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    Chasqui revista de literatura latinoamericana

    La Antipoesía de Nicanor Parra y su deuda con el SurrealismoAuthor(s): Ricardo YamalSource: Chasqui, Vol. 16, No. 1 (Feb., 1987), pp. 25-35Published by: Chasqui: revista de literatura latinoamericanaStable URL: http://www.jstor.org/stable/29739955

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    La

    Antipoes?a

    de

    Nicanor Parra

    1969

    recibe

    el Premio

    Nacional

    de

    Literatura,

    a?o

    en

    que

    aparece

    Obra

    Gruesa,

    colecci?n

    de toda la

    poes?a

    de

    Parra

    escrita hasta 1969

    (con excepci?n

    de

    Cancionero

    sin

    nombre).

    Luego,

    vendr?n

    Los

    Profesores

    (1971),

    Emergency

    Poems

    (1972),

    Pr?dicas

    y

    sermones

    del

    Cristo

    de

    Elqui

    (1977),

    Nuevas Pr?dicas

    y

    sermones

    del Cristo

    de

    Elqui

    (1979),

    Chistes

    para

    desorientar

    a

    la

    polic?a

    (1982),

    y

    Coplas

    por

    Navidad

    (1983).

    De

    otra

    parte,

    las

    voces

    imperantes

    en

    Chile

    eran

    las

    de

    Neruda

    y

    Huidobro.

    Parra

    reacciona

    contra la

    concepci?n

    del

    poeta

    vate

    (Neruda) y

    "peque?o

    dios"

    (Huidobro).

    Muy

    contrariamente,

    para

    Parra el

    poeta

    es

    un

    hombre

    cualquiera,

    "un

    constructor

    de

    puertas

    y

    ventanas",

    lo

    que

    significa

    la

    primera

    desmitificaci?n:

    la

    del

    creador.

    Sin

    embargo,

    a

    pesar

    de

    las

    hondas

    diferencias de

    lenguaje

    y

    funci?n

    de la

    poes?a

    entre

    la obra

    de

    Parra

    y

    de

    los

    dos

    anteriores,

    el

    "antipoeta"

    va a

    coincidir

    con

    el "malabarista"

    Huidobro

    en

    el

    empleo

    de

    lo

    l?dico

    y

    el

    humor

    y

    ciertos

    rasgos

    propios

    del

    surrealismo,

    aprendidos

    de Garc?a

    Lorca

    (pi?nsese

    en

    el

    primer

    libro

    de

    Parra,

    Cancionero

    sin

    nombre)2, y probablemente de lecturas de las Residencias de Neruda.

    La

    violencia

    con

    que

    nuestro

    "antipoeta"

    rechaza

    la tradici?n

    no

    significa

    que

    la

    antipoes?a

    no

    haya

    asimilado

    esa

    tradici?n.

    La definici?n

    que

    Parra

    hace

    de

    la

    antipoes?a

    contiene

    ese

    reconocimiento,

    cuando

    afirma

    que

    la

    antipoes?a

    es

    "la

    poes?a

    tradicional

    con

    la

    savia

    surrealista".

    As?

    tenemos

    que

    si bien

    este

    profesor

    de matem?ticas

    propugnaba

    una

    poes?a

    de

    la

    claridad,

    de

    otro

    lado

    era

    heredero

    de

    los

    maestros

    surrealistas:

    La

    poes?a

    del

    siglo

    XIX

    es

    una

    poes?a

    del

    d?a

    solar.

    El

    surrealismo

    es

    una

    poes?a

    de la

    noche.

    En mi

    antipoes?a

    lo

    que

    hago

    es

    juntar

    las

    dos

    cosas.

    El

    surrealista

    es

    un

    poeta

    mutilado.

    ?Por

    qu?

    no

    integrar

    las

    dos

    cosas,

    lo

    racional

    con

    la

    vida?3

    El

    surrealista

    cuyo

    centro

    en

    la

    definici?n

    de

    Parra

    ser?a

    la oscuridad

    (las

    zonas

    interiores del hombre, tales como los sue?os, lo inconfesable, lo ins?lito), tiene la

    mutilaci?n

    del

    d?a;

    y

    por

    ello,

    la

    entrabada

    sintaxis

    y

    el

    hermetismo.

    Pero

    tambi?n

    el

    poeta

    claro

    es

    un

    poeta

    mutilado

    puesto

    que

    desconoce

    los

    mundos

    interiores.

    Junto

    a

    slogans,

    clis?s,

    frases

    comunes,

    etc.,

    se

    entremezclan

    im?genes

    extra?antes,

    on?ricas,

    fantasmag?ricas,

    que

    introducen

    dentro de

    la realidad

    rasa,

    elementos

    oscuros,

    inquietantes

    y

    problem?ticos;

    el

    surrealismo

    no

    est?

    s?lo

    en

    las

    im?genes,

    sino

    tambi?n

    en

    la sintaxis

    sin

    nexos

    l?gicos,

    o en

    las

    enumeraciones

    incoherentes,

    como

    sucede

    frecuentemente.

    Ejemplo

    de

    ello

    lo

    tenemos

    en

    "Sue?os",

    "Versos

    sueltos",

    e

    incluso

    en

    los

    aparentemente

    m?s

    "l?gicos".

    La

    antipoes?a representar?

    una

    simbiosis

    de

    ambos,

    y

    reaccionar?

    contra

    toda

    polarizaci?n.

    Lo

    importante

    es

    rescatar

    la

    vida:

    por

    eso

    la

    frase

    com?n,

    el

    chiste

    y

    el

    arte

    de

    los

    graffiti

    en

    los

    Artefactos.

    Interesa

    precisar

    qu?

    es

    la

    "savia

    surrealista".

    Bret?n

    lo defin?a

    en

    su

    Primer

    Manifiesto:

    Automatismo

    ps?quico

    puro

    por

    cuyo

    medio

    se

    intenta

    expresar,

    verbalmente,

    por

    escrito

    o

    de

    cualquier

    otro

    modo,

    el

    funcionamiento

    real

    del

    pensamiento,

    sin

    la

    intervenci?n

    reguladora

    de

    la

    raz?n,

    ajeno

    a

    toda

    preocupaci?n

    est?tica

    o

    moral.4

    Dicha definici?n

    destaca

    la

    ausencia

    de

    la

    raz?n.

    De

    all?,

    la

    lucha

    contra

    la

    l?gica

    positivista.

    Pero

    no

    se

    prescinde

    absolutamente

    de

    la

    raz?n,

    lo

    que

    es

    privilegio

    es

    la

    2

    Nicanor

    Parra

    dijo

    a

    MMer

    Williams

    en

    "A

    talk

    with

    Nicanor

    Parra",

    Shenandoah

    18,

    1

    (Lexington,

    Autumn

    1966),

    p.

    76:

    "I

    began

    as a

    Garcialorquian

    poet.

    My

    working

    plan

    at that

    time

    was to

    apply

    to

    Chile

    the method

    Lorca

    had

    made

    his

    in

    Spain.

    But

    after

    a

    while

    I

    grew

    disillusioned

    with

    master

    and

    had

    to think out my own doctrine."

    3

    "Nicanor

    Parra:

    El escritor

    es

    una

    Rep?blica

    Soberana",

    Imagen

    (Iowa,

    Mayo

    1970),

    p.

    5.

    4

    Andr?

    Bret?n,

    Manifiesto

    del

    Surrealismo ,

    traducci?n

    de

    Andr?

    Bosh

    (Madrid:

    Ed.

    Guadarrama,

    1969),

    p.

    44.

