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La alcazaba de Vascos

Ricardo Izquierdo Benito'Univen idad de Castilla - La Ma ncha

Como toda ciudad de fundación islámica, Vascoscuenta con una alcazaba que, como centro de poder,habría sido laresidencia de un gobemadoryde latrop aasumando,con el objetivofundamentalde ejerceruncontrol tanto sobre los habitantes de lapropia madinacomo sobre los del territorio cin ...undante , Se asientaen un pequeño cerro localizado en el extremo nor­oeste de laciudad,en una posición estratégica, domi­nando gran parte de ésta y de los alrededores. Por sulado norte es prácticamente inaccesible, pues se en­cuentra protegida por un profundo barrunto deabrupta caída al río Huso. Hacia e! interior de la ma­dinael desnivel es mucho menor. Es de señalarque, apesarde encontrarse en alto, no sobresale porencimade toda la superficie de la ciudad sino que, porlos acu­sados de sniveles de! terreno, hay zonas de ésta máselevadas todavía,como toda laparte sur.Pero, induda­blemente, apesarde este inconveniente estratégico,ellugar reunía lascondiciones topográficas idóneas parasituaren él laalcazaba,en especial porla defensa natu­ralque e! río leofrecía ' (fig. 1, p. 270).

Antes de iniciarselasexcavaciones,el conjunto ar­quitectónico se encontraba bastante degradadocomo consecuencia de! gradual proceso de destruc­ción que había sufrido con el paso de! tiempo. In­cluso, elacceso hacia laparte superiorresultaba com­plicado debido a las sucesivas acumulaciones depiedras producidas porlos derrumbes de los muros' .

La exploración arqueológica de la alcazaba se ini­ció en e! año 1995,cuando se empezó a limpiar y aexcavar en la ladera sur, como prolongación de laque se estaba llevando a cabo en la zona de la inme­diata vaguada. C o mo re sultado de esta primera in­tervención quedó recuperado el acceso original porla parte este que se encontraba completamente

* Las foto grafías son propiedad del autor.1 Para descripciones sobre Vascos, véansc nuestros trabajo s:

R. 1ZQU I E RDO BE N I TO, Váscos:la vida cotidiana en una ciudad

oculto. Posteriormente, entre los año s '996 y 1997se excavó la barbacana (donde se descubrió un ame zquita)y quedaron al descubierto e! acceso oesteyel barrio anejo a la alcazaba. Fina lmente, en el año'998 se inició la excavación de! recinto superior quese terminó en el año 1001 . Paralelamente, se ha lle­vado a cabo una intervención de consolidación detodas las estructuras exhumadas.

El trabajo cometido a lo largo de esos años, hapermitido recuperar los restos conservados de todoe! conjunto de la alcazaba , sacando a la luz muchaszonas que se encontraban completamente ocu ltaspor lo s derrumbes y la vegetación.Tras e! esfuerzorealizado, nos encontramos ante uno de los pocoscasos -sino el único- de alcazaba andalusÍ excavadaen su totalidad yque se nos presenta como un ejem­plo idóneo para po der conocer la organización es­pacial de uno de estos recintos. En algunos mo ­mentos, las tareas fueron muy duras de bido a la grancanti dad de piedras que buba que remover; se pu­diero n realizar gracias a que en ellas participaron, encada campaña, un grupo de personas contratadaspor vía de convenios firma dos entre e! INEM YlaJ unta de Comunidades de C astilla - La Mancha.

El conjunto arqu itectónico constitu ido por la al­cazaba de Vascos tiene una superficie aproximadade 0,32 ha, lo que supone un 4% de todo e! núcleourh ano amurallado ya quela madtna ocupa unas 8 ha.Está constituido porvarios recintos que parecen co­rresponder a diferentes momentos de laampliaciónde! primitivo reducto. Para su análisis espacia l, dife­renciaremos e! principal (el superior), de los que,por su ubicación, podemos considerar como exte­riores aunque to dos ellos, conjuntamente, formanel complejo forti ficado de la alcazaba (fig. 2,p. 270).

fronteriw¡e ID., La ciudadhispanomusulmana de VtlSCOf.

2 Un estudio sobre la alcazaba de Vascos ya ha sido publicad oanteriormente por]. de JUAN ARE S, « La alcazaba de Vascos».

,

Patrice CRE SSI ER (éd.), Lecbdteauerlaville. Espacesetréseaux,

C ollecrion de la Casa de Vel ézquez (108), Madrid, 2008, pp . 269-281.

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IU CARD O I ZQUIERDO BENI TO

FIG. I. - Vista de la alcazaba desde el interior de la ciudad (cliché del autor)

F IG. 2. - Plano de la alcazaba con todos los edificios excavados

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LA ALCA ZABA DE VASCOS

EL RE CI NTO PRINCIPAL

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Este recinto está ubicado en la parte más alta delcerro .T iene unaformaligeramente triangularadap­rada a las peculiaridades top ográficas de! mismo,con una acusadacaídasur-norte. Laparte más ancha-de unos 4 0 m- se encuen tra en e l lado oeste y elvértice está con stituido po run espolón rocoso en eleste. La distancia entre un punto y otro es de unos80 m, lo que significa que la supe rficie interior es ,aproximadame nte, de unos 2.000 m'.

Est á rodeado por una muralla cuyo trazado seconserva en su mayor parte, excepto en el espo lóneste donde ha desa parecido porcompleto: I'icne untotal de once torreones, todos el los localizados enlos tramos oeste y sur, Esta mu ralla presenta algu­nas diferenciasy peculiaridades constructivas segúnlos lienzos.Así, en su parte oeste y sur- la más visi­ble desde la ciudad y la única flanqueada por torre­ones- lacaraex teriores de sillares, mientras que lainteriores de mampos tería. Incluso, en algunos tra­mos la muralla está como forrando otra anterior,también de mampostería, cuya cronología es toda­vía difícil de precisar. En el recorrido norte, de

abrupta caída hacia e! río y por tanto de muy com­plicado acceso y mejor defendible, la fábrica es demampostería aunque, posiblem ente, en algunaspartes, pudo haber sido de tapial, hoy desaparecido,

El acceso a este recinto se hacía por una puertaflanq ueaday defendida pardos altos torreones, Estapuertade entrada se ahríaen laparte suryestaba re­matada por un arco de herradura -hoy derrum­bado-, del cual se co nservan los salmeres apoyadosen se ndos bloques ve rt icales, Su anchura (tambiénse co nservan las huellas de las qui cialeras de los ba­tientes) es de 1,74m.A nres de entra r pa rellaera pre­ciso salvar un desnivel mediante cinco escalones,toscamente construidos con bloques de piedra,desgastados por el uso (lig. J).

