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    LA ARQUITECTURA DESPUÉS DE LA METRÓPOLISTony Díaz Madrid, 2001 - 2012

    Publicado en PLOT, Nº 16. Buenos Aires, Diciembre de 2013, págs. 180-186.

    Descifrar la inteligencia más allá de labelleza de aquellas formas, para probar hacerlas, di nuovo.1 

    1 El tiempo en la Metrópolis

    @1 Casi todo lo que pasa actualmente en el mundo es considerado “natural” y,en consecuencia, sin posibilidades de que pueda ni deba ser modificado.Obviamente hay procesos que son, en general, irreversibles, pero esto no

    quiere decir que no admitan ser transformados radicalmente en opciones demejor calidad de vida para la mayoría de la gente. El aceptar que todo lo quesucede es lo que debe suceder ha llevado a una simplificación de las ideas y auna desaparición del pensamiento crítico.

    @2 Dado que las estructuras urbanas contemporáneas ya no son másciudades, en el sentido tradicional de la palabra, han cambiado los términos desu propia definición con respecto a los criterios con que hasta ahora lashabíamos concebido y habíamos tratado de organizarlas. Este no es unfenómeno que sucede porque sí, pero hay que asumir que se trata de unproceso del que no hay retorno y que está relacionado con las formas de

    producción en que estamos subsumidos.

    @3 Relacionado con el desarrollo en redes de los sistemas económicos ysociales, lo urbano tiende a adaptarse y renovarse frente a este tipo desituación. Este no es un fenómeno nuevo ni único, pero sí la tendencia másdestacada: la concentración de actividades va produciendo, por agregación, laurbanización del territorio estableciendo, a la vez, una nueva relación con lo nourbanizado (finalmente, con la naturaleza). Esta agregación ya no es continua,no parte de un punto central y se va extendiendo según jerarquíaspreestablecidas. Ella se va produciendo por fragmentos (o integrando los

    existentes), en lugares diversos no organizados linealmente, entrediscontinuidades de vacíos y llenos y en un espacio que ahora es universal. Además, esto ocurre sobre la base de un sistema que ha modificado lasrelaciones entre el tiempo y el espacio,

    2 comprimiendo el tiempo en detrimento

    del uso del espacio.

    @4 En un artículo titulado “El final de la temporalidad”,3  Fredric Jamesonsostiene que una de las principales características de la vida en la Metrópolis

    1 Pezza, Valeria: Scritti per l’architettura della città. Milán, Franco Angeli Edizioni, 2012.2 Concepto del ensayista inglés David Harvey. Para más información, consultar

    Harvey, David: La experiencia del espacio y el tiempo. Cambridge, 1994.3  Jameson, Fredric: The end of temporality . Publicado en Critical Enquiry . Chicago,verano 2003, pág. 695.

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    tiene que ver con el fenómeno del tiempo, con su empobrecimiento. En la vidade la Metrópolis el tiempo se comprime de tal manera que tiende a desaparecerde la conciencia en el uso y el disfrute de la vida cotidiana; en la conciencia deuno mismo como integrante de un fenómeno colectivo. Y esto conduce a lapreeminencia de lo individual, a la valoración primordial del cuerpo y, en última

    instancia, a la violencia. La violencia considerada no sólo como una cuestiónfísica sino también cultural: en la cultura se actúa por explosiones, por hechosfulgurantes como bombas, que son aquellos que tienen efecto destacado en lasociedad del espectáculo que se desenvuelve en la Metrópolis. Lo que explica,obviamente, el carácter y la forma de mucha de la arquitectura construida enlos últimos años. La arquitectura de la Metrópolis contemporánea no es sólo laexpresión o el estilo de ciertos arquitectos o escuelas de arquitectura, sino elproducto de una manera particular de concebir el tiempo, que significa vivirsiempre en el presente, en el evento sin narración, sin pasado y sin futuro,estallando con la brusquedad de los fuegos de artificio. Lo espectacular y elvalorar la apariencia pueden no ser fenómenos perversos en sí mismos en una

    cultura global donde prevalecen las imágenes. El punto es, por el contrario, quesólo son usados como una forma de manipulación general y, en particular, deltiempo.

    2 El espacio en la Metrópolis

    @5 Lo que llamábamos ciudad ya no tiene forma (por eso no es más ciudad).Ya casi no existe diferencia entre interior y exterior de la ciudad sino de lourbano en general. Esto no quiere decir que lo urbanizado (cada vez másentrelazado con lo no urbanizado o, lo que es lo mismo, con los vacíosresultado de lo urbanizado) no pueda ser sometido a crítica y modificado. Unaforma de crítica es el proyecto en puntos o áreas de la red como si fuera partede un tratamiento de acupuntura. La falta de forma no es, tampoco, un hecho“natural”, como no lo es la diferencia entre partes o sectores de lo urbanizado.El proyecto nos debería servir, entonces, para recuperar la forma de la ciudad aotra escala y de otra manera. Una forma que estuviera constituida porfragmentos, pero teniendo en cuenta que el fragmento es, por definición, partede una totalidad que no está físicamente representada, pero que existe, queexistió o que debe necesariamente existir. Esto no significa creer en eldesorden como fin en sí mismo, sino en la posibilidad de crear un nuevo tipo de

    referencias para que nuevas categorías de unidad e interrelación seanposibles. Esos puntos o áreas deberían ser finalmente alegorías de la ciudad.De aquí que el valor de la arquitectura sea cada vez más urbanístico, yviceversa.

