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  • Juventudes latinoamericanas

  • Juventudes latinoamericanas : prcticas socioculturales, polticas y polticas pblicas / Ernesto Rodrguez ... [et.al.] ; edicin literaria a cargo de Humberto J. Cubides C.. - 1a ed. - Ciudad Autnoma de Buenos Aires : CLACSO, 2015.

    E-Book.- (Grupos de trabajo de CLACSO / Atilio Alberto Boron)

    ISBN 978-987-722-079-7

    1. Jvenes. 2. Amrica Latina. I. Rodrguez, Ernesto II. Cubides C., Humberto J. , ed. lit.

    CDD 305.23

    Otros descriptores asignados por CLACSO:Juventudes / Polticas Pblicas / Estado / Ciudadana / Vulnerabilidad / Participacin / Descolonizacin / Amrica Latina

  • Humberto Cubides C., Silvia Borelli, Ren Unda y Melina Vzquez

    (editores)

    Ernesto RodrguezSara Victoria Alvarado

    Camilo RamrezAriel Gmez

    Mara Cristina SnchezPatricia Botero Gmez

    Ren Unda LaraMara Fernanda Solrzano G.

    Pedro NezMelina VzquezPablo Vommaro

    Mara Isabel Domnguez GarcaIdania Rego Espinosa

    Claudia Castilla GarcaLiliana Galindo Ramrez

    Rita de Cssia Alves Oliveira

    Coleccin Grupos de Trabajo

    Juventudes latinoamericanas

    prcticas socioculturales, polticas y polticas pblicas

  • La responsabilidad por las opiniones expresadas en los libros, artculos, estudios y otras colaboraciones incumbe exclusivamente a los autores firmantes, y su publicacin no necesariamente refleja los puntos de vista de la Secretara Ejecutiva de CLACSO.

    Editor Responsable Pablo Gentili - Secretario Ejecutivo de CLACSO

    Directora Acadmica Fernanda Saforcada

    Programa Grupos de Trabajo

    Coordinador Pablo VommaroAsistentes Rodolfo Gmez, Valentina Vlez y Giovanny Daza

    rea de Acceso Abierto al Conocimiento y Difusin

    Coordinador Editorial Lucas Sablich Coordinador de Arte Marcelo Giardino

    Produccin Fluxus EstudioArte de tapa Ignacio Solveyra

    Primera edicinJuventudes latinoamericanas: prcticas socioculturales, polticas y polticas pblicas. (Buenos Aires: CLACSO, mayo de 2015).

    ISBN 978-987-722-079-7 Consejo Latinoamericano de Ciencias SocialesQueda hecho el depsito que establece la Ley 11.723.

    CLACSOConsejo Latinoamericano de Ciencias Sociales - Conselho Latino-americano de Cincias SociaisEstados Unidos 1168 | C1101AAX Ciudad de Buenos Aires, ArgentinaTel. [54 11] 4304 9145 | Fax [54 11] 4305 0875 | |

    Este libro est disponible en texto completo en la Red de Bibliotecas Virtuales de CLACSO www.biblioteca.clacso.edu.ar

    No se permite la reproduccin total o parcial de este libro, ni su almacenamiento en un sistema informtico, ni su transmisin en cualquier forma o por cualquier medio electrnico, mecnico, fotocopia u otros mtodos, sin el permiso previo del editor.

    Patrocinado por la Agencia Sueca de Desarrollo Internacional

  • NDICE

    Presentacin 9

    Ernesto Rodrgueza modo de prlogo: estudios sobre juventudes en amrica latina : un mosaico de realidades diversas pero convergentes, a caracterizar ms y mejor 21

    Sara Victoria Alvarado, Camilo Ramrez, Ariel Gmez y Mara Cristina Snchezemergencias y desplazamientos de la accin poltica de jvenes colombianos 31

    Patricia Botero GmezDescolonizacin del tiempo-poltico del desarrollo desde algunos mandatos generacionales por la vida 49

    Ren Unda Lara y Mara Fernanda Solrzano G.politicidad de prcticas socioculturales de jvenes indgenas de la sierra central del ecuador y configuraciones identitarias en el ciclo poltico de la revolucin ciudadana 2007-2012 77

  • Pedro Nez, Melina Vzquez y Pablo Vommaroentre la inclusin y la participacin. una revisin de las polticas pblicas de juventud en la argentina actual 95

    Mara Isabel Domnguez Garca, Idania Rego Espinosa y Claudia Castilla Garcarevertir la vulnerabilidad. experiencias de transformacin social con jvenes cubanos 141

    Liliana Galindo Ramrez y Rita de Cssia Alves OliveiraMovimientos juveniles y usos de las tecnologas digitales en amrica latina 183

  • 9PRESENtACIN

    El libro quE aqu sE introducE recoge y sistematiza una serie de investigaciones desarrolladas por investigadores e investigadoras de diferentes pases de amrica latina y el caribe interesados/as en el estudio de las complejas y dinmicas modalidades en que las juventu-des latinoamericanas se vinculan con los procesos de movilizacin so-cial y con las acciones polticas y culturales de las que son principales protagonistas o actores emergentes; incluso, en tanto observadores, cuyas vivencias se convierten en una experiencia singular.

    El texto es resultado de una labor realizada colectivamente por integrantes del Grupo de trabajo (Gt) de clacso Juventud y prcti-cas polticas de jvenes en amrica latina, durante dos periodos con-secutivos: 2008-2010 y 2011-2013. la prolfica y diversa produccin de los miembros del Gt encuentra en esta publicacin un momento formal de cierre que, a la vez, inaugura una nueva etapa, relacionada con la integracin de un nuevo colectivo de investigadores e investiga-doras vinculados al estudio de las infancias y la niez como fenmeno cultural, poltico y social. integracin que, sin dudas, provoca nuevas y ms complejas comprensiones de los temas abordados.

    En los artculos de este libro se concentran los esfuerzos analti-cos e interpretativos de miembros que integran el Gt desde su etapa

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    fundacional, como tambin de otros/as investigadores/as que se fue-ron integrando a lo largo de los aos para pensar las prcticas que, bajo ciertas condiciones histricas, realizan los y las jvenes y que son ledas como aspectos atinentes a la produccin poltica, aun cuando algunos de ellos no las reconozcan o no busquen definirlas como tales.

    Esta ltima observacin da cuenta de la comprensin del carc-ter complejo con el que se estructur la propuesta programtica del Gt, pues al anlisis de las prcticas que proponen y desarrollan una considerable cantidad de organizaciones de jvenes y, ms en general, de diferentes formas asociativas juveniles, se articul la necesidad de comprender cmo las acciones que realizan jvenes que, en principio, rechazan o ignoran la poltica y las institucionalidades tradiciona-les, desarrollan igualmente procesos que expresan y producen po-litizaciones por fuera de los marcos clsicos de la accin colectiva, planteando, con ello, la necesidad de dar nuevas explicaciones e inter-pretaciones a tales fenmenos. Procesos que, por otra parte, requieren reorientar la reflexin sobre el significado de la poltica y de lo poltico en las acciones colectivas juveniles.

    Para una comprensin ms precisa sobre el contexto en el que la produccin de estos artculos toma forma, es necesario tener en cuenta la concurrencia de varios factores; entre ellos, la renovacin de la pers-pectiva del trabajo dentro del Gt, la cual el cual para el segundo pe-riodo (2011-2013) enfoc su inters investigativo en el conocimiento del conjunto de condiciones sociales y culturales en las que transcurre la vida de nios, nias y jvenes, desde la intencin de incidir sobre las mismas. aspecto que redund en la construccin de distinto tipo de vinculaciones con actores estatales y de la sociedad civil, presumible-mente interesados en el tema.

    Estaba claro, entonces, que tomando en consideracin la produc-cin de la primera fase de trabajo del grupo (2008-2010), en la que el objetivo principal se concentraba en la identificacin y evaluacin de la masa crtica existente en el campo de estudios de juventud a travs de la realizacin de estados del arte, en el periodo siguiente (2010-2013) el trabajo del Gt deba proponerse dar cuenta de las prcticas polticas de diversas formas asociativas juveniles, fueran stas, orga-nizaciones, grupalidades o identidades conformadas por jvenes. Y, a partir de los resultados y experiencias de este periodo, contar con ma-pas del conocimiento producido que desde la identificacin y anlisis de tales prcticas permitan sugerir alternativas de comprensin, re-conocimiento, inclusin y formulacin de propuestas y polticas para este sector. El estudio de las dinmicas sociopolticas y culturales as como de las acciones colectivas juveniles en diferentes pases de am-rica latina y el caribe, permiti al Gt comenzar a problematizar una

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    serie de elementos emergentes de las diferentes investigaciones sobre las acciones colectivas juveniles; en particular, su aparente carcter novedoso. El debate colectivo en torno a esto condujo al grupo pon-derar el valor de enfoques temporales para el estudio de las acciones colectivas y las formas de participacin y activismo juvenil. as, el Gt se mostr favorable a impulsar interpretaciones que de acuer-do con una mirada sociohistrica y situada permitieran interrogarse sobre las condiciones de posibilidad, perdurabilidad y cambio en las maneras de organizarse, protestar, construir redes polticas, de socia-bilidades y socialidades entre las juventudes. En otras palabras, que permitieran problematizar, antes que afirmar sin ms, la existencia de elementos novedosos en torno al impulso de prcticas colectivas, polticas y culturales entre las juventudes.