En el tramo surde la muralla, lasexcavaciones de­jaron al descubi erto un portillo de 1,10 m de ancho,que se encontraba completamente acuito por lassucesivas acumulaciones de tierraque se habían idodepositand o contra dicha muralla. La parte superiorhoy está derrumbada, pero podemos considerarque era adintelada --.11igual que todos los portillos

FIG. 3. - Puerta de entrada al recinto principal. En pri­mer plano, resros de la mezquita (cliché del autor)

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RICARDO IZQUIERDO B ENI T O

con servados en la muralla de la 111(1d¡1l~ por losgrandes bloques de granito que aparecieron caídos.Es de se ñalar que la base de su jamba derecha estáconstituida porun gnm bloque de roca aprovechadoin situ, ]0 que imp lica un estrechamiento de la en ­trada misma. Por su ubicación, este porti llo no ser­viría tanto para bajaral río que se encuentra en undesnivel muy acusado, y por tanto casi inaccesible,cuanto más bien parJ poder salir de la alcazaba e ncaso de tener que abandonarla precipitadamente,actuando así como una salida de «emerge ncia» .

Antes de la excavación en el interior del recintoprincipal, no se observaban superficialmente restosde con strucciones, cxcepto un aljibe cubierto conbóveda de cañón de sillarejo, localizado en el ángulosuroeste, que se utilizaríapara elalmacenamiento deagua de lluviay e!abastecimiento de los residentes delafortaleza.Se rratade unaconstrucción subterni neadesde elnivel del arrJnque de labóveda, de talmaneraque ex terio rm ente sólo ésta era visible. El agua delluviacafasobreel empedrado que lo rodea y des de elcual, pardos oquedades abiertas en cada lado, vertía alinterior del aljibe. Su bo ca se e nco ntraría posible-

mente en su ladu no rt e, huyen día completamentedestruido. Este aljibe tiene unas medidas de 7 m delargo por ),05 m de ancho y 2,6 0 m de altura hasta laclave de la bóveda. Su capacidad, considerada hasta laaltura de la embocadura que se encontraría en su ladonortc,u 1,7Sm del fondo, sería de unos 37m',

Una vez excavado todo este recinto, han salido ala luz los restos de diversas edificaciones, cuya fun­cionalidad es difícil podcrprecisarrodav ía.Se puedeseñalar que no corresponden al modelo tradicionalde casa con patio y dependencias alrededor, comoes lo corriente en el interiorde la madina', Se tratamás bien de pequeñas dependencias individualiza­das quc, al encontrarse en un espacio con funcioneseminentemente militares, cabe pensar que habríanpodido servir para albergara la tropa allí establecidaycomo lugares de almacenamiento de víveres yper­trecbos. Es posible que el pequeño complejo que selocaliza en la parte central, muy destruido pero conmayor se ntido de vivienda, pudiese haber corres­pondido a la del gobernador. El edificio alargadoadosado a la muralla en su tramo sur, por su forma,tal vez hubiese servido como caballerizas.

LOS RECINTOS EXTERIORES

B ARBACANA/ .'-'EZ<ZUITA

Frente al recinto pri ncip al, en su lado sury ante lapue ft;} de acceso, debi ó de ex istir originariamenteuna barbacana avanzada parJ su defensa. Se cons­truyó levantando dos altos muros esquinados de pie­dms de gran tamaño-abriendo se ndos desagüe s enel muro frontero-, y que se remataron en tapial demuy buena calidad, pues es el único conservado entoda la ciudad a pesarde haberpcrmanecido siemprea la intemperie (fig.4) .Se generó así un amplio espa­cio de plantaligeramente rectangular, entre lamura­lla sury es tos muros, que se niveló al ras de los des­agües y que, interi ormente, vino a co nstituir comoun patio de armas.Sus caracte rísticasarquitectónicasysu ubicación asílo hacíanprever.

Sin embargo, cuando se excavó toda esta zona, encuanto se quitaron las numerosas piedras de los de­rrumbes de la muralla del recinto superior de la al­cazaba que la colmaraban, en vez de encontrarnoscon el suelo de tal patio de armas descubrimos, sor­prendentemente, los restos de lo que resultaría se runa mezquita. Se mita de un edificio de planta lige­ramente trapezoidal, compuesto por tres depen­dencias: un zaguán, un patio paralas abluciones y lasala de oración. Tiene una longitud máxim a de20 ,SO m y su anchura aumenta desde los 7,10 m desu lado este hasta lo s 8,)5 m del lado oeste de la sala

3 Un estudio sobre las viviendas de V :lSCOS yahasido clabo­rado pornosotros: R. 1zQ..u I [ RDO B EN ITO , <La vivienda en laciudad hispanomusulmana de Vascos».

de oración , p~lra volvera es trecharse algo. Su super­ficie totales aprox imadamente de ISO m'. Porsus di­men siones, cabría incluso pensar que se podría tra­

tar de la mezquita aljama de la ciudad. Pero por suubicación en el recinto de laalcazaba, co nsideramosque es taría so lamente parael uso exclusivo de losocupantes de ésta (fig. 5).

El acceso a la misma se hacía por una puerta de1,70 m de vano que, ubicadaen su extremo noroeste,se abre al pasi llo en rampa que asciende hacia lapuerta de entrada al recinto principal de la alcazaba.Pasada la puerta de la mezquita, se accedía a una pe­queña pieza de planta trapezoidal, a modo de za­guán o de vestíbulo, que posiblemente serviría paraque los fiele s se descalzasen y deja sen en ella su cal­zado. Su lado más ancho (el norte) mide 5,10 m y elmás estrecho (el oeste) 1,4.5m.Dcsdccsrcvesnbulo,se podía acceder directamente a la sala de oraciónpor una puerta de T,.f.fm de ancho, que se encuentraa mano izquierda. Estc vano se podía cerrar con unapuerta de do s hojas, tal como se puede deducir porlas huellas de las qui cialcras que se han co nse rvado.

