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CulturaC 6 LA VOZ DEL INTERIORCÓRDOBA. JUEVES 21 DE JULIO DE 2005
LIBROS
Alejandro López atrapa al lector con una novela transgresora.
Las ventanitas del señor LópezEMANUEL RODRÍGUEZ
ESPECIAL
Una travesti a la que la crisis latomó con la operación de silico-nas a la mitad y anda por elmundo con un solo pecho a la es-pera de un viaje a los EstadosUnidos que le permita comple-tar su cuerpo, chatea con suprima y confidente, una prosti-tuta correntina que trabaja enAsunción del Paraguay en unantro vigilado por la policía. Secuentan penas, alegrías y revo-loteos con el crimen en largas se-siones de Messenger.
Esos diálogos son la columnavertebral de Keres cojer? =Guan tu fak, la novela de Ale-jandro López que a primera vis-ta puede resultar repelente pa-ra puristas del lenguaje por suvasta transgresión de todo cuan-to hayan dictado los manualesde ortografía desde los orígenesdel idioma español, pero que su-perado el trance –o sea, rin-diéndose a la idea de que las co-sas son así y de que en medio detiroteos y felaciones a nadie leimporta ya la diferencia entre vy b– cuaja en un interesante, per-turbador y divertido relato deaventuras.
Presentadas las protagonis-tas, es difícil dejar de leer, aunen la aparente dificultad de nocontar con la estructura tradi-cional del narrador e inclusocuando la insistencia fálica delos diálogos puede cansar. Esuno de los logros de López, quejuega más allá de los límites ycuya mirada está lejos del exa-men entre compasivo y conde-natorio con el que las travestissuelen ser puestas en foco máso menos una vez por semana enel programa de televisión de Ro-lando Graña, por ejemplo.
Las heroínas de Guan tu fak
NOVELA
“Keres cojer? = Guan tu fak”,por Alejandro López, Editorial In-
terzona, Buenos Aires, 2005, 344
páginas.
de alguna manera se ríen de eseestereotipo, y lo usan a su favoren esa especie de lucha contratodos que es la supervivencia.Con un sueño americano pos me-nemista entre las cejas, Vanes-sa y Ruth le ponen el cuerpo a lacosa –a lo que venga– y se apo-yan mutuamente a través delchat. Libran batallas individua-les pero simbólicas, y los triun-fos o derrotas de una lo son deambas y de todos.
Si bien la novela es localiza-ble en cierto nuevo realismo so-cial que tiene a las produccionesmás interesantes de la escenaindependiente porteña marca-das por una frecuentementeexasperante militancia axiomá-tica por “lo marginal”, López sealeja un poco del registro de unWashington Cucurto –el EmilZolá de los cartoneros–, por ejem-plo, al no presentar a sus prota-gonistas como las típicas vícti-
mas del sistema. Con un humor que logra sus
mejores momentos cuando sealeja de lo escatológico, pero queentre la sartenada de fluidos cor-porales y papeles de cocaína malcortada también es efectivo,Guan tu fak tiene dos protago-nistas originales, de notable fac-tura creativa. Vanessa aprendeinglés básico mientras se acues-ta con un cliente negro –“negronegro de verda”– en un tuguriodel conurbano bonaerense, yRuth aclara en “el chat másguay de Paraguay” que aunquees flaquita tiene “mucha inisia-tiva” (sic).
La cuestión con Internet estambién esencial: López sabe queallí, en el ciberespacio, se estálibrando otra batalla, de tipolingüístico. Una lucha entre eluso y la norma en la que el pri-mero no sólo vence. Se para,además, sobre el cadáver de lavencida y emite una grotescacarcajada de victoria. Le mojala oreja e incurre en todo tipo deobscenidades. La única regla esla de la economía del lenguaje:siempre que se entienda, menoses mejor. Porque es más rápidoy porque al calor de los hechos,mientras un hermano y amantede Vanessa se desangra en el li-ving, las comas, los acentos y lasletras c, mienten. Ese juego or-tográfico, a veces fatigoso peromuchas veces delirante y dramá-tico, carga con el vértigo del re-lato. Le da a la novela una velo-cidad particular. No es sólo uncoqueteo con la forma en que seescribe en los cibercafés o unarebeldía adolescente, sino unaoperación narrativa que le dauna original vuelta de tuerca algénero épico.
