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LA APROPIACIÓN DE LOS ESPACIOS VERDES EN LA CONFIGURACIÓN DE IDENTIDADES URBANAS Luengo de Arreaza, María H.1 RESUMEN Las áreas verdes de la ciudad tienden a ser concebidas en muchos casos como reservorios de biodiversidad o como espacios para actividades de ocio y recreación donde las funciones contemplativas y de protección son preponderantes, no obstante, las dificultades de mantenimiento las convierte en muchos casos en zonas residuales afectadas por la acción antrópica. Las áreas verdes, al estar inmersas en los flujos metabólicos urbanos, son afectadas directa o indirectamente por estos procesos, por lo que es necesaria la generación de nuevas lecturas que permitan reinterpretar sus potenciales de sostenibilidad. Retomar la complementariedad productiva que ofrecían estos espacios en las sociedades tradicionales podría favorecer oportunidades que han sido desplazadas de la ciudad contemporánea, oportunidades vinculadas con la relación entre los procesos naturales y sociales, esto contribuiría aintroducir un cambio en el comportamiento hacia el espacio público y el entorno natural, lo cual es posible mediante un desarrollo urbano a escala humana. Este trabajo busca generar una visión de las áreas verdes de la ciudad de Mérida como entornos de oportunidad para la reconfiguración urbana y de los grupos sociales relacionados con el fin de lograr un comportamiento social y ambiental más responsable y que de respuesta a la satisfacción de necesidades de habitar en la ciudad. Lo que se busca es reconocer el valor social de estos espaciosa través de los cuales se supone es posible propiciar la cultura ciudadana, así como la exaltación de los valores cívicos, la concertación y el respeto por lo público, el compromiso con la ciudad y en consecuencia la consolidación de un urbanismo más justo. Palabras Claves: Ecología Urbana, apropiación del espacio público, identidad. Objetivos: 1. Generar una visión de los espacios verdes como ámbitos de apropiación urbana capaces de configurar tanto el entorno como los grupos sociales relacionados. 2. Proponer una lectura de los espacios verdes como potenciales regeneradores del metabolismo urbano. 3. Generar una metodología para el estudio y análisis de las áreas verdes en función de sus vocaciones intrínsecas (geográficas, sociales, económicas, otras) 4. Identificar en la ciudad de Mérida el potencial de las áreas verdes como instrumentos de transformación social La apropiación del entorno urbanoen relación a la configuración de los grupos sociales relacionados. Este trabajo se enmarca dentro de la temática de Ciudad, subjetividad, identidad y convivencia. Interesa el estudio de la valoración de las áreas verdes de la ciudad como entornos de oportunidad para el incremento de la calidad ambiental y social. A partir del reconocimiento de estos espacios 1MSc. Arquitectura, Energía y Medio Ambiente, Doctorado en curso: Ámbitos de Investigación en Arquitectura Energía y Medio Ambiente, Universidad Politécnica de Cataluña. Profesora Facultad de Arquitectura y Diseño. Escuela de Arquitectura. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Tlf: 02742401951. [email protected]

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LA APROPIACIÓN DE LOS ESPACIOS VERDES EN LA CONFIGURACIÓN DE

IDENTIDADES URBANAS

Luengo de Arreaza, María H.1

RESUMEN

Las áreas verdes de la ciudad tienden a ser concebidas en muchos casos como reservorios de biodiversidad o como espacios para actividades de ocio y recreación donde las funciones contemplativas y de protección son preponderantes, no obstante, las dificultades de mantenimiento las convierte en muchos casos en zonas residuales afectadas por la acción antrópica. Las áreas verdes, al estar inmersas en los flujos metabólicos urbanos, son afectadas directa o indirectamente por estos procesos, por lo que es necesaria la generación de nuevas lecturas que permitan reinterpretar sus potenciales de sostenibilidad. Retomar la complementariedad productiva que ofrecían estos espacios en las sociedades tradicionales podría favorecer oportunidades que han sido desplazadas de la ciudad contemporánea, oportunidades vinculadas con la relación entre los procesos naturales y sociales, esto contribuiría aintroducir un cambio en el comportamiento hacia el espacio público y el entorno natural, lo cual es posible mediante un desarrollo urbano a escala humana. Este trabajo busca generar una visión de las áreas verdes de la ciudad de Mérida como entornos de oportunidad para la reconfiguración urbana y de los grupos sociales relacionados con el fin de lograr un comportamiento social y ambiental más responsable y que de respuesta a la satisfacción de necesidades de habitar en la ciudad. Lo que se busca es reconocer el valor social de estos espaciosa través de los cuales se supone es posible propiciar la cultura ciudadana, así como la exaltación de los valores cívicos, la concertación y el respeto por lo público, el compromiso con la ciudad y en consecuencia la consolidación de un urbanismo más justo.

Palabras Claves: Ecología Urbana, apropiación del espacio público, identidad.

Objetivos:

1. Generar una visión de los espacios verdes como ámbitos de apropiación urbana capaces de

configurar tanto el entorno como los grupos sociales relacionados.

