Kuttner, Henry - Lo Mejor de Henry Kuttner II

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  • LO MEJOR DEHENRY KUTTNER II

    Henry Kuttner

  • Henry Kuttner

    Ttulo original: The best of Henry KuttnerTraduccin: Arturo Casais 1975 by Catherine Moore Kuttner 1979 E.D.H.A.S.A.Av. Infanta carlota 129 - BarcelonaISBN: 84-350-0271-3Edicin digital: UmbrielR5 11/02

  • NDICE

    Hubo una vez un gnomoLa gran nocheSolo pan de jengibreEl patrn hierroGuerra fraDe lo contrarioCesin de beneficiosProblema de alquilerLo que necesitaAbsalon

  • HUBO UNA VEZ UN GNOMO

    Tim Crockett nunca debi escabullirse dentro de la mina de la montaa Dornsef. Lo quese planea en California puede acarrear consecuencias desastrosas en las minas decarbn de Pensilvania, Especialmente cuando los gnomos estn involucrados.

    Claro que Tim Crockett no saba nada de los gnomos. El simplemente estabaestudiando las condiciones de vida de las clases bajas, por usar sus propias eimpertinentes palabras. Perteneca a un grupo de californianos del sur que habanresuelto que los trabajadores les necesitaban. No era precisamente as. Eran ellosquienes necesitaban trabajar, ocho horas al da, por lo menos.

    Crockett, como sus colegas, consideraba al trabajador una combinacin de gorila yHombre de la Azada que tal vez inclua a algn Kallikak* entre sus ancestros. Hablabaenrgicamente de las minoras explotadas, escriba artculos virulentos para Tierra, elrgano del grupo, y se las compuso hbilmente para no ingresar como actuario en elbufete del padre. Tena, segn sus palabras, una misin. Lamentablemente, ni obreros niopresores simpatizaban mucho con l.

    Cualquier psiclogo habra analizado fcilmente a Crockett. Era un jovenzuelo alto,delgado, vivaz, con ojillos acuosos y buen gusto para las corbatas. Todo lo quenecesitaba era una buena patada en el trasero.

    Pero ciertamente que no, propinada por un gnomo!Viajaba cmodamente por el pas con el dinero de su padre, investigando las

    condiciones de trabajo, para gran fastidio de los trabajadores que encontraba. Fue conese propsito que entr subrepticiamente en la mina de carbn Ayax o al menos en unade sus fosas despus de disfrazarse de minero y tiznarse la cara con polvo negro. Albajar en el montacargas, luca especialmente desaliado en medio de un grupo decaras impecables. Los mineros eran sucios slo despus de un da de trabajo.

    La montaa Dornsef es una especie de colmena, pero no por los tneles de laCompaa Ayax. Los gnomos conocen modos de bloquear los tneles cuando loshumanos cavan demasiado cerca. El lugar desorient completamente a Crockett. Selimit a seguir a los otros, hasta que se pusieron a trabajar. Una vagoneta llena pastraqueteando por los rieles. Crockett titube, y luego abord a un espcimen hurao quepareca llevar las seales de una gran afliccin estampadas en la cara.

    Oye le dijo. Quiero hablar contigo.Ingls? pregunt el otro. Viski. Yinebra. Vinu. Demonios.Tras demostrar as su imperfecto dominio del idioma, solt una risotada ronca y regres

    al trabajo ignorando al desconcertado Crockett, que se lanz a la bsqueda de otravctima. Pero este sector de la mina pareca desierto. Otra vagoneta cargada le pas allado, y Crockett decidi averiguar de dnde vena. Lo consigui despus de golpearsedolorosamente la cabeza y caer de bruces por lo menos cinco veces.

    Vena de un agujero en la pared. Crockett entr, y simultneamente oy un grito roncoa sus espaldas. El desconocido orden a Crockett que regresara.

    Vuelve o te quiebro ese pescuezo cuadrado! prometi, aadiendo un rosario demaldiciones siseantes, Fuera de all!

    Crockett mir hacia atrs, vio un amenazante perfil de gorila, y de inmediatocomprendi que su estratagema haba sido descubierta. Los propietarios de la mina Ayaxtenan un matn para asesinarlo, o al menos para reducirle a una pulpa insensible. Elterror prest alas a los pies de Crockett. Frentico, ech a correr en busca de un tnellateral donde perderse. Los bramidos del otro retumbaban contra las paredes. Y depronto, Crockett oy claramente una frase significativa:

    ...antes que estalle esa dinamita!En ese preciso instante la dinamita estall.

  • Crockett, sin embargo, no se enter. Descubri, muy fugazmente, que estaba volando.De golpe, el techo le detuvo dolorosamente. Despus perdi el conocimiento, y cuando serecobr, vio una cabeza que le observaba fijamente.

    No era una cabeza alentadora, y por cierto no inspiraba un sentimiento instintivo decamaradera. En realidad era bastante extraa, cuando no repulsiva. Como Crockett yatena demasiado con mirarla, no advirti que estaba viendo en la oscuridad.

    Cunto tiempo haba permanecido inconsciente? Tena el vago presentimiento de quehaba sido bastante. La explosin... Qu?

    Lo haba sepultado detrs de un techo de roca desmoronado? Crockett no se habrasentido mucho mejor de haber sabido que estaba en un tnel agotado, ya sin valor,abandonado haca mucho tiempo. Los mineros saban que al dinamitar para abrir unnuevo conducto el viejo se derrumbara, pero eso no importaba.

    Salvo para Tim Crockett.Parpade, y cuando volvi a abrir los ojos la cabeza haba desaparecido, Era un alivio.

    Crockett se convenci de que esa cosa desagradable haba sido un espejismo. De hecho,costaba recordar el aspecto. Slo le quedaba la vaga impresin de un perfil de nabo,grande, con ojos centelleantes, y una fisura increblemente ancha en el lugar de la boca.

    Crockett se levant, gruendo. De dnde vena ese resplandor plateado? Era como laluz del da en una tarde brumosa, que no procede de un foco especfico ni arroja sombras.'Radio', pens Crockett, que saba un poco de mineraloga.

    Estaba en un tnel que se iba angostando en la penumbra hasta un recodo abrupto aquince metros de distancia.

    Detrs de ... Detrs de l, el techo se haba derrumbado. Instantneamente Crocketttuvo dificultades para respirar. Se lanz de inmediato sobre el montculo ripioso, arrojandorocas aqu y all, jadeando y emitiendo ruidos roncos e inarticulados.

    De pronto repar en sus manos. Cej poco a poco en sus esfuerzos hasta quedarseabsolutamente inmvil, acuclillado, mirndose los objetos grandes, nudosos ysorprendentes que le crecan de las muecas. Era posible que durante su perodo deinconsciencia se haya puesto mitones? En el mismo momento en que le asalt esa ideaCrockett comprendi que jams se tejieron mitones ni remotamente parecidos a lo que l,muy lgicamente, supona eran sus manos. Se le estremecieron ligeramente.

    Quizs estaban embadurnadas de barro. No. No era barro. Las manos se lehaban...alterado. Eran objetos enormes, rugosos, pardos, como nudosas races de roble.Una pelambre negra y rala les creca en el dorso. Las uas necesitaban manicura, porcierto. Preferiblemente con cincel.

    Crockett se mir a s mismo. Emiti unos chillidos frgiles testimonios de suincredulidad. Tena piernas rechonchas y arqueadas, gruesas y fuertes, de no ms demedio metro de largo. Menos, en todo caso. Temblando de incertidumbre, Crockettexploraba su cuerpo. Haba cambiado, y no ciertamente para mejor.

    Tena poco ms de un metro veinte de estatura, y un metro de ancho, con un torsoredondeado, pies enormes y chatos, piernas gruesas y cortas, y le faltaba el cuello.Llevaba sandalias rojas, pantalones cortos y azules, y una tnica roja que dejabadescubiertos los brazos flacos y musculosos. La cabeza...

    Tena forma de nabo. La boca... Ay! Sin darse cuenta Crockett se haba metido elpuo dentro. Retir de inmediato la mano ofensora, mir perplejo alrededor y se desplomen el suelo. No poda ser cierto. Era totalmente imposible. Alucinaciones. Estabamuriendo de asfixia y en su agona tena visiones.

    Crockett cerr los ojos, de nuevo convencido de que sus pulmones buscaban aire.Me muero dijo. No p-puedo respirar.No creers que ests respirando aire... dijo una voz desdeosa.

  • Yo n-no...Crockett no termin la frase. Abri de nuevo los ojos. Oa cosas. Las oy de nuevo.Eres un gnomo bastante inservible dijo la voz. Pero bajo la ley de Nid no

    podemos elegir a gusto. No obstante, no servirs para extraer metales duros, por lo queveo. Tu velocidad ser adecuada para la antracita. Qu ests mirando? Eres mucho msfeo que yo.

    Crockett trat de relamerse los labios resecos y se horroriz al descubrir que la puntade la lengua hmeda se le arrastraba con indolencia sobre los ojos. La retrajo con unfuerte chasquido y logr ponerse de pie. Despus se qued absolutamente quieto,mirando.

    La cabeza haba desaparecido. Esta vez tena un cuerpo debajo.Soy Gru Magru dijo cordialmente. Recibirs un nombre gnmico, desde luego, a

    menos que el tuyo sea suficientemente gutural. Cul es?Crockett respondi el hombre, con voz aturdida y mecnica.En?Crockett.Deja de croar como una rana y... Oh, ya veo. Bien... Crockett. Ahora levntate y

    sgueme o recibirs una buena patada.Pero Crockett no se levant enseguida. Estaba observando a Gru Magru: un gnomo,

    obviamente. Baja, rechoncha y corpulenta, la figura de la criatura pareca un barrilitoabultado coronado por un nabo invertido. El pelo formaba una mata puntiaguda; la raz,por expresarlo as. En la cara de nabo haba una boca inmensa con forma de ranura, unanariz con forma de botn, y dos ojazos enormes.

    Arriba! dijo Gru Magru.Esta vez Crockett obedeci, pero el esfuerzo le agot por completo. Si volva a

    moverse, enloquecera, pens. Tal vez era lo mejor. Gnomos...Gru Magru le estamp el ancho pie en el lugar apropiado, y Crockett describi un arco

    que termin en un pedrejn mellado desprendido del techo.Levntate dijo el gnomo con gratuito mal humor o te pateo otra vez. Ya es

    bastante molesta la posibilidad de que venga una patrulla de rescate. En cualquiermomento podra toparme con un hombre, con.., Arriba!

    Crockett se levant. Gru Magru!e aferr el brazo y lo empuj hacia las profundidadesdel tnel.

    Bien, ahora eres un gnomo le dijo. Es la ley de Nid. A veces me pregunto si valela pena. Pero supongo qur s... Los gnomos no pueden propagarse, y de alguna manerahay que conservar la poblacin media.

    Quiero morir rezong Crockett.Los gnomos no pueden morir ri Ma Gru. Son inmortales, hasta el Da. Me

    refiero al Da del Juicio.No eres lgico seal Crockett, como si al rechazar tan slo un factor rechazara

    automticamente todo ese asunto increble. O bien eres de carne y hueso yeventualmente morirs, o bien no lo eres, y entonces no eres real.

    Oh, claro que somos de carne y hueso dijo Gru Magru. Pero no somos mortales.Esa es la diferencia. Y atencin, que no tengo nada contra ciertos mortales se apresura explicar. Los murcilagos, por ejemplo. Y las lechuzas..., de acuerdo. Pero loshombres...! se estremeci. Ningn gnomo puede tolerar la visin de un hombre.

    Crockett encontr la tabla de su salvacin.Yo soy hombre.Lo eras, querrs decir dijo Gru. Tampoco eres un espcimen muy bueno, por

    cierto. Pero ahora eres gnomo. Es la ley de Nid.No hablas ms que de la ley de Nid se quej el flamante gnomo.

  • Claro, t no comprendes dijo Gru Magru con tono algo paternal. Es as. En lostiempos antiguos se decret que la dcima parte de los humanos que se perdieran en latierra inferior seran transformados en gnomos. El primer emperador gnomo lo dispusoas,.., Podrang III. Al ver que las hadas podan raptar nios humanos y conservarlos, fue ahablar con las autoridades al respecto; dijo que era injusto, as que cuando los mineros yotros se pierden bajo tierra, una dcima parte se transforma en gnomos y se nos une. Eslo que a ti te ha ocurrido, entiendes?