    Chasqui?Revista

    de

    literatura

    latinoamericana

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    Ricardo Yamal

    27

    presencia

    de

    lo

    inconsciente, por

    el

    que

    se

    pretende

    llegar

    a

    una zona

    m?s

    amplia,

    en

    la

    que

    se unan sue?o y realidad.5

    El

    intento de

    captar

    im?genes

    ins?litas habr?a

    de

    ser

    logrado

    gracias

    a

    lo

    que

    se

    llam?

    "escritura

    autom?tica",

    a

    la

    que

    condenaron

    Huidobro

    y

    otros

    poetas

    y

    que,

    si

    bien

    actualmente

    es

    lo

    menos

    decisivo

    al

    valorar el

    surrealismo,

    ella

    permiti?

    el

    registro

    de

    lo

    m?s interior del hombre

    a

    base

    de

    s?mbolos.6

    La

    naturaleza libre

    de

    la escritura

    autom?tica

    permit?a

    romper

    con

    el

    "hilo

    l?gico"

    y superponer

    realidades absolutamente

    alejadas.

    Ella

    era

    para

    Bret?n

    un

    modo de

    liberar

    el

    discurso

    esencial

    que

    es

    el hombre.

    A

    pesar

    de

    la

    palabra

    "clara",

    la

    contig?idad

    de

    ciertas

    im?genes parrianas

    tienen

    mucho

    que

    ver

    con

    el

    procedimiento

    surrealista.

    El

    collage,

    el

    ready-made,

    y

    otros

    procedimientos

    similares

    a

    ?stos,

    son

    propiamente

    surrealistas.

    Pi?nsese,

    en

    este

    sentido,

    en

    los

    Artefactos,

    superposici?n

    de

    dise?o

    y

    escritura,

    y

    el

    parentesco

    que

    tienen

    con

    dicho

    movimiento.7

    M?s

    que

    los

    rasgos

    pros?dicos, fonol?gicos

    o

    morfol?gicos,

    son

    importantes

    en

    la

    poes?a

    surrealista los

    rasgos

    sint?cticos

    y

    sem?nticos del texto. Es a trav?s de la

    contig?idad

    donde

    pueden

    articularse diversos

    enunciados,

    ya

    fracturados

    sint?cticamente,

    ya

    l?gicos,

    pero

    las m?s de las

    veces son

    sintagmas

    sem?nticamente

    no

    articulados.

    La

    lucha

    contra

    el racionalismo

    y

    la

    l?gica permite

    que

    la construcci?n

    del

    texto

    surrealista

    se

    articule de

    un

    modo diferente

    a

    otros textos

    po?ticos,

    dado

    que

    el

    nivel

    de las asociaciones

    en

    el

    surrealismo

    se

    realice de

    una

    diversa

    forma

    en

    la

    lengua

    y

    en

    el

    habla.

    El

    enunciado

    de

    Jakobson

    que

    dice:

    "La

    funci?n

    po?tica

    proyecta

    el

    principio

    de

    equivalencia

    del

    eje

    de

    la

    selecci?n

    al

    eje

    de

    la

    combinaci?n",8

    equivalencia

    que supone

    los

    procesos

    metaf?ricos

    y

    meton?micos,

    respectivamente,

    tiene

    en

    el

    texto

    surrealista

    una

    alteraci?n,

    seg?n

    lo ha visto

    Julio

    Ortega.

    En

    el

    surrealismo las

    equivalencias

    van

    m?s all?

    del

    c?digo

    establecido

    tanto

    en

    el

    habla com?n

    como en

    la

    poes?a

    incluso

    de

    la

    vanguardia.

    Y

    ello

    se

    debe

    a

    que

    las

    asociaciones

    se

    formulan

    en un

    lenguaje surgido

    del sue?o

    y

    del

    inconsciente.

    De

    ah?,

    la

    relaci?n

    de las

    asociaciones

    m?s bien

    se

    establece

    en

    lo

    azaroso

    que

    en

    lo

    esperable.

    El

    c?digo

    ese

    estira hasta

    lo

    ins?lito.9

    5

    Bret?n

    agrega

    al

    respecto:

    'Todo induce

    a

    pensar que

    en

    el

    esp?ritu

    humano

    existe

    un

    cierto

    punto

    desde el

    que

    la vida

    y

    la

    muerte,

    lo

    real

    y

    lo

    imaginario,

    el

    pasado

    y

    el

    futuro,

    lo comunicable

    y

    lo

    incomunicable,

    lo alto

    y

    lo

    bajo, dejan

    de

    ser

    vistos

    como

    contradicciones. De nada servir?a

    hallar

    en

    la

    actividad

    surrealista

    un

    m?vil

    que

    no sea

    el de la

    esperanza

    de encontrar

    este

    punto."

    (Manifiesto

    del

    Surrealismo,

    p.

    30).

    "

    Ferdinand

    Alqui?

    dice

    a

    prop?sito

    de la escritura

    autom?tica,

    en

    Filosof?a

    del Surrealismo

    (Barcelona:

    Barrai

    Editores,

    1972),

    p.

    40:

    "Se

    trau

    de escribir sin

    tema

    preconcebido

    y

    sin

    control

    l?gico,

    est?tico

    o

    moral,

    de

    dejar

    que

    se

    exteriorice

    todo lo

    que

    en

    nosotros tiende

    a

    convertirse

    en

    lenguaje

    y

    que

    normalmente

    nos

    impide

    nuestra

    vigilancia

    consciente

    (...)

    Bret?n

    pretende

    liberar

    un

    discurso

    esencial

    que

    es el hombre por medio de la escritura autom?tica".

    '

    En relaci?n

    a

    ello,

    dice Bret?n: "Por

    otra

    parte,

    es

    preciso

    dar

    mayor

    envergadura

    a

    los medios

    surrealistas. Todo medio

    es

    bueno

    para

    dar

    la deseable

    espontaneidad

    a

    ciertas asociaciones.

    Los

    papeles

    pegados

    de

    Picasso

    y

    de

    Braque

    tienen el mismo valor

    que

    la inserci?n

    de

    un

    lugar

    com?n

    en

    el desarrollo

    literario del estilo m?s laboriosamente

    depurado.

    Incluso est?

    permitido

    dar el t?tulo de POEMA

    a

    aquello

    que

    se

    obtiene

    mediante

    la

    reuni?n,

    lo

    m?s

    gratuito posible

    (si

    no

    les

    gusta,

    f?jense

    en

    la

    sintaxis)

    de

    t?tulos

    y

    fragmentos

    de t?tulos recortados

    de

    los

    peri?dicos

    diarios"

    (Manifiesto

    del

    Surrealismo,

    p.

    63).

    8

    Roman

    Jakobson,

    "Linguistics

    and

    Poetics",

    en

    T.

    Sebeock, Ed.,

    Style

    in

    Language

    (Cambridge:

    MIT

    Press,

    1960),

    pp.

    350-77;

    Questions

    de

    Po?tique

    (Paris:

    Ed.

    Seuil,

    1973).

    9

    Julio

    Ortega

    afirma

    en

    "La

    escritura

    de

    la

    vanguardia",

    Revista

    Iberoamericana

    (Vicente

    Huidobro

    y

    la

    Vanguardia),

    No.

    106-107

    (enero-junio,

    1979),

    p.