Antes de cnrrur en lasalade oración se pod ía ac­ceder a otro espacio por una puerta del mismoancho que la anterior, que también se podía ce rrary situada fre nte a la principal. Este recinto, que noe staba cubierto, debía de co rrespo nder al patio delas abluciones : pues, e n él se conserva al nivel del

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LA A LCAZABA D E VAS COS

FIG. 4. - Vista del muro de la barba cana rematado en tapia l (cliché del autor)

F a ; . .l. - La mezquita de la alcazaba una vez excavada(cliché del autor)

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274 RICAROO IZQUIERDO BEl"ITO

sudo parte ..le lu que parCLcn serios restos de dospiletascontiguashechas con calyquc, seguramente,habrían servido para realizar las abluciones rituales.Desaguaban al exterior por un canalillo que se abreen el muro oeste. Las aguas de lluvia que se reco ­gían en este espacio se evacuaban, desde el vano dela puerta, por un pequeño canalillo cubierto reali­zado co n ladrillos, que atravesaba el sue!u de! za­guán para desaguaren la rampade acceso al recintoprincipal. Desde este espacio descubierto se pod íapasar directamente a la sala de o ració n yaque es tabacom unicado, e n su lado este, con tres de sus naveslongitudinales.

La sala principal, o de oración, tiene 14,65 m delargo en el muro sur de tapial que funciona como'libIo, 7,10 m de ancho en su parte este y8,35 m en laoeste. Está constituida por cuatro naves lo ngitudi­nalesy otrastantas transversales, configurandodie­ciséis espacios interiores separados por columnasen la parte central-de las que se han conservado al­gunos fustes- y pilares adosados a los muros nortey sur (en éste, e n huecos abiertos en el muro de ta­pial de la supuesta barbacana). Estas columnas yestos pilares sostenían arcos de herradura fabrica­do s en ladrillo s de gran tamaño, que pre sentaban unfalso dovelaje pintado en blanco yro jo. El milprtib, deforma semicirculary unos 0,96 m de diámetro, seencuentra recorta do en el tapialdel muro sur y ori­ginariamcnrc habrfa presentado unadecoración in­terior de molduras de cal. Es de señalar que estemi!mtbno ocupa una posición central en la sala deoración, aunque si con respecto a la longitud totaldel muro de la 'libIasi se le añade el espac io ocupadoporel patio de las abluciones.Todo el interior de lamezquita debió de estar recubierto de un enlucidode cal y,en algunas zonas, tal vez los zócalo s, pudohaber presentado alb'11na decoración pintada enco lor ro jizo. El suelo tambi én era de cal.

En el m uro este se pueden observar losrestos deunapuertatapiada,de 1,5'5 m de vano. Posiblementecorrespondaa un primitivo acceso que se realizaríaoriginariamente por aquel lado,y que quedó cegadotras alguna reforma 0, quizá, cuando 1:.1 mezquita seco nvirtió en tem plo cristiano, pues éste ePA d iadocorrecto para ubicar un altar. Es de señalar quecuando se construyó este muro-dividiendo labar­bacana en dos espacios-e, en la base de su extremosur, se dejó una oquedad que conectaba con uno delos desagües de la anreriorbarbacana, que en toncesquedaba dentro de la mezquita, para asífacilitar la sa­lida del agua de lluvia que se co ncentraría en el es­pacio que quedaba a cielo abierto.

C uando se limpió el suelo de la mezquita se pudocompro bar que en algunaszonasestabacortado porlo que parecían ser fo sas que pod ían correspo ndera enterramient os , Una vez excavadas se pudo ase­gurar que, efectivamente, se trataba de rumbas. Selocalizaron un total de siete sepulturas que, por lascaracterísticas de las fosas y la colocación de los

cuerpos, podíanatribuirse a un ritual cristiano. Porconsiguiente, hubie ran pertenecido aun momentode ocupación cristiana de laciudad-o so lamente dela alcazaba- en el que la mezquita habría sido con­vertida en templo cristiano,y de ahí lapresencia deestas inhumaciones en su interior. Lo que no sepuede precisaresaqué momento cronológico pue­den corresponder; si a una fase inmediatamenteposrcriora laocupacióncristiana de laciudad o aunafaseyamucho más tardía. En cualquier caso, es evi­dente que el edificio se encontrabatodavíaen pie oqUl, al menos, se teníaconstanciade que se tratabade un recinto sagrado.

A CCESOS

Los trabajos de excavacióntambién permitierondejar al de scubierto los primitivos accesos a la alea­zaba, que asi han quedado recuperados. Los deno­minaremos como acceso este yacceso oeste por sulocalizaci ón.

aiAcceso este

El acceso por laparte este se desarro llaba a travésde una calle que asciende desde la vaguada que sefo rma al pie de la alcazaba, y tuerce hacia la derechapor un tramo en el que la roca ha sido tallada paraformar escalones desiguales. Este tramo quedabaobstaculizado por una puerta de ',ss m de anchoque, estando cerrada, impedía la entradaal interiorde un espacio irregular delimitado en su parte estepor un muro de mampostería recrecido de tapial,que arranca del torreón m ás oriental de la murallaprincipal de la alcazaba. Desde lo alto de este to­

rreón, aparte de otros pUlltos más lejanos, se con­trolabalapuertay esre espacio interior. Unavez ac­cedido al mismo, se proseguía el recorrido por unpasillo con des niveles -r-en parte tallado en la rocayen parte pro tegido por muretes de mamposteria­que, girando hacialaizquierda,discurreparalelo alamu ralla de la alcazaba desde la cual quedaba contro­lado (lig. 6). Desembocaba lue go en otra puerta (de',36 m de ancho) por la que se accedía al gran espa­cio que,enalgún moment o, pudo haberfuncio nadocomo una barbacanayen el que posteriormente seconstruyó la mezquitaque hemos descrito.