    No mascull Crockett. Mira. Me has dicho que el primer emperador gnomo fuePodrang. Por qu se llamaba Podrang III?

    No hay tiempo para preguntas. De prisa!Gru Magru ahora iba casi corriendo. Arrastraba al desdichado Crockett. El nuevo

    gnomo todava no dominaba sus extraas extremidades, y como las sandalias erandemasiado anchas, se apoyaba pesadamente en la mano derecha. Despus aprendi amantener los brazos arqueados y pegados a los flancos. Las paredes, iluminadas por elextrao resplandor plateado, pasaban rpidamente.

    Qu es esa luz? atin a jadear Crockett. De dnde viene?Luz? pregunt Gru Magru. No es luz.Pero...no es oscuridad.Por supuesto que es oscuridad repuso el gnomo. Cmo podranlos vei si no

    fuera oscuridad?Para esto no haba rplica comprensible, excepto un alarido frentico, pens Crockett.

    Y necesitaba todo el aliento para correr. Ahora estaba en un laberinto, y doblabansucesivos recodos por tneles innumerables y sinuosos. Crockett saba que nunca podravolver sobre sus pasos. Lament haber dejado la escena del derrumbe. Pero cmohaberlo evitado?

    De prisa! insista Gru Magru, De prisa!Por qu? jade Crockett.Hay una pelea! dijo el gnomo.

    En ese preciso instante doblaron un recodo y casi tropezaron con la pelea. Una masahormigueante de gnomos colmaba el tnel batallando con frenes. Pantalones y tnicasrojos y azules formaban un tapiz inquieto y bullente; cabezas de nabo suban y bajabancon ferocidad. Pareca ser que todos peleaban contra todos.

    Mira! coment Gru. Una pelea! Pude olera a seis tneles de aqu. Qubelleza! se agach cuando un gnomo pequeo y de cara maligna sali del montn paratomar una piedra y arrojrsela con perversa precisin. El proyectil err el blanco y Gru,olvidando a su cautivo, se arroj de inmediato sobre el gnomo, lo tumb en el suelo yempez a golpearle la cabeza contra la roca. Ambos bandos gritaban a todo pulmn, y lasvoces se perdan en el clamor ensordecedor que reverberaba a travs del tnel.

    Cielo santo musit Crockett.Se qued mirando, lo cual fue un error. Un gnomo enorme dej la refriega, tom a

    Crockett de los pies y lo arroj por el aire. El aterrado y desprevenido proyectil cruz eltnel para estrellarse pesadamente contra algo que dijo " uuuff!" Haba una maraa debrazos y piernas deformes.

    Al levantarse, Crockett descubri que haba volteado a Un gnomo ceudo y de pelorojo flamgeo, con cuatro botones de diamante en la tnica. Esta criatura repulsiva yacainmvil, fuera de combate. Crockett se pas revista a las heridas: no tena ninguna. Almenos su nuevo cuerpo era resistente.

    Me has salvado! dijo una nueva voz, que perteneca a...una dama gnomo.Crockett pens que si haba algo ms feo que un gnomo, eso era 'la gnoma'. La

    criatura estaba agazapada a sus espaldas, blandiendo una roca con la manaza. Crockettse agach.

  • No te atacar a ti aull la otra por encima de la barahnda que atronaba elpasadizo. T irte salvaste...! Mugza estaba tratando de arrancarme las orejas. Oh,est despertando!

    El gnomo pelirrojo recobraba el conocimiento. Lo primero que hizo fue levantar los piesy sin ponerse de pie, darle a Crockett una patada que lo mand al extremo opuesto deltnel. El gnomo femenino se sent inmediatamente sobre el pecho de Mugza y le golpela cabeza con la roca hasta inmovilizarlo.

    Luego se levant.No ests herido? le pregunt a Crockett. Bien! Soy Brockle Buhn... Oh, mira!

    Perder la cabeza en un minuto!Crockett se volvi para comprobar que su ex gua, Gru Magru, tironeaba gnmicamente

    de la cabeza de un rival no identificado con el aparente propsito de arrancrsela.Por qu todo este lo? aull Crockett. Eh... Brockle Buhn. Brockle Buhn! Ella

    se volvi de mala gana.Qu...La pelea! Corno empez?Yo la empec explic ella. Dije: "hagamos una pelea", y luego empezamos.Oh. Eso fue todo?Por supuesto Brockle Buhn cabece. Cmo te llamas?Crockett.Eres nuevo aqu, verdad? Oh, ya s... Eras humano! de pronto una luz nueva le

    destell en los ojos protuberantes. Crockett, quiz tu puedas explicarme algo... Qu esun beso?

    Un...beso? repiti Crockett, alelado.S. Una vez. estaba escuchando dentro de una loma, y o a dos seres humanos

    hablando... Hombre y mujer, por sus voces. No me atrev a mirarles, desde luego. Pero elhombre le pidi un beso a la mujer.

    Oh dijo Crockett con voz neutra. Le pidi un beso, eh?Y se oy como un chasquido hmedo y la mujer dijo que era maravilloso. Me ha

    intrigado desde entonces. Porque si un gnomo me pidiera un beso, yo no sabra a qu serefiere.

    Los gnomos no se besan? pregunt Crockett con tono de distrado.Los gnomos cavan dijo Brockle Buhn. Y comemos. Me gusta comer. Un beso

    es como la sopa de lodo?Bien..., no exactamente Crockett se las compuso para explicarle la mecnica

    osculatoria.La muchacha gnomo guard un reflexivo silencio.Te dar un beso dijo al fin, con aire de ofrecerle sopa de lodo a un hambriento.Crockett tuvo una visin pesadillesca donde su cabeza entera era engullida por esa

    mandbula descomunal. Y retrocedi.No, no balbuce. Mejor que no.Entonces peleemos. Dijo Brockle Buhn sin rencor, y le tir un puetazo que rebot

    dolorosamente contra la oreja de Crockett. Oh, no dijo apesadumbrada,apartndose. La pelea ha terminado. No fue muy larga, verdad?

    Crockett se frotaba la oreja lastimada. Vea que en todas partes los gnomos serecobraban y volvan presurosos a sus tareas. Parecan haber olvidado totalmente elreciente conflicto. El tnel estaba de nuevo en silencio, salvo por el palmoteo de los piesde los gnomos sobre la roca.

    Gru Magru se les acerc con una sonrisa jovial, para saludarles.Hola, Brockle Buhn. Una buena pelea, eh? Quin es ste? seal el cuerpo

    postrado de Mugza, el gnomo pelirrojo.

  • Mugza dijo Brockle Buhn. Todava sigue desmayado. Patemosle yprocedieron a patearlo con gran entusiasmo mientras Crockett, observador, decida nopermitir que le golpearan cuando l estuviera inconsciente. Pero..., cmo?

    Finalmente, sin embargo, Gru Magru se cans del juego y volvi a tomar a Crockett delbrazo.

    Ven conmigo dijo, y avanzaron a lo largo del tnel mientras Brockle Buhn sededicaba a brincar sobre el estmago de Mugza.

    Parece que no os importa golpear a la gente desmayada, eh? aventur Crockett.Es mucho ms divertido le asegur Gru. As puedes darles donde se te antoja...

    Ven. Tendrs que ser presentado. Da nuevo, gnomo nuevo. Conserva estable lapoblacin explic, y se puso a tararear una cancioncilla.

    Mira dijo Crockett. Se me acaba de ocurrir algo. Dices que los humanos sontransformados en gnomos para mantener la estabilidad de la poblacin. Pero si losgnomos no mueren, no significa que ahora hay ms gnomos que nunca? La poblacinsigue aumentando, verdad?

    Cllate orden Gru Magru. Estoy cantando.Era una cancin bastante desafinada. Crockett, con la cabeza hecha un torbellino, se

    pregunt si los gnomos tendran un himno nacional. Quizs "nanan con rocas" o algo porel estilo.

    Vamos a ver al emperador dijo al fin Gru. Siempre ve a los gnomos nuevos.Mejor que le produzcas una buena impresin, o te pondr a hacer minera de lava.

    Eh... Crockett se mir la tnica mugrienta. No ser mejor que me limpie unpoco? Esa pelea me ha dejado muy mal.

    No fue la pelea dijo ofensivamente Gru. Pero cul es tu problema? Yo no veonada fuera de lugar.

    Mis ropas... Estn sucias.No te preocupes por eso dijo el otro. Es una suciedad mugrienta y saludable,

    no? Espera! se detuvo, se agach, recogi un puado de polvo y frot el pelo y lacara de Crockett. As est mejor.

    Yo... Pfff! Gracias... Pff! dijo el flamante estreno de gnomo. Espero estarsoando. Pues de lo contrario...

    No termin. Crockett senta nuseas.

    Atravesaron un laberinto muy por debajo de la montaa de Dornsef, y finalmentesalieron a una cmara espaciosa y desnuda con un trono de roca en un extremo. Ungnomo pequeo estaba sentado en el trono cortndose las uas de los pies.

    Feliz oscuridad salud Gru, Dnde est el emperador?Tomando un bao dijo el otro. Ojal se ahogue. Lodo, lodo, lodo... Maana,

    tarde y noche. Primero est muy caliente, despus est muy fro. Despus est muyespeso. Me gasto os dedos preparndole los baos de lodo, y todo lo que recibo es unapatada continu quejosamente el gnomo. Hasta la suciedad tiene un lmite. Tresbaos de lodo por da es exagerar demasiado. Y sin la menor consideracin por m! Oh,no. Hoy me llam sabandija. Dijo que no haba terrones duros en el lodo. Bien, por quno? Esa maldita arcilla que estuvimos trayendo es capaz de revolverle el estmago a ungusano. Encontraris a Su Majestad all dentro termin el pequeo gnomo, sealandocon el pie una arcada en la pared.

    Crockett fue arrastrado al cuarto contiguo, donde un gnomo gordinfln estaba sentadoen una cavidad llena de lodo pardo y humeante. A travs de la viscosidad que lo cubraslo se le vean los ojos. Se llenaba las manos de lodo y se lo dejaba gotear en la cabezacon una risita senil.

    Lodo e coment satisfecho a Gru Magru, con una voz que pareca un rugido delen. No hay nada comparable. El lodo es esplndido. Ah!

  • Gru se daba cabezazos contra el suelo, y con la enorme manaza cea el cuello deCrockett para obligarle a hacer lo mismo.

    Oh, levantaos dijo el emperador. Qu es esto? Qu ha hecho este gnomo?Habla.

    Es nuevo explic Gru. Lo encontr en la zona superior. La ley de Nid, ya sabes.S, por supuesto. Echmosle un vistazo. Ugh! Yo soy Podrang II, emperador de los

    gnomos. Qu tienes que decir?Todo lo que se le ocurri a Crockett fue:Cmo... Cmo puedes ser Podrang II? Cre que el primer emperador haba sido

    Podrang III.Un charlatn dijo Podrang II, y desapareci bajo la superficie del lodo, resoplando

    al emerger. Encrgate de l, Gru. Al principio trabajo liviano. Que extraiga antracita. Ycuidado con comerla mientras trabajas le advirti al asombrado Crockett. Cuandohayas cumplido un siglo aqu, se te permitir un bao de lodo por da. No hay nada comoun bao agreg embadurnndose la cara con la mano pegajosa.

    De golpe se qued tieso. Solt un rugido de len.Druck! Druck!El pequeo gnomo que Crockett haba visto en la sala del trono entr a toda prisa

    agitando las manos.Majestad! El lodo no est bien tibio?Burbuja rastrera! bram Podrang II. Baboso, vstago de seis mil hediondeces

    individuales! Ojos de mica, incompetente, orejas serpeantes! Eres una mancha que seretuerce sobre el buen nombre de los gnomos! Error geolgico! Pedazo de... De...!

