Kreimer -Las corrientes post-mertonianas en la sociología de la ciencia

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Kreimer, Pablo (1999): De probetas, computadoras y ratones; Buenos Aires; Ed. U.N Quilmes; cap. IIICaptulo III Las corrientes post-mertonianas en la sociologa de la ciencia 1. Emergencia de nuevas corrientesHace ya ms de dos dcadas, el pensamiento sociolgico y la investigacin sobre la ciencia se van transformando de un modo acelerado. La literatura sobre estos temas se desarroll de un modo sustantivo, y nuevos grupos de investigacin han ido surgiendo en diferentes pases. En la actualidad hacemos frente hoy a un conjunto de trabajos, artculos y libros publicados durante los ltimos veinte aos que parecen dar un soplo nuevo a los estudios sobre la ciencia, y que han sido denominados genricamente como la "nueva sociologa de la ciencia".1 Esta definicin, que en principio parecera til para analizar la produccin de un conjunto de autores, resulta en exceso simplificadora, puesto que esconde toda la diversidad de la produccin intelectual en este campo. En consecuencia, hemos preferido la definicin, por cierto ms general, de corrientes post-mertonianas, porque la emancipacin de lo que haba sido la visin "hegemnica" parece condensar el punto de partida de la mayor parte de las investigaciones y teorizaciones que se han ido desarrollando en los ltimos aos.2 El anlisis que presentamos, sin embargo, no ser neutro respecto de la representatividad de todas las corrientes surgidas en los ltimos aos. Por el contrario, intentamos mostrar, desde una mirada crtica, los diferentes debates, los desafos, las rupturas que han ido organizando -o, mejor, reorganizando- el campo de la sociologa de la ciencia desde los aos setenta en adelante. En consecuencia, nuestra seleccin de las corrientes analizadas sigue esa misma lgica, lo cual nos obliga a dejar de lado algunas corrientes que pueden ser consideradas como muy importantes, como es el caso de los trabajos mertonianos, desarrollados por los discpulos de Merton durante esos aos. Por otro lado, tambin hemos dejado de lado las investigaciones consagradas a la medicin de las actividades cientficas (cientometra), tanto como aquellas otras ms bien preocupadas por los aspectos preponderantemente polticos de la ciencia (anlisis de polticas pblicas de1 Vase, por ejemplo, Bunge (1993) y (1992), Boudon (1995). 2 Tomo la expresin post-mertoniano de Sal Restivo (1992). Considero esta expresin ms abarcativa que la de "nueva sociologa de la ciencia", puesto que esta ltima aparece, en especial en los ltimos aos, como excesivamente cargada de significado en la identificacin de un grupo (o de algunos grupos) en particular. An ms, en algunas polmicas esta expresin adquiere un carcter claramente peyorativo (vase Bunge, 1993, y Boudon, 1995).investigacin, etctera).3 Con respecto a este ltimo aspecto, haremos una prueba de reflexividad: digamos en principio que cada nuevo enfoque, o cada investigacin que se presenta, comienza por trazar su propio espacio de interlocucin, por "marcar el terreno" desde donde se debe valorar su propia contribucin. Como veremos a continuacin, la mayor parte de los enfoques comienzan con este tipo de evaluacin, tarea que por lo general incluye un posicionamiento en el campo, un llamado implcito (y a veces explcito) a los que sern sus compaeros de ruta. Es por este motivo que trazar la genealoga de los trabajos en los ltimos aos es una tarea que se ve, al mismo tiempo, simplificada y complicada.4 Simplificada, porque a diferencia de una investigacin policial, los testigos estn all, no hay que ir a buscarlos a los fondos de sus casas para que hagan su declaracin, estn simplemente en la vereda esperando que uno recoja su testimonio. Sin embargo, esta multiplicidad de voces (que podra explicarse en buena medida por la escasa antigedad relativa de sus pobladores) hace difcil al mismo tiempo ir siguiendo una lnea de desarrollo, toda vez que las declaraciones de cada testigo son raramente coincidentes, y es necesario realizar un "careo" entre ellas para desentraar el problema. Este desarrollo no es, adems, homogneo: si en los primeros aos (dcada del setenta hasta mediados de los ochenta), una gran mayora de los autores converge hacia posiciones que ellos mismos definirn como complementarias, es ms tarde cuando se comienza a producir una superposicin de discusiones ms profundas. Esto no invalida el hecho de que un conjunto de investigadores marcarn lneas ms bien autnomas de pensamiento, respecto de lo que podramos llamar como la corriente mayoritaria. Si hablamos pues de reflexividad, ser en esta direccin: as como sealamos los ejercicios de posicionamiento de los diferentes autores, nosotros mismos no podremos escapar a dicha estrategia. Lo nico que podemos hacer, en este caso, es convertirla en una estrategia explcita. En este sentido, el juicio crtico que realizaremos acerca de las diferentes corrientes en el campo de la sociologa de la ciencia no deber tener otro efecto que el de guiarnos hacia nuestras propias investigaciones, contextuarlas terica e histricamente, ayudarnos a considerar crticamente nuestra propia investigacin.2. Los enunciados preliminares3 Naturalmente, es imposible negar la importancia de desarrollos como los de Barber (1962) en el primero de los sentidos, de Ben-David (en especial, 1971) en el segundo, o de Salomon (1970, 1988 y 1992, entre otros). 4 Un ejercicio interesante de este tipo de evaluacin de los trabajos realizados en el campo se puede leer, por ejemplo, en Barnes (1972 y 1977), Bowker y Latour (1987), Caion y Latour (1991), Knorr-Cetina (1983), Knorr-Cetina y Mulkay (1983), Lcuyer (1978), Lemaine (1979), Merton y Gaston (1977), Mulkay (1980 y 1992), Restivo (1992 y 1995), Vessuri (1992), Vinck (1995) y Woolgar (1982 y 1988), entre otros.La mayor parte de los analistas que intentan retratar la gnesis del campo de los estudios post- mertonianos sealan como punto de inflexin significativo al libro de David Bloor Knowledge and Social Imagery, publicado en 1976. Sin desdear el significado que esta obra tuvo (y, en alguna medida, sigue teniendo) en la conformacin del campo, nos permitiremos rastrear algunos antecedentes previos a ese libro y que, en alguna medida, "prepararon el terreno" para la recepcin que tuvo el libro de Bloor. En todos los casos, la crtica al modelo hegemnico parece ser el prerequisito para una reformulacin del campo terico y de investigacin; en cierto sentido, podramos decir que, para algunos autores, esto implica que el objeto mismo es el que resulta redefinido. Si quisiramos aplicar una metfora kuhniana, podramos pensar que, desde la perspectiva de una buena parte de los socilogos de la ciencia de la dcada del setenta, van surgiendo diversas anomalas que el sistema mertoniano se revela incapaz de explicar.5 As, unos argumentos encontrarn anmalo que la sociologa no pueda explicar la produccin de conocimiento (no ya slo las condiciones sociales o racionales para su produccin); otros hallarn que el modelo mertoniano no puede explicar satisfactoriamente la relacin entre el contexto social ms amplio y las prcticas de investigacin; otros an pensarn en las lagunas tericas que dejan sin explicar las tensiones entre racionalidad-irracionalidad en la prctica cientfica, o la interpretacin de la causalidad de la investigacin correcta y la equivocada de acuerdo a diferentes factores, por no citar sino los tpicos ms relevantes. Es a partir de la deteccin de estas anomalas que se fundamentan nuevos desarrollos tericos que pretendern explicar aquello en lo que el modelo anterior fallaba. Si llevramos la analoga kuhniana hasta el lmite, deberamos entonces pensar en que la mayora de los autores que consideraremos ha trabajado con el convencimiento de que estaban protagonizando una verdadera revolucin, que debera desembocar en el establecimiento de un nuevo paradigma, un nuevo perodo de ciencia normal. Por cierto, aqu llegamos al fin de nuestra analoga, porque parece dudoso que podamos aplicarla efectivamente para el anlisis de la "nueva" sociologa de la ciencia, teniendo en cuenta ciertas preguntas que parecen poner en cuestin la formacin de un nuevo paradigma. Por ejemplo, cules son los criterios (racionales o irracionales?) para la decisin terica en el terreno de la sociologa de la ciencia en esos aos? Estaran todos de acuerdo, como ha ocurrido a menudo en otras5 De hecho, algunos analistas consideraron el problema desde esta perspectiva. Norman Storer, un discpulo de Merton, al comentar las crticas de Mulkay, afirma que el artculo de Merton sobre "Las prioridades en los descubrimientos cientficos [no slo] [...] hizo surgir toda una tradicin de investigacin sobre el sistema de recompensas en la ciencia [...] [sino que] contribuy a redondear el paradigma en formacin". En Merton (1973/1977), las cursivas son mas. Por otro lado, Restivo (1992) en su anlisis propone tambin diferentes paradigmas -mertoniano, cientomtrico, de conflicto- si bien stos parecen poder coexistir en el tiempo aun siendo contradictorios (y, de hecho, competitivos).disciplinas, en adherir al consenso propuesto por el nuevo paradigma? Y an: es posible pensar en este terreno (de las ciencias sociales) lo paradigmtico de un modo anlogo con el de las ciencias naturales? Es posible (para usar un trmino de Harry Collins) clausurar las controversias en las ciencias sociales? 0 nos hemos adentrado acaso en un estadio post-paradigmtico? Es posible sealar algunas obras a las que podramos llamar "pioneras" o "tempranas" que marcan el comienzo de un abierto cuestionamiento a los modelos de anlisis que hemos denominado como sistema mertoniano. Como ejemplo de stas podemos considerar algunos artculos sin duda ejemplares: el artculo de King (1971), el de Whitley (1972), y los primeros trabajos de Barnes (Barnes y Dolby, 1970) y de Mulkay (1969, 1972) Estos trabajos sientan la base de una crtica al modelo de anlisis normativo predominante hasta entonces y que, desde diferentes perspectivas, va a dar origen a nuevos desarrollos. King -como ya lo hemos mencionado- seala muy claramente el problema de la sociologa (que l denomina) conductista o funcional, dado que sta intenta conciliar un enfoque antirracionalista en sociologa, con un enfoque racionalista de la ciencia. Segn l, el funcionalismo de Merton rompe la distincin entre las prcticas racionales (y por lo tanto comprensibles) y las irracionales (y por lo tanto en ltima instancia incomprensibles), introduciendo la categora intermedia de conducta no-racional (pero comprensible, al menos para los socilogos).6 As, muestra la "razonabilidad" de las prcticas no-lgicas. De este modo, derivado de su visin positivista de la ciencia (intento de racionalizacin de lo irracional), Merton dicotomiza, segn King, las prcticas cientficas y las teoras cientficas. En consecuencia, opone la ciencia a la tradicin (en donde dichas operaciones no se podran llevar a cabo). As, las ideas cientficas son tratadas como moral y socialmente neutras, como objetos ms que como estados o actitudes de la mente, que pasan de mano en mano como si fueran bienes econmicos, en lo que King llama la sociologa "econmica" de la ciencia. Sin embargo, desde el punto de vista de una nueva sociologa de la ciencia, tal vez uno de los ejes ms importantes de la crtica de King es que, desde el punto de vista de Merton, la autoridad cientfica es simplemente la autoridad de la verdad sobre el error. La eleccin cientfica es la eleccin entre teoras a partir de ese contenido de verdad confirmable. Entendemos entonces que el consenso cientfico se debe formar automticamente en cuanto los cientficos adhieren a las teoras que son demostrablemente ms verdaderas que las de sus rivales. Esto, concluye King, no deja ningn lugar para la explicacin de la sociologa: "Debemos evocar las presiones6 King (1971), p. 8. Notemos al pasar el hecho curioso de que, mientras los autores de los otros trabajos que mencionamos desarrollarn luego una extensa produccin en este campo, de King prcticamente se conoce este solo artculo en relacin con la sociologa de la ciencia. Adems, este artculo constituye (en realidad escrito antes que el de Whitley aunque publicado despus), en alguna medida, un clsico en estos estudios. En muchos sentidos se puede considerar como un precursor de algunos de los ejes centrales de lo que se llamara la Sociologa del conocimiento cientfico (SSK). Por otro lado, notemos tambin que dos de los artculos que referimos (Mulkay y Whitley, 1972) han sido publicados en la misma compilacin realizada por Paul Halmos, de la Universidad de Keele.sociales para explicar por qu algunos hombres son convencidos por el error ms que por la verdad; pero la verdad no necesita ninguna explicacin". 