l. CRITICA DE LIBROS -...

3
r ,-- ... '~J"I 263 .. l. CRITICADE LIBROS PROPIEDAD AGRARIA EN ANDALUCIA (*) Un libro más sobre Andalucía y con cerca de 800 páginas (*) no resultará atractivo para el lector apresurado que prefiera seguir repitiendo tópica; sobre el latifundio andaluz. Resultará sin embargo imprescind1blepara aquel que desconfia de análisis lineales sobre la evolución de la propiedad agraria y quiera comprobar qué ocurre con el minifundio o latifundio a lo largo de varios siglos;será también útil para respaldar las tesis que desde hace unos años han cuestionado el inmovi- lismo de la estructura agraria mediante el estudio de los cambios en la produo:ión o de las estrategias de la burguesía andaluza; es de agradecer, por último, que no estén ausentes algunas reflexiones teóricas, no exentas de polémica, sobre la dinámica de la propiedad en un marco más general del desarrollo del capitalismo. Por encima de cualquier discrepancia, sí quiero dejar claro que después de la lectura de este libro, con su abundante y elaboTada información, los árboles sí dejan ver el bosque, y ello porque desde el principio se plantean varios interrogantes que a lo largo de la obra son contestados sistemáticamente. 1 El libro que comentamosllevacomo subtítulo (*) Rafael Mata Olmo: Pequeña y gran propiedad agraria en la depresión del GuadoJquil'ir.Ministerio de Agricultura, Madrid, 1987, 2 tomoo, 334+447 páginas. - Agricultura y Sociedad n.O48 (Julio-Septiembre 1988). . >1 «Aportación al estudio de la génesis y desarrollo de una estructura de propiedad agraria desigual» y, en efecto, pequeña y gran propiedad son analizadas a lo largo de varios cortes cronológica; para examinar el carácter selectivoen las iniciativas de apropiación de la tierra, los cambios de titularidad producidos y las relaciones de depen- dencia entre ambos tipos de propiedad. Después de un capítulo sobre las implicaciones del medio flSico donde se demuestra que su diversidad interna favoreció la génesis y maduración de dos estructuras de propiedad, el resto de la obra se centra en cuatro períodos que se inician con la repoblación medieval, el estudio de los pequeños y grandes propietarios en la madurez del Antiguo Régimen (2.8mitad del siglo xvm), el proceso de revolución hberal y, por último, el cambio de la agricultura tradicional a la <<agriculturacapitalista modenta>,. Por lo que se refiere a la gran propiedad una cosa queda bien clara en cada uno de estos periodos, y es que el origen de la oligarquía rural no se sustenta en la expropiación de los pequeños propietarios o en la usurpación de sus patrimonios. De cumplirse los <<afanesacumuladores» de los terratenientes mal se explicaría la pervivencia y reforzamiento del minifundio de propiedad. Ya en el primer periodo se estudia la formación del latifundio nobiliario destacando el procedimiento de la compraventa mientras que por otra parte se constata la creación de un cuantioso minifundio en la Campiña de Jaén por la actitud repobladora y colonizadora de la Orden de Calatrava que da lugar a cesiones perpetuas y acceso a la plena

Transcript of l. CRITICA DE LIBROS -...

Page 1: l. CRITICA DE LIBROS - gredos.usal.esgredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/121282/1/DEHE_MataOlmoR.pdf · lismo de la estructura agraria mediante el estudio de los cambios en la produo:ión

r ,-- ... '~J"I263

..

l. CRITICADE LIBROS

PROPIEDAD AGRARIA ENANDALUCIA (*)

