas, de barrios y

    de amigos. Ms autnticas, en muchos casos, que las de zapateadores y grupos

    folklricos. Es claro que entre nuestras ms autnticas tradiciones hay una que

    te regalo: la de malos gobiernos.

    Todos te parecen malos? pregunt Mascardi. No sers medio

    anarquista?

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Por qu no? Como dijo alguien en un sueltito deEl Da: Soy un soldado

    desconocido de la guerra del individuo contra la sociedad. No slo contra el

    Estado, tambin contra el consorcio de propietarios y contra el club, aunque

    sea Estudiantes de La Plata y le duela a Mascardi.El tal Pedrito escudriaba a Lemonier con atencin y desconfianza. Tras un

    bostezo, Mascardi habl apresuradamente:

    Te cuento, Almanza, lo que de verdad tu amigo Mascardi est pensando

    mientras debaten ustedes los tpicos ms profundos? Est pensando que no

    tiene el menor inconveniente en que le presentes a la hermana de tu amiga.

    Que est casada es un detalle que no interesa.Menos compromiso observ Lemonier.

    Mascardi coment:

    El Viejito es lo que se llama un cerebro y un amigo. Como quien no quiere

    la cosa, dice la verdad. Ya es tiempo que aprendas.

    XI

    Julia lo acompa desde las tres de la tarde hasta la puesta del sol. Con

    diligencia lo ayud y pareci compartir su afn de fotografiar.

    Despus, en el laboratorio, Gruter examin las ampliaciones y lo felicit por

    la calidad del trabajo. Ampliando y conversando pas un rato agradable.

    Cuando ya estaba por irse, Gruter le pregunt si vio de nuevo a la familia

    sa.

    A la hija soltera, nicamente. Me acompa a fotografiar.

    Cuidate.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Crame, seor Gruter, es una seorita de lo ms formal y comedida que se

    puede pedir. Cuando yo vena para ac por la diagonal 75, miento, por la 76,

    me pregunt si alguna vez habr hecho mritos para que tengan conmigo

    tantas atenciones.Crees que no las mereces?

    Por qu las iba a merecer?

    Y no desconfas?

    Con su perdn, seor, sera bastante feo de mi parte.

    Muy justo. Sin duda el auxiliar de mi amigo Gentile es una buena persona.

    Se call, lo mir con ojos ansiosos, por ltimo declar: El que no es buenapersona es el diablo. Seduce para conseguir.

    Pero, seor Gruter, detrs de la chica hay una familia, con criaturas y todo

    lo que quiera.

    Yo no quiero nada y, por favor, explicame de qu manera esas criaturas

    estorban al diablo.

    Comprendi que no iba a convencer a Gruter. Se despidi. En el trayecto,

    recordando la conversacin que tuvieron, se pregunt si la vida en la ciudad

    no sera ms complicada y misteriosa de lo que haba pensado. En la pensin

    la patrona lo recibi con el anuncio:

    Lo llamaron las Lombardo. No lo dejan tranquilo. Con santa paciencia

    contesto que no est y al rato insisten. A m se me caera la cara.

    Dejaron algo dicho?

    Que esperan al seor Almanza a las ocho y media.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    XII

    Acompa a Mascardi al restaurante. En la puerta se encontraron con el

    Viejito Lemonier que pregunt:Tomamos esa mesa? Est libre.

    A su vez el patrn pregunt:

    Tres cubiertos?

    Dos contest Almanza. Yo me voy en seguida.

    Creste por un instante que iba a quedarse con nosotros? dijo Mascardi a

    Lemonier. Cmo se ve que no ests familiarizado con el sujeto. En la propiamaana de su llegada se arm de nuevos amigos y esta noche lo invitaron a

    cenar con ellos. Mejor dicho, con ellas.

    Feliz de l.

    Mascardi explic:

    Lo malo es que los supuestos amigos forman una familia. Una familia de

    araas, y Almanza ya est en la tela.

    Hasta maana dijo Almanza.

    No te enojes dijo Mascardi.

    No me enojo. Quiero llegar a la hora. Aunque no me creas, soy puntual.

    Cuando se trata de esa familia.

    Pens que Mascardi, Gruter y la misma doa Carmen queran protegerlo. A

    lo mejor saban por qu y lo hacan por su bien. Todos estaban contra la

    familia Lombardo. A lo mejor un da lograba amigar unos con otros y vivan

    en paz.

    En la pensin de los Lombardo lo recibi Griselda, con muestras de afecto y

    resplandeciente de belleza. Almanza pens que nunca haba visto a una

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    persona tan limpia. Le gust, adems, la vestimenta: una especie de tnica

    negra, muy apretada y corta, con infinidad de redondeles de vidrio o espejitos,

    que producan reflejos cuando se mova.

    Ya pens que me haba plantado. No me haga caso, soy una mala. El apuroes porque vamos al teatro. Empieza a las nueve.

    Iba a decir gracias, pero pudo ms la curiosidad y pregunt:

    A qu teatro?

    Una pera,El Demonio,del famoso msico Rubinstein. Lo conoce?

    No asegur Almanza.

    La patrona, aqu, dice que es famoso. Pap y Julia ya se fueron, porque sonunos impacientes y dicen que si uno pierde el principio no entiende nada. Yo

    me qued para esperarlo.

    Gracias.

    No tiene que darme las gracias, porque voy a pedirle un gran favor. Lo

    hago porque usted es un gran amigo.

    Claro que soy dijo con orgullo.

    Me acompaa hasta la pieza?

    En un primer momento no entendi; quin sabe por qu pens que le

    hablaba del teatro. Todo fue tan inesperado que se sinti un poco aturdido. De

    buen nimo sigui a Griselda escaleras arriba. Evidentemente la patrona

    trataba a las hermanas Lombardo con respeto. No pudo menos que advertir la

    diferencia entre una pensin y otra.