7 Es muy importante que retengamos esta ltima frase de King, puesto que en ella se encuentra encerrada una de las claves ms importantes para buena parte de los desarrollos futuros. Segn esta explicacin, a la sociologa mertoniana le estara vedado el ingreso al estudio de los contenidos (en palabras de King, ideas, teoras) de la produccin de conocimiento, puesto que estos contenidos, si son verdaderos, no precisan explicacin, y si son falsos, la explicacin sociolgica es externa, referida a los condicionantes, las presiones que operaron para la desviacin de la verdad.8 Es Richard Whitley quien propone la idea de caja negra como un concepto clave para el anlisis en el campo de la sociologa de la ciencia. Esta idea, cuya autora puede sorprender a muchos, ha sido desarrollada originalmente por Mario Bunge en 1963, aunque aparece aqu bastante despegada de su enunciado original. El punto de partida de Whitley se enlaza con el artculo de King: la crtica al supuesto de que los aspectos cognitivos de la investigacin cientfica no son problemticos para la sociologa. La sociologa de la ciencia, desde esta perspectiva, es el estudio de quienes ponen en prctica el mtodo cientfico, cmo lo aprenden y qu recompensas reciben. Segn Whitley, esto llev a la sociologa de la ciencia hacia una ideologa del "black-boxism" ("cajanegrismo") que restringe la investigacin al estudio de los insumos hacia y los productos provenientes del sistema que son corrientemente observables. Todo estudio de los procesos internos, que pueden ser inobservables en un momento, es declarado tab.9 En contraste, Whitley propone pensar en la sociologa de la ciencia como si fuera una "caja traslcida", que estudiara cmo se generan y cmo se evalan los diferentes conjuntos de ideas acerca del mundo natural. Pero qu es la caja negra de la ciencia? Comprender esta definicin resulta indispensable, puesto que ste ser un supuesto que recorrer la enorme mayora de los trabajos en las dcadas siguientes a su publicacin. Aunque Whitley lee crticamente los trabajos de Bunge,10 toma de este autor la formulacin de lo que l llama la buena pregunta: Cmo crece el conocimiento? Es precisamente para responder a esta pregunta que es necesario abrir la caja negra de la investigacin cientfica. En el esquema mertoniano, la caja negra es el proceso mediante el cual la aplicacin de las normas morales que se derivan de "el" mtodo cientfico conduce a los descubrimientos. Segn Whitley, en esta idea se supone que estas normas producen inevitablemente descubrimientos, pero nunca se nos informa acerca de cmo funciona este proceso. Ms an, (...) es posible que los7 King (1971), p. 15. 8 Notemos que estos prrafos adelantan dos elementos que luego sern clave en la discusin: el asunto de la caja negra y los principios de simetra y de causalidad del Programa Fuerte. 9 Vase Whitley (1970), p. 63. 10 En rigor, Bunge mismo se transformar en uno de los ms virulentos crticos de las concepciones tericas que se inspirarn en la "apertura" de la caja. negra. Vase Bunge (1992) y (1993).descubrimientos cientficos se definan como aquellos productos cognitivos que ocurren cuando el mtodo cientfico es aplicado a la naturaleza.11 Como ya vimos, Whitley encuentra un punto de inflexin a partir de Kuhn. Si bien es cierto que este autor no le otorga a Kuhn la centralidad que le han asignado otros investigadores, de todos modos reconoce que Kuhn enfatiza, al menos, la necesidad de concentrarse en lo que los cientficos hacen, lo cual incluye pensar, como opuesto a suponer a priori, que todos hacen lo mismo: aplicar el mtodo cientfico. De este modo, Whitley opina que una vez que hemos permitido la posibilidad de que los cientficos pueden diferir en cuanto a lo que hacen, "entonces podemos empezar a estudiar las relaciones entre lo que hacen y lo que producen y consideran conocimiento".12De este modo, lo que se est formulando es la necesidad de discutir sociolgicamente el problema de la produccin de conocimiento. Esta discusin no podra prosperar si la sociologa de la ciencia supusiera que las prcticas de los cientficos estn reguladas por una estructura normativa que determina su contenido moral y por las normas metodolgicas que determinan su adecuacin en la bsqueda de conocimiento verdadero. Estos supuestos se basan, segn Whitley, en una perfecta racionalidad y es por ello que la alternativa, una caja traslcida, no necesariamente implica, segn este autor, una perfecta irracionalidad de parte de los cientficos. Ms bien defiende el supuesto de lo que llama una imperfecta racionalidad que permitira estudiar las relaciones entre las conductas de los cientficos, los productos sociales y las instituciones, mientras permite que la racionalidad de los cientficos haga progresar el conocimiento (lo cual permitira responder a la pregunta fundante). Lo que est por detrs de todo es, en realidad, una discusin acerca del carcter de aquello que se considera como conocimiento cientfico: "criterios, universales o relativos, por los cuales se pueda distinguir el conocimiento cientfico, de otros artefactos culturales".13 Una idea de lo punzante de estas ltimas afirmaciones (como uno podra fcilmente imaginario) la plantea el hecho de que este tpico relevante ser retomado por la mayor parte de los autores. Otro de los artculos "clave" para este perodo es el de Barnes y Dolby. A diferencia de los artculos que acabamos de comentar, no se trata aqu de desacreditar el modelo de anlisis normativo con una crtica respecto de los lmites que dicho modelo impone para penetrar en los contenidos de la investigacin cientfica. El eje de la crtica de Barnes y Dolby est puesto en la inadecuacin especfica de las normas mertonianas para dar cuenta de las prcticas cientficas, que son consecuencia de otorgar al sistema social de la ciencia una gran autonoma. Segn estos autores, el modo en que Merton caracteriza los imperativos de la ciencia es el resultado de una concepcin11 Whitley (1970), p. 70. 12 Ibid., p. 80 13 Whitley (1970), p. 85. Las cursivas son mas.particular de los mecanismos sociales de la ciencia: como una actividad social autnoma, la ciencia depende de que sus practicantes intercambien informacin libremente y sin un motivo ulterior.14 Barnes y Dolby consideran que hay una gran cantidad de evidencia para mostrar que la ciencia no se parece en nada a la institucin homognea que la visin mertoniana implicaba. Adems, dicen los autores (en lo que ya va insinuando un reemplazo programtico), que la prctica de considerar a la ciencia como una institucin homognea tipificada por la investigacin pura en la universidad va a declinar rpidamente.15 No sera extrao encontrar en la refutacin "en todos los frentes" del modelo normativo que plantean los autores, un antecedente de lo que ms tarde se conocer como una teora del inters, desarrollada por Barnes, como estructurante de la explicacin de la actividad cientfica.16 Los trabajos que desarrolla Mulkay (tal vez el investigador que mejor conoce y critca la obra de Merton) por esos aos tienen una orientacin similar. 17 Uno de los argumentos centrales de este autor para descalificar el modelo normativo mertoniano es que, si bien no es necesariamente problemtico que las normas denominadas "profesionales" sean violadas (como Merton mismo reconoce que ocurre), s lo es, sociolgicamente, el hecho de que stas sean violadas sin ninguna sancin. Esto determinara que, llevado al lmite, la violacin sin castigo de una norma puede conducir, simplemente, a la inexistencia de dicha norma. Sin embargo, segn Mulkay, estas normas profesionales (las que responden al ethos) son violadas en favor de otro conjunto de normas, las normas cognitivas o terico-metodolgicas. Naturalmente, el modo de investigar la formacin y puesta en prctica de este nuevo conjunto de normas no puede ser ya nicamente el anlisis de las prcticas "exteriores" de los mecanismos de intercambio observables desde una perspectiva funcionalista. Al igual que otros autores, Mulkay se apoya en Kuhn para definir las interrelaciones entre las dimensiones sociales y las dimensiones cognitivas: (...) La estructura social de la investigacin bsica consiste en un complejo tejido de redes sociales. Los miembros de una red dada estarn comprometidos con problemas afines, y en el intento por resolver estos problemas, ponen en prctica cogniciones y habilidades tcnicas similares. Estas cogniciones y tcnicas compartidas operan como estndares de acuerdo con el tipo de informacin ofrecida a la comunidad cientfica que es definida como interesante o torpe, legtima o inaceptable. (...) Estos procesos no slo permiten, sino que promueven activamente diferentes tipos de innovacin, de los cuales el ms evidente es el14 Barnes y Dolby (1970), p. 5. 15 Barnes y Dolby (1970), p. 7. 16 Vase, por ejemplo, Barnes (1977 y 1985). 