2. Proponer una lectura de los espacios verdes como potenciales regeneradores del

metabolismo urbano.

3. Generar una metodología para el estudio y análisis de las áreas verdes en función de sus

vocaciones intrínsecas (geográficas, sociales, económicas, otras)

4. Identificar en la ciudad de Mérida el potencial de las áreas verdes como instrumentos de

transformación social

La apropiación del entorno urbanoen relación a la configuración de los grupos

sociales relacionados.

Este trabajo se enmarca dentro de la temática de Ciudad, subjetividad, identidad y convivencia.

Interesa el estudio de la valoración de las áreas verdes de la ciudad como entornos de oportunidad

para el incremento de la calidad ambiental y social. A partir del reconocimiento de estos espacios

1MSc. Arquitectura, Energía y Medio Ambiente, Doctorado en curso: Ámbitos de Investigación en Arquitectura

Energía y Medio Ambiente, Universidad Politécnica de Cataluña. Profesora Facultad de Arquitectura y Diseño.

Escuela de Arquitectura. Universidad de Los Andes, Mérida, Venezuela. Tlf: 02742401951. [email protected]

interesa definir su percepción social. En este sentido, Michael Hough(2004)plantea que en la ciudad

están presentes dos tipos de paisajes, los cualesaportan una lectura ligada a la percepción social que

se considera válida para construir esta definición. La lectura del paisaje que plantea Hough se

relaciona con los cambios producto del paso de la ciudad tradicional de base orgánica - en la que

existía una necesaria complementariedad entre las áreas construidas y las áreas verdesligada a la

dependencia del entorno inmediato para su subsistencia - a la ciudad contemporánea de base

industrial – cada vez menos dependiente del entorno inmediato. Este autor plantea que en la ciudad

contemporánea se evidencian dos tipos de paisajes, estos son, el paisaje pedigrí y el paisaje

vernáculo o fortuito, los cuales resultan igualmente importantes para la valoración que se propone en

este trabajo de los espacios verdes. El paisaje pedigrí lo define como aquel por el que circula el

ciudadano promedio: calles, áreas residenciales, vías peatonales, centros comerciales, parkings,

plazas, monumentos, parques y jardines. Como elementos característicos de este paisaje se tienen

superficies de césped sesgado, árboles, fuentes ylugarescon un orden y estética que pueden ser

vistosen cualquier parte -independientemente del contexto- yque tradicionalmente hasido el centro

deldiseño cívico. En contraste con el paisaje pedigrí se tiene el paisaje vernáculo o fortuito,

generalmente ignorado y desvalorizado,lo define como unentorno naturalizado por las plantas

urbanas y las zonas inundadas después de la lluvia que se pueden encontrar en los lugares olvidados

de la ciudad. Estos son los paisajes de los servicios públicos, los terrenos vacíos, las autopistas

urbanas, los terrenos industriales abandonados y los cursos de agua no tratados. La coexistencia

inevitable de estos dos paisajes en las ciudades demanda el mismo grado de atención.

Estos paisajes contrastantes simbolizan el conflicto inherente de los valores medioambientales. El

primero tiene poca conexión con la dinámica de los procesos naturales, sin embargo,

tradicionalmente se ha celebrado como expresión de cuidado, valores estéticos y espíritu cívico. El

segundo paisaje representa la vitalidad de la alteración, la funcionalidad de los procesos naturales y

sociales trabajando en la ciudad, sin embargo, los lugares de la ciudad que integran este paisaje

sonconsiderados como terrenos baldíos,abandonadosen la necesidadde renovación urbana,

elcaosdesordenado delas zonas más pobres y olvidadasde la ciudad. No obstante, son los paisajes

fortuitos los que presentan más potencial para reconfigurarse como espacios públicos de

apropiación,es decir, lugares sobre los cuales construir identidades urbanas a partir de su

transformación por parte de la comunidad y no de entes externos no vinculados. Este potencial de

apropiación supone cambios en el comportamiento social y ambiental hacia modos más responsables

que contribuyan a la satisfacción de necesidades de habitar en la ciudad a partir del capital social,

ciudadano.

Estas visiones del paisaje proporcionan una referencia para abordar el estudio de las áreas verdes de

la ciudad como entornosen los que convergen percepciones, identificaciones y representaciones que

se traducen en valoración social. Y es precisamente esta valoración social la que permite que se den

los procesos de apropiación, los cuales ocurren a través de la generación de vínculos con los

“lugares”.Por tanto, interesa reconocer como se dan los procesos de apropiación, puesto que éstase

supone propicia comportamientos ecológicamente responsables, así como implicación y participación

en el entorno considerado propio. Vidal y Pol (2005) señalan que el entorno “apropiado” desarrolla un

papel fundamental en los procesos cognitivos (conocimiento, categorización, orientación, etc.),

afectivos (atracción del lugar, autoestima, etc.), de identidad y relacionales (implicación y

corresponsabilización). Procesos quese consideran primordiales para generar una cambio de fondo

tanto en el entorno como en los grupos sociales, entendiendo que la apropiación, como platea Nelson

Antequera (2007) ocurre en dos sentidos, desde el espacio apropiado socialmente y también desde el

grupo social configurado espacialmente por el mismo proceso de apropiación. Es decir, que no solo el

proceso de apropiación configura el espacio, como lo plantea la geografía social, sino que también

configura al grupo social. Y, en este orden de ideas, no solo el grupo social actúa sobre el espacio,

sino que el espacio apropiado redefine al grupo social: “A las distintas formas y procesos de

apropiación del espacio le corresponden distintas formas organizativas, formas de agrupación social,

identidades diversas, y dinámicas económicas, sociales y culturales propias de cada proceso de

apropiación” (ANTEQUERA, 2007, pág. 16).

