LA · PDF filede kilómetros del centro del sistema so lar. La segunda...
Transcript of LA · PDF filede kilómetros del centro del sistema so lar. La segunda...
![Page 1: LA · PDF filede kilómetros del centro del sistema so lar. La segunda ocurrió en 1930, ... existe en la tierra; ... sible la abundancia de vida veg.etal en ese planeta](https://reader033.fdocuments.ec/reader033/viewer/2022051719/5a7375047f8b9ab1538e88ae/html5/thumbnails/1.jpg)
LA BÚSQUEDA DE VIDAINTELIGENTE EN OTROS
UNIVERSIDAD DE MEXICO
tuado respecto de la religión, del derecho ete., el señor Proudhon intenta hacerl~ respecto de la economía política." 11
Si aplicáramos este método a las categorías tle la economía política, concluye;\Iarx, lo que obtendríamos es la lógica\' la metafísica de la economía, pero noía riencia de la economía. El paralelismoentre los métodos de Hegel, para quien"totlo lo que ha sucedido y sucede es, nim;ís ni menos, lo que sucede en su propio razonamiento", y de Proudhon, paraquien "no hay historia según el ordentle los tiempos, sino sucesión de las ideasen el entendimiento", es perfectamenteclaro.
Para Marx, las categorías económicasson la expresión teórica, la abstraccióntle las relaciones sociales de producción.Proudhon, en cambio, no ve en esas relaciones sociales otra cosa que la encarnación de principios, de categorías lógicas. Su método lo ha llevado a hipostasial' esas categorías y a tomarlas por verdaderos entes reales. Proudhon "ha comprendido que los hombres fabrican elpaila, la tela, las sedas, dentro de determinadas relaciones de producción. Perono ha comprendido que estas relacionessociales determinadas son producto delos hombres, exactamente como lo sonla tela, el lino, etc.". Y tampoco ha entendido que "los mismos hombres queestablecen relaciones sociales conformea su productividad material, producentambién los principios, las ideas, las categorías, conforme a sus relaciones sociales. Por consiguiente, dichas categorías son tan poco eternas como las relaciones que expresan. Ellas son productoshistóricos, transitorios".12 Y más aún:"Los economistas tienen una manera singular de proceder. Para ellos no existensino dos clases de instituciones ... Lasinstituciones del feudalismo son instituciones artificiales, las de la burguesíainstituciones naturales." Es precisamentepor esa razón que para los economistasburgueses "hubo historia, pero ahora noexiste más". 13
En estas observaciones críticas deMarx, sobre lo que debe ser el métodopropio de la economía, y en general delas Ciencias Sociales -método que Marxno desarrollaría y aplicaría en todo sualcance sino hasta El Capital-, queda demanifiesto, una vez más, la improcedencia científica y la esterilidad cognoscitivade la especulación, de la dialéctica especulativa, debido a sus puntos de partida apriol"i, a sus peticiones de principio, y en fin, a su incapacidad para descubrir y analizar las determinacionesconcretas de la realidad. Una de lasgrandes enseñanzas de Marx, en materiade metodología, consiste en afirmar quesólo hay una manera de aproximarnosefectivamente a la historia real -a lahistoria que se verifica "en orden altiempo"-: el conocimiento de los hechos por vía experimental, científica; elanálisis riguroso de los "componentes"de la realidad, en donde las hipóstasissean sustituidas por las hipótesis y losapriori por las prevenciones experimentales.
NOTAS
l El manuscrito de Marx (K,-itik des Hegelsehen Staatsreehts) , fue publicado por primera"ez en 1927, en el primer volumen de la edicióncrítica del Instituto Marx-Engels de Moscú. Endicho escrito incompleto, Marx emprende lacrítica, parágrafo por parágrafo (del 261 al:11:1). de la Filosof;" del Dererho <le Heg-el:
llI,ís exactamente, de ,aquella parte de la obrade Hegel que trata de la Constitución internadel Estado. La conocida Contribución a la crítiel/ de la filosofia del derecho de Hegel (Zu,Kritik de,- Hegelsehen Reehtsphilosophie) , destinada a servir de introducción a la critica general de la teoría del Estado y del Derecho deHegel, fue publicada en los "Anales francoalemanes" (1-11, Paris. febrero de 1844).