17 Vase Mulkay (1969) y (1972). Tambin Bohme (1977). No deja de resultar significativo que el libro en el cual Mulkay traza su propio recorrido profesional, en una compilacin de sus artculos ms significativos, est dedicado a Robert Merton (vase Mulkay, 1991).que Kuhn describe como ciencia normal.18 Resulta muy interesante el planteo de Mulkay de esos aos, puesto que es sin duda el autor a travs del cual es posible percibir con mayor claridad la transicin que se est operando. Su punto de partida, que en principio podra ser visto ms como continuidad que como ruptura de los trabajos ms clsicos, es el anlisis de que "la conformidad a las normas cognitivas y tcnicas es mantenida primordialmente por un proceso de intercambio social". Es ms tarde, cuando profundiza en este anlisis, que descubre como inevitable la necesidad de penetrar en la formacin de estos consensos cognitivos, y, en consecuencia, en los usos que propone de la obra de Kuhn va alejndose cada vez ms del modelo clsico normativo. Notemos una vez ms, sin embargo, que la realizacin de este pasaje necesita, todava, el reemplazo de una estructura normativa por otra, sin que el cambio en la interpretacin se presente necesariamente como radical.19 Sin embargo, este enfoque ser rpidamente cuestionado porque, como seala -entre otros- Bohnne (1977), el abordaje, que denomina "Mulkay/kuhniano", tambin se torn insatisfactorio para el socilogo.20 Algunos autores incluso niegan que las comunidades del paradigma kuhniano se puedan identificar empricamente. El problema esencial vendra del hecho de que las normas cognitivas tambin pueden ser violadas sin una sancin (un hecho que de nuevo implica para el socilogo que aqullas no "existen").21 Esto forzara, naturalmente, la bsqueda de nuevos caminos para la comprensin de la prctica de la investigacin cientfica. El llamado hacia los estudios empricos parece ya haberse tornado ineludible.3. El Programa Fuerte, la Escuela de Edimburgo y sus influenciasSi bien parece haber cierta coincidencia en sealar el origen de las formulaciones del18 Mulkay (1972), p. 10. 19 Este proceso de transicin tambin se puede percibir en otro artculo de Mulkay publicado en 1971: Est ampliamente aceptado por aquellos que trabajan en la sociologa de la ciencia que uno de los procesos ms significativos en el interior de la comunidad cientfica es el intercambio de informacin para el reconocimiento profesional. El reconocimiento profesional es valorado por los cientficos, no slo porque es vivido como una gratificacin en s mismo, sino porque hace ms accesible una variedad de reconocimientos asociados tales como el financiamiento para la investigacin, la promocin, el incremento de salarios, etc. (Mulkay, 1991). Al mismo tiempo que su punto de partida parece ligado tambin aqu al modelo clsico, ya anticipa algunas de las lneas que sern desarrolladas en los aos siguientes, como por ejemplo los conceptos de capital cientfico, o del crculo de credibilidad (Bourdieu, 1975, y Latour-Woolgar, 1982 y 1988). 20 Las crticas a Mulkay llegan a ser ms profundas an en el caso de Restivo (1992), puesto que le hace a aqul la peor de las acusaciones posibles: la de conservador y funcionalista. La nueva sociologa de la ciencia que describe Mulkay plantea la negociacin y no otorga un papel central a la alienacin, el elitismo, la explotacin o el conflicto. Su descripcin de la cultura cientfica como una arena pluralista de posiciones interpretativas compartidas, basadas en recursos simblicos flexibles, recuerda a los socilogos el modelo de sistema social conservador de Talcott Parsons. 21 Bohnne (1977), p. 130.Programa Fuerte en el libro de David Bloor Knowledge and Social Imagery,22 resulta indispensable sealar que la mayor parte de esos postulados aparecen ya anunciados en un artculo del mismo autor, publicado tres aos antes: Wittgenstein and Mannheim on Sociology of Mathematics. El hecho tiene cierto inters porque marca el espritu que reina hacia comienzos de los aos setenta, especialmente en Gran Bretaa: este artculo podra rpidamente ser incluido en la saga de los trabajos que comentamos en los prrafos precedentes. Sin embargo, lo que se anuncia en este artculo y se va a consolidar en el libro mencionado (y en otras obras) ser cualitativamente diferente de las meras crticas esbozadas en los trabajos de otros autores. Y esto es as porque Bloor no se limita a formular la crtica de los modelos anteriores, ya sea de la sociologa clsica americana, o de la historia de la ciencia de corte internalista, o de los modelos positivistas y racionalistas. Por el contrario, lo que se plantea en este caso es un verdadero Programa que se presenta como alternativo a todos los problemas y los vicios que han presentado los modelos precedentes.23 El punto de partida de Bloor es doble: por un lado, la necesidad de refundar una sociologa del conocimiento que haba sido abandonada luego del fracaso que se le atribuye en este intento a la obra de Mannheim y, por otro lado, buscar superar los problemas fundacionales de la sociologa, la historia y la filosofa de la ciencia actuales, y propondr cambiar radicalmente las bases de interpretacin de la actividad cientfica. Karl Mannheim haba desarrollado la teora de lo que llam la determinacin existencial del conocimiento.24 Segn esta teora, esta determinacin existencial podra demostrarse en algunos campos del pensamiento en los cuales el proceso de conocimiento no se desarrolla de acuerdo con leyes inmanentes, es decir que no proviene de la naturaleza de las cosas o de puras posibilidades lgicas, sino que, por el contrario, la aparicin y cristalizacin de dicho pensamiento est influida por diversos factores que Mannheim denomina extrateorticos, y que l mismo llama factores existenciales (que deberamos tambin llamar factores materiales y, en ltima instancia, sociales). Sin embargo, para Mannheim, no todas las formas de conocimiento son susceptibles de ser pensadas de este modo, en el sentido de poder rastrear los "mltiples procesos sociales que condicionan y configuran" nuestras teoras. As, mientras que el hecho de que "2 x 2 = 4", no ofrece ningn indicio de cundo y por quin se formul, siempre es posible decir en el caso de una obra de ciencias sociales cul fue la escuela que la inspir (podemos imaginar un trabajo "marxista", "funcionalista", "positivista", etc.), y en qu momento histrico del22 Bloor (1976). 23 Lo que algunos autores denominan la "concepcin heredada". Vase Woolgar (1988). 24 Mannheim (1958), pp. 348-352.desarrollo de cada corriente dicha obra fue producida.25 Es ste el punto de partida que retoma Bloor en el primer artculo que dedica a este tema: Mannheim mostr correctamente las determinaciones sociales del conocimiento, pero se detiene frente a un tipo de pensamiento que, como las matemticas, parece a simple vista menos permeable a una interpretacin respecto de sus causas sociales. De modo que, si fuera posible demostrar que tambin all la causacin social resulta predominante, entonces no slo se podr completar la obra inconclusa del socilogo alemn, sino que ser posible, adems, dar un paso fundamental en la explicacin del conocimiento cientfico. Pero cmo abocarse a esta tarea? Dnde encontrar las fuentes de refutacin de la teora "naturalista" o inmanente" del conocimiento? La solucin que aporta Bloor estar basada en una lectura particular de los ltimos escritos de Wittgenstein.26 De un modo similar al recurso de los socilogos de la ciencia cuando utilizan a un "outside como Kuhn, el portador de la llave que abrir las puertas largamente cerradas para la sociologa de la ciencia, as utilizar el socilogo (y matemtico, digamos de paso) Bloor a Wittgenstein para penetrar en lo que podramos llamar, interpretando el espritu de Bloor, "el ltimo bastin de los realistas". Ms adelante veremos por qu esta demostracin resulta imprescindible para Bloor en su intento de formular el Programa Fuerte. No vamos a reproducir aqu los complicados mecanismos que llevan a Bloor a la reubicacin de lo que l mismo denomina el Realismo. Sin embargo, encontramos una clave importante de su argumentacin en una parte condensada de su argumento. Segn este autor, Wittgenstein ha demostrado que el problema del realismo no reposa en la "enigmtica naturaleza de su ontologa", sino en el "carcter circular de su epistemologa", puesto que presupone precisamente lo que trata de explicar. As, el hecho de que en una secuencia a la que se le adicionan dos unidades (2,4,6, etc.) no dudemos de cul ser la expresin que le sigue, no demuestra el hecho de que dicha secuencia est respondida "por s misma", sino que el actor humano se adecua al arquetipo que seala la regla que l mismo ya conoce. De modo que la circularidad comienza cuando se intenta definir esta regla por la aplicacin que el mismo autor hace de ella, lo cual supone, de hecho, que ya la conoce. Es entonces cuando Bloor afirma que la misin del Programa Fuerte no ser necesariamente la refutacin del realismo, sino la de cubrir el vaco que el realismo ha dejado en la interpretacin de las matemticas. Porque tanto el Programa Fuerte sociolgico como el realismo son creaciones metafiscas, y por lo tanto no son susceptibles de contrastacin emprica. Su objetivo (segn Bloor) debera ser desarrollarlas para que produzcan ideas25 Ibid.~ p. 357. 26 Autor que, como veremos ms adelante, se convertir largamente en un compaero de viaje de algunos investigadores surgidos por esos aos.prcticas para la investigacin.27 Con esta demostracin, Bloor pretende entonces haber derrotado el ltimo escollo que impeda el desarrollo de una sociologa del conocimiento en toda su forma, y puede entonces enunciar su hoy ya clsico conjunto de cuatro normas que constituye el corazn del Programa Fuerte. En cuanto al segundo punto de partida (por cierto indisociable del anterior), ste es el resultado de una multiplicidad de argumentos en contra de las prcticas e interpretaciones corrientes en la sociologa y la historia de la ciencia. Es lo que desarrolla en especial en el libro de 1976. As, por ejemplo, critica el hecho de que numerosos socilogos piensan que la sociologa del conocimiento no puede estudiar y explicar la naturaleza y el contenido del conocimiento cientfico: Ellos (los socilogos funcionalistas) limitan voluntariamente su propio campo de investigacin; y traicionan as su posicin de socilogos" * En cambio, afirma Bloor que no existe ningn lmite que resida en el carcter pretendida mente absoluto o trascendente del conocimiento, o en algn tipo de naturaleza particular de la racionalidad, de la validez, de la verdad o de la objetividad.28 Bloor se refiere aqu a una vieja distincin que reservara a los socilogos el marco institucional, externo, de la prctica cientfica, pero les prohibe ingresar en los contenidos de la investigacin misma. ste sera el espacio que se reservan para s la filosofa y la epistemologa. El origen de esta divisin parte del supuesto de que los conocimientos "verdaderos" no deben explicarse, puesto que stos son "naturales" y "representan" naturalmente la realidad, la va para llegar a ellos es la racionalidad y la lgica. Cuando a lo que se llega es a conocimientos errneos, entonces deben buscarse necesariamente las causas sociales que produjeron una desviacin de los buenos mtodos que, de otro modo, no hubieran inducido al error. Esto es lo que Bloor denomina una interpretacin asimtrica (y una sociologa del error) de los conocimientos. Pero la sociologa no debera actuar de un modo diferente de, por ejemplo, la fisiologa, que estudia tanto al organismo sano como al enfermo, o la mecnica, que estudia tanto los puentes que se sostienen como los que se caen. La sociologa que propone debera explicar las creencias que existen de hecho, independientemente de cmo las evale el investigador. A partir de este anlisis es que se proponen los cuatro principios -hoy bien conocidosa los que aludimos. Segn Bloor, la sociologa del conocimiento debe ser:291. Causal: ocuparse de las condiciones que dan lugar a la creencia o los estados del27 Bloor (1973). 