    Druck aprovech la momentnea trabazn del amo.Es lodo del mejor, Majestad. Lo he refinado personalmente. Oh, Majestad. Qu

    ocurre?Hay un gusano dentro! bram Su Majestad, y barbot una sarta de maldiciones

    tan injuriosas que casi haca hervir el lodo.Crockett, tapndose los odos, se dej arrastrar por Gru Magra.Me gustara trenzarme con el viejo en una pelea rezong Gru, cuando estuvieron a

    una distancia prudente. Pero, claro, recurrira a la magia... As es l. El mejoremperador que jams hayamos tenido. Por nada del mundo jugara limpio.

    Oh dijo distradamente Crockett. Y qu haremos ahora?Has odo a Podrang, verdad? A extraer antracita. Y si te sorprendo comindola, te

    hago tragar los dientes de una patada.Cavilando sobre el mal genio de los gnomos, Crockett se dej conducir a una galera

    donde docenas de gnomos de ambos sexos blandan picas y zapas con furioso vigor.Es aqu dijo Gru. Adelante! A extraer antracita. Trabajas veinte horas, luego

    duermes seis.Y despus?Despus a cavar de nuevo explic Gru. Te corresponde un breve descanso cada

    diez horas. Entretanto no debes dejar de cavar, a menos que haya una pelea. Ahora tedir cmo localizar el carbn. Simplemente piensa en l.

    Eh?Cmo crees que te hall a ti? pregunt Gru con impaciencia. Los gnomos

    tienen...ciertos sentidos. Segn la leyenda las hadas pueden encontrar agua con unahorqueta. Bien, a nosotros nos atraen los metales. Piensa en la antracita termin, yCrockett obedeci; instantneamente se volvi a la pared del tnel que tena ms cerca.Ves cmo funciona? sonri Gru. Evolucin natural, supongo. Funcional. Tenemosque saber dnde estn los depsitos subterrneos, para eso las autoridades nos dieroneste sentido cuando fuimos creados. Piensa en un filn de metal o cualquier depsitomineral, y sers atrado por l. Del mismo modo la luz del da repele a todos los gnomos.

  • Qu dices? Crockett se sobresalt ligeramente. No lo entiendo.Negativo y positivo. Necesitamos los depsitos, as que somos atrados por ellos. La

    luz del da nos hace dao, y si creemos estar muy cerca de la superficie pensamos en laluz y nos repele. Intntalo!

    Crockett obedeci. Algo le presionaba la coronilla, al parecer.Derecho hacia arriba confirm Gru. Pero est muy lejos. Una vez vi la luz del

    da. Y tambin un hombre mir fijamente al otro. Olvid explicarte... Los gnomos notoleran ver a los seres humanos. Ellos...bien, hay un lmite de la fealdad que puedentolerar nuestros ojos. Ahora eres uno de nosotros y te ocurrir lo mismo. Mantente alejadode la luz del da, y nunca mires a un hombre. Es por el bien de tu cordura.

    Una idea despert en la mente de Crockett. Entonces podra salir de este laberinto detneles guindose por el nuevo sentido, que lo llevara hacia la luz. Despus..., bien, almenos estara en la superficie... Despus que Gru Magra le instalara entre dos gnomosatareados y le pusiera una pica en las manos, el tutor le dijo:

    Bien. A trabajar.Gracias por... empez Crockett, cuando de pronto Gru Magru le pate y se march

    canturreando alegremente en voz baja.Otro gnomo se acerc, vio a Crockett inmvil y le dijo que pusiera manos a la obra,

    acompaando la orden con un golpe en la oreja ya magullada. Crockett no tuvo msremedio que recoger el pico y ponerse a arrancar antracita de la pared.

    Crockett! dijo una voz familiar, Eres t! Imagin que te mandaran aqu.Era Brockle Buhn, el gnomo femenino que Crockett haba conocido antes. Blanda un

    pico como los dems, pero lo solt para sonrerle al compaero.No estars mucho tiempo aqu le consol. Diez aos, ms o menos, a menos

    que te busques problemas. Luego te encomendarn trabajos realmente duros.A Crockett ya le dolan las manos.Trabajos duros? En cualquier momento se me caen los brazos se reclin sobre el

    pico. Este es tu puesto?S, pero rara vez estoy aqu. Casi siempre me castigan. Suelo causar problemas. Me

    como la antracita hizo una demostracin, y el audible crujido hizo estremecer aCrockett.

    Entonces se acerc el capataz. Brockle Buhn se dio prisa en tragar.Qu pasa? refunfu. Por qu no estis trabajando?Estbamos a punto de pelear explic Brockle Buhn.Oh... Vosotros dos, solamente, o puedo intervenir?Estis todos invitados ofreci ese gnomo tan poco femenino, y descarg el pico

    sobre la cabeza del desprevenido Crockett, que cay redondo.Al despertar, un rato despus, investig sobre sus costillas doloridas y se convenci de

    que Brockle Buhn le haba pateado despus de que perdiera el conocimiento. Qugnomo!

    Crockett se levant. Estaba en el mismo tnel. Docenas de gnomos cavaban sin parar.El capataz se les acerc.Despierto...eh? A trabajar!El aturdido Crockett obedeci. Brockle Buhn le salud con una sonrisa complacida.Te has perdido una buena... Consegu una oreja..., ves? la mostr; Crockett se

    apresur a explorarse con la mano: no era suya.Cavar... Cavar... Cavar... Las horas pasaban lentamente. Crockett nunca haba

    trabajado tan duro en su vida. Pero not que ningn gnomo se quejaba. Veinte horas detrabajo, con un breve parntesis. Durante el descanso, l caa a dormir. Y despus...Cavar... Cavar... Cavar...

    Sin dejar de trabajar, Brockle Buhn le dijo:

  • Creo que sers un buen gnomo, Crockett. Ya te ests endureciendo. Nadie creeraque una vez fuiste hombre.

    Oh... No?No. Qu eras? Minero...?Era... Crockett se interrumpi de golpe; los ojos le brillaron extraamente. Era

    sindicalista termin.Qu es eso?No has odo hablar de los sindicatos? pregunt Crockett, con una mirada intensa.Es un filn? Brockle Buhn mene la cabeza. No, nunca. Qu es un sindicato?Crockett le explic. Ningn sindicalista genuino habra aceptado esa explicacin. Lo

    menos que se podra decir de ella es que era tendenciosa.Brockle Buhn pareca perpleja.No entiendo bien a qu te refieres, pero supongo que tienes razn.Prueba de este modo dijo Crockett: no te cansas de trabajar veinte horas por

    da?Claro. Quin no?Entonces, por qu lo haces?Siempre lo hemos hecho dyo indulgentemente Brockle Buhn. No podemos parar.Supn que todos lo hicierais insisti Crockett. Todos y cada uno de los gnomos.

    Supn que haces una huelga...Me castigaran, me apalearan con estalactitas...Supn que todos hacis una huelga.Ests loco dijo Brockle Buhn. Nunca sucedi algo as. Es...humano.Nunca sucedi nada parecido a un beso, tampoco dijo Crockett. No, no quiero

    ninguno! Y pelear, mucho menos, por favor. Santo cielo, djame entender vuestraorganizacin. La mayora de los gnomos trabaja para beneficio de la clase dominante.

    No. Simplemente trabajamos.Pero por qu?Siempre lo hacemos. Y el emperador quiere que lo hagamos.Ha trabajado el emperador alguna vez? pregunt Crockett con aire triunfal. No!

    El slo se dedica a los baos de lodo! Por qu los dems gnomos no gozan del mismoprivilegio? Por qu...?

    El sindicalista sigui hablando mientras trabajaba, explayndose en los detalles.Brockle Buhn le escuchaba can creciente inters. Y al fin trag el anzuelo con sedal ytodo.

    Una hora ms tarde asenta con entusiasmo.Pasar la voz. Esta noche. En la Cueva Rugiente. Despus de trabajar.Espera un minuto objet Crockett. Cuntos gnomos podramos conseguir?Bien... No muchos. Treinta?Antes, tendremos que organizamos. Necesitamos un plan definido.Brockle Buhn se fue por la tangente.Peleemos.No! Quieres escucharme? Necesitamos un...consejo. Quin es el ms

    pendenciero?Mugza, creo dijo ella. El gnomo pelirrojo que desmayaste cuando l me golpe.Crockett frunci el ceo. Mugza le guardara rencor? Probablemente no. O mejor

    dicho, no sera peor que los otros gnomos. Quiz Mugza intentara acogotarlo, pero haralo mismo con cualquier otro gnomo. Adems, como le explicara Brockle Buhn, Mugza erael equivalente gnmico a un duque. Su respaldo poda ser valioso.

    Y Gru Magru sugiri ella. Adora las cosas nuevas, especialmente si causanrevuelo.

  • S no eran los dos que Crockett hubiera elegido, pero a l no se le ocurran otroscandidatos. Si pudiramos conseguir a alguien cercano al emperador... Qu te pareceDruck... El que le prepara los baos de lodo a Podrang?

    Por qu no? Yo lo arreglar.Brockle Buhn perdi el inters y subrepticiamente se puso a comer antracita. Como el

    capataz le estaba mirando, el resultado fue una ria violenta que a Crockett le dej un ojomorado; despus, l volvi al trabajo maldiciendo entre dientes.

    Pero entretanto tuvo tiempo para cambiar unas palabras ms con Brockle Buhn. Ella seencargara. Esa noche los conspiradores celebraran una reunin clandestina.

    Crockett haba estado anhelando un buen descanso, pero la oportunidad erademasiado buena para dejarla ir. No tena deseos de continuar con su desagradable tareade extraer antracita. El cuerpo le dola terriblemente. Adems, si era posible incitar a losgnomos a una huelga tal vez as podra presionar a Podrang II. Gru Magru haba dichoque el emperador era mago. Quiz fuera capaz de devolverle a su condicin de hombre...

    Nunca lo ha hecho respondi Brockle Buhn, y entonces Crockett comprendi quehaba pensado en voz alta.

    Pero tal vez pueda hacerlo, pienso... Si lo quisiera.Brockle Buhn simplemente se estremeci, pero l atisbo un rayo de esperanza. Volver

    a ser humano...!Cavar... Cavar... Cavar... Cavar... Con regularidad montona y entumecedora Crockett

    se hunda en el embotamiento. A menos que llevara a los gnomos a la huelga, enfrentabauna eternidad de faenas agotadoras. Apenas se dio cuenta de que perda elconocimiento, de que Brockle Buhn le meta la mano rugosa bajo el brazo, de que lellevaban a travs de pasadizos hasta un cubculo diminuto, que era su nuevo hogar. Lagnoma le dej all y l se encaram a un catre de piedra y se durmi.

    Poco despus le despert un puntapi. Parpadeando, Crockett se incorpor, eludiendoinstintivamente el golpe que Gru Magru le diriga a la cabeza. Tena cuatro visitantes: Gru,Brockle Buhn, Druck y el pelirrojo Mugza.

    Lamento haber despertado tan pronto dijo Crockett con irnica amargura. De locontrario podras haber seguido patendome a tu entero gusto...

    Oh, no faltar oportunidad dijo Gru, Ahora, a qu viene todo esto? Queradormir, pero Brockle Buhn me dijo que habra pelea. Una grande, eh?

    Primero a comer dijo con firmeza Brockle Buhn. Preparar sopa de lodo paratodos se dirigi a un rincn y se puso a preparar un refrigerio.

    Los otros gnomos se acuclillaron y Crockett se sent en el borde del catre, an mediodormido. Pero atin a explicar su idea del sindicato. Fue recibida con inters, pero reparque ese inters responda a la mera posibilidad de una ria descomunal.

    Quieres decir que todos los gnomos de Dornsef atacan al emperador? preguntGru.

    No, no! Arbitraje pacfico. Simplemente nos negamos a trabajar. Todos.Yo no puedo dijo Druck. Podrang tiene que tomar sus baos de lodo, maldita

    babosa gordinflona. Me enviara a as fumarolas hasta que me asara.Quin te llevara? pregunt Crockett.Oh... Los guardias, supongo.Pero ellos tambin estaran en huelga. Nadie obedecera a Podrang hasta que l

    cediera.Entonces me hechizara dijo Druek.No puede hechizarnos a todos repuso Crockett.Pero me hechizara a m dijo Druck resueltamente. Adems, s que podra lanzar

    un hechizo sobre todos los gnomos de Dornsef... Transformarnos en estalactitas, o algopor el estilo.