2 Nos hemos servido de la edición italiana(Critica della filosofia Hegelill1/1l del Di,-il.tllPubblieo. Ed. Rinascita. 1950, Roma) y de lafrancesa (Critique de la Philosopllie de [,Elat,de Hegel. A_ Costes, 1948, Paris). En el texto.nos concretaremos a sella lar el número del parágrafo comentado por Marx.
3 "La observación empírica debe, en cadacaso particular, empíricamente y sin ningunamistificación o especulación, mostrar la conexiónentre la estructura social y política con la producción. La estructura social y el Estado surgencontinuamente del proceso vital de individuosdeterminados, pero de los individuos, no comoellos puedan aparecer a su propia representación o en la de los otros, sino tal como ellosson "ealmente; es decir, como actúan, producenmaterialmente, tal como son activos dentro de
PLANETASPor .lohn LEAR
"LA ASTRONOMíA ha pasado por. tres grandes revoluciones du-
rante los últimos cuatrocientosaños. La primera fue la revolución deCopérnico, que cambió la posición dela tierra, colocándola a ISO millone:1de kilómetros del centro del sistema solar. La segunda ocurrió en 1930, cuando por' los trabajos de R. J. Trumpleren el Observatorio Lick, nos dimoscuenta de que el sistema solar no est<Íen el centro de la Vía Láctea, sino auna distancia de 30,000 años luz, en lInaespiral relativamente opaca. La terceraestá ocuriendo ya, y queramos o no, tenemos que tomar parte de ella. Quedaexpresa en la siguiente pregunta: "¿Estamos solos en el universo?"
"Por intuición, todos pensamos que lahumanidacl es algo único, algo que sóloexiste en la tierra; y que todos los fe-
23
limites, presupuestos y condiciones materialesdeterminadas independientemente de su voluntad." (K. Marx. Idéologie AI/emll/ule, A. Costes, 1953. Paris, pp. 155-156.)
4 !\Ilcolao Merker. Vlla disClIssiolle SIII/adialettica. en "Societ""', NQ 5, oclttbre, J956.
!; K. Marx, op. cil., p. 157.(i K. Marx. Prólogo de 1873 a la ~" edición
de El Capilal.7 "Mi af;ín científico me llevó a eliminar
de la filosofía todo lo que usurpa ese nombrey a demostrar la adecuación de la filosofía conaquellos principios fundamelllales que el Estado necesita. y en primer t","mino con aquellosque bajo el gobierno de S. M. el Rey y bajola direccióu de Su Alteza. han conservado, otenido la suerte de conservar el Estado prusianoal que llIe honro en pertenecer." (Carta de Hegel al ministro Hardemherg sobre la Filosofíadel De,-ecllO.)
R K. Marx. Mishe de la j,I,illl.HJj,llic. 1\. Cos-tes. 19!}O. Paris, p. 125.
!l Op. cil., pp. 120-121.10 Op. cil.. , pp. 121-122.11 01'. cit., pp. 122-123-121.I~ 01}. eil., pp. 127-128.13 01}. cit., p. 14:1.
nómenos del universo lo son para nuestm placer y beneficio. Pero el gran número de astros que deben tener planetasen sus órbitas, los muchos biólogos quehan llegado a la conclusión de que lavida es una propiedad inherente a algunos tipos de moléculas mezcladas, oagregados de moléculas, la semejanzaentre los elementos químicos que se presentan en todo el universo, la luz y elcalor emitidos por astros de tipo solar,y la existencia de agua no sólo en laTierra sino en Marte y Venus, nos obligan a examinar nuestro pensamiento."
"En toda la historia de la ciencia, elhombre ha sido capaz de diferenciar cla·ramente las leyes que cleterminan laspropiedades de la materia muerta y lasque implica el reconocimiento de inteligencia. Desde luego, hace ya tiempoque se han reconocido los efectos indirectos de organismos vivos sobre materias muertas. Sabemos que la abundancia de oxígeno en el aire es biogenésica,como también lo es la composición dela mayor parte de la superficie sólidade la tierra. Y hacemos conjeturas encuanto a que la escasez de oxígeno en
![Page 2: LA · PDF filede kilómetros del centro del sistema so lar. La segunda ocurrió en 1930, ... existe en la tierra; ... sible la abundancia de vida veg.etal en ese planeta](https://reader033.fdocuments.ec/reader033/viewer/2022051719/5a7375047f8b9ab1538e88ae/html5/thumbnails/2.jpg)
la atmósfera de Marte haga hoy imposible la abundancia de vida veg.etal enese planeta. Pero creo que, aunque vagamente, estamos empezan?o a darnoscuenta de que nosotros mIsmos ya somos capaces de provocar a voluntad varios fenómenos, como fuentes poderosasde ondas de radio, o explosiones atómicas deslumbrantes, que pueden ser observados desde planetas lejanos, fueradel sistema solar. En consecuencia tenemos que incorporar a 1/.ucstms teorías, los efectos probables de la voluntadindependiente de afros organismos vi,·ientes.