Como se puede comprobar, antesde poderentraren este recinto porsu ladoeste, era preciso atravesardos puertas. Adem ás, el que circulase porese pasilloestaba totalmente controlado desde laparte superiorde lamurallaysus torreones. Porranro, Cf"Junaccesomuy controlado y bien protegido para evitar la en­rruda violentade unhipotético enemigo quequisieseaccederal interior de la alcazaba poraque! sector. Noobsranrc, dadas sus características arquitectónicas ytopográficas, en condiciones de tranquila co ridianei­dad, se podría considerar que fuera un acceso secun­dario, tal vcz sólo utilizado por los habitantes de laciudad que necesitasen suhira laalcazaba.

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LA ALCAZABA DE VASCOS 275

FIG. 6. - Pasillo de acceso a la alcazaba por el lado este (cliché del amor)

FIG. 7. - V ista des de el imerior de la puerta de acceso a la barbacanapor el lado oeste (cliché del autor)

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RICARDO IZQ...U IERD O B ENITO

b)Aeeeso oesteÉste se podría co nside rar que e rael acceso prin­

cipal a la alcazaba el cual, se guramente, estaría co ­nectado a la madina por una calle a través de supuerta oeste. Por él accederían lo s residente s e naquéllay tendría un cierto carácter de entrada «o fi­cial». Se compone dedos partes bien difere nciadas:un ámbito cerrado y una rampa de acceso a laentradaal recinto principal. En primer lugar se encuentra unespacio del imitado por muros de mampostería,adosa do al muro oeste de la barbacana/mezquita. Esde planta ligeramente tria ngu lar y al mism o se en­traba por una puerta de 1,86 m de ancho, cuyas jam­bas están construidas con grandes bloques talladosde piedra. En el umbralde esta puerta la roca está re­bajada para facilitar la evacuación del agua de lluvia,debido a la acusada pendiente del te rreno.

Frente aesta puerta se encuentra otra (de 1,66 m deancho),en un nivel más altovabierta en elmuro oestede la barbacana, que presenta una construcción máscuidada. Sus jambas están consti ruidas también porbloques tallados superp ues tos, llegando a alcanzaruna altura conservada de más de dos metros. Lapartesuperior ha desaparecido aunque, según los re stosco nservados , parcce.habcrsido un arco de herradura.El um bral está formado por bloques de piedra, alisa­dos, en los que se conservan las huellas de las quicia­leras (lig. 7, p. 275). Es de señalar que, para llegar de laprimera puerta aés ta, en el interior del recinto, yde­bido a latopografía del terreno,era necesario realizarun quiebro a la derecha para luego torcer hacia la iz­quicrda, generando así un trayecto en doble codo .

I ~esde esta segunda pue rta arrancaba la rampaque co nducía hasta lo s escalon es de la entrada a lapart e superiorde la alcazaba.T iene una longitud deunos 16 ID Yuna anchura media de unos 2,40 m. Enalgunos tramos su suelo era la propia roca mientrasque e n otros era de rellenos de tierraparanivelarlosdesniveles de aquélla. Esta rampa quedaba encua­drada por la muralla del recinto principal de la alca­zaba -desde la cual estaba controlada- y por elmuro norte de la mezquita, 10 que le daríaun cierrocarácte r de pasillo. Desde ella, en su inicio, tambiénse accedía a la mezquita.

El primerrecinro servíade protección avanzadaalnúc leo principal de laalcazaba: era preciso tener quepasarporé! para, tras subir parla rampa , poder acce­der a aquél. Y,además, había que cru zar dos puertas:lade acce so desde el exterior)', unavez dentro, ypa­sado el doble codo, la de acceso a la rampa . Es decir,que los ob stáculos eran numerosos. Cabe se ñalarque este recinto, así como la rampa,estabancornplc-

tamcntc colmatados de piedras procedentes de lo sde rrumbes de la parte superior,y su limpieza yexca­vaci ón supusieron su total recuperación, así como lade las dos puert.1s señaladas que se encontra bancompletamente ocultas. De esta manera, el acceso ala alcazabapor esta zo na se puede realizar ahora enperfectas co ndiciones, utilizando las e ntradas o rigi­nales siguiendo el recorrido primitivo.

e)B0I7';Oanejo

Al oeste de la alcazaba se encuentra otrazo na, deplanta triangular, que muy po siblemente corres­ponda a un pequeño bar rio ane jo a la misma. En suparte norte está deli mitada por un muro de mam­postería escalonado, que arranca del ángulo exte­rior noroeste de la muralla del recinto principal yco nec ta con la muralla de la madtna, cerrando enesta parte el perímetro de la misma. En su lado oesteestá resguardada por otro muro, también de mam­pos tería, pero que no cierra con el anterior, que­dando una zona aparentemente sin proteger, aun­que la propia topografía del te rreno, de grandesbloques de granito, pod íae jerceresa función defen­siva. El ingreso a dicho barrio desde la madtna seharía a través de lo que parece co rrespo nder a unapuerta (de 1,4Sm de ancho) , ubicadaen la mitad de laparte oeste.

Cabe pen sar que debió de tener una conexión di­recta con la alcazaba por su parte sury a través del re­cinto de acceso oeste, si bien en la actualidadeste ex­tremo no se puede confirmar, pues en este puntoexis te un edificio que cierra el paso. Antes de su ex­cavación, esta zo na estaba completamente cubiertaparla s derrumbes del tramo oeste de la mu rallade laalcazaba, Unavez que se procedió a su limpiezaya suexcavación se pudo co mprobarque e n aquel recintose conse rvaban los resto s de algunos edificios que, aligual que los del recinto principal, no parecen co­rrespon der estrictamente aviviendas, pues no tienenlos con sabidos patios.Son simplemente habitacionesrectangulares, algunas exentasy otra s adosadas. Estaspeculiaridades, y la ubicaci ón de este espacio en rela­ción con la alcazaba no s llevan a con siderar que tuvoque formar parte del conjunto de la misma .

Muy po siblem ente se trate de un lugar utili zad ocomo alojamiento de los so ldados qu e, en un mo­mento de máxima necesidad defen siva, habrían sidoreclutado s - forzosa o voluntariamente-- y traídos ala ciud ad. Al no habe r podido tene r cabida en el re­cinto principal, habría sido nece sario levantar es tepequeño barrio que se protegió parcialmente conun a muralla. De esta manera el complejo de la alea­zaba quedó ampliado.