Un libro más sobre Andalucía y con cerca de800 páginas (*) no resultará atractivo para ellector apresurado que prefiera seguir repitiendotópica; sobre el latifundio andaluz. Resultará sinembargo imprescind1blepara aquel que desconfiade análisis lineales sobre la evolución de lapropiedad agraria y quiera comprobar qué ocurrecon el minifundio o latifundio a lo largo de variossiglos;será también útil para respaldar las tesis quedesde hace unos años han cuestionado el inmovi-lismo de la estructura agraria mediante el estudiode los cambios en la produo:ión o de las estrategiasde la burguesía andaluza; es de agradecer, porúltimo, que no estén ausentes algunas reflexionesteóricas, no exentas de polémica, sobre la dinámicade la propiedad en un marco más general deldesarrollo del capitalismo. Por encima de cualquierdiscrepancia, sí quiero dejar claro que después dela lectura de este libro, con su abundante yelaboTada información, los árboles sí dejan ver elbosque, y ello porque desde el principio seplantean varios interrogantes que a lo largo de laobra son contestados sistemáticamente.

1

El libro que comentamosllevacomo subtítulo

(*) Rafael Mata Olmo: Pequeña y gran propiedadagraria en la depresión del GuadoJquil'ir.Ministerio deAgricultura, Madrid, 1987, 2 tomoo, 334+447 páginas.

- Agricultura y Sociedad n.O48 (Julio-Septiembre1988). .

>1«Aportación al estudio de la génesis y desarrollode una estructura de propiedad agraria desigual»y, en efecto, pequeña y gran propiedad sonanalizadas a lo largo de varios cortes cronológica;para examinar el carácter selectivoen las iniciativasde apropiación de la tierra, los cambios detitularidad producidos y las relaciones de depen-dencia entre ambos tipos de propiedad. Despuésde un capítulo sobre las implicaciones del medioflSico donde se demuestra que su diversidadinterna favoreció la génesis y maduración de dosestructuras de propiedad, el resto de la obra secentra en cuatro períodos que se inician con larepoblación medieval, el estudio de los pequeños ygrandes propietarios en la madurez del AntiguoRégimen (2.8mitad del siglo xvm), el proceso derevolución hberal y, por último, el cambio de laagricultura tradicional a la <<agriculturacapitalistamodenta>,.

Por lo que se refiere a la gran propiedad unacosa queda bien clara en cada uno de estosperiodos, y es que el origen de la oligarquía ruralno se sustenta en la expropiación de los pequeñospropietarios o en la usurpación de sus patrimonios.De cumplirse los <<afanesacumuladores» de losterratenientes mal se explicaría la pervivencia yreforzamiento del minifundio de propiedad. Ya enel primer periodo se estudia la formación dellatifundio nobiliario destacando el procedimientode la compraventa mientras que por otra parte seconstata la creación de un cuantioso minifundioen la Campiña de Jaén por la actitud repobladoray colonizadora de la Orden de Calatrava que dalugar a cesiones perpetuas y acceso a la plena

Page 2: l. CRITICA DE LIBROS - gredos.usal.esgredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/121282/1/DEHE_MataOlmoR.pdf · lismo de la estructura agraria mediante el estudio de los cambios en la produo:ión

264

propiedad. La defensa de una historia menospolarizada del espacio andaluz occidental seCQrroboraen la etapa siguientecon motivo de ladesamortizaciónque le permitenal autor mantenerla hipótesisde que <<110sólo los grandes hacenda-dos locales, sino también los más modestoslabradores y pejugalerostuvieron oportunidad de"redondear", remodelar y hasta de generarreducidos patrimonios rústicos en propiedad,aprovechando,precisamente,la acentuada disper-sión y minifundismo de parte de la propiedadaltocampiñesa>,(p. 35, T. 0).

En los siguientes períodos se confirma elreforzamiento de esta pequeña propiedad porotros caminos,como las enajenacionesde propioso el acceso parcial al desmantelamiento degrandes patrimonios confirmando así que ellatifundio «todopoderoso» no ha supuesto laextinciónde la pequeña explotación(hasta ciertopunto, pues, este bbro nos habla de esta otra<<estabilidad>"la del minifundioandaluz).No hacefaltaprecisarque tal evoluciónno ha eliminadolasdesigualdadesen la propiedad territorial de estazona de Andalucía, pues tal proceso no haoriginado una amplia capa de modestos propieta-rios, con mayor o menor grado de autonomía.Estas economías minifundistas siguen dependiendode la gran explotación agraria para obteneringresoscomplementariospor las dimensionesdesus parcelas,o por otros motivos.