  • Y qu? No tendra ms gnomos. Algo es mejor que nada. Simplementeemplearemos la lgica contra l. No preferira que se trabajara menos en vez de nada?

    El no terci Gru. Preferira hechizarnos, sin duda. Oh, es un dechado de maldadtermin aprobatoriamente el gnomo.

    Pero Crockett se negaba a creerlo. Era demasiado ajeno a su comprensin de lapsicologa... humana, desde luego. Se volvi a Mugza, que temblaba de furia. Quopinas t?

    Quiero pelear dijo el otro rencorosamente. Quiero patear a alguien.No te gustara baarte en lodo tres veces por da?Claro gru Mugza. Pero el emperador no me deja.Por qu no?Porque me gustara.No puedes darte por vencido dijo Crockett desesperado. La vida no es

    slo...cavar.Claro. Tambin estn las peleas. Podrang nos deja pelear a nuestro antojo.Crockett tuvo una inspiracin sbita.Pero ese es el problema. Va a cancelar las peleas! Decretar una prohibicin

    general de pelear, menos para s mismo...Fue un golpe de mano eficaz. Todos los gnomos saltaron.Cancelar las peleas! vocifer Gru, incrdulo. Caramba, siempre hemos

    peleado...Bien, dejaris de hacerlo insisti Crockett.Jams!Exacto! Por qu razn? Todos los gnomos tienen derecho a la vida, la libertad, Sos

    esfuerzos...pugilsticos.Dmosle una tunda a Podrang sugiri Mugza, aceptndole a Brockle Buhn un

    cuenco de humeante sopa de lodo.No, ese no es el modo... A m no me sirvas, Brockle Buhn, muchas gracias dijo

    Crockett para rechazar su racin de potaje. Como estaba diciendo, no es el modo. Loque necesitamos es una huelga. Pacficamente obligaremos a Podrang a darnos lo quequeremos se volvi a Durck. Qu puede hacer Podrang si todos nos quedamossentados rehusando trabajar?

    Et pequeo gnomo reflexion.Maldecir. Y patearme.S... Y despus, qu...Despus hechizara a todo el mundo, tnel por tnel.Aja asinti Crockett. Eso es importante. Lo que hace falta es solidaridad. Si

    Podrang sorprende a unos pocos gnomos, puede darles un buen susto. Pero si todosestamos unidos... Eso es! Cuando se declare la huelga, todos nos encontraremos en lacueva ms grande de la montaa.

    Esa es la Cmara del Consejo dijo Gru. Al lado de la sala del trono de Podrang.Bien. Nos reuniremos all. Cuntos gnomos se nos unirn?Todos gru Mugza, arrojando el cuenco de sopa a la cabeza de Druck. El

    emperador no puede cancelar las peleas.Y cules seran las armas de Podrang, Druck?Podra utilizar los Huevos de Basilisco dijo el otro dubitativamente.Qu es eso?En realidad no son huevos intervino Gru. Son gemas mgicas para

    encantamientos mltiples. Cada una obra hechizos diferentes. Los verdes son paratransformar a la gente en gusanos, creo. Podrang rompe uno y el encantamiento se

  • propaga unos seis metros. Los rojos son..., veamos. Son para transformar a los gnomosen seres humanos. Aunque eso es demasiado cruel. No... S. Los azules...

    En seres humanos? Crockett dilat los ojos. Y dnde se guardan esoshuevos?

    Peleemos insisti Mugza abalanzndose sobre el pequeo Druck, que chill confrenes y se defendi del atacante partindole el cuenco de sopa en la cabeza. BrockleBuhn se uni a la refriega pateando imparcialmente a los dos rivales, hasta que GruMagru la tumb. Poco despus el cuarto se pobl con los alaridos entusiastas de unabatalla gnmica. La participacin de Crockett fue inevitable...

    De todos los seres vivientes increbles y perversos que hayan existido jams, losgnomos casi eran los ms inslitos. Era imposible entender su filosofa. Sus mentesseguan otros rumbos que los habitualmente tomados por las inteligencias humanas.Carecan de los instintos vitales en los humanos, como el de supervivencia individual yracial. No moran ni se propagaban. Simplemente trabajaban y peleaban. Monstruitos demalas pulgas, pensaba Crockett con irritacin. Pero existan desde haca...milenios. Talvez desde el principio. Ese organismo social era el resultado de una evolucin mucho msantigua que la del hombre. Tal vez era adecuada para los gnomos. Quiz Crockett estabamellando los engranajes del mecanismo.

    Y qu? El no se pasara una eternidad extrayendo antracita, aunqueretrospectivamente recordaba sentir un curioso estremecimiento de vago placer mientrastrabajaba. Tal vez cavar era divertido para los gnomos. Ciertamente para ellos era unaraison d'tre. Con el tiempo, el mismo Crockett quiz ira perdiendo sus aficioneshumanas hasta metamorfosearse completamente en gnomo. Qu haba ocurrido con losotros humanos que haban sufrido una alteracin similar? Todos los gnomos, al parecer,son iguales. Pero quiz Gru Magru haba sido humano una vez, o Druck, o Brockle Buhn.

    Ahora eran los gnomos, en todo caso. Y pensaban y existan totalmente como gnomos.Y con el tiempo l sera exactamente igual a ellos. Ya haba adquirido el extrao tropismoque lo atraa a los metales y lo alejaba de la luz diurna. Pero no le gustaba cavar!

    Trat de recordar lo poco que saba sobre los gnomos: mineros y artesanos que vivanbajo tierra. Haba algo sobre los pictos, hombres de talla escasa que se ocultaron bajotierra cuando Inglaterra fue invadida hace muchos siglos. Eso pareca relacionarsevagamente con el temor de los gnomos por los seres humanos. Pero los gnomos nodescendan de los pictos, por cierto. Muy probablemente las dos razas y especies sehaban identificado al ocupar el mismo hbitat.

    Bueno, eso era inconducente. Y el emperador? Parece que no era un gnomo muyinteligente, pero era mago. Esas gemas los Huevos de Basilisco eran significativas.Si pudiera apoderarse de las que transformaban a los gnomos en hombres...

    Pero obviamente no poda por el momento. Mejor esperar. Hasta que se declare lahuelga. La huelga...

    Crockett se durmi...Le despert Brockle Buhn, que pareca haberle adoptado. Es probable que fuera la

    curiosidad de ella por los besos. De vez en cuando se ofreca besar a Crockett, pero lera terminante en la negativa. En cambio, ella le prepar el desayuno. Al menos, penssombramente Crockett, su organismo asimilara bastante hierro; despus de todo lasastillas oxidadas eran bastante parecidas a los copos de maz. Brockle Buhn aderez elmenjunje con polvo de carbn, un condimento especial.

    Bien, sin duda el sistema digestivo tambin se le haba alterado. Crockett dese podertomarse una radiografa de las entraas. Luego pens que sera demasiado perturbadoray que era mejor no saber... Pero le costaba reprimir la curiosidad. Engranajes en elestmago? Pequeas piedras de molino? Qu pasara si ingiriera inadvertidamentepolvo de esmeril? Tal vez podra sabotear al emperador de esa manera...

  • Al notar que ya era demasiado divagar, Crockett engull el resto del desayuno y siguia Brockle Buhn al tnel de antracita.

    Y la huelga? Qu novedades hay?Todo bien, Crockett ella sonri y Crockett torci la cara ante el espectculo. Esta

    noche todos los gnomos se reunirn en la Cueva Rugiente. Despus de trabajar.No hubo tiempo para conversar ms. Lleg el capataz y los gnomos recogieron los

    picos. Cavar... Cavar... Cavar... Siempre al mismo ritmo. Crockett sudaba y trajinaba. Nosera por mucho tiempo. La mente se le embot de tal manera que se amodorr despierto,y los msculos le reaccionaban automticamente.

    Cavar, cavar y cavar. A cada tanto, una pelea. Una vez un perodo de descanso. Luegoa cavar otra vez.

    Cinco siglos ms tarde se acab la jornada. Era hora de dormir.

    Pero haba algo mucho ms importante. La reunin sindical en Cueva Rugiente.Brockle Buhn le condujo hasta ah, una vasta caverna adornada con estalactitas verdes yrelucientes. Acudan gnomos. Gnomos y ms gnomos. Las cabezas de nabos estaban portodas partes. Se iniciaron varias peleas. Gru Magru, Mugza y Druck se instalaron cerca deCrockett. Durante una tregua Brockle Buhn lo empuj hacia una plataforma de roca quesobresala del suelo.

    Ahora susurr, Todos estn al tanto. Diles lo que quieres.Crockett escrut las cabezas movedizas, los atuendos rojos y azules, todo iluminado

    por ese inquietante resplandor plateado.Compaeros gnomos.empez tmidamente. Compaeros gnomos! Las palabras

    retumbaron amplificadas por la acstica de la caverna. Ese bramido taurino alent aCrockett, que sigui adelante.

    Por qu tenis que trabajar veinte horas por da? Por qu no podis comer laantracita que extrais mientras Podrang goza de su bao y se re de vosotros?Compaeros gnomos: el emperador es slo uno. Vosotros sois muchos! No puedeobligaros a trabajar! No os gustara comer sopa de lodo tres veces por da? Elemperador no puede resistiros. Si os negis a trabajar, todos vosotros, tendr que ceder.Se ver obligado!

    Cuntales del edicto que prohibe las peleas dijo Gru Magru.Crockett obedeci. Eso surti efecto. Las peleas eran algo entraable para iodo

    corazn gnmico, Y Crockett sigui hablando.Podrang intentar desmentirse. Alegar que jams se ha propuesto prohibir las

    peleas. Eso demostrar que os tiene miedo! La ventaja es nuestra! Declararemos lahuelga y el emperador no podr hacer nada... Cuando se quede sin lodo para sus baos,no tardar en capitular.

    Nos hechizar a todos murmur tristemente Druck.No se atrever! De qu podra servirle? El sabe donde le,.,eh, donde le baten el

    lodo. Podrang es injusto con los gnomos! Esa es nuestra consigna!Por supuesto, todo termin en una trifulca. Pero Crockett estaba satisfecho. El prximo

    da los gnomos no trabajaran. En cambio, se reuniran en la Cmara del Consejo,contigua a la sala del trono de Podrang, y se quedaran sentados.

    Esa noche durmi bien.A la maana siguiente Crockett se dirigi con Brockle Buhn a la Cmara del Consejo,

    una caverna gigantesca con capacidad para los miles de gnomos apiados en ella. Bajola luz plateada las vestimentas rojas y azules tenan un toque extraamente sobrenatural.Que quizs era muy natural, pens Crockett. En rigor, los gnomos no eran duendes?

    Entr Druck.No he preparado el bao de iodo de Podrang anunci roncamente. Oh, pero se

    pondr furioso. Escuchadlo.

  • En efecto, airados juramentos se oan a lo lejos, a travs de una arcada en la pared dela caverna.

    Pronto llegaron Mugza y Gru Magru.Llegar enseguida dijo el ltimo. Qu pelea se armar...!Peleemos ya mismo sugiri Mugza. Quiero patear a alguien. Fuerte.Hay un gnomo dormido dijo Crockett. Si lo sor prendes, podrs propinarle una en

    la cara.Mugza se puso en marcha babeando ligeramente. En ese momento Podrang II,

    emperador de los gnomos de Dornsef, irrumpi en la caverna. Era la primera vez queCrockett vea al monarca sin la costra de lodo, y no pudo evitar un respingo. Podrang eramuy feo. Combinaba las cualidades ms repulsivas de todos los gnomos que Crocketthaba conocido hasta entonces. El resultado era absolutamente indescriptible.

    Ah. Tengo huspedes dijo Podrang, detenindose y contonendose sobre laspiernas curvas. Druck! Dnde est mi bao, en nombre de los nueve infiernoshumeantes?

    Pero Druck se haba esfumado. El emperador cabece.Ya veo. Bien, no perder la calma. No perder la calma! NO PERDER LA...Call cuando una estalactita se desprendi del techo y se desmoron. Aprovechando el

    parntesis de silencio, Crockett se adelant.E-estamos de huelga anunci, titubeando ligeramente. Es una sentada. No

    trabajaremos...laa! aull el furibundo emperador. No trabajaris, eh? Vstagos de algas

    soeces, ojos hundidos, lenguas chatas, vientres planos! Mancha escurridiza y leprosa desetas mordisqueadas por murcilagos! Parsitos encogidos en el cuerpo miserable de ungusano inmundo! laa!