EVO LUC IÓN A RQU ITECTÓNICO-C RONO LÓG ICA

Lasexcavaciones realizadasen lo alto del cerro-yen laIadera- ocupado po r la alcazaba han proporcio­nado abundante material de la época del Bro nce, al-

gunos incluso insi/u,reveland o que pudo haber exis­tido un pobl ado, posiblemente fort ificado, fechadoen la Edad del Bro nce A ntiguo-Medio. Tambi én

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LA ALCAZA BA DE VASCOS

han aparecido algunos materiales de época ro mana(monedas, tégulas, etc.) así como de época visigoda(un tenante de altar, hroches de cinturón, ere).Todoparece ind icar, portanto, lacontinuación prolongadade un poblamiento en dicho lugar que tuvo que reu­nir unas condiciones especificas de habitabilidad.

Sin embargo, los restos arquitectó nicos visiblesque se han conservado e n el complejo arquitectó­nico que constituye la alcazaba de Vascos corres­ponden a la época islámica - tal vez, en algunoscasos , reutilizando vest igios anteriores-e, que sonlo s que vamos a ex po ne r. A la vista de los mismos,se puede observar el empleo de distintas técnicasconstructiva s que nos es tán indicando diferentesintervenciones, en mo mentos distintos y po r de­terminada s circunstancias. Es decir, que un análisisde las diferentes técnicas constructivas nos puedepermitir señalar la evolución arquitectónica y cro­nológica de cada una de las panes que han sido des ­critas' . Ello nos lleva a elaborar unos planteamien­tos de « arqueologíade laarqui tectura», siquie ra seade una maneraexclu sivamente descriptiva.

Cabe pensarque el actua l complejo de la alcazabapartiría de un núcleo inicial al que posteriormente,yen determinados momenrosys iruaciones, fuc ne­cesario añadir nuevos recinto s. D e lo que se tratabaera de quc, con las suces ivas ampliacion es, en cadacoyuntura política se pudiese garantizar e! desem­peño de las funciones a las que es taba destinada.

El primer recinto que se construiría sería e! quehemos denominado recinto principal, e! que se en­cuentra en la parte superiorde! cerro. Muy po sible­mente, ruando, en época omeya -tal vez durante elCalifato--, se decidió fundar una ciudad en e! lugar, loprimero que se elegiría -unavez asegurado el sumi­rustro de agua- sería e! emplazam iento e n e! queubicar la alcazaba. Este tenía que reunir algunas con­diciones: estar en alto -para dominar- , con algunode sus lados de difícil acceso - para protegerseme jor-,y que desde el trÚsmo lugar se pudi ese trazarel perímetro amurallado de la madina de tal maneraque la alcazaba que dase e n un ext remo de la misma.El sitio elegido fue el cerro donde se levantó, quereuníaperfectamente esas condiciones topográficas.Además, es muy probable que e n dicho ce rro yaex istiese un asentamiento anterior que se hubiesecons tituido en época emiral y que, además, po díaestar fortificado. En aquellas condiciones se trataba,por tanto, de aprovechar lo que ya existía para adap­tarlo a las nuevas circunstancias, es decir, pasarde unbiEn a laalcazaba de una futura ciudad.

1':0 sabemos si primero se levantó la alcazabapara, de sde ella, dir ib'Ír las obras de construcción dela muralla de la madina o si ambas se edificaro n almismo tiempo. En cualquiercaso, el primitivo bif11

.¡ Un minuci oso análisisde estos restos , diferenciando los dis­tintos tipos constructivos, entre los que llegan a distinguirseseis(sillares, sillarejo, sillar/sillarejo, mampostería, sillarcjo/mampos-

se reformó y su muralla, conservada al menos par­cialmente, se forró con sillares por su lado externo,quedando así oculta la obra original. Sin embargo, lacara interiorde la nueva muralla se levantó de mam­poste ría.Al emplear sillares en las fachadas exterio­res,y portanto más visibles, éstos, aparte de tratarsede un material más resistente, podían adquirir uncierto carácter simbó lico, en consonancia con lafuerza que e! poder omeya pretender ía manifestarco n aque lla cons tru cción. Con estos planteamien­tos técnico s e ideológicos se levant óel primer re­cinto - más pequeño que el que vem os en la actua­lidad-, que hemos denominado reci nto principal.Paraacceder al mismo, por una puerta con arco deherradura (tal vez otro elemento sim bó lico), fuenecesario construirdelante de la misma unos esca­lones para salvar un acusado desnivel del terreno,aunque puede que en los momentos iniciales el ac­ceso fuese en r3mpa.

Es factible que, para protegereste recinto y, sobretodo, su única puerta de en trada, se levantaron en­to nces en su lado sur dos altos muros haciend o es­quina al exterior-uno en dirección este-oeste y elotro con una orientación norte- sur-e, fuero n edifi­cados con bloques de granito que se remataron contapial, parte del cual se ha conservado. El espacio in­terior se rellenaríacon tierrahastanivelado alaalturade los desagües que se ahri eron en el muro sur indi­cándonos el nivel primitivo de! suelo. De esta ma­ne ra, se co nstituyó un antepecho o barbacana, conun espacio abierto a modo de patio de armas delantede la puena de la alcazaba. En e! muro oeste se cons-,truyó una puena -con acceso por una calle desde lamadina-« desde la que, por una rampa, se llegabahasta la entrada del recinto superior, dejando el ci­tado patio a mano derecha. Es posible que por en­tonces no se accediese a la alcazaba parla pane es te.