    191:

    "Y ciertamente

    el

    enunciado

    po?tico

    surrealista

    nos

    demuestra

    que

    no

    s?lo

    un

    espacio

    de

    equivalencias

    se

    decide

    en

    su

    ocurrencia,

    sino sobre

    todo

    una

    escritura

    previa

    a

    las

    equivalencias,

    de la cual

    el

    enunciado

    ya

    no

    es

    el

    producto

    ?ptimo

    entre otros

    posibles,

    y

    m?s

    bien

    acontece

    en

    el

    desequilibrio

    de

    las

    equivalencias,

    en

    la zozobra

    del

    sistema,

    al

    margen

    de los

    paradigmas

    de la lengua natural. Y eUo es as?, en primer lugar, porque la naturaleza representativa y

    discursiva

    del

    lenguaje

    es

    puesta

    en

    cuesti?n

    por

    la

    diferencia

    peculiar

    de

    una

    asociaci?n

    que

    se

    cumple

    m?s

    all?

    de la

    escritura

    naturalista

    y

    despu?s

    de la fractura

    de

    su

    l?gica.

    Ni

    lengua

    "escrita" ni

    lengua

    "oral",

    el

    enunciado

    ocurre como

    la

    alternativa

    sin

    equivalencias

    de

    la

    asociaci?n:

    su

    paradigma

    se

    construye

    en

    el

    desmontaje

    del

    "lenguaje

    secundario" del

    texto".

    Chasqui?Revista

    de

    literatura

    latinoamericana

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  • 8/19/2019 La Antipoesía de Nicanor Parra y su deuda con el Surrealismo.pdf

    5/12

    28

    La

    Antipoes?a

    de Nicanor

    Parra

    Es

    decir,

    si bien

    la

    yuxtaposici?n

    es

    un

    signo

    de

    esta

    escritura,

    es

    en

    la

    zona

    donde

    surgen

    las

    asociaciones

    m?s all? de todo

    orden

    l?gico

    o

    codificado,

    en

    ese

    "desmontaje

    del

    lenguaje

    secundario"

    donde

    se

    produce

    el

    desplazamiento

    de la escritura

    "que

    abre

    un

    espacio

    no

    naturalizado".

    El

    surrealismo

    y

    la

    antipoes?a

    Ante la

    imposibilidad

    de

    analizar

    un

    poema

    surrealista

    al nivel

    de

    un

    "lenguaje segundo"

    y

    su

    desmontaje

    debido

    a

    la

    dificultad

    de

    llegar

    al

    proceso

    mental

    surgido

    u

    originado

    en

    la

    inconsciencia

    del

    creador,

    tal

    vez

    el

    mejor

    m?todo de

    an?lisis

    sea

    a

    trav?s

    de

    la

    contig?idad

    de

    enunciados

    dispares

    y

    extra?antes.

    De

    all?

    la

    importancia

    del

    eje sintagm?tico.

    Ahora

    bien,

    sucede

    que

    la

    poes?a

    de Nicanor

    Parra

    de

    ning?n

    modo

    puede

    llamarse surrealista

    pura.

    Hay

    incluso

    en

    ella

    un

    af?n

    de

    ironizar

    las

    t?cnicas

    surrealistas.

    Pero

    comparte

    la

    preferencia

    de

    lo

    sorprendente

    a

    trav?s

    de

    la

    contig?idad,

    en

    este

    caso,

    la

    metonimia,

    y

    la

    declarada influencia recibida del surrealismo, seg?n lo ha manifestado el propio Parra. El

    suyo

    es

    un

    surrealismo

    posterior,

    de

    ning?n

    modo

    inocente.

    El

    acercamiento

    por

    medio

    del

    surrealismo

    a

    Freud

    le

    permitir?

    a

    Parra desmitificar

    la

    cultura

    a

    trav?s

    de

    lom?s

    escondido

    del

    hombre:

    los

    sue?os,

    el

    subconsciente.

    Para leer

    un

    texto de

    Parra,

    como

    bien

    lo ha

    dicho Le?nidas

    Morales,

    citando

    a

    Paul

    Ricoeur,

    hay

    que

    usar

    el

    m?todo

    de

    la

    sospecha,

    despoj?ndose

    de

    toda

    inocencia.

    Este m?todo

    de

    la

    sospecha

    ha

    dicho

    Le?nidas

    Morales,

    "consistir?a

    en

    concebir

    toda

    realidad

    estructurada,

    ya

    sea

    de

    los

    sue?os,

    la

    del

    lenguaje

    o

    de

    las convenciones

    sociales,

    como

    'texto'

    en

    que

    las

    significaciones

    aparentes,

    obvias,

    enmascaran

    otras

    significaciones

    profundas.

    No

    podemos

    pues,

    leer

    ingenuamente

    textos

    semejantes.

    Lo

    que

    se

    impone

    es

    el

    desnudamiento

    de lo

    simulado".10

    Parece

    m?s

    l?cito

    afirmar

    que

    Parra

    aprovecha

    el

    legado

    surrealista,

    con

    la

    visi?n

    del

    hombre

    cuyo

    escepticismo

    le

    revela

    la

    apetencia

    y

    la

    imposibilidad

    al mismo

    tiempo.

    Escepticismo

    que

    no

    impide

    que

    la

    antipoes?a

    se abra a todas las tendencias en un intento totalizador y, por

    ello

    mismo,

    antidogm?tico.

    Si el

    surrealismo

    quer?a

    imponer

    la

    esperanza

    como

    fundamental

    al hombre

    y

    recuperar

    una

    naturaleza

    primera

    a

    trav?s

    de

    los

    contrarios,

    la

    poes?a

    de

    Parra

    es una

    b?squeda

    tambi?n,

    pero

    una

    b?squeda

    desesperanzada.

    Una

    actitud

    distante

    e

    ir?nica

    es su

    perspectiva

    y

    tono.11

    El

    ansia

    de

    desenmascaramiento

    le

    lleva

    a

    las

    zonas

    m?s

    negras.

    Al

    anhelo

    surrealista

    de

    encontrar

    el

    para?so

    perdido,

    la

    antipoes?a

    responde

    con

    la burla

    y

    el

    escepticismo.

    El

    antipoema

    parriano

    muestra

    la

    influencia

    del

    surrealismo

    en

    lo

    que

    tiene

    de

    configuraci?n

    de

    una

    realidad

    surgida

    desde

    el

    interior

    del hombre

    y

    en

    la

    equivalencia

    de

    asociaciones

    sorprendentes.

    La

    "claridad"

    de la

    antipoes?a

    es

    tal

    porque

    cada

    enunciado

    es

    una

    frase com?n

    ("se reparte jam?n

    a

    domicilio"),

    o

    un

    slogan,

    chiste,

    etc.,

    pero

    es a

    nivel

    de

    la articulaci?n

    de

    ellos

    donde

    se

    produce

    el

    choque,

    y

    una suerte de

    imagen

    "lo m?s

    alejada

    posible",

    como

    dec?a

    R?verdy.

    Un

    ejemplo

    de

    ello

    podemos

    verlo

    en

    "Versos

    sueltos":

    Se

    reparte jam?n

    a

    domicilio

    ?Puede

    verse

    la

    hora

    en una

    flor?

    V?ndese

    crucifijo

    de

    ocasi?n

    La

    ancianidad

    tambi?n

    tiene

    su

    premio

    Los

    funerales

    s?lo

    dejan

    deudas:

    J?piter

    eyacula

    sobre

    Leda

    Y la

    fucsia

    parece

    bailarina.

    10

    Le?nidas

    Morales,

    La

    poes?a

    de Nicanor Parra

    (Santiago:

    Ed. Andr?s BeUo, 1972), p. 43.

    11

    Jos?-Miguel

    Ibafiez-Langlois

    afirma

    que,

    "incluso

    en sus

    versos menos

    antipo?ticos

    existe

    esa

    hiperconciencia

    corrosiva".