28 El argumento de Bloor es virulento: La hesitacin en poner la ciencia en el campo de una investigacin sociolgica sistemtica se debe a una falta de sangre fra y de voluntad: se juzga que la causa est perdida de entrada. Por supuesto, la falta de sangre fra tiene races an ms profundas [ ... ] Pero sean cuales fueran las causas de la enfermedad, esos sntomas se presentan bajo la forma de una argumentacin a priori y filosfica. Los socilogos expresan as su conviccin de que la ciencia es un caso aparte y que, cuando pretenden querer ignorarla, llegan inevitablemente a contradicciones y a absurdos. En cuanto a los filsofos, ellos no pueden, evidentemente, hacer otra cosa que estimular esta actitud de renunciamiento espontneo (Bloor, 1976, p. 4). 29 Bloor (1976), pp. 8 y ss.conocimiento. Naturalmente, habr otros tipos de causas adems de las sociales que contribuyan a dar lugar a una creencia. 2. Imparcial: respecto de la falsedad y la verdad, la racionalidad y la irracionalidad, el xito o el fracaso. Ambos lados de estas dicotomas requerirn explicaciones. 3. Simtrica: en su estilo de explicacin. Los mismos tipos de causas explicaran tanto las creencias verdaderas como las falsas. 4. Reflexiva: sus patrones de aplicacin tendran que ser aplicables a la sociologa misma. Repasemos brevemente los cuatro principios. El principio de causalidad podra considerarse fundacional, en el mismo sentido de los artculos que analizamos precedentemente. Est destinado a operar un cambio radical en la sociologa de la ciencia, que permita atribuir causas sociales a los procesos de produccin de conocimiento. De este modo, permite a la sociologa ingresar en un terreno que, hasta unos aos antes, estaba vedado. Se trata de un ataque dirigido directamente a la apertura de lo que Whitley haba denominado la caja negra. El corolario de este principio es que, ms all de las otras causas presentes, los conocimientos cientficos tienen causas sociales que los originan y son, por lo tanto, susceptibles de anlisis sociolgico. El principio de causalidad parece directamente surgido del esfuerzo por un anlisis sociolgico (de las causas sociales) de aquello ms difcilmente analizable: las matemticas. Si incluso stas pueden ser abordadas, entonces todo conocimiento podr estar sujeto al conocimiento sociolgico. Debemos decir que aunque en su formulacin original se agregaba la frase "habr otros tipos de causas adems de las sociales", en la prctica el programa se focaliza bsicamente sobre las causas de origen social. La imparcialidad y la simetra aparecen muy ligadas una con otra. La primera surge de la crtica a la filosofa y la historia de la ciencia clsicas. Respecto de la filosofa, un anlisis parcial planteara, por ejemplo, que "slo el error necesita ser explicado, pues la cuestin de la verdad de un enunciado como relacin con su referente es central, y el problema lo constituyen las condiciones de esa verdad en una relacin triangular entre la experiencia, la lgica y el lenguaje".30 De este modo, a la sociologa slo le quedaba por explicar -como sealamos antes- la porcin externa a la produccin de conocimiento, los condicionantes que inducen al error. En lo que respecta a la historia, la discusin se da sobre todo en el terreno del combate contra lo que se llama el pensamiento whiggish, es decir, el hecho de sustentar la validez de las diferentes instancias histricas a partir del juicio ex post que es posible realizar, una vez comparada con los sucesos posteriores que le sucedieron y que le otorgan, as, un sentido peculiar. Esta forma de pensar, aplicada a la historia de la ciencia, significa que la validez de una teora cientfica no puede jams ser juzgada sino retrospectivamente, puesta en perspectiva y comparada con30 Gilbert Ryle, The Concept of Mind (1949), citado por Vessuri (1992).las teoras posteriores. Frente a estos problemas, el Programa Fuerte responde que no es legtimo buscar la verdad en la representacin natural del mundo, sino en una multiplicidad de causas de diverso origen, y que, puesto que slo a posteriori es posible realizar la distincin entre vencedores y vencidos, entonces las creencias deben ser tratadas todas del mismo modo, puedan ser stas verdaderas o falsas (y los actores presentes no conocen an cul ser la calidad que tendr en el futuro). Lo anterior implica, naturalmente, que el Programa Fuerte deber asignar el mismo tipo de causas tanto a las creencias verdaderas como a las falsas (principio de simetra). En realidad, si lo llevamos al lmite, ambos principios pueden ser resumidos en uno, puesto que se implicaran mutuamente de un modo necesario. Por lejos ha sido el principio de simetra el que gener, al mismo tiempo, mayor polmica y mayor fecundidad de las lneas de investigacin. Asociado con el primer principio, ha dado lugar a lo que ha sido caracterizado como el movimiento relativista en la sociologa de la ciencia. Puesto que las polmicas alrededor del relativismo han ocupado (y siguen ocupando) un lugar importante en el debate, abordaremos estas discusiones por separado ms adelante. Sin embargo, consideramos que restringir el aporte del Programa Fuerte a su enfoque relativista es, adems de una simplificacin extrema, una falta de perspicacia analtica. Los enunciados que planteara Bloor hicieron frente a verdaderos problemas en el desarrollo de la sociologa de la ciencia: la pregunta relativa a la capacidad de explicar sociolgicamente los contenidos de la investigacin cientfica resulta sin lugar a dudas pertinente, ms all de las respuestas que se hayan intentado articular por esos aos.31 Un comentario acerca de la reflexividad. La justificacin por la cual se deben aplicar a la sociologa del conocimiento los mismos requisitos que se le exigen a las otras explicaciones reposa, segn creemos, en la fuerte identificacin que propone Bloor de la sociologa con todas las otras ciencias. Esto lo lleva a decir, por ejemplo, que "si fuera imposible someter al conocimiento cientfico a un examen sociolgico profundo, esto querra decir que la ciencia no tiene los medios para conocerse a s misma cientficamente".32 Es ms, para Bloor la fuente de resistencias al Programa Fuerte reside, precisamente, en el hecho de no poder otorgarle carcter cientfico a la sociologa del conocimiento. Si se rechaza esto ltimo, entonces es posible que la ciencia se estudie a s misma. El ejercicio reflexivo es posible porque, segn Bloor, si no abordamos de un modo cientfico la naturaleza del conocimiento, todo lo que31 Una idea de la magnitud de las polmicas que esta propuesta suscit la da el hecho de que la mayor parte del libro de Bloor -luego de desarrollar los aspectos programticos est dedicada a responder a las crticas de diverso origen (teleolgica, empirista, de la autorrefutacin, el conocimiento futuro, etctera). 32 Bloor (1976), p. 53. La afirmacin parece (sorprendentemente) prxima de aqulla de Solla Price, referida a la posibilidad de desarrollar una "ciencia de la ciencia".podremos aprehender de ste se restringir a una simple proyeccin de nuestras orientaciones ideolgicas. Nuestras teoras conocern las mismas fortunas y los mismos reveses que las ideologas a las cuales estn ligadas; no tendrn ninguna autonoma propia ni ningn fundamento slido para desarrollarse.33 En cierto sentido, podramos decir que el giro en direccin de una nueva forma de comprender la causalidad y la proposicin de simetra estaba presente en el "clima" de comienzos de los aos setenta (y de fines de los sesenta). Sin embargo, el Programa Fuerte se nos presenta bajo una doble significacin: por un lado, esta propuesta se presenta como un giro radical, progresista tanto en relacin con la sociologa mertoniana, a la cual no tendran inconvenientes en tildar de conservadora, tanto como a la historia de la ciencia la Bachelard, a la que le endilgan su nfasis en la justificacin ex post. Por otro lado, se presenta como un programa de largo alcance, cuyos principios deben ser articulados en propuestas de trabajo que debern, por sus propias caractersticas, seguir indefectiblemente la va de la indagacin emprica. De este modo, se propone hacia la naciente comunidad de nuevos socilogos de la ciencia un universo de identificaciones que vaya delimitando un nosotros radical y renovador, claramente diferenciado de ellos, conservadores, positivistas, realistas, normativistas. Este guante fue rpidamente recogido por diferentes investigadores, y es interesante notar cmo las coincidencias sern mayores en las primeras pocas, cuando todo est por hacerse (cuando el nuevo campo est en formacin), mientras que luego, a medida que se van acumulando trabajos e investigaciones, comenzarn los cuestionamientos cada vez ms profundos hacia uno u otro aspecto del Programa Fuerte. En lo que respecta a la dinmica de lo que sera este campo en formacin, podramos afirmar que la publicacin del libro de Bloor signific, de hecho, el establecimiento de un "antes" y un "despus", una suerte de "patrn de medida" para reorganizar el campo en base a nuevos elementos de identificacin. Esta afirmacin no implica en modo alguno, por cierto, que hayan sido los contenidos mismos presentes en los ya conocidos principios los que generaron el movimiento que describimos. De hecho, buena parte de esos principios han sido objeto de discusin hacia el interior mismo del conjunto de quienes participaron de la nueva sociologa de la ciencia. Sin embargo, basta un vistazo a algunas de las obras ms significativas del perodo para ver que las intercitas entre un conjunto ms o menos definido de investigadores se repiten de un modo cada vez ms evidente: trazar un (tal vez anticuado) sociograma tomando como informacin bsica esas citas sera un juego de nios. Y en ese marco, algunas obras funcionarn, a partir de fines de los aos ochenta, como una referencia obligada, entre las cuales el libro de Bloor ocupa sin duda un lugar destacado. A partir de los aos que siguen a la publicacin del libro de Bloor, los autores que se inscriben en la nueva sociologa comienzan a discutir los cuatro principios: stos33 Ibid., p. 90.constituyen el eje sobre el cual se van articulando las diferentes polmicas, y sobre el cual se va apoyando el desarrollo de las nuevas corrientes. De hecho, la mayor parte de los autores los incorporan en sus trabajos, pero esta verdadera "apropiacin" de los principios no ha sido uniforme, sino que, por el contrario, cada autor parece reinterpretarlos y, sobre todo, cada uno elige los principios que le son ms tiles para el desarrollo de su propio objetivo. Dicho de otro modo, es difcil encontrar, una vez que se ha calmado el entusiasmo suscitado en un primer momento, un autor que pretenda desarrollar el conjunto de las ideas implicadas en el Programa Fuerte. Intentaremos mostrar el proceso de apropiacin y de resignificacin del Programa Fuerte en las pginas que siguen. En lneas generales, varios son los temas que se van "abriendo" en esos aos, luego del efecto disparador que tuvo la obra de Bloor. En una lista (que sin duda resulta incompleta), podramos incluir como temas sustantivos: el problema de cmo penetrar en la caja negra, cmo desarrollar el concepto de reflexividad, la dinmica de la relacin entre lo micro y lo macro, la extensin del concepto de simetra, la comprensin de la ciencia como construccin, la formacin del consenso en las controversias cientficas, por citar las preocupaciones ms relevantes. A ttulo de ejemplo, Barry Barnes, uno de los autores pertenecientes (al igual que Bloor) a la Escuela de Edimburgo, 34 parece ms interesado por el problema de la causalidad, mientras que las cuestiones que se relacionan con la reflexividad son relativamente olvidadas. Hacia el fin de los aos setenta y comienzos de los ochenta, los investigadores en sociologa de la ciencia comienzan a definirse como pertenecientes a un campo que se va ampliando gradualmente en comparacin con la dcada anterior. Barnes puede constatar en 1981 que, (...) en su forma actual, la sociologa del conocimiento est concebida de una manera menos restrictiva que antes. Ya no intenta estudiar el contenido de la cognicin sin referencia alguna a los procesos cognitivos y a los contextos de actividad dentro de los cuales se sita, ni mantiene ninguna distincin evaluativa entre conocimiento y creencia aceptada; ha vencido los escrpulos tradicionales a ocuparse de lo que es verdad, vlido o est justificado racionalmente. Sostiene que todo conocimiento es constitutivamente social y, por lo tanto, tema apropiado para la investigacin sociolgica. Si bien el trabajo inicial de la sociologa del conocimiento estuvo (paradjicamente) inspirado por la necesidad de dar cuenta de la cognicin distorsionada o errnea, hoy nuestro inters predominante son los procesos cognitivos "racionales", es decir, la base de nuestra propia prctica habitual: nos hemos vuelto ms honradamente curiosos sobre nosotros mismos.3534 De hecho, en una obra de Barnes previa a la publicacin del libro de Bloor en 1976 se hallan ya los rastros de los principios de causalidad y de simetra. Vase Barnes (1974). 