DEL AMOR Y OTRAS TRANSFORMACIONES COLECTIVASKAREN ALEXANDRA Y

YEIMY DANIELACaquetá

“Yo a veces quiero mostrar mi cuerpo,

porque mi cuerpo es arte, es nuestro territorio y es

sagrado, es hermoso”.

Alexa

Esta historia es una historia narrada a dos voces y se ve atravesada por la amistad, el amor, el respeto, el acompañamiento, la lucha constante y la comida. Es la historia de los encuentros y las decisiones juntas. Nuestra historia tiene muchas cosas en común y estamos juntas por el destino.

Mi nombre es Karen Alexandra Caro Garzón, tengo 25 años, en realidad yo nací en Ibagué, en la ciudad musical, pero mi mamá vino a registrarme acá en Florencia. Yo me llamo Yeimy Daniela Parra Zuluaga, nací en Cartagena del Chairá y me registraron en Florencia, tengo 23 años y vivo acá desde los 18, tengo dos mamás, la una es la que me tuvo y la otra es la que me crio, yo estuve más con la que me crio que con la que me parió. En mi infancia me la pasé entre Cartagena y Doncello, y un rato estuve viviendo en Armenia y en Santander de Quilichao.

Karen: Yeimy y yo nos conocimos hace 5 años en un local de comida rápida, ella preparaba la comida y atendía y yo fui a comer hamburguesa. Luego empezamos a hablar por Facebook y nos hicimos amigas, nos fuimos a vivir juntas, como amigas, CA

QU

ETÁ

DEL AMOR Y OTRAS TRANSFORMACIONES COLECTIVAS

KAREN ALEXANDRA CARO YYEIMY DANIELA PARRA

después de llevar 2 meses de conocernos. Bueno, en realidad juntos, porque en ese momento no nos definíamos como mujeres. Cuando yo era niño sentía mucho deseo de ser una niña, quería vestirme como mujer, pero no entendía por qué, no sabía si me gustaban más los niños o las niñas, y me preguntaba, ¿por qué debe gustarme uno no más?, entonces yo trataba de leer, en ese momento no había internet, y me iba para la biblioteca de mi mamá buscando libros de sexualidad, no por morbo sino por saber qué me pasaba. Yo le preguntaba a Dios: “¿por qué soy así?, ¿por qué?, ¿por qué?, ¿por qué?”. Pero si me vestía como niña, yo pensaba que mis papás me iban a decir: “Se me va de la casa”, ¿y yo para dónde me iba a ir?, ¿será que me iba a tocar quedarme acurrucadita en un andén?, a mí eso me daba mucho miedo, preferí quedarme callado y no salir casi a jugar. Cuando fui creciendo, en la adolescencia, me tocó fingir mi tono de voz para que fuera más grueso, tratar de encorvarme un poco y decir que me gustaba el fútbol, y para más piedra, resulté siendo buen jugador.

Yeimy: A mí también me pasaba eso, yo, por ejemplo, trataba de demostrar que era fuerte para que no se dieran cuenta, muchas veces en mi familia me decían, “¿cuál es su maricadita?”. Me acuerdo que, cuando tenía 15 años, mi mamá y mi hermana se sentaron al pie mío y me dijeron que si a mí me gustaban los hombres. Imagínese eso, y yo del miedo de que me fueran a echar de la casa o de que ya no me quisieran y me mirarán con asco les dije: “No a mí me gustan las mujeres”. Les decía a mis amigas que se hicieran pasar por mis novias, pero no, ¡mentiras!, nadie sabía que yo era gay. Yo vine a decirles a ellas que era gay cuando ya tenía la posibilidad de valerme por mí mismo y podía defenderme y no quedar solo por la vida.