En este sentido, una primera aproximación al problema estaría en la búsqueda de espacios con

identidad colectiva y construir a partir de aquí espacios de apropiación partiendo de que la

concepción del espacio urbano, de la ciudad, no se plantea solo a partir de los “lugares” sino de las

relaciones entre las personas. En este sentido, las institucionescapaces de generar espacios

relacionales en torno a elementos culturales comunes tales como la iglesia, la escuela, los centros

cívicos, la comunidad en la que se vive, suponen entornosrelacionales y asociativos de oportunidad.

Sin embargo, no necesariamente son espacios de apropiación, ya que para que ésta ocurra es

necesaria la participación activa, así como el compromiso vinculado a un cambio en el

comportamiento y estilo de vida permanente, que la institución generalmente solo logra en su esfera

más próxima y de forma temporal.

El paisaje fortuito, con una importante presencia en toda la ciudad y ligado en muchos casos a estos

espacios relacionales y asociativos, constituye una oportunidad para la construcción de espacios de

apropiación. Ya que al pertenecer al espacio público yno estar definidos bajo criterios estéticos y

desvinculados de la comunidad, permiten un margen de acción que puede redefinirse en relación con

los procesos naturales y sociales propios de cada lugar,favoreciendo apropiación y con éstala

generación de espacios con identidad, los cuales, como plantea Barthélemy citado por Cuco i

Giner(2008, pág. 141)“tienden a construirse simbólicamente en torno a la noción de interés colectivo y

de la doble desvalorización de lo privado (el sector mercantil, impuro e interesado) y lo público

(pesado y burocrático)”.Así, los espacios verdes de la ciudadreconocidoscomo paisaje fortuito,

pueden llegar a convertirse en lugaresa partir de los cuales extraer la identidad individual y colectiva,

en espacios relacionales e históricos trabajados y simbolizados por las personas. No así el paisaje

pedigrí, el cual limita el modo en que se pueden dar las relaciones puesto que lo conforman espacios

que no son en sí lugares antropológicos ni integran los lugares con identidad urbana, sino que al

contrario suelen representar un orden carente de vínculos con el entorno por ser resultado de la

acción de entes externos a la comunidad que buscan una armonía visual a modo de fotografía

intocable y que pueden repetirse en cualquier contexto independientemente de sus características

espaciales o culturales.En el paisaje pedigrí, se pueden reconocer los no-lugares planteados por

Marc Augé(2000), es decir, entornos producidos por la supermodernidad, espacios que no son en sí

lugares antropológicos y que no integran los lugares con identidad urbana.

Siguiendo esta línea argumental, la valorización del paisaje no puede venir de la mirada del experto,

es necesario el reconocimiento social de las personas vinculadas a sus elementos históricos y

culturales. Esta lectura del paisaje activa, a diferencia de la concepción del paisaje como imagen

fotográfica, incluye dimensiones espacio-temporales que deben ser consideradas para intervenir los

espacios verdes de la ciudad si se quiere que estos se configuren como espacios de apropiación, los

cuales pueden constituir herramientas de transformación social, y reconfigurarse a partir de la acción

ciudadana. A partir de los planteamientos desarrollados en torno al paisaje y a la apropiación, se

plantea una lectura de los espacios verdes de la ciudad como entornos de oportunidad para influir en

una transformación de la ciudad desde la relación entre sus procesos sociales y naturales,visión que

se recoge de autores del campo antropológico y de la geografía social. Una lectura que permite

interpretar estos espacios a partir de su potencialpara la construcción de un urbanismo que puede

influir desde su capacidad social en tanto que la ciudad es su expresión más obvia.

El “Plan Verde de Lisboa”, desarrollado por Gonçalo Ribeiro Telles(1997), presenta un modelo de

articulación de los espacios verdes que constituye una referencia metodológica para este trabajo en

términos de como abordar la relación entre los procesos culturales y naturales en la ciudad. Más que

un plan de uso, es una estrategia de desarrollo urbano. Determina una estructura verde urbana en

secuencia continua o discontinua de espacios territoriales con identidad propia a partir de los valores

del paisaje, entendiendo el paisaje como una construcción cultural. En la metodología que propone

RibeiroTelles, se plantean pautas tanto para desarrollar como para mantener una „estructura

ecológica urbana‟ que constituya un continuo natural de espacios verdes diversificados con funciones

habituales urbanas como el recreo, pero procurando igualmente el aseguramiento de la diversidad

biológica de los ecosistemas del área metropolitana, el control hídrico y la calidad atmosférica, se

atiende también aspectos relacionados con la edificación, como el control de la densidad y la calidad

ambiental en áreas edificadas.