"No hablo necesariamente de seresinteligentes, semejantes al hombre, quehabiten otros mundos. Entre los efectosde la voluntad independiente, podríanincluirse también los fenómenos crecientes de acciones como la migraciónde animales, el vuelo periódico de lasaves, la aparición y desaparición de especies. Al manifestar su preferencia porciertos ambientes, muchas especies modifican el medio ambiente que las rodea. Los efectos de tales cambios producidos por la vida terrestre son fácilmente comprensibles para nosotros, pero hoy no podrían ser observados desdeuna distancia considerable de muchosaños luz. Es mi opinión, sin embargo,que esto se dice por lógica solamente,ignorando en parte lo que puede y loque no puede observarse en la galaxia."
Lo anterior fue dicho por el doctorOtto SO-uve, director del nuevo Observatorio Tacional de Radioastronomíade Green Bank, '''Test Virginia, en unade las series de conferencias de KarlTaylor Compton que se dictaron en elInstituto Tecnológico de Massachussets,en noviembre de 1959. Emi tió sus frases con tanta calma, hizo unos ademanes tan reposados, y el ambiente mismorespiró tanta tranquilidad, que el mensaje se antojó obvio, casi un lugar común. Apenas los sabihondos que estaban presentes se dieron vaga cuenta delo que el doctor So-uve sugirió. Se contaron con los dedos aquellos que poseíanlos conocimientos suficientes para comprender que el doctor estaba luchandopor no llegar demasiado lejos y quedarse sin decir lo que muchos astrónomos han acabado por creer: que otrosseres dotados de inteligencia compartenel cosmos con nosotros, que hay muchasprobabilidades de que algunos sean culturalmente superiores a nosotros, y quesi no la han confirmado en definitiva,al menos tienen sospechas de nuestraexistencia. El doctor Struve tuvo queordenar sus palabras con extremo cuidado para no dejar fuera de su discurso dos (al menos) posibles respuestas a la cuestión más discutida por losastrónomos contemporáneos: ¿se preocupan por nosotros nuestros remotosvecinos lo suficiente como para sufrirla molestia de comunicarse con la tierra, o están convencidos de que no valdría la pena dirigirnos la palabra?
La pregunta es muy fuerte para losque ni se fijan en las estrellas por estarpensando en qué programa de televisión van a ver después de cenar. Y eldoctor Struve, que ha sido astrónomodesde que nació, se daba muy bien cuenta de los riesgos que implica el ponersemejantes problemas al alcance de lasmultitudes. A los que fueron a interrúgarla después, sabiamente les regaló"muestras" de su sabiduría, cargadas
con el mll1ImO de datos que un curiosocualquiera es capaz de comprender.
En un ejemplo extremoso del principio de su debate, habló de la probabilidad de que el hombre cometiese latorpeza de aniquilarse a sí mismo mediante algunos de los recursos que están bajo su dominio. La yerba enterraría sus jardines, los bosques se tragarían las mismas carreteras que él ha trazado para cruzar los valles y pasar montarlas. Las fuentes y cauces de agua sobre al superficie terrestre cambiarían.Todo esto afectaría sin duda la absorción de la luz solar por la Tierra.
Llegando después a un extremo opuesto de la vicia, el doctor Struve se refirióa la hipótesis de que todo el planktonmicroscópico de los océanos desapareciera. El color verde de las plantas marinas se convertiría en azul, u otro color, y la luz que caería sobre el aguaestéril lógicamente podría servir de sefíal a un observador distante que hubiese permanecido en guardia duranteun período suficiente para establecercomparaciones significativas.
El astrónomo se abstuvo de incurriren afirmaciones rotundas_ No hubo ninguna declaración oficial de que un observador colocado a distancia estuvieraen guardia, solamente se señaló lo quepodría verse en el caso de que el observador estuviese allí.