    La pieza no pareca la misma de la tarde anterior. Todo estaba en perfecto

    orden, con las tres grandes camas, la camita donde dorma Rosala y la cuna

    con el bebe. Los Lombardo le abran de par en par la entrada a su vida

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    familiar. Los que pensaban lo que no es, se equivocaban. All no haba ms

    que limpieza y decencia.

    Griselda le dijo:

    Le iba a pedir que se quedara con los chicos hasta que volvamos de lafuncin. Un rato noms. No le van a dar trabajo, as que le dejo la revista que

    estoy leyendo, para que no se aburra.

    Tambin le dej instrucciones precisas.

    No mecer la cuna por ms que llore el bebe. Si no, usted se va a pasar la

    noche mecindola. Los chicos, una mala comparacin, se parecen a los

    animales. En cuanto uno afloja, se vuelven maeros. Eso s, le da la mamaderaa las once en punto.

    Le previno que en un primer momento, el tipo (as llamaba cariosamente al

    bebe) presentara resistencia.

    Oiga bien un consejo: impngase. El tipo est acostumbrado a mi pecho y,

    es claro, si le meten otra cosa, berrea. Usted no hara lo mismo? Aqu, en el

    termo, est la leche, bien calentita. La pasa a la mamadera y se la da. Aqu hay

    un paal limpio, por si acaso. Usted me entiende.

    Pregunt alarmado:

    Sabr poner el paal?

    Haga de cuenta que es un chirip.

    Nunca puse un chirip.

    Si tiene alguna duda, despierte a la nena. Es una mujercita hecha y derecha

    y sabe todo mejor que yo. Puedo besarlo?

    Le dio un beso en la frente.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    XIII

    Como Rosala y el bebe dorman, coloc la silla bajo la lmpara, se

    repantig, cruz una pierna, pens que en un momento as deba de seragradable fumar un cigarro de hoja y con toda tranquilidad se puso a mirar la

    revista de Griselda. Las chicas que l haba conocido lean revistas que se

    ocupaban de modas o de la vida de galanes y estrellitas de la televisin y de la

    radio. En cambio Griselda se interesaba en asuntos que no estaban al alcance

    de cualquiera. Lleg a esa conclusin tras una rpida ojeada y casi dese que

    su amiga no volviera demasiado pronto, as le daba tiempo de leer un artculotituladoEntretelones de la lucha por la dominacin del mundo. Explicaban

    all cmo las grandes potencias y tambin nuestro pas no eran ms que una

    simple pantalla y cmo todo lo que sucede en esta tierra de Dios hasta lo que

    nos pasa a usted y a m depende de la decisin de un puado de seores, de

    traje negro, sentados alrededor de una mesa redonda. La parte escrita era

    bastante clara y los dibujos de las tiras, perfectos. Pens que le gustara entrar

    en la sala donde se encontraban los seores, levantar la mesa en vilo y con

    todas sus fuerzas tirarla sobre el presidente de esa banda de desalmados. Sin

    darse cuenta pas de la imaginacin a un sueo, donde el presidente, un seor

    furioso, de grandes bigotes renegridos, con las puntas para arriba, se desplom

    bajo el peso de la mesa y ech a llorar. En ese momento Almanza comprendi

    que se haba dormido y que no era el seor el que lloraba, sino el bebe. Tuvo

    tiempo de pensar que por suerte el llanto lo despert, porque si no se hubiera

    expuesto a que la familia Lombardo, al volver del teatro, lo sorprendiera

    durmiendo. Se repeta: Menos mal, despertaba del todo y comprenda la

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    situacin. De pie junto a la cuna, Rosala pasaba la mamadera por la cara de su

    hermano y tal vez con la mejor intencin lo rociaba de leche y lo enfureca.

    Dame que se la doy yo dijo Almanza.

    Creo que la mamadera pierde coment Rosala. Vas a tener que prepararotra y cambiar los paales.

    Ahora mismo vos gans la cama y segus durmiendo orden con enojo.

    La chica obedeci. Poco dur la satisfaccin por esa victoria, porque el

    llanto del bebe se volva apremiante y l se pregunt si sera capaz de

    enfrentar la situacin. La tarea que le esperaba consista probablemente en

    cumplir a un tiempo, a toda velocidad, sin errores, tres o cuatro operacionescomplicadas. No perdamos la cabeza, murmur y tuvo, sin poder evitarlo,

    un pensamiento que era un amargo reproche a Griselda, pero tambin un

    ansioso llamado. En ese momento se abri la puerta y Griselda apareci,

    hermossima entre los relumbrones de los espejuelos de su vestido, sonriendo

    de un modo irresistible. Con la mayor calma aplic la mamadera al bebe. El

    cuarto, que un rato antes pudo convertirse en pandemonio, recuper el

    silencio. Todo haba entrado en el orden. Los chicos dorman pacficamente.

    Pap y Julia se quedaron en un restaurante. Yo me vine porque me dije no

    sea que de pronto la situacin se ponga fea para mi delegado. Porque esta

    noche usted es mi delegado. Llegu en el momento justo, s o no?

    Ms justo imposible.

    Puede creerme: pap y Julia no vuelven en seguida. Cuando entran a

    comer, va para largo. igame bien: para largo.

    Movi afirmativamente la cabeza. Griselda explic:

    Los nenes duermen como dos benditos, de modo que, si usted quiere, lo

    premio.

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    Porque estas palabras, dichas con una sonrisa y en un murmullo, lo

    confundieron, sigui callado.

    Arrimndolo contra ella, Griselda pregunt:

    No quiere que lo premie?Cundo?

    Ahora.

    Mientras lo estrechaban, atin a agitar un brazo en direccin de los chicos,

    sin interrumpir por ello la suave pero vertiginosa cada conjunta. Ya en la

    cama, una explicacin, poco menos que soplada, lo alent:

    Duermen con un sueo pesadsimo, pesadsimo.Sinti esas palabras como caricias.