El planteamiento de un “Continuum Natural” destaca la importancia de los corredores verdes,

concentradores de recursos, vinculando así el paisaje natural y cultural en una región dentro de la

cual está la ciudad de Lisboa. El reconocimiento de los espacios verdes como entornos

estructurantes que permiten conexión con la ciudad y contribuyen a mantener la dinámica material

ecológica haciéndola compatible con la dinámica urbana, constituye un referente para la intervención

de estos espacios orientada a la configuración de identidades urbanas. La articulación que se obtiene

en la relación entre procesos culturales y naturales permite obtener servicios urbanos y establece

pautas para la definición de vocaciones especialmente en las áreas verdes de la ciudad que permiten

su mantenimiento y obtención de beneficios para la comunidad.

Los espacios verdes y sus vocaciones para constituirse en espacios de apropiación

A partir del análisis precedente, este trabajo plantea elreconocimiento de dos dimensiones que

contribuirán a identificar las áreas verdes de la ciudad con potencial de constituirse en espacios de

apropiación, estas son, la espacial y la cultural.La dimensión espacial define las condicones del lugar

en función de su vocación para el desarrollo de actividades, y la dimensión cultural, define la vocación

del lugar para las construcciones simbólicas y culturales que pueden generar el sentido de

pertenencia y apropiación. A continuación se definen los criterios más resaltantes de estas dos

dimensiones:

Dimensión espacial: Para su caracterización se hace uso de la propuesta de Ian McHarg (2000),

quien plantea un sistema de evaluación orientado a determinar qué zonas son idóneas

intrínsecamente para la protección del medio ambiente, para el uso recreativo activo y pasivo, para el

comercio y la industria o para zonas residenciales. Para esta evaluación se consideran los procesos

dinámicos históricos, físicos y biológicos, que constituyen valores de interés social. El planteamiento

metodológico del estudio de la ciudad incluye análisis cartográficos a escalas medias de los espacios

a intervenir así como determinación de obstáculos fisiográficos para la intervención y zonas que

pueden representar mayor valor social. La metodología que plantea McHarg, y que se utilizará como

referencia en este trabajo, permite determinar cuáles son las “zonas con idoneidad intrínseca para

uso urbano”(Mc Harg, 2000, pág. 57) y cuales presentan intolerancia para las intervenciones y en qué

grado.

La otra dimensión que se propone es la cultural, partiendo de la importancia que tienen los grupos

sociales y sus construcciones culturales y simbólicas en el proceso de apropiación, en la línea de

pensamiento de autores provenientes de las ciencias sociales y la antropología urbana, tales como

Antequera(2007), Cucó i Giner, Augé(2000) y Vidal y Pol(2005) quienes proporcionan herramientas

para abordar el tema de la identidad y la apropiación de los espacios urbanos en relación a la

transformación social. Interesan en este sentido planteamientos como los Marc Augé(2000), en

relación asu definición sobre los lugares de la ciudad como espacios relacionales e históricos

trabajados y simbolizados por las personas a partir de que facilitan o restringen la manifiestación y

desarrollo de escenarios específicos.La visión del verde urbano a partir de estas visiones, es decir,

como espacios de oportunidad para la concertación social rompe el mito de la planificación como el

mecanismo a través del cual se solucionan los problemas de la ciudad. La apropiación constituye la

vía para la definición de las funcionalidades de estos espacios. Esto se supone contribuye a

generarun mayor sentido de pertenencia e identificación, así como la definición de modelos con

mayor pertinencia social capaces de dar satisfacción a las necesidades de habitar en la ciudad.

Los espacios verdes y los procesos metabólicos de la ciudad

Las dimensiones espacial y cultural definen el escenario de los lugares de la ciudad con potenciales

de apropiación a partir de características relacionadas con el medio físico y el entorno socio cultural.

Estas dos dimensiones, se ven afectadas por los procesos del metabolismo urbano, los cuales

tienden a ser desatendidos en la ciudad de base industrial. En este sentido, el metabolismo urbano

representa un modo de entender las relaciones entre los procesos naturales (biofísicos) y sociales

que ocurren en la ciudad, la cual se analiza como un ente vivo en el que ocurren procesos como la

alimentación, el intercambio de energía y materia y el crecimiento(Wolman A. , 1967). El metabolismo

urbano puede ser definido como “La suma total de los procesos técnicos y socio-económicos que

ocurren en las ciudades y que generan crecimiento, producción de energía y eliminación de

desechos”.(Kennedy, 2007). En la práctica, el estudio del metabolismo urbano implica una imagen de

la cuantificación de insumos, salidas y almacenajes de energía, agua, nutrientes, materiales y

residuos de una región urbana. (Kennedy C., 2010)