Se destaca igualmente un no-table trabajo de lenguaje. Lópezlogra un registro de “trabajado-
ra sexual” absolutamente ve-rosímil. ¿Humor de travestis yprostitutas sin caer en el tonoMidachi? Parece que es posible.
Además, el trabajo de Lópeztrasciende el humor y buscaotras sensaciones, jugando todoel tiempo con elementos fueradel texto, confundiendo nivelesde ficción y realidad. Los recor-tes de diarios y revistas “reales”
y las referencias a una supues-ta cámara oculta de TelenocheInvestiga, junto a los videos quepueden verse en interzona.comconfiguran un escenario des-concertante. Mérito del autor:verosimilitud se confunde converdad, y las lecturas posiblesse multiplican. ¿Realidad o fic-ción? Nada mejor que no saberqué es lo que está pasando.
POESÍA
“Diálogo del árbol”, por Paul
Valéry, Ediciones del Copista, Cór-
doba, 2005, 83 páginas.
Las palabras del árbolANTONIO OVIEDO
ESPECIAL
Admirado con fervor por T.S.Eliot, Rilke, Francis Ponge, en-tre otros, la figura de PaulValéry (1871-1945) ha suscitadosin embargo adhesiones másbien reticentes. Es el caso de al-guien como Ezra Pound; algosimilar ocurre, por motivosconcernientes a una poética queno comparte, con un WallaceStevens.
Paralelamente, las opinionesde Borges y Emil Cioran, sien-do en apariencia opuestas, coin-ciden de un modo al que hayque llamar sutil. El primero su-braya en el poeta francés “loslúcidos placeres del pensa-miento y las secretas aventurasdel orden”. Impiadosamente,Cioran asegura que Valéry“exageró hasta el vicio la maníade explicarse”. En efecto, hayuna línea de exacerbada racio-nalidad (manifestada también
con igual fuerza en las prefe-rencias métricas aplicadas a supoesía) que une toda la obra deValéry, y que ya desde su In-troducción al método de Le-onardo da Vinci (1894) se ex-presa mediante el axioma “obs-tinado rigor”.
Aparte de libros de poesía (Elcementerio marino, La jovenparca), de ensayos (Tel Quel Iy II, o los cinco volúmenes ti-tulados Variedad), de 213 Car-nets repletos de digresiones quefusionan lo baladí con lo fun-damental, Valéry escribió tresdiálogos (que serán el puente, aposteriori, para obras dramáti-cas como Anfión, Semíramis,Mi Fausto y La cantata deNarciso): Eupalinos o el ar-quitecto, El alma y la danzay este Diálogo del árbol, cuyatraducción y prólogo realizó Ro-dolfo Alonso, y a los cualeshabría que agregar La idea fi-ja si se concede que su elabo-ración contiene aspectos lúdi-
cos no exentos de patetismo. A la manera de los diálogos
socráticos, el Diálogo del ár-bol fue en rigor inspirado poruna lectura que efectuaraValéry de las Bucólicas del ge-nial poeta latino Virgilio. Lostópicos del género pastoril ins-criptos en el opus virgiliano re-sultan en buena medida reac-tualizados en las secuencias dela conversación que entablanlos dos interlocutores –Lucre-cio y Titiro– convocados porValéry. Ambos, rodeados poruna naturaleza que tiende aconcentrarse en la existenciafáctica de una haya, procla-marán, alternativamente y des-de posiciones a veces antagó-nicas, discursos que la tomanpor objeto.