    XIV

    Griselda qued tirada en la cama, con la cabeza apenas ladeada, con el rubio

    pelo revuelto, que descubra la intimidad de una nuca de extrema blancura,

    con los ojos cerrados. La miraba.

    Por favor, abra los ojos.

    No te gustan?

    Porque me gustan, quiero verlos.

    Pens que deba fotografiarla. Pens tambin: Ayer a la maana, cuando vi

    este pecho, no pens que tan pronto lo vera de nuevo.

    Despus de la despedida, le previno Griselda:

    Ac estn siempre mi hermana y mi padre, as que la prxima vez tiene

    que ser en tu casa.

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    Aunque la proposicin lo alarmaba, not ms que nada el agrado que le

    produca la voz. No perdi el tino y contest:

    En la pensin no dejan que uno lleve mujeres.

    Griselda ri como si la divirtiera lo que haba odo.Y vos te imagins que a nosotros nos dejan traer hombres? Por hacerte

    pasar yo me arriesgo a que me traten como una arrastrada. No me digas que

    sos ms cobarde que yo. O no valgo la pena?

    Cmo se te ocurre? Pero el plan tiene sus complicaciones. Empezando

    porque un amigo duerme en el cuarto.

    Vos te avergonzaras de m? Yo, de vos, no. As que no me importa quele digas que te voy a visitar. Le peds que salga a dar una vuelta o que mire

    para otro lado y chau.

    No es necesario. En el cuarto hay un biombo.

    Debi ella notar que estaba todava indeciso, porque le pregunt:

    O ests proponiendo que vayamos a un hotel?

    El tono de esta pregunta no dejaba lugar a dudas. Contest en el acto:

    Ni se me ocurre. Claro que la entrada no va a ser fcil, con la patrona en su

    aguantadero, junto a la puerta. Tiene odo de tsica.

    Entonces no volvemos a vernos?

    Por qu?

    No s. No te habr gustado.

    Claro que me gust.

    Le pareca increble que ella no lo supiera.

    A m tambin asegur Griselda, ya sin enojo. A las doce en punto de la

    noche de maana me presento. Mejor dicho de hoy, porque ya es ms de la

    una. Vers que todo sale bien. Dame la llave de tu casa.

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    No pens ms y obedeci.

    XV

    Se dijo que nunca, nada le gust tanto. Si le prometan otro momento as, no

    iba a preocuparse por las consecuencias y los disgustos que trajera. A quin

    se le hubiera ocurrido que el da de llegar se paseara por toda La Plata con

    una chica lindsima y a la noche tendra amores con otra, no menos linda,

    casada y, por si fuera poco, madre de dos hijos, instruida y joven? No secambiaba por nadie.

    En el mejor estado de nimo se encamin a su casa. De algn modo se las

    arreglara para entrar, as que no deba preocuparse. En cuanto a la anunciada

    visita de Griselda, por ms que hubiera complicaciones, tena el santo da por

    delante para encontrar cmo sortearlas y, en todo caso, lo principal era que

    Griselda quera visitarlo. Un regalo de la suerte.

    Confiado en su buena estrella, pens que al mismo tiempo que l llegara

    algn otro pensionista. Como esto no sucedi, golpe suavemente la puerta.

    Muy pronto apareci la patrona, en camisn, con un chal colorado sobre los

    hombros, blanqusimos y desnudos.

    Qu horas de llegar! Ya perdi la llave?

    Por favor, seora, ni se le ocurra. La dej en la pieza, cuando sal.

    Qu horas de llegar!

    Si me perdona el atrevimiento, seora, qu horas de estar despierta!

    Sin duda esa noche le sobraba el aplomo. La patrona vacil y dijo:

    Se lo perdono, claro, se lo perdono. Estaba con cuidado.

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    Al pronunciar esta ltima palabra la boca se le frunci en un mohn. El

    muchacho se pregunt si estaba conmovida y por qu. En ese momento el reloj

    dio las dos.

    La verdad que es tarde. Hasta maana, seora.Hasta maana, hijo mo. Ya es hora que estemos los dos en cama.

    Nunca haba pensado que la gente de la ciudad fuera as. Todos parecan

    quererlo y protegerlo. Como deca el viejo Gentile, el que vive aprende.

    Para no despertar a Mascardi, abri la puerta con la mayor suavidad, pero la

    precaucin fue intil, porque los goznes crujieron. Tomando las cosas en

    broma, pens que para la noche convendra comprar una lata de aceite y echarunas cuantas gotas en varias puertas de la casa.

    Qu horas de llegar! rezong Mascardi.

    Creme que no me arrepiento contest.

    Ni me reconozco, se dijo. Estoy pisando fuerte. No s qu tengo. Por de

    pronto, no todo lo que haba pasado esa noche facilitaba las cosas para la

    siguiente. Que la patrona se mostrara tan buena, cuando l planeaba algo que

    la iba a disgustar, era ms bien molesto. No lo era menos que a las dos de la

    maana hubiera odo en seguida sus golpecitos en la puerta. Dijo:

    Maana voy a precisar tu ayuda.

    Mascardi respir o resopl. Almanza tambin se durmi pronto.

    XVI

    A las ocho de la maana, en un caf de 43 y 7, frente a una casa donde

    alquilaban disfraces y trajes de etiqueta, los dos amigos beban caf con leche

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    y coman felipes y medias lunas. Muy divertido, Almanza refiri su desilusin

    de no ir al teatro, la noche anterior, y la sorpresa, hasta el enojo, cuando supo

    que lo haban convocado para tenerlo de cuidador de las criaturas. De pronto

    dijo:Esta noche voy a precisar que me des una mano.

    Si es para que sigas de niero, desde ya te digo que no.

    Lo que te voy a pedir es que te des una vueltita, porque viene a verme una

    de las chicas Lombardo.

