Kipling Rudyard - El Gato Que Andaba Solo

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El gato que andaba solo

Rudyard Kipling fue un escritor ingls nacido en la India. De su tierra natal recoge la espiritualidad de los mitos de los orgenes de la convivencia del hombre con los animales ahora domsticos. En su cuento El gato que andaba solo, narra el proceso mtico de domesticacin del perro, el caballo y la vaca, ante la mujer; siendo el gato el ltimo en domesticarse pero conservando su independencia. Los otros animales se acercan a la cueva atrados por el fuego para pactar su amistad con la mujer.

La mujer realiza varios conjuros, a cada uno se acerca un animal, ella le da comida y la criatura le ofrece un servicio. Los animales van solos, porque el gato no quiere presentarse con ellos, sin embargo los sigue con sigilo y presencia como pactan un servicio con la mujer a cambio de comida y proteccin. La mujer aceptar al gato cuando descubra que calma el llanto de su beb, lo haga dormir al ronronear y abrazarlo y cace ratones que la molestan.

Rudyard Kipling

El gato que andaba solo

Ttulo original: The Cat That Walked by Himself

Rudyard Kipling, 1902

Traduccin: igo Juregui

Ilustraciones: Adolfo Serra

Diseo de portada: Adolfo Serra

Presta atencin y escucha, pues esto sucedi y aconteci, oh, mi bien amado, cuando los animales domsticos eran salvajes. El Perro era salvaje, como salvajes eran el Caballo, la Vaca, la Oveja y el Cerdo tan salvajes como pueda imaginarse, y vagaban en solitario por las hmedas selvas. Pero el ms salvaje de todos los animales era el Gato, que andaba solo y lo mismo le daba un lugar que otro.

Naturalmente, el Hombre tambin era salvaje, terriblemente salvaje. No empez a domesticarse hasta que encontr a la Mujer, que le dijo que no quera una vida tan agreste. La Mujer escogi para dormir una cueva seca y coqueta en vez de un montn de hojas hmedas. Esparci arena limpia por el suelo, encendi una linda hoguera al fondo de la cueva, colg en la entrada una piel de caballo salvaje con la cola hacia abajo y dijo: Querido, lmpiate los pies antes de entrar. Ya tenemos un hogar.

Esa noche, mi bien amado, cenaron cordero salvaje asado sobre las piedras calientes y sazonado con ajo y pimienta silvestres, y pato salvaje con arroz, alholva y coriandro silvestres, y tutano de buey salvaje, y cerezas y granadillas silvestres. Luego el Hombre se fue a dormir frente al fuego, ms feliz que nunca, pero la Mujer se sent a cepillarse el pelo. Cogi un hueso de cordero la grande y gruesa paletilla y contempl las asombrosas marcas que en l haba, y entonces arroj ms lea al fuego e hizo un conjuro, el primer conjuro cantado del mundo.

Fuera, en las hmedas selvas, los animales salvajes se reunieron para ver el resplandor de la hoguera que se divisaba a lo lejos, y se preguntaron qu significara aquello.

Caballo Salvaje dio una coz en el suelo y dijo: Oh, amigos y enemigos mos. Por qu el Hombre y la Mujer han encendido esa gran luz en esa enorme cueva, y en qu nos perjudicar a nosotros?.

Perro Salvaje levant la nariz, olfate los efluvios del cordero asado y dijo:

Ir a investigar y volver para informaros, porque creo que es algo bueno. Gato, acompame.

Ni hablar! replic el Gato. Soy el Gato que anda solo, y lo mismo me da un lugar que otro. No pienso ir.

Entonces nunca volveremos a ser amigos dijo Perro Salvaje, y march trotando a la cueva. Pero cuando se hubo alejado un poco, el Gato dijo para s: Lo mismo me da un lugar que otro. Por qu no habra de acercarme, echar un vistazo e irme cuando se me antoje?. As pues, con gran sigilo, march tras Perro Salvaje y se escondi en un lugar desde donde poda orlo todo.