Los parlamentos de Titiroenuncian reflexiones a travésde las cuales el árbol, provistoincluso de pensamientos, emo-ciones y conductas atribuiblesa los hombres, recibe toda cla-
se de celebraciones y apologíaspronunciadas con la vehemen-cia que la condición de poeta deaquél le dicta. En no menor me-dida los prodigios, las fábulas,la intensidad de sus energías,encuentran cabida en las vocesque emiten sus ramas y follaje,en la activa y callada evoluciónde sus mutaciones.
En cambio, Lucrecio, quienejerce con hábil discreción laironía y apela a cierta condes-cendencia reafirmada en apre-ciaciones crasamente raciona-les, despojadas de arrebatos,contempla un árbol susceptiblede brindar múltiples utilidadesy beneficios, que además se ex-tiende a la tierra donde, al hun-dir sus raíces,crea posibilida-des de reproducirse y de po-tenciar riquezas ilimitadas. Yde este intercambio entre Lu-crecio, que postula un conoci-miento obtenido mediante ope-raciones lógicas, y Titiro, queprocura descifrar y preservar
enigmas y misterios sin doble-garlos bajo el peso de datos me-ramente pragmáticos, la figuradel árbol resulta examinada conpalabras que una y otra vez sereúnen en la práctica a menu-do conflictiva de un diálogo.
El show de Truman
AGENCIA EFE
San Francisco (Estados Unidos).
Precisamente ahora que correntiempos difíciles para los perio-distas de Estados Unidos, la fi-gura de uno de los más em-blemáticos, Truman Capote, vuel-ve a estar de moda en el cine y laslibrerías del país del norte.
El escritor que se pasó la vi-da en busca de la fama y quehacía gala de su colección deamistades notables –desde Jac-queline Kennedy, con quien ibade compras y a quien ayudaba allevar bolsas llenas de ropa, has-ta la diseñadora Gloria Vander-bilt y la actriz Marylin Monroe–no cabría en sí mismo ante tan-to protagonismo.
Aunque su obra maestra nun-ca ha dejado de estar en el can-delero, lo cierto es que su nom-bre resuena últimamente conmás fuerza que nunca. Pruebade ello son dos filmes centradosen la figura del novelista recon-vertido a periodista, nacido enNueva Orleans en 1924.
La primera película, que seestrenará el 30 de setiembre –fe-cha que coincide con su cum-pleaños–, se titula Capote, estáprotagonizada por el polifacéti-
co Philip Seymour Hoffman y ba-sada en la biografía del mismotítulo de Gerald Clarke.
El estreno del segundo filmeestá previsto para 2006. Se titu-la Have you heard? (algo así co-mo ¿Te enteraste?), cuenta, en-tre otros, con Sandra Bullock,Gwyneth Paltrow y SigourneyWeaver, y el argumento se apo-ya en las entrevistas publicadaspor George Plimpton en su librosobre Capote.
Las dos películas giran en tor-no al proceso de recopilación dedatos y la escritura de A sangrefría, así como las motivacionesy la metodología que Capote, en-tonces un novelista neoyorqui-no abiertamente homosexual,utilizó para narrar la historia delos asesinatos, en 1959, de loscuatro miembros de una familiade pudientes granjeros en Hol-comb, en el estado de Kansas.
A pesar de que con su meto-dología –y con su éxito– Capoteofendió a muchos, el libro sentólas bases para un nuevo género,el periodismo literario. En A san-gre fría Capote logró un acer-camiento que rayaba en la amis-tad con los dos asesinos, y nodudó en manipularlos y contarmentiras para obtener la verdad.
Para Bennett Miller, directorde Capote, el autor es “una deesas personas que representa al-go más grande que sí mismo. Creoque su ambición, ese tipo de éxi-to y el desplome subsiguiente sonmuy contemporáneos”.
Sea como fuere, el resurgir desu figura tiene lugar en un mo-mento oscuro para el periodismode Estados Unidos, cuando peli-gra uno de los elementos clave–la figura de las fuentes confi-denciales– y existe una notable
falta de credibilidad en los pe-riódicos que se traduce en bajosíndices de lectura.