Los espacios verdes de la ciudad son receptores ineludibles de al menos dos importantes flujos del

metabolismo urbano, estos son, el agua y la materia orgánica. El agua de escorrentía circula por las

calles y demás superficies selladas y a su paso recoge tanto nutrientes como contaminantes que

luego deposita en los espacios verdes, por tanto, el agua de escorrentía es vector transportador de

materia orgánica y de muchos otros materiales de la ciudad que debido a la acción del agua son

recogidos en estos espacios, parte se reintegra a los ciclos naturales y parte pasa a ser agente

contaminante de suelos y aguas tanto subterráneas como superficiales. Por tanto, los espacios

verdes cumplen una importante función en los procesos metabólicos, función que en muchos casos

no es reconocida por el planificador urbano. Esta función si bien no ocurre de la forma más eficiente

en que podría, ocurre principalmenteen los espacios que forman parte del paisaje fortuito, los cuales

son receptores de la materia orgánica que se va depositando por arrastre del agua o por vertido

intencional de las personas y que por acción de los organismos que forman parte de su hábitat se

restituye a los ciclos naturales. No obstante, como se explicó anteriormente, estos procesos se ven

afectados por otros tipos de depósitos no orgánicos que contaminan suelo y agua.

La lectura de los espacios verdes como espacios de apropiación puede contribuir a que la

canalización de los procesos metabólicos de la ciudad ocurra de maneras más eficientes y de

provecho a los grupos sociales involucrados, con lo cual se lograría incrementar la calidad ambiental

de la ciudad, más aún si esta lectura se realiza a partir de las oportunidades que presentan estos

espacios para canalizar estos procesos en vinculación con el potencial social, ciudadano,

implicándolo y haciéndolo partícipe de una transformación tanto de las condiciones ambientales de la

ciudad como de las sociales y culturales, producto de los necesarios cambios que implicaría una

reconfiguración del modelo de ciudad.

Ejemplos de uso del verde urbano como espacios de apropiación y canalización de los

procesos del metabolismo urbano:

En este apartado se exponen dos ejemplos de verde urbanoen los cuales se evidencia un proceso de

apropiación por parte de la comunidad.Son entornos en los cuales se ha generado un sentido de

pertenencia y apropiación que ha involucrado activamente a los grupos sociales a participar

evidenciando cambios de comportamiento hacia el entornofísico y social. El análisis de estos casos

de estudio está orientado a reconocer criterios que contribuyan al diseño de una metodología de

intervención paraáreas verdes.

La selección de estos casos obedece a dos criterios fundamentales:

1. El reconocimiento de características que permiten su identificación como espacios de

apropiación. Interesa determinar en este sentido, como se ha logrado la apropiación de estos

espacios, así como evaluar las consecuencias sociales y ambientales, mediante:

1. Participación de los ciudadanos en la recuperación y revalorización del entorno por el

reconocimiento de su importancia multifactorial (ambiental, productiva, social) para la

ciudad.

2. Evidencias de comportamiento ecológicamente responsable

3. Contribución de estos espacios a la satisfacción de necesidades de habitar en la

ciudad

2. Cambios en las tasas metabólicas producto de una transformación del metabolismo urbano,

lo cual se puede evidenciar en: cambios en las pautas de consumo, mejora de la calidad del

aire, mejora en la calidad del agua, otros.

Ejemplos 1.Seattle: Gestión de escorrentía y huertos urbanos

(Seattle.gov. (2005). Seattle: Managing Stormwater)

La ciudad de Seattle, situada en PugetSound, es bien conocida por su entorno natural exuberante.

Los recursos naturales de la ciudad son ricos en pesquería local, tales como el salmón del Pacífico, la

trucha y otras especies de retorno de la alta mar, los cuales desovan en los ríos y arroyos de Seattle.

El rápido crecimiento y expansión ha llevado a un aumento de la escorrentía de aguas pluviales de

nuevos edificios, estacionamientos y caminos, lo que genera preocupaciones sobre el impacto de la

contaminación del agua en el hábitat acuático local. En consecuencia, se han puesto en marcha

programas para proteger y mejorar la salud de los ecosistemas de agua dulce, en particular a través

del manejo de aguas pluviales en zonas urbanas a través de la inclusión de un Sistema Urbano de

Drenaje Sostenible (SUDS). Esta nueva utilidad se encarga de la regulación de la escorrentía de

aguas pluviales, el alivio de las inundaciones, la reducción de la contaminación causada por la

escorrentía y da respuesta a las regulaciones federales de aguas pluviales, además de gestionar el

sistema de alcantarillado de la ciudad.

Entre los Planes de Saneamiento Integral de Seattle (CDP) para la gestión de aguas pluviales se

destacan:

1. Transporte de aguas pluviales y control de flujo

2. Protección de recursos acuáticos

3. Calidad del agua

4. Protección de recursos que producen bienes económicos a la localidad

5. Vegetación natural a lo largo de calles de la ciudad, en una red de zanjas, jardines y

cascadas, que permiten que las aguas pluviales se absorban directamente en el suelo o en

los canales para drenaje

6. Sustitución de superficies impermeables por superficies porosas y jardines de aguas pluviales

que se traducen en menor escorrentía

7. Reconfiguración del tráfico y de la calle: las calles estrechas generan menos escorrentía, por

lo que las calles se han rediseñado no sólo para que sean más estrechas, sino también para

incluir nuevas aceras para los peatones y curvas de slalom para frenar el tráfico.