Cuando Perro Salvaje lleg a la boca de la cueva, levant la piel de caballo con la nariz y olfate el delicioso aroma del cordero asado. La Mujer lo oy, mir la paletilla y dijo riendo:

Aqu viene el primero. Criatura salvaje de las salvajes espesuras, qu quieres?

Perro Salvaje dijo:

Oh, enemiga y esposa de mi enemigo, qu es eso cuyo rico olor inunda las salvajes espesuras?

Entonces la Mujer cogi un hueso de cordero asado y se lo tir a Perro Salvaje, diciendo:

Criatura salvaje de las salvajes espesuras, prueba y vers.

Perro Salvaje roy el hueso y le pareci la cosa ms deliciosa que haba probado nunca. Y dijo:

Oh, enemiga y esposa de mi enemigo, dame otro como ste.

La Mujer dijo:

Criatura salvaje de las salvajes espesuras, si ayudas a mi Hombre a cazar por el da y guardas esta cueva por la noche, te dar todos los huesos que necesites.

Ah! dijo el gato al orla. Muy lista mujer es sta, pero no tanto como yo.

Perro salvaje entr arrastrndose en la cueva, apoy la cabeza en el regazo de la mujer y dijo:

Oh, amiga y esposa de mi amigo, ayudar a tu Hombre a cazar por el da y de noche vigilar vuestra cueva.

Ah! dijo el Gato al orlo. Qu perro ms estpido.

Y regres por las salvajes espesuras moviendo la cola y sin ms compaa que la suya. Pero no se lo cont a nadie.

Cuando el Hombre despert, dijo:

Qu est haciendo aqu Perro Salvaje?

La Mujer respondi:

Ya no se llama Perro Salvaje, sino Mejor Amigo, porque ser nuestro amigo por siempre jams. Llvalo contigo cuando vayas de caza.

A la noche siguiente, la Mujer cort grandes montones de hierba fresca de las hmedas praderas y los puso a secar frente al fuego, para que oliera a heno recin segado; luego se sent a la entrada de la cueva, trenz un cabestro con piel de caballo, mir la enorme paletilla e hizo un conjuro, el segundo conjuro cantado del mundo.

Entretanto, en las salvajes espesuras, los animales se preguntaban qu podra haberle ocurrido a Perro Salvaje. Finalmente, Caballo Salvaje dio una coz en el suelo y dijo:

Ir a averiguar por qu no ha vuelto Perro Salvaje. Gato, acompame.

Ni hablar! respondi el Gato. Soy el Gato que anda solo, y lo mismo me da un lugar que otro. No pienso ir.

Sin embargo, con gran sigilo, march tras Caballo Salvaje y se escondi en un lugar desde donde poda orlo todo.

Cuando la Mujer oy a Caballo Salvaje tropezando y enredndose con su largas crines, dijo riendo:

Aqu viene el segundo. Criatura salvaje de las salvajes espesuras, qu quieres?

Caballo Salvaje dijo:

Oh, enemiga y esposa de mi enemigo, dnde est Perro Salvaje?

La mujer rio, cogi la paletilla, la mir y dijo:

Criatura salvaje de las salvajes espesuras, no has venido por Perro Salvaje, sino por esta rica hierba.

Y Caballo Salvaje, tropezando y enredndose con sus largas crines, dijo:

Es verdad. Djame probarla.

La Mujer dijo:

Criatura salvaje de las salvajes espesuras, agacha la cabeza y ponte esto que te doy, y comers de esta rica hierba tres veces al da.

Ah! dijo el Gato al orla. Muy lista mujer es sta, pero no tanto como yo.

Caballo Salvaje agach la cabeza y la Mujer le puso el cabestro en torno al cuello. Caballo Salvaje relinch a los pies de la Mujer y dijo:

Oh seora y esposa de mi seor, ser tu criado a cambio de esa rica hierba.

Ah! dijo el Gato al orlo. Qu caballo ms estpido.

Y regres por la salvaje espesura, moviendo la cola y sin ms compaa que la suya. Pero no se lo cont a nadie.