    El mencionado debate y el comn acuerdo al que se arrib entre los miembros del Grupo permiti impulsar un trabajo desnaturaliza-dor de la categora joven, a la luz del cual se pudiera abordar en tanto constructo histrico, poltico, social y cultural. aspecto que llev a la modificacin parcial del nombre del Gt, ms precisamente, a la elimi-nacin del trmino nuevas, que anteceda a prcticas en el ttulo original del proyecto que dio origen al Grupo en el ao 2008. de cual-quier manera, el propsito del colectivo de investigadores fue pensar la paradjica realidad de las juventudes latinoamericanas, quienes enfrentan cotidianamente procesos de des-politizacin, des-institu-cionalizacin y descrdito de las instituciones tradicionales que bus-can incluirlos y socializarlos. se buscaba entonces visualizar distintos mbitos de su participacin de modo que pudiramos comprender el carcter de sus prcticas polticas, sus formas de resistencia social y de negociacin y el papel de su agencia social frente a la construccin en condiciones materiales y simblicas para su accin poltica. los diferentes desplazamientos mencionados permiten dar cuenta de la propuesta que desde el Gt, tanto a partir de su proceso de desarrollo interno como de algunos intercambios y debates con colegas cuyo in-ters investigativo se articula con el campo de las infancias, se plante para dar continuidad a su trabajo, concentrando sus esfuerzos com-prensivos y explicativos en las condiciones sociales de los distintos contextos en los que transcurre la vida de nios, nias y jvenes.

    a tales efectos se determin la necesidad de desarrollar investiga-ciones a escala nacional (por cada pas) apegadas a las dimensiones y ejes del proyecto de renovacin del Gt que sirviera para el desarrollo de instancias de contrastacin de conocimiento regionales y comparativas.

    un lugar destacado en este proceso se produjo gracias a los en-cuentros efectuados en distintas ciudades de amrica latina y el cari-be, habitualmente, en el marco de congresos internacionales y semi-

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    narios en los que los miembros del Gt han presentado sus ponencias o el mismo Gt ha organizado y coordinado paneles, mesas de trabajo y talleres. adems, destacamos los eventos acadmicos relacionados con la propia agenda Gt, como las sesiones semestrales de lo Progra-ma de investigacin Postdoctoral en ciencias sociales niez y Juven-tud y las actividades vinculadas al funcionamiento la red de Posgra-dos en infancia y Juventud - redinJu y su Escuela de Formacin. ambas actividades, impulsadas desde el propio Gt.

    como producto de las experiencias de colaboracin, desde las que ha sido posible la publicacin de varios textos durante los seis primeros aos, para el periodo 2014-2016 desde la coordinacin del Gt se proponen algunos temas o preguntas abiertas que fueron pues-tas a consideracin por cada una de las comunidades que lo integran infancias y juventudes y, que en lo fundamental, permitiesen apro-ximaciones con el objetivo de conocer las condiciones sociales en las que viven nios/as y jvenes de amrica latina y el caribe.

    como puede advertirse de acuerdo con lo descrito, el periodo de cierre de la segunda etapa del Gt entraa una particular importancia porque representa la transicin hacia una mirada ms comprensivo-explicativa de las prcticas sociopolticas y culturales de las juventu-des al proponer desplegar esfuerzos por conocer las condiciones his-tricas y sociales especficas y la particularidad de las prcticas con relacin a los contextos en los que son producidas.

    los artculos que aqu se presentan se ubican en la interseccin entre la dinmica de cierre de una etapa y apertura de una nueva y, en tal medida, muestran varios de los avances y resultados de proyectos que distintos centros miembros adelantaban o que estaban conclu-yendo. se encuentran artculos que, formando parte de las agendas de investigacin de los centros, recogen e integran plenamente lo plan-teado en los objetivos especficos del Gt, as como los objetivos ms amplios formulados desde clacso para los Gts. Este sealamiento resulta relevante porque expresa la compleja y necesaria articulacin entre los objetivos del Gt y los propsitos de los centros miembros que forman parte del mismo.

    con esta somera referencia a los principales antecedentes que tiene la presente publicacin, se entiende que sus materiales constitu-yen, en gran medida, avances de los proyectos en los que se inscriban. Vale decir, que si bien en algunos casos las investigaciones de base han tenido un cierre formal, es evidente que sus resultados no han sido todava suficientemente apropiados, entre otras razones porque la discusin que seguramente suscitarn apenas ha comenzado. cabe agregar que varios de esos proyectos continan siendo el espacio ma-triz desde el que se han venido proponiendo y desarrollando varias

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    investigaciones en la actual fase de desarrollo del colectivo, donde, como se ha dicho, se ha producido una integracin con acadmicos que trabajan en el campo de estudios sobre infancias.

    En todo caso, los textos, desde sus diferentes niveles de desarro-llo, nfasis y perspectivas, muestran la inquietud de trabajar desde nuevos tramados conceptuales que permitan dar mayor cuenta de la especificidad y singularidad de las juventudes latinoamericanas; de igual manera, la necesidad de realizar un esfuerzo metodolgico crea-tivo que est acorde con tales aproximaciones, y reflejan los cambios significativos en la vida cotidiana de los nios y jvenes en amrica latina, como en el campo de la produccin de conocimiento sobre infancias y juventudes. En este sentido, un primer grupo de artculos aborda, sobre todo, esta primera preocupacin, la cual se complemen-ta con la de ofrecer algunas ejemplificaciones y descripciones a partir de resultados iniciales de sus investigaciones.

    as, el artculo escrito por alvarado, rodrguez, Gmez y snchez realiza un ejercicio analtico desde lo que sus autores llaman una Her-menutica ontolgica Poltica, para mostrar los modos de ser en el mundo que han logrado instituir los y las jvenes en un contexto de pluralidad. los resultados que se presentan tienen que ver con un ejer-cicio de visibilizacin y enunciacin de los y las jvenes como sujetos sociales que erigen acciones polticas desde la afectacin y la disiden-cia a modo de apertura al mundo, pero tambin, como participacin instituyente desde otras lgicas de poder y de colocacin en el mun-do; adicionalmente, la accin poltica fue asumida como categora re-lacional, conllevando la comprensin de los contextos socioculturales y los marcos en los cuales se entretejen las relaciones de poder de los actores. Para los investigadores, se trata de acciones polticas alterna-tivas porque emergen en el marco de lo que resulta comn y colectivo a estos sujetos; as mismo, porque se ubican ms all del paradigma de la legitimacin de la ciudadana. En consecuencia, se alude a accio-nes juveniles que implican el acontecimiento, entendido como punto de inflexin y de emergencia de la novedad poltica que se instituye desde los propios jvenes, los cuales ejercen su accionar en los con-textos micro en donde transcurre su diario vivir: la casa, el barrio, sus comunas, sus escuelas, sus veredas, etc. resumiendo, los marcos de sentido que convoc la creacin de otros lugares para ser, hacer, es-tar, decir y sentir por parte de los y las jvenes estudiados, aluden a seis grandes emergencias: la resistencia como posibilidad de palabra y pensamiento no-violento; la negacin del patriarcado como forma de subordinacin; la desobediencia a lo instituido y naturalizado; el antimilitarismo entendido como rechazo a toda forma de dominacin; el poder de lo colectivo al margen del reconocimiento de lderes; y, por

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    ltimo, reivindicar lo popular como valoracin y visibilizacin de la potencia del trabajo cooperado. Estos marcos de sentido se compren-den e interpretan desde nuevas lgicas de colocacin ante el mundo: la auto-organizacin y gestin; las acciones de formacin; las acciones de investigacin y produccin de conocimiento, y las acciones de tra-bajo comunitario. En cuanto a lo metodolgico, la investigacin busc tematizar los intereses de quienes la llevaron a cabo, personas que al mismo tiempo asumieron una posicin poltica al propiciar el dilogo entre el discurso y la accin; al respecto, los investigadores concluyen que uno de los principales retos para este tipo de estudios tiene que ver con el diseo, implementacin y elaboracin de mtodos tiles para la comprensin de fenmenos emergentes, tales como los relacionados con las acciones de los jvenes contemporneos. afirman entonces la pertinencia de acudir al mtodo hermenutico ontolgico, pues posi-bilit dar cuenta de estas nuevas realidades polticas.

    El texto de Patricia botero visualiza cmo la potencia de la accin poltica de las nuevas generaciones en este caso de distintos colec-tivos del Pacfico sur de colombia no se desprende del relaciona-miento que establecen y promueven con sus comunidades de origen. de all que las alternativas que ellos ofrecen estn, de cierta manera, disueltas analticamente en las que el movimiento comunal despliega; se trata de alternativas de actuacin y de ejercicio de poder que alu-den a otras maneras de entender la poltica, la produccin econmi-ca, el derecho, el cuidado ambiental, entre otros asuntos. de all que no resulte fcil y quizs tampoco adecuado distinguir lo que hace parte de una u otra agrupacin (los jvenes, por ejemplo). lo que s se anuncia es la condicin de originalidad de estas prcticas, las cua-les parecen plantear alternativas esperanzadoras de resistencia a las formas de dominacin del poder capitalista. se trata de, por ejemplo, de resistencias generacionales en trminos de desobediencia civil; de luchas que enfrentan el destierro de ciertos grupos sociales como los negros, los indgenas, los pueblos campesinos o sectores urbano-po-pulares; de acciones que buscan ampliar y defender los derechos de ciertas comunidades, que desbordan el mero reconocimiento cultu-ral y la redistribucin de la plusvala, y que muestran que la poltica aparece como autonoma territorial, alimentaria, econmica y epis-tmica. desde all parece emerger un nuevo sentido de la democracia y de la vida en comunidad, en donde el hacer cotidiano surge como lugar concreto del ejercicio de micropoderes. Para la autora, todo ello constituira una prctica de reflexin-participacin-creacin accin, en donde los jvenes actan elocuentemente interrogando discursos y prcticas institucionales y disciplinares, lo que, simultneamente, aporta sentido a la prctica investigativa, en lo que ella califica como

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    pensar en y desde la situacin. El artculo se inscribe en procesos de investigacin y accin colectiva, a partir del recuento de historias y de compilar narrativas visuales y orales, y desde el marco de luchas en las que participan las generaciones ms jvenes junto con sus comunida-des de referencia. lo anterior conlleva la afirmacin de que las luchas de las y los jvenes por un nuevo modo de vida reintegran historici-dades rotas desde las luchas de sus ancestros y delinean contundentes referentes para nuestro tiempo.

    Por su parte, el trabajo de unda y solrzano ahonda, ms bien, en las limitaciones que han persistido para el estudio de los jvenes indgenas, debido al desconocimiento y a manera indiferenciada en que han sido vistos por la academia, las instituciones y la sociedad en general, y, ms recientemente, a la forma cmo ellos mismos se han insertado en las modos de vida y de organizacin de la modernidad, como consecuencia del deterioro de sus condiciones de vida y, sobre todo, de su necesidad de migrar para poder subsistir. los autores sostienen que las configuraciones identitarias de los jvenes indge-nas evidencian nuevas formas de comunalizacin de la comunidad indgena, al tiempo que unas muy traumticas modalidades de inte-gracin societal interna y externa de los miembros de sus comuni-dades de origen. Frente a esto, los investigadores resaltan la impor-tancia de acudir a herramientas conceptuales que permitan articular el estudio de la accin de los jvenes tomando en consideracin los contextos sociales y culturales en los que ellos se inscriben. acudien-do a la teora de la prctica de bourdieu, el trabajo se plantea en una triple convergencia epistemolgica, terica y metodolgica, desde la cual su objeto de estudio se construye en sistemas concretos de dispo-siciones relacionados con campos como los de familia, comunidad, escuela, migracin, poltica, economa, trabajo y religin, entre otros. as, aun cuando se destaca la relevancia de articular conceptualiza-ciones propias, ello no impide a los autores del artculo apoyarse en los desarrollos de tericos europeos, en la medida en que estos logran resolver algunas de las inquietudes de los estudiosos de esta parte del mundo. Esto conlleva integrar dimensiones analticas como las de pertenencia generacional e identidades mltiples, pero reconocer su insuficiencia si se dejan de lado nociones como las de persistencia y variabilidad. a manera de avance, el estudio concluye que el joven in-dgena ecuatoriano se haya crecientemente urbanizado e inscrito en una matriz de heteronoma familiar-comunitaria; se trata de un jo-ven plural, pues sus prcticas se inscriben en campos diferenciados de interaccin social, en donde para los investigadores resulta cada vez ms difcil distinguir los lmites de lo rural y lo urbano y tambin de lo indgena y lo no indgena.