Cabe pensar que es te sencillo sistema defensivose debió de mantenera lo largo del siglo x y du rantelos prim eros años del siglo XI, mientras los omeyasse mantuvieron en el poder y la ciudad desempeñólas fun ciones a las que es taba destinada. ¿Cuales pu­dieron haber sido és tas' A falta de referencias docu­mentales,ycomo hipótesis de partida, consideramosque la fundació n deVascos pudo obedecera un tripleobjetivo. Uno de carácter estratégico, para eje rce r elco ntrol, aunque a distancia, sobre un vado de! Tajohacia e! que confluían caminos importantes, H aciaes te mismo paso se habrían de orientarlas incursio­nes cristianas una vez cruzada la no lejana sierra deGredos .Alo largo de siglo x estas tierras del T ajo ad­quirieron un progresivo carácter fronterizo, por loque el elemento militar tuvo cada vez más protago­nismo. De ahí la importa nciade laciudad y de su alca­zaba en la defensa de un territorio es tra tégico.

tena y tapial), ya ha sido rea lizado porJ. de J UA N ARES, «Laalcazaba de Vascos», pp. 3°9-3'"

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RICARDO IZQ..UI ERDO BEN ITO

Otro objetivo que pudo influiren la fundación deVascos sería de carácter político . En efecto, estazona del Tajo conoció una fuerte implantación be­réber y fue escenario de conflictos ya que muchosgrupos ber éberes no aceptaron de buen grado la au­toridadomeya, ycon muchafrecuencia se rebe laronfrente a ella'. Desde la ciudad, por tanto, se podíaco ntrolaryvigilara aque llapoblació n. Y,también enaquel contexto, équé duda cabe?, la alcazaba adqui­ría un protagoni smo evidente, pues desde ellase di­rigirían las ope raciones militare s opo rtunas.

y porúltimo,otro objetivo pud o habersido de ca­rdcrer econ ómico: elcontrol de una producción mi­nero-metal úrgica que estaríaconcentrada en Vascos.Es muy posible que -como además parcccn atesti­guarlo algunos hallazgos arqucológicos- allí se hu­biese trabajado el mineral procedente de las minascercanas y que hubiese dado origen al desarrollo deuna actividad metalúrgica de cierta entidad. El metalobtenido, especia lmente el hierro, se habría encau­zado hacia Córdo ba por las vías de comunicacióncercanas . Era evidente que a los omeyas les hubieseinteresado promo cionary co ntrolar aque lla produc­ción porser mu y necesaria,Ytal vez desde la alcazabaeracomo mejorse podíaconseguir.

Aunque nos movamos todav ía en el campo de laship ótesis, es indudable que para cubrir aquel su­puesto triple ob jetivo los omeyas necesitaban co n­tar con un enclave de cierta entidad y no con unasimple fortificación. Por ello fun darían la ciudad deVascos, dentro de la cual el recinto de la alcazaba ibaa adquirir un especial significado, pues los sucesivosgobernadores que en ella se establecieron tuvieronque atender a la consecución, en tre otros, de esosobjetivos fundamentales. Y es pos ihle que lo consi­guiesen, pues no parece que en el recinto de laalca­zaba se llevasen a cabo obras significativas duranteaquellaetapa.

Las cosas pudieron haber cambiado cuan do seprodujo la cr isis del pod er omeya en al-Andalus acomienzos del siglo Xl. Desconocemos la inciden­cia qu e la segunda flma pudo haber tenido en Vas­cos, aunque puede habersido significativa dado quese trataba de un enclave omeya y que pudo habersido escenario de algún conflicto con destruccionesviolentas, como así parecen co nfirmarlo los re sul­tados arqueológicos.

Cuando en al-Andalus se constituyeron las pri­meras taifas, Vascos, por su pos ición geográfica,pudo haber quedado encuadrada tanto en la taifade Badajoz como en la de Toledo. Sin embargo ,debió de quedar vincu lada a esta última como pa­recen de mostrar los hallazgos numismáticos que sehan producido precisamente en laalcazaba'. El go-

5 En las inmediaciones de Vasco s, junto afTa]o,se conservanlos re stos de una serie de fortalezas, tales como las de A lija,Espeje!yCastros,que pudieron haber sido levantadasp(lrgru­pos bcr ébcrcs (S. MAIl.Tí1'<EZ LIL LO, «Arq uitectura militar-de

bernador por cnronces establecido en e llaestaría alservicio del rey to ledano, ya no del poder omeyacordobés desaparecido. En aquella nueva situaciónVascos adquirió un doble carácter fronterizo, puestuvo que proteger su zona de influencia no sólo delas cada vez más insistentes incursiones cristianas,sino también de la vecina taifa de Badajoz con lacual la de Toledo no mantuvo muy buenas relacio­nes. Tal vez ya no era necesario dominar las tribusberéberes rebeldes aunque la producció n mine ro­metalúrgica se hubiera mantenido - des pués de su­perado un po sible colapso-e, orientadaen esos mo­mentos en beneficio del pod er taifa toledano,también necesitado de metales siquiera fuese pamfabricar armamento.

Superados los momentos conflictivos de la[una,cabe pensar que Vascos recuperarfa gradualmentesu población y que la ciudad siguiese desempe­ñando sus funciones. Auspiciada porel nuevo podertoledano, pudo haber experimentado un impor­tante crecimiento demográfico, pues todo el inte­rior de la madina parece que ahora está construidoyurban izado, incluso con edificios adosados a lamu­ralla,eliminando así un antiguo camino de ronda, in­te rior. Se necesitaría ge nte para mantener activa laciudad, así como, sobre tod o, para contribuir a sudefensa e n caso de necesidad.

Eraevidente que, cn aquel la nueva coyu ntura, elcarácter militar de Vascos quedaba reforzado. Ydonde ello parece haberse materializado de un aforma más evidente, no fue en la muralla de la ciu­dad sino, sobre todo, en la alcazaba, en la que sef(....calizaron una serie de obras con la finalidad tantode hacer reparaciones como de aumentar su espa­cio para poder acoger a contingentes militares másnumerosos. En las nuevas construcciones se em­plearon materiales y técnicas distintas a las ante­rio res (más pob res), que todavía resultan visibles.

Lo primero que se de bió de hacer- unavez efec­tuadas reparaciones en el tramo norte, el de bajadaal río- fue aumentarel es pacio interior del recintosuperior. Para ello se tiraría el tramo de mu ralla quelo cerraría por su lado este - del que, arqu eológica­mente, no se ha co nstatado ningún resto­y se prolongó laparte sur hasta el espolón orientaldel cerro. Pero ya no se co nstruyó con sillares en lacara exterior, sino que todo se levantó de mam­puesto. En diado norte también se alargó lamUI'J­lla, hacia el este donde se juntó con la anterior, ce­rrando así el nuevo recinto ampliado, aunque locierto es quc no se ganó una gran superficie. Lo quesí se hizo fue rodear toda la parte superiordel cerro.

Es posible que fuese entonces cuando se abr ió elacceso a la alcazaba por laparte este, creando el pe-

ámbito rural de la Marca Mcdia »).6 Tod,15las monedas musulmanas encontradas e n la alcazaba

son del siglo XI y la mayoría corresponden al reinado del reyto ledano al- .\1a'mCII1.