    @6 Dadas estas condiciones, hoy es casi imposible desarrollar una imagenideal de la ciudad que sea solución a todos los problemas que estamoscomentando (al estilo de algunas de las propuestas de Le Corbusier,Hilberseimer o Leonardo). Podemos (y debemos) conocer y analizar lo queestá sucediendo, pero la alternativa, la construcción de soluciones, hoysabemos que es parte de la práctica social y cotidiana más que de modelos

    generales. Lo que no quiere decir que sólo sea válida la práctica (profesional)en contra de la teoría, sino que las abstracciones solo pueden ser útiles si

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    parten de una interpretación que permita la reconstrucción de lo real.Reconstrucción que debiera hacerse a partir de los hechos de la vida cotidianay no de las situaciones excepcionales (naturales o programadas) o delcumplimiento de las normativas. Normativas que, al menos en algunos países,han sido superadas por una realidad que ya no las contiene, a pesar de lo cual

    son, en general, técnicamente valoradas como la única forma “objetiva” dereinterpretar, por etapas, dicha realidad.

    @7 Los modelos (como, por ejemplo, los de Hilberseimer o Dogma querelacionan estrechamente el trabajo con la residencia) son útiles paraestablecer un punto de referencia de cómo sería posible ordenar la realidad delo urbano. Es necesaria una abstracción que universalice los conocimientospara interpretar esa realidad y haga viable una representación física de lasalternativas de regeneración aunque no sea factible una aplicación directa. Sonuna abstracción válida para retornar a lo concreto. Necesitamos estosdiagramas flexibles como ejemplo de propuestas probables sin interés

    “artístico”. Estos modelos son signo sin discurso, lengua-potencia sin habla.Ellos son la base para una semiótica común (reconocimiento) sin que hayahabido todavía una semántica (comprensión). Esta será posible a posteriori  sobre la base de un desarrollo que la haga discurso y que probablemente estébastante lejos del prototipo originario. Y su aplicación, directa o reelaborada,sólo será factible mediante un acto de autoridad política individual o colectiva.

    @8 Para ocuparse apropiadamente de lo urbano no hay otro camino queestudiar y aprender de y sobre las ciudades. No sólo de su “realidad”, sinotambién, de la “abstracción” de su representación: de su estructura general, desus tejidos, de la diferencia de sus trazados y geometrías, del desarrollo de suspartes, de sus continuidades y discontinuidades, de los detalles más obvios ybanales, que a veces son más significativos que los que consideramosimportantes. Y, al repetir la palabra “ciudades”, no nos estamos refiriendo a uncentro y a su periferia sino al conjunto de los tejidos urbanos predominantes.

    @9 Hay que asumir que la Metrópolis es, en conjunto, el gran lugar deproducción colectiva basada principalmente en el conocimiento y, enconsecuencia, el lugar de los encuentros, las relaciones, los sentimientos yafectos para llevar adelante esa producción. Podríamos decir que es a la vezuna gran fábrica y una gran universidad.4 Por consiguiente, las formas, los tipos

    y los lugares de encuentro para desplazarse, trabajar o disfrutar, tienenespecial importancia en la calidad de la vida individual y colectiva de sushabitantes. Pero no como una cuestión de valores en abstracto, sino en elcamino de la construcción de una auténtica experiencia personal y colectiva. Yesto tiene que ver con la manera de cómo se disciplina y limita lo que es comúnen la Metrópolis y cómo se relaciona la residencia con el trabajo y laproducción. El tipo de encuentro al que se propende en la Metrópoliscontemporánea es el que está basado en la reducción del tiempo al presente y,finalmente, al cuerpo, a lo individual y a la violencia. En particular, porque lareducción a un tiempo sin narración colectiva no produce encuentros

    4 Concepto de los filósofos Antonio Negri y Michael Hardt desarrollado enCommonwealth. El proyecto de una revolución del común. Madrid, Akal, 2011.

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    auténticos. Un tiempo abstracto y privado no favorece el intercambio y laparticipación general abierta y cotidiana, no contribuye al evento. Entre otrascosas, porque el espacio público de la Metrópolis es un espacio de control. Esel espacio político por excelencia: no sólo por lo que se hace en él sino tambiénporque sus formas representan los límites que acotan los conflictos y

    establecen los modos de la coexistencia. Además, hay que tener en cuenta quenuevos fenómenos como, por ejemplo, que la producción contemporánea y loslugares de trabajo en la Metrópolis comienzan a ser, también, “lugarespúblicos”; cada vez hay menos diferencias entre lo que es común y lo que esprivado. En la actualidad hay un esfuerzo político hegemónico para que casitodo sea subsumido en lo privado aunque tal vez este sea el posible comienzo,al mismo tiempo, de una recuperación de lo común.

    @10 En la Metrópolis actual la mayoría de los encuentros se realiza a partir delo individual y bajo el control estricto de la forma de lo urbano que la constituye.Y los encuentros colectivos son, en general, programados y controlados por

    normas y leyes implícitas o explícitas (hasta llegar a proponerse lugaresespeciales para manifestarse). Como se ha visto últimamente (en Túnez,Egipto, etc.), sólo se saltan las reglas de control y se usa la Metrópolis de otramanera cuando es necesario obtener cambios imprescindibles que ponen encuestión los principios mismos del tipo de soberanía que se está practicando.La privatización de la Metrópolis no es un hecho natural o sólo consecuenciadirecta de la política de un cierto sector de la sociedad. Es consustancial conuna forma particular de organizar el conjunto de la producción a través de laMetrópolis. Cuando uno ve una imagen satelital nocturna de la Tierra, lo queaparece iluminado es la gran Metrópolis global trabajando día y nocheconectada, más de lo que parece, física, cultural y económicamente.