Hacer un tránsito siendo una pareja gay a una pareja de mujeres trans lesbianas tiene sus particularidades. No estábamos listas aún para el rechazo, uno por ser homosexual sufre de bullying, y se va acostumbrando con los años, pero hacer el tránsito es diferente, uno puede ser una persona homo y puede disimular que es hetero, así nos tocaba de niños. Pero cuando ya eres trans, pones todo el tiempo la cara, el cuerpo, la voz y los sentimientos por la comunidad, somos muy visibles, nos miran y dicen “¿es hombre o es mujer?, ¿qué es?” y empiezan a mirarnos, y si nos maquillamos o nos vemos muy bonitas, y por bonitas dicen “están lindas”, cuando empiezan a detallarnos se dan cuenta realmente

CULTIVANDO LA PALABRA PARA COSECHAR AUTONOMÍASHistorias de Mujeres que se atrevieron a soñar

YO A VECES QUIEROMOSTRAR MI CUERPOPORQUE MI CUERPO ES ARTE, ES NUESTRO TERRITORIO Y ES SAGRADO, ES HERMOSO

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que somos trans. A veces, uno se encierra en el baño a practicar el tono de voz para no tenerla tan gruesa. Karen: Yeimy y yo tomamos la decisión de hacer el tránsito a mujeres al tiempo, fuimos a un mirador acá en Florencia y nos lo dijimos las dos, no nos influenciamos, ya cada una lo venía pensando y se lo quería contar a la otra. Luego, cuando le contamos a mi familia, mi papá me miró y me dijo: “mi negra, tenga mucha valentía porque esto va a ser duro, va a ser muy duro, usted tiene que saber que la van a gritar y le van a decir cosas en la calle, más que ahora”, y después de que el papá y la mamá de uno le diga con amor que va a ser difícil pero que ellos nos van a apoyar, uno se siente tranquila, porque a mí lo que me importaba es que ellos me aceptaran, a mí no me importaba que en la calle me gritarán nada porque ya tenía a mis papás y a mis hermanos protegiéndome, y ya no era como ese pesar sino que me querían, yo era la hermanita, ellos

siempre habían querido tener una hija, y yo era como la hija menor. Mis hermanos me cuidan, mi mamá me dice “mi negrita, mi princesa”, y cada vez que yo escuchaba eso, yo sentía como ¡Ay Dios mío, un descanso!, como que me hacen sentir tan también, tan cómoda conmigo misma.

Yeimy: En mi caso la relación con mi familia fue un poco diferente que la de Alexa. Mi hermana, que es mi mamá y quien me crio, y mi papá, no aceptan quién soy, pero mi mamá biológica apareció hace poco y ella sí me quiere como soy.

Karen: Por eso es que yo le digo a Yeimy; “amor, no se sienta mal por eso, porque al menos tenemos a mi familia, yo sé que no son sus papás, pero es como si lo fueran”. Mi mamá, por ejemplo, dice que ella tiene dos hijas, y va diciendo por la calle: “Con mis hijas no se metan”, y mi tía también, es más bella, dice: “No se metan con mis sobrinas, me las dejan en paz, no me las sabotean”. Eso nos gusta, nos hace sentir cómodas y acompañadas.

Antes, cuando íbamos por la calle y me gritaban algo yo me volteaba y les decía: “Yo no me estoy metiendo con usted, entonces, ¿por qué me hace eso?”, pero después de tantas cosas hoy pienso que decir eso es como decir, “por favor no, como dando lástima”, hoy sabemos cuáles son nuestros derechos, nosotras tenemos las mismas capacidades, derechos y deberes que cualquier ciudadana. Nosotras soñamos con poder terminar nuestro tránsito, llevamos cuatro años con hormonas y estamos peleando por la cirugía y no tanto por nuestra vida sexual, en este punto es por comodidad, la gente nos puede ver planas y parecemos mujeres, pero realmente tenemos que hacer algo que se llama “truncar el pene”, y en cualquier momento se puede desacomodar y eso duele mucho, mientras estamos sentadas empezamos a sentir como un frío, la circulación a veces se ve afectada y no corre la sangre y se empieza a sentir mentolado, como si se estuviera durmiendo una parte del cuerpo y al caminar nos salen ampollas. Nosotras tenemos derecho a estar tranquilas y sin dolores y angustias, el sistema de salud nos tiene que permitir esa comodidad, ese es uno de nuestros sueños.