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LA A LCAZA BA D E VASCOS 279

queño recinto que qued aba controlado desde latorre que se cons truyó en el extremo orien tal. Elprimer tramo de subida desde la calle de la vaguadaquedaba asimismo cont rolado por otra torre que selevantó -segurame nte con esa finalidad- sobre lamurallade época omeya. En la parte alta de este ac­ceso fue necesario tallarl a roca para crear un pasilloque desembocase, tras franquear una puerta quetambién se constr uyó en aquel momento, en el es­pacio de la barbacana.

A medida que avanzó el siglo X l y que lapresióncristiana por esta zo na se hizo cada vez más insis­tente, sobre todo durante el reinado de Alfonso VI,cabe pensar que el número de la tropo musulmanaestablecida en laalcazabairíaen aumento. Es proba­ble que en esta época Vascos hub iese adquirido uncierto sentido de rtb á], en el que se concentraríansoldadosvoluntarios dispuestos aladefensa del lugary del territorio frente o los otaques cristianos' . Sitodos no podían tenercabida en el recint o principal,quizá fue cuando se levantó el pequeño barrio anejode la parte oeste donde poder establecerlos. Elnuevo recinto, ubicado en una zona abrup ta, serodeó parcialmente por uno muralla también cons­truida en mampostería.

Así pue s" cabe suponer que por ento nces y enaquellas circunstancias, ante la pre sencia de solda­dos imbuidos de un celo religioso-militar intenso,se pudo haberlevantado la mezquita en labarbacana-perdiendo asíestoúltimosu función defensivoori­ginaria- pora atende r las necesidades de culto deaquellapoblación militaren aumento.Se necesitabaun edificio amplio, para acogeren los momentos delaoración colectivaa todo el numeroso personales­tablecido o la sazón en el complejo de laalcazaba,

Tal vez tambi én se pudo hober construido el pe­queño recinto que se adosó a la puerta que cerrabael acceso oes te, generando de esta manera un nuevo

obstáculo antes de poder llegar al recinto principalsuperior; hab ía que franquear uno puerta más, loque suponía que era necesario pasar por tres puer­tas para entrar en él. De esto manera, a lo largo delsiglo X I, se modificó la organ ización espacial de laprimitiva alcazaba de Vascos con una serie de aña­didosyremodelaciones que cons tiruyeron el nuevocomplejo arquitectónico que hoy, todavía,aunquealgo degradado, podemos conte mplar tras su recu­peración arqueológica.

No obstante, o pesar de toda la inrencionalidadque entonces se puso en práctica para constituir uncomplejo militar con garant ías de defensayde resis­te ncia, éstas no debieron de resultar muy eficaces,pues la alcazaba y, por tanto, Vascos cayeron -aun­que no sepamos cuando- en manos deAlfonso V I.Así lo demuestran las monedas que se han encon­trado en laalcazabay que los soldados castellano-le­oneses, que estuvie ron en el lugar,habrían perdido.Evidentemente, cuando Vascos posó bajo podercristiano -no sabemos si fue porconquista o porca­pirulación-, lo primero que se ocupó fue laalcazaba(de la que se expulsaría a sus antiguos ocupantes),pues era el autént ico cent ro de poder desde el queverdaderamente se podíadominar. Es posible que laciudad empezam con su pro ceso de despobla­mien to al ser abandonada, gradualme nte, por sushabitantes. Desconocem os cuanto tiempo duró esapresen cia cristiana, aunque debi óde ser efímera yaque no se han enco ntrado monedas castellanas delsiglo X 11. Ca bría pensar que Vascos pudiese habervuel to a manos mu sulmanas bajo los almorávides

I- su paso poresra zona fue frecuente en sus campa-ñas de ataque aTalavera-, que también se habríanestab lecido en la alcazaba. Pero de ello no tenemosconstancia arqueológica. De hecho, si su presenciafue corta y no muy num erosa, tampoco tenían por­que haberdejado huella materi al significativa.

CONS IDERAC IO NES FI NALES

En el mundo islámico no se puede concebir laexistencia de una ciudad sin la presencia de su co­rre spon diente alcazaba, marcando, en ocasiones yacusadamente,el paisaje urbano de aqué lla' . Es decirque laalcazaba se convierte en el elemento que dasentido y categoría de tal a toda ciudad, por lo quenunca puede faltar. En al-Andalus, el poder estata lse manifestó en el ámbito urbano a trav és de las al­cazabas de las ciudades, lo mismo que a nivel ru ral

7 B. P AVÓ N .\ t A I .D O N A D O , Tratadodearquiteaura hispano­musulmdn; L 11 , p. lB, así lo ha señalado : «C reo quc efectiva­mente por su posición fronteriza y configuraci ón de la cercatorreada responde bie n :11 tipo de ribar-campumen ro, uno delos más anti guo s de al-Andalus, sin duda del siglo x, silenciadoen cronistas anteriores a la seg unda mi rad de esa cent uria». Sinembargo, las excavaciones nos han proporcionado un materia l

lo hizo a través de las numerosas fortifi cacion es queen este ámbito se construyeron . Y todo, con la fi­nalidad de controlar a una población pam que re­conociese el poderestablecido y, en el contexto deuna sociedad tributaria, pagase los impuestos porél exigidos.

Cadoalcazabaeradistinta, tanto en extensión comoen configuración espacial interna y en complejidadarquitectón ica. Por consiguiente, la tipología era

que nos indica la existencia de un háb itat estable, y no exclusi­vamente militar, pues está cons tarada la presencia de mujeres yniños, así como de actividades indu srriales que darían al lugarun cierro carácter urban o, como además atestigua la presenciade la alcazaba.

a Paradaros sobre las alcazabas de al-Andalus, véase la obra deCh. 1\ I AZZO t l - G U I NT A RD, CiJldadesdeo/-Ando/us,pp. 137- 176.

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muy variada, pues, aunque obedeciesen a unamisma concepció n, el tener que adaptarse a la to­pografía de un terren o hacía que no se pudi ese re­pro ducir exactamente un modelo preestablecido'.