El propio Capote no hacía mu-cho caso de la confidencialidad desus fuentes. Marlon Brando loacusó de utilizar una larga con-versación confidencial para pu-blicar un perfil sobre el actor, yel propio editor de New Yorker,donde apareció la entrevista y losprimeros capítulos de A sangrefría, se arrepintió de haber pu-blicado algunas de sus piezas.
El escritor y periodista junto a Marylin Monroe, en 1958.
La figura de Truman Capote vuelve a laluz con dos filmes sobre su vida y obra.
Este libro reúne una serie de en-
sayos y artículos que la teórica
política Hannah Arendt
(1906–1975) escribió y publicó
sobre “la cuestión judía” entre
1942 y 1966. Además, reproduce
por primera vez en español el in-
tercambio epistolar entre Arendt
y Gershom Scholem en torno del
polémico libro de la pensadora
alemana nacionalizada estadou-
nidense, EEiicchhmmaannnn eenn JJeerruussaalléénn,
basado en su informe sobre el
juicio al criminal de guerra nazi
en 1961. Los escritos de Arendt
dan cuenta de las preocupacio-
nes centrales de toda su obra: el
totalitarismo, la libertad, el mun-
do judío y la naturaleza del pen-
samiento.
ENSAYO
“Una revisión de la historiajudía”, por Hannah Arendt, Paidós,
Buenos Aires, 2005, 196 páginas.
Esta fascinante nouvelle del es-
critor neoyorquino Steven Mill-
hauser, Premio Pulitzer 1996 por
MMaarrttiinn DDrreesssslleerr, se mueve entre
la ciencia ficción y el género
fantástico, y propone una cauti-
vante visita a la Berlín del siglo
XIX, donde el joven creador de
autómatas August Eschenburg se
ganará un lugar en la alta socie-
dad de la capital alemana. Mill-
hauser trabaja con la realización
de las fantasías de infancia y na-
rra sucesos imposibles con efec-
tos de gozo y angustia. AAuugguusstt
EEsscchheennbbuurrgg forma parte de la co-
lección de literatura fantástica Lí-
nea C, dirigida por el escritor
Marcelo Cohen.
NOVELA
“August Eschenburg”, por Ste-
ven Millhauser, Colección Línea C,
Interzona, Buenos Aires, 2005, 98
páginas.
PUBLICACIONES
El número de julio de LLaa IInn--
tteemmppeerriiee tiene como tema de
tapa las nuevas luchas socia-
les en torno de problemas am-
bientales. Las experiencias de
vecinos de Villa Allende con-
tra el crematorio y de vecinos
de barrio Ituzaingó Anexo
contra las fumigaciones que
contaminan sus tanques de
agua ejemplifican la cuestión.
Textos de Ximena Cabral, Ri-
cardo Panzetta y Alberto La-
polla completan el informe.
Salvador Treber analiza la
política exterior norteameri-
cana y Schmucler plantea una
“La Intemperie”, número 22, di-
rigida por Sergio Schmucler, Cór-
doba, 2005.
REVISTAS
crítica de los movimientos New
Age. incluye el fanzine humorís-
tico La Piedra en el Zapato. Telé-
fono: 0351-4683720. E-mail:
Josefina Licitra, el escritor Pablo
Ramos y el humorista Santiago
Varela escriben en el nuevo nú-
mero de LLaa mmuujjeerr ddee mmii vviiddaa so-
bre marcas, huellas que distintos
eventos dejan en la vida de las
personas. Además, una entrevis-
ta al escritor colombiano Fernan-
do Vallejo, cuentos de Ángela
Pradelli y Florencia Abbate, una
crítica a la escena teatral con-
temporánea a cargo de Eugenia
Zicavo y un homenaje de Elvio
Gandolfo al recientemente falle-
“La mujer de mi vida”, número
24, dirigida por Ricardo Coler,
Buenos Aires, 2005.
cido escritor santafesino Juan José
Saer. Página Web: www.lamujerde-
mivida.com.ar.