"Es cierto que en la actualidad" dijoel doctor Struve en el texto de las conferencias de Compton, "las potentes ondas de radio-radiación producidas poraparatos fabricados por el hombre, hanalterado las propiedades físicas de laTierra, y esas modificaciones podríanregistrarse desde una distancia de lOa20 años luz. Un megawatt de energíaradiada en un cono regularmente estrecho, produciría una seI1al lo bastantepoderosa para ser registrada sin necesidad de receptores."
Al ser interrogado posteriormente, eldoctor Struve señaló que un observadorcolocado a distancia con el grado requerido de inteligencia y los suficientes conocimientos técnicos, estaría enterado deque la Tierra emite hoy ondas de radiación que hace 50 años no emitía.Dijo que también era concebible quelas explosiones atómicas provocadas enla atmósfera terrestre pudieran ser localizadas desde lejos mediante la observación de las fluctuaciones que se operan en el cinturón de radiación VanAlIen.
Pero aun así no declaró que los observadores estuviesen en guardia.
"Debemos distinguir la probabilidadde que otros astros que no sean el solt~ngan familias de planetas en sus órb~tas, . de !a probabilidad de que hayanda IIltehgente en cualquiera de estoslugares distantes", advirtió en el textooficial de su conferencia. Casi todos losastrónomos están ele acuerdo en que esprobable que muchos billones de astros~n ~a Vía Láctea tengan planetas en susorbItas, pero sólo una escasa docena deesos astros se encuentran a menos eleveinte aI10s luz lejos de nosotros. La probabilidad de que en unos cuantos eleestos planetas haya alguna forma de vidae~ ~onsiderable también. Pero la probabilidad ele que en cualquiera de elloshaya vida inteligente, es hoy más quepequeiia. La probabilidad de que (aunq.ue hoy haya vida inteligente fuera delSistema sobr a menos de veinte años luz
UNIVERSIDAD DE MEXICO
de distancia) por ahora nos lleguen seiíales artificiales de radio, es cada vel.menor. Pero no llega a ser nula, y COIllO
han declarado recientemente en Nal/ll"cel profesor Morrison y Giuseppe Cocconi(de la Universidad de Cornell) debeintentarse el registro de dichas seriales".
Con frecuencia, platicando en los 1(:rrenos de su universidad, en Itaca, r\.Y., la pareja de atrevidos caballeros sehabía puesto a filosofar con sus colegassobre lo que implicaría la vida en lugares que no fueran la tierra. Pero eso noera nada extraordinario. Innumerablescientíficos de otras escuelas se han enfrascado en pláticas semejantes duranteaños. Lo que distinguía a los profesoresMorrison y Cocconi era que habían llevado su filosofía al terreno práctico, aplidndola específicamente a las teorías físicas. Además, habían escrito sus teoríashasta el último detalle y las habían enviado al periódico inglés que de al1liguatradición es por excelencia el canal dela comunicación científica. Los editores de Natu¡-c se .habían impresionadocon este eficaz periódico lo suficientepara publicar las especulaciones de losprofesores, en septiembre de 1959.
"A falta de una teoría de la cual sepudiera clerivar "una estimación dignade crédito sobre las probabilidades de1) formación de planetas;; 2) origende vida; 3) evolución de sociedadescon recursos científicos aventajados", lossabios de la Universidad de Cornell sequedaron en su propio medio ambienteterrestre y encontraron que el mismo"sugiere que astros de la secuencia principal con antigüedad de muchos billones de aí'íos pueden tener planetas ensus órbitas; que de un pequeño conjunto de tales planetas dos (la Tierray muy probablemente Marte) están habitados; que la vida en un planeta deestos abarca una sociedad capaz, desdehace poco tiempo, de llevar a cabo investigaciones científicas de importancia". Aunque todavía sabemos pocoacerca de estas sociedades para calcularsu antigüedad, Morrison y Cocconi consideraron que sería "dudoso negar queentre tales sociedades algunas pudieranmantenerse a sí mismas durante períodos muy largos en relación con la historia humana, y comparables quizá conla vida geológica".