    ("Introducci?n

    a

    la

    poes?a

    de

    Nicanor

    Parra",

    Antipoemas

    [Barcelona:

    Seix

    Barrai,

    1972],

    p.

    22.)

    Chasqui?Revista

    de literatura

    latinoamericana

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    6/12

    Ricardo Yamal

    29

    Es

    cierto,

    sin

    embargo,

    que

    esta

    antipoes?a

    muchas

    veces

    remite al

    absurdo

    y

    toda ella

    es un juego con ?l. Su nivel m?s profundo es ?se, tirar los suspensores del absurdo y ser

    una

    suerte

    de risa

    de

    todo,

    incluso del lector

    y

    del

    hablante mismo.

    A

    pesar

    de

    lo

    que

    dice

    Marien Gottlieb

    en

    relaci?n

    a

    la nula unidad

    de

    sentido

    de

    algunos

    poemas,

    es

    posible

    encontrar

    en

    el

    antipoema algunas

    coordenadas

    que

    nos

    permiten

    no

    percibirlo

    como

    una

    estupidez,

    o

    remitirlo al

    absurdo.12

    As?

    es

    posible

    inferir

    a

    primera

    vista

    en

    los

    versos

    citados,

    dentro de

    un

    aparente

    sinsentido,

    la

    preocupaci?n

    por

    el

    paso

    del

    tiempo

    y

    la

    presencia

    de la

    muerte.

    Si bien ?l

    juega

    con

    el

    absurdo

    y

    el

    sinsentido,

    no

    es un

    absurdo

    gratuito:

    la

    contig?idad

    de

    los

    sintagmas

    y

    las

    afirmaciones

    y

    contradicciones

    parciales

    de

    los

    versos,

    nos

    llevan

    a

    las

    grandes interrogantes

    del hombre:

    la

    muerte,

    el

    sentido de

    la

    vida,

    las relaciones

    familiares,

    el desenmascaramiento del

    amor,

    del

    sexo,

    de la

    divinidad,

    etc.,

    iluminadas

    con

    la

    perspectiva

    desencantada

    y

    expresionista

    de

    Parra.13

    Es

    decir,

    se

    articula

    una

    verdad

    gracias

    a

    los

    sinsentidos

    parciales,

    incluso

    al

    chiste.

    Muchas

    veces

    lo

    que queda es precisamente el chiste o la iron?a inal. Es en la articulaci?n de esos diversos

    y

    contradictorios

    enunciados

    parciales

    donde

    se

    engloba

    un

    sentido

    oblicuo,

    que

    no

    es

    ninguno

    de

    ellos,

    pero que surge

    a

    trav?s

    de

    ellos.

    Ra?l

    Silva

    C?ceres

    ha

    se?alado

    que

    la

    frase

    po?tica

    en

    Parra

    acent?a

    su

    inconexi?n

    hasta

    parecer

    anacr?nica

    o

    incoherente:

    "La

    falta de motivaciones

    [otros

    como

    Jean Cohen

    llamar?n

    a

    esta

    ruptura

    de las

    motivaciones

    en

    poes?a

    "inconsecuencia"

    o

    "impertinencia"],

    esconde

    otras

    motivaciones

    emparentadas

    con

    los

    secretos

    del

    subconsciente tal

    como

    lo

    conceb?an los

    surrealistas".14

    Las

    motivaciones

    profundas

    surgen

    en

    el

    texto

    de

    la

    antipoes?a

    articuladas

    junto

    a

    frases

    comunes,

    chistes,

    etc.,

    los

    que

    adem?s

    de disimular

    o

    esconder lo

    pat?tico

    o

    el absurdo de

    esas

    motivaciones,

    presentan

    un

    mosaico de los elementos

    que

    diversifican

    al

    hombre

    y

    lo

    disocian.

    Pues

    bien,

    la

    antipoes?a exige

    que

    no

    leamos cada

    verso

    por

    separado,

    con una

    lectura

    ingenua,

    sino

    que

    antepongamos

    elm?todo de la

    sospecha.

    El lector ha de estar en

    lL

    Marlene Gottlieb se?ala

    respecto

    del absurdo

    en

    algunos

    poemas

    parrianos,

    en

    La

    poes?a

    de Nicanor Parra

    (Madrid:

    Colecci?n Nova

    Scolar,

    1978),

    p.

    132: "Pero

    pronto

    Parra

    opta por

    la

    fragmentaci?n

    del

    pensamiento

    discursivo

    porque

    refleja mejor

    su

    percepci?n

    de la

    vida

    como una

    serie

    de hechos

    ins?litos,

    inconexos

    y

    absurdos. El

    poema

    se

    convierte

    en

    la

    enumeraci?n ca?tica

    de

    im?genes

    totalmente

    dispares

    (que

    a veces

    recuerda la

    escritura

    autom?tica

    de los

    primeros

    surrealistas).

    Cada

    imagen

    de

    por

    s?

    a

    lo

    mejor

    tiene

    sentido,

    pero

    la falta de

    articulaci?n

    entre

    una

    y

    otra

    reduce todo el

    conjunto

    al

    nivel del

    disparate".

    13

    La

    tendencia

    de

    Parra hacia

    el

    expresionismo

    ha

    sido

    anotada

    ya

    por

    diversos cr?ticos. Guillermo

    de

    Torre

    en

    Historia de

    las

    literaturas de

    Vanguardia

    (Madrid:

    Ed.

    Guadarrama,

    1971),

    ha

    se?alado

    que

    el

    expresionismo

    se mueve

    entre

    dos

    corrientes

    contradictorias: el barroco

    y

    el

    g?tico.

    Debido

    a

    ello,

    suelen

    coexistir en el expresionismo lo demon?aco y lo candido, grandeza y barbarie. La deformaci?n de la

    realidad

    que

    caracteriza

    al

    expresionismo

    no ei

    "en ?ltima

    instancia,

    sino el traslado director de

    un

    talante

    an?mico

    muy

    concreto

    que

    rebasa lo

    aparencial

    y

    cala

    en

    lo

    profundo

    germ?nico" (p.

    186).

    Debemos

    agregar que

    no

    s?lo

    cala

    en

    lo

    profundo

    germ?ncio

    sino

    que

    significa

    un

    tipo

    de

    visi?n

    que

    penetra

    la

    realidad

    superficial

    hasta

    una

    visi?n

    tr?gica

    en

    la

    que

    se

    incorporan

    la

    imaginaci?n

    y

    el

    sue?o.

    Los

    elementos del

    barroco

    son

    llevados

    a su

    extremo: "La tensi?n

    espiritual

    es

    desesperaci?n

    /.../,

    la crudeza

    se

    hace

    crueldad,

    /.../,

    lo

    irracional

    se

    convierte

    en

    demonismo,

    debilidad

    por

    el

    'poder

    de

    las tinieblas'"

    (p.

    187).

    Hay

    en

    el

    expresionismo

    una

    aspiraci?n

    secreta

    al

    caos.

    Las

    im?genes

    de la

    antipoes?a

    de

    Parra

    se?alan

    un

    tr?nsito

    de

    la

    simple

    imagen

    extra?ante

    del surrealismo

    a

    una

    realidad revelada

    por

    un

    temple

    de

    ?nimo

    que

    ha

    penetrado

    lo

    exterior

    para

    entrar

    a

    una

    realidad

    catastr?fica.

    La

    realidad

    externa

    aparece

    deformada

    y

    surge

    lo

    grotesco

    y

    cierto

    demonismo.

    As?

    sucede,

    por

    ejemplo,

    en

    poemas

    como

    "Las

    Tablas",

    donde

    el

    hablante

    desaf?a,

    burla

    y

    castiga

    las

    leyes

    divinas,

    ridiculizadas

    en

    el

    poema.