A Alexa le gusta escribir, imitar, pintar, dibujar, el manga y le encanta cantar, se inventa canciones que yo a veces ni entiendo, le gusta el pop sintético,

tiene más de 34 canciones escritas, las tiene guardadas porque no quiere que se roben sus letras. En general, a ella le gusta mucho el arte. A Yeimy le gustan otras cosas, a ella le gusta salir a comer, bailar, hacer compras, cantar. Antes cuando era chico, estaba en un grupo de música como corista, pero con las hormonas se le cortó la voz y le toca esperar a ver cómo le va a quedar. Pero en definitiva lo que más le gusta es cocinar, ella es amante de la cocina y yo amo que me cocine, me hace cosas muy ricas, otra cosa que le encanta es coser, todo eso lo sacó de la mamá.

En Colombia hay muchas chicas trans que deben estar pasando por momentos difíciles porque no es fácil tomar estas decisiones, nosotras ya hemos pasado por algunas de ellas y lo que les podemos decir es que lo primero que tienen que tener es paz mental, aquí no hay culpas de nada y por eso no deben lastimarse a sí mismas. Hay que amarnos como somos, con todo lo que tengamos, sentirnos cómodas, no atentar contra nuestras vidas y nuestros cuerpos, el cuerpo es nuestro territorio y es sagrado. Lo segundo, es que no estamos solas, hay personas que nos pueden brindar la mano y ayudarnos. En la Defensoría del Pueblo, después de que en todos lados nos habían dicho que no podíamos hacer lo que queríamos, en temas de salud, encontramos unas garantías para continuar. La Dupla de Género nos dijo,

tranquilas, todo va a estar bien, se va a demorar, pero lo vamos a intentar, y así ha sido; los abogados, la psicóloga Soni, Diana Roa, es increíble, es muy amable y cariñoso el trato, uno se siente como si fueran nuestra familia.

Hay días en que nos paramos al frente del espejo en la casa y nos miramos y nos ponemos felices de darnos cuenta que somos lo que quisimos ser, somos mujeres, y sí claro, a veces nos duele que nos lastimen y nos digan cosas irrespetuosas, pero nos sentimos felices, nos miramos y nos decimos, mire ya llevamos cuatro años de mujeres y tenemos nuestra ropita, nuestro maquillaje, zapatos, ¡somos mujeres!.

Acá en Florencia estamos tejiendo para construir una red, la Red Amazónica Trans, que es un esfuerzo grande que busca apoyar a otras mujeres y hombres trans para fortalecer una comunidad en la que nos podamos brindar apoyo entre todas y todos. En este momento somos más de 18 chicas, nos compartimos información sobre el proceso de hormonización, el cambio de cédula, el tema de salud con endocrino y urólogo. Pero no es fácil, para acercarme a algunas personas a veces tengo que preguntarles si se sienten o no una chica o chico trans y esos momentos no son fáciles de abordar ni para ellas y ellos, ni para mí, yo les digo siempre que se puede buscar acompañamiento psicológico para buscar algún tipo de orientación si lo consideran necesario.

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Este es un proceso en el que yo tengo metido el corazón, yo, Alexa, quiero que todas las chicas tengan información clara para que sepan cuales son las posibilidades que tenemos, yo las llamo y las visito porque necesitamos juntarnos. En este momento estamos buscando recursos con proyectos para que podamos recibir financiación, pero eso es muy lento. No hemos podido hacer la primera reunión en la que nos veamos todas, por ahora han sido charlas con mujeres en diferentes días y tenemos un canal de información para compartir cosas.

Nosotras como mujeres trans lesbianas nos pensamos una Colombia que respeta la diferencia y no la discrimine, sabemos que es duro y que se va a demorar, pero va a pasar en algún momento. Mientras estemos vivas y así se nos vaya la vida en esto, vamos a seguir sensibilizando lo que más podamos, haciéndolo de manera llamativa y respetuosa. A nosotras no nos gusta mucho el tema de los reinados, pero el otro año vamos a ser candidatas en Paujil y en Doncello para representar a nuestra comunidad en esos escenarios. Soñamos con la posibilidad de tener derecho a la salud y a la educación de manera digna como mujeres. También nos soñamos un país en donde no le tienen miedo a las chicas y los chicos trans y a las personas con identidades diversas.