    Tan sorprendido estaba Mascardi, que pregunt:

    Ahora?A la noche.

    Qu me conts. El viejo te ech el ojo para yerno. Me pongo en su lugar:

    que se case con cualquiera, con tal que no quede solterona.

    Haba recuperado el aplomo. Almanza le explic:

    La que viene es la casada.

    Qu me conts. Primero dejan los chicos a tu cuidado. Despus te meten

    en los con el esposo.

    Est en Coronel Brandsen.

    Y qu pasa con la patrona, nuestra patrona? La cloroformamos?

    Eso corre por cuenta de la chica.

    Est bien. Yo pongo el biombo, de modo que no se vea mi cama, y listo.

    Est bien, aunque yo estara ms tranquilo si te fueras a dar una vuelta.

    Para que no me entere de tu papeln, si la seora no viene. Pero te hago

    ver: qu te ensea el clculo de probabilidades? Cuanto menos pasemos

    frente a la pieza de la patrona, menos peligro de despertarla.

    De acuerdo.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    S, de acuerdo, pero en lo del biombo y basta. Sobre la familia mantengo

    mi opinin. Qu buscan, vamos a ver? Primero te chupan la sangre para el

    viejo cachafaz.

    Un seor a la antigua, muy llano, bastante simptico.No hay estafador que no sea simptico: requisito indispensable para

    estafar.

    Ests hablando sin conocerlo.

    Despus te dejan de cuidador de nenes y, por ltimo, como si te hubieran

    hecho un gran favor, viene la seora madre, a cobrar la cuenta. Mir, sospecho

    que vas por mal camino.Ests cargando las tintas, Mascardi.

    No cargo nada. Eso s, la noche con las criaturas me parece lo ms triste.

    Francamente, el que mucho anda con mujeres, no te dir que se amaricona,

    pero al primer descuido se convierte en lo que vulgarmente llamamos un

    tremendo pollerudo. Yo te hablo por tu bien, aunque te duela. Como deca el

    finado mi padre, todo bicho que camina debe tener una profesin que lo

    proteja.

    Que lo proteja de qu?

    De qu va a ser? De las mujeres. Te pregunto con el corazn en la mano:

    a un fotgrafo quin lo toma en serio? Eso no es profesin, ni nada por el

    estilo. Ahora, si te parece, podras acompaarme en algunas custodias, para

    ver si el trabajo te gusta. El que no prueba, no sabe.

    Cambiemos de tema.

    Te ofend?

    Viene el Viejito.

    Me est pareciendo que te voy a sacar buen polica.

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    Creo que no.

    XVII

    Mascardi habl por lo bajo:

    Est acompaado. Flor de hembra. No por nada pintan la suerte con una

    venda en los ojos.

    Seguida de Lemonier, entr una chica morena, flaquita, con grandes ojos,

    un poco ansiosos y graves.Laura. Los amigos Mascardi y Almanza present Lemonier y pregunt:

    Podemos sentarnos con ustedes?

    Claro dijo Almanza y ofreci una silla a Laura.

    sta dijo al patrn:

    Dos cafs con leche completos.

    No. Para m un mate cocido dijo Lemonier.

    Qu manera de alimentarse. O de no alimentarse protest Laura.

    Conteniendo una risita coment Mascardi:

    Hay que reponer fuerzas.

    El caf con leche me cae como una piedra, pero si te doy un gusto, que

    venga noms.

    Laura corri hacia donde estaba el patrn, para cambiar el pedido. Lemonier

    pregunt:

    Nuestro fotgrafo no se cans todava de La Plata?

    Al contrario contest Almanza.

    Cuando les trajeron el caf, Laura sirvi y dijo:

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Tomalo ahora, antes que se enfre.

    Es muy raro dijo Lemonier, la gente quiere a esta ciudad. Vaya uno a

    saber por qu. Una ciudad de estudiantes, de empleados pblicos, de

    funcionarios del gobierno.Todo el mundo quiere a los estudiantes dijo Laura.

    De la boca para afuera replic Lemonier. En cuanto a los empleados

    pblicos y a los funcionarios del gobierno...

    Para qu te ped un completo si vas a tomar el caf bebido? pregunt

    Laura.

    No come porque slo piensa en caerle al gobierno observ Mascardi.A este gobierno en particular, no. A todos aclar apresuradamente Laura.

    A ste tambin dijo Lemonier.

    Es un anarquista hecho y derecho, un crata, un rebelde dijo Mascardi.

    Justo al revs de Almanza.

    Nuestro fotgrafo es oficialista? pregunt Lemonier.

    Como lo oyen, pero nada ms que de una seora, de una seorita y de la

    parentela que las acompaa. Eso s, con esa gente, est para lo que manden.

    Eso no me parece tan mal coment Lemonier.

    Porque no ests informado. Lo usan, te juro que lo usan.

    Yo te dira que si me usa una mujer que me gusta, me siento orgulloso

    coment Lemonier.

    Cada uno es como le da la gana, pero que a un amigo lo tomen por sonso,

    no me divierte. Oste, Laura? El Viejito se declar tu esclavo.

    Laura contest:

    No s quin es esclavo de quin.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Les digo lo que estoy pensando? pregunt Mascardi. Que las reuniones

    entre nuestro fotgrafo y una famosa familia ya no van a ser lo mismo.

    Cuando la soltera lo vea, le saca los ojos. Apuesto que por amor propio no lo

    ha llamado todava para pedirle explicaciones. Desinteresadamente le doy miparecer: si quiere zafarse, que me presente a la seorita en cuestin.

    La seora de la caja se acerc y pregunt:

    El seor es el seor Almanza? Lo llaman de su casa.

    Almanza fue al telfono, habl menos de un minuto, volvi a la mesa, carg

    la valija de la cmara y los lentes y anunci:

    Me voy.Dnde? pregunt Mascardi. A la pensin de los Lombardo?