35 Barnes (198 l).Barnes, uno de los autores que ms actividad ha desplegado dentro del campo, ha desarrollado lo que conocemos hoy como la teora del nters.36. Su punto de partida reside en considerar que todo conocimiento tiene un carcter instrumental: es producido y evaluado, fundamentalmente, en trminos de un inters en la prediccin y el control. Visto desde el punto de vista de Barnes, el conocimiento tiene un valor equivalente al de un recurso que se pone en prctica y se explota en una comunidad determinada para el logro de los intereses de toda ndole que los actores se fijen. 37 En lnea con los principios del Programa Fuerte, Barnes sostiene que nuestros modelos y mecanismos cientficos actuales posiblemente sean considerados, en algn desarrollo futuro, como parte de una cadena de incesante desarrollo de esos mecanismos, construidos y, con el tiempo abandonados, en la medida en que avanza la actividad de generacin de conocimiento. De all concluye que resulta evidente que nuestras teoras actuales deben colocarse simtricamente con teoras cientficas anteriores y, llegado el caso, con cualquier otro conocimiento orientado instrumentalmente, en todos los aspectos sociolgicos relevantes. Esto implica que todos los postulados en diferentes tiempos y en diferentes culturas y contextos deben ser considerados igualmente invenciones de la mente, sostenidas en la medida en que son instrumental mente valiosas en las situaciones en las que ese encuentran .38 La definicin que Barnes propone del conocimiento en general es, sin duda, representativa del estado de nimo y del pensamiento de la poca: "[ ... ] siempre que los hombres emplean sus recursos culturales para tareas autnticas de explicacin e investigacin, indicadas por sus intereses, lo que producen merece el nombre de conocimiento.39 Y por lo tanto, concluye, merece un estudio sociolgico. No hay, para l, una concepcin definida de manera ms estricta que pueda servir para discriminar, por ejemplo, entre el conocimiento "cientfico" y otro tipo de conocimiento; es imposible justificar diferentes formas de investigacin sociolgica para estudiar cada uno de ellos. Afirma Barnes que es fundamental reconocer la equivalencia sociolgica de las diferentes pretensiones de conocimiento (knowIedge claims), es decir, de lo "cientfico" y de lo "no cientfico".40 Volvamos ahora a la cita con la que abrimos la discusin acerca de la obra de Barnes. Por cierto, no se ve muy claro cmo funcionara la paradoja de que la sociologa del36 Barry Barnes no slo es coautor (junto con Dolby) de uno de los artculos pioneros (clsicos) que se propusieron desacreditar el sistema mertoniano, sino que l mismo fue el compilador de una edicin colectiva, en la cual se recogen trabajos de l mismo, as como de investigadores pertenecientes a diferentes (y heterogneos) paradigmas. Vase Barnes (comp.), 1972. Se incluyen artculos de Ben-David, Hagstrom, Mulkay, Price, Habermas, Marcuse y Merton , entre otros. 37 Vase Barnes (1977, 1981 y 1985). 38 Barnes (1977). 39 Barnes (1977). Las cursivas son mas. 40 Barnes enfatiza, especialmente, el principio de simetra, y avanza en su puesta en prctica para el desarrollo de la investigacin sociolgica. As, acepta que el socilogo no podr desprenderse de sus propias creencias acerca de las creencias (y otorgarles as un valor de verdad o de falsedad a priori), pero lo que l postula es que debe reconocerse la equivalencia sociolgica de las diferentes pretensiones de conocimiento. Sera necesario entonces reconocer que las propias evaluaciones no son relevantes para la tarea de explicacin sociolgica.conocimiento se hubiera inspirado en la explicacin de la cognicin errnea, puesto que esto constitua, precisamente, la base de la crtica a la sociologa tradicional de la ciencia. La razn de esta justificacin deberamos encontrarla posiblemente en la segunda parte: hoy "nuestro" inters es el de explicar los procesos racionales. Si le aplicramos sus propios postulados, podramos leer all que el inters de ampliar el espacio de legitimidad de la "nueva sociologa" lo lleva a formular como preocupacin inicial la de investigar las cogniciones errneas, cuando esto fue en realidad lo que desencaden las formulaciones "fuertes", es decir, tratar tanto el error como la verdad de un modo equivalente sociolgicamente. El hecho de que ahora est Barnes mismo (aunque en la cita hace referencia a algn sujeto colectivo, un nosotros) preocupado por la creencia racional, es evidentemente el fruto de la misma irona, porque si esto fuera as, estallara en pedazos el nosotros constitutivo cuyo objetivo (o pacto fundacional), vale recordarlo, era el de tratar simtricamente las cogniciones errneas y las verdaderas. Si slo se preocuparan por lo racional, estaran rompiendo la simetra que en el mismo prrafo se afirma. Veamos las consecuencias de esta lectura. El lector iniciado en estos temas rpidamente se dar cuenta de que resulta difcilmente imaginable el abandono de estos principios (simetra, causalidad) por parte de uno de sus fundadores. La expresin de dicha irona, entonces (de cualquier modo debera serio), debe ser leda en el marco de los recursos que Barnes mismo moviliza para poner en prctica sus propios intereses, su conocimiento instrumental. En este caso, a esta lectura podra sumarse el hecho de que en otro de sus prrafos Barnes se defiende de las implicaciones relativistas de su propuesta. Como dicha acusacin minara la aceptacin de su propio discurso, es posible entonces sumarla a lo que adelantamos en el prrafo anterior: se tratara de una pretensin para ampliar los espacios de legitimidad del programa. Veamos una prueba tangible. En uno de sus primeros escritos, Barnes afirmaba que Hemos enfatizado la necesidad de tratar todos los sistemas de creencias como equivalentes para los propsitos sociolgicos, y hemos mostrado cmo la accin siempre debe relacionarse, en primera instancia, con los sentidos y tipificaciones de los actores mismos. (...) Por lo tanto, la causacin sociolgica no debe invocarse para explicar creencias simplemente porque stas son en apariencia errneas o irracionales.41 En un trabajo posterior, que muestra bien la lnea de evolucin de ideas seguida por Barnes, este autor aludi a las relaciones entre las creencias cientficas o, mejor, las creencias acerca de la ciencia y el modelo social, y donde la teora de los intereses41 Barnes (1974), p. 69.puede -con atencin- ser leda entre lneas.42 As, segn l, la visin racionalista de la ciencia plantea que cada uno de nosotros tiene acceso al conocimiento en virtud de nuestra propia percepcin de la naturaleza y de nuestro propio poder de razonamiento, y cada uno de nosotros puede actuar racional y responsablemente, basndose en lo que cada uno conoce. sta es, para Barnes, una visin ideal de la ciencia y del conocimiento cientfico que encaja perfectamente con el ideal de una sociedad democrtica individualista. Claro que el problema, para este autor, es que resulta muy difcil relacionar este ideal con lo que pasa realmente: tenemos un sistema de educacin cientfica en el cual el rol de la autoridad del profesor es esencial, tenemos tambin un alto nivel de divisin intelectual del trabajo en el interior de la ciencia, etc. Para Barnes, el conocimiento en la sociedad no lo constituyen simplemente algunas ideas, algunos conceptos y algunos procedimientos. Est organizado sistemticamente en ideas, conceptos y procedimientos, llevados a la prctica por personas sistemticamente organizadas. La organizacin est edificada a partir de relaciones sociales, y esas relaciones sociales incluyen la creencia y la aceptacin de la autoridad.4. El programa emprico relativistaHarry Collins, de la Universidad de Bath (Inglaterra), puede ser considerado como uno de los autores ms prximos al Programa Fuerte. Con todo, su trabajo de investigacin no se limita a desarrollar los postulados establecidos por Bloor, sino que expresa la tentativa por hacer una relectura crtica de aqul, con una riqueza particular que merece ser considerada. El valor de su enfoque se sustenta en dos dimensiones complementarias de sus trabajos: por un lado, el desarrollo crtico de los postulados del Programa Fuerte, y sus propios esfuerzos para la construccin programtica, basada en lo que l mismo denomin el Programa Emprico del Relativismo (PER) o Programa Radical. Por otro lado, Collins ha abierto una va innovadora para comprender la formacin de consenso en la ciencia, a partir del estudio emprico de las controversias cientficas; sus trabajos (en especial relacionados con el campo de las ondas gravitacionales) son hoy considerados como "clsicos". El punto de partida de Collins es su lectura de los cuatro principios enunciados por Bloor: causalidad, imparcialidad, simetra y reflexividad. Decide concentrarse sobre el segundo y el tercer postulado, puesto que los principios primero y cuarto son, para l, los que establecen la relacin entre la explicacin sociolgica y la explicacin cientfica y representan, en el mejor de los casos, distracciones respecto de lo central del programa y, en el peor de los casos, un obstculo. El problema de la reflexividad representa, para Collins, una "molestia" que no le permite avanzar en la construccin42 Barnes (1985).de su propia perspectiva. Para l, parece razonable que el socilogo del conocimiento cientfico no est preocupado por este tipo de problemas, sino que asuma el hecho de que sus hallazgos puedan ser objetivos en relacin con el conocimiento cientfico.43 Una vez descartado este problema ("que el socilogo no se ocupe de este tipo de problemas"), Collins se concentra en los principios de imparcialidad y simetra, que representan, para l, las dos caras de un mismo problema. Estos principios