Resultaesclarecedoraen estesentidola respues-ta de un colono en área de regadíoante la opciónde cultivador-jornalerofrente a la de autonomíalaboral: <<aquíse prefiere depender de los señori-tos- sabemos quiénes son y cómo se compor-tan- que de las fábricas de conservas>,(T. II,p. 402). También en el pasado se constata estadependencia que el minifundio de propiedadmantenía con las grandes fincasen Jaén o en laAlta Campiña de Córdoba; la orientaciónproduc-tiva no era sinembargo la de autosubsistenciasinola de especi!lli7J1ciónen cultivos mercantiles(vid-olivo), completando los ingresos con el trabajoasalariado.

Es indudable, pues, el protagonismode la granexplotación en la actividad económica andaluzacomo lo es también el peso de los grandespropietarios-labradores que no se han consolidadoa base de acabar con las pequeñas explotacionesen favor de las más competitivas sino por eldesmantelamiento de los grandes patrimonios deantaño, tanto eclesiásticos (la Mesa Catedralicia deCórdoba es un buen ejemplo) como láicos. Elautor que ya había anticipado -en colaboracióncon 1. Atienza- cómo se había producido y enfavor de quienes la quiebra de la Casa de Osuna,completa el tema con el Duque de Medinaceli. Deeste modo, se advierte el contraste (pero tambiénalguna coincidencia) entre los mayores hacendadosdel siglo xvm y los de la segunda mitad del XIXYxx. Los grandes patrimonios de cabildos ymayo~os han dado lugar a otros, inevitable-mente más reducidosen superficie,por el accesoque a ellos tuvieron diversos grupos de grandesarrendatarioso de propietarios.

Varios cuadros a partir de los amillaramientos,listas de contnbuyentes o Cédulas de Propiedaddel Catastro de Rústica se encargan de justificarlos cambios de titularidad y la constitución depatrimoniosde varioscentenaresde hectáreasperosin superar por lo común el millar. Sin la protec-ción de la vincu1aciónde la que disfrutaban susantecesores para mantener e incrementar supatrimonio durante varios siglos, estos nuevospropietarios han utilizado el mecanismo de lassociedadesmercantileso familiarespara menguarlos efectosde las divisionespatrimonialespor víade herencia; en otros casos -la Campiña deCórdoba- las compras entre familiareso matri-monios endogámicoshan dado como resultado laexistencia de «muchos propietarios y pocasfamilias".

D

No hay en el bbro de Mata Olmo, dedicadocasi monográficamente a la dinámica de la

propiedad territorial, un estudio paralelo sobre larenta de la tierra o la evolución en los sistemas de

tenencia. Destaco por mi parte, sin embargo, lasreferencias que el autor dedica a los arrendamien-tos de cortijos en la segunda mitad del xvm y enconcreto la existencia de cláusulas que permitíancompartir de algún modo los riesgos de laproducciónentre propietariosy labradores(larenta a <<esterilidad>,-reducción del montante de

la renta en los años malos- o la posibilidad desembrar sin pago de renta en la superficie derastrojera y barbecho). Aunque no se .,puedangeneralizara toda la Campiña la vigenciade estascláusulas, constituyen buen argumento paraapoyar la tesisde que la bDera1izacióntotal de loscontratos agrarios encontraba obstáculos antes dela revolución b1>eral.