Cambios en el metabolismo urbano y en la comunidad que reflejan implicación y apropiación:

8. Las reducciones en la escorrentía reducen los contaminantes del medio ambiente lo que

mejora las condiciones del suelo para actividades productivas y de expansión.

9. La agricultura urbana contribuye a la disminución del uso de energía de origen fósil

10. Residentes y activistas comunitarios han apoyado con entusiasmo el enfoque de los SDN

(Sistemas de Drenaje Natural) en sus barrios, ya que mejora la calidad ambiental y estética

del lugar, al incluir además de mejoras en la gestión del agua,la siembra de árboles y plantas.

11. Los residentes han participado en muchas etapas de la planificación y ejecución de los

componentes individuales de SDN.

12. Tanto el cuidado de las aguas como el mantenimiento de los huertos urbanos requieren de la

participación e implicación de los ciudadanos, esto requiere de mayor responsabilidad en

cuanto al comportamiento hacia el medio ambiente

Ilustración 1: Seattle. Fuente: http://www.google.es/imgres?imgurl=http://lh6.ggpht.com/-1-

Ejemplo 2.Agricultura urbana en el Polder Superior de Bieslandse, Delft, Los Paises Bajos

(Deelstra, Boyd, & van den Biggelaar, 2001)

En este ejemplo se presenta un caso de agricultura urbana en el contexto europeo que surge por una

iniciativa particular. Delft es una ciudad de unas 95,000 personas que habitan en la densa Holanda

del Sur. La región a la cual pertenece Delft es hogar de aproximadamente 3.4 millones de personas y

presenta una densidad de 1179 habitantes por kilómetro cuadrado, por lo que la tierra es muy escasa.

En el año 1996 uno de seis campesinos decidió convertir su negocio en una granja orgánica, iniciativa

que fue apoyada por la municipalidad, y en unión con Jacques Schievink de la

DelftInitiativesforNatureGroup (IND),quien había realizado una propuesta de desarrollo ecológico y

gestión de zanjas que regulan los niveles de agua para las tierras agrícolas de las superficies

terrestres ganadas al mar (las cuales son definidas con el término neerlandés: polder), ayudaron a

que otros granjeros se integraran y se desarrollara un plan para toda el área. El plan de

UpperBieslandpolder fue finalizado en 1997 y fue adoptado en las políticas locales de desarrollo.

Cambios en el metabolismo urbano y en la comunidad que reflejan implicación y apropiación:

13. Se aprovecha la materia orgánica, que ya no es considerada residuo sino recurso para

fertilización

14. Al tratarse de sistemas orgánicos se disminuye en gran medida las fuentes de energía no

renovables en las distintas etapas del proceso

15. Gestión del agua, se considera un recurso escaso por lo que las pautas de gestión están

orientadas a optimizar su consumo

16. La agricultura urbana contribuye al mantenimiento de los espacios verdes por parte de la

comunidad y proteger más eficazmente los recursos hídricos y las tierras de la región.

17. El proyecto que comenzó con una iniciativa de agricultura urbana se extendió a la ciudad y se

generaron espacios de oportunidad para diversas actividades abiertas a la participación de

los ciudadanos

18. Se generaron espacios para la educación ambiental. Para que el proyecto se llevara a cabo

se requirió de la participación e implicación de los habitantes los cuales se dieron cuenta de la

diferencia en la calidad de los productos orgánicos producidos localmente, esto generó

conciencia en el cuidado ambiental.

19. La salud del suelo producto de la agricultura orgánica influye igualmente en la mejora de la

calidad del agua, además de la implementación de tratamientos naturales del agua

Ilustración 2: Polder Superior Bieslandse, Delft. Fuente:

http://faculty.ksu.edu.sa/ewais/Urban%20Design%20%20Land%20Use%20Researches/Multifunction%20Land

Caso de estudio: potencial de las áreas verdes de la ciudad de Mérida, Venezuelacomo

espacios de oportunidad para la transformación social

En Mérida, como en muchas otras ciudades de Venezuela, las áreas verdes tienden a definirse en

función de la normativa ambiental como:

1. Espacios abiertos de uso privado.

2. Espacios abiertos de uso público

3. Espacios abiertos de uso restringido.

En el caso de los espacios abiertos de uso público en los cuales se ha formalizado esta

función,tienden a caracterizan por:

- Parques con orientación exclusiva hacia la recreación, cuya vegetaciónes difícil de asociar con las

comunidades de plantas que convierten la luz del sol en energía, almacenando carbón y produciendo

el alimento y la materia necesaria para la supervivencia. No se contempla la función productiva ni la

participación de la comunidad, por lo que el mantenimiento requiere de grandes insumos de energía y

generalmente es insuficiente por estar a cargo de entes no identificados con estos espacios.