Cuando el Hombre y el Perro volvieron de cazar, el Hombre dijo:

Qu est haciendo aqu Caballo Salvaje?

La mujer respondi:

Ya no se llama Caballo Salvaje, sino Fiel Criado, porque nos llevar de un sitio a otro por siempre jams. Monta en su grupa cuando vayas de caza.

Al da siguiente, manteniendo erguida su salvaje cabeza para no engancharse los cuernos en los rboles silvestres, Vaca Salvaje se acerc hasta la cueva. El Gato, que la haba seguido, se escondi como haba hecho anteriormente. Y el Gato dijo lo mismo que las veces anteriores, y despus de que Vaca Salvaje prometiera dar su leche a su mujer a cambio de rica hierba, el Gato regres por la salvaje espesura, moviendo la cola y sin ms compaa que la suya, como hiciera otras veces. Pero no se lo cont a nadie. Y cuando el Hombre, el Caballo y el Perro volvieron de cazar y preguntaron lo mismo que las veces anteriores, la Mujer respondi:

Ya no se llama Vaca Salvaje, sino Dispensadora de Buenos Alimentos. Nos dar su blanca y tibia leche por siempre jams, y yo cuidar de ella mientras t, Mejor Amigo y Fiel Servidor sals de caza.

Al da siguiente, el Gato esper por si alguna otra criatura salvaje suba a la cueva, pero como nadie se mova en la salvaje espesura, el Gato se acerc hasta all l solo. Vio a la mujer ordeando la Vaca, el fuego resplandeciendo al fondo de la cueva y oli el aroma de la tibia y blanca leche.

Entonces el Gato dijo:

Oh, enemiga y esposa de mi enemigo, adnde ha ido Vaca Salvaje?

La Mujer rio y dijo:

Criatura salvaje de la salvaje espesura, regresa a los bosques, porque ya me he trenzado el pelo y he guardado la paletilla mgica. No necesitamos ms amigos ni criados en nuestra cueva.

El Gato dijo:

Pero yo no soy ni un amigo ni un criado. Soy el Gato que anda solo, y quiero entrar en vuestra cueva.

La Mujer dijo:

Y por qu no viniste con Mejor Amigo la primera noche?

El Gato dijo, enfadado:

Perro Salvaje ha estado contado chismes sobre m?

Entonces la Mujer se rio y dijo:

T eres el Gato que anda solo, y lo mismo te da un lugar que otro. No eres ni un amigo ni un criado. T mismo lo has dicho, as que vete y anda solo por aqu y por all.

El Gato fingi estar arrepentido y dijo:

Nunca podr entrar a la cueva? Nunca podr sentarme al amor de la lumbre? Nunca podr beber la tibia y blanca leche? Mujer, eres muy inteligente y muy bella. No deberas ser cruel ni con un simple gato.

La Mujer dijo:

Saba que era inteligente, pero no que fuera bella. As que har un trato contigo: si alguna vez digo una sola palabra en alabanza tuya, podrs venir a la cueva.

Y si dices dos palabras? pregunt el Gato.

Nunca lo har respondi la Mujer. Pero si digo dos palabras en alabanza tuya, podrs sentarte junto al fuego en la cueva.

Y si dices tres palabras? pregunt el Gato.

Nunca lo har respondi la Mujer. Pero si digo tres palabras en alabanza tuya, podrs beber la tibia y blanca leche tres veces al da por siempre jams.

El Gato, arqueando el lomo, dijo:

Entonces, que la cortina que cuelga a la entrada a la cueva, el fuego que arde al fondo y los cntaros de leche que estn junto a l recuerden lo que ha dicho mi enemiga y mujer de mi enemigo.

Y se march atravesando la salvaje espesura, moviendo la cola y sin ms compaa que la suya.

Esa noche, cuando el Hombre, el Caballo y el Perro volvieron de cazar, la Mujer no les cont el trato que haba hecho con el Gato, pues tema que no les gustara.