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    El texto de Vommaro, Vzquez y nuez responde especficamente a la inquietud que se traz el Gt de adentrarse en el estudio de las polticas pblicas que se ocupan de los y las jvenes. centrado en el caso argentino, este trabajo describe en profundidad la aplicacin de dos ejemplos relevantes de ellas, lo que permite a los autores sugerir algunos trazos interpretativos, sin que pretendan dar respuesta a in-quietudes generales acerca de cmo calificar o tipificar las dimensio-nes institucionales de la poltica. como es usual en otros contextos de la regin, una de esas polticas se dirige a promover la participacin juvenil, y la otra a impulsar su formacin y capacitacin con miras a buscar una mejor insercin laboral de los y las jvenes; se trata de po-lticas con marcadas diferencias en cuanto a su poblacin especfica de objeto, sus propsitos, la trama institucional en donde se inscriben, sus niveles de cobertura y los paradigmas en los que se sustentan, todo lo cual confiere al estudio suficiente amplitud y alcance. respecto de la primera poltica, los autores concluyen que la consagracin nor-mativa de la participacin no siempre encuentra los efectos deseados institucionalmente, y que, probablemente, tiene ms reconocimiento y apropiacin por parte de quienes ya han tenido experiencias organi-zativas que entre quienes no las tienen. adicionalmente, que este tipo de propuestas tiende a postular una nica interpretacin de la parti-cipacin poltica y a deslegitimar otras formas posibles de ella. con respecto a la segunda poltica se muestra como busca incrementar la autonoma de los jvenes al hacer del acceso al empleo el principio vector de la inclusin social; no obstante, los autores se preguntan so-bre el impacto que tienen este tipo de polticas en las construcciones identitarias de los jvenes, dado que con ella parece desdibujarse la idea del joven como sujeto de derecho, prevaleciendo la construccin de la figura del beneficiario de polticas sociales, como sujeto en el que se enfatiza la vulnerabilidad de su condicin, lo cual puede conllevar distintas formas de desigualdad. as, la mera inclusin econmica no funciona por s misma como factor que genere integracin o pertenen-cia con los programas desarrollados, y se requiere desplegar acciones articuladas e integrales que promuevan otras facetas de incorporacin para los jvenes. Finalmente, ambas polticas podran ser entendidas en el contexto de polticas globales que tienen continuidades con los postulados neoliberales, en los cuales el gobierno de la poblacin ju-venil y su vinculacin funcional a las formas de produccin y trabajo capitalistas resultan estratgicas. Es por ello que el anlisis sugiere preguntas como: cul es el alcance de los cambios que se producen al incentivar la participacin de los jvenes en la implementacin de las polticas?, qu significa concretamente incorporar una perspectiva juvenil dentro de las polticas de inclusin? se recomienda entonces

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    adentrarse en investigaciones que ofrezcan respuestas ms integrales a estas preguntas; particularmente, reflexionar acerca de si el tipo de participacin juvenil promovido por estas polticas, permite generar formas alternativas de lo pblico, por ejemplo, la de lo pblico en tanto lo comn. no dudamos que los lectores provenientes de otros pases sabrn ponderar la importancia de este aporte, al momento de realizar otras indagaciones que permitan establecer un contraste con lo que este estudio arroj.

    Por su parte, el aporte de domnguez, rego y castilla se aden-tra en el estudio de uno de los temas que tradicionalmente ha sido preocupacin de los estudiosos y, particularmente, de las agencias de gobierno: el asunto de lo que se ha calificado como la vulnerabilidad de la poblacin juvenil, esto es, los riesgos de distinto orden a los que estn expuestos. El propsito de este trabajo fue el de facilitar pro-cesos protagonizados por los mismos jvenes, con miras a un mayor aprovechamiento de sus oportunidades y para generar su efectiva in-tegracin social, desde lo que se califica como un modelo de sociedad incluyente, que busca la equidad y la justicia social como presupues-tos de partida de las polticas estatales. de manera sorprendente, lue-go de una descripcin detallada que alude a la relativa condicin ven-tajosa de esta poblacin en ndices como el de desarrollo Humano, as como en los aspectos de inclusin social, educacin y trabajo, y ante la importancia que adquiere para la poltica de juventud cubana prever alternativas de desestabilizacin social, el estudio presenta detallada, aunque de manera todava preliminar, tales condiciones de vulnera-bilidad. Muestra, al mismo tiempo, cules podran ser las acciones que las enfrenten desde ahora, gracias a que no establece ninguna separacin entre llegar a ciertas conclusiones sobre este fenmeno y una actitud de transformacin y cambio que responda a las demandas de la sociedad y del Estado. las autoras concluyen que a pesar del alentador panorama de las juventudes cubanas respecto de aspectos como los mencionados, se mantienen espacios de vulnerabilidad para los grupos juveniles que habitan en contextos urbanos populares, en los que coexisten ciertas fortalezas junto a los riesgos de exclusin acumulados histricamente y que se reproducen en el presente. Estos sectores renen todas las condiciones para ser clasificados como una poblacin altamente vulnerable, ya que acumulan desventajas eco-nmicas, sociales y culturales. Entonces, se propone reconocer a los grupos juveniles en su diversidad y necesidades especficas, de modo que se puedan generar espacios para que desde sus propias deman-das y expectativas se produzcan prcticas cotidianas de participacin, inclusin y progreso social. reto que, seguramente, adquirir nuevos sentidos en otros contextos de latinoamrica.

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    Finalmente, el escrito de Galindo y alves oliveira es un ejemplo muy apropiado de una de las intenciones que el Gt propuso para su labor: esto es, realizar comparaciones analticas entre distintos pases para establecer similitudes y diferencias de la conducta y accin de la poblacin juvenil. de una forma, quizs, ms completa y precisa que en los ejemplos anteriores, el artculo ofrece resultados muy importantes acerca de las caractersticas novedosas de la movilizacin juvenil con-tempornea, la cual se apoya, como era de prever, en la potencia de los medios y tecnologas de la comunicacin, resaltando la importancia de construir metodologas y categoras acordes con estas realidades. se trata de la comparacin entre las prcticas de un reciente movimiento estudiantil colombiano (ManE) y las de un movimiento de ocupacin de la ciudad de sao Paulo (ocupa sampa). En el primer ejemplo, no se trat de la mera ampliacin de las dinmicas de visibilizacin online de lo que ocurre offline, sino, ms bien, de un proceso de reconfigura-cin de las modalidades de visibilizacin y de invisibilizacin tanto en lnea como fuera de ella; igualmente, de un intercambio de visibilidades que va tanto de los medios digitales a los medios convencionales, y al contrario; as mismo, de cmo los medios digitales actan a manera de mediadores en la reconstitucin de las relaciones de fuerza, de posi-cionamiento y ampliacin de la legitimidad de las demandas y reivin-dicaciones de los movimientos juveniles y estudiantiles, como efecto de tales entrecruces. Para el segundo ejemplo, la ocupacin de espacios de la ciudad permiti a los jvenes generar formas de presencia y expre-sin, asociadas a prcticas de una poltica emergente, realizada desde decisiones consensuadas. consisti en una forma de activismo que apo-yado en las redes sociales gener sistemas de comunicacin alternativa, echando mano de mecanismos de convocatoria interactivos. En este caso los jvenes comprobaron que aunque tales redes online resultaban importantes para la constitucin de los movimientos polticos, la cues-tin principal era que esas nuevas movilizaciones seguan anclndose en la ocupacin de los espacios pblicos, esto es, en la presencia de rela-ciones y de los cuerpos en las calles. adicionalmente, el estudio muestra cmo ambas movilizaciones lograron ponerse en sintona con movi-mientos globales de protesta, manteniendo la preocupacin por una agenda local, nacional. Evidenciaron tambin el protagonismo de los jvenes y sus formas particulares de organizacin, horizontal y en red, en donde se cuestiona la dicotoma entre la accin virtual y la real; mostraron como las prcticas en lnea y fuera de lnea se complemen-tan, y, por ltimo, la manera como se presenta la reconfiguracin de lo pblico desde la construccin de espacios hbridos, ubicados entre internet y los espacios urbanos apropiados, vinculando la presencia f-sica, la interaccin personal y el encuentro desde dispositivos digitales.

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    En fin, el presente libro ofrece un conjunto de resultados que permiten ahondar en la comprensin de los modos de organizacin y participacin actual de los y las jvenes de latinoamrica, as como la manera como asumen, enriquecen, confrontan, resisten y nego-cian las mltiples propuestas y polticas pblicas que buscan ha-cerlos partcipes de proyectos estatales y de distinta ndole, propios de nuestra regin. simultneamente, da cuenta de las innovaciones conceptuales, tericas y metodolgicas que estn creando y ponien-do a prueba los investigadores y colectivos que conforman nuestro grupo de trabajo, mismo que, en su ya importante trayectoria, ha sido capaz de generar algunas construcciones interpretativas y prc-ticas en favor de esta poblacin.

    bogot, marzo de 2015.

    Silvia Borelli, HumBerto CuBideS, ren unda y melina vzquez

    Miembros del equipo coordinador del Grupo de trabajo Juventudes,

    infancias: Polticas, culturas e instituciones sociales

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    ernesto rodrguez*

    A MODO DE PRLOGO

    EStUDIOS SOBRE JUVENtUDES EN AMRICA LAtINA

    UN MOSAICO DE REALIDADES DIVERSAS PERO CONVERGENtES, A CARACtERIZAR MS Y MEJOR

    las inVEstiGacionEs sobrE JuVEntud en amrica latina han recorrido, en las ltimas dcadas, un fecundo itinerario, logrando resultados que permiten afirmar que, hoy por hoy, sabemos ms y conocemos mejor a este particular sector de la poblacin de nuestros pases, aunque sigamos teniendo todava muchas aristas desconoci-das y escasamente analizadas al respecto.