    Una

    atm?sfera

    pesadillesca

    se entronca

    en

    ?ste

    y

    otros

    poemas

    (por

    ejemplo,

    en

    "La

    mujer",

    "Sue?os",

    etc.).

    La crueldad

    (del

    Yo

    o

    de los

    otros)

    son

    constantes

    antipo?ticas,

    as?

    como

    la

    desesperaci?n.

    Este

    gusto

    s?dico-masoquista

    donde

    la

    realidad

    aparece

    entrevista

    como

    a

    trav?s

    de

    espejos

    deformantes,

    obedece

    a una

    visi?n sacudida por un mundo grotesco y pat?tico. La secreta aspiraci?n al caos contiene, tambi?n, la

    secreta

    aspiraci?n

    a

    un nuevo

    orden.

    Expresionismo

    y

    antipoes?a

    coinciden

    en

    ello.

    Orden

    que

    no

    llega

    jam?s.

    Por

    eso

    el

    escepticismo

    final:

    "Pero

    no:

    la vida

    no

    tiene sentido".

    14

    Ra?l Silva

    C?ceres,

    "Los Artefactos

    en

    la

    poes?a

    de

    Nicanor

    Parra,"

    Revista

    de

    Bellas

    Artes

    (Santiago:

    1969),

    No.

    27, p.

    27.

    Chasqui?Revista

    de

    literatura latinoamericana

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    7/12

    30

    La

    Antipoes?a

    de

    Nicanor Parra

    posici?n

    de

    alerta.

    El

    texto

    puede

    salir

    con

    lo

    inusitado cuando

    menos

    se

    espera,

    es

    decir,

    en este caso, con el sentido profundo quemueve todo el poema aparentemente absurdo.

    Es

    interesante

    tomar

    algunos

    ejemplos

    del

    texto

    surrealista

    Pez

    Soluble,

    con

    los

    cuales

    coinciden

    en

    lo

    ins?lito

    algunos

    versos o

    atm?sferas

    de los

    poemas

    de Parra:

    Moreno

    era

    yo,

    cuando

    conoc?

    a

    Solange.

    Todos

    alababan

    el

    perfecto

    ?valo

    de

    mi

    mirada,

    y

    mis

    palabras

    eran

    el

    ?nico

    abanico

    que,

    a

    fin

    de ocultar

    a

    mi

    vista

    la conmoci?n

    de

    los

    dem?s,

    colocaba

    entre

    sus

    rostros

    y

    yo.15

    Lo

    ins?lito

    del

    uso

    del

    tiempo

    imperfecto

    de la

    descripci?n

    "moreno

    era

    yo"

    (como

    si el

    color de

    la

    piel

    fuera cambiable

    como

    los

    estados de

    ?nimo,

    etc.),

    y

    el evidente sentido

    c?mico

    que

    del

    fragmento

    se

    desprende,

    es

    propio

    tambi?n

    de

    la

    antipoes?a,

    como

    ya

    lo

    veremos.

    Otro

    rasgo

    surrealista

    es

    la inserci?n

    de

    lo

    extra?o

    y

    fantasmag?rico,

    un

    temple

    de ?nimo

    que

    raya

    en

    una

    atm?sfera desconcertante:

    Una lima de

    marfil

    que

    recog?

    del suelo hizo

    que

    ami alrededor se abrieran

    cierto

    n?mero

    de

    manos

    que

    quedaban

    suspendidas

    en

    el

    aire,

    antes

    de

    posarse

    sobre

    verdes

    almohadones.16

    Tambi?n

    la burla del

    progreso

    y

    la

    ciencia

    a

    trav?s

    de discursos

    aparentemente

    cient?ficos:

    No sin

    dificultad,

    el

    periodista

    consigui?

    deslizarse

    en

    el

    laboratorio

    del

    sabio,

    gracias

    a

    su

    amistad

    con

    una

    mujer

    de

    mala

    vida

    que

    prestaba

    a

    ?ste

    servicios

    de

    lectora.17

    La

    comicidad

    y

    sarcasmo

    de

    los servicios

    prestados

    por

    la

    mujer

    "de

    mala

    vida"

    (n?tese

    la

    pseudo

    ingenuidad

    del

    lenguaje)

    como

    "lectora",

    est?

    aludiendo

    al

    mundo

    cient?fico,

    al

    laboratorio del sabio. M?s adelante elmundo de la ciencia se

    presenta

    como nocivo y cruel

    a

    trav?s

    del

    experimento:

    El

    muy

    bien

    dotado

    muchacho

    utilizado...

    quedar?a

    de

    este

    modo

    privado

    de

    toda

    posibilidad

    de abstracci?n

    y

    ser?a

    incapaz

    de

    experimentar

    los

    m?s

    elementales deseos.18

    Los

    personajes

    de Parra

    se

    encuentran

    a

    menudo

    en

    condici?n

    de

    prisioneros,

    no

    s?lo

    de

    la

    ciencia,

    del

    arte,

    sino

    tambi?n

    de circunstancias

    familiares,

    o

    en

    especial,

    de

    la

    mujer.

    Un

    caso

    tal

    es

    el

    de

    "La

    v?bora",

    donde

    lo ins?lito

    traspasa

    lo trivial:

    Por

    temporadas

    viv?amos

    juntos

    en

    una

    pieza

    redonda

    Que

    pag?bamos

    a

    medias

    en

    un

    barrio

    de

    lujo

    cerca

    del

    cementerio.

    (Algunas noches hubimos de interrumpirnuestra luna demiel

    Para hacer

    frente

    a

    las

    ratas

    que

    se

    colaban

    por

    la

    ventana.)

    La

    aparente simplicidad

    del

    texto

    no

    logra

    esconder

    la

    situaci?n

    contradictoria

    que

    se

    narra

    y

    el

    estrato

    simb?lico

    que

    hay

    all?.

    La

    imagen

    del

    barrio

    de

    lujo

    y

    las

    ratas

    que

    entran

    por

    la

    ventana,

    de

    un

    lado,

    y

    la

    pieza

    redonda

    y

    el

    cementerio,

    de

    otro,

    son

    im?genes

    ins?litas.

    A

    un

    nivel

    m?s

    profundo,

    la

    presencia

    de

    la

    muerte

    y

    la relaci?n

    er?tica

    amenzada

    por

    lo

    degradado

    (las

    ratas),

    configuran

    un

    entronque

    que

    revelan

    conflictos

    interiores

    de la

    relaci?n

    amorosa. Lo

    ins?lito

    es

    la

    verdadera

    realidad.

    Hay

    veces en

    que

    lo

    inusitado

    se

    origina

    humor?sticamente

    por

    un

    capricho

    del

    hablante:

    ** Bret?n,

    Manifiesto

    del Surrealismo, pp. 135-36.

    16

    Bret?n,

    Manifiesto

    del

    Surrealismo,

    p.

    144.

    17

    Bret?n,

    Manifiesto

    del

    Surrealismo,

    pp.

    94-95.

    18

    Bret?n,

    Manifiesto

    del

    Surrealismo,

    p.

    96.

    Chasqui?Revista

    de

    literatura

    latinoamericana

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    8/12

    Ricardo

    Yamal

    31

    Tengo

    unas

    ganas

    locas de

    gritar

    I iva la Cordillera de los Andes

    Muera

    la

    Cordillera

    de la

    Costa

    Comicidad

    que

    avanza

    al

    sinsentido

    y

    al chiste

    en

    otros

    poemas:

    ?Saben

    lo

    que

    me

    dijo

    un

    capuchino?