    @11 Wittgenstein, en su libro “Investigaciones Filosóficas”, escribió un célebrepárrafo donde decía que se podía comparar el lenguaje con la ciudad:5  sudesarrollo podía ser descrito a partir de su generación espontánea hasta su,aunque limitado, planeamiento consciente. Wittgenstein escribe acerca de unlaberinto de calles y lugares estrechos, casas viejas y nuevas, algunas de lascuales tienen agregados de diferentes tiempos; y todo esto rodeado por nuevossuburbios donde las calles son simétricas y las casas son uniformes. A partir deWittgenstein, Paolo Virno en su artículo “Tres comentarios acerca de lasubjetividad de la multitud y su componente estético”, comenta lo siguiente: 

    “Parece apropiado invertir la comparación de Wittgenstein: más bien es lametrópolis contemporánea la que está construida sobre el modelo del lenguaje.La metrópolis aparece como un laberinto de expresiones, metáforas, palabrascorrectas, y proposiciones, de tiempos y modos de los verbos; y decir esto noes una simple analogía. La metrópolis es realmente una formación lingüística,un ambiente que está sobre todo constituido por un discurso objetivo, por uncódigo preestablecido, y por una gramática materializada. Orientarse en unametrópolis es ganar experiencia lingüística. En un campo más amplio de

    5 “Nuestro lenguaje puede verse como una ciudad antigua: un laberinto de callejas y plazas, de casas nuevas y viejas, y de casas con anexos de diversos períodos; y todo

    ello rodeado de un conjunto de barrios nuevos con calles rectas y regulares, y casasuniformes.”  Wittgenstein, Ludwig: Investigaciones filosóficas. México, Instituto deInvestigaciones Filosóficas, UNAM, 1988.

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    análisis, la deliberada euforia por la variedad y la multiplicidad de los discursosreproduce en el campo del lenguaje todo el bien conocido y cultivado mito dellibre mercado. La característica que distingue a la metrópolis contemporáneano es el entramado de jergas, sino la completa identidad de la producciónmaterial y de la comunicación lingüística. Esta identidad explica, causa, aquel

    entramado” .6

     

    @12 El problema de la arquitectura de la Metrópolis es que está constituida pormuchas hablas pero sin tener una lengua (o lenguas) de referencia. De lo quese trata es de ir construyendo, a partir de estas hablas diferentes, una mismalengua (o lenguas) que nos permita organizarla y entenderla colectivamente.Esta lengua (o lenguas) no tendría como objetivo la uniformidad sino que seríala base de nuevas hablas pero, esta vez, “concertadas”.  Ella se debe irarticulando a través de casos ejemplares y colectivos que, como islotes, seconstituyan en alegorías de la ciudad. Las grandes actuaciones tienen que vercon las formas como hechos absolutos y “de una vez para siempre”. Los

    tejidos, en cambio, representan la relatividad y la adaptación de las formas alas necesidades particulares y a los eventos. “De una vez para siempre”significa haber producido un hecho de autoridad, un gesto ejemplar,representativo de una voluntad política y cultural colectiva. Se trata de algocompleto, definitivo que, como las repeticiones en los juegos de de los niños,

    se afirma como una manera de controlar el mundo y, a la vez, gozar de él.

    @13  Parece ser el momento de regresar al estudio paciente, sereno ydetallado de la realidad de la Metrópolis tal cual se desarrolla actualmente. Porcierto que, frente a este desafío, abruma la cantidad y variedad de lo construidoen el mundo. Sólo basta con ver lo que se ha edificado o se supone que se vaa realizar, por ejemplo, en China o en los países del Golfo, para sentirsedesalentados y confusos respecto a cualquier opción alternativa para laMetrópolis (que incluye lo que no es Metrópolis). Pero la realidad muestra(incluyendo la crisis económica) que hemos llegado a situaciones límites sinninguna justificación humana o de relación con la naturaleza. Y aunque losdesatinos puedan seguir (las crisis a veces los alientan) debemos entender queesta es, también, una oportunidad única para desarrollar una posiciónalternativa frente al fenómeno de la construcción del medio ambiente o de lasimple necesidad de rehabilitar o transformar lo que ya se ha construido.Justamente, jamás antes la humanidad había sido capaz de producir (y en tan

    poco tiempo) tal cantidad de edificaciones, modificaciones y transformacionesde los territorios y las geografías del planeta. Con esta cantidad nunca vista deexperiencia construida (aunque no con su calidad y significación) tenemos adisposición una abundancia de material como nunca antes para desarrollarnuevos estudios y tener mejores conocimientos acerca de lo que debemoshacer. En este sentido se echan de menos investigaciones concretas

    6 Virno, Paolo: Three Remarks Regarding the Multitude’s Subjectivity and its AestheticComponent . Publicado en Under Pressure. Pictures, Subjects and the New Spirit of

    Capitalism. Daniel Birnbaum e Isabelle Graw (editores), Frankfurt am Main, SternbergPress, 2008.7

     La “ley de la repetición” es un concepto desarrollado por Walter Benjamin en su libroEscritos. La literatura infantil, los niños y los jóvenes . Buenos Aires, Nueva Visión,1989.

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    realizadas con las herramientas y los materiales propios de la arquitectura: elrelevamiento y la representación de la realidad, el estudio de casos y de laabstracción que los representan (los tejidos, los tipos y las tipologías, lostrazados y las geometrías), las grandes intervenciones en el territorio y lasgrandes infraestructuras. Por supuesto que esto no significa la aceptación del

    carácter y de las condiciones (económicas y políticas) de lo que se ha realizadoy debe servir, principalmente, como materia de estudio para su transformación.Lo que también incluye el conocimiento instintivo que tenemos de esa realidad.