El Gato se fue muy, muy lejos y se escondi en la soledad de los bosques durante una larga temporada hasta que la Mujer se olvid de l. Solo el Murcilago el pequeo Murcilago cabeza abajo, que colgaba del techo de la cueva, saba dnde se esconda el Gato y cada noche volaba hasta l para contarle las ltimas novedades.

Una noche el Murcilago dijo:

Hay un Beb en la cueva. Es un recin nacido, rosceo, rollizo y pequeo, y la mujer lo quiere mucho.

Ah dijo el Gato al orlo. Y qu le gusta al Beb?

Le gustan las cosas suaves y que hacen cosquillas dijo el Murcilago. Le gusta que jueguen con l. Todo eso le gusta.

Hum dijo el Gato, entonces ha llegado mi hora.

La noche siguiente, el Gato atraves la salvaje espesura y se apost muy cerca de la cueva hasta que amaneci y el Hombre, el Perro y el Caballo salieron de caza. Esa maana la Mujer estaba atareada en la cocina, y el Beb lloraba y la interrumpa en sus quehaceres; as que lo sac de la cueva y le dio un puado de piedrecitas para que jugara. Pero el Beb no dejaba de llorar.

Entonces el Gato extendi su mullida pata y con ella palme suavemente las mejillas del Beb, que hizo gorgoritos. El Gato se frot contra sus rechonchas rodillas y le hizo cosquillas con la cola debajo de su redonda barbilla. El Beb empez a rerse, y la Mujer lo oy y sonri.

Entonces el Murcilago el pequeo Murcilago cabeza abajo que estaba a la entrada de la cueva, dijo:

Oh, anfitriona, esposa de mi anfitrin y madre del hijo de mi anfitrin, una criatura salvaje de la salvaje espesura est jugando con tu Beb.

Bendita sea esa criatura, quienquiera que sea dijo la Mujer, enderezando la espalda, porque esta maana he estado muy atareada, y me ha hecho un gran servicio.

En ese preciso instante, mi bien amado, la piel de caballo que colgaba con la cola hacia abajo a la entrada de la cueva cay al suelo catapum!, porque recordaba el trato que la Mujer haba hecho con el Gato, y cuando la Mujer fue a recoger la piel del suelo quin iba a decirlo!, el Gato ya estaba cmodamente sentado dentro de la cueva.

Oh, enemiga, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo dijo el Gato, aqu estoy. Porque has dicho una palabra en mi alabanza, y ahora puedo sentarme en la cueva por siempre jams. Pero sigo siendo el Gato que anda solo, y lo mismo me da un lugar que otro.

La Mujer, muy enojada, apret los labios, cogi su rueca y empez a hilar. Pero el Beb lloraba porque el Gato se haba ido. La Mujer no lograba hacer que se callara, y el beb se revolva, pataleaba y empezaba a ponerse morado de tanto llorar.

Oh, enemiga, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo dijo el Gato, coge una hebra del hilo que ests hilando, tala al huso y arrstralo por el suelo, y yo te ensear un conjuro que har que tu Beb ra tan fuerte como ahora est llorando.

Har lo que me dices dijo la Mujer, porque ya no s qu ms intentar, pero no pienso darte las gracias. La Mujer at la hebra al pequeo huso de arcilla y lo arrastr por el suelo, y el Gato se puso a perseguirlo, lo empuj con las patas, dio una voltereta y lo lanz hacia atrs por encima del hombro; lo atrap entre sus patas traseras, fingi que se le escapaba y volvi a saltar sobre l, hasta que el Beb empez a rer tan fuerte como antes haba llorado, se puso a gatear tras el animal y a juguetear por toda la cueva hasta que se cans y se recost para dormir con el Gato entre sus brazos.

Ahora dijo el Gato le cantar una nana que lo mantendr dormido durante una hora.

Y empez a ronronear, alto y bajito, bajito y alto, hasta que el Beb se qued profundamente dormido. La Mujer sonri y, contemplndolos, dijo:

Lo has hecho de maravilla. Est claro que eres muy listo.

