JUSTIFICACIÓN

Sin duda alguna, uno de los principales retos de la ciencia jurídica es

homologar la justicia con la legalidad. Es decir, todo mundo sabe que legalidad

no es sinónimo de justicia en todos sus casos; es más, no en pocas ocasiones,

en nuestra realidad puede parecer ideas contrarias o antítesis. Pues si bien

cierto, pensado de una forma positiva, la mayor parte de las leyes positivas las

crea el Estado con esta finalidad: la justicia; en la aplicación en la casuística

concreta por la que pasa un Estado, pudiera ocasionar el efecto contrario a la

justicia, que es la injusticia, con la cual la legislación llegaría a un completo

fracaso.

Siendo objetivos y alejándonos de todo dogmatismo, nos damos

cuenta que en nuestro país, como en otro tantos, la creación de Derecho

Positivo muchas veces responde a algunos intereses de particulares, que no

son la voluntad de la mayoría, tal como lo pide un sistema democrático de los

cual presume ser nuestro Estado, y por lo tanto con esto la legislación queda

lejos de la justificación legal, pero aún más lejos de su finalidad intrínseca, la

cual le da su razón de ser.

Esta manipulación jurídica, mencionada anteriormente, hace que una

investigación que busque la justicia y sea fundamentada solamente en el

Derecho positivo y su doctrina, se vuelva insuficiente y crea una necesidad al

estudioso del derecho de buscar una fundamentación mucho más profunda, la

cual no se preste a los relativismo de la ideologías particulares para que pueda

ser creadora de justicia.

Con todo esto, una herramienta que puede librarnos es la

argumentación lógico filosófica, fundando la reflexión jurídica en una base

metafísica, es decir, en aquello que dé respuesta desde la misma esencia de la

justicia.

Esta base de reflexión filosófica tiene que darnos la plataforma para

una de las reflexiones en boga dentro del derecho actual: la despenalización

del aborto. Uno de los puntos fundamentales que nos ayudará aclarar a esta

postura es cuándo podemos llamar persona humana al embrión, la cual, desde

la argumentación filosófica descubriremos la respuesta. Así, veremos si la

legislación está autorizando la muerte de una persona o violando la

constitución, por condenar a alguien si ser escuchado o ser permitida su

defensa.

En esta misma lógica encontramos dentro de nuestra legislación una

serie de normas que de alguna forma velan por los derechos de los no nacidos;

por ejemplo, dentro de la legislación civil se protege el derecho a ser heredado.

Así tenemos que entender cómo es que se protege éste derecho, pero por otro

lado permite que se trasgreda el fundamental de los derechos, como es el

derecho a la vida.

Tenemos la necesidad de analizar nuestra legislación, pasado la por el

filtro de una sana filosofía y lógica jurídica adecuada, de tal forma, que estas

iniciativas de legislación en pro de un derecho, no violen el del otro, que en

este caso se vuelve el más vulnerable.