    @14 Este estudio de lo concreto no puede ser interpretado como una manerade encerrarse en conocimientos particulares difíciles de generalizar o deimplementar en la práctica. No podemos depender sólo de largas y a vecespoco comprometidas investigaciones. Es más, para estos trabajos siempre seránecesario tener una teoría y una interpretación más amplia sobre la Metrópolis,una interpretación política, en el sentido más general y generoso de la palabra.Ellos deben ser la base para una abstracción que nos permita establecer un

    conocimiento colectivo y universal con el que seamos capaces de actuar en larealidad. Actuaciones que seguramente deberán recurrir a una escalaadecuada con la de la Metrópolis, en lugares clave que permitan transformaresas actuaciones en la reestructuración y la crítica de lo urbano. En estesentido, la referencia precisa a la realidad de la Metrópolis nos permitiráconfrontarnos y profundizar acerca de estas nuevas escalas de trabajo de laarquitectura relacionadas con los grandes equipamientos e infraestructuras, yla modificación y creación de tejidos de gran tamaño. La arquitectura setransforma así en urbanismo y viceversa; el campo de trabajo de la arquitecturatiende a ser de proyecto a escala urbana, donde los temas de formas ylenguaje que eran dominantes ahora deben ser repensados o dejados de ladopor un desarrollo de lo más general y colectivo. Hay que tener en cuenta,además, que el desarrollo de la producción basada en el conocimiento pareceno haber propiciado el desarrollo de nuevos tipos o tipologías: se podría decirque éstas sólo han aumentado en cantidad y en tamaño. Por otro lado, sitendemos a ocupar la menor cantidad de “naturaleza” posible, será necesarioconsiderar como parte indispensable del proyecto para la Metrópolis lademolición y el crecimiento (si fuera necesario) a través del intercambio delvaciado de los tejidos existentes por la construcción en nuevos lugaresexteriores o no a esos mismos tejidos. Saber eliminar partes de lo urbano(desde un edificio hasta áreas completas) será tan importante, dentro del saber

    proyectar de los arquitectos, como hasta ahora lo fue el rellenar cuanto lugarvacío había en la ciudad o en el territorio. Además, como se puede aprender dela propia Metrópolis, la continuidad y el respeto al contexto no son obligatorios.Por el contrario, el éxito puede estar en actuar por tensión con lo existente, esdecir, por analogía.

    @15 El trabajo de conocimiento de la realidad de la Metrópolis también nosayudará a observar mejor el problema de los tamaños que la sociedad necesitay sus posibilidades de gestión y sostenibilidad. Estamos casi seguros de queno todo lo grande es bueno si no es políticamente necesario (si no eseconómica y ecológicamente sostenible) y si no contribuye a articular lugares

    felices de encuentro y trabajo. Por otro lado, hoy en la Metrópolis sabemoscomprender y resolver (no siempre correctamente) los problemas de gran

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    escala, pero es necesario prestar atención, además, a los problemas delreconocimiento de valores del saber singular-colectivo. Ellos tienen que ver conel tiempo, las formas y lo que en su momento definimos como su resonanciatemporal ,  que es el fenómeno de identificación de lo actual con imágenesvirtuales ya conocidas y las de un futuro posible.  Estos temas ya no es

    necesario volver a discutirlos en abstracto con relación a conceptos como el dela memoria, la historia o con una interpretación idealista acerca de losrecuerdos. Estos debates tienen hoy más que ver con la articulación de unnuevo tipo de pensamiento basado en el avance de la neurobiología y lasciencias del conocimiento. Son temas científicamente encajados en estudiossobre el funcionamiento de la mente y del cerebro, la elaboración de imágenes,emociones y sentimientos en el cuadro cada vez más importante de laneurociencia y de las ciencias cognitivas. Lo que no significa dejar de lado latradición filosófica respecto a estos temas (Bergson, Virno, Lazzarato). De logeneral podemos llegar a abstracciones universales que nos permitanorganizar modelos genéricos, establecer una semiótica, una lengua. En

    estrecha e infinita relación con ellos, podemos acercarnos a lo singular-colectivo que, al desarrollar el discurso, lo transforma en una semánticaracional, en hablas a disposición de todos. En este sentido, lo que hemosllamado resonancia temporal debe ser entendido, también, como una forma deinterpretar el mundo y no tanto como el resultado mecánico de una reacciónindividual/psicológica. Dice Antonio Damasio en “Y el cerebro creó al hombre”:“Aquello a lo que normalmente nos referimos como el recuerdo de un objeto esel recuerdo compuesto de las actividades sensoriales y motoras relacionadascon la interacción entre el organismo y el objeto a lo largo de un cierto períodode tiempo. Los recuerdos de ciertos objetos están regidos por el conocimiento pasado que tenemos de objetos comparables o de situaciones similares a laque experimentamos. Esta es la razón por la que nuestros recuerdos sonsesgados, en el sentido de que son parciales y están cargados de prejuicios por nuestra historia pasada y nuestras convicciones. Ningún recuerdo es perfectamente fiel, eso sólo funciona con los objetos triviales. La noción de queel cerebro siempre contiene algo así como un “souvenir” del objeto aislado esinaceptable. El cerebro retiene un recuerdo de lo que sucedió durante unainteracción, y la interacción incluye, cosa importante, nuestro propio pasado, ya menudo el pasado de nuestra especie biológica y el de nuestra cultura. Elhecho de que percibamos activamente, y no por medio de una receptividad pasiva, es el secreto que subyace al ‘efecto proustiano’ de la memoria, la razón

     por la que a menudo recordamos contextos compuestos y no cosas aisladas.”

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    @16 La violencia que se crea en la Metrópolis (tras reducirse todo al cuerpo)tiene que ver con la falta de emociones y sentimientos individuales-colectivos.Y las emociones y los sentimientos están relacionados con lo racional. Noexiste racionalidad completa que no esté controlada e influenciada por lossentimientos y las emociones desarrollados a lo largo de la vida. AntonioDamasio dice en el Prólogo a una de las ediciones en castellano de “El error deDescartes”: “La intuición es sólo cognición rápida con el conocimiento requerido parcialmente oculto bajo la alfombra, todo por cortesía de las emociones y demucha práctica anterior. Es obvio que nunca quise contraponer las emociones

    8 Damasio, Antonio: Y el cerebro creó al hombre. Barcelona, Editorial Planeta, 2010.

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    a la razón, sino más bien considerar las emociones por lo menos como unaayuda para la razón y en el mejor de los casos en diálogo con ella. Tampococontrapuse nunca las emociones a la cognición, ya que considero que lasemociones aportan información cognitiva, directamente y mediante lossentimientos” .