En ese preciso instante, mi bien amado, el humo del fuego que arda al fondo de la cueva baj formando nubes del techo puf!, porque recordaba el trato que la Mujer haba hecho con el Gato. Cuando se disip quin iba a decirlo!, el Gato estaba sentado junto al fuego.

Oh, enemiga, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo dijo el Gato, aqu estoy, porque has dicho una segunda palabra en mi alabanza, y ahora puedo sentarme al amor de la lumbre en el fondo de la cueva por siempre jams. Pero sigo siendo el Gato que anda solo, y lo mismo me da un lugar que otro.

La Mujer, muy enojada, se solt el pelo, ech ms lea al fuego, sac la enorme paletilla de cordero y se puso a hacer un conjuro para evitar decir una tercera palabra en alabanza del Gato. No fue un conjuro cantado, mi bien amado, sino un conjuro silencioso. Y poco a poco se hizo tal silencio en la cueva que un ratoncito diminuto sali de una esquina y ech a correr por el suelo.

Oh, enemiga, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo dijo el Gato. Ese ratn es parte de tu conjuro?

No, claro que no! respondi la Mujer, que solt la paletilla, salt encima de un escabel que estaba frente al fuego y se recogi rpidamente el pelo por miedo a que el ratn pudiera trepar por l.

Ah dijo el Gato, observando todo aquello. Entonces el ratn no me sentar mal si me lo como.

No dijo la Mujer, trenzndose el pelo. Zmpatelo rpido y te estar eternamente agradecida.

El Gato dio un brinco y cay sobre el ratoncito, y entonces la Mujer dijo:

Mil gracias. Ni siquiera Mejor Amigo es lo bastante rpido para cazar ratones pequeos, como t acabas de hacer. Debes de ser muy listo.

En ese preciso instante, oh, mi bien amado, el cazo de leche que estaba junto al fuego se resquebraj crac!, porque recordaba el trato que la Mujer haba hecho con el Gato, y cuando la Mujer baj del escabel quin iba a decirlo!, el Gato estaba sorbiendo a lengetazos la tibia y blanca leche que quedaba en uno de los trozos.

Oh, enemiga, esposa de mi enemigo y madre de mi enemigo dijo el Gato, aqu estoy; porque has dicho tres palabras en alabanza ma, y ahora puedo beber la tibia y blanca leche tres veces al da por siempre jams. Pero sigo siendo el Gato que anda solo, y lo mismo me da un lugar que otro.

La Mujer se rio, prepar al Gato un cuenco de tibia y blanca leche y dijo:

Gato, eres tan listo como un hombre, pero recuerda que no hiciste el trato con el Hombre ni con el Perro, y no s qu harn cuando vuelvan a casa.

Y a m qu? respondi el Gato. Mientras tenga mi lugar frente al fuego y mi tibia y blanca leche tres veces al da, no me importa lo que hagan el Hombre o el Perro.

Cuando el Hombre y el Perro volvieron a la cueva esa noche, la Mujer les cont la historia del trato, mientras el Gato permaneca sentado junto al fuego, sonriendo. Entonces el Hombre dijo:

Ya, pero no ha hecho el trato conmigo ni con todos los Hombres que me sucedern.

Y se quit las dos botas de cuero, cogi su pequea hacha de piedra (con lo que ya suma tres), trajo un trozo de madera y una hachuela (con lo que ya suma cinco), coloc todos esos objetos en fila y dijo:

Ahora vamos a hacer nuestro trato. Si no cazas ratones cuando ests en la cueva por siempre jams, te lanzar estos cinco objetos cada vez que te vea, y lo mismo harn todos los Hombres que me sucedern.

Ah! dijo la mujer al orlo. Muy listo es este Gato, pero no tanto como mi Hombre.

El Gato cont los cinco objetos (que parecan muy contundentes), y dijo:

Cazar ratones cuando est en la cueva por siempre jams, pero sigo siendo el Gato que anda solo, y lo mismo me da un lugar que otro.