- El mantenimiento de parques usurpa la sucesión natural. Los drenajes sanitarios y el camión de

basura rompen los ciclos de vida de los nutrientes y de los materiales del sistema natural lo que

acarrea mayores gastos tanto energéticos como económicos para el mantenimiento.

- Las “malas hierbas”, desde el punto de vista botánico son plantas que colonizan los terrenos

alterados, desde el punto de vista social son plantas que crecen pero que no se desean, estas son

representantes de las comunidades fortuitas del paisaje urbano.

- Debido a que los espacios verdes urbanos no contemplan funciones que propicien la apropiación

por parte de la comunidad, el costo del mantenimiento queda a cargo de entidades exógenas, con lo

cual, en muchos casos estas zonas tienden a convertirse en áreas abandonadas de la ciudad,

vertederos y espacios inseguros y vulnerables a usos indebidos e incluso invasión.

Mérida, debido a su geomorfología y características hidrográficas presenta una importante proporción

de áreas verdes urbanas protegidas, destaca en especial el eje conformado por el parque Albarregas

que atraviesa longitudinalmente la ciudad, el cual, si bien presenta en su recorrido ocupaciones

espontáneas caracterizadas bien por viviendas aisladas o por barrios marginales, su expansión se

supone controlada ya que se considera área de protección con usos regulados por el plan de

ordenamiento del parque. Además de este importante parque, el cual aún no presenta un desarrollo

en todo su eje, existen áreas verdes vinculadas a los afluentes delos principales ríos de la ciudad, así

como áreas verdes establecidas como áreas destinadas al uso público y áreas bajo régimen de

administración especial (ABRAE) por estar en zonas de riesgo debido a las características del suelo y

a las fuertes pendientes que caracterizan los bordes de la meseta.

Estas áreas verdes de la ciudad presentan vulnerabilidad a distintos riesgos tales como ocupaciones

ilegales, vertido de desechos,refugio de indigentes y otros.Son espacios que podrían catalogarse de

incómodos por presentar en muchos casos condiciones no aptas para funcionalidades urbanastales

como servicios, áreas residenciales, parques y otras propias de la planificación tradicional. No

obstante, al ser espacios „vacíos‟, presentan potencialidades de intervención como espacios de

apropiación capaces de canalizar necesidades de la comunidady contribuir así a proyectar una

reconfiguración orientada a incrementar los valores ambientales y sociales sobre el resto de la

ciudad. Para esto, se propone una lectura de estos espaciosa partir del máximo potencial social que

podrían acoger ligados al mantenimiento y reproducción de un modelo orientado a la satisfacción de

necesidades de habitar en la ciudad, dentro del ámbito de las restricciones generadas por su matriz

biofísica –clima, suelo, substrato, pendiente, flora y fauna- o por las disposiciones de las normas

urbanas existentes. Este modo de leer los espacios verdes supone un acercamiento válido para

entender la funcionalidad de los espacios verdes y su relación con una reconfiguración de los grupos

sociales asociados que se espera se manifestará en comportamientos más responsables hacia el

entorno. La propuesta de generar estos espacios de apropiación en las áreas verdes de la ciudad se

debe a que en estos espacios es posible además canalizar los flujos metabólicos de la ciudad sobre

los cuales es posible intervenir a partir del potencial social, ciudadano, ya que, como plantea Gonzalo

Riveiro(1997) en relación a los corredores verdes del plan de Lisboa, el reconocimiento de los

espacios verdes como entornos estructurantes permite la conexión con la ciudad y contribuye a

mantener la dinámica material ecológica haciéndola compatible con la dinámica urbana.

La propuesta de este trabajo consiste en detectar cualidades en estos espacios para el desarrollo de

funcionalidades a través de las cuales se pueda lograr el proceso de apropiacióndel espacio urbano a

partir de lasáreas verdes de la ciudad, con lo cual se lograríauna estructura de espacios articuladores

de los procesos naturales y sociales,orientados a incrementar la calidad de vida en la ciudad y

generar un cambio en el comportamiento de los habitantes con respecto a los espacios de uso

público producto de la reconfiguración social que supone la apropiación. Para esto, se propone una

metodología orientada a establecer los criterios a partir de los cuales detectar los potenciales de

apropiación de los espacios verdes de la ciudad. Esta metodología parte de la definición de sus

dimensiones espacial y social:

Definición de la dimensión espacial de los espacios de apropiación:

Como criterio inicial para abordar la estrategia de apropiación que se plantea, se tiene la elaboración

de un censo que identifique los espacios verdes urbanos de la ciudad. Esta identificación busca

además relacionar estos espacios con estructuras urbanas vinculadas que definen sus límites y

funcionalidades orientadas a satisfacer necesidades específicas de la comunidad, así como a facilitar

la integración y acceso a todos los miembros de la comunidad y motivar la inclusión, implicación y

participación.