    9  Y agrega en otra parte del libro: “… que los sentimientos

    constituyen una poderosa influencia sobre la razón, que los sistemascerebrales que los sentimientos requieren se hallan enmarañados en los que precisa ésta, y que tales sistemas específicos están entretejidos con los queregulan el cuerpo”. 10 

    @17 Ya en 1967, en su prólogo al libro de Boullée “Arquitectura. Ensayo sobreel arte”,

    11 Aldo Rossi se refiere al “racionalismo exaltado”. También sus ideas

    acerca de los “objetos de afecto” tienen que ver con esta relación entre loracional y las emociones y los sentimientos. Pero entonces, en el caso deRossi, el acento estaba puesto en lo que hace a la interpretación personal delarquitecto, en el rol de lo autobiográfico en la tarea del arquitecto. Ahora

    estamos en condiciones de alargar y relacionar estas ideas con lo colectivo,con lo común. Así como a la música se la debe escuchar con atención perotambién se la puede escuchar de fondo, distraídamente, a la arquitectura se ladebe usar distraídamente y en algunos momentos puede ser objeto de unaobservación atenta. La buena arquitectura es aquella que no se hace notar“como arquitectura” y existe como un marco lo más confortable posible para lavida. Pero, en este sentido, la arquitectura no es neutral; no es un decoradoteatral imparcial de un escenario donde se cumplen ciertas acciones yactividades. La arquitectura se construye como parte de la vida misma, lo quela hace inseparable de lo político y antropológico. No es el resultado deresolver ciertas funciones sino que está conectada a una racionalidadnecesaria para la supervivencia que incluye emociones y sentimientos.También la “decoración” tiene que ver con estas emociones y estossentimientos. “A través de la relación con la decoración, el sistema constructivose traduce en arquitectura” dice Antonio Monestiroli en su artículo “La metopa yel triglifo”.

    12 Y Monestiroli hace esta afirmación a partir del principio vitruviano

    según el cual cada elemento de la construcción asume la forma adecuada a suindividualización. La “decoración” no debe ser concebida como un agregado ala arquitectura sino que es una parte constituyente de su forma, como ocurreen la arquitectura “primitiva”.

    9 Damasio, Antonio: El error de Descartes: la emoción, la razón y el cerebro humano.  

    Barcelona, Editorial Crítica, 2006. 10 Op. cit.11

     Boullée, Etienne-Louis: Arquitectura, ensayo sobre el arte. Barcelona, Gustavo Gili,1985.12 Monestiroli, Antonio: La metopa e il triglifo. Bari, Editorial Laterza, 2004.

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    3 La arquitectura después de La Metrópolis 

    @18 Desde el punto de vista de la arquitectura, la Metrópolis es unacomposición abierta, configurada por montajes de elementos diversos ydiferentes. La posibilidad de reconocerlos y definirlos se da no sólo a través de

    la observación directa y sincrónica sino también del análisis diacrónico de laspermanencias, los cambios y las superposiciones. El resultado es el de unconjunto de asociaciones de lectura compleja que se repiten a lo largo deltiempo con significados diversos. A pesar de las declaraciones, lo que sedesarrolló como estilo moderno mantuvo, tanto en la arquitectura como en elurbanismo, ciertas concepciones clásicas: el gusto por el objeto cerrado en símismo, la idea “artística” de la articulación equilibrada de los volúmenes y lasformas, la noción de una solución particular, funcional, objetiva y sin posibilidadde cambio, etc. De muchas de estas cosas, como de todo lo que se transformaen Academia, lo que sobrevivió del llamado estilo moderno, y hoy sigueteniendo la mayor influencia, es esta interpretación convencional y todavía

    clásica de la arquitectura y del urbanismo. Aún aquello que hoy pareceformalmente más desarticulado está concebido, en el fondo, sobre las mismasnociones del arte clásico en el peor sentido de la palabra: “el buen gustoartístico”.13 Hoy tal vez debamos propender, nuevamente, al desarrollo de una“vanguardia”. Pero, esta vez, la “vanguardia” debería conformarse sobrepresupuestos que no son tanto los del avanzar a pesar de todos losinconvenientes que se nos opongan, sino sobre los del saber cómo infiltrarse,rastrear, conocer, informar y actuar. En este sentido, es importante volver aencontrarse con algo en lo que se basó lo mejor del movimiento moderno: latradición de lo general y colectivo, de lo genérico, tanto en el lenguaje como enla estructura tipológica de la arquitectura. Y en esto el movimiento modernocontinuaba con lo mejor de la tradición de la arquitectura clásica, que se fueabandonando por soluciones “artísticas” basadas en lo individual.

    @19 La arquitectura de La Metrópolis es, en esencia, y para la vida cotidiana,un conjunto de montajes desordenados que producen, la mayoría de las veces,asociaciones no significativas para el conocimiento general y los sentimientoscolectivos. Más bien al revés, tienden a promover la repetición sin experiencia yel temor a lo imprevisto. La Metrópolis no es el desarrollo natural y lineal de uncierto progreso histórico sino más bien el resultado de resistencias y conflictosque se manifiestan en dichos montajes y, en consecuencia, en las asociaciones

    que ellos producen. Pero, precisamente, de toda esta experiencia casiinabordable que es la Metrópolis, una de las nociones más importantes quepodemos utilizar es la de su sistema de composición a través del montaje y delas asociaciones; aprender a tomar decisiones sobre las formas urbanas comouna manera de articularse entre sí de manera abierta pero simbólicamenterepresentativas de los valores políticos más generales. Es posible reorganizarfísica y significativamente la Metrópolis sobre una base conceptual deasociaciones y montajes que restablezcan el valor del tiempo para la mayoríade la gente que, en la actualidad, sólo se ha quedado con su cuerpo y la

    13

     Ver el texto de Tony Díaz publicado en PLOT web, Acerca de “lo feo” y de “lo que nome gusta”, escrito con motivo de ciertos comentarios realizados por Justo Solsona enOOT #09 Edición Especial: Ciro Najle conversa con Justo Solsona.