    Pelea! grit el incontenible Mugza, arrojndose sobre Podrang, que lo volte conun certero golpe bajo.

    A Crockett se le sec la garganta. Elev la voz, trat de mantenerla fume.Majestad, un minuto, por favor...Narices de hongos! Hijos de murcilagos negros y degenerados! chillaba el

    airado emperador a voz en cuello. Os hechizar a todos! Os transformar en nyades!Huelgas a m! Conque privndome del bao de lodo? Por Kronos, Nid, Ymir y Loki quelo lamentaris, Iaa! termin, atragantndose de furia.

    Pronto! susurr Crockett a Gru y Brockle Buhn.Interponeos entre l y la puerta para que no llegue a los Huevos de Basilisco.No estn en la sala del trono fue la tarda explicacin de Gru Magru. Podrang los

    toma del aire.Oh! resopl Crockett.En ese momento estratgico los peores instintos de Brockle Buhn se aduearon de la

    muchacha. Con un estentreo grito de placer tumb a Crockett, lo pate dos veces ybrinc hacia el emperador.

    Atin a dar un buen golpe antes que Podrang le martillara la cabeza con el puoganchudo, e instantneamente el crneo con forma de nabo pareci hundrsele en eltorso. El emperador, prpura de furia, tendi el brazo y un cristal amarillo le apareci en lamano.

    Era uno de los Huevos de Basilisco.Bramando como un elefante en celo, Podrang lo arroj. Un crculo de seis metros se

    despej de inmediato entre los gnomos apretujados. Pero no qued vaco. Docenas demurcilagos se elevaron revoloteando y acrecentaron la confusin.

    La confusin que se transform en caos. Con aullidos de gozoso furor, los gnomosavanzaron hacia el monarca. "Pelea!", gritaban estruendosamente, y el grito reverberabaen el techo: Pelea!

  • Podrang tom otro cristal de la nada, esta vez uno verde. Treinta y siete gnomos fueroninmediatamente transformados en gusanos y pisoteados. El emperador cay bajo un aludde atacantes que desaparecieron de golpe, transformados en ratones por otro Huevo deBasilisco.

    Crockett vio volar un cristal hacia l y ech a correr desesperadamente. Se ocultdetrs de una estalagmita y desde all observ la batalla. Sin duda que era un espectculodigno de verse, aunque no recomendable para personas nerviosas.

    Los Huevos de Basilisco estallaban incesantemente. Y cada vez que estallaban elhechizo se difunda unos seis metros o ms, antes de perder eficacia. Los que eransorprendidos en los bordes del crculo quedaban transformados slo parcialmente.Crockett vio un gnomo con cabeza de topo. Otro era gusano de la cintura para abajo. Otroera... Glup! Algunos de los hechizos parece que ni siquiera se inspiraban en la mitologaconocida.

    El bullicio que reinaba en la caverna arrancaba del techo una lluvia de estalactitas. Acada tanto reapareca la cabeza maltrecha de Podrang, slo para volver a hundirse bajolas nuevas oleadas de atacantes, que a su vez eran hechizados. Ratones, topos,murcilagos y otras criaturas poblaban la Cmara del Consejo. Crockett cerr los ojos yrez.

    Lo abri a tiempo para vez corno Podrang arrancaba del aire un cristal rojo y lodepositaba cuidadosamente tras de s. Luego vino un Huevo de Basilisco prpura. Seestrell contra el suelo y treinta gnomos se convirtieron en sapos.

    Al parecer, slo Podrang era inmune a su propia magia. Los miles que haban atestadola caverna eran diezmados rpidamente, pues los Huevos de Basilisco parecan provenirde una fuente inagotable. Cunto faltara para que e tocara uno a Crockett? Nopermanecera all escondido para siempre...

    Clav los ojos en el cristal rojo que Podrang haba depositado tan cuidadosamente.Estaba recordando algo. El Huevo de Basilisco que transformara a los gnomos en sereshumanos. Claro! Podrang no lo utilizara, pues la sola presencia de los hombresrepugnaba a los gnomos. Si Crockett pudiera echar mano de ese cristal rojo...

    Lo intent. Se escurri entre la confusin, pegndose a la pared de la caverna hastaacercarse a Podrang. El emperador fue barrido por otra ola de gnomos que de repente setransformaron en lirones, y Crockett se apoder de la gema roja. Era muy fra al tacto.

    Iba a partirla cuando le asalt un pensamiento escalofriante. Estaba muy en el fondo dela montaa de Dornsef, en un laberinto de cavernas. Ningn ser humano podra hallar lasalida. Pero un gnomo s, con la ayuda del extrao tropismo que le indicaba la luz.

    Un murcilago e roz la cara. Crockett estuvo casi seguro de orle chillar "qu vuelo!"en una parodia de la voz de Brockle Buhn, pero no lo habra jurado. Ech una ltimaojeada a la caverna antes de disponerse a huir.

    El caos era total: murcilagos, topos, gusanos, patos, anguilas y muchas otrasespecies se arrastraban, volaban, corran, mordan, chillaban, bufaban, gruan, gritabany croaban en todo lugar. Desde todas las direcciones los gnomos restantes ahoraapenas un millar convergan sobre un creciente montculo de gnomos que indicabadnde estaba el emperador. De pronto, Crockett vio disolverse el montculo, ahora vueltoun tropel de lagartijas que echaban a correr.

    Conque huelgas...! bramaba Pondrang. Os dar huelgas!Crockett volvi la espalda y huy. La sala del trono estaba desierta y se meti en el

    primer tnel. All concentr su mente en la luz del da. Sinti una presin en el odoizquierdo. Corri hasta que vio un pasaje lateral a la izquierda, una cuesta ascendente pordonde trep a toda velocidad. El ruido sofocado del combate muri detrs.

    Aferr vigorosamente el huevo de Basilisco rojo. Qu haba ocurrido? Podrang tendraque haberse detenido a parlamentar. Pero no lo haba hecho. Un gnomo singularmente

  • arisco y miope. Probablemente no se detendra hasta despoblar el reino entero. Esepensamiento le incit a correr ms rpido.

    El tropismo lo guiaba. A veces se equivocaba de tnel, pero siempre, cada vez quepensaba en la luz del da, senta la presin de la luz. Sus piernas cortas eranasombrosamente resistentes.

    Luego oy pasos atrs.No se volvi. Las maldiciones siseantes que caracolearon en el odo le anunciaban la

    identidad del perseguidor. Sin duda Podrang haba vaciado la Cmara del Consejo hastael ltimo gnomo, y ahora se propona hacer trizas a Crockett. Esa era slo una de lascosas que haba prometido.

    Crockett corri. Atraves el tnel como una exhalacin. El tropismo le guiaba, perotema desembocar en algn conducto sin salida. A sus espaldas el clamor era cada vezms alto. Si Crockett no hubiera sabido quin era, habra imaginado que lo persegua unejrcito de gnomos.

    Rpido! Ms rpido! Pero Podrang ya estaba a la vista. Sus rugidos hacan temblarlas paredes. Crockett aceler, dobl un recodo y vio una pared de luz flamgea: un crculoresplandeciente a la distancia. Era la luz diurna vista por ojos gnmicos.

    No podra llegar a tiempo. Podrang estaba demasiado cerca. Unos segundos ms yesas manos ganchudas y terribles se le cerraran sobre la garganta.

    Luego Crockett record el Huevo de Basilisco. Si ahora se transformaba en hombre,Podrang no se atrevera a tocarle. Y estaba casi en la boca del tnel.

    Se detuvo, gir sobre los talones y levant la gema. Simultneamente el emperador,vindole la intencin, tendi ambas manos y arranc del aire seis o siete cristales. Se losarroj directamente a Crockett, una andanada multicolor.

    Pero Crockett ya haba partido a sus pies la gema roja. Hubo un estrpitoensordecedor. Pareca que estallaban gemas dentro de un amplio crculo alrededor deCrockett. Pero la roja se haba partido antes.

    El techo se derrumb.

    Un rato despus Crockett se arrastr penosamente fuera de los escombros. Unamirada le indic que el camino hacia el mundo exterior estaba abierto. Y gracias alcielo! la luz diurna era nuevamente normal, no ese resplandor flamgeo y blanco queirritaba los ojos.

    Mir hacia las honduras del tnel y qued petrificado. Podrang se levantaba, con ciertadificultad, de un montculo de escombros. Mascullaba maldiciones con el ardor desiempre.

    Crockett se volvi para correr, tropez con una roca y cay de bruces. Mientras selevantaba not que Podrang le haba visto.

    El gnomo qued paralizado un instante. Luego aull, gir sobre los talones y huyhacia la oscuridad. Desapareci. El eco de sus pasos se fue apagando.

    Crockett trag con dificultad. Los gnomos tienen miedo de los hombres... /Vaya! Habafaltado tan poco para... Pero ahora...

    Senta ms alivio del que imagin que sentira. Subconscientemente debi haberdudado del efecto del hechizo pues Podrang le haba arrojado seis o siete Huevos deBasilisco. Pero l haba partido antes el rojo. Hasta ese extrao resplandor plateado sehaba extinguido. Las profundidades de la caverna eran totalmente negras y silenciosas.

    Crockett camin hacia la entrada. Sali y goz de la tibieza del sol de la tarde. Estabacerca del pie de la montaa Dornsef, en un zarzal. A treinta metros un granjero araba laplanicie de un campo.

    Crockett se le acerc tambaleando. El hombre se volvi al orle. Qued paralizado uninstante. Luego aull, gir sobre los talones y huy.

  • Los alaridos vibraron ladera arriba mientras Crockett, recordando los Huevos deBasilisco, se examinaba aprensivamente el cuerpo.

    Luego l tambin chill. Pero el sonido que emiti jams podra haber brotado de unagarganta humana.

    Algo muy natural, dadas esas circunstancias.

    LA GRAN NOCHE

    Capitulo 1. La ltima hipernave

    Asom torpemente del plano eclptico de los planetas como una bestia que se revuelcaen el espacio, las toberas chamuscadas y cortajeadas, una estra rugosa en el medio,donde la haba raspado la atmsfera turgente de Venus, y cada vieja soldadura del obesocuerpo a punto de rajarse.

    El capitn estaba borracho en su cabina, y su voz llorosa vibraba en loscompartimientos mientras se quejaba de la desconsiderada crueldad de la Comisin deTrfico Interplanetario.

    La tripulacin proceda de una docena de mundos, la mitad reclutada a la fuerza.Logger Hilton, el primer oficial, se esforzaba por comprender los mapas andrajosos, y LaCucaracha, los motores convulsionados ante esa idea suicida, se zambulla en la GranNoche a travs del espacio.

    En la sala de control centelle una seal. Hilton aferr un micrfono.Reparaciones! aull. Salid al casco para examinar la tobera 6A! Andando!Volvi a sus mapas, mordindose el labio y mirando de soslayo al piloto, un selenita

    diminuto e inhumano de extremidades aracnoides y mltiples y cuerpo de aspecto frgil.Ts'ss ese era el nombre, o una aproximacin tena puesto el incmodo conversor deaudio que volva su voz subsnica audible para los odos humanos, pero al contrario deHilton, no vesta armadura espacial. Ningn selenita necesitaba proteccin contra elespacio profundo. Un milln de aos en la Luna los haba habituado a la falta de aire. Laatmsfera de la nave tampoco era una molestia para Ts'ss. Simplemente no la respiraba.

    Maldito seas... Despacio! dijo Hilton. Quieres destrozar el casco?Los ojos facetados del selenita titilaron a travs de la mscara.No, seor, imprimo a los reactores la menor velocidad posible. En cuanto sepa las

    frmulas de distorsin espacial, todo ser ms fcil.Guala sin reactores!Necesitamos la aceleracin para salir del espacio normal, seor.No importa dijo Hilton. Ya lo tengo. Alguien ha estado criando moscas de fruta

    en estos mapas. Aqu tengo la informacin dict unas pocas ecuaciones que lamemoria fotogrfica de Ts'ss asimil de inmediato.