    UN POCO DE HIStORIAa finales de los aos ochenta del siglo pasado, hicimos un importante balance en estas materias1, y pudimos comprobar que, fundamental-mente con los estudios realizados en torno a la celebracin del primer ao internacional de la Juventud (1985) se pudo superar una etapa (las dcadas precedentes) signada sobre todo por el aporte de ensayos de gran valor especulativo pero con escasas evidencias empricas, que en

    1 Ver Ernesto rodrguez y Ernesto ottone (comp.) Mitos, certezas y Esperanzas: tendencias de las investigaciones sobre Juventud en amrica latina. cElaJu unEsco, Montevideo 1989.

    * socilogo uruguayo, director del centro latinoamericano sobre Juventud (cE-laJu), coordinador General del Portal de Juventud de amrica latina y el caribe (www.joveneslac.org y www.youthlac.org) y consultor de las naciones unidas, del banco Mundial, del banco interamericano de desarrollo (bid) y de la unin Euro-pea, en Polticas Pblicas y desarrollo social.

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    muchos casos estaban exageradamente cargados de posturas ideolgi-cas y polticas (de diverso signo) pero que aportaban poco en trminos de comprensin cientfica de este particular objeto de estudio. En el mismo sentido, pudimos corroborar la superacin (al menos parcial) de una visin dominante que miraba a la juventud como un grupo homogneo (asumiendo que los jvenes eran, fundamentalmente, los estudiantes), trabajando para caracterizar con la mayor precisin po-sible otros sectores juveniles, centrando la mirada sobre todo en la juventud popular urbana, denominada por aquella poca como la otra juventud. Ya los jvenes rurales no tenan la prioridad que tuvieron en los aos cincuenta (por ejemplo) y todava eran muy pocos los es-tudios centrados en las mujeres jvenes (el lenguaje utilizado, incluso, no tena perspectiva de gnero); los estudios sobre jvenes indgenas o afrodescendientes, por su parte, eran prcticamente inexistentes.

    desde entonces, se han ido acumulando muchos esfuerzos analti-cos de gran rigurosidad y amplitud de miras (al menos en la compara-cin con los estudios previos) pero en la mayor parte de los casos, los estudios siguieron centrndose en el anlisis de los principales datos objetivos, concentrando la atencin en los niveles educativos de las nuevas generaciones y en su insercin laboral, al tiempo que en me-nor medida tambin se incorporaban datos sobre temas de salud ado-lescente, pero ser recin en los aos noventa, cuando comenzarn a desarrollarse algunos estudios sobre las subjetividades juveniles, cen-trando la mirada en la participacin poltica de las nuevas generaciones y en la aparicin de nuevas expresiones juveniles (diferentes a los mo-vimientos estudiantiles) observando fundamentalmente algunas expre-siones culturales (hip-hop, grafiti, etc.) y algunos nuevos movimientos juveniles, vinculados a diversas expresiones de violencia (chavos banda, pandillas, maras, gangues, etc.). En cualquier caso, las investigaciones seguan estando abrumadoramente concentradas en la realizacin de diagnsticos de situacin de la poblacin joven, con una casi nula atencin a la dinmica de las polticas pblicas correspondientes. algu-nos de los libros de mayor impacto en aquella poca son, seguramente, el mejor ejemplo de lo que estamos diciendo, destacndose en parti-cular el Primer informe sobre la Juventud iberoamericana 19902, publicado en 1991 por la entonces conferencia intergubernamental so-bre Polticas de Juventud en iberoamrica, institucionalizada luego en 1992 en la organizacin iberoamericana de Juventud (oiJ).

    2 redactado por Ernesto rodrguez y bernardo dabezies, el libro fue pionero en la presentacin de una visin de conjunto sobre estos temas. recin en el ao 2000, la cEPal publicara un libro de similares caractersticas, titulado Juventud, Poblacin y desarrollo en amrica latina y el caribe (disponible en www.cepal.org) en cuya redaccin tambin tuve el privilegio de participar activamente.

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    tendran que pasar todava algunos aos ms para que quienes se fueron especializando en este importante campo de estudios, comenza-ran a priorizar el anlisis de las polticas pblicas destinadas a la pobla-cin joven, y seguramente, el primer gran esfuerzo de estudio comparado en amrica latina en estas materias fue el realizado por la oiJ en 1995, con el respaldo del centro internacional de investigaciones para el de-sarrollo (idrc ciid) de canad, que permiti contar con 20 estudios de caso a nivel nacional, cuatro estudios subregionales, cuatro estudios programticos especficos y un informe global comparativo3. Mirado en perspectiva, de todos modos, aquel estudio comparado fue apenas el co-mienzo de un ciclo (que luego se fue ampliando y profesionalizando) que apenas permiti contar con una primera descripcin sistemtica de las principales polticas sectoriales de juventud, sin poder aportar casi nada en trminos del anlisis de lo que hoy conocemos como polticas integradas de juventud4. Por si fuera poco, adems, aquellos primeros esfuerzos analticos se desarrollaron en medio de un gran debate poltico e ideolgico, entre las posturas ms neoliberales (en franco ascenso y consolidacin) y los enfoques ms crticos (todava no existan los go-biernos progresistas) lo cual impact fuertemente en el escaso recono-cimiento de la validez de tales esfuerzos analticos. Prim, en todo caso, una visin estrecha que miraba a los jvenes como apticos, alejados de la poltica y en medio de una gran desmovilizacin que contrastaba notoriamente con las importantes movilizaciones estudiantiles de fines de los aos sesenta, asumindose en los hechos que no haba que hacer gran cosa por los jvenes, pues estos no reclamaban nada (o casi nada).

    NUEVAS MEtODOLOGAS, NUEVOS FOCOS DE INtERS ANALtICOlos estudios ms recientes (ya ubicndonos en este siglo) han cuestio-nado fuertemente aquellas percepciones dominantes, y han ido acu-mulando evidencias que demuestran que las y los jvenes (ahora s, decididamente, con perspectiva de gnero y asumiendo la diversidad como un valor a potenciar y no como un problema a enfrentar) se in-

    3 En esa poca, me toc combinar mi dedicacin acadmica a estos temas (coor-dinando dicho estudio y dando los primeros pasos para la constitucin del Grupo de trabajo sobre Juventud de clacso) con funciones gubernamentales (como director del instituto nacional de la Juventud del uruguay) e intergubernamentales (como Presidente de la oiJ).

    4 una sntesis de los resultados obtenidos sirvi de base para presentar los insumos bsicos para la creacin del Programa sobre Juventud y desarrollo del bid (banco interamericano de desarrollo). Ver Ernesto rodrguez Programas y Proyectos de Pro-mocin Juvenil en amrica latina y el caribe: Experiencias acumuladas, limitacio-nes constatadas y Potencialidades a desarrollar en el Futuro. bid, Washington 1995.

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    teresan y mucho por la poltica, pero rechazan fuerte y decididamente el estilo de poltica predominante en el marco del auge neoliberal, construido a la sombra del denominado consenso de Washington. uno de los libros ms recientes del Grupo de trabajo sobre Juventud y nuevas Prcticas Polticas de clacso5, rene buena parte de las evidencias disponibles, sobre la base de un conjunto de rigurosos es-tados del arte sobre el tema, en perspectiva comparada.

    Y por si haca falta alguna demostracin ms palpable de la perti-nencia de dicha interpretacin, amrica latina comenz a verse con-mocionada al igual que otras regiones del mundo por importantes movilizaciones netamente juveniles, en reclamo de una educacin pblica, gratuita y de calidad (como en el caso de las movilizaciones estudiantiles en chile y colombia), exigiendo una democratizacin efectiva de la informacin, enfrentando resueltamente a las grandes cadenas mediticas (como en el caso del movimiento yo soy 132 de Mxico), oponindose a intentos regresivos en el campo legislativo (como en el caso del Movimiento no a la baja que logr frenar una iniciativa conservadora de rebaja de la edad de imputabilidad penal de adolescentes en uruguay, y la ms reciente oposicin a la ley de Empleo Juvenil en Per, finalmente derogada) o reivindicando la per-tinencia de mejores polticas pblicas y el derecho a una inclusin social efectiva de las nuevas generaciones (como lo evidenciaron los rolesinhos y otras experiencias similares en brasil), por slo citar las ms relevantes. Estas y otras experiencias similares fueron anali-zadas en un importante seminario internacional, generando una serie de textos de gran valor, finalmente compilados en otro libro relevante de estos ltimos aos, en el que se hipotetiza que estamos asistiendo a un giro que va de los movimientos a las movidas juveniles6.

    El acierto de estas nuevas interpretaciones se bas sin duda en el ensayo de nuevas metodologas de trabajo en el campo acadmi-co, que estn procurando darle voz a los propios jvenes, saliendo decididamente a escucharlos y a tratar de comprenderlos, ms que a aconsejarlos o tratar de manipularlos, como ocurre lamentablemen-te desde la lgica de un amplio conjunto de polticas pblicas desti-nadas a las nuevas generaciones. no se trata, por cierto, de innovacio-nes de esta ltima etapa del trabajo acadmico en este campo, pero

    5 Ver sara Victoria alvarado y Pablo Vommaro Jvenes, cultura y Poltica en am-rica latina: algunos trayectos de sus relaciones, Experiencias y lecturas (1960-2010). clacso Homo sapiens Ediciones, rosario, santa Fe, argentina, 2010.

    6 Ernesto rodrguez (comp.) Movimientos Juveniles en amrica latina: entre la tradicin y la innovacin. cElaJu-sEnaJu-unEsco, lima 2013. disponible en www.celaju.net y en www.juventud.gob.pe

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    s de un nfasis mucho ms claro al respecto, que est permitiendo recoger sistemtica y rigurosamente una amplia y fecunda gama de evidencias de gran valor sobre la diversidad de situaciones existentes. de este modo, se siguen afirmando los enfoques que tratan de concen-trar la mirada en las subjetividades juveniles, como un complemen-to imprescindible de los estudios ms especficamente centrados en las dinmicas ms objetivas del tema, equilibrando ms y mejor una ecuacin que en el pasado haba estado claramente inclinada hacia estas ltimas. complementariamente, se empezaron a conocer im-portantes estudios sobre jvenes indgenas7 y afrodescendientes8, as como otros estudios centrados en la situacin de las mujeres jvenes, especialmente en su vnculo con el mercado laboral y las tecnologas de la informacin y la comunicacin9, complementando el abanico de anlisis sectoriales hasta entonces disponible.