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    violencia. En cualquier caso, casi seguramente, hasta que no podamos corregirlas nociones hegemónicas de orden y desorden del mercado no será posibledesarrollar nuevos procedimientos para su regeneración y transformación.

    @20 Wolfgang Lotz, en su libro “Studies in Italian Renaissance Architecture”14

     

    publicado en 1977, se refiere a los orígenes de las técnicas del proyecto dearquitectura tal como hoy las conocemos y le atribuye a Rafael, en una carta alPapa, la primera descripción de este procedimiento. Es decir, el proyecto dearquitectura como procedimiento se origina en la pintura. Hoy, el resultado dela mayoría de la arquitectura de éxito tiene que ver con la escultura,ordenadores de por medio. Carl Einstein, en uno de sus artículos sobre el arteafricano escritos a principios del siglo XX, “La escultura negra”, decía conrespecto a la escultura tradicional de aquellos años: “La carga emocional abolíala tridimensionalidad; prevalecía el lenguaje personal” .

    15  Por el contrario,

    alababa las esculturas africanas porque resolvían la tridimensionalidad“naturalmente” en una forma absoluta; elogiaba que dichas esculturas sabían

    “fijar la tercera dimensión en un único acto visual de representación” 16  y elpoder percibirlas, en consecuencia, como una totalidad; ensalzaba que fueranaprehendidas  “en un ‘único’ acto de integración” .17 Con este análisis Einsteintrataba de justificar y explicar, entre otras cosas, los trabajos de los cubistassobre la tridimensionalidad en el plano. La arquitectura de hoy no sólo esescultórica sino que continúa aquellos caminos de la escultura donde la cargaemocional se lleva por delante el verdadero valor de lo tridimensional. Laarquitectura necesita de la búsqueda de una auténtica y primitivatridimensionalidad. Tridimensionalidad que, incluyendo el tiempo de su propiaresonancia temporal, sólo se puede obtener del volumen definido por la forma(y no por la masa), que se presenta de una vez y para siempre, y se repite sinaura. Tenemos que regresar a la reglas más autenticas del proyecto que estánrelacionadas, en su origen, con la pintura y con un sistema científico y objetivode representación. En la búsqueda de una tridimensionalidad colectivatenemos que entender los criterios escultóricos subjetivos como unempobrecimiento de las reglas esenciales de la arquitectura.

    @21 La Metrópolis es una “biblioteca” de cosas “nuevas” y de todos losanacronismos y supervivencias posibles. Es un auténtico campo deexperimentación de hechos controlados o no controlados socialmente, debuenas y malas superposiciones, montajes y permanencias. La ciudad clásica,

    encerrada en su origen entre murallas que le daban límites muy precisos,continúa influyendo en la concepción de lo urbano como algo que, para estarbien, tiene que estar armónicamente compuesto y limitado. Por el contrario, LaMetrópolis inacabada, siempre emprendiendo nuevos montajes, representa unaexperiencia sin límites. Por eso el valor del estilo personal, muy propio de losarquitectos del siglo XX, hoy ya casi no tiene sentido. No sólo porque la mayorcantidad de arquitectura se produce a través de grandes empresas (aunque asu cabeza aparezca un arquitecto autor) sino también porque después de la

    14 Lotz, Wolfgang: Studies in Italian Renaissance Architecture. Cambridge, The MITPress, 1977.15

     Einstein, Carl: La escultura negra y otros escritos. Barcelona, Gustavo Gili, 2002.16 Op. cit. 17 Op. cit. 

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    experiencia de la Metrópolis la arquitectura casi no puede ser otra cosa que“colectiva”. Las analogías y el montaje, como procedimiento, nos alejan delcampo de las jerarquías tan propias de la composición clásica que aún ocupana la arquitectura contemporánea.

    @22 La teoría urbana actual aboga por la mejor utilización y reutilización delconstruido existente y por el control de los crecimientos. Se intenta, con esto,no aumentar el consumo de suelo y lograr un mejor equilibrio medioambiental.En consecuencia, volvemos a encontrarnos con el antiguo problema (perocomo se ve, también actual) que es el de darle “forma” a la ciudad, a lo urbano.Para poder controlar el crecimiento de lo urbano-ciudad y de sus partes o áreasde influencia, es necesario limitarlas, definirlas, en resumen, darles “forma”. Porsupuesto que el concepto contemporáneo de “forma” de lo urbano no tienenada que ver con el de la ciudad tradicional o de aquellos modelos de lahistoria del urbanismo. La escala y los problemas actuales hacen de la cuestiónde la “forma” un problema bien distinto que el suscitado en épocas anteriores.

    Pero ésta es una de las cuestiones que hay que plantearse y resolver y valetanto a escala del territorio como de lo urbano construido. Si se trata de ponerlímites a la ocupación del suelo, límites significa “forma”, implica a la política ensu sentido más general de soberanía y poder, y de ello hay que preocuparse.

    @23  Cuando hablamos de la forma en la arquitectura, en realidad estamoshablando de los límites que podemos establecer utilizando los materiales de laconstrucción. Ellos nos permiten definir lugares donde se puedan desarrollarciertos usos y actividades que conjeturamos, utilizando la potencia delproyecto. Y referirse a la potencia del proyecto significa que el proyecto es unmaterial maleable e interpretable lo mismo que un guión para el cine o que unapartitura musical. Y la interpretación puede depender del mismo autor o de lade terceros (incluidos los políticos). Ni realismo vulgar ni abstracciónacadémica: éste es el problema y los límites entre los que nos tenemos quemover para construir la arquitectura de la Metrópolis. 