    A lo lejos se oy un aullido alargado.Ese es el capitn, supongo dijo Hilton. Vuelvo en un minuto. Entra en el

    hiperespacio en cuanto puedas o nos plegaremos como un acorden.Si, seor. Ah... Seor Hilton...S?Si puede, chele un vistazo al extintor del cuarto del capitn.Para qu? pregunt Hilton.Varias de las mltiples extremidades del selenita imitaron el gesto de beber. Hilton

    torci la cara, se levant y baj la escalerilla luchando contra la aceleracin. Ech unaojeada a los visores y comprob que ya haban pasado Jpiter, lo cual era un alivio. La

  • atraccin gravitatoria del planeta gigante no habra sido una ayuda para los huesosdoloridos de La Cucaracha. Pero afortunadamente ya haban pasado, Afortunadamente!Sonriendo con amargura, abri la puerta del capitn y entr.

    El capitn Sam Danvers estaba de pie en la cucheta, pronunciando un discurso ante laimaginaria Comisin de Trfico Interplanetario. Era un hombre corpulento, o mejor dicholo haba sido, pero ahora las carnes se le haban encogido y empezaba a encorvarse. Lapiel de la cara rugosa se le haba curtido tanto en el espacio que era casi negra. Una matade pelo gris le despuntaba furiosamente. Sin embargo, tena un curioso parecido conLogger Hilton. Los dos eran lobos del espacio. Hilton, con treinta aos menos, tambintena la cara curtida y la misma mirada en los ojos azules. Se dice que cuando uno seinterna en la Gran Noche, ms all de la rbita de Plutn, ese vaco enorme se le metedentro y asoma por los ojos. Hilton tena eso. Y el capitn Danvers tambin.

    Por lo dems, Hilton era robusto y macizo, mientras que Danvers tena ahora cierto airede fragilidad, y el ancho pecho del primer oficial abultaba la tnica blanca. An no habatenido tiempo para ponerse el uniforme de vuelo, aunque saba que ni siquiera estegnero de celulosa podra disimular la suciedad que se pegaba en un viaje espacial. Noen La Cucaracha, al menos.

    Pero ste sera el ltimo viaje en ese vejestorio.El capitn Danvers interrumpi el discurso para preguntarle a Hilton qu demonios

    quera. El oficial salud.Inspeccin de rutina, seor observ, y baj el extintor de la pared. Danvers brinc

    de la cucheta, pero Hilton fue ms rpido. Antes que el capitn pudiera hacer nada, Hiltonhaba vaciado el extintor en el vertedero ms cercano.

    El material era viejo explic. Lo llenar de nuevo.Escuche, seor Hilton dijo Danvers, tambalendose y clavando un largo ndice en

    la nariz del primer oficial. Si usted cree que all guardaba whisky, est loco.Seguro dijo Hilton. Loco como una cabra, capitn. Qu le parece un poco de

    cafena?Danvers se asom por el vertedero y mir vagamente hacia abajo.Cafena, en? Mire, si no sabe darse maa para llevar La Cucaracha al hiperespacio,

    tendra que renunciar.Claro, claro. Pero una vez en camino no tardaremos en llegar a Fria. Usted tendr

    que poner la cara ante el agente.Christie? S... Supongo que s Danvers se desplom en la cucheta, la cabeza

    entre las manos. He perdido la cabeza, Logger. Qu saben los de la Comisin?Diantres, nosotros hemos sido los que fundamos el puesto comercial en Sirio Treinta.

    Mire, capitn. Al subir a bordo estaba tan borracho que olvid de contarme dijoHilton. Simplemente orden que alterramos el curso y pusiramos rumbo a Fria. Porqu?

    La Comisin de Trfico Interplanetario gru el capitn. Hizo examinar LaCucaracha.

    Lo s. Inspeccin de rutina.Bien, esas babosas gordinflonas tienen el descaro de decirme que mi nave es

    insegura. Que la atraccin gravitacional de Sirio es muy fuerte..., y que no podamos ir aSirio Treinta!

    Quiz tengan razn dijo pensativamente Hilton. En Venus nos cost aterrizar...Es vieja dijo Danvers, defensivo. Y con eso, qu? He llevado La Cucaracha

    alrededor de Betelgeuse, y mucho ms cerca de Sirio que Sirio Treinta. La vieja damatiene lo que hace falta tener. En esos das saban construir motores atmicos.

    Hoy ya no los construyen dijo Hilton, y el capitn se puso prpura.

  • Transmisin de materia! mascull. Qu clase de locura es esa? Uno se meteen una mquina en la Tierra, bajan una palanca y est en Venus o Canopo o...elPurgatorio, si se le antoja! A los trece aos me embarqu en una hipernave, Logger. Mehe criado en hipernaves. Son slidas. Son confiables. Lo llevan a uno a cualquier parte.Olvdelo, no es seguro viajar por el espacio sin una atmsfera alrededor, aunque seaenfundado en un traje.

    De paso, dnde est el suyo? pregunt Hilton.Ah, tena mucho calor. El aire acondicionado no funciona.El oficial encontr la armadura en un armario y se puso a reparar la conexin rota.No hace falta que tenga el casco cerrado, pero mejor pngase el traje dijo

    distradamente. He impartido rdenes a los tripulantes. A todos menos a Ts'ss, que nonecesita proteccin.

    Danvers levant la vista.Cmo anda la nave? farfull.Bien, unas reparaciones no le vendran mal dijo Hilton. Quiero entrar pronto en el

    hiperespacio. Este curso rectilneo es un riesgo. Adems le temo al aterrizaje.Oh. De acuerdo, habr reparaciones al regreso...si ganamos el dinero suficiente.

    Recordar usted la miseria que nos dej el ltimo viaje... Le propongo algo: supervise eltrabajo y se llevar una buena tajada.

    Los dedos de Hilton se aflojaron sobre la conexin. El piloto mantuvo la cabeza gacha.Buscar un nuevo empleo dijo. Lo siento, capitn. Pero no estar a bordo

    despus de este viaje.Hubo silencio a sus espaldas. Hilton hizo una mueca y sigui reparando el traje

    espacial.Hoy da no encontrar muchas hipernaves que necesiten pilotos dijo por fin

    Danvers.Lo s. Pero tengo conocimientos tcnicos. Quiz me contraten para los transmisores

    de materia. O como comerciante, en los puestos de avanzada.Por todos los santos, Logger! De qu est hablando? Un...comerciante? Un

    mugriento colono? Usted es piloto de hipernaves!En veinte aos ms ya no quedar ni una sola hipernave en el espacio dijo Hilton.Miente. Habr una.Se har pedazos en un par de meses! repuso airadamente Hilton. No quiero

    discutir. A qu vamos a Fra? Los hongos?Danvers respondi despus de una pausa.Qu ms hay en Fra? Claro, los hongos. Nos hemos adelantado un poco. Nuestro

    arribo est previsto para dentro de tres semanas terrestres, pero Christie siempre tiene amano una provisin. Y esa gran cadena hotelera nos pagar la comisin de costumbre.Maldito sea lo que me importa saber por qu demonios la gente come esa bazofia,pero...pagan veinte dlares por el plato.

    Habr una buena ganancia, entonces dijo Hilton. Siempre que aterricemos enFria sanos y salvos arroj el traje arreglado sobre la cucheta, al lado de Danvers. Ahtiene, capitn. Mejor vuelvo a los controles. Muy pronto entraremos en el hiperespacio.

    Danvers se inclin hacia adelante y toc un botn para abrir la mampara corrediza.Mir fijamente la pantalla.

    Un transmisor de materia no le dar esto dijo lentamente. Mrelo, Logger.Hilton se inclin hacia adelante y mir por encima del capitn. El vaco centelleaba. En

    un costado arda framente una curva de la mole titnica de Jpiter. Varias de las unasatravesaban el campo visual de la pantalla, y un par de asteroides reflejaban la luz deJpiter con sus atmsferas tenues y colgaban como mundos en miniatura, rutilantes yvelados contra ese trasfondo flamgero. Y ms all del brillo de las estrellas y as lunas y

  • los planetas se vea la Gran Noche, el vaco negro que bate como un ocano los bordesdel sistema solar.

    Bonito dijo Hilton. Pero fro, tambin.Tal vez. Es muy posible. Pero me gusta. Bien, consgase un puesto de comerciante,

    imbcil. Yo me pegar a La Cucaracha. S que puedo confiar en la vieja dama.La vieja dama respondi con un brusco revolcn.

    Capitulo 2. Malas noticias

    Hilton sali disparado instantneamente de la cabina. La nave se zarandeababrutalmente. El primer oficial oy que Danvers vociferaba algo sobre la incompetencia delos pilotos, pero saba que probablemente no era culpa del selenita. Lleg a la cabina decontrol mientras La Cucaracha todava temblaba en la cada del ltimo salto. Ts'ss era untornado de movimientos, y las mltiples piernas maniobraban sobre una docena deinstrumentos con frenes.

    Avisar que saltamos! exclam Hilton, e inmediatamente Ts'ss se concentr enlos controles increblemente complejos que guiaban la nave al hiperespacio.

    El primer oficial estaba ante el tablero auxiliar, bajando las palancas.Puestos de seguridad! grit. Cerrad los cascos! Aferraos bien, saltadores de

    soles! All vamos!Una aguja gir veloz en un cuadrante, oscilando sobre una marca. Hilton se desplom

    en su asiento, deslizando los brazos bajo las agarraderas curvas y enganchando loscodos en ellas. Meti los tobillos en los sostenes correspondientes. Los visores seborronearon y titilaron con colores cambiantes, centelleando y apagndose mientras LaCucaracha se meca en el columpio entre el espacio normal y el hiperespacio.

    Hilton prob con otro micrfono.Capitn Danvers. Puestos de seguridad. De acuerdo?S. Ya me he puesto el traje. Me recibe? Me necesita? Qu le pasa a Ts'ss?

    pregunt la voz de Danvers.El conversor vocal de mi tablero ha estallado, capitn dijo Ts'ss. No pude tomar

    el auxiliar a tiempo...Necesitamos de veras una reparacin dijo Danvers, y cort.Hilton torci la boca.Necesitamos una reconstruccin farfull, y acerc los dedos a los botones de

    control, por si Ts'ss fallaba.Pero el selenita era como una mquina de precisin; nunca fallaba. La vieja Cucaracha

    cimbraba por los cuatro costados. Los motores atmicos soltaban cantidades fantsticasde energa en la brecha dimensional. De golpe el columpio se equilibr un instante, y enesa fraccin de segundo la nave se desliz por el puente energtico y dej de ser materia.Dej de existir en el plano tridimensional. Para un observador se habra esfumado. Peropara un observador del hiperespacio habra surgido repentinamente de la nada.

    Salvo que no haba observadores hiperespaciales. En realidad, en el hiperespacio nohaba nada. Era, como haba contado una vez un cientfico, una especie de sustanciapura, pero nadie saba cul. Se le podan descubrir algunas propiedades, pero no muchoms. Era blanco, y tal vez era una suerte de energa, pues flua como una marea de poderincontenible que arrastraba las naves a velocidades que en el espacio normal habranpulverizado a la tripulacin. Ahora, flotando en la hipercorriente, La Cucaracha corrahacia la Gran Noche a una velocidad que en cuestin de segundos la llevara ms all dela rbita de Plutn.

    Pero Plutn no se vea. Aqu se operaba a ciegas, con instrumentos. Y si uno seequivocaba de nivel, mala suerte... Para uno...!

  • Hilton se apresur a leer el instrumental. Estaba en Hiper-C-758-R. Correcto. El flujocirculaba en varias direcciones en los diferentes niveles del hiperespacio. Al regresar,alteraran la estructura atmica para abordar Hiper-M-75-L, que se precipitaba de Fria a laTierra y ms all.

    Ya est dijo Hilton, distendindose y buscando un cigarrillo. Ni meteoros, niproblemas de tensin... Simplemente bogar hasta acercarnos a Fria. Luego emergeremosdel hiperespacio, y probablemente nos haremos trizas.