No cuando yo est cerca dijo el Hombre. Si no hubieras dicho esto ltimo, habra guardado estas cosas por siempre jams, pero ahora te voy a lanzar mis dos botas y mi pequea hacha de piedra (que suman tres) cada vez que te vea. Y lo mismo harn los Hombres que me sucedern.

Entonces dijo el Perro:

Espera un momento. El Gato no ha hecho ningn trato conmigo ni con los Perros que me sucedern.

Y, enseando los colmillos, aadi:

Si no te portas bien con el Beb mientras yo est en la cueva por siempre jams, te perseguir hasta atraparte, y entonces te morder. Y lo mismo harn todos los Perros que me sucedern.

Ah! dijo la mujer al orlo, muy listo es este Gato, pero no tanto como el Perro.

El Gato cont los colmillos del Perro (que parecan muy afilados), y dijo:

Me portar bien por siempre jams con el Beb mientras est en la cueva, siempre que no me tire demasiado fuerte de la cola. Pero sigo siendo el Gato que anda solo, y lo mismo me da un lugar que otro.

No cuando yo est cerca dijo el Perro. Si no hubieras dicho esto ltimo, habra cerrado las fauces por siempre jams, pero ahora te har trepar a los rboles cada vez que te vea. Y lo mismo harn todos los Perros que me sucedern.

Entonces el Hombre lanz al Gato sus dos botas y su pequea hacha de piedra (que suman tres), y el Gato sali corriendo de la cueva y el Perro lo persigui hasta hacerle trepar a un rbol. Y desde entonces hasta hoy, mi buen amado, tres Hombres de cada cinco han tirado cosas a los Gatos cada vez que los ven, y todos los Perros los han perseguido hasta hacerlos trepar a un rbol. Pero el Gato tambin cumpli su parte del trato. Caza ratones y se porta bien con los bebs cuando est en casa, siempre que no le tiren demasiado fuerte de la cola. Pero hecho esto, en sus ratos libres, cuando sale la luna y cae la noche, es el Gato que anda solo, y lo mismo le da un lugar que otro. Y entonces, como antao, camina por la salvaje espesura o sube a los rboles o a los tejados, moviendo la cola y sin ms compaa que la suya.

RUDYARD KIPLING. Naci el 30 de diciembre de 1865 en Bombay (India). Cuando tan slo tena 6 aos, fue enviado a estudiar a Inglaterra. Permaneci cinco aos en un hogar social de Southsea, experiencia que describe en su relato La oveja negra.

En el ao 1882 regres a la India, momento en que comenz a trabajar para la Civil and Military Gazette de Lahore hasta 1889, en calidad de editor y escritor de relatos.

Algn tiempo despus public Cancioncillas del departamento (1886), una serie de versos satricos sobre la vida civil y militar en los cuarteles de la India colonial, adems de una coleccin de sus relatos escritos para la prensa recopilados en Cuentos de las colinas (1887).

Su fama literaria se la debe a seis historias sobre la vida de los ingleses en la India, publicadas entre 1888 y 1889. Entre sus novelas o relatos largos ms populares figuran La luz que se apaga (1891), El Libro de la Selva (1894), El Segundo Libro de la Selva (1895), Capitanes intrpidos (1897), Stalky & Ca. (1899), basada en sus experiencias infantiles en el United Services College, y Kim de la India (1901), un relato picaresco de la vida en la India.

Lo ms destacable de su poesa es quiz Baladas del cuartel (1892) y Las cinco naciones (1903).

Viaj por Asia y Estados Unidos, donde se cas en 1892 con Caroline Balestier y vivi durante un breve periodo en Vermont.

En 1903, se estableci en Inglaterra.

En 1907 le concedieron el Premio Nobel de Literatura, convirtindose en el primer autor ingls merecedor de este galardn.

Fue iniciado en masonera a los veinte aos en Lahore, dedic su vida y sus escritos a profundizar en la condicin de Hombre, y su devenir existencial. Falleci el 18 de enero de 1936 en Londres.