Que se hable mucho menos del tema de losarrendamientosen el tomo D,dedicadoa los siglosXIXy xx, puede que sea debido al énfasisque elautor hace en la desaparición progresiva de larenta en favor del beneficio«por la incorporacióny afianzamiento definitivo de la clase de losgrandes labradores a la esfera de la propiedad>,.No vamos a negar este fenómeno de ascenso delos antiguosarrendatariosdel que habían habladoya otros historiadoreso geógrafos(aunque no conla sistematizacióncon que se trata en esta obra).Sería superfluo citar ahora bibliografia,dentro yfuera de campo andaluz:para un lugar importantede la Campiña, Carmona, había sido destacadorecientemente por Josefina Cruz, y hace algúntiempo por A. M. Bernal.

Desde una perspectivamás global no hay dudaque se ha producido un gran declive en laparticipación que dentro del producto agrariocorrespondía a las institucionesprivilegiadasdelAntiguo Régimen como poseedores de derechosmuy diversos sobre la tierra (lo que algunosllaman renta feudal) frentea lo que les correspon-día a los terratenientes de fines del siglo XIXoprincipios del XX por el cultivo indirecto de susexplotaciones;la desaparición del diezmo, por sísola, ya rebajaría sustancialmentedicha participa-

265

ción aunque no se hubieran modificado losregímenes de tenencia. En términos de rentanacional, Ebmpárense los cálculos que se hanefectuado a través del Catastro de Ensenada conalguna de las primeras estimaciones que sehicieron de la Renta Nacional a principios delsiglo XX por F. Bernis o J. Vandellós (1). Lo queestos autores asignan a renta de los propietarios nollega al 12 % de la renta de España. Naturalmente,dentro de la renta agraria, seguían teniendo unpeso importante, y en el ámbito socio-político suprotagonismo superaba ampliamente esa cuotaque tenían dentro de la renta nacional. Por otraparte, estamos de acuerdo con R. Mata cuandoafirma que los breves contratos de arrendamientocon el alza continuada de la renta no son la mejorgarantía para introdUcir innovaciones intensivasen capital qlie sí se abordarán más fácilmentecuando se tenga la seguridad de la propiedad.

Hasta aquí poco se puede discrepar. Lo que yaresulta más dudoso es el énfasis que se hace de la<<actividadempresarial» como rasgo distintivo deunas relacionesde producción capitalistaspknas.y que el autor identifica a menudo cuando lo quedomina es el «beneficio>' y no la «renta>,. Aunqueen ningún momento cuestiona el autor que elmarco jurídico de las relaciones sociales a media-dos del XIX era el que correspondía a una sociedadburguesa, identifica demasíado como herencia delpasado el cultivo no directo (2) olvidando que enagriculturas supuestamente capitalistas como la deInglaterra en el siglo XIXla cesión del latifundio aljfl171rerera algo generalizado.

No hace falta salir fuera de España, pues aquídisponemos de buenos estudios que demuestran lagran eficiencia que para captar el excedentecampesino han supuesto diversas fórmulas de

(1) El producto nacional de España en el siglo xx.I.E.F.,Madrid, 1977.

(2) En este sentido, es discutible tildar de másprecapitalistaal latifundiocordobésque el de Marchena,«más evolucionado y pr6ximo al capitalismo agrariopleno» (p. 105, T. 11) s610 porque aqui haya máspropietarios-labradores que allí.

Page 3: l. CRITICA DE LIBROS - gredos.usal.esgredos.usal.es/jspui/bitstream/10366/121282/1/DEHE_MataOlmoR.pdf · lismo de la estructura agraria mediante el estudio de los cambios en la produo:ión

266.~.6fo

explotación indirecta de la tierra. Trabajos comolos de Naredo y Sumpsi (3) analizan bien el pasodel cultivo directo a la aparceria o colonato en losaños treinta sin mengua de la rentabilidad y conmayor intensificación de la producción que lamayor parte de las fincas en cultivo directo (otracosa es si ésta fue o no la estrategia dominante enel campo andaluz o se trata de casos aislados). Entodo caso, el mismo h'bro de Martínez Alier sigueconstituyendo buen antídoto contra los prejuiciosde arrendamientos y aparcerias (4).