    @24 Lo que debe cambiar, también, es la interpretación del lugar dondeubicamos el origen de la forma. Por un lado, tenemos los estilos, los cuales senos ha dicho una y otra vez, son la expresión de una época, de cada época. Ya nosotros nos corresponde, desde hace un poco más de cien años, el “estilomoderno”. El moderno, si se trata de definirlo sólo a través de un lenguaje

    plano y sin decoraciones, existe desde el comienzo de la humanidad.Justamente la modernidad tiene en el “estilo moderno” una de sus expresionespero, como en todas las épocas, esta no fue la única. Y el moderno tampoco hasido único e inmutable, como malamente lo han sintetizado las historias de laarquitectura en tren, a veces, de explicar lo inexplicable. En todo caso, lo quesucedió es que el lenguaje simple y “pobre” de la arquitectura de todos los díasfue aceptado, en un cierto momento, como parte de la arquitectura oficial. Yesto sucedió porque hubo una coincidencia orgánica entre la forma deproducción industrial y las soluciones culturales y simbólicas que surgieroncomo consecuencia, entre otras cosas, de la resistencia social y política. Es asíque la arquitectura de la vivienda, básicamente sencilla y sin aditamentos,

    también se fue convirtiendo en la base figurativa de la arquitectura “oficial”.Hoy, lamentablemente, ha sucedido todo lo contrario. Los proyectos

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    relacionados con la vivienda, o con las rehabilitaciones que hay que hacer conrelación a la vivienda y los equipamientos cotidianos, no se utilizan como unaoportunidad para el desarrollo de un sistema distinto de la arquitectura. Laarquitectura “oficial” se ha convertido en dispendiosa y manipuladora y, al revésque en el siglo pasado, son esas formas simbólicas las que se tratan de llevar

    al campo de la residencia y de la ciudad de todos los días. La arquitectura dehoy, como producto de identidad, sirve para eso y nada más: tiene una solafunción simbólica. Y, lo que necesitamos, es una arquitectura que convoque lossentimientos más profundos de lo común con muchas interpretacionesalegóricas.

    @25 La arquitectura de la Metrópolis sólo se puede generar a partir de laMetrópolis y en la Metrópolis. Pero la Metrópolis como fenómeno global, conmezclas de todo tipo, debe ser interpretada, también, globalmente. Debe serestudiada en toda su extensión, que es el mundo (recordemos la imagen detodas las ciudades de la Tierra iluminadas). Y, también, en los resultados que

    produjeron las transculturaciones y las transferencias coloniales. La Metrópolises la no identidad: no hay una sola identidad a la que responder sino que haymuchas. Debemos valorar las identidades pero las debemos valorardialécticamente, en su posible transformación y flexibilidad, como un procesode cambio y no en su propia rigidez. Las debemos valorar como experienciasen camino de su propia abolición para imbricarse con otras identidades enconflicto, pero modificando, a la vez, sus relaciones. Esto obviamente es otraposición que la de dar y tomar desde identidades supuestamente definidas ydefinitivas: adaptar o rechazar lo que hacen otros como si culturalmente estosintercambios con “aduana” fueran posibles y, además, mejores. De aquí elvalor de lo general y de lo neutro que, en el fondo, es como se ha construido lamayor parte del mundo, tanto en las “sociedades calientes” como en las“sociedades frías” (Lévi-Strauss).18 La Metrópolis es y será de muchos, y ésteno es un problema legal o de caridad/cooperación sino de las condiciones deproducción en las que vivimos. El problema fundamental de la arquitectura dela Metrópolis vuelve a ser, entonces, el de lo típico universal y no el dellenguaje individual; vuelve a ser el de la repetición de una vez para siempre yno el de la colección de lenguajes personales. Como problema particularsubsiste el acto individual o colectivo de la “decoración” por parte del arquitectoo de la gente en general. Es decir, la a veces culturalmente obvia eindispensable “decoración” de las estructuras de lo genérico. En este sentido,

    hay que tener en cuenta que la “decoración” de la que hablamos no es unproblema de agregados o de superposiciones. Ella debería formar parte de lotípico como expresión de lo general y lo colectivo.

    @26 El objetivo es poder desarrollar ideas sobre la Metrópolis que nospermitan entenderla y organizar nuestro trabajo para transformarla a partir de lamisma Metrópolis. Esto se debería hacer a través del conocimiento de losprocesos reales de saltos, similitudes y discontinuidades, y no sólo comoconsecuencia de una interpretación de imágenes superficiales de lo urbano. Labuena arquitectura siempre significó un problema de relaciones más que de

    18 Conceptos del antropólogo francés Claude Lévi-Strauss desarrollados en Antropología Estructural. Buenos Aires, Eudeba, 1977.

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    lenguajes formales en abstracto, y los peligros de la monotonía no nos debenpreocupar porque, como dijo Hans Schmidt, “la monotonía no es una cuestiónestética sino social”.

    @27 La ambigüedad y el oportunismo cultural serán puntos importantes para la

    continuidad de propuestas y proyectos. Trabajar en la Metrópolis significamezclar supervivencias y cambiar jerarquías; significa utilizar los tiempospropios de lo construido para provocar resonancias temporales que ayuden arecuperar la narración y el tiempo social y colectivo. El objetivo es que lourbano colabore a salir de la repetición sin experiencia y de la violenciasimbólica de la vida cotidiana. En este sentido, es importante considerar que eltrabajo ya no es exterior o extraño a los lugares de residencia y que deben serprevistas las condiciones para su integración en los lugares de la vidacotidiana. Lo mismo ocurre con los sitios destinados a los acontecimientoscolectivos, ya que los lugares de trabajo también se van transformando enlugares públicos para actividades que antes debían ser absorbidas en lo

    urbano. Esto pone en crisis los conceptos sobre los que se han construidoauditorios, museos y parques industriales. También debemos aprender atrabajar en la Metrópolis a partir de lo que nos hemos acostumbrado a ver perono a mirar: los lugares que hemos considerado como desechos, la basura de lapropia Metrópolis.