    Pero el sesgo que segua vigente en cierta medida era el relativo a la concentracin de esfuerzos en diagnsticos de situacin de la rea-lidad juvenil, con una menor atencin a la dinmica de las polticas pblicas relacionadas con las nuevas generaciones. Fue entonces que comenzaron a aparecer tambin importantes contribuciones de la cEPal y la oiJ que comenzaron a tratar de equilibrar la balanza en este sentido, concretando aportes que procuraron (y procuran) articu-lar ms y mejor ambas dimensiones, reflexionando sobre la exclusin y la cohesin social (como dos caras de una misma dinmica) en lo especficamente vinculado con las y los jvenes, destacando la existen-cia de importantes tensiones y paradojas en la vida cotidiana de las personas jvenes10. En la misma lnea, clacso realiz un importante estudio comparado sobre jvenes e inclusin social en amrica la-tina, contando con el apoyo de la unEsco, generando diez estudios de caso a nivel nacional y un valioso anlisis comparado en el plano

    7 Por ejemplo, cEPal oPs salud de la Poblacin Joven indgena en amrica lati-na: un Panorama General. santiago 2011. asimismo, Ernesto rodrguez salud Pblica, Polticas sociales y desarrollo Humano de adolescentes y Jvenes indgenas en amri-ca latina: Experiencias acumuladas y desafos a Encarar. oPs, Washington 2012.

    8 Por ejemplo, cEPal unFPa Juventud afrodescendiente en amrica latina: realidades diversas y derechos (in) cumplidos. santiago 2011.

    9 Ernesto rodrguez Mujeres Jvenes, Empleo y sociedad red en amrica latina: Vulnerabilidades, oportunidades y desafos a Encarar. oiJ, Madrid 2014. asimismo, oiJ Microsoft Jvenes, Empleo y tecnologa: una Mirada integral con Enfoque de Gnero. Madrid 2014.

    10 cEPal oiJ la Juventud en iberoamrica: tendencias y urgencias. santiago 2004; y cEPal oiJ Juventud y cohesin social en iberoamrica: un Modelo para armar. santiago 2008. Este ltimo informe fue presentado en la cumbre iberoame-ricana de Jefes de Estado y de Gobierno realizada en El salvador.

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    regional11, que fue presentado en el Foro de Ministros de desarrollo social de amrica latina realizado en buenos aires en septiembre de 2014, (aportando un nuevo y fecundo conjunto de tensiones para-dojas existentes en este caso en el campo de las polticas pblicas de juventud) construyendo de este modo importantes puentes entre investigadores y operadores de polticas pblicas.

    Este tipo de esfuerzos analticos tuvieron, en los aos ms recien-tes, nuevos y renovados aportes. tres de ellos merecen un destaque par-ticular: en primer lugar, el diseo de una nueva estrategia de coopera-cin internacional en el campo de las polticas pblicas de juventud, presentada por la oiJ12; en segundo lugar, otro aporte de la cEPal, esta vez en conjunto con el unFPa, centrado en la pertinencia de invertir en juventud13; y en tercer lugar, el ms reciente libro de la cEPal y la oiJ (presentado en la ltima conferencia iberoamericana de Ministros/as de Juventud realizada en Espaa en septiembre del ao pasado) cen-trado ms precisamente an en la cuantificacin y el anlisis de cunto y cmo se invierte en juventud en los diferentes pases de la regin14.

    APORtANDO MS EVIDENCIAS ESPECFICASEsta esquemtica presentacin de antecedentes, no tiene otro come-tido que el de ubicar en el contexto correspondiente, los aportes que forman parte de esta nueva publicacin del Grupo de trabajo sobre Juventud de clacso, incluyendo estudios especficos centrados en sectores juveniles (como el texto sobre jvenes indgenas en Ecuador y el de jvenes secundarios en cuba), en aspectos ms conceptuales (como el texto de alvarado, ramrez, Gmez y snchez), en el anlisis de algunas polticas pblicas de juventud (como el texto que anali-za la experiencia argentina) y/o en el anlisis comparado de algunas irrupciones juveniles recientes (como el texto de Galindo y alves que compara el movimiento estudiantil colombiano y la movida juvenil en sao Paulo, brasil) mostrando en su conjunto la pertinencia y la rele-vancia de seguir reuniendo evidencias sobre la variedad de realidades juveniles y de polticas pblicas existentes en la regin.

    11 sara Victoria alvarado, Ernesto rodrguez y Pablo Vommaro Polticas de inclu-sin social de Jvenes en amrica latina: situacin, desafos y recomendaciones para la accin. clacso-unEsco, buenos aires 2014.

    12 oiJ agenda para el desarrollo y la inversin social en Juventud: una Estrategia Post 2015 para iberoamrica. Madrid 2013.

    13 unFPa cEPal informe regional de Poblacin y desarrollo en amrica latina y el caribe 2011: invertir en Juventud. santiago 2012.

    14 cEPal oiJ invertir para transformar: la Juventud como Protagonista del de-sarrollo. con el apoyo de caF, oit y aEcid. Madrid 2014.

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    desde luego, esta nueva entrega de resultados parciales de inves-tigaciones en curso no agota, ni mucho menos, la presentacin de los estudios y las investigaciones en proceso en los diferentes rincones de nuestra amrica latina, pero brinda una buena muestra en este sentido. Entre los muchos aspectos que podran destacarse de estos importantes aportes, creo relevante mencionar la fecundidad del an-lisis comparado entre pases (hurgando en las especificidades de los respectivos contextos y tratando de identificar elementos en comn y diferencias destacables al respecto), as como la reflexin sobre las no-torias contradicciones existentes entre la lgica con la que funcionan las principales polticas sectoriales de juventud (influenciadas clara-mente por los enfoques de riesgo) y los intentos por construir polti-cas integradas de juventud (procurando trabajar prioritariamente con enfoque de derechos) evidenciando en todo caso apenas una de las principales tensiones y paradojas que afectan estas particulares di-nmicas en el campo de las polticas pblicas, prcticamente en todos los pases de la regin.

    PERSPECtIVAS Y DESAFOS A ENCARAREl balance, sin duda, es francamente positivo. Hoy por hoy, conocemos ms y conocemos mejor a las y los jvenes latinoamericanos, tanto en lo que tienen en comn como en las mltiples especificidades que los/las caracterizan, y sea ello en lo que atae a las diversas realidades nacionales y locales, como en lo referente a los diferentes sectores ju-veniles y a las diferentes aristas de su particular situacin (tanto ob-jetiva como subjetiva). si el primer ao internacional de la Juventud (en 1985) nos permiti dar el salto de los ensayos a los estudios ms sistemticos, el segundo (en 2010) nos permiti dar otro salto de igual relevancia, esta vez, procurando un mayor equilibrio entre los diagns-ticos de situacin y los anlisis centrados en polticas pblicas15.

    Pero los desafos son tambin tan evidentes como relevantes. a riesgo de ser parcial en su presentacin, creo que existen al menos tres dimensiones en las que habr que trabajar ms y mejor a futu-ro: (i) la sistematizacin de los estudios por pas; (ii) el anlisis de algunas problemticas particularmente relevantes y hasta ahora es-casamente atendidas; y (iii) la profundizacin en algunas dimensio-nes particularmente crticas, que permitan ligar dinmicamente las especificidades juveniles con los temas ms relevantes de la agenda pblica en su conjunto.

    15 Ver, por ejemplo, Ernesto rodrguez Polticas Pblicas de Juventud en amrica latina: avances concretados y desafos a Encarar en el Marco del ao internacional de la Juventud. unEsco, brasilia santiago 2010.

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    En relacin a la primera de las dimensiones aludidas, creo que estn siendo particularmente fecundos algunos esfuerzos de trabajo en comn en algunos pases de la regin, y a riesgo de ser injusto en el destaque correspondiente, creo que lo que se est haciendo en espe-cial en cuba16, Guatemala17 y Per18, constituye una buena muestra de los esfuerzos (desplegados con diferentes perspectivas) que habra que generalizar a futuro, en el conjunto de los pases de la regin. En otros pases de la regin, incluso, asistimos a una gran proliferacin de estudios sobre juventud (como en argentina, brasil y colombia, entre otros) pero no se cuenta todava con espacios estables de con-vergencia y puesta en comn entre dichos esfuerzos, lo que le resta impacto en gran medida a los esfuerzos que se despliegan.

    En relacin a la segunda de las dimensiones aludidas, y tambin a riesgo de ser injustos en los destaques correspondientes, creo que im-porta mencionar los esfuerzos que Flacso (El salvador) est llevando a cabo para analizar en perspectiva comparada que est pasando con los jvenes en la actualidad, en pases (como El salvador, Guate-mala y nicaragua) que han sido afectados fuertemente por conflictos armados en el pasado reciente19. Y en un sentido complementario pero diferente, importa tambin analizar ms y mejor a futuro las particu-laridades de las dinmicas juveniles en zonas de frontera, emulando estudios como el realizado en la frontera norte mexicana20. En estas y otras temticas afines (que sern inevitablemente diferentes en las di-ferentes sub-regiones de amrica latina) habra que desplegar a futu-ro ms y mejores esfuerzos en el anlisis comparado correspondiente.

    En la tercera de las dimensiones aludidas, por ltimo, habra que construir colectivamente un inventario de los principales temas

    16 Ver, por ejemplo, colectivo de autores lecturas de la realidad Juvenil cubana a Principios del siglo XXi. centro de Estudios sobre la Juventud unFPa, la Habana 2011.

    17 Ver, por ejemplo, iEH aVancso Jvenes en Guatemala: imgenes, discursos y contextos. instituto de Estudios Humansticos (universidad rafael landvar) asocia-cin para el avance de las ciencias sociales en Guatemala unFPa, Guatemala 2013.

    18 Ver, por ejemplo, Ernesto rodrguez y Julio corcuera (comp.) subjetividades di-versas: anlisis de la situacin Poltica, social y Econmica de las Juventudes Perua-nas. cElaJu sEnaJu - unEsco, lima 2015.

    19 Ver carlos Guillermo ramos (coord.) una Mirada a la Juventud: contextos, con-diciones y desafos en Guatemala, El salvador y nicaragua. Flacso, san salvador 2011. asimismo, los tres libros nacionales publicados en el marco del proyecto, bajo el ttulo comn de Jvenes urbanos, cultura Poltica y democracia de Postconflicto en centroamrica, publicados por las respectivas oficinas de Flacso.

    20 Ver, Jos Manuel Valenzuela arce tropeles Juveniles: culturas e identidades (trans) Fronterizas. El colegio de la Frontera norte universidad autnoma de nue-vo len, tijuana, Mxico, 2014.