"En consecuencia" declararon -en unpasaje que quizá algún día tenga la misma importancia (o mayor) que la cartadirigida a Natll1-e en la que Otto Hahny Lise Meitner anunciaron el principiode la Era Atómica- que "cerca de cierto astro muy parecido al Sol, hay civilizaciones con intereses científicos y conrecursos técnicos considerablemente superiores a los que están a nuestra disposición."
"Los seres de una sociedad de esa especie" agregaba el periódico de Cornelldeben ver nuestro Sol como un terrenopropicio para la evolución de una nuevasociedad. Es muy probable que durantemucho tiempo hayan estado esperandoel desarrollo de la ciencia en las proximidades del Sol. Supondremos que hacemucho tiempo que establecieron un canal de comunicación que algún día llegaremos a conocer, y que pacientementeobservan las seI1ales de respuesta queprovienen del Sol, las cuales les haríansaber que una nueva sociedad ha ingresado a la comunidad de la inteligencia."
![Page 3: LA · PDF filede kilómetros del centro del sistema so lar. La segunda ocurrió en 1930, ... existe en la tierra; ... sible la abundancia de vida veg.etal en ese planeta](https://reader033.fdocuments.ec/reader033/viewer/2022051719/5a7375047f8b9ab1538e88ae/html5/thumbnails/3.jpg)
UNIVERSIDAD DE MEXICO
Declarada su importallle suposidón.los dos exploradores ell teoría se lall'laron al terreno práctico. Si otros seresestaban tratando de Ilegal' a nosotrosmediante un ranal "¿qué ciase de rallalsería?"
"Por lo que sabemos" sólo las ondaselectro-magnéticas podrían llevar mensajes dirigidos a través del extenso marde electricidad en que flota la Tierra.Puesto que nuestros curiosos vecinos esperan "encontrar una sociedad de reciente evolución" seguramente se valdr;Ín de un canal "que no sorprendademasiado nuestra ingenuidad." Adem;ís, se dan perfecta cuenta de los malos ratos que una atmósfera como lanuestra les puede hacer pasar, y no loshacen a un lado en sus esfuerzos porllegar a nosotros. En consecuencia, handescartado todas las frecuencias inferiores a un megaciclo y superiores a lostreinta mil.
La transmisión de mensajes en elspertrum entre los 10,000 Y los 30,000megaciclos requiere una fuerza enorme() técnicas muy complejas, y nuestros"ecinos pueden o no aventajamos tanto.Asimismo parece mucho m¡ís razonableesperar los mensajes en una frecuenciaaproximada de 1-10,000 megaciclos.
Si, dentro de esa banda tuviéramosque escoger una onda con las mayoresprobabilidades de alcanzar su destinol' de llamar la atención, )cuál sería?Cualquier astn?nomo terrestre diría"1,420 megaciclos, naturalmente". Esaes la línea de radiotransmisión típicadel hidrógeno neutro. Nuestros vecinosse imaginarían que hasta los novatos enradioastronomÍa andan buscando hidrógeno, que es el elemento m;ís abundanteen el espacio.
Dejemos el canal. ¿Cuál sería el mensaje.
La seíial que esperan Morrison y Cocconi es una vibración "ni muy n'lpidani muy lenta en comparación con unsegundo". Ellos opinan que "su duración puede medirse en alios, puesto quede cualquier manera, ninguna respuestapuede regresar antes de diez años. Entonces se repetirá desde el principio.Posiblemente se divida en distintos tipos de señales alternadas en el cursodel tiempo. Para identificarla indiscutiblemente como una señal provocada,ésta puede dividirse, por ejemplo, enuna secuencia de pequeños númerosprimos de vibraciones, o en sumas aritméticas simples".
Sea cual fuere el planeta que nuestros\'ecinos habiten (suponen los profesoresde ComeIl que los han descrito contanto detalle) está marcado por guíasde navegación aérea en la misma formaque el continente americano est¡í marcado por señales luminosas que sirvende ¡?;uía a los aviones. "¿Hay alguienahí arriba?", se están llevando a cabo"transmisiones dirigidas a todos los astros vecinos de tipo solar". El mantenimiento de, digamos, cien rayos diferemes de la especie que hemos descri tono parece una carga imposible sobre loshombros de una sociedad m,ís aventa·jada que la nuestra. Al localizar una seíjal, hasta nosotros podríamos lanzar rayos de alerta. Por tanto podemos abrigarla esperanza de ver un rayo lanzado endirección a nosotros desde cualquier astro que fuera capaz de emitirlo y queesl.é a unas cuantas decenas de allOS luz.