    ?No

    comas

    nunca

    dulce de

    pepino

    ?Saben

    lo

    que

    me

    dijo

    un

    franciscano?

    ?No

    te

    limpies

    el

    traste

    con

    lamano

    ("Se

    me

    peg?

    la

    lengua

    al

    paladar")

    Versos

    que

    en su

    contexto

    est?n

    precedidos

    por

    la dificultad

    de articular

    una

    palabra

    siquiera,

    es

    decir,

    por

    la

    imposibilidad

    del hablante de

    la

    m?s m?nima

    comunicaci?n

    se?alada desde el

    t?tulo:

    "Se

    me

    peg?

    la

    lengua

    al

    paladar".

    El surrealismo en la

    antipoes?a

    se vale del

    procedimiento

    meton?mico de la

    yuxtaposici?n,

    por

    el

    que

    se

    juntan

    versos no

    atados

    l?gicamente.

    Tal

    como

    podr?a

    suceder

    en

    el

    espacio

    de

    una

    tela

    de

    Dal?,

    en

    la

    antipoes?a

    elementos diversos

    se

    unen

    sint?cticamente

    en

    una

    realidad

    extra?ante:

    i

    eis

    esa

    pierna

    que

    cuelga

    de la luna

    como un

    ?rbol

    que

    crece

    para

    abajo

    Esa

    pierna

    temible

    que

    flota

    en

    el vaci?n

    Iluminada

    apenas

    por

    el

    rayo

    De la luna

    y

    el

    aire

    del

    olvido

    ("Paisaje")

    O

    se?ala

    sinecd?quicamente

    una

    parte

    del

    cuerpo

    humano,

    arrancada

    del todo:

    ?Para

    qu?

    son

    estos

    est?magos?

    ?Qui?n

    hizo

    esta

    mezcolanza?

    ("Rompecabezas")

    La

    extra?eza

    y

    el desconcierto

    nacen

    incluso

    ante

    lamemoria

    de lo

    cotidiano:

    Durante

    el

    baile

    yo

    pensaba

    en

    cosas

    absurdas:

    Pensaba

    en

    unas

    lechugas

    vistas

    el

    d?a anterior.

    ("Notas

    de

    Viaje")

    El

    tr?nsito

    que

    va

    del

    baile

    a

    la

    persistencia

    del recuerdo de

    una

    lechuga

    es

    la

    fijaci?n

    de

    la

    memoria

    en

    un

    elemento intrascendente. La dificultad de

    concentraci?n

    en

    el baile

    es

    tambi?n la

    imposibilidad

    de

    comunicaci?n

    con

    el

    grupo

    social. La

    relaci?n del hablante

    con

    el

    grupo

    a trav?s del baile es

    sentido,

    por

    lo

    mismo,

    como una relaci?n artificial. La vista

    se

    fija

    en

    algo

    nimio

    (las

    lechugas),

    lo

    que

    implica

    una

    desproporci?n,

    un

    desajuste

    en

    el

    esp?ritu

    del Yo

    l?rico. Este

    desajuste

    y

    estado

    ca?tico

    aparece

    sugeridos

    levemente

    en

    los

    versos

    que

    preceden:

    Al

    pasar

    delante

    de la

    cocina,

    Pensaba

    un

    sinn?mero

    de

    cosas

    fant?sticas

    relacionadas

    con

    mi

    familia;

    ("Notas

    de

    Viaje")

    Versos

    en

    donde

    se crea un

    campo

    de sentido

    para

    "lechugas":

    cocina,

    familia.

    As?,

    la

    nimiedad

    comienza

    a

    generar

    un

    sentido

    de lo

    propio

    y

    seguro:

    el

    hogar,

    la

    familia,

    contra

    lo

    ajeno

    y

    amenazante

    que

    es

    el

    baile.

    En cuanto

    a

    lo

    que

    se

    ha

    llamado escritura

    autom?tica,

    hay

    en

    la

    antipoes?a ejemplos

    de

    ella. Este m?todo le ha servido a Parra para liberar el lenguaje de las estructuras de la

    conciencia

    con sus

    leyes r?gidas.

    Liberarse

    de la

    l?gica implica,

    en

    el

    proceso

    surrealista,

    entrar

    al

    campo

    natural

    de

    la

    pre-conciencia,

    del

    sub-consciente,

    donde

    se

    desatan los

    tab?es

    de

    la

    sociedad

    que

    limitan al

    hombre.

    La

    ruptura

    con

    las

    estructuras

    l?gicas

    del

    Chasqui?Revista

    de

    literatura

    latinoamericana

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    9/12

    32

    La

    Antipoes?a

    de

    Nicanor Parra

    lenguaje permiti?

    a

    los

    surrealistas

    una

    gran

    libertad.

    La

    sintaxis

    atropellada,

    el

    oscurecimiento y hermetismo del texto eran resultado de ese pretendido proceso de la

    escritura

    autom?tica

    que

    intentaba

    expresar

    lom?s interior del

    hombre,

    es

    decir,

    al

    hombre

    mismo. Ahora

    bien,

    Parra

    en

    la

    antipoes?a

    ha hecho

    uso

    de este

    procedimiento,

    pero

    con

    la

    diferencia

    de

    que

    el

    antipoeta

    nunca

    pierde

    el

    control

    y

    la

    lucidez.

    La

    "escritura autom?tica"

    de

    la

    antipoes?a

    indica

    una

    distancia

    que

    niega

    tal escritura

    autom?tica.

    Lo

    que

    s?

    hay

    es una

    t?cnica

    que

    le

    permite

    al

    antipoeta

    expresar

    en

    una

    sintaxis

    de

    atropellada

    yuxtaposici?n

    de

    im?genes,

    las

    zonas

    secretas del hombre.

    All?

    se

    mezcla lo

    importante

    con

    lo

    trivial,

    lo

    absurdo

    y

    lo

    esencial,

    etc.

    Un

    ejemplo

    lo

    tenemos

    en

    "Sue?os":

    Sue?o

    con una

    mesa

    y

    una

    silla

    Sue?o

    que

    me

    doy

    vuelta

    en

    autom?vil

    Sue?o

    que estoy

    filmando

    una

    pel?cula

    Sue?o

    con

    una

    bomba

    de bencina

    Lo

    que

    parece

    trivial

    se

    va

    cargando

    de

    sentido

    en

    versos

    posteriores:

    Sue?o

    con

    una

    dama

    de

    bigotes

    Sue?o

    que

    voy

    bajando

    una

    escalera

    Sue?o

    que

    le

    doy

    cuerda

    a

    una

    victrola

    Sue?o

    que

    se

    me

    rompen

    los

    anteojos

    Sue?o

    que

    estoy

    haciendo

    un

    ata?d

    Versos

    donde

    se

    evidencia

    la

    presencia

    de

    lo fat?dico

    y

    de

    la

    muerte. La escritura

    autom?tica

    y

    los elementos

    on?ricos

    de

    este

    poema

    no

    logran

    ocultar

    el

    ejercicio

    de control

    del

    poeta,

    la lucidez

    detr?s

    de

    todo.

    Otro

    claro

    ejemplo

    de

    esta

    escritura

    autom?tica

    de

    la

    que

    se

    sirve

    Parra

    para

    sus

    prop?sitos

    de desnudamiento y desenmascaramiento, lo encontramos en "Versos sueltos":

    La

    tempestad

    si

    no

    es

    sublime

    aburre

    Estoy

    harto de

    dios

    y

    del

    demonio

    ?Cu?nto

    vale

    ese

    par

    de

    pantalones?