La insistencia en hablar del fin 'dé la renta como

sinónimo de desarrollo capitalista pleno es, pues,uno de los pocos reparos que me atrevo a señalaral contenido de un libro valioso por muchosconceptos. Posiblemente, el empleo de la antítesisrenta-beneficio resulte válido para explicar cómodesde fines del Antiguo Régimen el labrador-arrendatario ha ido desplazando al antiguoterrateniente y desmenuzando el latifundio tradi-cional, uno de los temas que el autor documentacorrecta y exbaustivamente.Seguramente es útiltambién para explicar los cambios en la funciónde producción. Pero ese aparato analítico resultamás endeble para entender otros procesos, porejemplo, cuando hay que enfrentarseal hecho deque la Duquesa de Alba Y Duque del Infantadosigan ocupando el vértice de la pirámide terrate-niente en 1978. Se puede alegar como hace elautor (T. II, p. 254) que lo que domina ya es uncomportamiento empresarial más que rentista(pues se vive del «beneficio»)y que explotacióndirectano se puedeconfundircon gerenciadirecta,pero la fronteraentre el gerentede hoy y eladministrador del XIX parece un poco difusa. Porotra parte, añadir para esclarecer ese <<comporta-miento empresarial» que, al contrario del absentis-ta, <<secorren riesgos», parece una generalizacióndiscutl'ble. Porque, permítaseine una pregunta,

(3) «Las crisis de las aparcerías de secano en lapootguerra». AgriculJura y Sodedod, n..3 (1978).

(4) La estabiJidod del latifundismo. Ruedo Ibérico,París, 1968.

, .- ,;, .,;;Q-.'- ~~,~.,.,~, - ~ -

¿qué supone más riesgo? ¿ceder la tierra enarrendamiento en la segunda mitad del XIXcuando algunas malas cosechas podían, comonúnimo, retrasar el pago de la renta o explotarladirectamente en nuestros años cuarenta conpreciosbien garantizados(sincontar los beneficiosdel mercado negro» salariosfijadosa nivelcasi desubsistencia y sin posibilidad de huelgas por larepresiónde los que habían ganado la guerra?

nI

Aunque el objetivo central del h'brode RafaelMata se dirigesobre todo al estudiode la evoluciónde la propiedad,no faltanconsideracionessobre laorganización de la actividad productiva en lasgrandes fincas, bien sea haciendo una sintesisdeotros autores o analizando los cuestionariosoriginales del Censo Agrario de 1972. Eso lepermite exponer la actitud rentabilistadel propie-tario en la Campiña de Córdoba y otros lugares;gracias a una mecanización intensiva (en latracción mecánica) pero también selectiva (mode-rada difusión de cosecbadoras autopropulsadas) seconsiguen unos beneficios apreciables. Los usosdel suelo con la dualidad tierra calma-olivar en la

campiña de Marchena o los grandes dominiosolivareros en Jaén -ron una mecanización plenapero con una gran demanda también de obreroseventuales- completan las consideraciones sobrela organización productiva.

De entre los muchos aspectos pdsitivos del libroque comentamos yo destacaría ese estudio delarga duración que nos permite observar cómohan evolucionado áreas de colonización del XVIII

(La Carlota) hasta 1979 o cómo se identifican enel catastro parcelario actual las parcelacionesefectuadas en el XIX por la venta de bienes dePropios. Esta es una de las ventajas del geógrafo,para quien la frontera académica entre la historiamoderna y la contemporánea no supone ningúncorte donde iniciar o acabar una investigación. Deeste modo> el estudio de las opciones productivas

_.~.~,: ;._..-

del minifundioen la actualidad-tema que ocupala parte finaI del h'bro- se inserta en ese largoprocesode especiali7jlción(viñedo-olivar)iniciadoen el sigloxvm,donde la reproducciónautárquicade la fuerzade trabajo familiarno era el principalobjetivo.