Las funciones de las alcazabas eran muy diver­sas!", Aparre de ser la sede del poder, con todo elaparato simhólico y propagandístico que se podíamanifestaren laarquitectura, teman unafunción mi­litar, dado que normalmente en ellas residía la tropaen la que el gobernante se apoyaba para hace r reco­nocer, por la fuerza llegado el caso, la autoridad a laque representaba. Las alcazahas podían desempeñarademás una función administrativa, especialmentecomo centros de captación fiscal, máxime en unasociedad tributaria como fue la andalusí. En ellaserapos ihle almacenar temp oralmente los tributos re­caudados, tanto en dinero como en especie, por10que era necesario co ntarco n las dependencias co­rres pondientes.Todo supo ne, portanto, que su sig­nificado y su utilidad fuesen grandes ,y de ahíla con­veniencia de su protección mediante una muralla-convirtiéndolas así en fortal ezas-e, pues puedeconsiderarse que mientras se controlase laalcazaba,se podía dominar la ciudad - y su territorio- y, porconsiguien te, mantener el poder.

Como ya señalé Manue1 Aci én, hay do s cues­tiones fundamentales a tener en cuenta a la ho rade estudiar una fortificación: la de su fun ción y lade su utilidad, es decir, para qu é se levantó y si ver­daderamente cumplió co n la finalidad originaria ala que estaba des tinada11. En cuanto a la alcazabade Vascos, ya hemos subrayado anteriormente lasposibles motivaciones que pudieron haber llevadoal poder omeya a levantar una ciudad en el lugar y,por ende, su correspondiente e indispensable al­cazaba que, en cualquier caso, habría sido el puntode partida.

Podrían haber concurrido tres factores en la fun­dación de este asentamien to: estratégico, políticoy económico. Serían los que hubieran dado su au­téntico sentido a la existencia de Vascos. Pero, detodas maneras, era desde la alcazaba donde se pro­curaría que se cumpliesen. Para desempeñar estatriple función es por lo que se levantó, conformea un modelo de arqui tectura militar, y se organizóinteriormente adaptándose a la topografía del te­rreno. En este caso, parece que para los omeyascordobeses ex istían motivos para construir una ma­dtna y su correspondiente alcazaba. Ahora bienéésta cumplió los objetivos para los que esta badestinada?

9 En el estudio tipológico de las alcazabasde las ciudades deal-Andalusrealizadopor Ch.Mxzzor.r-GurNTA RI>, Ciudadesdeal-Andalns; p. 171, laalcazabade Vascos se incluiría enel tipo S(e f- lébiraesemi temporal o solamente de reservas I alejamientode la mezquita aljama I ausencia de albacar I emplazamientoperiférico I ausencia de búsqueda sistemática de unasituaciónde altura en relación al poblamiento»). También añade: «enVascos porejemplo, se havisto queel espaciointramuros com-

Aunque este extremo no lo podamos averiguaraciencia cierta, es posible que sí, pues al menos Vas­cos siguió exis tiendo hasta que cayó en podercris­tiano. Paralos omeyas cumpliría los objetivos, e in­cluso parece que en tonces no fue necesario hacerreformas en la alcazaba, al menos de envergadura.Con el poder taifa es evidente que tuvo que adap­tarse a las nuevas circunstancias, en especial a me­dida que fue transcurriendo el siglo x 1 y haciéndosemás efectiva la presión cristiana . De ahí las amp lia­ciones que fue preciso llevara cabo para conseguircada uno de los nuevos objetivos coyunturales quese presentaban yque desconocemos. Entonces, unade las finalidades fundamentales -tanto de laciudadcomo de la alcazaba- sería la de resistir a la presióncristiana cada vez más insistente. Ello explicaría lapresencia de mayores contingentes de tropas quefue necesario acomodaren la alcazaba, con la crea­ción de un barrio anejo y la construcción de unamezquita. En cualquier caso, el ohjetivo de resistirno se consiguió, pues laalcazaba fue tomadaportro­pas cristianas durante el reinado de Alfonso V l .

A partir de entonces puede considerarse que laalcazaba perdió su auté ntico sentido. Podía seguirsiendo un recinto militarpara sus nuevos ocupantes,así como un centro de poder, pero Vascos, política­mente,ya no era una ciudad andalusí. H abíapasado aintegrarse en otra sociedad, la castellano-leo nesa,de caracte rísticas feudales, en la qu e las ciudades te­nían otro significado y en las que las alcazabas no te­nían especial sentido, puesya no esta ban destinadasa desempeñarlas funciones que estaban en el origende su exis tencia. I,

Por razones que desconocemos, Vascos no fueob jeto de una repo blación cristiana. Los motivosque habían contribuido a su fundación y que le ha­bían dado razón de ser, ya no eran lo s mismos parael nuevo poder.Al encontrarse en una zona de vidadifícil, resultaría poco atractiva para que nuevos re­pob ladores se estableciesen en ella, sustituyendo alos anteriores que la habían abandonado. El enclaveperdió interés y por ello quedó totalmente yermo,no sabemos si tras algún intento fallido de repo­blación . Tal vez, en algún momento, pudo habercontado con una efímera presencia humana, talcomo parece haber ocurrido en la propia alcazabadon de se ha podido deducir por algunos hallazgosarqueológicos, especialmente los enterramientosme ncionados anteriormente. Pero, en cualquiercaso, el lugar quedó definitivamente abandonado y,al pcnnanecer al margen de las vías de co munica-

prendeunazonamáselevada queaquelladonde laalcazaba estácolocada. Elinterés de laalcazaba parece finalmente residir enuna posiciónde controlde 10 que pasaen el exteriory no en elinterior de la ciudad»(ibid, p. 172).

10 A este respecto véase nuestro estudio: R. lZQ..U1 ERDOBENITO, «Lasalcazabasen al-An dalus».

11 ¡\1.AC1ÉN ALMANSA, « La fortificación en al-And alus»,P· 19·

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LA A LCAZA BA D E VASCOS

ci6n más ce rcanas, sus restos, entre lo s que desta­can los de su alcazaba, han podido llegar, en gra nparte toda vía en pie, hasta nues tros días. Eso es loque ha posibilitado que la alcazaba se haya podido

recuperar en su totalidad, excavando todos los es­pacios que la configuraban, y que podamos tenerante nosotro s uno de los pocos ejemplos de alca­zaba andalus í co mpleta.

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