    Son un chasquido.Seor Hilton anunci una voz, hay problemas.Era previsible... Bien, Wiggins. Qu pasa ahora?Uno de los nuevos... Estaba afuera, haciendo reparaciones.Hubo tiempo de sobra para regresar y entrar vocifer Hilton, que en realidad no

    estaba muy seguro de lo que deca. Llam a todos los puestos de seguridad...S, seor. Pero este hombre es nuevo. Parece que nunca antes haba navegado en

    una hipernave. Sea como fuere, est en la enfermera con una pierna quebrada.Hilton reflexion un momento; La Cucaracha iba escasa de tripulantes, de todos

    modos. Pocos hombres capaces se embarcaran voluntariamente en esta antigualla.Bajo enseguida dijo, y le hizo un gesto a Ts'ss, luego baj por el pasadizo

    echndole de paso una ojeada al capitn, que se haba dormido. Avanz ayudndose conlas agarraderas, pues en el hiperespacio no haba gravedad aceleratoria. En la enfermeraencontr al cirujano, que era tambin el cocinero de a bordo, entablillando a un jovenzuelotraspirado que maldeca entre dientes.

    Qu le pasa? le pregunt Hilton.Bruno, el matasanos, le salud con aire distrado.Fractura simple. Lo entablillo para que pueda moverse. Ha vomitado. Creo que no

    sirve para una hipernave.Eso parece dijo Hilton, estudiando al paciente. El muchacho abri los ojos y los

    clav en Hilton.Me embarcaron de contrabando! aull. Por la fuerza! Lo demandar, cueste lo

    que cueste. El primer oficial no se mosque.No soy el capitn, soy primer oficial dijo Hilton. Y te dir que lo que cueste no

    valdr la pena gastarlo en nosotros. No valemos demasiado. Sabes qu es la disciplina?Me embarcaron a la fuerza!Lo s. Es el nico modo de que La Cucaracha zarpe con una dotacin completa. He

    mencionado la disciplina. Aqu no nos preocupa demasiado. De todas maneras, es mejorque me llames 'seor' delante de los dems. Ahora cllate y descansa. Dale un sedante,Bruno.

    No! Quiero enviar un espaciograma!Estamos en el hiperespacio. No puedes. Cmo te llamas?Saxon. Luther Saxon respondi entre rezongos de impotencia. Soy... Soy

    ingeniero consultor de Transmat.Los que hacen transmisin de materia? Qu hacas por los muelles espaciales?

    Saxon trag saliva.Bueno... Yo...acompao a las dotaciones tcnicas para supervisar las nuevas

    instalaciones. Habamos terminado una estacin transmisora en Venus. Sal a tomar unostragos... Eso fue todo! Unos tragos y...

    Y apareciste donde menos te lo esperabas dijo Hilton, divertido. Alguno de losmuchachos te ech droga en el vaso. De todas maneras, tu nombre figura en la nmina,as que no tienes salida a menos que saltes de la nave. Puedes enviar un mensaje desdeFria, pero tardara mil aos en llegar a Venus o la Tierra. Mejor qudate con nosotros, ypodremos volver juntos.

  • En esta carretilla? No es segura. Es tan vieja que cada vez que respiro hondo seme pone la carne de gallina.

    Bien, deja de respirar barbot Hilton,a Cucaracha ya no era una damisela,evidentemente, pero haca muchos aos que l navegaba en ella. Era lgico que elhombre de Transmat hablara as; las dotaciones de Transmat nunca corren riesgos.

    Habas navegado alguna vez en una hipernave? pregunt.Claro dijo Saxon. Como pasajero! Tenemos que llegar a un planeta antes de

    llegar a una estacin, no?Aja Hilton estudi la cara ceuda del paciente. Pero ahora no eres pasajero.Tengo una fractura.Eres ingeniero calificado? Saxon titube y finalmente asinti.De acuerdo, sers piloto auxiliar. No tendrs que caminar mucho. El piloto te dir lo

    que hay que hacer. As te ganars los garbanzos.Saxon escupi protestas.Algo ms dijo Hilton. Mejor no le digas al capitn que eres de Transmat. Te

    colgara de una tobera. Mndamelo cuando est bien, Bruno.S seor dijo Bruno simulando una sonrisa, tambin era viejo lobo espacial, y no

    simpatizaba con Transmat.Hilton regres a la sala de control. Se sent y observ los visores blancos.Casi todos los brazos de Ts'ss estaban quietos, eso indicaba rutina.Tendrs un ayudante dijo Hilton al rato. Instryelo rpido. As podremos

    descansar un poco. Si ese calistano idiota no hubiera desertado en Venus, estaramos deperlas.

    Ser un viaje corto dijo Ts'ss. En este nivel la hipercorriente es ms rpida.S. No le digas al capitn, pero el novato es hombre de Transmat.Ts'ss solt una risita.Eso tambin pasar dijo. Somos una raza antigua, seor Hilton. Los terrqueos

    son nios comparados con los selenitas. A las hipernaves pronto les tocar el turno, ydespus le llegar la hora a Transmat, cuando aparezca algo nuevo.

    Nosotros no pasaremos dijo Hilton, algo asombrado de encontrarse defendiendo lafilosofa del capitn. Vosotros no habis... Los selenitas.

    Quedamos algunos, es cierto dijo blandamente Ts'ss. No muchos. La pocadorada del Imperio Selenita pas hace mucho tiempo. Pero todava quedamos algunosselenitas, como yo.

    Y estis vivos, verdad? No se puede liquidar...una raza.No fcilmente. No enseguida. Pero a la larga s. Y tambin se puede matar una

    tradicin, aunque lleve mucho tiempo. Pero usted sabe cul ser el fin.Oh, cllate dijo Hilton. Hablas demasiado.Ts'ss volvi a inclinarse sobre los controles. La Cucaracha sigui bogando en la

    hipercorriente blanca, deslizndose tan raudamente como el da en que la haban botado.

    Pero cuando llegaran a Fria se las veran con el espacio normal y una gravedadintensa. Hilton frunci el ceo.

    Y qu? pens. Este es slo otro viaje. El destino del universo no depende de l.Nada depende de l, salvo la posibilidad de ganar lo suficiente para hacer reparar a lavieja dama. Y a m no me importar, porque es mi ltimo viaje en la Gran Noche.

    Observ las pantallas. No poda verla, pero saba que la Gran Noche yaca ms all deesa blancura universal, en un plano invisible para sus ojos. Las pequeas chispas demundos y soles fulguraban en la inmensidad, pero nunca alumbraban la Gran Noche. Erademasiado vasta, demasiado implacable. Y hasta los soles gigantes se apagaranfinalmente en ese ocano. Como se apagara todo lo dems, todo lo que se desplazabaen las mareas del tiempo dentro de esa enorme negrura.

  • Eso era el progreso. Una ola naca y reuna fuerzas y creca... Y se rompa. Detrsvena una nueva ola. Y la vieja se disgregaba y se perda para siempre. Quedabanalgunos espumarajos y burbujas, como Ts'ss, vestigio de la ola gigante del antiguoImperio Selenita.

    El Imperio haba muerto. Haba combatido y gobernado a cien mundos en su poca.Pero al fin la Gran Noche lo haba conquistado y engullido.

    Y eventualmente engullira a la ltima hipernave. Tocaron Fria seis das terrestresdespus. Tocaron es decir poco. Uno de los brazos quitinosos de Ts'ss se tronch con elimpacto, pero al selenita pareci no importarle. No senta el dolor, y en pocas semanas lecrecera un brazo nuevo. La tripulacin, sujeta a las agarraderas de aterrizaje, sobrevivicon lesiones leves.

    Luther Saxon, el hombre de Transmat, ocupaba el asiento del piloto auxiliar tenabastantes conocimientos tcnicos y haba aprendido rpido los rudimentos, y recibi unmoretn en la frente, pero eso fue todo. La Cucaracha haba emergido del hiperespaciocon una sacudida que crisp al lmite el viejo corpachn, y la atmsfera y la gravedad deFria le pusieron a prueba otra vez. Las soldaduras se desgarraron, una tobera sedesprendi y nuevas estras rugosas surcaron el casco hirviente.

    La tripulacin anhelaba un descanso. No hubo tiempo para eso. Hilton organiz turnosde trabajo con intervalos de seis horas, y como quien no quiere la cosa anunci queestaba prohibido ir a Crepsculo. Saba que los tripulantes ignoraran la orden. No habamanera de conservar a los hombres a bordo mientras Crepsculo vendiera licor y otrosmecanismos de escape an ms eficientes. De todos modos haba pocas mujeres en Friay Hilton esperaba que un buen nmero de hombres siguiera trabajando hasta dejar LaCucaracha reparada y en buenas condiciones de navegacin, antes de subir elcargamento de hongos.

    Saba que Wiggins, el segundo oficial, dara lo mximo de s. El sali con el capitn enbusca de Christie, el comerciante de Fria. Tena que atravesar Crepsculo, la coloniatechada protegida del resplandor caliente y diamantino de la estrella del sistema. No eragrande. Pero Fria era un puesto de avanzada, con una poblacin oscilante de pocoscentenares que llegaban y se iban con las naves y las temporadas de cosecha. Hiltonpens que si era necesario, podran embarcar de contrabando a algn juerguista. Peroera improbable que los tripulantes desertaran. Ninguno de ellos cobrara un cntimo antesde regresar al sistema solar.

    Encontraron a Christie en su cabina de plasticoide; un hombre gordo, calvo y sudorosoque chupaba una enorme pipa de espuma de mar. Se sobresalt al verles, y luego serecost resignadamente en la silla y los invit a sentarse.

    Hola, Chris dijo Danvers. Qu tal?Hola, capitn. Hola, Logger. Un buen viaje?El aterrizaje no fue tan bueno dijo Hilton.S, algo me han contado. Un trago?Despus dijo Danvers, aunque le brillaron los ojos.Primero los negocios. Tienes listo algn buen cargamento?Christie se alis una de las mejillas gordas y relucientes.Bien... Llegis con dos semanas de adelanto.Siempre tienes una reserva. El comerciante gru.Lo cierto es... Oye, no has recibido mi mensaje? No, supongo que no hubo tiempo...

    La semana pasada te mand un recado en el Cielo Azul, capitn.Hilton intercambi una mirada con Danvers.Hueles a malas noticias, Chris. Qu pasa?No puedo evitarlo dijo Christie, incmodo. No podis competir con Transmat. No

    podis pagar esos precios. La Cucaracha supone gastos de viaje. El combustible cuesta

  • dinero y...bien, Transmat instala una estacin, la paga, y eso es todo, salvo el consumode energa. Cunto suma con motores atmicos?

    Danvers se estaba poniendo rojo.Transmat instalar una estacin aqu? se apresur a preguntar Hilton.S. No puedo detenerlos. Estar lista en un par de meses.Pero por qu? Los hongos no valen la pena. El mercado no es tan importante. Nos

    ests envolviendo, Chris. Qu quieres? Una tajada ms grande? Christie contempl lapipa.

    No. Recuerdas los anlisis de mineral de hace doce aos? Hay filones valiosos enFra, Logger. Slo que hay que refinarlo mucho. De lo contrario es muy voluminoso paraembarcarlo. Y costara muchsimo fletar el equipo en una nave. Son mquinas grandes,grandes de veras.

    Hilton mir de soslayo a Danvers. El capitn ya estaba prpura, y apretaba los labioscon fuerza.

    Pero... Un momento, Chris. Cmo lo solucionar Transmat? Enviar el mineral enbruto a la Tierra con sus aparatos?

    Segn lo que he odo dijo Christie, enviarn las mquinas de refinamiento y lasinstalarn en Fria. Todo lo que necesitan para eso es un transmisor. El campo puedeexpandirse para transportar cualquier cosa, verdad? Qu demonios, si se puede moverun planeta, teniendo la suficiente energa! El mineral ser procesado aqu y el productorefinado ser enviado a la Tierra.

    As que buscan mineral dijo Danvers en voz baja. No les interesan los hongos,verdad? Christie movi la cabeza.

    Parece que s. Me han hecho una oferta. Importante. No puedo rechazarla, y t nopuedes igualarla, capitn. Lo sabes tan bien como yo. Trece dlares la libra.

    Danvers refunfu. Hilton solt un silbido.No podemos igualarla dijo. Pero cmo se las arreglan para pagar tanto?Por la cantidad. Mandan todo con los transmisores. Instalan uno en un mundo, y es

    una puerta abierta en la Tierra..., o en el planeta que se les antoje. Un trabajo solo no lesdeja mucho margen, pero un milln de trabajos... Y lo acaparan todo! Qu puedo haceryo, Logger?