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    incluidos en lo que podra llamarse la agenda pblica actual en amrica latina, y en dicho marco, ubicar los principales nudos pro-blemticos a encarar, desde la lgica de los estudios sobre juventud y el anlisis de polticas pblicas correspondiente. se trata, sin duda, de una tarea compleja y difcil de aprehender, pero en todo caso, existen algunos temas particularmente crticos que en cualquier definicin que se realice al respecto, estarn de un modo u otro presentes en la lista correspondiente. Por mi parte, propongo tres temas particular-mente relevantes (a riesgo de dejar de lado otros tan o ms relevantes) con el objetivo de animar los debates correspondientes:

    En trminos estructurales (por decirlo de algn modo) es evidente que la regin est embarcada (ahora ms decidida y consensualmente que nunca antes) en el combate a las desigualdades sociales, superan-do la visin ms acotada vigente sobre todo en los aos noventa, de combate a la pobreza. los aportes de la cEPal en este campo han sido (y siguen siendo) de gran relevancia, pero lo que interesa destacar en este sentido es que, cuando hablamos de desigualdades sociales, en general nos referimos sobre todo a las desigualdades de ingreso, complementando dicha prioridad con algunas ms especficas, cen-tradas en las desigualdades de gnero, las desigualdades tnicas y las desigualdades territoriales. slo recientemente hemos empezado a analizar las desigualdades etarias o generacionales21, un terreno en el que habr que trabajar muy intensamente a futuro.

    Por su parte, en trminos de procesos, casi todas las encuestas de opinin pblica disponibles coinciden en destacar que la inseguridad es la principal (o una de las principales, segn las mediciones y los pa-ses) preocupacin de la ciudadana, prcticamente en todos los pases de la regin. las inversiones del gasto pblico, por su parte, as como las prioridades de poltica pblica, estn claramente sesgadas hacia el campo de la seguridad (pblica, democrtica, ciudadana o humana, segn las denominaciones particulares de cada situacin especfica) y en casi todos los casos, las y los jvenes estn en el epicentro de los principales problemas identificados. no es este el espacio para anali-zar estos temas, pero recordemos que estamos asistiendo a campaas estigmatizadoras que estn haciendo responsables centrales de la in-

    21 Ver, por ejemplo, cecilia rossel y santiago lpez Edad, desigualdad y redistri-bucin: Hacia la orientacin Etaria de los Estados de bienestar. Fundacin carolina, Madrid 2012. asimismo, cecilia rossel desbalance Etario del bienestar: El lugar de la infancia y la adolescencia en la Proteccin en amrica latina. cEPal unicEF, santiago 2013. sobre la base de estos y otros textos por el estilo, la agenda formu-lada por la oiJ propone centrar esfuerzos analticos y programticos a futuro en este campo, como una clara prioridad en el campo del diseo y la evaluacin de polticas pblicas de juventud.

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    seguridad a los jvenes (hombres) cuando de analizar delitos se trata, mostrndolos como los principales victimarios y omitiendo (en para-lelo y en la mayor parte de los casos) los impactos que tales dinmicas tienen en ellos, en su calidad de vctimas, al tiempo que cuando se analiza la violencia que afecta a las mujeres (fundamentalmente en la esfera privada, en los hogares, etc.) sta se concentra abrumadoramen-te en mujeres jvenes, algo que casi nunca se destaca22. sin embargo, cuando se revisan las respectivas polticas pblicas, estos temas se mi-ran desde la lgica punitiva de las respectivas instituciones (secretaras de seguridad, sector justicia, etc.) y desde enfoques de gnero, pero slo excepcionalmente se miran con enfoque generacional, algo que habr que hacer (ms y mejor) a futuro, sin ninguna duda23.

    Y en tercer lugar, a futuro tambin habr que atender priorita-riamente el campo de las subjetividades, utilizando ms y mejor las encuestas de opinin pblica en general y las Encuestas nacionales y regionales de Juventud en particular, procurando analizar las opi-niones, demandas y propuestas estrictamente juveniles, en compara-cin con las que formulan otros grupos etarios, de modo de evitar el anlisis aislado de las subjetividades juveniles, que slo existen en el entorno correspondiente. la realizacin, este ao, de la segunda Encuesta iberoamericana de Juventud, ofrece una excelente oportu-nidad al respecto, dado que est previsto combinar el anlisis de la muestra respectiva (unos 25.000 casos en 20 pases de la regin) con las encuestas ciudadanas ms abarcativas (centradas, prcticamente, en toda la poblacin), como las que realiza regularmente el latino-barmetro, que ha puesto a disposicin de la oiJ todas las bases de datos correspondientes a las mediciones realizadas en los ltimos 15 aos. se dispondr, por tanto, de un abundante conjunto de informa-cin primaria, que deber ser analizada en profundidad, tarea para la cual las y los investigadores especializados en este campo de estudios, pueden realizar un aporte ms que significativo. cada quien podr agregar, quitar o reformular todo lo que estime pertinente, por lo que nos contentamos con dejar esta primera propuesta, para promover los debates correspondientes.

    22 la mayor parte de los informes comparados, incluso, caen en esta simplificacin. Ver, por ejemplo, Pnud seguridad ciudadana con rostro Humano: diagnstico y Propuestas para amrica latina. informe regional de desarrollo Humano 2013 2014. nueva York 2013.

    23 En lnea por ejemplo con el reciente informe de caF en estas temticas. Ver caF Por una amrica latina ms segura: una nueva Perspectiva para Prevenir y controlar el delito. buenos aires 2014.

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    sara Victoria alvarado*, camilo ramrez**, ariel Gmez*** y Mara cristina snchez****

    EMERGENCIAS Y DESPLAZAMIENtOS DE LA ACCIN POLtICA

    DE JVENES COLOMBIANOS*****

    I. PROBLEMAtIZACINEl elemento problmico dinamizador del estudio se funda en la identi-ficacin de la existencia hegemnica de dos lugares de interpretacin

    * Postdoctora en ciencias sociales, niez y Juventud, universidad catlica de sao Paulo colegio de la Frontera de Mxico universidad de Manizales clacso. doctora en Educacin, nova university-cinde. Magistra en Educa-cin y desarrollo social, cinde-universidad Pedaggica nacional. Psicloga, universidad Javeriana. directora del centro de Estudios avanzados en niez y Juventud cinde-universidad de Manizales y de su doctorado en ciencias sociales, niez y Juventud, en el marco del cual dirige la lnea de investiga-cin en socializacin Poltica y construccin de subjetividades. directora del Grupo de investigacin Perspectivas polticas, ticas y morales de la niez y la juventud. investigadora del Gt clacso Juventudes, infancias: Polticas, culturas e instituciones sociales. [email protected].

    ** Magster en Educacin de la universidad de caldas y licenciado en Educacin de la misma universidad. coordinador de la lnea de investigacin: Educacin y Pedagoga, en la maestra en Educacin y desarrollo Humano del centro de Estudios avanzados en niez y Juventud del cindE y la universidad de Mani-zales. investigador del Grupo de investigacin Educacin y Pedagoga: saberes, imaginarios e intersubjetividades, categora a de colciecnias. investigador del Gt clacso: Pedagogas crticas y Eduaccin Popular. [email protected].

    *** licenciado en ciencias sociales. Magister en Educacin y desarrollo Hu-mano. docente investigador del centro de Estudios avanzados en niez y Juventud del cinde y la universidad de Manizales (colombia), en la lnea

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    y anlisis frente a la relacin poltica y juventud. la primera de ellas explica, desde una lectura estadocntrica, formal e institucional, la vinculacin de los y las jvenes a los sistemas formales de participa-cin poltica tales como la conducta del voto, la adscripcin a parti-dos polticos, la participacin de estrategias y estructuras de gobierno desde la institucionalidad del Estado, entre otros. la segunda centra su mirada interpretativa en el carcter sociocntrico y cultural que analiza las identidades, organizaciones y movimientos de jvenes centrndose en la interpretacin de categoras culturales, comunica-tivas, mediticas y estticas como expresiones polticas juveniles (al-varado, botero y ospina, 2012, p. 6).

    En contraste con lo anterior, el inters prxico del estudio se cen-tr en la comprensin de la emergencia de otros lugares de la poltica expresados en las movilizaciones de accin colectiva de jvenes co-lombianos, fundando las bsquedas en la experiencia vital de los y las jvenes e indagando en sus escenarios y experiencias cotidianas, la configuracin de acciones polticas alternativas: polticas porque emergen en el marco de lo que les resulta comn y colectivo; alternati-vas porque escapan al paradigma de la legitimacin de la ciudadana

    de esta manera se evidencian las formas mediante las cuales se configura un nosotros polifnico desde el reconocimiento y la legiti-macin de prcticas disidentes y militantes de accin colectiva y par-ticipacin poltica, como formas vlidas de instituir otros lugares po-sibles para reconstruir el entre-nos -expresin tomada de arendt y que se abordar en un posterior momento- y resignificar nuestras apues-tas por otras formas de organizacin de la vida colectiva, de otros modos de subjetivar la poltica como condicin humana; en la que lo

    de investigacin en socializacin Poltica y construccin de subjetivida-des. Pertenece al Grupo de investigacin Perspectivas polticas, ticas y morales de la niez y la juventud, categora a de colciencias. [email protected].

    **** Filsofa. Pontificia universidad Javeriana. Magister en Historia y teora del arte y la arquitectura, universidad nacional de colombia. actualmente se encuentra haciendo estudios de doctorado en ciencias sociales niez y Ju-ventud en cindE y universidad de Manizales (caldas). Es investigadora del grupo de investigacin Jvenes culturas y Poderes, clasificado en a, por col-ciEncias. [email protected].

    ***** El presente captulo de libro se desarrolla como parte de las reflexiones plantea-das en la investigacin Movilizaciones de accin poltica de jvenes en colombia desde la paz y la no violencia, adelantada en el marco del Programa: sentidos y prcticas polticas de nios, nias y jvenes en contextos de vulnerabilidad en el eje cafetero, antioquia y bogot: un camino posible de consolidacin de la de-mocracia, la paz y la reconciliacin mediante procesos de formacin ciudadana cofinanciado por colciencias y el consorcio cindE-universidad de Manizales-universidad Pedaggica nacional, colombia.

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    Sara Victoria Alvarado, Camilo Ramrez, Ariel Gmez y Mara Cristina Snchez

    pblico implique mucho ms que la puesta en comn de los mundos privados e implique necesariamente la reciprocidad de perspectivas de accin y en ella fundar lo pblico en la posibilidad de configuracin de horizontes de vida en comn. En este sentido, se abre un campo supremamente importante para una Hermenutica ontolgica Polti-ca, en la medida que atender a la metfora del nosotros polifnico, nos implica un esfuerzo no slo metodolgico, sino poltico en s mismo. Metodolgico porque incluso la actividad investigativa de la escucha se instala como una demanda de reconocimiento y distancia, recono-cimiento de la proximidad en el terreno del lenguaje y del testimonio y, distancia; en el terreno de lo desconocido y ajeno y, por ello, digno de toda una actitud de diferencia. Poltico porque justamente la orga-nizacin de la vida colectiva, se inscribe en el dilogo entre discurso y accin, que cobija a todo el que quiera acceder al nivel de la compren-sin. al respecto cabe recordar que:

    El espacio de aparicin cobra existencia siempre que los hombres se agrupan por el discurso y la accin, y por lo tanto precede a toda formal constitucin de la esfera pblica y de las varias formas de gobierno, o sea, las varias maneras en las que puede organizarse la esfera pblica (arendt, 2005).