    El

    gal?n

    se

    libera

    de

    su

    novia

    Nada

    m?s

    antip?tico

    que

    el

    cielo

    Al

    orgullo

    lo

    pintan

    de

    pantuflas:

    Nunca

    discute

    el

    alma

    que

    se

    estima.

    Y

    la fucsia

    parece

    bailarina.

    Los

    pensamientos

    lanzados

    libremente

    parecen

    una

    serie

    de

    opiniones

    en

    las

    que

    predomina

    lo

    trivial

    o

    lo absurdo.

    Sin

    embargo,

    hay

    en versos

    posteriores

    la

    potenciaci?n

    de algunos elementos que se?alan el caos y lanada:

    Yo

    tambi?n

    soy

    un

    dios

    a

    mi

    manera

    Un

    creador

    que

    no

    produce

    nada:

    Yo

    me

    dedico

    a

    bostezar

    a

    full

    Y

    la

    fucsia

    parece

    bailarina.

    Versos

    donde

    las

    formas

    po?ticamente

    bellas,

    como

    es

    el

    caso

    del

    ?ltimo

    verso

    reiterado

    en

    el

    poema,

    resultan

    m?s

    absurdas

    todav?a.

    En

    "Se

    me

    peg?

    la

    lengua

    al

    paladar"

    hay

    una

    especie

    de embotamiento

    f?sico

    y

    mental

    que

    impide

    al

    hablante

    la

    coordinaci?n

    l?gico-sint?ctica

    del

    lenguaje:

    Tengo

    un

    dolor

    que

    no me

    deja

    hablar

    Puedo

    decir

    palabras

    aisladas:

    ?rbol, ?rabe, sombre, tinta china,

    Pero

    no

    puedo

    construir

    una

    frase.

    El estado

    de

    embriaguez

    permite

    al

    sujeto

    el

    afloramiento

    de

    im?genes

    y

    sentimientos

    reprimidos

    por

    la

    conciencia:

    Chasqui?Revista

    de

    literatura

    latinoamericana

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    10/12

    Ricardo

    Yamal

    33

    ?Qu?

    el

    alcohol

    me

    hace

    delirar?

    ?Lasoledad

    me

    hace delirar

    ?La

    injusticia

    me

    hace delirar

    ?El

    delirio

    me

    hace

    delirar

    Si bien

    la

    escritura autom?tica de

    Parra

    ha

    perdido

    la

    inocencia,

    puesto

    que

    es

    ejercida

    l?cidamente

    por

    el

    poeta,

    sin

    embargo

    ella le

    permite

    a

    Parra revelar

    el discurso esencial del

    hombre,

    donde

    se

    mezcla lo

    nimio

    y

    lo

    grandioso.

    Dentro

    de la

    antipoes?a hay

    formas

    que

    se

    reiteran: la

    locura,

    el

    delirio,

    los

    sue?os,

    la

    b?squeda

    del

    para?so

    perdido.

    La

    b?squeda

    del

    para?so

    perdido,

    esencial

    al

    movimiento

    surrealista,

    surge

    tambi?n

    en

    varios

    antipoemas.

    En

    "Sigmund

    Freud",

    por

    ejemplo,

    se

    hace

    menci?n de

    ello:

    Desde

    que

    fui

    lanzado

    Fuera del

    para?so

    terrenal

    All? se compara a la gente de Pek?n con la del

    para?so.

    El hablante se nos

    presenta

    as?

    como

    un

    desterrado del

    para?so;

    de all?

    su

    condici?n de

    condenado,

    arrojado.

    Este

    personaje,

    o

    serie

    de

    personajes,

    que

    blasfema

    contra

    todo,

    a

    pesar

    de

    ello

    es

    un

    peregrino

    en

    busca del

    lugar

    sagrado

    de la

    infancia. As?

    sucede

    con

    numerosos

    antipoemas,

    en

    los

    que

    se

    plasma

    un

    temple

    de ?nimo

    que rompe

    el

    tono

    sat?rico

    y

    se

    llena

    de

    nostalgia.

    Pi?nsese

    en

    el

    poema

    "Hay

    un

    d?a

    feliz". Esta

    b?squeda

    del

    lugar sagrado

    est? claramente

    expresada

    en

    otros

    poemas:

    Si

    preguntan

    por

    m?

    Pueden

    decir

    que

    me

    llevaron

    preso

    Digan

    que

    fui

    a

    Chillan

    A

    visitar

    la

    tumba de mi

    padre.

    ?A

    Chillan los

    boletos

    ?A

    recorrer

    los

    lugares sagrados

    ("Hombre

    al

    agua")

    Chillan

    es

    el

    lugar sagrado

    de la

    ni?ez,

    de

    la vida

    junto

    a

    los

    padres

    y

    hermanos. La

    peregrinaci?n

    a

    estos

    lugares

    sagrados

    es en

    bicicleta,

    modo

    nada

    convencional,

    pero

    ligado

    a

    la

    ni?ez.

    En

    "Fuentes de Soda"

    se

    lamenta

    la

    imposibilidad

    de

    tomar

    la

    direcci?n

    del

    para?so

    perdido:

    ?Qu?

    podemos

    hacer,

    ?rbol sin

    hojas

    fuera

    de

    dar

    la

    ?ltima

    mirada

    En direcci?n al para?so perdido

    La

    p?rdida

    del

    para?so

    impone

    al

    sujeto

    una

    fatigosa

    y

    frustrada

    b?squeda

    de

    ?l.

    A

    veces

    lo

    vislumbra

    e

    incluso

    se

    dirige

    en

    peregrinaci?n

    a

    los

    lugares

    sagrados

    de la

    infancia,

    como

    hemos visto.

    Pero las

    m?s

    de las

    veces

    lo

    que

    persiste

    es

    la

    condici?n del

    hombre

    desterrado

    del

    para?so:

    la

    locura,

    lo

    delictual,

    el

    mundo

    del

    aqu?

    y

    del

    ahora

    como

    infierno.

    Este

    ?ltimo

    caso

    lo

    tenemos

    en

    "Viaje

    al

    infierno",

    donde la

    descripci?n

    de

    paisajes

    a

    trav?s de

    im?genes

    surrealistas

    es

    la

    referencia

    a

    este

    mundo,

    y

    no a

    otro.

    Pero

    algunas

    im?genes

    sobrecogen:

    En

    el

    tercer

    c?rculo

    vi

    Una

    sola

    figura

    humana

    Que

    parec?a

    hermafrodita

    Esta figura sarmentosa

    Daba de

    comer a

    unos cuervos.

    Chasqui?Revista

    de

    literatura latinoamericana

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    11/12

    34 La

    Antipoes?a

    de

    Nicanor

    Parra

    En

    estos

    versos

    hay

    una

    figura t?picamente

    surrealista

    por

    lo

    sorprendente

    y

    on?rica.

    En

    versos

    posteriores

    se nos

    se?ala

    que

    ese

    espacio pavoroso

    no es

    muy

    diverso

    que

    el

    del

    aqu?

    y

    el

    ahora:

    Al

    otro

    d?a

    continu?

    mi

    viaje

    por

    unos

    cerros

    Y

    vi

    por

    primera

    vez

    Los

    esqueletos

    de

    los

    ?rboles

    Incendiados

    por

    los

    turistas.

    Los

    ?ndices

    de

    la locura

    y

    el

    espanto

    de

    este

    mundo

    se

    hacen

    inquietantes

    en

    los

    versos

    finales:

    En

    el

    c?rculo

    n?mero siete

    No vi absolutamente

    nada

    S?lo o? ruidos extra?os

    Escuch?

    unas

    risas

    espantosas

    Y

    unos

    suspiros

    profundos

    Que

    me

    perforaban

    el

    alma.