    Hilton se encogi de hombros. El capitn se levant bruscamente. Christie mirfijamente la pipa.

    Mira, capitn. Por qu no pruebas con las Secundarias de Orion? He odo quetuvieron una excelente cosecha de eucaliptus...

    Yo lo o hace un mes dijo Danvers. Todo el inundo lo ha odo. Supongo que yano quedar nada. Adems, la vieja dama no aguantara semejante viaje. Tengo quehacerla reparar pronto, y bien, cuando volvamos al sistema. Se hizo un silencio. Christiesudaba ms que nunca.

    Y ese trago? sugiri. Quiz se nos ocurra algo.Todava puedo pagarme lo que bebo le espet el capitn Danvers, que gir sobre

    sus talones y se march.Cielo santo, Logger! dijo Christie. Qu podra hacer yo?No es tu culpa, Chris dijo Hilton. Te ver luego, a menos... De todos modos,

    mejor que siga al capitn. Parece que se dirige a Crepsculo.Sigui a Danvers, pero ya haba perdido las esperanzas.

    Captulo 3. Danvers fija el rumbo

    Dos das ms tarde el capitn segua borracho. En la penumbra de Crepsculo, Hiltonentr en un cobertizo enorme y fresco donde inmensos ventiladores hacan circular el airecaliente y encontr a Danvers, como de costumbre, en una mesa del fondo, con una copa

  • en la mano. Estaba hablando con un canopiano de cabeza diminuta, un ejemplar de razaretrgrada que posee apenas un mnimo de inteligencia. El canopiano pareca recubiertode felpa negra, y los ojos rojos relucan perturbadoramente a travs de la pelambre. Eltambin empuaba una copa. Hilton se es acerc.

    Capitn dijo.Largo dijo Danvers. Estoy charlando con este amigo.Hilton mir al canopiano con severidad y ech el pulgar hacia atrs. La sombra de ojos

    rojos recogi la copa y se march rpidamente. Hilton se sent.Estamos listos para despegar dijo.Los ojos legaosos de Danvers parpadearon.Me ha interrumpido, oficial. Estoy ocupado.Cmprese una caja y termine la juerga a bordo dijo Hilton Si no zarpamos pronto

    la tripulacin desertar.Que se vayan.De acuerdo. Entonces, quin llevar La Cucaracha de vuelta a la Tierra?Si volvemos a la Tierra la vieja dama ir a parar a un cementerio de chatarra dijo

    furiosamente Danvers. La CTI no autorizar otro viaje sin una remodelacin general.Puede pedir un prstamo.Ja!Hilton solt un suspiro spero y furibundo.Est suficientemente sobrio como para entenderme? Entonces escuche. Estuve

    hablando con Saxon...Quin es Saxon?Lo embarcamos subrepticiamente en Venus. Bien, es un...ingeniero de Transmat

    Hilton se apresur a continuar antes que el capitn pudiera replicarle. Fue un error. Unerror de quien le 'reclut', y nuestro. Transmat respalda a sus hombres. Saxon ha habladocon la gente de Transmat en Fra, y el superintendente me ha visitado; hay problemas enpuerta. Una demanda por daos y perjuicios. Pero tenemos una salida... Ningunahipernave llegar a Fria en muchas semanas y el transmisor de materia no estarterminado hasta dentro de dos meses. Y parece que Transmat va escasa de ingenieros.Si podemos llevar a Saxon a Venus o la Tierra inmediatamente, l se callar. Y no habrdemanda.

    Quizs l se calle... Pero Transmat?Si Saxon no firma una queja, qu puede hacer la compaa? Hilton se encogi de

    hombros. Es nuestra nica salida.Los dedos moteados de Danvers juguetearon con la copa.Un hombre de Transmat murmur. Aja. As que volvemos a casa... Y qu?

    Estamos liquidados clav en Hilton una mirada turbia. Es decir, yo estoy liquidado.Olvid que usted desertar despus de este viaje.

    No desertar. Mis contratos expiran al terminar cada viaje. Qu quiere que haga yo,de todos modos?

    Haga lo que quiera. Abandonar a la vieja dama. Usted no es un lobo espacial escupi Danvers.

    S cuando llevo las de perder dijo Hilton. Cuando se pierde por puntos lo msinteligente es esquivar los golpes, no esperar el knockout. Usted tiene conocimientostcnicos. Tambin podra trabajar para Transmat.

    Por un segundo Hilton crey que el capitn le tirara la copa en la cara. Luego Danversse recost en la silla, y se puso una sonrisa en los labios.

    No debera perder la cabeza por eso dijo con esfuerzo. Es la verdad.S... Bueno, viene conmigo?La vieja dama est lista para despegar? pregunt Danvers. Ir con usted, pues.

    Pero antes, beba una copa conmigo.

  • No tenemos tiempo.Danvers se levant con la dignidad de un borracho.No me gustan sus nfulas, oficial. El viaje no ha terminado, todava. Dije: beba

    conmigo! Es una orden.Oh, est bien, est bien dijo Hilton. Un trago, y nos vamos...Claro.Hilton bebi el licor sin degustarlo, y... Sinti demasiado tarde el dolor picante en la

    lengua. Antes que pudiera incorporarse, el saln penumbroso se repleg sobre l comoun paraguas al cerrarse. Mientras perda el conocimiento comprendi con amargura queacababan de drogarlo como al ms tierno de los novatos. Slo que ese trago lo habaservido el capitn.

    Los sueos eran confusos. Estaba combatiendo con algo, pero no saba con qu. Aveces cambiaba de forma y a veces no estaba all, pero era siempre enorme yterriblemente poderoso.

    El tampoco era siempre el mismo. En algunas ocasiones era el joven deslumbrado quese haba embarcado en el Saltaestrellas, para zambullirse por primera vez en la GranNoche. Luego tena unos aos ms y era contramaestre. Quera ascender a oficial yestudiaba, a travs de los blancos e inmutables das y noches del hiperespacio, losintrincados logaritmos que debe conocer todo buen piloto.

    Como el caballo que gira y gira alrededor de una noria, caminaba hacia una meta quese le escapaba, que permaneca siempre lejos de su alcance. A veces ni siquiera veacul era esa meta; brillaba como el xito y tal vez lo fuera, pero la meta empezaba a girarantes de que el pusiera la noria en movimiento.

    En la Gran Noche una voz descarnada le deca:Has equivocado el juego, Logger. Hace treinta aos habras tenido un futuro en las

    hipernaves. Ahora no. Vendr una nueva ola. Lrgate o ahgate.Una sombra de ojos rojos se inclin sobre l. Hilton luch por emerger del sueo.

    Sacudi los brazos torpemente y apart la copa que le acercaban a los labios. Elcanopiano solt un grito estridente y spero. El lquido de la copa form una esferabrillante en medio del aire.

    La copa notaba y el canopiano tambin. Estaban en el hiperespacio. Unas pocascorreas sujetaban a Hilton a la cucheta, y comprob que se trataba de su propia cabina.El mareo y la debilidad, efectos de la droga, se le escurran en el cerebro.

    El canopiano choc contra la pared, empuj con fuerza y regres disparado haciaHilton. El oficial se libr de las correas. Estir la mano y apres un puado de pelo negro ysedoso. El canopiano le tir un zarpazo a los ojos.

    Capitn! chill. Capitn Danvers!El dolor atenace la mejilla de Hilton cuando las zarpas del oponente se la hicieron

    sangrar. Hilton rugi de furia. Lanz un puetazo a la mandbula del canopiano, peroahora flotaban libremente y el impacto fue ineficaz. Se trenzaron en el aire. El canopianono cesaba de chillar con su alarido agudo y demente.

    El picaporte emiti dos chasquidos. Se oy una voz afuera. Wiggins, el segundo. Huboun estruendo sordo. Hilton, todava dbil, trataba de alejar al canopiano con golpesespasmdicos. La puerta se abri de golpe y entr Wiggins.

    Dzann! dijo. Basta! y encaon al canopiano con una pistola propulsora.Frente a la puerta haba un pequeo grupo. Hilton vio a Saxon, el hombre de Transmat,

    boquiabierto, y a otros miembros de la tripulacin que miraban indecisos. De pronto lacara del capitn Danvers apareci detrs de las otras, tensa y convulsa.

    Qu ha pasado, seor Hilton? dijo Wiggins. Este gato le salt encima?Hilton estaba tan acostumbrado a usar la armadura espacial que hasta entonces no

    haba reparado en su presencia. El casco estaba echado hacia atrs, como el de Wiggins

  • y el resto. Se arranc un lastre del cinturn y lo arroj a un lado; la reaccin lo impulshacia una pared, donde aferr una agarradera.

    Lo encerraremos en una celda? pregunt Wiggins.Bien, hombres dijo serenamente Danvers. Dejadme pasar se dio impulso para

    entrar en la cabina de Hilton rodeado de miradas de embarazo y vaga desconfianza,clavadas en l; el capitn las ignor.

    Dzann! grit. Por qu no tienes puesta tu armadura? Pntela. El resto..., a suspuestos. Usted tambin, seor Wiggins. Yo me encargar de esto.

    Wiggins vacil. Trat de decir algo.Qu espera? le dijo Hilton. Dgale a Bruno que traiga un poco de caf, y ahora

    mrchese maniobr para sentarse en la cucheta, viendo por el rabillo del ojo queWiggins y los dems se retiraban. Dzann, el canopiano, haba tomado un traje del rincn yforcejeaba torpemente para ponrselo.

    Danvers cerr cuidadosamente la puerta, investigando la cerradura estropeada.Hay que hacerla arreglar murmur. No quiero cosas rotas a bordo encontr

    una agarradera y se detuvo frente al primer oficial, los ojos fros y vigilantes, la carafatigada y todava tensa.

    Hilton busc un cigarrillo.La prxima vez que su gato me salte encima lo perforar de lado a lado prometi.Lo apost aqu para vigilarle a usted, por si acaso dijo Danvers. Para que le

    cuidara si suframos algn accidente o corramos peligro. Le ense cmo cerrarle elcasco y abrir el oxgeno.

    Y cree que un canopiano imbcil se iba a acordar? dijo Hilton. Tambin le dijoque me mantuviera drogado tendi la mano hacia la esfera lquida y brillante que flotabacerca y la palp con el ndice; prob la bebida. Claro. Vakheesh. Eso es lo que puso enmi copa en Fria. Qu tal si suelta la lengua, capitn? Qu hace este canopiano abordo?

    Lo he contratado dijo Danvers.Para qu? Supervisor de carga? Danvers respondi con voz neutra. Miraba a

    Hilton de hito en hito.Camarero.Ya veo. Qu le ha dicho a Wiggins? Sobre m, quiero decir.Le he dicho que usted estaba ipado sonri el capitn Danvers. Era cierto, por

    otra parte.Pero ya no replic Hilton con exasperacin. Qu tal si me cuenta dnde

    estamos? De todos modos, puedo averiguarlo. Puedo pedirle las ecuaciones a Ts'ss yestablecer las coordenadas. Estamos en M75L?

    No. Estamos navegando en otro nivel.Hacia dnde?No conozco el nombre chill el canopiano. No tiene nombre. Tiene un sol doble.Est loco de remate! Hilton mir ceudamente al capitn. Ha puesto rumbo

    hacia un sistema binario? Danvers segua sonriendo.As es. No slo eso... Adems, vamos a aterrizar en un planeta que est a unos

    cincuenta mil kilmetros de los soles.Hilton abri la mampara corrediza y observ el vaco blanco.A menos distancia que Mercurio del Sol. No podr hacerlo. Qu tamao tienen las

    estrellas? Danvers se lo dijo.De acuerdo. Es un suicidio. Usted lo sabe. La Cucaracha no aguantar.La vieja dama puede aguantar todo lo que le ofrezca la Gran Noche.Esto no. Pudo haber regresado a la Tierra y descender en la Luna... Pero usted la

    lleva a una mquina trituradora.

  • Todava recuerdo mis lecciones de astrogacin dijo Danvers. Saldremos delhiperespacio con el pl