    En este sentido no podramos olvidar que a esta hermenetica arend-tiana le compete la deteccin de la paradoja: asumir como tarea la comprensin de que aquello que est ms alejado de la experiencia habitual y cotidiana puede ser lo ms real para la mente joven e in-quieta. En este sentido la paradoja de la vida humana, es tambin una paradoja de la investigacin social.

    II. CONFIGURACIONES DE LA ACCIN POLtICA EN CLAVE DE LAS MOVILIZACIONES JUVENILESla accin poltica se erige como categora analtica fundante en la comprensin de la relacin poltica juventud, en tanto sta permite el abordaje de las emergencias y devenires de las diversas formas de participacin poltica de las y los jvenes, as como la posibilidad para descifrar las maneras cmo devienen las acciones colectivas en grupos humanos intergeneracionales, que han decidido actuar jun-tos, reconociendo su participacin instituyente en la construccin de otras lgicas de poder. En este sentido la accin poltica es asumida como categora relacional, que implica la comprensin de los con-textos socioculturales y los marcos en los cuales se entretejen las re-laciones de poder. la realidad poltica de los jvenes que intervienen la vida, no puede ser pensada asumiendo que su tiempo y su espacio

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    son realidades propias de un entendimiento agudo, sino fenmenos relacionados incluso con una temporalidad diacrnica, pues en va-rias ocasiones vemos a nuestros jvenes apelando a mecanismos de participacin romnticos y anclados en figuras tpicas de cuatro d-cadas atrs, o simplemente alternando su vida con movilizaciones o actos de resistencia virtual.

    la accin poltica desde una teora poltica moderna es aquella que da cuenta de un tipo de relaciones verticales que se dan entre el Estado y la sociedad civil, donde la figura de la poltica est centraliza-da en los estados nacionales quienes se convierten en representantes de la figura del pueblo y el ciudadano. En este caso, es el Estado el actor poltico por excelencia.

    Por otra parte, en la teora poltica contempornea, podemos enten-der la accin poltica como aquella que implica la accin directa de los sujetos y ciudadanos, reconociendo y legitimando su participacin como elemento dinamizador en la configuracin de otros modos posibles de organizacin de la vida en comn. Es as como se reconocen diversos actores que entran a incidir en las relaciones de poder que median en la accin poltica y no slo el Estado, y con ello, la posibilidad de ampliar la concepcin de sujetos que dinamizan y encarnan la accin poltica.

    Es desde sta perspectiva que se hace posible el reconocimiento de la emergencia de diversas formas de accin poltica, legitimando cada vez con mayor fuerza de visibilidad, los mundos de vida cotidianos como lugar de enunciacin y de constitucin de nuevas subjetividades polticas y posibilidades de instituir otros lugares de colocacin ante el mundo.

    En este sentido, los sujetos no se definen nicamente por las rela-ciones de poder con el Estado y sus lgicas instituidas de accin colec-tiva hetero-estructurante, sino que se presenta un desplazamiento ha-cia lugares en los que la accin colectiva y el encuentro de los sujetos, se constituye en el momento fundacional de las acciones colectivas co-estructurantes y desde all, la posibilidad de lo que dussel (1998) denomina como el principio tico material: la vida humana. En este sentido la accin poltica deja de estar determinada por la figura del Estado, siendo desplazada por la experiencia acontecimental de los sujetos siempre en devenir.

    Es as como la accin poltica no slo se convierte en posibilidad de ampliacin de los marcos comprensivos del actuar de los jvenes, sino tambin y principalmente como posibilidad de legitimacin de las prcticas y el lugar de enunciacin desde el cual, las y los jve-nes, instituyen nuevas formas de realidad y con ello nuevas formas de construir la poltica, enmarcada sta en procesos emancipatorios ante situaciones detonantes de subordinacin que ponen su accionar po-ltico como estrategia directa de lucha por el reconocimiento y legiti-

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    midad de sus discursos y apuestas de vida; siendo precisamente estas acciones, la contingencia desde las que emanan las minoras sociales.

    Por lo tanto la trama de la poltica como accin est enmarcada siempre como posibilidad, que desde arendt (1993, 2004), es asumida como nueva posibilidad de actuar juntos, como capacidad de la vida humana, como posibilidad de otras lgicas que son movidas por los horizontes de las utopas cristalizadas en la palabra, en los lenguajes.

    En este sentido, las y los jvenes participantes de experiencias de movilizacin poltica son asumidas y asumidos como actores singula-res y colectivos, que producen acciones polticas porque son capaces de definirse a s mismos como sujetos polticos y definir las tensiones propias del escenario poltico en el cual inscriben su accionar. claro est, no hay que olvidar aqu, que al separar la singularidad y lo co-lectivo se est asumiendo que es en lo poltico donde la capacidad de ser-con otros se hace plausible. Podra argumentarse que incluso en el poder individual del sujeto toma lugar y forma un primer nivel del reconocimiento, y ello concierne justamente a la demanda poltica que adviene a la conciencia de que se pertenece a un mundo con los otros. quiz el reto poltico que a nuestros jvenes se les impone, es justa-mente jugar con la diferencia en el mundo de lo comn. Y no hay que olvidar que parte de un ejercicio hermenutico radica en las otras lec-turas que podemos hacer incluso, de una nocin de poder. Poder no se puede entender en este sentido nicamente como la potestad de un accionar que se legitima desde un afuera. Poder, en clave arendtiana, significa poder-ser, poder-pensar, poder-hacer y en el camino hacia el reconocimiento habra que entenderlo de la siguiente manera: lo que primero socava y luego mata a las comunidades polticas es la prdi-da de poder y la impotencia final; y el poder no puede almacenarse y mantenerse en reserva para hacer frente a las emergencias, como los instrumentos de la violencia, sino que slo existe en su realidad (...) El poder slo es realidad donde palabra y acto no se han separado, donde las palabras no estn vacas y los hechos no son brutales, donde las palabras no se emplean para velar intenciones sino para descubrir realidades, y los actos no se usan para violar y destruir sino para esta-blecer relaciones y crear nuevas realidades (arendt, 2005). decamos en algn momento, que la instauracin de la accin poltica de los y las jvenes con los que aqu compartimos escenario, se eriga en el alcance de unas nuevas lgicas de poder; nos referamos -vale aqu decirlo- a los alcances de la comprensin de la vida histrica con otros, vida histrica que comparte, agencia y pone en otro nivel de recepcin las potencialidades individuales desplazndolas a iniciativas comunes.

    El nosotros colectivo que se configura en las acciones polticas de las y los jvenes es elemento central en la posibilidad de existen-

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    cia de los movimientos sociales de jvenes como respuesta al proble-ma ya planteado por rodrguez Giralt (2002), del individuo en las sociedades contemporneas cuyos recursos simblicos aumentan el potencial de individuacin y con ello la imposibilidad de accin poltica, en tanto sta implica un espacio de relacin de diversos y plurales, la poltica nace entre los hombres y por lo tanto fuera del hombre (arendt, 1993, p.31). de esta manera la accin poltica se escapa del poder autnomo del sujeto e instala su emergencia en el entre-nos; implicando no slo un espacio de relacin, sino tambin la constitucin de la accin como posibilidad de encuentro del di-logo, de la pluralidad. desde aqu habra que decir que incluso un trabajo investigativo asumiendo la hermenutica ontolgica poltica, propone el debate al no olvidar que la construccin de conceptos, de-nominaciones o teoras epistmicas tradicionales, finalmente se tra-duce en un acto de descripcin de la realidad. con los lenguajes, las acciones, los smbolos es posible explorar y decir la realidad como la vemos, pues apelar a una esencialidad radical no es algo que se logre justamente indagando por va del lenguaje y la palabra. razn de ms para pensar el dilogo como tarea y compromiso hermenutico. Hay que decir pues, que lo ontolgico de la hermenutica, se ofrece en clave de una comunicacin en situacin, motivo suficiente para volver crtico el panorama de lo poltico de la vida juvenil contem-pornea. qu comunican nuestros jvenes? qu comunican en la accin? quines son cuando comunican? Estas son preguntas que resultan fundamentales para una hermenutica ontolgica poltica en el marco de su adopcin.

    Pero, en clave de la accin poltica, cmo se da aquel potencial de individuacin aumentado por los recursos simblicos?, por qu razn hay que hacer hermenutica en los diversos niveles de lo polti-co? Hay que decir que en muchas ocasiones, desde medios de comu-nicacin hasta escenarios acadmicos, se asocia de manera determi-nante la capacidad simblica humana con hechos, eventos o acciones que plantendose en la esfera de lo extraordinario, exige un nivel de captacin y recepcin diferente al que normalmente se puede dar en el plano de los discursos directos. Este fenmeno instala el campo de lo simblico en una esfera que no es de fcil inteleccin o en un lugar que simple y llanamente se queda corto en el terreno de la eficacia poltica. Es decir, de manera frecuente lo simblico no est asociado con las soluciones, acuerdos, o cambios requeridos de manera urgente en una sociedad determinada. Hay que decir al respecto que el trabajo que se ha hecho con los jvenes y las jvenes cuyos ejemplos explici-taremos ms adelante, conducen a pensar lo simblico como motor de estas nuevas lgicas de poder, pues no solamente instalan al espec-

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    tador de las acciones polticas en un nivel distinto de recepcin, sino que afinan los contenidos de la accin en lenguajes, afectos y modos de aparicin distintos, alternos, alternativos. Esta sera la primera forma en la que -en perspectiva hermenutica- la accin poltica puede darse como accin simblica: el smbolo es una relacin, y si bien es cierto, es una relacin que demanda un esfuerzo de lectura distinta, hace que el sujeto poltico aparezca de modo distinto ante los otros. la capacidad simblica habla de la potencialidad de ser otro ante otros, y ello implica tanto al actor poltico como al lector o espectador de las acciones polticas. una segunda forma en la que la accin poltica se da como accin simblica es el carcter innovador que la reviste: lo que define las acciones polticas es el vnculo que construyen, pero no hay vnculo sin tensin y ello significa que la dificultad de asumir los recursos simblicos en la sociedad contempornea es la dificultad de leer en clave distinta a la de la inmediatez: El smbolo es la nica va para que el individuo se rehaga de la mortificante presin de la adaptacin, o, mejor an, es la nica va que le prepara un autntico rehacerse (trevi, 1996). la interpretacin de los smbolos entraa as una inteligibilidad lejana a la verdad desptica, que arendt, vea como uno de los grandes inconvenientes en la relacin entre verdad y polti-ca. la verdad de nuestros jvenes es la de la facticidad, la de la inno-vacin y la que se expresa como smbolo cuando propone otro tipo de balance y dilogo. las palabras, las acciones y los smbolos instalan relaciones, las exponen; de all que ontolgicamente la poltica sea: aquello que es con la accin, es decir aquello que es en el pensar en comn. la hermenutica ontolgica poltica permite que entendamos que la ontologa del mundo es la multiplicidad de la experiencia.