A partir de la definición de los espacios verdes vinculados a comunidades, se definirán las

oportunidades que presentan estos espacios verdes para la canalización de los procesos del

metabolismo urbano, y en especial, los flujos mas evidentes de estos procesos y con mayor potencial

de transformación social, que como se especificó en el marco teórico son el agua y la materia

orgánica. Se proponen actividades orientadas a transformar estos flujos a través de funcionalidades

que por una parte incrementen la calidad urbana y ambiental del lugar y por otra impliquen a la

comunidad, ejemplo de estas funcionalidades pueden ser el tratamiento del agua a través de

sistemas de drenaje urbano sostenible, huertos urbanos, actividades orientadas a la clasificación y

tratamiento de residuos y otros.

Este análisis urbano inicial se relacionará con información cartográfica que permitirá determinar las

idoneidades intrínsecas del lugar y su correspondencia con las funcionalidades más pertinentes para

los espacios verdes, esta información incluye estudios de riesgos, redes hidrográficas vinculadas y

aspectos relacionados con las restricciones generadas por la matriz biofísica y por las disposiciones

de las normas urbanas existentes.

Ilustración 3: Planos usos, vegetación, relieve. Fuente: (Pérez, 2009)

Definición de la dimensión cultural de los espacios de apropiación:

A partir de este análisis espacial, se considerarán las valoraciones sociales, es decir, la percepción de

la comunidad en relación a las estrategias que pudieran plantearse en el espacio verde en estudio,

así como las funcionalidades específicas derivadas de las necesidades sentidas por la comunidad. La

implicación de la comunidad en la toma de decisiones es la estrategia que se plantea puede conducir

a la apropiación del espacio, ya que éste se configuraría a partir de criterios fundamentados en la

detección de sus vocaciones espaciales y culturales.

Por tanto, partiendo de la importancia que tienen los grupos sociales y sus construcciones culturales y

simbólicas en el proceso de apropiación, otro aspecto a considerar en la dimensión cultural es el

concerniente a los usos informales consolidados en los espacios verdes o en sus entornos, usos que

pueden estar vinculados con actividades recreativas, culturales, sociales u otros que de alguna

manera puedan contribuir a definir funcionalidades que enriquezcan el espíritu cívico de la comunidad

y que contribuyan a la convivencia, diversidad, dignidad y tolerancia como principios fundamentales

de la cultura ciudadana. Así mismo es importante detectar usos no deseables que puedan ir en contra

de los principios mencionados anteriormente y que a través de la reconfiguración del lugar se

modifiquen en pro de la comunidad. Además de los usos informales se plantea el censo de las

actividades formales consolidadas de las comunidades vinculadas a los espacios verdes que

representen valores relacionales e históricos simbolizados por las personas que puedan de algún

modofacilitar o restringir la manifiestación y desarrollo de escenarios específicos. Esto contribuirá a

definir modelos con mayor pertinencia social capaces de dar satisfacción a las necesidades de

habitar en la ciudad.

La definición de las funcionalidades de las áreas verdes se obtendrá a partir de la definición de las

dimensiones espacial y cultural. Las funcionalidades delos espacios verdes así definidasdeben

conducir a transformaciones de la estructura urbana a la cual pertenecen, transformaciones

orientadas a generar un cambio en el comportamiento cívico de los ciudadanos producto de la

reconfiguración social que se supone genera la apropiación, estos cambios se asocian a estilos de

vida, puesto que una mejora en la comunidad propicia un mayor uso del espacio público y una mayor

implicación en su cuidado y mantenimiento.

La dimensión espacial incluye

análisis cartográfico necesario

para determinar las idoneidades

intrínsecas, este análisis se

debe relacionar con el derivado

de la dimensión cultural para la

definición de funcionalidades

Conclusiones

Los espacios verdes de la ciudad a partir de la lectura que se plantea, deben entenderse como

entornos de oportunidad para el desarrollo de valores simbólicos,identitarios y de apropiación que

pueden contribuir al incremento de valores cívicos. Espacios que al ser configurados por la

comunidad se supone pueden cobrar valor e interés para sus habitantes y por tanto sentido de

pertenencia y apego, con lo cual se lograría la reconfiguraciónde los grupos sociales relacionados, así

como la determinación de identidades individuales y grupales orientadas a generar cambios en el

comportamiento hacia la ciudad y hacia el medio ambiente natural. Espacios a partir de los cuales

transformar el metabolismo urbano mediante la acción ciudadana y extender esta transformación

hacia la ciudad. Los espacios verdes se reconocen así como instrumentos de intervención para la

construcción de un urbanismo que puede influir desde el metabolismo urbano en tanto que la ciudad

es su expresión más obvia. En el caso de la ciudad de Mérida, los espacios verdes catalogados como

espacio público presentan una oportunidad para la generación de espacios de apropiación, en

especial por la presencia del Parque Albarregas y sus importantes extensiones vinculadas a las

principales estructuras urbanas de la ciudad, así como a otras áreas verdes que conectan con las

grandes extensiones de áreas protegidas que la bordean, las cuales podrían configurarse en

estructuras verdes definidas a partir de la acción social, ciudadana.

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