Gracias a este análisis de larga duración, laestructura social del campo andaluz gana enmaticesy en precisión,no sólo porque se demues-tre la estabilidad-reforzamiento del minifundioaltocampiñés desde mediados del XIXhasta hoy,sino porque ese modesto propietario-jonwero nose identifica sin más con el modelo clásico decampesinado, más o menos autosuficiente, deotros lugares:lasalternativasde empleo que ofreceel mercado de trabajo regional o la estructura depropiedad que les rodea son algunos de losfactores que sirven para difereociarlos.

Desde el lado opuesto de la pirámide social,secuenta con varias listas de grandes propietariosque permiteidentificarlosdesdeel sigloxvm hastahoy, a nivel local o regional. Como también seanaliza con detalle la residencia de los grandespropietarios a través de la localización de susdomiciliosen losensanchesde Madrid,Córdoba oSevilladisponemosasíde una informaciónvaliosapara hablar del terrateniente andaluz con másprecisión de lo que es habitual. El peso de lasSociedades Anónimas es digno de destacar y lasreferencias que se hacen a la penetración delcapitalismo industrial-financieroen la Campiñaandaluza (el caso de los hermanos Oriol-Urquijo)sugierencada vezmás la necesidadde cruzar estasinformacionesde historia agraria con las de otrasactividades económicas para tener una visiónmenos parcelada (sectorial) del capitalismoespañol

Tanto en esta como en otras investigacionesresulta bien probada la importancia de losantiguos grandes arrendatarios en la formación dela élite económica actual, lo que obliga a examinarmás atentamente las causas de su encumbramiento.

Esos grandes arrendatarios-ganaderos, que a vecesconcentran varios arriendos de fincas grandes (bay

267

muchas semejanzas en esto con lo que algunoshemos Ctudiado para Salamanca), coincidenbásicamente con los dueños en el modelo decrecimiento económico y de distribución delproducto que se ha implantado después de larevolución h'beral y seguramente no habrá queforzar demasiado los antagonismos entre unos yotros; no es extraño tampoco, como conoce elautor, que alguno de ellos sea prestamista de losamos en situación de quiebra. POSI'blemente,laconsideraciónde la renta que abonan como unarelación de distn'bución(5) obligaría a examinarmás la otra cara de la moneda, la que hacíaposible que el gran labrador>después de pagar larenta, acumulara lo suficientepara comprar mástarde la propiedad, es decir, las diversas formaspara apropiarsedel trabajo de aparceros,pejugale-ros, asalariados,colonos, etc.

Este estudio de la gente más anónima quesoporta el vértice-hoy menos concentrado queayer- de la pirámide latifundistano está ausentedel todo en el h'brode Mata; inclusose apuntan alfinal indicacionessobre su comportamientoelectoral reciente. Una vez expuestos los cambiosde titularidad en el latifundio o la estabilidad de un

numeroso grupo de minifundistas campiñeses, unainvestigación posterior sobre este grupo decultivadores-jomaleros dependientes del mercadode trabajo de la gran explotación a través demodelos disciplinarios, tan eficaces como varia-bles (6), serviría seguramente para enriquecer las

(5) RenJe fonc;ere I. en la terminología de Postel-Vínay. LA renJe fonc;ere dans le capi10lisme agricole.F. Maspero, París, 1974.

(6) J. M. Naredo y J. M.' Sumpsi: "Evolución ycaracterísticas de los modelos di<;ciplinarios del trabajoagrario en las zonas de gran propiedad». AgriculJura ySociedad. n.o 33 «1984). Cultivo mediante aparceros-colonos o cultivo directo han ido alternándose de acuerdocon las variaciones en las condiciones del mercado de

trabajo y la tecnología aplicable consiguiéndose losmayores beneficios en cada caso. En este estudio sedemuestra bien que no hay un proceso irrevel'Slble en ladesaparición del cultivo indirecto.

relaciones entre ~ueña y gran propiedad en ladepresión del Guadalquivir.

RICARDOROBLEDO