tienen tanta importancia en la obra de Collins, que estos dos enunciados constituyen la base del Programa Radical en la sociologa del conocimiento. Desde el inicio, este programa plantea que la mirada del socilogo de la ciencia presenta la caracterstica de considerar en trminos relativos el mundo natural (produccin de los cientficos), pero no el mundo social, que debe considerarse desde un punto de vista realista. Este argumento, que tiene la evidente intencin de "sacarse de encima" rpidamente el problema de la crtica a la autorrefutacin que supondra la aplicacin de una interpretacin relativista general (y que est implcita en el principio de reflexividad), supone que el investigador (socilogo) puede tener informacin confiable sobre el mundo social, y en cambio considerar ms como construido que como real el mundo natural. Para Collins, esto "parece un enfoque absolutamente natural para un investigador en ciencias sociales".44 En la extensin del principio de simetra, Collins propone llamar TRASP a las explicaciones acerca del conocimiento que recurran a lo que es verdadero, racional, exitoso y progresista (en ingls: True, Rational, Successful, Progressist).45 Estos conceptos, de acuerdo con el precepto de la simetra, no pueden ser utilizados en la explicacin, puesto que aqul sealaba que "los mismos tipos de explicaciones deben aplicarse a todas las calidades de trabajo cientfico". Como, adems, el principio de imparcialidad ordena que no se deben tratar de un modo diferenciado las creencias falsas y las verdaderas, las racionales y las irracionales, los xitos y los fracasos, todo argumento que recurra a este tipo de conceptos ser estigmatizado, en palabras de43 Bloor dice que los patrones de explicacin que se aplican a la ciencia deben ser aplicados a la propia sociologa. Collins le responde: Considero que esta cuestin no debe ser respondida por los socilogos que trabajan en la sociologa de la ciencia. Si alguien decidiera ser un "socilogo de la sociologa del conocimiento cientfico", entonces tendra que ocuparse de este problema. La cuestin, que implica decidir si el conocimiento producido por el socilogo del conocimiento cientfico es similar al conocimiento producido por el cientfico (y ste no es un problema trivial) no parece tener una respuesta obvia. Parece ms sensato que el socilogo del conocimiento cientfico no se preocupe de este tipo de problemas, sino que ms bien suponga que las cosas que encuentra acerca del conocimiento cientfico son objetivas (Collins, 1981 a, p. 215. Las cursivas son mas). Collins (en un artculo escrito junto con Steve Yearley) vuelve aos ms tarde a enfatizar este problema, cuando responde al planteo de una simetra extendida, formulado por Latour y Woolgar, sealando que la investigacin cientfica es para el socilogo tan real como lo es su propio objeto para el cientfico. Vase Collins y Yearley (1992). 44Collins (1981 a), p. 217. 45 La traduccin que hacemos del texto de Collins de "progresista" debe entenderse aqu en el sentido ms literal (y no debe confundirse con la acepcin poltica del trmino, en ingls progressive); es decir, respecto de aquello que tiende a garantizar, o al menos a apoyar, el progreso de la ciencia en su conjunto o de la porcin de la ciencia implicada.Collins, con el neologismo Traspedad (TRAsPness). Y aquellos trabajos que recurrieran a esa utilizacin estarn comprendidos en lo que Collins denomina el Programa Normal, en contraposicin tanto con el Programa Radical (o emprico-relativista), cuanto con el Programa Fuerte (que, aunque Collins no lo especifica, parecera entonces pasar a formar una subclase del Programa Radical: aquellos que, adems, se empean en trabajar sobre los principios 1 y 4). En este sentido, Collins aporta una distincin muy interesante y de utilidad metodolgica: la utilizacin de las categoras de actor. Estas categoras remiten a la percepcin que los actores tienen sobre lo que es TRASP y sobre el rol que estos conceptos juegan en la explicacin. As, no es necesario, segn l, excluir sistemticamente de la explicacin los conceptos relacionados con la verdad, la racionalidad, el xito, etc. En cambio, lo que se debe hacer es poner estos conceptos en la perspectiva de la percepcin de los actores que se estn analizando, sin hacer jugar los propios juicios del investigador (socilogo). En la investigacin acerca del trabajo cientfico en el marco del programa radical, no resulta lcito hacer valer los conocimientos que el propio socilogo tiene sobre los criterios de juicio de la materia en disputa (la calidad del conocimiento), sino lo que los cientficos creen respecto de esa calidad. Con esta salvedad, al socilogo le est permitido entonces recurrir a estos conceptos, pero tratndolos como categoras de actor, puesto que en el caso contrario se adoptara una perspectiva "normal" y, por lo tanto, se adjudicara a los actores criterios 'TRASP'. Dicho de otro modo, si el investigador realiza estas evaluaciones sin ponerlas en la perspectiva de los propios actores, estara suponiendo criterios de racionalidad, de verdad o de xito como explicaciones respecto de la produccin de conocimiento; y manifiestamente sta no es, para Collins, la tarea que deba emprender el socilogo del conocimiento. Un aspecto importante del problema, y un argumento poderoso para descartar las explicaciones que apelan a la racionalidad ex post, tal como lo formula Collins, radica en lo que este autor formula como la trampa de la circularidad, y que se explica del modo siguiente: "si uno est tratando de investigar la participacin de actores cientficos en la construccin de conocimiento cientfico, no se puede usar el producto de dicho proceso como parte de la explicacin del producto".46 Del mismo modo que una buena parte de los autores de este perodo, Collins se asienta sobre un conjunto de trabajos empricos, de estudios de caso, que hacen posible una visin del conjunto de la ciencia con un mayor acercamiento.47Collins noes el nico que utiliza este mecanismo retrico, que es prcticamente una constante en numerosos trabajos de los nuevos socilogos.48 No es extrao ver los signos de46 Collins (1981), p. 220. 47 Collins (1983). 48 En efecto: el conjunto de investigaciones sobre diferentes aspectos de la produccin de conocimiento cientfico va a ser trado una y otra vez en las introducciones de cada contribucin, a modo de ejemplificacin del desarrollo relativo del campo. Para una discusin sobre este punto, vase el artculo de lsambert y la rplica de Terry Shinn en Boudon y Clavelin (1993). Tambin Latour (1991).la constitucin de un nuevo campo; y en este sentido, Collins observa (con satisfaccin) el desarrollo de la nueva sociologa de la ciencia bajo la forma de una estructura "granular" que desarrolla estudios "pequeos, manejables y autocontenidos". Sin embargo, este conjunto granular de estudios resulta ser slo la parte visible de un programa ms ambicioso, que pretende poner en cuestin el problema del conocimiento cientfico, como modo de comprensin del conocimiento en general, en lo que podra constituir una marca de lo que ha sido llamado el movimiento interpretativo. Esto se apoya en la idea de que (...) los datos no tienen sentido fuera de un contexto interpretativo. Fuera de este ltimo, son slo trazos en un papel y, si se trata de discurso oral, es literalmente "ruido". (...) Necesitamos sin duda suspender (la idea) de que el sentido comn y la visin filosfica de la ciencia nos ofrecen una certidumbre acerca de los cientficos que trabajan con la naturaleza.49 El argumento que subyace a la valoracin positiva de la llamada estructura granular de la sociologa del conocimiento es que, en la medida en que los estudios se multipliquen, la sociologa del conocimiento cientfico desarrollar habilidades que permitiran la replicacin independiente de los hallazgos: por cierto, cualquier socilogo que quiera replicar trabajo previo debe desarrollar las mismas "competencias nativas" que el investigador precedente. Collins entiende que dichas competencias implican una comprensin similar a la de un miembro nativo (de una tribu, por ejemplo), que hace que los significados, percepciones y actos de los nativos se sigan naturalmente.50 De este modo, el socilogo llegar a entender travs de la participacin, aunque todo lo que pueda presentar al lector sea una serie de expresiones (expresiones que, recordmoslo, slo tienen sentido en el marco de un contexto interpretativo).51 Visto desde otra perspectiva, esta preocupacin por la replicacin de los hallazgos parece una marca evidente de un esfuerzo por adoptar metodologas anlogas con las de las ciencias naturales y, en este sentido, Collins parece seguir (malgr lui) a Bloor al pie de la letra: el mejor modo de estudiar la ciencia es seguir los procedimientos de las ciencias exitosas.52 La bsqueda de una evaluacin de conjunto de los trabajos realizados en los estudios49 Collins (1983), p. 91 50 ibid, p. 93. 51 El argumento es similar al que se puede encontrar en diversos autores. Vanse, por ejemplo, Mulkay (1979) y Restivo (1992). 52 Este argumento ha sido objeto de crticas punzantes, a las cuales ms tarde volveremos. Sin embargo, notemos por el momento lo que seala Restivo: La creencia [de Bloor y los seguidores del Programa Fuerte] en la ciencia est basada en el supuesto de que el mtodo cientfico es, de hecho, un mtodo terminado, universalmente vlido, cuyas complejidades comprendemos, y que podemos aplicar de una manera directa. Restivo (1992), P. 19.de la ciencia puede tambin ser leda como un intento para delimitar el campo, y de autoposicionamiento: por un lado estn aquellos que pueden ser incluidos en la perspectiva del autor (autor del programa, digamos de paso), y, por otro, los enfoques que se alejan de la mejor estrategia de investigacin. Siguiendo esta lnea, Collins intenta sistematizar la puesta en prctica de su programa de acuerdo con tres etapas o estadios. Si se las lee con atencin, estas tres etapas no pretenderan solamente describir el programa emprico-relativista, sino que quedara comprendido todo el conjunto de la nueva sociologa de la ciencia. De este modo, el autor identifica uno y otra como recorridos idnticos, lo que podra ser considerado como una estrategia retrica muy poderosa. A lo largo de la primera etapa, se desarrolla lo que Collins denomina la flexibilidad interpretativa, que impide que la experimentacin, por s sola, sea el elemento decisivo en la comprensin de los procesos de trabajo cientfico. Segn Collins, hacia principios de los aos ochenta, y con el aporte de los trabajos empricos mencionados, esta etapa ya estara cumplida.53 La segunda etapa implica un trabajo que describe los mecanismos que limitan la flexibilidad interpretativa, de modo que permiten que las controversias comiencen y terminen. Segn el autor, este estadio ya ha comenzado a ser transitado por esos aos (comienzo de la dcada del ochenta). El tercer estadio, segn lo describe Collins, parece una continuacin del anterior: supone que se vaya completando un nmero creciente de estudios. De este modo, debern ir surgiendo similitudes y diferencias entre las diferentes disciplinas cientficas estudiadas. Esto debera ser especialmente estimulante, puesto que, hasta ahora, se ha encontrado un grado de similitud muy importante en los