    Adivinaste.

    Soy brujo.

    El seor Lombardo quiere verme.

    No ser mejor que te acompae?

    Bueno fuera que me presentara con escolta.

    Mascardi pareci molesto. El Viejito coment:

    Un hombre valiente. Se va al foso de los leones y no quiere que lo

    acompaen.

    No fue al foso de los leones, al menos directamente. A mitad de camino

    record que no haba despachado la segunda remesa de fotografas. Pas por

    el correo y mand el sobre por expreso (era grande y pesado). Pens: Por

    suerte me alcanza todava la plata, para el correo.

    XVIII

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Don Juan no se levant de la silla para recibirlo. De piyama, con un poncho

    sobre las piernas, realmente pareca enfermo a quien no le miraba la cara.

    Tena buen color.Aqu me ve, en el banco de la paciencia. Hasta maana o pasado, reposo

    obligatorio. Crame, ya me estoy cansando.

    Le creo.

    Eso no es todo. Un enfermo depende de la buena voluntad del prjimo. Es

    muy violento para m tener que jorobar su paciencia.

    En un primer momento no entendi. Contest despus:Usted dir.

    Una persona de mi relacin, fuerte comerciante de esta plaza, reuni

    informaciones para un proyecto que acaricio. Las espero y no llegan. No

    puedo llamarlo, porque el telfono de ese amigo est descompuesto. Usted me

    dir que si tengo dos hijas, mande una. No es tan fcil. Por de pronto mi

    Griselda se fue a Brandsen, a reclamar del marido los alimentos.

    Cundo vuelve?

    Nadie lo sabe. Probablemente esta noche. Aprovechando la oportunidad, la

    Julia le sac a pasear a los chicos. Cundo vuelve? Nadie lo sabe.

    Probablemente yo me pase el santo da aqu postrado, comindome las uas

    con la ansiedad. Por eso mismo me atrevo a jorobarlo y pedirle que se d una

    corridita hasta 19 y 64.

    La casa del comerciante?

    Su domicilio y su empresa.

    Golpearon a la puerta. Con voz apagada orden don Juan:

    Entre.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    No debieron de or. Con mal reprimida impaciencia, el enfermo se levant,

    corri hasta la puerta y la entreabri. Almanza oy la voz de la patrona, que

    deca:

    Llam de Brandsen la seora Griselda, para avisar que vuelve a tiempopara la cena.

    Poca gente, en los tiempos que corren, ha de tener hijas como las mas.

    Tan consideradas con el padre. Como la Griselda no hay otra. Le doy,

    Almanza, las seas por escrito? El seor se llama Lo Pietro y la empresa est

    en 19 y 64, frente a una mercera.

    XIX

    Cuando lleg al lugar indicado se pregunt por qu no acept que don Juan

    le anotara la direccin. Ah no poda ser, aunque haba enfrente una mercera,

    como le dijo. Cruz la calle, entr en la mercera y pregunt:

    Conocen a un seor Lo Pietro?

    Sin mirarlo contest un hombre:

    Qu vamos a conocerlo.

    Una mujer suspir y dijo:

    El de la Moderna. Ah noms.

    No estaba molesto, pero tena que hacerse a la idea. Don Juan debi

    prevenir. A lo mejor el pobre viejo pens que si le deca, lo asustaba. Record

    que su padrino apuraba el paso frente a la cochera. En broma, seguramente,

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    porque a la noche, en el Club Social, jugaba a la baraja con el patrn, a quien

    llamaba, como todo el mundo en el pueblo, don Pomponio.

    Cuando empuj la puerta de la cochera, son una musiquita. Detrs de un

    escritorio haba un hombre moreno, peinado para atrs, con gomina, de frenteangosta, de pmulos salidos, de gruesos labios y dientes prominentes, con un

    traje de etiqueta que pareca chico para l, y corbata de moo negra. El

    hombre se levant (era altsimo, de brazos muy largos) y sin decir palabra

    qued mirndolo. Pregunt Almanza:

    El seor Lo Pietro?

    Quin pregunta por l?Yo tras un silencio agreg: De parte de Juan Lombardo.

    El gigante lo hizo entrar en un saln donde se amontonaban, por todos

    lados, atades. Le dijo:

    Espere.

    En la pared de la izquierda haba una puerta; a la misma altura, en la pared

    de la derecha, un enorme biombo de espejos, que reflejaba y multiplicaba los

    atades. En el fondo haba un escritorio bastante imponente. Despus de un

    rato, un hombrecito movedizo y gordo apareci por la puerta de la izquierda.

    Soy Lo Pietro dijo. Disimule el desorden. Su grata visita me sorprende

    en la mitad de un cambio de moblaje. Vanidad aparte, voy a tener, est seguro,

    un saln atractivo donde mi clientela se hallar cmoda. El seor, que es

    artista, me entiende, lo doy por cierto. Adems de la mercadera, que por

    fuerza hay que tener en exposicin, habr objetos como este biombo antiguo,

    de espejos azogados, que realza el ambiente y de paso oculta la puerta que va a

    nuestro tallercito y laboratorio. Aqu dijo sealando un lugar libre en el

    centro del local voy a poner una columna de porcelana azul, de un metro

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    veinte de alto, con una planta, un agave. En las paredes irn fotografas. El

    saln va a quedar ms alegre, mucho ms alegre. A lo mejor el seor se

    molesta y me visita de nuevo. Perdone si le hablo demasiado. Usted me trae un

    recado del seor Lombardo. O me equivoco?No, seor contest Almanza. Le traigo solamente una carta de don Juan

    Lombardo. Don Juan me dijo que...

    Lo Pietro, que lo escuchaba con vivo inters, lo interrumpi para

    preguntarle:

    Por qu no toma asiento?