EntolKes ¿en qué dirección debemosempezar a buscar a los vecinos que es-
25
\lIISI'R.\.'i 1\\lrl)I.\(:I()i'\I·:S .'i()I .. \RI'.'i
!lIlIlnliol'iolll'S dI' Ir, (11111.1' 111::'
La Via LtÍctca
Los lugares ccrcanos con mayores probabilidades de estar habitados por \'ecinos imcligentes en planetas de otros astros est;ín señalados por estrellas de diezpicos en el dibujo de arriba: Tau Cel.i (izq.) )' Epsiloll Eridani (del'.) virtualmente las gemelas m;ís próximas al sol, a IIna distancia de 11 aijos luz (11 X6,000,000,000,000 millas), Puesto que el radiotcleswpio (R5 pies) del NRAO enGreen llank normalmente puede "oír" hasta <'Icho)' medio aijos luz nada m;ís,los indicios de vida en las proximidades de Tau ceti y Epsilon Eridani sólo ser;ín localizados si la capacidad de los instrumentos utilizados por habitantes deesas estrellas es mayor que la de los nuestros. Las probabilidades estadísticasson reelucidas, pero hoy exisle la posibilidad; de cualquier manera, los astrónomos confían en que la vida existe en muchos lugares, y ell alRullo tendd queempezar la búsqueda. Un receptor de diselio especial, con IIn costo de Dls. S,OOOsolamente (un tragadécimos de la astronomía) o!Jsen'ad en una fracci()Jl de segundo, alternad;nl1ente, las seiíales de una estrella determinada, e inlllediatamente después el espacio que hay tras ella. Cual<luicr diferencia 110lable en el espacio puede revela r a nucsl.ros veci nos.
Las 56 estrellas que se conocen den tro de una dista nci a de Iti ;lIios luz est;í nincluídas en el dibujo de arriba, adaptado de una fotografía del modelo preparado por la seíjorita Sarah Lec Lippincott, del Obsenatorio Sproul, cuyosmiembros se han especializado durante ;lIjos en el estudio de las estrellas m;íscercanas. Sólo tres de las 5(j -Sirius, Procyn- sou llI;ís luminosa" que el sol. :!Oest<Ín du pI icadas. (j tri plicadas: ;¡ I son en apariencia m;¡sas senci Ilas con su puestas compaiiías invisibles (planetas posiblemente). Después de Tau Celi y EpsilollEridani, las estrellas de seis puntas son muy parecidas al sol: Cygni (;1 (al'rib;1del sol, a la izquierda) Alpha Centauri (abajo del sol, izq.) Epsilon Indi (mu)'abajo del sol, izq.) y Omicron-2 Eridani (debajo del sol, extrema derccha).El dibujo bidimensioJla I deforma la rea Iiclad trid illlcnsiona 1. .\1 ph;¡ Ccn 1ami, porejemplo, ('s' el v('cino m;ís cercano al sol.
![Page 4: LA · PDF filede kilómetros del centro del sistema so lar. La segunda ocurrió en 1930, ... existe en la tierra; ... sible la abundancia de vida veg.etal en ese planeta](https://reader033.fdocuments.ec/reader033/viewer/2022051719/5a7375047f8b9ab1538e88ae/html5/thumbnails/4.jpg)
Po.r Jesús BAL Y GAY
M U S J e AAL
2(,
, '•.le '.',111<> 1·>,· ('ll'¡,¡'J'aIlHJ:<.' latall ell espel'<I. L L"
palabra? ."El primer esf~e~~o",. propus!eron
NIorrison y Coccom, debiera dedicarseal examen de las estrellas más proxlluasy eh condiciones favorables". Entre l~s
que se' encuentran dentr? de. una distancia de 15 años luz, siete tienen lu·minosidad y antigüedad semejant~ .alos de nuestro Sol ... y son: Tau Ceu;Omicron-2 Eridani; Epsilon Incli; AlphaCentauri; Ophiuchi 70 y Cyp;ni ()1.