hallazgos, lo cual, dado que es una caracterstica inusual en la sociologa, resultara especialmente estimulante. As se ira construyendo un modelo de explicacin, a partir de los diferentes elementos dispersos que estn presentes en la literatura, como por ejemplo la nocin de intereses desarrollada por Barnes y las relaciones que se generan a partir de esos intereses. Lo que es necesario completar en este tercer estadio, segn Collins, es la relacin de las mecanismos que determinan los debates con las instancias ms amplias de la estructura sociopoltica. Podemos ahora considerar el otro aspecto de la contribucin de la escuela de Bath en general, y de Collins en particular, referida al estudio de las controversias. Segn Collins, lo que la nueva sociologa de la ciencia (junto con la nueva historia y la nueva filosofa) introdujeron como importante es la dimensin del tiempo en los descubrimientos. Para abordar esta dimensin, utiliza las categoras de actor que ya hemos presentado; segn l, lo mejor que se puede decir de los juicios de los cientficos sobre el valor cientfico de sus proposiciones es que un consenso siempre53 Collins (1981 b). Collins se refiere aqu a los diferentes trabajos de investigacin desarrollados por l mismo, y por Barnes y Shapin, Knorr-Cetina, Latour y Woolgar, Mulkay y Gilbert, MacKenzie, Pinch, Travis. Algunos de estos trabajos son discutidos ms adelante en esta seccin.se forma (algunas veces slo temporariamente) luego de cierto perodo de tiempo en las disputas".54 Segn Collins, hay tres cosas que hacen los cientficos que merecen ser estudiadas: en primer lugar, trabajan dentro de su propia actitud natural (paradigma) recogiendo "datos" y produciendo resultados de un modo que dan por supuesto como no problemtico (lo que Kuhn llama la "ciencia normal"). Es correcto, por cierto, estudiar esta actividad. En segundo lugar, los cientficos tratan de superar las reglas que se dan por supuestas y reemplazarlas con un conjunto completamente nuevo (revolucin cientfica). El tercer tipo de actividad est en el centro de los otros dos: los cientficos producen a veces resultados que no encajan bien dentro del paradigma y se ven envueltos en controversias cuando intentan hacer cambios mayores en lo que est establecido sin reformar completamente la estructura.55 Naturalmente, es este ltimo aspecto el que ms le interesa a Collins puesto que, segn l, es un buen locus para la investigacin sociolgica, en la medida en que se ponen de manifiesto otros problemas y, en este sentido, resulta fundamental comprender las competencias interpretativas de los cientficos. Esto implica una doble mirada: por un lado, pensar que si un cambio se produce o no depende de otros elementos de los que estn presentes en una localizacin determinada (por ejemplo, un instituto de investigacin) y, al mismo tiempo, tener presente que una localizacin determinada es el sitio de todo lo que puede conocerse acerca de los rasgos generales de las prcticas interpretativas de los cientficos. 56 Si leemos con atencin, esto no es otra cosa que una nueva remisin al contexto interpretativo. Los estudios sobre las controversias permiten, de acuerdo con Collins, seguir desde un punto de vista fenomenolgico los ensamblajes de ideas y de hechos antes de que se constituyan como elementos ya instituidos de un mundo natural (cientfico) que ya es el nuestro. El estudio de los desarrollos cientficos contemporneos debera permitir el acceso a una sociologa del conocimiento que est menos sometida que de costumbre a ciertos problemas filosficos y metodolgicos. El programa de investigacin propuesto por Collins parece inscribirse en una lnea kuhniana, en la medida en que considera como punto de partida la aparicin de anomalas en las explicaciones, o de "resultados que no encajan bien dentro del paradigma". Sin embargo, su desarrollo a travs del estudio de las controversias trasciende las categoras de Kuhn, puesto que stas suponen una actitud simtrica respecto de lo que es correcto y de lo que es errneo y, en ese caso, nunca es posible saber (excepto si se considera un ex post que Collins pretende evitar) cul ser el resultado de la puesta en cuestin de la ciencia normal. De este modo, algunas cuestiones que no encajan en el paradigma podrn estar en el origen de un cambio en la produccin de conocimiento, mientras que otras podrn revelarse posteriormente54 Collins (1981 a). 55 Vase Collins (1983), p. 93. 56 Ibd., p. 95.como artefactos. Este problema no es de ningn modo el eje de atencin de Collins; ms bien, se preocupa por los mecanismos a travs de los cuales se forma, se destruye y se vuelve a formar un consenso, con prescindencia de los valores de verdad que el socilogo pueda atribuir a la materia consensuada (o consensuable).57 En los estudios acerca de las controversias, los investigadores aplican gran parte de los elementos que venimos describiendo en los prrafos anteriores. Sin embargo, la nocin central, compartida por un gran conjunto de investigadores, es el concepto de negociacin, concepto que est presente en la mayor parte de los trabajos de la "nueva sociologa". La negociacin se refiere al carcter de construccin social del conocimiento y, en especial, a la forma en que se establecen los consensos alrededor de los hallazgos. La mayor parte de estos autores descarta el hecho de que un enunciado cientfico logre imponerse como consecuencia ya sea de su racionalidad, ya sea de su valor de verdad; afirman, en cambio, que el establecimiento firme de estos enunciados depende de los mecanismos sociales que los actores despliegan para convencer a otros actores de la validez de los propios enunciados. Collins afirma que habra, en principio, dos modelos para explicar la transmisin de conocimiento, el modelo algortmico y el modelo de aculturacin. El primero supone que el conocimiento se puede reducir a algo similar a un programa de computacin digital, y admite implcitamente que hay una serie limitada de instrucciones inequvocas que se pueden poner en prctica y transmitir. El segundo modelo parte del hecho de que el trmino mismo "reproduccin del original" es problemtico, puesto que siempre hay una infinitud de criterios para seleccionar el algoritmo correcto (si es que ste existe). Finalmente, Collins dir que este segundo modelo tampoco resulta til, puesto que las controversias no deberan ser vistas como verdaderos intentos de los actores para reproducir experiencias, sino como un conjunto de negociaciones sobre lo que significa una experiencia vlida.58 Collins utiliza otro concepto particular para el estudio de las controversias; se trata de lo que l denomina el "core-set (que podemos traducir como "conjunto central" o "ncleo duro") en la ciencia moderna. Desde su perspectiva, no existe el mtodo cientfico correcto; lo que se debe demostrar es que "el mtodo cientfico correcto" es en si mismo un proceso social, de modo que las contingencias sociales ingresan y son constitutivas de los procedimientos del laboratorio.59 De este modo, lo fundamental para Collins es observar los procesos de intentos de reproduccin de experiencias57 Algunos autores que se ocuparon de estudiar controversias cientficas han sido Travis (trasferencia de memoria), Pickering (monopolo magntico), Harvey (teora de los quanta), Pinch (neutrinos solares), Donald MclKenzie (estadstica), Shapin (frenologa), Farley y Geison (Pasteur vs. Pouchet), entre otros; adems, naturalmente, de los trabajos de Collins mismo. 58 Collins (1975). Callon y Latour, por otro lado, en el prlogo a la edicin francesa de un conjunto de estudios sobre diferentes controversias, tambin ponen el acento en estos aspectos negociados, puesto que "decir que los conocimientos son negociados es constatar ante todo que su produccin da lugar a discusiones entre los actores (investigadores u otros) que desarrollan puntos de vista diferentes y difcilmente conciliables". Calion y Latour (1991), pp. 29-30. 59 Collins (1981c).sujetas a controversias (los experimentos establecidos no necesitaran ser replicados) y los mecanismos sociales de produccin de sentido que all se despliegan. Sin embargo, no todos los cientficos estarn en condiciones de reproducir los tests para la replicacin; slo unos pocos cientficos cargan con esa responsabilidad, que Collins llama del "cuidado metodolgico de la ciencia moderna. Son esos conjuntos de cientficos, inmersos en una controversia (aunque no necesariamente interactuando todos entre s, por lo cual descarta la idea de grupo) los que darn la clave para comprender las negociaciones que hacen estallar los consensos previos y la formacin de uno nuevo. Lo que juega aqu un papel fundamental es la idea del conocimiento tcito que est implcito en los experimentos, y que es el factor distintivo que est presente en los intentos por repetir experiencias realizadas por otros cientficos.60 Collins encuentra que en la investigacin de los core-sets hay dos problemas fundamentales: la dificultad para definir a los miembros y, en especial, para definirlos en el tiempo. El punto de inicio no parece problemtico, pero s lo es el fin de un core-set,- stos no mueren claramente, sino que los perdedores de la controversia pueden seguir creyendo en sus hallazgos (incluso hasta su muerte). Por otro lado, los core-sets son efmeros, puesto que las disputas experimentales en la ciencia moderna tienden a durar un tiempo relativamente corto, y es poco probable que un mismo cientfico permanezca dentro de un core-set a lo largo de todo su desarrollo. Estas dos limitaciones imponen al investigador un estudio riguroso, ms an teniendo en cuenta que es normalmente restringida la proporcin de cientficos que a lo largo de su vida profesional participan de este tipo de ncleos. Una de las conclusiones que Collins obtiene de estos problemas es que la mayor parte de la ciencia presenta un carcter "nocontroversial", lo cual constituye una razn de ms para concentrarse en estos episodios de los que, cree, tanto se puede aprender acerca de la dinmica de la produccin de conocimiento.61 5. La etnometodologa, los estudios del discurso y la reflexividad62 El punto de partida de estos estudios es la premisa de encarar, ya no los problemas derivados de la produccin de conocimiento cientfico, o meramente los contenidos de la investigacin, sino que su objetivo est dirigido a dar cuenta de las prcticas cientficas propiamente dichas. La etnometodologa, segn las palabras de los autores60 Un concepto similar al de Collins ha sido desarrollado por los socilogos de la innovacin. En este caso, se distinguen como rasgos propios de la tecnologa el hecho de presentar una incompleta especificacin (no se puede seguir una receta al pie de la letra y conseguir siempre los mismos resultados), y la variacin de las performances a travs del tiempo, a travs del proceso que se ha denominado leaming by doing, as como el conocimiento tecnolgico incorporado a los individuos. 61 Collins (1981c). 