    Le indic un cajn, que haba cerca del escritorio.Iba a decir Estoy bien as pero obedeci, para evitar una interpretacin

    indebida. Lo Pietro dijo:

    Lo envidio. Un fotgrafo, un artista.

    Un fotgrafo, noms.

    Si no es un artista qu es un fotgrafo?

    Tras alguna reflexin, Almanza confes:

    Llevo aos en el oficio, por lo menos uno o dos, y nunca se me ocurri la

    pregunta.

    Con su permiso voy a presentarle a una joven colega Lo Pietro abri una

    puerta que daba al interior de la casa y grit: Carlota! Carlota! Me oyes,

    querida? Podras venir al saln de ventas, con tu mquina fotogrfica? Se

    volvi y explic: Es joven. Da todava sus primeros pasos en este arte difcil,

    pero con tal entusiasmo, que no dudo: hay en ella una acendrada vocacin.

    Apareci una chica de unos diez aos, baja, ancha, morena, con un vestido

    de terciopelo rojizo, con una ancha cinta del mismo tono en la cintura, medias

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    blancas, zapatitos negros, con presilla y botn. Tena en las manos una de esas

    cmaras que venden en las farmacias.

    El seor es un fotgrafo. Podr aconsejarte.

    La chica miraba inexpresivamente.Es muy dijo Lo Pietro cuando fue interrumpido por el primer fogonazo.

    Despus explic sonriendo: Le iba a decir que era tmida.

    Sobreponindose a los repetidos fogonazos dijo Almanza:

    Pero la aficin puede ms. As me gusta.

    Bueno, bueno exclam Lo Pietro. Ya lo fotografiaste bastante al seor.

    Y sin pedirle permiso. Qu vergenza, mi Carlota, qu vergenza. Mientrasustedes dos hablan de fotografa, voy de una corridita hasta mi pieza, a buscar

    el informe que me pide el seor Lombardo.

    Almanza busc una frase para salir del incmodo silencio. Como nada se le

    ocurra, levant los ojos hacia Carlota. Parpade en seguida, ante otro

    fogonazo. Innecesariamente pregunt:

    Te gusta fotografiar?

    Lo Pietro volvi con un gran sobre blanco, en la mano. Casi no lo advirti

    Almanza, porque estaba ocupado en un proceso que ocurra en su mente. Para

    expresarlo retom una conversacin anterior:

    Estoy pensando dijo con alguna exaltacin que un fotgrafo es un

    hombre que mira las cosas para fotografiarlas. O a lo mejor un hombre que

    mirando las cosas ve adonde hay buena fotografa.

    Es lo que llamo el ojo profesional exclam Lo Pietro. Uno se lo hace.

    Yo veo por primera vez a una persona y calculo el tamao de su cajn.

    Algo, no saba qu, lo indujo a mirar hacia el biombo de espejos. Entrevi

    entonces la cabeza, con el pelo engominado peinado para atrs, del gigante

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    que pareca un mono. En cuanto se cruzaron las miradas la cabeza

    precipitadamente desapareci detrs del biombo.

    XX

    Al salir vio en la vereda de enfrente a Gladys, la auxiliar del viejo Gruter.

    La muchacha corri a su encuentro y le pregunt qu haca en ese lugar.

    Agreg:

    Quiero creer que nada malo te trae.Tard en comprender. Por ltimo dijo con apuro:

    Vine por encargo de otros.

    Otros? Los de siempre, ms bien, apostara. La santa familia o estoy

    equivocada?

    Cmo adivinaste?

    Pasemos. Alguien muri? No, claro, sos no mueren. Lo primero ahora es

    la purificacin. Podramos ir a un templo, pero yo prefiero otro recurso. El

    verdadero. El infalible. Trabajar un rato.

    La mir con perplejidad. Ella dijo a modo de explicacin:

    El trabajo purifica todo.

    Puede ser.

    Te acompao a sacar algunas fotografas para tu libro.

    Don Juan Lombardo me espera. Tengo que darle este sobre.

    La santa familia, de nuevo. Por el seor se dejaste para despus las

    fotografas que ibas a sacar esta maana. Parece justo que ahora te espere un

    rato. Nada hay ms importante que tu trabajo.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Muy justo.

    Primero fueron hasta la casa de Almafuerte, en la calle 66. Pidi a Gladys

    que le tuviera el sobre, porque le molestaba, y se volc en el trabajo, de muy

    buen nimo. Cuando concluy se encaminaron a la plaza Moreno, desdedonde fotografi la Catedral. Cuando entraron a verla, se admir de la altura.

    Nunca pens que hubiera un local tan alto, coment. Le gustaron mucho los

    vitrales. Tan embelesado los contemplaba que apenas oy el murmullo de una

    vocecita, que le recordaba el zumbido de un moscardn. Distradamente vio

    por ah cerca una mujer en un reclinatorio y, sin pensar ms, dedujo: Es ella.

    Est rezando. Seguido de Gladys camin hasta la baranda que rodea el altar.Despus de un instante descubri algo raro. Donde l fuera, la vocecita

    apareca. Cuando oy la pregunta: Quin es el diablo que est adentro?, se

    hallaban detrs del coro, en un corredor en forma de herradura: por ah no

    haba reclinatorios ni mujeres rezando. Salieron de nuevo al cuerpo principal

    de la iglesia y se detuvieron debajo de una ventana con vitrales. No bien

    levant la mirada para contemplarlos, oy la vocecita. Pareca de alguien que

    hablaba con furia, pero sin abrir la boca. Aunque la pronunciacin no era

    clara, oy perfectamente unas palabras que lo sorprendieron: A Satans yo le

    ordeno que ahora mismo salga del cuerpo de Nicolasito Almanza. Reflexion

    que ms vala salir cuanto antes a la plaza, porque tal vez Gladys haba

    contrado una enfermedad y le iba a caer bien el aire libre. Al pasar junto a la

    pila del agua bendita Gladys moj los dedos, le traz en la frente una cruz y

    retomando su propia voz le dijo:

    Te ofrezco mi cuerpo. Quiero salvarte de esa mujer. Cuando enfrentaban

    la luz de afuera, que les oblig a cerrar los ojos, Gladys continu, con marcada

    animacin. Qu da lindo. Vas a sacar las mejores fotografas.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Almanza pens: No andaba errado. Salir de la iglesia le hizo bien.