Mucho al1les de que Nal/lf(? publi.('a~e este histórico informe, Y;I se habíanllevado acabo en el Observatorio Sprouldel Swarthmore College de Pennsylva·nya los trabajos necesarios p~ra hacerque estas palabras fueran ~.cceslbles a losignorantes. Sw~rthmore Coll~ge es unhijo de la SOCIedad de Amigos,. y l?sAmigos siempre han tomado en senoa sus mujeres. Una de ellas, la do<;toraSusan J. Cunningham (ya fallecl{la)fundó el observatorio que desde entonces ha sido suplido por el del institu~oSproul, que es m,ls grande. Desde el dlaen que empezó a funcionar. en 1~1.2,. eltelescopio ele Sproul ha SIdo dl.ngldoprincipalmente .a las estrellas mas cercanas, y en particular a las estrella~ queestán a menos de 1() años luz de ~:hstancia. Hasta hoy, el número cono~Hlo deesas luminarias es 56. De ellas solo tr~s-Sirius, Altair y Procyn- son más lum~nosas,rque el Sol. Veintidós están duplicadaS": s,eis triplicadas, y quedan 31 cuerpos senCillos aparentemente,. los. cualeshan.-liido observados por casI todos ~osastn!)'~omos, en espera de sefíales que m·diq~lcn la existencia de planetas. ,
En la sala de conferencias de Sproulhay un modelo hecho ~n .plásti~o, delos H¡ años luz de espaCIO mme(hato anos(Jtros, modelo diseñ¡ilo y construídopor la sc?orita Lee. Lippincott, una d~las iríVesugadoras. En este modelo, caIgolas estr,ellas ele unas hebras delgadas denylon para ilustrar cómo las vería unobservador colocado en la constelació?Pegaso, que estuviera mir~',1do en cJ¡·rección al Sol. La constelaclOn, duranteel invierno, está hacia el sur, y parecemás un inmenso cuadrilátero, que uncaballo con alas. Según las ilustracionesde Sproul, Ophiuchi 70 está a más de 16años luz del Sol, y por eso no apareceen el modelo de la señorita Lippincott.Pero las otras seis estrellas de tipo solar(mencionadas por Morrison y Cocconi)
sí.Por su parte, Frank B. Dr~ke, miem
bro del g-rupo del Observatono del doctor Struve, estaba esperando que apare·riera en Nature el estudio de Morrisony Cocconi.
Al doctor Drake también le fascinadesde hace muchos años la idea de quehaya inteligencia en otros lug?res.Constantemen te, se enlrascaba en caleulos sobre las posibilidades ma temá~icasde comunicación. Los resultados siempre fueron negativos por la misma r~zón
siempre: los instrumentos de que (lispo·nemas todavía no pueden encontrar na·da que confirme las sospechas. Pero elaño pasado hubo notables avances en loque se refiere a esos aparatos. Y en marzo de 1959 repi tió las ecuaciones. PorI'in ¡la respuesta fue positiva!
Sin tomar en cuenta los mejores aparaLOs disponibles, era seguro que podríausar el r<tdiotcIescopio de Green Bank(R5 pies) para localizar señales lanza
das desde cualquier ('slrella a RI¡ afíos
luz JI:: distallcia, tIUC es dus vcces tidistancia a que se encuentra Alpha Centauri, nuestra vecina más próxima.
El doctor Drake dio a conocer sufórmula en la última edición de Sky andTelescape, un periódico para aficionados a la astronomía, que acaba de salira la venta. "Cuando nuestra antena receptora sea un reflector parabólico" explicó "la distancia en años luz en laque pueden ser localizados transmisoresde potencia, es aproximadamente igualal di<ímetro -en pies- de la antena, dividido por diez".
El aleance del telescopio de 85 pieses, así, de 8.6 afíos luz. El receptor de600 pies que está construyendo la Marina de los Estados Unidos recogerámensajes emitidos a 60 años luz de distancia. El recipiente de 1,000 pies queestá proyectando Cornell para las montañas de Puetro Rico, al norte de Ponce,"oirán" hasta 100 allos luz, distanciadentro de la que hay "10,000 astrosaproximadamente" .
o JEÁDA
H AY CO:HPOSlTORES a los que nadieregatea el dictado de grandes. Ocupan el círculo más elevado del Par
naso musical y todo parece indicar queen él permanecerán por los siglos de lossiglos. Pero hay otros a los que se clasifica como segundones -si no por unanimidad, cuando menos por una respetablemayoría de votos-, y que, si se examinacon detenimiento su obra, acaban por parecernos injustamente postergados, víctimas de comparaciones no sólo odiosas--como dicen que 10 son todas- sinotambién' absurdas, puesto que equivalena comparar un huevo a una castaña.