62 De acuerdo con la clasificacin que han hecho varios autores, decidimos tratar en conjunto estas tres corrientes, puesto que presentan rasgos particulares similares que as lo justifican. Vanse, por ejemplo, Vinck (1995), Lamo de Espinosa et al. (1994), Lynch (1985), Mulkay y Gilbert (1984).que trabajan en esta corriente, es (... ) una disciplina fundacional. A diferencia de otros intentos que pretenden hallar los fundamentos de la ciencia en creencias cognitivas, supuestos tcitos, prejuicios temticos mantenidos por la comunidad, o acuerdos implcitos, los estudios etnometodolgicos intentan descubrir y demostrar cmo las distintas prcticas cientficas se componen y recomponen mediante las conversaciones locales y el carcter ordinario de las actividades disciplinarias incorporadas.63 Hay, entonces, dos elementos que merecen ser resaltados en esta definicin del enfoque. Por un lado, el lugar central que ocupan las prcticas discursivas de los cientficos, su habla cotidiana, sus conversaciones e intercambios discursivos. En este sentido, para los etnometodlogos no es posible distinguir un "hablar cientfico" de un "hablar no cientfico"; se trata simplemente de tomar en cuenta todos los enunciados proferidos por los investigadores en su trabajo cotidiano. Por otro lado, el anlisis de los actos conversacionales se enmarca en una comprensin de la actividad cientfica entendida como una actividad ordinaria o, dicho de otro modo, una actividad que no se distingue a priori de otras prcticas sociales.64 Los etnometodlogos trabajan alrededor de la idea de temporalidad, esto es, la construccin de los procesos en "cursos reales de actividad, en tiempo real". En este sentido, identifican diferentes formas en las que la actividad cientfica puede reunirse analticamente en torno a la temporalidad. Sostienen, en primer lugar, que se debe desarrollar lo que ellos denominan descripciones cannicas de los mtodos de laboratorio y de los cursos reales de accin. Debemos apuntar que esto se corresponde con un rasgo metodolgico distintivo de la etnometodologa, como es el de registrar como datos en grabaciones de audio y video las actividades que se investigan. Esto permite al mismo tiempo estudiar los escritos cientficos como una fase especfica del trabajo, ms que como datos descriptivos de las actividades reales del laboratorio. La aspiracin fundamental, que bien podramos enunciar como un objetivo general de este enfoque, es el intento de desacralizar la investigacin cientfica. Como dira Bruno Latour, quien comparti en algn momento el mismo espritu de este enfoque: Los antroplogos han pasado su vida estudiando esos grupos, pertenecientes a otras culturas, cuya mentalidad era "pre-cientfica", y sus conductas irracionales", pero63 Lynch, Livingston y Garfinkei (1983). 64 No vale la pena, para esta corriente, hablar del mtodo cientfico para referirse al carcter ordenado y ordinario (cotidiano) de las actividades de los cientficos. Las actividades disciplinaras, en este contexto, deben comprenderse no como el acatamiento a una forma incorporada de los ideales de la ciencia, sino a la "demostrabilidad de una disciplina cientfica en las prcticas incorporadas de su trabajo especfico, a que las prcticas son especficas de la disciplina y que muestran, adems, los contenidos de la disciplina en su produccin temporal", Lynch, Livingston y Garfinkel (1983).ninguno estudi esos grupos, tan cercanos a nosotros, que producen la ciencia. (...) No existe ningn programa de investigacin que estudie un laboratorio con el cuidado con el que se hace al anlisis de una tribu.65 La preocupacin por el desarrollo de este tipo de descripciones exhaustivas acerca de los diferentes tipos de prctica cotidiana va a resultar fundamental en el perodo que estamos describiendo en los estudios de la ciencia. Sin duda, la obra que inspirar una buena parte de los trabajos ser el libro de Harold Garfinkel, Studies in Ethnomethodology, publicado en 1967, no slo sobre sus propios discpulos, como Michael Lynch, sino sobre toda una generacin de investigadores sociales. Garfinkel pretende estudiar "un conjunto de consideraciones no investigadas por los socilogos, la estandarizacin de los rasgos de las escenas cotidianas, que son utilizados diariamente por los miembros de una comunidad como esquema de interpretacin".66 El autor compara lo que denomina las "propiedades particulares de las actividades cientficas" con las del "sentido comn", y propone una lista de las diferentes formas que adquiere la racionalidad que est en juego en cada caso. En funcin de esto, llega a la conclusin de que [ ... ] las racionalidades cientficas funcionan, de hecho, como propiedades estables de acciones y como ideas sancionables slo en el caso de acciones gobernadas por la actitud propia de la teorizacin cientfica. En cambio, las acciones gobernadas por la actitud de la vida cotidiana estn marcadas por la ausencia especfica de esas racionalidades, tanto como por las propiedades o los ideales sancionables.67 El segundo aspecto saliente se denomina reajuste retrospectivo-prospectivo de los mtodos cientficos en funcin de los resultados disponibles. Hace referencia al anlisis del hecho de "retroceder en el tiempo" como una tarea normal en el trabajo de un laboratorio, como consecuencia de que "algo ha ido mal" o de que "algo podra salir potencialmente mal". De este modo, se hace necesario recorrer retrospectivamente los diferentes pasos de los experimentos, para buscar el origen del problema que se ha detectado. Otro aspecto importante del anlisis de Garfinkel se refiere a la consideracin del65 Latour (1984), las cursivas son mas. Es necesario notar que la afirmacin acerca de la inexistencia de programas destinados a ese tipo de estudios slo es vlida en el contexto francs al cual estaba destinado el artculo que citamos; numerosos programas dedicados a los science studies existan ya en el mundo anglosajn. 66 Garfinkel (1967), p. 36. 67 Garfinkel (1967), p. 271. Las racionalidades a las que se refiere Garfinkel son cuatro, y son las nicas que no son comunes a todas las acciones, sino especficas de la actividad cientfica. Mirado desde hoy, pareceran bastante evidentes: compatibilidad de las relaciones medios-fines con la lgica formal; claridad y distincin semntica; claridad y distincin "en s mismas"; compatibilidad de la definicin de una situacin con el conocimiento cientfico.objeto como un icono de la temporalidad del laboratorio. Ello supone que las narraciones de las actividades cientficas se desvinculan del curso real de la actividad cientfica que las produjo, en una lnea argumental que nos hace recordar al Marx que consideraba a las mercancas como portadoras de un fetichismo que esconda las relaciones sociales (la carga de plusvala) ocultas en ellas. Los etnometodlogos tienen numerosos puntos de contacto con los estudios acerca del discurso, puesto que, en la mayor parte de los casos, los investigadores enrolados en la etnometodologa han trabajado a partir del discurso de los cientficos como una materia slida sobre la cual apoyarse para la investigacin sobre la vida cotidiana de la ciencia. Como dice Lynch, (...) la conversacin es ubicua, toda vez que las personas en la sociedad desarrollan acciones cada uno en la presencia verbal del otro. A causa de esto, los estudios de las estructuras conversacionales presentan una relevancia general para las variedades de situaciones especficas de trabajo.6868 Lynch (1985), p. 9.As, Lynch, a quien podemos considerar como un exponente emblemtico de esta corriente, investig especficamente el shop talk (las charlas informales) en un laboratorio durante un tiempo prolongado, a travs de largas horas de grabaciones. El shop talk es, para Lynch, un acompaamiento inseparable de las prcticas cotidianas del laboratorio; a travs de su estudio pretende dar cuenta de las explicaciones acerca de los artefactos (productos cientficos errneos que pueden presentarse bajo la forma de experimentos correctos) en tanto explicaciones de los orgenes sociales de las producciones cientficas que estn situadas dentro de las circunstancias prcticas de la investigacin del laboratorio.69 El objetivo central es el de develar lo oculto en la familiaridad de la prctica cotidiana y en los productos cientficos, digamos, fetichizados. Dicho de otro modo, para Lynch, los hechos resultan inseparables de las acciones que los producen. A diferencia de lo que planteaba Collins como el ltimo paso del programa emprico del relativismo, aqu no es necesario buscar explicaciones en un contexto social ms amplio; todo puede ser explicado a partir del estudio de las prcticas cotidianas. La orientacin hacia la explicacin de los artefactos est en lnea con los enunciados del Programa Fuerte acerca de la simetra. Como dice el mismo Lynch, su enfoque "contrasta con la adopcin, que estipulaban los anlisis en ciencias sociales, de una posicin 'anti-realista' como un recurso de principio para lograr que el trabajo cientfico pueda ser abordado por el anlisis sociolgico".70 Lo que seala el autor como diferencia sustantiva con otros trabajos es la posibilidad de tomar en cuenta las propias explicaciones de los miembros del laboratorio acerca de los orgenes sociales del objeto cientfico en cuestin; en el caso del laboratorio en cuestin, se trata de los fenmenos neutrales con referencia a las caractersticas de la informacin mostrada por un microscopio electrnico.71 Los llamados especficamente estudios acerca del discurso tienen una misma matriz etnometodolgica, aunque su profundizacin acerca de las estructuras de organizacin de los actos de habla de los cientficos resulta enfatizada, ocupando aqu el centro de la escena. No hay, en realidad, lneas claras de demarcacin entre uno y otro enfoque. Entre quienes han trabajado en los estudios del discurso debemos mencionar, principalmente, a Michael Mulkay, Nigel Gilbert y Steve Woolgar. El caso del socilogo Mulkay es interesante: se trata de un investigador que ha recorrido diferentes lneas de trabajo y que merece, por lo tanto, que indaguemos, al menos brevemente, un poco ms en su produccin. Esto obedece a dos razones; por un lado, el papel importante que desempea este socilogo en el campo, y, por otro, porque sera extremadamente simplista hacer alusin a algunos de sus ltimos trabajos y clasificarlo sin ms trmite en una categora, escondiendo los matices interesantes de su trayectoria. Segn una descripcin que el mismo autor hace de su obra, distingue69 Lynch (1982). 70 Ibid., p. 274. 71 Vase Lynch (1982 y 1985).tres perodos: el primero, referido a una "sociologa interpretativa", el segundo de "anlisis del discurso" y el tercero sobre "nuevas formas literarias". Ms all de la propia caracterizacin de sus trabajos, en sus primeros escritos, hacia fines de los aos sesenta y comienzos de los setenta, se percibe todava la marca de la influencia de la formacin dominante en la sociologa de la ciencia, el modelo mertoniano. Sin embargo, su primer libro, de 1969, va trazando ya un movimiento de ruptura con dicho modelo, en la medida en que comienza a utilizar los trabajos de Kuhn para la comprensin del cambio cientfico.72 A partir de ese perodo se habr de convertir, sin duda, en el mayor conocedor y, al mismo tiempo, en uno de los ms lcidos crticos de lo que llama la estructura normativa de la ciencia desarrollada por Merton, al develar el carcter ideolgico que subyace en la operatoria de las normas que constituyen el ethos mertoniano. Tambin por esa poca comienza a realizar algunos trabajos de campo sobre la investigacin cientfica (hoy considerados como "clsicos") que lo situ