    Prefiero la niebla de ayer contest. Es un poco tarde y el sol est

    demasiado alto.

    Sin embargo, no suspendi la tarea. Cruzaron la plaza, blanqusima, y sacel Palacio Municipal, el Palacio de Gobierno y, desandando camino, en 50, la

    casa de Dardo Rocha y despus la plazoleta Benito Lynch, donde haba un

    rbol en una maceta de azulejos, con nombres como La Florida, que lo dejaron

    pensando. Gladys explic:

    Benito Lynch es una figura que amo, no s por qu.

    Se hace tarde.No has perdido tiempo.

    Muy cierto, pero debo entregar el sobre a don Juan.

    Era notable cmo Gladys lo haba arrugado y hasta ensuciado. Almanza

    dej ver, tal vez, su desconcierto, porque la muchacha dijo:

    No te preocupes. Me lo llevo a casa, le paso una goma de borrar, lo

    plancho un poco y queda como nuevo.

    No hay tiempo dijo, preocupado. Lo llevo como est.

    No me guardes rencor ni te hagas demasiada mala sangre. Te cuento lo

    que dice el seor Gruter de toda esa familia?

    Ya s, que no es una familia. Que son malandras.

    No, eso no lo dice el seor Gruter. Lo deca o lo pensaba...

    Mascardi.

    No saba que lo dijera el seor Mascardi. Lo pensaba esta humilde

    personita, hasta que el seor Gruter la desenga.

    Qu suerte.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    No, qu mala suerte. Segn el seor Gruter, la familia en cuestin es el

    propio diablo: Satans.

    XXI

    En camino a la pensin de los Lombardo pens mucho y rpidamente, con

    ideas no manejadas por su voluntad. Primero se dijo que fotografiara desde

    adentro los vitrales de la Catedral, tratando de evitar, en lo posible, la

    deformacin, y que pondra 30 de velocidad y ensayara fotografas con

    aberturas que iran de 2,8 a 8. Despus se pregunt (lo que era raro en l,porque no sola buscar en las palabras de nadie, ms interpretacin que la

    evidente) qu habra querido decir Gruter al mentar al diablo. Que los

    Lombardo eran de mala entraa? Tal vez, pero no solamente eso, en vista de

    las preguntas y de las rdenes que le oy a la vocecita, cuando visitaban la

    Catedral. A rengln seguido se pregunt qu hara cuando don Juan le echara

    en cara el estado del sobre. Aguantar, porque en realidad el sobre estaba a la

    miseria y porque l no se iba a rebajar a descargar la culpa del manoseo en

    Gladys, aunque fuera una perfecta desconocida a quien don Juan no iba a tener

    en su perra vida ocasin de reprochar. Se admir a continuacin de cmo sus

    amigos de La Plata lo prevenan contra los Lombardo, sin conocerlos en

    absoluto. Si al fin de cuenta los Lombardo salan siendo unos malandrines y le

    traan algn perjuicio (qu perjuicio, hganme el favor?) ya oira un reguero

    de reproches de ser terco y no hacer caso a quienes, porque lo queran bien, lo

    precavieron. Pero si dejaba de verlos, por la injerencia de gente que no los

    conoca, se portara enteramente mal con una familia respetable, de la que

    recibi repetidas pruebas de afecto.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Entr en la pensin de 2 y 54 todava atareado en tales cavilaciones. Por un

    movimiento de su brazo repar en el manoseado sobre y se acord del

    momento amargo que lo esperaba. En ese instante oy un clamoreo y un

    golpe, como si algo pesado hubiera cado, en el piso superior, por el lado de lahabitacin de los Lombardo. Corri escaleras arriba. Se encontr con la puerta

    entreabierta y con un cuadro inesperado y desagradable: don Juan, arrebatado

    por la furia, con una mano en alto y Julia gimiendo en el suelo. Segundos

    despus (segundos que le parecieron largusimos) don Juan se dej caer en su

    silla. Pens entonces que lo peor haba pasado y que ms vala retirarse. Con

    un poco de suerte, quiz ni el padre ni la hija se enterasen nunca de que unextrao los haba visto en tal mal momento.

    XXII

    Almanza era un muchacho tranquilo, aguantador si lo exigan, incapaz de

    perturbarse por el simple hecho de asistir a una discusin violenta o a una

    pelea. Sin embargo no se acord de buscar a la patrona, para dejarle el sobre.

    Tal vez lo que vio le pareci penoso, por envolver a un padre y a su hija.

    Peor todava: a un padre anciano y a una hija que no era una criatura, sino una

    mujer. Una mujer joven, que ese mismo da l record, en ms de una ocasin,

    como si la extraara. Probablemente lo contrariase tambin el hecho de que la

    situacin entrevista correspondiera, en apariencia al menos, a la idea que se

    hacan los otros sobre la familia Lombardo.

    Mascardi lo esperaba en la puerta de la otra pensin. Como era de prever,

    dijo:

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Qu horas.

    No sabs la maana que tuve.

    Ya me contars. Vamos a llegar tarde a nuestro restorancito.

    Me parece mejor que hoy almuerce cada cual por su lado.Qu pasa?

    Tengo que poner cuidado en el gasto. Ac todo es carsimo y quin sabe

    cundo llega el giro de Gabarret.

    Nadie tiene mujeres de arriba.

    No me cuestan plata.

    Al seor no le cuestan plata las mujeres. Te habrs vuelto medioagarrado? Hay que elegir: agarrado o embustero.