    @28 La Metrópolis contemporánea ha sido, en general, como un gran incendioo un tsunami:  se ha llevado por delante todo lo que teníamos. Handesaparecido las fotos y los objetos que queríamos y, con ellos, la persistenciade los recuerdos y la memoria que representaban. Sería un error tratar derecuperar lo perdido nostálgicamente. Lo que la Metrópolis reclama para sutransformación son nuevas referencias de seguridad, confort y felicidad.Tenemos que buscar y desenterrar lo que podamos (lo que busquemos y loque encontremos en cualquier parte del mundo) para resolver los problemasdel presente que son los del futuro. Además, lo que tenemos que buscar y, entodo caso, desenterrar, no es sólo lo que ha sido tenido como importante hastaahora, sino también todo aquello que ha sido considerado marginal y periférico.En este movimiento de retroceder y avanzar está basada la innovación. Loslímites de lo que está hecho y de lo que podemos hacer, físicamente hablando,son expresión del conflicto y de la confrontación política en el sentido másgeneral de la palabra. Por ello, las formas, todas las formas, son políticas. La

    Metrópolis no es el resultado de una evolución natural de acontecimientos sinoel lugar y la expresión de conflictos políticos a escala del territorio. En estesentido la arquitectura resultante es la expresión más directa de esosconflictos, es decir, la de su solución y la de su posible coexistencia. Y lasintervenciones ejemplares pueden jugar un rol decisivo en la regeneración de lourbano colectivo. Intervenciones ejemplares son aquellos proyectos de escalaurbana que tienen la importancia física y la trascendencia política que lespermite transformarse en puntos de referencia de las nuevas alegorías de locomún.

    @29 En retórica, el oxímoron es una de las figuras literarias que consiste en

    armonizar dos conceptos opuestos en una sola expresión estableciendo deesta manera un nuevo concepto metafórico (por ejemplo, “un instante eterno”).

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    La Metrópolis es una colección de estos oxímoron, y de ellos debemosaprender. La innovación en la arquitectura-urbanismo de la Metrópolis seproducirá a partir de la creación de nuevos oxímoron, utilizando resonanciastemporales  colectivas que surjan de la realidad, combinándolas de nuevas ydistintas maneras. Y la realidad significa aquellas cosas que existen pero

    también aquellas que fueron, que ya no existen y, también, las que no pudieronser.

    @30 Los símbolos contemporáneos de la arquitectura de la Metrópolis son lastorres y el cristal. Ambos son parte de la superstición y de la idolatría que se hadesarrollado dentro de la cultura contemporánea de la arquitectura. Esnecesario concentrar la construcción, y para eso hay que saber proyectar yconstruir en altura. En cualquier caso, la torre no es la única solución posibledado que su definición tiene origen en la forma de la propiedad del suelo. Sinesta atadura se abre un amplio campo de desarrollo y variedad para laconstrucción en altura. La torre, como símbolo de progreso y revelación de

    modernidad, debe ser reemplazada por otros valores basados en lasactuaciones puntuales de gran escala que sirvan para regenerar la Metrópolis.Los arquitectos diseñadores de torres se han transformado, en general, enmalos escultores. Pero estos modelos de verticalidad acristalada son másdiscutibles aún cuando se incorporan a cualquier lugar de la Metrópolis, enparticular, en el tejido de todos, en el tejido común que estructura lo urbano. Aestos tejidos, donde son mayoría los edificios destinados a la residencia, se losdebe reconstruir reintegrando lugares de trabajo, uno de los temasfundamentales en el desarrollo y la transformación de la Metrópolis. Esterechazo a la verticalidad acristalada y la defensa de los tejidos comunes nosignifica apoyar un seguimiento vulgar de lo existente o la negativa a cualquierintervención física. La construcción en los tejidos se debe basar en formasanalógicas de arquitectura.

    @31 La imposición de la fachada de cristal y la desaparición de la ventana noson hechos naturales y producto exclusivo de un supuesto avance tecnológicosino de una forma de concebir el mundo que se reproduce de esa manera. Apartir de allí, a través de una prepotente violencia simbólica, se impuso alimaginario de toda la sociedad. Hoy, el cristal y la torre se corresponden con elmáximo significado de una supuesta vanguardia y de una falsacontemporaneidad. Una hipótesis final, ciertamente esquemática, podría ser: el

    cristal y la construcción en altura son elementos importantes de la arquitecturade la Metrópolis. Pero la torre se debe independizar del uso restringido delsuelo, y el cristal será un material culturalmente adecuado cuando pueda serusado como la piedra natural o, como líquido, de manera similar al hormigón.En definitiva, cuando podamos regresar a un pasado-futuro en el que laventana y el volumen, de una vez para siempre, vuelvan a ser la esencia de laarquitectura.

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    Adenda

    Terminando uno de los borradores de este artículo sobre la arquitectura y laMetrópolis, estando en Inglaterra, vi en el diario The Guardian, en elSuplemento “Saturday Review” del 14 de Mayo de 2011, la ilustración de Tom

    Gauld aquí reproducida. La ilustración satirizaba sobre el uso del lenguaje y lohacía a través de una representación de diferentes arquitecturas.Inmediatamente decidí agregarla al artículo que estaba escribiendo como Adenda. Si la ilustración la tomáramos como una referencia a la arquitecturamisma, no encuentro nada mejor para resumir lo que he tratado de discutir enel texto que antecede. Además, como se puede ver en los dibujos, para salvaral “Departamento del Lenguaje Cotidiano” todavía nos queda “El Cementerio delas Palabras Perdidas”.

    Tom Gauld, www.tomgauld.com