    El

    viaje

    por

    el

    infierno

    de

    nuestra

    realidad

    revela

    al hombre

    como

    un

    desterrado

    a

    un

    mundo

    donde

    la

    locura,

    el

    espanto

    y

    la nada

    estremecen

    el

    alma.

    Los estados

    de

    alucinaci?n

    y

    locura

    son constantes

    en

    el

    discurso

    antipo?tico.

    El

    pretendido

    "hombre del

    mont?n"

    manifiesta

    contradicciones

    inconfesables:

    Jadeantes

    y

    tremebundos

    chupemos

    estos

    labios

    que

    nos

    enloquecen;

    La suerte

    est?

    echada.

    ("Los vicios del mundo moderno")

    El

    hombre

    est?

    condenado;

    no

    le

    queda

    sino

    proseguir

    el

    ritmo

    agitado

    que

    lo

    sacude.

    En "Las

    Tablas"

    el

    espacio

    est?

    marcado

    por

    s?mbolos

    que

    surgen

    entre

    el

    enfrentamiento

    del

    texto

    y

    la tradici?n

    b?blica.

    Una

    mirada

    hastiada

    e

    ir?ncia

    del

    hablante

    hacia

    la

    divinidad

    y

    el

    Antiguo

    Testamento

    es

    la actitud

    fundamental.

    Pero

    las

    im?genes

    surrealistas

    de

    crueldad

    son

    tambi?n

    parte

    esencial

    del

    espacio

    del

    poema:

    Mi

    traje

    estaba

    empapado

    de

    sangre

    Y

    entre

    mis dedos

    se

    ve?an

    algunos

    cabellos

    ?los

    cabellos

    de mi

    pobre

    madre?

    En

    "La

    mujer"

    el

    paisaje

    se

    carga,

    sin

    embargo,

    de

    im?genes

    grotescas

    que

    se

    podri?

    clasificar de expresionistas.19 Incluso la visi?n de

    los

    seres

    humanos

    es

    entrevista

    como

    a

    trav?s

    de

    cristales

    deformantes:

    Pero

    ellas

    hac?an

    muecas

    Se

    reir?an

    seguramente

    El

    mundo

    como lo

    otro,

    ajeno

    y

    amenazante,

    es lo

    que

    emana

    de

    estas

    im?genes.

    Lo

    otro

    es

    percibido

    a

    trav?s

    de sonidos

    y

    muecas. El

    distanciamiento,

    la

    imposibilidad

    de

    acceso

    entre

    sujeto

    y

    objeto,

    configura

    un

    grado

    de

    visi?n

    que

    raya

    en

    lo

    macabro.

    El

    paisaje

    es un

    espacio

    yermo,

    destruido:

    Llegu?

    a

    un

    villorrio

    Pero

    las chozas

    hab?a

    sido

    quemadas

    S?lo

    quedaban

    los

    esqueletos.

    19

    V?ase

    la

    nota

    16

    de

    este

    cap?tulo.

    Chasqui?Revista

    de

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    12/12

    Ricardo

    Yamal

    35

    La visi?n

    de los

    propios

    familiares est? marcada

    por

    esta

    imposibilidad

    de

    acceso a

    lo

    otro:

    Yo lo ve?a todo

    a

    trav?s de

    un

    prisma

    En

    el fondo

    del cual

    las

    im?genes

    de

    mis

    t?as

    se

    entrelazaban

    como

    hilos

    vivientes

    Formando

    una

    especie

    de malla

    impenetrable

    Que

    her?a

    mi

    vista

    haci?ndola

    cada

    vez

    m?s ineficaz.

    ("El

    t?nel")

    El

    mundo

    como

    una

    malla

    que

    se

    le

    interpone

    y apresa.

    Los

    familiares

    como

    partes

    de

    esa

    malla,

    "hilos

    vivientes",

    que

    hiere

    y

    anula.

    La

    inaccesibilidad

    y

    el estado

    de

    extra?eza

    que

    someten

    al Yo

    le

    producen

    un

    sentimiento de

    persecuci?n,

    donde

    lo

    fantasmag?rico

    amenaza

    desde

    una

    realidad

    presentida

    ya

    en

    forma de

    figuras

    ("Sombras

    en

    la

    pared"),

    sonidos,

    o

    simplemente

    desde

    la ausencia:

    lee cada

    palabra

    que

    escribo

    por

    encima de

    mi

    hombro derecho

    y

    se

    r?e

    desvergonzadamente

    de

    mis

    problemas

    ("Alguien

    detr?s de

    m?")

    Algo

    similar

    sucede

    en

    "Nadie":

    No

    se

    puede

    dormir

    Alguien

    anda moviendo

    las cortinas.

    Me

    levanto.

    No

    hay

    nadie

    Las

    im?genes

    de

    ese

    alguien

    indefinido

    caracterizado

    por

    la

    ausencia

    muestra,

    al

    final

    del

    poema,

    la relaci?n del silencio

    como

    una

    indefinida

    presencia

    presentida:

    Ahora

    cesan

    todos los

    ruidos

    S?lo

    se

    oyen

    las olas del

    mar

    Como

    si

    fueran

    los

    pasos

    de

    alguien

    Que

    se acerca a

    nuestra

    choza desmantelada

    Y

    no

    termina

    nunca

    de

    llegar.

    As?,

    la

    antipoes?a

    es

    deudora

    del

    surrealismo,

    como

    bien

    lo

    ha

    definido

    Parra. El

    nos

    revela el

    otro

    lado de

    aquella poes?a

    "clara

    y

    conversacional".

    A

    trav?s

    de la

    t?cnica

    surrealista

    hay

    una

    proyecci?n

    de

    las

    zonas

    interiores

    del

    hombre:

    el

    mundo

    on?rico,

    la

    locura,

    la

    imaginaci?n,

    las

    zonas

    profundas

    del

    subconsciente.

    La liberaci?n

    de

    ese

    discurso m?s interior

    del

    hombre

    es

    lo

    que

    ha

    hecho

    Parra

    para

    su

    antipoes?a.

    Pero ?l lo ha

    mezclado,

    en

    una

    visi?n

    grotesca,

    con

    lo

    cotidiano

    y

    el clis?

    cultural.

    Como

    dijimos,

    hay

    una

    distancia,

    sin

    embargo,

    entre

    la

    antipoes?a

    y

    el

    surrealismo

    virginal:

    la

    actitud

    siempre

    consciente,

    siempre

    vigilante

    del

    poeta.

    A?n

    en

    los

    antipoemas

    m?s

    disparatados hay

    un

    centro

    l?cido

    significativo

    dentro de

    lamezcla de lo

    banal,

    lo

    c?mico

    y

    lo

    trascendente.

    Hay

    una

    potenciaci?n progresiva,

    ya

    de lo

    pat?tico

    o,

    bien,

    del absurdo

    y

    la nada.

    Parra

    sondea

    dentro del

    sujeto

    de

    los

    antipoemas,

    a

    trav?s de diversas

    m?scaras

    que

    va

    adoptando

    para

    explorar

    y

    jugar

    a ser una

    de

    ellas. Ese

    viaje

    a

    lom?s

    rec?ndito

    nos

    revela

    a trav?s del chiste

    y

    el absurdo una visi?n

    pat?tica

    del hombre

    contempor?neo,

    y por

    ello

    contraria

    a

    la

    esperanza

    propia

    del

    surrealismo,

    de

    cuyos

    procedimientos

    hace

    uso

    Parra

    con un

    fin

    paradojalmente

    opuesto.

    Chasqui?Revista

    efe

    literatura latinoamericana