    III. CLAVE DE LECtURA DE LAS EMERGENCIAS Y DESPLAZAMIENtOS DE LA ACCIN POLtICA ALtERNAtIVA DE JVENES. LO ACONtECIMENtAL EN EL ACCIONAR POLtICO DE LAS Y LOS JVENESVatter y ruz (2011) en la introduccin al texto Poltica y aconteci-miento plantean crticamente la manera en cmo el pensamiento de la poltica se transform en filosofa de la historia, ante lo cual dejan entrever un necesario y urgente desplazamiento del pensamiento de la poltica considerando el enraizamiento de sta con el aconteci-miento, en la ocasin y en la contingencia. son estas mismas catego-ras las que potencian la posibilidad comprensiva de los mundos de vida de las y los jvenes y el consecuente develamiento de la relacin poltica - juventud que en ellos se instituye

    El inters por el acontecimiento en el pensamiento poltico con-temporneo, permite un desplazamiento en el entendimiento de la ac-

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    cin poltica como un momento de innovacin de los rdenes fcticos, busca ocasionar un cambio de situacin imprevisto y abrir un espacio de libertad impensada, sin necesariamente desatender su naturaleza material. lo acontecimental obra en pos de la inflexin de las condi-ciones materiales que dominan una situacin, entindase por ello las formas tradicionales, hegemnicas y por dems estadocntricas que se tienen por dadas, siendo sta una lectura de posibilidad no slo del accionar poltico de las y los jvenes desde lo alternativo, desde la militancia, sino tambin la posibilidad de comprensin de otros ins-tituyentes de lo social como posibilidad de acceso a nuevas formas de encarnar la accin poltica.

    El acontecimiento como punto de inflexin y radical novedad es uno de los conceptos fundamentales del pensamiento poltico en arendt. En algunos fragmentos de qu es la poltica?, insiste en que siempre que ocurre algo nuevo, se da algo inesperado, imprevisi-ble y, en ltimo trmino, inexplicable causalmente; es decir, algo as como un milagro en el nexo de las secuencias calculables (arendt, 1997, p.64). Es as como los acontecimientos se presentan como un nuevo comienzo que irrumpe en los procesos de naturaleza hist-rica, los que la autora denomina acontecimientos milagro. segn arendt, los acontecimientos estn directamente relacionados con el ser humano y la poltica ya que el ser humano est dotado para hacer milagros y este don es lo que en el habla habitual llamamos la ac-cin (arendt, 1997, p.65). la accin que para arendt es la actividad poltica por excelencia (arendt, 1993, p. 23), consiste en tomar una iniciativa, comenzar algo nuevo e inesperado: por este motivo se da la relacin entre condicin humana y natalidad. En el caso de las y los jvenes que hicieron parte del estudio, se identifican dos grandes dimensiones de lo acontecimental, entendida sta como punto de inflexin y de emergencia de la radical novedad, como posibilidad de natalidad de nuevas formas de accin poltica que se instituyen en y desde las y los jvenes.

    la dimensin del acontecimiento, o mejor an, su alcance e im-pacto, se constituye como una unidad de lo mltiple. Pensar en este orden de ideas, el acontecimiento exige propiciar una lectura de los bordes y de los efectos de las acciones, pues resulta determinantemente ingenuo pensar que las acciones que son consideradas acontecimien-tos, lo son en razn de la inauguracin de un tiempo nuevo, cuando su potencia real radica en la creacin de una colectividad histrica y en los efectos que propicia su existencia. El acontecimiento se da como una representacin y configuracin de la subjetividad en colectivo.

    En primera instancia encontramos los acontecimientos de orden macroestructural ligados a la imposicin del neoliberalismo como

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    nica posibilidad de vida a nivel econmico, social, cultural y am-biental. lo anterior es vehculo, por una parte, del desencanto de la poltica oficial caracterizada por prcticas de representacin, corrup-cin, injusticia y asistencialismo, y como asociada a ideas, sentidos y discursos que asumen al joven como delincuente o problema social, deslegitimando su participacin y accin en la esfera de lo pblico; y por otra, del reconocimiento de las condiciones de violencia estruc-tural que la encuentran expresada en la proliferacin de mltiples formas de violencia naturalizadas en la vida cotidiana, mediante los procesos de socializacin, educacin y comunicacin que atraviesan la vida de los sujetos y colectivos, y por tanto, producen preguntas, movimientos y opciones.

    una segunda dimensin del accionar poltico como aconteci-miento de las y los jvenes se halla en los contextos micro en los que transcurren en el diario vivir de su casa, barrio, en las esquinas de sus comunas, en las zonas margen de sus ciudades, en la orillas de sus escuelas, en el fondo de sus veredas y en medio de los caminos cotidianos. Estas lgicas acontecimentales de orden micro estructu-ral enmarcan su afectacin directa e indirectamente en el cuerpo, el cuerpo afectado, el cuerpo que siente, las emociones como lugar de reconocimiento y el campo de la comprensin. Frente a estos acon-tecimientos encontramos que segn la historia de las experiencias de accin poltica de jvenes analizadas, la afectacin cotidiana que de-viene en movimiento creador pasa, entre otras, por situaciones como la contaminacin de sus fuentes de agua, el cierre de sus colegios, la violencia de sus familias, la inseguridad de sus barrios, la discrimina-cin en sus lugares de trabajo, el asesinato de sus seres queridos, la ausencia de servicios pblicos, de espacios culturales y deportivos, la estigmatizacin hacia ellos o sus amigos, el desempleo de sus padres, hermanos, vecinos, entre otros.

    la familiaridad, la cercana y por supuesto la solidaridad se vuel-ven ejercicios tico-polticos que se ofrecen al mundo de las relaciones con los otros como emergencias de los que estn juntos. Estas circuns-tancias se traducen justamente en lenguajes e historias que si bien pueden propiciar el desencuentro entre un ser y un deber ser, por dife-rentes coyunturas dadas por el conflicto de lo legtimo o no legtimo, si forman parte de una lgica del convivir. la vida no se lee de forma definitiva. decir de nuestros jvenes que son buenos, o justos, no es de ninguna forma someterlos a un anlisis de verdad o de autenticidad de sus acciones, ms all de eso es interpretar y comprender las pro-piedades complejas con las que las nociones tico-.polticas emergen. las acciones son as el lugar donde una hermenutica cobra sentido, los afectos, las afectaciones son el lugar o la circunstancia en donde se

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    puede leer lo comn, y ello no hace parte de paradigmas ticos o mora-les sino de modos como la realidad muestra un sentimiento o sentido de lo comn.

    Estas lgicas del acontecimiento como accin poltica dinami-zan la emergencia de otras formas de colocacin ante el mundo, como radical novedad, instituyendo en ella otros principios orienta-dores del accionar poltico de las y los jvenes. En este sentido se reconocen lgicas como las de decidir colectivamente; la palabra como posibilidad de nombrar el mundo de manera distinta y que implica el reconocimiento colectivo de una historia compartida no determinada; salir colectivamente, como el desplazamiento intencio-nado del individualismo anclado en la privatizacin del mundo hacia la construccin de vnculos, afectaciones y subjetividades polticas, que adems de ser colectiva, son ante todo colectivizantes; el hacer colectivamente referido a la construccin cooperada de relaciones, espacios y procesos tendientes a la ampliacin potencial de la vida; y sentir colectivamente, como el reconocimiento de corporalidades, emocionalidades y racionalidades distintas que se cruzan y se tejen para dar sentido a la existencia que se comparte en un espacio-tiem-po particular. Este sentir colectivo se refiere tambin a la necesidad de compartir la responsabilidad de cuidar la vida y transformar las condiciones simblicas y materiales como posibilidad instituyente de la construccin poltica.

    En este sentido las lgicas de un pensar, decidir y ser prctico, corresponden de forma simultnea y proporcionada, tanto a la ac-cin como a la cualificacin poltica. Prueba de ello es que justamente una metodologa de perfil hermenutico ontolgico performativo, se esfuerce por hacer emerger los marcos de lo poltico, desde el hori-zonte del pensar-nos, del comprender-nos y del saber-nos de forma anticipada como un ser con otros, aunque en muchas ocasiones se haga difcil su acceso. tenemos presente que las proposiciones de tipo poltico cuentan con contenidos cognoscitivos, pero tambin afirman un discurso significante y acorde con la accin, de all que la lgica generada venga justamente por la reproduccin que los jvenes hacen lo poltico en escenarios que es necesario explicitar.

    de otro lado, los marcos de sentido que los convoca en la creacin de otros lugares para ser, hacer, estar, decir y sentir, se enmarcan en seis grandes emergencias a saber:

    a. la resistencia como posibilidad de palabra y pensamiento no-violento desde la cual se configura un proceso de auto-recon-ocimiento de historia, cultura, contexto, polticas de vida, in-tereses, necesidades, potencialidades, recursos y debilidades;

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    a travs del cual se posicionan en el mundo y configuran un sentido propio de las situaciones que viven y de los horizontes de posibilidad que pueden construir.

    b. la negacin del patriarcado como forma de subordinacin, siendo sta un sistema de dominacin construido histrica-mente sobre las diferencias sexuales y que est orientado a la perpetuacin de relaciones de poder vertical y autoritario. se-gn sus marcos de sentido la dominacin patriarcal coadyuva a la constitucin de instituciones androcntricas que asumen el patriarcado como paradigma de toda dominacin.

    c. la desobediencia a lo instituido y naturalizado que cons-tituye la posibilidad de autoreconocimiento y creacin. la postura poltica de desobediencia es una posicin radical de pensar, actuar y construir la realidad respaldados en otras miradas de mundo, en este sentido no se entiende aqu por desobediencia un comportamiento antimoral, sino cercano a una va distinta en la resolucin de la regla. la resistencia a prcticas culturales, polticas y sociales impuestas por el actual sistema hegemnico, lo que genera el reto de construir una alternativa popular donde se rea-licen procesos de consciencia que develen cul es el papel histrico a asumir como seres que resisten y plantean pro-puestas de transformacin.

    d. El antimilitarismo como rechazo a toda forma de dominacin y a la naturalizacin de la violencia, siendo sta una idea que va ms all del rechazo al uso de las armas, y que est estre-chamente relacionado con la violencia que atraviesa las formas de inter