    Como quieras, pero almuerzo en el caf.

    Te acompao.

    Esperame. Voy a dejar en el cuarto la cmara y este sobre.

    Te acompao dijo Mascardi cuando salan, y agreg: bajo protesta.

    Se metieron en el primer caf que encontraron, en la misma calle 43, frente

    al Sindicato de Obreros de la Carne.

    Tengo que fotografiar el sindicato.

    Es una tapera.

    Basta mirarlo un poco para saber que te da una buena fotografa dijo

    Almanza.

    Pidieron dos cafs con leche completos.

    Agregue un especial de lomo orden Mascardi, para luego bajar la voz y

    puntualizar: Acordate: de ac hoy salgo con hambre.

    Despus de lamentar el puchero que se perdi (plato del da del

    restorancito) le pregunt qu lo haba tenido ocupado hasta esas horas.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Fue una maana cargada. Don Juan, que est atrasado de salud, me pidi

    que le hiciera una diligencia.

    Se puede saber qu diligencia?

    No estaba en su nimo dar pormenores y lo molestaba que le hicieranmuchas preguntas. Por su parte, Mascardi no se conformaba as noms. Haba

    tomado en serio sus estudios de cmo llegar a la verdad en un interrogatorio.

    Almanza adopt la firme resolucin de no decir una palabra de lo que vio

    en la pensin y, como quien transa, refiri su visita a la cochera Lo Pietro.

    No vas a creer, pero ah me encontr con una colega de unos diez aos,

    que me sac una punta de fotografas. La hijita de Lo Pietro. Si te cuento loque me dijo este seor muy formal y tan amable, te mors de risa. Me dijo que

    no bien conoce a una persona, ya calcula las medidas del atad.

    Al salir del caf, dijo Almanza:

    Voy a pasar por la pensin.

    Te acompao. Me sobra el tiempo.

    Voy a buscar la bolsa con la cmara y la carta que me dio Lo Pietro para

    don Juan Lombardo.

    Apuremos el tranco dijo Mascardi, mientras sujetaba de los brazos a su

    amigo, para explicar con burlesco empaque: No hay que tener esperando a

    tan expectable caballero.

    Te parece gracioso, pero el pobre espera desde la maana y ahora va a

    recibir un sobre manoseado y sucio.

    En tu lugar, me mora de vergenza.

    Es claro que me da vergenza. No viste el sobre. Voy a pasarle una goma

    y plancharlo un poco.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    A mi juego me llamaron. Yo me encargo. Te lo dejo como nuevo. Estudi

    la bolilla.

    Qu bolilla?

    No se lo digas a nadie. El curso completo abarca ms de veinte bolillas.Eso qu tiene que ver?

    Tiene. Precisamente la bolilla catorce puntualiz trata de lo que el vulgo

    llama violacin de correspondencia.

    Ni se te ocurra abrir el sobre.

    No se nota.

    No es por eso.Entonces por qu? Una viaraza? Bajo mi responsabilidad, el hombre no

    se entera. En cambio, si nosotros nos enteramos de algo sospechoso, me das la

    razn. En el caso (uno en mil, te juro) en que no encontremos nada

    sospechoso, no digo otra palabra contra esa gente. Mientras viva.

    Sera una ventaja, pero no.

    Bajo ningn concepto te avens?

    Te dije que no.

    Ya vers que nos arrepentimos. Bueno, te dejo, para siquiera una vez

    llegar puntualmente al trabajo.

    XXIII

    Sala con el sobre para don Juan. La mujer del inspector de estaciones de

    servicio, que estaba en la puerta, le pregunt con una sonrisa:

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Dnde va tan apurado? Me gustara que alguna vez charlramos un

    momento.

    Cuando mande.

    Ahora?Si gusta.

    Tomamos un cafecito?

    No lo tomaron en el bar que est frente al sindicato, por quedar demasiado

    cerca de la pensin.

    Pueden vernos dijo la seora. La gente es mal pensada.

    Entraron en el de 7 y 43. Ya en la mesa, explic la seora, riendo ymirndolo a los ojos:

    Las mujeres somos como los chicos, de lo ms curiosas. Cuando vemos a

    un hombre que tiene suerte con las mujeres nos preguntamos por qu ser.

    Se alegr Almanza de que fuera animosa y habladora, porque haba notado

    que en las conversaciones con mujeres l tenda a callar, por no saber qu

    decir. La seora aclar:

    Yo digo lo que se me pasa por la cabeza, porque s que usted no va a

    pensar mal. Los hombres que gustan a las mujeres nunca piensan mal.

    Adems, yo podra ser su madre.

    Usted es joven todava.

    La seora pas a explicar que, precisamente, el hecho de querer tanto a su

    marido le daba una libertad que no tienen otras mujeres, menos seguras de lo

    que sienten. Continu:

    Yo s que no pasa nada si mi marido, a lo largo de sus muchos viajes,

    encuentra alguna mujer que le gusta. De acuerdo?

    Es claro, s, pero no estoy seguro de entender.

  • 8/11/2019 La Aventura de Un Fotografo en La Plata Bioy

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    Todo lo que puede pasar es un revolcn, pero despus vuelve a m, como

    siempre. Y si por una casualidad yo hiciera otro tanto, el resultado no vara. Es

    claro que para l las cosas son fciles, porque las mujeres son ms naturales. Y

    ms vivas. No se dejan engaar por lo que dicen, no s si me entiende. Quiereuna prueba de que son ms vivas? Gobiernan el mundo. Los hombres se

    limitan a repetir lo que ellas les inculcaron. Fjese, los hombres siempre fueron

    andariegos y mujeriegos, enemigos de las ataduras. Desde que se tiene

    memoria, las mujeres buscaban el casamiento y los hombres como podan lo

    evitaban. Ahora todo eso cambi. Ni les hable a los hombres de una aventura

    pasajera. Quieren fo