La amabilidad

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En nuestra diócesis de Barahona, R.D. el tema del año es: Un pueblo en misión, abierto al diálogo, que fomenta la fraternidad en la sociedad” y el lema: “Dialogando en la verdad, renovaremos la sociedad” Con este fin, se trabaja cada mes un valor: apertura al diálogo, tolerancia, verdad, paz…En este mes de mayo, el lema es la AMABILIDAD. Sabemos que trabajar en los valores desde la más tierna infancia, hará una sociedad más justa y mejor. La amabilidad es uno de ellos que debemos fomentar y practicar porque facilita la convivencia familiar y social, distiende los ánimos caldeados del fragor de la discusión y mejora las relaciones humanas. (Gál 5,22yss) : “En cambio, lo que el espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Ser amables además de formar parte de la educación y cortesía, debe ser un hábito que brote espontáneamente en nuestro trato con los demás, pues así como yo deseo ser tratado, debo hacerlo con todos. La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego .(Prov.15). Vivimos en una sociedad cargada de tensiones en donde nos hace falta la cordura de un diálogo amable y respetuoso que favorezca el clima de entendimiento para poder llegar a acuerdos. Este mes conmemoramos el día del trabajador y con ello, celebramos los logros conseguidos a través de reivindicaciones y luchas a veces pacíficas y otras cargadas de tensiones que buscan la justicia y los derechos de todos a un trabajo digno y estable, sin olvidar que aún hay un largo camino que recorrer para conseguir dichos objetivos reclamando lo que en justicia nos corresponde. Un recuerdo entrañable y cariñoso a todas las madres generadoras de vida, abnegadas y entrañables que sostienen los hogares como columnas firmes en la transmisión de valores, con ese toque de sensibilidad, firmeza y dulzura tan necesarios en las familias, madres fuertes, generosas y sacrificadas que tanto como cabezas de hogar o esposas que comparten la educación de los hijos, hacen posible un mundo mejor y más humano. Que el Señor las siga bendiciendo y acompañando en su tarea de humanizar a través de la educación de sus hijos a nuestra sociedad tan necesitada de gestos de ternura, de miradas de amor y caricias que doblegan toda resistencia agresiva, de consejos sabios que se aprenden desde el regazo materno, de la mano tendida y la sonrisa abierta cuando el hijo-a se ha desviado de la senda trazada. ¡¡¡ DE CORAZÓN, GRACIAS MAMÁS!!! Mari Carmen Markuleta

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En nuestra diócesis de Barahona, R.D. el tema del año es: Un pueblo en misión, abierto al diálogo, que fomenta la fraternidad en la sociedad” y el lema: “Dialogando en la verdad, renovaremos la sociedad” Con este fin, se trabaja cada mes un valor: apertura al diálogo, tolerancia, verdad, paz…En este mes de mayo, el lema es la AMABILIDAD. Sabemos que trabajar en los valores desde la más tierna infancia, hará una sociedad más justa y mejor. La amabilidad es uno de ellos que debemos fomentar y practicar porque facilita la convivencia familiar y social, distiende los ánimos caldeados del fragor de la discusión y mejora las relaciones humanas. (Gál 5,22yss) : “En cambio, lo que el espíritu produce es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad bondad, fidelidad, humildad y dominio propio. Ser amables además de formar parte de la educación y cortesía, debe ser un hábito que brote espontáneamente en nuestro trato con los demás, pues así como yo deseo ser tratado, debo hacerlo con todos. La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego .(Prov.15). Vivimos en una sociedad cargada de tensiones en donde nos hace falta la cordura de un diálogo amable y respetuoso que favorezca el clima de entendimiento para poder llegar a acuerdos. Este mes conmemoramos el día del trabajador y con ello, celebramos los logros conseguidos a través de reivindicaciones y luchas a veces pacíficas y otras cargadas de tensiones que buscan la justicia y los derechos de todos a un trabajo digno y estable, sin olvidar que aún hay un largo camino que recorrer para conseguir dichos objetivos reclamando lo que en justicia nos corresponde. Un recuerdo entrañable y cariñoso a todas las madres generadoras de vida, abnegadas y entrañables que sostienen los hogares como columnas firmes en la transmisión de valores, con ese toque de sensibilidad, firmeza y dulzura tan necesarios en las familias, madres fuertes, generosas y sacrificadas que tanto como cabezas de hogar o esposas que comparten la educación de los hijos, hacen posible un mundo mejor y más humano. Que el Señor las siga bendiciendo y acompañando en su tarea de humanizar a través de la educación de sus hijos a nuestra sociedad tan necesitada de gestos de ternura, de miradas de amor y caricias que doblegan toda resistencia agresiva, de consejos sabios que se aprenden desde el regazo materno, de la mano tendida y la sonrisa abierta cuando el hijo-a se ha desviado de la senda trazada. ¡¡¡ DE CORAZÓN, GRACIAS MAMÁS!!! Mari Carmen Markuleta