Cada época y cada nación musical, peroaún más, cada compositor tiene sus afanes, sus problemas, su concepto de la música, su mundo, en fin, que le hacen diferir radicalmente de sus colegas. De ahíque resulten sobremanera peligrosas lascomparaciones por las que se aspira aestablecer cuál de dos compositores dadoses el más grande. El que a uno le faltelo que el otro tiene de sobra no significanecesariamente que el primero sea menoscapaz y, por tanto, inferior al segundo:puede que signi fique tan sólo -y asíocurre en la mayoría de los casos- queaquél renunció voluntariamente a modosde expresión que no convienen a su propio, personalísimo, irrenunciable pensamiento.
Mozart carece elel musculoso contrapunto de Bach; Beethoven, de la graciamelódica y el equilibrio formal de Mozart: ¿vamos por eso a afirmar que neethoven sea inferior a Mozart v Mozartinferior a Bach? No, lo (lue ;ucede es,sencillamente, que Mozart no es nach, uiBeethoven es Mozart -perogrullada queno hemos de perder de vista en esteasunto-, y que, por no serlo, a ningunode los tres podríamos proclamarlo prim¡,¡,s¡utcr pares, ya que si cada uno de elloscarece de alguna cualidad que brilla enel que le precede. tamhién puede enorgullecerse (le alguna que a aquél le falta y
LJNIVERSIJ)AD DE i\H:XIC()
"Es llIU y difícil Gllcular cu;illtas deesas estrellas pueden mantener civilizaciones inteligentes tan aventajadas comola nuestra", escribió el doctor. Y en seguida dio una extraordinaria di,;cdación de por qué se cree que haya vidafuera de la Tierra.
"Durante muchos años se pensó quela formaci6n del sistema solar era hconsecuencia de una colisión accidelll;t1de dos astros, o de alp;ún suceso extr;n-IOsemejante. .. Recientemente, sin embargo, ha quedado en claro que la formación de un segundo cuerpo o cueropos es parte esencial de la formaciúnde un astro. Si los cuerpos secundariosa los que 'pueda aferrarse' mediante unazona magnética (en el caso del Sol estos cuerpos parece que son los planetasmayores: Júpiter y Saturno) el astro Riraría a una rapidez que acabaría pordestruirlo. De acuerdo con recientes estudios teóricos, parece probable que almenos unos cuantos de esos astros esténrodeados de planetas."
PARNASO
que constituYé su personal contribucióna la evolución ele la música. De no serasí, esa evolución equivaldría a una irremediable decadencia.
Se suele creer que la grandeza del compositor se manifiesta por lo que llamamosun gran aliento. Pero esa idea, justa enprincipio, se presta, en su aplicación, agrandes errores, porque se tiende a confundir ese gran aliento con la hinchazón,lo verdaderamente grande con 10 que nopasa de gigantesco. El gran aliento puedeocultarse bajo apariencias muy modestas.En una obra breve descubriremos quizáuna fuerza de que carecen, aunque la finjan, otras que a primera vista resultanimponentes. La unidad, la perfección formal, la pureza y derechura de expresiónno se logran sin una gran fuerza, sin ungran ardor -acordémonos de cómo seforman los diamantes- y cuando aquellascualidades brillan en· una página parapiano, podemos estar seguros de que éstaentraña un aliento tan grande como el quesuponemos necesario para animar una sin~
fonía o una ópera.A la par de lo aparatoso y muy ex
tenso, suele tomarse lo violento como revelación de grandeza. Pero no olvidemosque un carácter violento no equivale necesariamente a lo que llamamos un grancarácter. Los rasgos de violencia que surgen esporádicamente en el comportamiento del tímido no significan grandeza alguna de carácter; constituyen, por el contrario, un rasgo típico de la timidez. Encambio, la calma inalterable, la discreciónconstante no son propias de ningún espíritu apocado, sino fruto de una ásperalucha de la inteligencia y el corazón con~
tra los impulsos primarios del alma. Elgrito, el apóstrofe y el ademán violentoocultan casi siempre alguna gran fallainterior. Beethoven cuando habla a gritosno es más grancle que cuando sueña omedita.
Pero, a pesar de todas esas razones-que me parec<'1l ohvi;ls-, muchas per-